Disclaimer: Naruto no me pertenece.

Kizuna

Capítulo 1: Dudas.

"El mundo nos rompe a todos, más después, algunos se vuelven fuertes en los lugares rotos".

-Ernest Hemingway.


Nobody Cares - Kina.

"Las Alianzas" eran conocidas como el mayor espectáculo que se desarrollaba en Konoha High School. Juegos, música, baile, competencias y todo tipo de espectáculos. A una semana de su inicio todos estaban vueltos locos preparándose para que todo resultara perfecto.

En la cafetería se podía escuchar bastante bullicio, alumnos conversando sobre los nuevos eventos y otros simplemente cuchicheando sobre el resto. Pero cierta pelirrosa se encontraba sola, en una mesa arrinconada, intentando apartarse un poco del ruido y pasar desapercibida entre el gentío. Permanecía con sus audífonos colocados mientras en su reproductor se podía leer el título de una canción: "Nobody cares - Kina".

Con unas gafas intentaba ocultar las ojeras que le habían provocado las pocas horas de sueño que había tenido. Su cuerpo parecía que hubiera sido desparramado sobre la incómoda silla de la cafetería, y de vez en cuando se sacudía en pequeños espasmos producto del frío calando sus huesos. No consiguió sacar ni un solo abrigo de su casa antes del "inevitable desastre", como decidió llamarlo luego de calmarse. Soltaba una maldición a cada segundo debido a eso mientras surgía un aura sombría a su alrededor.

El peso de una prenda siendo depositada en su cuerpo, brindándole el calor suficiente para proferir un sonido de comodidad, no fueron suficientes para enderezar su postura. Se mantuvo en la misma posición.

El sonido de una bolsa siendo depositada sobre la mesa, sin embargo, logró al menos que se quitara un audífono, abriera los ojos y ladeando su cabeza dirigiera la vista hacia su amigo, a quién pudo reconocer por el aroma agradable que desprendía su prenda.

-Definitivamente no estoy de humor. -Carraspeó un poco porque su voz había sonado demasiado grave. -Pero me vendría bien un poco de lo que sea tengas ahí.

Hizo un amago de sonrisa.

-¿A qué sí? - Dijo él, acercándole el paquete para que pudiera sacar la comida de él. Ella se acomodó en su asiento y sobre su uniforme se colocó el sueter que él le había entregado y que le quedaba unas tallas más grande, pero no se le veía nada de mal. -Sakura, definitivamente no estamos en verano.

Ella sabía que se refería a sus gafas de sol y la falta de ropa en su cuerpo, pero en ese momento se sentía más segura con ellos puestos y no había podido sacar nada más de su casa. Antes de responder pegó un mordisco al demasiado apetecible sándwich que su amigo le había brindado. ¿Hace cuantas horas que no probaba bocado? ¿Unos 2 días? No lo recordaba, ya era más de medio día y la lluvia seguía cayendo, estrepitosa pero casi inaudible por el sonido de los gritos de los estudiantes en la cafetería.

-Definitivamente lo sé. - respondió luego de tragar. -Pero no tengo que darle a nadie clases de moda, así que ni modo.

El sonido de un relámpago provocó los gritos de varias chicas de la cafetería, ninguno de los dos le tomó importancia.

-¿Qué sucedió? - detuvo su masticación y la hizo más lenta. Esa era exactamente la pregunta que estaba evitando desde que puso un pie en la escuela ese día.

No respondió. No porqué no quería decirselo. Era quizá la única persona a quién quería contarle todo lo sucedido, pero no sabía por dónde empezar y el ruido en la cafetería solo dificultaba más su tarea.

-Sakura. - era su advertencia, la que decía habla ahora o sino atente a las consecuencias.

-Sasuke. - él depositó una botella con agua sobre la mesa ahora y ella la tomó demasiado rápido para su gusto, pensó mientras bebía de ella. Segundo fallo.

-¿Desde hace cuánto no pruebas bocado?

Maldijo la capacidad de él de leerla como un libro abierto.

-Esta mañana - respondió demasiado rápido - ¿Eso importa?

-Por supuesto que sí. Si es que no quieres morir de inanición.

