Antes de comenzar, quisiera dar las gracias a las lectoras que me seguís desde hace tiempo, aunque seis silenciosas o no siempre podáis escribirme, pues vuestra ilusión es mi gasolina y no os imagináis el torrente de inspiración que me regaláis; muchas gracias por los ánimos Tatiana Slytherin, me gustaría poder contestar reviews de Guest en el mismo comentario pero fan fiction es así, muchas gracias a todas.
Capítulo 54:
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Las hermanas Greengrass no habían pasado buena noche por culpa de todo lo que habían tenido que recordar; los elfos les indicaron que el desayuno estaba listo y ambas, a pesar del aroma de sus platos y del hambre que tenían, jugaban distraídamente con la comida. En un momento dado, Lucius irrumpió en la sala, tenia mejor aspecto que los días anteriores, y aun no había bebido.
—Buenos días señoritas…
—Buenos días señor Malfoy—saludaron ellas, se miraron entre sí, sin saber qué decir, él las había acogido en su casa cuando necesitaron protección, desconocían si por obligación o por altruismo, pero dado que solo hacia que beber y deambular por su mansión pasaban confinadas en su habitación la mayoría de los días.
—¿Ha dormido bien señor Malfoy? —inició Daphne.
—Maravillosamente, el sueño reparador es de las cosas más placenteras que existen. —las observó—vosotras sin embargo tenéis bastantes ojeras.
—No ha sido una noche fácil —dijo Astoria.
—Me lo imagino querida, es difícil defender lo tuyo cuando la ex de tu prometido y la abominación que llaman nueva novia, vienen a tu casa a interrogarte y darte lecciones. —Comentó Lucius, haciendo que Astoria bajase la mirada.
—Fue difícil pero resistimos bien señor Malfoy—adelantó Daphne.
—Es curioso la de mentiras que sueltan esas perras ¿no creéis? —hizo una pausa y bebió del té irlandés que le había llevado su elfo doméstico. —llegaron a decirme que Astoria había chantajeado a mi hijo con dejarnos en la calle si no la satisfacía, básicamente dijeron que mi niño era su puta y que no…rendía como un hombre. —dio un sorbo a su taza observando cómo se miraban— lo cual me parece inverosímil porque Astoria es virgen ¿no querida? Al menos así te vendió tu padre…
—Esas pérfidas ratas no saben lo que dicen porque…—comenzó Daphne.
—Cállate Daphne, le he preguntado a Astoria—ordenó Lucius con un tono tan tranquilo como autoritario, de nuevo provocando en los demás la necesidad de cumplir sus órdenes.
—S…sí señor Malfoy…—Astoria tenía una ventaja, su cara era demasiado angelical, provocando que le huyera la sospecha.
—¿Y por qué dirían algo así? Es demasiado específico ¿no crees?
—Porque son retorcidas y celosas y…—intervino la hermana mayor.
—Chsss chss chss—Lucius levantó el dedo para silenciarla—¿Te he dicho que podías hablar querida? ¿Te lo he dicho?
—No, señor Malfoy—respondió Daphne.
—¿Y qué debes hacer entonces?
—Callarme, señor Malfoy—respondió la chica con sumisión.
—Así me gusta, cómo se nota lo bien educadas que estáis, no como la estúpida niña de Snape.—apreció Lucius—Astoria querida, contéstame.
—Señor Malfoy, yo amo a Draco, usted sabe que él es mi mundo, y que haría lo que fuera por él, jamás he pensado si quiera en otro que no sea él.—dijo Astoria sin mirarle.
—Me alegra escucharlo.
—Pero Draco me decía que no era suficiente para él, y que no sabía si podría casarse con alguien que desconocía si le iba a satisfacer y….
—¿Y…? —Astoria miró a Daphne, quien a sabiendas de que Lucius no miraba le vocalizó algo.
—Y me dijo que si yo era virgen tendríamos que practicar y….—Lucius sonrió recordándose a sí mismo en la juventud.
—¿Y practicaste?
—Yo me acosté con su hijo señor Malfoy—intervino Daphne.
—¿Cómo dices? —peguntó Lucius escandalizado.
—Su hijo se empeñaba en presionar a mi hermana, Astoria tuvo una idea porque sabía lo importante que era la pureza para cumplir con el matrimonio. Así que le hizo creer a Draco que lo haría y al reunirnos aparecimos las dos y le prometimos que si Astoria no era suficiente, yo lo supliría, yo cometí el mismo error que Parkinson con un ex novio, pero Tori es pura. —salvó Daphne
—¿Te prestaste a esa humillación por Draco, querida Astoria? —preguntó Lucius sintiendo que alguien le conmovía por primera vez.
—Sé que él no me quiere—dijo entre lágrimas—pero creía que cuando viese a lo que estaba dispuesta por él, cambiaría…
—¿Y qué pasó cuando Daphne estuvo…—se aclaró la garganta— confinada? No creo que mi hijo aguantase tantos meses.
—No lo hacía, me engañaba con otras…y…entendí que no podía impedirlo pero cuando empezó con Granger me asusté, estaba desesperada y….le dije del acuerdo de nuestras familias y que si seguía engañándome me vería obligada a cancelarlo todo y eso sería muy perjudicial para ustedes, pero no pensaba hacerlo..solo quería espantar a esa….asquerosa de él; y él me dijo que si no quería que le engañara tenía que darle algo y…..
—Y tu boca o tus manos hicieron lo que tu virginidad no te permitía ¿es eso?— `preguntó Lucius. Astoria se cubrió la cara, no era del todo mentira, además Draco le dijo que sus respectivas firmas para anular el matrimonio no servían de nada, por lo que la presión de Lucius y el hecho de que Draco la visitase en el hospital suponían una esperanza que renacía.
—Sentí que era mi culpa que me engañara y Granger estaba tan cerca de él que…no me vi con otra opción señor Malfoy, Draco sabía cómo hacer que temiera por él y con Granger…sabía que ustedes se iban a horrorizar.—Lucius llevó dos de sus dedos a la barbilla de la chica y levantó su mentón.
—Eres la nuera perfecta querida, no podría existir mejor esposa para Draco que tú. Entiende mi beneplácito para hacer lo que tengas que hacer.
—Te dije que el señor Malfoy apreciaría la sinceridad Tory—dijo Daphne.
—En cuanto a ti— Lucius la miró con superioridad—eres una gran hermana y tu intervención fue procedente en su momento, pero no vuelvas a yacer con mi hijo jamás, por mucho consentimiento, si se sobrepasa, yo me ocuparé de él; la prensa es despiadada, y si vuelve a ocurrir no tardarán en hablar de que hay un matrimonio incestuoso de tres; ya tengo suficiente con la descerebrada y zorra de la hermana de mi hijo, no es conveniente otra más ¿Te ha quedado claro?
—Sí señor Malfoy, no se preocupe, jamás permitiré que mi imagen perjudique a Astoria ni a su hijo.
—Me alegro de que seas inteligente y sepas lo que conviene, las chicas como tú, son necesarias, pero han de permanecer ocultas.
…..
Unos días después de haber recibido la información de lo ocurrido con las Greengrass en el pasado, Irinna fue a comprobar que todo fuera correctamente. Tras la tortura de Astoria, era muy peligroso devolverla a Hogwarts, y como el ministerio querría cuestionarla sobre Lilly, no interesaba que el nombre de Johan saliera a la luz, por lo que se decidió trasladarlas a la Mansión Malfoy temporalmente. Sobre la morada de los Malfoy había un hechizo de protección muy fuerte desde que Irinna "encerró" en ella a Lucius para controlarlo.
Se desapareció en el rellano que lindaba con la habitación del patriarca de la familia; por dignidad humana había decidido que al menos llamaría a la puerta a pesar de haber visto ya sus vergüenzas. La única condición era la respuesta inmediata y esta vez no estaba cumpliendo, llamó dos veces más y amenazó con romper la puerta. De pronto, una chica abrió, era un poco más bajita que ella, tenía el pelo azabache hasta la cintura, los ojos negros y la piel nívea; hasta llevaba el uniforme de Slytherin, el cual estaba medio destrozado. A Irinna le dio un vuelco al corazón en un primer momento, por unos segundos creía que Lilly estaba frente a ella, aunque después se dio cuenta de que esa chica sería más o menos de su quinta.
—Kristal el señor Malfoy ya te ha sustituido, te dije que no era buena idea tomarte esas libertades—dijo la chica dejando pasar a Irinna despreocupadamente.
—¿Pues sabes qué? Mejor— dijo otra chica, que también sería de su edad, saliendo de la ducha, esta tenía los ojos verdes y el pelo de su mismo color.—Estoy hasta las narices de tener que tintarme el pelo de morado solo porque al señor le parece "más natural" que el hechizo de cambio de color.
—Habrás de darle la razón en que queda más brilloso con el hechizo.–dijo la primera de las chicas poniéndose los pendientes.
—Kendra, que seas su favorita no implica que mañana no deje de pagarte y te sustituya por otra— la tal "Kristal" miró a Irinna de arriba abajo— Ay cariño, que cara de buena tienes, Lucius te va a romper en los primeros diez minutos, espero que tengas tolerancia a los golpes y sepas fingir el acento ruso.
—Hablas como si lo mio fuera fácil, a ti solo te pega y te hace hablar y suplicar; a mi me sodomiza, me pega, me hace hacerle cosas muy raras y a practicar engorgios sobre su cosita que han de salir bien; además es traumático tener que ponerme el uniforme de Slytherin, yo era una Ravenclaw.
—Y lo sigues siendo querida, por eso eres la única de nosotras que cobra 6000 galeones cada vez que venimos, yo cobro 300, pero es la última vez que vengo, no me compensa, este idiota tiene aparatos verdaderos de tortura.—dijo Kristal vistiéndose.
—En fin querida, a Lucius no le gusta explicarlo, así que he de hacerlo yo, esta noche lo pondremos en práctica: tu papel es simple, Lucius "me secuestra y me pega" y tú apareces para "salvarme" pero él puede contigo, te desnuda, te ata y te hace llorar y suplicar con acento ruso mientras te hace mirar la de barbaridades y asquerosidades que me hace a mi. Al principio yo pensaba que esta Lilly era alguien que le gustaba pero resulta que es un juego violento de dominación, la odia y quiere "castigarla por existir" y usa el sexo para ello, un rollito bastante usual en hombres con poder que no se pueden permitir acabar con ciertas personas.—explicó Kendra.
—A la tal Irinna también la odia, por eso, cuando está más enfadado se pondrá más guarro y querrá descargar en tu boca pero no dejes que te time, eso son doscientos más; ah y no lo olvides, te llamas Irinna Petrova—añadió Kristal
—Clarrro que me llamo Irina Petrova ¿Cómo habéis entrado aquí? No está perrrrmitido que nadie visite la mansión.
