Notas Iniciales: Y hemos llegado al final de este reto, ¿por qué no terminarlo con una buena dosis de angst? Aunque la mayoría de amistades de este anime/manga son trágicos, esta es mi favorita.
Necrofilia
Sintió una urgencia difícil de contener o siquiera comprender, todos sus sentimientos se fusionaron, transformados en algo completamente nuevo, en extremo diferente pero a pesar de todo similar. Kazutora no había parado de llorar desde que lo hirió, incluso trató convencerse de que era culpa de Baji el que se estuviera desangrando pero su método no funcionó como si lo hizo una vez con Mikey. Quizás lo amaba demasiado, quizás lo amaba sin falsedad y no podía ser ciego ante una realidad que él mismo había provocado. Habría preferido acompañarlo al infierno que verlo apuñalarse frente a él, diciéndole con su dulce sonrisa que no era su culpa, que no era culpa de nadie pero en su pena Hanemiya todavía buscaba venganza, así que fue con su antiguo líder de pandilla para darle a conocer la rabia que lo enloquecía. Si lograba que Mikey lo matara no tendría que soportar vivir en un mundo donde su único amigo y cómplice no existía, el simple pensamiento era insoportable. Por ello fue que en medio del desorden finalmente encontró las respuestas que necesitaba, las mismas que Baji todo este tiempo batalló por trasmitirle a sus oídos sordos, obsesionado como estuvo por un resentimiento que ya no tenía sentido, por ende se disculpó con Mikey de todo corazón mientras todos se marchaban, despejando el terreno y dejándolo solo con el cuerpo de Baji mientras esperaba por la policía para entregarse al fin.
Estaba listo para ir a la cárcel, pagar sus horrendos pecados tras las rejas. A fin de cuentas era lo que Baji había querido todo este tiempo, que se redimiera con el mundo que Kazutora abandonó de la peor forma sin darse cuenta. No huiría esta vez de su castigo. Pero mientras contemplaba el cuerpo sin vida de su amigo postrado sin ninguna gloria, algo en su pecho quemó.
Lo acercó hacia donde yacía sentado para poder acariciar ese rostro al que tantas veces contempló dormir a su lado, limpió con los dedos la sangre que ya empezaba a coagularse mientras formaba líneas sobre su boca, creyendo que su llanto no era suficiente para rendirle un tributo digno cuando ni siquiera se merecía morir. Si se hubiese quedado con la herida en su costado sin moverse habría tenido una oportunidad de curarse siendo atendido en el hospital. Pero por supuesto, no habría sido propio de Keisuke retirarse a un rincón para lamer sus heridas, mucho menos con un objetivo en mente que no abandonaría por nada en el mundo hasta cumplirlo.
Esa carencia de sentido común fue lo que hipnotizó a Kazutora desde el inicio.
Temblando, el desdichado chico apretó los dientes y separó los labios, cerró sus ojos con fuerza y volvió a llorar con un grito desgarrador, por eso no se impidió abrazarse al cadáver de Baji sin importarle que alguien lo escuchara o los agentes de policía lo vieran al llegar. Ahora que se percataba en verdad de lo que sucedió se maldijo a sí mismo, a su condición mental, a su impulsividad, a todo lo que lo llevó lastimar al único ser en ese mundo podrido a quien quería. Por eso se recostó a su lado hasta que consiguió calmarse un poco con la esencia natural del otro cerca de sus poros, entonces desató el largo cabello para enterrar sus dedos en su nuca y besarle los labios como habría hecho si estuviera vivo. Era plenamente consciente que Baji no respondería a una sola de sus caricias (que besarlo en este estado profanaba el recuerdo que pretendía conservar, así como también insultaba a su frío cuerpo), más no logró detenerse a tiempo cuando la excitación lo golpeó mientras lo llamaba desesperadamente entre susurros.
Y esperaba que lo condenaran a cadena perpetua o a pena de muerte por esto si era posible, pues su vida no sería la misma ahora que había aceptado amarlo incluso tras la muerte.
