Descargo de responsabilidad: Fate y sus derivados, no me pertenece, toda su historia y personajes pertenecen a Type moon.

Aclaratoria: Lo que está dentro de un guion es diálogo y lo que está dentro de comillas es un pensamiento o similar.


Capítulo 2, Primera parada del Itinerario.

Shirou

Finalmente, habían pasado doce horas desde nuestra partida de Londres, nos encontrábamos en un hotel relativamente cercano al aeropuerto, no el aeropuerto donde desembarcamos, sino del aeropuerto donde Ernest supuestamente desembarcaría. Para ser específicos, estábamos en Kyushu, en Fukuoka.

Afortunadamente, todo estaba saliendo según lo planeado, eran las cuatro de la tarde, y Ernest debería de llegar a las dos de la mañana, en un vuelo desde Corea del sur al aeropuerto de Fukuoka, y se hospedaría en este mismo hotel hasta encontrarse con sus contactos en EEUU, los cuales luego lo trasportarían a dicho país. Esta era información que ni siquiera la Torre del Reloj poseía, o al menos, no con este nivel de detalle. Sabían que Ernest se encontraba actualmente en Corea, que se estaba moviendo y utilizando medios mágicos y no mágicos para no ser rastreado y poder ocultarse, sabían que estaba esperando el momento adecuado para tomar un avión que lo llevase a Japón; pero de resto, no habían podido averiguar el vuelo, donde desembarcaría, o donde se hospedaría, etc, el hombre había cubierto bien sus huellas, y probablemente solo podrían ubicarlo cuando se movilizase.

En cuanto a mí, afortunadamente, tenía los beneficios de tener a Manaka como aliada.

—Entonces, ¿no te adelantarás? —En este momento, me encontraba frente a Rin, quien se encontraba en su habitación.

Realmente, me sentía un poco incomodo. Conocía a Rin desde hace casi dos años, y, no podía evitar recordar cómo, hace medio año, se había enojado bastante conmigo por haberle ocultado que mi padre adoptivo era Emiya Kiritsugu, así que, ahora que se había revelado todo esto de la Facción Einzbern y que, además, según lo que había escuchado durante los pocos días que estuve en Londres después del nombramiento, se decía que yo era la mente maestra detrás de todo este magistral plan, por ende, el que ella no hubiese reaccionado en lo absoluto, era extraño.

Por otro lado, tal vez si lo veía desde un punto de vista distinto… hace medio año, Rin no pertenecía al Departamento de Hechicería Moderna, solo estaba sacando una única titularidad, la del departamento de Mineralogía, y en dicho departamento, tenía que lidiar con cierto racismo, con los lame suelas, y, según ella, con lo peor de todo: con Luvia. En ese entonces, yo era su aliado más confiable, y el hecho de que le estuviese ocultando un secreto tan infame, considerando su ya complicada posición como magus, y sumado a que podría ser el hijo del hombre que asesinó a su padre, cosa que, aunque lo ocultase, le dolía en algún nivel, debió de haberle afectado bastante.

Pero ahora no era exactamente el mismo caso, pues actualmente también era parte de la Clase El-Melloi, recibía clases por parte de dicho Lord y además tenía cartas de recomendación. Todo esto sumado al hecho de que, técnicamente, todo lo respectivo a la facción no tenía por qué ser negativo para ella, cosa muy diferente al asunto de mi padre, tal vez hizo que viese todo esto con otros ojos.

La vi negar con su cabeza—. No, no me atrevo a volver a Fuyuki por mi cuenta.

—¿Es por Kotomine Kirei?

Rin asintió—. Sí, él me cuidó y entrenó durante cuatro años, así que me conoce muy bien. Y, como me di cuenta gracias a ti, yo no lo conozco a ese nivel, por lo que, no sé qué debilidades puedo utilizar en su contra, y él, por su parte, seguramente tendrá cosas preparadas en mi contra. Además… —Rin bajó su mirada dubitativa.

—¿Además?

—Además, no está solo. No descarto que su hermano adoptivo o Hortensia-san también se conviertan en mis enemigos —expresó ella, pero por la forma en la que se comportaba, podía intuir algo más.

—¿Algo más…?

—… —Rin se quedó en silencio, parecía que estaba debatiendo contra sí misma, luego de unos instantes, suspiró, y me miró con una expresión embargada por la seriedad—. De ser posible, que esto quede entre tú y yo, ¿entiendes? —Al ver su expresión, asentí silenciosamente—. Bien, ¿recuerdas por qué viajé a la Torre del Reloj?

Esto me puso a pensar, nunca habíamos hablado mucho del tema, pero…

—Creo que una vez dijiste que no querías que los hermanos Kotomine controlasen tu vida, o algo así.

Rin sonrió a medias—. Sí, esa es parte de la razón por la que viajé a la Torre, pero no es el núcleo de esta. Lo importante es, que viaje para aprender, para aprender sobre un tema en específico.

—¿Un tema en específico…? Hmm… podría ser… ¿Maldiciones? —pregunté.

Sí, desde que conocí a Rin, esta no solo había entrado como oyente a la clase El-Melloi, sino que también había hecho lo propio en el Departamento de Maldiciones. Esta fue la razón por la que, largo tiempo atrás, Matou Shinji le había pedido que estudiasen juntos, pues él también era alumno del Departamento de Maldiciones. Esto siempre me había parecido curioso, pues si bien el Departamento de Hechicería Moderna era tan diverso que, básicamente, cualquier magi podía entrar sin importar su tipo de Hechicería (Más allá de ser aceptado por cierto grupo de alumnos que casi funcionaban como una aduana), en cuanto al departamento de maldiciones… bueno, en su mayoría, entraban practicantes de este tipo de temas y hechicerías relacionadas. ¿Qué era lo curioso? Que aquellos que solo deseaban aprender algunos aspectos de estas, como era mi caso, solo entraban como oyentes, posición que también compartía Rin, pero ella, a diferencia del mí y del resto, estudiaba tan fervientemente como cualquier otro alumno del departamento.

Todo esto solo se hizo más extraño cuando me di cuenta de que Rin no parecía tener interés en utilizar maldiciones más allá de Gandr, ya que estás no se encontraban en su repertorio, ya sea porque no le interesaba aprender a utilizarlas, por falta de talento (Esto lo dudaba en gran medida), porque sus ancestros no habían grabado este tipo de Hechicería en abundancia dentro de su Cresta, o por el simple hecho de que prefería otro estilo de Hechicería donde era superior. Pero de ser el caso… ¿por qué estudiarlas con tanto esfuerzo?

Ahora Rin sonrió ampliamente—. Parece que has estado prestándome atención.

A lo que yo sonreí ligeramente avergonzado—. Es que me pareció extraño tu ahínco con ese tema, y, al mismo tiempo, tu falta de interés a la hora de pertenecer al departamento. En un inició creí que querías lograr algo extremadamente extraordinario al titularte en tres departamentos diferentes, pero ahora creo que no es el caso.

Rin asintió—. Así es. No me interesa enormemente el uso de maldiciones, más allá de las maldiciones en sí. En específico, como lidiar con ellas, ya sea para sellarlas, deshacerlas, transportarlas, inhabilitarlas, destruirlas de forma efectiva, o cualquier cosa de ese estilo.

Ladeé mi cabeza extrañado—. ¿Tienes problemas con una maldición? —A lo que Rin asintió, y yo, por mi parte, la observé con sorpresa—. Creía que estabas bromeando cuando dijiste que tenías una maldición hereditaria que provocaba que cometieses errores triviales en el peor momento posible, si ese es el caso… entonces puedo entender tu afán por eliminar-

Antes de que pudiese terminar, Rin se movió rápidamente y me arrojó una almohada hacia mi rostro, podía esquivarla, pero algo me decía que sería peor si lo hacía.

—¡No me refiero a eso, idiota! —gritó mi amiga sonrojada.

La almohada golpeó con fuerza mi rostro, aunque apenas la sentí—. ¿Entonces, qué ocurre? —pregunté mientras la devolvía a su sitio.

—¿Recuerdas que te dije que tengo una hermana? —me preguntó con la mirada un poco baja una vez más; pero al menos lucía más tranquila que antes.

Asentí—. Recuerdo que dijiste que te hubiese gustado traerla a la Torre, pero que estaba confinada en tu casa y… no me digas, es ella quien tiene problemas con una maldición, ¿no es así?

Rin asintió mostrando una pequeña mueca—. ¿Te has acercado a Matou-kun?

Esta pregunta me tomó por sorpresa, y no evitar mostrar una sonrisa incomoda—. Bueno, si bien nos hemos encontrado más de una vez, no podría decir que somos cercanos… o que nos llevemos bien.

—Me lo imagino —respondió ella con una sonrisa cansada.

—Ahora que lo dices, Rin, me sorprende lo bien que lo soportas cuando viene a hablarte, las veces que nos hemos encontrado en las clases de Maldiciones —expresé—. Conociéndote, me imaginé que explotarías más seguido. Como fue el caso de aquella vez.

Rin se mostró un poco molesta—. Tampoco soy tan impulsiva, además, me arrepiento en parte de lo que dije aquella vez, hablé con la cabeza caliente… —Y luego se mostró ligeramente entristecida—. Verás, ¿recuerdas lo que dije la primera vez que lo conociste? Que Shinji es un Bebé de Diseñador.

Asentí, en ese entonces no sabía lo que era un bebé de diseñador, ni tampoco el insulto que para un magi eso podría llegar a significar. Un bebé de diseñador era un término utilizado para referirse a un niño creado con ADN modificado artificialmente.

—Shinji es un bebé de diseñador en cierto sentido; sin embargo, no es un bebé de diseñador ordinario, ya que no solo alteraron su ADN, sino que también produjeron su cuerpo con una edad de siete años como base.

—¿Siete años como base? ¿Entonces Shinji no nació naturalmente? —pregunté confundido. El método para crear un bebé de diseñador podía ser comparado con el método utilizado para crear homúnculos, así que no me sorprendía que, al igual que los homúnculos, estos se pudiesen crear con un cuerpo adulto desde un principio… aunque, ¿por qué siete años?

