No quiero perderme nada
I don't wanna close my eyes
I don't wanna to fall asleep
'Cause I'd miss you baby
And I don't wanna miss a thing
'Cause even when I dream of you (even when I dream)
The sweetest dream will never do
I'd still miss you baby
And I don't wanna miss a thing
"I don't want to miss a thing" escrita por Diane Warren, para la banda Aerosmith.
Algunos de mis lectores habrán pensado que terminaría esta historia del mismo modo que Ven Dulce Muerte. Con un simple "Y vivieron muy felices, menos Iguro". Pero nop, si bien no voy a reinventar todo el final del manga, si pretendo llevar esta historia hasta sus últimas consecuencias.
Así que continuemos y veamos que le sucede a nuestros protagonistas ahora que al fin son pareja.
Recuerden que sus comentarios son el combustible del autor.
Una vez que los ánimos se calmaron, la pareja pudo empezar a responder preguntas y explicar sus planes a corto plazo.
La Finca Mariposa se convertiría para toda intención y propósito el nuevo hogar de Tanjiro y Nezuko, efecto inmediato.
Shinobu revelaría su compromiso con Tanjiro al patrón y los otros Pilares durante la próxima reunión dentro de una semana.
Aún no tenían planeada una fecha para la boda.
―En cuanto al tema de los hijos… Puede que las cosas se compliquen un poco―
En cuestión de segundos el ambiente dentro del comedor cambió por completo. Todos se quedaron en silencio y la calidades en sus corazones se transformó en un frío estremecedor.
―¿A qué te refieres con eso?― inquirió Aoi, quien era la única que realmente entendía cual aterradoras eran las implicaciones de lo dicho por Shinobu.
Shinobu sabía que Aoi sería la primera en cuestionarla. Y seguramente también la que más severa sería en su retribución.
Casi me dan ganas de reírme. ¿Cuándo me habría imaginado teniendo miedo de lo que Aoi pudiera hacerme?
―Shinobu―
La aludida giró la cabeza para encontrarse con su prometido, sonriéndole serenamente en señal de apoyo. Shinobu lo tomó de la mano para darse valor.
―Tengo algo que confesar― musitó Shinobu, dando comienzo a su relato de como se había obsesionado tanto con asesinar a Doma, que comenzó a beber de su propio veneno para convertir su cuerpo en una trampa moral en caso de perder la batalla.
Cuando Shinobu concluyó, el comedor quedó en un silencio sepulcral. Incluso Inosuke no se atrevía a abrir la boca. Se podía sentir la aprensión colectiva de todos los ocupantes dentro de la habitación. Excepto en uno de ellos.
Aoi.
Zenitsu podía escuchar como a la enfermera se le subía la presión arterial. Como los músculos en su quijada se tensaban, haciendo a sus dientes rechinar.
Tanjiro podía oler la indignación y el enojo emanar de la cazadora.
Y el resto podía ver que aunque exteriormente Aoi parecía estar bien, algo terrible se estaba gestando dentro de ella.
Finalmente, Aoi se puso de pie, provocando que las trillizas y Zenitsu se alejaran de la mesa un poco. Los demás solo alzaron la vista. Sin decir nada, Aoi caminó hacia donde se encontraban Tanjiro y Shinobu.
Temiendo una confrontación o solo temiendo en general lo que la ira de Aoi pudiera desencadenar, Tanjiro intentó ponerse de pie con intenciones de interponerse entre ambas mujeres, pero Shinobu que aún lo sostenía de la mano se lo impidió, siendo ella la que se puso de pie.
Ambas mujeres quedaron de pie, mirándose fijamente. Nadie se atrevía a decir nada. Kanao era la más nerviosa, ya que no dejaba de recordar la discusión que Shinobu y Aoi tuvieron en el baño aquel día, y estaba casi segura de que esta vez las cosas llegarían incluso más lejos.
