Nadeshiko pasó aquella noche en un insomnio doloroso. Las imágenes que solían consolarla en momentos difíciles habían sido reemplazadas por un profundo abismo lleno de tristeza. Había dejado escapar su corazón en su diario,plasmando en él sus más profundos y sinceros sentimientos. Ahora sentía que todo eso se había desmoronado.
Ella nunca había contemplado la posibilidad de que Rin no compartiera sus sentimientos. Sus lágrimas eran un reflejo de su desolación, algo dentro de ella fue arrancado a la fuerza tras ese inesperado rechazo.
En medio de una maraña de emociones, Nadeshiko cuestionaba su amistad con Rin y se preguntaba si podría ser capaz de volver a mirarla de la misma manera. Se sentía vulnerada y herida, como si alguien hubiera abierto su corazón y lo hubiera aplastado. Incluso dudaba de si podría seguir sintiendo lo mismo por ella en el futuro.
¿Quizás Rin la amaba en secreto? La ambigua respuesta de Rin dejó abierta esa posibilidad. Sin embargo, sus dudas se mezclaban con su profunda angustia y dolor, preguntando si algún día podría superar este doloroso momento y recuperar su amistad con Rin.
Sakura podía escuchar los sollozos de su hermana desde fuera de la habitación. Tenía que consolarla y ayudar a enfrentar su dolor, pero sus padres la detuvieron, comprendiendo que Nadeshiko necesitaba un tiempo para procesar la respuesta de Rin. Sabían que ella no lo había hecho con malicia, sino como respeto a la honestidad de Nadeshiko al revelarle sus sentimientos.
Con la almohada apretada contra su pecho, Nadeshiko continuaba llorando desconsoladamente. Cada vez que miraba su teléfono, con la esperanza de recibir algún mensaje de Rin, veía la foto que había editado y que tenía de fondo de pantalla. Ni siquiera ver su celular la podía ayudar a olvidar su profundo dolor.
- Rin, ¿por qué me haces esto? - Se preguntaba en voz baja.- Te amo, ¿tanto te cuesta amarme? Rin, por favor, eres la persona que más amo en el mundo. Quiero una vida entera a tu lado, ¿por qué me rechazas así?.
Su voz quebrada revelaba su dolor y su anhelo de entender los verdaderos sentimientos de Rin.
Su reino onírico se tornó oscuro y sombrío, con una lluvia constante azotándolo, reflejando el dolor y confusión que inundaban su corazón. Observó cómo sus sueños de un futuro compartido con Rin lentamente se derrumban como pilas de arena en el viento. En medio de su dolor, una reconfortante voz la sacó momentáneamente de su pesadilla.
- Estás herida, Nadeshiko.
- Aoi, ¿por qué duele tanto? ¿Por qué Rin no puede amarme como yo la amo? Yo quería tener una vida junto a ella…- Su cara se llenaba de lágrimas.- Nunca podré expresarle mi amor como quiero. Nunca podré probar sus besos, ni salir juntas de la mano…
Aoi se acercó lentamente a ella y le dio un suave pero tranquilizador abrazo.
- Nadeshiko, el amor es un sentimiento complicado. A veces, las personas no sienten lo mismo que nosotros por razones que no conocemos, pero tus sentimientos y tu valor como persona seguirán siendo totalmente válidos. - Nadeshiko se aferró a Aoi. No quería soltarla por nada del mundo.- Entiendo que es difícil, Nadeshiko. Tu amor por Rin es valioso, sin importar cómo termine todo.
- ¿Entonces qué hago ahora, Aoi?
- Acepta tu tristeza, pero no te dejes consumir por ella. Busca algo que te haga feliz, la compañía de tu familia y amigos. No cierres tu corazón al mundo…
Nadeshiko continuó llorando, pero las palabras de Aoi le daban una momentánea paz que la ayudaba a superar su dolor.
- Nadeshiko, Rin-chan también está sufriendo a su propia manera. Tal vez, muy en el fondo tiene un torbellino de emociones que no sabe cómo controlar.
Nadeshiko la miró, sus ojos rojos por el llanto.
- Entonces, ¿podría ser que ella comparte mis propios sentimientos, pero que simplemente no puede expresarlo?
