Descargo de responsabilidad: Fate y sus derivados, no me pertenece, toda su historia y personajes pertenecen a Type moon.
Aclaratoria: Lo que está dentro de un guion es diálogo y lo que está dentro de comillas es un pensamiento o similar.
Sieg
—¡Ayaka, el hotel! —grité.
Habíamos sido atacados por cadáveres reanimados, al principio, solo eran un par de decenas; no obstante, paulatinamente, el número había comenzado a aumentar y, más temprano que tarde, por cada cadáver qué derrotábamos, tres más aparecían. A medida que pasaba el tiempo, la cantidad de enemigos se volvió tal qué, si queríamos mantener nuestra posición, tendríamos que utilizar ataques de área, de otra manera, seríamos abrumados.
Fue entonces cuando Ayaka finalmente decidió que retomaríamos el vuelo. No estaba seguro de si la razón por la que tomó esa decisión se debía a que no poseía ataques de área, cosa que dudaba, pues si bien no eran ataques de área amplia, sus plumas habían destruido una buena cantidad de cadáveres. Yo, por mi parte, cuando comencé a ser abrumado por los números de nuestros enemigos, también comencé a utilizar Hechicería para acabar con tantos cadáveres como me fuese posible.
Creo que la razón por la que Ayaka había decidido abandonar la azotea, fue porque se dio cuenta de que, si continuábamos luchando de esa manera, entonces podría volverse peligroso, porque los ataques de Ayaka le hacían daño al suelo de la azotea, mientras que mi alquimia lo utilizaba como medio de ataque. Por lo que, si continuábamos luchando de esa forma, era posible que el suelo se derrumbase debajo de nosotros.
—¡Sieg, sujétate fuerte!
—¿Qué? —pregunté consternado.
Hacía unos instantes, el hotel donde nos hospedábamos se había derrumbado completa y repentinamente, así que no podía entender la petición de Ayaka. ¿No le importaban los demás?
—¡Luego te lo explico, pero por ahora debemos perseguir a esos autos! —me contestó ella, al mismo tiempo en que señalaba a un grupo de tres autos qué habían salido del estacionamiento subterráneo del hotel.
—¿¡Por qué!? —pregunté.
—Quienes provocaron todo esto se encuentran en esos autos —me contestó Ayaka, para mi sorpresa, con un tono de voz decidido, al mismo tiempo en que reforzaba sus ojos y se quitaba los anteojos—. ¡Iremos a por el primero!
Ni siquiera tuve oportunidad de responderle, porque después de decir estas palabras, salimos disparados.
Rápido, eso era lo único que me venía a la cabeza después de salir disparados, los edificios eran dejados atrás a medida que perseguimos al primero de los autos.
Los tres se habían dividido y tomado rutas completamente diferentes, en un intento de confundirnos, y, ya que Ayaka y yo habíamos sido los primeros en comenzar a perseguirlos, qué inferí por qué mi compañera había decidido perseguir al primero.
Las calles estaban oscuras, las vías algo despobladas de autos, y aquellos que las transitaban iban a velocidades bajas y conducían con cuidado, todos excepto por el auto al cual perseguíamos.
Aprovechando la poca cantidad de autos, sumado a lo lento qué conducían, nuestros enemigos pudieron avanzar a una velocidad vertiginosa.
¿A qué velocidad nos estábamos trasladando? Haciendo unos rápidos cálculos, tomando el tiempo y nuestra distancia recorrida, pude calcular qué nos estábamos moviendo a una velocidad cercana a los 60 Km por hora.
—Sieg, ¡vamos a acelerar!
—¿Eh?
—¡Se acercan a la autopista!
Fue entonces cuando lo noté, efectivamente, estaban a punto de entrar en la autopista. Nuestros enemigos estaban moviéndose a una velocidad ligeramente menor, debido a los demás coches, así que, si seguíamos así, solo tardaríamos unos instantes en alcanzarlos; sin embargo, una vez entrados en la autopista, ellos podrían alcanzar los 120 Km, y nos dejarían atrás.
Esto me preocupó, ¿Cuánta energía mágica Ayaka había consumido actualmente? ¿Y cuanta le quedaría? La piedra filosofal le permitía almacenar una gran cantidad energía mágica, lo cual le permitía actuar como una especie de generador de energía mágica, pero, obviamente, tenía sus límites, y en el caso de que esta se agotase, Ayaka solo contaría con su propia energía para mantenernos en el aire, lo cual probablemente nos forzase a aterrizar.
—¡Ayaka!
—Si lo necesitas, ¡utiliza mis circuitos mágicos! —grité.
Esta había sido la función original de mi creación, si se trataba puramente de producir energía mágica, entonces tenía confianza en que podía ser útil. Otorgarle el control de mis circuitos mágicos era lo único que podía hacer para ayudar.
Para mi sorpresa, Ayaka sonrió—. Gracias por el ofrecimiento, lo tendré en cuenta, pero por ahora, no es necesario. —Me respondió mi compañera con confianza, casi parecía como si hubiera cambiado de personalidad—. Este no es como el método Jet qué requiere de propulsión constante para alcanzar la máxima velocidad. El gran gasto de energía mágica se produce al principio del movimiento, al estirar el trampolín, además la piedra también amplifica la hechicería, por lo que, el gasto es bastante eficiente, y el mantener la velocidad no es muy complicado.
—¿¡Cómo!?
—El ungüento qué utilicé nos permite lograr un estado de ingravidez artificial, y los hechizos qué tiene mi escoba disminuyen la resistencia del aire. Es decir, la mayoría de las fuerzas que se oponen al movimiento han sido disminuidas, mantener la velocidad no requiere de mucha energía.
—¿Y la energía para mantener los hechizos activos?
—Puedes estar tranquilo, es cierto que consumen energía constantemente, pero es hechicería qué ha sido estabilizada por mi familia durante siglos, y mi afinidad con el aire me facilita utilizarlos aún más. No me quedaré sin energía solo por mantenerlos.
—Entonces, ¿puedes acelerar?
Ayaka respondió mis dudas con una sonrisa confiada—. Puede que no te hayas dado cuenta, pero los hemos estado persiguiendo utilizando únicamente el impulso inicial, y hemos estado desacelerando ligeramente desde entonces, ahora, vamos a impulsarnos por segunda vez.
Observé hacia el frente y pude ver cómo, cerca de tres kilómetros de distancia, un círculo se formó, similar a esos círculos qué veía en los videojuegos que Caules jugaba.
—Solo puedo impulsarnos a toda velocidad tres veces, eso agotará el 85% de la energía de la piedra, por lo que, solo necesitaremos de dos impulsos. Prepárate, ¡saldremos disparados cuando crucemos el siguiente aro!
«Pero si eso es cierto, entonces aumentaremos nuestra velocidad súbitamente a…». Al darme cuenta de lo que ocurriría después de cruzar el aro, me aferré rápidamente a la cintura de mi compañera.
...
Apreté los dientes con todas mis fuerzas, habíamos sobrepasado los 100 km por hora con el segundo impulso, tenía los oídos embotados y mantenía mis ojos cerrados.
—¡Sieg! ¡Necesito que ataques al auto! ¡No puedo hacerlo mientras vuelo a esta velocidad! —me grito Ayaka, lo cual me forzó a abrir mis ojos.
El auto se encontraba a solo unos cuantos metros por delante de nosotros, por lo que, estaba a mi alcance. En mi caso, más allá de mi conocimiento sobre alquimia y algunas otras hechicerías generales, no poseía ataques especiales a larga distancia; sin embargo, no necesitaba de un ataque especial para derribar a nuestro oponente, a veces bastaba con un poderoso ataque de energía mágica concentrada. Simple y directo.
Encendí mis circuitos mágicos, y, como si mi mano fuese un arma y estuviese a punto de disparar una bala desde la punta de mi dedo, comencé a concentrar energía mágica en mi dedo y-
¡BANG!
La bala pasó cerca de nosotros, en el momento en el que comencé a utilizar energía mágica, dos hombres arrojaron por los aires el vidrio trasero del auto, uno de ellos siendo uno de nuestros objetivos: Sagara Hyouma.
«¿¡Nos descubrieron!?», pensé, no quería gritar, pues si es que todavía había una pequeña esperanza de que pudiésemos mantenernos encubiertos, no quería desperdiciarla.
Ayaka se movió rápidamente hacia un lado después del primer disparo, no sabía por qué, pero ella tampoco había gritado después del disparo. En cambio, se movió rápidamente para evitar qué un segundo disparo nos golpease.
«No, estaba equivocado, no nos están disparando a los dos, ¡me están disparando a mí!».
Mi mente estaba trabajando a toda velocidad, no había pasado ni un segundo desde el segundo disparo, y lo único de lo que estaba seguro era que no podía permitir que fuésemos un blanco fácil. Así que, una vez más, decidí atacar.
«Ruta lógica, abierta». Un hechizo, cercano a la autosugestión, qué me permitía alcanzar el resultado deseado con el menor esfuerzo necesario, haciendo uso de los conocimientos alquímicos pregrabados dentro de nosotros, homúnculos qué habíamos sido creados por los Musik utilizando como base un poco del conocimiento de los Einzbern.
Originalmente, era incapaz de utilizar Hechicería a pesar de la calidad de mis circuitos, debido a los defectos qué poseía mi cuerpo desde mi nacimiento; sin embargo, gracias a los cuidados de Caules, fui capaz de realizar hechicería de forma limitada sin lastimarme, pero, aun así, no era capaz de aprovechar verdaderamente la calidad y cantidad de mis circuitos mágicos, al menos, hasta que conocí a Lady Illya, pues, gracias a sus cuidados, varios de los defectos fueron solventados y mi cuerpo se había vuelto lo suficientemente resistente como para no fallarme fácilmente si decidía esforzarme.
Lo primero que hice fue intentar trasmitir mis pensamientos hacia mi compañera, no era tan bueno como mis superioras al hacerlo, pues el rasgo de flujo y transferencia estaba más arraigado en los homúnculos Einzbern qué en los homúnculos Musik, pero debido al método de producción en masa de estos últimos, la capacidad de transmisión de pensamientos entre nosotros era algo prácticamente innato... cosa que no aplicaba a mi compañera, así que tuve que esforzarme.
Funcionó, o al menos pareció que funcionó, pues Ayaka bajó su cabeza e inclinó su cuerpo, acercándolo a su escoba, debió de ser muy incómodo; sin embargo, si tenía razón, entonces nuestros enemigos solo me habían detectado a mí, y su posición actual bajaría la probabilidad de que fuese lastimada.
Luego, lo que hice fue "transformar" mis manos en pistolas, y mi energía mágica en mi munición, y comencé a disparar al auto en movimiento.
Un tiroteo a alta velocidad, como aquellos que había visto varias veces en las películas que los chicos y yo nos reuníamos para ver. Sin embargo, nunca imaginé que terminaría participando en uno, mucho menos que lo haría volando sobre una escoba mágica a más de 100 km por hora mientras que disparaba balas de energía mágica.
Disparaba y me disparaban de vuelta, Ayaka hacia todo lo posible por evitar que nos diesen, y, a pesar de que me dijo que todavía no había dominado el vuelo con la escoba, se movía rápidamente para esquivar los proyectiles. En cuanto a nuestros enemigos, lo tenían más complicado, no solo porque iban conduciendo a oscuras, sino porque, de vez en cuando, el conductor se veía en la obligación de girar para evitar chocar con uno que otro auto que transitaba por la oscura autopista.
¿No debería de estar aterrado? Me pregunté a mí mismo, es decir, me encontraba en una situación de vida o muerte, el impacto de bala en mi costado me lo había recordado claramente, para mi fortuna, el código místico había sido lo suficientemente resistente como para que el disparo no lo atravesase; no obstante, el empuje casi me sacó de la escoba, y el dolor me hizo reaccionar velozmente, dejándome en claro que debía destruir esas balas antes de que me impactasen en caso de no poder esquivarlas. Seguramente el código místico no aguantaría más de dos disparos en esa misma sección. Además, corría el riego de recibir un disparo en alguna zona descubierta, como lo eran mis manos y mi cabeza. Y, aun así, no estaba aterrorizado.
No es que no tuviese miedo a morir, pues por esa razón había huido de mi cautiverio por parte de los Musik; sin embargo, ahora era diferente, pues a diferencia de aquella vez, me encontraba en esta situación por voluntad propia, y el peligro de muerte estaba acompañando por la adrenalina, sí, estaba luchando por decisión propia, poniendo mi vida en peligro por aquellos a quienes consideraba como amigos, por lo que, no estaba aterrorizado.
Retomé el tiroteo con más fuerza que antes. Mis enemigos tenían una mayor velocidad de disparo, esto me molestaba, tal vez si fuese un homúnculo sin defectos podría aumentar aún más mi velocidad; no obstante, no tenía tiempo que malgastar en lamentaciones. Por otro lado, había una diferencia clara entre la potencia entre nuestros disparos, mis balas de energía mágica eran mucho más potentes en comparación.
