|Queencard|
Episodio 0 -Cómo nos conocimos...
―Por favor... ―susurró la niña entre lágrimas, mientras era golpeada por su madre.
―¡Te lo mereces por ser una hija que nunca quise! ¡Debería haber tomado medidas drásticas cuando supe de tu existencia miserable! ―gritó la madre con gran desprecio hacia la niña.
―¿Por qué? ¿Por qué merezco esta vida? Solo quiero ser feliz, como los demás... Quiero volver al pasado cuando papá aún estaba con nosotros. Quizás tenía razón... todo esto es culpa mía... ―pensó _, llorando, sintiéndose abrumada por un profundo sentimiento de repugnancia hacia su propia existencia.
La niña gimió de dolor, aguantándose las náuseas que la embargaban cada vez mas con cada golpe.
Así era la vida diaria de _, sumida en la miseria. A veces, lograba escaparse de esa casa para observar a otros niños de su edad disfrutando de la felicidad. Sin embargo, esto solo alimentaba su resentimiento hacia ellos.
Unos minutos más tarde, la madre, cansada de infligirle más daño, la dejó en el suelo, ensangrentada y maltrecha. La niña, llena de dolor y desesperación, se preguntaba por qué tenía que pasar por todo esto. Pensamientos oscuros la invadieron, anhelando poner fin a su sufrimiento.
Con los ojos cerrándose lentamente, _ pensó que quizás podría descansar de esa vida despreciable. Sin embargo, en el fondo de su ser, se aferraba a la esperanza de que las cosas podrían mejorar. ¿Podría existir un rayo de luz en medio de tanta oscuridad? Esa incertidumbre la consumía mientras se sumergía en el abismo de sus pensamientos...
La niña peli morada, a pesar del dolor y el miedo que sentía, se levantó del suelo con dificultad. Sus ojos se abrieron de par en par al encontrarse con su madre en un estado lamentable, manchada de lo que parecía ser sangre. Se acercó con manos temblorosas a la figura de su madre, sin poder creer que lo que veía era una cruda realidad.
―Ma-ma-ma-mama... ―preguntó con terror reflejado en su rostro hacia su madre herida.
―¿Quié-n te ha hecho esto...? ―tartamudeó mientras se acercaba y las lágrimas brotaban de sus ojos doloridos.
Lo peor de todo era que la niña tenía sangre en sus propias manos y rostro, aunque no provenía de ella. Su mente no podía comprender lo que estaba sucediendo. Por un lado, una parte de ella se alegraba de que el maltrato hubiera terminado con la muerte de su madre, pero al mismo tiempo, como era su madre, sentía la obligación de perdonarla. Al menos, eso pensó en ese momento.
Salió de su casa y comenzó a caminar sin rumbo fijo. Las personas la miraban, sorprendidas por su aspecto y expresión desconocida. Con un nudo en la garganta, trató de contener las lágrimas, evitando llorar en público.
―¡Ey! ―gritó una voz, captando la atención de la niña.
―¿Eh...? ¿Qué pasa? ―preguntó, fingiendo una sonrisa notable mientras giraba su cabeza hacia el origen del sonido.
_ vio a un niño de su misma edad corriendo hacia ella. Llevaba un sombrero con gafas azules que apenas dejaba ver su pelo rubio. En su brazo derecho, se notaba un vendaje que iba desde su muñeca hasta su codo. La niña encontró al niño tierno y atractivo.
―Lo siento por todo lo que aparentas haber sufrido, aunque no sepa lo que te haya pasado. ―dijo el niño pelirrubio, agitado y avergonzado.
―¿Eh? ¿Por qué te preocupas por alguien como yo...? T-tú no tienes nada de cu-culpa, mientras que yo sí... ―la niña respondió sorprendida por las palabras del niño.
Nunca imaginó que alguien se preocupara por ella. Nunca había experimentado una situación así antes.
El niño con sombrero suspiró mientras comenzaba a curar las heridas de la niña. Parecía sorprendido de que ella no sintiera dolor. Era una realidad difícil de aceptar para ella, el hecho de no sentir el ardor del alcohol en sus heridas solo parecía confirmar cuánto había sufrido.
―No... ¿C-co-como t-te ll-lla-lamas? ―tartamudeó _ con temor a la respuesta del niño, recordando los insultos constantes que su madre solía lanzarle.
-¡Ah! ¡Me llamo Sabo! ¡¿y tú?!- dijo, dejando de curarla alegremente el anterior dicho junto con una gran sonrisa en su adorable rostro.
