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En el apartamento donde habitaban la Hoshizora y la Koizumi, comenzó a tornarse un poco tensa la situación, pues la parejita se encontraba atendiendo una llamada y parecían estar atentas a ello.

— Me iré solamente una semana.— La voz de la Idol Yazawa comenzó a aclararserse.

— Entonces tenemos una semana para llevar acabo nuestro plan.— Rin contestó inmediatamente con mucho entusiasmo.

— No importa cuánto tarden, hagan lo que crean necesario. Igual, si Maki-chan definitivamente no quiere volver a saber de mi, aceptaré eso.— Aunque intentaran evadirlo, era muy notorio que Nico se escuchaba un poco cansada y apagada. Aquellos días que pasaron fueron demasiado estresantes para ella; la yaga que tuvo con Maki, el escándalo de la foto y en su mente no dejaba de aparecer la tal Kazumi, cada que la recordaba se le hervía la sangre del enojo.

— ¡No te desanimes Nico-chan!, haremos lo posible.— Hanayo intentó animarla.

— Muchas gracias de verdad, no sé cómo agradecerles...— Pasaron algunos segundos para que acabara el silencio que se apoderó del lado de la llamada de Nico.— Ya tengo que subir al avión, hablemos después.

— ¡Que tengas buen viaje, nya!.—

— C-cuídate mucho.—

— También ustedes.— Nico se despidió con tranquilidad, cosa que les dió un poco de alivio al dúo.

— ¿Vamos a buscar a Maki-chan ahora?.— Hanayo hizo contacto visual con su novia, la cual permanecía a lado de ella sentada en el sofá.

— Creo que sería lo más adecuado.— Rin asintió con seguridad y seriedad, este era un tema bastante extenso para ella y debía tener cuidado.

El día de la parejita estuvo tranquilo, por suerte la Atleta logró contactar a Maki por teléfono.

— ¿Podemos ir a verte?, queremos hablar contigo.— La de cabellera naranja parecía tener memorizado lo que iba a decir para no cometer ningún error.

— ¿Verme ahora?, estoy en el hospital y cuando acabe mi turno saldré con una amiga por unas bebidas.— Respondió fríamente.

-(¿Una amiga? ¿Quién?.— Susurró la de lentes con interés, pues la pelirroja era la menos sociable del grupito. Su novia le hizo un ademán de silencio.

— ¿Podemos ir con ustedes?, es que es un poco urgente lo que te vamos a decir.—

— Hummm... Claro, realmente no tengo problema...¿Y qué es de lo que me van a hablar?, están inquietandome.—

— ¡Peeerrrfecto! ¡Mándame tu hora de salida y allá estaremos.— Con prisa, Rin colgó la llamada llena de nervios, después volteó a ver a su pareja.— ¿Qué tal?.

— Lo hiciste bien Rin-chan, pero creo que preocupaste a Maki-chan.— Soltó una risilla juguetona.— Por cierto, ¿a qué amiga se refería?.

— No tengo idea, no me dijo...— Susurró la ojiverde en trance.

— Bueno, creo que esa es lo de menos, ya iniciamos con el plan.— Hanayo se animó a la par de su novia.

La atlética chica puso en marcha lo que vendría siendo su plan de ayuda para la parejita. Ambas de dieron la tarea de dejar limpio el apartamento antes de salir y buscar a Maki al hospital, con tranquilidad las dos mujeres se limitaron a ir caminando en lugar de usar el coche que tenían, agradecían que el hospital se encontraba cerca de su vivienda y no tardarían mucho en llegar a pie.

— ¿Sabes que es exactamente lo que le dirás a Maki-chan?.— La de ojos violetas preguntó con curiosidad a su novia, la cual estaba tomándola del brazo con cariño.

— Tengo una idea de lo que pienso que le podría mover las ideas en esa cabeza dura.— Se burló con sarcasmo.

— No podría imaginarme a ti hablándole así a Maki-chan, jajaja.— Comentó entre risas, la reacción de Rin fué una mueca de miedo; le tenía cierto temor a su mejor amiga cuando estaba de malas.