Desgraciadamente, a pesar de mi mayor potencia de fuego, nuestros enemigos se habían preparado, blindando su transporte, lo había comprobado cuando mis disparos impactaron contra este dejándole abolladuras, pero no habiéndolo dañado de gravedad. Íbamos a perder, o, dicho de otra forma, íbamos a morir, pues, aunque teníamos un mayor poder de fuego, bastaba un solo disparo atinado para destruirnos.
«Si es así…». Ideé rápidamente un plan para intentar ganar, «Ayaka, necesito que utilices mis circuitos para acelerar, y necesito que nos acerques al auto una vez más».
Mi compañera no volvió a decir nada, pero giró su mirada hacia mí, y era obvio que tenía dudas sobre acercarnos, lo único que nos estaba manteniendo con vida era, precisamente, nuestra distancia y movilidad, acercarnos, incluso por encima de ellos, representaría un grave peligro.
«Confía en mí, tengo un plan. Alcánzalos por un costado y en el momento en el que escuches la explosión, aléjate para evitar que el auto nos golpee».
Mi compañera no se veía del todo convencida, cosa que comprendía, pero al menos me respondió con un leve asentimiento y volvió su mirada hacia el frente. Coloqué mi mano sobre su espalda, y le permití tener acceso a mi energía mágica mediante mis circuitos. Como un homúnculo que había sido creado con el objetivo de transformar el mana del ambiente en energía mágica y transferirla que, si había algo de lo que estaba seguro, era que podía realizar este trabajo.
En el momento en el que Ayaka se hizo con el control de mis circuitos mágicos, una vez más, comenzamos a acelerar, obviamente, al ver que nos acercábamos, nuestros enemigos dispararon con mayor rapidez, pero esta vez, no pensaba competir con ellos, tomé mi espada y la desenvainé, me reforcé tanto como pude y cambié su forma, de una espada a un escudo, uno en forma de cúpula, y lo utilicé para cubrir nuestro costado.
Pude sentir como las balas chocaban contra el escudo; sin embargo, no eran capaces de atravesarlo, y, ya que Ayaka no me estaba impidiendo utilizar mi energía mágica, sino que simplemente estaba transfiriendo gran parte de la que producía para acelerar, que la energía mágica que necesitaba para mantener el escudo no era un problema para mí, incluso cuando mi compañera estaba tomando la mayor parte. Todas las balas se reflejaron en el escudo de mercurio, permitiéndonos llegar al costado del carro, y aunque este intentó sacudirse de nosotros, Ayaka logró evitar que fuésemos arroyados y pudimos ponernos a su costado.
Obviamente, las balas no dejaron de llover sobre nosotros, pero logré mantener el escudo firme, a pesar de que mi brazo temblaba enormemente. Y entonces actué…
Una explosión resonó cuando uno de los neumáticos del automóvil explotó debido al pinchazo que había provocado con mi espada al reconvertirla parcialmente. En el momento en el que Ayaka escuchó la explosión, giró rápidamente para evitar que el tren delantero del automóvil nos golpease. Íbamos a más de 100 kilómetros por hora, a esa velocidad, con la explosión de un caucho, el auto perdió por completo el control, giró incontrolablemente chocando contra una de las paredes de concreto de la autopista y volcándose después del choque, al mismo tiempo en que el motor se prendía en llamas.
Nos detuvimos varios metros a posteriori, pero íbamos tan rápido que casi volví a salir lanzado de la escoba, tal vez a esto se refería mi compañera con que todavía no dominaba el vuelo con esta.
Ayaka me observó con una mirada que demostraba su indecisión al mismo tiempo en que volteaba a ver los restos del auto, «No sé cómo lograron identificarme, pero tú pudiste mantenerte oculta, así que déjame acercarme a mí, y mantente alerta en el caso de que haya supervivientes».
—¿Seguro? —me susurró ella, ahora que nos habíamos detenido, no necesitábamos gritar, y estábamos lo suficientemente alejados como para que fuese poco probable que nos escuchasen hablar.
Asentí, y me bajé de la escoba. Giré mi mirada hacia el lugar del choque, el auto, al haberse volcado y chocado, no solo se encontraba en llamas, sino que también había perdido varias partes, pude notar como una puerta se había separado de este, mientras que la parte central del transporte había sido golpeada y hundida, y el tren delantero estaba destrozado. Antes de acercarme, analicé la escena intentando ver cualquier posibilidad de movimiento; pero, al no notar nada, no tuve más opción que acercarme, y, sabiendo que podría ser peligroso, decidí reforzarme.
Una vez estando más cerca pude divisar como el vidrio delantero del automóvil se había hecho pedazos durante el choque, el conductor y el copiloto tenían sus cuerpos cortados por los vidrios, entre otras cosas, y estaban desangrándose, además, partes de estos habían sido tocados por las llamas que salían del motor. Quise acercarme para verificar el que no tuviesen pulso, pero decidí no hacerlo al ver como las llamas estallaron violenta y repentinamente. No quería quedarme mucho más tiempo, no era la primera vez que veía a alguien morir, pero no me gustaba el presenciarlo nuevamente.
Gire y me acerqué al agujero que la puerta había dejado, cerca de este, pude notar una mano ensangrentada y estirada, quise asegurarme de que no fuese un posible superviviente y me acerqué; no obstante, al hacerlo, me di cuenta de que lo único que había allí era precisamente eso, una mano, el resto del cuerpo se encontraba separado de esta, retorcido en una posición completamente innatural para el cuerpo humano. Al observarlo, no pude evitar sentir malestar en la boca de mi estómago, sabía que eran mis enemigos, y despreciaba lo que habían hecho con los residentes del hotel; no obstante, era la primera vez que causaba la muerte de alguien, así que supongo que este malestar era inevitable.
El último pasajero no se mostraba tan destrozado como el resto, pero su cuerpo todavía se estaba desangrando desde varias heridas, seguramente mortales, esta última persona fue la que llamó mi atención.
Suspiré, ya lo había visto, pero ahora lo estaba comprobando, «Nos equivocamos, la persona a la que perseguimos no era Ernest Gravehill, sino nuestro segundo objetivo, Hyouma Sagara». Era un magus de una de las familias que comprendía a los Yggdmillennia, recordaba la imagen que Shirou me había enseñado de él, pero actualmente se veía más demacrado debido al siniestro, y, para mi sorpresa, mientras que llegué a sentir malestar al ver los cuerpos de sus acompañantes, no sentí nada al ver el cadáver de Sagara.
Pero hubo algo que llamó mi atención, tanto Hyouma como su acompañante estaban utilizando visores, y, lo primero que pensé, es que debían de tratarse de visores de visión nocturna; no obstante, lo dudaba, porque si fuesen lentes de visión nocturna, entonces no servirían de nada en contra de las defensas de mi código místico, así que…
«¿Visores Térmicos?», esto fue lo primero que se me vino a la cabeza, pues mi código místico era incapaz de ocultar las emanaciones de calor; sin embargo, el de Ayaka era capaz de hacerlo. Tal vez por eso lograron detectarme a mí, pero no a ella.
Quise acercarme, para poder verificar que Hyouma estaba muerto; no obstante, me vi obligado a alejarme cuando, una vez más, las llamas aumentaron enormemente, y estaba seguro de que pronto el auto explotaría, así que no quise arriesgarme, y me alejé hacia donde había dejado a Ayaka.
¡SLASH!
El cuchillo descendió rápidamente, sentí el impacto, oí las rasgaduras de mi uniforme, me alejé rápidamente, me giré y pude verlo, Hyouma Sagara, había salido del auto, con su cuerpo cortado, quemado en parte, y "desangrándose", había perdido un ojo, pues el visor estaba roto y podía ver una cuenca oscura, por otro lado, sus blancos ropajes se habían teñido de rojo. Sus ojos estaban ensangrentados, su expresión estaba demacrada, y sangre caía desde su boca, además, era obvia su evidente ira en mi contra.
Pero lo que más me sorprendió, fue como una especie de miasma violeta cubría sus heridas, así como el cuchillo con el que me había atacado. Y, dicho cuchillo, pude notar que no era un cuchillo destinado a ser utilizado como un arma, parecía ser uno de esos cuchillos utilizados como herramientas para concretar sacrificios. No sabía cuánto misterio poseía, pero tenía un aura negruzca que me daba escalofríos, y, además, seguramente Hyouma lo había reforzado para que fuese efectivo como arma.
Giré rápidamente hacia donde había recibido el corte, efectivamente, mi uniforme había sido desgarrado; sin embargo, el cuchillo no había logrado tocar mi carne, cosa que agradecía, porque no quería averiguar que me ocurriría si esa cosa entraba en contacto directo conmigo.
—¡No sé quién mierda eres, pero quítate esa maldita cosa para poder ver bien tu cara cuando te asesine! —me gritó Hyouma, colmado por la ira.
Obviamente, no respondí a sus provocaciones, incluso si Hyouma podía vislumbrarme a través de su visor, era claro que no era lo mismo el verme a través de su visor que a través de sus propios ojos, además, mientras tuviese mi código místico activado, no solo mi persona era ocultada, también mi arma, y, si mis deducciones eran acertadas, entonces Hyouma podía vislumbrarme a mí, pero no debía de poder percibir mi arma.
—¡Bien! ¡Sí así lo quieres, entonces veré tu expresión después de que te asesine y te quite lo que sea que estés utilizando! —Hyouma, completamente encolerizado, se lanzó contra mí.
Con cuchillo en mano, intentó apuñalarme, a pesar de que el arma no era adecuada para ese movimiento, tenía mi arma, la cual había vuelto a su forma de espada, y, al poder ver ampliamente su ataque, la blandí para destruir su cuchillo. No sabía que ocurriría entre el choque de misterios de nuestras armas, pues mi espada era una copia de un Código Místico Supremo; sin embargo, esa maldición me erizaba la piel y el cuchillo parecía ser una reliquia.
Ni victoria, ni derrota, mi espada no resultó dañada por la maldición, pero esta no permitió que mi arma destruyese el cuchillo, sabía que, en un choque directo únicamente de objetos, mi espada debería de destruirlo, pero al estar cubierto por ese miasma protector, parecía que eso no iba a pasar fácilmente. Mi espada no ganó, pero tampoco perdió; sin embargo, quien perdió fui yo.
«¿¡Cómo es que...!?», me pregunté, ¿Cómo es que posee una fuerza tan absurda, porque sí, la poseía, y apenas había logrado desviar el ataque de Hyouma, probablemente debido a la superioridad de mi arma.
No tenía sentido, no era la persona más fuerte que existía, pero gracias a los tratamientos, tampoco se me podía considerar como débil, entendería el ser superado por alguien como Shirou, quien tenía un control y maestría del refuerzo entrenada durante años, pero Hyouma Sagara no era el tipo de magus que luchase directamente, se consideraba a sí mismo como una rata, y luchaba como tal.
Entonces, ¿por qué estaba siendo abrumado por sus envites a pesar de haberme reforzado? Una y otra vez desvié sus ataques e intenté imponerme; no obstante, a pesar de que Hyouma tenía poca o nula técnica, su fuerza sobrehumana me impedía imponerme y me forzaba a retirarme. Lo único que pude hacer para obtener ventaja, fue aprovecharme de que Hyouma no podía ver mi arma, así que cambié su forma, a la forma de estoque, esta forma era alargada, con una punta filosa y diseñada para apuñalar, Sagara intentaba apuñalarme cada vez que yo me alejaba, y solo intentaba cortarme de arriba o abajo cuando estaba cerca. Así que mi objetivo era evitar que llegase a ese punto, porque, a pesar de haberme reforzado, sentía que me iba a terminar rompiendo si seguía intercambiando ataques contra él.
Su cuchillo no estaba destinado apuñalar, y era muy corto, así que simplemente evité que se acercase, y lo apuñalé una y otra vez cada vez que intentaba acercarse, al poco tiempo, Hyouma tenía múltiples agujeros en su cuerpo; sin embargo, de cada uno de esos agujeros, el miasma violeta comenzaba a ser emanado, el hombre seguía luchando como si ninguno de mis ataques le hiciesen efecto.
Comencé a desesperarme, le estaba haciendo daño, pero no le afectaba, y no podía acercarme, no con esa cosa cubriéndolo parcialmente, y él era lo suficientemente bueno como para evitar que fuese a por su cabeza. Y fue entonces cuando aprovechó el miasma de otra forma, lanzándolo en mi contra, sabía que si esa cosa me tocaba no sería bueno, y estaba casi seguro de que mi uniforme sería incapaz de protegerme, así que terminé cambiando la forma de mi arma a un escudo una vez más.
Pude sentir como la maldición golpeó mi escudo y, afortunadamente, el escudo no se deshizo o algo por el estilo. Una vez más, cambié la forma de mi "espada" a la de estoque, y me preparé para atacar una vez más a Sagara; sin embargo, mi enemigo había desaparecido de mi campo de visión.
