Más allá de las letras

Por Kuraudea

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Capítulo 5

"El momento de Brillar"

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«Tu haces que mi mundo sea más bello & colorido, mi amada Estrella Roja»

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Habían sido los labios más auténticos que había besado en su vida. Pues pese al gran descubrimiento & el vaivén de sentimientos encontrados, sabían a pura dulzura: sabían a amor. Los protagonistas de la nueva historia estaban sincronizados a la bella acción que los llevó a ejecutarla después del "Sí". Trunks estaba deseoso de amar, de ser amado & de demostrar que ya había llegado el momento indicado para brillar: alegrar su vida, sus días & sus noches. Mai, en cambio, tenía una pizca de miedo en su interior que, a conforme se fue perdiendo en los labios del Brief, descubrió que no le importaba si el camino iba a ser amargo o salado: lo tomaría. Pues no tenía idea de qué iba a suceder con el famoso plan de Su Señor Pilaf. Pero ésto, en definitiva, era algo que no quería soltar jamás.

Así que por cada suspiro, por cada roce de sus perfiles, el ancla de su amado Coronel se iba soltando para dejarle avanzar a mar abierto ante lo nuevo, ante lo auténtico & lo vivo del presente, pues reconoció que estaba enamorada del muchacho. Trunks, por su parte, descubrió que después de tantos años, sintió lo que realmente era querer estar al lado de alguien. Y no solo por necesidad, sino por el propio gusto de sentirse enamorado & correspondido de la misma manera; quería dejar atrás ese estilo de vida vacío con los clásicos encuentros ocasionales a los que recurría para sentir que existía & sacar toda esa frustración acumulada en su interior ante lo gris de su soledad y la cruel monotonía.

Después de la vehemencia que los consumió, el beso se fue aflojando poco a poco. El susurro varonil de un "Gracias..." fue el causante que los hiciera volver por completo en sí. Trunks ofreció su mano para ayudarle a levantarse de la silla. Y después de un cálido abrazo, le dijo—Espero que el café no se haya enfriado.—esbozó una sonrisa.

—No importa. De ser así, lo beberé de todas maneras—estaba sonrojada.

—¿Y aún deseas estar aquí?

—¿Por qué lo dices...?

Más luego el muchacho, sugirió:—Tengo un área de entretenimiento con sofá & televisión. Podríamos pasar un buen rato allí antes de llevarte a tu casa.

—D-De acuerdo.

Pero justo cuando Mai iba a dar media vuelta en busca de la salida, Trunks la detuvo al jalar de su mano.

—¿Q-Qué sucede, Trunks?—ella volteó con sorpresa; en esa misma posición él le observaba buscando las palabras indicadas; luego expresó:

— Antes de salir de aquí...—hizo un breve silencio & continuó—quisiera ofrecerte una disculpa por echarte sola a descubrir la verdad sobre mi identidad. Pero te confieso que temía a tu rechazo & no se me ocurrió otra cosa más que brindarte la información necesaria que te llevara a la verdad.

Mai solamente asintió despacio a causa de que creyó en sus palabras. Y no lo juzgó, pues sabía lo difícil que era mantener secretos en el interior de nuestro ser—No te preocupes—desvió la mirada y al regresar a él, le dijo—Agradezco tu sinceridad.

—Gracias—se sintió liberado—Bien. Ahora sí, vayamos a pasar un rato más relajado.

El muchacho como si se tratase de un mesero tomó con una mano la charola con las bebidas & postres. En tanto, con la otra rodeó los hombros de la mujer justo al empezar su breve camino.

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Un cómodo sofá junto a una frazada en escalas de grises, les acobijó—Puedes quitarte los zapatos, si gustas—la mujer hizo caso a la sugerencia; el alfombrado era tan suave que tal parecía estar sobre una nube. La pantalla que estaba incrustada en la pared era enorme. En la mesa de centro de armazón tubular con base de cristal, se mantenían las bebidas de la nueva pareja.

—Estos pastelillos son realmente deliciosos.

—¿Te gustan?—preguntó con alegría—Mi abuela siempre anda en busca de nuevas pastelerías. Es amante de todos estos postres. En cuanto tenga la oportunidad te obsequiaré unos cuantos.

—No te molestes.

—Descuida, no es molestia.

Una buena película amenizó el rato para los que recién se habían mostrado afecto. Pese a ser unos adultos, no negarían que estaban nerviosos. Pues en las cláusulas del amor es bien sabido que no importa la edad: los efectos, las sensaciones, o bien, "las mariposas en el estómago" las puede sentir cualquiera que está en la legítima etapa de un digno romane. Recién se habían besado, habían rozado sus manos, y mientras se mantenían regocijados en el sillón, Trunks le echó el brazo encima. De esa forma no puedo evitar acariciar su rostro blanco con el ligero roce de sus dedos, mismos, que fueron de ayuda para voltear el rostro de la mujer para así darle otro beso en los labios.

