Antes de nada un par de cosas a aclarar:
1o: Este fanfic contiene spanking/azotes/nalgadas no consentidas en un menor como método de disciplina, si no le gusta no lea.
2o: Este fanfic es un au, nada compatible con el canon de FNAF. En él, Michael, aunque sí vivió los hechos del SL, Ennard nunca llegó a meterse dentro de él, por lo que tiene una apariencia de persona normal, Gregory es su hijo y los tiempos de la pizzerías no coinciden con los de los juegos. Por lo que es todavía un hombre Joven.
Michael: 37 años.
Gregory: 9
Chiara (Madre de Gregory y único OC): 34
FNAF y todo su universo le pertenece a Scott CAuthon
Michael Afton se despertó sobresaltado en el sofá de su casa ya que alguien estaba llamando con insistencia a la puerta.
Intentando hacer una memoria rápida, recordó que se había echado una pequeña cabezada en el sofá, que aparentemente se había alargado tres horas. Con su turno nocturno en el Mega Pizza Plex y un hijo al que cuidar apenas encontraba horas en el día con las que dormir. Por cierto… Hablando de su hijo… ¿dónde estaba?
Volvieron a llamar a la puerta sacando de sus pensamientos a Michael –¡Ya voy!– se levantó y fue a la puerta principal.
–¿Sí?– El hombre miró extrañado al par de policías delante de él –O-ocurre algo agente?–
–¿Es suyo?– El policía más alto señaló a su mano que agarraba una más pequeña pegada al cuerpo de un niño de cabellera castaña que debía pensar que los cordones de sus zapatos eran muy interesantes, pues los miraba con insistencia evitando hacer contacto visual obstinadamente.
Michael sin decir nada asintió con la cabeza volviendo su vista de nuevo al guardia, quiso evitar cualquier respuesta del tipo "depende si me va a perjudicar judicialmente".
–Hemos encontrado al chico metido en una pelea con otro chaval– El policía soltó al niño quién entró corriendo cuando sintió la mirada punzante de su padre sobre él. –Viendo que eran bastante pequeños hemos podido evitar posibles denuncias, pero teníamos que llevarle de nuevo con usted– Explicó el agente, aunque Michael había dejado de prestarle mucha atención.
–Oh, sí, claro, gracias agente. Gregory– El niño se tensó ante su nombre, cualquier persona no habría notado el pequeño matiz de advertencia en la voz de su padre, pero él ya estaba bastante familiarizado –¿No tienes nada que decirle a los agentes?–
–Gracias– Dijo y salió corriendo al otro lado de la casa.
–Lo que quiso decir era: Lo siento, y gracias de nuevo por traerlo– sonrió forzadamente Michael.
–De nada señor, buenas tardes– Dijo el policía más bajo y ambos se giraron para alejarse de la casa.
–Sí, adiooos– Dijo cerrando la puerta con una gran sonrisa. –¡GREGORY AFTON!– y se desvaneció.
–¡NO FUE MI CULPA!– dijo el niño asomándose por el respaldo del sofá.
–No te pongas de pie en el sillón– Dijo señalándole amenazadoramente con su dedo índice haciendo que el niño se sentara con brusquedad cruzando los brazos sobre su pecho.
–¡Yo no empecé!–
–¡Me da igual! ¿Qué hacías fuera de casa en primer lugar?– regañó el adulto y el niño cerró la boca sin tener nada que protestar.
–Estaba aburrido– Gregory se pegó mentalmente ante la patética excusa para un padre sobreprotector como el que tenía. Oh, no lo malinterpreten, él adora a su padre. Pero siempre ha sido muy paranoico, sobreprotegiendo a Gregory en el proceso. No le gustaba que saliera de casa sin él, ni siquiera por los alrededores del pequeño barrio en el que vivían. Nunca lo dejaba solo y siempre procuraba tenerlo a la vista.
Michael se agarró el puente de la nariz para no saltar a la yugular de su hijo. –Cuéntame qué ha pasado. Y más te vale tener una buena explicación, jovencito– dijo haciendo que Gregory se estremeciera, normalmente su padre lo llamaba así cuando estaba en muchos problemas.
