-Así que, será mi espada la que se encargará de fijar tu sentencia- dijo Amaterasu mientras contemplaba su propia espada.

Era imposible, su cuerpo no reaccionaba del todo tras escuchar esas palabras. Él era inocente. Él la protegió y cuido. Sin él, ella tal vez nunca hubiese entrado al mundo espiritual en primer lugar. Con todas sus fuerzas intento levantar su mano para arrebatar su máscara y tal vez así, poder salir a defenderlo. Su mano lentamente se levantaba del brazo de la silla.

-Hoy me siento generosa…creo que tengo el castigo perfecto para ti- dijo Amaterasu mientras acercaba la punta de la espada hacia él.

-Serás desterrado al inframundo…tendrás 3 días para cumplir una misión para mí. Si logras cumplirla, se te perdonara la vida y estarás condenado a abandonar tu puesto de purificador-dijo ella mientras con un corte casi imperceptible, seccionaba la mascara del erizo azul en 2 mitades - ¿Acaso no soy una diosa misericordiosa? - dijo ella mientras guardaba su espada -Akihiro, expúlsenlo inmediatamente. Entrégale una espada y déjalo a su suerte-dijo Amaterasu mientras les daba la espalda.

-Como ordene, su alteza real-dijo el príncipe con una rápida reverencia. Con un chasquido, las cadenas del erizo azul lo halaron hacia tras con tremenda fuerza y velocidad, fuera del salón de Amaterasu.

-Con su permiso-dijo Akihiro mientras se retiraba en dirección hacia donde había salido el erizo azul.

Como si saliese de un trance, Amy sintió como si su cuerpo fuese ligero nuevamente. Estaba tocando la parte inferior de su máscara cuando la mano de su madre la interrumpió.

-Amatsu…por favor-dijo ella en voz baja.

-Princesa Amatsu-llamo con voz imponente la regente de ese castillo. Amy y su madre vieron en dirección a Amaterasu. La joven eriza rosa sintió un escalofrío recorrerla. Nuevamente se había petrificado con esas 2 simples palabras. -Es una lástima que no hayamos podido celebrar tu bienvenida al castillo a como se debe. Tantos compromisos que surgen en esta fecha…-dijo la diosa para lentamente acercarse a ella. Puso un par de dedos en su barbilla y elevo suavemente su cabeza. -Algo me dice que querías hablar conmigo, así que acompáñame a tomar té- dijo mientras soltaba su rostro. Le dio la espalda y comenzó a caminar – Ven vamos al jardín-dijo haciendo un ademán con su mano para que la joven la siguiese.

Amy empezó a caminar tras ella, como si no tuviese ninguna opción. Los guardias especiales de Amaterasu, comenzaron a caminar tras ellas, como escoltas. Salieron del salón y comenzaron a caminar en los pasillos, los cuales eran demasiado largos y casi interminables. Amy sentía como cada paso era como adentrarse lentamente a un pozo sin fin.


Atravesó varias puertas y Termino estampado contra una pared de piedra. Ahora que no portaba máscara, no podía ver a los demás espíritus hacia el rostro, pues podría ser considerado una falta de respeto. Ya tenía suficientes problemas y no quería más.

-Voy a ser sincero…-el príncipe comenzó a hablar mientras aparecía frente a él. Sonic dirigió su mirada al piso –No estoy feliz con el castigo que mi madre eligió…sin embargo no puedo oponerme a ella- dijo mientras dejaba caer una espada en el piso, justo en frente del erizo azul. La espada tenía una funda negra algo elegante. El mango de la espada también se veía que provenía de una buena forja, siendo de color negro. Toda la espada estaba envuelta con una especie de cinta de tela roja.

-Ella te dio 3 días…-dijo el príncipe con tono de voz desinteresado –Para que busques un objeto que le pertenecía. Fue robado por un demonio…pero claro…-dijo caminando a su derecha -Eres un ex espíritu purificador, sin máscara, desterrado al inframundo- añadió mientras este abría una especie de pozo el cual se encontraba bloqueado por una roca con sellos sagrados -Si no te destrozan los demonios de ese mundo…-dijo mientras abría las cadenas del prisionero. Este rápidamente tomo la espada -tendrás la suerte de convertirte en uno de ellos y tal vez algún día ser ejecutado…por mi-dijo siniestramente mientras, con una fuerza descomunal, tomaba al erizo de las púas para lanzarlo al pozo. Rápidamente coloco la roca sobre el pozo, para evitar la fuga de cualquier akuma.