Para mi sorpresa, Rin negó con su cabeza—. No, Shinji si nació naturalmente; sin embargo, nació con circuitos mágicos practicamente inutiles. La última generación de magi con la capacidad de utilizar hechicería en la familia Matou, terminó con su padre y con su tío.

—¿Y entonces como…?

—Todo ocurrió un año antes de que comenzase la cuarta guerra del santo grial. Verás, mi padre creyó que sería un desperdicio que Sakura se quedase dentro de nuestra familia como una simple heredera de repuesto, ligó extrañamente sus pensamientos como magi y como padre, y decidió que lo mejor para su futuro como magus era que Sakura fuese adoptada en una familia que no tuviese un heredero, de modo que su potencial mágico no se desperdiciase.

Esto me consternó un poco, en varios sentidos, pero podía ver a donde se dirigía Rin—. ¿Eligió a los Matou?

Rin asintió—. Los Matou eran una familia a la que conocíamos desde hace cientos de años, y con la cual teníamos un pacto de alianza y de no agresión en cualquier asunto referente a Fuyuki que no involucrase a la Guerra del Santo Grial, razón por la que, junto con su falta de heredero, mi padre los consideró como dignos.

—Pero algo ocurrió que impidió que tu hermana fuese adoptada y que produjo que Shinji obtuviese circuitos mágicos utilizables, ¿no es así?

—Sí. Un año antes de que comenzase el ritual, mi familia y la familia Matou se reunieron para formalizar la adopción, en medio de esta reunión, fueron atacados.

—¿¡Hmm!? Atacar a dos familias de magi en su propio territorio… eso es algo muy estúpido o muy osado, debieron de haber tenido mucha confianza —expresé, pero me sorprendí cuando ella no contestó presumiendo sobre su linaje y lo tontos que habían sido sus atacantes.

—Y tenían una base sobre la que construir su confianza… —susurró Rin en un lamento—. Estaban bien preparados, no era un simple grupo de atacantes, era una organización de magi. O al menos, creemos que solo se trató de una única organización, pero hay indicios de que no fue un único grupo.

—¿Los identificaron?

Rin asintió—. Creemos que se trata de una organización de Estados Unidos.

—Parece que Estados Unidos ha tenido mucha presencia desde lo ocurrido en la tercera guerra —susurré.

Rin se mostró un poco sorprendida, pero sonrió, probablemente alegrándose de que no tuviese que explicarme también eso.

—Para nuestra desgracia, parece ser el caso. —No obstante, luego su sonrisa decayó una vez más—. Aunque logramos repeler al enemigo con ayuda de los refuerzos de los Einzbern, sufrimos graves consecuencias… Matou-kun, pereció durante la lucha.

—¿¡Shinji falleció!? —pregunté completamente anonadado—. Entonces… ¿quién es el Shinji que nosotros conocemos?

—Afortunadamente, es el mismo. Verás, los Matou no fueron los únicos perjudicados, pues mi hermana, Sakura, fue golpeada por una poderosa maldición desconocida, la cual la hirió y la sumergió en un estado de coma. Debido a esto, la adopción fue cancelada, pues si bien mi padre hizo todo lo posible por curar a Sakura, y pudo encargarse de sus heridas físicas y eliminar la maldición, aun así, mi hermana no volvió a despertar. Y en cuanto a los Matou, no me preguntes como, pues no conozco toda la extensión de su Hechicería; pero lograron evitar que el alma de Shinji se dispersase.

—Y sin más opciones, le crearon un cuerpo utilizando el método de bebé de diseñador, al cual anclaron su alma, ¿eso es lo que ocurrió? —pregunté.

—Exactamente.

—Tenía entendido que el proceso de creación de bebés de diseñador era una de esas múltiples tecnologías que se habían beneficiado de lo poco que se pudo aprender de la Moon Cell antes de que esta se bloquease; pero aun así sigue siendo una tecnología extraordinariamente nueva, por lo que, un bebé de diseñador, más allá de que, legalmente, su creación no está permitida por la ONU, es algo extraordinariamente caro.

Rin me dio la razón—. Los Matou no son una familia específicamente adinerada, así que no sé de qué tuvieron que deshacerse para poder pagar el proceso.

—¿Y sobre tu hermana?

Rin suspiró—. Durante el año que transcurrió hasta la guerra, estuvo internada dentro de un hospital; pero por precaución durante la guerra, mi casa fue acondicionada y ella fue transferida.

Asentí, pero luego ladeé la cabeza, confundido—. Dijiste que tu padre logró eliminar la maldición, entonces, ¿cómo es que tu hermana está maldita?

Rin hizo una mueca—. No está maldita, o al menos, no exactamente. Después de que la guerra terminó, me di cuenta de algo, de que… de que mi hermana fue poseída por un Daemon. —Esto me tomó por sorpresa, ¿un Daemon? ¿fue producido por su hermana? O… ¿tuvo que ver con la guerra del santo grial? Al ver mi expresión de confusión, perece que Rin me malinterpretó—. Recuerdas lo que son los Daemons, ¿verdad?

—Oh, sí —expresé al ser sacado de mis pensamientos—. Pero si el problema es un Daemon, debería de ser fácil para ti el tratar con este, ¿no? Pues puedes utilizar tus contactos con la Santa Iglesia para que un exorcista te ayude.

—Y eso fue lo que hice, de hecho, el hermano del padre falso fue el primero en darse cuenta de la condición de Sakura, y fue por eso que trajo a una exorcista para intentar ayudarme, ella es Caren Hortensia, la hija del padre falso.

—Por lo que has dicho hasta ahora, supongo que no funciono…

Rin negó con su cabeza—. Caren posee una condición especial llamada: Constitución Espiritualista Masoquista; si hay una persona cerca que ha sido poseída por un daemon, su cuerpo imitará los efectos finales que la posesión del demonio tendrá sobre el humano poseído. Cuando piso el terreno de mi casa, su cuerpo comenzó a producir una especie de sombra desde unas horribles púas que brotaron desde el interior de su cuerpo.

—El daño que recibió le imposibilitó realizar el exorcismo… —susurré.

Pero para mi sorpresa, Rin volvió a negar con su cabeza—. No, si bien sufrió heridas por su condición especial, el verdadero problema vino después. Cuando llegamos a la habitación de mi hermana, al abrir la puerta, una especie de lodo negruzco empezó a desbordarse por todo el lugar. Ellos la identificaron como una maldición enormemente poderosa, una especializada en asesinar humanos.

Esto llamó enormemente mi atención—. Rin… hemos hablado antes sobre la cuarta guerra del santo grial, pero, ¿alguna vez hablamos sobre cómo terminó?

Rin ladeó su cabeza —. Creo que sí… aunque nunca ahondamos en el tema. ¿Por qué? Terminó en un incendio, ¿no es así?

Asentí—. Por favor, cuéntame más sobre esa maldición.

Rin se mostró extrañada—. La maldición que rodea a mi hermana es extraordinariamente peligrosa, al punto en que Caren y Kotomine-san no pudieron ni acercarse sin protecciones, y, cuando utilizaron dichas protecciones, la maldición los atacó, cambiando su forma, y atacándolos de diferentes maneras y desde diferentes ángulos, atacándolos siempre en puntos ciegos. La maldición no se detuvo y continúo atacándolos, al mismo tiempo que envolvió a Sakura por completo, de modo que, temiendo que se propagase más allá de las barreras de mi casa, nos vimos obligados a desistir. Según lo que me revelaron, una maldición de ese nivel seguramente solo podría ser producto de un Daemon maduro. Es por eso que no han podido tratarla.

Esto me llamó la atención—. ¿Otros ejecutores de la Santa Iglesia no pueden encargarse? Tengo entendido que tienen varios niveles, tal vez los Kotomine no pueda exorcizarla, pero otro ejecutor podría lograrlo.

Rin negó con su cabeza—. No, Shirou, creo que estás malentendiendo algunos puntos, los ejecutores no exorcizan, ellos destruyen. Cuando se trata de un exorcismo, lo más importante no son las habilidades físicas, sino la fuerza del espíritu, la voluntad para resistirse a la corrupción del alma. Y en el caso de los Daemon maduros, suelen ser demasiado poderosos como para ser exorcizados, se cree que en la Iglesia solo hay una persona que ha podido exorcizar a uno.

—¿Y no pudiste contactar con esa persona?

Rin negó con la cabeza—. No, es un miembro de la Agencia de Entierro, así que no es fácil contactar con dicha persona sin que alguien se entere. Más importante aún, hay una profecía que dice que esa persona solo podrá realizar tres de estos exorcismos en su vida, y nada garantiza que uno de esos tres exorcismos sea el de mi hermana. Y aunque estoy dispuesta a correr el riego, aunque pueda fallar, lo que no puedo aceptar es lo que puede llegar a pasar si el exorcismo falla y, ya sea porque alguien se enteró, o porque ocurrió un desastre que desvelase la existencia de mi hermana, pues se provocaría una cacería por parte de los ejecutores.

—Entonces, ¿cuál es el plan? —pregunté confundido.

—Kotomine-san cree que puede utilizar sus habilidades para proteger y fortalecer a Caren y debilitar al Daemon, lo cual tal vez nos dé una oportunidad; sin embargo, eso solo podría hacerse al deshacerse de la maldición, pero ni Caren ni Kotomine tienen las habilidades suficientes como para lidiar con esta.

—Entonces, ¿la razón por la que viajaste a la Torre del Reloj fue para aprender un método que te permitiese lidiar con esta?

—Sí, a pesar de que no fue idea mía.

—¿En serio?

Rin asintió—. Sí, se me ocurrió cuando entré en contacto con los Animusphere.

—¿Animusphere? —susurré, y luego recordé algo que Kiritsugu me había dicho hacía más de un año, aquel día que abandonamos Fuyuki para dirigirnos hacia la Torre del Reloj: Al parecer, los Tohsaka habían formado lazos comerciales muy cercanos con la familia Animusphere—. Es cierto, hace unos años escuché que tu familia había formado lazos comerciales con los Animusphere, pero como observé que Olga Marie no te trató de forma especial durante el Rail Zeppelin, y que, de hecho, ni parecía conocerte, fue que lo tomé como un simple rumor.