—Wow, es buena Kristal, ¿ves? Te dije que el acento era más dulce, por eso Malfoy le ha pedido a Madame Lesane que la envíe; nueva pero lista y rápida, eso le va a gustar a Lucius.
—Siempre y cuando no se queje de nada.—añadió la otra.
—En fin, tu hazlo lo mejor posible, pero ojo con hacerlo demasiado bien, el papel de Lilly es mio y me esfuerzo por mantenerlo, no voy a perder este chollo, con lo que me ha pagado Lucius, ya he pagado mis préstamos con Gringotts.
—¡Merrrlin esto es infame, el dinerrro que os ha pagado no es suyo es de Lillian!
—Eso es—celebraron al unísono— ¿cómo te llamas nueva Irinna?
—Me llamo Irina Petrova, la verrrrdaderrra Irina Petrova y no puedo creerrme esto, no podéis volverrr aquí, este lugarrr está protegido porrr buenas razones, así que fuerrra.—ordenó Irinna.
—Ups...—dijeron ambas.
—Y porrr cierrrto, él está casado, Lilly es la hija de su esposa, tiene 18 años, y "yo" soy la esposa del padre de esa niña.
—Oh…no lo sabíamos.—dijo Kendra.
—Muchas gracias—dijo Kristal con ilusión, descolocando a Irinna— los juegos de rol con traumas familiares se cobran al doble.
—Aggh!—se indignó Irinna—¡¿Dónde está Lucius?!
—Desayunando, le entra hambre después de una noche de estas.—respondió Kendra.
—Abandonad a este degenerrrado, os merrreceis algo mejorrr que serrrvirrle de esta forrrma.— aconsejó Irinna cerrando la puerta y encaminándose al salón. Bajó las escaleras con una rapidez alarmante y allí encontró a Lucius, desayunando con las hermanas Greengrass, dirigiéndose con superioridad a la mayor de ellas.
—Me alegro de que seas inteligente y sepas lo que conviene, las chicas como tú, tan ligeras, son necesarias, pero han de permanecer ocultas. — dijo Lucius
—Señorrrr Malfoy…—Interpeló Irinna fingiendo cordialidad para no armar un espectáculo.
—Agh, ya decía yo que olía a vozka, andabas cerca…—"saludó" Lucius con evidente desprecio.
—¿A qué vodka? ¿Al que mezcla usted con absenta o al que mezcla con whisky cuando recuerrrrda que Narcissa no le quierrrre ni verrr?—respondió Narcissa
—Dicen que las niñas le roban la belleza a sus madres ¿es ese el caso querida? Porque estás horrible, tienes un aspecto muy cansado, ya se te ha empezado a abultar el vientre y no te han crecido los pechos; ten cuidado, no sea que a Snape le dejes de interesar…—reveló con maldad.
—¡¿Está embarazada del profesor Snape?!—se sorprendió Astoria.
—Wow, con las mujeres que ha tenido, ha de hacerlo francamente bien— comentó Daphne sin pensar, después recibió una mirada fulminante de Lucius y reformuló su afirmación—o hechizarlas para turbar su buen juicio…
—A Severus le interrreso sobradamente Lucius, tu mujerrr bien sabe lo apasionado que es—respondió Irinna con sorna. Lucius se levantó de su asiento, apoyando las puntas de sus dedos en la extensa mesa de caoba.
—Escucha, maldita puta, estás en mi casa y vas a tenerme un respeto, no te consiento que menciones esas cosas, y menos delante de los inocentes oídos de mi nuera.
—Es la casa de Narcissa también y tú deberrrías tenerrrle el respeto de no traerrr putas profesionales a tu alcoba, mucho menos si las haces disfrazarrrrse de su hija o de mi…degenerrrado anorrrmal.—Las caras de Astoria y Daphne palidecieron y se llenaron de asco.
—Subid a vuestro cuarto, niñas—ordenó Lucius con un tono tan peligroso que a ninguna se le ocurrió rechistar, por lo que dejaron solos a Lucius e Irinna.—No entra dentro de mi escala de valores golpear o torturar a una embarazada pero puedo hacer una excepción.—Irinna rio
—¿Tienes valores? Primerrra noticia— se aclaró la garganta—Puedes intentarrrrlo a verrr qué pasa, perrro le he desvelado a Severrrrus la ubicación de Dumbroch, si me pasa algo, nadie paralizará los castigos que Severus ordene a los mooners…
—¿A qué has venido?
—A comprobarrr que las protecciones seguían alzadas y que tus invitadas siguen vivas, perrro porrr lo que veo, dejas entrarrrr a tus amigas, poniendo en riesgo sus vidas; esas chicas tienen inforrrrmación valiosa y ahorrra mismo han de estarrr queriendo matarrrlas y cazarrrlas y más después de lo de tu hijo.
—¿Qué es lo de mi hijo?— preguntó sorprendido.
—Narrrcisa debió decirrrte que intentarrron capturrarrrlo en Londres y lo llevamos a la Orrrden del Fénix parrrra protegerrrle; supuse que porrr ello habías abierrrto tu casa a las Greengrass.
—Acepté a las niñas porque Guideon me ofreció una quita del 10% y un aplazamiento de la deuda, ¿es allí donde tenéis a mi hijo y a mi esposa? ¡Exijo verle, traedle aquí!, en ningún sitio estará mejor que en su casa con su padre y su prometida.—Irinna se rio ligeramente
—Lo siento majestad pero aquí no se va a hacerrr lo que vos deseéis.—ironizó Irinna—como bien augurrrraste, a falta de Lillian, Draco, como su gemelo, es su plan B, lo capturrrarrron perrro algo, o alguien le salvó la vida quemando vivos a sus captorrres, creemos que fue Lillian desde otro plano. Nuestras investigaciones han concluido que la Orden es impenetrable parrra el tal Johan, porrr eso Draco está a salvo.
—Pues llévame allí, quiero ver a mi hijo—ordenó Lucius.
—Y yo quiero no tenerrr nauseas matutinas pero no todo lo que querremos puede conseguirrrse.—respondió ella; Lucius la tomó de los hombros y la acorraló en la pared, empujándola levemente.
—Te he dicho…que me lleves—repitió con un odio visceral, poniendo la mano en su garganta. Irinna, en cuestión de segundos inmovilizó a Lucius en el suelo y bajó sus humos.
—A verrr si te enterrras escorrria humana, no estás en liberrrtad porrrque lo merezcas ni porrrrque nos seas más útil aquí; cualquierrra puede estarrr en tu casa y cuidarrr de esas chiquillas, tú no estás en Dumbroch a merrrced de lo que a mi me apetezca porrr que yo no quierrro que tu mujerrr ni tu hijo sufran, porrr que si porrr mi, o porrr Severrrus fuese, te estarrrias pudriendo allí hace semanas ¿te queda clarrro?—Lucius solo gruñó, e Irinna, queriendo vengarse un poco en nombre de Lilly, le zafó del pelo, acercándolo a ella.—Que si te queda clarrro, Malfoy.
—Sí—dijo con odio.
—¿Sí qué?—Lucius sabía lo que estaba haciendo, y no quería darle el gusto, hasta que Irinna estampó su cara con el suelo y repitió la pregunta.
—Sí, señora—contestó odiándose a sí mismo.
—Así me gusta, que sepas tu maldito lugarrr—dijo Irinna, rememorando sus tiempos como aurora cuando cazaba un delincuente miserable.—Ahora, elige, o te llevo a Dumbroch.o vas a decirrrle a tus amigas que se larrrguen y no vuelvan, porrrque como porrr tu culpa entre quien no debe, te matarrré.
—No puedo decirles que se vayan si no me sueltas, zorra.—Irinna rio
—Ya me parrrecía que ibas a tomarrr esa decisión, de hecho segurrramente parrra sentirrrte que errres mejorrr que yo, vayas a desahogarrrte con Kristal, págale más y procurrra que no les pase nada, pienso investigarrr las prostitutas muerrrtas o desaparecidas, recuerrrda que les he visto la carrra.— Irinna deshizo la inmovilización.—Ah y…como vuelvas a tocarrrme, te corrrtarré las manos; a ver qué puedes hacerrr si no puedes usarrr una varrita.—Irinna se marchó con un paso marcado hacia la habitación de las Greengrass, necesitaba pulir unos detalles para dibujarse un panorama más claro de lo que podría suponer un posible enfrentamiento con Johan.
….
—Sirius, no estás siendo racional ¿crees que Lily, Alice o Marlene van a permitírtelo?—preguntó James.
—Pueden irse cuando quieran.—dijo Sirius con una sonrisa cínica, pues no habría nada que le convenciera de recapacitar.
—Está claro que puede ser difícil imaginar un escenario por el cual esto tenga una explicación inocente pero, ella te quiere, lo ha demostrado en muchas ocasiones, jamás te habíamos visto tan feliz, lo que hay cuando os miráis es distinto Sirius, es amor, amor del bueno, dale el beneficio de la duda; pregúntale al menos.— insistió Remus.
—No quiero lecciones de alguien que no ha tenido novia jamás, ¿eres acaso tú un ejemplo? Tú te niegas a estar con Marlene aun a sabiendas de que eres correspondido, porque eliges por ella no atarla a alguien de tu condición.
—Bueno, yo si he tenido novias y te digo que quizá te estés precipitando—defendió James.
—Claro, ahora que Snape amenaza mi relación y no la tuya me estoy precipitando.—dijo Sirius con enfado por no recibir el apoyo de sus amigos
—Canuto, haz lo que quieras pero te estás portando como un capullo.—advirtió Peter.
—Pues largaros—resolvió Sirius, el resto de merodeadores no se lo pensaron dos veces y emprendieron su marcha mientras Sirius miraba con el ceño fruncido, lleno de odio a Snape, casi como si a distancia pudiera tirarle un avada. Finalmente se decidió por acercarse a donde ambos estaban, pero en el último momento, no se atrevió a decir nada, era enfrentar demasiadas emociones, por lo que, tomó la determinación de hacer como Snape solía hacer con ellos, escuchar sin ser visto.
…..
—Sácame de aquí, por favor—pidió Marie temblando ligeramente. Severus salió en primer lugar, y luego, con toda la discreción del mundo trató de sacarla del agua sin mirar. Una vez arriba, Severus le puso su túnica para taparla, lo cual agradeció.
—¿Qué ha pasado ahí dentro?
—Creo que he recordado algo…algo de mi vida pasada, no sé bien cómo explicarlo.
—¿Cómo cuando entraste en la sala común de Slytherin?