En sí, la película no importaba. Lo que importaba era estar cerca uno del otro. Lo que importaba era gozar del sonido resaltante de sus corazones que demostraban como clara evidencia que sus sentimientos eran genuinos & mutuos.

No hizo falta decir nada. Quizá era mejor seguir fingiendo que le ponían atención a la película para mantenerse juntos, para sentirse, para acariciarse, ya que el tiempo lo tenían medido. Y la noche mágica estaba por finalizar.

—Falta un cuarto para las doce—indicó la mujer de hermoso delineado tras observar la hora en la pantalla de su celular, para luego dirigirse hacia el muchacho—Creo que ya tengo que irme.

—Sí, no te preocupes. Te llevaré a casa—Trunks se puso de pie mientras buscaba las llaves del auto en el bolsillo de su pantalón.

—En cuánto a eso... ¿puedo pedirte un favor...?—agachó la mirada, estaba apenada.

El azul le observó desde las alturas—Claro, lo que tú me digas.

—Verás... no quiero sonar "grosera" o "rara" Mi jefe es un poco "especial" por así decirlo—se refería a Pilaf & sus locos arranques de temperamento —...no quiero que haga un escándalo o me deje en ridículo si nos ve llegar juntos. Así que para evitar alguna contingencia de esas, ¿podrías solo acercarme...?

Por muchos motivos era lo mejor. Ya que conociendo a Pilaf, seguro iba a decir algún mal comentario al respecto o se le escaparía de la boca el dichoso tema de las estafas frente a Trunks. Además, también se debía a que vivía en un edificio abandonado & no quería preocupar al Brief, ya que su vecindario tenía una pinta para nada agradable.

Al Brief le extrañó un poco la petición, pues no encontraba realmente algún "porqué" o una buena razón para ello. Sin embargo, algo ya se había imaginado sobre el carácter de su jefe. Así que sin darle mucha importancia, aceptó—Descuida, comprendo. Será como tú digas.

—T-Te agradezco mucho, Trunks—se puso de pie ofreciendo una ligera reverencia.

—Bien,—le extendió la mano «¿Eh...»? La mujer se sintió sonrojada. No había dudas que tenía que acostumbrarse a las muestras de cariño "básicas" por parte del muchacho—Hay que irnos ya, Mai.

—S-Sí.

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—En la esquina está bien, Trunks.

—¿Estás segura...?

—Sí, no te preocupes. Conozco el camino perfectamente—como todo un caballero responsable de su dama, se sentía preocupado; se notaba en su faz—Estaré bien, te lo prometo. Es más, cuando esté en casa, te mandaré un mensaje para que te sientas más tranquilo, ¿sí?

El Brief tras esbozar, no tuvo otro remedio que terminar aceptado—... Está bien—Fue así, que se estacionó, y tras apagar el auto, volteó con la mujer—Nos volveremos a ver, ¿cierto? ¿qué te parece el próximo fin de semana?

»¡Quiere salir de nuevo conmigo!—pensó para sí misma con emoción.

—M-Me parece bien—se le dibujó una sonrisa en los labios.

—No olvides de escribirme todos los días.

—Lo haré.

—Tal vez tarde en contestarte, pero te prometo que me daré el tiempo para hacerlo—se acercó a ella & con su nariz rozó las mejillas blancas de la fémina.—Te extrañaré...—le endulzó el oído con la frase & un beso simple se formó nuevamente. Aunque éste no duró mucho debido a que tenía que dejar ir a la mujer para que llegara lo más rápido posible a casa.—Cuídate hermosa.

Y ella susurró en sus labios—Y tu igual...nos vemos...

Mai se giró, bajó del auto & cerró la puerta del vehículo; emprendió camino a paso veloz & se sumergió en la soledad de los suburbios urbanos de la Capital del Oeste. Trunks la vigilaba, se mantenía atento. Más luego ella volteó para decirle "adiós" con la palma de su mano & desapareció. Al paso de unos segundos sonó el celular de Trunks, pues un mensaje por parte de ella había llegado «Estoy en casa. Gracias por esta cita tan maravillosa. Nos escribimos mañana. Descansa» El muchacho se sintió aliviado & pronto contestó: «Gracias a ti. Me siento muy feliz. Buenas noches»

Satisfecho por el hecho de saber que su dama ya estaba a salvo, decidió partir.

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Mai al permanecer al ras del marco de la puerta, se le empezó a dibujar una gran sonrisa en sus labios. Con ambas manos sobre sus mejillas ruborizadas al máximo comenzó a dar ligeros brinquitos debido a la emoción «¡Sí, sí!» «¡Le gusto!» «¡Me besó» «¡VIVA!»

Sin embargo, Pilaf se dió cuenta de tanta euforia de su parte tras haber pasado por un vaso de leche a la cocina.

—¿Eh? ¿qué pasa aquí, Mai? ¿por qué llegaste tan tarde?

