Destino (AU) Parte 2
Cuando dijo que no sería muy malo, se equivoco un poco. No sería tan malo si Luffy, como supo que se llamaba el omega, no se le despegaba cuando volvía del trabajo. La comida seguía haciéndolo él, pero se estaba hartando de ser el "mantenido" y se ocupaba de los desastres que tenía el omega en su casa. La cocina la arregló, igual que el baño y un poco la instalación de luz.
Se dedicaba a entrenar un poco en la azotea del adeficio, pero también el omega lo iba a ver entrenar y hablaba sin parar, cosa que le molestaba mucho. Se tiraba sobre él, haciendo que cayera cada vez que eso sucedía y lo abrazaba aún con la gente mirándolos. Hablaba sin parar cuando llegaba del trabajo y dormían juntos. Si, no tuvo otra opción. Dormir en el piso le dio dolor de espalda, aunque ya estaba acostumbrado a dormir así. Le jodia cada vez que le llamaba "mi alfa". O le llamaba Zoro a secas, además que se la pasaba contándole de sus amigos y su día de trabajo. Era un fastidio.
Pero, por otro lado, no podía dormir sin que este estuviera presente. Sonará loco, pero desde que durmió junto con el al segundo día, no podía conciliar el sueño si el moreno no dormía junto a él. Y para hacer más interesante esto, cuando Luffy se le lanzó en la cama, durmió desparramado sobre él, cosa que ya no podía dejar de hacer. Luffy ahora dormía sobre él y Zoro lo sostenía para que no cayera al suelo, ya que la cama era pequeña. Sus pláticas le irritaban pero si no las escuchaba, se sentía mal y, solo a veces, iniciaba la conversación. Cada vez que escuchaba pasos ruidosos, sabía que era el chico de sombrero de paja, para luego prepararse cuando se lanzaba a abrazarle.
Era molesto pero su alfa se notaba feliz cuando estaba junto al moreno. Cuando entrenaba, le daba cierta vergüenza que Luffy lo mirará tan descaradamente. Y cuando le preguntaba si no tenía otra cosa que hacer, siempre le respondía:
-Ver a mi alfa entrenar es más divertido- decía divertido y avergonzado.
Y no, el muy cabrón también lo hacía sonrojarse de vergüenza cada vez que lo decía en ese tono.
...
Un día, no llegó a casa. Se quedó hasta la mañana esperándolo. No es que estuviera preocupado por él, solo que si no llegaba el muchacho, él tendría que irse. No iba a quedarse para que luego lo atraparan de nuevo.
Cuando llegó Luffy, venía agitado, como si estuviera huyendo de algo.
-¡Zoro!
Y claro, como siempre, se lanzaba contra él cuando llegaba para abrazarle. Esta vez no protestó. Lo había extrañado. Solo un poquito.
-¿Qué paso, Luffy?- dijo con preocupación-. ¿Por qué no llegaste anoche? ¿No sales del trabajo hasta las ocho?
Luffy lo miró con ojitos de cachorro. Era la primera vez que Zoro se preocupaba y decía algo cuando llegaba del trabajo. Eso lo puso feliz.
-No podía deshacerme de mi abuelo- dijo con temor.
-¿Tu abuelo?- preguntó, extrañado.
-Si, mi abuelo me interceptó en el restaurante así que tuve que irme a casa de mis amigos para despistar su atención- dijo con una sonrisa nerviosa-. Por poco y me mata...
-¡¿Y no pudiste llamarme?!- le regañó.
A Luffy le brillaron los ojos.
-¿Estabas preocupado por mí?- dijo con una cálida sonrisa.
Si seguía así, terminará por ceder por completo a esa sonrisa. Pensó Zoro. Lo que no sabía es que desde que la vio, no podía decir que no a algo que dijera el moreno.
-Eso es lo de menos, prepare algo para ti y lo guarde porque no llegaste, son las sobras- dijo con vergüenza.
-Gracias, Zoro- estaba tan emocionado que rozó sus labios en la comisura del peliverde.
Zoro se quedó quieto. Su olor estaba saliendose de control. Un calor de repente le invadió. Su vista se estaba cegado un poco. Sus manos empezaron a temblar. Luffy sintió también el cambio. Se aferró al peliverde, sentía que perdía fuerzas.
-Zoro, ¿qué sucede?- dijo, tratando de sostenerse del cuello de Zoro.
Por su parte, Zoro sostuvo aún más a Luffy y olfateo el cuello del joven.
-No puede ser...- dijo Zoro, en un poco de cordura que le quedaba-. No debería pasarme tan pronto...
-¿Qué es, Zoro?- preguntó el chico de sombrero de paja, sosteniendo la cabeza de Zoro para que lo mirara de frente.
Zoro estaba perdiendo el control, así que con lo último que le quedaba le dijo.
