Cap 4

Gumball estaba mirando su celular confirmando si este era el lugar correctamente donde tendría eh… ¿entrevista? ¿o empezaría a trabajar? No estaba muy claro. Nunca se le ocurrió decirle a Larry si aquí es donde empezaría a trabajar o donde le entrevistarían. Él se encogió de hombros, respiro hondo, asintió para sí mismo y decidió entrar al edificio.

Mirando a su alrededor, solo vio a una mujer sentado detrás de un escritorio frente al monitor de una computadora. Se le acerca haciendo que ella volteara a verlo.

Gumball: disculpe, vengo por parte de Larry y. – no pudo terminar

Secretaria: usted es Gumball Watterson ¿correcto? - el solo asintió. – el jefe te espera en el piso 7 habitación 32, puedes usar el ascensor que está en el corredor.

Gumball: oh, gracias. – dijo simplemente y se dirigió hacia el ascensor. Selecciono el séptimo piso y las puertas se cerraron. Recordó algunos consejos que le dio Rocky Robinson. El hijo de su vecino, el sr. Robinson, que era conserje en la escuela secundaria Elmore, sobre artículos de limpieza y formas de tener una buena higiene. no sabía si Rocky sospechaba o no del porque le preguntaba eso ya que estaba en la mayor parte con unos auriculares escuchando música que lo ponía de buen humor. No estaba seguro del todo.

El sonido del timbre de la puerta del ascensor lo sacaron de sus pensamientos. Las puertas se abrieron empezando a caminar hacia la habitación 32. Que justamente era al final del pasillo. Respiro hondo tratando de calmar sus nervios. ¿siempre seria así cuando te reúnes en una entrevista? Gumball sabía perfectamente que no quería volver a pasar por esto. Toca varias veces y escucha una voz detrás de la puerta.

?: Adelante. - el abrió y vio a un hombre, de hecho un hombre carpeta, sentado mirando unas hojas.- ponte cómodo, enseguida te atiendo. – no sabía si lo reconoció o no. Así que se sentó en unos sillones que estaba a un lado contra la pared. Frente había una mesa pequeña y al otro lado otro sillón. Se sienta y solo cerro sus ojos tratando de calmarse. Se sobre salto un poco al sentir un ruido, abrió sus ojos y miro al jefe que estaba frente de él sentado. – me llamo Gerard ¿supongo que tú eres Gumball?

Gumball: s-si señor.

Gerard: tranquilo, chico. Veo que estas nervioso. Ten. – le lanza una bebida enlatada y lo atrapa. ¿tenía esto en todo momento? Tal vez nunca se dio cuenta. El solo lo miro un poco con duda. - el azúcar te calmara los nervios. - el asintió y tomo un sorbo soltando un suspiro que no sabía que estaba conteniendo. - ¿mejor?

Gumball: si, gracias.

Gerard: bueno. Empecemos con esto. - él se acomoda en el sillón chocando su espalda con el respaldar. - Larry me comento que quieres trabajar de lo que sea. Y casualmente tengo un puesto de limpieza.

Gumball: si, el me comento sobre el trabajo y no me importa. De hecho, pedí consejos al conserje de mi escuela. - el hombre sonrió

Gerard: veo que vienes algo preparado, me gusta eso. Pero antes quiero saber algo sobre ti.

Gumball: ¿Cómo que, señor?

Gerard: Larry nunca menciono porque quieres el puesto. Y no es normal que un adolescente de casi 17 años quiera un trabajo aun estando en la secundaria. Conozco jóvenes que trabajan por problemas económicos. Pero tu… no luces como ellos. - el arquea las cejas. – por ejemplo, tu camisa es de buena seda y tus pantalones se nota que es de buena calidad. No veo que estes mal en termino de dinero.

Gumball: wow… se fija en todo.

