MÁS ALLÁ DE LAS LETRAS
Por
Kuraudea
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Capítulo 4
"La noche era esa noche"
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«El amor es uno de los sentimientos más bellos que puede experimentar cualquier persona. Por eso expresarlo por escrito o en voz alta nos hace sentir tan vivos y felices»
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Al fin la noche era la noche para los que estaban hambrientos de incertidumbre. El Brief había llegado al lugar acordado justo como habían pactado.«Te veré a las 8pm». En el restaurante predominaba el color blanco; contaba con una amplia terraza y la misma se vestía del verde frondoso debido a las enredaderas que recubrían parte de las herrerías & moldes de maderas como el del pasamanos de las escaleras. E incluso, hasta en el propio techo también colgaban ramas de la misma decoración. Pues extensiones de luces blancas les acompañaban ofreciendo un bello alumbramiento de luz tenue. Entretanto, el sonido mágico de un sax en vivo, era el complemento ideal como fondo para todas las charlas amenas que los comensales tenía con sus seres queridos, pues pese a ello, sus sonrisas & emociones sobresalían ante todo.
El joven le echó un vistazo rápido a todas las mesas del restaurante, más no encontró a la mujer por ningún lado—¿En dónde estará?—se preguntó a sí mismo. Y fue así, que ante la duda, se acercó a preguntarle a la señorita de recepción qué si de casualidad había visto llegar a una mujer de melana corta. Ella asintió, & le respondió «Sí, salió por esa puerta. Seguro se encuentra en el parque que está aquí enseguida, Señor» El Brief agradeció con buen semblante en su rostro—Gracias por su amabilidad—y tomó dirección a cómo le habían indicado.
Entre pasos el nerviosismo se iba apoderando de él. Observaba con mucha atención a todos los árboles que conformaba el entorno, además de algunos arbustos & una bella fuente. En tanto, la guardiana Lunar iluminaba su andar & con su aura plateada bendecía su próximo encuentro deseándole así la mejor de las suertes. En el momento que la divisó frenó de una. Pues su mirada se mantuvo firme mientras que en sus pupilas se reflejaba la banca donde la mujer le esperaba.
Tragó un poco de saliva, respiró hondo y se aproximó aún más. Y cuando al fin estuvo detrás, le nombró muy cerca de sus hombros— ¿Estrella roja...?
La mujer quien debido a los nervios jugueteaba con los dedos de sus manos, se paralizó. Sintió como un rayo en su interior les traspasaba el pecho; su corazón se agitó, esbozó a discreción & le nombró—TB-Ouji...—y al ponerse de pie se mostró ante él.
El primer contacto se dió. Ya no eran las simples letras que se escribían a diario desde sus celulares. Ahora eran los auténticos: eran ella & él bajo los efectos de la noche fresca. Los encantadores ojos azules al fin venían incluidos con su hermoso rostro en su totalidad. Ella estaba un tanto perpleja pues resultó ser mucho mejor que las "pistas" que le había mandado el muchacho durante sus acostumbradas charlas. Fue entonces que ella no se sintió tan espectacular como él. Pues mientras ambos se observaban se sentía muy nerviosa y tenía miedo de haberlo decepcionado con su apariencia. Aunque juró por los dioses que para su momento especial se había esmerado en su arreglo personal para lucir como nunca en la vida.
Tras esbozar una sonrisa colocó la mano sobre su mejilla ante la sorpresa—TB-Ouji, yo...yo...—la mujer estaba sin palabras. En eso, y sin haber terminado su frase se vió sumergida en sus brazos.
—Estrella ... qué gusto para mí poder estar aquí contigo—le abrazó fuerte.
Sus manos forradas por los guantes de piel se centraron en el pecho del muchacho al igual que su rostro. Ella era alta, aunque él seguía sobresaliendo. Por ello, sintió su respirar sobre la nuca causándole ciertos escalofríos. Y así, con un millón de sentimientos encontrados, se sintió reconfortada en él e incluso por primera vez protegida. Tanto así, que hasta cerró los ojos por escasos segundos dejándose llevar por ese trance. Pues si la memoria no le fallaba, muestras de cariño como la de ese índole fueron muy escasas en su vida, ni con El Coronel había llegado a tanto.
—Estás aquí ...—dijo ella entre sus brazos. Al querer dirigirse con él elevó la mirada—Espero no haberte desilusionado.