—E-E-Eh...Su Excelencia—se vió sorprendida, hasta se sintió un poco avergonzada—R-Recuerde que salí a trabajar con Trun...—de inmediato se retractó para no revelar su verdadero nombre—¡Quise decir TB-Ouji!, je, je..

El de bata & gorro amarillo, asintió—Ya veo, es verdad. ¿Y cómo te fue?

—Bien, pues verá...

Mai trató de dar algunos rasgos generales de lo sucedido como el paseo, la cena, etc. Omitiendo por supuesto los detalles de cariño entre ellos.

—Vaya, por lo que me cuentas se ve que es un gran prospecto.

—E-Eso parece, Mi Señor Pilaf.

—Pues sigue así, Mai. Date la vida de millonaria con todos los detalles de su parte, ¿de eso se trata, no? Claro, no te olvides que también debe de beneficiarnos a nosotros; asegúrate de no involucrarte demasiado. Espero pronto estar contando grandes cantidades de zenys—dijo como una risita llena de interés.

—A-Así será, Mi Señor—hizo una reverencia frente a él mientras que en su sien una gota de sudor se deslizaba.

—Bien, iré a la cama. No olvides apagar las luces.

—Descanse.

Al incorporarse simplemente esbozó. En voz baja, se dijo a sí misma—¿Y cómo haré para manejar todo esto...?—pero al recordar el beso que se había dado con Trunks se consoló al decir:—Buscaré la forma. Ya me las arreglaré—& al apagar las luces tomó camino a sus aposentos para descansar.

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Los detalles se hicieron presentes por parte del Brief. Pues entre mensaje & mensaje, Mai le pidió de favor que cualquier cosa de su parte lo mandara al establecimiento que estaba cerca de su casa. Garantizándole así que conocía al cajero & que éste le haría el favor de entregárselos sin problema.

»Por mi está bien, no tengo inconveniente.—pues el empresario "supuso" que esta nueva petición tenía algo que ver con su jefe. Por lo que no deseaba meterla en algún conflicto con él. Así que al paso de unos minutos le mandó otro mensaje—Cuando tengas oportunidad o un rato libre, ve a recoger algo especial que dejé para ti, ¿de acuerdo?

«¿Eh...?»»¿Tiene un obsequio para mí?»

Y a la brevedad de haber tomado su bolso de mano, expresó en voz alta:—¡Ahorita vengo! ¡iré al mini súper por algunas cosas para la comida!— justificó su acción & salió corriendo al lugar.

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Al llegar, saludó al cajero & esté le hizo entrega de un paquete tras haberlo deslizado sobre el mostrador.—Aquí tienes, Mai. Tiene poco que llegó.

—Gracias Hiroshi. Espero que esto "de las entregas", no sea una molestia para ti. E igual te pido de favor que tanto Shu como Pilaf no se enteren de nada.

—Descuida. De esta boca no saldrá nada—el de mandil verde simuló haber cerrado sus labios con un zipper.

—Cualquier cosa estaré al pendiente.

—Desde luego. Yo guardaré los paquetes que lleguen para ti, Mai.

—Te agradezco.

Mai asintió en agradecimiento & salió. A medida de sus pasos encontró una banca solitaria. Y al tomar asiento, se dispuso abrir el paquete con la mayor calma posible—Me pregunto qué será ...—estaba curiosa. Así que de la caja sacó un bonito estuche color negro, y al abrirlo, descubrió un conjunto de "aretes & dije" en forma de estrellas hechos de auténticas piedras granate; el color rojo les hacía lucir preciosos. Una nota con puño & letra del empresario, decía: «Para mi adorada Estrella Roja. Espero que los uses en nuestra próxima cita. Me encantas»

—Oh...son preciosos...—en eso, su teléfono sonó, lo cogió rápido & contestó—¿D-Diga?

—¿Mai?

—Trunks eres tú...yo...—quería agradecerle por el detalle, pero se vió interrumpida por él tras preguntar si había sido de su agrado.

—¿Te gustó?

—Me encantó. Muchas gracias, realmente es precioso. Adoro el color rojo.

—Lo sé. Ahora tendrás muy cerca a la Estrella Roja que te cuida—a la mujer se le pusieron los ojos vidriosos, estaba sonrojada—Muero por verte este fin de semana. Así que me haré el fuerte para que los días pasen rápido, ¿platicamos en la noche?

—Claro.

—Entonces nos vemos pronto.

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Durante la semana las charlas con los enamorados continuaron. La mujer, a sabiendas de que tendría una próxima cita con el Brief, se fue a un bazar de segunda mano para conseguir un lindo atuendo para esa noche—Esto es perfecto—extendió la prenda con ambas manos para darle un último "visto". Así que con un módico precio de cinco zenys, se sintió afortunada por su buena compra.

