Esta historia (fanfic) está hecha con el objetivo de entretener y despejar la mente. Fue escrita en tiempos de cuarentena y sin fines de lucro. Los personajes de Macross / Robotech son propiedad intelectual y legal de sus creadores. La trama se desarrolla en un Universo Alterno que surge a partir del capítulo 36 de Macross / Robotech. Uno de los tantos caminos que pudo tomar la historia.

La inmensidad de las estrellas

Capítulo I

Era de madrugada. El frío invernal podía sentirse en toda Ciudad Macross y sus alrededores, mientras los delicados copos de nieve comenzaban a caer. Se veían hermosos en tanto se mantenían flotando en el aire, hasta que llegaban a la superficie; algunos se derretían y otros comenzaban a amontonarse, unos con otros, hasta formar una capa que poco a poco, cubría las calles, los jardines, las aceras, los techos de las casas, incluyendo las casas del barrio militar. Es ahí, donde una de las mejores militares, no solo del mundo, sino del universo, se encontraba sin poder dormir, admirando el espectáculo nocturno que ofrecía la nieve cayendo, mientras que ella sentía que su corazón estaba más helado que el propio invierno afuera de su casa.

Así es, la capitana Lisa Hayes, no podía conciliar el sueño porque por enésima ocasión, había sufrido un desplante amoroso por parte del hombre que ella amaba. De pronto, sus cavilaciones fueron dirigidas a ella misma, generando un diálogo interno.

«Y aquí estoy, mirando y sin ver, con mi corazón destrozado, con mis ojos humedecidos por las lágrimas que se niegan a salir. Estoy absorta en mis pensamientos acerca de lo que sería de mi vida, con este trabajo tan pesado y con tantos logros profesionales alcanzados… Mi trabajo es lo único que tengo, mi único refugio, sin embargo, estoy pensando en renunciar y darle otro giro a mi vida… Todo por un amor mal correspondido y porque no he tenido el valor de decirle al hombre que amo lo que siento por él.

Yo, la "autosuficiente", "siempre fuerte" e "insensible" Capitana Hayes, calificativos que la mayoría de la gente asigna a mi personalidad, me encuentro en este sitio, sufriendo por el amor de un piloto boca floja. A veces me pregunto de qué sirve haber sido la hija ejemplar, la mejor estudiante del colegio y la cadete número uno de la Academia Robotech, si estoy pensando en dejar todo eso atrás porque no me he dado el valor de confesar mis sentimientos. Porque puse mi vida y mi corazón en manos de un hombre inmaduro que siempre miró hacia otro lado buscando amor, sin darse cuenta del amor incondicional que yo le daba día con día. Creo que debo aceptar que lo he perdido.

Miles de dudas inundan mi cabeza al igual que mi corazón. Mi autoestima está destrozada. ¿Es que acaso no soy merecedora del amor de un hombre? ¿Existe alguien que me valore como soy? Tanto que me he esforzado y educado, para que la gente huya de mí. ¿Es que ser una mujer cabeza hueca es mejor que ser alguien preparado? Creo que solamente Karl tuvo el valor de acercarse a mí, pero ahora él está descansando en la inmensidad del espacio. ¿Qué hubiera pasado si él no hubiera muerto? Ni hablar, eso es pasado, mi realidad es otra... Mi realidad es que estoy decidiendo dar un giro a mi vida, dejar lo que con esfuerzo he construido, para intentar ser feliz en otro lado…»

Es así que con este tren de pensamientos que no cesaban, la capitana decidió acostarse en su cama hasta que poco a poco, el sueño la fue venciendo.

Finalmente amaneció. Ciudad Macross se veía hermosa con una capa blanca de nieve. Las calles lucían resplandecientes en tonos blancos y azules. En los terrenos de la base militar, específicamente en uno de los miradores de la fortaleza espacial SDF-1, que ahora se encontraba convertida en la guardiana de la ciudad, se vislumbraba una delicada figura solitaria que estaba tratando de poner orden a sus pensamientos. El frío helaba sus huesos pero ella sentía más el frío que congelaba su corazón.

Las lágrimas que la capitana había tratado de contener, por fin decidían salir, inundando sus ojos y recorriendo sus mejillas. Justo en ese momento, fue abruptamente interrumpida por una voz familiar.