-Estoy... En celo...- su vista se oscureció.
...
Luffy se quedo mirando a Zoro, quien se había quitado de encima a Luffy y trataba de salir de ahí. Sus celos los pasaba en algún lado de la ciudad, ya sea en una casa abandonada o en el lago cerca de las afueras de la ciudad, pero ahora no sabía a donde ir a pasar su celo. Se había adelantado, no llevaba ni un mes con Luffy, y su celo se descontroló al percibir ese casi beso por parte del menor. ¿Tan necesitado estaba de afecto?
-Zoro- le detuvo.
Luffy lo abrazó por atrás.
-No te vayas- dijo en un tono que sabía Zoro que cedería a él.
-Luffy... Tengo que... Irme...- habló apenas.
-No- se aferró aún más a él.
-¡Luffy!- le regañó, todavía le quedaba un poco de cordura-. Puedo hacerte daño...
-No me harías daño- dijo con una sonrisa-. Eres Zoro, mi alfa...
Luffy no pudo decir nada más pues Zoro se giró hacia Luffy y lo tomó de los brazos hasta chocar con la cama.
-¡Vete!- dijo, tratando de ahuyentarlo.
Luffy sonrió.
-Tus mejillas están rojas, Zoro- dijo para luego besar su mejilla, abrazándolo.
Fue la gota que derramó el vaso. Zoro no lo soportó mucho. Era un alfa qué aún no había tenido ni su primera vez, ni siquiera un beso. Pero con Luffy, tendría eso y más.
...
-Zoro, estoy cansado- dijo Luffy, quien trataba de safarse de Zoro.
Ya era de día, y trataba de pararse, pero aún seguía unido a Zoro.
-Te dije que te fueras y no hiciste caso- dijo con molestia.
-Pero fue divertido la noche- sonrió Luffy-. Me besaste muchas veces, incluso mi cuerpo tambien.
-No digas eso...- dijo avergonzado.
-Tengo hambre- un sonido en su estómago afirmó lo dicho.
-Yo tambien- mordió a Luffy en el hombro.
Aún no lo había marcado. Había estado conteniéndose para no hacerlo. Pero Luffy se le encimaba demasiado.
-¡Comamos entonces! ¡Auch!- se movió un poco pero se lastimó.
-¡No te muevas! ¡Aún no baja, idiota!- le regañó Zoro, golpeando la cabeza de Luffy.
Estaban unidos todavía. Lo habían hecho tantas veces, Luffy estaba muy contento, aunque al inicio le dolió un poco, luego se acostumbró a la tercera vez. Tenía marcas por todo el cuerpo y sus ropas habían formado un nido en la pequeña cama, donde estaba encima de Zoro, esperando que se le bajará la hinchazón.
Cuando paso el tiempo, por fin Zoro pudo salir de la calidez de Luffy. Aún estaba en celo, pero tenía mucha hambre. Luffy también.
Trato de hacer de comer y llevó a la mesa dos platos de carne que aún quedaba en el refrigerador, de milagro estaba ahí, ya que el omega siempre se comía toda la carne.
Cuando comieron, Luffy devoraba su plato, mientras Zoro miraba las marcas que tenía Luffy en su pecho, hombros y abdomen, ni decir de sus piernas. Aun la habitación tenía el aroma de ellos. Luffy no había ido a trabajar, con la escusa que había enfermado. Al terminar de desayunar, Zoro estaba lavando los platos cuando Luffy se aferró a la fuerte espalda del peliverde.
-Zoro me quiere mucho- dijo con una sonrisa.
Bien, los platos pueden esperar.
...
-Zoro...- gimió Luffy.
El mencionado aún estaba tratando de contenerse, no había dejado a Luffy descansar ese día, aún estaba en celo. Ya debía pasar hace dos días. Este era el día tres, y aun tenía su miembro en el trasero de Luffy.
-Zoro, estás muy caliente- dijo Luffy, abrazando a Zoro del cuello.
Zoro arremetió aún más en el cuerpo de Luffy, quien soltó un grito de placer al sentir de nuevo a Zoro en el mismo sitio que lo hacía enloquecer. Se aferró aún más mientras trataba de seguir las fuertes embestidas del mayor, su cuerpo iba a colapsar de tanto placer que le proporcionaba el chico de cabello verde. Expuso su cuello una vez más, siempre lo hacía por instinto, pero siempre Zoro no atendía esa parte. Algo faltaba pero no sabía que.
Zoro terminó dentro de él mientras que Luffy terminó en ambos vientres. Otra vez la conocida hinchazón se hacía presente, pero Luffy empezó a embestirse aún más y tomó la mano de Zoro para guiarla a su cuello.
-Zoro...- habló entrecortado-. Te quiero...