—¿Y por qué lo dices?—contestó a media voz mientras se centraba en sus orbes negros.
—Por nuestra evidente diferencia de edades—desvió la mirada causándole ese "detalle" cierta incomodidad ante él.
—Escúchame, por favor—con ambas manos tomó las mejillas de la mujer, le observaba firmemente—...si eres la misma con la que tuve aquellas increíbles charlas durante todas estas noches. La misma que me animó y se tomaba el tiempo en desearme cada mañana un "Buenos días". La que me comprendió & se dió la oportunidad de conocerme pese a no saber exactamente quién se escondía detrás de las letras de TB-Ouji. Entonces, créeme, que estoy satisfecho de al fin haberte conocido. Eres una hermosa persona, Estrella. Así que agradezco tu grata compañía; por el resto, no te preocupes, para mí eres una interesante & bella mujer.
—¿D-De verdad e-eso crees...?
—Claro. Gracias por haber venido—asintió lento pero con cierto gusto.
Mai retiró las manos del joven que sostenían su rostro; sin soltarlas & apretándolas un poco, le dijo:—No, al contrario, gracias a ti por ser como eres.
—Bien... ¿qué te parece si ahora empezamos por lo más básico?—sugirió con simpatía—Mi nombre es Trunks—ligeramente soltaron una risita: la de él más abierta en comparación a la de ella que por discreción cubrió sus labios. Pues en efecto, el saber sus verdaderos nombres era un dato de importancia.
Fue así, que después de haber dejando atrás los nervios, se presentó de igual manera—Yo soy Mai.
—¿Entonces, te parece si nos vamos a cenar, Mai?
—S-Sí.
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La cena no fue para nada rimbombante, solo consistió en una pasta "fetuccini" con algunas tiras de pollo & camarón; una capa de queso parmesano le daba una linda apariencia nevada, sin faltar en su centro una varita de romero la cual con su olor perfumaba con fresca estela a hierba. Una copa de vino hidrataba sus gargantas & amenizaba las constantes miradas por parte de ambos adultos, pues el observarse con la debida discreción de no ser "pillados" los mantuvo a la expectativa de cada detalle & de cada gesto para registrarlos en sus mentes.
Trunks por su parte se deleitaba por lo negro de sus ojos que gracias a su delineado "tipo oriental", le hacía lucir una hermosa mirada: labios rojos, dulce voz & una mente brillante, lo hicieron sentir aún más cautivado. Pues sin importar que fuese mayor que él, estaba convencido que había llamado por completo su atención, pues especialmente ella se había salido del repetitivo patrón que lo había perseguido por años. Pensando así, que quizá, no era tan mala la idea de probar algo diferente y con cierta autenticidad, ya que Mai no se parecía a ninguna de las mujeres con las que había salido antes ni por poquito. Por lo que a su mente le brincó la interrogante de "¿Y por qué no?".
La mayor, entretanto, descubrió que Trunks tenía bastante experiencia en tratar a las personas, pues era muy suelto en sus pláticas y anécdotas: apuesto, fino, y con una mirada penetrante y azul como el océano, contrastaba irónicamente con la sencillez tan única de su personalidad. Misma, que la mantenía hipnotizada entre sorbos & sorbos de vino blanco. Tanto así, que incluso, aún estaba en ese trance de no poder creerlo aún. Ya que el haber coincido con alguien así, era como "una aguja en el pajar": inimaginable. Fue así, que hasta se había olvidado por completo del supuesto "Plan de Estafa" de su Señor Pilaf.
—¿Y te gustó la cena?—preguntó el azul a la mujer interrumpiendo sus pensamientos.
—A-ah, por supuesto—tras volver en sí se sonrojó porque sintió que el joven la descubrió observándolo detenidamente. Entonces agitó ligeramente la cabeza, y respondió a su pregunta—Estuvo deliciosa. Tenía años que no probaba algo tan exquisito.
»¿Años?—Le pareció muy simpática esa forma de expresarse. Por lo cual intuyó que lo había dicho en "sentido figurado" o bien, "como un decir". Aunque viniendo de Mai estaba bien dicho pues prácticamente se trataba de su realidad. Así que cada quien lo tomó con diferente percepción.
—Me da gusto escuchar eso—dijo, entre risas.