—Parecido, en ese entonces fue algo automático no sé ni como acabé allí, pero ahora…sí recuerdo cosas, estaba también en el lago, algo no me dejaba subir a la superficie y sentía que iba a morir…vi a alguien…apuntándome con la varita manteniéndome sumergida, tenía el cabello muy largo, lacio y rubio, creo que era una mujer por como lo tenía de cuidado, o quizá era el hombre con el mejor cabello del mundo, pero…
—Al grano Marie...¿qué me importa el pelo de quien intentaba matarte? Deberías ordenar tus prioridades. —Marie rio ligeramente y apoyó su cabeza en el hombro de Severus.
—Es cierto, pero no hay mucho más…sé que yo decía unas palabras, creo que eran para liberarme pero… no estaba funcionando nada, y después me hiciste volver aquí.
—¿Has estado practicando la oclumancia? Recuerda que es peligroso que si alguien te sigue pueda meterse en tu mente.
—Bueno es que….James se centra más en…hechizos de ataque, Lilly sí me incentiva a seguir con ella pero le resulta difícil comprobar si lo he hecho correctamente, no es muy buena legemerante.
—Es una legemerante nefasta—confirmó Severus.—así que todas las precauciones que te recomendé, no las has seguido—concluyó Severus.
—Sí lo he hecho, antes de dormir ponía en práctica lo que me enseñaste y pensaba que lo estaba haciendo bien porque hasta ahora no me ha pasado nada de esto.
—Me da la impresión de que esto te ocurre en situaciones que fueron similares o iguales en tu vida anterior.
—Ni idea pero…es algo que odio y que me asusta, Dumbledore me dijo que haríamos sesiones privadas de recuerdo, pero han pasado casi seis meses de aquello y todavía nada,
—Quizás piense que forzarte a recordar puede ser peligroso o está haciendo sus propias averiguaciones.
—Si te soy sincera, no sé si quiero saber, me siento feliz aquí, tengo amigas, amigos, a mi novio, saco buenas notas, y…a pesar de bromas de mierda como esta o de tener que dar clases particulares y hacer los deberes de otros para comprar vestidos o regalos de cumpleaños, no puedo quejarme.
—Hogwarts no durará siempre Marie, has de recordarlo.— Sirius arribó hasta donde estaban y se ocultó entre la vegetación, disponiéndose a escuchar.
—Pero vosotros sí, además tú y yo, somos algo más que amigos, ¿recuerdas?
—Como para olvidarlo…es de lo poco importante que me ha pasado en la vida, pero en algún momento nos hartaremos el uno del otro y lo sabes.
—Nah, me quieres demasiado como para hartarte de mi, y como buen político que vas a ser, por muy enfadada que esté, al final consigues convencerme de lo que sea.
—Algo que seguro que le encantará a Black….
—Hablando de él…en algún momento quiero contarle todo…—Severus empezó a negarse—estoy harta de secretos Severus, no puede ser que esté pasando todo esto y él no lo sepa, quiero contarle la verdad sobre "mis padres", sobe mi, sobre como empezó todo, sobre nosotros, sobre lo que me pasó el día del incendio...
—¿Quieres una prueba de que eso sería una muy mala idea? Intenta confesarle que en realidad perteneces a Slytherin, verás como de pronto te despreciará.
—Estoy segura de que será comprensivo, además yo no tengo la culpa de eso ni de todo lo demás; él me quiere, no creo que dejase de hacerlo por esa tontería.—Una rama recién aplastada sonó en el ambiente, Severus sacó su varita y miró alrededor pero no había nada. Lo que Severus no supo en aquel momento, es que Sirius había decidido marcharse lleno de malas interpretaciones de sus palabras y convencido de estar siendo engañado por Marie. Primero le diría a Mcgonagall y a Dumbledore que una Slytherin se había metido en Gryffindor; así, de paso, los tendría entretenidos y podría montar su fiesta sin el peligro circulando por los pasillos, y por último, les diría a sus amigos que él tenía razón.
—Tú misma, conozco al ególatra de tu novio, todo lo que tenga que ver con mi casa, conmigo, a sus ojos está contaminado, ya sabes cómo se comportó con su prima y con su hermano.
—Confío en él Severus, ahora piensa mejor las cosas no es tan impulsivo.—hizo una pausa—entiéndeme, no me siento plenamente honesta cuando tengo miedo de estas cosas, de mi pasado en general y no puedo contárselas a él; aun no entiendo por qué lo mantenemos todo en secreto.
—Si fuera por mi, me daría igual que se lo dijeras, igual hasta tenia la suerte de que Black se alejara de ti, pero Lily y Potter tienen sus razones, háblalo con ellos.
—Lo haré—declaró Marie, de pronto se levantó bastante viento haciendo que Marie pegara la túnica de Severus a su cuerpo para protegerse del frio—deberíamos irnos o pillaré una pulmonía.—Severus, al no poder invocar la ropa de Lilly Snape debido a que Hogwarts tenía esa protección por si los alumnos hacían algo inadecuado, clonó la suya; les resultó complicado cruzar los terrenos del castillo y acudir hasta la lavandería para conseguir un uniforme de la chica; una vez cambiada y seca, corrieron para no perderse la cena y se sentaron en los sitios más próximos a la puerta para no destacar. Marie no encontró cenando a sus amigas ni a su novio e imaginó que era debido a que todos estarían en el cumpleaños de Sirius.
Cuando acudió a su torre no encontró a nadie conocido allí, supuso que quizá la fiesta había empezado más pronto y Sirius se habría tenido que ir sin ella para no quedar mal con todos los demás; subió a su cuarto, tomó su regalo y puso marcha a la sala donde ella solía entrenar con Lily y James. Al llegar a la puerta vio compañeras suyas de otras casas en un estado de ebriedad impropio.
—¿Pero qué…? —se preguntó a sí misma al ver la sala, las luces eran bajas, la música estridente, las pociones alucinógenas se pasaban de unos a otros sin discreción, había botellas de alcohol en el suelo y le daba la impresión de no conocer a nadie; Remus y James no estaban por ninguna parte, tampoco sus amigas pero vio a Peter hablando con una chica de Hufflepuf y este, al ver a Marie, agrandó los ojos como platos, sabiendo lo que estaba por venir. Comenzó a oír que un grupo de voces coreaba "Sirius, Sirius, Sirius" y siguió el sonido quedándose helada con la imagen que se le presentó.
—¡Vamos Sirius solo te faltan unos centímetros!—gritó un chico, Julia Pevensy estaba tumbada sobre una mesa, en ropa interior, y Sirius, descamidado, deslizaba un hielo que aguantaba en la boca, sobre su cuerpo; en ese preciso instante, el cubito atravesaba los pechos de la chica y segundos después acabó depositando el mismo sobre sus labios, animado por los aplausos de todos.
—¡¿Te diviertes?!—interrumpió Marie, todos la miraron entendiendo que el juego no podría seguir, sin embargo Sirius no mutó su gesto animado y les conminó a continuar hasta que él volviera.
—Pues la verdad es que sí, pero has incomodado a mis invitados—dijo con chulería.
—Oh perdona por intervenir antes de que terminaras devorándola ¡¿de qué vas?! En primer lugar, sabes que a esa le gustas y en segundo lugar ¿acaso se te ha olvidado que tienes novia?
—Bueno, la verdad es que no sé si quiero una novia que se acueste con Snape en el lago.—rebatió con una mirada penetrante.
—¿Disculpa?
—Qué bien te sale hacerte la tonta, me pregunto cuantas veces habré caído en tus engaños—soltó Sirius en tono sarcástico haciendo una pausa—te oí hablar con Snivellus, ese que nos humilló ¿recuerdas?, de que sois más que amigos, de que querías "contármelo todo" de que en realidad eres una asquerosa Slytherin y oh…sí, estabas desnuda con él.
—Sirius..estás sacando absolutamente todo de contexto, Severus y yo tenemos familia en común, lo supimos hace poco pero no te lo quisimos decir porque tú…
—Ahórrate las mentiras, he escuchado suficiente.
—Oye Sirius, una fiesta fantástica, ¿Cómo has conseguido whisky del bueno?—irrumpió Richard Allen, el alumno de Ravenclaw que había planeado toda la broma de las sirenas.
—¡Eres tú!—se sorprendió Marie, el chico la reconoció y comenzó a reírse.
—¡Cielos pero si eres Mikaelson, no sabía que vinieras a la fiesta!—dijo despreocupado—¿Sin rencores no? Ha sido una broma divertidísima.—Marie frunció los labios y decidió que podía matar dos pájaros de un tiro.
—Oh claro, muy divertida, podrías contársela a Sirius, él es el rey de las bromas, seguro que aprecia tu ingenio—comentó con un sarcasmo que el chico no pilló.
—Verás, aprovechando el auge y la fascinación por las sirenas que está propagando el Profeta, decidimos montar un club ficticio de observancia de sirenas, la gente se apuntó, fingimos pruebas de selección y en la más importante, cuando todos estaban dentro del agua, desintegramos sus bañadores, escondimos sus varitas y nos deshicimos de su ropa, fueron buenísimas las caras que se les quedaron.—dijo entre risas— Kurt Hannigan llegó desnudo a la sala común, la profesora Sprout lo vio en las escaleras y se desmayó y creo que en Gryffindor Mcgonagall ha castigado a dos chicos. ¿Cómo saliste Mikaelson?
—Cuatro alumnas de cuarto curso de Slytherin que no conocían a mis prefectos y no sabían hacer hechizos de clonación de ropa, avisaron a Snape, ya que la prefecta no estaba, tengo la suerte de ser amiga de ambos y él me ayudó a salir, me prestó su túnica y fuimos a la lavandería a por el uniforme que llevo; por cierto, mi amigo Severus no es muy amante de las bromas y al saber lo que hicisteis se ha enfadado tanto que se lo ha dicho a Flint y a Dumbledore, quizá te expulsen pero eh, sin rencores.—Dijo Marie con una sonrisa cínica
—No…no hablas en serio ¿no? Venga, tu varita iba a volver a tu cuarto mañana—preguntó el chico mientras la sonrisa se le borraba.
—Oh tranquilo no pasa nada por una tarde sin varita pero cielo, voy muy en serio, imagino que todos los imbéciles que se quieren hacer los graciosos con bromas pesadas os exponéis a este tipo de consecuencias, pero siéntete orgulloso, pasarás a la historia del colegio. En fin, disfruta de tu posible última noche Hannigan, me marcho antes de que aquí empiece una orgía, feliz cumpleaños Sirius.
—Marie, Marie espera— la siguió Sirius sintiendo un abismo bajo sus pies; se había cargado la mejor relación de su vida, la única que le había hecho sentir, y todo por celos y ego; pudo haber hecho caso a Remus y a James, pudo haberle preguntado directamente, pudo haber permanecido en el lugar hasta terminar de escuchar su conversación, incluso pudo dejarla explicarse en lugar de interrumpirla como un idiota; salieron de la Sala de los menesteres, Sirius la alcanzó tomándola por la mano—lo siento, por favor, te quiero.
