Una semana había pasado desde los sucesos de Osaka, que para fortuna de Issei los demás había sido catalogado como un intento de robo fallido en los dominios del puerto. Issei se encontraba ahora en clases observando por la ventana, pensando profundamente, Kiba le prometió que hablaría con Rias para ultimar detalles acerca de su aparente alianza con ellos. Si todo hubiera salido a la perfección entonces Kiba estaría esperándolo fuera del salón cuando empezase el receso.

La campana sonó e Issei rápidamente se apresuró a salir, afuera estaba Kiba quien al verlo solo le hizo un gesto con la cabeza, suficiente como para que Issei caminara junto a él hacía el club de investigación paranormal, donde Rias lo estaría esperando para hablar. Estaba nervioso, había estado evitando pensar en ello pero Rias lo perturbaba de alguna manera que no comprendía, aún recuerda aquel día que la llevó corriendo en sus brazos, el azul de sus ojos lo hacía emocionarse.

-¿Qué fue lo que dijo Rias cuando le contaste lo que sucedió?-. Le preguntó Issei a Kiba.

-Me gritó groserías al menos 15 minutos, luego se calmó y me dejo terminar de hablar, luego me mandó a buscarte y aquí estoy-.

-No esperaba menos-. Dijo Issei algo divertido por lo que escuchó, pero de pronto al girar en la esquina de un pasillo se encontró de frente con un tumulto de estudiantes afuera del baño para mujeres. -¿Qué sucede ahí?-.

-No lo sé-. Dijo Kiba igual de confundido.

Ambos se acercaron a ver qué era lo que sucedía y a medida que se aproximaban el panorama era más claro, ya que comenzaron a escuchar sollozos.

-Es Tsubaki-.

-Está llorando-.

Esas eran las palabras que escucharon decir a quienes estaban presenciando la situación de más cerca.

-¡¿Qué?!-. Dijo Kiba comenzando a usar sus brazos para acercarse más siendo seguido de cerca por Issei, y finalmente la situación fue clara.

En el piso del baño de mujeres se encontraba llorando desconsolada Tsunami Shinra, la vicepresidente del concejo estudiantil y mano derecha de Sona Sitri, junto a ella estaba Saji tratando de recomponerla, sin fruto alguno.

Para muchos esta imagen era impactante, tanto ella como Sona eran conocidas como las bellezas frías, esto debido a que ambas se mostraban siempre serías y estoicas, por lo que ver a una de ellas llorando de esa manera era un espectáculo desafortunado.

Justo cuando Kiba estaba a punto de acercarse para preguntarle a Saji que había sucedido pero fue interrumpido cuando una mano lo empujó a un lado.

-A un lado, aquí no hay nada que ver-. Sona Sitri había llegado a poner orden y sobre todo a ver qué había sucedido con su amiga. -Saji saca a todos de aquí, el asunto terminó-.

-Sí presidente, ¡Muy bien ya la oyeron, todo el mundo vuelva a sus asuntos!-. Con las palabras de Saji todos empezaron a dispersarse a excepción de Kiba e Issei, cuando Saji los vio se acercó a ellos. -Chicos, será mejor que se vayan-.

Pero Kiba no tenía ninguna intención de irse, no después de lo que había presenciado.

-¿Qué fue lo que sucedió?- Ante la pregunta de Kiba, Saji observó de reojo sobre su hombro, no estaba seguro de divulgar esa información. -Saji… ¿qué sucedió?-.

Saji observó a Kiba, quien lo miraba con intensidad, no tuvo más remedio que responder.

-Muy bien, siganme-. Saji se alejó algunos pasos para asegurarse de que nadie lo escucharía. -Tsubaki vio a su ex novio besándose con una chica en la entrada de la escuela, la presidente la envió a supervisar unos estudiantes nuevos que estaban haciendo un recorrido de bienvenida y se topó con la escena-.

-Ya veo, es una lastima pero no hay nada que hacer-. Dijo Issei resignandose, estos temas de amor eran totalmente desconocidos para él, el que en cambio estaba todo excepto resignado era Kiba, quien no espero ni un segundo antes comenzar a caminar en dirección a la salida.

-¡Kiba, Kiba espera!-. Dijo Saji saliendo tras de él, Issei confundido los siguió sin percatarse de que tanto Sona como Tsubaki habían escuchado la última parte de la conversación…

-Kiba entiendo que estés molesto, pero no hagas una estupidez-. Dijo Saji poniendo una mano sobre el hombro de Kiba, pero este solo adelantó su paso dejando a Saji e Issei atrás.

-No entiendo, ¿qué le sucede a Kiba?-. Pregunto Issei a Saji quien también apresuro el paso.

-Desde hace meses, Kiba ha estado enamorado de la vicepresidente Tsubaki, su reputación como mujeriego no lo ha ayudado precisamente a que ella lo vea con buenos ojos-.

-Jamás creí que estar enamorado de alguien pudiera hacerte sentir tan enojado-. Dijo Issei sorprendido.

-No tienes idea-. Dijo Saji suspirando al llegar a la salida.

Junto a unas grandes rejas verdes que servían como protección a la academia Kuoh se encontraba una chica de último año, abrazada a un chico universitario quien tenía detrás de él a otros 2 amigos de su misma edad.

-¿Estás seguro de que está bien?, no quiero tener problemas con el consejo estudiantil-. Dijo la chica nerviosa.

-¿Por qué no habría de estarlo?, ella y yo ya terminamos y lo que yo haga no es su problema-. Dijo el chico acariciando el rostro de la chica con su mano, pero de pronto un grito lo hizo ver hacia el edificio principal donde dos chicos rubios y uno castaño salían en su dirección.

-¡Kiba te lo ruego, no hagas esto!-. Dijo Saji desesperado.

-¡Suéltame Saji, esto no te concierne!-. Dijo Kiba volteando a ver a su amigo quien se detuvo en seco, no le agradaba para nada hablarle así a un amigo pero nada lo detendría en este instante.

Issei solo observó a Kiba quien se dio media vuelta y retomó su camino hacia la pareja en la entrada de la academia.

-¡Oye!-. Dijo Kiba mientras caminaba furioso hacía el chico quien soltó a la chica e hizo un gesto a sus amigos para que se pusieran junto a él.

-¿Qué quieres?-. Dijo el chico oliendo problemas.

-Fuiste tú quien la hizo llorar-. Dijo Kiba mirándolo con ira.

-¿Uh?, oh ya entiendo, haces esto por Tsubaki-. Dijo el chico riendo divertido para el desagrado de Kiba. -Deja que te ahorre la molestia muchacho, ella no se va a acostar contigo, ¿por que crees que terminé con ella?-.

Kiba no aguantó más el enojo, se agachó para recoger un poco de tierra en sus manos y sin avisar se lo lanzó al chico a los ojos, dejando atónito a todo mundo, especialmente a una chica de lentes y cabello largo que acababa de salir a ver lo que sucedía junto a cierta presidente del consejo.

