Disclaimer: Naruto no me pertenece.

Kizuna

Capítulo 18: Me hacen comenzar.

"Les juro, señores, que pensar demasiado es una enfermedad, una real y completa enfermedad ".

.- Fyodor Dostoyevsky, Memorias del subsuelo.


Caminó junto a su bicicleta con la palpitante sensación de que algo estaba terriblemente mal.

Había sido un día de mierda.

No había otra palabra que lo describiera mejor y se aplaudió a sí misma por su acertada elección de palabras.

Volvió a discutir con su mamá por culpa de su padre, además Sasuke llevaba días evitándola y hoy la había ignorado todo el primer periodo de clases y luego se había esfumado sin siquiera importarle su presencia. Y Naruto estaba demasiado embobado con la nueva y deslumbrante alumna pelinegra como para notar su ausencia, y cuando le preguntó dijo no tener idea de qué sucedía ni de dónde podría haberse ido el peliazabache. Debía restarle importancia, pero por algún motivo no lo conseguía.ññ

La preocupación y el malestar se presentó en su estómago al día siguiente cuando llegó a la escuela y no vio a su amigo por ninguna parte, pronto el miedo recorrió su cuerpo hasta ser asfixiante. Sasuke nunca había faltado a clases, mucho menos se escaparía de la escuela. Algo estaba muy mal para tener la necesidad de hacerlo. Recordó entonces que le mencionó que había discutido con Itachi hace unos días, porque sus padres seguían poniendo sus expectativas en él y comparándolo con su hermano.

Intentó mantenerse quieta y empujar lejos de su cabeza el sentimiento agobiante, pero no podía quedarse de brazos cruzados. Marcó nuevamente su número, pero su celular seguía apagado. Podría llamar a Itachi, pero no quería molestarlo con sus suposiciones.

Irse a su casa tampoco era una opción, su padre estaría ahí.

Cuando sus pensamientos parecieron demasiado abrumadores para quedarse en su lugar, tuvo que escaparse de la escuela para buscarlo. Caminó y pedaleó por unos minutos sin poder dar con su paradero, pero fue mientras decidía dónde comenzaría, que su nombre apareció en la pantalla de su celular.

Begin - BTS

—¿Sasuke? — se deslizó de sus labios con alivio, pero extrañamente no sintió la opresión dejando su pecho. Decidió esperar su respuesta con cuidado en espera de una explicación por su comportamiento, pero parecía no querer decir una palabra, en cambio solo podía oír su respiración acelerada. —¿Sasuke, te encuentras bien?

—Necesito su ayuda. No puedo olvidarlo. Necesito…

—¿Dónde estás?

—Yo… Sakura, ayúdame. Ellos no lo entienden. Y yo no…

—¡Quédate donde estás!

Se subió a su bicicleta y pedaleó al único lugar que se le ocurría en el momento.

Su corazón latiendo a mil por hora. Solo una vez en su vida había escuchado a Sasuke tan perturbado como ahora y no le agradaba la posibilidad de que volviera a suceder.

Sus piernas parecían no querer continuar, pero se forzó a hacerlo, había divisado una silueta familiar cerca del acantilado.

Estaba sentado abrazando sus rodillas, su oscuro cabello se mecía ante el viento que anunciaba la baja en la temperatura. Demasiado cerca del borde como para caer en cuenta de donde estaba.

Pero lo conocía lo suficiente para estar segura de que sus pensamientos solo eran eso.

Dejó caer la bicicleta a un lado y sus piernas parecieron reaccionar de inmediato y realizaron una carrera incansable hasta él.

Gritó su nombre una vez más y su mano se estiró en sudirección.

Volvió a gritar su nombre un par de veces más y pareció que al fin él la escuchó.

Sus pensamientos perniciosos invadían sin pudor los espacios recónditos de su cabeza.

El mundo era tan grande y se sentía tan pequeño.

¿Por qué se sentía tan vacío?

Una voz que conocía muy bien gritaba su nombre, pero parecía no poder ponerle atención.

Lo vio voltear su rostro hacia ella confundido y luego dirigirlo hacia el lugar donde estaba. La sorpresa invadió sus facciones, pero Sakura ya lo había envuelto en sus brazos y sin saberlo había dejado fluir una calidez indescriptible en el pecho del peliazabache.

Pronto ambos se vieron rodeados por unos brazos aún más cálidos que parecieron iluminar todo a su alrededor.

—Todo está bien. Estamos aquí.

Las palabras del pelirrubio fueron suficientes para que la respiración de sus amigos se calmara, y se mantuvieron unos minutos en la misma posición.

Fue como si el aire volviera a fluir en sus pulmones, y todo fue audible nuevamente.

Se habían vuelto amigos hace unos años, sabían prácticamente todo el uno del otro, Sasuke podía ser muy flemático la mayoría del tiempo, pero sabía que él y Naruto seguían siendo sus personas favoritas, tenían demasiadas cualidades para no deslumbrarse por ellos. Y creía que Naruto y ella eran importantes para él, hicieron un pacto silencioso de permanecer juntos sin importar las circunstancias. Sabía que Sasuke era más reacio al afecto, y que solía discutir con su familia y hermano ante las responsabilidades e imagen que se le pedía al tener un estatus social mucho más alto. Un estatus que nunca quiso ni querría. Pero nunca imaginó verlo de esa forma. Naruto también lidiaba con problemas similares, pero siempre mostraba una sonrisa sin importar las circunstancias.

Su alma parecía estar destrozada por su amigo y el temor ante la posibilidad de perderlo recorrió su cuerpo.

¿Podía existir algo que dijera o hiciera para aliviar su dolor? ¿Sabía ella realmente la razón de su tristeza? ¿Importaba acaso?

Notó como él se aferraba a sus brazos, impulsivamente. Extrañamente iba a abrazarla también.

—Puedo entender que a veces sea difícil respirar, puedo entender que tengas deseos de caer en la oscuridad. Pero puedes hacerlo con nosotros. — había mencionado el pelirrubio.

—Mi familia está en la ruina. — susurró, podía sentir su pecho apretado ante su voz quebrada. Ella al notar como Naruto los liberaba de su abrazo, también comenzó a soltar al peliazabache y notó su rostro triste y desesperado.

—Ellos lo solucionaran. —mencionó Sakura.

Tenía miedo de no ser suficiente para él. Tenía miedo de que ni ella ni Naruto pudieran sacarlo de esa oscuridad.

Sus palabras fueron temblorosas, Sasuke lucía vulnerable ante ellos. —No estaba pensando. — volvió a hablar.

Pero ellos solo continuaron a su lado.

En toda esa oscuridad ellos fueron su luz.


Caminó por los pasillos de la escuela con un poco de ansiedad y negación recorriendo su cuerpo. Todavía intentaba procesar todo lo sucedido con su madre y no estaba conforme con la decisión que había tomado. No creía poder quedarse quieta por mucho tiempo más.

No hubiera acudido ese día, sino fuera porque sabía que sería una buena distracción y no podía seguir huyendo y martirizandose por lo que estaba a punto de pasar. El que Sasuke estuviera a su alrededor le daba un poco de tranquilidad y proyectar su imagen parecía apaciguar un poco la molestia en su pecho.

El sonido de su celular interrumpió sus pensamientos, y al ver el remitente su pecho se contrajo levemente, contestando de inmediato.

—¿Naruto? — dijo con cierto alivio.

¡Sakura-chan!

¿Estás bien? ¿Dónde te metiste?

—Hablaremos de eso luego. ¿Tú estás bien? Escuché lo que sucedió.

Tras sus palabras tragó grueso. La opresión en su pecho había vuelto y sus ojos se habían aguado levemente, se masajeó la frente intentando calmarse.

