Notas:

El siguiente capitulo es uno de los más largos que he escrito, así que espero les guste ❤️

También escribo esta nota para dejar el siguiente DISCLAIMER (por políticas de la plataforma): La primera parte de este capítulo podría contener lenguaje despectivo, referencias a traumas del pasado, aparición del clan Zenin, representaciones graficas de violencia y menciones sobre sangre, así que se recomienda discreción. No se alarmen ni se asusten, es sobre una pesadilla.

Aun así, espero que disfruten de este capítulo en general, porque es hora de que el tío Gojo de consejos a Yuta como padre primerizo❤️


12. Ojo De Tormenta

🌊 Verano 🌊

Una mujer suele convertirse en madre desde el momento en que su vientre alberga una nueva vida.
Pero ¿En qué momento un hombre se convierte realmente en padre?


15 semanas de embarazo

Madrugada del 5 de Julio

02:27 a.m.

La lluvia golpeaba fuertemente la ventana del dormitorio. Aquella tormenta era señal de que un tifón estaba muy cerca de tocar tierra.

Maki se revolvía en la cama, estaba sudando y temblando. La pobre estaba atrapada en una pesadilla.

En aquel sueño, Maki parecía estar en un lugar muy familiar para ella. En aquel momento se podía ver a sí misma caminando por un largo pasillo de una antigua casa de estilo japonés.

Se miró por un momento las ropas que llevaba puesta, aquellas prendas eran una camiseta tradicional de mangas largas de color blanco, la cual usaban las doncellas y como parte de su vestimenta, llevaba un hakama azul.

Sentía que esas ropas ya las había llevado en su adolescencia.

Observó asustada sus brazos, noto que no tenía sus cicatrices, incluso se tocó rápidamente la cara, en sus ojos llevaban sus antiguos anteojos redondos y de paso su cabello era largo amarrado en una cola de caballo.

Rápidamente busco algún objeto para poder observarse. Por suerte en una mesa de aquel pasillo había una bandeja de plata. Así que Maki procedió rápidamente a ver su reflejo.

Se miró a sí misma pero en sus años de adolescente, más específicamente cuando ella tenía 15 años.

—¿Dónde estoy?— se preguntó mirando a su alrededor. Todo parecía tan familiar con todos esos toques tradicionales.

Tomo un respiro, debía conservar la calma —Tengo que averiguar el cómo salir de aquí...— se dijo a su misma para armarse de valor y seguir por aquel camino.

Maki siguió caminando por aquel pasillo, hasta que por fin descubrió donde estaba.

Aquel lugar era donde su vida había sido un infierno.

—¡Vaya, Vaya! ¡Miren quien está aquí!— dijo una voz que le dio muchos escalofríos a esa chica.

De verdad, sintió la sangre congelarse y su cuerpo tembló de horror.

—¿Qué haces aquí, Maki?— le espetó Naoya con su estúpida y sádica sonrisa. Aquel hombre había surgido de las sombras — ¿No te habías ido de aquí para vivir una vida de plebeyos? ¿Acaso ya dejaste de ser un perro faldero?

Maki hizo puños las manos —Yo— cuando iba a hablar para defenderse, fue interrumpida por otra voz que ella conocía bastante bien.

—Sí lo hizo, escapo de esta casa como lo hacen las prostitutas —se burló su madre quien también surgió de las sombras —Pero parece que no era tan feliz como pensaba. ¿Verdad, Maki?—

—¡¿Madre?! — salió de su garganta en un pequeño grito.

Otra sombra se hizo presente frente a ella, surgió del suelo y tomó forma humana al lado de Naoya y de su madre.

—Así que volviste a mi residencia como un perro con la cola entre las patas ¿eh Maki? Ja ¿Dónde quedaron esas palabras tuyas sobre que volverías para convertirte en la líder de este lugar, Eh? Jajaja yo solo veo a una adolescente arrepentida y avergonzada— bufo Naobito, quien dio un trago a su botella.

—¡Claro que no soy una adolescente! ¡Ya soy una adulto!— grito Maki, pero sus familiares rieron a carcajadas.

—¿Adulto? Jaja ¡Pero si tan solo tienes 15 años!— se burló Naoya.

—¡Basta!— grito Maki con coraje. Sentía sus entrañas doler. Sobre todo su vientre.

—¡Basura! Mi hija mayor regresa para dar más vergüenza a esta familia en este estado tan deplorable— ahora la voz de su padre se hizo presente.

Maki se giró rápidamente para ver a ese cruel hombre, quien seguía hablándole con odio.

—¡Y de paso, mírate como regresas! ¡Con esa gran barriga tuya bajo esas ropas!—Regaño Ougi — Tu solamente sirves para dar vergüenza y ahora te ves tan patética con ese aspecto— grito.

—Solo nos has traído deshonra desde el día en que te di a luz— su madre dijo con decepción —¡Mírate! ¿Qué demonios has hecho? ¡Eres solamente una adolescente!

—¿Barriga? ¿Qué quieres decir? ¿Hacer que?— preguntó Maki, confundida y asustada.

Rápidamente se miró hacia su estómago, debajo de esas ropas de doncella tenía un gran vientre de embarazada.

—¿Qué demonios es esto? ¿Qué está pasando aquí?— gritó Maki tocando su vientre, se sentía demasiado asustada al ver como más personas surgían de las sombras.

Estaba al borde de las lágrimas al ver como más y más fantasmas del clan Zenin empezaban a rodearla.

Todos aquellos a quienes asesino, empezaban a aparecer solo para burlarse de ella.

—¡Miren la! ¡Miren esa gran barriga! ¡Se nota que la preñaron!— Grito Naobito dejando salir unas escandalosas carcajadas.

—¿Qué que demonios es eso? ¡Pues que estás embarazada, idiota!— dijo Naoya señalando su vientre abultado. —¿No te habías dado cuenta? ¿O es que eres tan estúpida que no sabes cómo funciona el sexo? ¿Acaso te gustó que te llenaran todo tu coño? — se burló con una gran carcajada. —Siempre quise llenarte ese coño tuyo y ahora veo que otro lo hizo antes que yo, que desperdicio de mujer, ¡Me das asco!—

—¡Embarazada! ¡El fracaso del clan Zenin fue preñada! ¡De seguro ese bebé también será un fracaso como su madre!— exclamaron los demás miembros del clan, riéndose a carcajadas.

—¡Aquella que dijo iba a ser líder de este clan, ahora está embarazada! Jajaja ¿Y todavía cree que así en ese estado será líder? Jajajaja ¡Que patética! ¡Este es uno de los motivos por los cuales no dejamos a las mujeres ser lideres de un prestigioso clan!— se rio Naobito a carcajadas mientras estrellaba su botella contra el suelo, rompiéndose en muchos pedazos.

—¡Qué vergüenza! ¡Una Zenin que no puede usar ninguna técnica maldita se ha quedado preñada de un don nadie! ¡De verdad, me da asco que seas mi hija!— grito su madre.

—Y ¿Quién es el padre? —preguntó Naobito, señalándola con furia —¿Quién fue el hombre que tuvo el valor para acostarse contigo? ¡Una maldita mujer buena para nada!—

—¡ÉL NO ES UN DON NADIE! ¡Y YO NO SOY NADA DE LO QUE DICEN!— respondió Maki en un grito, antes de sentir un nudo en la garganta.

—Entonces, ¿Quién es el susodicho? ¿Acaso es un hechicero? ¿O también es una persona común y sin ningún talento como tú?—insistió Naobito.

—Él … es… — Maki balbuceó un poco, las palabras no lograban salir de su garganta.

—¡Vamos, dilo! — la presionó Naoya tomándola con fuerza por la muñeca, acercándola a él y sacudiendo la con violencia como lo hacía en sus años cuando le daba sus palizas —¿O es que te da vergüenza admitir que te acostaste con un perdedor?—

—El padre de mi hijo es Yuta Okkotsu — grito Maki finalmente, zafándose del agarre de Naoya.

