El nuevo curso de EAH acababa de iniciar y aún seguían los cotilleos del bombazo informativo del final del año académico pasado: Apple y Raven habían roto su relación.
Los rumores y suposiciones de el fallido amor aún persistían en la escuela, Darling los escuchaba cada día por los pasillos, clases o descansos. A los estudiantes les gustaba mucho el cotilleo y la curiosidad de saber por qué actuaban como dos completas desconocidas entre ellas cuando se cruzaban. Sin embargo, la nueva noticia estrella de la fiesta anual de Briar Beauty incrementó el hablar de aquel tema de conversación aún más: Raven Queen ahora salía con Cerise Hood.
Ambas habían entrado de la mano por la puerta, pero eso no fue lo que hizo que se supiera que eran pareja. Además, iban con más amigos. Fue cuando estaban tomando mojitos en una mesa y después de muchas miraditas se dieron un beso o eso es lo que rápidamente corrió por toda la fiesta de oreja a oreja. Antes de que fuera confirmado oficialmente el rumor por Instagram, la chica Queen había subido una story felicitando amorosamente a su nueva novia los tres meses que llevaban de amor. Ya habían subido storys antes, solas ellas dos, pero nadie vio venir ni sospechaba de una relación amorosa.
"Así que era cierto lo que me había dicho Blondie antes" Le susurró Holly, llamando su atención que estaba dispersa en otro lado.
Darling no estaba prestando mucha atención en esos momentos, y tampoco le importaban los rumores y cotilleos de relaciones. Menos si eran de Raven. No quería saberlos porque no podía ser objetiva con la rebel, no cuando había estado saliendo con la chica que tanto le había gustado y después de haberle hablado de su amor por ella.
Había confiado en su amiga y esta terminó besándola en una fiesta, traicionándola, saliendo con la única chica que más le había gustado. Podía haber tenido a cualquiera y se tuvo que fijar en ella, en su mejor amiga de la infancia, en su amor platónico desde niñas… quién sabía que significaba tanto en su corazón. Y, aun así, quiso una explicación de Raven al enterarse de aquel beso entre ellas antes de pensar en la posibilidad de cortar su amistad. Sin embargo, para la chica gótica no era necesario ningún detalle más, aparte de que ya había elegido ella con quien quería estar de ellas dos y había sido Raven la elegida.
"Perdona, ¿me decías?" Volvió a la conversación Darling.
Seguía sin poder concentrarse en lo que le estaría diciendo, pero no quería hacerle un feo a su amiga. No obstante, mientras la rubia fresa volvía a intentar contárselo, su atención se centró en la conversación que estaban teniendo la prima de Rosabella y Ashlynn Ella al lado de ellas. Ambas hablaban de ella, no comprendiendo su mensaje indescriptible antes de marcharse de la fiesta.
"Lo siento Holly, me tengo que ir" Se disculpó rápidamente, antes de levantarse e irse sin mirar atrás. Sabía que ellas no entenderían aquello, era su llamada de socorro cuando eran niñas.
Podía imaginarla escribiendo aquellas palabras mientras lloraba en un lugar solitario, su SOS lo reconocía y tenía que ir a buscarla, aunque fuera en medio de una noche oscura sin estrellas como la que era hoy. Aunque si era sincera, Darling no tenía ni idea de dónde podría encontrarla, no hablaban casi nada ya desde que hubo empezado a salir con su examiga. Así que simplemente sus pies caminaron hacia el interior del Bosque Encantado, en la dirección ya conocida al que podía llamar el sitio de ambas cuando habían quedado y salían a charlar y dar un paseo en el pasado. Ahí era a donde ella iba cuando se ponía triste, recordaba los muchos momentos felices donde se sentaban la una al lado de la otra. Extrañaba toda esa temporada que pasaron juntas, su oportunidad para haberla expresado su amor antes de que se la robara Raven.
Cuando giró la esquina, ahí a unos metros, vio a Apple sentada en el banco. Mientras se acercaba comprobó una escena de ella que le entristeció por completo el corazón a Darling: sus ojos estaban rojos y cristalinos, junto a sus mejillas aún húmedas de haber llorado recientemente.