¡Rash; Crash!
El suelo tembló y se levantó a mi costado, y al girarme vi cómo se producía una explosión producto de un hechizo qué había impactado contra mi oponente.
Mi mente captó rápidamente las cosas, mi enemigo se había aprovechado de un punto ciego producido por el uso del escudo y aprovechó para atacarme desde un costado; no obstante, y para mi suerte, ese punto ciego no existía para mi compañera, por lo que, seguramente había utilizado un Hechizo Elemental de tierra para bloquear el ataque de Hyouma y luego lo atacó con un disparo, probablemente, una maldición.
A pesar del ataque recibido de lleno, Sagara se levantó una vez más, su ropa estaba prácticamente destruida, y, desde su piel, múltiples plumas de cuervo sobresalían como si fuesen agujas, pero no parecía realmente dañado.
Al ver las plumas, el rostro de nuestro enemigo se contorsionó de ira, y gritó a los cuatro vientos—. ¿¡Dónde estás, maldita sea!?
Bueno, Ayaka me había salvado; sin embargo, el costo fue la pérdida parcial de la posibilidad de un ataque sorpresa, pero al menos logré comprobar que, efectivamente, él todavía no sabía dónde ella se encontraba.
—¡Sal de donde sea que estés, o asesinaré a tu amigo frente a tus ojos, maldita!
Hyouma parecía desquiciado al gritarle a la aparente nada, y parecía que, desde su punto de vista, yo no era un peligro a considerar, por lo que, me estaba ignorando deliberadamente. De sus gritos e insultos poca información pude obtener; no obstante, él siempre se refería hacia Ayaka como ella, así que había logrado identificarla de alguna manera.
En este momento, no estaba seguro de que hacer, Hyouma se encontraba completamente encolerizado blasfemando a la nada, parecía que todo lo que le había ocurrido había llevado su resistencia mental al máximo. No quería luchar cuerpo a cuerpo contra él una vez más, así que atacarlo con Alquimia era lo único que podía hacer.
No obstante, antes de que pudiese atacar, algo comenzó a caer del cielo, apareciendo de la nada.
—¿¡Qué, crees que con tu patética brujería de tercera clase puedes hacerme daño!? —Hyouma tomó lo que sea que Ayaka estaba dejando caer desde su escoba, y se rio de forma despreciativa—. ¿¡Qué crees que puedes lograr con semillas y heno!?
Ayaka no respondió, las semillas y el heno siguieron cayendo desde el cielo. ¿Debía de hacer algo? ¿Atacarle? Hyouma parecía completamente interesado en lo que iba a hacer mi compañera, despreciando completamente mi presencia. O al menos eso me pareció inicialmente, pues, de vez en cuando, giraba su mirada hacia mí, asegurándose de que no me acercase.
—Bueno, si decides quedarte en las sombras, entonces me encargaré primero de tu compañero —Y dicho esto, Hyouma volvió su mirada completamente hacia mí, y comenzó a caminar por el suelo cubierto de heno y semillas.
Me preparé una vez más, no sabía que quería hacer Ayaka, por lo que, solo podía esperar, me alejé lentamente, y Hyouma se dio cuenta—. ¡No intentes esca-!
No pudo terminar su frase, súbitamente, una explosión, el heno y las semillas qué habían cubierto el suelo se encendieron espontáneamente en llamas y abrazaron el cuerpo de Sagara.
Un grito ahogado, Hyouma intentaba liberarse de las llamas qué lo consumían, y pude ver como el miasma violeta intentaba cubrirle en un intento por protegerle; sin embargo, las llamas se hicieron más fuertes, el fuego qué emanaba el auto se unió también a la danza de las llamas, el aire, como una ventisca fluyó, hacia las llamas y las engrandeció. Era un remolino de fuego, y Hyouma se encontraba en el centro, siendo calcinado. Repentinamente, el remolino de fuego explotó, colmando toda la anchura de la autopista y levantándose a casi tres pisos de altura.
—¡PARA!, ¡PARA MALDITA SEA!
Gritó desesperado mientras era bañado por el fuego, intentó correr, rodar por el piso, alejarse de las llamas, pero el fuego parecía perseguirlo inclementemente. Gritó, gruñó, y maldijo, pero nada de eso conmovió o amedrentó a las llamas, y, luego de unos segundos, dejó de moverse.
—Derrotar brujería utilizando brujería es un poco complicado, tuve que usar otro tipo de hechizos… —Giré mi mirada y pude ver como mi compañera aparecía de la nada.
—¿Estaba utilizando brujería?
Ayaka asintió—. Esa maldición era poderosa, salvó a Sagara del choque del auto, y también lo mantuvo vivo a pesar de tus ataques… la brujería implica el sacrificio…
Esto me sorprendió—. Las personas del hotel…
—Sí, ya que a Ernest solo le interesaban los cadáveres, es posible que Sagara se aprovechase para utilizar la vida de los residentes del hotel como sacrificios para sus hechizos. —Pude notar una mueca de molestia en el rostro de mi compañera, cosa que me parecía extraña, pues ella también era practicante de brujería—. El fuego no es parte de mis alineaciones; no obstante, es probablemente el mejor elemento para tratar con esta maldición.
—¿Un hechizo elemental?
Ayaka no tuvo tiempo para responderme, las luces de varios autos comenzaron a llegar, de hecho, habíamos tenido suerte de que hubiesen tardado unos minutos en llegar debido a las altas horas de la noche y al apagón qué había sufrido la ciudad.
—Vámonos —me dijo Ayaka, y ambos subimos a su escoba, y desaparecimos del lugar—. Nos dirigiremos al punto de reunión que decidimos en caso de que el hotel fuese destruido.
—Ahora que ya estamos persiguiéndolos, no importa que utilicemos los celulares, ¿verdad?
—No, pero no digas ubicaciones o datos importantes, pues no sabemos qué control tienen nuestros enemigos sobre las líneas telefónicas.
…
—Hemos acabado con nuestro objetivo… No, no era Ernest, se trataba de Hyouma Sagara… entiendo, haremos lo que podamos.
—¿Qué ocurrió? ¿Onee-chan te dijo algo?
—Sí, todos se encuentran bien, pero Lord Illyasviel y Shirou se dividieron para perseguir a los otros autos restantes.
Ayaka frunció el ceño—. Gasté energía para acelerar a Raifuita y solo puedo acelerar una vez más como las últimas dos veces, una vez que lo haga, mi cetro agotará casi toda su energía mágica y se volverá prácticamente inútil hasta que lo recargue.
—Sajyou no parecía alarmada, tal vez apresurarnos no sea buena idea —expresé—. No creo que agotar toda la energía de tu bastón sea una buena idea.
—Hmm…. Pero si solo dependo de mis circuitos y mi cresta… tardaremos un rato en llegar.
—En ese caso, puedes volver a utilizar mis circuitos mágicos.
Ayaka giró su mirada un poco extrañada—. Cuando estábamos persiguiéndolos, no le di mucha importancia, pero… ¿estás seguro?
—¿Hmm?
—Dejar que otro magus utilice tus circuitos mágicos es prácticamente darles un control absoluto, es algo muy peligroso que no debes ofrecer con tanta ligereza. ¿Entiendes?
Asentí—. Lo sé, pero en este caso somos compañeros que dependemos los unos de los otros, ¿no es normal ayudarnos?
Ayaka suspiró—. Supongo… pero ten cuidado de a quien le ofreces esto.
Una vez que obtuve su permiso, volví a colocar mi mano en su espalda, y sentí como perdía el control de mis circuitos—. Por cierto, ¿qué es Raifuita?
—Ah, es el hechizo qué utilicé. Originalmente era una maldición de mi familia qué utilizaba la sangre para crear llamas, es decir, devoraba la fuerza vital para crear fuego. Desgraciadamente, no era muy útil en combate, al menos para mí, porque consumía una cantidad considerable de mi sangre para crear llamas lo suficientemente poderosas como para quemar cosas más allá de lo humano, y si bien podía consumir la fuerza vital de mi enemigo para volverlas más poderosas, primero tenían que quemarles.
—¿Lo modificaron? No parecía funcionar así
Ayaka asintió—. Mi hermana me ayudó a modificarlo. Utilizando el Formalcraft y un Hechizo de Combustión Espontánea qué utiliza heno y semillas oleaginosas. Con el Formalcraft y el Hechizo de Combustión Espontánea, solo necesito de una gota de mi sangre para crear las llamas qué devoran la fuerza vital, y estas se vuelven más poderosas dependiendo del mana del medio ambiente y de la cantidad de heno y semillas. Además, puedo avivarlas aún más utilizando Hechicería elemental de viento.
—La maldición se amplifica con el fuego ya creado… lo cual significa que también se puede hacer más fuerte devorando al enemigo como el hechizo original, ¿no es así?
—Exactamente.
—Pero creía que el Formalcraft requería tiempo para ser ejecutado, ¿no es así?
—El Formalcraft común, sí, aunque cuanto tiempo depende del ritual que estés llevando a cabo; sin embargo, gracias a la piedra filosofal, puedo utilizar Hechicería Ritual de forma instantánea.
«Comprendo, a eso se refería con que gasto energía acelerándolo...»
El resto del viaje transcurrió en un silencio cómodo para los dos. Y así, llegamos hasta el punto de encuentro.
Illya
Me encontraba corriendo por las oscuras calles de la ciudad, sabía que debía de apresurarme; sin embargo, no podía enfocarme, no después del encuentro con esa chica.
¿Quién era? ¿Cuál era su relación con Shirou? ¿Cómo lo conocía? Todas estas preguntas y varias más surgían en mi cabeza una detrás de otra. Ella era peligrosa, era muy peligrosa, solo me había encontrado cara a cara con ella y no la había visto combatir, pero, por la runa que había utilizado en mis ojos, y por instinto, podía decir que era muy peligrosa.
¿En qué nivel? Comparándola con otros guerreros con espada con los que me había topado, no estaba del todo segura, tal vez como Siegfried en Alemania antes de perder a mi abuelo como maestro, o como Bedivere con su Tesoro Heroico completamente liberado… sea como fuese, sin duda era un espíritu heroico, o al menos, algo por el estilo.
No quería dejar a mi hermano contra un enemigo como ese, pero no tenía muchas opciones, pues ella estaba completamente fijada en mi hermano, no le interesaba para nada mi presencia, y cuando intenté crearle una abertura a Shirou para que pudiese escapar, ella lo persiguió y lo alcanzó rápidamente.
No iba a dejar escapar a Shirou, y si yo me quedaba para enfrentarla junto con él, entonces perderíamos a Ernest. Si Sajyou o la chupasangre participasen en la operación, entonces yo podría quedarme junto a Shirou para enfrentarla, pues Sajyou podía utilizar el Transporte Espacial, y por parte de la chupasangre, no dudaba de la velocidad de un Verdadero Ancestro; pero ambas habían decidido mantenerse al margen de todo, y esto no había cambiado ni siquiera cuando ella apareció, pues ninguna de las dos había hecho acto de presencia.
¿Acaso era idiota? La respuesta probablemente era un sí, pues dudaba que Brunestud no se hubiese dado cuenta de la presencia de la chica y de lo peligrosa que era.
«Ellas no permitirán que Shirou sea… si llegan a un punto donde él esté en peligro de muerte, ellas intervendrán, ¿verdad?», me pregunté preocupada, «Cuando le informé a Sajyou sobre la chica, no parecía sorprendida; pero si muy preocupada. Generalmente, puede controlar sus emociones decentemente; sin embargo, falló cuando le hablé de ella… ¿la conocerá también? ¿De dónde la conocerán…? ¿Pero realmente la conocen? Porque Shirou lucía confundido y preocupado cuando ella apareció».
—Wof, wof… —Escuché los ladridos desde atrás, giré mi mirada y pude ver a Rou corriendo detrás de mí.
—¿¡Rou, estás bien!? —le pregunté mientras me detenía, habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo que no me había parado a pensar en que Rou también había estado dentro del hotel cuando este se había derrumbado—. ¿¡Te hiciste daño!?
Cuando Rou se acercó, pude vislumbrarlo mejor, y, afortunadamente, parecía que Rou se encontraba en perfecto estado. No me sorprendería que él hubiese predicho el derrumbamiento del edificio con sus sentidos y hubiese escapado antes de que pasase.
Rou lamió mi mejilla para demostrarme que se encontraba bien y yo sonreí mientras lo acariciaba.
—Rou, ¿puedo pedirte un favor?
—¿Woof?
—Necesito que me ayudes a capturar un auto. ¿Puedes ayudarme?
—¡Woof!
Sonreí—. Gracias, déjame ayudarte un poco. —Dicho esto, tracé con mi energía mágica una serie de runas para ayudarle a darles caza.