Nunca faltó el "Buenos días", el "cuentame cómo te fue", el "te extraño", y el "tengo ganas de verte". Hasta que la noche llegó para los deseosos. El joven había recogido a su acompañante justo en el mismo lugar donde la había dejado la última vez. Tras visualizar a la mujer de lejos, se dió cuenta de lo radiante que se veía. Pues un saco en color beige, le hacían lucir perfecta, radiante. En total combinación con lo rojo de sus labios, sombras y las estrellas rojas que decoraban finamente sus orejas y cuello; estaba esplendorosa.

La de melena negra subió al auto, el Brief quien lucía una camisa negra manga larga con los primeros botones desabrochados, emocionado le dijo—Estás perfecta.

—Gracias...tu igual.

La tomó de la mano. Y en ella, depositó un beso—Vamos a pasarla bien, ¿sí?

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Esa noche fueron a cenar a un lugar para nada convencional, pues se trató de una rústica carreta de ramen con algunos shots de Sake para calentar las gargantas irritadas & menguar el frío; Trunks tenía gustos muy sencillos & eso era de plena comodidad para la mujer. «¡Está delicioso, Trunks!» «Anda, hay que comer antes que se enfríe» «¡Buen provecho!» agradecieron en una sola voz. De ahí, como si se tratara de dos adolescentes fueron a caminar a un parque. En sus manos, cada quien llevaba un vasito de helado de fresas. Su andar era lento, tranquilo, pero su compañía era grande, tan grande como sus emociones & su gran corazón palpitante de éxtasis por el hecho de estar juntos.

—¿Qué estuvieras haciendo si no hubiera pasado esto del "chat & nuestras citas", Trunks?

—Emmm...—el muchacho se quitó la cuchara de sus labios & contestó—Seguramente me habría quedado dormido viendo la televisión. ¿Y tú?

—Probablemente en cama también.

Ambos frenaron, se miraron a los ojos y soltaron una risa «ja, ja, ja»; pues bien sabían que sus vidas eran bastante aburridas, al fin & al cabo "cosas de adultos". Por lo que ahora se sentían afortunados con su compañía; ahora existía la emoción & los futuros besos con sabor a fresas con crema. Sin duda, era un hecho que ambos habían marcado una gran diferencia en su diario: existía un antes & un después.

Continuaron con su andar. Cómo también continuaron con los besos, que a medida de su prolongación se iban haciendo más apasionados e intensos. Ya sea en el auto o en cualquier lugar que estuviesen a solas, era el momento adecuado para tener ese ligero contacto de amplio aspecto. Pues el abrazarse los hacia sentirse en la nubes. Y su respirar, era la acaricia perfecta; el simple hecho de reír por cualquier cosa o el observarse en silencio, provocaba que en sus venas se irradiara un tremendo calor.

Llegó el punto que mantuvieron su relación tan latente & viva que se reforzó aún más con el paso de otras citas. Lugares como el cine, diversas cafeterías, exhibiciones de todo tipo & un que otro rato en el departamento del azul, fueron complementos necesarios para incrementar el cariño que sentían uno por el otro, y ante todo, por el hecho de descubrir nuevamente lo maravilloso de estar enamorados.

—Me alegra mucho estar a tu lado, Mai. El haberte conocido fue un gran golpe de suerte para mi—le dijo mientras caminaban de la mano en un parque concurrido.

Ella se sintió dichosa & halagada por sus palabras; le hizo saber sus sentimientos de igual manera—Yo también estoy bastante feliz, Trunks.

Mai continuaba disfrazando la verdad con Pilaf, pues los pretextos los hacía cada vez más largos para estar al lado de su fabuloso amor «Saldré de nuevo con este cliente, Mi Señor» Mientras tanto, Trunks, estaba a punto de hacer oficial sus sentimientos al mundo; tenía entre cejas dentro de poco contarle a Goten que la sugerencia de utilizar la aplicación de "BUBBLES" había sido una maravilla.

Sin embargo, hacía falta la prueba más importante en una relación adulta. Hacia falta "constar" si su amor era realmente auténtico & si podían ambos llegar a esa conexión profunda que los llevaría seguramente a no querer separarse nunca más. Pues a Trunks se le activó el deseo de querer estar con ella en la intimidad & probar lo que estaba más allá de las letras que los hizo conocerse.

En tanto, Mai, se había dado cuenta que cada vez se sentía más atraída por el muchacho. En una ocasión mientras descansaba el rostro sobre sus hombros, observó su cuello. En especial, cuando tragaba saliva y se desprendía un exquisito aroma de la fina fragancia masculina que se untaba en el área del mentón, misma que la hizo sonrojarse & que su corazón palpitara a mil por hora.

Entonces, Trunks, al tener mucho trabajo y al haberse saltado un fin de semana debido a sus compromisos. Le habló por teléfono a Mai, y le dijo:—Pediré el siguiente fin de semana libre, ¿te gustaría pasarlo conmigo en mi departamento? Necesito descansar.

«¡¿Qué?! —se sonrojó sobremanera. Trató de calmarse para luego contestar.