–Así que aquí estás, Lisa… ¿Qué haces? –dijo Claudia, con esa voz tan apacible que la caracterizaba.

–Nada… ¿Por qué? –contestó Lisa, algo confundida y sin saber qué decir en realidad.

–Te he buscado por todas partes. El Almirante Gloval quiere verte –añadió Claudia.

Fue en ese momento cuando Lisa le confesó a Claudia la idea de renunciar a la milicia. Claudia se sorprendió al escuchar tal noticia y enseguida trató de que su amiga cambiara de opinión, diciéndole que estaba huyendo. En parte, Claudia tenía razón, sin embargo, era algo que Lisa ya tenía decidido. No podría vivir viendo a Rick todos los días, sabiendo que al terminar la jornada laboral, él se iría con la estrellita del canto. Lisa no podría vivir amándolo tanto y sabiendo que nunca sería para ella. Claudia pareció comprender ese razonamiento, porque también sabía que Lisa ya había perdido un amor con anterioridad.

Lisa se dirigió con el Almirante Gloval, a quien admiraba enormemente y lo apreciaba como si fuera su padre.

–Capitana Hayes reportándose, señor –dijo Lisa con firmeza.

–Lisa, la he mandado llamar porque voy a asignarle una nueva misión –dijo el Almirante.

–Señor… no puedo aceptarla.

–¿Y por qué no? –responde él con serenidad.

–En mi estado actual no seré útil al servicio –contestó Lisa con un volumen de voz muy bajo.

–Pues va a tener que madurar porque la necesito más que nunca. No puede abandonar la milicia solo por una decepción amorosa –añadió enérgicamente el almirante.

–¿Ya lo sabía? –contestó ella.

Lisa se sentía muy apenada. Su cara comenzaba a ruborizarse y hasta ella misma podía sentir el calor en sus mejillas.

–Tengo ojos, ¿cierto?

–Claro, señor. Me siento de lo más ridícula. Desde luego, que acepto la nueva misión. Y dígame, ¿cuál será? –respondió Lisa, recobrando la compostura.

-Siendo que usted es la oficial más capaz y con más experiencia, he decidido que usted sea la Capitana de la nueva fortaleza espacial.

Lisa estaba atónita al escuchar esta noticia. Tardó unos segundos en asimilar la información y por fin logró articular palabra.

–Acepto el cargo, señor –dijo ella con toda seguridad.

Sin embargo, Lisa aún trataba de digerir tanta información y los cambios que se avecinaban. Quizá ése era el cambio que ella necesitaba para alejarse de Rick de una vez por todas, sin renunciar a la carrera militar que con tanto esfuerzo había logrado labrarse.

El Almirante y la capitana sostuvieron una plática extensa y detallada de lo que sería la misión. Asimismo, le informaba que la nueva fortaleza espacial y su tripulación ya estaban listas.

Una vez terminada la reunión con el Almirante, Lisa se dirigió a su casa con un torbellino de pensamientos inundando su cabeza. «Mi casa… no sé cuándo volveré a verla». La capitana observaba el paisaje nevado, el SDF-1 casi inservible mismo que fue su hogar y el de muchas personas por varios meses. «El lugar donde conviví contigo, Rick… Donde nos peleamos, nos reímos, nos reconciliamos, donde salimos, donde nos quedamos atrapados. ¿Cómo es posible que mi vida ahora gire en torno a ti? ¿Cuándo fue que perdí mi autonomía y que todos mis pensamientos me lleven hacia ti? Aún ahora que me han dado el mando de mi propia nave, que estoy engrandecida por tal honor, no consigo sacarte de mi mente. Bueno, no hay vuelta atrás, es ahora o nunca… Iré a visitarte, Rick Hunter. Qué más da lo que pase, sacaré el valor para hablarte y si hago el ridículo, pronto me iré de este planeta y no sé cuándo regresaré.»