-Exagerado.

-Mentirosa. - su mirada desconfiada la atravesó como un puñal.

Cuando todas las luces de cayendo en su propia trampa fueron encendidas, dejó salir un suspiro de cansancio. No le quedó más remedio que quitarse las gafas.

-Sakura...- Sasuke abrió los ojos alarmado. Las ojeras bajo sus ojos no solo eran bastante visibles, si no que su rostro lucía demasiado pálido y pudo distinguir - al ella girar casi por completo su rostro hacia él - que tenía un pequeño corte en el labio.

Él acercó su silla hacia la de ella, en un movimiento sutil, su mano fue a dar a su barbilla alzandola. Ella se lo permitió, no la incomodaba su tacto pero sí lo hacía el movimiento suave y continuo que su pulgar estaba realizando en su labio inferior.

Se alejó de la forma menos brusca que pudo y solo atinó a volver a ponerse las gafas y seguir comiendo, detestaba la cara de lástima que le estaba dando Sasuke en esos momentos.

Él pudo distinguir la expresión enfurruñada que adquirió su rostro.

-No te estoy mirando con lástima. Sabes que nunca haría eso. En cambio quiero saber qué sucedió.

El hecho de que ella no contestara sus llamadas desde hace dos días lo tenía más que preocupado. Ella nunca haría algo así, como desaparecer por dos días sin avisar. Pensó que tal vez estaba enojada con él por algo que no notó pero se daba cuenta que no podía estar más alejado de eso.

-No quiero hablar de eso ahora.

-¿Al menos te viste eso? - dijo refiriéndose al corte cerca de su labio.

-Tsunade lo hizo.

-Fuiste al hospital. - Ella no faltaba por nada, decía que si realmente quería cumplir su sueño ser voluntaria en el hospital era el primer paso.

-Tenía turno, no podía faltar.

-Primero está tu salud.

-Necesitaba una distracción.

-Ese es mi papel y el de Naruto. - El Uchiha menor se masajeó la sien intentando serenarse.

-No era el momento. -No pudo evitar agachar la cabeza.

-¿De qué? ¿De contar con tus mejores amigos? - estaba entrando en terreno peligroso, pero sus palabras fluían junto con su preocupación por ella y su falta de amor propio.

-¡De dejar que me vieran en las condiciones en que estaba!

-¡Nunca te juzgariamos!

A esa altura sus voces ya estaban subiendo de tono debido al inicio de una discusión y la poca capacidad de audición dentro de la cafetería.

-¡Lo sé! ¿Tú crees que no?

-Entonces, ¿Por qué no dejas de querer demostrar algo que no eres para agradar al resto? - El tono y la mirada desafiante que él le dio, la hizo entender que estaba recriminandole sus decisiones y ella claramente no quería que se lo mencionaran. Sin embargo, sabía que él tenía razón, pero no podía permanecer ahí por más tiempo, no podía darle la explicación que él merecía.

Se puso de pie de un salto, tomó su bolso y guió sus pasos fuera de ahí pero antes de alejarse demasiado habló:

-Gracias.

Él sabía que no era sarcasmo, la conocía demasiado bien. Estaba agradeciendo la prenda y la comida. Aún así sus palabras la habían herido y no quería mostrarse débil ante él por lo que necesitaba estar sola.

Golpeó la mesa con un puño sin creer su imbecilidad y carencia de tino. Tampoco era alguien que daba consuelo, mucho menor diversión. Maldijo su incapacidad de salir tras ella de inmediato.


El camino al gimnasio fue igual de tedioso pero al menos ya no sentía ese dolor en el estómago a causa de la poca comida que había ingerido los últimos días.

Dejar a Sasuke así como lo hizo no le agradó, pero no quería hablar del tema en ese momento y además tenía un ensayo con las chicas en 10 minutos.

Al ver que aún no había nadie en el gimnasio entro rápidamente a los camarines y se arregló un poco el cabello y mojó el rostro. No tenía nada de maquillaje para cambiar un poco su aspecto, así que decidió que luego le pediría un poco a Ino. Deberían estar por llegar todas.

