Summary: Dicen que un corazón roto no toma buenas decisiones, ¿será tan así? Al menos la idea de convertirse en una chica mala dejando en el olvido la novia perfecta que aspiraba ser le parece de lo más sensata y más aún si tienes a un rompecorazones con un carácter de los mil demonios como guía perfecta para esto.
Culpa a mi "Ex"
IV
Hoy soy más sueño que persona y si no fuera por mi madre que me fue a despertar, no estaría cruzando a paso rápido la entrada del instituto siendo exactamente las 07.35am.
Esto no es común en mí, diría que muy pocas veces me quedo dormido y generalmente llego al instituto mucho antes que los demás, algo que Kinomoto claramente no sabe ya que esta chica tiene el talento de llegar cuando falta un minuto exacto para empezar las clases, y no es algo que ocurra de vez en cuando, pasa prácticamente todos los días.
Y sabiendo esto, no sé para qué me apuro tanto si es lógico que Kinomoto aún no llega y estoy tan seguro que así es que ya me visualizo dormitando unos minutos sobre mi pupitre, mientras espero que la clase empiece.
—¡Buenos días, Li!
¿Eh?
Mi vista recorre rápidamente la sala a la que recién entré y se detiene en una chica que me mira con una sonrisa de oreja a oreja. Me toma un par de segundos salir de la impresión, pero aun así lo primero que hago al llegar a su lado es tocar la punta de su nariz con mi índice derecho.
—¿Qué estás haci…?
—Asegurándome de que no eres un holograma —bromeo haciendo sonreír a mi compañera.
—Okey, sé que no soy el ejemplo más claro de puntualidad, pero hoy no podía fallar, Li, ¿tan sorprendido estas?
Bueno, hoy me quedé dormido y Kinomoto llegó puntual.
¡Obvio que estoy sorprendido!
—Un poco —digo mientras tomo asiento tras mi compañera, quien rápidamente se da vuelta y en cuestión de segundos se acerca a mí, dándome la impresión de que está analizándome.
—¿Tuviste insomnio? —me pregunta curiosa.
Asiento lentamente mientras boto el aire que no me había percatado que llevaba conteniendo.
—¿Y eso por qué?
Por ti.
Y esto podría sonar romántico, pero no, solo quise mantener mi mente ocupada adelantando material para las tutorías con un fin claro: dejar de recordar la escena de ella recriminando mi actuar, imagen que se repetía una y otra vez en mi cabeza muy probablemente porque es la primera vez que me dicen algo así y no en tono de broma como suele hacerlo mi mejor amigo.
—Tenía cosas pendientes —miento intentando sonar lo más seguro posible.
—¿Cosas pendientes? Pero si eres la responsabilidad hecha persona.
—Nadie es perfecto.
—Cierto.
La veo abrir su mochila y sacar un pequeño termo que deja en mi mesa.
—Ten, es café, puedes tomarlo y esto también.
Veo como de su puño antes cerrado aparece un caramelo que deja junto al termo.
—Ayer parecía que ibas a matarme con tu furia y hoy eres todo un dulce, Kinomoto.
—Y de fresas, obvio —comenta provocando mi risa.
—Eres divertida —digo dándome cuenta al instante que acabo de verbalizar lo que estaba pensando.
—Y tú, un seriote con poco filtro… —me guiña un ojo y sí, podría tener una arruga en mi frente, pero simplemente estoy sonriendo—, aunque ya sé cómo hacer que sonrías más.
—A ver, ¿cómo sería eso? —pregunto bastante curioso y siguiéndole el juego.
—Con comida —vuelve a darme otro caramelo y ¡joder! Kinomoto sale con cada cosa y esto me hace sonreír otra vez—, ¡Ahí está, otra sonrisa! Tendré que pasar la voz, si quieren declararse con Li llévenle comida, quizás así tenga algo de piedad.
Resoplo fuerte.
—Eso suena como si fuera un real ogro.