Zoro trataba de no ceder. Hacerlo lo haría vulnerable a Luffy, ya estaba cansado pero su instinto aún quería más. Por su parte, Luffy miró a Zoro y sonrió. Bajó su cabeza al cuello de Zoro, lamió toda la extensión hasta que mordió al peliverde. Zoro le dio un golpe a Luffy para que lo soltara pero en vez de eso, Luffy soltó un gruñido y apretó con más fuerza, haciendo que la vista de Zoro de oscureciera. Ya no pensaba. Luffy dejo de morder a Zoro, mirando la marca que hacía hecho.
-Zoro ahora es mío- Sonrió con inocencia.
Zoro atrajo a Luffy y lo volteó, dejando expuesto la espalda y nuca del menor. Ya había bajado la hinchazón y volvió a remeter contra Luffy, quien solo protestaba de no poder verlo cuando lo hacían. Zoro movió su cabeza hacia el cuello de Luffy y lamió y chupó a su antojo ese cuello blanco del moreno, quien se movía al compás de las embestidas. Cuando ya estaba apuntó de venirse de nuevo, el mayor asomó sus colmillos al cuello expuesto de Luffy.
-Serás mío- habló con una voz que no era suya, su alfa estaba reclamando a Luffy.
Y lo mordió, tan fuerte que Luffy gritó y se corrió entre las sábanas. La sangre le escurría en el cuello al menor y gimió de dolor y placer. Zoro lamió la herida, estaba hecho. Luffy le pertenecía, nadie podía tocarlo, excepto él. Tenía todo ese omega para él. Solo para él.
...
-Iré a trabajar hoy- dijo Luffy, después de peinarse el pelo y arreglarse la camisa de cuello alto, aunque no le gustara la idea de usarlo-. Traeré mucha carne.
-Luffy- dijo Zoro, arreglando la cama y los muebles-. Solo, vete ya- dijo, avergonzado.
Luffy sonrió y se acercó a Zoro, olfateando el cuello de este.
-Tengo tu olor en mí, estoy ansioso de contarle esto a mis amigos...
-Ni se te ocurra- advirtió el peliverde.
-Shishishi- rió Luffy.
Zoro, cuando miro esa tierna sonrisa, no se resistió más. Quizás aún era su celo o que habían tenido sexo durante cuatro días, pero sintió algo que nunca había sentido por alguien. Esa calidez, igual que el aura de Luffy, pero en su corazón. Le dio un beso a Luffy, despacio, sin nada de prisa como los anteriores. Luffy se sorprendió pero se aferró a Zoro. Le gustaba esto, despertar con un beso de Zoro sin duda iba a ser lo mejor de su día.
Se separaron, Luffy lucía feliz y se fue del cuarto. Zoro se la pasó limpiando el lugar. Si que habían hecho muchos destrozos, pero no rompieron ningún mueble, pero si gran parte de la vajilla de Luffy. Lo habían hecho en la mesa y en las paredes del cuarto, aún podía ver los rasguños de Luffy sobre la mesa.
Recordó como se movía sobre él. Luffy poseía una flexibilidad envidiable. Zoro gimió de nuevo. Se le había parado de tanto recordar los movimientos de Luffy sobre él. Como arqueaba la espalda, sus flexibles piernas agarrándose de él mientras le arremetía contra la pared, sus brazos arañando su espalda. Esta vez fue él quien no resistió más y se corrió en su mano. Luffy si que era atractivo y muy sexy con su cuerpo y personalidad. Esa sonrisa suya y sus tonterías no hacían más que calentar su pecho con ternura, algo que no sabía que tenía aún.
...
Cuando ya estaba listo el almuerzo, supo que Luffy había llegado cuando escuchó ruido en la planta de abajo. Ellos vivían en el tercer piso del edificio. Pero algo lo extrañó, era demasiado ruido. Al abrir la puerta, miró que Luffy corría hacia él.
-¡Zoro!- se lanzó hacia él una vez más y éste lo sostuvo.
-Luffy, ¿qué sucede?- preguntó, pero fue interrumpido por Luffy, quien estaba agitado y nervioso.
Su olor se sentía pesado. Tenía miedo.
-Cierra la puerta- dijo.
Pero tarde. Cuando Zoro trató de cerrarla, esta se abrió de un portazo, dejando ver a un hombre fornido y mayor, quizás más que él, mucho más. Venía acompañado de otros chicos, uno rubio y un pelinegro.
-Luffy, tenemos que hablar ahora- dijo el hombre empuñando su mano.
-¡Abuelo!- dijo con temor, aferrándose aún más a Zoro.
Zoro no lo podía creer. El abuelo de Luffy era...
...
-Así que eso sucedió, ¿no?- dijo el hombre, quien estaba sentado en una de las sillas del comedor.