- Es una posibilidad.- Asintió con suavidad. - A veces, el miedo y la incertidumbre pueden nublar nuestros sentimientos. No te puedo negar que el rechazo duele, pero no todo está dicho. Lo importante es que tú sanes tus propias heridas.
- Gracias, Aoi. - Nadeshiko la abrazó fuertemente, soltando unas cuantas lágrimas. - Aprecio que siempre estés aquí cuando más lo necesito.
- Siempre que me necesites, acude a mi. No estás sola en esto, Nadeshiko.
Nadeshiko soltó un sollozo de frustración.
- Pero si Rin podría llegar a amarme, ¿por qué me rechazó? ¿Por qué no me dejó en la espera?
Aoi puso una mano en su hombro.
- Rin tiene miedo. Ella temía que mentirte pudiera hacerte más daño del que ya te hizo. Es un laberinto emocional complicado, Nadeshiko.
- Entiendo que tenga miedo, pero eso no hace al dolor menos intenso.
Respondió Nadeshiko con su voz quebrada.
- A veces es la única manera de sanar. ¿Hubieras preferido tener algo con Rin basado en una mentira, o preferirías saber la verdad? - Nadeshiko pensó sobre esto. - Es natural que te sientas herida y confusa, pero no permitas que esto oscurezca tu propia luz. Sigue siendo la Nadeshiko optimista y alegre que conocí en vida. Con el tiempo, las cosas podrían aclararse.
Nadeshiko asintió lentamente, un atisbo de esperanza se formaba en su interior.
- Tienes razón, Aoi. No puedo dejar que mi dolor me consuma. Debo seguir adelante, pero es tan difícil…
- Eres fuerte y tienes un corazón muy amoroso, Nadeshiko. El futuro es incierto, pero tú tienes el poder de forjarlo a tu gusto.
Con esas palabras, Nadeshiko sintió una pizca de determinación.
Al despertar al día siguiente, sus ojos seguían hinchados por sus lágrimas. A pesar de su reconfortante charla con Aoi, no pudo evitar seguir llorando. Abrazó su almohada con fuerza y continuó desahogando su profundo dolor.
Mientras tanto, una pequeña chispa de esperanza latía en su pecho. Tal vez, solo tal vez, Rin se encontraba confundida. La idea de que sus sentimientos hacia ella no estuvieran del todo claros, abría una pequeña posibilidad que no podía dejar de considerar.
Decidiendo que no podía quedarse postrada por su tristeza, se secó las lágrimas y se levantó de la cama. Las palabras de Aoi la ayudaron a mantener su espíritu valiente y optimista.
Mientras tanto, Rin también se encontraba en una lucha interna. Su rechazo hacia Nadeshiko había dejado un agujero en su corazón que la hacía cuestionarse constantemente si su decisión era la correcta. Aunque no sentía lo mismo que Nadeshiko, la idea de haberla lastimado la atormentaba constantemente. ¿Podría en el futuro cambiar sus sentimientos por ella?
Intentó acercarse a Nadeshiko a través de un mensaje, deseando saber como se encontraba. Nadeshiko se había resistido a mirar su celular. Sabía que al mirarlo, vería esa foto de Rin que tenía de fondo de pantalla y su tristeza volvería. La pelirosa quería hablar con RIn, saber los verdaderos motivos por los que fue rechazada, pero el miedo a enfrentar nuevamente su profundo dolor la mantenía indecisa.
A pesar de su confusión y dolor, no podría esconderse y huir para siempre. Tomando aire, tomó el celular y abrió el mensaje de Rin.
"Nadeshiko, ¿estás bien?"
…
"No, no estoy bien" Respondió fríamente. Una sola noche no era suficiente para calmar su dolor. Pese a entender que esa manera de responderle agravaría el sufrimiento de Rin, era la única manera de protegerse a sí misma. Hablarle a Rin en esta situación era muy desafiante, una tarea que requeriría que Nadeshiko pudiera sanarse por completo.
"Nadeshiko, yo… lo siento por lo de ayer. Lamento que no te vea de la misma forma en que tú me ves. Quiero que sepas que nunca fue mi intención herirte a propósito, solo quería que supieras cuánto valoro nuestra amistad y espero que, pese a todo, sigamos siendo amigas."