-¡Ugh maldito hijo de puta!-. Dijo el chico cubriendo sus doloridos ojos con la palma de su mano, sin previo aviso Kiba se lanzó con una tacleada hacía él cayendo ambos al suelo, donde Kiba comenzó a golpearlo como pudo, sin embargo en su emoción olvido que el chico no estaba para nada solo.

Kiba sintió como unas manos lo alejaban del blanco de su ira, no solo eso, si no que ahora mismo estaba inmovilizado, el chico delante de él comenzó a levantarse del piso.

-Maldito muchacho impertinente, ¡eso dolió!-. dijo el chico mientras se sobaba su cara, había recibido un buen castigo de parte de Kiba. -Dime algo muchacho, ¿porque hiciste esto?-. Al terminar de decir estas palabras le propinó un golpe al estómago al rubio indefenso quien sintió inmediatamente como el aire abandonaba su cuerpo.

-¡Kiba!-. Exclamó Saji impotente, Issei junto a él solo observaba sin alterarse.

-¿Acaso te crees una especie de héroe?-. Pregunto el chico otra vez al mismo tiempo que le daba una cachetada a Kiba para que espavilara, quería que sintiese cada golpe. -¿Acaso ella te pidió que lo hicieras?-. Dijo seguido de otro golpe al estómago.

Los demás ya no podían seguir observando lo que sucedía, no ayudaba que justo en ese momento Rias aparecía en escena, había llegado a buscarlos ya que se suponía que Kiba e Issei se dirigían a su club para poder hablar, al no llegar ninguno de los dos se preocupo y finalmente se topó con esta escena.

Issei por su parte no había interferido ya que no estaba seguro de actuar, la escuela ahora mismo era su foco de información, una pelea aquí podría resultar muy perjudicial en su plan de infiltración, pero en cuanto vio a Rias aparecer recordó aquello que le dijo ese día en el centro comercial cuando esta le pregunto por qué la había ayudado.

-Mi credo lo demanda-. Así es, él es un asesino, los asesinos existen para proteger a los inocentes, a las víctimas de las injusticias, aquel tipo si bien no era un templario estaba siendo realmente injusto. -A la mierda-.

Issei no lo soportó más y comenzó a caminar en dirección al conflicto, Saji al observar esto solo pudo pensar en una cosa. -Estos idiotas lo van a lamentar-.

Kiba apenas se recuperaba del último golpe cuando el chico le levantó la barbilla y lo obligó a verlo a los ojos. -Oh ahora lo entiendo, ya se por que estas haciendo esto-. Dijo el chico divertido, se le hacía graciosa la situación, totalmente hilarante. -Tú estás enamorado de ella, ¿verdad?-.

Las palabras del chico habían sido lo suficientemente altas como para que todos los demás presentes las oyeran, todos se sorprendieron, especialmente Tsubaki quien observó a Kiba, no sabía cómo sentirse al respecto.

Kiba sacó todo el aire que pudo, y secamente respondió. -Sí, lo estoy-.

-Bien, pues ahora sabes lo que se siente amar-. Dijo el chico haciendo un gesto a sus amigos para que levantaran más a Kiba, el siguiente golpe sería al rostro, hizo su brazo hacía atrás para tomar impulso, Kiba cerró los ojos esperando el golpe que seguramente le dejaría un ojo morado y una hinchazón como mínimo, pero luego de unos segundos se percató de que nada paso.

-¿Qué?-. Pregunto Kiba sin entender lo que sucedió, cuando abrió los ojos pudo ver como el puño del tipo se había detenido a pocos centímetros de su cara, siendo detenido en seco por el brazo de Issei quien se había interpuesto entre él y su verdugo.

El chico observaba atónito como su brazo era detenido por Issei, sus amigos estaban igual, Saji estaba sonriendo, Sona y Tsubaki ya no soportaban más violencia y Rias estaba teniendo flashbacks de aquel día en el muelle.

-Lo cierto es que debería acabar con ustedes por lo que han hecho, pero les daré una oportunidad, o se largan ahora mismo o voy a romper 4 brazos-.

Todos quedaron confundidos con las palabras de Issei, hasta que el chico habló.

-¿Cuatro?, jajaja, no se si te has dado cuenta mocoso, somos 3 y tú sólo uno, e incluso si pudieras hacer lo que dices entonces serían seis brazos, no cuatro-.

-No, se perfectamente lo que dije-. En un instante el chico pasó de estar viendo a Issei a estar tirado en el suelo. -Pero uno de ustedes tiene que llevar a los otros al hospital-. Dijo Issei con su pie arriba, le había dado una patada en el pecho al chico, derribandolo con fuerza.

Los otros dos soltaron a Kiba quien cayó al suelo débil, ambos vieron a Issei por unos segundos sin saber qué hacer, hasta que uno de ellos finalmente se lanzó al ataque, Issei sin inmutarse tomó el brazo que el tipo había lanzado tratando de darle un golpe y usando la inercia lo lanzó hacia atrás, el tipo chocó con su líder quien acababa de levantarse del suelo.

Issei se quedó viendo al último tipo quien lo observaba con miedo, pero no le quedó de otra más que atacar, intentó lanzar una patada con mucha fuerza pero con igualdad de torpeza, Issei la esquivó con suma simpleza, el tipo perdió el equilibrio y trastabilló hasta caer al piso sin que Issei tuviera que hacer nada, el tipo miró a Issei con miedo y el castaño sólo levantó una ceja.

-Y-Yo me largo-. Dijo el tipo levantándose a toda velocidad para huir.

-Maldito hijo de puta-. Issei se volteó y vio al líder junto a su último amigo, este le hizo un gesto para que sacara algo de su bolsillo, su amigo hizo caso y sacó una manopla y se la puso en la mano.

-Interesante-. Dijo Issei de manera Irónica, cuando el sujeto se lanzó a atacar Issei simplemente hizo su rostro a un lado, atrapó el brazo del atacante con el suyo y cuando se aseguró de tenerlo bien atrapado comenzó a golpearlo repetidas veces en el estómago, al menos 10 veces.

Cuando el castigo terminó el tipo cayó sin aire al piso, dejando al líder, al tipo que había comenzado con todo esto completamente sólo.

El enfrentamiento final estaba a punto de ocurrir, pero una persona se interpuso entre ambos.

-Ya fue suficiente-. Sona caminó hasta quedar frente al chico, este la observó enfadado. -larguense de aquí ahora mismo antes de que llame a la policía-.

-No te atrevas a darme órdenes-. El tipo levantó su mano con la intención de darle una cachetada a Sona, Issei estaba a punto de impedirlo cuando una silueta rubia pasó rápidamente junto a él, luego el inconfundible sonido de un golpe a mano abierta se hizo sentir con fuerza.

-¡Saji!-. Gritó Sona viendo como el rubio había recibido el golpe que era para ella, el chico se sintió decepcionado al ver que su ataque llegó al objetivo equivocado, pero antes de que pudiera pensar en otra cosa…

-¡Aaah!-. El mundo del chico dio una vuelta, sin darse cuenta estaba tirado en el suelo de cara, con Issei sobre él sujetando su brazo con fuerza, si aplicaba un poco más fuerza le rompería el brazo.