¿Volverás pronto? — preguntó en cambio para que no siguiera por ese camino.

Sí, perdóname por no estar ahí.

Presionó sus labios y soltó el aire que parecía haber estado conteniendo.

—Por favor, hazlo. — suplicó. Necesitaba sus palabras de aliento y su compañía, no tenía idea la facilidad con que lograba distraerla.

Todo estará bien, Sakura-chan.

Sus palabras fueron suficientes para que una lágrima cayera sin permiso por su rostro. Era tan sencillo que sus emociones afloraran cuando se trataba de sus mejores amigos. Además, tenía un mal presentimiento que se posó en su pecho desde que supo que él no estaba cerca, sólo cuando sucedía algo con su familia lo dejaban perder clases.

Solo… —hizo una pausa para aclarar su voz y limpiarse el rostro con el dorso de su mano— vuelve pronto.

Lo haré.

Su amigo había cortado la llamada y sintió el peso de su cuerpo sobre ella.

Estaba siendo demasiado melodramática. Ella no estaba sola, nunca lo había estado luego de conocerlos, debía enfrentar su realidad.

Se mantuvo unos segundos en silencio observando su celular y meditando sus posibilidades.

—Sakura.

El llamado de su nombre la hizo elevar la cabeza y pestañear despertando de su ensoñación, limpiándose el rostro con el dorso de la mano. Había pensado en pasar de él e ignorar su llamado, pero de inmediato recordó sus palabras del día anterior y no pudo ser indiferente a su presencia.

De alguna forma le interesaba lo que sucedía con ella y la rudeza con la que había lanzado la verdad en su rostro, fue suficiente para despertarla y no dejarse caer.

Así que dirigió su atención hacia él.

—Sasori. — dijo desviando su mirada, sin poder disimular sus sentimientos anteriores.

—¿Podemos hablar? — ella tomó una gran bocanada de aire y luego la soltó de golpe.

—¿Qué sucede?

Estaba frente a ella y ambos notaron las miradas curiosas de los que deambulaban por los pasillos en el receso, por lo que mantuvieron la distancia.

—Pensaba en otro lugar. Luego de la escuela.

—Tengo planes luego de la escuela. — explicó, no como excusa si no que era cierto.

—Solo será un momento, lo prometo. — su rostro mostraba clara sinceridad y parecía rogarle que le diera un minuto.

—¿Qué es tan importante?

—Solo... — sus ojos observaron su rostro con parsimonia. Disfrutaba ver su frente arrugarse por la confusión y sus ojos color jade tan expectantes, pero pudo notar la tristeza en ellos quitándole el brillo que solían tener cuando estaba con él. Su nariz y sus ojos tenían un color rojizo que indicaban que había estado llorando. — Por favor. Solo será un minuto. — él llevó su vista tras de ella al sentir una mirada potente sobre ellos y no le agradó para nada ver el rostro de la persona que la recibió sonriente. —Me tengo que ir, por favor.

Ella notó el cambio en su semblante y le llamó la atención lo apresurado que se veía por marcharse. Y antes de poder preguntarle, se había ido.

No comprendió del todo lo que acababa de pasar y el deseo de saberlo fue más grande que su raciocinio e imprudentemente lo siguió.

Lo vio ingresar a la sala audiovisual con su rostro contraído en ira. ¿Había dicho algo que lo hiciera enojar? No lo recordaba, ni debía importarle, pero ahí estaba, espiandolo.

Siguió sus pasos sigilosamente y él había dejado la puerta entreabierta.

Mientras se debatía si ingresar o no, escuchó la voz molesta de Sasori y otra voz bastante conocida que le hizo retorcer sus entrañas e intuitivamente retroceder unos pasos.

—¿Qué haces aquí? Creo haberte dejado claro que no te quería cerca de Sakura. — soltó el pelirrojo con rudeza.

—Oh, tranquilo, Akasuna. No estoy aquí por ella. Mi papá pone demasiado dinero a esta escuela como para que me echen así de fácil.

—Jiraiya nunca permitirá que alguien como tú se mantenga aquí.

—Puede que él no, pero los del consejo escolar no son tan moralistas.

—Escúchame bien, si le tocas un pelo o respiras su mismo aire, esta vez te enviaré al hospital. — Era una amenaza, suponía que en su nombre y no pudo evitar sentir cierto aprecio por su preocupación.

—Vaya, sí que eres bueno amenazando. ¿Por qué te importa tanto si ya no es tu novia? ¿O es que quieres follartela otra vez?

El sonido firme de un golpe se hizo escuchar. Supuso que lo había golpeado, se había pasado de la raya. Dio un paso adelante y observó por el espacio entreabierto de la puerta.

—¡No te atrevas a hablar así de ella!

—Vaya, vaya, quién lo diría. Sasori el Don Juan enamorado. Que lástima que ella no quiera nada contigo, hubieran hecho una linda pareja. — pudo notar el tono de burla en sus palabras. Sasori mantenía sus puños en alto, al parecer dispuesto a volver a golpearlo.

—Tú no sabes nada.

—¿Quieres decir que esperas que vuelva a tus brazos teniendo al Uchiha a su lado? Eres más estúpido de lo que pensaba. Tú no eres nadie, en cambio el Uchiha...

—¡Tú no la conoces, así que no hables de ella como si lo hicieras! — lo interrumpió enfurecido.

—¿Y tú sí?

Lo vio titubear, y bajar sus puños levemente, pero volvió a fijar su mirada furiosa en él.

—Lo suficiente para saber que no le interesa el dinero ni en lo más mínimo.

—Puede ser. — chasqueó la lengua — Pero ella también te usó, ¿o no?

De cierta forma tenía razón, pensó la pelirrosa.

—Me lo busqué. — respondió con firmeza — Y me arrepiento cada maldito día por la estúpida apuesta que hicimos. Hubiera deseado conocerla antes de eso y quizá...

—¿Quizá qué? ¿Estarían juntos aún? — soltó una risotada que hizo a la pelirrosa cabrearse aún más. Notó de inmediato el cambio en el rostro del pelirrojo, lucía herido. — Ella nunca te perdonará lo que hiciste. Y tendrás que vivir sabiendo que te odia.

Creyó que ya había sido suficiente. Abrió la puerta completamente e ingresó a la sala sin siquiera flaquear, tomando lugar a un costado del pelirrojo.

—¿Por qué este idiota cree siempre tener la razón? — puso su mano sobre los puños de Sasori y lo incitó a bajarlos, ignorando la presencia del pelirrubio.

El pelirrojo la observó estupefacto. ¿Qué hacía ahí? ¿Lo había seguido? ¿Por qué su toque seguía sintiéndose como si su pecho fuera a estallar?

—Sakura, qué placer verte. — dijo Deidara.

Sasori analizó el rostro de la pelirrosa con detenimiento. No quería que viera al pelirrubio ahí, podría lastimarla su presencia y no quería que sucediera.

—Deidara, se me revuelven las entrañas al ver tu insípido rostro. — intentó no mostrar debilidad y le sostuvo la mirada de forma altanera.

—Siempre tan amable.

—Oh, lo siento, pensé que estaba siendo lo suficientemente desagradable para que supieras que no eres bienvenido.

—¿Por qué? ¿No me extrañaste? — olvidó su temor, y solo quería quitarle esa sonrisa altanera del rostro.

—Te crees muy importante.

—No planeo ir a ninguna parte.

—Lo veremos.

—¿Es una amenaza? — Lo vio dar un paso hacia ella y Sasori de inmediato dio un paso hacia él.

—Puedes tomarla como tú quieras. — Intentó no flaquear.

—Está bien, es suficiente. — la empujó tras de él de forma suave.