—E-Está bien.

—Te veré en el mismo lugar de siempre.

—Claro.

—Hasta entonces. Cuídate.

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El anhelado fin de semana había llegado. Era viernes por la tarde & los labores de oficina para el presidente de la Corporación Cápsula, habían culminado. El Brief pasó a recoger a la mujer en el mismo punto de reunión. Él lucía el monótono uniforme amarillo mientras en su semblante se apreciaba el estar exhausto. Sin embargo, en sus ojos se destilaba la ilusión de que pasaría el fin de semana con la mujer.

—Qué gusto verte—le saludó mientras la mayor se abrochaba el cinturón de seguridad. La mujer iba con un atuendo simple. Se trataba de unos jeans en conjunto de una camisa blanca manga larga "fajada", además de un bolso de mano al cual le colgaban algunas barbas. No llevaba ropa extra, pues realmente Pilaf no sabía que no volvería durante todo el fin de semana, no sabía cómo se lo iba a tomar. Por ello, decidió no hacer mucho escándalo al tener qué hacer una maleta o algo por el estilo; se mantuvo discreta por el bien de la situación. Seguramente el lunes se las ingeniería para ver cómo calmar su explosivo temperamento. Total, tenía algo de dinero guardado que le había proporcionado Trunks en sus anteriores citas, seguro con eso le bastaría.

—También me da gusto verte, Trunks—como de costumbre éste le tomó de la mano & depositó un beso en ella.

—Es hora de irnos.

El auto arrancó. Y con él, los sentimientos encontrados que mantenían una revolución dentro de la mujer. Y no era para menos, pues pasaría la noche con el muchacho & tal vez se iba a propiciar algún encuentro íntimo entre ellos. De solo pensarlo se ruborizó, trataba de calmarse «Vamos, Mai, no tiene nada de malo. No te comportes como una boba» Y en efecto, no tenía nada de malo. Quizá la antigua "versión de Mai" estaría bajando del auto para salir corriendo & huir. Pero esta vez no lo haría, pues ya se había limitado demasiado por años sacrificándose de todo goce. Así que esta vez se daría la oportunidad de vivir algo "normal" como era el hecho de hacer el amor con alguien que le gustaba mucho, disfrutarlo, & que la vida tomara su curso normal. No se trataba de un pecado o de algo indebido; estaban en juego sus sentimientos & todas sus sensaciones, así que si el joven azul quería hacer el amor con ella...ella sin titubear aceptaría.

El Brief se estacionó haciendo una breve escala—Vuelvo enseguida, Mai.

—D-De acuerdo.

Justo cuando lo vió bajar del vehículo & siendo ella un manojo de nervios, pensó en cómo le iba a ser para mostrarse complemente desnuda ante él. Ese "detalle" le abrumaba la existencia. Tenía que dejar los complejos a un lado. Entonces, respiró hondo & se dijo sí misma en voz baja— Es algo normal, podré hacerlo...—se dió ánimos.

Trunks al regresar colocó en el asiento trasero un par de bolsas repletas de comida.—Me tomé la libertad de encargar bastantes cosas para comer. Quiero que descansemos. Así que olvídate de estar en la cocina—en ellas había sushi, comida china, pastelillos & todo lo inimaginable; continuaron su curso.

Cuando llegaron al departamento, la mujer llevó las bolsas de comida a la barra de la cocina. Trunks, con toalla en los hombros, le dijo—Me siento todo un desastre, tomaré un baño.

—C-Claro, no te preocupes. Aquí espero.

—Vuelvo enseguida.

A Mai el corazón se le iba a salir del cuerpo de solo pensar que estaba tomando una ducha & que saldría quizá con algo cómodo para pasar lo que restaba de la tarde. Pues en escasos minutos su profecía se cumplió. El Brief salió tan fresco como una lechuga con un pants gris, descalzo & sin camisa. Mientras secaba con la toalla de forma rebelde sus lacios, se colocó detrás de la mujer; con una mano rodeó su cintura y al besar su cuello con la frescura de sus labios, agregó—Estoy de regreso.

La mayor se sintió fría por lo nervios.—S-Sí, está bien...

—¿Qué te apetece comer, eh?

—...creo que el sushi está bien.

—De acuerdo, pues sushi será—el muchacho sacó las dos órdenes de las bolsas más un litro de té, luego sugirió—¿No quieres tomar un baño?

«¡¿Eh?!»— se sonrojó.

—N-No, g-gracias. Así estoy bien.

—Como gustes.

Ambos se dirigieron a la recamara. Trunks depositó sobre la cama la comida, luego encendió el aire acondicionado & el televisor. Antes de acostarse observó a la mujer, pues se había dado cuenta de algo importante—¿No trajiste algo de ropa cómoda?

—No...—negó al compás de su cabeza, agachó la mirada apenada.