— Pfff...— Suspiró pesadamente.— Ella no debe de saberlo Kayocchin.—

— Rin-chan, ¿esa no es Kazumi?.— Hanayo se detuvo de un golpe, causándole un shock sorpresivo a Rin. La pelinaranja paró su paso para dirigir su mirada a dónde parecía ver su novia, sus ojos no podían creer lo que veían. Maki estaba de pie fumando con tranquilidad, tenía a un lado a la mencionada Kazumi con una gran sonrisa. Parecía ser que las dos habían terminado un turno de trabajo, ambas usaban las típicas batas médicas.

— No puede ser...— Rin atragantó con molestia.— ¿Cuántas veces le tengo que decir lo nocivo que es fumar?.

— T-tal vez esté un poco estresada.— Hanayo se puso alerta, Rin era la chica que más odiaba ver a sus conocidos fumar.

La amante del arroz tomó la muñeca de su novia para tranquilizarla un poco. Rin dedicó una mirada preocupada a su novia, pero es que esa costumbre que tenía su mejor amiga la repudiaba.

— Recuerda a lo que venimos Rin-chan, lo mejor es que hablemos con calma las cosas.— Fué lo último que dijo Hanayo con una sonrisa nerviosa, Rin no tuvo otra opción más que aceptar los hechos.

— Tienes razón, hagámoslo de una vez.—

Las dos, pero esta vez tomadas de la mano, se dirigeron a la entrada del hospital en dónde estaba Maki, pero la escena había cambiado, Kazumi estaba abrazando el brazo de la doctora con total libertad. Esa fué la última gota que derramó el vaso para Rin, Hanayo se preocupó, la atlética mujer no desameritaba su sobrenombre, fué rápida al llegar junto a Maki.

— Maki.— Llamó a su mejor amiga sin usar ningún tipo de formalidad y hasta se podría decir que su tono cambió por completo. La doctora al estar de espaldas, por inercia se deshizo del agarre de Kazumi, sorprendiendose de inmediato al verla con un semblante frío.

— H-hola Rin...— Saludó con nervios, la doctora con disimulo (o eso intentaba), tiró el cigarrillo detrás de ella, pisandolo con su tacón para apagarlo.— Debieron avisarme que estaban por llegar.

Kazumi se mantuvo a un lado de las dos y Hanayo alcanzó a llegar, saludando a su amiga para después ponerse de lado de Rin.

— No importa, creo que es mejor hablar las cosas ahora.— La pelinaranja salió de sus casillas, notó como Maki había conseguido esconder el cigarro.

— ¿Rin se encuentra bien, Hanayo?.— La ojivioleta se sintió extraña por la defensiva Rin que tenía en frente.

— A-ahm...— Hanayo titubeó con nerviosismo.

— Creí que en nuestra última discusión había quedado claro que no volverías a fumar.— Se cruzó de brazos.

— Tienes que saber que no lo hago a diario, ¿sabes?.— La menor se sintió atacada, sabía que Rin terminaría dándole un sermón.

— Nishikino-san ya tiene veintiun años, ya no es una niña.— Kazumi abrió la boca intentando defender a la doctora.

— Ella podrá tener incluso cuarenta años y la seguiré regañando si la descubro fumando otra vez.— Los ojos verdes limón le dejaron en claro con sólo una mirada a Kazumi en que posición estaba y cual era su lugar. Rin estaba furiosa.

— ¿De qué es lo que querías hablar?.— Maki se puso al frente de Kazumi, cubriéndola de la postura de su amiga, cosa que le sorprendió al ver. Incluso Hanayo se extrañó de ver, jamás le había tocado presenciar ver que Maki intentará ser el escudo de alguien.

— ¿Es necesario que ella esté aquí?.— Preguntó Rin.

— Yo no veo el problema.— Respondió con desinterés.

— ¿Es en serio Maki?.—

— Si, ¿qué tiene de malo?.— La doctora removió ligeramente los hombros en una señal despreocupada.