—¡No! No me quieres, no me toques— se zafó de su agarre— no me hables, no te dirijas a mi, ni me mires.
—Lo siento, por favor perdóname, creía que…
—Me da igual lo que creyeras ¿sabes cuantas ocasiones he tenido yo para dudar de ti? Infinidades y no lo he hecho, en mi propia casa tengo competidoras y aun así, yo he confiado en ti, pero tú prefieres sacar tus propias conclusiones, así que espero que tus absurdas concepciones te den calor por las noches, porque yo no lo pienso hacer, hemos terminado.
—No, por favor Marie —Sirius se arrodilló rogándole— tú eres lo mejor que me ha pasado nunca, no puedo vivir sin ti.
—A juzgar por tu cara con Julia Pevensy puedes hacerlo perfectamente.
—No hemos hecho nada, te lo juro, podría hacer el juramento inquebrantable si quieres.
—No quiero nada de ti, y no se trata de lo que hayas hecho, se trata de lo que querías hacer, habías tomado una decisión basada en algo que has explicado en tu propia cabeza, estabas dispuesto a dejarme y no me has desinvitado porque querías que viera todo esto porque querías "devolvérmela por haberte engañado con Snape" y por "ser una asquerosa Slytherin".—hizo una pausa— eres un inmaduro, y desconfías de mi y mientras en tu mente esté el hacerme daño de alguna forma, no mereces estar ni conmigo ni con nadie.
—¡Es que me escondes cosas Marie, tú misma lo has admitido!, quieres que confíe en ti pero no puedo ni siquiera saber por qué es James y no yo quien tiene que buscarte si desapareces, no entiendo por qué es Snape a quien acudes si te asustas, no puedo entender por qué dices que eres Slytherin, por qué aun no me has contado nada sobre tus padres ni qué te pasó el día del incendio.
—Puede que haya cosas que no sepa cómo decirte todavía, o que no pueda decirte porque no son secretos míos, eso no significa que te esconda cosas, significa que estoy encontrando el modo de decírtelas o que necesito un tiempo para hacerlo pero tú con todo esto….con esta fiesta, montando esos juegos…has llegado demasiado lejos Sirius; demuestras todo lo que Severus me advirtió de ti y lo siento, pero no pienso consentir que cada vez que te enfades o creas algo que no es, tenga que soportar que parte del colegio sepa que me eres infiel o que has estado a punto.
—¡¿Y qué te crees que pensaría el resto del colegio cuando te viese desnuda con Snape?! Tus actos también tienen consecuencias, no entiendo que no haya cosas que no me puedas decir como ¿por qué entraste sola a Slytherin?¿por qué te buscó James y yo no? ¿Por qué parece que él sabe más de tu vida que yo? Yo también tengo una dignidad que mantener, y si tú no hubieras…
—¡¿Si yo no hubiera qué?! ¡¿Sido victima de una broma pesada de ese imbécil? ¿Qué ocurrirá si me ves tumbada con cualquier amigo en el jardín? ¿Te follarás a Maddison o a Pevensy en medio de la sala común?
—No pero no quiero que des que hablar.
—¿Casi te lias con Pevensy y yo doy que hablar? Si no llego a entrar antes vería como te la beneficias ahora mismo—Sirius tomó sus manos con firmeza.—Y parece que vas a hacer lo mismo siempre que pienses lo que no es de mi.—dijo ella apartándolas.
—Te juro que no será así, por favor, confía en mi, dame otra oportunidad.
—No soy otra de tu lista de tontas Sirius, creía que eso habías sabido verlo—Marie se soltó y se marchó con premura, no aguantaba más las ganas de llorar. Al llegar a la sala común hecha un mar de lágrimas se cruzó con Remus pero no le dijo nada, no pudo articular palabra. Llegó a su cuarto y aun le frustró más no encontrar dentro a ninguna de sus amigas, por lo que se tumbó en la cama para llorar amargamente abrazada a la almohada. Remus como prefecto era el único chico que podía subir a las habitaciones de las chicas por si ocurría algo, sabía que Lily tenia ronda, que Alice había ido a Hogsmade con Frank y que Marlene estaba en la biblioteca, por lo que estaría sufriendo sola.
—Tóc tóc—dijo Remus entrando, Marie lo miró y siguió llorando como si nada. Remus se acercó y se sentó en los pies de su cama—Menuda tormenta se ha levantado de repente ¿no? El tiempo está loco.
—No hace falta que me tengas pena Remus, estoy bien—sollozó la joven Snape.
—Seguro, pero quizá un poco de chocolate te venga bien, yo siempre lo tomo cuando peor me siento.—Marie se incorporó un poco y tomó la chocolatina que el licántropo le ofrecía, comenzando a comérsela entre lloros.—¿Qué te ha hecho?
—Fallarme, acusarme de cosas que se ha inventado, cosas que tenían una explicación, no dejarme ni hablar y…montar una fiesta asquerosa para que viera como deslizaba un hielo entre las tetas de Pevensy con la boca, a saber si lo ha hecho con más — explicó entre llanto incontrolable— le he dejado, bueno no sé si ha entendido que le he dejado pero…lo que ha hecho….pensaba que me quería de verdad…
—Es un idiota—dijo Remus más para sí mismo que para ella.—Lo hace, te quiere, como amigo te lo aseguro, jamás le he visto así con nadie, pero es un inmaduro, en su casa nunca le enseñaron amor y…
—Eso es una excusa barata que os ha contado —dijo indignada y todavía sollozando—su hermano Regulus es el chico más enamoradizo que hay, arriesga todo por su novia y no conozco a los padres de Severus pero estoy segura de que él no le haría esto a Lily. A Sirius se le da genial hacerse la victima y….—paró un poco para poder respirar —no puedo creer lo estúpida que he sido Remus.— Marie abrazó sus rodillas, Lupin abrazó a Marie y ella se desahogó en su hombro. Pasado un buen rato la puerta se abrió y Marlene se alteró al ver así a su amiga, rota de dolor sobre el hombro de Remus.
—Marie ¿qué te ocurre? ¿Quién te ha hecho llorar?
—SiriusmontounafiestayestabaentrelastetasdeJuliaPevensy…—tomó aire para respirar—lohahechoparaqueyoloveaylehedejado…—dijo llorando sin control.
—¡Pero será desgraciado!—se enfadó Marlene—¡Ahora mismo voy y lo mato!¡Le voy a romper las bludgers, se va a enterar, nadie hace llorar a mi amiga!
—Creo que Marie agradecería más que te quedaras con ella Marlene—aconsejó Remus—yo hablaré con Sirius.
—¿Quién ha dicho que quiera hablar con él? Le voy a hacer desear enfrentar al mismísimo Voldemort, además, tú no vas a hacer que se arrepienta como yo.
—Créeme que no hará falta decirle demasiado, él será el primero en torturarse a sí mismo—la tranquilizó Remus.
—Remus—dijo Marie—no le digas nada a Sirius, jamás.—pidió, Remus asintió y se marchó dejando solas a las chicas. Tiempo después llegaron Lily y Alice y todas consolaron a su amiga; Marie sentía su corazón romperse a pequeños pedazos, cada cual más cortante que el anterior, apenas podía respirar o articular palabra, por lo que Lily le hizo una poción para dormir.
…..
—Pues claro que te van a castigar, te has pegado con medio Ravenclaw y te han delatado con lo de la fiesta—evidenció Peter cuando entraban por el hueco del retrato
—Yo no podía saber que se iban a poner así—se quejó Sirius con una bolsa de hielo en el ojo.
—Cortarle la fiesta a la gente borracha y llamarlos "aprovechados, lameculos y fracasados" nunca suele ser una buena idea.
—¿Y tú dónde estabas cuando me estaban pegando?—se quejó Sirius.
—Intentando quitártelos de encima—mintió Peter
—Pues no te he visto—respondió enfadado.
—Sirius, sabes muy bien que después de que Marie te mandara a la mierda estabas buscando pelea, has empujado a uno por bailar el limbo en tu trayectoria, has llamado zorra a la prefecta de Hufflepuff, te has cargado las apuestas del juego de cartas bomba; lo has ido pidiendo. Ellos no te conocen, yo sí.
—No quiero hablar de eso—dijo Sirius claramente herido a punto de subir las escaleras.
—¡Eh tú!, ¡rata asquerosa!—dijo Marlene cuando bajaba a por su gato, se dirigió a Sirius a pasos agigantados y le abofeteó, dejándole marcada una definida palma rosa en la cara.—La próxima vez que quieras jugar con el corazón de una mujer se lo haces a la desgraciada que tienes por madre pero a mi Marie ni te acerques porque la has destrozado, imbécil.
—No quería hacerle daño.
—"No quería hacerle daño"—repitió Marlene en tono de burla— Por eso restriegas la cara en las tetas de otra y la invitas a tu fiesta para que te vea ¿verdad? Más te vale no acercarte a ella en la vida porque acabarás muerto.
—Eso no ha sido exactamente as….—Marlene le puso la varita en el cuello.
—Wowowow Marlene ¿no te estás pasando?—se asustó Peter.
—Cállate Peter—dijo con desprecio y una expresión que inspiraba temor, sin despegar la vista de Sirius— todo el que te conocía un poco advirtió a Marie de los riesgos de emparejarse con alguien como tú, pero ella fue la única que confió en ti, a contracorriente de todos los demás y ahora le has quitado la confianza, le has partido el corazón y….
—Lo sé—dijo Sirius sin sacar su varita para defenderse—Marlene ha sido un error, yo la quiero, de verdad, si me dejas subir y hablar con ella…—Marlene abandonó la varita y se pasó al juego muggle, apretando los testículos de Sirius hasta que pudo cantar como una sirena.
—¿Qué no me has oído? Déjala en paz, no quiere verte, no queremos que te acerques, y si es verdad que la quieres, cosa que dudo, deja el paso libre a un hombre de verdad que sepa valorarla todo lo que tú no lo has hecho ¿te queda claro?
—Sí—contestó con voz aguda y mucho dolor. Marlene lo soltó y llamó a su gato.
—Vamos a dormir bolita —habló dulce y calmadamente al minino mientras volvía a su habitación. Sirius y Peter entraron a su cuarto y dentro se encontraban Remus y James, que callaron al verle.
—Si vais a decirme que soy un idiota, que me he cargado lo mejor que tenia en la vida, que me he precipitado y que le he hecho daño a la chica más maravillosa del mundo, ahorrároslo, ya lo sé ¿vale?—Dijo siendo incapaz de contener más el llanto mientras se quitaba los zapatos, se sentaba en la cama con las piernas cruzadas y seguidamente se tapaba los ojos con las palmas de las manos.
—Bueno ya te lo has dicho todo tú—dijo Remus medianamente satisfecho con la admisión de culpa.
.—Me ha dejado, no quiero perderla, no puedo perderla, si hubiera una manera de volver atrás en el tiempo jamás haría esa estupidez de fiesta.—se lamentó Sirius.