Gregory explicó cómo Cassie, su mejor amiga, le había contactado a través de sus walkie talkies para que se encontraran en el parque, (omitiendo el pequeño detalle de aprovechar que su padre dormía) donde fueron molestados por un grupo de chicos un poco mayores que ellos. El niño explicó cómo se metieron con su amiga y Gregory saltó a defenderla.
Michael reprimió una mueca de orgullo por su hijo, al escuchar eso.
–Al parecer la madre del niño estaba cerca y llamó a la policía para "alejarme de su bebé"– Dijo haciendo una imitación de la señora.
–Entiendo, entonces, los agentes convencieron a la mujer de dejarse de denuncias y te trajeron aquí– Terminó Michael.
–Sí…– Gregory volvió la vista lentamente de nuevo a su padre –Estás… ¿Estás enfadado?– Preguntó con cautela.
Michael dejó de masajear sus sienes y miró a su hijo, su cabello estaba revuelto y lleno de piedras y tierra, también su rostro estaba manchado de arena y polvo, en sus brazos había arañazos y… ¿Eso era un moratón?. Suspiró y agarró suavemente pero con firmeza el rostro de su hijo, intentando limpiar un poco su cara sucia con su otra mano.
–¿Tú qué crees?-
–Aag noo– Se quejó el niño intentando esquivar los intentos de su padre de acicalarle como si fuera gato.
–No volverás a escapar de casa- La voz de Michael se ensombreció y sin que a Gregory le diera tiempo a procesar que estaba pasando su padre lo agarró por debajo de las axilas y lo colocó boca abajo sobre sus rodillas dejando el pequeño culete de su hijo en perfecta posición.
–¡NO! ¡NO, PAPÁ ESPERA!- Gregory suplicó al caer en cuenta de lo que estaba ocurriendo, y se maldijo a sí mismo por bajar la guardia.
PLAFF
–¡AY! Noooo- El niño se removió en las rodillas de su padre ante ese primer azote queriendo levantarse para escapar del castigo que iba a recibir, a pesar de saber que no serviría de nada, ya que su padre lo tenía bien sujeto con su brazo alrededor de su cintura.
–No Vuelvas PLAFF a salir PLAFF de casa PLAFF sin permiso PLAFF nunca MÁS PLAFF- Michael puntualizó con una pesada nalgada sobre los pantalones de su hijo.
PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
–ow oow AY ¡AYY! pero nunca ¡AUU! me dejas !saliIIIR¡– Gregory se quejó con cada palmada sin estar sorprendido de que su padre le estuviera castigando por salir de casa sin avisar, en lugar de porque dos policías lo trajeran de regreso tras una pelea.
PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
–¡AAYYY! ¡PERDOOOON! ¡NO MÁAAAS! Sniff sniff- El niño había comenzado a sollozar y Michael decidió que ya era suficiente, dejó caer cinco azotes más sobre el pequeño y travieso trasero de su hijo y lo dejó descansar.
PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF PLAFF
Gregory se quedó flácido sollozando suavemente mientras sentía la mano de su papá hacerle circulitos en la espalda.
–Shhh ya mi amor, no ha sido tan malo ¿o sí?- Michael viendo que su hijo no se calmaba, lo levantó para ponerlo sentado sobre su regazo y abrazarlo, comenzó a mecerlo como cuando era un bebé, a pesar de que tenía ya nueve años, ese movimiento suave hacia adelante y hacia atrás solía tranquilizarlo fácilmente. –¿Mejor, cariño?- Le preguntó cuando notó que la respiración de su hijo volvía a la normalidad plantandole un beso en la frente.
–Mejor que recibiendo más nalgadas, seguro…- Dijo Gregory, con un enorme puchero en el rostro, mientras frotaba su trasero.
–Qué melodramático llegas a ser- Michael río y volvió su atención al pelo del niño, le estaba poniendo nervioso verle los trozos de tierra incrustados en su cabello, así que empezó a intentar sacarlos con la mano.
–¡Aish ya déjalo!- Dijo Gregory intentando evitar la mano de su padre que le daba ligeros tirones.