Las voces de estudiantes entrando al gimnasio poco a poco se hicieron más audibles y ella se puso de pie para salir.

Pronto Ino, Hinata y Tenten aparecieron en su campo visual y se acercaron corriendo a ella.

-Frentona, ¿Estás bien? - sus rostros de preocupación no pasaron desapercibidos por ella, pero solo negó con la cabeza no queriendo mencionar el asunto.

-Todo está bien. Ino, ¿Puedes ayudarme con algo? - entraron juntas nuevamente al camarín y a los pocos segundos Sakura salió menos pálida que antes y casi no se apreciaban sus inmensas ojeras. - ¿Entonces? Terminemos de una vez con esto.

Tenten se acercó al parlante y colocó las canciones que eran parte del repertorio que les había tocado. K-pop. Este año el país escogido para la música de las alianzas fue Corea. El grupo escogido había sido Blackpink.

-No puedo creer que me tocara hacer esto. -expresó la pelirrosa con aburrimiento, mientras estiraba sus extremidades.

-De nosotras eres la que está más acostumbrada a cantar frente a otros y te quejas. - dijo Tenten cruzándose de brazos.

-Tú lo has dicho: cantar, no bailar. Y menos música coreana.

-Debes admitir que es bastante pegajoza.

-Solo no es mi tipo de música, no dije que fuera mala. - dijo alzando los brazos en señal de inocencia.

-Entonces deja de recriminartelo y mueve ese trasero. Imagina como debe estar Hinata teniendo que hacer esto, quejica.

La aludida solo agachó la cabeza ocultando su vergüenza.

-Está bien. - Hizo un puchero.

-Posiciones. - ordenó Tenten.


Minutos antes de terminar, mientras seguían intentando coordinar sus movimientos, la pelirrosa sintió una mirada potente sobre ella por lo que dirigió su vista hacia las gradas y pudo distinguir a Sasuke observándola. Se preguntó cuánto tiempo llevaba ahí, quizá desde que comenzaron. La intensidad de su mirada se sentía diferente, parecía que estaba grabando sus movimientos, como no queriendo despegar su vista de ella.

Cuando sus miradas chocaron, él se mantuvo en la misma posición, impertubable como siempre.

Terminó la coreografía y el comenzó a bajar de las gradas.

-Es todo por hoy. Bien hecho chicas, mañana seguiremos. -Dijo Tenten y todas asintieron.

-Necesito un baño urgente. - Se quejó Ino estirándose.

Sakura las ignoró mientras comentaban cosas sin importancia. No podía despegar la mirada del azabache.

-Hola, Sasuke-kun. - Saludó Ino, seguida de Tenten y Hinata, cuando observaron al aludido acercándose. Él solo respondió con un movimiento de cabeza, sin despegar su mirada de la pelirrosa. -Tan expresivo como siempre.

Le restaron importancia despidiéndose de ellos. Excepto Ino que realmente esperaba que la presencia del azabache significara la ayuda que la pelirrosa necesitaba. Todas entraron a los vestidores y Sakura también lo iba a hacer.

-Necesitamos hablar.

Sakura volteó lanzándole una mirada de "lo tengo claro".

Entró a vestidor de mujeres y cuando salió ahora corría un hilo de agua desde su cuello.

-No es el momento.

-He decidido que sí, que quizá saltarse la última hora no sea el fin del mundo.

La confusión en su mirada fue evidente, Sasuke no era de los que se saltara las clases, por ningún motivo. Su mirada desafiante le advirtió que no podía negarle su petición.

Soltó un sonido de resignación.

-Tomaré una ducha. -Y la sonrisa torcida digna de un Uchiha hizo su aparición.


El frío que atravesó su cuerpo, haciendo que temblara inconscientemente, le recordó que no traía chaqueta y que fue imprudente correr así de lejos del hospital.

Su madre se debatía entre la vida y la muerte y ella solo pudo huir del lugar como una cobarde. ¿En realidad eso era?

Qué importaba ahora, si se quedaba sola, sin querer volver a su hogar. Ese no era un hogar, era el tormento de todos sus días. No tendría sentido regresar sin ella. Sin el único motivo por el que permanecía ahí en primer lugar.