-M-Me llamo _...- respondió la niña, todavía sorprendida por la amabilidad y energía de Sabo. -Tu nombre es muy bonito y suena especial.
-¡Eh! E-eh pues... na-nadie me había dicho eso... ¡Gracias! A mi también me gusta mucho tu nombre, ¡te queda muy bien!- respondió al halago con un gran sonrojo, Sabo.
-Ven, sígueme, te tienes que limpiar esa sangre de todo tu cuerpo- avisó con un gran ánimo recorriendo su cuerpo el chico.-Aunque yo sepa se tuvo que haber hecho esto antes de desinfectar las heridas…- susurro el pelirrubio con una pequeña gota en su frente.
Iniciaron a caminar hacia un lago, algo a la lejanía de la casa. Cuando llegaron, el chico le dijo que estaría algo cerca de ahí para protegerla mientras ella se duchaba, cosa que aceptó con gusto la chica.
Comenzó a desvestirse con temblor en su cuerpo al sentir el aire chocando en su pequeño cuerpo, para luego entrar al agua con temperatura templada. _ dudo en él porque ese chico que conoció hace poco la protegía tanto, ella después de tanto haber aguantado ahora agradece el haber estado tanto tiempo sufriendo…
-Mhg… G-gra-gracias… P-por… Pro-protegerme…- sollozo a punto de llorar, quería desahogarse y descansar de todo lo que estaba cargando, tenía miedo de pedir ayuda por cómo le responderían…
Las lágrimas de dolor caían lentamente de la delicada cara de la chica mientras se limpiaba la sangre seca de su cuerpo, tanto dolor en su cuerpo, tanto dolor en su mente, tanta carga para tan solo una niña de 7 años…
-¿Eh?- susurro con miedo al ver en su reojo unas sombras y un sonido de hojas moviéndose mientras dejaba de echarse agua en su cuerpo.
Rápidamente, ocultó su cuerpo en el agua por completo con nerviosismo, pensando en si era una persona pervertida para aprovecharse de que ahora podía ver su ahora delicado cuerpo desnudo.
Con pánico presente en el ambiente, agarró rápidamente la ropa que anteriormente tenía puesta, empezó a ponerse las prendas de vestir sin importar que se les mojara gracias al agua y salió de ella. Camino con inseguridad y curiosidad hacia donde se encontraba ese sonido que tanto le daba en aquel momento pánico.
-¿¡Eh!? ¿Pero…? Pero qué es esto?- dijo sorprendida _ al ver entre unos arbustos unas frutas un tanto peculiares llamando urgentemente la atención.
-Ahora qu-que recuerdo, t-tengo ha-hambre…- dijo en susurros la chica mientras comenzaba a agarrar estas frutas """comunes"""".
-Qué extraño, nunca había visto tales frutas como estas…- pensó mientras veía con bastante detenimiento estos frutos.
Mordió primero la fruta roja degustando el sabor que le llegaba a sus papilas gustativas, era de un sabor a metálico y algo dulce. Acto seguido comenzó la misma acción que anteriormente con la otra fruta azul llegándole un sabor algo realmente extraño, no sabía como explicarlo, pero era una agradable gran explosión de sabores y por último, la fruta con algo extraño dentro de ella, al comerla fue…
…
-Ay... Qué hambre tenía...- dijo sonriendo gustosamente sin recordar lo que pasó recientemente, _.
Desde que ella nació, su madre nunca la dejaba comer, menos beber, la torturaba con golpes y sin dejarla comer por más de 4 semanas y gracias a los alimentos que comió recientemente se sentía con energías suficientes para poder estar estable un día entero.
-Tengo que ir a buscar a donde anda Sabo, porque si no, llegaré muy tarde y me regañará…- dijo con miedo la niña.
Caminó entre los árboles durante unos 5 minutos y finalmente encontró a la persona que buscaba, estaba ahí sentado en una roca mirando hacia el horizonte, disfrutando de la recién puesta de sol, mientras que el sombrero del chico se movía levemente por el viento de aquel momento. La peli morada cuando se dio cuenta de que ya era lo suficiente tarde comenzó a temblar de pánico y miedo.
-¡Lo siento mucho por llegar tarde! "Por favor que no me regañe, que no me regañe, por favor, no…"- dijo y pensó la niña haciendo una reverencia mientras en sus ojos se notaban lágrimas retenidas voluntariamente.
_ al notar como bajaba comenzó a tiritar de pánico al pensar que le iba a abofetear justo como siempre lo hacía su madre en tales casos.