—Déjame ver qué puedo prestarte—entonces, al dirigirse a su amplio closet, sacó entre el mundo de trajes una playera blanca lisa—Toma, puedes usar esto—se lo entregó—Por allá está el baño—señaló con un simple movimiento de cabeza.

—Gracias. A-Ahora vuelvo.

Mai en el baño se desvestía. Al ponerse la playera observó que le quedaba casi como un vestido—No está mal...—Al menos no estaba corto, y eso era un gran alivio para ella. Al salir, se montó a la cama rápidamente & colocó una de las almohadas sobre sus piernas cruzadas con la intención de cubrirlas.

Trunks volteó con ella—Eso es, así luces más relajada—Fue así, que el muchacho dejó por completo caer su espalda sobre el respaldo repleto de almohadas. Cerró los ojos por un instante & respiró hondo—Al fin en casa—expresó. En tanto Mai, lo observaba & le era imposible el no sonrojarse. El azul al volver en sí, tomó el control remoto de la televisión & al presionar "Play" un filme comenzó—Pondré está película, ¿te parece bien?

—Sí.

Todo se tornó más tranquilo. Eran ellos con prendas cómodas, buena comida & una película de comedia que, entre trozos de sushi, la risa no se hizo esperar. Con ciertas escenas el azul no evitó reír ya que cierto personaje de la cinta le hizo recordar a su amigo Goten. En tanto, la azabache lo observaba tan feliz que de pronto se olvidó de todo tema íntimo & disfrutó de la tarde con él.

Fue así, que la noche se dejó venir en un santiamén. Eran exactamente las 8 en punto & el azul recién despertaba. Tras darse cuenta que se había quedado dormido, pidió disculpas—Dios...¿no me digas que me quedé dormido?—dijo, con pereza.

—Sí...—le contestó.

—¿Mucho?

—Quizá una media hora.

—Me hubieras despertado, discúlpame.

—No te preocupes, sé que estás cansado. Además mientras tanto me ví un documental.

—Qué pena—talló su rostro para tener una mejor pinta & después se dirigió a su acompañante—Te prometo que ahora sí estoy disponible para ti, lo juro.—Fue así, que el azul le extendió la mano e hizo que se acercara a él. Mai, quien se mantenía sobre sus piernas, se colocó a su lado con la misma posición. En eso, sin previo aviso, un apagón de luz los dejó en penumbras.

—Ay, no puede ser...

—¿Qué pasaría...?—preguntó, la mujer.

—No lo sé. Llamaré a la recepción a ver qué puedo averiguar.

Al llamar, le explicaron que solo se trataba de un corto circuito, pero que los técnicos estaban arreglando el fallo y que en cosa de unos treinta minutos todo regresaría a la normalidad. «No se preocupe, Señor Brief. Ya trabajan en el problema»«Comprendo, gracias».

Al colgar la llamada, sonrió & dijo:—Al menos tenemos comida—después recorrió las cortinas de la ventana para que entrara la luz de la Luna.—Media hora es poco; nos mantendremos en la recámara mientras perdure lo fresco.

—Estaremos bien—agregó, Mai.

Así que para hacer tiempo, se sentaron al ras de la cama mientras observaban hacía el ventanal: Mai con las manos sobre sus piernas, Trunks con los brazos hacia atrás sosteniendo su propio peso en el colchón.

—La Luna: tan misteriosa & mágica...Me encanta—expresó de pronto el muchacho.

—¿Por qué gusta tanto, Trunks? No lo comprendo.

—Algo hay en ella. No sé qué será, pero podría observarla por horas. Es como si mi sangre fluyera más rápido e irradiara calor por solo verle.—luego le preguntó:—¿tu sientes algo?

—Pues...—pensó en su respuesta & de inmediato recordó aquella fatal escena de Luna llena en el Castillo de su Excelencia, a lo que solo agregó—Tal vez un poco de miedo...

—Entiendo. Supongo que a todos nos transmite algo diferente.

—E-Eso creo.

El joven la apreció en silencio por escasos segundos. Se miraba tan blanca & hermosa cubierta por el claro de Luna: labios rojos, melena negra, que entró en un trance de éxtasis & no se resistió en decirle:—Me encantas —ella volteó sorprendida «¿Ehh..?»— Y cómo no tienes idea...—agregó; luego se puso de pie & de rodillas frente a ella le observó detenidamente. Tomó una de sus manos & la llevó a rozar una de sus mejillas; al llegar a sus labios besó sus dedos.

—Trunks...—le nombró la mujer; estaba sonrojada. En tanto, el hombre de miraba penetrante, parecía todo un lobo entre las montañas alabando a su matriarca Lunar. Era un lobo hambriento, deseoso, pues en sus orbes se escondía un gran deseo.

—Me gustas mucho, Mai.

—Yo...Yo...—no encontraba las palabras exactas para contestarle.