Una vez trazada las runas, Shirou comenzó a transformarse, abandonando su forma de sabueso y obteniendo su forma de oso. Yo me monté sobre este y me sujete con fuerza, luego tracé una última runa, una runa del olvido, para así asegurarme de que quien fuese qué nos viese, lo olvidase en el acto.
Y así, Rou comenzó a correr. A pesar de su gran tamaño, Rou era enormemente veloz, mucho más que yo, y no es como que yo fuese particularmente lenta, o al menos, no para los estándares normales. Con mi velocidad, bien podía hacerle competencia a uno de esos autos de carrera profesional, de esos que alcanzan los 300 km/h, sin necesidad de utilizar el Refuerzo u otro tipo de Hechicerías para moverme más rápido.
No obstante, obviamente esto era algo así como la velocidad máxima en papel, porque en la realidad utilizar esa velocidad de forma efectiva era bastante complicado, incluso en una carrera, por cosas como el terreno, los obstáculos, etc. Además de que nunca había corrido durante una hora manteniendo esa velocidad, por lo que, no sabía si podía mantener esa velocidad constantemente durante ese lapso de tiempo; sin embargo, dudaba de que alguna vez necesitase comprobarlo.
De todas formas, en este momento no podía alcanzar a ese auto, no porque este fuese mucho más rápido que yo, o porque no confiase en mi resistencia, sino porque mi mente no estaba puesta en la persecución. Rou, por otro lado, estaba completamente concentrado únicamente en perseguir al auto, por lo que, estaba segura de que los alcanzaríamos rápidamente. En cierta manera, me daba un poco de risa, sino tuviese a esa runa protegiéndonos, ¿Cuáles serían la expresión de los transeúntes y del resto de conductores al ver corriendo a un oso a 600 km/h? De hecho, probablemente no serían capaces de identificarlo como tal.
Sea como fuese, solo estaba divagando, evitando pensar en lo que estaría pasando con mi hermano. «Mantente a salvo Shirou, recuerda que me lo prometiste, siempre volverás a mi lado». Y luego, no pude evitar fruncir el ceño, «Espero que si las cosas se salen de control, esas dos intervengan. Por mucho que todas queramos que Shirou comience a tomar el mando de las situaciones, y si bien entiendo que es por eso que esas dos no quieren ayudarlo, en ningún momento pensamos que un enemigo de ese nivel saliese de la nada».
—¡Groow…!
Rou gruñó y me sacó de mis divagaciones. Alcé mi mirada y pude ver cómo nos encontrábamos en una carretera, a poco de haber dejado la ciudad. El auto al qué perseguíamos era el segundo en haber salido, y también el que había tomado la ruta más corta para salir de la ciudad. Me había demorado hablando con Shirou y con esa chica, razón por la que, junto con las altas horas de la noche, el poco tráfico, y el apagón, que nuestros enemigos habían logrado llegar tan lejos. Sin embargo, hasta aquí llegarían, pues tal y como lo había pensado, Rou le dio alcance rápidamente.
«Qué extraña forma de conducir… ¿también es por eso que consiguieron llegar tan lejos?». No sabía quién estaba conduciendo, pero lo estaba haciendo al borde de su asiento. «¿Se puede considerar a esto como conducción suicida? Casi parece que no le importase para nada su propia vida… ¿es otra de las razones por las que logró escapar tan rápido?». Por un momento, me pregunté si había comenzado a manejar así luego de que le diésemos alcance, pues de ser ese el caso, significaría qué nos había detectado, cosa que no me sorprendería mucho, pues, siendo sincera, no me había esforzado mucho en ocultarnos de nuestros enemigos, mientras que no hubiese un artículo en el periódico de mañana que titulase como: oso corre por autopista más rápido que cualquier auto de fórmula uno, podría estar tranquila, pues la etapa de la operación donde teníamos que ser sigilosos había llegado a su fin con el derrumbamiento del hotel.
—Rou, no te acerques tanto, voy a hacer qué se estrellen.
Y al haberme escuchado, Rou se mantuvo a una distancia segura del automóvil. Luego, me concentré en lo que había delante del auto y de nosotros, y, al utilizar mis poderes sobre el hielo, un largo y grueso muro se generó súbitamente. Por un momento, pensé en que el conductor intentaría atravesarlo con el auto, debido a que intentar detenerse a una velocidad tan alta seguramente produciría qué el auto se volcase, y era demasiado largo para esquivarlo, pero además, yo podía dar fe en que algo igual de malo pasaría si intentase atravesarlo. De todas formas, el conductor no escogió esta última opción, y a pesar del peligro, decidió detenerse antes de chocar.
«¿Cómo demonios no se volcó?», no había suficiente espacio como para que pudiese detenerse lentamente. El auto giró bruscamente y, por un momento, estaba segura de que se volcaría; no obstante, esto no terminó pasando.
Giré mi mirada alrededor, ningún auto, no planeaba tardarme mucho, así que no coloqué un campo acotado. Iba a terminar rápido para poder volver con Shirou, y, considerando la hora, dudaba qué algún auto pasase en los siguientes minutos, y en cualquier caso, siempre podía utilizar la runa del olvido.
«Rou, quédate aquí y cúbreme la espalda».
«¡Graw…!».
«Gracias».
Me acerqué lentamente al auto, pero me detuve rápidamente—. ¿A dónde vas? No crees realmente qué puedes huir así como así, ¿O sí? —le pregunté a la conductora del auto.
Ella se había bajado del auto, y tenía una vestimenta completamente extravagante, había chocado la parte del auto en la que ella no se encontraba contra el muro, y si bien se veía herida en algunas partes de su cuerpo, no se veía herida de gravedad, y las heridas que poseía se estaban curando rápidamente. El cómo había logrado salir casi indemne, lo desconocía, pero probablemente tenía que ver con la Hechicería.
Luego de salir del auto, había caminado en mi dirección y pasado a mi lado con una tranquilidad molesta.
Sin embargo, luego de que la llamé, ella solo se detuvo durante unos segundos, y me miró extrañada, como si no entendiese la situación.
En ningún momento dirigí mi mirada hacia la estrambótica mujer, ya que estaba más interesada en cómo demonios no había volcado el auto, es decir, no es que hubiese frenado en lateral perfectamente, había frenado pero no había podido detenerse a tiempo, el resultado: la mitad del auto había sido destrozada debido al impacto contra el muro.
La mujer volvió a caminar, y yo, por otro lado, también caminé hacia el auto. «Hmm… ¿Se parecerá al auto qué manejaba mamá? Ojalá que todavía se encuentre en Fuyuki…».
—¡GRRRRR!
Suspiré, y me giré—. Acaso no me oíste, te dije que ¿a dónde piensas que estás huyendo? —le pregunté una vez más a la mujer mientras que Rou le gruñía cuando esta se le acercó.
Ella se giró y volvió a mirarme, luego ladeó su cabeza y se señaló a sí misma, como preguntándome: ¿Me hablas a mí?
—¿A quién más voy a estarle hablando? Solo estamos nosotros tres aquí —expresé con mis manos en las caderas.
—¿Puedes oírme? —Asentí—. ¿Puedes verme? —preguntó mientras movía su mano de un lado a otro frente a mí. A lo que yo, una vez más, asentí—. ¿¡Puedes percibirme!? —preguntó con una sonrisa burlona.
A lo que entrecerré mis ojos—. Ya que solo estás preguntando tonterías, mejor acabamos pronto… —hablé y luego levanté mi mano, al mismo tiempo en que concentraba energía mágica con la única intención de convertir a mi enemiga en un cubo de hielo.
—Oye, oye, espera, espera, eres una Einzbern, ¿verdad?
Alcé mi ceja, reconocer a un Einzbern era bastante sencillo, pero, por otro lado, hasta hace poco éramos una familia completamente ermitaña, así que, que esta mujer tuviese conocimiento de mi familia, me pareció curioso. ¿Habíamos llamado la atención más allá de lo que creía al unirnos a la Torre del Reloj?
—Lo eres, ¿verdad? —me volvió a preguntar con un ligero sonrojo. A lo cual, yo asentí—. ¡Bien, bien! —contestó enérgicamente y con pequeños aplausos; sin embargo, luego hizo un ademán pensativo—. Pero eso no tiene sentido… Quiero decir, los homúnculos de los Einzbern son prácticamente perfectos, es decir, extensiones artificiales de la naturaleza, pero incluso si intentases detectarme utilizando al Mundo, confío lo suficiente en mis habilidades como para poder engañarlo. ¿¡No me digas que este oso gigante es en realidad un insecto!?
Luego de haber dicho esto, ella volvió a acercarse a Rou, y este le gruñó en respuesta.
—Ciertamente, no parece una ilusión, tal vez… ¿metamorfismo?
—Insectos, metamorfismo, ¿de qué diablos estás hablando? —pregunté ligeramente irritada, al mismo tiempo en que mi enemiga comenzaba a transpirar ligeramente.
—Entomancia, los magi qué utilizan este tipo de hechicería son mi enemigo natural… —me contestó la extravagante mujer mientras seguía analizando a Rou.
—Comprendo, tú eres quien realizó la Hechicería de Ilusiones sobre los que se encontraban en la habitación del hotel.
—¡Bingo! Un buen trabajo, ¿no lo crees?
Asentí—. Uno que debo agradecer, pues debido a que presencié tu Hechicería de antemano, fue que pude prepararme para contrarrestarla.
—Comprendo, si ya has visto mi hechicería, la mitad del encanto se pierde… Sin embargo, las ilusiones qué utilicé en ellos y las que utilicé para encubrirme están en niveles completamente diferentes. Sabía que los Homúnculos Einzbern estaban en un nivel propio, pero no me imaginaba que podrían evitar mis engaños.
Sonreí—. Eres buena, de hecho, no creo que tu hechicería pertenezca a esta era; no obstante, la mía tampoco. —Luego, suspiré—. Me gustaría seguir hablando, pero no tengo mucho tiempo.
—Espera, espera, ¿por qué tan apurada? —me preguntó la chica estirando sus brazos hacia mí y negando con sus manos, al mismo tiempo en que comenzaba a sudar.
—Una chica con dos espadas y vestida en armadura apareció para fastidiar —susurré.
—¿Chica con dos espadas y vestida en armadura? —susurró ella también—. ¿De casualidad estás hablando de una chica de cabello negro con corte estilo pixie, con el ceño siempre fruncido, ojos rojos, vestida completamente en armadura, y con dos espadas colgando en su cinturón?
—¿La conoces? —pregunté.
—Sí, sí. Hace un año intenté hacer algunas travesuras qué provocaron qué me encontrase con ella. —Una sonrisa nerviosa se mostró en el rostro de la mujer—. Nunca había sido cortada en tantos pedazos en tan poco tiempo, ni siquiera pude expresar palabra, me asesinó antes de que pudiese mover un dedo, ha sido una de las muertes más rápidas qué he tenido —dijo ella con una sonrisa jadeante mientras contaba con sus dedos.
«¿Muerte? ¿Evocación Espiritual? ¿Nigromancia?». A lo que yo sonreí—. En ese caso, te daré otra muerte interesante.
—¡ES-ESPERA, espera, espera! —respondió rápidamente la mujer—. ¿¡No… no podemos arreglarlo de otra forma!? —preguntó sudando a mares—. He estado utilizando este cuerpo únicamente durante un año y no quiero perderlo tan rápido.
Alcé una ceja—. Lo dudo —contesté—. Eres de Estados Unidos, ¿No es así?
A lo que ella contestó con una sonrisa incomoda—. Para nada, solo los utilizo cuando nuestros objetivos son los mismos, o cuando me aburro y quiero divertirme. Así que, cuando me enteré de que Ernest se había puesto una diana en el culo por parte de la Asociación, decidí venir a burlarme de él, y, de ser posible, a robarle la información que posee y abandonarlo. —Luego vi como la chica hizo un mohín que denotaba cansancio y molestia, y parecía estarse esforzando para mantenerse hablando fluidamente—. Desgraciadamente, a pesar de que es un aburrido, no por nada fue un espía durante varios años, y también el heredero de una familia prestigiosa. A pesar de que mis ilusiones, no logré hacer qué me dijese donde había escondido la información. Aunque… tampoco tuve mucho tiempo para "convencerle".
—¿Y? —pregunté, obviamente no se podía confiar en esta persona, así que, si no tenía algo que me interesase, sería mejor asesinarle—. Además, ¿qué podría obtener de alguien que se rinde tan fácilmente?