Shinobu ahora estaba calmada. Ya sabía de ante mano que Aoi sería la única con el valor de juzgarla, y estaba lista para aceptar cualquier castigo que le pusiera.
Por desgracia, su evidente tranquilidad solo sirvió para irritar aún más a Aoi.
Sus únicos avisos fueron el tic en el ojo izquierdo de Aoi y su ceño fruncido. Un instante después, Shinobu se tambaleó al recibir una tremenda bofetada que hizo eco en toda la casa.
―¡Shinobu!― gritó Tanjiro, poniéndose de pie con intenciones de asistir a su novia, quien lo detuvo mostrándole la palma de su mano derecha en señal de alto.
―No interfieras Tanjiro―
La doctora se volvió a poner de pie frente a la enfermera quien no solo respiraba trabajosamente, también parecía estar echando vapor por la nariz. Además, se le estaban hinchando más y más venas sobre la frente.
―¿Hace cuánto que tomas veneno?― preguntó entre dientes.
―Dos años y medio―
Los ojos cobalto de Aoi se tiñeron de rojo a causa de su gran ira. Extendió su brazo derecho hacia atrás y volvió a golpear a Shinobu. Esta vez con todas sus fuerzas. El golpe fue tan potente que Shinobu perdió el equilibrio y terminó cayendo sobre la mesa.
―Shinobu― volvió a gritar Tanjiro, al percibir el aroma de sangre.
―Tanjiro, no interfieras por favor― replicó su prometida, volviendo a ponerse de pie, con un hilillo de sangre escurriendo de su boca.
Pero esta vez, Aoi dirigió su mirada hacia Kanao.
―¡Tú lo sabías! ¡Confiesa!― acusó Aoi a la tsugoku, quien en ese momento sentía más miedo de enfrentar la ira de Aoi, del que jamás sintió combatiendo demonios.
―¡Aoi no la metas en esto! ¡No fue su culpa! Sabes bien que hasta hace unos meses atrás Kanao habría saltado de un barranco si se lo hubiera pedido―
Kanao se habría ofendido de las palabras de Shinobu si no estuviera tan asustada con la situación.
Aoi volvió a poner su vista sobre Shinobu. La doctora suspiró y cerró los ojos resignándose a su castigo.
―¿¡Y tú no piensas decir nada?!―
―No puedo. No hay razonamiento que justifiqué lo que hice. Les mentí a todas a causa de mi estupidez y egoísmo. Merezco ser castigada―
Aoi tomó a Shinobu por el cuello de su haori. En cualquier otra situación, Shinobu jamás habría permitido que nadie estrujara de tal forma su amada reliquia de su hermana. Pero en esos momentos, ni siquiera se sentía digna de llevarlo puesto.
―Dos años y medio… Dos años y medio te estuviste matando en silencio frente a nosotras…― bramó Aoi, quien ya parecía estar a punto de exhalar fuego.
Shinobu no dijo nada, solo desvió la mirada hacia un lado.
―¡Yo también amaba a Kanae, Shinobu!―
El grito se pronunció con toda la fuerza de los pulmones de la enfermera. Pero a diferencia de sus bramidos anteriores, este no fue hecho lleno de ira, sino cargado de angustia. Cambio que fue notado por todos en el comedor.
―¿Aoi?―
―Kanae fue como una segunda madre para Kaneo y para mí. No existe un día en que no piense en ella. Pero llegar tan lejos para…―
Aoi agachó la cabeza sin soltar el cuello de Shinobu. Comenzó en sus labios, luego sus manos, sus hombros, hasta que finalmente todo el cuerpo de Aoi estaba temblando.
―Aoi yo…―
La enfermera alzó la vista, descubriendo que tenía ríos de lágrimas escurriendo de sus ojos.
―¡¿Se te ocurrió aunque sea por un segundo cómo nos haría sentir perderte a ti también?!―
Shinobu jamás había visto a Aoi tan afligida. No desde la muerte de Kanae.
