Disclaimer Naruto no me pertenece le pertenece a Masashi Kishimoto. La historia si es de mi autoría. La portada es un edit de la vestimenta de Ozymandias de la serie de Fate (me encantó el diseño de la ropa y lo usé,así que créditos ahí también al autor del anime.)

Hola mis pequeños lectores nwn he traído otra historia que no se de cuántos capitulos sea pero que quería compartir. Fue una idea que me surgió así como asi de un momento a otro. También,que no tengo idea de cada cuanto la actualizaré,pero de todas formas ¡Espero que les guste! nwn


Capitulo #1

Desconocido


Sacudió la cabeza, el dolor era increíblemente alto y sentía como una aguja que martillaba en su cerebro una y otra vez. Soltó un largo suspiro y miró el escritorio frente a ella lleno de documentos por revisar y pasar a su jefe. Su cabello largo rosado era un desastre después de la gran cantidad de veces que se había tratado de acomodar por el estrés. Era tan solo la secretaria del presidente de una cadena de restaurantes sumamente famosa y sentía que no daría para el mañana.

Todos sus compañeros estaban igual d ocupados. Soltó otro largo suspiro y miró por el rabillo del ojo la oficina del presidente. Tomó aire para tratar de aliviar la jaqueca y se encaminó a esta. Tocó tres veces y ante la Oz de su jefe que le decía que entrará, se adentró a la habitación. Sus ojos se posaron sobre la atractiva figura se su jefe.

No era algo que negará. El hombre era infinitamente apuesto. Los cabellos plateados eran algo que llamaba la atención la mayoría de las veces. Y,aunque no era su tipo,no negaba que era una buena vista. Su jefe ya entraba en los cuarenta y aún se mantenía con un atractivo envidiable. Su esposa,una mujer que también llamaba la atención,era la que se encargaba de los eventos que se celebraban en la empresa. Tenían tres hijos y le agradaban,menos el mayor,era un mujeriego que no le importaba con quien coqueteara mientras fuera mujer.

—Sakura,a veces me preguntó que haría sin ti.—quiso reír, o más bien, lo hizo, tenían confianza entre ellos,así que no le veía el problema a relajarse en su presencia. Kakashi Hatake era como un segundo padre para ella.

—Sinceramente,no creo que llegarás tan lejos con la cantidad de cosas que debes de hacer a diario.—el hombre seguía mirando cada hoja y firmaba lo que veía más necesario. Le era increíble trabajar para alguien como lo era Kakashi,ya que a diferencia de muchos jefes, él no buscaba aventura con nadie.

Ni siquiera el típico cliché del jefe y la secretaria.

Rió y el hombre la miró.

—¿Me compartirás el chiste? Siento que la mayoría de las veces me dejas fuera de todo lo que tenga que ver contigo.—sonrío pero cambió la cara lo más pronto que pudo.

—Solo pensaba en el increíble jefe que me tocó.—contestó completamente segura de que sus palabras le agradarían,y no se equivocó, pues el Hatake soltó una fuerte risa sin quitar mirada de la joven.

—Por eso me asombró contigo,no puedo estar sin ti y tu extraño humor.—terminó dos papeles más y luego la miró con sus facciones serías haciendo que ella también cambiará su humor. —Sakura,sabes que te quiero como una hija, cualquier problema que tengas,no dudes en venir a mi.—ella asintió en comprensión y tomando los documentos terminados,se retiró de la oficina de su jefe.

Los pasillos eran los mismos y no había cambió. Una monotonía que le agradaba. El dolor de cabeza parecía haberse apaciguado un poco pero seguía presente. Los enormes ventanales del edificio le dieron una vista del cielo nublado. Sabía que debía de haber traído una sombrilla,pero simplemente no previó que al final fuera a llover. La mujer del tiempo había dicho que sería una noche agradable y se confió. Ahora,no podía irse del trabajo y por ello esperaba que no cayera un nubarrón a la hora de irse.

Pero como sus predicciones casa nunca se equivocaban, acabó lloviendo. El olor que producía la lluvia siempre agradaba a sus fosas nasales. El fuerte repiqueteo de las gotas contra el alféizar de la ventana le llamó la atención. Se quedó observando detalladamente aquel llamativo sonido. La palma de su mano se colocó en el cristal de la ventana y el frío le recorrió el cuerpo rápidamente. Al ver que no pararía,y la hora de salida llegó. Tuvo que irse bajo el manantial imparable de agua.