-Cierra la boca y mira a tus amigos-. Dijo Issei, el chico con mucho dolor obedeció, pudo ver como el que huyó ahora estaba ayudando al otro a levantarse. -Ahora mira mi cara-.

El chico como pudo volteo a ver a Issei quien lo miraba de vuelta seriamente

-¿Tú me quieres volver a ver?-. preguntó Issei de manera amenazadora.

-No, nunca-. Dijo el chico bajó mucho dolor.

-¿Van a volver a aparecer por aquí?-. Volvió a preguntar Issei.

-Ni en un millón de años-.

-Bien-. dijo Issei soltandolo por fin

Después de la intensa confrontación en la entrada de la academia, Issei se encontraba junto a Kiba y Saji en un rincón del patio escolar. Saji estaba revisando su mejilla magullada mientras Kiba intentaba recuperarse de los golpes que había recibido en el estómago. La tensión en el ambiente era palpable, y todos sabían que no había sido un simple altercado.

En medio de ese silencio incómodo, Issei notó que Rias y Akeno se acercaban. Rias llevaba una expresión seria, pero había un destello de preocupación en sus ojos azules. Akeno, por su parte, parecía estar evaluando la situación con su usual sonrisa enigmática.

Rias se detuvo a una distancia prudencial de Issei y los demás. Su mirada se encontró con la de Issei, y durante un momento, el tiempo pareció detenerse. Había algo en su mirada que Issei no podía descifrar, una mezcla de sorpresa y curiosidad.

-Issei, supongo que quieres hablar- dijo Rias finalmente, su voz firme pero ligeramente tensa. -Kiba me ha hablado de ti, quisiera hablar contigo a solas, si no te importa-.

Issei asintió, sintiendo una extraña mezcla de nerviosismo y anticipación. Kiba y Saji intercambiaron miradas y se alejaron discretamente, dándoles espacio a Issei y Rias.

Caminaron unos pasos alejándose del tumulto, Rias insistió en ir al club de investigación paranormal para poder hablar más cómodamente. Al llegar ahí, Rias pidió a Akeno servir un poco de té, Issei pudo sentir la mirada de Rias sobre él, como si estuviera tratando de leer sus pensamientos.

-Issei, quiero agradecerte por lo que hiciste hoy- dijo Rias con sinceridad. -No era necesario que intervinieras, pero lo hiciste de todos modos -dijo Rias en tono serio pero cálido-. Al igual que lo que sucedió en el centro comercial hace unos meses.

Issei asintió, recordando claramente aquel día. -Fue una situación peligrosa. Me alegra haber podido ayudarte.

Rias le ofreció una pequeña sonrisa agradecida. -Quiero agradecerte por eso, Issei. No muchas personas habrían intervenido en una situación así, y menos por alguien que apenas conocían.

Issei encogió los hombros, sintiéndose un poco incómodo por su agradecimiento. -No tienes por qué agradecer. Simplemente no me gusta ver a nadie abusando de su poder para herir a otros-.

Rias sonrió levemente, como si hubiera entendido algo que Issei no había dicho explícitamente. -Eres un hombre de principios, ¿verdad? No es común encontrar a alguien dispuesto a defender a los demás, incluso si eso significa enfrentar la adversidad.

Issei se sintió incómodo bajo su mirada penetrante. -No es gran cosa. Solo estaba en el lugar correcto en el momento adecuado.

Rias asintió, pero no parecía convencida. -Eres modesto, Issei. Sin embargo, hay algo en ti que va más allá de la mera casualidad. ¿Cómo describirlo? Una especie de aura intrigante.

Issei no sabía cómo responder a eso, y se sintió más incómodo aún. Pero Rias cambió de tema de manera abrupta.

-Hay algo que me gustaría discutir contigo, Issei. Algo que va más allá de lo que sucedió hoy. -Su mirada se volvió más intensa-. Hace el momento en que nos ayudaste en el río que me intriga tu presencia aquí, tus habilidades, pero desapareciste completamente después de eso.

Issei sonrió, pero su sonrisa tenía un matiz misterioso. -No se suponía que debía actuar aún, pero desde que llegué a Kuoh he estado investigando, buscando respuestas sobre ciertas organizaciones y sus actividades

Rias se inclinó ligeramente hacia adelante, acercándose a él. -Entonces por eso querías verme, porque yo también estoy involucrada en eso. No somos tan diferentes, Issei. Ambos estamos buscando la verdad detrás de las sombras, la pregunta es, ¿por qué lo haces?.

Issei puso un semblante serio, estaba listo para negarse amablemente a contestar, pero Rias habló otra vez

-Oh, Issei, eres tan cauteloso. Pero no te preocupes, no estoy aquí para exponerte ni para juzgarte. De hecho, quiero ofrecerte mi ayuda.

Issei la miró con incredulidad. -¿Por qué me ayudarías?-. Esto era lo que Issei buscaba, pero sentía curiosidad por saber porque Rias se la ofrecía tan fácilmente

Rias lo miró directamente a los ojos. -Porque veo en ti algo valioso, algo que podría ser de gran utilidad en nuestros objetivos compartidos. Y, si me permites ser sincera, hay algo en ti que me atrae de manera... intrigante.

Issei no sabía cómo reaccionar ante sus palabras. Había una tensión palpable entre ellos, una atracción magnética que no podía ignorar. Sin embargo, también había una voz en su cabeza advirtiéndole que no confiara demasiado rápido.

Rias dio un paso más cerca, acortando la distancia entre ellos mientras Akeno regresaba con el té. -Issei, sé que hay secretos que aún no has compartido. Pero también tengo secretos que puedo revelarte, información que podría cambiar tu perspectiva. Si estás dispuesto a ser parte de esto, si estás dispuesto a confiar en mí, siento que puedes mostrarme un mundo más allá de lo que jamás imaginé.

Issei luchaba con sus emociones. Sentía una mezcla de desconfianza y curiosidad, pero también una creciente atracción hacia Rias. Sus ojos azules parecían leer sus pensamientos, y su presencia lo envolvía en una sensación de misterio y excitación.

La tensión en el aire era palpable cuando Issei respondió finalmente. -No estoy seguro de qué es lo que buscas de mí, Rias, ni de si puedo confiar en ti. Pero estoy dispuesto a escuchar lo que tengas que decir.

Rias sonrió con satisfacción, como si hubiera logrado un pequeño avance en su juego. -Eso es todo lo que necesito por ahora, Issei. Te prometo que no te arrepentirás de haber dado el primer paso hacia lo desconocido.

La conversación quedó suspendida en el aire, cargada de promesas y misterios. Issei y Rias se miraron el uno al otro, conscientes de que estaban en el umbral de algo más grande de lo que habían imaginado.

Kiba caminaba por los pasillos de la academia con paso firme, su mente llena de pensamientos sobre lo que había sucedido en la pelea. Sabía que Tsubaki estaba al tanto de sus sentimientos ahora, gracias a la intervención de Issei y la revelación del agresor.