"Quiero desaparecer" Le susurró Apple mirándola tristemente cuando se percató de su aparición.
Su sonrisa había desaparecido, las comisuras de sus labios estaban inclinadas hacia abajo indicando que no estaba feliz. A Darling le dolió mucho encontrarse así a Apple, la rubia despampanante e inteligente que era pura luz siempre. Deseaba poder crear otro Big Bang para hacer un nuevo mundo donde Raven no la hubiera podido romper el corazón, donde no pudiera hacerla sentir mal.
No obstante, todo lo que sintió que podía hacer fue darla un abrazo reconfortante primero y luego sentarse a su lado y escucharla.
"Oh Darling, ¿lo has visto? ¡Llevan saliendo tres meses! Y nosotras rompimos a finales de mayo, no ha esperado nada a salir con otra persona. ¿No me quiso ni un poquito? A mí nunca me subió a redes sociales, decía que no le gustaba mostrar su vida personal y yo sé que a ella la ha subido incluso antes de esa felicitación de tres meses" Hablaba intentando no volver a romperse en la noche.
Odiaba a Raven, aún más, no podía creer que hiciera tanto dolor y fuera tan poco empática con los sentimientos de Apple. No hacía falta anunciar ahí delante de todos su relación de tres meses, no en la misma fiesta donde también estaba la rubia.
"Ni siquiera me saluda por los pasillos o me mira, es como si no nos conociéramos ni hubiéramos salido alguna vez juntas. Antes solía ser tan buena, tan linda ¿Cómo puede ser así conmigo cuando hemos tenido días tan felices?" Ahora eran personas desconocidas, así había querido su exnovia. Sin querer sus ojos volvieron a ser borrosos al sentir el dolor de la gente que era cercana a ella, se podía convertir en gente que ya no conocía.
"No te merecía Apple, nunca lo había hecho" Cuando comenzaron a salir, a Darling no le dolió el hecho de que saliera con alguien que no era ella. No fue tanto el hecho de perderla, sino los muchos pensamientos de que Raven no cuidaría ni apreciaría cada día a la rubia como se merecía.
"Me siento muy tonta, porque ¿Alguna vez has mirado a alguien mientras hace algo tan simple como reír, hablar o comer, y solo sonríes porque te das cuenta de lo mucho que te gusta?" Le preguntó comenzando a llorar de nuevo involuntariamente al recordar los bonitos recuerdos de su relación pasada entre ambas.
Sí, había una chica que era capaz de sacarla una tonta sonrisa por cualquier cosa, la hacía sentirse diferente, simplemente por el solo hecho de existir. Estar a su lado era donde mejor se estaba. Y verla triste y hundida delante de ella, llorando por alguien que no se merecía ni una lágrima desperdiciada, rompía su corazón en mil pedazos. No obstante, estaría aquí escuchándola, dándola todo su apoyo y la rubia lloraría todo lo que necesitara sacar de su anterior amor por la chica gótica, antes de recomponerse y dejar de mirar atrás.
Pasó media hora después, hasta que Apple derramó sus últimas lágrimas y se dijo a sí misma que ya no lloraría más por Raven que esta era su última vez.
"¿Y si cerremos los ojos?" Propuso Darling ese juego de niñas al que jugaban juntas cuando llevaban demasiado tiempo ya en las fiestas aburridas a las que les llevaban sus padres y ellas preferían estar en otro lugar distinto.
La rubia asintió con la cabeza dulcemente, agarrándola ambas manos y cerró los ojos. Darling tardó unos segundos más, quería quedarse con esa imagen tan preciosa de ella. Aunque se había roto, seguía siendo perfecta para memorizar todo de ella: sus tacones, su vestido ligero de otoño, sus tirabuzones rubios sueltos, el color y forma de sus labios, la pequeña nariz roja adorable que se le había quedado debido al llanto… Cerró sus ojos lentamente, queriendo que aquella perfecta fotografía se quedara grabada en su mente.
"Un pícnic, una invitación a merendar en un jardín con muchas flores bonitas" Comenzó a jugar describiendo como era el destino en el que estarían ahora lejos de aquí.