Sasori estaba al borde del colapso. No dejaría que Deidara se acercara a ella. No debían estar cruzando ni una palabra.

—Solo nos estábamos divirtiendo. — soltó sonriendo de forma aún más asquerosa según la pelirrosa.

—Tienes razón. —volteó su rostro para dirigirse al pelirrojo — Solo estamos perdiendo el tiempo, vámonos de aquí.

A ambos les sorprendió la forma en que volteó completamente sobre sus talones, se dirigió al pelirrojo y tiró de la manga de su camisa para invitarlo a irse con ella. Demasiado cómoda y familiarizada para ser alguien a quien supuestamente detestaba.

—¿Ah? — Estaba demasiado confundido para generar una frase coherente.

—Vamos. — dijo moviendo su cabeza en dirección a la salida y abriendo sus ojos ampliamente.

—No importa cuanto huyas Sakura, sabes donde estoy. — La estaba provocando, pero ella no iba a caer.

No eres tan importante. — mintió.


Al dejar la sala, había caminado con rapidez hacia el gimnasio. Ya habían comenzado las clases, pero no había prácticas ni clases ahí.

No había notado que Sasori la seguía de cerca, pero tampoco quería estar sola. Pronto se encontraban fuera de los camarines cuando logró soltar todo el aire contenido al no existir moros en la costa. Había apoyado sus manos en sus muslos y se había inclinado levemente hacía adelante, apoyando su espalda en el muro tras ella.

—¿Estás bien? — mencionó al verla realizar esa acción y notar que sus manos temblaban.

—Lo estoy. — dijo incorporándose.

—Estás temblando. — ella dirigió su vista a sus manos y las apretó y masajeó molesta consigo misma.

—N-no es nada, solo estoy cansada… No he dormido muy bien y he tomado mucho café. — se excusó, sabiendo que no era del todo cierto. Se masajeó la frente para que evitara mirar sus manos.

—Bien, me quedaré hasta que estés más tranquila.

—No es… — la interrumpió tocando su hombro intentando darle un poco de confort.

—Toma un poco de agua — dijo, antes de que volviera a negarse y le acercó su botella que siempre traía con él.

La tomó con cierta reticencia, no le molestaba su tacto como pensó que lo haría.

¿Esa botella significaba algo para él? Recordaba que siempre la traía consigo.

Bebió un sorbo y luego se dejó caer en el suelo, apoyando su espalda en la muralla, sus piernas ya no daban más.

—No te odio. —soltó harta de ver su rostro abatido sobre ella.

—¿Qué?

—No te odio, se que te hice pensar que sí. — escondió su rostro entre sus brazos que estaban cruzados sobre sus rodillas. — Quizá yo también quise creerlo en algún momento, pero... Estoy molesta, muy molesta, pero nunca podría odiarte.

—Sakura…

—Sé que lo que hice tampoco estuvo bien. No soy esa clase de persona, pero de todas formas lo hice y lo siento. Nunca quise hacerte sentir utilizado.

No sabía qué decir, pero sus palabras le dieron cierto sosiego a su alma. —No dejes que Deidara entre en tu cabeza, eres mejor que él.

—Tú tampoco lo dejes. — ella solo asintió en respuesta.

Tomó asiento a su lado, manteniendo unos centímetros de distancia.

Pasaron unos minutos en silencio, solo con la compañía del otro. No les molestó en absoluto y nunca creyeron poder estar de esa forma nuevamente. Cuando Sakura pareció estar lista se puso de pie.

—Nos vemos después de clases. — mencionó sin más y se dirigió a su sala de clases.

Ambos ignoraron la presencia de cierta pelirroja observando el panorama con una sonrisa en su rostro.

Sabía exactamente qué hacer con esa información.


Sakura tomó asiento en el sofá un poco abrumada. Que Deidara volviera a la escuela la ponía inquieta, más de lo que estaba dispuesta a admitir. No podía entender cómo era posible que estuviera ahí, después de lo que había intentado hacerle.

Fue mientras caminaba al salón, tarde, que Kakashi la interceptó y le pidió acompañarlo a su oficina.

—¿Qué sucede, sensei?

Kakashi la observó con cautela, se notaba ansiosa; más intranquila de lo normal.

—Hay algo que necesito hablar contigo y espero que podamos trabajar juntos en esto.

—Si lo dice por Deidara, ya me topé con él. — la sorpresa no pasó desapercibida en su rostro.

—¿Cómo te sientes?

—Estoy cabreada. — mencionó sin problema. Estaba cómoda en el pequeño sillón del escritorio, mantenía sus manos en los bolsillos de su chaqueta y jugueteaba con el encendedor que mantenía en su bolsillo, Kakashi siempre le había brindado confianza y el hecho de que le quisiera informar de la llegada del rubio significaba que estaba preocupada por ella.

—Pude notarlo, y estás en todo tu derecho. — él tomó asiento en el sofá que se encontraba cerca de ella y apoyó los codos sobre sus muslos. — Sé que no es fácil y que no te agrada, pero…

—¿No me agrada? — ahora lo observó ofendida — ¿Estamos hablando del tipo que intentó abusar de mí? Ni siquiera debiese estar aquí y lo sabes, sensei.

—Lo sé, y lo lamento, pero ya lo intenté. No hay nada que podamos hacer, Jiraya está de manos atadas en esta situación. — ella solo observó al otro lado de la habitación ignorando su mirada lastimosa sobre ella. Ella estaba en esa escuela como becada, en cambio el padre de Deidara debía entregar grandes cantidades de dinero a los altos mandos.

Lo tenía claro, pero no significaba que lo dejaría en paz. También podía volver su vida un infierno.

—Solo lo quiero lejos de mí.

—Me aseguraré de que sea así. Lo prometo. — lo observó un segundo y luego mantuvo su mirada en otro lugar. Tomó aire profundo y luego lo soltó intentando serenarse. Desquitarse con Kakashi no le serviría de nada.

—Gracias, sensei.


Sakura ingresó al salón tras Kakashi, ante la mirada curiosa de sus compañeros, que no entendían qué podría haber sucedido para que llegara a esa hora, aunque algunos lo sospechaban al ver al Iwagakure en los pasillos. Sasuke observó a su novia intranquilo, ella lucía incluso más cabizbaja que esa mañana y evadió su mirada completamente antes de tomar asiento a su lado. Le había enviado muchos mensajes a su celular, pero no obtuvo respuesta.

Ahora la confusión y preocupación lo invadió, ella no quería que él supiera lo que estaba pasando. Podía escuchar los susurros de sus compañeros de clase al verla llegar tarde, pero nunca les hacía caso como para entender de qué estaban hablando, ni le importaba.

—¿Qué sucedió? —le preguntó preocupado en un leve susurro.

—Solo estoy… cansada. — mintió. Y él lo notó.

Sintió como su silla era arrastrada hacia él quedando pegada a su hombro y al encararlo por su atrevimiento Sasuke la observaba de forma tan intensa que la hizo tragar grueso y voltear inmediatamente su rostro posando su mirada en la pizarra. Sabía que sus mejillas habían adquirido un color rojizo y sintió sus latidos aumentar rápidamente.

El peliazabache notó el cambio en su semblante y curvó sus labios, se inclinó levemente para susurrar cerca de su oído — Lo sabré de todas formas…

Pronto pudo escuchar los cuchicheos de todos sus compañeros sobre ellos.

—No me la estás poniendo fácil. — le reclamó.

—No era parte del trato.

Ella solo sonrió agradecida de su calidez, que dio un poco de calor a su frío cuerpo.

En un movimiento impulsivo rozó la mano del peliazabache bajo la mesa. Y notó como él ahora se sonrojaba ante su tacto. Su rostro contrariado le dio la energía suficiente para poner atención a su profesor y poner un freno a sus pensamientos invasivos.