— ¿Por qué te la haz pasado ignorando a Nico-chan?.— Una dichosa pregunta que dió en el clavo, la doctora abrió los ojos con sorpresa, Kazumi frunció el ceño como un gesto de disgusto y Hanayo se lamentó de haber dejado que Rin llegará con ella enojada.

— ¿Eh?.— Fué lo primero que salió de la boca de la heredera Nishikino.— ¿A qué viene eso?.

— Nos contó que hubo un malentendido entre tú y ella, simplemente huiste del lugar y no le dejaste hablar del problema.—

— ¿Y las mandó a ustedes?.— Apuntó a las dos recién llegadas.— Creo que no había necesidad de que lo hicier—

— Ni si quiera lo estoy haciendo por eso, Nico-chan se veía triste y apagada, te indignaste y sólo la borraste de tu vida.— Continuó con un tono agitado y molesto la Hoshizora.

— No fué así...— Alcanzó a decir para intentar contra atacar y defenderse.

— ¿Pensaste en cómo se habría sentido después de eso aunque sea?.— Recriminó sin apartar su mirada de los fríos violetas rasgados que la miraban con incomodidad.

— ¡¿Y tú haz pensado en cómo me siento también?!.— Algo desperada y sin otra salida, se sintió acorralada.

Dejando a todas las presentes sin aliento, la doctora lucía exaltada.

— Claro que sé como te sientes, no exactamente igual, pero nada sirve vivir evadiendo a las personas sólo porque no encuentras la manera de afrontarlas.— Echó en cara la pelinaranja, haciendo referencia a todas aquellas veces que Maki se la pasaba evadiendo problemas.

— ¡Ya basta de eso!. Todos se la pasan diciéndome cómo hacer las malditas cosas, estoy harta de ello.— Algo exaltada, Maki rascó su cabeza tratando se aliviar el dolor de cabeza que tenía.

— Pero ni si quiera lo tomas en cuenta, sólo te cierras y no escuchas. Nico-chan de verdad se esforzó por querer encontrar una solución.— Rin no se daba cuenta de lo aproximada que estaba Maki de estallar.

— ¿Y debo hacer las cosas exactamente como tú dices, Rin?, por eso es que todo te sale bien.— Respondió adolorida, mirando con molestia a su amiga.— No tienes tantos problemas como yo.

— ¿Qué?.— Rin frunció las cejas, un mal sabor de boca le dejó esa comparación.

— Tengo una estúpida reputación que mantener o todo se irá a la mierda, todos esperan mucho de mi y debo cargar con eso. ¿Qué te hace pensar que esas situaciones son tan faciles para mi? ¿eh?.— La doctora perdiendo la cabeza, tocó con su dedo índice el torso de Rin, haciendo una opresión un poco fuerte, causándole dolor.— A veces me gustaría no tener preocupaciones como tú y vivir con tranquilidad.

— Eso quiere decir que ni siquiera te has indignado en conocerme, Maki.— La de muletilla gatuna retiró la mano de la doctora con suavidad.— Tal vez me equivoqué en considerarte como mi amiga, siempre he estado tratando de estar para ti aún si todos te dan la espalda.

La doctora se estremeció por lo que había escuchado, sus limites le llevaron a decir cosas que no pensó realmente decirlas como tal, y se sintió herida, pero su faceta a la defensiva no la dejaba procesar sus emociones.

— J-jamás te pedí que estuvieras a mi lado, supongo que me iba mejor sola.— Atragantó con nervios, Rin quedó en shock al escucharla, incluso abrió los ojos y frunció ligeramente las cejas.

— Tienes razón, tal vez te iría mejor sola, pero por una vez en tu vida, me gustaría ver que te esforzaras por encontrar tu propia felicidad y no de buscar complacer a los demás.— Dió justo en el punto, la atleta no parecía estar alterada, lucía vacía.— Me alegra que Nico-chan se haya ido del país, no merece estar con alguien así.

— R-rin...— Hanayo se preocupó, desde atrás veía como su novia temblaba del enojo. Rin volteó en un sólo movimiento para volver a tomarla de la mano con una sonrisa forzada y llena de tristeza.

