Disclaimer Naruto no me pertenece le pertenece a Masashi Kishimoto. La historia si es de mi autoría.
Hola,les traje un segundo capítulo ya que inesperadamente me inspire y logré hacerlo nwn Espero que les guste.
Capitulo #2
Vecina y conflictos
Sakura estaba sentada en el sofá grande de la sala con su laptop, estaba bastante metida en los documentos que Kakashi le había pedido revisar. Si bien era sábado y tenía cierto invitado conviviendo en su hogar desde hacia una semana, porque sí, ese hombre tan extraño como extravagante, había logrado quedarse a vivir con ella. Soltó un largo suspiro cuando vio el plato con flan aún intacto. Se había servido tanto ella como él pero este no parecía para nada interesado en el dulce. Lanzó otra mirada al azabache y comió un poco del propio. Estaba tratando de no prestar atención a su apariencia. Desde que le había obligado a vestrise más común, no podía parar de verle.
Era como un dios griego repleto de músculos más que apetecibles. Lo sabía con anterioridad,pero realmente era un pastel que deseaba comer con muchas ganas si se le diera la oportunidad. Soltó otro suspiro prestando atención a su trabajo, cosa que no duró mucho ya que el ruido en la habitación de la lado la sacó de órbita.
Su vecina estaba discutiendo una vez más con algún hombre que parecía había invitado a su casa. No es que fuera una chismosa ni nada por el estilo, pero el hecho de que vivían pared con pared y el material con el cual se había construido la edificación no era el mejor para evitar fisgonear en los asuntos del contrario, se enteraban de todo. Por ello era que sabía que la mujer estaban discutiendo con alguien que había llevado a su cama.
—Las personas si que son bastante liberales.—Sakura miró al hombre. Esa semana teniendolo allí le hizo pensar que era un mudo ya que había abierto la boca incluso contadas veces,así que el hecho de que haya decidido compartir su alucinante voz, la asombraba.
A veces sentía que seguía viviendo sola.
—Si bueno,es algo a lo que estoy acostumbrada...parece que ya está en casa.—dijo sin quitar la mirada de las joyas carbón del hombre. Perlas tan preciosas que se preguntaba cuanto valdrían en palabras. Aunque hablaba, había descubierto que Sasuke se comunicaba más por sus reacciones corporales que por su misma boca. Rió ante la broma interna que llegó a su cabeza de que el hombre era más expresivo con su cuerpo de lo que creía.
Y de ahí que su mente se lanzará al hecho de que posiblemente era muy ardiente en la cama. «No que los más callados son los más ardientes en el dormitorio.» mejillas rojas cubrieron su rostro y no pudo dejar de mirar su cuerpo atlético una vez más. Se maldecía y jactaba de tener semejante semental en su casa, pero era un asesinato no poder tocarlo. Le vio levantarse y encaminarse a la puerta, frunció el ceño cuando le vio abrir la puerta y ella misma saltó como un resorte no creyendo que fuera posible lo que este iba a hacer.
Pero si,cuando corrió al pasillo tras él lo más rápido que pudo,vio como el azabache le pegaba de llenó al tipo que momentos atrás parecía que estaba discutiendo con su vecina...y bueno, ella estaba bastante atónita con respecto a la situación que se estaba dando frente a sus narices porque rápidamente el otro se le lanzó a golpes al oji carbón, la vecina estaba impactada por lo que estaba viendo y Sakura igual que ella. No fue hasta que dejó al tipo lloriqueando como bebé que se detuvo y este salió corriendo con la cola entra las patas literalmente.
—¿Se encuentra bien?—la mujer parpadeó, era la primera vez que alguien la ayudaba...se sintió enormemente feliz. Y que fuera semejante partidazo de hombre. Enfundado en una camisa morada y pantalones negros,el hombre frente a ella era un pecado gustoso para la vista femenina.
—Si, muchas gracias por ayudarme.—la mujer le sonrió. —No era necesario, pero realmente me ayudó mucho, soy Karin Uzumaki, ¿Y usted es?—le ofrecía la mano pendiente del carbón de sus ojos que no se retiraron de los de ella. Sakura se sintió incómoda, era como si algo se retorciera en su estómago mientras les veía hablar.
Algo extraño para ella.
No era una mujer celosa.