Tenía la suerte de que su departamento no quedará tan lejos de la empresa. Aunque era un trayecto de tres cuadras completas, podía hacerlo gracias a los balcones de las casas bajas que proporcionaban cubierto. Poco a poco,al haber salido del edificio a las ocho de la noche,con una calle semi desierta, sus pasos fueron acompañados con el sonido de gotas impactando el suelo,el viento frío de la noche caída sobre si.

Pero no sé detendría.

O

al menos eso creyó.

En medio de la calle,tirado en el suelo como un cuerpo impactado por un carro,había un hombre. Era largo a simple vista,pero la lluvia también dificultaba saber el estado en el que se encontraba. No había nadie más,solo ellos dos. Tragó saliva y se acercó a pesar de que su cuerpo se mojará. la chaqueta y falda que llevaba se aferraron a su cuerpo como una segunda piel mientras ella se mojaba por las densas gotas de lluvia acercándose al cuerpo tirado. No había rastros de sangre y la respiración podía sentirse cuando colocó la palma de la mano. Soltó un suspiro que no sabía había estado conteniendo y detalló un poco de la extraña entidad que iba a ayudar.

A pesar de que no sabía mucho sobre medicina, podía ofrecer los primeros auxilios,así que se sintió agradecida de que estuviera bien. Cómo pudo, logró llevar su brazo a su hombro y su mano a su cintura. Gracias a sus clases de defensa personal,a pesar de sus sesenta y dos kilos, logró mantener en pie a la montaña a su lado que estaba segura tenía como mínimo,cien kilos —o incluso más— la lluvia los empapó completamente y la ropa tan extravagante y extraña que el hombre portaba,se le afianzó completamente al cuerpo.

Incluso más ceñido que la camiseta sin mangas de cuello alto que se aferraba a cada uno de los músculos de su torso. Tragó saliva y siguió caminando sin importarle para nada la lluvia y el peso descomunal del hombre. Afortunadamente, logró llegar al edificio y se adentró a este. Una vez allí, se encaminó a su departamento y abrió la puerta. Estaba empapada y una vez estuvo segura,le acomodó en el piso lo mejor que pudo.

Difícil,pero no imposible.

El cuerpo largo y fornido del hombre la hicieron tragar saliva. Su piel clara y rasgos marcados en el rostro le hizo preguntarse quien rayos era y como había acabado en medio de la calle tirado. No creía que le habrían robado ya que cada una de las piezas que se cargaba su excéntrico atuendo,parecían denotar que valían bastante. Incluso por un instante creyó que podía ser oro puro, pero rápidamente descartó esa hipótesis. Aunque el peso del hombre con todo aquello,era bastante para hacerla caer en el suelo exhausta.

Y así era como estaba.

Eran curiosas sus vestimentas. No parecían normales. Más bien,eran como esos trajes que se ponían los chicos que les gustaba el cosplay...aunque el hombre en si se veía lo suficientemente mayor como para tener un empleo respetable en vez de estar vistiéndose de aquella extraña forma donde sus ingresos se desperdiciaban. No es que lo criticara,toda persona tenía sus gustos, y para ella, hacer eso era una pérdida de tiempo.

Prefería leer novelas románticas y meterse en esos mundos donde los chicos malos se enamoraban de la chica buena. O el típico cliché de mafioso y la mujer que es arrastrada a sus garras por disímiles situaciones. Era increíble la gran cantidad de historias que salían y ella no podía gastar en gustostam buenos como lo era la lectura,y ese hombre parecían gustarles las ficciones. Era atractivo, y eso era lo más doloroso. Un hombre sensual y apetecible con gustos tan peculiares.

Con el descanso sobre su cuerpo, decidió que debía quitarle todo eso para que, primero: secar todo el cuerpo y no agarrara algún resfriado, y segundo: parecía incómodo de dormir con todo aquello. Con eso en mente y a su pesar de que ella también estaba húmeda, se dispuso a empezar a retirar las piezas de sus vestimentas. Empezó con las piezas que parecían guanteletes en sus brazos, indudablemente,una tarea horrible,pero más fácil que cuando empezó a quitar pieza por pieza lo que suponía era una versión de cinturón bastante compleja y peculiar. Por un instante, creyó que parecían escarabajos...pero seguramente solo era su cabeza imaginando cosas.