—Oh, eso, ¿fueron los contactos de tu padre? —me preguntó ella, a lo que yo asentí—. Bueno, en ese caso no me sorprende.

—Lo dices como si fuese verdad… —expresé sorprendido.

—Porque lo es… llevamos poco más de tres años compartiendo una fructífera relación —me contestó ella—. Los Animusphere contactaron conmigo para poder tener una propiedad dentro de Fuyuki, cosa que me sorprendió, pero no vi segundas intenciones en su petición, y bueno… la cantidad de dinero que me dan mensualmente por poder mantenerse en la ciudad, si bien parte va para la Asociación, la parte que queda para mí no es para nada despreciable, en parte es por esta que pude fabricar dos prototipos de la Espada Enjoyada sin caer en la bancarrota.

«A la Asociación… y así el dinero vuelve a ellos, que buena estrategia de mercado». Pensé para mi interior—. Pero Olga Marie no te reconoció.

—Pues, porque fue la primera vez que nos encontramos —me contestó ella.

—¿Entonces con quien contractaste?

—Era un apoderado, un Lord apoderado para ser exactos, se presentó como Romani Archaman. Negocié con él a pesar de que los Kotomine eran mis representantes legales por aquel entonces, por alguna razón, ninguno de los dos se interpuso cuando él quiso negociar directamente conmigo.

—Romani Archaman… ¿eh? Nunca imagine que lo escucharía de ti, de todas las personas… —expresé mi sorpresa, ante la consternación de mi amiga.

—¿A qué te refieres? —preguntó Rin, mostrándose interesada—. ¿Lo conoces?

Negué con mi cabeza—. No, o al menos, no personalmente, pero sí he escuchado sobre él, verás… —Y así, le conté sobre quien era Romani Archaman, o, mejor dicho, quien había sido para los Animusphere.

Vi a Rin asentir—. Comprendo. Eso explica porque no lo volví a ver desde entonces, seguramente fue una de sus últimas acciones como Lord apoderado, luego simplemente traté con mensajeros.

—Eso hace un total de cuatro familias de magi en Fuyuki, sin contarme, ¿no es así? El que tantas familias se reúnan en una tierra que ya no está calificada para servir como base para grandes rituales, podría resultar sospechoso para algunos —le hice saber, y al mismo tiempo, también recordé más cosas: también hubo rumores hace algunos años de que los Yggdmillennia y los Ainsworth habían pedido poder establecerse en la ciudad—. Rin, en total solo somos cinco, ¿verdad?

—Hasta hace un par de meses, lo éramos, pero, actualmente, somos seis —me contestó ella.

—¿Seis? ¿Quién es la sexta familia? —pregunté.

—Son los Ainsworth, hace un par de años, justo antes de que decidiese partir a la Torre del Reloj, ellos vinieron también con la misma petición que los Animusphere, pero ellos fueron atendidos por el padre falso, el cual, por alguna razón, decidió rechazar su petición. Luego de eso, parece que se enteraron sobre mi escape y sobre como fui reconocida por la Asociación como la heredera de mi familia, así que, si bien todavía no puedo acceder a mi herencia, si puedo ejercer como segunda propietaria.

Esto me hizo abrir mucho mis ojos, al entender la evidencia—. No me digas que la razón por la que los Ainsworth comenzaron a asistir a la clase El-Melloi repentinamente, fue para…

A lo que Rin me lo confirmó—. Exactamente, buscaban acercarse a mí. Ya que habían sido rechazados por el sacerdote falso, intentaron probar suerte conmigo, por eso decidieron entrar en la clase El-Melloi temporalmente, y, una vez que lograron su objetivo, desistieron de seguir asistiendo.

—¿Por qué permitiste que residieran en Fuyuki? ¿Ya no es muy problemático que haya cinco familias en la ciudad? Podría traerte problemas —le aconsejé.

—Tal vez… —contestó ella seriamente y con los brazos cruzados—, pero, desde la última guerra, volver a Fuyuki una tierra rentable era casi una odisea imposible, por eso el que dos familias estuviesen dispuestas a residir en la ciudad se podría considerar casi como milagroso… —luego, y por unos instantes, casi pude ver el signo de dólares apareciendo en los ojos de mi amiga mientras afirmaba con una sonrisa—. ¡Así que no pude desperdiciar tal oportunidad! ¡Tengo que sacarles todo lo posible antes de que pierdan el interés!

Al ver la fogosidad con la que hablaba sobre estafar, o bueno, esa no era la palabra correcta, aunque la intención era la misma, no pude evitar mostrar una sonrisa incomoda—. ¿Y sobre los Yggdmillennia?

—¿Hmm? ¿Qué ocurre con ellos?

—También había rumores sobre ellos…

—¡Oh! Sí, ellos también hicieron una petición para residir en la ciudad, y también fueron rechazados, en su caso, si bien no los atendí, le dejé muy claro al padre falso cual era la historia que teníamos con los Yggdmillennia, y el porqué, bajo ningún concepto, debía permitirles residir en la ciudad. —Luego la vi hacer una mueca—. A veces creo que él podría haberlos dejado residir en la ciudad solo para molestarme, pero parece que el que hayan intentado robar el Santo Grial no le hizo mucha gracia.

—Bueno, tal vez sean seis en un futuro cercano… —dije con una sonrisa nerviosa.

—¿¡Seis!? —respondió ella, mostrándose extremadamente encantada; sin embargo, luego su sonrisa se torció en una horrible mueca—. Por favor, dime que no te refieres a la gorila.

Sonreí nerviosamente—. Bueno, Luvia me pidió que verificase el estado actual de sus propiedades en Fuyuki, así que hay una alta posibilidad de que quiera recuperarlas, si es para venderlas o para utilizarlas, de eso no estoy enterado; sin embargo, no apostaría por la primera.

El rostro de Rin se ensombreció por culpa de mis palabras, pero, súbitamente, una expresión pensativa se colocó en su rostro, para luego sonreír levemente—. Eso… puede que no sea algo del todo malo…

—¿Qué? —expresé con sorpresa.

—Pues, si vuelve a residir en Fuyuki, eso significa que tendrá que volver a darme beneficios, ya sabes, es como un alquiler. —La sonrisa de Rin aumentó—. Y cualquier beneficio que le pueda sacar a esa gorila será uno que voy a disfrutar tener.

Al oír sus palabras, no pude evitar sudar frío—. Supongo que esa es una forma de verlo…

Rin asintió efusivamente—. Pero volviendo al tema, cuando me reuní con Romani, él se dio cuenta de la terrible situación en la que se encontraba mi hermana a pesar de las barreras que nos resguardan ante un posible descontrol del Daemon. ¿Cómo lo hizo? Es algo que desconozco hasta el día de hoy, pero me aconsejó ir a la Torre del reloj, matricularme en el departamento de Mineralogía, y asistir como oyente a las clases del departamento de Maldiciones, para así poder encontrar una solución a ese problema, y darle una oportunidad a Caren de realizar el exorcismo.

—Comprendo, entonces, ¿Qué fue todo eso de que no dejarías que el padre falso dominase tu vida?

—Ah, verás, medité sobre esto durante un año, y, finalmente, decidí asistir a la Torre del reloj. Desgraciadamente, a ninguno de los Kotomine les agradó está idea, así que al final tuve que escaparme. Llegué tarde por culpa de eso y tuve que pedirle a uno de los mensajeros que había utilizado para contactarme con los Animusphere, Lev Uvall, que le informase a Olga Marie para que me ayudase y que me permitiesen tomar el examen. Ella lo hizo, aunque no pareció interesada en conocerme personalmente.

—Y, ¿lo lograste? —pregunté—. Es decir, ¿lograste encontrar un método para deshacerte de la maldición? Porque tengo entendido que el departamento de Maldiciones se ha quedado atrasado en comparación con el Medio Oriente, debido a que las maldiciones son despreciadas en la Torre.

—Eso parece… —me confirmó Rin—. Sin embargo, pude aprender mucho en el departamento, pero, si fue suficiente o no… —Por primera vez, observé como Rin mostraba una expresión de duda—. No lo sabré hasta que lo intente… pero tengo que hacerlo, quiero que Sakura pueda vivir en el mundo real.

—¿El mundo real? —pregunté confundido.

Rin asintió, y luego sacó lo que parecían ser dos brazaletes de su bolsa—. Estos son códigos místicos vinculantes, fue un regalo de Romani, me permiten vincularme a mí y a Sakura dentro de un mundo de ensueño que el Daemon ha creado para que ella viva dentro de este. El Daemon solo ataca a los que considera peligrosos, o que tienen intenciones peligrosas hacia este, así que pude colocarle un par a Sakura, y… cada vez que me voy a dormir, me los pongo y la visito.

—¿Sakura sabe que se encuentra dentro de un mundo de ensueño?

A lo que Rin negó con su cabeza—. Romani me recomendó que no se lo contase, ya que no sabemos qué acciones puede llegar a tomar el Daemon.

—Y Rin, ¿Dijiste que la maldición toma la forma de lodo negro? —A lo que Rin asintió—. ¿Sabes de dónde se originó y cómo se propagó el fuego de la cuarta guerra?

A lo que Rin sonrió con cierta ironía—. Estoy segura que no fue por una explosión de gas.

A lo que yo esa de con una sonrisa similar, era increíble como siempre usaban esa excusa—. Se originó desde dentro del grial, y se propagó como un lodo negro, una maldición con forma física especializada en el asesinato de humanos.

Esto pareció consternar a mi compañera—. ¿Estás sugiriendo que la misma maldición que destruyó Shinto es la que rodea a mi hermana?

—No puedo saberlo hasta verla con mis propios ojos, pero sería demasiada coincidencia que tuviesen la misma forma y el mismo objetivo pero que fuesen maldiciones distintas.

—¿¡Entonces quién es el Daemon que está poseyendo a Sakura!? —preguntó Rin, preocupada.

Hice una mueca—. Pues, es solo una conjetura, pero, puede que sea… Angra Mainyu.

—¿¡Angra Mainyu!?

A lo que yo asentí—. Sí, la historia es un poco larga, pero verás, en la tercera guerra del santo grial….

