Hola, es mi primer fanfic y deseo de todo corazón que sea de su agrado. Sé qué hay cosas en las que aún debo mejorar.

La imagen de portada pertenece a La Cueva de Charly, página de Facebook donde también tiene el resto de cuentas en donde sube su arte, así que créditos a él.


"Cayendo… sí, estoy cayendo"

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Esos ojos púrpura llamaban su atención mientras alrededor todo eran voces y risas.. Esa mirada lo transportaba a otro plano existencial, mientras sus oídos parecían ser sordos ante las voces del resto de personas presentes.

Esa sonrisa traviesa era indirectamente una invitación para fantasear con el sabor de sus labios… esos labios que lucían tan brillantes y suaves a la vista… parecían tener un sabor dulce… ¿sería así?..

Su imaginación empezó a volar con libertad, nada era imposible en ese universo de sueños y posibilidades… sus oídos lentamente empezaron a llenarse del sonido de sus propios latidos, su corazón latía rápidamente golpeando su pecho..

Las personas alrededor ya se habían dado cuenta como a pesar de estar todos reunidos, sólo ellos dos se miraban con insistencia… incluso parecían estar hablando por telepatía, pero eso no era posible, ¿o sí?…

Benimaru aclaró su garganta, intentando captar la atención de ese par, pero fue en vano. Observó a Kyo y notó cómo el chico tenía una boba sonrisa en sus labios, el rubio frunció el ceño.

–Kyo, ¿estás aquí?- Le preguntó con una voz burlona.

Kyo empezó a desviar lentamente la mirada, pasando de los enigmáticos ojos de la chica a los de su compañero.

–¿De qué hablas?, sólo necesito tomar un poco de aire fresco, saldré un momento.

Él respondió eso a su compañero y después caminó hacia la puerta que llevaba al exterior.

Debido a que era la planta alta, la puerta daba directo al balcón, desde ahí podía verse un bello jardín, las hojas de los arbustos y el césped eran cubiertos por una tenue luz rojiza perteneciente al sol que poco a poco se escondía en el horizonte.

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"He estado pensando en ti"

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Esas bellas imágenes no dejaban de dar vueltas por su cabeza.

Athena, esa chica que en algún momento había sido su confidente, su mano derecha, quien lo impulsaba a ser mejor, ahora formaba parte de su corazón de otra manera..

Un abismo de emociones empezaba a golpetear fuertemente dentro de su pecho, mientras su estómago se convertía en un paisaje primaveral con pétalos de rosas que caían sutilmente cosquilleando con dulzura cada parte de sus entrañas..

Sus ojos se encontraban perdidos observando los colores del hermoso paisaje, intentando ignorar completamente esas fuertes emociones que en cierto modo lo atemorizaban…

Mientras luchaba internamente por mantenerse en el aquí y en el ahora, una dulce voz lo acogió cálidamente por la espalda.

[…]

—Kyo…

Se escuchó como en un susurro, esa dulce voz lo acogía de tal manera que lo obligó a voltearse para tener frente a frente a la dueña de sus pensamientos.

—Athena…

Susurró mirando como ella se acercaba a su lado con una mano en el pecho, mostrando un poco de timidez mientras el viento acariciaba su largo cabello púrpura.

—Vi que te dirigías hacia este lugar, así que me preguntaba si querrías algo de compañía.

Ella sonrió tiernamente… los dos se encontraban admirando la belleza del atardecer… cómo el color rojizo del sol empezaba a abrazar con calidez cada rincón que tocaba con su luz.

Kyo notó como esa luz empezaba a tocar poco a poco el rostro de la chica… ella era tan hermosa… con cuidado empezó a apartar unos mechones de su flequillo que pasaban por sus mejillas y llegaban hasta sus labios.

Athena se quedó estática frente a él mientras sentía como Kyo hacía a un lado su cabello y procedía a acariciar suavemente su mejilla ahora sonrojada… Ella escuchó los latidos de su corazón acelerándose, tragó un poco de saliva sintiéndose completamente nerviosa, en ese momento su cuerpo parecía no reaccionar, estaba inmóvil frente al chico de quien estaba perdidamente enamorada.

De un momento a otro, su cuerpo pareció despertar y se inclinó ligeramente dándole a Kyo un fugaz beso en los labios.

Ese beso que había sido rápido y sutil, Kyo lo sintió como el beso más dulce que nunca antes habría imaginado recibir… Ahora era él quien se encontraba conmovido y sonrojado, mirando como ella cubría su boca con inocencia y nerviosismo por lo que acababa de hacer.

Él tomó sus manos y ambos se miraron a los ojos… Kyo empezó a acercarse nuevamente a los labios de Athena, ella entrecerraba los ojos poco a poco y mientras él se acercaba podía sentir su respiración tan cálida, muy de cerca, hasta sentir completamente los labios de él sobre los suyos.

Esta vez, el beso fue más largo y profundo, sintiendo como en él, los dos dejaban una parte de su alma.