Las charlas interesantes de temas tan sencillos como los más complejos & misteriosos, los hacían seguir disfrutando de su noche: «La vida está rodeada de muchos misterios & leyendas» «Quizá también podría decir lo mismo» «¿Crees que existan personas que se sientan atraída por la Luna, Mai?» «Yo podría decir que creo en muchísimas cosas, Trunks. Aunque se me entrenó con disciplina & ciencia, a lo largo de mi vida he visto cosas bastante extrañas» «¿Has escuchado sobre las misteriosas esferas del dragón?» «Algo sé de ellas».
Hasta que el momento de retirarse había llegado—Creo que es hora de partir— Pero ya no sabía exactamente qué hacer. Quizá ir a dar un paseo en el auto por la ciudad sería buena idea. Por otro lado, no sabía si contarle a Mai "la otra parte que le hacía falta saber de él". Pues el revelar que era un Brief tenía sus pros y contras; qué tal si resultaba mal. Sin embargo, por otra parte sería bueno dejar ese detalle "en claro" para ver su reacción & descubrir qué pasaría o qué actitud tomaría la mujer al saberlo. Total, no iba a ocultarlo por mucho tiempo y tarde que temprano se enteraría.
—¿Te parece bien si vamos a dar un paseo?
—Es un poco tarde, ¿no tienes inconveniente?
—Para nada. Anda, vámonos de aquí.
Al salir del restaurante se dirigieron al estacionamiento; caminaban a la par, al mismo ritmo. Del bolsillo del pantalón, Trunks sacó las llaves y desactivó la alarma de su auto; éste hizo un ligero sonido que provocó que las luces se encendieran & se apagaran al instante. Cuando Mai se percató de cuál era el vehículo quedó boquiabierta. Realmente era un auto muy hermoso, era un convertible plateado de la serie GT-3000. Supo de su creación debido a que fue la portada principal de una revista de mecánica & tecnología; en su interior había una columna dedicada al tema con santo y seña de sus características. Y por lo que recordaba, el diseño había sido creado por el nieto de Dr Brief, por lo que su venta fue exclusivamente por pedidos para aquellas personas adineradas, existiendo así la posibilidad de personalizarlo según el gusto del comprador. «E-Es maravilloso»; viendo que en la tapa del tanque de la gasolina estaba el logotipo de la Corporación Cápsula, corroboró sus sospechas y que su valor en zenys era inimaginable. Por lo que solo alguien con poseyera un gran poder adquisitivo, se podía dar esos lujos.
—Adelante, sube.—le abrió la puerta.
—G-Gracias—trató de mostrar modales pero algo ya le estaba inquietando demasiado; «¿Pero cómo es posible...?» «¿A qué se dedicará, Trunks?» pensó mientras se colocaba el cinturón de seguridad.
Trunks entró al auto, se abrochó el cinturón de seguridad; lo hizo encender. Y justo al querer meter el cambio, le dijo—¿Estás lista?—ella solo asintió como respuesta—Muy bien.
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Dieron un paseo por las calles principales de la gran metrópolis. El chico bajó los vidrios de las ventanas para poder escuchar la música de todos los lugares de diversión nocturna. Los grandes espectaculares, las luces de neon, era la magia de la Capital del Oeste.
Entre breves platicas, miradas & sonrisas discretas, Trunks le ofreció a Mai —Cualquier cosa que gustes tomar o beber, no dudes en decírmelo para pasar por un autoservicio & conseguirlo para ti.
—Gracias...—después de agradecer, Mai se centró en observar todo el entorno; se perdió en el momento de fantasía tras apreciar toda la euforia en sus distintas formas & colores.
En cambio, el azul, iba atento en el volante como en el recorrido, aunque con mesura observaba a la mujer cuando ésta ni cuenta se daba. Fue así, que durante esa repetitiva rutina, se preguntó a sí mismo el cómo decirle que era un Brief. A su mente brincó la maravillosa idea de llegar a la matriz de la Corporación Cápsula por motivo de que tenía que ir a firmar unos papeles. A lo que se imaginó que quizá cuando ingresara al lugar y la mujer observara la acción, descubriría por sí sola su identidad. Aunque quizá solo iba a pensar que se trataba de un simple trabajador de producción. Por lo que decidió que no era tan buena idea. Tal vez lo mejor era decírselo de frente, pero no quería pecar de soberbio: «Hola, ¿sabes algo? Soy Trunks Brief»; de solo pensarlo se le hacía ridículo.
