Los personajes de esta historia pertenecen a la increíble Stephanie Meyer, la trama pertenece a la asombrosa autora CaraNo, Alepattz la tradujo, sullyfunes01 es nuestra prelectora, yo tengo el permiso para publicarla.
Thank you CaraNo for allowing us to share this amazing story in Spanish!
35 - ROMA EN ENERO
BPOV
"¿Lista para el show?" le pregunté a Rose, mirándola en el espejo mientras nos preparábamos para el espectáculo de Maserati. "Pareces nerviosa".
Todos teníamos un papel que desempeñar esta noche.
Emmett y yo íbamos elegantemente vestidos. Yo con un vestido satinado en naranja rústico -tacones de piel de ante a juego- y Emmett con un traje de lujo. Él era mi acompañante desde que la pierna de Whistler lo retuvo. Bueno, Emmett, Alec y yo también habíamos tenido algo que ver. Pero él nos empujó a hacerlo con su charla sobre ir esta noche. Así que, Alec y yo lo habíamos sedado, y Emmett le había puesto un maldito yeso en la pierna. No muy grande. Medio pie por debajo de la rodilla, y alrededor de un pie por encima de ella. Le impediría hacer cualquier tontería, como correr con una maldita pistola o algo así.
Se había puesto furioso cuando se despertó, claro, pero se la había chupado y punto.
Bueno, seguía cabreado, pero al menos ya no gritaba.
Además, nuestro plan no funcionaría si él asistía, de todos modos.
Estoy divagando.
Rose también tenía un papel que desempeñar, pero no entraría en el "espectáculo" hasta más tarde.
"Sí, lo estoy", rio nerviosa, subiéndose la cremallera de su sudadera negra. "¿Tú no?"
"Oh, lo estoy", aseguré con un resoplido. Diablos, nerviosa no lo cubría. Estaba cagada de miedo. "Pero es lo que hay, y si algo he aprendido aquí, en Italia, es a centrarme. Mantener a la familia en tu mente, eso es todo. Hacemos esto por la familia".
Todavía me estaba convenciendo de lo que acababa de decirle a Rose, pero lo estaba consiguiendo. Esconderme no era una vida que quisiera, y esa era la única opción si nos alejábamos. Además, no recuperaríamos a Ed.
Después de maquillarme, volví a dirigirme a Rose.
"No, esta noche no se trata solamente de la familia, pero..." Me encogí de hombros. "No podemos evitar a quien amamos, ¿recuerdas? Y por desgracia amamos a esos tontos irlandeses".
Puso los ojos en blanco, pero también vi la pequeña sonrisa.
"No te contengas", bromeó.
"No lo haré", respondí tajante, comprobando el espejo por última vez. "Ya le he dicho a Edward lo que pienso de esta noche".
Lo hice.
El objetivo principal de esta noche era hacerle creer a Aro que éramos unos tontos aficionados, y teníamos un plan detallado para ello, pero también era porque Whistler y Emmett querían enviarle un mensaje a Aro. Sí, iban a robar el prototipo de Maserati para hacerlo explotar delante de la villa de Aro en Cerveteri. Su pequeña manera de hacerle saber que "estaban activos". Tontos todos ellos.
Pero había una cosa más.
Emmett y Whistler esperaban descubrir esta noche quién era el soplón.
Desde que salimos ayer de nuestro escondite temporal, habían apartado a James, Kellan, Adam e incluso a Sam. Uno por uno, todos habían sido alimentados con una mentira. Y esta noche averiguaríamos si esa mentira había llegado hasta Avellino. Por ejemplo, Emmett le había dicho a James que íbamos a ir a un hotel después de la exposición de coches, pero no era así. Así que Eric condujo hasta el hotel y usó su magia para hackear el sistema de seguridad. Si algún Avellino aparecía en el hotel, sabríamos que James había informado a Aro de esto. Luego estaba Adam. Nos iba a llevar a la exhibición de autos esta noche, y le habíamos dicho que nos recogiera frente a un hotel diferente al que nos alojamos. Si personal de Avellino visitaba ese hotel, lo sabríamos.