Esperaba que esa respuesta calmara a su familia... pero no fue así.

—¿Qué?

—¿Cómo alguien como él pudo haberse acostado con ella?

—Alguien maldito como él solo puede traer más maldiciones a este mundo...

Dijeron varias voces en voz baja, antes de casi todas gritar al unísono la palabra —¡Vergüenza!

—¿Yuta Okkotsu? ¿Eh? — repitió Naobito cruzando los brazos — ¿Él que era tu compañero de clase y ahora es un hechicero de grado especial? ¿Él que tiene a la maldición de categoría especial Rika Orimoto, aquella que es considerada la reina de las maldiciones? ¿Hablas de aquel hombre que nunca dejó de amar a esa tal Rika? ¿Aquella a la que tu solo eres su sustituta?—

Aquellas preguntas confundieron un poco a Maki. Pero sabía que estaban tratando de jugar con ella mentalmente.

Ella no iba a caer en esa trampa.
—Sí, él es el padre de este bebé —confirmó Maki con orgullo mientras acariciaba su vientre.

—¡Eso es aún peor!—exclamó Naoya.
— ¡Has manchado el nombre del clan Zenin! ¡Has mezclado nuestra valiosa sangre con sangre de alguien lejano del clan Gojo! ¡Eso es traición! ¡Ese bebé que cargas en tus entrañas es una abominación!— grito con furia.

—¡Eres una deshonra para todos nosotros! — le reprochó su madre una vez más —¡No te basto revolcarte con ese chico! ¡Sino también has mezclado tu sangre con la de ese bastardo! ¡Ese no es mi nieto! ¡Eso que cargas en tu vientre es un monstruo! ¡Una maldición!— gritoneo su madre mientras la jalaba con brusquedad.

—¡Suéltame! ¡No me toques!— grito Maki con desespero, mientras se zafaba de su madre.

Maki se empezó a sentir mal al ver como todos ellos empezaban a acercarse a ella.

—¡DEBERÍAS ABORTAR A ESE BASTARDO! —gritó Ougi mientras sacaba su katana de su funda —¡ES MÁS, YO TE SACARÉ A ESE ENGENDRO! ¡NO DESEO SER EL ABUELO DE ESA COSA!—

—¡NO! —gritó Maki, abrazando su vientre
— ¡No voy a permitir que hagas eso! ¡Amo a Yuta y amo a este bebé! ¡No te permitiré que me toques!— grito con furia.

—¡Qué patética! — se burlaron los demás.

—¡¿Amor?! JAJAJA ¡Qué palabra más ridícula! ¡Los Zenin no necesitamos amor! ¡Solo necesitamos poder! ¡Solo necesitamos personas con talento!— dijo Naobito dando unos pasos hacia ella.

—¡Y ni Poder y ni talento es lo que tú tienes! — le recordó Naoya, acercándose rápidamente a ella para acorralarla— ¡Eres una inútil que no puede ver maldiciones por su propia cuenta y ni puedes usar técnicas! ¡Solo sirves para ser una sirvienta o una prostituta! Y parece que lo segundo te va muy bien—

—¡Cállate! — gritó Maki, sintiendo como se formaban las lágrimas en sus ojos
—¡Aléjate de mi!— lo empujó.

—¿Por qué debería callarme? — replicó Naoya, atrapándola entre sus brazos — ¿Acaso vas a hacer algo al respecto? ¿Vas a pelear contra mi? ¿Con tus débiles puños y tus gafas rotas?

Maki se miró las manos y se dio cuenta de que no tenía ninguna arma con que defenderse y notó que ahora sus gafas estaban rotas en el suelo. Estaba indefensa ante su familia, quienes se acercaban a ella con intención de hacerle daño.

Maki logro huir de los brazos de Naoya.
—¡Déjenme en paz!—suplicó empezando a correr.

—No, no lo haremos — contesto Naoya yendo tras ella— Te vamos a dar una lección que nunca olvidarás. Te vamos a hacer sufrir tanto que desearás no haber nacido y de paso... te sacaremos a ese parásito de tu vientre — su voz se distorsionaba, mientras él se volvía una maldición y todos los demás, adoptaban los cortes y golpes que tenían al momento de morir.

—¡Déjenme en paz!— gritó ella tratando de escapar, sus pies corrían lo más rápido que podían pero muchas manos la jalaron de todo el cuerpo y la tiraron al suelo.

—¡Suéltenme!— suplico Maki con demasiadas lágrimas.

—Alguien como tu solo da vergüenza a este clan y tu pequeño engendro da asco— decía Naoya en su forma máxima como maldición y acercando demasiado su rostro al rostro de Maki.

—Vamos a sacarte esta vergüenza de tus entrañas... alguien como tú, no debería ser madre — dijo Naoya mientras atravesaba con su filosa garra, aquel vientre abultado.

Maki de verdad empezó a sentir un terrible dolor en todo su ser, sentía tanto dolor que se sentía morir.

Su vientre era lo que más dolía, sentía como si estuviera dando a luz ya que tenía la necesidad de abrir las piernas y de empezar a pujar, era un dolor indescriptible mientras escuchaba el llanto de un bebé ante tal horrible escena mientras veía como todos en ese sueño la golpeaban, rasguñaban y sobre todo, trataban de arrancar a su hijo de sus entrañas.

—¡Basta!— grito Maki de dolor.

—Alguien con una restricción celestial como la tuya, nunca podrá ser madre — dijo una voz distorsionada entre todas esas risas.

—¡Vergüenza es que estés embarazada!— dijo otra voz mientras todo se cubría de sangre.

—¡Este bebé no merece nacer!

Maki escucho todas esas voces burlarse de su dolor mientras sentía como le arrancaban a su bebé de su vientre.

—¡Eres una Vergüenza!

El llanto de su bebé sonaba con demasiada fuerza.

—¡No! —gritó Maki, despertando de golpe.

Se incorporó en la cama, jadeando y sollozando. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en su habitación, con todas las luces apagadas mientras una terrible tormenta caía afuera.

Se llevó una mano al vientre y sintió el movimiento de su bebé. Suspiro un poco de alivio al ver que esa pequeña semilla de Soja seguía ahí dentro de ella y que todo aquello fue una pesadilla.

Pero aquel alivio duró muy poco, ya que un dolor, como una especie de calambre en su vientre bajo y en su espalda baja la hizo inclinarse un poco.

Respiro profundamente, para hacer que su cuerpo se relajará.

—Fue solo una pesadilla — se dijo a sí misma, tratando de calmarse.

Rápidamente miró hacia el otro lado de la cama.

—¿Yuta?— lo nombro en la oscuridad.

Buscó con la mirada a su esposo, pero no lo vio por ningún lado.

Maki rápidamente recordó que hacía ya casi una semana atrás, ellos dos habían tenido una fuerte discusión sobre el futuro de su relación.

Y Yuta había decidido irse del apartamento para darle tiempo a Maki para que pensara si realmente quería el divorcio.

La boca le supo amarga, estaba sudando a mares y sentía escalofríos recorrer su cuerpo.

Maki ya no pudo más, sentía demasiadas ganas de vomitar. Aquella pesadilla le había dejado en muy mal estado.

Rápidamente se levantó de la cama y corrió al baño a vomitar.

La pobre se sentía tan mal que hasta podía jurar que había vomitado hasta el desayuno de su día anterior.

Después de unos minutos, jalo la cadena del baño y se levantó a enjuagarse la boca y de paso, se hecho agua en la cara para quitarse el sudor.

—Solo fue un sueño... ellos no pueden hacernos daño porque ya están muertos... solo fue un maldito sueño...— se dijo a sí misma mientras sus lágrimas caían por sus mejillas.

—Pero se sintió tan real... ese dolor fue tan real...— se dijo a sí misma mientras se soltaba a llorar y acariciaba una vez más su vientre ya que de nuevo sintió un muy leve dolor y calambre pero que fue tan pasajero que mejor lo ignoró.