Far away - Yiruma

Sasuke le había pedido que se juntaran luego de clases para llevarla a su casa, ella le había mencionado lo cansada que se encontraba y que deseaba solo recostarse en su cama con su compañía. Pero había olvidado completamente que Sasori le había pedido conversar.

Le envío un mensaje de texto a Sasuke, pero ya habían pasado diez minutos y aún no recibía respuesta y ya se encontraba fuera de la escuela esperándolo.

—Sakura. — la voz de Sasori la trajo de vuelta y lo vio sonreír tímidamente.

—No tengo mucho tiempo…— dijo intentando no sonar tan ruda.

—Caminemos un poco.

Ella observó a todos lados y no vio rastro del peliazabache, era extraño que la hiciera esperar tanto tiempo, ya habían pasado quince minutos desde que sonó el timbre que daba por finalizadas las clases.

—Espera un segundo. — sacó su celular y envió otro mensaje a Sasuke.

Tomó sus pertenencias y caminó en silencio junto al pelirrojo hasta que llegaron a un parque que estaba solo a unas cuadras de la escuela.

Tomaron asiento en una banca, que dejaba a la vista unos árboles muy altos. Se acercaba la puesta de sol y el cielo se estaba tornado rojizo.

Su estómago se sentía pesado y revuelto, e incertidumbre era una palabra muy precaria ante todos los pensamientos que cruzaban su mente.

—Gracias. —interrumpió sus pensamientos el pelirrojo.

—¿Por qué?

—Por permitirme esto.

Ella prefirió ignorar su amabilidad. La alegría que solía derrochar el chico a su lado parecía haber cambiado. O al menos ya no la sentía dirigida hacia ella.

Sabía que Sasori era una buena persona, lamentablemente no sabía elegir sus amistades. En otra circunstancia, le hubiera gustado ser su amiga y poder compartir más tiempo con él. —Nunca te lo dije, pero me gusta la música. — interrumpió sus pensamientos nuevamente. — Quizá tanto como a ti.

—Lo noté. — recordaba varios discos que habían compartido y el cómo disfrutaba sus presentaciones. —Tienes buen gusto.

"Un buen gusto musical es atractivo". Él intentó ignorar el recuerdo que le vino a la cabeza.

—Gracias. — él metió sus manos a sus bolsillos y también enfocó su vista en el paisaje, intentando encontrar las palabras adecuadas. —Aún así, nunca pude expresarme a través de ellas hasta que te conocí.

—¿Qué quieres decir? — él le acercó un CD y ella lo observó con cautela, confundida, pero a la misma vez curiosa. Lo tomó con precaución y luego lo analizó entre sus dedos. No tenía algún dibujo extravagante en la carátula, solo lo que parecía ser el título de la canción: " hearts a mess", escrito con una caligrafía tan bella que parecía la de un artista experimentado.

—Sé que no estoy en posición de pedirte que la aceptes, pero realmente me gustaría que la escucharas, la escribí para tí.

¿Qué? ¿Sasori le estaba dedicando una canción? ¿Había escrito una canción? ¿Qué se supone que hiciera con eso? ¿Por qué su corazón parecía apretujarse por él?

Estaba confundida e intranquila. Ella creía tener claros sus sentimientos, y que no tenía que darles una vuelta ni nada similar, pero el gesto del pelirrojo le recordó el por qué se fijó en él y el por qué le había dolido tanto la maldita apuesta.

Su respiración se hizo un poco más rápida. Sus sentimientos por Sasori siempre fueron confusos, y Sasuke siempre pareció opacar todo que sea que surgía en pequeñas fracciones. Pero eran estos momentos donde podía ver al verdadero Sasori, del que quiso enamorarse perdidamente.

No sé qué decirte. — él le dedicó una sonrisa genuina.

—Solo quédatela, quizá puede ser el track extra que faltaba para tu álbum.

Él lo recordaba.

Ella quería un track extra en su álbum, pero aún no lograban conseguir uno que fuera suficientemente bueno.

Se puso de pie y volvió a observar el CD en sus manos, como si fuera un regalo muy preciado. —¿Por qué?

—Porque siempre serás importante para mí. — respondió sin problemas.

—¿Y crees que pienso lo mismo de tí? — cuestionó sus palabras.

—Sé que no soy él. — respondió en cambio y ella tragó grueso. Sus palabras sonaron lastimosas. Pero me gustaría viajar atrás en el tiempo y decirte todo lo que no te dije. Me gustaría nunca haber apostado algo sobre tí, o conocerte antes de eso. — No podía ser tan difícil escuchar todo eso. — Y entiendo que tengas miedo de confíar en mí, pero… la gente cambia y yo lo hice.

Él estaba de pie a su lado, con sus manos en sus bolsillos, sin observarla fijamente, pero podía sentir su calidez intentando llegar a ella.

Ahí estaba ese calor abrumador que siempre logró atraerla, pidiéndole que le diera otra oportunidad.

Pero ella sabía su respuesta, incluso antes de que él hiciera alguna pregunta.

Luego de unos segundos él soltó una pequeña risa.

—Soy un idiota la mayoría del tiempo, pero solo quiero que sepas que estoy aquí si me necesitas. — mantuvo su sonrisa — Sin segundas intenciones.

Entonces todos sus recuerdos con él parecieron pasar antes sus ojos; cuando lo conoció, la primera cita, cuando fueron voluntarios en el hospital, cuando le regaló a Haku, la muerte de Ren, su compañía, las risas que lograba sacarle, su calidez abrasadora.

Se aferró a él.

Al principio no le correspondió, y la observó sorprendido, pero su firme abrazo le brindó más de lo que podría imaginar. La tranquilidad y alegría que sentía a su lado volvió a florecer y la abrazó con un poco de desesperación. Agradecía poder volver a sentir su delgado y cálido cuerpo tan cerca. Cerró sus ojos imaginando otro escenario, donde no se estuvieran despidiendo.

A los pocos segundos la escuchó llorar y solo siguió aferrándose a ella, anticipando que quizá podría ser la última vez que la tocaría. Si tan solo supiera que estaba loco por ella.

Su abuela tenía razón. ¿Cómo podría dejarla ir así como así? ¿Tan cobarde era? Pero ella no sentía lo mismo por él, ni con la misma intensidad. Ni tenía cabeza para él.

Sakura se había arrepentido de inmediato de su acción. Necesitaba ese abrazo, no obstante podría generar falsas expectativas que no estaba buscando entregar. Le hubiera gustado que su relación hubiera terminado de otra forma, pero ella volvería a elegir al peliazabache, lo sabía.

No quería alejarlo de ella, pero tampoco podía mantenerlo tan cerca, no era justo para nadie .

Cuando parecía que ella ya se calmaba, él se apartó levemente. Y la observó limpiarse el rastro de lágrimas de su mejilla.

Ella quería hablar, justificarse por su comportamiento.

—Lo sé. —respondió él en cambio. — No estoy pidiéndote que me elijas. — mencionó triste. Pero por favor, hazlo.

Aún sin poder articular alguna palabra, ella le indicó con su mirada que lo sentía.

—Sasori, no eres un idiota.

Sus ojos permanecieron unidos y sintió cómo sus palabras cobraban sentido ante ellos. Le transmitió la misma preocupación y cariño que le mencionó, pero no vio resignación en ellos, en cambio parecía suplicar por alguna respuesta diferente. Y deseó que las cosas fueran diferentes.

Sabía que Sasuke y ella no tenían futuro, él tenía un deber que cumplir que no la involucraba, pero sus sentimientos, recién descubiertos, por Sasori no se equiparaban ni un poco a los que tenía por Sasuke. No podía romperle el corazón a su mejor amigo, prefería que él lo hiciera por ella.