—James ¿tu padre no tiene influencia en el ministerio? Podría conseguir algún giratiempo—sugirió Peter. Sirius miró a James esperanzadísimo, podría arreglar las cosas, podría no herir a Marie, podría seguir con ella y valorarla como era debido para siempre.
—James, por favor, por favor hermano te lo suplico, consigue uno, no puedo con esto, me está matando—suplicó Sirius.
—No, ni hablar—se negó James— para empezar no tengo una razón de peso que explicarle a mi padre para que se arriesgue así, tú lo conoces Sirius, sabes que es muy recto y honesto con esas cosas y una ruptura amorosa no es un motivo de vida o muerte por el que adquirir un giratiempo; para seguir, ni siquiera sabemos cómo usarlo, no es que haya un manual en la biblioteca y aunque adivináramos cómo, nos llevaría meses. Por último, podríamos cargarnos la realidad, cambias lo que has hecho hoy ¿y luego qué? ¿y si por arreglar tu relación luego muere Remus por ejemplo? No podemos medir las consecuencias de lo que pasará.
—¿Y qué hago James? No llevamos tanto tiempo como tú y Lily para que me perdone algo así.
—Dudo que Lily me perdonase lo que me ha contado Remus, ¿y qué haces? Lucha—sentenció James—Escucha, una vez Marie me encerró en una sala con Snape y no me dejó salir de ahí hasta que él y yo nos quedáramos exhaustos de tanto pelear y al terminar, Snape me dijo que él daría la vida por mi, y por vosotros si Lily necesitase que lo hiciese; en ese momento, me planteé que él la merecía más que yo, por eso desde entonces intento ser mejor novio para ella, así que haz eso, sé mejor , lucha y hazte merecedor de ella; eres un Gryffindor maldita sea, nosotros no tenemos miedo a las adversidades y luchamos a muerte por lo que queremos.
—Tienes razón—se motivó Sirius—lucharé.
…
Al día siguiente, Marie bajó a desayunar con sus amigas. El aspecto de sus ojos fue comentado por algunos Gryffindor y algunos asistentes a la fiesta de Sirius.
—Venga Marie, come algo, te hará bien—dijo Alice con lástima.
—No me apetece, de verdad—dijo con tono deprimido jugando con su tenedor.
—Vamos, al menos para aguantar todas las clases, un poco de leche y unos cereales—negoció Lily.
—Está bien—cedió Marie
—Marie —oyó su nombre, y no le hizo falta mirar a quien le hablaba, pues ya sabía a quién pertenecía esa voz. —¿Puedo hablar contigo por favor? Solo un momento. —suplicó él, acuclillándose ligeramente para quedar a la altura de las chicas sentadas.
—Yo debo de hablar en sirenio, no hay otra explicación para que no lo entiendas—dijo Marlene claramente enfadada, Sirius la ignoró.
—Por favor cariño…
—Sirius es mejor que te vayas—dijo Lily, observando cómo Marie desviaba la mirada y evitaba llorar.
—¿Podéis no meteros en esto por favor? Esto es entre Marie y yo—Pidió Sirius
—No soy partidaria de inmiscuirme pero lo que has hecho no tiene perdón, le has visto los ojos cuando has pasado detrás de mi para ir a sentarte, la culpa es lo mínimo que deberías sentir por haberle hecho tanto daño, así que si hieres a nuestra amiga, nosotras la protegeremos de cualquier malnacido como tú que quiera jugar con ella—intervino Alice provocando la sorpresa de todas las demás.
—Lily ¿puedes decirle a tus amigas que…
—Que te largues Sirius—ordenó Lily mirándolo con inquina—Lo que has hecho es rastrero, lo mínimo que puedes hacer es aguantarte.
—Buenos días señoritas—saludó Mcgonagall y durante unos segundos miró desconcertada a Sirius y a las chicas, vistazo que disimuló con discreción—Mikaelson, Evans ¿Pueden acompañarme por favor?
—Pero profesora en seguida van a empezar nuestras clases—se extrañó Lily
—Estoy segura de que estando en dirección no les sancionarán por faltar a clase.
—¿En dirección? ¿Qué hemos hecho?—Preguntó la pelirroja, Mcgonagall no contestó y las invitó a seguirlas; en la puerta se encontraba Severus quien había sido interrumpido al igual que ellas en su desayuno para acudir a una reunión con Dumbledore.
—¿Tú sabes de qué va esto?—susurró él a Lily.
—Ni idea—susurró ella, Severus se giró a Marie para hablarle y se sorprendió de su mal aspecto.
—¿Y a ti que te ha pasado?
—Que tenias razón con Sirius desde el principio, eso ha pasado—dijo en un tono frio, dando a entender que no quería hablar del tema, Lily le hizo unos gestos a Severus para indicarle que después se lo contaría.
—Adelante muchachos—indicó la profesora de transformaciones, dentro esperaban el director, y el profesor Slughorn.
—Buenos días queridos ¿unos caramelos picantes?—ofreció Dumbledore, los chicos declinaron—Señorita Mikaelson ¿se encuentra bien?—se preocupó el director —No parece que haya dormido usted mucho.
—Estoy bien, no se preocupe—respondió sin más
—Mis tres mejores alumnos reunidos en una sala, me encantaría crear un coloquio con ustedes sobre el noble arte de las pociones.—Dijo Slughorn; los tres muchachos, Lily, Severus y Marie, pensaron que la idea les gustaba pero temían demasiado las razones de que les hubieran convocado como para emocionarse.
—Director disculpe, ¿hemos hecho algo malo?—preguntó Lily muy nerviosa, jamás la habían llamado a su despacho sin que se tratara de una comunicación oficial de prefectos que se notificaba siempre con anterioridad.
—Verá señorita Evans, ayer el señor Black vino a verme diciendo que había oído al señor Snape y a la señorita Mikaelson decir que ella en realidad pertenecía a Slytherin; en un primer momento me pareció descabellado pero comenzó a preguntarme sobre la selección de la primera semana de curso, y esa semana no seleccionamos a nadie mayor de 12 años y al buscar su selección, no hemos hallado rastro.
—¿Sirius dijo eso?—preguntó Marie decepcionada sin dar crédito y conteniendo sus lágrimas.
—¿Y eso por qué incumbe a Lily?—Preguntó Severus—¿No nos han acusado a Marie y a mi?¿qué hace ella aquí?
—Es la señorita Evans la que me ha dado las listas de todo, suelo recordar a todos mis alumnos pero la señorita Mikaelson no es el caso.
—Tampoco yo—intervino Slughorn.—Recordaría si una alumna fuera tan brillante en las pociones desde hace siete años.
—Si no recuerdo mal, antes de este curso, la señorita Mikaelson, llevaba gafas y tenia el pelo rizado y negro ¿no es cierto?—dijo Dumbledore echando un cable a la muchacha, esta asintió dejándose llevar—quizá hubo un error a la hora de clasificarla en alguna casa, la señorita Evans jamás osaría falsificar esos listados Minerva.
—Obviamente que no— repuso Mcgonagall—sin embargo, no es normal que un dato que no aparezca, sea su selección. Si trascienden las palabras del señor Black, debemos estar completamente cubiertos y tener la certeza de este trámite cumplido. De lo contrario, el consejo de padres montaría en cólera, tenga en cuenta que hay infinidad de padres como los del señor Black que llevan años exigiendo que se repita la selección de su hijo porque debe de ser un error, porque debería ir a Slytherin; alentar la más mínima duda sería catastrófico para el sistema de selección.
—Podrían simplemente amenazar a Black con expulsarle si abre la boca—sugirió Severus, envidioso de que la palabra de Black tuviera tanto poder.
—A mi me parece buena solución—dijo Lily
—A mi también —apoyó Marie
—Por desgracia desconocemos el alcance que sus palabras hayan podido tener desde la tarde de ayer, el señor Black está castigadísimo por haber organizado una fiesta y quien sabe cuales habrán sido sus temas de conversación—explicó Minerva.
—Por lo que vi en su estúpida fiesta, no usaba la boca para hablar—dijo Marie cruzando los brazos y haciendo guardar silencio a todo el mundo, Lily le apretó la mano en señal de apoyo.
—Independientemente…hemos de asegurarnos de que figure el veredicto del sombrero seleccionador.—explicó Mcgonagall exhibiendo el miró a Lily y a Severus, que se frotaban las manos y los antebrazos nerviosos ¿sabrían de alguna manera que el sombrero nunca la había tocado?.
—De acuerdo—aceptó Dumbledore tras meditarlo unos momentos. Mcgonagall se acercó a Marie y le puso el sombrero en la cabeza, ella miraba su ropa o al frente esperando que pasara algo, hasta que se asustó al oírlo.
—¡¿Qué es esto?! Esta mente es adulta, ¡oh! qué raro me siento.
—Ni le cuento lo que siento yo...—susurró la hija de Snape.
—Tu cabeza es un caos, esta niña no sabe ni quien es—se quejó el sombrero
—La adolescencia, esa etapa tan misteriosa del ser humano, las tribulaciones nos hacen convertirnos incluso en quienes no somos o seríamos en otras circunstancias—auxilió Dumbledore enviando un mensaje cifrado al joven Severus.
—Veamos oh…eres valiente sin duda…y leal en extremo, eso está claro, defensora de los débiles y no soportas las injusticias, eres osada e imprudente y luchas por quien amas aunque pueda costarte la vida.— comenzó el sombrero.
—Yo creo que eso dice más que suficiente, es una Gryffindor—intervino Lily pero el sombrero hizo un ruido extraño.
—Ambicionas reconocimiento, amas con intensidad, demasiada intensidad incluso cuando no eres correspondida, extremadamente determinada, tus objetivos se cumplirán a costa de lo que sea, eres astuta, y hambrienta de conocimiento, incluso de aquel que no deberías poseer, y aunque no lo reconozcas, eres muy calculadora. Extremadamente protectora, quien quieras, será intocable o sufrirá un destino cruel.
—Eso me suena mucho a Slytherin querida Lily —intervino Slughorn.
—¿Entonces qué?—Preguntó Mcgonagall.
—He de deliberar…—dijo el sombrero, todos callaron esperando una respuesta, pero nada ocurría—esto es muy difícil, no es una mente blanca…hay inocencia y corrupción….me llevará un tiempo..
—Claro sombrero, lo que necesites—dijo Albus, sin embargo, pasado el minuto se empezaron a impacientar, pasados dos minutos Marie pensó que el sombrero se había dormido y este se molestó, pasados tres empezó a llover intensamente, pasados cuatro Slughorn sacó su reloj de bolsillo.