Y así, le conté a Rin todo lo relacionado con lo ocurrido con los Einzbern y Angra Mainyu en la tercera guerra del santo grial, y por qué había desembocado en el desastre de la cuarta. No me sorprendió que Rin no conociese sobre esta información, pues estaba seguro que los Einzbern no tenían intenciones de que se descubriese que habían hecho trampa, incluso si les había salido el tiro por la culata.

—Pero si lo que me contaste es verdad, entonces, ¿no debería de ser Angra Mainyu un espíritu heroico? ¿Crees que se hayan equivocado y lo hayan confundido con un Daemon? —me preguntó Rin.

—No estoy seguro, estuvo durante sesenta años dentro del santo grial, tal vez eso lo cambió —respondí—. Pero de lo que estoy seguro, es que, si es la misma maldición, entonces solo puede provenir de Angra Mainyu.

Por alguna razón, Rin bajó su mirada y mostró una expresión preocupada—. Sí eso es verdad… entonces es probable que todo lo que he aprendido para tratar con maldiciones sea inútil, una cosa es protegernos de la maldición, y otra es eliminarla, lo que… tal vez sea demasiado para mí, al menos sin destruir parte de mi casa o sin llamar demasiado la atención. Además de que no sabemos que pueda hacer Angra Mainyu mientras intentamos exorcizarlo, y no sé durante cuánto tiempo pueda protegernos… Además, tampoco podemos movilizarla, la última vez que lo intentamos, nos atacó.

Al entender su situación, no puede evitar extenderle una mano amiga—. Sí, si tan solo los cuentas a los tres, probablemente tengan problemas, es una suerte que no estés sola, ¿verdad?

—¿Eh? —exclamó ella, sorprendida.

—¿Qué? —pregunté, fingiendo estar indignado, aunque seguramente mi sonrisa me delataba—. ¿Esperabas que, después de oír todo esto, te dejase hacerlo sola con ellos dos?

Era bastante divertido ver a Rin haciendo ese tipo de expresión, pero esta cambió rápidamente a una expresión seria—. Shirou, no puedo asegurar tu supervivencia si decides ayudarme, y un solo toque de esa maldición debería de bastar para matarte, ¿lo entiendes?

Asentí, pero contesté con firmeza—. Sí, pero tranquila, ya me he enfrentado a esa maldición antes, la conozco mejor que nadie, así que puedo asegurarte que tengo maneras de enfrentarla. Además, contigo, Manaka, e Illya, protegiéndonos, estoy seguro de que tendremos mayores probabilidades de éxito. Por otro lado, Rouge y yo podemos encargarnos de inmovilizar al Daemon, de modo que Hortensia-san y Kotomine-san puedan encargarse únicamente de realizar el exorcismo. ¿Qué te parece?

Por un momento, vi como la expresión de Rin cambia completamente, mostrando más ilusión y emoción; no obstante, súbitamente su expresión cambió radicalmente, y la seriedad volvió una vez más—. Si aceptase tu ayuda, ¿Cómo te pagaría por esta? ¿Cuánto me costaría?

Por un momento, hice un ademán pensativo, conociendo a los magi, y, sobre todo, conociendo a Rin, el no cobrarle probablemente no sea una buena opción. Sin embargo, realmente no sabía que cantidad cobrarle, es decir, no tenía ni idea de cuál sería el precio justo por enfrentar a un Daemon cuya maldición podía matarme por cometer el más mínimo error. Entonces…

—Creo que tengo una idea, como pago por ayudarte a exorcizar al Daemon, quiero que te unas a mí en una empresa que estoy llevando a cabo —expresé felizmente, pues que Rin estuviese de nuestro lado durante la guerra sería enormemente positivo.

Por un momento, Rin se mostró pensativa, para luego sonrojarse enormemente y negar rápidamente con su cabeza y sus brazos—. S-Shirou, i-idiota, ¡n-nunca pensé que lo intentarías de esta forma!

—¿Eh? —expresé confundido—. ¿Disculpa?

—E-Es decir, es cierto que lo daría todo si realmente pudiese salvar a Sakura; sin embargo, usarme a mí misma como pago…

No sabía a qué se estaba refiriendo, pero parecía que estábamos hablado de temas distintos, así que intenté aclararle—. Rin, creo que estamos en páginas distintas. —Sin embargo, Rin me contestó con una mirada que decía: obviamente, sé de qué estás hablando. Así que respondí—: Ni si quiera te he dicho de que empresa estoy hablando.

Pero Rin contestó efusivamente con el ceño fruncido y sus mejillas rojas—. ¡Por supuesto que sé de cual gran empresa me estás hablando! —Luego bajó su mirada, avergonzada—. N-No me malentiendas, no es que este cerrando por completo esa puerta y negando tu ayuda, pero espero que entiendas que no es algo a lo que pueda decir que sí, así como así, no es tan sencillo. Tengo mi orgullo, dignidad, y…

—Rin… —la interrumpí—. ¿Estás segura de qué te estoy hablando?

—Obviamente —contestó ella tajantemente.

Estaba casi seguro de que estábamos en páginas distintas, es decir, ¿cómo demonios podría ella saber sobre la guerra? La única forma que se me venía a la mente era que se hubiese enterado mediante sus conexiones con la Santa Iglesia; pero no era algo de lo que pudiese estar seguro. Por otro lado, conociendo a Rin, enfrentarla directamente no sería la mejor opción, era mejor abordarla de otra manera—. Entonces, ¿podrías decirme porque no puedes darme un sí, y que tendría que darse para que me lo dieses?

Esto pareció afectarla; pues su rostro se enrojeció aún más, su ceño continuó fruncido, y cruzó sus brazos frente a su pecho, al mismo tiempo que me observaba fijamente, con una presión que nunca había sentido de su parte—. ¿Estás hablando en serio? —me preguntó con mucha seriedad, tanto que casi sentí el impulso de retroceder—. ¿Tanto quieres que esté a tu lado para hacerme una propuesta tan desvergonzada?

¿Desvergonzada? ¿En qué sentido? No lo sabía, pero estaba seguro de que Rin se estaba equivocando, pero necesitaba esperar mi momento para aclarárselo sin hacerla explotar, por lo que, asentí ocultando mi nerviosismo—. Si, por supuesto, creo que sería algo enormemente positivo y provechoso.

Ella rápidamente giro su rostro, como si intentase que no la viese—. P-Pues en ese caso… Primero, tendrían que informarme sobre cómo funciona todo, tengo que tener muy claro mi posición. Y obviamente, debo de estar de acuerdo, así que necesitaríamos llegar a un acuerdo entre ambas partes. —Ante esto, asentí lentamente, realmente tenía dudas de que estuviésemos en la misma página—. También tendrían que proteger mi dignidad.

¿Proteger su dignidad? ¿A qué se refería con esto? La única forma en la que la dignidad de un magus se viese manchada por una guerra, es que muriese patéticamente intentando obtener el grial, ¿se refería que teníamos que ganar sí o sí? ¿O que, si perdíamos, debía ser con honor? Lo dudaba…

—Bueno, eso sería complicado; pero haremos todo lo posible por proteger tu dignidad. ¿Algo más?

—B-Bueno… ¡T-Todo dependerá de si realmente resultan ser indispensables durante el exorcismo! ¡D-De ser el caso, y si el exorcismo funciona…! P-podría llegar a considerarlo… pero, de no ser necesarios, o indispensables… p-pues…

Okey, esto se estaba saliendo de control, así que decidí interrumpirla entes de que continuase—. Entonces, si se cumplen esas condiciones, ¿estarías dispuesta a formar una alianza con nosotros durante la guerra del santo grial?

—¡P-P-Pues- ¿¡Eh!? ¿¡Guerra del santo grial!? —preguntó Rin, consternada.

Suspiré, y no pude evitar esbozar una sonrisa cansada—. Como lo imaginé, no estamos en la misma página. —Luego, mi celular vibró momentáneamente, y lo saqué para leer un mensaje—. Bueno, planeaba decírtelo antes de que llegásemos a Fuyuki, por eso pensaba decírtelo hoy en caso de que quisieses adelantarte, pero si nos vas a acompañar, entonces creo que lo mejor será que te lo explique ahora que informaremos sobre todo lo que haremos en Japón, así no tendré que repetirme. ¿Te parece?

Rin todavía parecía completamente consternada, pero rápidamente retomó el control—. B-bien…

—Entonces, vamos, me están esperando.


Manaka

Me encontraba en la suite del hotel, en la sala que tenía la habitación. A mi lado se la chupasangre, Illyasviel, y, finalmente, Sieg, el homúnculo creado por los Musik y "robado" por Caules. Nos habíamos reunidos para discutir nuestros próximos movimientos, Shi-kun era el único que faltaba, el cual actualmente se encontraba hablando con Rin. Hace un par de minutos, le había mandado un mensaje a su celular, para darle una excusa que le permitiese volver.

Sobre mi situación actual, no estaba del todo contenta, obviamente, quería a Shi-kun para mi sola; sin embargo, situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. En cuanto a mis habilidades, me quitaba un peso de encima el que Shi-kun las conociese, y el que la chupasangre también lo hiciese fue precio que tuve que pagar. Aun así, todavía tenía que andarme con cuidado, pues al resto de personas si tenía que explicarles, por otro lado, en cuanto a mi clarividencia, si bien seguía utilizándola por mi bien, el de Aya y el de Shi-kun, había aprendido la lección de cuan peligrosa podía llegar a ser si no la controlaba adecuadamente, por lo que, la limitaba hasta cierto punto para que no se volviese en mi contra.

Esto no era algo que solo estuviese haciendo yo, Salomón y Gilgamesh también estaban haciendo lo propio, pues, en ningún momento, ellos había dirigido su mirada hacia "mi" de forma agresiva y yo había hecho lo mismo. Supongo que los tres lo entendíamos, utilizar la clarividencia entre nosotros de forma agresiva no era diferente de declararnos la guerra de forma anticipada, pues obviamente, contratacaríamos, y una lucha entre los tres en cuanto a clarividencia seguramente llevaría a un punto muerto, dicho gasto de energía y recursos sería completamente inútil si no estábamos dispuestos a eliminarnos los unos a los otros de una vez, e incluso podría ser contraproducente, pues no éramos los únicos enemigos, gastar fuerzas en debilitarnos o eliminarnos antes del acto principal sería darles una enorme ventaja al resto de grupos que pujarían por alzarse por el gran premio.