Y así sucesivamente. Una mentira para cada uno de ellos.
El único problema era Sam. Estaba fuera esta noche, descansando en un hotel. Lo necesitaba después de lo que había pasado. Pero pensamos que aún podía ponerse en contacto con los italianos. Quiero decir... tenía un maldito teléfono, después de todo.
Era solamente un primer intento, y Whistler me había dicho que podría pasar un tiempo hasta que atrapáramos al bastardo, pero era lo que podíamos hacer. Y hasta entonces, estábamos separados. Los "sospechosos" no recibían tareas importantes, y ya no vivíamos juntos. Rose y yo estábamos en un hotel con nuestros esposos y los niños. Eric también estaba aquí. Y luego teníamos a los demás -que no sabían dónde nos alojábamos- en otro hotel.
Eric y Whistler iban a seguirles la pista esta noche.
*O*O*O*
"Te ves bien, Bella." Emmett dejó escapar un silbido bajo.
Sí, lo hacía para sacar de quicio a mi posesivo marido.
El marido mencionado estaba sentado detrás de Emmett, en un sofá. Se oían gruñidos mientras él y Eric trabajaban en los computadores que ocupaban todo el espacio de la mesita.
"Gracias, Em", me reí entre dientes, pasando a su lado para acercarme a Edward. "¿Todo bien, cariño?"
"No", refunfuñó, con los ojos fijos en una de las pantallas. Sin embargo, sonrió cuando Autumn, que estaba pegada a su espalda, se acercó y le besó la mejilla. "Pero supongo que tengo a Ojos Azules aquí para hacerme compañía esta noche".
"Yo tengo los ojos azules, Edward", dijo Autumn.
"Lo sé, nena", se rio entre dientes.
Dios, eran tan jodidamente tiernos.
"¿Lo cuidarás esta noche, Autumn?" pregunté, sonriendo cuando Edward me lanzó un ceño fruncido. "Está un poco gruñón".
Ella soltó una risita. "Edward es gracioso cuando está deprimido".
Hmph.
"Hora de prepararse, Bella", oí decir a Emmett detrás de mí.
Mirando por encima de mi hombro, le vi abrazando fuertemente a Rose. Sabía que estaba preocupada.
"De acuerdo", suspiré, volviéndome hacia Edward. "¿Pinganillo?"
Los que estamos usando esta noche eran mucho más pequeños y había que usar pinzas para sacarlas, pero era para asegurarse de que los demás no las vieran.
Asintió y Emmett se acercó para ayudarle a levantarse del sofá.
Una vez que Emmett, Rose y yo recibimos nuestros auriculares y micrófonos, Edward les dijo a todos que salieran de la habitación.
Él también estaba preocupado.
"¿Cuchillo mariposa?", preguntó, y abrí mi bolso de mano azul oscuro, donde llevaba la navaja, una tarjeta de crédito, mi Vertu y un espray de pimienta. Comprobó el contenido, asintiendo para sí mismo, y me acerqué para alisarle la arruga del entrecejo. Realmente odiaba esta parte. "¿Y dónde está el micrófono?". Levanté la muñeca. Había enganchado la pieza a la correa de mi reloj. "¿Y el auricular? Giré la cara, mostrándole la oreja izquierda. "Bien. ¿Y te acuerdas de todo? ¿El plano? ¿Las líneas?"
"Lo recuerdo", respondí suavemente, mirándole. "Estaré bien, cariño. Y tengo a Emmett, ¿de acuerdo?"
Resopló en voz baja. "Será mejor que mantenga sus malditas manos para sí mismo."
Suspiré.
Estaba siendo ridículo.
Emmett era tan adicto y fiel a Rose como Edward a mí.
Hombres, ¿eh?
