En el fondo de la habitación, una melódica sinfonía empieza a tocar, seguida de una nube de polvo rosa con brillitos...

La música se intensifica... Y de la nube aparece...!

Su escritora.

Osea yo!

*Se ralla el CD*

Ok no. Me calmo.

Como han estado? Yo bien, con unos que otros inconvenientes y aja, pero todo bien.

Hemos llegado al episodio en donde todo dara un giro inesperado, ya decidiran ustedes si para bien... O para mal... Se revelaran cosas que no se han revelado aun y algo que posiblemente empeore o mejore la situacion de los actuales Arcanos.

Además...

Se vienen los tres duelos que tanto esperaban, y ya veran quiénes seran los duelistas en esta ocasion. 7u7

Ahora si, volvamos al capítulo.

Disclaimer: Miraculous: The Tales of Ladybug and Chat Noir pertenece a Thomas Astruc y Jeremy Zag. La idea, trama y personajes son de mi completa autoria. Personajes adicionales pertenecen a sus respectivos dueños.

Advertencia: Posibles horrores gramaticales. Temas sensibles. Racismo. Clasismo. Homofobia. Posibles insinuaciones. SPOILERS!

Aclaraciones: Este es un universo ficticio, todo es ficticio... Salvo mi historia ;)

Inspiración: Tarot. Arcana. Jojo's Bizarre Adventure. Sakura Card Captor. Digimon (En menor proporción)

Comencemos.


Vigésimo Novena Carta

Vis a Vis Pt.1


"El hombre que se levanta aún es más grande que el que no ha caído".

Concepción Arenal


Mansión Agreste...


La reunion había salido de maravilla, todo había sido un rotundo exito. Las negociaciones para una futura colaboración habían salido con el viento en popa, Gabriel se hallaba mas que complacido con la idea de crear una colección de Haute Couture con la ahora, ya no anonima diseñadora.

-Las propuestas por su parte sin duda son excelsas, Señor Agreste.- Complació Bridgette sonriente.

-Me alegra el saber que mis ideas son de su agrado.- Regresó esté- Esta colección sera sin duda algo maravilloso.

-Claro que si, Señor Agreste.

La presencia de Bridgette habia hecho algo en el ambiente de la habitación, no se sentía tenso sino, mas bien, pesado. El simple hecho de ser Etteila, la portadora con mas Arcanos, generaba en el una especie de miedo y sentimiento de anticipación.

Y sabía sentir eso al ver a los involucrados en la habitacion. Nathalie estaba mas callada de lo usual. Felix se notaba tenso, como una fiera intimidada. Y Amélie parecía normal, salvo por el constante jugueteo con sus manos.

-Sabe? Es no fue unica razon por la cual pedí esta pequeña audiencia con usted, señor Agreste.- Giró su postura a la diseñadora, quien muy tranquila, terminaba de beber su té.- Se de antemano que usted, tiene varios asuntos conmigo...

Notando el tono insinuante con el que le habló, Gabriel se recompuso en su asiento y le respondió.

-Eso es cierto, señorita. Pero hubiera sido una falta de respeto el tocar ese tema sin su consentimiento.- Vió a Bridgette sonreir y bajar su taza.

-En ese caso, no veo la razón por la cual debamos seguir postergando ese asunto.

Y como si de una invocación se tratara, los dos entes de Bridgette, Orikko y Antty, se revelaron ante los presentes de la habitación brillando orgullosamente con sus marcados colores.

El mensaje se entendió al instante, y en un parpadeo los otros tres entes estaban manifestados dentro de la habitacion. Dussu, Nooroo y Leeon.

-Pensé que nos llevaría tiempo el finalmente tocar ese tema con usted.- Reveló Nathalie despues de varios minutos de silencio.- Etteila...

-Por favor, señorita Nathalie. Ese tema para mi, es de todos los días. No se hubieran cohibido en decírmelo en un principio.- Informó la diseñadora.

-En ese caso, ya no hay necesidad de seguir fingiendo.- Intervino Félix serio, dejando de lado su intimidada postura frente a Bridgette.

-Bien, de ser así... Díganme, que preguntas le tienen a Etteila?

Esa era la oportunidad que estaban esperando. No pensaba desaprovecharla de ninguna forma. Mirando a todos los presentes en la habitación, apreció como todos asentían en total acuerdo. Debían saber la respuesta a esa pregunta que sus entes en un principio no pudieron responder.

-Quien es el Portador de la Sombra? Quien es su hereje?- Fue directo y al grano. El rostro de la diseñadora paso de ser solemne a uno verdaderamente severo, como si la sola mención de ese tema le causara ira.