Por supuesto, esto no significaba que no nos estuviésemos vigilando los unos a los otros, obviamente lo hacíamos; sin embargo, no lo hacíamos de forma agresiva. ¿Qué quiero decir con esto? Bueno, que no nos observamos 24/7, que si alguno levantaba alguna defensa para que no fuésemos vistos, no intentábamos sobrepasarla, y por supuesto, que si alguno utilizaba su clarividencia para bloquear la de otro, no contratacaríamos siempre y cuando esta solo se utilizase para protegerse y no que no se utilizase de forma agresiva en alguno de los otros dos. Esto también implicaba que no observábamos nuestro futuro a un nivel macro, pues el futuro en sí mismo cambiaba constantemente debido a nuestras acciones, por ende, observarlo, sin intentar controlarlo, era inútil, e intentar controlarlo, era una declaración de guerra. Dicho esto, nos vigilábamos, pero no veíamos todo lo que hacíamos, ni el porqué de todas nuestras acciones, o el cómo repercutirían todas estas, pues eso, era una declaración de guerra.

También teníamos una especie de pacto. Si bien desde el pasado alguien con la suficiente capacidad podría prever nuestra situación actual, debido a la forma en la que se llegó a dar: por múltiples razones que se apilaron entre sí para dar origen a lo que vivimos hoy, que nada garantizaría que dicha predicción llegase a convertirse en realidad, dicho de otra forma, si alguien con habilidades a nuestro nivel o similar desde el pasado hubiese previsto nuestra situación actual, tendría que apostar sobre si esta se volvería realidad o solo se mantendría como una posibilidad.

Dicho esto, si alguien apostase a que se haría realidad, y fuese tan metiche como para querer intervenir desde el pasado, y/o desde el reverso, y preparase medidas para esto, habíamos acordado truncar sus objetivos. De hecho, tenía entendido que Gilgamesh había puesto mucho énfasis en esto durante los años en los que había estado viajando por el mundo estando encarnado, pues, desde su punto de vista, solo las personas de esta era tenían el derecho de decidir su destino.

Por otro lado, a veces me preguntaba si esto no era un poco hipócrita de parte del Rey de Oro, pues, si bien tanto él como Solomon habían encarnado de una forma u otra, ninguno de los dos podía considerarse como una persona de esta era. Aunque estaba segura de que Gilgamesh se excusaría en su posición como Guardian de la Humanidad, de modo de que argumentaría que era su deber observarlos y juzgarlos independientemente de la era en la que se encontrasen.

A mí, en particular, no me importaba cumplir con este pacto de darse la necesidad, pues no quería ni necesitaba de más variables con las que tratar en esta ecuación tan caótica. Obviamente, también había otras personas con capacidades similares a las nuestras, pero de menor nivel, como serían los alquimistas de Atlas, por ejemplo; no obstante, precisamente porque no estaba a nuestro nivel, que no consideraba necesario el darles vigilarles exclusivamente como era el caso de los otros dos.

En mi caso, solo vigilaba de forma absoluta a aquello o a aquellos que estuviesen directa o indirectamente implicados con nosotros en un intervalo de tiempo relativamente cercano a nuestro presente, como medida preventiva para que mi clarividencia no me jugase una mala pasada. Obviamente, a veces podía dejarme llevar sin darme cuenta, o si veía la necesidad de ir más allá, pero intentaba mantenerme bajo control tanto como me fuese posible. Esto a su vez significaba que esos dos podrían llegar a sorprenderme en algún momento, u otras personas no relacionadas con nosotros también "podrían hacerlo" en un futuro lejano más alejado, al menos hasta que se acercasen al rango al que había limitado mi visión; no obstante, esto no me molestaba o me preocupada particularmente, de hecho, era casi lo contrario, esta posibilidad de sorpresa era una brisa de aire fresco en mi vida, de modo que aquello que me causaba, era emoción.

—¿Estás bien, onee-chan? —Me preguntó mi hermanita, quien se dirigía hacia mi portando una bandeja—. ¿Quieres? —preguntó ella, enseñándome como, sobre la bandeja, tenía un plato de galletas.

Sonreí—. Gracias, Aya, hubiese hecho algo, pero tengo prohibido el utilizar la cocina —dije mientras tomaba un par de estas.

Esto llamó la atención de mi hermana—. ¿En serio? —Asentí, y mi hermana me observó extrañada, a lo que yo simplemente me encogí de hombros.

Mi hermana ofreció galletas al resto de los ocupantes de la habitación, y en tres, dos, uno…

La puerta se abrió, y desde detrás de esta, entraron Shi-kun y Tohsaka-san.

Ante su llegada, yo simplemente le recibí con una sonrisa, y aunque sabía que ocurría, de todas formas, hice la pregunta—. ¿Qué ocurrió? ¿Tohsaka-san se adelantará?

Vi como Shi-kun intentaba esconder una sonrisa un poco cínica, seguramente sabiendo que yo conocía la respuesta a esa pregunta, y negó con su cabeza—. No, Rin tiene ciertos motivos para esperarnos.

—¿En serio? ¿Cuáles? —preguntó la chupasangre, ligeramente interesada—. Porque parecías realmente apurada por llegar a Fuyuki.

—Rin, ¿les cuentas quien es Sakura y cuál es su situación, y también a que trato hemos llegado? —preguntó Shi-kun.

Tohsaka-san asintió, y comenzó a resumirnos quien era Sakura, es decir, su hermana, y también su situación.

Oí como Altrouge silbó y expresó—. Quien diría que tenías ese secreto oculto en el armario, o en tu sótano, como mejor suene… —Al ver la expresión de Shi-kun, la chupasangre cambió el tema de la conversación—. ¿Pero estás segura de que es un Daemon maduro?

—¿Por qué lo dices? —preguntó Tohsaka.

—Bueno, un Daemon maduro con Designación de Unidad, no necesita de poseer a nadie para manifestarse, generalmente tienen un cuerpo físico —explicó Altrouge—. Por lo que, ¿no te parece un poco raro que esté poseyendo a tu hermana entonces?

—Ahora que lo dices… —expresó Rin.

—Tal vez tenga que ver con su estado actual… —intervine, pues no era bueno darle falsas esperanzas a Rin.

—¿Te refieres a que haya perdido su cuerpo físico? —me preguntó la chupasangre.

A lo que yo asentí con una sonrisa, agradecida de su rápido entendimiento—. Exactamente, si perdió su cuerpo físico, entonces no le quedaría de otra que poseer el cuerpo de alguien.

—Ahora que lo dices, Angra Mainyu estaba dentro del grial, así que podríamos decir que ese era su cuerpo físico cuando se transformó en un Daemon, por otro lado, el Santo Grial fue destruido hace diez años, por lo que, si era su cuerpo físico, en ese entonces lo perdió, por ende, no le quedaría de otra que poseer a alguien más —teorizó Shi-kun.

A lo cual, yo sonreí, era impresionante su nivel para deducir ciertas cosas, y precisamente por esto, también era increíble su habilidad para ignorar otras—. Es una posibilidad bastante buena. —Ante esto, Rin se deprimió ligeramente—. No te deprimas tanto, Tohsaka-san, un Daemon en ese estado es menos peligroso que uno con su propio cuerpo, así que someterlo para el exorcismo debería de ser más sencillo.

Aunque fue solo un poco, esto levantó ligeramente su ánimo—. Supongo que tienes razón. Ahora, ¿me dirán que es esto de una nueva guerra del santo grial? Porque dudo que se refieran a una Falsa Guerra del Santo Grial.

Antes de que se tocase el tema de la guerra, Shi-kun intervino—. Primero, tengo que revelar un secreto por el bien del grupo, Rouge, por favor...

La chupasangre se levantó, y se dirigió hacia Sieg, al cual le ofreció un pergamino de vinilo—. Firma esto.

El homúnculo le dirigió su mirada hacia mi novio, el cual le explicó la situación—. Sieg, lo que vamos a hablar ahora es un tema muy delicado, y no podemos dejar que esta información se filtre, por lo que, este contrato se encargará de evitar que esto ocurra, ¿puedes firmarlo?

Una mirada de comprensión se posó sobre el rostro del homúnculo, quien silenciosamente asintió, y firmo el contrato, el cual devolvió a Altrouge para su resguardo.

—Bien, para que no haya confusiones, lo primero que debes saber, Sieg, es que Illya, no es la Illya que has conocido, sino que la verdadera Illya, es quien conoces como Fillia. Es decir... —Y dicho esto, Shi-kun giró su mirada hacia su hermana, quien le sonrió a Sieg y lo saludó.

Esto hizo que una expresión de duda se posase una vez más sobre el rostro del homúnculo—. ¿Eh? No entiendo...

Tomó un poco de tiempo explicarle a Sieg la situación, pero, afortunadamente, menos de lo que esperábamos, pues Sieg era de rápida comprensión.

—¿Entendiste?

Sieg asintió—. En ese caso, un placer, Lord Einzbern, y muchas gracias por ofrecerme su ayuda para alargar mi tiempo de vida.

A lo que Illya contestó con una sonrisa—. No es nada, haré lo que esté en mi mano para alargar tanto como sea posible tu tiempo de vida.

Luego, Shi-kun se dirigió a su hermana—. Illya, ¿Quieres explicarles tú? Creo que eres la más indicada para hacerlo.

Ante su ofrecimiento, Illyasviel asintió con una sonrisa—. Claro.

Sin embargo, yo la detuve—. Shi-kun, ¿Te parece bien que, antes de que Illyasviel explique todo lo relacionado a la guerra, yo exponga nuestro itinerario? Lo pregunto porque, dudo que Tohsaka-san tenga la suficiente resistencia mental como para prestarle atención a nuestro cronograma una vez que la hayan bombardeado con toda la información sobre la guerra.

Mi novio hizo un gesto pensativo, pero finalmente asintió—. Tal vez sea lo mejor. Bien, hazlo.