Una vez salió del baño, volvió a acostarse en su cama, abrazando la almohada de su marido con fuerza.

—Solo fue un sueño... solo fue... un maldito sueño— Seguía llorando y trato de consolarse con aquellas palabras.

De nuevo, miró hacia el lado donde solía dormir su esposo.

—Yuta...— susurro entre lágrimas.

Esa madrugada, Maki lloró demasiado. Se sentía sola, confundida y angustiada.

Y el clima tampoco para nada estaba ayudando. Al contrario, este solo estaba empeorando.


12:20 p.m.

El cielo estaba completamente negro por la tormenta, llovía demasiado y solo se escuchaba el viento chocar contra la madera de la escuela.

—Perdón que los haya llamado a reunirse aquí en la academia con esta amenaza de tifón pero hemos tenido mucho trabajo por el mismo— empezó a decir Ijichi a todos esos adultos ahí reunidos en una de las salas principales.

Había alrededor de 20 hechiceros de diferentes categorías.

Entre ellos, destacaban Mei Mei, Itadori, Megumi, Panda, Toge, Nobara y Maki.
Quienes habían sido llamados de urgencia por Ijichi.

—El motivo de mi llamado es porque tendremos una misión muy importante en puerta, la cual ha sido nombrada como "Ojo de tormenta"— Siguió explicando Ijichi.

—Debido a que el Tifón que tocara tierra es un fenómeno natural que causa demasiada angustia y terror en las personas, eso ha provocado que demasiados civiles estén desprendiendo demasiada cantidad de energía maldita al mismo tiempo y como saben, esto provoca el nacimiento de muchas maldiciones— acomodo sus anteojos mientras seguía explicando.

— Logramos detectar que la mayor concentración de maldiciones se encuentra aquí en Tokio, así que se ha decidido que la mayoría de ustedes se va a encargar de eliminarlas, ya que hemos recibido múltiples reportes de civiles que han sido atacados por las mismas — mostró aquel pizarrón donde podían verse los lugares con mayor cantidad de maldiciones en la ciudad.

Aquel pizarrón mostraba las partes más importantes de la ciudad de Tokio y con un círculo en rojo estaban marcados los lugares con maldiciones de categoría uno y hasta aquellas que quizás podrían ser consideradas como de categoría semi especial.

En color morado estaban marcadas las maldiciones de categoría dos.

De color naranja estaban marcadas los lugares con maldiciones de categoría tres y en azul estaban marcadas las maldiciones más débiles.

—Los estudiantes se encargarán de eliminar a las maldiciones de categoría cuatro y quizás algunas de categoría tres, además que nosotros los asistentes estaremos atentos a todas sus órdenes y de paso los apoyaremos con todo el transporte mientras no se inunde la ciudad —Miro a todos en la sala —¿Tienen alguna duda?

Los hechiceros presentes se miraron entre ellos.

Maki sintió un nudo en la boca del estómago, sentía algo de ascos, pero también sentía algo de temor. La pesadilla de esa mañana la había dejado intranquila y de paso, aquella misión también por alguna razón le inquietaba más que emocionarla.

—Y ¿Qué se supone que son esos puntos dorados en el pizarrón? Destacan que solo son dos y que están en las afueras de la ciudad— pregunto Mei ya que aquello le había llamado la atención.

—Esas son misiones confidenciales y por el momento Yuta Okkotsu y Gojo Satoru ya se están encargando de ellas antes de que la tormenta toque tierra— comento Ijichi con seriedad.

—Supongo que son misiones que les dejaran una enorme suma de dinero, lástima que me las perdí— se lamentó Mei.

Maki apretó los labios al escuchar el nombre de su aún esposo. Como ya llevaban una semana sin hablarse, ella para nada sabía que él estaba en esa misión.

—Maki san ¿Tú sabes de que se trata esa misión especial? — pregunto Nobara en un susurró cargado de curiosidad.

—No lo sé... no he hablado con él y ni me interesa— dijo con la voz apagada sin mirar a su amiga. Ella solo quería ya salir de ahí.

—¿Esta todo bien, Maki san?— Nobara sentía que su amiga estaba actuando extraño y más cuando hablaba de Yuta.

—Lo está, simplemente no he hablado con Yuta sobre su misión, eso es todo— contesto con seriedad

—Ya veo, supongo que si es algo muy confidencial — Nobara se encogió de hombros ante tal respuesta.

Megumi noto aquella respuesta de su familiar. Sospechaba que algo no andaba bien entre esos dos.

—¿Tienen alguna otra duda?— pregunto Ijichi mirando a todos.

Megumi levantó la mano para tomar la palabra.

—¿Y cuándo se supone que comenzará esta misión para nosotros? El tifon no tardara en tocar tierra y quizás eso ponga en riesgo la misión y a nosotros mismos — pregunto con seriedad.

Todos en la sala guardaron silencio.

Ijichi suspiro un poco —Bueno, aunque la sede había propuesto que la misión se llevará a cabo después del tifón, a último momento se acordó que esta misión comenzará a partir de mañana temprano. Queremos que sea antes que el tifón toque tierra para que las maldiciones no tomen más fuerza, asi que estaremos trabajando contra reloj— explicó.

La sala se llenó de murmullos de preocupación.

—Esto se decidió de esta manera ya que se quiere aprovechar el toque de queda que se les dará a los ciudadanos a partir de hoy a las seis de la tarde y de paso, como se acordó con las autoridades, estas emitirán esta misma noche la alerta por el tifón para que los civiles tomen sus precauciones y que estos traten de no salir de sus casas hasta que la tormenta pase en los siguientes días, así que se planeó que toda la misión se llevará a cabo mañana a partir de las ocho de la mañana, esto aprovechando de que quizás no habrá civiles en las zonas donde se están avistando estas maldiciones, que son especialmente ciertos callejones y centros comerciales, los cuales permanecerán cerrados y algunas estaciones del tren, las cuales no estarán en funcionamiento — explicó Ijichi mirando a todos los presentes.

—Entiendo, así no se pondrá en riesgo la vida de los civiles y de paso podríamos trabajar a plena vista sin la necesidad de usar cortinas— respondió Megumi una vez el asistente dejó de hablar.

—Tiene sentido para mi— comento Itadori, por fin parecía comprender todo aquel tema— Así podremos trabajar sin tantas preocupaciones —

—Pero de todos modos estaremos contra reloj porque se supone que el tifón tocara tierra antes del mediodía de mañana, aun así el peligro para nosotros estará presente — comento Megumi con seriedad.

—Mañana sí que va a ser un día muy agitado— comento Nobara en un suspiro —Y más que yo odio la lluvia.

—Tampoco a mí me gusta mojar mi pelaje— contesto Panda ante la idea de tener que mojarse bajo la lluvia.

—¡Kombu!— Inumaki apunto a su compañero.

—¿Cómo que apesto cuando estoy mojado?— renegó Panda ante la contestación de Toge.

—Bien, ¿Tienen alguna otra duda?— pregunto Ijichi una vez más —De todos modos toda la información se las mandare a sus teléfonos celulares y de paso les mandare los lugares a donde ustedes serán enviados, así como que situaciones deberán evitar y en cuales abandonar la misión — contesto este mostrando su teléfono.

—También es importante que si alguno de ustedes se ve indispuesto a participar en esto, deban comentarlo con tiempo y más que andamos cortos de personal. Si ya no hay más por decir, nos vemos mañana en los lugares que se les especifique — comento Ijichi terminando aquella junta que duró alrededor de poco más de una hora.


01:50 p.m.

Cerca de la salida de la academia.

—Maki san ¿Esta todo bien?— pregunto Megumi, quien interceptó a Maki, la cual se había despedido de los demás de manera apresurada y hasta un tanto grosera dirían algunos.

Esto debido a que los demás la habían invitado a ir con ellos a comer fuera de la academia antes de que todos los lugares fueran cerrados, pero esta se negó porque dijo que debía ir a otro lugar esa misma tarde antes que el toque de queda fuera dado.