—¡Es que lo eres! Aunque si lo veo así, quizás hay esperanzas.
—¿Esperanzas?
—De que te vuelvas algo más dulce, Fiona ablandó un poco el corazón de Shrek, así que… —la veo ponerse de pie con bastante energía—. ¡Necesitas una Fiona! Podría ser una solución, ¿no?
Ruedo mis ojos y me pongo de pie, estamos frente a frente, yo de brazos cruzados y Kinomoto con sus manos como jarra en su cintura.
—No.
—Okey, señor gruñón, era una broma, aunque si quieres no es broma.
—Kinomoto.
—¿Sí?
—¿Por qué querías que nos viéramos temprano?
Un largo bufido hace eco en el salón aún vacío, lo que me parece algo extraño, teniendo en cuenta que las clases deberían empezar pronto.
—¿Es en serio? ¡Por nuestro trato! Hay que ponernos en marcha con eso y ayer inicié con el primer paso.
—¿Restregarme en la cara mi actuar por simplemente ser honesto? ¿Ese fue tu primer paso?
—Corrijo, cruelmente honesto y tenía que hacerlo, ya te dije que mi amistad es valiosa, a mis amigos los cuido y ayudo. No pienses que ser honesto es algo malo, está súper, pero existe también algo que se llama filtro, filtro que debes tener si frente a ti hay alguien que con suerte puede hablar gracias a los nervios.
Me quedo un rato en silencio y finalmente asiento a las palabras de mi compañera —y ahora "amiga"—, quien quizás tenga algo de razón.
—¿Debería discúlpame con Kimura?
—Solo si crees que es lo correcto, puedo aconsejártelo, pero eres tú quien finalmente toma la decisión.
Asiento nuevamente a sus palabras.
—¿Y cómo puedo ser honesto sin ser tan "cruel"? —pregunto con algo de inseguridad. Kinomoto lleva su índice derecho a su mentón y veo que medita por unos segundos su respuesta hasta que finalmente una sonrisa me avisa que dio con la respuesta que espero impaciente.
—Bueno, quizás diciendo un «Lo siento, no puedo corresponderte, pero agradezco tu sinceridad».
—No suena tan complicado.
—¡Para nada!
Y vamos, no debe ser tan difícil decir eso, pero hay algo que Kinomoto no sabe, puedo hasta ensayar esas palabras, pero en el momento es probable que me ponga nervioso, porque uno, mis habilidades blandas son nulas cuando se trata de entablar conversaciones de este tipo con el sexo opuesto y dos, mi cuerpo solo reacciona a estas situaciones queriendo arrancar por la incomodidad y más cuando llevas casi 3 años intentando lidiar con esta situación.
A veces envidio la facilidad con la que Eriol maneja estas situaciones, las chicas parecen entender muy bien sus negativas y hasta parecen adorarlo aún más.
—¿Ves? Ya estoy intentando cumplir con mi parte del trato, te he dado un primer empujón y para que no colapses, solo te dejo como tarea empezar a tener algo de tacto, después trabajaremos en aumentar tus sonrisas —ruedo los ojos al escuchar esto, porque vamos, sí sonrío—. Ahora te toca a ti.
Me cruzo de brazos nuevamente y la miro algo confundido.
—¿A... mí?
—Sí, Li, necesito empezar a practicar para ser una chica mala, me conformo con tener aunque sea un 20% de chica mala.
Aguanto reír porque de verdad creo que lograr eso en Kinomoto sería casi como un milagro, pero no tengo opciones, es parte del trato que acepté y que debo cumplir.
Maldición.
—Tú y tu gran idea de ser una chica "mala" —digo provocando que Kinomoto sonría aún más.
—¡Genialísima idea!
—¿Y por dónde comenzamos? —pregunto con total sinceridad.
La veo encogerse de hombros y luego negar con su cabeza.
—No sé, tú eres mi guía, Li, aunque… tengo una idea.