El estrés que parecía querer hacer estallar las venas de su cabeza lo incitaron a que mordiera el cuello que se mantenía suave, lamiendo en el centro de su garganta con la idea de ese gruñido tan sensual que atravesó su cerebro vibrando justo ahí, recogiendo algunas salpicaduras de sangre en el proceso. Estaba viscosa pero su sabor metálico seguía siendo dominante, lo supo cuando profundizó el beso en su boca, metiendo su lengua con cierta dificultad para acariciar la lengua inerte empapada en esa sustancia vital ahora inservible. Tuvo que ayudarse de su fuerza para abrir esa mandíbula rígida pero valió la pena el esfuerzo. Cuando escuchó las sirenas próximas al deshuesadero de vehículos donde se encontraban, ni siquiera se molestó en mirar para comprobar lo cerca que podrían estar de sorprenderlo, perdido como estaba en su actividad. Era impresionante cómo Baji era capaz de robarse su aliento sin participar o sin siquiera estar realmente ahí, pero al mayor de los dos le bastaba su imagen para reconocerlo como suyo, su refugio más íntimo. Escuchó los pasos apresurados recorriendo el terreno con claras intenciones de llegar a su posición. Kazutora pudo escuchar los gritos autoritarios que le exigían someterse a los mandatos estándares pero entonces sólo enfocó su vista en el rostro muerto de Baji, adorándolo a pesar de que no volvería ser capaz de ver sus ojos abiertos.
—Espérame, Kei. Te alcanzaré donde quiera que estés. —Y procedió a frotar con cariño sus sedosos cabellos sin titubear, extrañándolos incluso si todavía no los soltaba.
Un fuerte tirón lo obligó separarse, misma fuerza que lo obligó impactar de cara en la tierra mientras era apresado por dos oficiales. Cuando logró mirar en dirección a Baji, apreció el desconcierto de los médicos que comprobaron que él ya llevaba un tiempo sin pulso cardiaco, por lo que algunos no pudieron evitar repudiar que Kazutora estuviese efectuando un acto tan enfermizo sin pudor a ser encontrado; ellos no tenían ni idea de lo que Hanemiya hubiese hecho con su amado de no ser víctima de una situación contra reloj, y lo peor es que al interesado no le causó nauseas imaginarse terminando lo que empezó con ese cadáver que para él conservaba la belleza que era acentuada por su vitalidad.
Como era de esperarse pasó la noche en la cárcel, su segundo juicio se celebraría dentro de poco también, pues era obvio que su madre ya se había rendido con él por lo que ya ni siquiera se esforzó en apelar.
Fue durante ese tedioso proceso judicial que Kazutora rememoró con nostalgia su última vez con Baji a solas. Al día siguiente enfrentarían a ToMan, así que ambos se mostraron inquietos desde que se encontraron en la habitación de Kazutora, luego de que Keisuke trepara hasta su ventana sin importarle la mirada con la que su anfitrión lo recibió, él quien mantenía su puerta cerrada bajo llave con una escandalosa música hip hop retumbando en las paredes. El chico del tatuaje no lo saludó, simplemente devolvió la mirada a los rayones que había estado haciendo en su libreta sin razón aparente hasta que Baji se tiró a su costado para hojear una revista vieja que había tomado del estante, tarareando la letra de la canción que sonaba en la bocina. Al notarlo, Kazutora lo acompañó, cantando las estrofas que mejor pronunciaba y obteniendo satisfactoriamente la continuación por boca de su visitante que pronto se olvidó de lo que había querido leer. Así hicieron con la siguiente melodía y también la próxima, hasta que Kazutora cambió abruptamente el género musical.
—Encontré esto ayer, quiero que me des tu opinión, Baji.
— ¿Qué mierda? —El aludido se sorprendió de escuchar guitarras eléctricas en el reproductor, por eso no tardó en mostrar descontento—. Quita esa basura, Kazutora.