El joven alcanzó sus labios & en un beso profundo se unió a la mujer. Ella le correspondió, rodeó su cuello con un poco de miedo, o más bien nervios, pero lo hizo. Era su anhelo estar con él, que le hiciera el amor & descubrir con su grata ayuda todas aquellas sensaciones que como fémina le hicieron falta experimentar más en su vida. Él levantó despacio la playera que le vestía. Y cuando Mai alzó los brazos, ésta salió de su cuerpo cayendo a su lado; en total libertad se mostraron sus dulces pechos blancos, tal & como unos néctares suaves. Más pronto, ella sujetó la playera & se cubrió rápidamente.

—E-Es que yo...—se sentía avergonzada.

El empresario tras ver ese gesto, se enterneció. Pues normalmente el desnudar o "desnudarse" frente a Yukari era cosa sencilla. Pero con Mai realmente existía algo más allá: había un auténtico deseo & ternura a la vez. Fue así, que entre jadeos Trunks preguntó:—¿Quieres que te haga el amor?

Mai analizó la pregunta. Pues al fin había llegado ese momento que tanto anhelaba experimentar con él. Fue así, que entre jadeos, contestó—Sí..sí quiero.

Al saber su respuesta, y con la ayuda de sus fornidos brazos, impulsó a la mujer para recostarla en la cama. Él llegó a conquistar su piel & se sumergió entre las sábanas con la estrella bajo su cuerpo. Se besaron con todas esas ganas que habían guardado para su momento especial. Tocó sus pechos blancos, se prendió de sus pezones para calmar su sed & probó cada recoveco de su tez albina. Al llegar al ombligo, bajó despacio la coqueta pantaleta; la deslizó por sus piernas, pasó por las rodillas y finalmente salió por sus pies.

Al fin estaba desnuda & no podía creerlo. Tanto así, que generosamente degustaron de su nívea. Y tras volver en sí, le ganó la timidez & se cubrió de nueva cuenta con un pedazo de las sábanas. Fue así, que tiernamente el joven deslizó con cariño la única tela que se aferraba a su piel; le dijo en voz baja, casi en susurros—Eres perfecta para mi, no hace falta que cubras tu belleza— Fue así, que se dejó llevar por la situación y cuando menos pensó, se mantuvo con las piernas flexionadas víctima del deseo. En medio de ellas, se situaba el muchacho; éste besó el área de su pelvis & con un ligero roce de sus dedos acarició su feminidad, gesto que la hizo esbozar un ligero gemido entre sus constantes jadeos.

El azul se puso de pie al ras de la cama. Observaba a la mujer desde las alturas; se sentía hipnotizado ante su blancura. Fue así, que se bajó el pants & su miembro erecto quedó expuesto frente a ella. Era una escena magistral: en penumbras, el claro de Luna hacía brillar su delicada desnudez mientras que con piernas abiertas se mantenía atenta a su espera. Él, con el aura plateada a sus espaldas & con su hombría de frente, estaba deseoso de poder consumar el acto. Se dió la espalda, con las pupilas dilatadas y con el aura de luz encima de su rostro, le hacían lucir como un bello ángel; se tocó a sí mismo por algunos segundos, se le escapó un que otro gemido al echar la cabeza hacía atrás víctima de la excitación. Cuando se convención de su "firmeza" tomó de la cajonera un preservativo; con la ayuda de sus dientes abrió el empaque & se lo colocó correctamente.

Con la protección necesaria regresó a ella. Se sumergió de nueva cuenta en su piel & mientras buscaba la forma de dirigir su miembro para entrar, la mujer por propia naturaleza rodeó con las piernas sus caderas masculinas como un cinturón fuerte. Al insistir, encontró el lugar indicado: entró de golpe. Señal de eso fue que los dos gimieron con autenticidad. Dolió un poco para Mai, pero Trunks entraba cada vez más & más; no se detuvo hasta que sintió complemente dentro de ella: al límite de sus entrañas. Causa de eso, gimió sentidamente. Y de ahí, de forma lenta entraba & salía para acostumbrar a la mujer a su ritmo, al vaivén de la fricción.

Y el acto comenzó. Comenzó de tal forma mostrándose todo su amor: abajo, arriba, en plenitud & sin miedo a la deriva. Pues con los ojos cerrados se embriagaban del goce; jadeos, siseos & gemidos, era el único lenguaje permitido para los amantes en su ceremonia particular. Aunque por parte del joven se escapan dulces palabras en un timbre de voz apasionado; escurridizo, le decía «Te quiero» «Te quiero inmensamente, mi dulce Estrella Roja». Perlas de sudor se mostraban en sus frentes, en sus espaldas, e incluso algunos de sus mechones estaban humedecidos. Inmersos en la cópula de lo excitante, provocó que Mai llegara al momento más sublime de la gloria, pues experimentó un calor sin igual que le hizo erguir la espalda. Se sintió mujer. Pues gracias a las maniobras del azul pudo "venirse" sin complejos. En ese trance de éxtasis comprendió de qué tanto se había perdido en su vida por no darse el tiempo a sus necesidades. Sin embargo, la sensación fue mutua pues después de algunas embestidas abruptas, las más fuertes y profundas por parte del muchacho, un gemido tan genuino & grave, le hizo caer sobre la mujer.

