Saludos lectores; aquí les tengo el capítulo 6. Gracias por leerme.

Advertencias: algo de angustia, infidelidad, contenido sexual.


Capítulo 6

Hinata no podía creer nada de lo que había ocurrido. Estaba en el baño ligeramente inclinada en el lavado, mirando el agua correr, tratando de procesar lo ocurrido ese día. ¡Había tenido sexo, en la sala del apartamento de su novio, con Sasuke! No sabía ni cómo tendría cara para salir del baño de lo avergonzada que estaba por sus propias acciones.

Había contemplado, de cierta manera, que en el próximo encuentro que tuviera con Sasuke conectaría con él. El Uchiha se había convertido en alguien de confianza considerándolo un amigo de verdad. Además el ninja había sido más que amable con ella y estaba comenzando a pensar que el trato era demasiado injusto para él. Su novia, estaba teniendo relaciones con otro hombre mientras ella lo único que hacía era platicar, darle de comer y dejarlo en la espera. Sabía que él deseaba más, era lógico que, si él continuaba aceptando el intercambio, esperaba recibir algo por ello.

Hinata concluyó que si continuaba de esta forma ella no era la única que perdía sino que Sasuke también. Esa persona que había hecho soportable lo insoportable, que había sido cómplice de su angustia y había hecho todo lo posible por amortiguar el golpe del dolor de ver a su novio dormir con otra.

Había estado estas semanas imaginado que sería estar íntimamente con él. Él parecía tener interés en ella pero no estaba del todo segura. Sasuke era tan reservado que un simple cambio en su rostro podía ser malinterpretado con facilidad. No quería concluir algo y precipitarse para luego ser rechazada. Pero luego de pensarlo supo que no podría; el problema no era Sasuke; él no solo era atractivo sino galante también, no solo era un hombre de fachada nada más, era uno capaz de ser muy comprensivo y a su manera dulce. Pero ella era de Naruto y quería seguir siendo solo de él. Si las cosas continuaban así quizás toda la situación terminará sin tener que estar en brazos de otro.

Una fecha nueva del intercambio se dio y para colmo no había sido un buen día para ella. Muy temprano fue notificada que su novio llegaría hoy. Al ir a recibirlo se encontró con Sakura y Naruto muy íntimos. Fue corto, ligero y despreocupado el contacto pero eso la inquietó aún más. Era el tipo de mimos que se dan las personas que comparten un vínculo romántico; personas que están familiarizadas físicamente y eso la hizo enfurecer. Hinata Hyuuga nunca se había molestado con alguien tanto; realmente era la primera vez. Se sentía estúpida y tonta por ello; ¿no era peor el que ya ellos hubiesen tenido sexo?

No sabía si ellos la habían visto pero si lo hicieron no pareció importarles porque la saludaron como si nada hubiera ocurrido. No sabía si fue por orgullo o por cobardía pero trato de actuar como si jamás lo hubiera visto, aunque por dentro su coraje era tanto que quería gritar.

Luego de platicar con Naruto este le comentó que en la noche se reunirían con Sakura y Sasuke para comer. Ya podía diferenciar, de alguna manera, cuando era una simple cita doble y cuando era noche de intercambio. Esa noche sería la segunda. A veces odiaba ser la observadora del grupo, sentía que su don era una maldición también.

Luego la sorprendieron con la supuesta reunión de emergencias de su clan. Debió haber supuesto que algo no estaba bien, pues todas las mujeres de la mansión Hyuuga insistieran que se bañara y arreglara elegantemente con prendas escogidas por ellas. Cuando llegó al lugar designado por su padre lo entendió todo. Ahí estaba él sentado con un joven que jamás había visto y por su apariencia parecía de buena cuna. De nuevo su padre trataba de encontrarle otra propuesta de matrimonio con un sujeto de alta estirpe.

Era cierto que Naruto era el héroe de la aldea, hijo del cuarto Hokage y posible candidato a ocupar dicha posición. Pero en lo personal a Hiashi Hyuuga no le agradaba el muchacho; de hecho no lo soportaba. No le gustaban sus modales, sus gamberradas, lo vulgar que podía ser, en fin todo de él. Había veces que parecía que le simpatizaba pero cuando ella lo enfrentaba sobre el tema él expresaba que era muy diferente el ser partidario de ideas similares y otra muy diferente que lo encontrara digno de su primogénita.

