La peliverde cortaba troncos de manera limpia y precisa. Los más gruesos los tomaba de ambos extremos rompiéndolos sin problema alguno.
Todo esto era visto por una chica de cabello negro con coleta quien presenciaba emocionada la fuerza y belleza de la peliverde.
-Si me sigues viendo de esa forma voy a tener que cogerte querida-comentó la ojiverde de espaldas quien ya había sentido la mirada de la pelinegra
-Lo lamento, pero en verdad me pareces maravillosa-dijo saliendo finalmente de su escondite
-¿Me viste cara de perro o que?-le mira alzando una ceja-déjame adivinar: niña rica que sus padres creen que es hetero pero en realidad se coge a su amiga
-Eres una vulgar-le mira con desaprobación y se retira molesta
-Hm, mojigata de mierda-ignora a la chica continuando con sus cosas
Preparó la cena de hoy con emoción viendo que todo estuviera listo para pasar una noche agradable.
El timbre de su puerta sonó con insistencia a lo cual bufó con molestia.
-¿Qué quieres? ¿Vienes a insultarme porque soy una vulgar?-abre la puerta viendo con el ceño fruncido que efectivamente era la misma chica de hace rato
-¿Cómo diablos es que puedes vivir aquí sola sin tus padres encima?
-Porque no les ando rompiendo las putas pelotas con inseguridades de mierda que saben bien que tengo y que dan pena ajena-hizo amago de cerrar la puerta pero la pelinegra metió el pie-les dije que me encanta cogerme gente a los desgraciado y terminé teniendo sexo con mi padre y mi tío e hice correr a la perra que tengo por madre de la casa-la joven le miró con incredulidad-tienes tres segundos para irte o te haré mi puta personal estos días que esté aquí
-E...eres una loca-se va completamente ofuscada y asustada
-Si vuelve a aparecer no dudaré en meterle un palo en la vagina-cerró la puerta ahora si para retomar su cena
El día siguiente no hubo señales de la chica de cabello por ningún lado. Todo parecía que iba a ser tranquilo hasta que una mujer muy parecida a la tipa se acercó a ella con paso presuroso.
-Buenos días. Lamento interrumpir lo que hace pero, ¿no ha visto a mi hija?-le muestra la foto de la mencionada
-No la he visto para nada señora-le mira con seriedad-¿quiere que le avise si la encuentro?
-No, dale un hachazo por mi-la peliverde le mira con una ceja alzada-estamos hartos de ella
-Debieron coger con protección, si no la quiere cerca de usted, métala a un internado-comentó con cinismo mientras sigue cortando madera-o dele una cantidad exorbitante de dinero y que se largue a donde le de su gana
-Que buena idea me diste-le avienta un enorme fajo de billetes-gracias
-Gracias a usted-toma el dinero y lo avienta a un lado-ya no tenía papel de baño pero ahora podré limpiarme el culo con esto
Le mira con desagrado y se retira de ahí.
-Ahora sé de dónde sacó esa actitud de mierda-sonríe burlesca
Minutos después, la pelinegra llegó hecha una furia a punto de reclamarle.
La peliverde le lanzó directamente a la cabeza un hacha de mano matando a la insufrible mocosa al fin.
-Genial, tendré que llevarles su mierda hasta la casa-le quita el hacha con brusquedad y arrastra sin problemas el cuerpo inerte de la joven
Los padres de la chica iban a salir en su lujoso auto hasta que de pronto, alguien aventó el cuerpo de su hija en el cofre con fuerza abollandolo.
-La próxima vez no dejen sus porquerías en mi casa o los demandaré-dijo la ojiverde yéndose molesta
Vieron sin expresión alguna y con enojo que tendría que mandar a arreglar su coche y enterrar a su hija.
Ordenaron que la quitaran y la pusieran en el cementerio de la familia en la tumba más alejada.
-Genial, ahora tendremos que tomar otro auto para ir a la fiesta
Durante el entierro de la joven la única persona que le lloró fue una chica de cabello azul oscuro quien estaba prácticamente inconsolabre y completamente sola.
Permaneció ahí durante horas hasta que la echaron de la casa y prohibieron su entrada al lugar.
Los padres de la chica de cabello azul se la llevaron lejos de ese lugar para que pudiera sanar.
Mientras eso pasaba, la ojiverde quemaba el fajo de billetes que la vieja rara le dio observando con indiferencia su consumo inevitable.
-Bien, es hora de irse de este lugar-tomó las cosas que trajo y salió de ahí con un maletín lleno de dinero que robó de la casa de los ricachones mientras estaban fuera
Aunque no necesitaba dinero, ese par se lo debían por tener que aguantar a la cosa que llamaban hija.