La mujer se tambaleó y casi cayó, pero logró mantenerse pie, aunque inclinada, y seguía transpirando enormemente, mientras que su respiración era completamente irregular—. No… N-o creo que, que… me esté rindiendo… fácilmente, he estado intentando colar ilusiones en tu psique desde que comenzamos… a conversar, p-pero tus protecciones son demasiado fuertes… —Finalmente, la mujer cayó sentada en el piso sobre un charco de su propio sudor—. Ade… más, a pesar de que he mantenido… mi… mi energía mágica circulando para evitar que intentes re… mover mi conciencia, o de que intentes tomar el control de mi cuerpo de alguna otra manera, he caído en tu trampa…. —Era tal y como ella había dicho, desde que habíamos comenzado a conversar, pude divisar como sus circuitos mágicos brillaban, haciendo circular su energía mágica. En mi mente, creía que tenía sus circuitos activados para poder atacarme rápidamente con algún hechizo; no obstante, salvo por sus intentos de encerrarme en una ilusión, todavía no había hecho nada como tal.
La mujer se calló un momento, relamiéndose los labios, pues su boca se encontraba practicamos seca, al igual que su garganta, razón por la cual estaba haciendo tantas pausas.
—Me planteé luchar para escapar… pero… cuando me acerqué al oso, me di cuenta que tiene una presencia similar a la de mis maestros… es… es un elemental o algo similar, ¿no es así?
—O algo similar… —contesté.
Ella esbozó una sonrisa que evocaba resignación—. Entonces hice bien en no luchar… —Luego giró su mirada hacia afuera de la carretera—. Finalmente… la Hechicería de Manipulación del Clima a gran escala no es algo que los magi de la actualidad puedan utilizar sin ayuda, pero aquí estás tú… —me contestó la chica mientras veía como los copos de nieve comenzaban a caer, cubriendo las plantas de alrededor con una capa de blanco puro.
Por otro lado, la pálida piel de la mujer había obtenido un color rojizo, sus ojos parecían vidriosos, y cada vez más su voz sonaba con un tono más bajo, como un susurro.
La nieve caía, al principio había caído lentamente, y luego más rápidamente a medida que progresaba nuestra conversación. En cuestión de minutos, nuestro alrededor se había cubierto de blanco, todo, salvo por el lugar donde se encontraba la extravagante mujer.
Para explicarlo rápidamente, había concentrado el calor del medio ambiente alrededor de ella. Una persona normal ya habría sido golpeada por un golpe de calor, lo cual significaba qué, o no era una persona normal físicamente hablando, algo bastante posible considerando su apariencia, o estaba utilizando algún tipo de Hechicería para mantenerse consciente y no caer tan rápido, como el Refuerzo.
—¿Y que puedes ofrecerme? —pregunté.
—Mi nombre es… Francesca Prelati… tengo… tengo contactos con varios de los gobiernos más poderosos del mundo... Con, con varias organizaciones, como… la Asociación… Si me dejas vivir… te deberé un favor.
—Hmm… —Me lo pensé seriamente, no sabía exactamente quien era, pero al menos sabía que si tenía contactos en Estados Unidos, y estos podrían ser útiles.
…
Tardé unos instantes, pero me decidí, así que saqué un contrato previamente creado por Altrouge de la bolsa que siempre llevaba conmigo, uno de esos contratos qué ella había creado en caso de que necesitásemos pactar algo. Debía de admitir que la chupasangre había sido bastante diligente en este sentido, había creado una variedad de contratos para ser utilizados dependiendo de la situación, y nos había dado copias a cada uno de los miembros del harén.
—Firma esto —dicho esto, le arrojé el pergamino. Sin embargo, ella no se movió, «¿Estará fingiendo? ... No, probablemente no». Seguramente estaba llegando al límite de su resistencia, un poco más y se desmayaría, y si proseguía aún más, la mataría por deshidratación.
Suspiré, cancelé mi hechicería y estuve a punto de acercarme a ella para disipar el calor. No obstante, Rou, qué desconfiaba de la mujer, se movió antes que yo, y utilizando su aliento gélido, enfrió el entorno poco a poco, pues un cambio de temperatura demasiado brusco seguramente la mataría.
Mientras que Rou se encargaba de esto, abrí mi bolsa una vez más, y esta vez saqué un par de pequeños bidones de agua potable. Luego de que Rou disipase paulatinamente el calor, abrí el bidón y le arrojé un poco de agua a la cara para ver si reaccionaba. Por un momento, no hizo ningún movimiento, y me planteé asegurarme de que el trabajo estuviese terminado, pero cuando me estaba acercando, la chica reaccionó súbitamente, alzando su mirada y tomando una gran bocanada de aire, para luego respirar ajetreadamente.
Al ver que estaba con vida, esperé a que se recuperase un poco y, cuando me dirigió su mirada, le arrojé un bidón. Ella lo tomó con dificultad, con la mirada perdida, pero cuando se fijó en lo que era, se lo llevó a la boca impacientemente y bebió el agua desesperadamente. En unos segundos, se había tomado toda el agua del bidón y me miraba exasperada.
Suspiré, y le arrojé el otro.
Al igual que el anterior, Francesca lo tomó y comenzó a beberlo rápidamente, y cuando había bebido la mitad del agua de este, se detuvo, y comenzó a echarse el resto sobre sí misma. Finalmente, recuperó un poco de su tono de piel habitual.
«¿Por qué demonios estoy viendo una escena erótica de una persona que estaba a punto de morir?».
Porque sí, lo que estaba viendo era muy parecido a una escena de esos animes qué había encontrado en el cuarto de Shirou y que, según él, no le pertenecían, sino que Caules se los había prestado. Animes qué yo había visto únicamente por curiosidad y a cambio de la promesa de no decirle a nadie… y de los cuales había obtenido algunas ideas.
En este momento, Francesca se encontraba completamente mojada sobre un charco qué mezclaba el agua y su sudor, con una expresión de completo éxtasis, una mirada vidriosa y pérdida qué era dirigida hacia el cielo, con la boca ligeramente abierta y con hilillos de agua saliendo desde esta.
—¡Ejem! —Esto la hizo reaccionar y bajó su mirada, para encontrarse con Rou, quien había tomado el contrato para evitar que se mojase.
Francesca tomó el contrato y comenzó a leerlo, y su expresión cambió rápidamente a medida que leía el contrato—. ¿¡Quién escribió este contrato!?
—Mi abogada —le respondí.
—Tal vez perder este cuerpo no sea una perdida tan grande… —la escuché susurrar.
—No tienes esa opción —le respondí con una sonrisa.
—¿Disculpa? —me preguntó ella.
—Bueno, es obvio que no te importa ser asesinada y que tu cuerpo sea destruido. No sé qué tipo de hechicería tengas apara sobrevivir; pero si asesinarte es inútil, entonces simplemente te meteré aquí —En esencia, tenía un par de métodos para destruirla definitivamente incluso si el destruir su cuerpo era inútil. Pero no me interesaba revelarlos.
Francesca observó como señalaba hacia uno de mis anillos dorados, el cual se iluminó con una luz azulada—. Esos son… ¿prisiones de almas? —A lo que yo asentí con una sonrisa. Y ella, por su lado, me mostró una propia—. ¿Crees qué te dejaré tomar mi alma con tanta facilidad?
—Creo que me divertiré aplastando tu resistencia. Y creo que firmar ese contrato es menos despiadado para ti que el volverte mi prisionera —le contesté sonriendo—. Pero te lo dejo a tu elección. De cualquier forma, yo salgo ganando, ya sea que tome prisionera tu alma, qué te asesine destruyendo tu cuerpo, o que firmes el contrato.
Francesca se quedó callada, y después de fruncir el ceño, finalmente, se decidió…
Tachie
Hacía varios minutos atrás…
—Entonces, ¿no vas a entrar, Ta-chan?
—¿Entrarías a una trampa sabiendo que es una trampa, B?
Actualmente me encontraba en la azotea de uno de los edificios aledaños al hotel, un edificio con el mismo número de pisos de altitud, así que me encontraba en lo que podría ser llamado como un piso 16.
—Obviamente no —me contestó ella, y luego esbozó una sonrisa asquerosa—. Por cierto, todavía no he escuchado nada de tu parte por mi invaluable ayuda.
Bufé, pero sabía que si no le respondía solo se volvería más molesta, además, no podía negar que, en efecto, había sido muy útil—. Gracias por intervenir las comunicaciones de los estadounidenses, fue muy útil saber que planeaban convertir al hotel en uno lleno de cadáveres reanimados, y que luego planeaban destruirlo para encubrir sus huellas.
—¿Y…?
Fruncí el ceño—. También gracias por lo otro.
—Y hablando de eso… ¿Por qué me pediste que apagara las luces de la ciudad si no ibas a infiltrarte en el hotel?
—Idiota, si quisiese infiltrarme en el hotel sin ser detectada, solo cortaría la electricidad de este —expliqué—. Cortaría los paneles de corriente, y destruiría la planta de energía alterna, o algo así, pero no destruiría toda una planta de energía.
—En mi defensa, no destruí la planta, solo sobrecargué unos cuantos componentes para dejarla inutilizable durante unas horas… bueno, con suerte serán unas horas —me respondió ella sonriendo nerviosamente—. De todas formas, si no era para infiltrarte en el hotel, ¿para qué me pediste que apagase las luces?
—¿Recuerdas lo que me dijiste mientras vigilábamos la llegada de Ernest?
—Hmm… dije varias cosas, ¿podrías ser más específica?
—Me pediste que no saltase del edificio y que no lo asesinase en medio de la calle porque provocaría un caos, ¿verdad? —Sonreí.
—Oh no, oh no, no, no, no, no, no, no —respondió ella con una expresión claramente preocupada—. ¿¡Ta-chan, es en serio!?
—Vamos B, no puedo causar un caos si nadie me ve, ¿O sí?
—¿Entonces tu plan es cazarlos mientras se dirijan al aeropuerto? ¿Eso es todo?
La miré con una expresión de molestia—. Lo preguntas como si creyeses que ellos fuesen lo suficientemente buenos como para escapar de mí.
—Bueno… no, pero… me esperaba algo más elaborado.
Suspiré—. Planes y estrategias son necesarios si la situación y el enemigo lo requieren; no obstante, ¿alguna vez has visto a un dragón escupir fuego para matar a hormigas? —B hizo una mueca, pero no me contraargumentó—. Además, siempre puedo derribar el avión cuando estén iniciando el vuelo.
Ante mi respuesta, B suspiró—. Adiós a nuestra pequeña libertad… al menos intenta causar la menor cantidad de daños colaterales, por favor…
—No prometo nada.
B hizo un mohín, pero no siguió con el tema—. Por cierto, nunca me dijiste quien era esa mujer.
—¿Eh? ¿Quién?
—La que se equivocó de día y cree que hoy es Halloween.
—Oh, ella. De hecho, ya te he hablado de ella antes, su nombre es Francesca Prelati, es una persona molesta con la que me encontré hace un año en una misión.
—¡Oh! Recuerdo que me dijiste que era una magus habilidosa con la Hechicería de Ilusiones, ¿te dio problemas? —me preguntó
Ladeé mi cabeza—. Más o menos. Como sabes, las Hechicerías y Rituales Mayores difícilmente pueden afectarme, así que sus ilusiones no suelen ser un problema.
—¿Entonces?
—La muy perra se ocultó dentro de una especie de fortaleza móvil, un globo aerostático armado hasta los dientes con armas sacadas de una mala película de ciencia ficción. Generalmente, el derribarlo no sería un problema, pero, desgraciadamente, se mantuvo sobre una ciudad para evitarlo.
—Utilizó a la ciudad como rehén.
A lo cual, yo asentí—. Al final me vi obligada a abordar su aeronave, atravesar todas sus trampas, y asesinarla en su taller. Estaba tan enojada de los problemas que me dio, que ni siquiera la dejé hablar, simplemente la corté en muchos pedazos y después estrellé su asqueroso dirigible contra una montaña.
B esbozó una sonrisa molesta—. Oh, que triste, me esperaba otra cosa…
—¿Cómo qué?
—Bueno, esperaba que al fin hubieses hecho una amiga en alguna de tus misiones, pero supongo que eso es imposible, solo yo soy capaz de soportar tu ceño fruncido, tu mal temperamento, tu horrible actitud, y tu lengua afilada y viperina —me atacó con sus asquerosas palabras.
—Oh, grandes palabras para alguien que, incluso si tuviese la libertad de hacer lo que quisiese, no conseguiría amigos, porque eres una introvertida de cajón que no tomaría la iniciativa de hablar con un extraño incluso si su patética vida dependiese de ello, y con tu actitud lúgubre espantarías a quien se te acercase, o peor, les darías lastima.
B obviamente se sintió ofendida por mis palabras, pero ella había comenzado, así que tenía que aguantar o callarse—. Oh, ¿acaso soy introvertida y lúgubre en este momento? ¿No te estarás confundiendo con tu otra yo?
Bufé—. ¿La señorita sonrisas? Por favor… que ella sea el tipo de persona que aguanta todo en silencio no la convierte en introvertida, solo en idiota. Tú, por otro lado, solo puedes mostrar ese lado extrovertido cuando estas cerca de personas que te agradan y con las que eres cercana, ¿no es así? Por eso no se lo muestras a la otra.
