Capítulo 16. Confusión.

No, no, no. Eso no acaba de pasar.

Me dije nerviosa regresando de nuevo al baño y cerrando la puerta tras de mí rápidamente.

Yo no acabo de hacer eso con Shizuru. ¿Todo estaba en mi mente cierto?

¿Pero por qué tengo estas sensaciones tan vivas y a la vez tan borrosas?

¡Natsuki! – La voz de Shizuru me provocó un sobresalto. Ella estaba ahí al otro lado de la puerta y ahora quería una explicación. ¿Pero que se supone que debía decir? Perdóname, creo que estaba celosa y me salí de control ¡Tsk!

Si esto fuera un sueño, solo tendría que despertar… ¡Solo debo despertar!

Pero no despertaba…

¡Ahh! ¿Me estoy volviendo loca? Se supone que todo era hipotético.

¡Natsuki! ¡Ara! – Shizuru se encontraba desesperada, pero más yo.

Yo no, no pude hacerlo. Si yo solo estaba aquí, encerrada.

Esto es de pesadilla. No puede estar pasando.

[Si está pasando] –Me habló una altanera voz en mi interior ¿Kruger?

[¡Cállate!, ¿Qué hiciste!?] – Le reclamé aturdida.

[¿Qué hicimos?] –Me dijo – [Fuiste tú… tú querías]

¡Natsuki! ¡Abre! – Shizuru continuaba tocando la puerta.

¿Cómo fue que pasó? ¿Cómo pude perder el control así, de esa manera…?

Natsuki, por favor…

[Yo no quería nada de eso] – Me sentía aterrada.

¡¿Ahora, qué voy a hacer?!

Me abrasé el cuerpo para contener el temblor que me recorría en cada musculo.

Nat, por favor abre…

[¿No puedes con esto? Déjame salir, yo me encargo…]

Sentí como una parte de mí quería quebrarse y comencé a hiperventilar.

[No vas a ir a ningún lado, ya hiciste suficiente]

Solamente me abracé el cuerpo.

Debo mantener el control. No puedo ir por la vida alocándome de esta manera.

¡Tsk!

¿Y ahora como voy a mirarla a la cara después de esto?

¿Qué está pasándome?

[¿Por qué no admites que te gustó lo que sentiste?] Sentí que nuevamente me sonrojaba.

[Si, se había sentido bien…]

Inconscientemente me lleve mi mano hacia mis labios.

[Shizuru, besa bien…]

Sentí una sombra rodeándome. Comencé a sentirme muy ansiosa. Tenía mucho miedo de quedarme sola de nuevo. Shizuru ha estado conmigo, durante tanto tiempo. Fue ella la que me sacó de ese agujero de desolación. No quería hacer nada que rompiera ese vínculo con ella.

[Shizuru es lo único que me queda]

Las personas vienen y van. Las perdidas, son dolorosas. No quiero sufrir.

[No vale la pena que te arriesgues a tener algo más… puedes arruinarlo todo, y perderla para siempre]

[No, definitivamente no quiero perder a Shizuru...]

Me percate que me encontraba en el piso abrazándome las piernas.

[¿Por qué eres tan insegura? Solo recuerda ese beso, fue increíble…]

Claro que besa bien, pero no es lo que quiero. Yo, solo quiero que seamos amigas. Quiero que todo sea como antes.

[Vas a perderla si no haces nada…]

[Temo hacer una tontería]

[Si echo todo a perder, si la llego a perder…]

[Pero si no te arriesgas…]

[Idiota, esto no es un juego… Yo no veo a Shizuru de esa manera]

¿Cómo puedo remediar esto qué pasó?

[¿Entonces, no te importa que salga con Rosie?]

Comencé a luchar por contener los sentimientos que de pronto se apoderaban de mí.

[¡Tsk!] Shizuru puede salir con quien quiera, seguramente ya salía con ella...

[Te morías de celos…] Pero no tendría por qué sentirlos… No son celos, es otra cosa.

Solo fue, desconfianza… Me sentía insegura porque Shizuru estaba escondiéndome cosas. Es eso, son celos de amiga.

Yo quería salir con ella y ella prefirió a Rosalie. Eran esos celos…

[No seas idiota, no ves como te besaba… Es tu oportunidad, ¿O acaso vas a regalársela a la modelito]

[Regalarla, no… claro que no] ¡Tsk! Shizuru ni siquiera es mía, cómo puedo regalarla.