-¡Ah! Justo te iba a buscar porque tardabas mucho… No me preocupes más de lo que ya me tienes, ¡baka!- dijo pegándole en la cabeza suavemente reclamando, Sabo.
-Pe-perdón, perdón, por favor, perdóname…- susurro llorando _ agarrándose de la parte recientemente golpeada.
-¿Eh? ¿Por qué te disculpas? Solo lo hago de broma…- Sabo sorprendido dijo mientras intentaba calmar el llanto de la niña. -"¿Por qué ha reaccionado así? Quién la ha hecho sufrir para que ella esté tan mal…"- pensó tristemente el chico.
…
-¡Ey! Por fin llegas Sabo, no vuelvas a irte sin avisar antes, ¡baka!- gritó un chico pelinegro corriendo hacia la dirección donde andaban el anterior dicho y la niña.
-Ahg… ¡Estaba esperando a mi amiga a que acabara de ducharse, la que está a mi lado!- gritó dando respuesta hacia su hermano adoptivo ya cerca de los dos.
-"A-a-ami-gos… ¿Somos amigos…?"- pensó la peli morada enormemente sorprendida.
-Ah… ¡Hola, Me llamo Ace y soy hermano de este cabezota!- dijo presentándose mientras le daba golpes a su hermano saliendo chichones al pelirrubio.
-¡Yo me llamo _, un gusto…!- dijo nerviosa haciendo una reverencia hacia el pecoso.
-Venga, te acompaño a tu casa, porque como ves está ya muy oscuro y yendo tu sola por ahí te podrá pasar de todo…- dijo como propuesta hacia la chica oji morada con preocupación.-"Ya que eres amiga de este idiota de mi hermano…"- pensó con una falsa molestia.
-¡Eh! ¡No, no, no, no, no gracias! Mejor voy yo sola, no quiero ser una molestia para vosotros…- dijo alarmada _ pensando en su madre ahí muerta, llena de sangre esparcida por el suelo, dando una imagen perturbadora…- "No por favor, no quiero que se encuentren ahí con ese cuerpo… Por favor no…"- suplicó en su mente.
-¿Qué? No serás para nada una molestia, solo es preocupación, ¡así que no tienes remedio en que nos convenzas!- dijo decidido Sabo ya recuperado de los recientes golpes.
-¡NO!- gritó con desesperación, asustando a los hermanos a la repentina acción de la chica.- Dijo… No, lo siento, pero no lo pienso permitir, prefiero ir yo sola…- decidió con nerviosismo para luego irse por su camino sin tener final, sin importarle como reaccionarían los chicos.
-Qué carácter que tiene ella, pero me gusta…- dijo sin pensarlo el azabache, viendo como lentamente se alejaba la recién dicha de aquel lugar mientras su conciencia se desvanecia "como de costumbre".
-¡Ey! ¡Que yo la he conocido antes que tú, baka!- rechistó el pelirrubio al notar lo que recientemente dijo su hermano.
…
Mientras nuestra protagonista deambulaba entre las calles solitarias del pequeño pueblo, aparecieron nubes grises dando inicio de llover.
-Eh… Qué mala suerte tengo…- dijo mientras se intentaba cubrir con sus pequeños brazos dando un resultado fallido.
Llegó a un árbol que vio por ahí para poder esperar ahí sin que le salpique a su pequeño cuerpo la lluvia que con los minutos se intensificaba.
Pasaron los minutos y el cansancio comenzó a cobrar conciencia en _ dando presencia del sueño. Lentamente, cerró los ojos tranquilamente junto con el compás de la lluvia, aliviando las pesadillas presentes en la peli morada, descansando por fin sin interrupciones.
…
-Mhg…- dijo la oji morada avisando que se estaba comenzando a despertar.
_ se alzó de aquella cómoda y blanda cama para ver su alrededor, dándose cuenta de que no era el mismo que vio antes de quedarse completamente dormida.
-Oh… ¡Ya veo que te has despertado!- dijo alegre, una peli verde atado con un pañuelo, acercándose rápidamente hacia la recién despertada estaba.
-¿Qui-quién eres?- pregunto con miedo hacia la mayor de ahí.
-Me llamo…
Pido disculpas si las actitudes de Ace o Sabo de su niñez no son como se muestran a como es el anime o manga, ya que todavía no he llegado hasta aquellos capítulos.
Eso sí, los capítulos en un futuro serán más largos que estos para dar recompensa de no actualizar habitualmente.
(Este fanfic lleva meses en wattpad sin que lo actualice pero igual que los meses que tiene sin actualizar tengo ya el capitulo pero sin acabar... Intentaré actualizarlo lo antes posible...)