Las sandalias fueron relativamente fáciles a comparación de lo anterior,pero lo que realmente la hizo dudar un poco fue el pantalón...si es que se le podía llamar de esa forma ya que estaban abiertos y podían apreciarse sus piernas bastante bien...y se podía decir que las tenía duras. La camisa de cuello alto sin mangas fue sin dudas,lo más fácil de retirar y era por eso que en ese instante,tenía a un hombre casi completamente desnudo en su casa,ya que solo poseía unos extraños boxers que se ajustaban a sus musculados muslos e intimidad. Tragó saliva ante la extraña tentación de su cuerpo por bajarle estos y descubrir el arma que portaba en sus muslos. Negando, buscó una toalla y procedió a secar el cuerpo de este. Su cabello fue lo más extraño de todo,era suave e inmensamente lacio a pesar de las claras puntas duras que tenia. Una vez le secó completo, agarró su cintura que y su brazo lo paso por sus hombros y casi grita ante la increíble diferencia de pesos que tenía anteriormente. Miró de soslayo la cantidad de cosas que había tenido colgada en su cuerpo bastante sorprendida de que seguramente,no presentará ningún esfuerzo para él,llevarlos. Tomó dirección a su cuarto de huéspedes y le dejó en la cama. Parecía un muerto ya que no había sentido nada de lo que ella le había hecho,pero posiblemente solo estaba inconsciente ya que su respiración se había mantenido.

—Mañana cuando te despiertes,me dirás quién eres. Descansa bien,extraño.—se retiró y se metió en el baño,el agua caliente alivió todo el frío que había tenido y aliviaría algún resfriado. Afortunadamente,no tenía trabajo al siguiente día ya que Kakashi solía darle libre cuando tenía situaciones en su casa. Salió del baño y se lanzó en la cama. No le gustaba dormir sin un chocolate caliente en noches así de lluviosas así que se preparó una bebida y se acostó en la cama.

El sueño llegó por sí solo arrastrando su conciencia al mar de la nada.

«¿Por qué no llamé a una ambulancia?»

—0—

La mañana era un reto que no le gustaba tomar. El sonido del despertador que tenía fue la clara evidencia de que un nuevo día había llegado. Se levantó de la cama y puso marcha a la cocina pero claro,sus ojos se abrieron de par en par al ver al hombre que estaba allí,sus prendas estaban una vez más sobre todo su cuerpo y casi tragó saliva al pensar en cómo rayos era tan algo. La media común que ella conocía era de por lo menos un metro setenta y dos,y ese hombre parecía rozar los noventa metros. Sacudió la cabeza y se acercó lentamente ante la mirada escrutadora del hombre repleto de oro en traje.

—Buenos días.—este,parpadeó sin entender que había dicho. Mirarla parecía entretenerle pero obviamente estaba sacando un poco de sus casillas a la mujer. La pelirrosa sacudió la cabeza sintiendo que la cabeza le iba a reventar,sin más,el hombre desconocido se acercó a ella y le dio un beso en la boca dejando a la fémina en shock,y más que no era un beso casto,le mordió el labio inferior y pudo sentir perfectamente la lengua masculina revoloteando contra la suya. Sus brazos se enredaron en su cuello sin pensarlo acercándose aún más a él. El extraño cinturón que llevaba en el torso le punzo pero lo ignoró disfrutando del baile de sus lenguas.

Llevaba tiempo sin hacer absolutamente nada con un hombre,así que, sinceramente que ese sensual y atractivo especímen le estuviera invadiendo la boca le daba igual, después de todo,había que disfrutar todo lo que la vida da,y eso era en ese instante, la experta boca decadente de ese hombre. Cuando se separaron para poder respirar,pudo ver una mirada extraña en los ojos de este,había algo que no podía descifrar allí pero prefería ignorar que podía ser por ahora.

—Buenos días,princesa.—bien,sus ojos se abrieron como platos ante las extrañas palabras con las que la describió. Sakura Haruno sabía que era una mujer hermosa en sus veinticuatro años,pero no creyó que alguien que apenas conocía,podía decirle de ese modo. «¡Shannaro,ni siquiera mi ex-novio se refería se ese modo a mi!» refutó en su mente con gran emoción. Volvió a dirigir sus ojos a los negros de él,un color tan fuera de lo común pero a la vez tan preciosos.

—Dejemonos de palabrerías y dime quién eres en este momento.—asintió con la cabeza a las palabras de ella mientras que la miraba en un absoluto silencio.

—Me llamó Sasuke. Pero eso es todo lo que recuerdo.—las palabras que casi quiso gritar la fémina se quedaron estancadas en su garganta. Él no parecía alguien que había perdido la memoria,para ella,estaba bastante cuerdo.