Tomó asiento en la primera banca vacía que encontró y observó el lugar.

Ese parque le recordaba que ya no era una niña y que no podía echarse a morir así como así. Debía volver y permanecer junto a su madre aunque los pasillos del lugar la abrumaran, aunque el permanecer en el suelo fuera lo único que lograra.

Observó sus manos cerca de su rostro y maldijo por lo bajo. Apretó los puños.

Sabía que en alguna parte de los recovecos de su cabeza podría encontrar una de las frases que Sasuke le brindaba para esos momentos.

Haruno Sakura nunca se daba por vencida, y menos perdía los estribos así como así.

-Lo absurdo. Lo absurdo deja de serlo... desde que lo aceptamos tal como es. No debemos...no. La vida...

Pero... simplemente no podía…

En el momento en que su cabeza descendió intentando controlar las lágrimas que amenazaban con caer de sus ojos, sintió el peso de una prenda sobre sus hombros alejando por un momento la fría ventisca que comenzaba a hacer presencia.

Levantó su cabeza topándose con unos ojos color onix muy similares a unos que conocía a la perfección.

-I-itachi-kun. - el mayor de los Uchiha se había arrodillado a su altura y la escudriñaba con su apacible mirada.

-Pescarás un resfriado y nunca me lo perdonaría .

-¿Cómo...?

-Solo... Llegué aquí. - Se rasco la nuca con una mano. Y sonrió con esas sonrisas que solo los Uchiha logran hacer.

-Gracias. -No pudo evitar que el calor subiera a sus mejillas ante la cercanía del mayor.

-La verdad, estoy curioso y un tanto avergonzado. Me pregunto qué haces aquí a estas horas, sola e intentando citar a Camus.

Pese a que debería evitar su mirada para que dejara de leerla como un libro, no lo hizo y se mantuvo firme contra esos ojos que la miraban con profundidad. Entonces ahí él lo notó, el rastro de sangre en su rostro, cerca de sus labios, su piel más pálida de lo usual y las enormes ojeras bajo sus ojos.

-Si no es el momento lo entenderé. No debería haberme entrometido. Solo estoy bastante preocupado. No respondes las llamadas de Sasuke ni las de Naruto. Y mi hermanito estaba bastante cabreado a decir verdad.

-No, está bien. Necesito tomar aire un momento. No le digas que estoy aquí, por favor.

-Hmp.

Itachi se levantó y ella pensó que se iría ante su poca confianza pero solo se sentó a su lado lo suficientemente cerca para sentir el calor que desprendía su cuerpo.

Por unos minutos que parecieron horas, ninguno dijo nada pero podía sentir la mirada del pelinegro sobre ella. Y la verdad no le molestaba, su compañía era suficiente para calmarse un poco y soltar un jadeo.

-Ella está... a un paso de alejarse de mi para siempre.

Él lo comprendió, Sasuke ya le había mencionado algo sobre los problemas que Sakura tenía en su casa con su padre principalmente y acerca de lo delicada que estaba la salud de su madre.

-No te mentiré diciendo que todo estará bien porque realmente no lo sé pero te prometo que cuando llegue a casa repasaré esta conversación una y otra vez en mi cabeza y se me ocurrirá algo realmente fascinante que decir. Desearás que te haga compañía por el resto de tus días.

Las palabras del pelinegro la habían sorprendido pero por sobre todo la estaban desequilibrando. Debió ser la sonrisa encantadora que le dedicó y las ganas casi insostenibles de sonreir.

-Tu compañía está bien. No necesitas decir nada.

-Realmente me gustaría, y Sakura, si me lo permites mi camino a casa definitivamente no está cerca del hospital pero puede que tenga la intención de desviarme por unos minutos.

-Itachi...

-Las cosas no son tan simples, ¿No? - Se observaron en silencio, ella podía distinguir la forma en que él no podía quitar la vista de la herida en su labio inferior pero también sabía que no le preguntaría.

-No es eso. Tienes razón pero no creo querer volver ahí de nuevo, no ahora al menos.

-Ese es exactamente el motivo por el que debes hacerlo -La incredulidad con que lo observó hizo al pelinegro soltar una carcajada. -Vamos.