Te lo ruego, abre – La voz de Shizuru sonaba desesperada.

De pronto me levanté y mi cuerpo avanzó por sí solo. Me sentí nerviosa. ¿Y ahora qué pasa?

Mi mano giró la perilla sin mi permiso, como si alguien me dirigiera. Era inútil luchar.

La puerta se abrió y Shizuru aterrizó en mis brazos.

De pronto me había acorralado contra el muro. La castaña me miraba fijamente. Sus ojos rubíes tenían un brillo especial que me erizo hasta la medula. Sentí su mano en mi mejilla.

Sus ojos se posaron en mis labios. Respiré su aliento, cálido, con aroma a té dulce.

[Quiero… ]–Susurró Kruger en mi interior, pero yo solo quería salir corriendo.

Shizuru iba a besarme, estaba tan cerca…

Y cuando menos vi, ya me había desprendido de ella y caminaba hacia la puerta del baño.

Quería irme lejos. Subir a mi moto y ya no hacer nada más.

Solo quería irme. No quería saber de ella y esa tal Rosalie.

¿Era un mecanismo de defensa?

Siempre que las cosas salían de mi control, solo podía pensar en huir, en irme lejos. En dejar todo botado, antes de que volvieran a dejarme sola.

Esa sensación, cuando le pedí a Shizuru ir al cine conmigo y ver que prefirió salir con ella… Era una horrible sensación de abandono que no se me iba.

Pero, sus brazos me rodearon, su cuerpo se pegó a mi espalda, envolviéndome con su calidez. Deteniéndome.

Natsuki… ¿Qué fue aquello? – Me preguntó suavemente con su dulce voz, noté un poco de desesperación de su parte.

Na…nada… – Le contesté evasiva. No estaba lista para enfrentarla. Ni siquiera terminaba de entender que es lo que estaba pasándome.

No me digas que nada…– Me suplicó. Su cuerpo se aferró a mi espalda.

[Se siente bien]

No sé, en verdad… – Soy una idiota. Me salí de control. Todo por culpa de Kruger.

Recordé el enojo que tenía cuando la vi llegar con ella. ¿Qué pretendes Shizuru?

El cuerpo de Shizuru pegado a mi espalda me hacía revivir las sensaciones que minutos antes mi clon había generado. Todo era tan confuso.

Siempre he sentido miedo de mis impulsos. Esa parte oscura dentro de mí. Siempre la he tenido bajo control, pero ahora… Me desconozco totalmente.

Natsuki, espera… –La castaña me soltó despacio y se situó frente a mí.

Yo no podía verla a la cara. Algo en mí dolía. Shizuru la había hospedado en su cuarto. Me sentía molesta y avergonzada por lo que había hecho, por gritarle y por abalanzármele así. Estaba fuera de control. Me abrumaba lo que pasaría ahora.

Shizuru, en verdad no tengo idea… me siento mal – Sentía que me quedaba sin fuerzas, solo quería irme lejos. Me sentía vulnerable y expuesta.

Natsuki, por favor no me evadas – Me suplicó la castaña.

No lo hago– Ya viste todo de mí. Lo peor de mí. – Ya no quiero entretenerte. Por lo visto te están esperando – Le dije molesta, recordando que el problema seguía ahí. Esa tal Rosalie iba a quedarse con Shizuru esta noche.

Si, pero no es lo que piensas. Si me dejaras explicarte.

¿Explicarme qué? – Le dije exasperada.

Ahora tenía que escuchar todo lo que había hecho con la modelo toda la tarde, la justificación de haberla hospedado y que dormiría con ella. No quería…

Solo quería irme ya. No sé exactamente que sentía, solo no quería estar en su casa esta noche.

Shizuru tenía una mirada dócil, una que me desarmaba.

Una parte de mí, quería escucharla.

Rosalie, me pidió de favor que le rentara un cuarto. Pero ya no tengo cuartos disponibles, todavía no le pagan y no tiene a donde ir, así que…

…y otra no quería saber ya nada. Me sentía herida, engañada.

¡Tsk! Shizuru, ¿No sé por qué me estas explicando todo eso…? tú ya eres mayor y sabes lo que haces, no tienes que decirme nada.