Era momento de enfrentar la situación y hablar con ella, aunque el nudo en su estómago le recordaba lo incómodo que se sentía al respecto.

Finalmente, encontró a Tsubaki en el jardín trasero de la academia, sola bajo la sombra de un árbol. Respiró hondo y se acercó, con los nervios a flor de piel.

-Tsubaki -la llamó, sintiendo su corazón latir más rápido.

Ella levantó la mirada y lo miró con una expresión seria. -Kiba.

Se detuvo frente a ella, sintiendo el peso de su mirada sobre él. -Necesitamos hablar.

Tsubaki asintió, su mirada aún sin demostrar emoción. -Supongo que sí.

Kiba tomó un respiro antes de hablar. -Sé que te has enterado, sobre mis sentimientos.

Ella asintió nuevamente, y finalmente su mirada se suavizó un poco. -Sí, lo sé. Gracias a la pelea, supe lo que estabas dispuesto a hacer por mí.

Kiba sintió una mezcla de alivio y ansiedad al escuchar su respuesta. -Tsubaki, entiendo que estés sorprendida o incluso incómoda con esto, pero quiero que sepas que mis sentimientos son reales. No estoy pidiendo nada en específico, solo... quería que lo supieras.

Tsubaki bajó la mirada por un momento, como si estuviera pensando en sus palabras. Luego, volvió a mirar a Kiba, sus ojos mostrando una mezcla de resignación y seriedad. -Kiba, aprecio tus sentimientos. Pero no es una buena idea que sigas adelante con esto.

Kiba frunció el ceño, sintiendo una mezcla de decepción y frustración. -¿Por qué no? Tsubaki, eres una persona increíble y valiosa. No puedo simplemente ignorar lo que siento.

Tsubaki suspiró, su mirada mostrando una tristeza que no había estado allí antes. -Kiba, hay razones por las que no puedo aceptar esto. Razones que no puedo explicarte en este momento.

La confusión se apoderó de Kiba. -¿Qué razones? ¿Por qué no puedes explicármelas?

Tsubaki evitó su mirada por un momento y luego lo miró directamente a los ojos. -Es complicado, Kiba. Y confía en mí cuando digo que no es algo que quieras involucrarte. No solo por mí, sino por ti mismo.

Kiba sintió su corazón apretarse ante sus palabras. No entendía completamente lo que Tsubaki estaba insinuando, pero podía sentir la seriedad en su voz. Sin embargo, no estaba dispuesto a rendirse sin pelear.

-Tsubaki, entiendo que hay algo que no me estás diciendo. Pero eso no cambia lo que siento por ti. Creo que vales la pena, y estoy dispuesto a arriesgarlo si eso significa la posibilidad de estar a tu lado.

Tsubaki cerró los ojos por un momento, como si estuviera luchando consigo misma. -Kiba, por favor, no hagas esto más difícil. Esto no puede ser. No ahora. No aquí.

Kiba se mordió el labio, sintiendo la tensión en el aire. Sabía que había llegado al límite de la conversación, que Tsubaki no iba a cambiar de opinión. Aunque su corazón dolía, también sabía que tenía que respetar sus deseos.

-Entiendo -dijo finalmente, forzando una sonrisa que no llegó a sus ojos-. No quería hacerte sentir incómoda. Pero no me voy a rendir, Tsubaki. Creo en lo que siento, y si alguna vez decides que vale la pena, estaré aquí.

Tsubaki pareció aliviada y triste al mismo tiempo. -Kiba, eso es lo último que quiero. Por favor, solo... no hagas nada impulsivo.

Kiba asintió, tratando de mantener su expresión serena a pesar de la tormenta de emociones que sentía dentro de él. -Entendido. Gracias por ser honesta conmigo.

Tsubaki le dio una mirada comprensiva antes de ponerse de pie. -Debo irme, Kiba. Espero que lo comprendas.

Kiba asintió de nuevo, viéndola alejarse con el corazón pesado. Se sentía herido y confundido, pero también decidido. No iba a rendirse en su lucha por el corazón de Tsubaki, aunque sabía que enfrentaría dificultades y obstáculos en el camino.

La oficina del consejo estudiantil estaba sumida en un tenso silencio cuando Sona Sitri y Saji Genshirou se encontraron cara a cara. Sona tenía una mirada fría y seria, mientras que Saji parecía tranquilo pero con un atisbo de desafío en sus ojos.

-Saji, ¿qué demonios te pasó por la cabeza? -dijo Sona, su voz cargada de enojo y frustración.

Saji se encogió de hombros con desinterés. -Oh, nada en particular. Solo estaba interviniendo en una pelea para evitar que alguien saliera herido.

Sona lo miró con incredulidad. -¡Interviniste en una pelea que no te correspondía y terminaste siendo golpeado! ¿Te das cuenta del riesgo que corriste?

Saji le devolvió la mirada sin inmutarse. -No exageres, Sona. No es como si hubiera estado en peligro real. Además, ¿no eras tú la que siempre dice que somos capaces de cuidarnos solos?

Sona apretó los puños, su enojo creciendo. -¡No se trata de eso! ¡Se trata de que pusiste en peligro nuestra reputación y el equilibrio de este consejo estudiantil!

Saji suspiró y se inclinó hacia atrás en su silla. -Vamos, Sona, sabes que exageras. No pasó nada grave, y si estás molesta es porque no me quedé quieto y permití que te golpearan.

Sona lo miró con una mezcla de frustración e incredulidad. -Estoy molesta porque pareces olvidar que tenemos un acuerdo aquí, dijimos sexo sin sentimientos. Una relación de beneficio mutuo, sin involucrar emociones innecesarias.

Saji soltó una risita burlona. -Oh, así que eso es lo que realmente te molesta, ¿verdad? Estás enojada porque me metí en la pelea y ahora piensas que estoy trayendo sentimientos a nuestro pequeño arreglo.

Sona apretó los dientes, sintiendo que sus palabras la alcanzaban de manera incómoda. -No me hagas perder la paciencia, Saji. Solo quiero que entiendas que esto no puede seguir así.

Saji la miró con una expresión desafiante. -Sona, no me importa lo que digas. Si no te gustó que te defendiera, ese es tu problema. No voy a quedarme de brazos cruzados mientras alguien te agrede.

Sona apretó sus manos con fuerza, sintiendo que su paciencia estaba llegando a su límite. -Eres terco y obstinado, Saji. Y sí, me molestó que te interpusieron, no por las razones que crees, sino porque estás poniendo en riesgo lo que tenemos aquí.

Saji se encogió de hombros con indiferencia. -Entonces, ¿estás celosa? ¿Es eso lo que estás tratando de decir?

Sona cerró los ojos por un momento, luchando contra la mezcla de emociones que sentía. Finalmente, suspiró y se pasó una mano por el cabello. - Eso no cambia el hecho de que debes respetar el acuerdo que tenemos. No necesitamos complicaciones.