"No me pongas los ojos en blanco, mujer", argumentó. "¿Has visto qué pinta tienes?" Se pellizcó el puente de la nariz. "Puto pecado".
Sonreí satisfecha.
"Tu pecado, ¿recuerdas?"
Sí, eso lo descongeló un poco. Entonces, cerré la distancia y puse mis manos en su pecho. "Solamente tuya". Me acerqué y besé su mandíbula. "Y esta noche, cuando Emmett y yo volvamos, quiero que me demuestres lo tuya que soy".
"Carajo", maldijo antes de besarme.
Ungh.
"¡Cabrones insaciables, tenemos que irnos!"
Emmett. Maldito seas.
"Te amo", exhalé. Nuestras frentes se conectaron. "Estaré bien, ¿bueno?"
Asintió con la cabeza, los ojos cerrados. "Cuídate. Prométemelo, princesa".
"Lo prometo".
Para aligerar la tensión, añadí: "Ahora voy a robar el nuevo auto concepto de Maserati".
Funcionó, y él ahora estaba totalmente celoso.
*O*O*O*
"¿Algo?" Preguntó Rose, sentada frente a nosotros.
Me senté con Emmett por una razón. Todo era parte del plan. Era importante.
Especialmente ahora con Adam aquí.
Negué con la cabeza, aún revisando la lista VIP de asistente al espectáculo.
"Todavía no", dije, pasando una página.
Estábamos en la limusina, de camino a la exposición de coches, y Adam -que nos llevaba- nos había proporcionado la lista de invitados, que ahora estábamos repasando Emmett y yo. Pero aparte de Aro Avellino, no pudimos encontrar ningún otro nombre conocido.
Espera. "Ese", le dije a Em, señalando un nombre. "Stefan Ztano. Trabaja para Aro, creo".
Recordaba vagamente el nombre de cuando estuvimos en Cerveteri.
Encendí el micrófono y repetí el nombre a Eric y Edward.
No pasó mucho tiempo antes de que Eric respondiera en nuestros oídos. "Sí. El jefe de seguridad de Aro. Buen trabajo, Sra. C."
Sonreí para mis adentros.
Yo podía hacer esto.
"Sabes lo que haces, Bella", Emmett se rio mientras seguíamos revisando la lista. "Italia te ha sentado bien".
Me sonrojé un poco.
"Llegamos, chicos", Adam anunció desde adelante.
Respiración profunda.
Estábamos preparados.
"Toma", dijo Rose, entregándome la foto del coche por el que habíamos venido. "Nos vemos mañana", añadió mintiendo.
Todavía no sabíamos si se podía confiar en Adam -a pesar de ser el hijo de Siobhan McKenna-, así que la historia oficial era que Rose no se encontraba bien y, después de dejarnos, Adam iba a llevarla a Urgencias por "dolores de cabeza y abdominales".
Lo que Adam no sabía era que mi Lamborghini estaba esperando a Rose en el hospital.
La volveríamos a ver en una hora.
"¿Y Bella?" Asentí con la cabeza, estudiando la foto. "No te acerques demasiado a mi esposo, ¿de acuerdo?"
Era una actriz muy buena.
"Rosalie", suspiró Em con pesadez.
También era bueno.
"Dile que es ridículo, Bella", me dijo Eric en el auricular. "Adam sabe lo sólidos que son Edward y tú. Solamente el contacto físico le hará creer lo contrario".
Bien.
Sabíamos que esto sería lo más difícil de conseguir; hacer creer a los demás que había algo mal entre Whistler y yo, teniendo en cuenta que llevaban semanas viviendo con nosotros. Fue más fácil para Rose y Em, simplemente porque aún eran nuevos para los del equipo.
"No empieces otra vez, Rose", le advertí. "No es culpa mía que seas insegura".
"Basta", dijo Em con firmeza antes de volverse hacia mí. "¿Has terminado con la foto?", me preguntó en voz baja.
Sabía que teníamos la atención de Adam.
