THE LORD AND THE LADY OF THE BUILDING
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
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Capítulo 8. El lord es determinado a pesar de todo.
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Estando parado frente a la puerta de su vecina, observando fijamente el número "14" y tratando de regular su respiración antes de tocar, Sasuke Uchiha se preguntó si no era muy tarde para fingir estar enfermo y regresar a su apartamento.
"Se acaban de ver hace menos de dos horas, jamás te creería eso" pensó molesto consigo mismo.
Ese mismo día, cuando ambos llegaron de sus trabajos y se encontraron en el ascensor, Sakura le había hecho una casual invitación a cenar con ella, algo a lo que él aceptó de inmediato.
Solo que ahora, a pesar de creyó que el nerviosismo había quedado atrás y ahora se sentía completamente confiado al estar con ella, estaba temeroso de tocar a la puerta y abrirse paso a lo que debido a sus descontroladas emociones pudiera convertirse en un desastre de velada.
Al final, no queriendo seguir retrasándose más, terminó anunciando su llegada, aunque aún no estaba listo para ser recibido.
—¡Adelante Sasuke-kun! — la pelirrosa le pidió entrar en cuanto le abrió la puerta.
—Gracias... — él apenas pudo murmurar mientras se adentraba su hogar y comenzaba a inspeccionar cada detalle del interior.
El apartamento de Sakura era en estructura igual al suyo, solo que estaba pintado de blanco y la mayoría de los muebles, tanto en la sala de estar como en la cocina, eran de ese mismo color o de un agradable tono beige, exceptuando por el sillón frente al televisor, que era verde bosque.
—Tendré lista la comida en un par de minutos, por favor ponte cómodo — Sakura se marchó de regreso a la cocina y teniéndola lejos él se permitió ver un poco más del apartamento —. Espero la lasaña sea de tu agrado.
—Lo es — él respondió con simpleza al tiempo que se desplazaba por la estancia principal y observaba uno a uno los cuadros que ella tenía en la pared, especialmente en el que ella aparecía recién graduada de una universidad local —. ¿Siempre has vivido en esta ciudad?
—En realidad soy originaria de una pequeña provincia rural un poco lejos de aquí — la pelirrosa estaba terminando de emplatar y se movió para apagar la televisión, ya que al haberla silenciado desde que su invitado llegó de todas formas no tenía idea del curso que había tomado el programa que estaba viendo —. Pero vine a estudiar aquí y me gustó tanto la ciudad que decidí quedarme... ¿Qué hay de ti?
—Me mude cuando tenía doce años, así que he sido residente más de la mitad de mi vida — el hombre de cabellos negros siguió recorriendo el cuarto y se acercó al gran ventanal en la parte lateral, cuya vista reconoció que era mejor que la que él tenía en su casa.
—Eso pensé, luces como todo un chico de ciudad — Sasuke se permitió sonreír un poco pensando en lo sorprendente que resultaba el que ella hubiera crecido en el campo cuando era más elegante y sofisticada que muchas oriundas de esa gran metrópolis.
Al ver que ella estaba colocando todo en la mesa, se acercó a ayudarla, no pasando desapercibido a sus rápidos ojos como la chica se ruborizó al estar tan cerca de él debido a lo estrecho de su cocina.
Una vez que estuvieron sentados y dio el primer bocado a la comida que Sakura había hecho, no pudo evitar notar que sabía un poco más salado de lo que estaba seguro debía ser ese platillo. Justo como él le había comentado una vez que le gustaban las cosas.
—¿Está bien? — sin dudar, Sasuke asintió y le regaló una pequeña sonrisa —. Que bueno porque no soy tan buena cocinando y de verdad me siento bendecida de no haber arruinado la cena hoy.
—Cuando lo necesites puedes acudir a mí por un consejo — no quería sonar presumido, pero él sí que tenía un talento para las artes culinarias, mismo que no iba a perder oportunidad de usar para acercarse a ella.
—Muchas gracias Sasuke-kun.