Su padre podía ser muy sobreprotector muchas veces. Como solución al problema del yerno no deseado, Hiashi, tomaba medidas drásticas y una de esas era concertar citas, sin su autorización, con hombres que él encontraba apropiados para ella. Incluso como acto desesperado había insistido en que debía considerar a Neji como candidato.

"Otosan, no voy a dejar a Naruto-kun por cualquier extraño simplemente porque usted no le agrada. ¿Por qué continúa con estas citas planificadas? Es de mal gusto que haga pasar esta vergüenza a cada clan con un hombre en edad de contraer nupcias. ¿Cuántas cartas de disculpa tendré que enviar este año para arreglar relaciones diplomáticas con aliados?" Dijo esto luego de que el muchacho se retirara evidentemente ofendido.

"Debe haber, allá afuera, un candidato que tú quieras y que yo apruebe también." Dijo Hiashi con un tono despreocupado.

"No quiero a alguien que me guste padre, quiero alguien que ame, me ame y me haga feliz." Dijo mirándolo con mortificación y frustración.

"Que te haga feliz." repitió seriamente. "Deberías desistir del Uzumaki entonces, evidentemente no cumple con ese requisito Hinata." Sorbió su té mientras cerraba los ojos.

No podía creer que su padre había dicho tal comentario hiriente. ¿No podía ver que Naruto la hacía feliz? Naruto la hacía muy feliz. ¿Verdad? Comenzó a pensar en su relación y en los últimos meses, en el intercambio infame y un dolor comenzó a instalarse en su pecho.

El profundo dolor que venía acumulando se desparramo por su pecho como llama que arde y por temor de que este profundo sentimiento se reflejará en sus ojos volteo rápidamente la cabeza.

"Hace ya tiempo que no te veo sonreír Hinata, no veo esa alegría y dicha que te distingue del resto del clan. Al comienzo si podía ver que ese tonto te hacia dichosa, por eso no había intervenido pero algo te pasa y no sé lo que… no se que más hacer." Dijo el líder del clan Hyuuga al ver los ojos tristes de Hinata. "Llevan algo más de un año de relación es para que estén miel sobre hojuelas no con caras largas y miradas melancólicas. Una relación a largo plazo es difícil de llevar y tiene muchas altas y bajas, He visto como te desvives por él y es refrescante verte enamorada, pero lo que también veo es que te ves acongojada, demacrada, has bajado de peso y te ves pálida...hay veces que… que… Hinata, no se si el Uzumaki te ame como tu lo amas y temo que salgas lastimada. La relación ha caído en tus hombros y"

No lo dejó terminar. Movió una de sus manos en ademan de silenciar a su padre y se levantó de la mesa.

"Se que haces esto por mi bien y la verdad es que no voy a negar que si estoy pasando un momento difícil con Naruto, pero mi nindo no me permite rendirme con facilidad y menos en algo que realmente me importa, Naruto no es un romance pasajero padre, lo he amado casi toda mi vida y espero que comprenda esto y me de mi espacio. Naruto no es perfecto pero es honesto, noble y tiene muchas otras cualidades admirables. Tengo que irme, quedé con él y… y su equipo." dijo bajando la mirada recordando por undécima vez para qué se encontraba con los tres.

"Comprendo. No interferiré más entre tus asuntos amorosos. Es fútil continuar interrumpiendo tan profunda admiración de tu parte por el joven." Dijo levantándose también y haciendo un ademán para despachar a Hinata.

Estaba segura que si corría llegaría a tiempo a su cita. No tenía tiempo para cambiarse. Estaba algo desconcertada y junto a las palabras de su padre, comenzaron las inseguridades que la acechaban.

Su cabeza era un mar de dudas, rencores, y molestias; algunos de estos sentimientos nuevos para ella.

Se sentía estúpida, estaba en una situación que solo una tonta estaría. Pensó que sería temporero pero no era así; daba la impresión que Naruto planeaba prolongar más la situación y eso era inaceptable. Estaba triste y destrozada, no podía engañarse más sobre la situación.

Comenzó a pensar en lo que había considerado hace tiempo; tener algo con el Uchiha. Pero y ¿si él no había tenido nada con ella porque no lo quería? quizás no era su tipo de mujer. Él tenía una relación con Sakura una chica extrovertida, temeraria, fuerte y audaz. Ella no era así. Pero entonces ¿por qué lo hacía? Quizás él estaba en una situación parecida a la de ella pero eso parecía improbable.