Y más con alguien con quien no tenía relación.
—Sasuke...no hay de que, me alegra haber sido de ayuda. Las mujeres no deben de ser dañadas por los hombres, estas son importantes.—las mejillas de la pelirroja ardieron y este se dio la vuelta volviendo a entrar en el apartamento, dejando a la pelirrosa bastante estupefacta.
Mientras, en el interior del apartamento, Sasuke se sentía bien, le había demostrado a Sakura que era un hombre ejemplar con las mujeres, que le importaba el bienestar del prójimo. Era extraño para él actuar de ese modo, pero posiblemente eran las costumbres humanas el hecho de no conflictuar de manera negativa sobre otros. Ese hombre le había estado haciendo daño, cosa que tampoco se perdonaba ya que como había dicho, las mujeres eran seres importantes y sensibles. Requerían de cuidados y afectos para que no se dañarán. Mantenerlas felices era algo completamente natural para alguien como Sasuke.
Claro, que las cosas no parecían ser tan así para Sakura, pues cuando entró, parecía una fiera contenida en la molestia. No entendía porque parecía que echaba humo por la boca y sus ojos parecían fulminarle. El creía firmemente que había hecho algo para ganar puntos con ella al demostrarle su acción, pero en cambio, parecía que le iban a matar.
—¿Pasa algo Sakura?—preguntó sin quitar mirada de esta que agarró un tazón de galletas y empezó a masticar las de modo que se escuchará perfectamente el sonido, por alguna extraña razón sentía que esa era ella masticandole a él por la molestia comprimida. Y no se equivocaba, Sakura no sabía porque estaba celosa, solo había ayudado a su vecina con el bastardo que la había estado molestando. Pero sabía perfectamente como era Karin Uzumaki. La mujer se lanzaba sobre cualquier hombre como si fuera carroña. En esa casa habían entrado tantos hombres que ya había perdido la cuenta en algún punto. Simplemente no quería que ahora se fijara en el paquete que ella tenía conviviendo con ella.
Y si se enteraban que no tenía memoria.
Qué la librasen de lo que se le ocurriera hacerle al azabache.
—Escucha Sasuke, Karin no es la clase de mujer que necesita ayuda de nadie.—Sasuke frunció el ceño, no entendía como eso era posible,todas las mujeres requerían protección, no dejarlas solas como si no fueran nada importante.
Esa era la enseñanza transmitida de generación en generación.
—¿Por qué hablas de ese modo sobre tus homólogas?—para ese punto, la galleta sonó de tal estridente modo y el puño de la fémina se apretó tanto que temió que se rompiera la mano. —Sakura, tu mano...—
—¡Cierra el pico ahora mismo!—la mujer pareció perder la cordura por un instante y Sasuke temió haber perdido cualquier punto que hubiera logrado con la pelirrosa. —¡Escucha bien mis palabras Sasuke, porque no pienso repetirme! ¡Las mujeres tenemos los mismos derechos que los hombres y podemos valernos por nosotras mismas, no necesitamos de un hombre que se crea un caballero para rescatarnos!—se dio la vuelta dejando al hombre estupefacto. Su concepto sobre las mujeres era uno, pero parecía que para ellos, era otro. Creía que sería similar ya que las mujeres tenían mucho parecido entre ellas, pero no parecía ser el caso para estas.
Mujeres cuidándose por si solas.
Un concepto completamente nuevo para él.
Aparte, ahora por desconocer sobre ello, había perdido cualquier avance con la fémina. Se agarró del cabello con fuerza. Era la primera vez que interactuaba con una mujer más allá de una cama o simples asuntos de negocios. Sabía que sería diferente conquistarla pero no creyó que a tal nivel. Pero suponía que la mujer no sentía ese tirón violento que él sentía. Ese que le aseguraba que ella era su otra mitad. Soltó un largo suspiro sabiendo que sería completamente difícil comportarse como él mismo y a la par atraerla.
«¿Por qué las mujeres tienen que ser tan complejas?» se decía el azabache mientras se metía en la habitación que le había ofrecido la Haruno.
Sakura por su parte estaba conteniendo la molestia que venía en su sangre y tratando de controlar las ganas de ir a donde estaba ese tipo y demostrarle que tan fuerte era una mujer que practicaba judo y karate en sus ratos libres. Ese machismo era algo que no soportaba en nadie, ni siquiera su padre fue tan creyente de que las mujeres no podían protegerse por si mismas.