Y eso último me da algo de alivio.
—Soy todo oídos.
Me quedo paralizado apenas la veo acercarse lentamente hacia mí, una sonrisa tímida aparece en su rostro con claras cuotas de vergüenza, pero aun así sus ojos verdes mantienen el contacto visual conmigo. Con lentitud se acomoda en el borde de mi pupitre e intenta cruzarse de piernas haciendo que la falda de su uniforme se deslice un poco hacia atrás dejando ver algo más de piel. Alzo mi vista casi por obligación aunque mis ojos parecen solo querer bajar a mirar nuevamente.
¡Porque, vamos, no soy un mueble!
—¡Mierda! —el ruido de cosas cayendo al suelo me hacen reaccionar. Veo a Sakura agacharse rápidamente y la imito, atino a recoger los dulces que me regaló, dulces que ahora guardo en el bolsillo de mi pantalón.
—Al menos no alcanzó a romperse —me comenta mientras deja su termo en su mesa.
—¿Qué intentabas hacer, Kinomoto?
Sus manos tratan de esconder sus mejillas extremadamente coloradas y yo solo quiero reír y fuerte.
—Coquetear, Li, quería intentar ser coqueta contigo para practicar un poco. Creo que sería un buen progreso para mí aprender a hacerlo sin sentir tanta vergüenza, pero mi torpeza a veces es mayor, ya lo viste, ¿no? —sonrío al ver cómo juega nerviosamente con sus dedos—. Por favor, dime en qué puedo mejorar.
—Creo que tu intención no estaba mal, ibas bien —la imagen de sus piernas aparecen como en un flash, ¡y dios, enfócate, Shaoran! Carraspeo varias veces antes de seguir—. Ahora, si quieres coquetear con un chico te aconsejo no llamarlo por su apellido, es muy formal, si lo llamas por su nombre de seguro te prestará atención.
—Buen punto —toma nuevamente asiento en el borde de mi pupitre, de igual forma que antes. Acomoda un par de mechones de su pelo tras sus orejas, sus manos bajan a los costados de mi mesa y las aferran a ella, alzo mi vista rápidamente buscando centrar mi atención en su rostro y no en otras cosas, ¡joder! Odio a veces ser un adolescente con altas dosis hormonales—. Shaoran, necesito practicar.
Su voz intenta sonar segura, pero su expresión es todo lo contrario: sus mejillas están nuevamente muy coloradas y sus labios algo fruncidos: definitivamente hay mucho trabajo que hacer si es que quiere intentar demostrar más seguridad y llegar a actuar más como el tipo de chica mala que me describió el viernes en la hamburguesería.
Pero vamos, se está esforzando y por lo mismo le sigo el juego.
—¿Qué quieres practicar, Sakura? —pregunto agravando mi voz y alzando una de mis cejas, a los segundos parece relajarse y su sonrisa me lo confirma.
Todo iba bien, sí, hasta una voz muy familiar para mí se escucha en el salón.
—¡Ustedes sí que van rápido!
Y por supuesto que tenía que aparecer mi mejor amigo en escena, tras él vienen más compañeros, miro la hora en mi celular y faltan cerca de 3 minutos para empezar las clases, ¡¿cómo es que nadie más había entrado?!
Me da risa ver a Kinomoto ya sentada en su puesto, literal pego un salto y se sentó rápidamente apenas Eriol terminó de hablar.
—Nadie quiso interrumpirlos —me comenta mi amigo quien toma asiento a mi izquierda.
—¿Qué? —pregunta Kinomoto, volteándose rápidamente—, ¿por qué dices eso, Hiragizawa?
—Yo venía directo a entrar y vi el salón cerrado, dijeron que estaban los dos teniendo una conversación y ya estaban apostando a que mi amigo te haría llorar, Sakura.
—¿Llorar? —y debo tener la misma expresión de confusión total que tiene Kinomoto.