Asentí y miré la foto por última vez.
Al igual que en el Salón del Automóvil de Frankfurt, Maserati mostraba esta noche sus dos autos conceptuales, pero solamente íbamos detrás de uno de ellos. El GranCabrio Fendi era el elegido. Una cosita elegante en gris oscuro. Un coche deportivo. La casa de moda Fendi se había asociado con Maserati para crearlo y, según Emmett y Edward, a Aro le gustaban los coches deportivos, por lo que ignorábamos el otro prototipo: el SUV Kubang.
Este era el campo de Rose. Desde que nos separamos en Chicago, se había vuelto muy experta en coches.
"Ok, he terminado", dije, y le lancé a Rose una última mirada. Una mirada aguda. Una que le dijo que estuviera en guardia. Porque, como ya mencioné, no sabíamos si teníamos la lealtad de Adam, y ahora estaba sola en un coche con él.
Sin embargo, Adam no iba armado -se aseguró Emmett- y Rose sí.
Y ella sabía cómo usar su Glock.
Ella me asintió una vez.
Bien. Es la hora.
Fue a propósito que Emmett alcanzara la puerta antes de despedirse de Rose.
"Allá vamos". Sonrió satisfecho y abrió la puerta, saliendo antes de ofrecerme la mano.
"¿Y yo, cariño?" Rose preguntó cuando salí.
Emmett suspiró de nuevo, y se inclinó para darle un beso de despedida, entonces él cerró la puerta de un portazo.
En el momento, Adam tenía muy claro que el matrimonio de Emmett y Rose no era... tan estable como el de Edward y yo.
Ahora solamente teníamos que convencerlo de que había una ruptura entre Edward y yo, también, lo que sería considerablemente más difícil.
Y no era solamente a Adam. No, era a todos los demás, también. Estábamos creando caos aquí, no solamente por el drama de esta noche, pero más sobre eso más tarde.
"Por fin", rio Emmett.
En mi periferia vi que la ventanilla estaba bajada en el lado del pasajero de la limusina. En otras palabras, Adam podía oírnos.
"¿También era así en Chicago?" Pregunté, tocando su bíceps.
"Me temo que sí", respondió, poniendo su mano en la parte baja de mi espalda. "Pero no pensemos en eso ahora, ¿eh? No cuando te tengo de mi brazo, preciosa".
"Será mejor que te comportes, hermano". La voz de Edward llegó a nuestros oídos, y Emmett se echó a reír. "¡En serio!"
Oh, por el amor de...
"De acuerdo, vamos", rio entre dientes, y nos pusimos en marcha, caminando hacia la entrada. Era muy llamativo, por supuesto. Vestidos elegantes, trajes caros.
Incluso había algunos famosos, lo que significa que había alfombra roja, por no hablar de los paparazzi. Por suerte, pasamos desapercibidos ante las cámaras mientras caminábamos por la alfombra. Ojalá supieran por qué estábamos aquí.
"Todo un acontecimiento", murmuré.
"Por no decir otra cosa", coincidió Em. Sus ojos escudriñaban a la multitud. Estaba trabajando, simple y llanamente. Entonces se inclinó y me susurró al oído. "James está en la entrada".
Solté una risita y le di una palmada en el pecho.
Para mis adentros, ponía los ojos en blanco.
Pero tenía que actuar, ya sabes.
Sabíamos, por supuesto, que James estaba aquí, y él sabía que yo estaba aquí con Emmett. Solamente que no sabía que íbamos a hacerle dudar del vínculo entre Whistler y yo. Y a medida que nos acercábamos más y más a la entrada, noté que nos miraba con interés, obviamente preguntándose por qué Emmett y yo estábamos tan cerca.
James, Adam y Kellan tenían tareas aquí esta noche, pero estaban bajo la estricta orden de "seguir sin hacer preguntas".
"Kellan ya está dentro", nos informó la voz de Eric. "Ha encontrado a tres en la seguridad del Maserati que cree que trabajan para Aro".