—Creo que vas a ser una hallstall querida—dijo el jefe de Slytherin, quien ante la interrogación de Marie, procedió a explicarse—es cuando el sombrero tarda cinco minutos en seleccionar a alguien, vuestra querida jefa de casa tardó cinco minutos y cuarenta segundos en ser seleccionada entre Gryffindor y Ravenclaw.
—Cierto Horace, pero vamos a dejar al sombrero concentrarse—sugirió Mcgonagall provocando un minuto más de silencio
—Lo lamento, no puedo—dijo el sombrero sorprendiendo a todos— es imposible clasificarla en una casa
—¿Significa eso que no valgo para ninguna casa?—preguntó Marie castigándose por no recordar su pasado.
—Al contrario, son dos las casas a las que podrías asistir, pero nunca he tenido tan claro que un alumno es tan apto para una casa como para otra…señor director, esta alumna pertenece en un 50% a Gryffindor y en un 50% a Slytherin, no hay nada que incline esa balanza.
—Eso sí que es una sorpresa —dijo Slughorn.
—Bueno, eso significa que aunque sea en un 50% sigue perteneciendo a mi casa.—afirmó Mcgonagall
—Si me lo permites Minerva, la señorita Mikaelson es una alumna excepcional, y al ser 50% por ciento Slytherin, también nos pertenecería, seria la oportunidad de hacer un experimento que disiparía las dudas sobre el sistema de selección; al pertenecer a ambas, podrá adaptarse igual de bien.—propuso Slughorn.
—Pero profesor eso no es cierto, en Gryffindor tiene cosas que pueden hacer que no se adapte igual en otra casa, tiene, su rutina, a su novio, a sus amigas…habría que cambiarle el horario y los ÉXTASIS están demasiado próximos para alterar de esa manera la planificación.—defendió Lily ante el nerviosismo de su amiga y al no querer separarse de ella.
—Realmente solo cambian entre las primeras o últimas horas, podríamos juntar a Gryffindor y a Slytherin en una sola clase para minimizar el descuadre, personalmente no me gusta juntar a estas dos casas pero Horace está en lo cierto, no podrían haber dudas.
—Y Lily querida, según sé, la señorita Mikaelson también cuenta con grandes amigos en Slytherin, algo nada usual desde usted y el señor Snape y en cuanto al noviazgo…por su aspecto y sus palabras diría que ya no existe, y también tenemos un Black con nosotros.—dijo Horace
—¡Pero yo no quiero ir a Slytherin, quiero quedarme en Gryffindor!—se pronunció Marie al fin, acompañando sus reclamos con el terrible sonido de un relámpago tras la ventana.
—Solo sería temporalmente—aseguró Slughorn.
—Déjenme a solas con la señorita Mikaelson—pidió el director, todos abandonaron el despacho y tanto Lily como Severus se negaron a abandonar su puesto tras la puerta, en contra de las órdenes de sus jefes de casa, aunque les acarreara un castigo.
—No entiendo nada ¿Qué es esto? ¿es un castigo? Usted sabe que no recuerdo nada, me dijo que me ayudaría a hacerlo, quizá de haberlo sabido no hubiera habido dudas ¿Por qué no me convocó en primer lugar?—se enfadó Marie.
—No es ningún castigo Marie—dijo Albus tranquilizadoramente—No te convoqué porque al consultar tu caso, descubrí que médicamente era un riesgo muy grande para tu mente forzarte a recordar, podrías enloquecer; sin embargo, que tu mente deshaga los nudos de la red que aprisiona tus recuerdos, implica un proceso más seguro.
—¡¿Y qué importa la seguridad ahora?! No quiero irme, debería poder elegir, no hacerlo condiciona mi adaptación.
—Pero tú misma reconociste ser Slytherin ¿no es cierto?—preguntó Dumbledore—Y por lo que sé, conocer quién eres es uno de tus objetivos, requiere un mínimo de investigación, investigación que no puedes hacer si te quedas en tu espacio seguro.
—Pero ¿y mis amigas?¿donde dormiré? ¿Dónde comeré? Quien me conoce me mirará mal en cuanto me vea con sus túnicas o las contrarias. Para los Gryffindor seré una traidora, para los Slytherin seré una mugrosa Gryffindor.
—Harás todo como si fueras Slytherin, lo cual no implica no poder relacionarte con las señoritas, Evans, Mckinon y Fortescue como te relacionas actualmente con el señor Snape o la señorita Black. Tómalo como un ejercicio, solo serán unas semanas.
—Debería poder elegir —insistió de nuevo—siendo que tengo la misma capacidad de adaptación debería poder decidir mi destino, porque entiendo que los padres no tengan poder de decisión, pero si un alumno sabe que quiere ir a una casa, es cruel que no le dejen porque sea obligatorio que con 11 años deba tener otros valores porque el sombrero pronuncia una casa distinta.
—Pienso igual que tú, de hecho, creo que si ahora mismo pusiéramos el sombrero sobre la señorita Evans o sobre el señor Snape, les pasaría lo mismo que a ti; es posible que fueras puramente Slytherin siendo seleccionada de niña, pero la mente cambia.—coincidió Dumbledore—No obstante, al haber muchas cosas que no se pueden explicar, y para mantener la discreción, a veces hay que hacer cosas con las que no estamos del todo de acuerdo…—hizo una pausa—como esconderle esta realidad a la persona que amas por poner un ejemplo.
—La misma persona que ha delatado a su propia novia.—dijo con amargura.
—Piensa en esto como una oportunidad de enseñarle una valiosa lección.
—Bien, pero no pienso compartir habitación con las de séptimo, si voy a ser un experimento, como mínimo déjeme estar con una amiga, porque esto no va a ser como empezar de cero, ya saben que soy Gryffindor, estaré en condiciones similares si compartiese habitación con Narcissa.—Dumbledore meditó unos momentos, realmente nombró prefecta a Narcissa para enderezar su excesivo ritmo de vida e interacción social, cohabitar con ella reforzaría el experimento.
—De acuerdo—aceptó Dumbledore—señorita Evans, tómense los tres el día libre para ayudar a la señorita Mikaelson —dijo Albus abriendo la puerta con su varita a sabiendas de que ambos estaban escuchando.
—Profesor esto es innecesario, por favor, Marie es mi mejor amiga no puede llevarla a Slytherin—pidió Lily.
—Volverá señorita Evans, es temporal, no se preocupe.
—¿Y cómo vamos a explicarlo? La gente cree que fue seleccionada en primero y no volvió por una enfermedad pero los amigos de James creen que fue seleccionada la primera semana de curso…ahora sabrán que es mentira….
—Resuélvame una duda señorita Evans, porque hay algo que no termino de comprender…¿por qué el señor Potter guardaría la verdad de sus más íntimos amigos a los que les cuenta todo?
—Díselo—dijo Severus, Lily cerró los ojos, resistiéndose, después miró a Marie con lástima.
—Fueron Remus y Peter los que encontraron a Marie en el bosque…creyeron que algún animal le habría hecho daño…
—Entiendo…—dijo Dumbledore
—Llamaron a James porque Sirius estaba en la enfermería, James quiso protegerlos de lo que les pudiera pasar y los desmemorizó…me pidió ayuda a mi y yo a Severus y el resto de la historia ya se la imagina; después se fueron al mundial de Quidditch, James fingiría no conocerla y diríamos que la habían seleccionado para Gryffindor
—No entiendo la razón de no dar la misma versión a esos chicos pero les aconsejo que devuelvan sus recuerdos al señor Lupin y Petigrew y en la medida de lo posible, le cuenten la verdad al señor Black.
—Sinceramente, me da igual lo que piense, por él voy a tener que hacer un experimento de convivencia en Slytherin así que si se vuelve loco desconociendo la verdad, que se fastidie.—dijo Marie abandonando el despacho del director.
—Señor Snape, señorita Evans, la versión oficial será que la señorita Mikaelson ha sido seleccionada para este experimento porque fue la única que en su selección resultó ser la hallstall de más tardanza y que el ministerio nos ha conminado a hacer esta prueba.—recordó Dumbledore; Lily asintió derrotada y salió de la oficina arrastrando los pies, Severus la acompañó hasta la salida—señor Snape aguarde un momento y cierre la puerta.
—Espérame, no tardo—le dijo Severus a Lily, cerró la puerta.—Yo no he hecho nada—se adelantó Severus —Potter fue quien le dijo lo de Lupin, no yo.
—Descuide, no es eso le que me preocupa—Albus hizo una pausa—estoy seguro de que la señorita Mikaelson le habrá comentado lo que le dije acerca de su pulsera.
—Puede, pero mi madre fabricó esa pulsera, no es posible que también la llevara mi abuela.
—Puede que eso fuera lo que le dijera, o puede que se tratase de una exactamente igual; no obstante, lo que quiero decirle radica en otros términos; la señorita Mikaelson es excelente duelista por lo que tengo entendido y tiene una varita de núcleo de Rougarou ¿sabe por qué eso es importante?—Severus alzó los hombros en señal de desconocimiento.
—¿Por qué se da ese nucleo a magos extraordinarios?—supuso con arrogancia.
—Entre otras cosas, pero el pelo de rougarou suele acompañar también a personas con fascinación por las artes oscuras—entre ambos reinó el silencio—Permíteme que te tutee Severus—se aclaró la garganta—No es un secreto que estás más avanzado que tus compañeros en ese tipo de disciplinas y el conocimiento no es un problema siempre y cuando se utilice de forma correcta, desde que te juntas de nuevo con la señorita Evans y la señorita Mikaelson tu trayectoria está tomando un buen ritmo, sin embargo….
—¿Mi trayectoria?
—Tus castigos se han reducido al mínimo, estás sacando notas excelentes en todo y te juntas menos con personas …de reputación cuestionable.
—¿Cómo quien?—preguntó Severus un poco ofendido.
—Los señores Lestrange por ejemplo, o, Evan Rosier, incluso he escuchado de tu buena relación con Lucius Malfoy.
—¿Son de reputación cuestionable por ser Slytherins de familias antiguas de sangre pura?—Dumbledore lo retó con la mirada.
—Sabes perfectamente por qué te lo digo, muchacho; ahora estás en el buen camino, sin embargo, compartes aptitudes y gustos con la señorita Mikaelson que pueden atraer indeseados intereses…te pido que como su amigo y pariente, no permitas que llame demasiado la atención, ni se junte con gente que claramente querría utilizar lo excelente que es para conseguir malos propósitos.
—Dudo mucho que esos indeseados intereses se fijaran en alguien mestizo, empollón y con amigos limitados.
—Me alegraría tal cosa, así me aseguraría de que tú estás a salvo de cometer cualquier estupidez y no habría peligro de que arrastrases a nadie contigo, la señorita Mikaelson sin duda te admira, y la admiración a veces es peligrosa y más para ella— hizo una pausa— Es una chica con mucho poder Severus, más del que puedas imaginar, solo tienes que observar el tiempo y sus emociones….no por nada el campo de quidditch está inundado.