"Hace un día primaveral y soleado. Hay una manta de cuadros rojos para sentarnos" Apple narro ahora.
"Tenemos una cesta de mimbre, y por supuesto estamos comiendo unas dulces tartaletas de fresa y arándanos, tus favoritas, mientras tomamos el té" Continuó describiendo feliz la situación, con los ojos cerrados.
La rubia carcajeó ante la mención de su postre favorito, aún se acordaba, se sorprendió. Ya tenía pensados los preciosos outfits que llevarían puestos, cuando en ese instante de decirlo, escucharon un sonido al lado de ellas, que les hizo abrir los ojos rápidamente.
Ahí, enfrente de su campo de visión, se encontraba ahora un famoso pozo. Apple se levantó del banco fascinada al instante de reconocerlo, ya que pensaba que en verdad no existía aquel pozo del que se mencionaba en una página el libro de historia de EAH. Sin embargo, era completamente cierta su existencia, el pozo maravillano era la fuente de toda la magia e inspiración del mundo de los Cuentos de Hadas, y permanecía en el mismo sitio durante escasos minutos antes de marcharse y aparecerse en un lugar distinto a los anteriores. Y actualmente ahora era el "único portal" disponible para ir al País de las Maravillas.
De repente, Darling dejó de dudar de sí misma y se sintió tan valiente de proponerla ir al lugar que ella conocía y del que nadie sabría si lo habían visitado.
"¿Te preguntas qué pasaría si saltáramos?" Le preguntó mientras ella miraba adentro unos segundos y luego volvía a mirarla por si era en serio. Darling se divirtió de su expresión de extrañeza. "¿Tal vez podríamos volar? Nunca podemos saber qué es posible"
Apple pensaba que bromeaba, que era otro juego al que jugaban. "¿Me pregunto qué podríamos ser ahí abajo?"
"Cualquier cosa que quisiéramos" Le respondió emocionada, imaginándose a ellas dos en el País de las Maravillas, sin nadie más, solo con ella enseñándola otro mundo. La idea le hacía saltar de felicidad. "¿Te gustaría que diéramos un paseo emocionante? ¿Confías en mí?"
Ofreció su mano a la rubia para saltar a dentro, quien parecía estar incrédula y pensativa sobre que no era una buena idea, Darling sabía sus pensamientos, aunque no se los hubiera compartido aún. Sin embargo, sería una gran aventura en el mundo que más le gustaba ir y del que secretamente sabía cómo volver gracias al Caballero Blanco.
"Confía en mí ahora, de verdad. No tengas miedo porque te prometo que valdrá la pena verlo, ven conmigo al País de las Maravillas"
Apple se sentía dubitativa, había mil razones para no hacer eso, para no entrar al pozo maravillano. Entre otras porque en ese país había un hechizo permanente de la Reina Malvada y luego no sabrían como regresar a EAH. Toda su lógica decía que era muy mala idea y que no debían, es más, debería estar prohibido eso por el director Grimm, y, sin embargo, su interior quería saltar con Darling a ese mundo aun sin conocer. Tuvo una lucha interna en la que ganó por primera vez su lado irracional: se permitió darla la mano y correr para saltar juntas hacia el interior oscuro sin mirar ni un segundo a atrás.
Cayeron agradablemente sobre la hierba de al lado de un campo de croquet, sabiendo definitivamente que el pozo las había llevado muy lejos del Bosque Encantado, al lado de EAH. Aún continuaban agarradas de la mano como cuando saltaron, no se habían soltado ni un segundo después de llegar.
"Estás verdaderamente preciosa" Le halagó sinceramente Darling en cuanto observó el nuevo vestuario de la rubia, brillaba como un diamante.
"¿Me lo dices de verdad?" Se sonrojó mientras daba una vuelta sobre sí misma.
"Nunca te había visto tan sumamente guapa" La observaba casi siempre, pero esta vez se veía radiante. Era un vestido asimétrico blanco perfecto en ella. Por un lado, tenía una manga completa mientras que en el otro no, por lo que su brazo desnudo tenía una manga trasparente con joyas que parecía que las tenía pegadas a la piel. Su cabello rubio ondulado estaba recogido en un moño alto en el que había un pequeño sombrero que llevaba de lado.
