Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del libro "Desaparición para expertos" de Holly Jackson, yo solo busco entretener y que más personas conozcan este libro.
Capítulo 21
Harry no había probado su comida. Apartaba la pasta en los bordes del plato, haciendo líneas sobre la salsa con la punta del tenedor de plástico.
Theo también se había dado cuenta; Bella lo pilló sin querer mirándolo desde el otro lado de la mesa, en silencio entre el barullo de la cafetería. Estaba así por los comentarios, no cabía duda. Los desconocidos de internet con sus teorías y sus opiniones. «Jamie Potter debe de estar muerto». O: «Lo han asesinado, por supuesto. Aunque parece que se lo merecía, la verdad». Bella le dijo a Harry que los ignorara, pero estaba claro que no podía y esas palabras lo perseguían y le dejaban marca.
Tori estaba sentada a su lado, tan cerca que le daba de vez en cuando golpes con el codo a Bella en las costillas. Ella también se había percatado del silencio de Harry, de ahí su intento de sacar su tema de conversación favorito: las conspiraciones sobre el Área 51.
Los únicos que no se dieron cuenta fueron Sam y Leah. Supuestamente, Sam era el mejor amigo de Harry, pero le estaba dando la espalda, sentado a horcajadas mientras él y su novia se hacían carantoñas y se reían por algo. A Bella no le sorprendía. Sam tampoco parecía preocupado por Harry el día anterior, y solo había mencionado a Jamie una vez. Ella sabía que era una situación incómoda y que a la mayoría de las personas les costaba hablar de ello, pero qué menos que decir «lo siento» una vez. Es lo que hay que hacer.
Leah soltó una carcajada por algo que Sam le había susurrado y Bella notó cómo se encendía algo en su interior, pero se mordió el labio y se relajó. No era el momento de enzarzarse en una pelea. En cambio, miró cómo Tori sacaba un KitKat de su mochila y lo deslizaba despacio sobre la mesa hasta dejarlo delante de Harry. Él salió de su trance y la miró, doblando la boca en una sonrisa mientras soltaba el tenedor para aceptar la oferta.
Tori le puso a Bella la misma sonrisa. Parecía cansada. Había pasado tres noches sin llamarla para hablar con ella hasta que se durmiera. Bella sabía que no estaba descansando lo suficiente, se lo veía en los ojos. Y de repente distinguió otra cosa, cuando se abrieron aún más y señalaron hacia arriba justo cuando alguien le dio un golpecito en el hombro a Bella. Se dio la vuelta y miró. Tom Nowak estaba de pie detrás de ella, saludándola incómodo con la mano. El exnovio de Leah, con el que había roto el verano pasado.
—Hola —dijo elevando la voz sobre el ruido de la cafetería.
—Bufff —dijo Leah inmediatamente. Ah, ahora sí que presta atención—. ¿Qué quieres?
—Nada —dijo Tom apartándose el pelo de los ojos—. Tengo que hablar con Bella de una cosa.
—Claro. —Ahora cargaba Sam contra él. Se puso todo lo recto que pudo y pasó un brazo por delante de Leah para agarrar la mesa—. Cualquier excusa te sirve para venir a molestarnos, ¿no?
—No, es que… —Tom dejó de hablar y se encogió de hombros, girándose hacia Bella—. Tengo información.
—Nadie te ha invitado. Largate —dijo Sam.
Leah sonrió y entrelazó su brazo con el de su novio.
—No estoy hablando contigo —dijo Tom, y volvió a mirar a Bella—. Es sobre Jamie Potter.
Harry levantó la cabeza y centró la mirada en Bella. Ella levantó una mano y asintió, diciéndole con ese gesto que se quedara quieto.
—Ya, claro —se burló Sam.
—Déjalo ya, por favor. —Bella se levantó y se colgó la mochila al hombro—. No impresionas a nadie, excepto a Leah.
Pasó por encima del banco de plástico y le dijo a Tom que la acompañara al patio, consciente de que Harry estaría mirándolos.
—Vamos a hablar aquí —dijo una vez fuera, señalando un muro. Por la mañana había llovido y los ladrillos estaban todavía un poco húmedos cuando se sentó, así que se mojó los pantalones. Tom puso su chaqueta antes de acomodarse a su lado—. ¿Qué información tienes sobre Jamie?
—Es de la noche en la que desapareció —dijo Tom sorbiendo por la nariz.
—¿Sí? ¿Has escuchado el primer episodio? Lo publiqué anoche.
—No, todavía no —confesó.
—Te lo digo porque hemos conseguido crear una línea temporal de lo que hizo Jamie el viernes pasado. Sabemos que estaba en la fiesta destroyer a las 21.16 y que se fue a eso de las 22.32, por si es ahí donde lo viste. —Tom la miraba sin parpadear—. Quiero decir que ya tengo esa información, si es lo que me ibas a decir.
Él negó con la cabeza.
—No, no. Es otra cosa. Yo no estuve en la fiesta destroyer, pero lo vi. Después.
—¿En serio? ¿Después de las 22.32?
De pronto Bella fue hiperconsciente de su entorno: los diez chicos dando gritos mientras jugaban al fútbol, una mosca que se acababa de posar sobre su mochila, un muro presionando contra sus huesos.
—Sí —dijo Tom—. Fue después de esa hora.
—¿Cuánto después?
—Puede que unos quince o veinte minutos. —Puso cara de concentración.
—¿Sobre las 22.50? —preguntó ella.
—Sí. Me parece que sí.