—Pfff ella no puede hacer eso —dijo tomando por loco al director—¿Por qué no me dice lo que quiere directamente?—preguntó Severus, molesto por las insinuaciones, realmente le encantaría proclamar que el Señor Oscuro sí había apreciado sus capacidades como nadie lo había hecho.
—Porque eres suficientemente inteligente para comprenderlo, utiliza tu inteligencia para hacer lo que debes, la señorita Evans querrá que así sea.—Sin duda Dumbledore sabía tocar las teclas necesarias para convencer a la gente y Snape no era la excepción.
—Bien.
—Me alegra que lo comprendas, ahora, ve con tus amigas y ayudad a la señorita Mikaelson a pasar esta ardua jornada.
…
Tras pasar la mañana en Hogsmade animando a Marie, los tres amigos volvieron para la hora de la comida; Dumbledore comunicó el cambio de Marie, dejando a todo el mundo estupefacto y sin permitir a Lily y Marie decírselo a sus respectivos amigos.
Al finalizar la comunicación de este experimento Marie, Alice, Marlene y Lily se marcharon sin terminar la cena a la torre de Gryffindor. Dentro de la sala común, Marie acabó llorando y con ella todas sus amigas; los siguientes en entrar en la misma, fueron los merodeadores.
—Marie, cariño, lo siento…—dijo Sirius tocando su hombro.
—¡Quita!—le gritó ella repudiando su consuelo—¡Tú tienes la maldita culpa!¡Tú te chivaste a Mcgonagall de lo que nos oíste hablar a Severus y a mi, y gracias a eso me envían allí!
—¿Qué hiciste qué?—preguntó James con enfado.
—¡¿Cómo?! ¡¿Qué le dijiste a Mcgonagall idiota?!—saltó Marlene.
—Fue una tontería, no pensaba que me fuera a hacer caso, ni siquiera tenia sentido para mi, lo arreglaré, te lo juro.
—No puedes, soy una hallstall 5 minutos y treinta y ocho segundos ha tardado el sombrero en seleccionarme y le ha sido imposible, porque soy un 50% Gryffindor y un 50% Slytherin.
—¡Marie!—intervino Lily—La versión oficial no era esa.
—Cuéntales la verdad, al fin y al cabo Dumbledore hará lo que le dé la gana.—finalizó Marie subiendo a su cuarto.
—¿La verdad?¿Qué verdad?— preguntó Alice, Lily se vio acorralada, no quería desobedecer una orden directa de Duambledore pero tampoco dejar a su amiga de mentirosa o de loca, y mucho menos destapar todo lo que James y ella llevaban meses intentando normalizar, por lo que decidió echar las culpas sobre Sirius, pues al fin y al cabo, era el responsable directo.
—Sirius puso en duda la selección de Marie por una conversación privada y sacada de contexto que escuchó, y como Mcgonagall y Dumbledore se dieron cuenta de que hubo un error en su primera selección, le volvieron a poner el sombrero con ese resultado. Slughorn entonces dijo que Slytherin también tenía derecho a recibirla como alumna.
—Menos mal que era tu novia, no quiero saber que llegarías a hacerle si os hubieseis llevado mal.—reprochó Marlene subiendo a la habitación con Marie, seguida por Alice. Lily miró a James para hablar más tarde.
—Si pretendías alejarla de Snape has hecho un gran trabajo—dijo James bastante molesto.
—Ya hablamos de esto ayer, sé que lo he fastidiado todo—respondió Sirius herido.
—No nos dijiste que habías puesto en duda su selección ¿Por qué lo hiciste?—preguntó Remus
—Les oí hablar de un secreto, de que ellos eran "más que amigos" y Marie dijo que me quería contar "lo que ocurria" que yo seria comprensivo y Snape le dijo que si quería ver que estaba equivocada probase a decirme que en realidad es Slytherin y ella no lo negó…cuando me fui…estaba tan enfadado que…se lo dije a Mcgonagall.
—Amigo si pensaste en hacerle daño quizá no deberías estar con ella—dijo Peter
—¿Y lo dices ahora y no ayer cuando fuiste a la fiesta, Peter?—reprochó Remus.
—Ni siquiera pensé en las consecuencias…pensé en ….—Sirius se quedó en silencio y se tiró del pelo al comprender su inmadura actitud—llamar su atención…me dio tanta rabia creer que tenían algo y yo era el cornudo con el troll de Quejicus…
—Su atención la has llamado, desde luego—dijo James. Sirius tomó la determinación de arreglar los despropósitos que había causado y una vez todos los alumnos volvieron a la torre, se dirigió al despacho de Mcgonagall; en él Sirius se arrodilló para suplicarle que no permitiera que Marie fuera llevada a Slytherin y fue sermoneado por Mcgonagall por sus actos y las consecuencias que estos habían acarreado.
Pasadas las horas, Sirius contempló con impotencia como Marie bajaba su baúl a la entrada y su uniforme, mágicamente, se teñía de verde, pues Dumbledore había dispuesto que desde la cena estuviera con la casa de las serpientes. La hija de Snape abrazó a sus amigas y a otras chicas que le caían bien, James también la abrazó, al igual que Remus; Sirius, aun sabiendo que iba a recibir reproches de todo el mundo se acercó también cuando estaba a punto de salir por el hueco del retrato, al menos ese recoveco era privado.
—No pretendo que me perdones…—comenzó
—Mejor, porque no lo voy a hacer.—dijo ella más recompuesta
—Lo sé, pero te juro que lo arreglaré, haré lo que sea para que te devuelvan a Gryffindor, esto es por mi culpa y voy a remediarlo, le he suplicado a Mcgonagall y solo me he llevado broncas, pero aun así lo solucionaré, te lo prometo.
—No hagas promesas que no puedas cumplir, Sirius.—Antes de que articulara palabra, Marie salió por el hueco del retrato, fuera estaba Severus esperándola; este cruzó la mirada con Sirius y esgrimió una sonrisa de superioridad mientras negaba con la cabeza, una forma no verbal de llamarle idiota. Por una vez, Sirius ni siquiera hizo ademán de responderle, pues esta vez, Snape tenía razón, era profundamente mentecato.
….
En fin, ya has visto como es, golpeas la piedra con cinco toques, dices la contraseña y esta se retirará para que entres, bueno, tú ya has estado aquí y conoces la sala común pero, esa es la zona de descanso—dijo Severus señalando a los sofás — en esa pared se cuelgan los horarios, en esas mesas se estudia y por esa puerta….—Severus se interrumpió en su explicación al recibir una carta de Lucius Malfoy —Marie, tengo que irme urgentemente, puedes explorar a tu antojo, no pasará nada.
—Pero Sev ¿Cómo voy hasta mi cuarto?
—Como la ultima vez
—No recuerdo la última vez, me habia desmayado.
—Pues emm, yo de verdad he de irme, tengo que conocer a alguien muy importante y….¡ah, Regulus!—dijo Severus sintiendo su salvación—Lucius necesita que vaya a reunirme con él ¿Podrías terminar tú el tour de recién llegados? Al fin y al cabo está aquí por el idiota de tu hermano.—al verlo dudar, Severus ni lo pensó—Genial, toma está documentación, nos vemos luego.—el chico salió como alma que lleva al diablo por la puerta de la sala, dejando a ambos solos.
—¿Qué es eso de que estás aquí por mi hermano?
—No te lo vas a creer…—Marie le contó toda la historia haciendo que Regulus se enfadara realmente.
—Es que siempre ha sido igual…hace las cosas sin pensar y luego todos han de tenerle pena porque lo siente mucho. Me enerva que no valore la suerte que tiene, yo ni puedo acercarme a Cassandra porque su familia me puede partir el cráneo y él, teniéndote a su lado, te echa a patadas aun sin darse cuenta.
—Supongo que tú y yo estamos unidos por las malas decisiones, somos unos ingenuos, estoy segura de que Cupido se rie mucho a costa de nosotros.
—Eh, Regulus, ¿puedes dejarme los apuntes de transformaciones de la ultima clase?—irrumpió un chico castaño de ojos azules, muy guapo con semblante amable.
—Claro, los tengo en mi mochila, cógelos.— el chico miró a Marie con curiosidad—Oh, Marie, este es Guideon Greengrass, el prometido de Cassandra—Marie lo miró con los ojos fuera de sus órbita
—Encantado—le estrechó la mano—¿tú eres la Gryffindor verdad?
—En realidad soy un 50% Slytherin—dijo la chica previendo los problemas que ser de Gryffindor le podría traer.
—Mucha suerte, en fin, gracias Reg—agradeció el muchacho yéndose.
—¿Cómo….?—preguntó Marie
—¿Cómo aguanto? Es otro desgraciado más, él está enamorado hasta las trancas de Cissy pero ella ni le mira, bueno, no, peor, es su gran amigo.
—¿Cómo no vais a ser …difíciles de tratar los Slytherin si ya empezáis perdiendo? Os condicionan vuestra vida en contra de vuestra voluntad perdiendo o teniendo que ver cómo amigos tuyos se casan con el amor de tu vida, es un amargante natural.
—Acabas de describir al 80% de nuestra casa, ¿eso es lo que dicen en Gryffindor de nosotros? ¿Que somos difíciles de tratar?
—Mmmm bueno, con otras palabras pero sí.
—Obvio, a los Gryffindor les sale todo bien, no les imponen matrimonios, solo tienen que estar en la casa de los valientes y leales disfrutando de la admiración de todos y si tienen familias complicadas es tan fácil como abandonarlas y dejarles las responsabilidades a los que quedan, y encima se permiten el lujo de desperdiciar las cosas buenas que les pasan—Marie miró a Regulus con compasión y extrañeza, era evidente que hablaba de Sirius en sus palabras había un gran resentimiento, en su cara se podían advertir unas marcadísimas ojeras y su expresión amable estaba mutando en una de hastío y tristeza, muy similar a la de Severus.
—¿Quieres hablar? Me temo que necesitas un poco de apoyo y compañía—dijo Marie acariciando su brazo con ternura.
—El apoyo y la compañía son para los Gryffindor, solo dura en el colegio Marie, apréndelo o lo pasarás realmente mal.— Regulus le indicó cual era la habitación de Narcissa; al entrar, esperaba que estuviera su amiga pero no encontró rastro por lo que decidió dejar sus cosas en el nuevo armario vacío habilitado para la nueva había sido tan rápido que estaba realmente exhausta, por lo que le dijo a Regulus que no iría a cenar, si Dumbledore quería castigarla por no acudir que lo hiciera. Regulus la dejó sola y en el silencio comenzó a recordar demasiadas cosas que volvieron a hinchar sus ojos y a hacerla sentir un abismo bajo sus pies; sin embargo esta vez no pudo dejarse llevar por las emociones más de dos horas, pues Narcissa entró llorando desconsolada a su cuarto y ni siquiera se fijó en su cara.