Me sentía estúpida por haberme comportado de esa manera tan infantil. Por la escenita de celos que le acababa de montar. Por gritarle. Por arruinar su cita… ¿Con qué derecho hice aquello?

En realidad, te iba a decir…

Estaba que me moría de celos, pero ya no quería que Shizuru me siguiera tratando de convencer que estaba bien que ella la hubiera invitado a quedarse en cuarto.

Me sentía…

Traicionada.

No, ya no me digas. No es necesario. ¿Sabes Shizuru…? Nosotras solo somos amigas, no tienes porque darme ninguna explicación – Le solté bruscamente.

Traicionada por la única persona en la que confiaba. Y dolía.

Dolía recordar lo especial que era conmigo. La cita que había tenido con ella. El beso que me dio en la azotea. El rechazo que me hizo en la tarde por irse con ella. Su dulce mirada. La llamada en secreto que hizo. El tierno abrazo que me dio anoche. Hospedarla en su cuarto. Los besos que acababa de darme… y oírla justificar sus actos ¡Tsk!

Oh…– La escuché decir en un suspiro.

Me giré para verla y supe enseguida que la había embarrado. La había lastimado con mis palabras.

La castaña estaba cabizbaja, sus ojos habían perdido el brillo que momentos antes me había proyectado su mirada. Se veía tan frágil.

Me arrepentí tanto de haber dicho aquello.

Perdón… Shiz… – Me acerqué a ella, pero la castaña retrocedió un paso mientras las lágrimas salían de sus ojos.

Me quedé paralizada. Con el corazón en la mano.

No te preocupes Nat… En realidad, te iba a preguntar si me podía quedar a dormir contigo en tu habitación, pero ya no quiero molestarte…

La castaña me dijo esto sumamente triste, girándose despacio hacia la puerta.

Sentí una punzada en el corazón.

¿Quedarse a dormir conmigo? ¿No con ella? ¡Conmigo!

Shizuru… –La detuve del brazo muy suavemente – Espera, por favor.

La castaña se detuvo, pero no le vi intensiones de encararme.

Por favor, no te vayas… ¡Tsk! ¡Soy una idiota! – Me sentí como una tonta. Una imbécil. Eso es lo que era.

No, no te digas así – La castaña se giró para encararme y me abrazo. Escondiéndose en mi cuello.

Le respondí el abrazo. Shizuru soltó un par de lágrimas, unas que me rompieron el corazón más de lo que ya lo tenía.

P…por favor, n…no llores– Ahora no podía con el remordimiento. La única persona que realmente me importaba, era ella. Shizuru. Y siempre terminaba lastimándola.

Perdón Natsuki, todo esto es mi culpa – Me dijo entre lagrimas.

¿Qué? No, no claro que no. Es mía, no sé cómo me soportas…

Me encanta estar contigo.

Shizuru seguía diciéndome ese tipo de cosas. ¿Cómo podía ser tan dulce después de lo que acababa de hacer? No lo merecía. He sido una grosera.

¿En verdad querías quedarte conmigo? – Se escapó de mis labios mi más grande preocupación. –¿No ibas a irte con ella?

La castaña se separó un momento y me encaró sin dejar de abrazarme. Me miró a los ojos. Los suyos aún estaban húmedos, pero me miraban con cariño.

No, Nat. Te lo dije, me pidió un favor y no podía decirle que no. Con quien quiero estar es contigo. Todo esto de Rosie ha sido un mal entendido, sin dudas.

¿Si?

Ella solo es mi amiga… – Se hizo un silencio –como tú…– Me dijo con tristeza.

[Eres una idiota Kuga]– Me habló Kruger desde mi interior.

[¡Cállate!… Déjame pensar…]– Le respondí en la mente.

[¿Pensar qué? Si ya lo arruinaste todo. La lastimaste] – Me reprochó otra voz molesta.

Shizuru, por favor perdóname… Es que, no sé qué me está pasando– Le dije a la castaña.

Tranquila, Natsuki. Entiendo. –Me susurró, con voz suave.

Me aferré a su abrazo. Aunque sentí el corazón destruido me sentí arropada. Protegida. Y no quería que se fuera.

¿Te quedarás... – Le pregunté esperanzada. No me lo merecía. No después de todo lo que había dicho y hecho. Me temía el no, pero aun así lo intenté. –Co…conmigo está noche?

Shizuru se alejó unos centímetros para mirarme sin soltarme del abrazo y puso suavemente su mano en mi mejilla.