"Tú también estás guapísima Darl. Ambas lo estamos" Apple sonrió antes de hacerla un cumplido a ella y su mono azul claro que llevaba ahora. Le gustaba mucho como combinaba ese color con sus ojos y lo bonito que le quedaba ese escote con tiras cruzadas. Junto con su melena platina completamente suelta al aire.
Su sonrisa había vuelto, observó Darling, mientras reflexionaba que cuando se enamoró era una niña sí, y todavía seguramente lo era en algún aspecto. Pero ya en ese entonces sabía que tenía enfrente de ella una chica hermosa y dulce. Una belleza sin comparación con mechones dorados, piel de marfil y ojos azules profundos como si fueran zafiros. Junto con esa sonrisa que llamaba al sol y esa voz tan suave como el terciopelo. No merecía a Apple, tampoco ella, a este ángel de persona tan perfecta esta noche, con ese vestido luciendo tan hermosa.
"¿Estás lista para ese pícnic?" Le preguntó, de nuevo ofreciéndole la mano, sabiendo el sitio ideal para hacer el pícnic que habían imaginado antes.
Apple no contestó verbalmente, agarro de nuevo su mano, fuertemente, y sonrió en señal de que estaba lista. Confiaba en Darling, ciegamente. No tenía dudas de seguirla o pensaba preguntarla a donde la llevaría, sabía que sería una sorpresa agradable. Así que corrieron de la mano, no supo cuánto tiempo, pero fue muy divertido, creyó la rubia. Se sintió libre, como si volara y fuera un pájaro, sin ningún problema que pudiera hacerla sentir mal: Raven, su madre o el libro de Cuentos Legendarios. Ahora no había nada de eso, solo la deliciosa compañía a su lado de alguien a quien quería mucho.
No sabía si se quedó demasiado tiempo en sus propios pensamientos, si es que era demasiado lógica y matemática para entender el irracional y fantasioso País de las Maravillas, pero la rubia desconocía cómo llegaron a conseguir sentarse sobre una manta de cuadros rojos como había descrito. O por qué tenían una cesta de mimbre de la que Darling había sacado las tartaletas que tanto le gustaban y un juego de té, ni sabía cómo por coincidencias al fondo donde estaban sentadas se veían muchísimas flores altas de todos los colores.
"¿Tú ya habías estado aquí antes?" Preguntó dubitativa y al segundo pensó seriamente que se estaba contagiando de este país. Aquello era una pregunta imposible de que fuera verdad. "Perdón, creo que me estoy volviendo loca, eso no es posible. Lleva cerrado el País de las Maravillas por ese maleficio años antes de que naciéramos"
Darling se divirtió ante su observación, había acertado, aunque siguiendo la lógica de EAH no se podía venir aquí. ¿Podría confiar en ella y contarla su secreto? "Me has pillado si Apple, a veces vengo, en sueños"
No quería herir sus sentimientos, pero, le entró mucho la risa a la rubia. Esa que detestaba. "Perdón, no quiero ofenderte, pero me ha hecho mucha gracia. Ay, dios, odio mi risa"
Se contagió de sus carcajadas, no era verdad que había venido en sueños, sin embargo, tampoco la hubiera creído si hubiera dicho que era amiga del Caballero Blanco retirado, quien le prestaba la armadura cuando quería explorar el País de las Maravillas. Así que se contentó con haberla sacado unas risas, con esa risa que a su parecer era súper sexy.