Por alguna extraña razón, Maki parecía estar muy nerviosa, era como si algo le preocupara e incluso trató de no acercarse tanto a ellos.

Inclusive había mostrado demasiada molestia cuando le volvieron a preguntar sobre si iría a ver a Yuta o si sabía algo de su esposo.

A lo que ella muy molesta solo les contesto con un;

—No lo sé, no he hablado con ese idiota. Debe estar super ocupado como para responder.

Haciendo que los demás, pensaran que quizás ambos estaban distanciados o que quizás ella ese día se encontraba solamente de muy mal humor.

Aun así, Megumi fue quien se animó a ir a preguntarle si todo estaba bien. Sobre todo porque los demás le tenían miedo a esa mujer cuando estaba enojada y Megumi era al único que en cierta forma le tenía paciencia.

Aunque también servía como saco de boxeo.

Así que él logro alcanzarla antes de que ella saliera de la academia.

—¿Eh? ¿Por qué lo preguntas? ¿No ves que llevo prisa Megumi? Además, quiero evitar mojarme — contesto un tanto molesta y apuntándole con su paraguas.

—Simplemente lo preguntaba por la forma en la que hablas de Okkotsu senpai. Aunque puedo suponer que ustedes dos están peleados ¿No es así?— pregunto con serenidad.

—¿Por qué lo dices?— preguntó Maki torciendo su boca.

—Por qué él me comentó algo al respecto — suspiró mostrando las palmas para demostrar que decía la verdad— Note que él ya llevaba varios días durmiendo aquí en la academia— mintió un poco, ya que eso se lo había comentado Takeru de que parecía que su tío Yuta vivía ahí— Y yo simplemente le pregunté si todo estaba bien entre ustedes.— esto último era verdad, ya que él si le había preguntado unos días atrás.

—¿A si? Y ¿Qué te dijo ese traidor de mierda? — pregunto Maki cruzando los brazos.

—¿Traidor?— a Megumi le extraño que Maki se refiriera a Yuta con esa palabra.

—Si, para mi es un traidor pero no quiero entrar en detalles porque como dije llevo prisa, así que dime ¿Qué te dijo? ¿Él está bien? ¿Te dijo algo sobre mi embarazo?— preguntó molesta.

Megumi negó con la cabeza.
—Se notaba algo triste y cansado— suspiro —Y No me dijo nada sobre tu embarazo. Solo me dijo que ustedes dos habían decidido tomarse un tiempo por una cuestión sobre su relación, pero no me dio más detalles— miro seriamente a su familiar— Tampoco yo no quise cuestionarle si ese motivo de su separación se debía al bebé que ustedes dos están esperando. Esto porque aún no se si ya pueda preguntarle directamente a él y más por como tú me lo pediste, no he hablado de esto con nadie y mucho menos con él hasta que tú me des permiso... tampoco quiero que tú me des una paliza por abrir la boca—

Maki suspiro por esas palabras.
—Bueno, mínimo tu estas cumpliendo tu promesa de no decirle a nadie sobre mi embarazo — comento sobando un poco su vientre, el cual no se notaba por la bultosa sudadera que llevaba puesta. Así que su vientre paso desapercibido en aquella junta.

—Aun así, sigue manteniendo cerrada la boca un poco más sobre este bebé y como habíamos acordado, tampoco quiero que le digas a Yuta que tu fuiste el primero en saberlo...— Maki miro fijamente al pelinegro.

—Debo confesar que esto de ocultarle este tema a Okkotsu senpai me desagrada— contesto Megumi tajantemente.

Maki gruño por esa contestación, parecía que para nada estaba de buen humor desde que se despertó por esa pesadilla.

—¿Qué Acaso tu tampoco puedes mantener la boca cerrada o mantener una promesa? Ya tengo suficientes problemas con que Yuta haya abierto la boca con Shoko como para que tu vengas a arruinarlo todavía más — soltó muy molesta.

Aquello le dio una pista a Megumi sobre el porque quizás esos dos habían discutido.

—¿Qué tiene que ver Ieiri san en todo esto?— pregunto confundido.

Maki puso los ojos en blanco, de verdad se sentía molesta por tantas preguntas y aquello quizás la estaba empezando a afectar, ya que se sintió mareada por un momento y de paso sintió un leve dolor en su espalda baja y en la cabeza. Pero pensó que solo era el estrés.

—¡Agh! Tiene que ver mucho en esto y más ahora que Yuta le contó a ella sobre que estoy embarazada — soltó el aire con molestia —¡Y yo lo que menos quiero es que todos se enteren aun sobre esto!—

—¿Acaso te avergüenza tu embarazo? — pregunto Megumi con seriedad.

Aquella pregunta resonó en la cabeza de ella, e hizo que de nuevo los recuerdos de su pesadilla sobre "que ella era una vergüenza por estar en aquel estado" vinieran a su presente.

Maki se abrazó un poco, apretando un poco sus manos sobre sus brazos.

Todo aquello lo noto Megumi, quien analizo el semblante de su familiar.

—¿Por qué esa pregunta?— cuestiono con seriedad.

—Por la forma en que evitas el tema y te ocultas y alejas de todos los demás...

—No es eso — Maki titubeo un poco
—Solamente estoy esperando a que pasen las semanas seguras para decirles a todos sobre mi embarazo —

Megumi comprendía que ella tenía miedo, pero sabía que no iba a hacerla entrar en razón fácilmente.

—De acuerdo. Creo que lo entiendo.

—Bueno, si ya no hay más que decir, me retiró ya que tengo prisa — dijo Maki apurada mientras abría su paraguas para salir a la lluvia.

Megumi siguió hablando sin dejarla de mirar seriamente —Deberías abandonar la misión de mañana. No te encuentras en condiciones para pelear—

—¿Qué dijiste?— pregunto Maki con sorpresa. Incluso retrocedió un paso ya que ya había abierto su paraguas bajo la lluvia.

—La misión de mañana suena a que será demasiado peligrosa y por lo que me contó Okkotsu senpai sobre ustedes, considero que...— Megumi fue interrumpido por Maki.

—Suenas igual que ese idiota... Además, recuerda que soy tu superior por un año, así que no vengas a darme órdenes — rodó los ojos.

—¡Es que de verdad pareciera que no estas bien!— comento Megumi con algo de molestia.

—¡Ya les dije que estoy bien! Se que aun puedo pelear por unas semanas más, además esta misión suena importante y de paso interesante. De verdad quiero luchar contra esas cosas antes que ese tifón de mierda toque tierra— contesto molesta — Solo yo sabré si participó en la misión o no, aun así gracias por la preocupación y de paso— volvió a desplegar su paraguas mientras la lluvia caía con intensidad —¡Sigue manteniendo la boca cerrada, sino te pateare el trasero tan fuerte que te dolerá por semanas!

—¡Pero Maki!

—¡Debo irme! ¡Tengo que ir a comprar víveres!— dijo bajo la lluvia mientras empezaba su marcha algo apresurada.

Megumi solo suspiro al verla partir. De verdad ella era terca.

—Qué mujer tan problemática...


Mientras tanto, a las afueras de Tokio

02:15 p.m.

—Por favor contesta...— susurro Yuta mientras escuchaba como aquella llamada telefónica era desviada a buzón.

La comunicación parecía que ya empezaba a fallar por aquella región.

El hechicero colgó y miró la hora en la pantalla de su celular. Sabía que la tarde estaba avanzando rápidamente, así como lo rápido que estaba avanzando aquella tormenta.

Yuta ya había concluido con su misión. La cual había sido exterminar una deidad local que estaba provocando estragos en la carretera principal, la cual ya iba a ser cerrada por protección civil para evitar accidentes por el tifón.

En aquel momento, volvió a tratar de comunicarse con Maki. Él estaba preocupado por ella y más que ya casi pasaba una semana desde que habían discutido y todos esos días, ella no le dirigía la palabra cuando se encontraban en la academia o cuando trataba de comunicarse con ella.