—Ya que dices haber perdido la memoria,¿Por qué no te ves las alebrestado con tu presunta situación?—otra mirada de reconocimiento en sus orbes carbón y casi se ponía del mismo tono que la ropa que ahora recordaba traía. Después de todo,un neglige rojo que dejaba muy poca piel oculta, la hizo hervir de vergüenza.

Casi se manda a correr a su cuarto si no fuera por lo que debía resolver.

—No recuerdo tantas cosas. Ciertas partes de mi memoria parecen haber desaparecido. Lamento las molestias que te estoy causando,princesa.—otra vez,no pudo evitar que sus mejillas se colorearon y ahora se preguntaba si debía de llamar a la policía. No creía que fuera un ladrón. De haberlo sido,ya su casa estaría vaciada desde el justo instante en que le dejó en la habitación de huéspedes. Pero ahí estaba,todo en su casa y este mirándola fijamente con una extraña emoción en sus ojos que no podía definir.

—Esta bien...—volvió a darle una mirada atenta. Cómo mujer,no negaba que ese hombre era un espectáculo para la vista. Músculos bien detallados por esa camisa ajustada de cuello largo. Si bien el dorado y azul que complementaban todo el artilugio le parecía extravagante,casi como si de un rey se tratará. Sacudió la cabeza una vez más ante lo absurdo de sus pensamientos. —Puedes quedarte hasta que recuperes la memoria.—dijo mientras caminaba a la cocina sin percatarse de la sonrisa que se desplegó en los labios masculinos ante la suerte de su situación.

No esperaba que al llegar le ocurrieran eventos tan desafortunados pero agradecía a todos los dioses por lograr encontrar a su kh'ibit,ella era increíblemente hermosa. Cabellos rosas como el mismo árbol de cerezos que se encontraba en el invernadero. Orbes tan verdes como las palmeras enormes y los campos igual en el tono. Pero si buscaba algo más para comparar,era el brillo del jade más exquisitamente pulido. Su piel tan clara como la leche y parecía carecer de cualquier imperfección. Cuerpo delgado pero no menos atractivo,pero sin duda,lo que más le gustaron fueron sus largas piernas. Siguió admirando a la fémina con ojos muy abiertos. Si bien le había dicho que no recordaba muchas cosas,era una obvia mentira para quedarse a su lado.

No podía abandonarla ahora que la había encontrado. Tantos años buscándola y por fin la había hallado. Sus ojos obsidiana estaban puestos sobre la mujer que preparaba una extraña bebida de color rojo. Siguió cada uno de sus movimientos sin ninguna contemplación. A la mañana que se había despertado, se había encontrado en una cama y habitación completamente desconocida para él, y para más, despojado de todas sus prendas. El oro del cual estaban hechas todas las piezas que conformaban su indumentaria,podía ser vendido a precios increíbles,pero no podía concebir que hicieran dichas cosas con estas.

Su vestimenta era sagrada.

Así que cuando encontró todo en la sala,se sintió aliviado y empezó a colocar una por una. Todo era demasiado extraño,las cosas eran llamativas y sobrias en varios sentidos. No había nada de oro,ni una pared estaba alzada en dicho material. Le extrañó ver eso,pero sus ojos se posaron en la mujer que parecía haberle traído y su mundo empezó a girar por fin en la dirección correcta. Ella,su diosa,su amor incandescente y perfecto. Aquella que le complementaba, por fin estaba a su alcance.

Pero lo sabía,debía ganarse su amor poco a poco. Hacer que ella no pudiera alejarse de su lado y al final, accediera a ir a su hogar. No sería fácil. Ella estaba arraigada a sus raíces con solo verla. Pero era normal,si no estuviera de ese modo,no sería normal. La observó pasearse de un lado a otro completamente absorta en su tarea de preparar alimentos según tenía entendido.

Sus papilas gustativas se abrieron al sentir el olor de la carne siendo freida. Era algo que amaba. Un elemento nutritivo rojo. La mujer se dio la vuelta en ese instante y sus ojos se encontraron. Aquellas esmeraldas tan vibrantes calaban profundo en su interior mientras más la veía. Incluso si solo habían sido horas, sentía que habían pasado años.

—No te has presentado.—ella pareció detenerse en ese instante y mirarle,jade contra obsidiana, las mejillas se le calentaron al ver la intensidad que poseían esos ojos. Ni siquiera su ex la había mirado así. Sakura trataba de calmarse,pero mientras más escuchaba la voz de ese hombre,se le hacía extrañamente difícil,no lanzarse sobre sus huesos. Ella no era así,y por ello,le resultaba completamente fuera de lo habitual dicha situación.