―Yo, pensé que valdría la pena si lograba crear un mundo sin demonios para ustedes―
Su respuesta le confirió a Shinobu su tercera cachetada del día. Esta vez en su mejilla izquierda.
―¡ESTÚPIDA!― gritó Aoi, con todas su fuerzas ―¡Eres una estúpida!― comenzó a golpear a Shinobu en el pecho con golpes verticales, pero estaba tan afligida que ya ni siquiera podía poner fuerza detrás de sus arremetidas ―¡Maldita!, ¿¡Cómo pudiste!?, ¡Desgraciada!, ¡Mal agradecida! ¡Te… te…―
Aoi volvió a tomar a Shinobu por el cuello y se dejó caer de rodillas, llevándose a Shinobu consigo. La miró a los ojos, se mordió el labio y tras unos instantes en que Shinobu pensó que recibiría más golpes, Aoi la abrazó con todas sus fuerzas para después llorar desconsoladamente en su hombro.
Antes de que Shinobu pudiera comprender qué había pasado, Sumi, Kiyo y Naho rompieron en llanto. Se pusieron de pie y corrieron hacia donde estaban la pilar y la enfermera.
―¡Lady Shinobu no se muera!―
―¡Es la señora de la casa, no puede dejarnos!―
―¡Lady Shinobu quédese con nosotras!―
Para cuando las niñas rodearon a Shinobu desde todas direcciones en un abrazo grupal sus lamentos se habían vuelto nada más que balbuceos incoherentes en medio de gimoteos y llanto.
Kanao fue la quita y última en unirse. Y aunque de sus ojos también se desbordaban ríos de lágrimas, Kanao estaba en silencio. Y había una sonrisa decorando su bello rostro.
Y Shinobu lloró. Por supuesto que también lloró. Ya que en ese momento, rodeada de las cinco mujeres con quienes compartía techo, Shinobu entendió que era una mujer bendecida con una gran y bien amada familia.
Todos han escuchado la frase "El amor duele". Y probablemente cometieron el error de creer que es verdad, pero no es así. El amor, por definición es imposible que cause dolor.
La soledad duele. Ser traicionado duele. La envidia y los celos duelen. La gente confunde estas cosas como parte del amor, cuando en realidad no tienen nada que ver con él. Por el contrario, el amor es la única cosa capaz de mitigar cualquier dolor y hacernos gozar la vida, sin importar las circunstancias. El amor es la única cosa en el mundo que no duele jamás.
Esta es una realidad que Tanjiro conocía a la perfección. Fue el amor lo que evitó que Nezuko sucumbiera a la demencia de los demonios. Fue el amor lo que le dio a Tanjiro la fuerza para convertirse en cazador. Fue el amor lo que les permitió sobrevivir y triunfar juntos sobre enemigos muy por encima de cualquiera de los dos.
Shinobu finalmente lo entendía. El amor nunca tuvo nada que ver con su deseo de acabar con el asesinó a su hermana. O quizás lo tuvo en algún momento, pero Shinobu cometió el error de pervertir sus sentimientos.
Nunca más.
Nunca más volvería a dejar que su enojo ni su odio corrompieran el amor que sentía por sus seres queridos. Nunca volvería a darle la espalda a la familia que aún le quedaba.
Lentamente, los llantos de las niñas y la enfermera empezaron a menguar, dejando solo los sonidos de las disculpas de Shinobu.
En medio de eso, Aoi se apartó un poco para poder mirar a Tanjiro a los ojos.
―¿Lo vez? Te dije que no sería fácil. Aunque admito que ni yo me esperaba que estuviera tan loca―
Tanjiro, quien también tenía lágrimas frescas mojándole el rostro solo supo sonreír.