—En ese caso, si me disculpas, Tohsaka-san… —A lo que Rin asintió con un asentimiento, a pesar de que tenía el ceño ligeramente fruncido, seguramente por haber "insultado" su resistencia mental—: Entonces, procedo a explicar:

Verán, hemos venido a Japón por más de una razón. La primera, y la que utilizamos como principal excusa para este viaje, es formalizar la estadía de la familia Emita en Fuyuki, y, por consiguiente, la facción Einzbern. No obstante, más allá de esto y de realizar el exorcismo, nos dirigimos a Fuyuki también para averiguar sobre Kotomine Kirei y su participación en la Cuarta guerra del santo Grial.

Obviamente, yo sabía lo que había pasado, más aún cuando había sido una de las participantes, y Shi-kun también sabía que yo tenía dicha información; no obstante, durante el intervalo de tiempo que estuvimos en el avión, le aclaré que, solo le informaría de antemano de aquello que considerase necesario que él supiese, y en el momento en el que lo considerase propicio. A fin de cuentas, tener todo tipo de información puede condicionar sus acciones, tanto en un buen como en un mal sentido. Además, ¿Quién quería una vida sin sorpresas?

Shi-kun confió en mi juicio, declarando que confiaría en mí en este sentido, un voto de confianza que estaba encantada de tener y que pensaba cuidar con todo mi corazón.

Ante mis palabras, Rin asintió—. Sin embargo, tenemos que cumplir primero con nuestro trabajo actual: Capturar a Ernest Gravehill y devolverlo a la Torre del Reloj para que lo interroguen, o, en caso de que no haya otra opción, asesinarlo antes de que toque suelo estadounidense. —Ante mis palabras, todos asintieron—. También tenemos una agenda en Tokio, la casa de la familia Sajyou, es decir, mi casa y la de mi hermana, se encuentra allí, y lleva abandonada desde la muerte de nuestro padre y del comienzo de los estudios de Aya en Londres. Necesitamos recuperar nuestra casa, ya que será una de las bases de la Facción Einzbern siempre y cuando Aya no se oponga.

Ante esto, dirigí mi mirada hacia mi hermana, quien me contestó—. Bueno, el núcleo de la Facción Einzbern es el harén de Shi-kun, pero la facción como tal comprende un espacio más amplio, ¿no es así? —A lo que yo asentí—. Entonces, eso significa que yo estoy dentro de la Facción Einzbern, ¿verdad?

—Solo si quieres estar dentro —contestó Shi-kun.

A lo que Ayaka se mantuvo pensativa durante unos instantes, pero finalmente asintió—. En ese caso, supongo que estoy dentro. Además, tampoco tengo los fondos necesarios para recuperarla, así que la ayuda sería apreciada.

Ante esta petición, yo observé a Shi-kun, quien dirigió silenciosamente su mirada hacia Illya y hacia la chupasangre, la primera sonrió y asintió ligeramente, mientras que la segunda se encogió de hombros. Así que, al recibir la aceptación de ambas, Shi-kun volvió a dirigirse a mi hermanita, y asintió.

—Una vez en Tokio, seguramente debamos de reunirnos con el segundo propietario de la ciudad, si mi memoria no me falla, es la familia Reiroukan, ¿no es así? —pregunté fingidamente, a lo que mi hermanita asintió—. Necesitamos informarle sobre como ahora la familia Sajyou pertenece a la Facción Einzbern, y que habrá más movimiento en nuestra propiedad de ahora en adelante. Para ello, tú, Shi-kun, como cabeza de la facción junto con Illyasviel-san, deben de presentarse ante el heredero, o heredera, de dicha familia. Aunque claro, como se supone que Illyasviel está en Londres, considero que no se presente como tal, Lady. —Ante mis palabras, Illya hizo un mohín de molestia.

Ante mis palabras, Aya sonrió—. Yo puedo actuar como intermediaria con la heredera de la familia Reiroukan, su nombre es Misaya Reiroukan, y nos hemos conocido desde hace varios años, somos bastante cercanas así que no creo que haya problemas.

—Eso es positivo —concluí, y seguí con mi explicación—. Tenemos otro objetivo que actualmente se encuentra en movimiento, por lo que, estamos rastreándolo actualmente, aunque, las probabilidades de que podamos tratar con este durante nuestra estadía en Tokio no son bajas.

—¿Quién es este segundo objetivo? —preguntó Rin.

—Sin intenciones de ofenderla, Tohsaka-san, pero estos encargos le fueron dados a Shi-kun específicamente por la subdirectora, por lo cual, el que la información sobre quienes son nuestros objetivos salga de nuestro círculo íntimo, no es apropiado. De hecho, la única razón por la que revelé el nombre de nuestro primer objetivo es porque vamos a tratar con este en brevedad.

Por mis palabras, Rin dirigió su mirada hacia Shirou, pero este también negó con la suya—. Perdóname Rin, pero no quiero que te involucres en estos asuntos, por tu seguridad.

Rin se mostraba ligeramente en contra, pero aceptó en silencio al escuchar sus últimas palabras, aunque, aun así, ella le contestó—: Si necesitas ayuda, siempre puedes hablar conmigo también, a pesar de todo, seguimos siendo, socios, compañeros, y amigos, ¿verdad?

A lo que Shirou asintió con una sonrisa.

Proseguí—. También visitaremos ciudad Mifune, siguiendo la pista de Aozaki Touko, e intentaremos reclutarla.

—¿Reclutarla? —preguntó Rin.

—Lo entenderás cuanto te expliquemos sobre la guerra —le respondió Shi-kun.

Finalmente, llegué a la parte final de nuestro itinerario en Japón—. Para finalizar, tenemos un asunto que resolver en Kioto, ¿no es así, Shi-kun?

A lo que mi novio asintió—. Sí, mi abuelo y yo tenemos un asunto pendiente que debemos tratar en Kioto.

Iba a proseguir, pero, justo antes de que pudiese hacerlo, Illyasviel me interrumpiría.

—Disculpen, es un por egoísta de mi parte, pero... ¿podemos incluir un destino más? —preguntó la joven Einzbern.

—¿Cuál? —preguntó interesado mi novio, pero se llevaría una triste sorpresa por la respuesta de su hermana.

—¿Podríamos visitar algún lugar donde residan los Ainu? Son el pueblo de Sitonai, y me gustaría verlos antes de partir de Japón.

—Si bien no es imposible, puede que sea complicado, Illya —expresó él con una expresión ligeramente deprimida—. Investigué sobre Sitonai y sobre los Ainu, resulta que la mayoría de ellos vivían en Hokkaidō; sin embargo, después de lo ocurrido hace 30 años, Hokkaidō resultó afectada en gran medida, gran parte su extensión acabó debajo del agua, y la parte que se mantiene sobre el nivel del mar, resultó gravemente afectada. Actualmente no sé cuál es su situación, pero seguramente aún no se hayan recuperado. También se dice que hay Ainu en el norte de Hoshu, pero no se especifica en dónde. Otros lugares donde se pueden encontrar pertenecen a territorio ruso, y no estoy al tanto de cual su situación actual. —Shi-kun suspiró—. Lo que quiero decir es que, podemos ir a verlos, pero ten en cuenta que seguramente su situación no sea la mejor.

Por un momento, Illya se mostró abatida—. Comprendo... no estaba al tanto de su situación... —Illyasviel luego tomó aire, y mostró una expresión más determinada—. Una razón más para asegurar nuestro objetivo, ellos también merecen un futuro.

A lo que mi novio asintió.

—Bueno, por la ubicación de nuestros objetivos, considero que deberíamos proseguir de la siguiente manera: Primero tenemos que encargarnos de Ernest, luego podemos dirigirnos a Fuyuki, una vez que hayamos terminado con nuestros asuntos allí, deberíamos viajar a Kioto, y, posteriormente, a Tokio, donde se encuentra tanto nuestra casa como la ciudad Mifune, y, para finalizar, si Illyasviel quiere, podemos dirigirnos a Hokkaidō.

—Las mejores formas de viajar por Japón cómoda y eficazmente, son dos: Avión o tren —expuso Rin—. Sin embargo, si quieren hacer un poco de turismo antes de su partida, les sugiero el tren, al menos podrán disfrutan de mejor manera el cambio de los paisajes.

¡Tren! —contestaron entusiasmadas al mismo tiempo tanto Altrouge como Illya, casi pareciendo como niñas pequeñas emocionadas.

—Entonces, deberemos tomar un tren desde la estación Hataka, serán casi tres horas de viaje, y, una vez que terminemos con nuestros asuntos allí, podemos tomar otro tren con dirección a Tokio, y, finalmente, si vamos a Hokkaidō, sugiero tomar un vuelo, pues está al extremo del país. —Luego sonreí—. Con eso terminaría nuestro itinerario.

—Gracias, Mana —me agradeció Shi-kun, provocando que mi sonrisa solo se hiciese más grande.

—Solo estoy cumpliendo mi deber como Administradora Secundaria, ¿qué es eso? —preguntó Rin.

—Administradora Secundaría es una posición dentro del haré —le aclaré yo.

—¿Algo así como la Esposa Principal? —preguntó una vez más ella.

—Sí / ¡No! —contesté yo, al mismo tiempo en que me contradecían Illyasviel y la chupasangre.

—¡No hay algo como una esposa principal! Solo esposas de primera y segunda jerarquía —aclaró Illyasviel, para luego comenzar a explicar de que se trataban ambas posiciones.

Finalmente, cuando la joven Einzbern termino de explicarle a una Rin bastante interesada, Altrouge intervino—. En cuanto a la posición de Administradora Secundaria, verás, las tareas respectivas a la administración del harén le son encargadas a la cabeza del harén; sin embargo, y por obligación, este deberá de contar en todo momento con una ayudante, una segunda administradora, o, dicho de otra forma, una administradora secundaría. Quien tome esta posición deberá de ser una de las Esposas de Primera Jerarquía, y es una posición obligatoria, salvo que la esposa no se vea en la capacidad de ejercer como administradora, y, además, es una posición rotatoria de carácter mensual en la cual todas las esposas de primera jerarquía tienen el derecho de participar, y la cual no se puede ejercer durante dos meses consecutivos.