Tomo nota.
Para otros, parecería que Emmett dejó caer un suave beso en el interior de mi muñeca, pero yo sabía que no, por supuesto.
"¿Alguna noticia de Rose?" susurró contra mi micrófono.
Estaba muy preocupado. Lo supe por el ceño fruncido Cullen.
"A dos minutos del hospital", respondió Edward. "La estoy vigilando".
Emmett exhaló aliviado, aunque solamente fuera un poco.
Llegamos entonces a la entrada y, como estaba previsto, James apareció para encargarse de la seguridad del evento, y solamente intercambiamos un pequeño asentimiento de cabeza al cruzarnos con él.
Whistler POV
Me meto un chicle en la boca mientras le doy una oportunidad a James.
"Rose está en el hospital", le informa Eric a Emmett mientras James me dice que Emmett y Bella se han cruzado con él en la entrada.
"¿Algo sospechoso?" Le pregunto a James mientras ejecuto los últimos códigos en uno de los portátiles.
Por fin.
Le hago un gesto con la cabeza a Eric. Estamos dentro. Nos las arreglamos para hackear el sistema de seguridad de la exposición de coches, lo que nos da acceso a las cámaras.
"Um... No, jefe", responde James.
Vaciló.
Lo recordaré.
Me ajusto los auriculares antes de coger los cigarrillos. "Adam, ¿estás ahí?" Pregunto.
"Sí, señor."
Enciendo un cigarrillo. "¿Vuelves al espectáculo?"
Alec asoma la cabeza y nos dice que va a empezar la noche de cine con Nessa y Autumn en la habitación mía y de Bella, así que le hago un gesto con la cabeza y le tiro la cartera. "Servicio de habitaciones", le digo.
"Sí, señor", responde Adam. "Um, Edward?"
"Sí", digo, volviendo al portátil. Todas las pantallas están encendidas y me fijo en Kellan, que está junto a uno de los prototipos. Reconozco el Kubang.
"¿Estoy en el mismo canal que tu hermano y tu esposa?"
Sonrío. "No". Mentira. Los tenemos a todos en el mismo canal. Está bien, en realidad no, pero Bella, Emmett y Rose pueden oír lo mismo que Eric y yo.
No podían hace unos minutos, pero los tenemos a todos en la misma frecuencia
ahora. Porque Eric tiene habilidades.
"Bueno... No he podido evitar fijarme en algo, y quizá no me corresponda..."
Eric se ríe de mí, obviamente escuchando a Adam a través de sus propios auriculares.
"Habla, McKenna", le digo con firmeza.
Doy una calada, esperando por Dios que no sea el topo. Odiaría matar al hijo de Siobhan.
Quiero que todos sean honestos, y una parte de mí espera que esta noche no tengamos pruebas de lo contrario, aunque sé que hay alguien dejando correr la información.
"He notado algo entre tu hermano y tu cuñada", dice apresuradamente, y agradezco la sinceridad, de verdad. "Parece que se pelean mucho, y me pregunto si les pasa algo esta noche".
La línea de Kellan parpadea, y agradezco a Adam su observación antes de soltarlo. Luego cambio la frecuencia. "Vamos, Ford", digo. Mientras tanto, mis dedos están ocupados en los teclados. Cuatro putos portátiles para mí, y cuatro para Eric. Somos unos cabrones ocupados, por no decir otra cosa.
"Acabo de ver a Emmett y Bella", informa. "Se dirigen hacia el GranCabrio".
Bien. Aunque eso ya lo sé.
Y que me jodan si Bella no se ve pecaminosa en ese maldito vestido suyo.
"Tenemos imágenes", le digo, dando una calada a mi cigarro. "¿Algo sobre los italianos o las autoridades?"
Eric me da un codazo, miro una de sus pantallas y... mierda.
Aro ha llegado.
Con una mujer del brazo. No su esposa, me doy cuenta.