Siguieron conversando sobre temas inverosímiles al tiempo que disfrutaban su comida y bebían de un delicioso vino que la pelirrosa tenía reservado para ese tipo de ocasiones. Estando en compañía del otro poco a poco comenzaron a sentirse más cómodos y la charla fluyó tan bien que ambos terminaron compartiéndose detalles de su infancia, su vida escolar o sus secretos laborales sin ninguna reserva.
Para sus adentros, Sasuke estaba enormemente aliviado de que todo estuviera saliendo bien y que, tal y cómo pensó, entre más conocía a su vecina, más compatibles resultaban.
—¿Te gustan los programas de investigación paranormal? — él la cuestionó de repente, recordando que era uno de esos shows el que ella estaba viendo antes de que llegara.
—Muchísimo, es decir, sé que son cuestionables en muchos aspectos y que más de la mitad de las cosas que dicen no son verdad, sin embargo... — por primera vez desde que la conocía, la pelirrosa dudo un momento antes de continuar, algo tan peculiar viniendo de ella que él sintió como su curiosidad se manifestaba en su normalmente estoica expresión facial —. A veces la información que dan resulta un poco útil y me ayuda a convencerme de que puedo vivir aquí sin tener miedo.
—¿Tú...? ¿Tienes actividad paranormal aquí? — Sasuke enarcó una ceja y no pudo evitar sonar conmocionado, a lo que ella asintió cautelosa. Para empezar él ni siquiera creía que ese tipo de manifestaciones existieran, pero lo realmente sorprendente era que una doctora con especialización como ella sí lo hiciera y además afirmara estarlo viviendo.
—No es nada agresivo como en las películas, pero ciertamente puede ser molesto, ya me he acostumbrado, pero cuando me mudé sí que estaba aterrada.
Ella comenzó a relatarle una a una sus experiencias en ese departamento, desde la manera en que a veces las cosas se caían de los estantes, como las luces se apagaban solas, el que algunas cosas aparezcan en lugares diferentes a donde ella los había dejado e incluso como en contadas ocasiones escuchaba pasos durante la noche.
Mientras la escuchaba, a la mente de Sasuke llegó la hipótesis de que podría ser que tuviera un invasor viviendo con ella y que no estuviera enterada, pues había leído de casos así antes. No obstante, considerando que era un apartamento pequeño donde prácticamente sería imposible esconderse durante tanto tiempo, la desechó antes de siquiera compartírsela.
—¿Y por qué nunca te has mudado?
—Bueno, sí lo considere, pero cuando hable con Sarutobi-san él me dijo que ya era muy tarde para romper el contrato y que, aunque me fuera tendría que seguir pagando la renta — un poco apenada, Sakura evitó mirar a los ojos a su incrédulo amigo, recordando como en ese tiempo si muy apenas podía costear ese lugar, mucho menos podría estar pagando por otro al mismo tiempo —. Al final tuve que quedarme y poco a poco comencé a acostumbrarme a lo que sea que este viviendo conmigo.
—¿Y ya no tienes miedo? — a su cuestionamiento ella negó con la cabeza y luego dejó que una tierna sonrisa se abriera paso en su rostro.
—No, incluso a veces me permito ser valiente y exigirle que no me moleste y hasta le he puesto nombre... Bueno, en realidad Madara se lo puso, pero a mí me pareció bien — bastante interesado en saber cuál era, Sasuke incluso pasó por alto la mención de su actual persona menos favorita en el mundo —. Bob.
—¿Bob? ¿Como... Bob Marley o Bob Ross?
—Como Bob Esponja — no sabía si aquella dichosa presencia los estaba escuchando y se lo tomaría como una ofensa, pero Sasuke no pudo evitar que una risa contenida se le escapara. Algo que ella imitó, pero de forma abierta —. Madara dijo que cada que me sintiera asustada recordara que la esponja de esa caricatura era inofensiva, además de que no hay nada en la tierra que pueda ser tan aterrador si se llama "Bob".
—Lo admito, es un buen nombre. Podría tener en frente un tiburón hambriento y si me dijeran que se llama así, el hecho de que puede comerme perdería toda la seriedad.