En si, las mujeres eran más fuertes que los hombres, mientras que venía un tipo que las enamoraba, acaramelando su corazón para que luego venga y lo destruya, solo ellas podían volverlo a unir pieza por pieza, y eso pasaba incontables veces. También que al ser el sexo débil, eran propensas a las violaciones, por eso había que valerse de otros métodos y entrenar el cuerpo. También que las mujeres eran las que llevaban a un niño nueve meses en la barriga y luego lo partían después de horas y horas de pujar. Así que que ese tipo le dijera que las mujeres eran débiles,la había encabronado a más no poder.
Tenía que calmarse o le saltaría arriba la próxima vez que le viera,y ahora que vivían juntos. Había creído que el tipo era sumamente agradable ya que tenía pocas palabras para decir y sus silencios no eran incómodos cuando le hablaba más con sus obsidianas. Pero que ayudará a Karin luciendose...la ponía de malas.
Un suspiro y se metió al baño. Necesitaba sacarse de la cabeza y del organismo todo el estrés que la había embotado. Su cuerpo se alivió con el agua tibia de la ducha, extasiada de poder sentir las gotas cayendo sobre su cuerpo con un sonido agradable. Salió del baño y se decidió por un vestido suelto de color azul pastel. La ropa interior lo más cómoda posible, después de todo,no saldría a ningún lado.
Salió de su cuarto en el justo instante que su teléfono sonó. Lo buscó con la mirada y lo encontró en la mesita. Lo abrió viendo dos llamadas perdidas de Kakashi. Pero en su bandeja de mensajes había uno. Lo abrió y quiso matar al peliplata.
Mensaje enviado a Sakura:
Ven a la oficina, surgió algo urgente.
Mensaje recibido.
Cerró los ojos con fuerza contando hasta diez y empezó a cambiarse por su ropa de trabajo. Se quedó con la misma ropa interior y agarró su blusa de botones, su chaleco negro y la saya entubada a juego. Salió por la puerta de su habitación con el bolso en mano y se dirigió a la salida. No se tomó ni la molestia de decirle al invitado de que se iría a trabajar y se largó de su propia casa.
El taxi la dejó en la empresa pues no había tenido ganas de caminar. Kakashi la miró una vez estuvo frente a ella y Sakura le miró con los brazos cruzados.
—¿Entonces, qué era tan urgente como para sacarme de casa un sábado?—el hombre rió y se rascó tras la cabeza bastante nervioso. Entrecerró los ojos con sospecha.
—Veras Sakura,no te llame por motivos de trabajo.—contó en su cabeza para no saltarle arriba y matarlo. «Calmate Sakura,es tu jefe, aunque te de confianza, es tu jefe.» se interiorizaba la mujer sin dejar de ver al peliplata. —Sabes que este año se cumple otro animersario de mi matrimonio con Hanare...pero no sé qué podría regalarle esta vez,y tú cómo experta en mujeres ya que lo eres...me preguntaba si podrías ayudarme...—el hombre la miraba esperanzado y Sakura solo pudo negar con una sonrisa en el rostro
Ella no podía contra Kakashi.
Era como un padre.
El que ya no tenía.
—Esta bien, te voy a ayudar, pero solo porque Hanare se merece el mundo.—le apuntaba con el dedo mientras le decía aquellas palabras. El peliplata sabía que la Haruno era especial,una chica para nada común. «Espero que un día encuentres a alguien que te ame tanto como yo amo a mi esposa, Sakura.» pensaba viendo la emoción que surgía en ella al hablar de que podrían darle a su mujer. «Como desearía que mis hijos no fueran unos inútiles...así al menos uno podría desposarla.» suspiró y siguió escuchando los grandes planes de la chica que estaba seguro, amaría su esposa.
Y así se pasó casi toda la tarde.
Cuando salió del edificio,la noche ya cubrirá todo el firmamento. Sus ojos se posaron sobre la luna llena. Tan hermosa y grande que el brillo deslumbraba como un punto sobre todo. Decidió caminar a casa. Era algo chistoso. Caminar después de haber tenido un encuentro con un desconocido del que aún no sabía nada, era extraño y fuera de lo común. Pero llevaban una semana ya viviendo juntos y nada malo había pasado.