El enredo que había comenzado en su cabeza por las palabras de su padre la había abrumado tanto que no se dio cuenta que estaba en el local ya. Al entrar los vio a todos sentados al fondo. En otro momento hubiera sido bueno el hecho de que se cancelara el evento, por su ausencia, pero sus nuevas emociones la habían hecho cambiar de perspectiva. El rencor que la consumía la hacía querer actuar. Estaba molesta con su padre, con Sakura y especialmente con Naruto.

Pero a quien engañaba, ella no era así, ni aunque lo deseara no tendría el valor de hacer algo con Sasuke. Además si él quisiera ya hubiera hecho la movida.

"Gomenasai…. por la tardanza es que Otosan puede ser… puede ser muy difícil de despachar." Hinata no podía evitar tartamudear pero no solo era por su timidez sino por como se ahogaba en su propio veneno.

Sasuke se giró y de repente Hinata se le olvidó respirar cuando vio como este la miro. En sus ojos había un explícito deseo. Sasuke no estaba ahí solo por cumplir. Podía sentir esa mirada quemándola. Sus sentimientos de resentimiento y culpabilidad se empañaron por unos de curiosidad y exaltación. ¿Por qué debía sentirse culpable de cumplir una parte del trato que todos esperaban que ella cumpliera de todas formas? Naruto estaba durmiendo con otra mujer y si esto se prolongaba no sabía cuánto duraría el secreto de ella y Sasuke. Además ahí estaba él; apuesto, expectante y mirándola con deseo. Ella haría una movida hoy aunque estuviera en contra de su naturaleza prudente, no se quedaría pasiva por más tiempo.

Estaba sumamente frustrada y abrumada por la situación. Todas las veces en su vida, que había optado por quedarse quieta y esperar, la vida le había pasado por encima. Hoy no sería ese día.

Su plan fue de la mano con ese sentimiento de pena que la embargaba llenándola de rubores, temblores extraños y dificultad para respirar.

Esto aumentó cuando llegaron al departamento de Naruto, tanto así que no le presto mucha atención al beso de su novio ni lo que se disponía a hacer con Sakura. Ella solo pensaba en hacer una movida, quizás llamar la atención de Sasuke aunque fuera difícil hacerlo.

Fue a la sala con la esperanza que él la siguiera, cosa que hizo pero se sentó en el mueble contrario. Sasuke siempre guardaba cierta distancia con ella, cosa que siempre agradeció pero ahora le hacía su plan mucho más difícil.

Él se veía muy apuesto, ahora que lo pensaba mejor, Sasuke en las citas previas, parecía poner un empeño en su vestimenta, algo que quizás había pasado desapercibido porque en comparación al desaliñado de Naruto, que se vestía con la camisa arrugada del día anterior, él parecía pulcro e impecable todo el tiempo.

Debía tomar valor; no es como si fuera la primera vez que intimaba ni tampoco como si fuera a ser lo que terminan haciendo.

Con mucha timidez se dirigió al mueble junto a él y como sabía que eso no sería suficiente le tomó la mano, lo hizo con una fuerza que no era la que buscaba pero eso le daba valor para lo que quería decir. Temía que notara el sudor que comenzaba a formarse en sus manos cuando se encontraba nerviosa. Era la primera vez que hacía una movida así. Se sentía tan infantil y torpe, no es como si ambos tuvieran 15 años y estuvieran escondidos de sus padres. Eran adultos, no solo eran ninjas sino que habían sobrevivido una espantosa guerra y aquí estaba ella preocupada por tomarle la mano a alguien. Con Naruto ella era pasiva y él el activo. Él siempre tomaba la iniciativa. No era que no quería hacerlo, era solo que su timidez muchas veces se lo impedía y Naruto jamás le daba la oportunidad. Antes de que ella pudiera decir o hacer algo ya él estaba sobre ella.

"Uchiha-san yo... debemos… es decir..." Pero apenas podía murmurar y balbucear.

Se sentía tan estúpida, ahí estaba con un hombre que había demostrado ser de confianza y, como las demás citas, parecía resignado a una plática molesta sobre cualquier tontería para poder olvidar el dolor que le causaba que el hombre que amaba estuviera en una habitación con una chica que no era ella.