Saji la miró durante un momento, su expresión suavizándose ligeramente. -Bien, si esto te hace sentir mejor, prometo no meterme en más peleas innecesarias. Pero también quiero que entiendas que si alguna vez te veo en peligro, no me quedaré de brazos cruzados.

Sona lo miró a los ojos, su enojo finalmente disminuyendo. -Está bien, Saji. No me gusta admitirlo, pero sí, tienes razón. Tal vez dejé que las emociones influyeran en mi enojo.

Saji sonrió con satisfacción. -Ves, a veces eres más humana de lo que pareces.

Sona rodó los ojos, pero también se permitió una pequeña sonrisa. -No te acostumbres a esto, Genshirou. Nuestra relación sigue siendo estrictamente profesional.

Saji se encogió de hombros, pero había una chispa juguetona en sus ojos. -Como quieras, jefa. Pero no puedo prometer que siempre me comportaré como un santo.

Sona suspiró, pero esta vez era un suspiro de resignación. -Supongo que tendré que aceptar eso. Pero al menos intenta no meterte en problemas innecesarios.

Saji asintió, su sonrisa todavía presente. -Lo intentaré, jefa.

Ambos compartieron una mirada cómplice antes de Sona darse la vuelta y cerrar la puerta de la oficina con llave.

-¿Qué? ¿Aquí y ahora?-. Preguntó Saji con incredulidad.

Sona se volteó mientras se desabrochaba la camisa. -Tómalo como una recompensa-. Dijo Sona dejando caer la prenda…

Era jueves, era de noche. Un barrio fino era el último lugar que Issei esperaba fuera el lugar donde se encontrara el sitio de reunión. Según Rias le contó la casa de su primo Sairaog servía como base de operaciones de su grupo, aprovechando el hecho de que este último vivía solo y así no debían preocuparse de padres, hermanos o familia de otro tipo.

Issei llegó al lugar gracias al mapa que el mismo Sairaog le proporcionó, fuera de la casa se encontraban varios jóvenes, hombres y mujeres desde su edad hasta algunos mayores, todos tenían en sus manos comida y bebidas de diferente tipo, según se enteró gracias a Kiba ésto solo servía de distracción para guardar apariencias, después de todo no había nada de raro que un grupo de jóvenes se reunieran para pasar un buen rato.

Aquellos hombres y mujeres estaban reunidos por un motivo en común, atacar a Abstergo. Entre ellos estaban Kiba y Saji, Issei se dispuso a esperar junto a ellos ya que eran los únicos que conocía. Al acercarse pudo escuchar un poco la conversación que estaban teniendo.

-¿Por qué estás tan contento?-. Pregunto Kiba a Saji

-¿Por qué estás tan miserable?-. Respondió Saji

-Touché-. Dijo Kiba, entendiendo que lo mejor sería no insistir.

Luego de unos minutos lograron entrar a la propiedad, siendo recibidos por Sairaog y Rias, siendo dirigidos al gran salón. La atmósfera estaba cargada de expectación mientras los miembros del grupo se acomodaban en los sofás y sillas dispuestos en círculo. Issei estaba de pie junto a Rias, observando a los presentes con una mezcla de curiosidad y cautela. Rias dio un paso al frente y se aclaró la garganta.

-Chicos, permítanme presentarles a Issei-, anunció Rias mientras colocaba una mano en el hombro de Issei. -Él es un nuevo aliado que hemos reclutado en nuestra lucha contra Abstergo-.

Sairaog asintió en aprobación y extendió la mano hacia Issei. -El nos ayudó en Osaka, hizo un excelente trabajo, yo respondo por él-.

Issei estrechó la mano de Sairaog con firmeza en agradecimiento. Saji asintió desde su lugar, mientras Kiba simplemente sonrió. Rias continuó presentandolo a los demás miembros del grupo

-Issei es un valioso refuerzo en nuestra lucha-, continuó Rias. -Confío en que su experiencia y habilidades serán de gran ayuda para nuestra causa-.

Issei se mantuvo tranquilo y asintió en agradecimiento. Aunque todos lo miraban con curiosidad y expectación, nadie parecía sospechar nada sobre su verdadera identidad. Era un alivio saber que su secreto estaba a salvo por el momento.

Mientras la reunión continuaba, Issei se esforzó por escuchar las estrategias y planes que estaban discutiendo. Sabía que su participación sería crucial en el éxito de su misión, pero también sentía que había mucho más en juego de lo que había anticipado. Las palabras de Rias resonaban en su mente mientras observaba a los miembros del grupo comprometidos con la causa.

-Juntos, somos más fuertes de lo que jamás podríamos ser individualmente-, había dicho Rias. Issei no podía evitar sentirse atraído no solo por la causa, sino también por la determinación y pasión de Rias. Sin embargo, también sabía que debía mantener sus emociones bajo control y centrarse en su objetivo.

Rias entonces encendió un proyector que emitía una imagen hacia una de las paredes, en ella se podía ver un mapa de la ciudad con una ruta marcada por las calles. Issei intuyó que era la ruta del convoy, ¿Como hacía Rias para obtener esta información?

-Todos ustedes saben que nuestros objetivos pasaron desapercibidos por Abstergo desde lo sucedido en Osaka. Ahora, gracias al buen trabajo hecho allí, han decidido transportar sus cargamentos por tierra otra vez en lugar de agua. Esta es una oportunidad para nosotros, pero también significa que necesitamos elegir nuestro próximo objetivo con sabiduría-.

Los miembros del grupo asintieron, conscientes de la gravedad de la situación.

-Koneko, ¿tienes alguna sugerencia?-, preguntó Rias, dirigiendo su mirada a la pequeña joven.

Koneko tomó la palabra, -Si atacamos en un área densamente poblada, podríamos confundir a las fuerzas de seguridad y escapar más fácilmente entre la multitud-.

Las miradas se dirigieron a Saji, quien tenía una expresión pensativa, luego levantó su mano señalando un lugar en el mapa. -Quizás podríamos atacar en algún lugar más remoto. Abstergo podría no estar tan preparado allí y podríamos evitar problemas innecesarios-.

Issei analizó el mapa con cuidado, luego de unos segundos habló, con voz firme y decidida. -Tengo una idea que podría funcionar. Un puente. En un puente, podríamos limitar sus opciones de escape y maniobra. Además, si bloqueamos el puente, podríamos controlar la situación y evitar que se alejen fácilmente-. Issei señaló con su mano aquel puente del que había saltado.

Algunos miembros del grupo levantaron las cejas, cuestionando la elección de Issei. -¿Un puente? ¿Por qué sería una buena idea?- preguntó uno de ellos.

Issei no se dejó intimidar y comenzó a exponer sus argumentos. -Un puente restringe su movimiento. No pueden desviarse fácilmente y tendrían que enfrentarnos de frente. Además, los puentes suelen ser puntos de congestión, lo que podría ralentizar la respuesta de las fuerzas de seguridad. Podríamos bloquear las salidas y tener un mayor control de la situación-.

-Es cierto que un puente podría darnos una posición defensiva ventajosa-, intervino Kiba, recordando las razones tácticas que Issei mencionó.

