Capítulo 2: De cabeza

–Tenemos que dejar de encontrarnos de esta manera mi señor–le dijo ella, sus labios ladeándose en una divertida sonrisa mientras sostenía el cuerpo de Misterbug entre sus brazos. Si bien era cierto que Lady Noir acababa de llegar, también era verdad que la idea de llevarlo de aquella forma porque acababa de evitar que lo tocaran la hacía reír, sobre todo cuando el muchacho enrojeció bajo su máscara, moviéndose levemente para dejarle saber que ya era hora de bajarlo al suelo.

–Y yo que creí que te gustaban mis sorpresas–le respondió este, volviendo su verde mirada hacia la muchacha vestida de negro. No le sorprendió en absoluto que ella volviera a sonreír o que estirara su brazo para tomar de su espalda el bastón; estaba agradecido en realidad de que ella apareciera, no estaba seguro de cuanto tiempo podría seguir esquivando a Jumper.

–Tienes que trabajar en tus sorpresas, una chica quiere rosas rojas y velas…–fue la respuesta jocosa de Lady Noir, saltando de su lugar para esquivar una de esas pequeñas bolas de luz rojas que salían disparadas de una goma en la mano de la chica akumatizada–si tu sorpresa es otra chica, vas a conseguir siempre peleas–terminó, soltando un pequeño bufido cuando una de esas bolas pasó demasiado cerca de ella, rozando la punta de la larga trenza que hacía las veces de cola.

–Creo que es Zoé–Le dijo él, utilizando su yoyo como escudo cuando la muchacha empezó a lanzar una lluvia inesquivable de las mismas bolas, su cuerpo se colocó delante de Lady Noir, evitando que la misma fuera tocada por alguno de estos ataques–Está diciendo algo de enviar a las personas al universo al que pertenecen–agregó este.

Si Misterbug fue consciente o no de la expresión en el rostro de lady Noir, definitivamente no dijo nada, sin embargo, la chica bajo la máscara de gato era muy consciente de a que se debía ello. Era todo culpa de Chloe, y un poco también suya por no salir a buscar a la rubia tan pronto como tuvo la oportunidad.

–¿Tenemos un plan? –Preguntó entonces Lady Noir, aprovechando un momento el escudo que le ofrecía Misterbug para atacar a Jumper con su bastón, ganándoles el tiempo suficiente para encontrar un punto ciego que les permitiera discutir su plan sin perder a la akumatizada de vista.

–Creo que el akuma está en esa goma en su mano, tenemos que acercarnos lo suficiente como para poder quitárselo…

–De acuerdo, la distraeré mientras tu haces lo tuyo–ofreció ella.

No le dio tiempo a responder, Lady Noir se movió, saliendo de su escondite antes de que Misterbug pudiera decirle que aquello no era un plan, no podía saber que lo que movía a la morena no era la siempre absoluta confianza en él sino la culpa, porque, aunque aquello no lo había provocado ella, tampoco había hecho nada para evitarlo. Marinette sabía ya de los sentimientos de Zoé hacia ella, pero nunca había dicho nada, no la había rechazado, quizá porque la misma Zoé nunca se había declarado, de modo que lo mínimo que podía hacer era ayudar a desakumatizarla, luego encontraría la manera de hablar con ella. La muchacha se movió, escondida bajo la identidad de Lady Noir, con sus habilidades y poderes era mucho más ágil de lo que nunca sería como civil, su miraculous le daba seguridad, consiguiendo que atrajera la atención de Jumper con bromas sobre mundos paralelos, su cuerpo haciendo saltos y acrobacias cuando intentaba atacarla. No era precisamente fácil tener toda la atención de una villana sobre ella, la cantidad de bolas rojas lanzadas en su dirección se duplicaban.

–Misterbug, cuando quieras–le gritó a su compañero, sus ojos desviándose un momento en dirección al chico de traje rojo y negro que estaba trabajando con su amuleto encantado en un plan.

–Lady Noir ¡Atráela hacia aquí! –escucharlo decir eso fue un alivio, mover su mano un centímetro más abajo fue, sin embargo, un error.

Una bola roja había sido lanzada de lleno hacia ella, impactando con fuerza contra su abdomen. Los azules ojos de la morena se abrieron de par en par detrás de la máscara de gato y sus labios se separaron para gritar, necesitaba advertirle a Misterbug, necesitaba pedirle que huyera, que buscara ayuda. No había Misterbug allí, tampoco había Jumper. Ni mucho menos piso. Lady Noir caía en picado desde las alturas, el cielo ampliándose frente a sus ojos a medida que el vértigo enviaba su estómago hacia abajo, la gravedad hacía muy bien su trabajo, arrancándole incluso la capacidad de gritar.

Había apretado los ojos con fuerza, siendo consciente de que había perdido su bastón que ahora flotaba fuera de su alcance. "Por favor, que alguien me ayude" fue lo último que su mente pidió antes de que algo volviera a impactar con fuerza contra ella, empujándola de nuevo por el abdomen, provocando que su caída se convirtiera en un movimiento lateral en lugar de uno vertical. Su cuerpo se estrelló contra algo duro, algo que provocó un golpe en su cabeza que la puso a ver estrellitas. Estaba respirando, ya no caía, por alguna clase de milagro estaba en un lugar sólido.

–¿Qué rayos…–era una voz familiar la que escuchó, una que hablaba desde arriba? Fue en ese momento que Lady Noir se dio cuenta de que seguía tendida en el suelo. Abrió los ojos rápidamente, confiada de encontrar a Misterbug allí, después de todo ella habría reconocido esa voz donde fuera.

Lo que vio no fue a Misterbug.