–Necesitas un baño– Michael ignoró la réplica de su hijo mientras continuaba concentrado en limpiar la tierra seca de su cabello.
–No, no lo necesito– Gregory apartó la mano de su padre y se bajó de su regazo queriendo huir de ahí.
–Que pena, porque no tienes elección, arriba– Sin dificultad, Michael cargó a su hijo en el hombro, antes de que pudiera escapar y lo llevó escaleras arriba dirección al baño. Entre quejas y risas sofocadas, el niño se retorcía intentando liberarse, pero el agarre de su padre era inquebrantable. A cada paso que daban, la resistencia de Gregory disminuía hasta que quedó rendido sobre el hombro del mayor.
Al llegar al baño, Michael dejó suavemente a Gregory en el suelo y comenzó a preparar la bañera con agua tibia. El mayor ayudó a su hijo a quitarse la ropa y lo metió en la bañera.
–Quita ya ese careto, ni que te estuviera torturando– Dijo Michael mientras echaba champú en el pelo de su hijo que lo miraba con una mueca de puro horror en su rostro al verle acercarse para repartir el producto con las manos.
–¡AY! ¡Yaaa!– Gregory apartó las manos de su padre que le estaba dando tirones al frotar demasiado fuerte el pelo –Eres un bruto…– Dijo sujetándose el cabello lleno de espuma para alejarlo lo máximo posible de su padre.
Michael miró a su hijo de arriba abajo –A veces me asusta lo parecido que eres a Evan– murmuró agarrando la alcachofa para aclarar el jabón que cubría el cabello del niño.
–¿El tío Evan?– Gregory se interesó rápidamente en su padre olvidando el tema de su cuero cabelludo delicado –¿Por qué?–
–Él también era una pesadilla para el baño– comentó pensativo.
–Creía que el tío Evan era un niño muy bueno– Michael terminó de aclarar toda la espuma que cubría al niño y le ayudó a salir de la bañera envuelto en una toalla.
–Para nada, digo, sí lo era, pero nadie es un santo, enano. Recuerdo una vez que mi madre… tú abuela, me pidió que lo bañara. Tuve una pelea enorme con él, donde ambos terminamos metidos en la bañera, con ropa puesta y todo–
Gregory rió ante la anécdota, pocas veces su padre le contaba historias sobre su hermano. Apenas sabía nada de su tío, aparte de que murió muy joven y, según Michael, era muy parecido físicamente a él a su edad, cosa que le daba mucha curiosidad.
–Papá ¿De verdad me parezco tanto al tío Evan?– preguntó Gregory mientras su padre terminaba de secarle el pelo con una toalla. –Digo… físicamente–
Michael volvió a ver a su hijo de arriba abajo un poco sorprendido por la pregunta. Realmente se sentía como ver un calco de su hermano pequeño y una parte de él quería saber si el universo se estaba burlando de él.
–Sí– respondió –Aparte de los ojos castaños que sacaste de tu madre, eres muy parecido a él–
–¿Por qué no me sueles contar más cosas del tío Evan?– Gregory se arrepintió al momento de haber hecho esa pregunta pues el rostro de su padre se ensombreció –Perdón papá… sé que no te gusta hablar de él…- murmuró agachando la cabeza.
–Ey, enano, está bien- Michael de revolvió el pelo aún mojado a su hijo y le sonrió cálidamente.
En ese momento oyeron que llamaban a la puerta de la casa.
–¿Quién es?- Preguntó Gregory.
–Hmm creo que por la hora…- Michael murmuró mientras se ajustaba su reloj de muñeca –Debe de ser tu madre-
–¿Mamá? Pero creía que ahora me tocaba contigo-
–Hoy no puede venir tú niñera a cuidarte esta noche, así que se ha ofrecido ella- Dijo Michael mientras se ponía de pie.
–¡Qué bien! Mamá es mucho más divertida que la Señora Diggins-
–¿No te cae bien?- Cuestionó el mayor.
–No- Gregory puso una cara que Michael no pudo descifrar –Está bien, lo tendré en cuenta- Se encogió de hombros y decidió dejar el tema mientras salía del baño.