Rin escuchó atentamente las explicaciones, esperaba que dicha atención tuviese como origen el interés que ella podría tener por el funcionamiento de un harén en la actualidad, pero me mentiría a mí misma si solo lo aislaba a eso. Pues si bien a Rin le interesaba el funcionamiento del harén, era obvio para mí que le interesaba en gran medida por el hecho de a quien le pertenecía dicho harén.

—Comprendo... —expresó Rin—. ¿Tienen una estructura bien definida?

A lo que Illya asintió—. La estructura está definida en nueve posiciones, las cuales están distribuidas en tres niveles de influencia y poder dentro del harén, y en dichos niveles, cada posición tiene su respectiva jerarquía.

Altrouge sonrió con diversión—. Vaya, parece que, para alguien a quien no le importaba que Shirou y yo compartiésemos cama, le interesa bastante este harén, ¿alguna razón en particular?

Esto disparó una actitud completamente Tsun en la heredera de los Tohsaka—. ¡P-Por supuesto que n-no! ¡Simplemente me interesa el cómo se manejaría un harén en la actualidad! ¡Nada más! ¿¡Entiendes!?

—Sí, sí... —respondió la chupasangre con un tono de voz condescendiente, para molestia de Rin.

«Hmm... tal vez podríamos trabajar juntas...».

Luego, Shi-kun tomó la palabra—. Bien, ahora, Illya, antes de explicar sobre la futura guerra, ¿podrías por favor explicar qué es una Guerra del Santo Grial? Pues si bien casi todos conocemos de que se trata, Sieg no está enterado sobre el ritual.

Illya aceptó con gusto, y explicó el origen del ritual, resumió su historia a través de los siglos, y explicó su funcionamiento—. ¿Lo entendiste, Sieg?

—Sí —respondió el castaño, prestando atención a la explicación.

—Bien, entonces, ahora explicaré todo al respecto sobre la nueva Guerra del Santo Grial. —Y ante esto, Rin, que ya había estado prestando atención, se mostró aún más atenta.

Y así, una vez más, Illyasviel les explicó lo mismo que nos había explicado aquel día en Alemania.

La explicación no fue extremadamente larga, pero estaba segura de que, para Rin, había sido como una eternidad. Tanto fue así que, aunque estaba parada durante el principio de la explicación, terminó por sentarse cuando esta iba por la mitad.

Una vez que Illyasviel terminó...

—E-Esto... ¿esto realmente está ocurriendo? —preguntó Rin, aunque no sabía si su mirada se dirigía hacia Shirou o hacia Illya.

Pero, finalmente, fue Shi-kun—. Sí, me enteré después de que me reuniese con Illya, sabía que tenía que decírtelo en algún momento; sin embargo, era difícil encontrar un momento en el cual decírtelo, sobre todo con todo aquello con lo que hemos tenido que lidiar. Aun así, sabía que tenía que decírtelo antes de que pisásemos Fuyuki.

—¿Necesitas tiempo para valorar nuestra oferta? —preguntó Illya.

Rin suspiró, luego tomó aire y contestó—. Si me uno a ustedes, ¿no es eso equivalente a renunciar a mis pretensiones de ganar la guerra? A fin de cuentas, voy a ser una Maestra, ¿no es así?

Illyasviel asintió—. En parte, sí, pero no necesariamente.

—¿Ah qué te refieres?

Sin embargo, fue Shi-kun quien le contestó—. Rin, por como creemos que puede llegar a ser la guerra, seguramente se involucren organizaciones, facciones, o seres muy poderosos. En algunos casos porque los magi tendrán afiliaciones con estos, y en otros casos porque dichas organizaciones asesinaron a los escogidos y les robaran sus Hechizos de Comando, sea como sea, ganar por tu cuenta es casi imposible —argumentó mi amado—. Supongo que cada alianza que se haga tendrá diferentes reglas y pautas, y en nuestro caso, podemos hacer lo siguiente: Para cuando seamos la única alianza en pie, esta se disolverá, y cada quien hará valer su derecho a intentar reclamar la administración de la Moon Cell, ¿te parece?

A lo que Rin respondió con una sonrisa un poco irónica—. Dices eso, pero... ¿no lucharán ellas a tu lado?

Esta vez, fue la chupasangre quien contestó—. Parte de ser un líder es tener aliados en los que confiar y quienes confíen en ti por una razón u otra. A ti te interesa obtener el trono, así que lucha por el, a nosotros, por otro lado, nos basta con que él lo obtenga, ¿no te puedes quejar por eso o sí?

—Ahora que lo dices... ¿Por qué Shirou? ¿No basta con que alguna de su facción lo tome? De hecho, ¿Cómo saben que Shirou va a ser escogido?

Ahora era mi turno—. Shi-kun será quien tome el control independientemente de si es elegido o no, pues en el caso de que no lo sea, Lady Illyasviel le transferirá sus Hechizos de Comando. —Realmente no estaba mintiendo del todo, pues, aunque solo la chupasangre y yo sabíamos que Shirou iba a ser elegido, todos nos habíamos reunido para debatir este tema, y la conclusión fue esa—. Shi-kun debe ser quien tome la administración de la Moon Cell por el simple hecho de que, si lo hace alguna de las demás, se producirá un desbalance de poder dentro del harén.

—¿Pero eso ya no está ocurriendo ahora mismo? Pues Lady Einzbern es un Lord.

—¿Y eso que importa? —expresó Altrouge, para sorpresa de Rin—. A ninguna de nosotras nos importa la Torre del Reloj, los Lores, la política, y sus luchas de poder. etc, etc. Recuerda que ese puesto casi le fue impuesto, nunca lo pidió. Sin embargo, la Moon Cell es un asunto completamente diferente. Y bueno, ¿qué harás ahora?

Rin se quedó pensativa durante varios instantes, para finalmente suspirar—. Sabes que, mejor dejémoslo como surgió.

—¿Hmm? —exclamó Shi-kun.

—No hay nada que me obligue a participar en esta guerra del santo grial, ni siquiera tengo un deseo que pedir, en la guerra de Fuyuki, participaría solo para reclamar el grial para la gloria de mi familia, no porque realmente tenga un deseo, pues no estoy interesada en algo que no pueda lograr por mi propia cuenta —nos explicó ella, con los brazos cruzados—. No quiero que la Moon Cell caiga en malas manos, pero tampoco me apetece inmiscuirme en un juego mortal con todo tipo de organizaciones intentando matarme. Así que dejémoslo como surgió: Si logran ayudarme a recuperar a mi hermana, me les uniré. ¿Qué dicen?

Obviamente, ninguna dijo nada, en este tipo de momentos, era cuando teníamos que dejar en claro quien dirigía a nuestra facción. Así que Shi-kun se acercó a Rin y le ofreció una mano—: Será un placer, trabajar contigo, Rin.

Rin suspiró y le devolvió la sonrisa—. Una vez más, será un placer trabajar contigo.

—Bien, Rin como sabes, antes de ir a Fuyuki, tenemos que encargarnos de Ernest, y no quiero involucrarte en esto, así que, ¿podrías permanecer en tu habitación?

—¿No necesitas ayuda? —preguntó ella.

—No más de la que ya tengo, pero gracias por la oferta —expresó mi novio—. Pero ¿puedo pedirte un favor?

—¿Hmm? ¿Qué?

—¿Podrías cuidar a Sieg? No quiero que corra peligro.

Rin observó al homúnculo durante unos segundos, y luego asintió—. Claro, déjamelo a mí.

—De todas formas, puedo dejar a Jack-chan para que los proteja —le ofrecí.

—¿Jack-chan? —preguntó Rin.

—Oh, sí, ahora que ya sabes todo sobre la guerra, y que vamos a trabajar juntos, podemos presentártela, ¿Mana, por favor?

Asentí ante la petición de mi amado y le pedí a mi amada hija que se manifestase—. Jack-chan, por favor, preséntate.

—Bien mami, encantada, soy Jack —se presentó mi niña con una reverencia y sujetando su vestido—. ¿Lo hice bien?

Asentí efusivamente—. Lo hiciste maravillosamente, te recompensaré esta noche. Ella volvió con nosotros del laberinto, seguramente la conoces por su apodo, Tohsaka-san, Jack the Ripper.

—¿¡E-Ella es...!?

Pude escuchar como Shi-kun suspiraba, y me miraba suplicante, a lo que yo sonreí—. Permíteme explicarte...

Habían pasado cuatro horas, eran las ocho de la noche, durante estas últimas cuatro horas habíamos preparado nuestras habitaciones, pues dentro de media hora los colaboradores de Ernest empezarían a llegar al hotel, así que necesitábamos estar seguros de que teníamos las protecciones adecuadas para que no nos detectasen.

Acabábamos de terminar de cenar, Rin y Sieg habían dejado nuestra habitación. Actualmente se encontraban en una habitación aparte, mientras que, en la actualidad, Shi-kun estaba disfrutando de tiempo de calidad con su querida hermana, pues hoy era su turno. Dicho esto, no me preocupaba particularmente, Illyasviel planeaba ir con un buen ritmo con respecto a su relación con su hermano, y yo quería hacerlo mismo, aunque con un poco más de... atrevimiento.

Así que, mientras los hermanos luchaban ferozmente en un juego de lucha muy popular actualmente en una consola de videojuegos que Illyasviel había comprado en Londres, yo me dirigí hacia una de las recamaras.

—Entrar sin tocar es de mala educación... —me recibió la voz de la chupasangre.

—Solo hay una habitación, este también es mi cuarto —respondí yo, pero ella no me contestó. Actualmente se encontraba acostada sobre la cama matrimonial, y no pude evitar sonrojarme al recordar la expresión del recepcionista al momento en el que pedimos dicha habitación.

Teníamos cuatro habitaciones en el hotel, una para Rin, una para Sieg, y esta, la cual la ocupábamos nosotros cuatro.

—Vine a hablar contigo —le dije.

—¿No puede ser mañana? Desde que salimos de Londres mis impulsos han estado mucho más activos, tengo que hacer un mayor esfuerzo para contenerlos, y dormir no me vendría mal en este momento.

—Podría hacerlo... pero temo que sucumbas a otros impulsos durante esta noche.