—Sakura Haruno,un placer,Sasuke.—el hombre asintió y la pelirrosa le ofreció un plato con huevos y tocino junto a un batido de chocolate.

—Sakura.—el cuerpo de la mujer pareció agarrar corriente en el instante que ese hombre pronunció su nombre. Fue extraño,una emoción tan radical caló en su interior y sus mejillas ardieron. Definitivamente,algo estaba mal en todo eso pero no era como si estuviera pensando en hacer algo.

No quería sacar a este de su hogar.

Sus manos eran algo callosas,pero le gustó,parecía del tipo que se ejercitaba y la curiosidad estaba ardiendo en su interior sobre la clase de persona que era y el hecho de sus extrañas, extravagante y peculiares vestimentas que ahora que estaban secas,le asentaban perfectamente.

—¿Eres cosplayer?—bien,no era un inicio de preguntas esperado,pero pareció ofender de alguna manera al hombre que luego sacudió la cabeza como tratando de eliminar algo.

—Ya dije que no recuerdo mucho de lo que pasó recientemente,pero puedo asegurarte que no lo soy.—ella frunció el ceño,estaba claro con mirarle,¿Por qué lo negaba entonces?

—¿Qué hay de tus ropas? No son normales,incluso creo que pesan más de lo que parecen.—se quejó incrédula y Sasuke quiso reírse pero lo contuvo,no deseaba molestar a su kh'ibit ahora que la había encontrado. Así que fue en parte sincero.

—Son mi vestimenta habitual,y si,está hecha de oro puro,es pesada,pero la llevó sin ningún problema.—o bien,los ojos de la mujer estaban que se salían de sus cuencas naturales y a él le preocupó que le pasara algo malo.

Era demasiado importante.

—Estas de broma...—pero el rostro serio que le dio, borró sus ganas de hacer un chiste con eso. Le era increíble ver a una persona tan excéntrica en su vida como para llevar oro como una segunda piel.

«Esta loco» proporciono su mente ante la visión de ese hombre caminando por las calles de ese modo y diciendo que era oro...que cabía la posibilidad que fuera... después de todo,había muchos locos millonarios en el mundo que les daba por andar en sus locuras de egolatría.

—Mas bien,me gustaría pedirte si pudieras dejarme en tu hogar. Cómo no recuerdo mucho me gustaría pedirte ayuda,y claro,te prometo que serás bien recompensada.—le miró en silenció mientras esté devoraba con clase los tocinos con huevo y pan. Había algo sobre ese hombre que la tenía lo suficientemente curiosa como para dejarle andar un poco a sus anchas.

—Esta bien,puedes quedarte...—le dio una rápida mirada,más bien,le recorrió de arriba a abajo,detallando cada detalle de él y su perfecta anatomía. No tenía ninguna clase de regla para él. Incluso si quisiera andar desnudo por su casa,ni le molestaría.

—Gracias,hermosa.—ella volvió a sonsojarse por sus palabras y se levantó de la mesa al haber terminado de comer. Sin despegar sus ojos de la perfecta musa que ahora llevaba su corazón, se retiró el mismo al cuarto en el que estaría por tiempo indefinido.

«Hasta que pueda ganar tu amor,kh'ibit» pensó para si con una sonrisa en los labios. Sabía que no sería una tarea fácil,ella era receptiva a sus encantos,lo sabía perfectamente,aún así,debería de hacer movimientos que la atrayeran como una presa a su boca hasta que pudiera degustarla.

Sería un largo tramo.

Por su parte,Sakura se vestía con una clara sensación de nervios. Tenía la leve impresión de que su vida había cambiado para siempre y aún no tenía claro como. Ese algo,tendría que ver con Sasuke,su interior lo confirmaba. Sus ojos eran los de un cazador...

Y a ella no le importaba ser la presa.


¿Y?¿Qué les pareció este primer capítulo? Como dije,no se cada cuanto actualicé está historia ya que tengo una idea pero no está tan formada,en si,solo quise compartir esta loca idea que se formó sin darme cuenta nwn Aún así,espero que les haya gustado y bueno ¿Les gustaría saber cómo continúa en algún momento?

Traducción

En egipcio antiguo podria haberse dicho así: "kh'ibit" (compañero/a).

Hasta la próxima que quien sabe cuando sea nwn