Entre tanto, en una de las casas de la zona militar, un joven capitán observaba a través de la ventana, con la vista perdida, mientras miles de pensamientos pasaban por su mente. «Al fin tengo a Minmei conmigo, solo para mí. Minmei… el sueño de todo hombre, la chica más codiciada del universo, está aquí, en mi casa, viviendo conmigo, pero… ¿Pero por qué no es como lo imaginé? ¿Dónde está la magia que pensé que existiría? Pensé que sería diferente, que todo sería felicidad y no es así. No me siento completo, no me siento yo, no me siento… ¿feliz? Con todas las experiencias nuevas que he vivido con Minmei en estas semanas, ella me ha propuesto que nos casemos. Casarme… años atrás no lo hubiera dudado ni un solo segundo. Pero ahora, no sé, no puedo dejar la RDF, está en mi sangre, es difícil alejarme y los civiles nos necesitan.»

Asimismo, Rick Hunter pensaba que si en realidad era la RDF lo que hacía que él no se alejara o si una persona de hermosos ojos verdes, de fina belleza, delicada figura y de largos cabellos castaños era el motivo por el cual él se esmeraba en seguir siendo militar, idea que aún no podía aceptar del todo, porque se supone que él estaba enamorado de Minmei.

El capitán comenzó a jugar con el prototipo del nuevo Varitech a escala que le regaló Lisa. Inmediatamente, sus pensamientos volaron otra vez hacia ella. «Lisa… ¿qué estarás haciendo ahora? Seguramente tú sí me entenderías, compartes la misma pasión que yo. Siempre has sido mi guía, mis ojos en combate, mi superior, el pilar en quien me he apoyado, mi constante, mi fuerza, mi complemento, mi compañera, mi amiga, mi… oh, cielos… Lisa, tú. ¿Qué he hecho?»

De repente, una voz chillante rompió con los pensamientos del concentrado capitán, quien por un momento olvidó que Minmei se encontraba viviendo con él:

-Rick, ¿no escuchaste el timbre? –preguntó Minmei–. Ve a ver quién es…

«Bueno, ya estoy aquí, casa 251» pensó la capitana, mientras dudaba un poco en tocar el timbre, pero finalmente lo hizo. Su llamado tardó unos segundos en ser atendido, segundos en los que ella tuvo sentimientos encontrados. Por un lado, quería correr y alejarse lo más pronto posible, pero también quería ver, oír y hablar con el amor de su vida, aunque fuera por última vez. Quería confesarle cuánto lo amaba y tendría que ser en ese momento o no lo sería jamás.

La puerta se abrió lentamente, apareciendo una figura muy conocida para ella, con el garbo militar que lo caracterizaba, su guapura que tomaba ya rasgos de adultez, dejando de ser un chiquillo y tomando la forma embarnecida de un hombre. Rick vestía su conocido uniforme de saco blanco con pantalón azul. Para la capitana, se veía tan guapo, con sus enormes ojos azules y su cabello siempre alborotado. «Oh Rick, tanto tiempo sin verte, que se me rompe el corazón de tan solo saber que voy a irme y tú vas a quedarte aquí. No sé qué hacer con este amor que siento por ti, mi niño atolondrado, mi piloto boca floja… el amor de mi vida…» pensó Lisa para sus adentros.

-¡Lisa! Es decir, capitana Hayes… -exclama Rick un tanto sorprendido, pero con gusto en su voz.

Minmei escuchó el nombre de la visita y también notó que Rick le hablaba con alegría. Se acercó a él tomándolo posesivamente del brazo, recargando su cuerpo contra el costado del piloto, tratando de mostrarle a la capitana que ahora Rick le pertenecía, acción que fue percibida inmediatamente por Lisa, quien empezó a hablar, antes de que sus fuerzas comenzaran a faltarle.

–He venido a... despedirme… –dijo Lisa con voz serena haciendo una pausa –. Es que acabo de recibir nuevas órdenes, regresaré al espacio exterior.

Rick no podía creer lo que estaba escuchando. Se quedó atónito, aletargado, como si estuviera entrando en un sueño que más bien se convertiría en pesadilla si Lisa se iba de su vida y no la volvía a ver. Sin saber qué contestar, se limitó a escucharla.

–El Almirante Gloval me ha puesto al mando de una nueva fortaleza. ¿No es increíble? Es como un sueño hecho realidad, ¡mi propia nave al fin! ¿No te alegra la noticia, Rick? –preguntó Lisa con un poco de alegría.