Bueno, nada malo, solo esos encuentros entre ellos de miradas fugaces, a veces lo veía salir del baño con una toalla enrollada en su cintura demostrando sus amplios hombros y su cuerpo repleto de músculos marcados de forma atrayente. Y su altura,algo que aún la dejaba sin palabras. Se sentía intimidada de vez en cuando, principalmente cuando la pillaba mirándole, aunque él no se quedaba atrás y también la observaba. Era extraño, un juego entre ellos que no sabía cuando había empezado.
Escuchó risas estridentes dentro y cuando entró en su apartamento,su mirada se posó sobre la figura de una pelirroja. Se detuvo completamente sorprendida de ver a la mujer en su casa cuando obviamente había demostrado lo molesta que estaba con él por como se metió en asuntos que no tenían nada que ver con él. Quiso arrastrar por el suelo a la fémina pero no podía demostrar una mala actitud como anfitriona.
—Karin...que extraña tu visita.—la fémina se volvió encontrándose con la dueña del apartamento. Si bien el azabache le había llamado un montón la atención desde el instante en que lo vio, sospechaba que tenía alguna relación con la pelirrosa. Pero fue el mismo Sasuke el que la invitó al apartamento, al inicio se negó pensando que este quería algo más, pero se asombró que en realidad, era alguien... agradable.
Dentro de lo que cabía la palabra.
—Sakura, me invitó Sasuke...no pensé que te enojarías.—dijo calmada, no quería causar problemas entre ambos y que la pelirrosa creyera que le estaba montando los cuernos con ella.
—Si, después de que te fuiste la vi en el pasillo y la invite un rato...¿Tomé demasiada confianza?—su voz calmada le llamó la atención, pero si lo pensaba bien, ella no tenía ninguna relación con el de ojos obsidianas, así que no tenía una razón válida para enojarse de que la pelirroja le quisiera conquistar, pero le molestaba y malhumoraba.
Lo odiaba.
—No. Puedes seguir charlando. No te preocupes.—y claramente Karin sabía que pasaba algo, se preguntó internamente como el hombre podía ver al demonio a la cara y actuar como si no hubiera pecado.
Aunque no lo había hecho.
—Sakura, ya que estás aqui...¿podría pedirte un favor?—la Haruno le miró curiosa y la mujer tragó saliva, sabía que era mejor pedirlo ahora que está estaba alli y no cuando desapareciera en el cuerto.
—Te escuchó.—cruzada de brazos sobre su pecho, miró con intensidad a la pelirroja que tragó saliva nerviosa. Las pocas veces que había compartido alguna palabra con la mujer, habían sido tan cortas que no tenia en claro cuál era su personalidad total más que la que le demostraba a sus vecinos de ser una mujer independiente y confiable.
Tenía nervios en todo su ser.
Y, no sabía si era el extremo de posesiva.
Sasuke también estaba curioso. Si bien la había invitado para descubrir más sobre Sakura, no había logrado ningún avance. La mujer no tenía información más allá de pequeños rasgos y retazos de sus escasas veces de reunión, y por ende, no había descubierto nada. A excepción de algunos hechos sobre las mujeres en si para no cometer otro desliz con la oji jade.
Aparte de datos muy útiles sobre dicha sociedad.
—Podrías dejar que Sasuke sea mi modelo.—Sakura abrió los ojos y casi gritó por la locura, más bien, la incredulidad grabada en sus facciones. Era increíble, todo el tiempo que había estado viviendo al lado de Karin la creyó una mujer con una vida sexual demasiado activa, y la realidad es que ella pintaba. Podía ver las manchas de pintura verde, roja y azul en sus ropas.
Se sintió tan mal por juzgarla.
—Sasuke es el que decide, Karin, yo solo le estoy dejando quedarse en mi casa hasta que decide irse.—no le dijo que perdió la memoria. Claro, que al ver los ojos brillantes al decirle que ambos no tenían ninguna relación, se sintió bastante molesta.
«¿¡Pero que me está pasando!?» se dijo a si misma. Al azabache le había agradado la mujer, pero los cuadros de su persona no podían ser pintados por nadie más que Sai. Su pintor personal. Se sentía mal por la mujer que parecía realmente emocionada con la idea. Pero tendría que negarse.