Ella no respondió pero se dejó guiar por la mano de Itachi tomando la suya, observó la unión y no pudo evitar que el rubor apareciera en sus mejillas.

El olor a hospital pronto inundó sus fosas nasales y su corazón se aceleró. Apretó la mano del pelinegro y él le devolvió el gesto, sin titubear. Al menos así se sentía con más valentía.

-¿Entonces? - La curiosidad en la mirada del azabache pocas veces la había visto, pero sí había notado que llevaba una hora intentando hacerla sentir bien con gestos pequeños. - Mikoto dijo que era necesario. Que nunca se sabía cuando traerias o no comida.

Le acercó un bento que para la pelirrosa se veía demasiado apetitoso.

Sin siquiera darle las gracias comenzó a comer mientras hacía sonidos de satisfacción entre cada bocado. Sasuke la observó con resignación, no sacaba nada con interrumpirla, así que se dispuso a comer en silencio y con tranquilidad.

En algún punto la pelirrosa se detuvo y reparó en su postura estoica, demasiado imponente, y en la forma en que cada movimiento que realizaba para llevarse un bocado a su boca parecía ser calculado a la perfección. Su mente estaba divagando, el solo comía y ya.

Sacudió su cabeza y él lo notó pero habló para preguntar otra cosa.

-¿Puedo ir contigo al hospital hoy? - la observaba fijamente, con su mirada imperturbable y dispuesto a refutar alguna negación de su parte.

-Sabes mi respuesta. - le sonrió levemente para tranquilizarlo, le vendría bien su compañía.

-Bien.

Y siguieron comiendo en silencio pero sólo duró unos minutos más.

-Sasuke… - No pudo evitar que su voz vacilara al nombrarlo - Acerca de lo que sucedió este fin de semana…

-Está bien, no necesitas explicarlo ahora si no lo deseas.

-No es eso…

-Sakura. - Sus profundos ojos color ónix la mantuvieron a la espera de sus siguientes palabras. - Estoy consciente de que en los últimos días las cosas no han sido fáciles para ti. También lo estoy de que no he podido acercarme a ti de la forma que me gustaría. Y es que sabes que soy horrible con las palabras y las situaciones difíciles y con las cosas que hay que decir y…

-¿Te refieres a tus pensamientos y sentimientos?

-Eso. Yo…

-Sasuke...

-He intentado… te prometo que lo he intentado… - las muecas que hacía al hablar le resultaban graciosas a la pelirrosa, debía detenerlo.

-Sasuke.

-¡Maldita sea! soy un asco en estas cosas. Pero he intentado decirte que...que..

-¡Sasuke! - Lo tomó de las solapas. No estaba acostumbrada a verlo tan vulnerable intentando expresar lo que ella ya sabía. - Basta. Deja de intentar explicar lo que ya sé. Nos conocemos desde, ¿cuando? - lo soltó lentamente y puso cara de pensarlo con mucho detalle - ¡Ya sé! Desde que te aventé un tarro de pintura en la cabeza porque rechazaste a Ino cruelmente en la primaria. - rio sin poder contenerse.

-Sakura, no pises ese territorio… - habló con exasperación.

-Aún no puedo olvidar tu rostro furioso cubierto por hermosa pintura rosada. - comentaba entre risas mientras el azabache mostraba su rostro marcado por la frustración. - Tu cabello quedó muy similar al mío. ¡Me hiciste la vida imposible por meses! ¿Recuerdas cuando llenaste mi pelo de chicle y nos llamaron a nuestro padres? Recuerdo tu rostro cuando tu mam-. -Rápidamente el azabache le había tapado la boca con su mano sujetándola por la nuca para que no siguiera diciendo disparates.

-Odiaba a las niñas del salón, y tú eras una molestia. - Le advirtió que si continuaba no la soltaría. Finalmente ella se rindió.

-Empoderar a las niñas de la clase hoy en día es visto como un acto de suma admiración. - Dijo tomando una gran bocanada de aire.

-Ese día decidí tomarlo personal. - Lo empujó consiguiendo que el cayera sobre sus codos.

-Pero también decidimos ser amigos.