"El número que usted está marcando, se encuentra incomunicado por el momento... por favor trate de comunicarse más tarde"—Decía aquella voz mecánica.

Yuta suspiro y guardo su celular en el bolsillo de su pantalón. Se habían quedado sin señal.

De verdad él pobre se sentía con una extraña preocupación.

Simplemente quería escuchar la voz de Maki. Quería saber si ella y su bebé estaban bien, quería saber si estaba comiendo bien y sobre todo, si estaba siendo precavida con esta situación. Sobre todo, quería saber si ella estaba en casa y si tenía lo necesario para pasar estos días de encierro. O mínimo quería saber si no estaba haciendo algo imprudente y si ya había pensado en su situación marital.

Yuta estaba admirando tristemente aquel paisaje gris, donde las nubes cubrían las montañas a lo lejos y la lluvia solo se escuchaba caer con fuerza contra su paraguas.

—Quizás yo tengo la culpa de todo esto— se lamentó mientras seguía mirando el paisaje.

Eso hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos.

—Señor Okkotsu ¿Se va a quedar en el refugio de esta zona o quiere volver a Tokio? — pregunto un asistente que también se cubría de la lluvia con un paraguas negro, ambos se encontraban a fuera de una residencia que servía como punto de reunión de aquel pueblo.

Yuta suspiro un poco —Quiero que me lleves a Tokio, debo estar allá por si me necesitan — dijo subiendo en aquel auto negro que estaba estacionado.

—Muy bien, en seguida lo llevare a la ciudad, espero lleguemos con bien ya que estaba escuchando que las calles estaban siendo cerradas por la tormenta— contesto el asistente subiendo al auto.

—¿Gusta que pasemos a algún punto antes de llegar a la ciudad? O ¿Quiere que lo lleve directamente a su casa?— pregunto el asistente mirándolo por el retrovisor.

Yuta suspiro un poco. Aun no podía ir aún a su hogar.

—Solo llévame a la academia por favor — comento desviando la mirada a la ventana.

—Como usted diga señor. Si bien nos va, antes del anochecer ya estaremos en la ciudad— comenzó a conducir aquel asistente.

Una vez se pusieron en camino, Yuta trataría de volver a marcarle a Maki. Pero era inútil, se había quedado sin señal por completo.

Durante el trayecto hacia Tokio, Yuta no dejaría de pensar en la discusión que él y su aún esposa habían tenido exactamente una semana atrás.

De verdad se culpaba por haber roto esa promesa, pero simplemente lo hizo por amor y por temor a que algo le pasara a ella y a su hijo.

—Nadie te prepara para ser padre...— se dijo mentalmente mientras seguía mirando el camino por aquella carretera y la lluvia empezaba a tomar fuerza.

—¿Cuando un hombre realmente se convierte en padre?— pensó en aquella pregunta mientras veía las gotas caer en su ventana y su aliento empañaba aquel vidrio donde tenía su cabeza recargada, sus ojos se llenaron un poco de lágrimas.

Recordó el momento en que Maki le dio aquella noticia. Había sentido una inmensa felicidad, una que no se podía comparar con ninguna otra buena noticia antes recibida.

El pobre se preguntaba si él de verdad sería un buen padre. Quería ser un buen hombre para su bebé y más que él no tenía una figura paterna a la cual tomar de ejemplo y más que aún su propio padre lo seguía rechazando.

También por su mente cruzó la idea de que quizás, si él tan solo hubiera sido más precavido aquella noche, quizás ese bebé nunca hubiera sido concebido.

Sobre todo, porque en el tema de los anticonceptivos, Maki se había rehusado a usar hormonales por todos sus efectos secundarios. Y Yuta respeto esa decisión y él estuvo de acuerdo en que él usaría condón la mayoría de veces.

Pero en alguno de esos encuentros íntimos simplemente se dejaban llevar por lo que sentían y por el calor del momento y ahí tenían la consecuencia.

Ese era un bebé no planeado pero que de cierta forma, si era deseado y querido por él... aunque realmente sentía que Maki no sentía lo mismo.

—Si tan solo yo... hubiera sido más precavido y hubiera mantenido la boca cerrada en todos los aspectos... nada de esto estaría pasando...— susurro.

Cargaba con la culpa y hasta sentía los hombros pesados por todo ese cúmulo de emociones.

Yuta siguió pensando en todo lo que lo abrumaba por un rato más, hasta que se quedó dormido recargado en aquel asiento.


04:50 p.m.

La ciudad era un caos y Maki lo comprobó en aquella tienda de conveniencia y por lo lleno que iba la línea del metro.

Demasiada gente yendo y viniendo bajo aquella lluvia, tratando de llegar lo antes posible a casa por el miedo al tifón.

Pero afortunadamente, Maki llegó a casa antes de que aquel toque de queda fuera anunciado, pero eso no le quitaba el hecho de que había llegado un poco empapada, de mal humor tanto por la situación como por las hormonas y de paso se sentía muy pero muy cansada.

Dejo por un momento en el suelo sus bolsas donde llevaba sus víveres para los siguientes días que pasaría en casa una vez terminara su misión de mañana.

Y mientras buscaba la llave de su departamento, su vecina de enfrente, una mujer de la tercera edad salió a saludarla.

—Hola Okkotsu san, ¿Preparándote para el tifón?— pregunto la señora amablemente mientras veía a Maki con sus bolsas en el suelo y las manos ocupadas buscando la llave en su bolso.

—Así es, es mejor estar prevenidos en estos días por el tifón y dígame señora Kimura ¿Usted también ya está prevenida? De preferencia será mejor que se quede en casa, afuera está lloviendo demasiado — comento Maki dándole un rápido vistazo a esa mujer ya que por fin había encontrado su llave y se disponía a abrir aquella puerta.

—Si, hace rato vino uno de mis hijos a traerme provisiones para estos días.

—Qué bien señora Kimura— Comentó Maki con una leve sonrisa, la cual se desvanecería con lo siguiente que diría esa mujer.

—Y por cierto Okkotsu san, no he visto a su esposo ¿Se encuentra todo bien? También quería preguntarle si usted se encuentra bien, ya que la he notado un tanto diferente...— pregunto la anciana con curiosidad mientras veía como Maki abría la puerta de su departamento y metía sus cosas a toda prisa.

—Él está bien, por el momento salió fuera de la ciudad pero supongo que regresara en estos días una vez pase el tifón— fingió una sonrisa — Y no tiene por qué preocuparse, yo ando de maravilla, quizás sea el estrés de mi trabajo lo que hace que me vea más cansada— dijo nerviosamente queriendo ya cortar aquella conversación
—Ahora, Si me disculpa, debo encargarme de unas cosas. Con permiso — Respondió Maki tratando de no escucharse grosera con esa mujer y entrando rápidamente a su casa.

Una vez cerró la puerta tras ella, soltó un suspiro de cansancio.

—Esa mujer sí que es muy curiosa...— dijo mientras se quitaba su sudadera y de paso su camiseta que traía puesta ese día hasta quedar en su sostén deportivo. Le había llegado un bochorno y sufría por aquel calor corporal que la ponía de mal humor.

Se observó con detenimiento y pudo percatarse que su embarazo ya se notaba más que la semana pasada.

Suspiro un poco y acarició su vientre sintiendo como su bebé se movía un poco.

—Quizás mañana sea nuestra última misión...— comento mientras se acercaba a la cocina para guardar todos los víveres y la comida que había comprado.

Después de unos minutos de estar acomodando las cosas en la alacena y refrigerador, Maki sintió como la intranquilidad la invadía de nuevo, al igual que otra vez empezó a sentir un leve dolor por todo el cuerpo, así como lo había sentido en la madrugada al despertar de aquella pesadilla.

Maki rápidamente se fue a sentar al sillón.
—Eso solo fue un mal sueño... solo eso... ellos ya no pueden hacernos daño...— se dijo a sí misma respirando profundamente ya que también se sentía algo mareada.