El mensaje de Rin cayó profundamente en el corazón de Nadeshiko. Sus lágrimas fluyeron nuevamente, siendo invadida por el dolor. Guardó su teléfono, decidida a darle a su herida emocional el tiempo y el espacio necesarios para sanar.
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Rin se sintió abrumada por sus propios sentimientos. Su llanto se hacía ver mientras abrazaba su almohada con fuerza. Aunque estaba segura de sus sentimientos, el sufrimiento de Nadeshiko la hacía cuestionar sus propias decisiones.
La posibilidad de que sus verdaderos sentimientos estuvieran ocultos en su ser la llenaba de incertidumbre. ¿Quizás amaba a Nadeshiko y se estaba negando a sí misma? ¿O simplemente estaba confundida y adolorida por el sufrimiento de su amiga y su amistad con ella?
Cerró los ojos con fuerza mientras intentaba procesar sus pensamientos. Tenía que tomarse un tiempo para reflexionar sobre sus sentimientos y las consecuencias de sus acciones. Reflexionó sobre las palabras de Nadeshiko aquella noche. Recordó como ella le confesó que descubrió sus propios sentimientos mientras acampaban juntas, después de ese campamento de primavera. Recordó cómo Nadeshiko mencionó sus deseos por besarla, abrazarla y darle la mano. Pero a diferencia de Nadeshiko, ella no sentía ese impulso en su corazón.
Recordando su relación con Nadeshiko, comprendió que Nadeshiko era más que una simple amiga para ella. Recordó momentos compartidos, como su primer campamento juntas junto al lago Motosu y cómo disfrutaba de su compañía, pese a preferir estar a solas. No sentía esa atracción romántica que Nadeshiko sentía por ella. Quizás esa era la clave: el amor tenía muchas formas de manifestarse y no tenía por qué ser igual para todos.
Una lágrima escapó de sus ojos mientras reflexionaba.
- "Quizás Ena me puede dar una perspectiva diferente y me ayude a entenderme"
Pensó para sí misma. Necesitaba respuestas, y la presencia de sus amigas podría darle las pistas que necesitaba para responder.
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Nadeshiko se encontraba aislada, inmersa en su dolor y confusión. Pese al constante apoyo de su familia, sentía que una perspectiva diferente podría ayudarla. En medio de su angustia, mensajeó a Chiaki.
"Aki-chan, ¿podemos hablar a solas un momento?"
"Por supuesto, Nadeshiko."
"Bien. Te esperaré en mi habitación."
Chiaki golpeó la puerta de su habitación. Nadeshiko la recibió con una sonrisa triste y marcas de lágrimas en su cara, agradecida de que su amiga hubiera llegado. Se sentaron en la cama de Nadeshiko, y Chiaki comenzó a hablar suavemente.
- Entonces, ¿cómo te fue, Nadeshiko? ¿Rin aceptó tu confesión?
- Si, pero… - dijo Nadeshiko entre lágrimas. - Me rechazó. Dijo que no sentía lo mismo que yo siento por ella…
- Oh, Nadeshiko, yo… no sé qué decirte. Lamento que haya pasado esto. - Dijo Chiaki, mostrando genuina preocupación por su amiga. - ¿Cómo has podido lidiar con todo esto?
Nadeshiko suspiró tristemente, mirando al suelo.
- No puedo dejar de sentirme herida. Lo intento, pero cada vez que pienso en Rin y cómo me rechazó, siento que mi corazón se rompe otra vez.
- …Nadeshiko, sé que es difícil, pero es totalmente válido que te sientas así. Cuando Aoi murió, yo me sentí igual. Creo que todas nos sentimos igual.
- Es que no entiendo por qué. ¿Por qué Rin no puede amarme de la misma manera que yo la amo? ¿No soy lo suficientemente buena para ella?
Chiaki colocó una mano en su hombro.
- El amor no es algo que puedas forzar, Nadeshiko. Tampoco se trata de ser lo suficientemente buena o no para la otra persona. Lo importante es que sepas cuánto vales y que no te culpes por aquello que no puedes controlar.
Otra lágrima salió de la mejilla de Nadeshiko.