Llegaron a un hermoso jardín. La mesa ya estaba preparada con varios bocadillos y té recién preparado. Las sirvientas se arrodillaron y colocaron sus cabezas en el suelo.

-Nos honra con su presencia su Alteza Real Amaterasu y su majestad Princesa Amatsu-dijeron todas las sirvientas al unísono.

Amaterasu asintió. Las sirvientas inmediatamente se levantaron y salieron de la habitación; todas excepto una con ropas diferentes, probablemente de mayor rango que las demás. Sus escoltas se aseguraron de que las sirvientas ya hubiesen salido del pasillo. Hicieron una reverencia a Amaterasu. dejando en privacidad a su Alteza y su nieta. La sirvienta de mayor rango procedió a colocar las tazas de té y servir la bebida en ellas.

-Son muy eficientes…-dijo Amaterasu mientras tomaba asiento. -Solo las mejores sirvientas tienen el honor de venir al castillo- empezó a tomar.

Amy observó como la sirvienta tomó la tetera y sirvió la bebida en el vaso de Amy.

-Muchas gracias-dijo la joven princesa, pues aún portando la máscara, no estaba acostumbrada a los servicios.

-Déjanos a Solas- dijo Amaterasu secamente. La sirvienta realizó una reverencia y rápidamente salió por la puerta, la cual fue abierta por sus guardias y cerrada por los mismos.

-También, solo los mejores y más habilidosos guerreros del mundo espiritual son invitados a pertenecer a mi escolta personal…-dijo mientras tomaba un bocadillo el cual, de manera disimulada, lo colaba bajo su máscara, sin retirarla.

En ese momento, Amy recordó que Sonic había hablado con ella sobre algunas cosas del palacio real, principalmente de quienes tenían la fortuna de vivir ahí y servir a la familia real. Recordó que muchos de los espíritus hacían hasta lo imposible para poder pertenecer al personal del palacio, pues servir a la nobleza era un método seguro para ser considerado un ser honorable. Luego recordó sobre los guardias. Estos eran habilidosos guerreros que servían al ejercito que protegía al palacio y al resto del mundo espiritual ante una calamidad, los cuales eran comandados por el General. Pero nunca había escuchado sobre la escolta personal de Amaterasu. Probablemente era tan exclusivo ser miembro que no era algo de conocimiento público.

-Amatsu querida, debo de admitir que todo esto debe de ser abrumador para ti, pero no te preocupes, tendrás muchos siglos para que puedas aprender y ejecutar tus funciones-dijo Amaterasu mientras tomaba otro sorbo de té. -Adelante, come algo, bebe té…disfrútalo-

Amy tomo la taza que estaba servida. Observo su contenido, pero se detuvo.

-Su alteza real…-dijo ella en voz baja

-Amatsu, estamos en privado, no hay guardias ni servidumbre cerca, por favor llámame abuela- dijo de manera alegre -Si gustas, puedes retirar tu máscara y comer, adelante- dijo ella mientras agitaba alegremente su mano para motivar a su invitada.

-Abuela…-dijo ella en voz baja mientras deslizaba su máscara y dejaba ver su rostro, dejando ver un semblante triste -Yo…tengo que decirte algo-

-¿Hm?-pregunto su abuela, mientras comía otro postre

-El erizo que fue castigado…es inocente…-dijo la eriza mientras apretaba sus manos bajo la mesa, como una seña de acumular valor para dejar salir esas palabras.

-Oh Amatsu…tú lo escuchaste, él confeso su crimen y la sentencia fue dictada- dijo la anfitriona desinteresada mientras levantaba su taza para tomar más té

Tomo aire y se armo de valor para seguir hablando -No, él es inocente…fui yo quien le pidió no regresar al palacio…-dijo con ciertos nervios, pero luego, tomo más determinación -Yo fui quien le ordeno no usar su máscara y viajar…-

Fue abruptamente detenida por el sonido de la taza de su anfitriona, siendo colocada bruscamente en la mesa.

-Oh Amatsu querida…- dijo Amaterasu en tono serio - ¿Acaso no vez que fui compasiva con él? Una transgresión de ese tipo debía de ser castigada con una ejecución inmediata- dijo ella mientras con su mano izquierda, jugaba con las cuentas de su collar, al cual estaba dedicándole atención – Además, él está acostumbrado a eliminar akumas, probablemente le vaya bien…- completo mientras movía su rostro, ahora observando a su nieta.