-Además de una rápida ruta de escape-. Agregó Saji, apoyando a Issei.

-Si, dejenme eso a mí-. Dijo Sairaog cruzándose de brazos con una sonrisa.

Rias, al ver que Issei había convencido a algunos miembros, asintió lentamente. -Es un enfoque arriesgado, pero también tiene el potencial de ser efectivo. Si logramos bloquear el puente y controlar la situación, podríamos tomar el control del cargamento sin mucho problema-.

Los miembros del grupo comenzaron a discutir entre ellos, evaluando las ventajas y desventajas de la propuesta de Issei. Después de una breve discusión, Rias asintió una vez más.

-Está decidido entonces. Atacaremos en un puente. Issei, gracias por tu sugerencia y tus argumentos convincentes-. Dijo Rias guiñando un ojo, dejando a Issei contento y satisfecho de que su propuesta había sido aceptada. A pesar de las dudas iniciales, su razonamiento táctico había prevalecido y su idea se convertiría en parte del plan. El grupo se preparó para la operación, confiando en que la elección del objetivo llevaría al éxito de su misión.

La ciudad de Kuoh estaba sumida en la oscuridad de la noche, mientras un convoy de Abstergo llegaba a su destino. Entre los vehículos, un camión de carga avanzaba lentamente, su conductor tratando de mantenerse concentrado en el camino. En la parte trasera del camión, Freed Sellzen se movía inquieto, murmurando para sí mismo y ocasionalmente golpeando la pared del vehículo.

-¡Esto es inaceptable! ¡Horas en ese condenado camión desde Osaka! ¡Es un insulto a mi posición y talento!-.

El conductor del camión, visiblemente incómodo, apenas se atrevía a mirar a Freed mientras continuaba conduciendo. No sabía cómo lidiar con la tormenta de quejas y rabia que emanaba del joven brujo.

Finalmente, Freed sacó un pequeño radio de su bolsillo y lo encendió. -Valper, ¿estás ahí?-

La voz de Valper resonó en la radio. -Sí, Freed, ¿qué sucede?-

Freed apretó los dientes, su frustración evidente en su tono de voz. -Esta tortura en ruedas ha durado suficiente tiempo. Mi paciencia tiene un límite y me niego a ser tratado como un plebeyo insignificante-.

Valper suspiró, aparentemente acostumbrado a las excentricidades de Freed. -Lo entiendo, Freed. Pero no podemos permitir que esos ladrones vuelvan a atacar, estás ahí por si algo sucede. Además está el asunto de nuestro 'amigo' ¿Tienes alguna idea de cómo podemos solucionar esto si aparece?"

Freed sonrió de manera siniestra. "No te preocupes, Valper. Tengo un as bajo la manga. En caso de que algo me suceda, he preparado una pequeña sorpresa. Un tomahawk con el que dejaré un mensaje claro si alguien osa interponerse en mi camino."

Valper pareció satisfecho con la respuesta de Freed. -Muy bien, pero recuerda que necesitamos que esta operación sea discreta. He logrado mover influencias para que la policía no intervenga en caso de un 'accidente', pero no podemos llamar la atención innecesariamente-.

Freed asintió, aunque Valper no podía verlo a través del radio. -No te preocupes, Valper. Mi objetivo es cumplir la misión sin dejar rastro. Pero no dejaré que nadie me detenga-.

La conversación por radio terminó y Freed guardó el dispositivo nuevamente en su bolsillo. Aunque seguía molesto por su incómoda travesía desde Osaka, ahora estaba enfocado en su objetivo. La promesa de una sorpresa letal en caso de problemas dejaba claro que Freed no estaba dispuesto a dejar que nadie arruinara su misión.

Freed se quedó pensativo por un momento después de cortar la comunicación con Valper, recordó con irá cuando el asesino lo humilló en su único enfrentamiento. Además de lo que Valper le dijo que le haría en caso de fallar, a pesar de su actitud desafiante, sabía que no podía subestimar las palabras del líder de Abstergo en Kuoh. El asunto del asesino había sido una preocupación constante desde hacía tiempo, y las amenazas de Valper eran muy reales.

.No deberías preocuparte tanto por el asesino, Valper-. murmuró Freed para sí mismo. -No ha aparecido en meses. Probablemente ya haya sido eliminado por alguien más-.

Sin embargo, las palabras de Valper seguían resonando en su mente. No era conocido por tomar amenazas a la ligera, y Freed sabía que tenía que ser cuidadoso en cómo manejaba esta situación.

Mientras el camión seguía avanzando por la oscura carretera, Freed decidió llamar nuevamente a Valper. -Valper, sé que tienes tus preocupaciones, pero el asesino no ha dado señales de vida en mucho tiempo. Creo que podemos concentrarnos en la misión que tenemos entre manos-.

La respuesta de Valper fue inmediata y contundente. -Freed, no subestimes la amenaza que representa el asesino. Su habilidad para infiltrarse y eliminar a nuestros miembros es peligrosa. Si aparece, necesito que te encargues de él personalmente-.

Freed intentó bajar el tono de la conversación, aunque su frustración seguía latente. -Tranquilo Valper, recuerda lo que dije, solo tuvo suerte-.

La voz de Valper se volvió aún más fría y amenazante. "No te equivoques, Freed. Tu destino es muy oscuro si no cumples con tus responsabilidades. No toleraré fallas en este asunto."

Freed apretó los puños, sintiendo una mezcla de enojo y resignación. Sabía que Valper no estaba jugando y que las consecuencias de ignorar su advertencia podrían ser desastrosas.

-Entendido, Valper-. respondió Freed finalmente, su voz cargada de tensión. -Me aseguraré de encargarme del asesino si aparece-.

La comunicación terminó y Freed suspiró, sintiendo el peso de la responsabilidad que recaía sobre él. Sentía asco de que por primera vez en su vida estaba asustado de alguien.

La tensión estaba palpable en el callejón oscuro donde el grupo de Rias se encontraba escondido, a la espera del convoy de Abstergo. Rias, personificada como Ikari, y Kiba estaban parados un poco apartados del resto, susurros de preocupación llenaban el aire.

-¿Dónde está Issei- dijo Rias con voz rígida, su ceño fruncido de frustración. -Ya debería haber llegado-.

Kiba la miró con una expresión tranquila pero firme. -No te preocupes, Ikari. Conozco a Issei desde hace poco pero se que llegará, seguramente está manejando algo importante antes de aparecer-.

Rias soltó un suspiro exasperado. -No puedo creer que llegue tarde en un momento como este. Esto es crucial para nuestro plan-.

-Entiendo tu preocupación-, respondió Kiba, -Pero también debes recordar que Issei ha demostrado ser un luchador excepcional. Si hay alguien que puede manejar una situación imprevista, es él-.

Rias cruzó los brazos, mostrando su descontento. -No es solo eso. No quiero que todo nuestro plan se vea comprometido por una demora-.

En ese momento, Issei cayó desde la cornisa de una ventana desde arriba, asustando a todos los presentes.