Sus labios se acariciaban entre sí, compartiendo su calor y su pasión, volviéndose uno, fusionándose también con el suave viento que los envolvía.

~

"Mi corazón ya te ha elegido…

Da tanto miedo pensar que puedo perderte"

~

Al finalizar el beso, ambos caminaron a sentarse a una banca de madera que se encontraba ubicada frente a la baranda del balcón.

Una vez sentados en ella, los dos se miraron a los ojos, el sonrojo en sus mejillas se hacía cada vez más evidente por más que trataban de disimularlo.

[…]

—No sé cómo pasó, ni en qué momento… lo único que sé es que me enamoré de ti.

Kyo confesó ese sentimiento que por tanto tiempo lo había perseguido, era la primera vez que se atrevía a hacerle frente.

Con ternura y gentileza, tomó la mano de Athena entre las suyas, ella se giró ligeramente hacia otro lado, se sentía cohibida, abochornada, su corazón no paraba de latir con fuerza golpeteando su pecho.

—Kyo, yo…. yo… también siento lo mismo…

Athena murmuró mientras sus labios temblaban… Kyo la tomó del rostro para que lo mirara.

Nuevamente volvió a sumergirse en la profundidad de esos ojos púrpura…

Lo tenían cautivo… sus labios también lo llamaban una vez más, esos dulces labios pedían ser besados de nuevo.

Lentamente, Kyo empezó a acercar sus labios a los de Athena… estaba tan cerca de tocarlos una vez más pero ella se alejó impidiendo que eso ocurriera, sus nervios le impedían pensar con claridad.

—Kyo… yo… creo que he tardado mucho, mis compañeros deben estar preguntándose dónde estoy ahora mismo- murmuró y se puso en pie abruptamente.

Kyo la tomó de la mano.

—No te vayas aún, quédate solo un poco más conmigo…

Él la jaló suavemente de la mano, haciéndola sentarse en la banca, en un hueco que había dejado entre sus piernas… Sus cuerpos ensamblan tan bien como piezas de rompecabezas.

Athena empezó a sentirse más nerviosa al estar en esa posición tan comprometedora y su corazón empezó a acelerarse más al sentir como Kyo la rodeaba con sus brazos.

—Necesito besarte una vez más…- Le susurró al oído.

Ella se quedó inmóvil, sintiendo como los dulces besos que Kyo depositaba en sus mejillas iban bajando poco a poco acercándose más a sus labios.

Unos segundos después, sus labios se unieron nuevamente en un profundo beso al que ella no se pudo negar y con él pasar de los segundos, ese beso se volvía más apasionado.

Athena empezó a sentirse más cómoda compartiendo ese momento con Kyo, era algo tan especial que obligaba a su mente a perderse en ese paraíso, sintiendo el suave viento que los envolvía como si los abrazara, ella también empezó a abrazar a Kyo rodeándolo con sus brazos por el cuello, acortando más la distancia entre los dos.

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"Cada día me resulta más difícil disimular esto que siento…

Te ruego que me elijas..

Tan solo ven y róbame el aliento"

~

Conforme pasaban los minutos, el color rojizo del ambiente empezó a ser desplazado por la obscuridad de la noche. La luna empezó a ser visible en ese cielo nocturno y poco a poco iluminaba el paisaje con su brillo.

Tanto Kyo como Athena descansaban en los brazos del otro negándose a despedirse todavía.

Pero el tiempo había pasado muy deprisa, realmente se les había ido de las manos y era hora de regresar adentro con los demás.

—Creo que debemos irnos, está empezando a anochecer…

Kyo le dijo a Athena mientras se ponía en pie, después le estrechó la mano para ayudarla a levantarse.

—Tienes razón, Kyo, vayamos adentro.

Ambos empezaron a caminar tomados de la mano… lo hacían lentamente intentando alargar un poco más esos momentos a solas…

A escasos metros de la puerta, ambos se detuvieron. Al frenar sus pasos dirigieron su mirada el uno hacia el otro…

Ver sus ojos era algo tan mágico, era como ver el brillo de las estrellas sin necesidad de mirar el cielo.

Ambos se dedicaron una última sonrisa y también se dieron un último beso antes de abrir la puerta y despedirse.

Dentro de ese lugar abarrotado de personas, Kyo se acercó a sus compañeros.

Se detuvo un segundo observando cómo Athena se mezclaba entre la gente mientras caminaba, ella se giró por unos segundos y le dedicó una dulce sonrisa a Kyo antes de voltearse nuevamente y seguir con su camino.

Kyo estaba seguro de que haría hasta lo imposible por proteger esa sonrisa hasta el final de los tiempos, la protegería con su vida de ser necesario, era una promesa que se estaba haciendo a sí mismo en ese momento y que daría su mejor esfuerzo por cumplir.

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"Porque soy tuyo para siempre.

Nadie puede amarte mejor…

Dime, ¿estaremos juntos tú y yo

ahora?"