En ese momento Sakura no pensó en sí misma como una buena persona, también tomaba decisiones egoístas y caprichosas.

—Gracias. — fue la única palabra que pudo mencionar. Él comprendió el significado tras ella y soltó un bufido lastimero.

—Solo necesito tiempo.

—Lo sé.

Pronto lo vio alejarse de ella bruscamente y confundida observó hacia el lugar que él observaba. Sasuke los veía muy de cerca, demasiado enfurecido para reconocerlo de inmediato. Tras él vio a Deidara, más magullado de lo que recordaba, soltando un carcajada ante la escena.

De inmediato guardó el CD en el bolsillo de su chaqueta.

—Ni siquiera tuve que intervenir. Él ya se lanzó sobre ella. — soltó con diversión.

Sasuke volvió hacia él dispuesto a noquearlo.

—¡Sasuke! ¡Detente! —gritó adivinando sus movimientos.

—¡Cuida tu boca, Deidara, sigues en tierra peligrosa! —mencionó el pelirrojo igual de molesto ante sus palabras, mientras caminaba hacia él.

—Está bien, está bien. — levantó sus manos en señal de redención — Uchiha, no creas que saldrás libre de esto. —mencionó dejando ver su magullado rostro.

—Hmph.

—Sakura. — se despidió de ella con una inclinación de cabeza. Ella solo lo observó cabreada y rodó sus ojos.

Sasuke pronto volteó hacia ellos y dio unos pasos hacia la pelirrosa.

—¿Qué es esto? — preguntó pronto el ojionix, con un leve atisbo de incomodidad.

—Puedo explicarlo. — intervino de inmediato el pelirrojo.

—No te estoy preguntando a tí, Akazuna.

—Sasuke, basta. Solo estábamos hablando. — quiso disminuir la densidad del aire.

—¿Ósea que no te está rogando que vuelvas con él?

—Si fuera así no es tu asunto. — respondió con la misma hostilidad que le mostraba el peliazabache.

—Por supuesto que lo es, yo soy su… —se detuvo, era increíble el poder de la pelirrosa sobre él. En otra ocasión le hubiera restregado en la cara su relación, pero recordó las palabras de su novia y logró detenerse a tiempo.

Él realmente no tenía idea de la intensidad de los sentimientos de ella por él.

—¿Su qué? —cuestionó el Akazuna, sabiendo su respuesta.

Sakura vio el rostro resignado y molesto del peliazabache y sonrió con ternura. Sasori merecía saberlo, sabía que él no lo ventilaría a los cuatro vientos.

—Mi novio. — soltó ella cruzando su mirada con el pelirrojo —Es algo reciente.

De alguna forma sintió que debía darle explicaciones luego de lo que habían conversado.

—Lo sospechaba. — le entregó una sonrisa leve, que intentó esconder la tristeza que reflejaba su rostro.

Sus miradas se cruzaron por unos segundos y pronto hizo una leve inclinación con la cabeza a modo de despedida.

—Sakura. Uchiha. — y volteó sobre sus talones. Ella apretó fuerte el CD en su bolsillo.

No podía detenerlo.

No podía evitar romperle el corazón.

—¿Por qué no me dijiste que estarías con él? — interrumpió sus pensamientos el peliazabache. Su voz demandante no la enfureció, se sentía expuesta y vulnerable.

—Lo intenté, pero no respondías tu teléfono, como siempre. — era cierto. Había ignorado su teléfono al salir cuando se encontró con el ojiceleste.

—¿Debería preocuparme? — preguntó en cambio al notar su mirada afligida.

—No. Solo…

Dudó de sus siguientes palabras. No creía que Sasuke entendiera que ella había desarrollado sentimientos por el pelirrojo, pero lo que sentía por él eran aún más intenso. —Me siento mal por él.

—Te usó. — mencionó el peliazabache un poco cabreado con la reciente compasión que su novia mostraba por el pelirrojo.

—Yo también lo usé. No soy mejor que él. —sabía que estaba molesto, pero estaba siendo demasiado honesto y no entendía lo que podía generar.

—Eres mucho mejor que él.

—No, no lo soy. Intenté olvidarme de tí con él. — él la observó con un poco de sorpresa. Lo sabía, pero escucharlo era totalmente diferente.

Sasuke dio un largo paso hacia ella y tomó su antebrazo.

—No tienes idea el tiempo que pasé anhelando tenerte. No me sentiré culpable por interrumpir su relación si yo debía estar en su lugar.

La sinceridad de sus palabras la confundió y su corazón volvió a acelerarse por él. Quería besarlo, pero el lugar donde estaban era demasiado público. Ya lo besaría en su casa.

—El rostro de Deidara. ¿Fuiste tú? — se masajeó los nudillos y pudo ver las heridas en ellos.

—Lo valió completamente.

Tomó su mano impulsivamente preocupada de su condición.

—Oye no te sobrepases, tengo novia. —intentó bromear y ella lo agradeció.

—Tonto.

Caminaron de vuelta a casa de Sakura en silencio.


—¿Ya comenzaron? — preguntó la rubia al llegar a la cochera.

—Sakura-chan está calentando. — explicó el oji celeste mientras afinaba su guitarra. —Pero ya casi.

La pelirrosa estaba vocalizando unas canciones que creyó reconocer de su repertorio. Observó a su amiga llegar y le hizo un movimiento con su cabeza. Naruto había llegado hace pocos minutos, disculpándose por su tardanza y prometiéndole una charla más tarde ante su repentina desaparición de hace unos días.

Sasuke no estaba presente. Había descubierto el CD que Sasori le había entregado y no le había sentado nada bien.

Ella se quitó su abrigo y lo dejó sobre el escritorio, para luego tomar asiento en su cama, quitarse los zapatos y dejarse caer hacia atrás.

El peliazabache pronto se recostó a su lado y observó el techo también.

—¿Puedo quedarme?

No pudo evitar que imágenes muy sugerentes recorrieran su mente, se tomó unos segundos para responder.

—Tsunade me matará.

—¿Por qué debería enterarse? — respondió como si fuera lo más obvio del mundo.

—Irá a dejarme a la escuela por la mañana.

—¿Eso significa? — preguntó mientras se sentaba en la cama.

—Estoy siendo vigilada.

Sintió el peso de Sasuke hundirla levemente hacia su lado y pronto su rostro estaba más cerca del suyo. Su mirada penetrante atravesó sus ojos jade y se sintió expuesta. —¿Estás bien?

—Tú dime. Soy un libro abierto para tí. —mantuvo sus ojos en su rostro y notó como recorría su rostro con su mirada, para luego arrugar levemente su frente.

—No quiero irme. — la pelirrosa se incorporó levemente apoyando el peso de su cuerpo en sus codos y sus narices casi se rozan.

—No tienes que hacerlo. — dijo observando sus labios.

—Me estás torturando, Haruno.

Ella solo sonrió con suficiencia y pronto el peliazabache tomó su rostro entre sus manos para besarla como si no hubiera un mañana. Ella lo empujó contra la cama y se posicionó sobre él.

Le había desabotonado la camisa y repartió besos húmedos sobre su pecho, que hicieron al peliazabache gemir con placer, pero un destello lo desconcentró luego de llegarle a los ojos un par de veces.

—¿Qué es eso? — preguntó curioso aún con Sakura sobre él.

—¿Qué cosa? — dijo aún repartiendo besos por su torso.

—Brilla.

—¿Qué? —ella lo observó confundida y luego volteó observando el lugar que miraba fijamente el peliazabache.

La pelirrosa decidió dejarse caer a su lado, e intentó restarle importancia.

—Un CD. —respondió sin poder ocultarle algo al ojionix.