–¿Cuándo debes partir? –dijo Rick sin muchas ganas.

-Mañana… –contestó ella–. Mi misión consistirá en buscar el planeta de los maestros de la Robotechnia…

Rick solo veía el movimiento de los labios de Lisa, pero no asimilaba lo que ella estaba diciendo. Sus pensamientos convergían en un punto. «Lisa se va… Se va… ¡No puede ser! Ella no me convocó para ser parte de su tripulación… ¿Por qué? ¿Por qué tiene que ser tan arrogante hasta en el último momento? Bueno, la entiendo, yo le he hecho tantas cosas y la ha pasado muy mal por mí, pero, ¿es que acaso no me necesitas, Lisa? Porque yo a ti sí... No sabría qué hacer sin ti.»

–… Desde luego no será sencillo… Esta misión puede hacernos permanecer por años en el espacio y todos estamos conscientes respecto a la posibilidad de que jamás regresemos –siguió diciendo la capitana.

Rick quería decirle tantas cosas. De ser necesario, rogarle que no se fuera, que se quedara en la Tierra o de ser posible, que lo llevara con ella. Sin embargo, sus pensamientos se agolpan, colapsándolo mentalmente y no acertaba a decirle nada más. Sus labios solo emitieron una frase vacía.

–Seguramente tendrán éxito –dijo Rick sin emoción en su voz.

Esa respuesta desconcertó a la capitana. «Ni siquiera me dijo algo más personal. Está tan distante, como si su mente no estuviera aquí. Bueno, Hayes, una vez más te queda confirmado que a Hunter no le interesas en lo más mínimo. ¿Y cómo voy a interesarle si tiene a la estrellita del canto a su lado? Será mejor que me retire dignamente…» pensó Lisa decepcionada de ella misma, decepcionada de Rick y de esa situación que se veía de lo más inusual.

–Gracias y adiós. Fue un honor conocerla, señorita Minmei –dijo Lisa por educación.

–Gracias –contestó la cantante por inercia.

–Es verdad, su música ha sido una gran inspiración para todos –añadió la capitana, sin saber qué más decir.

Por unos segundos, se formó un silencio incómodo… Es en ese instante en que Lisa pensó para sí misma «Es ahora o nunca…». La capitana se armó de valor, sacó fuerzas de su flaqueza y finalmente se decidió a hablar ante un estupefacto Rick Hunter que solo se limitaba a observarla sin perder detalle.

–Ahora… Solo me queda una cosa más por decir… -dice Lisa, con voz entrecortada y llena de sentimiento.

Los ojos color esmeralda se encuentran con los ojos azules brillantes como zafiro. Sus miradas lo dijeron todo en unos segundos, las palabras no hacían falta. El viento corría, haciendo volar los largos y hermosos cabellos sedosos de Lisa y meciendo los cabellos oscuros de Rick, que en ocasiones jugueteaban en su frente cubriendo su ojo derecho.

Sin saber cómo, Lisa obtiene el valor y la fuerza para hablar y confesarle todo al hombre que ama. La voz se niega a salir en primera instancia, sin embargo, Lisa retoma la compostura y finalmente logra decir lo que tanto había callado.

–¡Te amo! –dijo Lisa haciendo una pausa–. ¡Te amo! ¡Y siempre te amaré! –añadió con sentimiento en su voz.

«¡Lo dije! ¡Finalmente se lo dije!» repitió Lisa en su mente mientras sentía un gran descanso en su corazón. Su cuerpo parecía relajarse, sus pulmones se llenaban de más aire y posteriormente, lágrimas de amor rodaron por sus mejillas. Rick estaba atónito pues no daba crédito a lo que había escuchado. «¡Ella me ama! ¡Lisa me ama! ¡Entonces es verdad! ¡Yo… yo… Lisa, yo, también te…!» Los pensamientos de Rick se vieron interrumpidos porque sintió un jalón en su brazo.