—Debe ser el estrés de mañana lo que me trae así de ansiosa — saco algunas cosas de su bolso, entre ellas su celular.

Al revisar su celular notó que tenía una llamada perdida de Yuta, la cual había sido hecha casi dos horas atrás.

—¿Debería comunicarme con él? Me pregunto si tu padre estará bien — dijo acariciando su vientre, pensaba en que quizás debería dejar de lado su enojo y hablar claramente sobre lo que había pasado.

En parte Maki ya había reflexionado un poco sobre todo lo ocurrido, pero su orgullo sí que era fuerte.

Apretó sin pensar el botón de llamar, sentía el corazón latir muy rápido al escuchar el primer timbre.

Aquello le trajo recuerdos de cuando Yuta estaba en África, y ambos se marcaban por teléfono cuando la noche ya había caído en Japón.

Sonó el segundo timbre, y ella siguió recordando cuando escuchaba su alegre voz por aquella bocina decir su característico "¡Hola Maki san!"

Sonó un tercer timbre y esperaba que esa frase típica de él se escuchara por esa bocina, pero no fue así.

"Lo sentimos, el número que usted está marcando se encuentra incomunicado por el momento. Favor de marcar más tarde"—Dijo aquella voz computarizada.

—¡Baka!— soltó molesta mientras colgaba y con su otra mano seguía acariciando su vientre.

—¡De seguro tu padre debe estar divirtiéndose en su misión, de la cual no me dijo nada!— gruño molesta — ¡Como lo odio!—

Después saco las demás cosas que tenía en su bolso, saco su libreta boshi kenkou techou y al tomarla entre sus manos, de esta salió la tarjeta de presentación que Shoko le había dado.

Maki la recogió del suelo y miró el nombre y el número de aquella Ginecóloga obstetra.

Tenía la tentación de comunicarse con ella y pedirle una cita para después que pasara el tifón.

Pero en aquel momento, su hambre era más grande que sus ganas de volver hacer una llamada, así que guardo aquella tarjeta de presentación dentro del cuadernillo y lo volvió a meter a su bolso.

Tomo su celular, se dirigió a la cocina y mejor se puso a hacer su cena, para después tomar un baño e irse a dormir.

Aunque las pesadillas la seguirían atormentando aquella noche.


08:00 p.m.

Yuta ya se encontraba en la ciudad. Más específicamente se encontraba en la academia, a la cual tardaron demasiado en llegar debido a los caminos y carreteras que ya estaban cerradas.

Después de que llego de su misión, fue a tomar un baño para después dirigirse a la cocina de la academia, esto para hacerse algo de cenar e irse a descansar porque sabía que mañana sería un día muy pesado para todos.

La lluvia seguía cayendo con intensidad, incluso fuera de la academia todo estaba oscuro y los fuertes vientos hacían retumbar las ventanas, aquella institución parecía estar vacía en aquel momento por la soledad que se sentía.

Mientras más se acercaba al comedor de aquella academia, a Yuta le llamo la atención el llanto de un niño.

Yuta se puso a buscar con cautela por debajo de las mesas para descubrir de dónde provenía aquel ruido y para su sorpresa se encontró con Takeru llorando, ese niño estaba muy asustado mientras estaba escondido bajo una de aquellas mesas.

—¿Takeru?— pregunto Yuta con sorpresa.

Aquel niño rápidamente se levantó y corrió hacia él mientras lloraba muy asustado.

—¡Tengo miedo tío Yuta!— sollozo.

—¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Gojo sensei? ¿Y tu madre?— pregunto mientras se ponía de cuclillas.

—Mamá está en casa, pero— sollozo— este día me iba a quedar con papá, el cual dijo que me llevaría con ella una vez regresara, pero— limpiaba su nariz con su manita pero sus ojos seguían llorando — él aún no llega y tengo mucho miedo, está lloviendo demasiado fuerte y he estado solo toda la tarde ya que todos están ocupados — se soltó a llorar más.

Yuta suspiro y le acaricio el cabello.
—No debes porque preocuparte, ya estoy aquí y yo te cuidare mientras llega tu papá ¿De acuerdo?— sonrió un poco.

Takeru solo hizo un si con la cabeza mientras seguía llorando y moqueando.

—¿Tienes hambre? — pregunto poniéndose de pie mientras Takeru de nuevo solo le respondía haciendo un si con la cabeza mientras trataba de tranquilizarse.

—Ven, vamos a hacer algo de cenar—dijo Yuta con una sonrisa y le dio la mano a Takeru, quien lo siguió a la cocina.


08:55 p.m.

Ambos pasaron un agradable rato mientras cenaban unos hot cakes que Takeru había pedido. Por suerte tenían los ingredientes justos para hacer aquella cena.

—¡Esto esta delicioso! — dijo Takeru con una gran sonrisa. Para ese momento ya estaba mucho más tranquilo y comía su tercer hot cake.

—Me alegra que te gusten, he estado practicando un poco de cocina — dijo Yuta con una leve sonrisa mientras se llevaba un bocado más a la boca. Aunque frente a Takeru fingía estar bien, ya que se le seguía notando triste.

—Sabes tío Yuta — empezó a decir Takeru con la boca llena —A veces me gustaría que tu fueras mi papá — soltó aquel niño sorpresivamente mientras terminaba de comer.

Aquellas palabras dejaron algo impactado a Yuta.

—¿Por- Por qué dices eso?— aquella pregunta apenas y salió de su garganta.

—Por qué tu si me prestas atención, pasas tiempo conmigo y sobre todo, tu si juegas conmigo. No como mi papá que muchas veces está ocupado y casi no pasa tiempo conmigo, a veces no lo veo hasta la noche— Suspiró Takeru haciendo un puchero — a veces creo que él no me quiere y quiere más al bebé —

Yuta pensó que quizás aquello podría ser la etapa de celos de hermano mayor.

—Yo sé que Gojo sensei te quiere mucho, desde antes de que tu nacieras, él siempre te ha querido, de eso estoy seguro— contesto con una sonrisa.

—¿En serio? Por qué no lo parece...— dijo Takeru con un puchero.

Yuta soltó una leve risita.
—Gojo sensei podría parecer un mal padre, pero yo sé que él te quiere mucho, tanto a ti como a tu hermanito, él se preocupaba mucho por ti y por tu mamá desde que se enteró que tu ibas a nacer, incluso fue capaz de ir contra todo mundo con tal de protegerte porque— suspiró un poco — Por qué eso es lo que hace un padre...— su rostro se tornó un poco triste porque el sentía que estaba fallando en eso.

Takeru noto aquel triste respiro de su tío. Recargo sus codos en la mesa y su rostro en sus manitas.

—Yo sé que tu serás un buen padre, Tío Yuta— dijo Takeru con una linda sonrisa.

Aquella respuesta sorprendió a aquel adulto. Quien lo miró aguantando las lágrimas.

—¿Tú crees que seré un buen padre?— preguntó señalándose a sí mismo.

Takeru afirmo con la cabeza.
—Sip — mostró una gran sonrisa.

Aquellas palabras le dieron un poco de consuelo en aquella tormenta.

Ambos terminaron de cenar y Yuta paso un largo rato jugando con Takeru hasta que ambos cayeron dormidos.


06 de Julio

02:00 a.m.

La lluvia seguía cayendo con intensidad, el viento soplaba fuertemente y la madera se escuchaba crujir.

Yuta y Takeru se habían quedado dormidos en una sala cerca del comedor.

Los ruidos de unos pasos fueron lo que despertaron a Yuta. Quien despertó observando como Satoru había llegado a aquel lugar, se quitaba su suéter y con el cobijo a su hijo, quien dormía profundamente en el sillón.

—Veo que se divirtieron un poco — dijo Gojo en voz baja mientras se sentaba a un lado de su hijo.