-Maldigo cada dí- - Le dio un codazo nada delicado en la costillas, evitando que terminara su frase.

-Imbécil.

Sakura rio por varios minutos y Sasuke solo mostraba una pequeña sonrisa mientras se recostaban en el cemento sin importarles ensuciar su ropa.

-Hoy… realmente fui un imbécil al decirte todo eso.

-Blasfemias, Uchiha Sasuke siendo un completo idiota no se ve todos los días.

-Y Haruno Sakura siendo irónica es algo que realmente se disfruta.

-¿Qué puedo decir? Me amas así. - dijo mientras succionaba con su boca la jalea que venía en una bolsita y que Sasuke le había alcanzado. - Sé que tenías razón, solo no podía decirlo sin tener que ahogarme en una nube de melancolía y frustración. - Podía sentir la mirada de Sasuke sobre ella nuevamente. - Nunca he deseado apartarlos de mi, por ningún motivo. - hizo una pausa, respirando profundamente - No sé cómo lidiar con todo esto sin involucrarlos demasiado.

-Esa es nuestra decisión.- Ella se sentó con confusión en sus ojos.

-No, no lo es.

-Claro que sí, eres demasiado imprudente por ti sola.

-No quiero que salgan heridos.

-¿Por qué sucedería eso? - Ahora él se sentó.

-Porque soy demasiado imprudente - repitió sus palabras - y digo cosas que no pienso realmente para..

-Mantenernos al margen. Lo sé. - La confusión aumentó más.

-¿Entonces por qué no lo hacen?

-Porque nunca han existido muros entre ninguno de nosotros, estamos dispuestos a hacer lo que sea con tal de mantenerte a salvo.

-Eso no es justo para ustedes.

-Justo no siempre es lo correcto.

El ambiente estaba volviéndose extraño, Sasuke estaba extraño. Estaba intentando realmente expresar sus sentimientos, su preocupación y altruismo para con ella. Necesitaba que alguien la abofeteara. Ahora. Con una silla.

Sin embargo, no fue ella quién exigió respuestas.

-¿Quién eres y qué has hecho con él "soy demasiado inalcanzable para que siquiera sepan lo que pienso" Uchiha? - sus pasos se hicieron más audibles hasta llegar a ellos.

-Nunca diría algo así, dobe.

-Porque ya eres lo suficientemente apático como para decir lo que piensas. - Uchiha y Haruno se pusieron de pie.

-¿No es apático una palabra demasiado difícil para ti, Naruto? - bromeó la pelirrosa.

-No seas mala, Sakura-chan. - se acercó a él observandolo con detenimiento.

-Hinata, ¿no es así? - rápidamente su rostro enrojeció y se alejó unos pasos avergonzado.

-¿La Hyuga que se desmaya cada vez que te le acercas? - cuestionó el azabache.

-¡Hey! Eso era antes, ahora es mi tutora y conversamos mucho. - intentó defenderse en vano el rubio.

-Nunca lo hubiera pensado.

-Tienes razón, creo que había mencionado unos problemas de vista que tuvo desde su infancia. - dijo la pelirrosa adoptando una postura pensante.

-¿Estás segura que no fueron de audición?

-Ahora que lo mencionas…

-¡Basta ustedes dos! ¡Juntos hacen que me duela la cabeza! Sakura-chan, no seas cruel, te traje la mitad de mi comida para que lleves a tu casa. - no pudo evitar sentirse perturbada ante sus palabras.

-¿Qué dices?

-Te veías demasiado pálida cuando llegaste, no pude acercarme antes porque Hinata-chan me estaba esperando. Después no llegaste a clases y como el teme tampoco, pensé que estaban juntos.

-Te escapaste de clases.

-Por supuesto que sí, es bastante fácil. Necesitaba hablar contigo, camino a la escuela me encontré con el teme mayor y me preguntó por ti.

-¿Itachi? - cuestionó el Uchiha. Sakura sabía lo que vendría ahora, así que retrocedió unos pasos y tomó aire.