Tras unos minutos, que se extendieron hasta que la noche se hizo presente sin que se dieran cuenta y en los que siguieron hablando un poco más sobre Bob y sus travesuras, asi como de otros temas que les interesaban, ambos se levantaron de la mesa y Sasuke le pidió permiso para usar su baño.
Cuando cerró la puerta y estuvo solo, el Uchiha se permitió dejar salir un sonoro suspiro, así como una sonrisa abierta.
Estaba bastante contento de cómo había salido la velada y comenzaba a intuir que, si seguían así, seria cuestión de tiempo para que se convirtieran en pareja oficialmente, algo que ahora admitía sin ningún problema que era una de sus metas a corto plazo.
Le gustaba muchísimo esa mujer y siendo un hombre que normalmente esquivaba cualquier sinónimo de romance en su vida, no podía perder la oportunidad de tener como novia a alguien que finalmente le hacía sentir esas cosas que siempre creyó no eran para él.
Sakura era tan especial, inteligente, agradable y perfecta, que ni siquiera su extraña creencia en lo paranormal conseguirían cambiar la percepción que ya se había formado de ella.
"Una vez que estemos juntos me la llevaré a vivir conmigo y la convenceré que convenceré Bob simplemente fue producto de su imaginación" pensó con suficiencia mientras se lavaba las manos.
Sin embargo, como si aquel ente en el que decía no creer lo hubiera escuchado, el agua dejó de salir del grifo de manera abrupta.
Algo que Sasuke ni siquiera tuvo tiempo de procesar, pues acto seguido la luz se apagó sumiéndolo en una densa oscuridad y pensando en que tal vez se trataba de una simple falla eléctrica, quiso salir para alertar a Sakura, encontrándose con que la puerta estaba bloqueada.
—Pero que... — masculló confundido y aunque por un segundo pensó que podría estarse tratando de una broma de la chica de cabellos rosados, aún a través de la puerta podía escuchar el sonido de la vajilla siendo lavada, delatando que ella se encontraba del otro lado del departamento y a eso había que sumarle que el aparador estaba dentro del baño así que... Eso tal vez se trataba de... —. ¿Bob?
A modo de afirmativa a su llamado, las luces volvieron a encenderse y antes de que Sasuke intentara convencerse de que todo se trataba de una coincidencia, cuando se giró en dirección al espejo para ver que reacción tenía en su normalmente imperturbable rostro, éste se rompió cayendo en pedazos sobre el lavamanos.
El Uchiha no podía recordar la última vez que había gritado con tanta fuerza, aunque al menos eso sirvió para que Sakura corriera en su rescate y al ver los cristales rotos y la expresión perturbada de su amigo, comenzara a amenazar a Bob.
Soltando sin querer una oración que, a pesar de su estupor, Sasuke consiguió escuchar fuerte y claro.
—¡Si pierdo mi oportunidad con este magnífico ejemplar de hombre por tu culpa, te prometo que voy a traer al mismísimo papa para que te expulse, Bob!
Lo curioso es que ese pequeño colapso consiguió hacer todavía más memorable su velada y le valió al Uchiha una invitación a cenar a cualquier lugar que él eligiera como disculpa.
Lo que el lord aceptó, extrañamente más seguro que nunca de que ni Madara ni esa celosa manifestación llamada Bob lo iban a alejar de su lady.
...
NOTAS FINALES:
Oficialmente voy a agregar la etiqueta comedia a esta historia porque siento que ya se la merece jajaja.
¿Les pareció extraña la inclusión de este nuevo "personaje" Bob? Yo sé que sí, pero es que lo necesito para otras situaciones que tendrán lugar más adelante.
Por cierto, lo de las noticias sobre los invasores viviendo en casas sin conocimiento de los dueños es totalmente real y recuerdo que estaba en todos los noticieros hace unos cuantos años.
Esta práctica de llama "phrogging" y desde que supe que existía se convirtió en un miedo latente a que me suceda jajaja.
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En fin como en cada ocasión les agradezco a todos los que me han hecho saber sus comentarios y les pido también me dejen saber que les pareció este capítulo.
Nos leemos pronto bye!