Amy sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

-Pero suficiente, dejemos ese tema de lado…-dijo Amaterasu cambiando su tono por uno más alegre -hay que hablar sobre tu habitación, ¿te gusto? Tu padre quería que fuese más grande y ostentosa, pero…-

-Sálvalo-

- ¿Eh? - dijo Amaterasu un poco asombrada por la palabra que había sido mencionada por su nieta

-Sálvalo…por favor…-dijo Amy con una lágrima corriendo por su mejilla

-No puedo hacerlo-dijo Amaterasu completamente seria -Debe de cumplir o fallar la misión que le fue encomendada. Es parte de su Juicio-completo.

Amy cerro más sus puños con toda la fuerza que tenía. Agacho su cabeza para ocultar mas lagrimas que salían por la frialdad de las palabras que emitía su abuela.

- ¿Este espíritu realmente es alguien importante para ti? -pregunto Amaterasu

La eriza no podía articular mas palabras y simplemente asintió.

-Oh Amatsu, no debes porque sentirte mal, esto no es tu culpa. Tal vez inclusive en un par de siglos lo olvides y ya-dijo Amaterasu mientras se levantaba de su lugar y se dirigía hacia ella- Muchos espíritus llegan a perder el rumbo y llegan a ser condenados, así que no te preocupes, ahora estás con tu familia, en tu hogar. - menciono mientras acercaba su mano derecha a la barbilla de la chica, elevando su rostro para obligar a verla a la máscara real que portaba -Me aseguraré de que cumplas con tus responsabilidades mi querida nieta, verás que tu vida de palacio será fabulosa- dijo ella intentando animar a su nieta, quien aún tenía lagrimas corriendo por sus mejillas.

-Yo…deseo retirarme…-dijo la eriza en voz baja

Amaterasu retiro su mano de la barbilla de la chica.

-De acuerdo- dijo su abuela regresando a su lugar

Amy lentamente se coloco la máscara. Realizo una reverencia ante su abuela y se levantó. Se dirigió a la puerta, la cual fue atendida por la escolta de Amaterasu. Empezó a caminar rápidamente por el pasillo, queriendo encontrar su habitación en cuanto antes.


Mientras la princesa consorte Inari caminaba por los pasillos del castillo junto con sus sirvientas, miro como el príncipe Akihiro caminaba en sentido contrario. Justo en cuanto se encontraron, ambos se detuvieron.

-Mi príncipe-dijo ella agachando levemente la cabeza para saludarlo

-¿No me digas que te dirigías a la habitación de Inari?- hablo él un tanto cortante

-No. La princesa se encuentra en una reunión con su Alteza real- respondió ella mientras ahora le dirigía la vista a él -Me encontraba realizando unas tareas encomendadas por su alteza real, y ¿tu? ¿Has cumplido con la condena del prisionero? -

-Tal y como lo ordeno su alteza real-Menciono su esposo de manera seria

-Ya veo…en ese caso seguiré mi travesía hacia…-no termino la frase ya que, a lo lejos, observo a su hija cruzando un pasillo a lo lejos con gran prisa, dirigiéndose a su habitación. Inari dio un paso intentando avanzar, siendo detenida por su esposo, quien sujetaba su brazo.

-No puedes…-dijo él

Inari nuevamente observo hacia el pasillo en el que había visto a su hija correr.


Amy llego a su habitación, en las afueras de la puerta, se encontraban 2 sirvientas, las cuales hicieron una reverencia y abrieron la puerta. Amy entro y retiro su máscara. Kon se encontraba en la recepción.

-¿Amy?-preguntó Kon preocupada

Amy dio apenas unos pasos y se dejó caer.

-Fue un error regresar…-dijo ella.

Kon se levantó y se acercó a ella, rodeándola, tratándola de consolarla.

Después de unos minutos, Amy logró conversar con Kon, informándole sobre lo acontecido con Sonic y con su familia.

-Como lo siento Amy…-dijo Kon mientras agachaba sus orejas

-Espero que Sonic pueda superar la prueba-dijo Amy

-Esperemos que sí-dijo Kon en voz baja…sabiendo que sus probabilidades de sobrevivir…eran casi nulas.