Se acercó a tomar el objeto entre sus manos y Sakura supo que todo estaba arruinado.

Leyó las palabras escritas e intuyó lo que hacía ahí.

—¿Él te lo dio? — notó de inmediato la molestia en sus palabras.

—Ajá. — no dudó en responder.

—Rómpelo.

No le sorprendió su petición.

—No haré algo así. — dijo con calma.

—No quería recurrir a esto, pero por favor rómpelo.

Lo dudó. Sabía que su torso desnudo y su voz profunda estaban haciendo estragos en su interior, pero debía mantenerse firme.

—Sasuke, quiero escucharlo.

—¿Por qué? — ella se apoyó en sus antebrazos nuevamente para observarlo mejor. Sus labios rojos ante los besos que se habían dado no podían ocultar su enojo.

—Es mío.

—Tu ex-novio acaba de regalarte una canción hecha para ti.

—Sé como suena, pero primero que todo solo fuimos novios un par de días gracias a tí y segundo, entiendo tu reticencia, pero la respuesta sigue siendo no.

—¿Estás segura?

—Sasuke, por favor.

Ella sabía que una canción era algo muy personal para un músico, no estaba hecha a la ligera y la habían compartido con ella. No era tan simple como romperlo y ya.

—Dormiré en el sofá. — lo vio dejar el CD sobre su escritorio y salir con prisa por la puerta.

—¡Sasuke, espera!

Soltó una maldición y se dejó caer en su cama.

Luego de su pequeña discusión, no había querido entablar una conversación civilizada con ella. Lo entendía, pero él no estaba siendo comprensivo con ella, ni siquiera le dio el tiempo de explicarse. Y por supuesto ella no se atrevió a escuchar el cd aún.

Así que había tenido que usar el hospital de excusa para ignorar a Sasuke durante dos días y no abrumarlo ante su evidente falta de coraje para su petición. Al menos su mamá se mantenía estable.

Decepcionada y soltando un bufido cansado se acercó al micrófono y lo sostuvo entre sus manos. Debía empujar sus pensamientos a un lado por unas horas. Ya era demasiado de todo.

—Estoy lista. — informó frente al micrófono.

—¿Cómo se llama? — preguntó su amigo ojiceleste.

Desde que supo el estado de su mamá y sus confusos sentimientos, su cabeza estaba en otro lado, divagando cada vez que se presentaba la oportunidad, pero de alguna forma había logrado terminar la canción que había comenzado hace mucho tiempo.

This circle.

—Buen nombre. A Kabuto le gustará. —mencionó el pelirrojo de Suna, intentando alentarla.

Todos sabían la situación que estaba atravesando y mostraban su preocupación por su estado. Sabía que en parte era porque debían grabar las canciones del álbum y sin ella no podrían, pero podía sentir su preocupación en cada acción que realizaban para con ella y lo agradecía.

Ino los observó entusiasmada y comenzó a grabarlos con su teléfono, para después darles palabras de aliento.

Estaban todos en sus posiciones y el sonido de la puerta los detuvo. Una cabellera peliazabache se hizo presente y sus profundos ojos ónix encontraron a los jades de la pelirrosa sin problemas. Ella soltó el aire que estaba conteniendo aliviada.

No lo había olvidado. Le agradeció con su mirada y él se la devolvió sin problemas.

Tomó aire profundo y lo soltó de golpe. Ahora sí estaba lista.

Pero otra persona ingresó al lugar y todos se quedaron observándola confundidos. Nunca había asistido a sus ensayos, así que les pareció extraño que estuviera ahí.

—Sasuke-kun. — dijo de inmediato sin molestarse en saludar a nadie más. Por supuesto que había seguido al peliazabache apenas lo vio ingresar a la cochera.

—Karin, ¿Qué haces aquí? —habló el pelirrubio.

—Vivo aquí, primo. Ya que harán ruido, mejor superviso. — Varios rodaron los ojos y otros como la pelirrosa, solo lograron tragar con fuerza. No le apetecía su presencia ahí, pero no podía echarla tampoco. Así que decidió usar sus emociones al cantar.

—Quizá sería mejor que…

—Está bien. — mencionó la pelirrosa. — Puede quedarse.

—Como si no lo fuera a hacer.

Hizo oídos sordos a su comentario pretencioso e intentó centrarse en su cometido. No dejaría que la perturbara ni un poco, pero la molestia en su rostro fue evidente para el peliazabache, quien mantuvo sus ojos en ella en todo momento y cuando lo notó, la hizo sonrojar al mostrarle su sonrisa torcida.

La pelirroja que observaba al peliazabache detenidamente, notó este gesto y se cabreó. ¿Acaso nadie veía como se coqueteaban esos dos?

Naruto habló entonces antes de que se armara un lío.

—Bien, uno, dos, tres y…

Sakura:

Take this time to realize

(Tómate este tiempo para darte cuenta)

That you always shut your eyes

(que siempre cierras tus ojos)

In the midst of trial

(en el medio de un juicio)

And everything is always right

(y todo siempre está bien)

Naruto: And I think that it's time

(Y creo que es hora)

Sakura: This battle must be won

(esta batalla debe ganarse)

Naruto: But you pushed it aside

(pero lo hiciste a un lado)

Sakura: Pushed it aside

(empújalo a un lado)

Pretend that it's gone

(finge que se ha ido)

La voz de la pelirrosa se mantuvo firme y llena de sentimiento, y la voz de Naruto era el complemento perfecto.

This circle never ends

(Este círculo nunca termina)

And it's time you

(Y es tiempo de que tú)

Just face it, don't pretend

(Lo enfrentes, no finjas)

That it's over

(que terminó)

This circle never ends

(Este círculo nunca termina)

And it's time you

(Y es tiempo de que tú)

Just face it, don't pretend

(Lo enfrentes, no finjas)

That it's over

(que terminó)

Sasuke no pudo evitar observarla con admiración como cada vez que la escuchaba cantar. Su voz era perfecta. Sabía exactamente lo que estaba transmitiendo.

Take this time to realize

(Tómate este tiempo para darte cuenta)

That you always force a smile

(que siempre forzas una sonrisa)

In the midst of trial

(en el medio de un juicio)

And everything is always right

(y que todo siempre está bien)

Naruto: And I think that it's time

(Y creo que es hora)

Sakura: This battle must be won

(esta batalla debe ganarse)

Naruto: But you pushed it aside

(pero lo hiciste a un lado)

Sakura: Pushed it aside

(empújalo a un lado)

Pretend that it's gone

(finge que se ha ido)

This circle never ends

(Este círculo nunca termina)

And it's time you

(Y es tiempo de que tú)

Just face it, don't pretend

(Lo enfrentes, no finjas)

That it's over

(que terminó)

This circle never ends

(Este círculo nunca termina)

And it's time you

(Y es tiempo de que tú)

Just face it, don't pretend

(Lo enfrentes, no finjas)

That it's over

(que terminó)

Sus ojos se encontraron con los del ojionix y pudo sentir la molestia dejando por unos segundos su estómago. Seguía siendo su cable a tierra firme.

And it never ends

(Y nunca termina)

It never ends

(Nunca termina)

And it never ends

(Y nunca termina)

Naruto: And it never ends

(Y nunca termina)

Sakura: No, it never ends

(No, nunca termina)

This circle never ends

(Este círculo nunca termina)

And it's time you

(Y es tiempo de que tú)

Just face it, don't pretend

(Lo enfrentes, no finjas)

That it's over

(que terminó)

This circle never ends

(Este círculo nunca termina)

And it's time you

(Y es tiempo de que tú)

Just face it, don't pretend

(Lo enfrentes, no finjas)

That it's over

(que terminó)

It's over

(Terminó)

Los presentes, excepto la pelirroja, aplaudían y vociferaban con alegría, y la banda hizo reverencias en agradecimiento.