Finalmente abrió los ojos con una ligera sonrisa—. Tiene gracia que tú, de todas las personas, vengas a advertirme sobre impulsos, mocosa —Obviamente, sabía a qué se refería, y no era una batalla que quisiese luchar—. Además, hoy es el día de Illya, hacerlo sin su permiso sería romper el contrato. Ya debemos dar gracias que nos permita dormir en la misma cama.

—Imaginé que moverías ficha para convencerla de hacer algo...

—No es un buen momento para hacer ese tipo de movimiento —me contestó—. Es irónico, pero a pesar de sus inseguridades, la mocosa conoce bien cuales son los pasos y el ritmo correcto para la relación que quiere tener.

Asentí, Illyasviel podía ser insegura en este tipo de asuntos, pero solo lo sería por poco tiempo, una vez que comenzasen a avanzar, tomaría más confianza, y podría mostrarse como lo deseaba internamente.

—Sí, tal vez no con ella... pero... —Bueno, era todo o nada—. ¿Qué tal conmigo?

Esto hizo que la chupasangre se levantase y se sentase sobre el colchón—. ¿Disculpa?

—¿Qué si trabajamos juntas? —volví a preguntar.

—¿Te sientes bien? ¿Estás enferma? —me preguntó, extrañamente, la chupasangre.

Suspiré—. No, pero creo que ambos estamos en las mismas. —Altrouge ladeó su cabeza—. ¡Oh vamos! ¡Tú también estás molesta porque Shi-kun lo haya hecho con esas dos! ¿¡O no!?

Altrouge se encogió de hombros—. ¿Y que si lo estoy?

—Pues si lo estás, y conociéndote, querrás que tu primera vez con él borre por completo a su primera vez, ¿no es así?

—Sí empiezas a ver demasiado sobre mí, te arrancaré los ojos, ¿nos entendemos? —Suspiré, sabía que esto no iba a ser fácil.

—Gracias por la advertencia, la tendré en cuenta. Pero volviendo al tema, ¿quieres que tu primera vez con él sea inolvidable, ¿verdad? —Y suspiré de tranquilidad al ver que asentía en vez de darme largas—. Entonces puedo ayudarte, ¿qué dices?

—Digo que... ¿Cuál es la letra pequeña del contrato? —me respondió con una mirada inquisitiva.

Intenté sonreír, aunque no de manera amenazante, o de manera falsa, esperaba que no me notase muy incómoda—. Realmente no confías en mí, ¿verdad?

—¿Me has dado alguna razón para confiar en ti? —contestó ella con ironía.

—Siempre hay una primera vez... —respondí con confianza.

—¿Oh? ¿Entonces no quieres nada a cambio? ¿Lo harás por la voluntad de tu corazón? —Estaba segura de que apenas y podía contener la burla en su voz.

Tomé aire, no podía dejarme llevar por mis emociones, tenía que arreglar esto ya—. Por supuesto que no, obviamente quiero algo —contesté certeramente, causando que ella entrecerrase sus ojos—; sin embargo, te diré lo que quiero claramente, no habrá letra pequeña.

—¿Tus términos?

Y entonces sonreí verdaderamente—. No será tu primera vez con Shi-kun, será nuestra primera vez con Shi-kun.

—¿Disculpa? —preguntó ella alzando una ceja.

—Necesito que trabajemos juntas, no pido que nos llevemos bien, pero que al menos no causemos problemas, está muy bien decir que soy la amante de Shi-kun, pero eso no me satisface, quiero poder decir claramente que soy su mujer, su esposa, y para eso tengo que salir de la posición de amante, y para eso tengo que trabajar contigo y, de ser posible, "llevarme bien" —le expliqué—. Y tú, por otra parte, quieres darle una experiencia inolvidable, cosa que yo también quiero, pero ambas nos enfrentamos a un enemigo con ventaja numérica: Un par de gemelas hermosas en trajes de sirvientas.

Ella comenzó a moverse, como si fuese un péndulo sobre el colchón—. Hmm... ¿Qué tienes en mente? Dependiendo de lo que tengas planeado, elegiré si colaborar o no.

Y sonreí una vez más, primer paso logrado.


Tachie

Alcé mi mirada, a lo lejos, muy a lo lejos, pude divisarlo, un avión. Este se estaba acercando rápidamente, pronto aterrizaría. Me encontraba en lo alto de un edificio, en la azotea. Dicho edificio se encontraba enfrente del aeropuerto donde ese avión aterrizaría.

—¿Estás segura de que está allí, B? —pregunté.

—Sí, ya sabes que no puedo acceder a varias de las funciones de la Moon Cell, pero logré calcular cuales eran los vuelos más probables, y este era el número uno.

—¿BakaShirou está en el hotel?

—¡Comprobado!

—Bien, esperemos a que salga...

—Oye Ta-chan...

—¿Hmm?

—No vas a saltar del edificio y asesinarlo en medio de la calle, ¿o sí? —Por la expresión que mostraba en la pantalla de mi celular, realmente creía que podría llegar a hacerlo, a lo que yo sonreí—. Ta-chan... no vamos a salir bien paradas si lo haces, recuerda que apenas y logré que tuvieses un poco de libertad, si causas un caos, olvídate de volver a salir libremente.

—Lo sé idiota, no voy a hacerlo, aunque ganas no me faltan...

—Por cierto, Ta-chan, ¿por qué quieres asesinar a Ernest? ¿Te lo encontraste en una misión o algo así?

Negué con mi cabeza—. No lo buscaría por algo como eso. A aquellos a quienes me encontré en las misiones, era obvio que me atacasen, porque yo los ataqué antes a ellos.

—¿Con Ernest fue diferente? ¿Pero cómo? Esta es la primera vez que sales en algo que no es una misión.

Asentí—. Sí, Ernest y yo nos conocemos desde hace más tiempo de lo que crees. Verás, Estados Unidos planeaba participar en la última guerra del santo grial, de hecho, intentaron establecerse un año antes de que comenzase la guerra.

—¿En serio?

Asentí una vez más—. No fueron los únicos, pero si los más descarados. Sin embargo, fueron repelidos por las familias fundadoras, aunque eso no impidió que volviesen intentar entrar en la ciudad, solo que, para la siguiente vez, lo hicieron cuando estás estuvieron debilitadas.

—¿Durante el final de la guerra?

—Sí, allí me encontré con Ernest, fue justo antes de completar mi pacto con la Moon Cell —Y al recordar el momento, no pude evitar que la ira se notase en mi tono de voz—. Verás, Ernest es un titiritero, pero es una al que no le interesa que sus títeres tengan almas, solo le interesan los cuerpos. Por aquel entonces, Ernest me encontró moribunda, y notó el increíble potencial físico de mi cuerpo, cosa que le fascinó, por lo que, decidió que quería una nueva marioneta, pero como te dije, a Ernest no le gusta que sus títeres tengan almas, así que te puedes imaginar lo que intentó hacer...

—Intentó separar tu alma de tu cuerpo...

—Así es, pero tuve suerte, el contrato se completó y la Moon Cell intervino, convocando unos cuantos Shadow que ahuyentaron a Ernest.

B ladeó su cabeza—. Comprendo... Pero Ta-chan, eso ocurrió hace casi diez años... eres... bastante rencorosa.

A lo que sonreí irónicamente—. B, cuando alguien intente matarte, hablamos. —Luego bajé mi mirada una vez más hacia las calles, y pude verlos...

—Ya salieron. ¿Por dónde se encuentran ahora?

Esto me extrañó—. ¿No puedes verlos?

B hizo un mohín en respuesta—. Ta-chan, mis sentidos ópticos se limitan a tu celular, y, para mi desgracia, tu cámara no se podría considerar del tipo profesional. Deberías aprovechar para comprarte otro...

—Comprendo —suspiré—, se está acerando a un auto frente al hotel. La puerta del auto se abrió y.…

—¿¡Y!? —B bufó molesta—. No lo dejes en la parte interesante...

—B... —contesté, mientras la seriedad y la molestia se mezclaban en mi voz.

—¿Sí? ¿qué ocurre?

—Acabo de ver a alguien muy molesta...

—¿Eh? ¿Quién?

—Te lo contaré mientras nos movemos, vamos, guíame al hotel, esto podría ser más divertido de lo que pensé...

A quien había visto, era una mujer con cabello de color claro hasta el tobillo, el cual posee patrones de cráneo cerca de los extremos. Llevaba una cinta oscura en el pelo y un top a rayas verticales con una falda corta. También lleva un cinturón de liga visible conectado a medias con patrones de huesos en ellos y botas con ojos y dientes como diseños que los adornan. Finalmente, ella usa un par de guantes sin dedos que le llegan hasta justo debajo de los hombros y porta un paraguas con ella.


Notas del autor:

Buenas a todos, nuevo capítulo, espero que lo hayan disfrutado. Una cosa que me sorprendió de los anteriores, fueron todas las dudas que surgieron sobre este Fic, ya que muchos no sabían que era la segunda parte de Alternative, a pesar de que se llaman casi igual, solo abrevié en Alternative Records por AR. Como habían varios con dudas, tuve que editar el último capítulo de Alternative para informar que esta era la segunda parte. Entiendo que con el primer capítulo hubiesen dudas, pero imaginé que con el segundo ya no las habría, pero bueno, espero que con este ya no hayan más dudas.

Ahora, sobre los comentarios:

Orocontra2012: Bueno, sobre preguntas de la historia a futuro, generalmente no puedo responderlas para evitar spoilers y arruinar las futuras sorpresas.

SG: Yep, es la segunda parte, aunque no sé de donde sacaste lo de 60 capítulos. Dije que creé una segunda parte para que la primera no alcanzase los 100 o algo así, pero ni yo sé cuantos caps llegará a tener.

Arbiterleguent: Confirmado xd.

Nekoshiroinu: En mi caso, creo que son necesarias a la hora de crear y mantener uno, de otra forma, pienso que se caería a pedazos en cualquier momento.

Sin más que decir, agradezco a todos los lectores, a los mecenas para los que los capítulos están listos una semana antes, o incluso antes y por partes, y a todos los que comentan en cada capítulo, no vemos en el siguiente cap.