Raptado.

Una semana había transcurrido desde que abandoné a mi madre, pensaba en todas las cosas buenas que haría de ahora en adelante; sin embargo nuevamente el destino en su horrible afán de mostrarme que no soy uno de sus hijos favoritos me juega una mala pasada.

Resulta pues, que después de recoger algunos frutos de un manzano me topé con un sujeto alto y corpulento, que sin pensarlo dos veces me jaloneo hasta meterme en un viejo costal. Ahora lo único que puedo escuchar es el ruido de alrededor; rezando y esperando a que este tipo me mate al llegar al lugar al que este sujeto se dirige.