-Sí. ¿por qué no nos dijiste que estuviste todo el fin de semana con él? Te estuvimos llamando como locos, nos tenías preocupados. Me dijo lo de tu mamá y de la falta de dinero en tu casa. Le dije que-

El aura sombría que despedía Sasuke no lo dejó continuar. Sakura solo mantenía su cara de poker.

Algo confuso también para él. Unos segundos después comprendió el peso de sus palabras.

-Ups.

Sasuke, que ya estaba tomando su cosas para marcharse, le lanzó a Sakura su abrigo y emprendió camino hacia los pasillos.

Desconcertada expulsó todo el aire que estaba conteniendo y comenzó a caminar por el lugar. Estaba anhelando por las palabras ofensivas de Sasuke en vez de su silencio. No había volteado a verla ni un poco.

-¿Sa-sakura-chan? - dirigió su vista hacia el ojiazul y luego comenzó a recoger sus pertenencias, debía ir tras él. - ¡Lo siento! yo hablé sin pensar, no quise-

-Esta bien, esto es mi culpa. ¡Dios! ¿cómo conseguiré que me escuche siquiera?

No sabía qué decir, él y su bocota nuevamente hacían de las suyas.

El sonido del timbre anunciando la salida de clases se hizo escuchar y ella solo atinó a salir despavorida detrás de él, mientras le gritaba a Naruto que lo llamaría más tarde. Esperaba que él no se hubiera alejado tanto.


Pese a que deseaba alejarse lo más pronto de ahí, no fue capaz de correr. Parecía que sus piernas no le respondían ante la ira atravesando sus entrañas.

No podía sacarse las palabras de Naruto de la cabeza.

"¿por qué no nos dijiste que estuviste todo el fin de semana con él? Te estuvimos llamando como locos, nos tenías preocupados."

"Todo el fin de semana con él"

Sakura siempre conseguía aflorar sus emociones, una por una. Era una molestia que le recordaba que él estaba hecho para permanecer solo por el resto de sus días; que no servía para relacionarse con los demás y que su amistad solo era temporal.

Y por otro lado siempre estaba su hermano. Uchiha Itachi. Siempre consiguiendo lo que quiere. Incluso sus amigos. El hijo perfecto, el estudiante perfecto, el amigo perfecto, el novio per…

No quería ni dirigir sus pensamientos hacia lo último. Ni él mismo entendía su reacción por completo. Su raciocinio se estaba cayendo por la borda.

"Sakura no quiso hablar con ellos, sus mejores amigos, pero llega Itachi y todo cambia. Él vuelve a ser la persona que no puede ni siquiera apoyar a su mejor amiga en momentos difíciles por qué no sabe qué decirle."

Ya estaba fuera de su casa, esperaba que Itachi no estuviera ahí o no sabría comportarse.

"¿qué demonios le sucedía?"


Sakura corría bajo la lluvia que había comenzado, faltaba poco para llegar al hogar de los Uchiha. Estaba empapada de pies a cabeza pero poco le importaba, solo quería hablar con Sasuke y arreglar ese malentendido de una vez.

Al llegar, tocó el timbre varias veces pero nadie respondía, estaba segura que Sasuke estaba ahí, a diferencia de ella no era alguien imprudente. Se debatió unos segundos antes de sacar la copia de la llave que Sasuke le había entregado para emergencias. Esa era una emergencia para ella.

Al entrar se quitó los zapatos y lanzó su mochila al suelo, luego se preocuparía de eso. Subió las escaleras y llegó a la habitación de Sasuke, que evidentemente estaba cerrada. Golpeó unas cuantas veces mientras lo llamaba pero él no respondió.

-¡Sasuke, déjame entrar de una vez! ¡No me moveré de aquí hasta que me abras la maldita puerta y tú tendrás que explicarle a tu madre por teléfono que agarré un terrible resfriado porque tú no me dejaste entrar a tu casa! - y como si lo hubiera planeado un estornudo se hizo escuchar.

-¡¿De qué diablos estás hablando?! - en pocos segundos la puerta era abierta y Sakura cayó de espaldas golpeándose levemente la cabeza

-¡Maldición, Sasuke! ¡Eso dolió!