Era Minmei que lo apretaba con fuerza, reclamando propiedad y tomando una posición a la defensiva en contra de la capitana. «Esa mujer, ¿por qué tuvo que aparecer? Quiere quitarme lo que es mío. Rick siempre ha sido mío y ella es la que se ha interpuesto en nuestro camino. Rick siempre ha estado a mi disposición, no dejaré que me lo quites ahora, ni con tus tontas declaraciones de amor.»

Lisa notó la reacción posesiva de Minmei hacia Rick, así que quiso suavizar las cosas y relajar un poco el ambiente que se sentía tenso y pesado.

–Por favor, discúlpame Minmei, pero quizá no vuelva a verlo jamás y tenía que decírselo –comentó Lisa apenada.

–Te entiendo –dijo Minmei, perpleja, sorprendida y sintiendo que estaba perdiendo a Rick, en su propia cara y en su propio terreno.

–Cuídalo bien, ¿quieres? –añadió Lisa.

Minmei no podía darse el lujo de que la capitana siguiera hablando pues estaba en juego la forma de vida que justo acababa de planear para ella y Rick, casarse con él y vivir juntos. Ella dejaría el canto y él la milicia, por lo que decidió poner fin a esa peligrosa conversación.

–Dios la acompañe, capitana Hayes –dijo la cantante.

–¡Gracias! Debo irme, mi tripulación me espera, ¡adiós! –contestó la capitana.

Lisa se despidió con un saludo militar, mientras gruesas lágrimas humedecían su rostro. Ella sentía que el corazón se le destrozaba, que el aire se le había ido por lo que le era difícil respirar. Miró por última vez al amor de su vida quien permanecía inmóvil y sorprendido, sin saber qué decir. Él la observaba fijamente, pero estaba paralizado pues no esperaba escuchar la declaración que su capitana favorita acababa de hacer. Si bien, Rick nunca fue muy elocuente, en este momento, las palabras se negaban a salir de su garganta. Miles de ideas revolucionaban en su cabeza, sin saber a cuál de ellas hacer caso.

Lisa aprovechó la confusión de Rick y se dio media vuelta, corriendo lo más rápido posible para alejarse, pues si no se iba en ese momento, quizá no se iría jamás. Segundos después, Rick reaccionó e intentó correr detrás de ella. Sin embargo, Minmei le impidió el paso.

–Rick, no puedes irte, ¿qué será de mí? Has hecho más de lo debido, ¡cómo puedes pensar siquiera en regresar al espacio otra vez! –gritó Minmei con histeria.

–Porque… Me necesitan… –contestó Rick que aún no salía de su sorpresa.

Intempestivamente, Rick vio misiles que cruzaban el cielo y que iban cayendo en la misma dirección hacia donde se dirigía Lisa. Como acto reflejo, sujetó a Minmei.

–Minmei, ¡al suelo! –gritó Rick.

Rick empuja a Minmei al suelo, cubriéndola con su cuerpo y en ese mismo instante, él se reincorporó para salir corriendo en la dirección que siguió Lisa, olvidándose de Minmei, pero ella gritó con todas sus fuerzas.

–¡Rick! ¡Vuelve! ¡No puedes dejarnos! ¡Estoy embarazada! ¡Estás abandonando a tu propio hijo! ¡Tienes que protegernos! –dijo ella.

Rick, ya se había alejado algunos metros pero alcanzó a escuchar lo que dijo Minmei, quedándose inmóvil. «¿Embarazada? ¿Minmei está embarazada? ¡No puede ser! Justo ahora que descubrí que Lisa… ¡que Lisa es el amor de mi vida!»

Rick se dio media vuelta, regresó con desgano hacia donde estaba Minmei. Él se sentía más que sorprendido, con un desastre en sus pensamientos y con sentimientos cruzados. Por un lado, estaba dejando ir a la mujer que amaba y por otro, se encontraba con la encrucijada de proteger a una vida que apenas comenzaba y que había sido engendrada por él. Aún con el estrés de la situación, Rick habló con Minmei.

–Minmei, dirígete al albergue más cercano. Es mi deber ayudar y proteger a la ciudad. Iré a la base y te buscaré una vez que acabe la contingencia.

Rick se encaminó a la base militar, con el pensamiento revolucionado, sentía que su cabeza le daba vueltas, trataba de controlarse porque debía tener la mente fría para combatir al enemigo. Se subió al gran Skull 001 e hizo lo que mejor sabía hacer: volar.