Cuando el rostro de él estuvo cerca de ella no lo pensó dos veces y lo beso. como cuando uno se lanza al agua esperando que sea helada pero esta la agradable sorpresa que es tibia. Este se tensó pero no iba a abandonar su objetivo, así que continuó el beso aunque su timidez apenas se lo permitiese, rogando ser correspondida. Su autoestima en estos momentos no aguantaría otro golpe bajo.

Una mano tomó su nuca atrayéndola más a él, provocando cosquillas por todo su cuerpo, pero antes de poder disfrutarlo, Sasuke se separó de ella.

Temió el haberse equivocado, que él no la encontrara deseable, pero Sasuke lo negó de una manera que hizo que su corazón se acelerara. ¿Cómo podía dudar del deseo que era evidente en todo lo que hacía?

Él dudaba de su convicción pero era entendible. Este era uno de tantos encuentros y ella no había dado señales de querer algo más. Así que pensó en ser más convincente, si lo tenía cerca, frente a frente, quizás él entendería que era serio.

Se sumió por completo en los brazos del vengador, perdida en la novedad de otros labios. La boca de Sasuke tenía un sabor particular; estaba acostumbrada a los besos casi salados de Naruto, sabor que no solo se acostumbró sino que llegaba a añorar. Pero la cavidad cálida de Sasuke tenía un sabor neutro y suave, ni dulce ni salado. Un sabor que invitaba y que la envolvía.

Las reacciones desbocadas de él encendía su cuerpo, sintiendo culpabilidad para ser olvidada por suaves besos y palabras acaloradas. Sasuke no era para nada un amante frío sino todo lo contrario. El deseo que desprendía por todo su ser la hacía dudar de su habilidad ocular. ¿Cómo es que no había notado lo mucho que Sasuke la deseaba?

Él estaba en todas partes; su sabor en su boca, su aroma masculino en el aire, su calor la rodeaba y sus palabras la aturdían. La deseaba tanto, que estaba algo asustada. Era nuevo para ella este fervor implacable. Naruto la deseaba pero la manera de desear de Sasuke era diferente; atropellada, delirante, como si no le importara respirar entre cada beso, como si no le importara morir en ese momento.

Su timidez le impedía muchas cosas pero con Naruto aprendió que en el calor del momento hasta cosas como esas se olvidan. Con Sasuke no fue la excepción. A pesar de la vergüenza; el deseo de Sasuke la alentaba a responder con la misma pasión.

Como kunoichi conocía el poder que podía tener una mujer hacia un hombre; la seducción era un arma que toda mujer portaba. Aunque jamás se había visto con la necesidad explícita de utilizarla en una misión. Con su novio supo lo que su cuerpo podía provocar. Cuando era niña, gracias a su manchada autoestima, no se consideraba hermosa y menos deseable pero ya no era así. Ella sabía que era bonita, aunque Ino decía que los hombres no están por esas cosas, solo querían una mujer en brazos y listo, era más cómo uno se proyectará en el momento adecuado en el lugar correcto. Cosa que ella no era muy buena haciendo.

En los brazos de Sasuke no solo se sentía deseable y bonita sino que se sentía como una diosa. Ahora corrían imágenes en su cabeza; su mirada en ella, sus palabras al tener encuentros casuales, de su trato hacia ella. ¿Cómo no noto ese deseo que quemaba dentro de él? ¿Desde cuándo ha estado esperando por tenerla?

Pero la respuesta no era tan difícil, Naruto era todo para ella, nada más importaba, ni siquiera había prestado atención a los hombres que se le habían acercado explícitamente. Además nunca había visto a Sasuke bajo esa lupa, de tener interés en mujeres y conquistarlas; menos desearlas.

Ante sus ojos, era una contradicción Sasuke y la palabra deseo juntas. El joven era serio, reservado y huraño; cuando único había visto algo parecido a pasión había sido en batalla.

En cambio ella, lo deseaba tanto en esos momentos, que sentía que se le cortaba la respiración. Su piel casi hervía y ahí estaba él esperando por su respuesta, una afirmación de querer llevar esto más allá de besos y caricias. Podía sonar cruel que un hombre le pidiera a la novia de su mejor amigo expresar lo que deseaba. Pero en su caso no eran crueles, quizás pervertidas pero no crueles, estaban cargadas de un deseo mezclado con algo de culpa que ella podía familiarizarse y con esto pronunció las palabras que los llevarían a ambos por un camino tórrido en donde no sabría a donde terminarían. Ya no pensaba en Naruto, en Sakura, en la conversación con su padre o en la tristeza que la venía consumiendo, solo pensaba en corresponder, como pudiera, la pasión que le ofrecía y satisfacer sus propios deseos.