B mostró una sonrisa incomoda—. No creo que la otra Ta-chan sea una señorita sonrisas, simplemente puede sonreír sin tener la necesidad de infligir dolor a alguien. Por otro lado, eso no es del todo cierto, me agrada la otra Ta-chan, pero creo que mostrarle esta parte de mí sería perjudicial para nuestra relación, y… ¿acabas de admitir que somos cercanas?
—Vete a la mierda.
Seguramente hubiésemos discutido durante varios minutos más si es que un temblor no nos hubiese interrumpido, efectivamente, el edificio del hotel comenzó a derrumbarse.
—Para lograr un efecto como este… debe de tratarse de una técnica de voladura diseñada específicamente para derrumbar edificios altos… ¿No lo crees, Ta-chan? —Asentí en respuesta—. Los tres autos en los que planean escapar acaban de salir hace unos instantes, ¿los perseguimos?
—Sí, pero primero, hay algo de lo que tengo que encargarme.
—¿Hmm? —Al ver la duda en la mirada de B, giré la cámara de mi celular hacia la azotea de un edificio varios pisos más bajo. Allí, un chico cargando a una chica acababa de aterrizar, y en un principio, parecía que no sería capaz de alcanzar la azotea, pero una repentina explosión de viento en sus botas le permitió elevarse a la altura necesaria—. Oh, ¡finalmente conoceré a senpai! Que conste que, si no hubiese sobrevivido, hubiese sido enteramente tu culpa, yo estaba en contra de dejarlo entrar en el hotel.
—Si no hubiese sobrevivido a algo como eso, entonces no me será útil en un futuro, así que si muriese, no sería una gran pérdida para nosotras.
A lo que B se mostró enojada—. ¡Habla por ti! Ni yo, ni la otra Ta-chan, pensamos así.
—¿Oh? Así que pueden pensar… bueno, eso ya es una avance —respondí con una sonrisa—. Ahora solo falta que no piensen en tonterías. —B estuvo a punto de responderme, pero no tenía ganas de oírla hablar más, así que le saqué la batería al celular—. Ah, y nunca te prometí que te lo presentaría…
…
—No puedo creer que teníamos razón, realmente destruyeron el hotel para cubrir sus huellas —oí lo que decía la chica que bakaShirou había cargado en sus brazos, al mismo tiempo en que observaba en el borde de la azotea al hotel destruido.
Luego vi como bakaShirou se acercaba al borde junto a la chica y apretaba los puños con fuerza mientras que una expresión de enojo se vislumbraba en su rostro—. Tenemos que asegurarnos de eliminar a Ernest, vamos.
Ante sus palabras, sonreí, y me coloqué la única parte de mi equipo que no era propiamente hablando parte de mi armadura, mi visor, y luego de esto, salté a la azotea más baja.
…
¡Crash!
El suelo crujió con mi caída y casi pareció querer ceder, no intenté ser sutil, no tenía intención de ocultarme, había saltado cinco pisos de altura y había utilizado energía mágica en mis pies para disminuir el impacto—. Oh, vaya, ¿por qué esa expresión de enojo, bakaShirou? ¿Acaso no es normal para ti ver a gente sufriendo y no hacer nada para ayudarlos?
Por el impacto producido por mi caída, ellos se giraron inmediatamente hacia mi persona.
—Así que apareciste —expresó la mujer con el ceño fruncido.
Pero no le presté atención, ella no me importaba en lo absoluto, pues quien me importaba, era el chico. Al parecer, ambos me habían detectado, lo cual no me sorprendía, pues tampoco había tomado medidas para ocultarme, más allá de no usar mi energía mágica. La chica tenía el ceño fruncido, pero bakaShirou tenía una expresión de confusión y alerta.
—Quien… ¿Quién eres? ¿A qué te refieres con lo que dijiste? Y… ¿Cómo y por qué conoces mi nombre? —me preguntó el pelirrojo.
—Quien soy… vaya, que triste, ¿seguro que no me reconoces? Y, en cuanto a que me refiero con lo que dije, pues… es bastante sencillo: a esta altura de tu vida, deberías de ser capaz de no mostrar simpatía por esa pobre gente, después de todo, ya tienes experiencia, por ejemplo: hiciste un buen trabajo ignorando las suplicas de ayuda de toda esa pobre gente que te suplicaba ayuda durante el incendio, ¿no es así? —le contesté sonriendo—. Tus amigos, conocidos, vecinos, etc. Te pidieron ayuda y los ignoraste magistralmente, entonces ¿Por qué muestras simpatía a estos extraños…? A menos que, no me digas… —Y sonreí burlonamente—. ¿Acaso esos extraños valen más que las personas que alguna vez te quisieron?
—¿Q-Qué…? ¿¡De qué demonios estás hablando!? ¿¡Quién eres tú!? —me contestó mi viejo amigo con una expresión desencajada y, ante esta, yo casi quería reír.
—Vaya, ¿En serio me harás decirlo? Bien, si tanto lo quieres… —Mi expresión cambió completamente, y no pude evitar que un poco de mi odio se filtrase en mis palabras—. ¿Te estoy preguntando si esas personas son más importantes que aquellos a los que abandonaste durante el incendio de Fuyuki? Porque no recuerdo que mostrases la misma simpatía cuando ellos te pidieron ayuda… «cuando yo te pedí ayuda…».
Esto descolocó a mi viejo amigo, pude notar como sus manos comenzaron a temblar ligeramente, y como su boca se abría un poco, pero sus palabras no salían.
Ante el estado de mudez de mi viejo amigo, fue la chica quien habló—. ¿¡Quién eres, amigo o enemigo!? —me preguntó ella mientras concentraba energía mágica en una de sus manos—. Tu apariencia es similar a la descrita por Heartless… ¿eres el Escudo de la Luna?
A lo que mi sonrisa volvió a mi rostro—. ¿Acaso ves que esté portando un escudo? —dije mientras llevaba ligeramente mi mano a mis espadas—. Si quieres al Escudo de la Luna, o como la llamen, tendrás que hablar con la otra.
—¿La otra?
—En cuanto a quién soy… bueno, creo que es mejor que le preguntes a la persona que está a tu lado, él sabe perfectamente quien soy…
Ante esto, la mujer giró su mirada hacia bakaShirou, pero tanto ella como yo solo pudimos observar cómo tenía una mirada perdida en su rostro.
—¿Shirou…? —preguntó preocupada la compañera de mi viejo amigo.
—¿E-Eh? —expresó este, saliendo de su embobamiento—. Yo… no sé quién eres.
Ante esas palabras, no pude evitar esbozar una gran sonrisa—. Oh… así que ese es el caso… realmente es triste, tanto que quiero llorar, pero tranquilo, me aseguraré que lo recuerdes…
Tal vez soné un poco demasiado agresiva, porque, súbitamente, sentí como algo a mi alrededor se sentía antinatural, así que salté rápidamente para evitar lo que fuese que la chica estuviese utilizando en mi contra. Y, antes de caer, puede vislumbrar como, en el lugar donde me encontraba, una gran esquirla de hielo había surgido de la nada.
«¿Hechicería de Hielo? He enfrentado a varios magi con habilidades similares antes; no obstante, el poder del misterio utilizando por esta chica está en un nivel propio en comparación con cualquier otro que haya enfrentado antes».
¡Flap, flap!
Alcé mi mirada y pude ver cómo, alrededor de una docena de construcciones de lo que parecía ser cabello en forma de pájaros, descendían y cargaban energía mágica para luego dispararla hacia mi persona, «Esta chica… es imposible que los haya creado en el intervalo en que me atacó y salté, eso significa que ya los tenía preparados, oh… tal vez…». Activé mi visor, y esquive ágilmente el bombardeo de energía mágica disparado por los pájaros, luego concentré mi energía mágica en la palma de mi mano completamente extendida, la cual brilló intensamente, y con un simple movimiento de mi mano, un amplio ataque cortante hecho de energía mágica salió disparado desde esta, cortando a las construcciones mágicas sin ningún problema.
—Las doce construcciones cortadas con un solo ataque… —Escuché susurrar a Shirou completamente impresionado.
—Fue tan rápido que mis Ibis no fueron capaces de esquivarlo… —expresó la chica preocupada.
Mi mirada se dirigió hacia esta última, con mi visor activado, esperaba descubrir la verdad. Mi visor era una pieza de alta tecnología creada por la Moon Cell para mí, por lo que, no era algo que Galahad originalmente poseía. Por otro lado, si se clasificase dentro del sistema de sirvientes, sería algo así como un objeto capaz de proveer la capacidad conocida como Clarividencia.
Mi visor me permitía obtener varias formas de visión, las cuales podía cambiar entre ellas fácilmente, estas eran: visión nocturna, térmica, rayos X, parte del espectro electromagnético e incluso el flujo de la energía mágica; no obstante, no era lo único que podían hacer, estaban conectados a la Moon Cell, permitiéndome obtener datos que se encontraban guardados en su registro de lo que estuviese observando.
Desgraciadamente, la Moon Cell restringía los datos que podía obtener, solo mostrándome aquello que creyese que necesitaba conocer. Incluso podía mostrarme predicciones de futuros calculados por esta, desgraciadamente, por las reglas autoimpuestas hacia sí misma, solo se me permitía verlas en el caso de que me encontrase en un estado de peligro de muerte inminente, para así garantizar mi escape, algo que nunca había necesitado desde que lo había obtenido.
Al centrar mi mirada en la chica, una serie de datos se me mostraron automáticamente. Eran los mismos datos que había obtenido del informe de B sobre Illyasviel von Einzbern, salvo por unas cosas agregadas, como, por ejemplo, en la parte de especies, aparecían ahora también las palabras, Pseudo sirviente y Demi sirviente, ambas entre signos de interrogación, imaginé que, en el informe, B no las había puesto por el simple hecho de ser redundante. Pero otra cosa más importante, eran los parámetros de la chica:
Parámetros:
Fuerza: E Resistencia: C Agilidad: D / B
Mana: A+ Suerte: A TH: EX
«Hmm… En cuanto a estadísticas físicas, estoy segura que puedo ponerla a dormir. No sé porque tiene esa estadística de agilidad tan rara; no obstante, parece que en este momento está en D; sin embargo, tendré que tener cuidado con sus hechizos, si es que esa estadística de mana y sus ataques han dicho algo sobre ella. Y será mejor acabar con ella antes de que utilice su Tesoro Heroico»
Luego de ver cómo me iría en una lucha puramente física, decidí ver sus habilidades.
«Ah, así que es por eso… Construcción de Objetos, la posee en el rango B, con eso, crear esa docena de construcciones en tan poco tiempo, no es un problema».
—¿Así que cambiaste tu vestido para la ocasión? —pregunté, al ver como el vestido de la chica se alteraba convirtiéndose en uno completamente diferente, seguramente algún tipo de código místico—. Qué raro, no parece ser un vestido fúnebre. ¿Estás segura de qué sabes en qué te estás metiendo?
A lo que ella me contestó con una sonrisa desafiante—. ¿Estás segura que no estás hablando de ti misma?
—Para nada, Illyasviel von Einzbern… —Pronunciar su nombre pareció impactarla momentáneamente—. Puede que ejerzas el poder de las deidades, pero no creas que eso es suficiente para detenerme.
—Cómo es que tú…
—¿Acaso importa? ¿No deberías de preocuparte de otra cosa?
—¿Hmm?
—Gravehill acaba de escapar en uno de los tres autos que acaban de salir del hotel, si no hacen nada, se va a escapar.
Súbitamente, mi amigo metió su mano en uno de sus bolsillos, sacó un celular y leyó algo en este, luego se dirigió rápidamente hacia Illyasviel—. Illya, me acaba de llegar un mensaje, tiene razón, Ernest acaba de escapar, si no lo perseguimos, ¡va a escapar!
Illya frunció el ceño—. En ese caso… Shirou, ve tú, yo me encargo de esto.
—¡Pero-! —expresó negativamente mi viejo amigo.
—No sé qué es exactamente; no obstante, estoy segura de que, sea quien sea, es algo similar a un Espíritu Heroico.
—Algo similar, ¿eh? —Seguramente era la primera vez que se encontraba con un Demi Sirviente, aunque ella misma se podía considerar como una en varios aspectos—. No obstante, creo que no has tomado en cuenta una cosa.
—¿Hmm? —expresó Illyasviel en mi dirección.
—No me interesas en lo más mínimo —expliqué—. No vine aquí por ti, estoy aquí por bakaShirou, lo mejor es que tú seas la que vaya a perseguir a Ernest.
A mis palabras, la chica sonrió, y, una vez más, sentí como la atmosfera a mi alrededor volvía a cambiar, y salté para esquivarle, de nuevo, una gran estalagmita surgió en el lugar donde me encontraba. No aparté en ningún momento los ojos de la chica, y por eso pude ver como creaba proyectiles de hielo que lanzó rápidamente en mi contra.