—Algo así, Cuando llegué de mi misión, encontré al pobre Takeru todo asustado debido a que se había quedado solo aquí en la academia — comento Yuta mientras movía un poco los hombros ya que se había quedado dormido sentado y se sentía entumido.

Satoru se quitó la venda de los ojos.
—Imagino, todo el mundo esta super ocupado en este momento, incluso los asistentes escasean y por eso Takeru se quedó solo y nadie pudo llevarlo a la casa de Utahime — suspiro mientras acariciaba el cabello de su hijo —Mi misión se atrasó demasiado debido a las fuertes lluvias y ni se diga el llegar aquí— subió las piernas a la mesita que separaba los sillones.

—Hay caminos cerrados por todos lados, supongo que Utahime se va a molestar demasiado cuando Takeru le diga que se quedó solo — suspiró —¿Y tú? ¿Por qué no fuiste a casa? He notado que ya llevas varios días aquí —

Yuta soltó el aire de manera pesada por esa pregunta.
—Bueno... es que...Maki no quiere verme en este momento y tampoco me habla así que, mejor decidí venir a la academia y supongo que fue mejor idea venir aquí para así poder cuidar de Takeru— contesto con tono triste mientras se pasaba las manos por el rostro.

—¿Huh? ¿Problemas en el paraíso?— pregunto Gojo con una sonrisa que reflejaba curiosidad.

—Algo así, esta relación parece que está colgando de un hilo y supongo que es por mi culpa...— contesto Yuta con un suspiro.

—¡Oh lo entiendo!, cuando el amor pende de un hilo, a veces es mejor tomarse un tiempo para analizar la situación y más cuando ellas tienen su mal genio, Maki y Utahime tienen eso en común jeje— rio muy levemente.

Aquella risa acabo en un suspiro —Pero puedo decirte que esto también viene de familia— contesto Gojo mientras estiraba los brazos hacia arriba para después pasar sus palmas por detrás de su nuca — Inclusive hay registros que señalan que Sugawara tuvo problemas matrimoniales con su esposa, así que si terminas divorciándote, considera lo como parte de la maldición familiar— dijo soltando otro suspiro.

—Eso no sirve de consuelo...— comento Yuta en voz baja.

—Lo sé. Soy malo dando consejos, ya me lo han dicho— dijo Satoru mientras veía dormir a su hijo y seguía acariciando su mejilla como lo hacía cuando Takeru era un bebé.

Gojo miraba con mucho cariño a su hijo. Tenía un brillo especial en sus azules ojos.

Aquella escena la admiro Yuta con curiosidad.

—¿Es muy difícil?

—¿Qué cosa?

—Ser padre... ¿Es difícil ser padre?— pregunto Yuta mirando aquella escena.

—¿Oh? Y ¿A qué viene esa pregunta? ¿Acaso tu y Maki ya están esperando un bebé? ¿Acaso ya voy a ser tío?— pregunto Gojo con mucha curiosidad.

Yuta suspiro con desánimo, mientras bajaba la mirada. —Aún no lo sabemos...— mintió.

—Entiendo, Bueno— Gojo comprendió aquella señal —La respuesta corta es un gran SI, si es muy difícil.

Aquella respuesta desaliento demasiado a Yuta.

Gojo siguió hablando en voz baja mientras seguía admirando a Takeru dormir.

—Ser padre para nada es lo más fácil del mundo y mucho menos para nosotros los hechiceros, quienes tenemos una vida muy cercana a la muerte.

Yuta suspiro al escuchar eso, parecía muy desanimado con esa respuesta y eso lo noto Gojo, quien decidió elevarle un poco los ánimos.

—Pero tampoco es lo más complicado, tiene sus cosas buenas como tener un mini tu corriendo por ahí, disfrutar de algunas de sus etapas, escucharlo llorar por primera vez, verlos gatear y luego caminar para después ir corriendo detrás de ellos y escucharlos decir sus primeras palabras, son esas pequeñas cosas que dices "valen la pena" mientras los ves a sus ojitos y tomas sus pequeñas manitas— dijo Gojo con una gran sonrisa.

Aquello movió un poco los sentimientos de Yuta, quien se atrevió a preguntar un poco más.

—Gojo sensei... ¿Tú que sentiste cuando te enteraste que ibas a ser padre?

—¿Qué que sentí? — aquella pregunta sorprendió un poco a ese hechicero.
—Bueno con Takeru sentí que mi cerebro dejó de funcionar por un segundo, después reaccione con demasiada felicidad que termine presumiendo a todo mundo dentro de un centro comercial que sería padre, lo mismo me paso con mi segundo hijo...— su voz se apagó un poco ante tal recuerdo —Estaba lleno de emoción porque sería padre una segunda vez... pero a ese bebé nunca pude escucharlo llorar y mucho menos lo escuchare reír—

—Lo siento por su perdida...— se disculpó Yuta con voz muy triste al ver el semblante que tenía Gojo al recordar a su segundo hijo.

—No debes porque disculparte, a veces las cosas pasan de una forma inesperada, pero eso nos ayuda a ser más fuertes y las perdidas siempre nos dejan un aprendizaje — comento con una voz muy tranquila, aunque aquel tema le dolía, pero siempre trataba de actuar como el más fuerte.

—Y con este tercer bebé que viene en camino, debo confesar que tengo sentimientos encontrados ya que fue algo que se dio inesperadamente, es un bebé que vino de sorpresa, no planeado pero que es de una u otra forma, deseado — comento Satoru jugando un poco con su venda negra entre sus dedos.

Yuta se sintió identificado con esas palabras porque así sentía a su bebé, que era una sorpresa completamente inesperada.

Satoru siguió hablando mientras veía a Yuta
—Una vez que te enteras que serás padre, puede que te llenes de alegría porque por instinto querrás tener descendencia. — Apunto a su cabeza. —Pero una vez lo piensas con la cabeza fría, te llegan mil miedos y preguntas por ese pequeño ser que lleva parte de tu sangre.

Empezó a enumerar con sus dedos.
—¿Acaso nacerá bien? ¿Y si el parto se complica? ¿y si el embarazo es de alto riesgo? ¿Y si alguien intenta matarlos? ¿Y si le pasa algo a mi mujer? ¿Será un bebé con energía maldita o sin ella? ¿Qué técnica heredará? Y miles y miles de preguntas más vienen a tu mente y te llenas de miles de miedos que a veces te quieren orillar a Huir. Los hombres podemos salir corriendo y renunciar a ser padres y nadie diría nada, pero ellas, renuncian a su maternidad y la sociedad querrá comérselas vivas por tener ese pensar.

—¿Sensei, tu alguna vez pensaste en huir mientras Utahime sensei estaba embarazada?— pregunto Yuta con curiosidad por eso último.

Él no pensaba en huir pero a veces sentía que todos esos pensamientos lo terminarían orillando a hacerlo.

Satoru estiro los brazos una vez más para después llevar su mano a su frente y sobar el puente de su nariz.
—La verdad si, pensé en huir más de una vez al pensar que no sería un buen padre ¡Pero!

Su rostro se ilumino ante lo que parecía ser un recuerdo.
—Pero una vez ves ese pequeño vientre abultado y sientes esos movimientos a través de la piel de ellas, dices; Realmente quiero esto. Realmente quiero ser padre.

—Siento que entiendo eso último — dijo Yuta con una leve sonrisa al recordar cómo se veía Maki con su apenas vientre abultado.

—Si, ver ese pequeño vientre en irse convirtiendo en uno más grande te llena de ilusión, pero también vienen todos los caóticos cambios— comento Gojo moviendo las manos simplonamente.

—¿Qué trata de decir con eso? — Pregunto Yuta levantando un poco las cejas.

—¡Me refiero a sus cambios de humor!— Satoru hizo un puchero.

—Te preguntaran mil veces ¿Me veo muy gorda? Y tú ahí debes de ser sutil— comento moviendo las manos — Siempre debes decirles que se ven muy hermosas, porque si no, serás hombre muerto — hizo una seña con su mano a su cuello.