La penetración fue abrupta, su húmeda excitación no permitió que sintiera dolor, aun así estaba incómoda. Detuvo el acto, entendiendo por qué se sentía así. Le dio escalofríos de solo pensar como su cuerpo se había acoplado a recibir a su novio. Ella jamás había estado con otro hombre, ni soñó estarlo. El sentimiento desconcertante la inquieto por unos segundos opacando la excitación delirante. Se sentía diferente que estar con Naruto, él claramente no era su pareja. Su pareja estaba en su habitación, teniendo sexo con otra, mientras Sasuke estaba aquí estremeciéndose por cada caricia o movimiento que ella daba, no iba a dejar que esta culpa no justificada dañara este momento.

Como si supiera lo que ella pensaba, el joven la besó con ternura. Los besos, como caricias en su rostro, la hicieron volver a él y sentir lo extrañamente placentero que resultaba estar en los brazos del vengador, en lo dulces que eran sus labios en su piel y lo afectivas que eran sus palabras. Como si no pudiera evitarlo se vio respondiendo con cariño.

Se sentía bien, más que bien se sentía fantástico, la dureza de su trabajado cuerpo bajo sus manos, su palpitar, su voz ronca en su oído, la estaban haciendo perder la cordura. Pero a pesar de lo excitado y hambriento que se veía su acompañante insistía en prolongar el torturante placer.

Llamarlo por su nombre era inconcebible y no porque no quería nombrarlo, tenía sentido que lo llamara por su nombre, después de todo. ahí estaba ella sobre él envolviéndolo en su tibieza. Era el hecho de que Sasuke pretendiera que saliera cualquier palabra por su boca. Sentía vergüenza de solo imaginar cómo saldría su voz si aún conservaba algo de ella. Pero él era persistente y sí que sabía cómo convencerla.

Todo fue instintivamente placentero y a pesar del desenfreno, fue casi armonioso.

Luego del acto no se preparó para enfrentar las consecuencias de su obra carnal y mucho menos la reacción particular que desató su acto en su nuevo amante. Estaba segura que jamás lo había escuchado reír y que momento tan extraño para hacerlo.

Mirarlo a los ojos, viendo un brillo nuevo en ellos, la desconcertó. Apenada por todo, no sabiendo cómo continuar ahí y menos enfrentar a los que estaban en la habitación, decidió huir.

Mirando su reflejo paso sus manos por su cuello, podía ver aún el enrojecimiento de los besos de Sasuke en el. Sumida en la vergüenza, se percató de que no tenía puesta sus bragas. Recordando como este se las arrancó, muy probablemente debían estar en el suelo de la sala. Su cara no podía estar más roja.

Al escuchar que la visita había salido, decidió salir y tratar de buscar su prenda perdida, moriría de humillación si alguien encontrara su ropa interior rota y mojada. Se encontró con la sala vacía y por los ronquidos del cuarto supo que Naruto dormía. Se dirigió con sigilo a la sala pero no encontró nada, pensó en buscar unas limpias en la habitación de su novio pero se vio congelada en el momento de abrir la puerta. Había algo malo en sentirse incómoda en hacer tan cotidiana acción. ¿Cómo entrar en la habitación en donde hace solo un rato Sakura y él intimaron? ¿Cómo ella lo enfrentaría sin sentir la injusta culpa de haber tenido sexo hace un momento con Sasuke en la sala?

"Tienes razón Otosan, no soy feliz hace mucho tiempo." dijo Hinata por lo bajo mientras salía del apartamento de su pareja, con los ojos tristes, la mente revuelta, ligera de ropa y con el corazón destrozado.


¡Qué día tuvo Hinata! Esperemos que su vida no continúe en este estado caótico, pero siendo la futura líder del clan y con sus enredos amorosos, no se cuando eso sea posible para la pobre chica. La próxima semana quizás subo el capítulo la misma semana pero aún lo estoy contemplando. No sabría si sería cómodo para mi tener un segundo día a la semana de subir capítulos pero estoy pronosticando la posibilidad de esto en el futuro. Habrán capítulos largos y no se si quiero subir todo junto o dividirlo por partes. Gracias por los comentar Francisvict; créeme que Sasuke creyó que era un sueño por unos momentos también, jamás en mil años, creyó que se le daría la oportunidad. Esperemos que no la desperdicie.