- Supongo que tienes razón, Chiaki. Pero duele tanto…
- Sé que duele, pero el tiempo te ayudará a sanarlo. Además, nos tienes a mi, a Ena y a tu familia para apoyarte siempre que lo necesites.
Las dos amigas continuaron charlando, compartiendo sentimientos y anécdotas divertidas que pasaron juntas. Inclusive hablar de Aoi ya no era tan doloroso como antes; en su lugar, era un nuevo tema de conversación para seguir recordando su memoria.
La conversación duró horas, y Nadeshiko comenzó a sentirse más ligera.
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- Ena, necesito tu ayuda.
Dijo Rin mientras se encontraban en la librería donde Rin trabajaba.
- ¿Qué sucede, Rin? ¿Tiene que ver con la confesión de Nadeshiko?
- ¡¿Qué?! ¿Co-cómo sabes eso?
- Nadeshiko me lo dijo un día antes de ir a Izu.
- Oh, entiendo. - Rin suspiró. - Pues, fue difícil. Nadeshiko se me confesó, pero la rechacé.
Ena suavizó su mirada mientras miraba a Rin.
- Entiendo que no es algo fácil de procesar, pero ¿por qué te sientes así? Cuéntame Rin.
- Sé que hice lo correcto al ser honesta con ella, pero no puedo evitar sentirme mal por haberla lastimado. Me duele verla sufrir, y no sé cómo lidiar con eso.
Ena asintió.
- Comprendo cómo te sientes, Rin. Es difícil ser honesto cuando sabes que puedes herir a alguien. ¿Has pensado por qué te sientes tan afectada?
Rin reflexiona un rato.
- No lo sé, Ena. Parte de mí se siente mal por no corresponder sus sentimientos, pero quizás también hay algo dentro de mí que estoy evitando enfrentar.
- Es un buen comienzo. - Ena levantó su pulgar. - A veces, el miedo y el rechazo te impiden entender tus sentimientos, pero sólo necesitas un tiempo a solas para comprenderlo.
- Entiendo. Gracias Ena, sabía que podía contar contigo.
Ambas continuaron charlando hasta la hora de cierre. Con un cálido abrazo, se despidieron. Rin agradece profundamente la ayuda y compañía de Ena.
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"Querido Diario.
Otro día difícil. Aún no puedo procesar lo que pasó en ese campamento. Mi confesión y la respuesta de Rin… Fue algo devastador. No puedo quitarme el dolor de encima, incluso 2 días después. Yo creía que ella también me amaba, que teníamos algo especial, pero parece que ella no lo sentía así.
Cada vez que miro mi teléfono, esperando un mensaje suyo, solo siento más dolor. ¿Por qué Rin no me ama? ¿Acaso no la hice feliz durante los años que hemos sido amigas?
Cada risa, cada conversación que tuvimos a solas… todo eso se siente como si fuese en vano ahora. ¿Cómo puedo superar esto? ¿Cómo puedo volver a enfrentarla sin sentir que me duele el pecho de nuevo?
Espero algún día encontrar la fuerza para seguir adelante. Quiero ser capaz de sonreír sinceramente de nuevo, pero por ahora… siento que este dolor interminable nunca acabará."
Nadeshiko cerró el diario y lo abrazó con fuerza. Aunque esto le permitía desahogar sus sentimientos, su dolor seguía presente. Sintió cómo sus lágrimas caían sobre la cama. De pronto, sintió algo de pesadez en su pecho, como si alguien apretara su corazón con fuerza. Quizás su dolor no solo era mental, sino también físico. Cerró sus ojos y se acostó en su cama, intentando tranquilizarse. La idea de que Rin podía estar ocultando sus verdaderos sentimientos fue como un rayo de esperanza en su interior, pero no quiso aferrarse por completo a esa idea. Su propio dolor se debía, en parte, a no haber considerado la posibilidad de ser rechazada. Nadeshiko notó un pequeño progreso en su proceso de sanación cuando pudo ver su celular sin llorar. Sin embargo, su neutralidad sólo duró unos instantes cuando lágrimas caían en la pantalla. Abrazó su almohada con fuerza y dejó que su tristeza se apodere de ella. Si no se hacía cargo de esto, su dolor podría ser peor. En silencio, esperaba encontrar en sus sueños el consuelo que necesitaba.