―Pero ya no tienes salida. Te comprometiste. Te vas a casar con esta loca y será tu problema. Porque yo no estoy para estarla cuidando si se supone que ella es la jefa de familia―
―Yo también te amo, Aoi― dijo Shinobu.
Todos los presentes se rieron.
Cuando por fin pararon los llantos, Aoi envió a las niñas por equipo médico para parchar las amoratadas mejillas de Shinobu. Después de eso, se sirvió la cena.
Aoi ya no estaba llorando, pero seguía absolutamente furiosa. Durante la cena comenzó a hacer una lluvia de ideas junto a Shinobu para un tratamiento que purgue el veneno de su cuerpo.
Lentamente el ambiente volvió a hacerse más relajado. Volvieron a hablarse de los planes de los novios. Las niñas morían de ganas por escuchar detalles sobre como Tanjiro había logrado enamorar a Shinobu.
Obviamente se tuvieron que omitir los detalles de cierta noche.
―Oye Tanjiro, y ahora que te ayudamos a conquistar a la señorita Shinobu, tal vez tu puedas ayudarme a conquistar a Nezuko―
Antes que Tanjiro pudiera declinar la sugerencia de Zenitsu, Inosuke replicó.
―¿¡De qué hablas, Monitsu?!― gritó Inosuke ―Si tu no ayudaste en nada. Es más, la idea de encerrar a Compachiro y Shinobu juntos fue mía―
―También podrías tener un poco de dignidad y respeto, y aceptar que todos tus intentos por seducir a Nezuko han fracasado y es hora de pasar de página― añadió Aoi.
―Señorita Aoi, no me diga eso―
―Tiene razón, Monitsu. Todos tus intentos por conquistar a Bezuko nunca llegan a nada. Si fuera yo claro que no me daría por vencido, pero siendo tú tan patético definitivamente deberías hacerlo―
―¡Tu que sabes cara de cerdo!―
Antes de que la discusión se saliera de control, las puertas de uno de los accesos al comedor se abrieron de par en par en par, mostrando a la Kamado menor del otro lado.
―¿Nezuko, cómo llegaste aquí?―preguntó Tanjiro confundido de ver a su hermana en ese lugar.
―¡Perdón!― dijo Suma, quien llegó corriendo detrás de Nezuko ―Perdóname Tanjiro, pero Nezuko no quiso esperar y no pude hacer nada para detenerla―
―Gusta un vaso de agua?― inquisiró Aoi, viendo como la kunoichi venía jadeando y bañada en sudor. Debió ser muy difícil para ella seguirle el paso a la niña demonio.
―¡Sí por favor!― gritó agradecida, acercándose a la mesa.
Mientras tanto Nezuko no había quitado sus ojos de Tanjiro y Shinobu desde que hizo acto de presencia en el lugar. Y a Shinobu se le ocurrió que era momento perfecto para contarle a su futura cuñada la noticia.
Volvió a abrazarse del brazo de Tanjiro como hizo anteriormente y a reposar su cabeza en el hombro de él.
―¡Adivina qué Nezuko! ¡Tu hermano y yo vamos a ca―
Shinobu no pudo terminar la frase. En una racción de segundos, Nezuko se había convertido en su forma adulta y se trasladó hasta donde estaban Tanjiro y Shinobu, a quien golpeó con el dorso de su mano derecha en la cabeza. Un típico golpe martillo.
Todos los presentes gritaron completamente histéricos. Shinobu cayó al piso dando vueltas y tallándose la cabeza.
―¡¿Nezuko por qué hiciste eso?!― gritó Tanjiro, que era el más angustiado de todos.
―¡Shinobu mala!― gritó la niña en cuepo de mujer, abrazando a su hermano y alejándolo de la pilar Insecto, a quien Aoi y Kanao intentaban auxiliar.
―¡¿Nezuko, pero qué estás diciendo?!― gritó Suma, quien no podía creer que aquella dulce niña hiciera algo como eso.