— Debemos irnos Kayocchin, creo que jamás fuimos parte de su familia como creía.— Rin soltó una lágrima, Hanayo sin dudarlo pasó un brazo por el costado de ojiverde para consolarla.

— Regresemos Rin-chan, está bien.— Sonrió tratando de amenorar la densidad del ambiente, dando el primer paso para irse.

— H-hanayo...— Maki con arrepentimiento intentó llamar a su amiga.

— Maki-chan, haz lo correcto. Pero por ahora, no nos busques.— Incluso la misma Hanayo parecía estar decepcionada de la doctora, no dijo nada más y la parejita se fué sin decir algo.

Dejando en pleno silencio a la doctora y Kazumi que se había mantenido sin decir algo. Maki posó su mano en su frente, tratando de calmar el estrés que estaba sintiendo.

— ¿Estás bien, Nishikino-san?.— Kazumi con cuidado intentó acercarse a la menor.

— En realidad no, creo que necesito beber algo... Ya es algo tarde...— Susurró con una crisis existencial que ya veía venir.

— ¿Quieres ir a mi casa? ¿O quieres beber fuera?.— Kazumi ganándose esa luz verde, se acercó a la doctora para verla a las ojos.

Maki no estaba en sus cinco sentidos del todo, quería tomar y no saber nada ni de nadie.

— Lo que desees está bien, solo quiero tomar alcohol.— Algo desperada, dió la vuelta para regresar al hospital y cambiarse de ropa, Kazumi sonrió con felicidad, había conseguido tener una "casi" cita con la codiciada doctora Nishikino. No creyó llegar tan lejos de lo que esperaba.

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La doctora Nishikino había tenido el peor día de su vida. Le había tocado una de las cirugías más largas y estresantes, obtuvo un sermón por parte de sus padres para que pusiera más atención en sus estudios y cuando intentó desestresarse con un cigarro que (no había fumado desde que Nico la había regañado), Rin apareció para decirle la verdad que no quería oír; explotando todo su enojo en alguien que sólo tenía la intención de impulsarla a hacer lo que realmente quería. Terminando por decir cosas horribles, la misma Maki estaba consciente de ello mientras bebía una copa de vino y se encontraba sentada en un banquito que estaba en la barra de la cocina de Kazumi; ya era su quinta copa, se sentía levemente mareada pero esa sensación de culpa la estaba atormentando más.

— Quita esa cara larga Nishikino-san, la cirugía de hoy salió exitosa, tu rango de practicante subirá. Tus padres estarán orgullosos.— La jóven apareció con una sonrisa, poniéndose frente a la pelirroja quién no hacía más que mirar su copa y lo que contenía de él.

— Haciendo lo que ellos esperan no me hace sentir feliz...— Susurró sin mucho ánimo.

— Eres una gran persona, tienes que comenzar a verlo.— La compañera de universidad de Maki no perdió el tiempo y se acercó peligrosamente a la menor, tomando entre sus manos el rostro de la doctora para verla directamente a los ojos.— Muchas personas amarían verte sonriendo.

— ¿Crees que me amarían?.— Maki ya no era consciente de si lo que estaba sucediendo era un sueño, torpemente dejó su copa en la barra, pues instintivamente los rostros de ambas comenzaron a acercarse para unirse en un beso.

Un tranquilo beso que duró unos segundos, pues las cosas comenzaron subir de tono, ambas estaban algo borrachas y el alchol les hacía sentir calor en la piel. Las hormonas de Maki comenzaron a altararse, un problema grande traería con ello. La shouto hizo que Maki se pusiera de pie para atraerla al sofá que estaba en su pequeña sala del loffi que tenía para acostarse,y dejar que la doctora se recostara con cuidado encima de ella.

— ¿De verdad está bien que hagamos esto?.— Murmuró la Nishikino en un aire caliente, mientras daba todo de sí para besar el cuello de Kazumi sin dejar marcas, acción que provocaba que la rubia dejara escapar leves gemidos y en respuesta, pasó sus manos por la espalda de la menor, metiendolas con suavidad por debajo de sus prendas.