-¿Se puede saber donde…- Pero Rias se detuvo al ver a Issei. Este usaba el traje que alguna vez perteneció a Baraqiel, se veía imponente y eso la dejó impresionada.

-¿Me perdí de algo?-. Pregunto Issei de manera despreocupada, haciendo que Kiba soltase un silbido de impresión.

-¿Cómo puedes aparecer así de la nada?, ¡Casi me das un infarto!-. Las palabras de Rias cayeron en oídos sordos ya que Issei se asomaba a la calle para ver la situación, demasiado tráfico sobre el puente, eso era bueno. -¡Oye, no me ignores!-.

El tenso y cómico momento se quebró cuando un mensaje en el comunicador de Rias interrumpió su discusión. Saji, quien hacía de vigía al otro lado del puente, informó que el convoy de Abstergo se aproximaba. En ese mismo instante, Issei, sin prestar atención a las regañinas de Rias, se fijó en el puente, donde los faros de los vehículos enemigos brillaban en la oscuridad.

-¡Abstergo!, ¡Están aquí-. Se escuchó la voz de Saji dando la noticia.

-Andando-. Dijo Issei subiendo la máscara del traje para que su rostro quedase oculto.

El grupo de Rias actuó con rapidez. Bloquearon la carretera con conos y cercas improvisadas, obligando al convoy a detenerse. Issei se preparó, sintiendo la adrenalina bombear por sus venas. Los guardias de Abstergo emergieron de los vehículos, armados con porras de metal y listos para pelear. Era hora de la acción.

Issei fue el primero en moverse. Con una agilidad sorprendente, avanzó hacia el primer guardia que se le acercó. Con una serie de movimientos fluidos, desarmó al enemigo y lo dejó fuera de combate con un golpe bien colocado. Su entrenamiento meticuloso se mostró en cada movimiento preciso que ejecutó.

Los miembros del grupo de Rias también entraron en acción, lanzando ataques coordinados contra los guardias. Kiba, Saji y los demás hombres demostraron su valentía en la lucha cuerpo a cuerpo, incapacitando a los enemigos con ayuda de la superioridad numérica. Las cercas y conos se convirtieron en armas improvisadas, y el sonido de golpes y gritos llenó el aire.

Issei era un torbellino de velocidad y fuerza, enfrentándose a múltiples oponentes a la vez. Su agilidad le permitía esquivar golpes y contrarrestar con movimientos calculados. No pasó mucho tiempo antes de que quedara claro que era el luchador más hábil del grupo.

Pero la situación cambió drásticamente cuando Freed se bajó de su camión. La presencia del guerrero de Abstergo hizo que la atmósfera se volviera más tensa. Freed impone un aura de odio formidable, y todos podían sentirlo.

-Aquí estás, ¿Sabes que te he buscado durante meses?-. Dijo Freed con una sonrisa enferma. -Tu me debes una revancha-.

Rias pudo observar a Freed, reconociendolo como el demente que hirió su tobillo hace 6 meses, sintio terror de ver a Issei enfrentarlo, pero decidio confiar en que podía vencerlo.

Issei no dijo nada, este tipo le enfermaba y estaba feliz de poder darle una paliza. Freed entonces se lanzó al ataque con sus puños

Issei y Freed se enfrentaron, chocando en una lucha intensa y coreografiada. Sus movimientos eran rápidos y poderosos, cada golpe resonaba en el aire. Issei se mantuvo firme, utilizando su entrenamiento y habilidades para contrarrestar los ataques de Freed. Sin embargo, Freed también demostró su destreza, bloqueando y evadiendo los golpes de Issei con precisión.

La lucha entre Issei y Freed se convirtió en un enfrentamiento de titanes, ambos decididos a prevalecer. Los otros miembros del grupo seguían luchando contra los guardias de Abstergo, pero todos podían sentir la atención concentrada en la lucha central.

La secuencia de acción continuó con Issei y Freed intercambiando golpes y bloqueos, una danza mortal de habilidades y estrategias. El choque de sus fuerzas creaba ondas de choque perceptibles, y el suelo parecía temblar bajo su intensidad. La habilidad y determinación de Issei se enfrentaban a la ferocidad y experiencia de Freed, y el destino del enfrentamiento estaba en juego.

Issei, después de algunos movimientos de evasión precisos, logró aprovechar un momento de ventaja dándole un golpe a Freed en el rostro, provocando que este caiga al suelo.

-¡Agh, maldito gusano!-. Dijo Freed quejándose del dolor, luego de eso se puso de pie y buscó algo entre sus ropas. -¡Muy bien, tú pediste por esto!. Freed saco desde su abrigo el Tomahawk, era negro con detalles en rojo, un arma de mucho filo, y sobre todo, letal.

Issei se consternó, por primera vez en su vida estaba enfrentando a alguien que a todas luces intentará matarlo.

-Bien, supongo que no tengo opción-. Issei levantó sus muñecas, de ambas manos salieron sus hojas ocultas, el arma insignia de los Asesinos, por primera vez Issei combatirá con ellas.

-Lo sabía, después de todo eres un asesino-. Dijo Freed con una mezcla de emoción e ira.

Issei se enfrentó a Freed con determinación, sosteniendo sus hojas ocultas en posición de combate. Los dos se miraron fijamente, el silencio del puente solo interrumpido por el ruido de la corriente del agua cercana y los gritos distantes de los guardias en conflicto con los otros miembros del grupo de Rias.

Freed cargó con ferocidad, el tomahawk en alto, y lanzó un golpe horizontal hacia Issei. Pero el joven Asesino era rápido y ágil, esquivando el ataque con un movimiento fluido. Con una ráfaga de movimientos calculados, Issei contraatacó con precisión, dirigiendo sus hojas ocultas hacia los puntos débiles de Freed.

Los sonidos metálicos llenaron el aire mientras las armas chocaban, Issei y Freed se movían en una danza frenética de golpes y evasiones. Issei aprovechaba su agilidad y destreza, atacando con precisión y rapidez, mientras que Freed utilizaba su fuerza bruta para intentar aplastar a su oponente.

En un momento de apertura, Issei dio un giro ágil y lanzó una patada al abdomen de Freed, lo que lo obligó a retroceder unos pasos. Aprovechando la oportunidad, Issei saltó hacia adelante, ejecutando un rápido combo de ataques que apuntaban a las piernas y brazos de Freed, debilitando su postura.

Freed, enfurecido y herido, lanzó un último intento desesperado de ataque, elevando el tomahawk sobre su cabeza y lanzándolo hacia Issei. Pero el joven Asesino anticipó el movimiento, se agachó y se movió con agilidad para esquivar el proyectil.

Con un movimiento fluido y preciso, Issei se abalanzó sobre Freed, golpeando con fuerza la muñeca que sostenía el tomahawk. El arma se desprendió de la mano de Freed y voló por el aire, antes de caer al suelo con un estruendo metálico.

Issei no perdió ni un segundo. Dio un paso hacia Freed y, con un rápido y preciso movimiento, golpeó el pecho del hombre con una patada en su pie izquierdo. Freed perdió el equilibrio y retrocedió, tambaleándose al borde del puente.