—Cissy ¿Qué te ocurre?—preguntó su futura hija acudiendo a su cama para consolarla.
—Es Lucius, se niega a que Andrómeda venga a nuestra fiesta de compromiso, me ha amenazado con no casarse si la traigo y no sé qué hacer, no estaba preparada para esto, había previsto que mis padres se negaran pero no Lucius, lo tenia todo planeado, les he chantajeado, mentido y preocupado para que acepten, ella ya habia dicho que vendría y hasta habíamos convencido a Sirius para que ella no lo pasase mal, pero—tomó aire para respirar—….si Lucius cancela la boda porque yo la traiga, mis padres me borrarán del árbol familiar y él romperá conmigo.
—Pero tú ibas a amenazar con romper el compromiso también—dijo Marie sin comprender.
—Sí pero, contaba con que Lucius no querría que eso ocurriera y que su familia presionaría a la mía, pero siendo al revés, todos estarán contra mí y…no quiero ir sin ella Marie, nadie sabe que hablo con ella, piensan que es porque tengo un amplio sentido de la familia, pero Lucius se ha enfadado muchísimo, dice que Andrómeda es una zorra, que estaban juntos antes de quedarse embarazada de otro, que todos sus amigos estarán allí y recordarán la humillación y pensarán que yo soy igual y deshonraré a mi familia. Me ha dicho que he de elegir entre ambos y no quiero…yo le amo pero es mi hermana, Marie, no es justo.
—No, no lo es—Marie meditó unos momentos, no había pensado que romper con Sirius implicaría que no iría a la fiesta de compromiso de Narcissa, lo cual repercutiría en Andrómeda pero quería ayudarla, ella también era su amiga.—Tengo una idea Cissy, creo que sé cómo podemos ir a tu fiesta con tu hermana—Narcissa la miró con esperanza— ¿tus padres o Lucius saben algo de mi?
—Alguna vez le he mencionado a Lucius tu nombre pero, él no suele querer hablar mucho cuando estamos a solas, no creo que me prestase atención. ¿por qué?
—Poción multijugos….podría hacerse pasar por mi hermana gemela, nadie diría nada si invitas a tus dos amigas…que ahora son Slythetrin… involucraríamos a Sirius y a Regulus y así tendríamos los cabos atados, siempre y cuando, no le impidan la entrada a Sirius.
—No, de hecho mi tia cree que lo puede redimir, está encantada de que venga, pero dijiste que la poción era muy complicada de hacer y que tardaríamos un mes, y cuando se retrasó la fiesta no la hicimos porque mis padres aceptaron que Andie viniera, no da tiempo.
—No voy a hacerla, voy a robarla, se donde guarda Slughorn sus pociones privadas. Necesito que me des un pase de prefecta diciendo que estoy cumpliendo un castigo tuyo para que si un profesor o Filch me pillan esta noche, no me pongan en detención.
—No se tolera el robo en Hogwarts Marie, es expulsión directa—dijo Narcissa
—No te preocupes, Dumbledore no querrá expulsarme.—Narcissa la abrazó muy fuerte y le agradeció en el alma arriesgarse así por ella, le firmó el pase y le prestó su lechuza para enviar un mensaje; Cissy no sabría que Sirius y ella habrían cortado, no al menos hasta después de la fiesta.
—Ten mucho cuidado por favor.—pidió Narcissa.
—Tranquila, iré con alguien que sabe de esto.—aseguró Marie; sin que nadie la viera salió de Slytherin y caminó hasta la entrada de las mazmorras; allí la esperaba él, que había venido corriendo.
—Gracias, gracias por dejarme hablar contigo—la abrazó Sirius, la joven Snape sintió temblar las piernas al recibir su aroma, era embriagador y su cercanía complacía a la vez que dolía—Marie no sé cómo decirte lo arrepentido que estoy, escucha haré lo que quieras para remediar esto, hablaré con Snape para que diga que te adaptas mal y te devuelvan a nuestra casa, le pediré disculpas por escucharos, me humillaré como él quiera para que me ayude, le diré a Dumbledore que mentí o que yo adulteré el sombrero, no quiero que estés en esa casa, no quiero que te corrompan.
—Vamos a robar en el almacén de Slughorn —dijo ella sin más preámbulos, sorprendiéndolo en el acto.— Narcissa necesita poción multijugos.
—Pues que se la encargue a uno de sus esclavos ¿por qué ibas a hacerlo tú? Robar es expulsión inmediata
—Lo sé, pero Lucius la ha amenazado y no me da la gana que se salga con la suya.
—¿Que Malfoy ha amenazado a mi prima?—preguntó en tono protector
—Con cancelar su matrimonio si trae a Andrómeda, Narcissa está destrozada porque por fin había conseguido convencer a sus padres.
—Eso no es una amenaza, es un regalo, se libraría de Lucius al fin.
—Si no tiene a su hermana, pasará toda la fiesta llorando y si la trae y él lo cancela, la expulsarán de la familia, algo que ella no quiere que ocurra.
—¿Y por qué no le pides ayuda a Snape? Él es amigo de Narcissa también
—Porque es amigo de Lucius y no sé lo que me puedo fiar en esos términos y porque Narcissa no sabe que hemos roto, si lo sabe tragará con las imposiciones de Lucius al ver todo demasiado complicado.
—¿Y cómo piensas hacer que no se entere? En breve lo sabrá todo el colegio.
—Porque para todo el mundo, mañana habremos vuelto, únicamente tu hermano, tú y yo sabremos la verdad.
—Necesitas que Narcissa crea que hemos vuelto, para lo cual vamos a fingir que volvemos y yo quiero que volvamos ¿por qué no lo hacemos? Te juro que esta vez lo haré bien Marie, yo te quiero y tú también me quieres.
—¡Claro que te quiero Sirius!—dijo conteniendo las lágrimas—romper contigo no implica que no te quiera
—Marie…—suspiró aventurándose a rozar su mano—soy consciente de que lo que he hecho, todo lo que he hecho…habla de mi como un ser mezquino y despreciable, ni siquiera sé que me pasó por la cabeza, era evidente que te iba a hacer daño pero no me planteé las consecuencias, actué por impulso, soy idiota, soy inmaduro, soy visceral, soy…más dramático que una obra de Shakespeare, pero no soy retorcido ni tenia intención de causarte mal.
—Claro que eres retorcido y mezquino cuando quieres ¿recuerdas lo que hacias al principio de curso cuando nos llevábamos mal? Tienes una mente privilegiada para causar sufrimiento, de hecho me sorprende que el que esté en Slytherin no seas tú; mira simplemente la cantidad de maldades que se te ocurren cuando quieres hacerle algo a Snape; quizá era él quien estaba en tu mente a la hora de hacer lo que hiciste y no yo, pero acepta cómo eres antes de pedir una disculpa.
—No…no es verdad, no soy como un Slytherin
—¿Por qué te aterra tanto ser una Slytherin como lo soy yo?
—Tú no lo eres, todo es porque yo la fastidié y….
—El sombrero lo dijo claro, así que sí, lo soy, lo que no sé es por qué tú no.
—¿Por qué si me quieres no quieres volver conmigo?—desvió Sirius
—Porque no confío en que no me vuelvas a romper el corazón y si falta la confianza no queda nada.
—Si no confiases no me pedirías que te ayude a robar una poción ni que fingiera volver contigo por ayudar a Narcissa.
—No pienso hablar de eso, así que te propongo algo, si me ayudas dejaré que te acuestes conmigo por última vez así no arriesgarás a cambio de nada, porque en cuanto termine la fiesta no volveré a hablarte.—Sirius se quedó en silencio, estaba claro que Marie no iba a dar su brazo a torcer, y si le transmitía su intención de recuperarla, intentaría hacerlo todo por su propia cuenta, y no iba a permitirlo, pero ese tiempo fingiendo ser su novio de nuevo sería decisivo para volver a enamorarla y ser esta vez el hombre que merecía.
—De acuerdo—aceptó Sirius, sabiendo que si llegaban a acostarse, sería siendo novios de verdad otra vez, no por un pago a sus servicios.
—Este es el plan…—Marie le detalló todos los pormenores de su idea y en punidad, Sirius no le encontraba ninguna pega, era la forma perfecta de que todo saliera a pedir de boca, solo sabrían la verdad ellos dos, Narcissa y Regulus. Acordado esto, fueron al almacén de Slughorn, Marie sacó una navaja que había comprado, una que abría todas las cerraduras hechizadas o muggles, ese era el regalo de cumpleaños de Sirius que no llegó a darle. Sirius vigilaba mientras Marie identificaba la poción y se apropiaba de unas cuantas iguales para llevárselas a su amiga—Vale, las tengo, volvamos—dijo en voz baja mientras comenzaba a andar
—¿Dónde vas? No puedes ir por el pasillo central, Filch te cazará en seguida—la detuvo Sirius—ven conmigo— Sirius la tomó de la mano y fueron corriendo hasta la tercera estatua del patio, Sirius elevó la espada de la estatua y se abrió un pasadizo bajo sus pies; al cruzarlo salieron por un retrato que lindaba con la roca que hacía de puerta de entrada a Slytherin.
—¿Conoces donde está la entrada a Slytherin?—Preguntó sorprendida
—Conozco casi todo de este castillo— se quedaron en silencio.—Un novio le daría un beso a su novia para despedirse por la noche.
—No hay nadie delante, no hay necesidad—cortó Marie aunque deseara besarle. El daño que le había hecho era demasiado grande como para olvidarlo sin más.
—Entonces…buenas noches, supongo.—Sirius comenzó su marcha de vuelta pero la voz de Marie lo detuvo.
—Sirius, espera—él se dio la vuelta ilusionado—se me olvidaba…decirte que...estoy algo preocupada por Regulus, quizá deberías hablar con tus padres, habla de una forma y….su expresión…no es la misma, creo que le pasa algo.
—¿Por su ex novia?—Marie asintió—Ya, pues disculpa pero, me preocuparé por su ex cuando yo deje de pasarlo mal por la mia y ni todo el sexo del mundo que me brindes conseguirá que hable con mis padres.
—La diferencia es que él no ha hecho nada para que su novia se convierta en su ex, tú sí.—Sirius se aclaró la garganta.
—No te preocupes, él es así de dramático, un revolcón con otra y se le habrá olvidado.
—Amm…vaya…entonces quizá puedas enseñarle ya que llevabas medio camino hecho antes si quiera de convertirme yo en tu exnovia.
—No, espera, no quería decir eso…—pidió Sirius castigándose por no haber pensado sus palabras.
—Déjalo Sirius, si tú no vas a hacer nada por asegurarte de que está bien, ya lo haré yo, buenas noches.— finalizó Marie algo molesta, metiéndose en su nueva sala común.