Por lo pronto otra idea surgió para él: «¿Y si la invito a mi departamento?» pues sería con el objetivo de que viera alguna de las fotografías de su despacho particular o bien, algún diploma con su nombre completo «¡Eso es!» esa idea le pareció mucho mejor. El detalle sería de que Mai aceptara ir con él. Y ante todo, que no se lo tomara a mal por invitarle a su casa «¿Y si piensa que me quiero acostar con ella?» Pero no, no iba por ese lado, al menos no aún.
Entonces, al voltear con ella & aprovechando que había un semáforo en rojo, le invitó:—¿Te gustaría ir un rato a mi departamento a tomar algo o ver alguna película?
—¿Eh...?¿C-Cómo dices...?—de inmediato se le vino a la mente la frase de: «Estos jóvenes actuales son todos unos tremendos pervertidos» se ruborizó sobremanera de solo pensar que detrás de esa simple invitación se escondían otros fines bajos. Ya que Pilaf siempre le decía que una dama se debía de dar a respetar. Lo bueno que sabía de principios de autodefensa, por aquello de que quisiese aprovecharse de la situación, le daría su merecido «Estoy dispuesta a hacerlo si es necesario». Por otro lado, era la oportunidad perfecta para descubrir quién era. Así que con ese cometido, fue que aceptó—Me parece bien, Trunks.
—Estupendo—marcó direccional a mano izquierda para dirigirse a sus aposentos.
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Cuando Trunks abrió la puerta principal de su departamento la mayor había quedado boquiabierta. E incluso desde que venían entrado al edificio supo de inmediato que se trataba de una zona exclusiva de la Capital.
—Adelante, entra.—le cedió el paso. Fue así, que como cualquier compañía, su amigo fiel le dió le bienvenida: «meow» «meow»—Este es mi gato, Mai. Se llama "Tama Tercero"—nombre que claro, se había repetido de generación a generación con los Briefs
El felino rápido se dirigió a la piernas de la mujer. Ella se agachó por un momento para saludarlo—Es un gusto, Tama Tercero.
—¿Y dime qué se te antoja, Mai? ¿Café, jugo o soda?—preguntó el azul mientras la mujer regresaba a postura.
—Supongo que un café está bien.
—De acuerdo. Entonces iré a la cocina. Si gustas esperarme en mi despacho, puedes tomar asiento & ponerte cómoda; te prometo que no tardaré demasiado—había sugerido intencionalmente para cumplir con su objetivo.
—S-Sí, de acuerdo.
—Es por ese pasillo—señaló con un ligero movimiento de su cabeza. En un momento te alcanzo—dejó sola a Mai mientras él tomó al gatito en sus brazos para llevárselo a la cocina & hacer los preparativos.
Ella suspiró hondo. Y en voz baja, dijo—Bien, aquí vamos.
Su andar era lento, no podía evitarlo. Pues ver cada detalle precioso que estaba en su camino la hacía detenerse: cuadros, extrañas figuras abstractas & demás, no la dejaban de sorprender «E-Es maravilloso»; las paredes blancas con el negro de lo muebles & piso de mármol, hacían lucir todo en su conjunto como un auténtico & lujoso museo.
A conforme a sus pasos se iba dando cuenta que definitivamente Trunks tenía otro nivel de vida muy distinto al de ella. Estar en un lugar así, le hacía sentirse como una "rata de alcantarilla" pues recordó la gran decadencia que había tenido al lado de Su Excelencia; no supo en qué momento se perdió todo. Porque en efecto, lo tenían TODO para vivir cómodamente: un hermoso castillo, criados, rica comida, materias primas para grandes inventos & otros tantos privilegios. Quizá su error más grande fue la avaricia que los hundió al hoyo, y que actualmente, seguían allí buscando la forma de cómo salir de él & subsistir ;mismo motivo del porqué se encontraba ahora entre los pasillos de ese lindo departamento.
Cuando llegó a la puerta indicada, sintió un poco de temor al entrar. O más bien, nervios ante lo desconocido. Fue así, que al jalar de una cuerdita, se encendió la pequeña lámpara que tenía el muchacho sobre su escritorio. Con luz tenue, amarillenta, se iluminó el lugar. El despacho en comparación a otras áreas del departamento, transmitía calidez. Era el único lugar que gozaba de una decoración con madera de roble. Había amplias repisas con libros, viejos adornos, algunos no de gran valor; más bien a su criterio parecían simples recuerdos.