"Gracias por encontrarme esta noche, cuando vi a Raven besarse con Cerise me sentía muy mal emocionalmente. Quería irme en ese instante, pero no quería estar sola, pero tampoco sabía cómo decírselo a mis amigas. Quería que supieran que necesitaba a alguien sin tener que decirlo, así que les mande ese mensaje, aunque sabía que ellas no entenderían que pedía un SOS. Ha sido una gran coincidencia que quisieras marcharte también de la fiesta y fueras justo ahí, pensaba que habías olvidado aquel lugar, como ya no quedamos. En serio, te agradezco mucho que no dejarás sola"
Nunca había estado sola, hubiera mandado un ejército para encontrarla, es verdad, Darling la rescataría siempre. Sería su héroe si la dejaba, volaría y la salvaría si se lo pidiera. "Siempre te cuidaré, mi vida solo tienes que llamarme"
"Perdona, creía que te había dejado de mirar de esa forma algo romántica, pero mis ojos lo siguen haciendo sin querer cuando me dices esas cosas tan bonitas. ¿Recuerdas ese último pícnic que hicimos? Estaba rara porque me gustabas mucho, muchísimo, pero no me atreví a contarte mis crecientes sentimientos románticos. Y luego apareció Raven en aquella fiesta que no quería ir de Briar y me desahogue sobre mi amor por ti y me dijo que no podría gustarte yo a ti. Eso me decepciono mucho saberlo de tu amiga. Así que decidí dejar de hacerme ilusiones contigo y viéndome tan triste, Raven me invitó a la semana a tomar un café que haría el comienzo de, pensaba una bonita relación" Pensaba que aquellos sentimientos habían sido olvidados, sin embargo, ahora Apple volvía a tener mucha vergüenza de contar su amor imposible hacia ella.
Darling recordaba tantísimo aquel último pícnic en sus memorias, se maldecía cada día por no haberle confesado ahí sus sentimientos desde hacía tanto tiempo. Habría podido ser tan diferente si hubiera sido valiente y entonces Apple también le habría correspondido, pero no pudo hacerlo en ese momento. Y después de aquella fiesta, Raven le dijo que se habían besado, no que solamente habían hablado y ya. Por eso creía en el pasado que lo que había entre ellas era únicamente una amistad desde que eran niñas, ahora veía que podrían haber sido un gran amor si alguna hubiera confiado en ella misma y la rebel no se hubiera interpuesto entre ellas.
"Apple, a mí siempre me has gustado y deseo algo tanto contigo, pero sé que aún necesitas tiempo para superar tu ruptura. ¿Por qué no simplemente bailamos?" Hoy no quería hablar más sobre Raven o de los sentimientos románticos de la otra que desconocían ambas, en este instante solamente necesitaba bailar. Así que se lo propuso con una enorme sonrisa, levantándose y ofreciéndola por tercera vez su mano.
La rubia la aceptó feliz, sabiendo que ya no eran un amor no correspondido y que algún día podrían ser más que amigas. "¿No necesitamos música?"
"No" Respondió feliz Darling acercándola y sintiendo cómo su estómago se revoloteaba aún más al sentir sus manos juntas, esta vez sabiendo que tenían una oportunidad y no volvería a renunciar a ella.
Este momento perfecto no lo iba a dejar ir, no aún tan pronto. Pensaba que la felicidad estaría en viajar y explorar todo el universo, pero no se había dado cuenta de que nunca lo descubriría, porque Apple era su verdadero universo. La observo dejarse llevar por su agarre y se balancearon tranquilamente bajo la luz del atardecer del País de las Maravillas, tenía una expresión serena y parecía tan libre entre sus brazos, con los ojos cerrados y cantando una melodía para acompañar con el baile improvisado.
"Cariño eres preciosa" Volvió a decirla susurrando.
Ella abrió los ojos y sus mejillas se sonrojaron de un color rojizo muy bonito que hizo que no pudiera evitar fundirse en su mirada vergonzosa, aceleró por segundos su corazón, esa mirada tan tierna. Nunca más quería perderse eso. Darling recordaría para siempre aquella melodía de esa canción que cantaba, pensó con una sonrisa tranquila mientras seguían bailando, descalzas sobre la hierba, al mismo ritmo y perdiendo la noción del tiempo. Algún día, como ese momento, serían para siempre porque supo que quería quedarse, la cuidaría y esperaría porque era la única a la que quería ver a su lado.
Espero que os haya gustado el OneShot, gracias por llegar hasta el final. Soy muy fan de la canción "Do you Wonder?" de la serie.