Sin embargo, al mirar más de cerca, veo que la mujer, de aspecto desaliñado, es mayor.
Tal vez en sus cuarenta y tantos.
"Hay dos guardias", continúa Kellan mientras le hago un gesto a Eric para que se lo diga a Emmett señalándole en la pantalla. "Creo que son autoridades, jefe".
Mierda. No es lo que necesitamos esta noche.
Aunque sabemos que es una posibilidad. FBI, CIA... Interpol. Estamos preparados para todos ellos.
¿"Interpol"? Es mi primera suposición, obviamente, ya que estamos en Europa.
"Les echaré un ojo", me dice. "De momento, no estoy seguro, pero me acercaré".
Asiento con la cabeza, aunque él no puede verme. "Bien. Pero no descubras tu puta tapadera. Son listos".
"Entendido, jefe."
Cambio de nuevo a la línea principal y les digo a Emmett y Bella que vayan hacia el Kubang. Si parecen demasiado interesados en el GranCabrio, Aro podría sospechar. Entonces digo el nombre de Rose.
"Estoy aquí, Edward", responde ella. "De vuelta al espectáculo".
Bien. Oigo el ronroneo del motor de Bella en el fondo.
"¿Disfrutas de la velocidad, rubia?" Me río entre dientes.
"Lo sabes", ríe en voz baja.
Joder, lo sabía. Ambas son un par de gatas del infierno.
"De acuerdo". Doy una última calada antes de dejar caer el cigarrillo en una taza de café. "Infórmame cuando estés en tu marca".
"Lo haré."
"Aro y su caramelo están dentro ahora", oigo que Eric les dice a mi mujer y a mi hermano. "¿Están listos?"
Me erizo cuando veo a Emmett hablar contra el micrófono de Bella, pero no puedo evitarlo, carajo. Soy un cabrón posesivo y punto.
"Estamos listos, hermano."
"¡Mierda!" Bella susurra, y al instante estoy en alerta máxima.
"¿Qué pasa, cariño?" pregunto, acercándome a la pantalla.
BPOV
El caramelo del brazo de Aro Avellino.
No lo podía creer.
Cada pieza conectada.
Pieza a pieza.
Fui vagamente consciente de que Emmett me hablaba.
Lo mismo pasó con Whistler a través de mi auricular.
Pero no podía concentrarme en ellos.
Todo lo que veía era a ella.
Asombrada, la miré con los ojos muy abiertos.
Las fotos que mi padre guardaba en su habitación, allá en Forks...
Su nombre...
Que sea en plural.
Sus dos nombres.
Renee Dwyer - el nombre que encontré en esas listas.
Renee Swan, la mujer que me dio a luz.
El accesorio en el brazo de Aro.
No lo podía creer.
También me quedé sin tiempo, porque entonces estaban delante de nosotros y estaba bastante claro que sabían exactamente quién era yo.
Parecía el hombre vil que era. Pelo largo y negro, traje elegante, sonrisa siniestra, ojos brillantes...
Y luego estaba ella.
Parecía... barata. Botox. Tetas falsas. Vestido escaso. Pelo en un moño apretado. Ojos fríos. Leve diversión.
"Vaya, vaya, vaya", arrulló Aro. Sentí repulsión de inmediato y me estremecí de asco. "Es mucho más hermosa en persona, Renee".
Emmett se puso rígido y se acercó más a mí.
Estaba pálido, pero permanecía en calma.
"¿Estás bien, cariño?" Preguntó Emmett, en voz baja pero lo bastante alta para que lo oyeran, y fue lo que me hizo volver en mí. Tenía un papel que desempeñar, y nada iba a arruinar mi mierda.
"¿Cariño, dices?" preguntó Aro, inclinando la cabeza hacia Emmett. Su acento volvió a estremecerme. "Estoy bastante seguro de que esta encantadora bellezza está casada con tu hermano, ¿no es así?"
Miré a Renee con indignación. Estaba tan jodidamente por encima de ella.