Ella observó todo a grandes rasgos. Hasta que curiosa se acercó para apreciar a detalle unos cuadros. En algunos de ellos había recortes de revistas enmarcadas, con títulos como: «Las famosas cápsulas Hoi-poi & su mente maestra» «El Dr Brief: el genio que ha mantenido con la mejor tecnología de punta a la Capital del Oeste»«El rey Furry entrega reconociendo al Dr Brief por su solidaridad en obras de noble causa» Y de un momento a otro, llegó a un recorte que le había sido muy familiar «En está edición de tu revista favorita "Mecánica & Tecnología: El Dr Brief le otorga derechos a su nieto para la creación del convertible GT-3000»
—¿El GT-3000?—frunció la mirada; en su faz se apreciaba la duda—¿E-El nieto del Dr Brief...?—entonces continuó buscando más información. Hasta que llegó a un recorte que la dejó sin habla pues en ésta venía incluída una fotografía & su encabezado decía: «Trunks Brief: el gran heredero de la Corporación Cápsula, asume el puesto como el nuevo presidente de la compañía familiar—¿T-Trunks B-Brief...?—tartamudeaba ante el descubrimiento, pues en efecto se trataba del "mismo Trunks" que había conocido. Por lo que concluyó que TB-Ouji era Trunks Brief,—N-No p-puedo creerlo...
Fue así que jaló una de la sillas del escritorio; tomó asiento de golpe. Se sentía abrumada.—A-Ahora comprendo...—; buen porte, hermoso auto, un bello departamento sumándole así una buena solvencia económica por herencia familiar & demás evidencias que corroboraron la autenticidad de todo.
Mai se sentía agitada, jadeaba un poco ante la impresión. Así que llevó ambas manos a las rodillas tras haber inclinado hacia enfrente medio cuerpo & cabeza. ¿Y ahora qué se suponía qué iba a hacer? Pues de alguna manera tenía prohibido involucrar sus sentimientos durante "la misión"; solo tenía que conseguir dinero de sus víctimas por tiempo indefinido & nada más. Pero como diría Pilaf: "había dado con el pez gordo" Sabía su trabajo, sabía su objetivo, lo sabía. Y ahora más que nunca tenía en sus manos una valiosísima oportunidad para ella & sus amigos. Sin embargo, por primera vez en su vida se sentía entre la espada & la pared ¿Pues por qué simplemente no utilizaba sus tácticas profesionales de robo para abrir la caja fuerte, atacar al muchacho & huir?
—Disculpa la tardanza, ya vine.—entró el muchacho depositando en el escritorio una charola con dos tazas de café & diversos pastelillos a escoger.
—N-No te preocupes...
Trunks al ver su semblante anonadado, supo de inmediato que ella ya había atado cabos. Y sin titubear, preguntó:
—¿Ya descubriste mi identidad, cierto?
La mujer estaba perpleja, todo parecía un sueño lleno de locura. Pues minimizando un poco el plan de Pilaf, parecía que la vida le sonreía después de tantos años. Porque fuera de toda deducción de su parte, ¡Un hombre estaba interesado en ella! ¡En ella! Sin importarle absolutamente nada: ni su forma de vestir, ni sus ideas, ni siquiera su edad. Después de siglos de estar dentro de aventuras absurdas & de haber llevado clavado en el pecho el dulce recuerdo de su amado Coronel, se sintió atraída por alguien.Y ese alguien...era Trunks Brief.
—S-Sí...—contestó a su pregunta tras elevar lentamente la mirada hacia con él.
El muchacho se acercó a la silla. Colocó sus brazos a los costados mientras se inclinó un poco para quedar a la misma altura de la mujer: rostro con rostro.
Sin dejarle de observar, le encaró en un tono sereno—¿Y aún quieres seguir saliendo conmigo...?
Ella se perdió en el océano de sus ojos. Se embriagó de ellos. Sin embargo, pese a estar consciente de la situación, con sus pros & contras. Sus labios susurraron un:—Sí...
Entonces, con el aroma a roble & la calidez de la luz amarillenta. Con el acobijo de los viejos recuerdos plasmados. Con el café que continuaba humeante deseoso de ser bebido por sus protagonistas. Y con los postres que se apreciaban tan dulces & deliciosos por lo coqueto de sus colores, preguntó:
—¿Entonces me dejas besarte...?
Y la dama contestó a media voz:
—Sí.
CONTINUARÁ...