Bella se inclinó hacia delante esperando a que Tom continuara.
Pero no lo hizo.
—¿Y? —dijo ella empezando a enfadarse, aunque no quería—. ¿Dónde estabas? ¿Dónde lo viste? ¿Estaba cerca de Highmoor, donde fue la fiesta?
—Sí, fue en esa calle, ¿cómo se llama?… Ah, Cross Lane —dijo.
Cross Lane. Bella solo conocía a una persona que viviera en Cross Lane, en una casa con una puerta azul y un porche triangular: Rose Parkinson.
—¿Viste a Jamie en Cross Lane a las 22.50?
—Sí. Llevaba una camisa burdeos y unas deportivas blancas. Recuerdo eso pacíficamente.
—Era lo que llevaba puesto, específicamente —dijo corrigiendo a Tom—. ¿Por qué estabas allí a esa hora?
Se encogió de hombros.
—Volvía de casa de un amigo.
—¿Y qué estaba haciendo Jamie? —preguntó Bella.
—Caminar. Pasó por mi lado.
—Vale. ¿Y estaba hablando por teléfono cuando te adelantó? —dijo ella.
—No, creo que no. No vi ningún móvil.
Bella suspiró. Tom no lo estaba poniendo demasiado fácil.
—Vale. ¿Qué más viste? ¿Parecía que fuera a algún sitio? ¿A alguna casa?
—Sí —Tom asintió.
—¿Sí, qué?
—A una casa. Caminaba hacia una casa —dijo—. A la mitad de la calle o así.
La casa de Rose Parkinson está a la mitad de la calle. Los pensamientos de Bella se entrometieron y demandaron su atención. Se le aceleró el pulso y notó un cosquilleo en la nuca. Se le estaban empezando a poner pegajosas las palmas de las manos, y no por la lluvia.
—¿Cómo sabes que iba a una casa?
—Porque lo vi entrar en ella —dijo él.
—¿Dentro? —La palabra sonó más fuerte de lo que ella pretendía.
—Sí. —Lo dijo un poco irritado, como si fuera ella la que estuviera complicando las cosas.
—¿En qué casa?
—Ah —dijo Tom pasándose los dedos por el pelo y cambiando la raya hacia el otro lado—. Era tarde, no me fijé en los números. No lo vi.
—Bueno, pero ¿puedes describir cómo era la casa? —Estaba agarrada al muro, dando golpecitos con las yemas de los dedos—. ¿De qué color era la puerta?
—Eeeh. —La miró—. Creo que blanca.
Bella suspiró. Se echó hacia atrás y soltó el muro. No era la casa de Rose Parkinson, entonces. Bien.
—Espera —dijo Tom de pronto volviendo a mirarla—. No, creo que no era blanca. Me acabo de acordar… Era azul. Sí, azul.
El corazón de Bella reaccionó enseguida, notaba los latidos en los oídos, con un ritmo que casi sonaba como: «Ro-se Par-kin-son, Ro-se-Par-kin-son, Ro-se-Par-kin-son».
Se esforzó por cerrar la boca y la abrió solo para preguntar:
—¿Una casa de ladrillos blancos? ¿Con una vid en un lado?
Tom asintió, ahora parecía estar más espabilado.
—Sí, esa es. Vi a Jamie entrar en esa casa.
—¿Viste a alguien más? ¿Quién abrió la puerta?
—No. Solo lo vi a él entrar.
En casa de Rose Parkinson.
Ese era el plan: que Jamie fuera a casa de Rose después del homenaje. Eso es lo que le dijo a Harry. Eso es lo que Rose le contó a Bella. Pero también le dijo que no apareció, que la última vez que lo vio fue cuando se separó de ella para ir a buscar a «alguien».
Pero Tom vio a Jamie entrar en su casa a las 22.50.
Después de la fiesta destroyer.
Hay alguien que miente.
Y ¿quién puede tener un motivo para hacerlo?
—Tom —dijo Bella—. ¿Te importa si me lo vuelves a contar todo en una entrevista grabada?
—Claro, sin problema.
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¿La pista de Hillary F. Weiseman?
Ya sé que Bella ha estado muy ocupada trazando los movimientos de Jamie de aquella noche, pero creo que sería un grave error que ignorara esta nota que encontró en su papelera. Sabemos que la limpiadora de los Potter va una vez cada dos semanas, los miércoles, por lo que la nota que encontró Bella la tuvieron que escribir / tirar en los últimos diez días, coincidiendo con el periodo de tiempo en el que Jamie se comportaba de forma extraña (robos, escabullirse de casa).
En su investigación, Bella solo ha encontrado a una Hillary F. Weiseman —una señora de 84 años que vivió en Little Kilton y que murió hace 12 años—. Así que, sí, es muy extraño que Jamie escribiera recientemente el nombre de esa vieja. Pero ¿y si la nota no hace referencia al nombre de una persona, sino a un lugar? Si Hillary murió allí, imagino que estará enterrada en el cementerio del pueblo. ¿Y si la nota no se refiere a Hillary, la persona, sino a la tumba como lugar de encuentro? Fijense otra vez en lo que dice:
«Hillary F Weiseman izquierda 11». ¿Y si lo que quiere decir en realidad es: la tumba de Hillary F. Weiseman, en el lado izquierdo del cementerio, a las 11? Una hora y un lugar para un encuentro.
¿Qué les parece?
NOTA:
Este fin de semana mi depresion crecio porque no fui al concierto de la wera asi que no adelante capitulos, asi que solo publicare dos capitulos hoy, espero les guste.