Por otra parte, el SDF-2 iniciaba maniobras de despegue y ante la vista de todos, se elevaba majestuoso por el cielo de Ciudad Macross. Desde el puente de mando de la fortaleza espacial, una voz familiar se enlazaba a todos los varitechs que se encontraban en el aire, combatiendo al enemigo.

–Habla la Capitana Lisa Hayes, al mando de la fortaleza espacial SDF-2. La nave enemiga parece haber fijado curso para colisionar con el SDF-1. Iniciaremos maniobras evasivas para que esto no suceda, así que solicito que todos los varitechs despejen el área. Repito, todos los varitechs, despejen el área –dijo Lisa con la característica firmeza en su voz.

–¡Lisa! ¡Soy yo, Rick! –contestó el piloto con alegría–. ¡Lisa, creí que habías muerto con la lluvia de misiles! –añadió Rick gustoso al igual que sorprendido.

–¡Rick, qué gusto escucharte! Te sugiero que te retires cuanto antes –respondió Lisa con su voz cristalina y emocionada.

Rick cambió a un canal privado, para poder hablar con la capitana.

-Lisa, tenemos que hablar…

–Rick, no es el momento… Por favor, despeja el área. Obedece aunque sea por una única vez –solicitó Lisa con autoridad.

–Está bien, Capitana Hayes, pero prométeme que hablaremos –dijo Rick con desesperación.

–Prométeme que te cuidarás y que serás muy feliz. ¡Cambio y fuera! –respondió Lisa con dolor, pues debía cortar comunicación con su amado.

–¡Lisa! ¡No! ¿Qué pasa? ¡Capitana Hayes! –gritó Rick casi como súplica y con las lágrimas a punto de salir de sus ojos.

Lisa notó que la nave de Khyron estaba dentro del rango de ataque del SDF-2, sin embargo, las armas de neutrones de la fortaleza eran tan potentes que destruirían parte de la ciudad, por lo que en un movimiento táctico de último momento, la Capitana Hayes evaluó las opciones y decidió hacer una transposición para llevarse consigo la nave de Khyron y así, ambas naves desaparecerían de la faz de la tierra.

Por observación de Lisa, el sistema de transposición del SDF-2 había sido mejorado por el equipo científico del Dr. Lang. La operación del fold espacial era más precisa y no había riesgo de transposicionar parte de la ciudad, como sucedió cuando el SDF-1 se llevó a Ciudad Macross al espacio. Era bien sabido por todos, la capacidad de estrategia y visión de la capitana Hayes, por lo que ella solicitó esos cambios para su utilización futura y justo ese momento, era la ocasión idónea para hacer uso de esa táctica.

Rick siguió instrucciones y se alejó con su nave pero aún no podía creer lo que estaba pasando. Sabía que el SDF-2 estaba haciendo una trasposición y que probablemente esa sería la última vez en que la fortaleza espacial estaría en la Tierra. Por lo que una vez más, desobedeció las órdenes de la capitana Hayes, rompiendo formación y volando lo más rápido posible para tratar de estar dentro del perímetro del pliegue espacial para también trasposicionarse junto con la fortaleza. «¡Creo que puedo lograrlo!» pensó el capitán de ojos azules. «Pero...»

Continuará…

Notas de autor:

¡Hola a todos! Les comparto un nuevo fanfic en el cual existen varios protagonistas que desarrollarán historias personales complejas y en algún punto de la trama, sus vidas se entrelazarán.

Algunos hechos, tecnologías y argumentos son imaginarios o creados únicamente para este fic, que espero sea de su agrado.

¡Gracias de antemano por sus comentarios!

¡Feliz Año 2021! Deseo que ustedes y sus familias sean abundantemente bendecidos y gocen de buena salud.

Author's notes:

Hello everyone! I'm sharing this new fanfic in which there are several protagonists who will develop complex personal stories and at some point in the plot, their lives will be intertwined.

Some facts, technologies and dialogues are only imaginary or they are specially created for this fanfic. I hope you will like it.

Thanks in advance for your comments!

Happy New Year 2021! I wish you and your families be abundantly blessed and healthy.