La electricidad volvió. El azul buscó su rostro & la besó con gran pasión. Pues había sido un hecho de que le había gustado sobremanera & que quería tener intimidad todas las veces posibles con su amada hasta que el mundo explotara. En eso, ella con un poco de dificultad, le respondió al calmar su respiración—Gracias...

—Gracias a ti, por estar aquí conmigo...—le respondió jadeante, después de un leve silencio, le dijo:—Te quiero.

La noche los acurrucó entre la suavidad de las sábanas grises. Sin embargo, bajo la ignorancia de los enamorados, el teléfono de Mai tenía unas cuantas llamadas perdidas por parte de su "jefe". Pues durante el acto no se dieron cuenta de nada; era su Momento de Brillar, & únicamente había cabida para ELLOS.

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No tenía idea de qué hora era. Despertó & al voltear a su lado, estaba el muchacho completamente dormido; sonrió, pues en verdad le quería; estaba segura de ello. Se sentía feliz por haber amanecido a su lado, se sentía soñada. En ese instante de serenidad observó al muchacho descansar & se miraba perfectamente bello. Se sonrojó de solo contemplarlo & de recordar que en la madrugada volvieron hacer el amor al ras de la cama mientras que por la ventana se observaba los primeros rayos de luz de la alborada. Fue así, que ésta tomó su teléfono para revisarlo & se dió cuenta que había miles de llamadas por parte de su Señor Pilaf & sobre todo un mensaje que decía: «¡Aquí estoy afuera, sal!»

—¡¿Qué?!—pensó para sí misma mientras rápido buscaba su ropa para vestirse—¡¿P-Pero cómo es posible que esté aquí?!

En eso, sin el mayor ruido posible, se fue a la entrada principal del departamento de Trunks. Cuando abrió la puerta, vió al hombresillo verde frente a ella.

—¡¿Pero qué le pasa, Su Excelencia?!—preguntó irritada—¡No debería de estar aquí!

—¡¿Qué me pasa a mi?! ¡NO! ¡¿Qué es lo que te pasa a ti?! ¡No tenemos dinero & tú simplemente desapareces & no llegas a dormir a casa. Shu tuvo que ingeniárselas para dar contigo gracias al GPS del celular. Se supone que trabajabas ¡Y tal parece que has estado durmiendo!

Mai sintió que una cubeta de agua fría le caía encima, pues técnicamente, Pilaf estaba reclamando lo que se "suponía" debía de hacer: trabajar—Yo puedo explicarlo, Mi señor.

—Este departamento por lo que investigué—& en sus ojos e interesada sonrisa un brillo maquiavélico resaltó—Le pertenece al empresario Trunks Brief, ¿cierto? ¿por qué me lo habías ocultado?

—Mi señor, verá...yo...

—YA BASTA. Tienes al pez gordo en tus manos, ¡¿qué esperas para actuar, Mai?!¡¿dónde está su caja fuerte?! ¡¿sus ahorros?! ¡¿tarjetas de créditos?! Ya llevas más de un mes como para no haber cumplido tu objetivo, ¿qué se supone que has estado haciendo? ¡Hay tantos prospectos con los cuáles hay que trabajar! ¡No te puedes quedar para siempre con el mismo!

—Yo...

—Escúchame con atención. Una semana te doy para que dejes de jugar a la "noviecita romántica" termina de una vez con esto. ¡Quiero todo el dinero de Trunks Brief, si es posible déjalo hasta sin alma! ¡Saca todo el provecho que puedas de él!—ella solamente agachó la mirada, pues la amenaza ya se había dictado por parte de Su Señor Pilaf—Bien, me largo de aquí. Te veo al rato en el laboratorio.

—P-Pero...Mi Señor Pilaf.

Estaba en resistencia. Sabía sus obligaciones pero también sabía qué era lo que quería en su vida; estaba harta de seguir órdenes. Así que tras apretar los puños & fruncir la sien, lo habían decidido—Se acabó, no pienso seguir con esto—le dijo a la nada. Pues ahora la única prioridad en su vida giraría en torno a ella & su felicidad.

Sin embargo, decidió tomar las riendas sueltas de su viveza demasiado tarde. Pues a sus espaldas, un hermoso corazón que había expresado todo su un amor genuino & el cual depositó toda su confianza, se hizo añicos tras haber escuchado lo que se "suponía" era la verdad.

Cuando Mai volteó hacia atrás, el alma se le vino al suelo: se petrificó de la impresión & lo único que se le ocurrió decir en ese momento, fue:—Y-Yo puedo explicarlo, te juro que todo se trata de un malentendido, Trunks.

A lo que sólamente le respondieron a secas:

—Creo que no hay nada qué explicar.

CONTINUARÁ...