Luffy estaba sentado sobre Zoro, quien le sostenía de la cintura. Luffy lucía tres chichones en la cabeza. Le había dolido mucho, su abuelo era un salvaje.
-Viejo, ese alfa es ahora parte de la familia- hablo con tranquilidad el rubio, quien respondía con el nombre de Sabo.
-¿Cómo se atreve?- dijo el pelinegro, muy molesto-. ¿Cómo te atreviste a quitarle su inocencia a mi hermanito?- se levantó de donde estaba sentado para pelear con el alfa, pero el otro le detuvo, dándole un golpe en la cabeza.
-Ace, ya basta- le regañó-. No querrás que Yamato se enteré, ¿verdad?
Ace solo tragó grueso.
-Eso pensé- suspiró el rubio.
-No me dejaron opción- dijo Luffy, aferrándose a Zoro, cosa que hizo que Ace escupiera sangre-. No iba a casarme con Hancock, no me gusta.
-Estaba arreglado, solo faltaba que firmaras, Luffy- dijo su abuelo-. Tu padre no está contento con ello.
-No quiero- le sacó la lengua-. Zoro es mi alfa ahora- y mostró la marca en su cuello, además que se notaron las otras-. No voy a separarme de Zoro.
-Niñato- dijo el hombre, quien empuñó una vez más su mano-. No te bastó tres golpes...
-Ya, viejo- dijo Ace, poniéndose enfrente de Luffy y Zoro, defendiendolos-. No puedes hacer nada, Luffy ya tomó su decisión.
-¿Todos están en mi contra o qué?- exclamó, molesto.
...
-Nos vemos, Luffy- dijo Sabo con una sonrisa.
-Nos vemos luego, idiota- dijo Ace a Zoro, quien solo se cruzó de brazos.
-Zoro- dijo el rubio, el mencionando lo miró-. Cuida de Luffy, o sino- su semblante cambió a uno aterrador-, no tendré piedad de ti.
Ya ni sabía quién era peor, si el abuelo de Luffy o sus psicópatas hermanos.
-La boda será en tres días- dijo con autoridad el abuelo de Luffy, quien estaba al teléfono-. Así que, mañana tendremos que ir por los vestuarios, el salón, los invitados, todo tiene que estar listo para ese día.
-Si, abuelo- dijo Luffy, sobandose la cabeza de tanto chichón que tenía.
-Bien- miro a Zoro-. Tu, muchacho.
-Si- dijo Zoro con miedo.
Si así dejaba a Luffy, no se imaginaba la fuerza de ese hombre.
-Bienvenido a la familia- lo abrazó del cuello.
Más bien, casi lo asfixia.
-Abuelo, lo vas a matar- dijo, molesto Luffy-. No quiero quedar viudo antes de casarme.
-Ah, ta bueno- soltó a Zoro.
Zoro trato de respirar lo más que pudo, si qué tenía fuerza ese hombre. Por eso era el jefe de la prisión de Impel Down. Si le quedaba el título de héroe de la Marina.
...
-Luffy- le hablo Zoro.
Luffy hizo un sonido con la garganta. Estaban comiendo la cena, ya estaba lista la cama, cambiada de sábanas, pero Luffy tenía hambre para entrar a la cama temprano.
-¿Por que no me dijiste que el héroe de la Marina era tu abuelo?- dijo, enojado-. Y no solo eso, el jefe del Ejército Revolucionario y el segundo al mando del hombre más peligroso de la ciudad, son tus hermanos.
Luffy lo miro confundido.
-Mi abuelo es un caso especial, es muy malo, casi me mata cuando era niño- dijo, temblando de miedo-. Me dejaba en la jungla del pueblo o en algún acantilado solo, para poder sobrevivir- sonrió-. Era horrible, pero me defendía bastante.
Zoro lo miró impresionado.
-Y Sabo y Ace son mis hermanos, me cuidaban mucho pero el abuelo les reprochaban que me cuidaran mucho y me entrenaba, incluso en mis días de celo.
-Luffy- le detuvo.
Luffy lo miró pararse de su asiento y caminar hacia él. Zoro se inclinó a Luffy, lo observó por un buen rato hasta que tomó su mano. La besó con delicadeza y acarició un buen rato, entregando todo de sí en esa acción. Nunca había entregado su vida y sus sueños a nadie, pero Luffy lo merecía y más, por elegirlo a él, de entre todas las personas.
-¿Te casarías conmigo?- preguntó, mirando a Luffy a los ojos.
Luffy sonrió con lágrimas en los ojos y saltó sobre Zoro. Lo abrazó con todas sus fuerzas y asintió.
-Si, si quiero- y sonrió aún más si era posible.
Esa noche, dos almas se unían más que carnalmente, sus corazones y sus sueños se volvían uno. Zoro y Luffy compartían destino, igual que sus corazones.