Gerard: cuando tienes un puesto como el mío tienes que percatarte en los detalles. Así es el mundo de un adulto, chico. Tener un trabajo requiere una GRAN RESPONSABILIDAD. Incluso a veces tendrás que trabajar estando enfermo. No se aceptan errores o estas fuera. – vio como el joven tomo otro gran trago haciendo que él se riera un poco. – descuida, no voy a comerte vivo. Así que responde. ¿Por qué quiere el puesto?

Gumball: bueno… *suspiro* mire, le voy a ser sincero. - deja la bebida a un lado en la mesa. – usted tiene algo de razón. No estoy mal en términos de dinero… aun. - el arquea una ceja por eso. – mi madre es la única que trabaja en la familia. Somos una familia de 5, incluyéndome. Y ella se encarga de todo. Los gastos, los servicios y se asegura de que tengamos comida en la mesa y un techo en el que vivir.

Gerard: ¿tu padre? No lo has mencionado.

Gumball: el… es un tema complicado. Él no tiene trabajo y, para ser franco, dudo mucho que tenga uno en un futuro lejano… incluso en el resto de su vida quiero decir.

Gerard: me suena un poco cuando Larry era un flojo.

Gumball: jejeje, de hecho. Él fue quien le arrebato del título "el más flojo"

Gerard: oh, ahora estoy entiendo.

Gumball: ella lucha con todo y me gustaría apoyarla. Al menos un poco.

Gerard: mmm… por la forma en que lo dices ella no sabe de esto.

Gumball: no, ninguno de mi familia lo sabe. Quiero que mis hermanos sigan concentrados en la escuela.

Gerard: me gusto tu honestidad, chico. Y, entre nosotros dos, creo que lo que haces por tu madre, a pesar de que es a sus espaldas, es algo conmovedor eh inspirador.

Gumball: gracias, señor. - el solo se le quedo mirando, haciendo que el joven se empezara a poner nervioso. Decidió terminar su bebida esperando la respuesta del adulto.

Gerard: ¿Dónde vives? – el parpadea varias veces. – no digo el lugar exacto, si no tu barrio ¿dónde trabaja tu madre y en que escuela asistes?

Gumball: oh, ella trabaja en la fábrica Arcoíris. - saca su celular un momento mostrándole la fábrica donde trabaja su madre, luego su escuela y el barrio en el que vive.

Gerard: bien. Vuelvo en un momento. - el solo asintió, el jefe se levantó y fue hacia el computador que estaba en el escritorio. No solo se sentó, estaba tecleando en ella y arrastraba el ratón clickeando varias veces. Él se detuvo un momento mirando al joven y de nuevo al monitor. - dime, ¿puedes comenzar ahora mismo? – terminó de teclear y se dirige a una puerta que había en la habitación sacando una bolsa.

Gumball: ¡Tengo el trabajo! –

Gerard: tranquilo, tranquilo. – se sienta frente de él nuevamente. – aun no tienes el trabajo, es solo una capacitación. Una prueba para ver si eres apto.

Gumball: oh, lo siento.

Gerard: descuida. Mira, hay tres edificios. Todos son complejos de departamentos y son de 8 pisos. Lo único que tienes que hacer es limpiar el corredor, las ventanas, el elevador y las escaleras. Obviamente, si ves alguna falla o algo roto recuérdalo para más tarde. Con los productos de limpieza no te preocupes. El dueño de los edificios tiene la responsabilidad de abastecerlo.

Gumball: ¡sí, señor! – dijo al estilo militar haciendo que el adulto sonriera.

Gerard: okey, chico soldado. Aquí esta tu uniforme. - le entrega la bolsa, el adolescente mira dentro notando que era la ropa del trabajo. – no se si es de tu talla. Pero por ahora eso te servirá. Intercambiemos nuestro número de celulares. Allí te mandare las direcciones de los edificios de hoy en día. - saca rápidamente su celular, no sabía si era de emoción o de los nervios, pero lo hizo con bastante rapidez. –

Gumball: ¿alguien me acompañara?