Con un último empujón, Issei provocó que Freed perdiera pie y cayera al agua oscura que fluía debajo del puente mientras gritaba. Un chapoteo resonó mientras el hombre desaparecía en las aguas turbulentas.

Issei se quedó parado en el puente, jadeando ligeramente por la intensidad de la pelea. Miró hacia el agua, asegurándose de que Freed no emergiera de nuevo. Luego, con determinación en sus ojos, se dio la vuelta para regresar al combate que aún se libraba en el puente.

Al dar unos pasos, por accidente pisó el tomahawk que perteneció a Freed, se agachó y rápidamente lo recogió.

-Puede que sea un demente pero tiene un buen gusto en armas, supongo que ahora es mío-.

El sonido de las luchas y los gritos de los guardias llenaban el aire, pero Issei estaba listo para unirse a la batalla y respaldar a sus compañeros en la lucha contra Abstergo.

Los guardias eran escasos ya, algunos yacían inconscientes en el suelo, otros habían sido atados y amordazados y varios otros simplemente huyeron. Finalmente el último de ellos cayó derrotado, era hora de actuar.

Las mujeres del grupo fueron capaces de abrir los camiones y así tener acceso al cargamento, ahora debían deshacerse de él, ¿y que mejor que arrojar las cajas al río?.

-¡Muy bien, arrojen las que puedan antes de que llegue la policía!-. Dijo Rias, los demás comenzaron a hacerlo con rapidez, sin embargo la voz de Sairaorg en la radio los detuvo en seco.

-¡No vienen!, ¡La policía no vendrá, Abstergo llegó a un trato con ellos para que no interfirieran en sus asuntos!-. Dijo Sairaog. Issei no pudo evitar preguntarse cómo fue que Sairaog se enteró, tal parece que todos aquí tienen más contactos de los que él creía.

-¿Qué?, ¿En serio?-. Dijo Rias sin poder creer lo que escuchaba. -¡Muy bien, entonces arrojen todo el cargamento de cada maldito camión!-.

Cuando se disponían a hacerlo, gracias a la disipación de la adrenalina de la batalla, pudieron escuchar a personas vitoreando. Al levantar la vista, Issei pudo ver como todas las personas de los vehículos se habían bajado para celebrar sus acciones, el pueblo de Kouh estaba harto de abstergo, y se disponían a celebrar cualquier acción en su contra.

El resto del grupo lanzó las cajas de los camiones una por una al río, cada material, cada repuesto de las maquinarias de abstergo, todo quedaba enterrado bajo el agua, arruinado para siempre.

De pronto, Kiba y Saji aparecieron junto a Issei, Saji tenía una caja en sus manos.

-Guardamos la última para ti-. Issei tomó la caja en sus manos y la levantó en el aire, siendo recibido por una estruendosa celebración de todos alrededor de él.

Issei se acercó a la baranda del puente para arrojar la caja, pero al hacerlo se percató de que en un muelle lejano se encontraba Freed, quien acababa de salir del agua empapado. Freed levantó la vista y pudo ver a Issei con la caja en sus manos.

Issei finalmente extendió sus brazos enseñándole la caja a Freed, luego de eso la soltó, dejándola caer al agua. -Ups-. Dijo Issei con una sonrisa tras su rostro.

-Maldito bastardo infeliz, voy a matarte-. Dijo Freed, pero luego de eso estornudo debido al agua fría.

Sairaorg, luego de unos minutos, se llevó a todos en su bote. La batalla del puente se convertiría en leyenda en Kuoh, otra humillación más para Abstergo en la ciudad. El grupo se reunió en casa de Sairaorg una vez más, decidieron aprovechar la comida que habían llevado para celebrar su victoría.

En medio de las celebraciones, Issei se sintió fuera de lugar, casi culpable. Él es un asesino, un guerrero, celebraciones así no eran su derecho, no. Sin embargo no quería irse y parecer grosero, pidió permiso a Sairaog de salir al patio trasero para tomar algo de aire. Sairaog se disponía a acompañarlo para dirigirlo pero debido a que Kiba, quien se había pasado de copas, se encontraba arriba de una mesa cantando a todo pulmón, Sairaog no pudo. Así que simplemente Issei recibió indicaciones de como llegar al patio trasero.

Issei salió al patio trasero de la casa de Sairaorg, donde la brisa fresca de la noche le acarició el rostro. Se sentó en una banca, observando el jardín iluminado por la luna. A pesar de la victoria, una sensación incómoda seguía pesando en su pecho. Había algo en la forma en que Freed lo miró, una intensidad que lo inquietaba.

Mientras se perdía en sus pensamientos, Rias se unió a él en el patio. La mirada preocupada de Rias no pasó desapercibida para Issei.

-¿Estás bien? -preguntó ella con suavidad.

Issei suspiró y asintió. -Sí, solo que... no sé. A veces siento que esto no es para mí, toda esta celebración y emoción. Mi modo de vida, Rias. Mi mundo nunca había estado envuelto en violencia y peligro como esta noche, a pesar de que sepa pelear. Además, no estoy acostumbrado a este tipo de... alegría.

Rias apoyó su mano en el hombro de Issei con ternura. -Entiendo lo que dices, Issei. Pero eso no significa que no puedas disfrutar de momentos como este. Esta noche has hecho mucho por nosotros, por esta ciudad. Te mereces celebrar esta victoria.

Issei esbozó una sonrisa agradecida, reconociendo las palabras reconfortantes de Rias. -Supongo que tienes razón. Solo me llevará tiempo acostumbrarme a todo esto.

Rias asintió y luego desvió la mirada hacia el jardín. -También noté la mirada que te lanzó ese demente. Parecía... personal. No solo por lo que sucedió hace meses en el centro comercial, casi parecía algo más profundo ¿Algo que quieras compartir?

Issei frunció el ceño, recordando la intensidad en los ojos de Freed. -No-.

Rias rió, supongo que una sola batalla juntos no bastaría para que Issei se abra completamente con ella.

Rias apretó suavemente el hombro de Issei. -Estamos aquí para apoyarte, Issei. No estás solo en esto.

Ambos se quedaron en silencio por un momento, contemplando la tranquilidad de la noche. Issei se sintió agradecido por tener a alguien como Rias a su lado, alguien que tenía sus propias luchas internas y a pesar de eso estaba dispuesta a brindarle apoyo.

-Gracias, Rias -dijo Issei finalmente.

Rias sonrió y le dio un abrazo reconfortante. -Siempre, Issei. Ahora, regresemos a la celebración. Has ganado este momento de alegría-. Issei quedó petrificado, jamás esperó ese gesto de parte de Rias, después de una noche llena de golpes, patadas y saltos mortales, un simple abrazo causó más daño que cualquiera de esas últimas cosas.

Juntos, Issei y Rias regresaron al interior de la casa, uniéndose a la celebración que estaba en pleno apogeo. A pesar de sus dudas y preocupaciones, Issei sabía que tenía un lugar entre estos compañeros y amigos que habían luchado juntos contra Abstergo.