"Princesa, ¿me oyes? Estoy jodidamente preocupado", oí a Whistler suspirar pesadamente. "Eric y yo podemos verte. ¿Puedes por favor asentir o tocar el brazo de Emmett o algo si estás bien? Por favor".
Emmett me miró mientras yo levantaba la vista, y le hice un pequeño gesto con la cabeza, dirigido tanto a él como a mi marido. Lo que también tenía que hacer era asegurarme de que Emmett y Edward se enteraran de que la mujer que tenía delante era en realidad mi madre.
Así que me volví hacia Escoria Uno y Escoria Dos.
"Como Emmett me llame seguro que no es asunto suyo", les dije rotundamente. "Pero tengo curiosidad, ya que estamos intercambiando cumplidos... ¿Cómo te apellidas ahora, Renee?". Le arqué mi puta ceja.
"Ahí está mi chica", suspiró Edward aliviado.
"¿Qué quieres decir, Isabella?" preguntó Renee dulcemente. Demasiado dulcemente.
Me pongo la mano en la cadera. "A la mierda con eso. Soy la señora Cullen para usted".
"No sé lo que estás haciendo, cariño, pero compórtate. Tienes un papel que desempeñar, ¿recuerdas?"
De acuerdo.
Mierda.
Bien.
"Emmett", dije suavemente, poniendo mi mano sobre su pecho. "Tal parece que la perra del brazo de Aro es mi madre".
Sus ojos se abrieron de par en par.
"¿Qué?" Edward gruñó. "¿Me estás tomando el pelo? Esa maldita, ramera, hija de puta..."
¡Basta, Edward!
Pero no lo hizo.
Me encogí mientras continuaba. Maldiciendo, gruñendo, amenazando... tanto en irlandés como en inglés.
Fue impresionante, pero me dolió mucho en el oído.
"¡Maldita sea!" siseó Emmett, y los dos intentamos mantener los dedos alejados de nuestros oídos. Por suerte, Eric consiguió calmar a Edward, y pronto volvió a haber algo de silencio en nuestros auriculares. Santo cielo, el irlandés sabe maldecir.
"¡Discúlpate, Bella!" Eric ladró en mi oído. "¡Emmett, haz que parezca que acabas de maldecir a Bella por portarse mal!"
Joder. Se me olvidó.
Jesús.
"Lo siento", murmuré, enterrando la cara en el brazo de Emmett.
Emmett me ignoró y se volvió hacia Aro. "Le pido disculpas. No suele ser tan... malcriada".
¡Oooh, Emmett iba a pagar por esa frase más tarde!
"Hermano. ¿Acabas de llamar malcriada a mi mujer? Te va a arrancar el pito", se rio Edward.
¿Pito? ¿En serio, Whistler?
Por cierto, tú también estás en problemas, Edward.
Como sea.
"Pero las peleonas son graciosas, ¿no?". comentó Aro, divertido.
Quería darle una patada en las pelotas con los tacones.
Renee solamente parecía aburrida, lo que me enfureció.
"Tal vez", concedió Emmett.
Resoplé internamente. No había tal vez para él.
Emmett y Edward querían exactamente lo mismo que Rose y yo.
Señoras en la calle y fenómenos entre las sábanas.
Solamente que no éramos tan señoras en la calle.
Pero era Emmett interpretando un papel, me recordé.
"Así que, dígame, Sr. Cullen," Aro incitó. "¿Cómo está su encantadora villa?"
Oh, mierda. No lo hizo.
Un nombre resonaba en mi cabeza.
Seth. Seth. Seth. Seth.
Estaba muerto por culpa de este imbécil.
Mi cara de póker había vuelto. Los Avellino iban a caer.
"Rose está en su sitio", nos informó Eric. "Necesito que se muevan hacia el GranCabrio, chicos."
Por fin.
Hora del espectáculo.
¿Funcionará la trampa atrapa topos?