Sakura sonreía como hace tiempo no lo hacía y el peliazabache sintió su pecho repleto de algo cálido, y sonrió también.

Ino, que siempre se jactó de ser muy observadora, había detenido su aplauso y despegado sus ojos de su mejor amiga para posarlos sobre el Uchiha.

Fue un gesto muy sutil, pero ella lo había captado.

Sasuke había tomado la mano de la pelirrosa y la había soltado rápidamente, para luego susurrarle algo al oído. Haciéndolo parecer como un simple roce, pero ella no era idiota y esos dos de querían ver la cara.

Algo estaba pasando entre ellos.

El peliazabache siempre había puesto atención a la pelirrosa y a ninguna otra mujer, más aún cuando ella cantaba. Pero la forma en que sus ojos seguían a la pelirrosa mientras caminaba, la mueca en su rostro que nunca antes había visto…

¿Cómo no lo había notado antes?

Él estaba siendo tan obvio.

Alguien le debía una explicación.

—¡Muy bien, Frente! — gritó, logrando que el Uchiha dejara de mirar a su mejor amiga como un pedazo de carne y desviara su mirada avergonzado.

Me las pagarás por ocultarme algo así, frentona.

Era demasiado evidente. Sakura se había sonrojado a más no poder y había puesto su mano en su pecho para empujarlo lejos de ella, Sasuke soltó una carcajada que dejó evidentemente embobada a su amiga, quien no sacó su mano del peliazabache.

—¡Sasuke-kun! —la voz de Karin se había vuelto más aguda. — ¡¿Qué haces?!

Todos los presentes guardaron silencio al escuchar la voz aguda de la pelirroja.

—Karin. — la regañó de inmediato el pelirrubio.

Sakura pareció volver a la realidad y le tomó unos segundos comprender lo que estaba sucediendo, notó el rostro cabreado del peliazabache a su lado que ni siquiera volteó en dirección a la Uzumaki.

—Quita tus sucias manos de él. —exigió la Uzumaki a la Haruno, quien fue sostenida por el Uchiha al adivinar sus pensamientos. Sabía que podía lanzarse sobre ella.

—Karin, detente. — Naruto se había acercado a ella intentando calmarla nuevamente. —No hagas una escena aquí.

—¿Escena? Ella es la que se está lanzando hacia mi prometido.

Sakura abrió ampliamente los ojos y se alejó del tacto del peliazabache, pudo sentir un dolor atravesando su pecho, justo al centro. Dolor que la dejó sin aire unos segundos y la hizo dudar de todo lo sucedido últimamente.

¿Por qué Karin hablaba como si ya fuera un hecho? ¿Acaso ya estaba decidido? ¿Por qué le importaba lo que ella dijera? Sasuke ya se lo habría dicho si fuera así.

Ella sabía que iba a suceder.

Era inevitable.

Ya dedicaba horas a ese pensamiento por esos días, pero el pensar que podía suceder tan pronto… No estaba preparada.

Todos los presentes, exceptuando el trío de amigos, se habían observado entre ellos confundidos. Ninguno entendía de qué estaba hablando la pelirroja. Ino volteó de inmediato su mirada en dirección a su amiga, incrédula de lo que sus oídos escuchaban.

¿Sakura lo sabía? Su rostro apesadumbrado y paralizado parecía decirle que no.

—Karin. —la voz de Sasuke fue profunda y seca. Todos los presentes voltearon hacia él. Se podía notar que estaba harto y la miraba fijamente a los ojos con reproche y frialdad —No tengo nada que ver contigo. La única razón por la que siquiera te he dirigido la palabra alguna vez, es porque Sakura me lo pidió. Si vuelves a crear ideas como esa o a insultar a mi novia de esa forma, no seré tan condescendiente.

La pelirrosa que mantenía sus ojos en el suelo evitando la mirada de todos levantó su vista hacia su novio con los ojos abiertos como platos, incrédula de lo que había escuchado. Y no le importó para nada que haya roto su promesa.

Observó su espalda sorprendida, los había expuesto, pero la había defendido y asegurado frente a todos que la pelirroja solo estaba creando ideas en su cabeza.

—¡No puedes hacerla tu novia!

—Karin, es suficiente. —Naruto lucía cabreado.

Eran contadas las veces que Sakura y Sasuke lo vieron de esa forma, pero sabían que no debían hacerlo llegar a eso. Y la pelirroja se detuvo de inmediato.

Lucía dolida, casi se pudo escuchar el sonido sordo de su corazón siendo destrozado, pero luego su mirada se volvió decidida y soltó un chillido molesto para pronto marcharse por la puerta.

Sakura pareció soltar el aire que contenía y Sasuke tomó su rostro con su mano.

Al diablo con su maldito orgullo. Verla tan vulnerable no era su aspecto favorito.

La pelirrosa puso su mano sobre la de él y se observaron por unos segundos a los ojos. Suficientes para entender todo lo que no podían decirse con palabras.

—A ver, a ver ¿Qué fue todo eso? — preguntó la pelirrubia.

—Sakura-chan, Teme, me disculpo por mi prima. — la pelirrosa solo movió su cabeza en negación. No era su culpa lo que estaba sucediendo, pero eso no le dio consuelo al ojiceleste.

—¿Qué es eso de que Karin se quiere casar contigo? ¿Es eso algo de familias ricas? — preguntó muy confundida. — Y, ¿Qué es esto? ¿Ustedes dos están saliendo? Se lo tenían bien guardado.

—Ella solo está confundida. —dijo el Uzumaki en un intento de alivianar las cosas. No quería que sus amigos se vieran envueltos en especulaciones ni herir más a la pelirrosa. Tanto el Uchiha como la Haruno le agradecieron con la mirada.

Sasuke quien no era muy conversador con ellos fue el que dio explicaciones.

—Le pedí a Sakura que fuera mi novia y ella aceptó. —dijo sin despegar su vista de ella.

—Vaya que les tomó tiempo. — dijo el pelirrojo.

Todos rieron levemente y siendo amigos de Sakura, decidieron no generar más comentarios asociados a lo que acababa de suceder. No era su asunto y sólo deseaban que ella mejorara y sabían que el peliazabache sería su mejor aliado.

—Bueno, ¿sigamos?


—¿Dangos?

—Así es. Mi placer culpable. — la carcajada que dejó salir de su boca fue suficiente para que la pelirrosa se quedara marcando ocupado. —¿Quieres uno?

—Por supuesto, son mis favoritos.

—Algo en común… — mencionó más para sí mismo.

Luego de la tocata Sasuke le había pedido que hablaran un momento, pero debía ocuparse de algo primero, por lo que la dejó en su casa y le pidió que lo esperara. No creyó que el mayor de los Uchiha llegara tan pronto a casa, mucho menos con comida que agradecía su estómago vacío. Ahora ambos estaban en el sofá viendo la televisión y comiendo dulces.

—¿Cómo fue la reunión con tus padres? — preguntó luego de unos minutos, sin poder contenerse.

Él era demasiado bueno disimulando para haber mostrado algún indicio de que lo había perturbado su pregunta.

—Ya sabes, solo negocios. — respondió rápidamente y luego añadió: ¿Cómo estuvo el ensayo?

—Ya sabes, una montaña rusa como siempre.

Itachi tenía un don para ocultar sus emociones, como todos los Uchihas, pero ella no se daría por vencida. —No tienes que mentir, sé lo que está pasando. — respondió sin más mientras mantenía su mirada en el televisor.