«Lenta, demasiado lenta». Pensé, la velocidad de ataque de la chica era mucho más lenta que mi velocidad de reacción, así que si esperaba poder atraparme utilizando su velocidad, estaba completamente equivocada.
Los proyectiles se acercaron a una velocidad vertiginosa en mi contra, y yo, por mi parte, concentré energía mágica en mis manos y, con rápidos movimientos, los destruí. Ya que el misterio detrás de la Hechicería de Hielo de esta chica provenía de la Era de los Dioses que, aunque confiaba en mi fuerza natural, decidí que era mejor no arriesgarme.
Parecía que ella también se había dado cuenta de que su velocidad de ataque era insuficiente para acorralarme, ya que, otra vez, una docena de construcciones en forma de aves volaban a su alrededor y comenzaron a dispararme ataques de energía mágica.
Con las construcciones y los constantes ataques de hielo, la chica había aumentado sus probabilidades de atraparme, no aumentando su velocidad de ataque, sino su cantidad de ataques. Desgraciadamente para ella, yo no había demostrado mi verdadera agilidad con los esquives que había hecho, de hecho, en cuanto agilidad nos referíamos, yo tenía la misma agilidad que la chica… bueno, la otra agilidad de la chica, seguía sin entender porque tenía agilidad en D, la cual era la que estaba demostrando, pero también en B, que era el mismo rango que yo poseía.
Corrí velozmente, esquivando los ataques de hielo y el bombardeo de energía mágica de las aves; no obstante, no corrí hacia ella, pues mi interés en su persona era nulo, lo que no iba a permitir era que él escapase. Porque sí, todo esto no era más que una tapadera para permitirle escapar, él se había movido en el mismo instante en el que su hermana había comenzado su ráfaga de ataques.
Debido a que yo también me estaba alejando de la chica, no era fácil para ella atraparme, aunque al darle la espalda, ella dejó de cuidarse de un contrataque, y volcó más esfuerzo en su ofensiva. Aun así, no me preocupé en demasía, confiaba en mi agilidad para lidiar con su ofensiva.
¡Swing!
Una vez más, extendí completamente la palma de mi mano al mismo tiempo en que concentraba una cantidad considerable de energía mágica y, súbitamente, con un rápido giro, y con un movimiento de mano, desaté un nuevo ataque de mana en contra de la chica, para después seguir corriendo, no pude ver que ocurrió con este, pero estaba segura que la había tomado por sorpresa, pues, interrumpí sus ataques de hielo.
No tarde más de un instante en alcanzarlo, y antes de que llegase a la entrada de las escaleras, lancé un golpe, pero, para mi sorpresa, él logró esquivarlo por unos pocos centímetros. Sin embargo, inmediatamente después de mi golpe, lancé una patada. Y si bien él hizo un ademán de querer esquivarlo, mi velocidad fue simplemente demasiado abrumadora, lo que si alcanzó, fue a cubrirse.
«Hmm… ¿podría ser…?». Obviamente, controlé mis fuerzas para golpear a Shirou como si fuese de cristal, pues si lo golpeaba con todas mis fuerzas, solo quedaría pulpa de lo que alguna vez fue. No obstante, pude sentir que lo que estaba golpeando no era tan frágil como inicialmente creía, sobre todo cuando Shirou no salió volando después del golpe, sino que, simplemente se movió algunos centímetros hacia atrás.
Una vez más, decidí utilizar mi visor, si Shirou era un humano normal, ni siquiera deberían de aparecerme sus estadísticas físicas, aunque, si estuviese utilizando hechicería, en ese caso, al menos la estadística de resistencia debería de mostrarse.
Fuerza: E Resistencia: D Agilidad: E
Mana: D Suerte: E
«¿Oh?», exclamé mentalmente, «Estos parámetros… puede que para un sirviente se vean completamente mediocres; no obstante, para un humano, son características completamente locas». Sonreí, esto era bueno, me sería útil si no se rompía fácilmente—. Vaya, parece que, a diferencia del resto del mundo, tú no eres de cristal, bakaShirou.
El chico me miró después de recibir mi ataque, analizándome, y pude observar cómo sus ojos brillaban de forma antinatural.
«Hmm…. Así que ojos místicos, si son poderosos, pueden ser peligrosos».
Luego me giré hacia la chica, un gran muro de hielo había surgido delante de ella para detener el ataque qué le había lanzado. Debido a que me encontraba cerca de su hermano, parecía tener dudas sobre atacar—. Ah, y sobre tu pregunta, si soy amiga, enemiga, y toda esa tontería, la respuesta es esta: Ninguna. En todo caso, soy una rival.
—¿Una rival? —preguntó mi amigo, el cual no había bajado la guardia, sino que, en cambio, había materializado, de alguna manera, un par de espadas curvas y cortas, en las que, los colores negro, plateado y rojo, se mezclaban, y las cuales sostenía en cada mano. Por otro lado, también tenía otra espada colgada en el cinturón, una katana.
«Esas espadas tienen algo raro…». Asentí—. Es una competencia entre tú y yo, no sé porque quieres asesinar a Ernest, pero te aseguro que yo tengo buenas razones para acabar con su vida con mis propias manos.
—Pero, ¿Por qué Shirou? —me preguntó la de cabello ceniciento.
A lo que yo sonreí —. Tal vez simplemente estoy siendo nostálgica. Competíamos por todo, ¿sabes? Así que compitamos por quien asesina a Ernest primero.
—¿De qué estás hablando? Ya te he dicho que no te conozco —me contestó mi amigo con el ceño fruncido.
A lo que yo le contesté con una sonrisa burlona—. Sigue diciéndote eso si te permite dormir bien por la noche, bakaShirou.
—Sí conoces a mi hermano, entonces al menos dinos, ¿Cuál es tu nombre? —me preguntó la cenicienta.
Pregunta a la que yo estuve más que encantada de contestar—. Mi nombre es-
—¡Ernest! —me interrumpió él, mientras giraba su mirada hacia las calles y se dispuso a caminar hacia el borde de la azotea—. Si seguimos perdiendo el tiempo hablando aquí, se nos terminará escapando. —Luego se giró hacia mí—. Una rival, ¿no es así?
Asentí—. Eso dije.
—Bien, en ese caso, compitamos. Eso es lo que quieres, ¿verdad?
Una vez más, asentí con una sonrisa, y luego me giré hacia la chica—. El segundo auto se dirigió en esa dirección, parece que quiere tomar el camino más corto para salir de la ciudad. Aunque... Estoy segura de que eres capaz de alcanzarle con facilidad. —Luego, me giré hacia Shirou—. Tú y yo perseguiremos al último, así no te cansarás.
Ante mis burlas, Shirou frunció el ceño, pero asintió.
Illyasviel se mostró preocupada—. ¿Estás seguro de esto, Shirou?
A lo que mi amigo asintió, e intentó mostrar tranquilidad—. Sí, ¿recuerdas nuestra promesa? —A lo que la de cabellos cenicientos asintió—. Ten por seguro que la cumpliré. Da igual a qué enemigo me enfrente, volveré.
Esto pareció tranquilizar a su hermana; sin embargo, yo me burlé—: Pff… ¿Seguro que puedes decir eso con tanta seguridad? Si ni siquiera pudiste cumplir una promesa tan simple como la que me hiciste, ¿cómo puedes asegurar que cumplirás una promesa que ni siquiera depende de ti?
Él me miró con una mirada dura e inflexiva—. No sé de qué estás hablando, y deja de hablar como si me conocieses.
Sonreí, su mirada decía una cosa, pero el temblor de sus manos y el sudor en su rostro decían otra, ¿Cuánto tendría que presionarlo para que estallase? No lo sabía, pero estaba seguro de cuál sería el golpe de gracia, así que sonreí—. Sabes que mientras más lo niegues, peor será cuando te obligue a ver la verdad, ¿no es así? Traidor. —Vi como tragaba saliva ante mis palabras, y, por un momento, me pregunté qué hubiese pasado si la que se reuniese con él hubiese sido la otra antes que yo, tal vez incluso un reencuentro feliz y emotivo pudo haberse dado, pero yo no planeaba darle tales facilidades—. Pero en fin, tiempo al tiempo, he esperado casi una década para esto, puedo esperar un poco más.
—I-Illya, nos vemos en el lugar donde planeamos reunirnos cuando culmine la operación, ¿está bien?
La chica se veía preocupada e insegura, pero para mi sorpresa y satisfacción, ella asintió levemente, cosa que me ahorraba el ponerla a dormir, en caso de que se negase.
—Bien… —contestó ella sin poder ocultar las dudas en su mirar—. Nos veremos allí, ¿verdad? —A lo que Shirou asintió—. Entonces, me voy…
Para mi sorpresa, la capa de plumas de la chica creció enormemente, cubriéndola en su totalidad, el color y las formas de las alas cambiaron, y luego la capa se abrió como dos enormes alas, la chica se había convertido en un gigantesco búho real de plumas oscuras. Luego, el enormemente antinatural animal alzó el vuelo y se alejó siendo cubierto por el dosel de la noche.
—Cambio de forma, eh… —expresé, esto no era algo tan simple como una ilusión, era realmente un completo cambio de forma. Luego me giré hacia mi viejo amigo—. ¿Listo? —La tensión no había abandonado su figura, así que solo asintió levemente, y yo por mi parte, corrí, y haciendo gala de una velocidad inhumana, tomé su brazo en la carrera, al mismo tiempo en que saltaba desde la azotea del edificio.
—¡AHHHHH! —Escuché a Shirou gritar mientras ambos caíamos a diez pisos de altura.
Para mi sorpresa, Shirou logró hacer un ademán de querer esquivar mi agarre, pero simplemente no fue lo suficientemente veloz como para lograrlo. Esto me había sorprendido, porque hacía unos instantes había logrado efectivamente esquivar un golpe que había dirigido en su contra por unos pequeños centímetros, y ahora esto, a pesar de que mi velocidad era obviamente superior.
«No tiene sentido, esto parece indicar que su velocidad para percibir mis ataques es lo suficientemente buena, pero su velocidad para tomar acciones no puede seguirle el paso; no obstante, que haya una disparidad tan grande entre una y la otra no es normal. Cuando lo ataqué descuidadamente pensando que sus capacidades físicas eran las de un humano promedio, fue capaz de esquivarme, cuando lo agarré más seriamente, logró hacer un ademán de esquive, pero su velocidad no fue suficiente, tendré que tener eso en cuenta».
Caímos a una velocidad aterradora, pero mi velocidad de pensamiento era bastante rápida para términos de un sirviente, así que pensar en estas cosas mientras caíamos no era un problema, de hecho, toda la lucha que habíamos tenido en la azotea solo había durado unos instantes, a lo mucho un par de minutos uniéndolo todo, más tiempo habíamos perdido conversando que luchando.
Diez pisos, un piso generalmente mide entre 2,5 a 3 metros de altura, eso hacía un mínimo de 25 a 30 metros como máximo en completa caída libre, la resistencia no era mi parámetro más confiable, caer diez pisos sobre concreto solido seguramente me rompería las piernas incluso si concentraba energía mágica en estas para endurecerlas. Aun así, tampoco planeaba simplemente estrellarme contra el suelo, así que una vez que habíamos descendido la mitad del camino, concentré energía mágica en una de mis manos y nuestra velocidad disminuyó al desgarrar la pared del edificio para frenarnos, y, finalmente, cuando estuvimos lo sufrientemente cerca, pateé la pared utilizándola como plataforma.
Caí de pie en la mitad de la calle sin ningún problema, y arrojé a Shirou hacia atrás, el cual rodó un par de veces antes de detenerse en una posición de cuclillas.
—Ernest se dirigió en esa dirección —señalé hacia nuestra izquierda—, sé exactamente hacia donde se dirige, y por supuesto, también sé que partió en el último auto «Cortesía de B», tú, por otro lado, tendrás que rastrearlo. Claro, si es que llegas a adelantarme…
El chico no me respondió, seguía mirándome con una mirada completamente fría y analítica, al mismo tiempo en que su cuerpo daba leves señales de nerviosismo.
—Y bueno, ¿qué esperas? No tenemos toda la noche, ponte en posición y prepara todo lo que necesites, nunca has sido de poner excusas cuando pierdes, pero antes tampoco rompías tus promesas y abandonabas a tus amigos a su suerte, así que perdóname si desconfío de tu forma de actuar. —Sí había sido cínica alguna vez en mi vida, estaba segura de que no lo había sido tanto como hoy—. Vamos, vamos, andando.
Él no me respondió, pero el leve temblor en sus manos cuando desmaterializaba sus armas, el extraño movimiento de sus cejas, la mueca levemente más fruncida que antes, y otros leves gestos, me indicaron que algún efecto habían tenido mis palabras.
Observé como se colocaba en posición, no sin antes ver como trazaba unos cuantos símbolos en sus pies y ojos, «¿Runas?». Si quisiese, podría saber qué tipo de runas eran con mi visor, de hecho, podría saber cada una de sus habilidades, pero si lo hacía, entonces no sería divertido.