–Ve y ponte el pijama mientras yo abro- Michael vio a su hijo correr dirección a su cuarto, no sin tropezar antes de entrar. ¿Si es que como no iba a estar siempre lleno de heridas?
Bajó las escaleras y llegó rápidamente a la puerta, al abrirla detrás de está había una mujer de corta y rizada cabellera castaña.
–Buenas noches Michael- Saludó haciendo notar un sutil acento italiano.
–Buenas noches Chiara, pasa- La mujer entró a la casa y Michael cerró la puerta –Dame tu bolso, Gregory está arrib-–
–¡Mamá!- El niño bajó corriendo las escaleras en ese momento y se abalanzó sobre su madre.
Michael dejó el bolso de Chiara en el perchero de la entrada y vio la interacción de Gregory y ella.
–¡C'è il bambino più bello!- Dijo Chiara en italiano mientras besaba a Gregory repetidas veces en la mejilla. –Com'è andata la giornata, tesoro?-
–Bene!... finché papà non mi ha punito…- Respondió Gregory también en italiano. Cuando Michael y Chiara tuvieron a Gregory, ella quiso que el niño aprendiera su idioma natal.
Aunque Michael no tenía ni pajolera idea de italiano, sabía que Gregory debía estar contándole por el incidente de la tarde, sobre todo cuando parecía que Chiara lo estaba sermoneando.
–Cosa ti hanno portato due poliziotti? Giovanotto, non avresti dovuto uscire di casa senza permesso o litigare, è sbagliato.-
–Papà mi ha già sgridato! ¡Jo!- se quejó Gregory.
–Sei proprio come tuo padre-
–Oigan ¿si hablan de mí, podría ser en un idioma que yo también entienda? Gracias- Dijo Michael que se metió a la conversación.
Chiara rodó los ojos y se volvió hacia Michael –Entender el idioma no lo entenderás pero bien que sabías que hablábamos de tí¿eh?- levantó una ceja y Michael se cruzó de brazos ofendido –Gregory me contaba lo de esta tarde-
–Me lo había imaginado- Dijo Michael mirando a su hijo con diversión –Dime, ¿le has contado como te he cortado en trocitos para comerte?-
–No, pero sí como casi me vendes al mercado negro por un pato- Dijo Gregory siguiendo el juego de su padre.
–Hmm no se me había ocurrido, me parece una buena oferta en realidad- El mayor revolvió el pelo de su hijo ganándose una queja de este.
PIP PIP
Michael miró su reloj de muñeca que ya marcaba las nueve, Gregory aún no había cenado y él debía irse a la pizzería para el turno de noche con su compañera Vanessa.
–Chiara debo irme ya, ya sabes que estás en tu casa, no sé qué habrá en la nevera, pero te dejo la cena a tí ¿sí?-
–Conociéndote no creo que haya demasiado- Dijo con una sonrisa dulce y Michael se sonrojó de la vergüenza –No te preocupes, vete ya o llegarás tarde-
–Eres un sol- Michael le sonrió agradecido –Hasta mañana enano, pórtate bien- se giró hacia su hijo plantándole un beso en la cabeza antes de ir de nuevo a la puerta mientras agarraba su chaqueta bastante deshecha. Chiara ya había perdido la cuenta del número de chaquetas que le había regalado al padre de su hijo, y el idiota no dejaba de usar la misma.
–Hasta mañana papá, buenas noches- Dijo Gregory antes de que su padre saliera por la puerta, haciendo que el mayor se despidiera de él con la mano.
–Forza, tesoro, prepariamo la cena- Dijo Chiara cuando Michael se fue y Gregory se volvió hacia ella rumbo a la cocina, que, como ella esperaba, no había mucho por hacer. Por suerte de la italiana, encontró los ingredientes necesarios para cocinarle unos espaguetis a la boloñesa a su hijo que comió con gusto.
Luego madre e hijo estuvieron viendo la televisión un rato hasta que Gregory quedó profundamente dormido y lo llevó a su habitación, lo metió en la cama con suavidad y le dio un cálido beso de buenas noches antes de salir cerrando la puerta con cuidado.