El contacto directo con la piel causó una sensación aún más peligrosa en Maki, la heredera obtuvo un choque mental y sin verlo venir una imágen de Nico surgió en su mente, dejándola inmóvil con lo que hacía, sólo sentía los besos de Kazumi por debajo de su mandíbula y las caricias que seguían continuando.

— ¿Por qué te detienes Nishikino-san?.— Kazumi se detuvo al ver que la doctora no hacía nada.

— Yo de verdad quiero mucho a Nico-chan... ¿por qué no puedo hacer las cosas bien?.— Unas lágrimas y un inaudible llanto acompañó a Maki, dejando caer unas cuantas gotas en el pecho de Kazumi.— Debo irme, lo siento por esto

— P-pero Nishikino-san, ¿no hay nada que sientas por mi?.— La rubia la detuvo antes de que se diera la vuelta.

— En realidad, no puedo verte como algo más. Todo lo que hago es pensar en ella todos los días, supongo estoy realmente enamorada...— Sin mucho ánimo, se despidió fríamente y sin ningúna emoción, tomando sus cosas.

— ¿Qué tiene ella?, joder.— Susurró molesta la dueña del apartamento al ver que la doctora pasó por la puerta para retirarse y desaparecer, dejándola insatisfecha en todos los sentidos, no creyó que la fría Maki fuera capaz de ver atraves de todas esas barreras que se había puesto ella misma.

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Y así fué como la doctora terminó llegando a la mansión de sus padres. ¡Algo bueno había ocurrido de todo lo malo que le pasó hoy!, sus padres no estaban en casa y por ello no le harían la prueba del alchol. Como pudo evadió al guardia y pasó por las grandes puertas de la lujosa vivienda, con cuidado y calma subió las escaleras sin llamar la atención, con éxito llegó a su habitación. Terminó por dejar sus cosas en la mesita de noche que tenía, ya podía echarse en su cómoda cama, aunque se sintiera mareada había logrado quitarse sus tacones en la entrada.

— Me gustaría darme un descanso de mil años...— Se dijo a si misma, viendo el techo de su habitación. Un sonido en su teléfono celular captó su atención y con tranquilidad miró la notificación que tenía en la bandeja de entrada que decía: "noticias".

[ La ardiente nota del día: "¡La Idol Yazawa contrae matriminio con el famoso actor- extranjero Mich Dun!".]

[Adjunta foto de la pareja mostrando los anillos con una sonrisa]

Maki se dejó caer de espaldas y con una expresión que no podía describir como se sentía al respecto. Cerró sus ojos y durmió con una sonrisa...

Una sonrisa que parecía de sufrimiento.

No tardó más que cinco minutos en abrir los ojos en un sorpresivo shock, tomó el aparato electrónico para releer de nuevo la nota y dejar de creer que era un sueño.

— No puede ser... Soy una estúpida.— La doctora se hayaba sentada en la orilla de su cama tratando de procesar lo que estaba pasando en su vida, de un momento a otro todo se había ido directamente al caño y se estaba dando tiempo para darse cuenta.

No dudó más y marcó a cierto número telefónico.

— H-hanayo, por favor pásame a Rin.—

— Maki-chan, lo siento mucho pero—

— ¡Perdón!, quiero disculparme, todo lo que dije hoy es una basura al igual que yo, tuve un día de mierda y sin darme cuenta estallé con Rin.— La pelirroja hacía todo lo posible por ser honesta, le costaba pero tenía que hacerlo — Me dijo la verdad que tanto me dolía y yo no tenía idea, nada de lo que dije es verdad...

Al otro lado de la llamada se quedaron en silencio al igual que ella, esos segundos fueron tortuosos.

— Bien, si quieres arreglar las malditas cosas, haz algo al respecto y no te quedes sin hacer nada.— La atletista tomó la llamada para atenderla, Maki sonrió al escucharla.— Sabes a quien debes buscar primero, Maki-chan.

La doctora intentó agradecerle pero se escuchó el tono que finaliza la llamada. La Hoshizora estaba bastante molesta para hacer eso.