—Pensaron que te estabas declarando, así que bueno, yo asumí el rol de interrumpir y ver si de verdad eso estaba pasando y ¡sorpresa!, al parecer es todo lo contrario.
Ruedo los ojos y escucho un bufido que suelta Sakura, casi a la par conmigo.
—Hiragizawa, estábamos simplemente conversando, ¿verdad, Li?
—¿Li? Recién lo estabas llamando por su nombre y Eriol, Sakura, dime Eriol.
—Imagina lo que quieras, Eriol, solo diré que lo que dice Sakura es cierto, allá tú si nos crees.
Kinomoto… o mejor dicho Sakura, me sonríe y se da vuelta justo en el momento en que su grupo de amigas hacen ingreso al salón.
—Yo solo diré que vi fuego entre ustedes —me dice Eriol en un susurro mientras sube y baja sus cejas.
—Deja de joder —digo casi gruñendo.
OooO
Tengo mi vista fija en el arco de futbol, la sangre en mis piernas parece bombear con fuerza mientras siento cómo gotas de sudor bajan por el costado de mi cara, sensación que ignoro por completo ya que mi foco es otro. Mis piernas se tensan apenas suena el silbato y comienzo a correr con un objetivo claro: atravesar con la pelota la portería.
Y sí, ¡lo logro!
El silbato vuelve a escucharse esta vez mucho más sostenido y que da la señal clara que el partido terminó. Mis compañeros de equipo se acercan y me dan unos golpes en la espalda, asiento lentamente y al fin me doy el tiempo de sacar el sudor de mi cara con mi camiseta.
—Buen partido, Li —dice Yamazaki, uno de mis compañeros y que juega al arco—. Pensé que irías por la derecha, pero no, jugaste con la altura.
—Pensé que la atraparías.
—La próxima de seguro que sí.
Yamada, nuestro entrenador, nos llama a reunirnos al centro de la cancha, así que nos dirigimos hacia allí.
—Estamos a casi un mes de las vacaciones de verano y como recordaran, tras eso comienza el torneo interescolar de futbol y como ya es tradición, participaremos. Este año apuntaremos al primer lugar, no terceros lugares, así que necesito que se mentalicen sobre todo los chicos de último año, ustedes irán a la nómina sí o sí, ¿entendido?
Un fuerte "¡Sí!" se escucha en la cancha.
—Perfecto, nos vemos el jueves a las 4, buen trabajo, chicos.
Me alejo en dirección a los camarines, Yamazaki va caminando a mi lado. Le agradezco cuando me entrega una botella de agua que acepto feliz porque estaba muriendo de sed, el calor cada día va en aumento y ya es notorio que el verano ha llegado.
—Yo creo que tendremos que hacer una práctica extra y estoy seguro que Yamada lo va exigir —comenta mi compañero.
—Espero que no, no me da el tiempo —agrego mientras abro las puertas de los camarines.
—Tú y tu sentido de responsabilidad, creo que eres el que más actividades extracurriculares hace en esta escuela, ni Hiragizawa siendo el presidente del centro de alumnos tiene tantas responsabilidades.
—Pero las disfruto, ahora si tuviera que dejar algo de lado, sería el club de debate, a veces me ocupa demasiado tiempo, ya sabes, leyendo sobre temas a debatir, buscando información, viendo videos —arrugo un poco mi frente y luego niego con mi cabeza—, soy tan nerd, ¿verdad?
Yamazaki comienza a reír.
—Mira, así como el típico nerd de las películas gringas… no, digamos que eres como una mezcla del chico popular, pero con un nivel de inteligencia y sociabilización de un nerd.
—Vale, resumiendo, soy un nerd.
—Para qué te voy a mentir, Li.
Suelto una carcajada y luego niego con la cabeza.
Yamazaki me cae bien, estamos en el equipo desde los quince, podría considerarlo como una especie de amigo, a veces conversamos en el salón, hemos hecho trabajos en grupo y es de los pocos compañeros que me inspira confianza, quizás porque siempre anda sonriente por la vida y me da como una sensación de buenas vibras, incluso cuando ando con poca paciencia y cansado por tener que hacer un montón de cosas en las que yo mismo me meto.