―¡Shinobu hacer llorar a Tanjiro! ¡Mala!, ¡Fea!, ¡Apestosa!, ¡Grosera!, ¡Vete!―
Shinobu ya había escuchado que Nezuko era capaz de hablar de vez en cuando, pero esa era la primera vez que la oía hablar en persona.
Escucharla decir esas palabras, que eran también las primeras palabras que Nezuko le dirigía, encima ahora siendo su cuñada, le dolía a Shinobu mil veces más de lo que le dolía su posible contusión craneal.
―Está bien… me lo tengo bien merecido― se lamentó Shinobu, tratando en medida de lo posible de no llorar por el dolor literal y meteórico que estaba sintiendo.
Tomó un rato tranquilizar a Nezuko. Después, comenzó la tarea de contarle como Shinobu y Tanjiro habían arreglado las cosas.
―Dicho todo esto, como la única familiar de sangre de Taniro, sería maravilloso poder contar con tu bendición, Nezuko― suplicó Shinobu.
Nezuko miró a Shinobu con suspicacia en los ojos. Una actitud nunca antes vista en la niña demonio. Aunque siendo justos, nunca había tenido a su hermano comprometido con ninguna mujer.
―Nezuko ya no te pongas así. Todo fue un mal entendido. Pero ahora todo va a estar bien― le dijo Tanjiro, pero la niña aún no se veía muy convencida.
Finalmente, Nezuko se quitó el bozal.
―Si Shinobu hace llorar a Tanjiro de nuevo, Nezuko le romperá las piernas―
―¡NEZUKO!― gritó Tanjiro horrorizado de la amenaza que su hermana menor acababa de hacer. Pero más se sorprendió de la respuesta de Shinobu.
―¡Me parece justo! ¡Gracias, querida Nezuko!― dijo Shinobu.
―¡Nada de justo! Nezuko, te prohíbo que vuelvas a lastimar a Shinobu―
La niña bufó y giró la cabeza.
―¡No te atrevas a ignorar a tu hermano mayor! ¡Mírame cuando te hablo, jovencita!― decía Tanjiro, tratando de sonar severo, pero estaba demasiado estupefacto con la conducta sin precedentes de su hermana.
―¿Te quedarás a dormir, Suma?― preguntó Aoi a la esposa del pilar del Sonido.
―Preferiría no ser una molestia. Pero ya es muy tarde para que me vaya a casa―
―Iré a preparar una habitación―
Lentamente el comedor se fue vaciando. Algunos se fueron a acostar. Otros a bañarse. Tanjiro estaba listo para dormir en la habitación que compartía con Nezuko, cuando tocaron a la puerta.
―¿Shinobu, qué sucede?― inquirió confundido al encontrarla al otro lado de la puerta. Se percató de inmediato que Shinobu llevaba puesta solo una yukata y el cabello suelto.
―¿Cómo que qué sucede?― replicó indignada, poniendo sus manos en su cintura ―¿Qué pretendes mandarme a dormir sola?―
―¿Q-q-q-qu-que?― dijo Tanjiro, poniéndose rojo como un tomate.
―Quiero que vengas a dormir conmigo― respondió Shinobu, con aires de obviedad.
―P-per Shinobu… aún… Aún no estamos casados―
La pilar se aguantó las ganas de reír.
―Hay Tanjiro, tú y yo ya hicimos muchas otras cosas que solo deberían estar reservadas para casados― dijo con aires de sensualidad, acercando su rostro al de Tanjiro.
―E-es cierto, pero―
―Tanjiro― lo interrumpió, susurrando en tono triste ―¿Acaso no quieres dormir a mi lado?―
―¡No, claro que quiero!―
―¡Perfecto! Vamos entonces. Que fue un día largo y tengo sueño―
Shinobu tomó el brazo derecho de Tanjiro y lo envolvió con los propios para que no pudiera escapar.
