Historia #1 Compañero.


El fabuloso aroma que remolinaba por el barco, lleno de amor y pasión, se convirtió en una tormenta de miedo al ser atacados por piratas. El barco fue saqueado y los piratas estaban listos para partir. Sin embargo, un barril fue recogido del océano, dicho barril llevaba una carga importante que los piratas quisieron beber de él, ya que pensaban que era licor. Grande fue la sorpresa de ellos cuando salió de su interior un joven de cabellera oscura y sombrero de paja.

El joven de lentes, se presentó como Coby, quien aprovecho a que el chico derrotó a los que le molestaban, a darle comida. Luffy, como se presentó el chico de sombrero de paja, comió hasta saciarse, hasta que el joven de lentes le pregunto que hacía en ese barril y cual era su objetivo.

—Pues... Voy a ser el Rey de los piratas— sonrió deslumbrante, mostrando sus blancos dientes.

Coby casi le da un ataque.

—Entonces, ¿eres un pirata?— quiso confirmar.

—Sip.

Trató de hacerlo razonar, pero el chico solo respondió.

—No me importa si mi sueño es imposible o no— miró su sombrero—. Lo haré, aunque muera en el intento.

Cuando los descubrieron los piratas y la misma capitana, Coby se asustó.

—Tu no eres Zoro, el cazador de piratas, como suponía— comentó la pirata con decepción.

A Luffy le llamó la atención ese nombre. Quizás, ese era el hombre que estaba buscando.

...

Cuando los derrotó a todos completamente, ya estaban en el bote qué habían robado del barco pirata. Coby se dio cuenta de algo inusual que percibió cuando luchaba Luffy.

—Luffy-san, ¿qué clase es usted?— preguntó.

—¿Clase?— preguntó el chico de sombrero de paja, sin entender la pregunta.

—Quiero decir, el género con el que nació— se excusó.

—Soy un omega, ¿Por qué?— hizo la cabeza a un lado, restándole importancia.

Coby se desmayó. Un omega que quiere ser el Rey de los piratas, esto era demasiado.

...

Cuando llegaron a la isla de la base de la marina, Luffy se estiró perezosamente mientras caminaba, mientras Coby trataba de hacerle entrar en razón sobre reclutar a Zoro, el infame cazador de piratas.

—Solo quiero ver si es buena persona— dijo con entusiasmo.

—Está en prisión por ser malo— dijo con obviedad el pelirrosa, pero Luffy no lo escuchaba.

Algo me dice que es un buen tipo, digno de mi tripulación, pensó con una sonrisa.

Cuando llegaron a la base, Luffy sintió un olor muy particular. No le era muy conocido, pero se sentía agradable para él. Y a la vez, sentía preocupación en ese aroma, además de una gran determinación. Esa misma le revolvió el estómago, no de forma desagradable, más bien, era tolerable y, a la vez, placentera.

No sabía nada. Pero eso solo hizo que su curiosidad aumentará.

Cuando vio al hombre amarrado a ese poste, quemado del sol y con una mirada dura, supo que lo que buscaba ya estaba frente a él.

...

—Te soltaré si te unes a mi tripulación— dijo el chico de sombrero de paja con una sonrisa.

No por nada había golpeado al hijo inepto del capitán de la marina por romper su promesa. Debía ser su compañero a toda costa.

—¿Qué dices?— preguntó, curioso el hombre.

—Estoy buscando compañeros para mi tripulación pirata— afirmó el chico.

—¡Jamás!— exclamó el peliverde.

...

Después de darle su merecido al capitán de la marina, de liberar a la marina del corrupto y hacer a Zoro su compañero, lo dejo exhausto y hambriento, aunque también no hizo mucho esfuerzo, pues la gente del lugar le dio de comer en el restaurante donde todo empezó su conflicto por Zoro.

Estaban en altamar. Miraba al horizonte, imaginando sus aventuras junto a su compañero.

—Espero y tengamos muchas aventuras a partir de ahora— dijo el espadachín, sonriendo.

Luffy sonrió en grande, llevando una mano a su sombrero para que no saliera volando.

Un olor inundó las fosas nasales de Zoro. Ese olor era cálido y suave, el mismo que sintió cuando conoció a Luffy. Ahora que miraba, Luffy desprendía ese olor tan exquisito, su capitán. Algo que lo desconcertó.

—Luffy— le llamó, el moreno lo miró—. Tú... ¿Eres un alfa?— preguntó.

No tiene ninguna de esas características, pensó.

—Nop, soy omega— respondió con una sonrisa.

Ambos permanecieron en silencio.

Entonces mi capitán es un omega... Un omega... Pensó, nervioso, a pesar que su semblante era neutral. ¡¿QUÉ?!

Eso sería un problema.