Gerard: no será necesario. Con el uniforme el guardia sabrá que eres de nosotros y te dejará pasar.

Gumball: eso… ¿no es una mala seguridad?

Gerard: je, veo que eres atento. Me gusta eso. Pero no tienes que preocuparte. A ellos se le informa las características de nuestros empleados y solo ellos saben quiénes van.

Gumball: oh. - el adulto se levanta acompañándolo hacia la puerta.

Gerard: un consejo. Empieza del último piso hacia el primero. Es la manera más rápida de empezar. Primero por los vidrios y después el pasillo. Y para bajar, no uses el elevador. Baja por las escaleras y lo limpias en el camino. Ahorraras mucho tiempo siguiendo esos pasos.

Gumball: último piso, ventanas, pasillos y escaleras. Lo tengo.

Gerard: bien. - abre la puerta dejando que el joven gatuno saliera. – buena suerte, chico. En seguida te mandare las direcciones por mensaje. - el asintió felizmente y cerró la puerta.

El gato azul decidió bajar por el ascensor y, aprovechando el tiempo, se cambia rápidamente dentro dejando la ropa que tenía antes en la bolsa. Mirándose en el espejo del elevador notaba que le quedaba algo grande. Sintió el sonido de su celular, lo encendió mirando 3 notificaciones. Los abre notando de que eran las direcciones. Asintió para sí mismo y las puertas del elevador se abrieron.

Gumball: bien, es hora de trabajar.

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Cuantas horas habían pasado, no sabía. Pero estaba seguro de que fue bastante tiempo desde que salió del edificio donde lo entrevistaron. Ya que estaba atardeciendo. El sol se estaba ocultando, dando el cielo un color anaranjado.

Ahora se encontraba en el primer piso del último edificio asignado. Estaba terminando de trapear el piso. Tuvo algunos problemas ya que los residentes pasaban por allí ensuciando el piso nuevamente. Tenía ganas de insultarlos, pero decidió aguantarse y empezar de nuevo.

Al terminar vio el piso notando su reflejo en el de lo limpio que estaba. Asintió satisfecho por su trabajo y estira su espalda crujiendo los huesos de su espalda. Quien diría que estar encorvado tanto tiempo barriendo y pasando el trapo sería algo doloroso. Vio como una sombra se acercaba detrás de él y ya estaba maldiciendo la persona que estaba por pisar su piso recién lustrado.

?: veo que llegue justo a tiempo.

Gumball: ¿eh?... ¿¡oh, jefe!? No sabía que vendría.

Gerard: quería ver cómo te estaba yendo al final del día. Vuelvo enseguida. - él se sube al elevador y Gumball se encogió de hombros. Habían pasado más de 15 minutos y estaba pasando un trapo en las ventanas. Nunca se percató que cierta persona con cara de carpeta estaba detrás de él mirando. – ¿segunda mano?

Gumball: ¡WAA!.- se sobresaltó y el hombre se rio.

Gerard: lo siento. No era mi intención.

Gumball: jejeje, no escuche el elevador.

Gerard: no baje por el elevador, si no por las escaleras. Quería ver si todo estaba limpio.

Gumball: oh. Y ¿qué tal?

Gerard: las ventanas y el pasillo están bien. Incluso limpiaste detrás de las macetas que había en algunos pisos. Pero te olvidaste debajo de ellas. En las escaleras limpiaste cada escalón incluyendo el barandal, pero debajo de ellas aun había algo de polvo. El elevador lo limpiaste bien. Incluso los baños que están en el primer piso.

Gumball: lo siento… yo.

Gerard: ¿Por qué te disculpas?

Gumball: pues… algunos sectores están sucios ¿no?

Gerard: chico, es tu primer día. Y déjame decirte que lo hiciste excelente, incluso mejor que un novato promedio. Lo mejoraras con la experiencia. Antes que nada. Viste algo fuera de lugar en los edificios.