Aquello hizo que Yuta tragara saliva.

—Sus cambios de humor serán extremos, un día estarán muy alegres y al otro solo explotaran cual bomba al más mínimo toque— Siguió moviendo las manos.

—Tienen antojos de a montón, a veces sus antojos serán super raros y como deber de padre debes ir a conseguirlos, aunque sean las tres de la mañana o debas cruzar medio país para conseguir aquel antojo— Satoru suspiro un poco, parecía tener un pequeño mal recuerdo que su sonrisa se desvanecería completamente.

—Y muchas veces sufrirás al verlas ponerse muy mal con todos sus síntomas y en caso que el embarazo se complique, te sentirás super frustrado. Sobre todo ellas pueden sufrir demasiado con los ascos y vómitos... ellas pueden vomitar demasiado, incluso hasta el final del embarazo siguen vomitando— comento eso último con una leve sonrisa moviendo sus manos.

Pero esa sonrisa duró muy poco, su cara se veía muy seria de nuevo.
—Y ni se diga en el momento del parto. Ese momento es el más crucial donde como padre, sufres porque si algo sale mal, puedes perderlos a ambos... si es que no pasa una tragedia antes como el perder a tu hijo...— dijo con demasiada seriedad.

Aquello hizo que Yuta suspirara y arrugara demasiado la frente. Se sentía mal por todo lo que Maki iba a pasar en los siguientes meses. Sus manos fueron a su rostro. Sentía culpa de haberla embarazado.

Satoru suspiro al ver la reacción de Yuta, y su rostro se ilumino con una sonrisa.

Después miro sus manos, era como si cargará un bebé —Pero una vez tu hijo nace y lo sostienes por primera vez en tus brazos, puedes llegar a sentir una emoción inexplicable— miro a su hijo dormido.

Yuta lo miró hacer aquel gesto y después miro como Satoru miraba con cariño a su hijo y le acariciaba el cabello.

—Cuando realmente amas a una mujer siempre estarás ahí para ella. Sea con su mal humor o con sus días llenos de estrés por el embarazo, lo mejor que como hombres podemos hacer es seguir a su lado y apoyarlas en todo.

—Entonces ¿Realmente cuando un hombre se convierte en padre?— Yuta preguntó mirándolos.

Satoru dirigió su vista hacia él. —Eso depende de ti, en si ya te sientes como un padre o te sentirás como uno solo hasta que cargues por primera vez a tu hijo... solo tú puedes responder a esa pregunta, Yuta—

Regreso su vista a su hijo, quien parecía ir despertando, ya que movió sus brazos y poco a poco iba abriendo sus ojos.

Yuta se quedó pensando en todo eso. De una u otra manera él ya se sentía como un padre desde que se enteró de aquel embarazo.

—¿Papá?— pregunto Takeru con sus ojos a medio abrir.

—Buenas madrugadas campeón— acaricio sus mejillas —Papá ya está aquí — comento abriendo los brazos para que Takeru lo abrazara.

Cosa que ese pequeño así lo hizo, se levantó con cuidado de donde estaba acostado y se abrazó a su padre.

—Ven Takeru, vamos a descansar — dijo Satoru dándole un beso en la frente a su hijo, quien volvió a cerrar sus ojos.

—Te quiero papá, pero no vuelvas a dejarme solo...— susurro medio dormido.

—Yo también te quiero campeón y perdón por haberme tardado, sabes que siempre vere la forma para regresar a ti— susurro Gojo con una sonrisa mientras se ponía de pie.

Takeru puso su cabeza en el hombro de su padre para seguir durmiendo mientras Satoru lo cargaba entre sus brazos.

Yuta observó toda esa escena y de alguna forma, el anhelaba poder abrazar algún día así a su hijo.

—Gracias Gojo sensei por responder a mis preguntas, creo que ya sé que debo hacer — contesto Yuta con una leve sonrisa.

—No hay de que. Para eso está tu maestro y familiar favorito— respondió mientras usaba su suéter para arropar a su hijo.

Satoru antes de dar un paso más para salir de aquella sala, se giró hacia Yuta
—Yo sé que tú y Maki serán unos buenos padres, solo espero que pronto nos den la noticia — comento con una gran sonrisa de oreja a oreja, de verdad le emocionaba la idea de ser tío.

—Gra... gracias, eso es-espero— Yuya Tartamudeo levemente mientras llevaba su mano hacia su nuca.

—¡Ah y una cosa mas! — Gojo siguió hablando mirando a Yuta, ahora su rostro parecía más serio de lo normal.

— Y Suponiendo que ustedes dos no se han hablado en todo el día, es mi deber informarte sobre que más tarde ella estará en una muy importante y pero peligrosa misión.

—¿Misión? ¿Cuál misión? ¿Y Con este Tifón?— Yuta se puso de pie inmediatamente. Aquello de verdad lo tomó desprevenido y de paso le preocupo que Maki fuera a participar en algo tan peligroso.

—La misión se llama "Ojo de tormenta", puedes pedirle a Ijichi que te pase toda la información. Lo ideal será que tu también estés ahí para que cuides de Maki— su voz era muy seria.

—Para nada esta misión será fácil y más que estaremos luchando contra maldiciones nacidas del miedo hacia la naturaleza, así que prácticamente la lluvia puede jugar en nuestra contra, así como nuestras emociones. — comento Satoru mirando hacia la ventana y viendo como la lluvia caía a cántaros bajo esa oscuridad.

Yuta trago saliva ruidosamente al escuchar aquello. Sus manos se hicieron puños, estaba demasiado preocupado.

—Como dije, lo ideal será que tú también estés en esta misión. Es por eso que te aviso de una vez que a las 7 a.m. partiremos al centro de Tokio, así que ve y descansa un poco, que en unas horas nos espera una misión muy mojada— comento Gojo dando unos pasos hacia la salida de ahí para dirigirse a los dormitorios.

Yuta respiro profundamente, aquel si parecía un buen consejo por parte de Satoru. Él debía proteger a Maki y a su bebé a cualquier costo, aunque eso significará que ella se enojará con su presencia.

Pero las cosas tendrían un giro inesperado.

Maki nunca llegaría a la misión y una llamada telefónica haría que Yuta se moviera bajo aquella lluvia contra reloj.


Próximamente...

—¡Maki nunca llego! ¡Y No sabemos dónde está!— grito Megumi todo preocupado.

La lluvia los empapaba a ambos. El tifón había tocado tierra mucho antes de lo pensado y el agua empezaba a subir rápidamente en aquel lugar. Debían abandonar esa zona.

El celular de Yuta vibro con desespero.

—¿Señor Okkotsu?— comento la voz de una mujer al otro lado de la bocina.

—¿Si quien habla?— pregunto algo asustado. Tenía un mal presentimiento.

—Hablo del hospital, es sobre su esposa...

Continuara


Notas:

Espero les haya gustado este largo capitulo, una disculpa si en algún momento los aburrió, pero la verdad no quería dividirlo en dos partes.

¿Qué les está pareciendo este fic?

Bueno, el siguiente capitulo quizás ya sea el penúltimo o quizás el ultimo del verano, esto para ya darle comienzo al otoño. Mi estación favorita ❤️

Debo admitir que el verano siempre se me ha hecho una estación muy turbulenta con demasiados subes y bajas, así como lo ha tenido Maki en este primer trimestre.

Pero no se preocupen, ya en el otoño las cosas van a cambiar y poco a poco empezaran a mejorar.

Y cuéntenme, ¿Ya están emocionados por mañana ya empezar a ver el arco de Shibuya? Yo la verdad no estoy lista para verlo animado. Aun así, lo voy a disfrutar.

Sobre el título de este capítulo, pensé en este como el momento o la calma antes de que se venga lo difícil, de ahí que se llame "ojo de tormenta"

Bueno, nos seguimos leyendo ❤️

Pd: si me van a ofender, háganlo por mensaje privado a mi twitter Vera1794