—Lo siento Karin, pero no quiero que me pinten.—una mueca de decepción formó el rostro de la fémina pero asintió. Se levantó de la butaca y miró a ambos.
—Esta bien,lo entiendo...—a pesar de que Sakura había dicho que no estaba en una relación romántica con el azabache, Karin se percataba perfectamente del interés del hombre sobre ella por la forma en sus ojos obsidianas se enfocaban en la fémina. —Adiós. Que tengan una buena noche.—la pelirroja se fue de la casa y la Haruno se sintió libre después de todo ese rato. Era extraño pero era realmente agradable saber que no preguntaría más.
O al menos eso deseaba.
Una mano masculina encerró su muñeca y tiró de ella. Una boca hambrienta tomó sus labios y no pudo evitar abrir los ojos de par en par, incrédula de lo que estaba pasando incluso si lo estaba viviendo. La lengua del azabache trató de abrirse paso en la suya pero no lo logró, así que sus dientes se encargaron de morder el labio inferior y ante la impresión, permitió la invasión de la lengua contraría. Sus labios se unían y sus lenguas danzaban. Se estaba dejando llevar a tal punto que cerró los ojos solo para entregarse al claro momento de pasión que se estaba dando entre ambos. Sasuke estaba extasiado, mientras más devoraba aquella cueva húmeda, más ganas tenía de tomarla completamente. Su lazo aún no estaba formado. Podía ver los pequeños retazos que se formaban lentamente, era molesto, él deseaba verlo completo y que la pelirrosa se declarará suya.
Tal y como él ya lo era.
Su esclavo.
Suyo para ordenar.
Suyo para tener.
Pero ella también debía de ser solamente suya.
Pertenecerse ambos.
Soltó sus labios con la respiración agitada, las mejillas de la fémina parecían arder y trataba de recuperarse, pero no la dejó y volvió a tomar sus labios con necesidad, más duro, necesitaba sentir todo su sabor, todo lo que comprendía a la mujer que ahora envolvía sus brazos en su cuello acercándose cada vez más para sentir todo de él. Toda la extensión que se conformaba en Sasuke. Se separaron una vez más, sus ojos conectados, jade y obsidiana, devorándose solo con sus miradas, ansiedad mezclada con absoluto deseo de tomar todo lo que ambos estaban ofreciendo.
Pero Sakura fue la primera que rompió dicha conexión. Sentía que había algo extraño y atrayente en ese hombre desde el instante en que lo vio. No podía adivinar completamente que era, pero sentía que no debía de acercarse más allá de lo que sus barreras erigieron para protegerse, y eso, lo sintió el azabache. Cómo la fémina se iba alejando, no solo en el exterior, también internamente y un gruñido bajo y peligroso resonó de sus labios haciendo que está diera dos pasos atrás por la impresión de dicho sonido. El de un animal molesto por algo, Sakura le miró confusa y Sasuke solo pudo pasar saliva por su repentina seca garganta, con el terror surcando sus venas y su corazón corriendo a velocidades maratónicas por el nervio de haber sido descubierto. Pero la Haruno solo sacudió la cabeza creyendo que había sido su imaginación. Cosa que agradecía el hombre pero ella le fulminó con la mirada.
—¡No vuelvas a hacer eso,Sasuke!—ordenó con la mirada puesta en la de él, pero supo que su voluntad se tambaleaba, pues la intensidad de aquellos ojos negros como el carbón, como la noche más oscura, la taladraban y parecían atravesarla de lado a lado.
Y corrió.
Dejando a un hombre maldiciendo sus impulsos.
Y a una mujer con el corazón tan acelerado por la mirada de éste.
Hola, ¿Y? ¿Qué les pareció la actualización? ¿Alguna idea sobre Sasuke? ¿Avanza muy rápido? Bueno, como ya dije, me inspire. Escuchó teorías sobre qué creen que pasará.
Respondiendo reviews:
Manu Teorías: Jeje,estaba algo imaginativa nwn Y bueno, sorpresa Karin apareció,puede que gane protagonismo más adelante,todavía no lo sé,depende de lo que se me ocurra a mi mente.
Bueno, hasta la próxima actualización y repito, ¡Ni idea de cuándo será! La traje rapidito está vez porque me inspire.