Gumball: bueno…- saca su celular haciendo que el jefe inclinara la cabeza con duda. - en el primer edificio note que dos bombillas estaban quemadas. El segundo y el quinto piso. El interruptor del tercero hay que cambiarlo ya que esta trabado. En el segundo edificio que estuvo no encontré nada y en este hay una perdida en el baño debajo del tocador. Las barandillas del tercer edificio hacia el cuarto piso están algo flojas ya que se mueven y por último tienen que cambiar la perilla de la puerta que va hacia las escaleras del último piso, esta algo floja. - dijo mirándolo.

Gerard: ¿anotaste todo eso en tu celular?

Gumball: por si se me olvidaba algo.

Gerard: bien hecho. Tienes razón, esos son todos los errores que encontré. A excepción del baño que no sabía. Guarda los artículos de limpieza, te estaré esperando afuera. - el gato azul asintió mientras que el hombre decidió salir. Decidió prender un cigarrillo y espero apoyándose en un árbol que estaba en la vereda. Escucho las puertas del edificio abrirse y el joven apareció a su lado. - bueno, lo diré simple, chico. - el trago saliva de los nervios. – tienes el trabajo.

Gumball: ¿¡en serio!? - el hombre asintió y noto como el joven gatuno estaba tratando de no gritar de la emoción.

Gerard: los edificios que estarás a cargo limpiando son los mismos. A veces habrá cambios, como que un edificio dejaras de limpiar, pero se te asignará otro. Todo se te será informado a través de mensajes en tu celular. - él asintió rápidamente. – ahora, en cuanto la paga. – Gumball escucho atentamente. – hay dos formas y esa es tu opción.

Gumball: ¿mi opción? – dijo con duda

Gerard: así es. La paga puede ser semanal o mensual. Tú eliges. –

Gumball: mmmmm.- cerro sus ojos pensando un momento. – (si es mensual tendré más dinero ganado que una semanal… pero a veces tenemos gastos "extras" durante las semanas que se le hacen difícil a mi madre…) prefiero semanal si no es mucha molestia.

Gerard: está bien. Déjame decirte tus horarios de trabajos. de hecho, son las mismas las que hiciste hoy. Trabajas de lunes a sábado. Y antes de que digas algo. Los sábados es únicamente por la mañana. Solo son dos edificios. Este y el primero que hiciste. Después del mediodía y todo el domingo son tus días libres. ¿hay algún problema con eso?

Gumball: ¡no, señor!

Gerard: bien. – se estaba por dar vuelta, pero se detuvo. – oh, casi se me olvida. A veces puedes recibir una "oferta", por si quieres llamarlo de ese modo, de limpiar otro edificio extra o dos. Obviamente se te pagara más. Pero por las dudas. ¿aceptarías trabajar horas extras en algunas ocasiones? Esta de ti decidir si aceptar o no y se le asignara a otra persona.

Gumball: no, no. Aceptare.

Gerard: bien, como has comenzado hoy miércoles. Tu paga no va a ser tanto. Pero a partir de la próxima semana la paga será como es normalmente. Cuando termines el sábado tu trabajo, vuélveme a ver en mi oficina para entregarte tu pago. Como de seguro no tienes una cuenta bancaria te daré el dinero en efectivo en un sobre. - el asintió. - ¿quieres que te lleve a tu casa?

Gumball: no, gracias. Iré en autobús. Además, si me ven venir en auto con alguien que no conocen levantaran sospecha.

Gerard: está bien, como quieras. Buena suerte, Gumball. Nos vemos el sábado. – dijo y empezó a caminar. Cuando estaba por doblar a la esquina escucho como el gatuno grito de alegría haciendo que se riera por eso. Volteo un momento viendo como saltaba de un lado a otro y empezó a correr dando en algunas ocasiones brincos de aquí para allá hacia la parada del autobús.

Espero que les haya gustado, como siempre pronto el próximo.