―Nezuko, está bien si me llevo a Tanjiro. ¿Verdad?―
La aludida ni se molestó en levantarse de su cama. Pero igual, le recordó a Shinobu su advertencia.
―No hacer llorar a Tanjiro―
―No te preocupes, la que va a llorar de seguro soy yo― exclamó con picardía.
―¿¡Qu-qué cosa?!― gritó escandalizado.
―Buenas noches― sentenció Shinobu, cerrando la puerta.
La feliz doctora y el catatónico cazador no dieron ni 10 pasos cuando Zenitsu se asomó al pasillo.
―¡Señorita Shinobu, espere!―
―¿Qué sucede Zenitsu?―
―¡N-nó se puede llevar a Tanjiro con usted! ¡Ustedes todavía no están casados! ¡Es impropio!―
Shinobu que quedó mirando en silencio al indignado Zenitsu. Tanjiro eligió sabiamente mantener la boca cerrada.
―Tu ya sabes que Tanjiro y yo hemos hecho mucho más que dormir juntos―
Zenitsu no podía creer que la mujer lo admitiera con tanta naturalidad.
―Además. Es mi casa y yo decido que es propio y que no―
―P-p-pero…―
―Si no te gusta, te puedes ir al bosque― finiquitó Shinobu, para darle la espalda a Zenitsu y recobrar su andar al lado de Tanjiro.
Zenitsu se quedó en el pasillo viendo como su amigo era llevado a los aposentos de su prometida. Giró su vista al interior de la habitación que compartía con Inosuke.
―¡Pero qué suerte tienen algunos!, ¡Maldición, que injusta es la vida!―
―¡Deja de llorar!, ¡Por eso nunca tendrás mujer!― le regañó Inosuke.
―¡Tendré una antes que tú jabalí apestoso!―
Tanjiro se encontró de vuelta en la habitación de Shinobu. El dulce aroma de la cazadora impregnado en todo el lugar. Una única vela encendida a un lado de la cama.
Shinobu lo guió al lado de la misma y se metieron juntos a la cama, con Shinobu acurrucándose junto a Tanjiro hasta reposar su cabeza en el hombro derecho de él.
Tanjiro no sabía que hacer ni decir. Estaba tieso como una lápida. La respiración de control total se había ido al sabático. Ahora el autocontrol apenas y le alcanzaba para no ponerse a hiperventilar.
―Estás muy tenso― musitó Shinobu.
―Ahg…― ninguna palabra coherente logró salir de la boca de Tanjiro.
―No te preocupes. Esta vez no pasará nada que no quieras. Yo estoy más que satisfecha solo con que estés aquí―
Sus palabras finalmente hicieron que Tanjiro se calmara. Sintió como la cazadora se aferró más a él y apretó sus puños.
―Entiende que… hace apenas unas horas estaba en esta cama llorando, preguntándome si algún día te volvería a ver. Si volvería a ver tu sonrisa. A recibir un beso tuyo… ahora míranos―
Shinobu alzo la vista a Tanjiro, revelando ojos llorosos de felicidad.
―No solo nos reconciliamos, sino que nuestro vínculo es más fuerte que nunca. Ahora incluso nos vamos a casar. Vamos a ser marido y mujer―
Se acercó a su rostro para robarle un beso. Dulce y tierno.
―Es como un sueño hecho realidad―
Tanjiro le devolvió la sonrisa y volvió a besarla.
―Me siento igual. Es un sueño hecho realidad―
Tanjiro rodeó a Shinobu con su brazo derecho y entrelazó su mano izquierda con la de ella.
―Por cierto, tengo una duda―
―¿Sí?―
―Eso que dijiste hace rato. Lo de ser mi viento, mi luz y mi rayo de sol. no tenía idea de que fueras poeta―
―Ah, bueno. En realidad, tuve un poco de ayuda― dijo Tanjiro, con un poco de vergüenza.