Ambos estábamos listos, así que comencé a contar—. En sus marcas… listos… ¡Fuera!
Ambos salimos disparados por las oscuras y casi vacías calles de la ciudad, en cierta medida, estaba diciendo la verdad, me sentía nostálgica. La calle se encontraba prácticamente vacía, así que seríamos capaces de convertir la velocidad efectiva a un término cercano a la velocidad total que podíamos alcanzar. Empecé lento, porque si corría demasiado rápido desde un principio, lo dejaría atrás y no sería capaz de evaluar sus capacidades, así que empecé a unos 60 km/h, y, tal y como esperaba, Shirou me siguió el paso, de hecho, se me adelantó durante un instante, así que subí mi ritmo para dejarlo atrás, durante las curvas, nos veíamos obligados a bajar la velocidad para poder tomarlas sin estrellarnos, o bueno, Shirou lo necesitaba, yo tenía otros métodos un poco rústicos para no tener que hacerlo, pero no era cuestión de ganar esta carrera, aunque planeaba hacerlo, sino de medir su velocidad. Seguí aumentando el ritmo, y él me perseguía en concordancia, hasta que finalmente sobrepasé los 150 km/h, y, tal y como esperaba, Shirou no aumentó su velocidad para perseguirme.
«Considerando sus estadísticas, imaginé que su velocidad máxima rondaría más o menos por esos números. Bien, en ese caso…», no obstante, él no me dio oportunidad de realizar ningún movimiento, porque, aunque tardó unos segundos, volvió a acelerar una vez más, «Hmn, cierto, Hechicería, es capaz de aumentar aún más su velocidad utilizándola. Pero probablemente esto sea todo lo que pueda alcanzar con Refuerzo, no obstante, alcanzar alrededor de 220 km/h es una hazaña para cualquier humano, así que será mejor que pasemos a lo siguiente».
Una vez más, me adelanté, y mientras corría, realicé el mismo ataqué que lancé contra su hermana mientras corría. Un ataque cortante con un movimiento de mano, seguía luchando a una velocidad que, si bien no era mi velocidad normal, seguía siendo una velocidad superior a la de Shirou, y aun así, pudo esquivarlo, así que volví a atacar, y Shirou siguió esquivando mis contantes ataques, «Nada mal, si lo ataco con una velocidad ampliamente superior, es incapaz de esquivarme, pero si la velocidad es solo superior en un margen no demasiado amplio, es capaz de esquivar perfectamente».
¡Swing!
«Oh, parece que no se quedará únicamente a recibir».
Las balas surcaron el aire, de alguna manera, Shirou había materializado las mismas espadas que había visto anteriormente, y además, había cambiado su forma a las de un par de armas de fuego. Mientras esquivaba, cargó una de las pistolas, y disparó cinco balas, una detrás de la otra.
Las balas volaron con una enorme velocidad, cargadas de energía mágica, cada una tenía más energía mágica que la anterior y cada una tenían una velocidad inicial mayor que la anterior. Me vi obligada a aumentar mi velocidad, ya no podía mantenerme únicamente jugando contra él, esquivé la primera sin muchos problemas, la segunda requirió que hiciese más movimientos, para la tercera me vi en la obligación de saltar, sabía que venía la cuarta, la cual acaba de ser disparada, pero-
«¡Mierda!», la primera bala había dado un giro completamente antinatural y desde adelante voló hacia mí para capturarme, al mismo tiempo en que la tercera me daba caza desde atrás. No tardé ni un instante en tomar acciones, salté concentrando energía mágica en mis pies, elevándome varios metros en el aire como un haz de luz, pero una vez más, las balas giraron antinaturalmente para perseguirme, y, una vez más, concentré mi energía mágica en la palma de mi mano y volví a desatar mi ataque cortante de energía mágica.
¡Crash!
La primera bala fue destruida, pero la tercera, si bien afectada, no fue detenida, así que me impulsé pateando la pared de un edificio y, una vez más, concentré energía mágica en mis brazos y, con gran precisión, bloqueé la bala con mi antebrazo cubierto por mi armadura. Caí, pero no tuve tiempo de detenerme, la segunda bala volvió también para cazarme, mientras que la quinta estaba a punto de ser disparada.
«¡Basta de mierdas!», le di la espalda a la segunda bala, por su trayectoria, golpearía mi armadura, obviamente, con la velocidad y energía mágica que poseía, mi armadura no sería capaz de detenerla por si sola, así que concentré mi energía mágica en mi armadura, engrandeciendo en gran medida su capacidad defensiva, y cubrí la parte de atrás de mi cabeza con el antebrazo de mi brazo derecho.
Al mismo tiempo, tomé por primera vez una de mis espadas y, al igual que había hecho con mi armadura, concentré una cantidad vertiginosa de energía mágica, la principal diferencia entre ambas técnicas era que, mientras que una la estaba utilizando para aumentar mi defensa, la otra la estaba utilizando para atacar. Y, con un rápido desenvaine, blandí mi espada brillando en luz blanquecina impulsada por una gran cantidad de energía mágica, y así, realicé dos tajos.
La segunda bala chocó contra mi armadura, destruyéndose al impacto, mientras que la última bala fue cortada por mi espada y el segundo corte se dirigió directamente hacía Shirou.
«¡Diablos!». Los disparos cambiaron rápidamente mi percepción de las cosas, por un momento, me vi obligada a luchar con más seriedad, por lo que, ese segundo ataque fue lanzado con mayor poder del que quería.
No obstante, para mi fortuna, Shirou reaccionó, no creí que pudiese esquivar el ataque considerando su velocidad, por lo que, esperaba que hiciese cualquier otra cosa, pero aun así, me extrañé cuando lo que hizo fue realizar un amplio corte, y me sorprendí aún más cuando, desde este, se abrió una gran abertura que devoró al ataque.
—¡Pensé que dijiste que no eras un enemigo y que esto era una competencia! —me gritó mi viejo amigo mientras realizaba otro corte con su otra espada y una segunda brecha se abría como consecuencia, de la cual, mi ataque salió disparado en mi contra.
Esquive rápidamente, pero no tuve tiempo de contratacar, en cuestión de segundos, Shirou había cubierto la distancia que nos separaba y se encontraba blandiendo su katana en mi contra, a lo que yo contesté rápidamente con mi espada. No hubo punto de comparación entre nuestras espadas, una era evidentemente superior a la otra, y la fuerza con las que eran blandidas también eran muy diferentes, así que el resultado fue obvio: mi espada cortó a través de la de Shirou, y yo aproveché para pegarle un fuerte golpe con el objetivo de alejarlo.
No tenía sentido, la velocidad de Shirou había explotado de un momento a otro, lo cual le había permitido tomarme desprevenida con su primer ataque y, en parte debido a que todavía no estaba segura de cuál era su verdadera velocidad, lo cual me forzó a jugar sobreseguro, había logrado bloquear mi golpe, pero, a diferencia de antes, ahora estaba consciente de que la resistencia de mi viejo amigo era superior a la de cualquier humano normal, por lo que, había colocado una fuerza considerable en ese golpe, haciéndolo retroceder varios metros con el impacto.
No escuché ningún hueso romperse, así que supuse que no me había extralimitado. Shirou se recuperó, y creo que esa fue la primera vez que pude ver una mirada de auténtico enojo en su rostro al ver su espada rota.
Súbitamente, algo comenzó a cambiar, y pronto me di cuenta de que se trataba de su ropa. Su ropa casual comenzó a transformarse en un conjunto negro ajustado de pantalones y camisa de manga corta, los cuales parecían amoldarse a su cuerpo y tenían un extraño bordado. Todos los extraños elementos metálicos que Shirou poseía en su ropa comenzaron a reorganizarse, expandirse y comprimirse, y, de un momento a otro, el conjunto negro fue cubierto por una armadura ligera, conformada por guantes que protegían sus manos y parte de sus antebrazos, hombreras, así como botas con chapado metálico, y, finalmente, un peto que, como un chaleco, protegía su pecho y su espalda.
«Eso fue alquimia, pero en el informe de B no mencionaba que Shirou pudiese utilizarla, ¿podría tratarse de un Hechizo pregrabado?». Además de esto, pude notar como una considerable cantidad de energía mágica recorría todo el conjunto, así que cambié el modo de visión de mi visor y pude notar que ese flujo de energía no provenía de Shirou, sino del propio conjunto.
Una alerta sonó en mi visor, y rápidamente, se me mostraron los parámetros de Shirou, pero ahora habían cambiado.
Actualización de Parámetros:
Fuerza: D Resistencia: C Agilidad: D
Mana: D Suerte: E
«Todos sus parámetros físicos aumentaron en un rango… ¿qué está haciendo?».
Shirou abrió otra fisura, pero esta vez, lo hizo con sus guantes, y lo que salió de allí, me consternó. Alrededor del guante de Shirou, ahora se hallaba un anillo de color morado, como una especie de pulsera, y, repentinamente, cinco… ¿placas de acero? Salieron volando de la abertura y se colocaron flotando atrás de él, las placas tenían una coloración rojiza, que me recordaba a la sangre, y por la forma en la se habían colocado, parecían componer la apariencia de una flor.
—Oh, parece que tienes unos trucos bajo la manga. Son códigos místicos, ¿no es así? —Sin embargo, él no me contestó—. Bueno, solo planeaba probarte un poco, pero ya que estas ansioso, podemos jugar con un poco de rudeza.
—Por tu bien espero que no te arrepientas de esas palabras —me contestó con furia apenas contenida, ¿tan importante era esa katana para enojarlo tanto?
Pude divisar como, por alguna razón, Shirou ocultó momentáneamente sus manos detrás de sus espalda, y divisé un brillo leve, el mismo que había visto cuando materializaba sus armas, así que me esperaba verlo sujetando una, pero, para mi sorpresa, no había nada en sus manos, a pesar de que la posición de estas indicaba que estaba sujetando algo.
«¿Qué demonios está tramando?».
—Bien, si quieres hacerlo así, no tengo ningún problema. Pero sabes, soy un caballero, o al menos él lo es, así que si vamos a batirnos en duelo, me gustaría que fuese de forma oficial.
—¿¡De qué estás hablando!? —gruñó él.
—Solo te estoy pidiendo que te presentes, nada más —respondí, encogiéndome de hombros.
—Emiya Shirou —me contestó de mala gana.
Ante esto, me burlé—. Así que te presentas con un apellido falso, ¿acaso abandonaste también las enseñanzas de tus padres en el fuego? Porque nunca fuiste el tipo de persona que dijese mentiras.
—¡Basta de tonterías!, ¡No sé cómo demonios te enteraste de mi pasado, pero no pienso permitirte que digas lo que te da la gana!
Sonreí—. Dirás nuestro pasado… —Y dicho esto, procedí a quitarme mi visor, me aparté el cabello con un movimiento de mi cabeza, y me presenté—. Mi nombre es Miyamoto Tachie, pero eso ya lo sabías, ¿no es así, bakaShirou?
Sin embargo, él no me contestó, su mirada se encontraba completamente fija en mi rostro, la expresión de enojo que tenía anteriormente había sido demolida en cuestión de un instante y reemplazada enteramente por perplejidad y completa consternación, que luego dio paso a la incredulidad, luego al nerviosismo, y finalmente, al miedo. Su cara era un poema, y yo estaba encantada de leerlo.
«Esto va a ser divertido» Pensé—. Ha pasado un tiempo, así que divirtámonos como los buenos amigos que somos…
Y luego de presentarme, caminé hacia él…
Notas de autor:
Buenas gente, aquí nuevo capítulo. Este capítulo no iba a salir tan pronto, pero por ciertas circunstancias, terminó saliendo, de todas formas, no creo que vuelva a pasar, o al menos, no a menudo.
Otra cosa, tómense qué todos los números según los parametros que doy están basados en mi propio criterio, y no en lo que podría ser en el Nasuverso (porque hay tantas inconsistencias en esta parte de las diferentes historias que me volvería loco si intentase darle sentido a todas las demostraciones de habilidad de los sirvientes de acuerdo a sus parametros). Y en mi caso, ya que se dice que si 1 es un valor normal y E es diez veces más, lo que tomé como 1 es un valor promedio (Con la fuerza hice lo mismo pero tuve que hacer más malabares porque no encontré un valor promedio como tal, así que tuve que revisar estudios y otras cosas). Por si tienen dudas de que valor escogí como 1, bueno, les explico: 64 km/ h es lo que puede correr Usain Bolt, el cual tiene el record de ser el más rápido del mundo, por lo que, no consideré ese valor como uno "normal", precisamente porque es el valor del más rápido.
Sin más que decir, agradezco a todos los lectores, a los mecenas para los que los capítulos están listos una semana antes, o incluso antes y por partes, y a todos los que comentan en cada capítulo, no vemos en el siguiente cap.