La ayudó a ponerse de pie, mientras ella seguía sobándose la parte posterior de su cabeza. Observó su aspecto y la condujo dentro de su habitación a su baño. En silencio le quitó el suéter que él mismo le había prestado y secó un poco su rostro con una toalla.

-¿Sasuke? - No respondió y a diferencia de muchas otras veces, su silencio no fue agradable, la hacía sentir peor. Tocó las hebras de su cabello de forma delicada, como lo había hecho en la cafetería al tocar su labio herido, solo que esta vez ella no quería que se detuviera. - Sasuke, por favor.

Dejó caer su brazo inmediatamente y salió del baño. Pronto volvió con ropa limpia y seca, y un par de toallas extra. La contempló unos segundos y salió para cerrar la puerta.

Ella puso el seguro y se comenzó a desvestir, un baño caliente no le haría mal para buscar una explicación como la que él se merecía.


Unos minutos más tarde salió de la habitación de Sasuke con ropa limpia y su pelo lo suficientemente seco buscandolo, había sido buena idea dejar algunas mudas de ropa en su casa. Cuando sintió ruidos provenientes de la cocina se dirigió hacia allá.

Él también había tomado una ducha, podía ver como pequeñas gotas de agua corrían por su cuello y la ropa cómoda que usaba ahora: buzo y camiseta azul marino.

Se acercó para sentarse a pasos vacilantes y lo observó mientras preparaba lo que parecía ser la cena.

-Realmente aplicaste la ley del hielo conmigo. No creí que eso fuera posible luego de que dijiste que no existían muros entre nos...-

-Es curioso que yo pensara lo mismo. - La interrumpió secamente. Seguía moviéndose de un lado para otro seleccionando elementos para su comida. Le acercó unas verduras y un cuchillo.

Acertó en ponerse a picar las verduras mientras las vertía en un recipiente con torpeza.

-Sé lo que estás pensando pero quiero que sepas que...-

-¿Realmente lo sabes? ¿No se supone que el libro abierto eres tú? - Volvió a interrumpirla.

-Sí pero eso no tiene nada que...-

-¿Terminaste con las verduras? - No lo había hecho, así que se apresuró.

-Sasuke, Itachi no quis...- -Sasuke golpeó la mesa con su puño haciendo que Sakura se sobresaltara y no midiera correctamente lo que estaba haciendo. - ¡Ah! ¡Mierda!

Sasuke rápidamente tomó un paño haciendo presión en el dedo de ella ignorando sus alegatos y luego lo colocó bajo el chorro de agua fría.

-Yo…-Intentó verbalizar luego de unos minutos

-No debes disculparte. - Lo interrumpió antes de que continuara

-Soy un imbécil… esto es mi culpa.

-No digas eso.

-No lo entiendes. -Detuvo el agua y dejó que ella siguiera haciéndose presión -no solo esto, todo es mi culpa. El que te alejaras de mi, que prefirieras a Itachi para que te apoyara…

-¿Qué? - Estaba desconcertada ante su conclusión.

-No soy la persona indicada para... esto.

-No sabes de lo que hablas. Y esta vez no me interrumpas, te lo advierto. - abrió un cajón que sabía contenía banditas de curación y se puso una en su dedo. - La primera vez que mis padres discutieron, vine aquí. Estuviste toda la noche viendo películas de terror conmigo pese que solo me hacían saltar y luego no podía dormir por horas, pero tú me contaste tus historias de ninjas de las que tanto te gusta hablar y luego caí rendida ante morfeo.

Él lo recordaba, por supuesto que lo hacía.

-Cuando murió Schopenhauer, me ayudaste a cavar su tumba y trajiste las estúpidas flores que detestaba.

-Ese perro se merecía un nombre digno de su misantropía. Excepto por ti, tú eras su excepción.- Ella solo puso los ojos en blanco.

-Cuando me emborraché por primera vez en una de tus fiestas, me cuidaste, me dejaste dormir en tu cama y te aseguraste que ningún pervertido se acercara a molestarme. Y podría seguir así durante toda la noche, pero inflar tu ego nunca ha sido mi pasatiempo favorito.

-Sakura…

Tomó su mano entre las suyas y le sonrío.

-Terminemos esto primero.


Shattered en proceso...