—Sólo escúchala. —Keisuke obedeció a la sugerencia, renuente al principio pero poco a poco más curioso debido a la letra que se manejaba, moviendo por inercia la cabeza conforme el ritmo contaminaba sus sentidos; quizás no era un ritmo tan malo—. ¿Sabes qué dice? —preguntó Hanemiya mirándolo con su par de ojos muertos inyectados de expectación.
— ¿Está hablando de un muerto? —se aventuró sin saber muy bien qué interpretar de la vocal.
—Más específicamente, habla de alguien que parece amar hacer cosas pervertidas con cadáveres, o al menos con uno en especial.
—Eso es asqueroso, Tora. Y antihigiénico, y por lo que dice el cantante, dudo que no se encuentre en estado de descomposición.
—Si muriera a tu lado… —Kazutora se permitió divagar, atrayendo la atención de su acompañante que ya había dejado a la música de fondo como algo sin importancia—. Tienes mi permiso de profanarme si eso logra hacerte sentir feliz, o consolarte, posterior a la desgracia. Digo, si no es demasiado desagradable el estado de mi cuerpo en ese momento.
Baji contempló su expresión en silencio, probablemente tratando de avistar la broma oscura en ese rostro que no le decía nada más que una inerte seguridad. Sin embargo, a pesar de no haber encontrado un doble objetivo en su reciente aseveración, le sonrió a Hanemiya con cierta picardía, gesto que removió una serpiente de fuego en el vientre del anfitrión en reacción.
—En ese caso tú también tienes mi consentimiento de cogerte a mi cadáver, siempre y cuando sólo seas tú quien esté presente. Aunque dudo que alguien pueda estar interesado en presenciar un espectáculo así.
— ¿Y puedo eyacular en tu cara?
—Puedes, no estaré vivo para sentirlo o limpiarlo, eso será problema de la funeraria.
—Gracias —dijo tan genuinamente que Baji no pudo evitar alzar una ceja—. Aunque sin duda extrañaré oírte reír, no te lo había dicho pero me encanta que me muerdas, tus colmillos… me dejan una sensación electrizante en la carne, a menudo pienso en eso cuando quiero masturbarme, Y tus ojos… los amo mucho también.
—Oh, vaya, eso... —Keisuke se frotó la nuca avergonzado, sin saber muy bien de qué manera reaccionar frente a tanta franqueza—, eso es muy lindo de tu parte, Kazutora. No sé qué decirte.
—No tienes que decirme nada, sólo besarme.
Con una sonrisa tímida Baji se volvió para responder a la petición, atrayéndolo de la nuca con el brazo que reposaba en el borde el colchón, que Kazutora permaneciera sobre la cama facilitó que sus labios se encajaran entre sí, profundizando el contacto en cuanto notaron que no era suficiente. Sus labios se movieron y frotaron contra los ajenos el tiempo suficiente para que sus respiraciones se tornaran erráticas, pues cuando se apartaron un poco únicamente compartieron una sonrisa cómplice que les empujó besarse de nuevo con fervor.
Ese recuerdo a Kazutora le dejó en el paladar un intenso sabor a ceniza, pues Baji le demostró ser capaz de cualquier cosa con tal de mantener sus cambiantes realidades a flote. Y como en la letra de aquella canción, las ganas de Kazutora por amar aquel cascaron ocultaban su espesa culpa. Pero al menos le quedaba el consuelo de que a pesar de sus acciones instigadas por su desequilibrada psiquis, amó a Baji tan profundamente que nadie jamás usurparía su lugar si es que no encontraba algo tras aquellos barrotes que le proveyeran lo necesario para irse de aquel insípido plano. La oscuridad se tragó sus esperanzas porque estaría pensando en Keisuke hasta que su imagen se manifestara para llevárselo con él.
Fin.
Notas Finales: Tengo este headcanon donde Baji y Kazutora acostumbran juntarse para escuchar hi hop y rap, no quise limitarme a simplemente explorar la parafilia, tenía que agregar un momento como estos. ¡Gracias por leer! Espero no haber traumado demasiado a mis nuevos lectores, jeje.