―¿A sí, de quién?―
―De la señora Hinatsuru. El señor Uzui dijo que yo no tendría talento para la poesía ni literatura. Pero ella me hizo el favor de enseñarme un poco a escondidas―
―Ya veo, tendré que darle las gracias―
―¿Entonces te gustó?―
―Fue absolutamente cautivador― respondió, sintiéndose soñada, para después darle un beso en la mejilla ―En especial la última parte. Lo de ser mi rayo de Sol―
Shinobu volvió a acurrucarse junto a Tanjiro, sin soltar su mano.
―Creo que te queda bien ese nombre. Tanjiro, mi Rayo de Sol. ¿Las parejas usan apodos cariñosos o no?―
―En ese caso yo tendré que darte un nombre a ti también. ¿No?―
―Por supuesto―
Tanjiro pensó al respecto un momento, mientras frotaba su pulgar sobre la palma de Shinobu.
―Bueno, si yo soy tu rayo de Sol, tú serás mi Rayo de Luna―
Al escuchar aquello Shinobu se quedó sin aliento. Tanjiro supuso que debía darle unos momentos para evaluar su nombre. Pero tras un rato de no recibir respuesta, empezó a preocuparse.
―¿Shinobu?―
―Ah, perdón. Me quedé pensando―
―¿En qué?―
Shinobu apretó con más fuerza la mano de Tanjiro.
―¿Sabías que la Luna no posee luz propia?―
―¿Ah, no? ¿Entonces cómo es que brilla?―
Shinobu volteó a verlo, sonriendo. ―Por el Sol―
―¿El Sol?―
―Ajá. A diferencia de las estrellas, la Luna no produce luz propia. Pero las rocas que la forma son capaces de reflejar la luz de los rayos solares que la tocan. Esa es la razón de que podamos verla todas las noches―
―Comprendo―
―En otras palabras, si no existiera el Sol, no brillaría la Luna. Lo mismo haz hecho por mí. Eres un rayo de Sol que trajo luz a mi vida oscura. Por ti es que vuelvo a sentir la alegría de vivir―
Tanjiro la abrazó y besó en la frente, transmitiéndole toda su adoración.
―Y ya nunca me apartaré de tu lado. Me aseguraré de que siempre brilles, mi Rayo de Luna―
―Eso espero, mi Rayo de Sol―
―Ahora que lo pienso, yo también tengo una duda―
―¿Sí?―
―¿Cómo llamaste a la poción que bebí esa noche?―
―¿El afrodisiaco?―
―Sí, ¿Por qué tenías algo así en tu laboratorio?―
Shinobu se ruborizó. Más que nada por no saber si debía o no contarle a Tanjiro. Pero bueno, ya le había prometido que no guardaría más secretos entre ellos.
―Es… un encargo para el patrón―
―¿El patrón te lo pide?― inquirió Tanjiro, extrañado.
―Bueno es que como está tan enfermo… necesita el afrodisiaco de apoyo o de lo contrario no podría copular con su esposa ni concubinas. Y es importante que lo haga para asegurar su linaje…―
―Ah… ya veo… Pero ¿No es demasiado fuerte para él?―
―No, porque cuando él lo utiliza es una mezcla diferente que se usa en velas de aceite. No como tú, mi amado cabezón que te lo bebiste directamente―
―En mi defensa, solo planeaba darle una probadita―
―Bueno, no importa. Ese accidente es la razón de que hoy estemos juntos. Así que todo resultó bien al final―
Shinobu volvió a envolver la mano de Tanjiro con la suya y a acurrucarse junto a él.
―No, más bien. Es solo el comienzo. ¿No lo crees?―
―Espero que sí―
―Te amo, Tanjiro―
―Y yo a ti Shinobu―
De ese modo, la pareja se encaminó al reino de los sueños, a fantasear con las bendiciones que les traería el mañana. Como también los obstáculos que ahora deberán superar juntos.