¿Sólo me quieres esta noche?– Me dijo con ese tono dulzón, coqueto y bromista de siempre.

Jamás me había sentido tan feliz de una de sus insinuaciones bromistas.

No... –Respondí sonriendo. Shizuru me miro curiosa.

Limpié sus lágrimas con mis dedos acariciando su mejilla con suavidad. Ella cerró los ojos.

¿No? – Me preguntó curiosa después de un momento.

E…el tiempo que quieras… – Respondí nerviosa.

Shizuru sonrió y suavemente volvió a abrazarme.

[Más te vale que la trates bien ahora, Kuga] – Me susurró esa otra vocecita en mi interior… Cris, mi clon romántico.

[Ya sé… no tienes que decírmelo…] – Respondí.

[Tú no sabes nada… yo me encargo]

Y nuevamente en automático mi cuerpo se movió, la sujeté de la cintura y me agaché y coloqué mi mano debajo de sus piernas para cargarla.

¿¡Ara!?– Shizuru se sorprendió igual que yo, pero se sujetó de mi cuello – ¿Nat…?

Vamos a la cama– Le dije, pero no era yo quien hablaba… era Cris.

Avance con ella en brazos sintiendo como el rubor crecía en mis mejillas.

Ni siquiera intenté luchar contra esto, dejaría que Cris se encargara de este asunto. Empatizaba más con ella que con Kruger.

¿Estoy pesada? – Me preguntó nerviosa. Negué con la cabeza. Podía perfectamente con ella.

Avancé un poco y la bajé despacio para recostarla en la cama, pero ella no me soltó del cuello y me jaló hacia ella.

¡No, espera, Shizuru!, No hagas eso, te puedo aplastar – Como pude me detuve para no aplastarla mientras ella reía.

Fufufu, aplástame Nat...su…ki – Susurró juguetona. Mientras nos acomodábamos.

En todo ese tiempo, ella no se había soltado de mi cuello.

No hagas eso Shizuru, te puedo lastimar. – Le dije preocupada, pero ella se veía feliz.

Lo siguiente me dejó más confundida que nada. Shizuru me jaló hacia su regazo y me abrazó.

Mi primer instinto era alejarme. Cuando Shizuru estaba tan cerca me sentía nerviosa, solo quería alejarme. Siempre había sido así. Pero algo me detuvo, paralizándome.

[No te muevas]

Mi rostro estaba muy cerca de su corazón. Su cuerpo se sentía cálido. Era sin dudas un tierno abrazo.

Esas ganas de irme, de huir estaban más presentes que nunca. Pero estaba congelada, una parte de mí, no quería irse a ningún lado.

¿Qué está pasándome? ¿Por qué no puedo moverme?

[No luches, quédate quieta… solo siente]

¿Sentir que? No debo estar tan cerca de Shizuru. No quiero lastimarla más…

Pero, no pude moverme y así me quedé un buen rato. En parte a gusto y en parte aterrada.

De los labios de Shizuru salió una pequeña risa, un suave suspiro.

¿Shizuru?

Gracias por no salir corriendo, Natsuki… – Escuchar a Shizuru de esa manera, me hizo sentir mal.

Ella solo quería abrazarme.

¿Por qué quería huir de esto? No tiene nada de malo… un abrazo… ¿no?

Su mano en mi cabeza hizo unas suaves caricias a mi cabello. Muy suaves, muy tiernas. Me quedé dócil ante esos actos que duraron un largo rato.

[¿P…por qué huyo? ¿Hace cuanto que… no recibo un abrazo?]

Sentía su respiración, su corazón latiendo. Ahora me sentía tranquila.

Me percaté que Shizuru estaba oliendo mis cabellos de forma discreta y yo solo me quedé inmóvil.

La dejé acariciar mi espalda, me quedé receptiva a sus caricias tan lentas y suaves.

Ella era muy cuidadosa, me tocaba como si pudiera romperme.

Una partecita de mi quería, responder estas suaves caricias. Pero no me atreví.

Solo me quedé ahí, inmóvil, dócil, dejando a Shizuru hacer lo que ella quería.

Fue tan raro…

Me sentí…

¿Amada?


N/A: ¡Gracias por leer! Aquí seguimos. Espero el capítulo sea de su agrado. ¡Les mando un abrazo!