Y sí, son cosas que me gustan, pero a veces me he cuestionado el por qué se me ocurre abarcar tanto.
¡En fin!
Dejo mis pensamientos a un lado y disfruto el agua fría de la ducha que me hace por un momento desconectarme de todo. Tras esto, me encamino ahora a vestirme y como siempre están todos conversando y yo tomo mi cómodo rol de escuchar más que de opinar.
—Yo por más que intenté concentrarme no podía dejar de mirar las piernas de Kinomoto, que tengamos la práctica de porristas a metros no sé si sea tan buena idea.
Escucho a los chicos reír y yo me quedo en silencio, Yoshida suele hacer comentarios de las chicas, pero creo que es primera vez que lo escucho hablar de Sakura.
—Kinomoto está buena y ella parece no darse cuenta —comenta otro chico, amigo de Yoshida—. ¿Vas a intentar algo con ella?
—Quizás, se ve que es una chica buena, estoy seguro que caería fácilmente conmigo.
Otro imbécil más.
Los chicos le dan animo a Yoshida mientras yo reprimo soltar un bufido.
Me apuro para salir y no seguir escuchando, pero una loca idea se cruza en mi cabeza: Sakura quiere intentar ser una chica mala, qué mejor que usar a Yoshida como conejillo de indias, es un real imbécil y le encanta jactarse de sus conquistas y de cómo usa a las chicas, sería algo así como beber de su propia medicina, además de que Sakura podría tomar nota y quizás hasta aprender algo.
—Li, ¿estas listo? —Yamazaki me hace volver la atención a lo que estaba haciendo, vestirme, noto que aún me faltan los calcetines así que rebusco en mi mochila hasta que encuentro un par—. Te espero afue…
—Yo me quedo con una de sus amigas, Chiharu Mihara, lástima que no esté en el equipo de porristas, sería una linda imagen de ver, ¿verdad? Yo creo que la invitaré a salir uno de estos días.
Veo a Yamazaki mirar al chico que hizo ese comentario y podría jurar que su tan habitual sonrisa desapareció por unos segundos.
Mmm.
Quizás son ideas mías, ¿no?
No le doy más vueltas al asunto ya que cierto acuerdo que tengo con una chica de ojos verdes me hace actuar apenas vuelvo la atención hacia el posible conejillo de indias.
—Yoshida —le llamo cuando veo sus intenciones de marcharse.
Yoshida se acerca a mí algo confundido y obvio, si con suerte cruzamos palabras.
—¿Pasó algo, Li?
Sí, creo que eres un imbécil, pero uno útil, y quizás podrías ayudarme con una chica algo tímida, pero que quiere ser una especie de versión femenina tuya.
Claramente eso no lo dije.
—¿Sabes? Soy amigo de Kinomoto y al parecer está interesada en ti.
Notas de Caris:
¡Hola, hola!
¿Cómo va la vida?
Sí, actualización al fin!
Capítulo 4, más breve que los anteriores, y los que sigan tendrán una extensión similar.
Y bueno, ya empezó a ponerse en marcha el acuerdo de este par, ¿le tienen fe?
¿Shaoran podrá esforzarse y lograr tener un poco más de tacto?
Sakura intentando ser coqueta, ¿lo logrará? 😅
¿Será que había algo de fuego entre este par? 🔥 ¿Le creemos a Eriol?
¿Aceptará Sakura el plan de Shaoran?
Los y las animo a comentar, por fiss, por fiss, me encantaría leer sus opiniones.
Aprovecho de agradecer su apoyo e interés por esta locura y los lindos comentarios que me han dejado. Recuerden que pueden encontrarme en wattpad como CarisBleu.
Les dejo un gran abrazo y que tengan un lindo día.