— Un momento...— Maki cayó en cuenta.— ¿Cómo se supone que sabré cuando va a volver?.—

Sin esperar intentó contactar el número de la Yazawa con nervios. Todas las llamadas fueron desvíos directos, no lo graban entrar, después en su cabeza se hizo un "click", recordó que tenía el número de su manager.

Marcó el contacto con las manos temblorosas, esto dependía mucho de ella.

— ¿Aló?, soy el contacto directo para llegar a Yazawa Nic—

— S-soy Nishikino Maki...— Se adelantó a presentarse.

— ¿La doctora Nishikino?.— Preguntó el jóven hombre.

— S-si, quería preguntarte cuándo regresará Nico-chan al país.—

— ¡Oh, claro!, con gusto, déjame hojear mi agenda porque justo después de que regrese tendrá su bod—

— No me hables de eso porfavor.— Pidió sin mucho ánimo.

— Amm... Ok.— Transcurrieron algunos segundos para que el manager de la Yazawa checara sus libretas.— Regresará en cuatro días, ¿quiere que hable con ella para que puedan verse?.

— Lo mejor es que ella no sepa nada de mí por ahora, pero gracias. ¿sabes algo de lo que ocurrió entre nosotras?.— La Nishikino se alarmó.

— No tengo que saber nada Nishikino-san, no tiene que preocuparse. Tengo que irme, debo organizar algunos eventos, espero verla pronto.— El jóven se despidió con educación y cortesía.

Maki agradecía que el manager haya entendido lo privado que eran sus problemas, aunque sabía a la perfección que el hombre estaba enterado de todo. La doctora suspiró cansadamente, tenía el tiempo contado hasta que regresara la Idol a Japón. Pero ahora ya tenía algo muy importante que hacer antes de hablar con ella...

Su teléfono comenzó a vibrar acompañado de su tono de llamada; era su madre.

— Maki, ¿estás en casa?.— Preguntó la señora Nishikino.

— S-si, hace unas horas que llegué.—

— A tú padre y a mí nos tocó hacer guardia hasta la madrugada, así que no estaremos en casa hasta mañana por la mañana.— Como comúnmente era, su madre le avisaba cada que no estaban en la vivienda.— Cuídate y no olvides cenar.

— E-espera mamá, quería hablar contigo.—

— Dime, trata de ser rápida porque tengo que regresar a la sala.—

— ¿Está bien si mañana cenamos juntos?, junto a papá, quiero hablarles de algo.— Maki mordía sus labios, hablar con su madre era la prueba de fuego.

— Uhh... No me digas que se trata de Shouto-san...— La señora usó un tono insinuador, por supuesto que la menor se molestó por eso.— Yo sabía que te gustaba, definitivamente llegarás a la cima con alguien como ella.

— Deja de armar tus propias ideas, por favor.—

— Está bien hija, mañana tendremos una comida, me tengo que despedir. Nos vemos luego.— La señora con felicidad colgó la llamada, dejando a una Maki con un vacío raro que ni ella podía explicar.

— Y yo que creía que era papá quien quería que estuviera con Shouto... No era de extrañarse que mi madre me exija mucho para una pareja...— La menor intentaba darse ánimos para hacer las cosas, pero simplemente la vida no cooperaba para tenerlo un poco más fácil. Y es que, desde que sucedió el escándalo de la foto, su madre le tomó cierto disgusto a la Idol, en general no le agradaba nada que tuviera que ver con celebridades porque decía que vivían de farándulas y chismes. No como ellos que trabajaban por si mismos para ganarse la vida sin usar su propia imágen para generar dinero.

A la madre de Maki no le gustaba las celebridades y su hija estaba perdidamente enamorada de una. ¿Qué curioso, no?.

Bueno, la Nishikino intentó ponerse su pijama torpemente para dormir y olvidar todo lo que tenía que hacer al siguiente día.

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Buenas buenas, aquí dejo un capítulo corto pero que inicia el drama de todo .(・﹏・), gracias por seguir apoyándome 3

¿NICO SE NOS VA A CASAR?:0000000