Podía ser cierto, Sakura era una persona inteligente y la mejor amiga de Sasuke, él mismo le debió contar sobre su viaje. Sin embargo, la relación de esos dos siempre fue muy extraña, al punto de no distinguir qué era lo que realmente eran. Sasuke no era la persona más cariñosa del mundo, pero existían ciertos gestos y la forma en que la observaba… Demasiado cercanos para solo ser amigos, muy pocas palabras para ser algo más, extremadamente tenso el ambiente si estaban juntos.

—No creo que lo sepas de verdad. — dudó.

—¿Estás siendo forzado a casarte también?

La forma tan natural con que lo dijo lo sorprendió, pero no lo demostró. Se le olvidaba lo directa que podía llegar a ser la pequeña Haruno.

—No. — pensó en elegir bien sus palabras — Con una alianza basta.

—Eso suena justo. — la vio arrugar la nariz en desaprobación.

—Sakura. — la llamó para que lo observara.

—¿Hmph? — responde como toda una Uchiha, pensó él.

—Yo soy el verdadero heredero de los Uchiha. — ella volteó hacia él y pudo notar su mirada preocupada sobre ella, como si temiera que sus palabras fueran a generar algún pesar o incomodarla — Yo debía casarme con Karin, pero Sasuke tuvo que tomar mi lugar.

Ella observó el suelo ahora, intentando que sus palabras cobraran sentido antes de sacar conclusiones apresuradas.

—Entonces… ¿Por qué?

—Karin tiene esta... fijación con Sasuke. Está obsesionada. Pero entiendo por qué Sasuke me odia. — sus ojos lo observaron nuevamente, notó su semblante abatido y no pudo solo pensar en su estúpido corazón — No lo culpo, está ocupando mi lugar, el lugar que nunca pidió ni quiso.

—Conozco a Sasuke mejor que a mi misma. Él no te odia, él solo... Odia las decisiones que se están tomando a costa de su opinión.

—No veo la diferencia. — vio en su mirada cansada que la situación también estaba haciendo estragos en él. —Lo siento, no debería hablar de esto contigo, debes estar preocupada por lo de tu mamá y yo…

—No lo sientas. Te debía el favor.

Por un momento pensó que le diría que pensó que su corazón se rompería en mil pedazos, pero él no tenía idea de su relación con Sasuke. Ella no podía mostrarse perturbada de esa forma por algo que no tenía vuelta atrás, ¿no es así?

Hey. —empujó levemente su hombro. — ¿Una partida de ajedrez? Te apuesto cuatro porciones de dangos que ganaré.

—Que sean cinco.

—Trato hecho.

Quizá ambos estaban desorientados. Itachi siempre le pareció una persona muy estable. A diferencia de Sasuke, que tenía un humor bastante denso y apático, pero podía variar en emociones rápidamente. Su relación con Sasuke era su punto débil y agradecía que compartiera algo tan íntimo con ella.

Luego de varios minutos, creían que ya había pasado una hora e Itachi había vencido a Sakura, pero ella no se la puso fácil.

Se encontraban riendo cuando el pelinegro recibió un correo que pareció perturbarlo levemente, porque su rostro cambió a uno frío y se alejó para leerlo.

—¿Está todo bien?

—Sí. Mis padres volverán antes de lo estipulado. — dijo mientras guardaba su teléfono en su bolsillo.

Ella solo asintió en respuesta, sin encontrar las palabras para explicar lo que pasaba por su cabeza. Itachi había dejado ver su evidente espanto ante el mensaje recibido.

—¿Me dirás la verdad? — insistió.

—¿De qué hablas?

—Me conoces desde que tengo memoria. No puedes mentirme así. — Itachi bufó.

Si le decía algo que su hermano no hubiera compartido con ella.

—Sé que te preocupas por Sasuke, pero…

—No es solo eso. Sasuke y yo…

El sonido de la puerta anunciando al recién llegado interrumpió la conversación y de cierta forma lo agradecía.

Los profundos ojos del peliazabache recorrieron su cuerpo y sus latidos se aceleraron.

—Estás aquí aún. —mencionó aliviado y sonrió, pero luego cambió su semblante y añadió: — Con mi hermano.

—Estaba esperándote. — se cruzó de brazos e intentó que le tomara atención a ella y no al hecho de que Itachi estuviera ahí. — ¿Qué te tomó tanto tiempo?

—No me dijiste que volverías antes. — falló estrepitosamente y él se dirigió a su hermano.

—Fue inesperado. — respondió con calma el mayor.

—Hmph.

Sasuke le hizo un movimiento de cabeza y pronto ambos comenzaron a subir las escaleras, pero la voz del pelinegro detuvo a su hermano.

—Sasuke, ¿Podemos hablar?

—Puedes hacerlo frente a Sakura. —dijo sin problemas.

—No creo que ella quiera escuchar nuestra conversación, es algo personal. — le indicó su celular y el peliazabache dudó. No podía ser algo bueno.

—¿Puedes ir a mi habitación? Voy enseguida. — la forma suave y calmada con que le habló a la Haruno, hizo que el pelinegro levantara una ceja intrigado.

La vio asentir en silencio, y no pudo ocultar su confusión al verla sonrojarse.


Se habían acercado a la cocina y Sasuke tomó asiento cerca de la mesa, apoyando su mentón sobre sus manos entrelazadas, como solía hacerlo.

—Naruto hará una fiesta el viernes. — soltó.

—¿Por qué debería importarme? — mencionó aliviado y al mismo tiempo molesto por la interrupción. Él no asistía a fiestas a no ser que Sakura lo obligara. Ni siquiera si era de Naruto.

—No lo tengo del todo claro, pero al parecer hará un anuncio importante. — el peliazabache le tomó atención. —¿Has hablado con él?

—No lo he conseguido. Él y la Hyuga desaparecieron por unos días.

Naruto y la Hyuga habían desaparecido. Juntos. Uzumaki y Hyuga.

—Shisui me dijo que sus familias se reunieron. — el mayor observó a su hermano con detención.

—¿Crees que…?

No. Solo era una coincidencia.

—¿Viste la lista de invitados? — ¿Lista? ¿Por qué Naruto haría una lista para una fiesta? Sasuke tomó su teléfono y revisó su correo de inmediato. — Me temo que es una opción.

Se sostuvo la cabeza sin creer lo que eso significaba. Sus padres estaban en la lista.

—Creí que tendría más tiempo. — soltó.

—Podría hablar con ellos otra vez. Podríamos inventar una buena excusa.

—Sabes que eso no funcionara.

—Hermano…

—Sakura y yo estamos saliendo. — dejó salir rápidamente, lo sabría pronto de todas formas.

La noticia podría haberlo tomado por sorpresa, pero siempre lo sospechó, y ellos se complementaban de una forma inexplicable.

Eso explicaba el rostro intranquilo de la pelirrosa y su insistencia en saber más. Y otras cosas.

—¿Qué harás? — El panorama se complicaba.

—No me casaré con Karin. Nunca me perdonaría herir a Sakura de esa forma.

—Lo entiendo. Pero ella es fuerte y es una situación desesperada, ella lo entendería.

—No, no lo entiendes. Ella ya me había dicho que lo hiciera, pero… No creo que pueda alejarme de ella.

Estaba sorprendido, no solo por su sinceridad y los sentimientos que había desarrollado por su mejor amiga, sino también porque le había confiado su mayor secreto. Por supuesto que si su hermano dejó que alguien rompiera todas sus barreras no era tan simple como un noviazgo.

—Estás enamorado de ella.

Sasuke solo lo observó unos segundos y luego volteó su rostro, su mirada pérdida en sus pensamientos. Pero el pelinegro ya sabía su respuesta.

Es tan fácil como respirar.


Aún existo mi gente.

Pronto actualizaré mi otra historia :o

¡Gracias por seguir leyendo mis historias!

Au revoir