-Veo que va sin rodeos, El Mago. Muy bien. Le daré la respuesta que tanto anhela...- Complació esta- La Sombra tiene como portador a un ser cruel y ambicioso, hambriento de poder y capaz de recurrir hasta lo más bajo para obtener lo que desea.

Ante la descripción, la primera persona que se le vino en mente a Felix fue Claudia, pero a los instantes descarto la idea. Claudia era maquiavélica en un sentido arrogante y si la conocia bien, ella jamás sacrificaría algo suyo para alcanzar esa clase de meta.

-Esa persona tiene acceso a todo tipo de información, tiene contactos con personas que uno jamás se imaginó y no le importa herir, perjudicar o sacrificar inocentes para lograr su cometido...- Prosiguió la diseñadora.

-Y quien es esa persona de la que tanto nos describe?- Habló la madre de Felix, tal vez ella no tuviera un Arcano pero estaba al tanto de la situacion gracias a su esposo y a Félix.

-Esa persona responde al nombre de Lila Rossi.

Y como si de un vidrio rompiéndose se tratara. La tensión en aquella habitación terminó por romperse de la forma más abrupta posible.

Amélie se veía desconcertada, era claro que no sabía quien era esa tal Lila Rossi. Los otros tres en cambio, parecían haber visto a la muerte en persona y no se referían precisamente a Plagg.

Gabriel miró a los entes y con la mirada les cuestionó aquello que en un principio no pudieron responderle. Nooroo bajó la mirada apenado, Dussu apretó con fuerza su abanico y Leeon tensó la mandíbula. Gabriel chocó su mirada con la Felix, encontrándose con la impotencia de no haberlo sabido antes, pero cuando la chocó con Nathalie, lo supo muy bien.

Habían cometido un gran error.

-Lila Rossi... Es la Hereje de La Sombra?- Preguntó Nathalie casi con dolor, como si el simple hecho de saberlo le provocara escozor.

-Así es... Lo es desde hace dos años. A tenido a la Secundaria de mi prima comiendo de la palma de su mano, y a hecho su vida un infierno total.- Agradecía sin duda todas las veces que llamaba a Marinette para saber de su estado, la impotencia que sentía contra esa chica por hacerle la vida miserable a su querida prima, sin duda superaba lo racional y agradecía el haber enviado a sus entes camuflados para investigar todo el asunto.- Y tengo entendido que, La Sombra y su talento excepcional para mentir y manipular son los principales factores con el cual ella tiene al Françoise Dupont y quien sabe cuantas otras secundarias bajo su control.

-Con que es esa chiquilla...- Murmuró Gabriel iracundo, sus nudillos se volvieron blancos ante la presión que ejercía, se sentía repentinamente culpable de haberle dado su confianza a esa chica en primer lugar para así vigilar a su hijo y no conforme con eso, le había dado un puesto en su agencia como modelo y no como cualquiera, sino como su musa. De un momento a otro comenzo a sentirse asqueado.

-Nos a estado viendo la cara...- Murmuró Nathalie en las mismas condiciones que Gabriel.

-Y pensar que a estado junto a Adrien todo este tiempo. Cómo es que no lo manipuló como al resto?- La pregunta hecha por Felix llamó la atención de Bridgette, pero no fue ella quien respondió.

-Simple, esta mansión esta repleta de energia Arcana.- Habló el ente del Sol.- La Muerte jamas iba a ser tocado por La Sombra gracias a esa energía.

-Ademas, desde un principio su hijo estaba destinado a Plagg. Y destinado a no ser un títere de esa niña...- Siguió Antty con porte regio.

Esa respuesta llenó de golpe el vacío que se había formado ante la revelación de Etteila. Y ella, aprovechó dicho silencio para llenarlo con su propuesta.

-Entiendo que esto sea un golpe duro para alguno de ustedes.- Miró de lleno a Gabriel y a Nathalie.- Pero si queremos evitar que su influencia se extienda a mayores, debemos cortar esas oscuras alas que le han permitido alzar su vuelo.

-Y que propones, Etteila?- Inquirió Félix curioso.

-Simple. Atacar el problema desde la raíz.- Dijo sin mas.- Lila es como un parásito. Su influencia se aferra a aquello que pueda proveerle suficiente poder, recursos y sobre todo atención. Mientras más poderoso e importante sea su objetivo, más fuerte será su control sobre lo que sea que esa persona tenga.

-Entonces, lo que nos sugieres es que... Acabemos con esa chica?- Soltó Amélie de forma ingenua, obteniendo una mirada casi horrorizada de los presentes, salvo por los entes.

-No necesariamente... La idea es acabar con aquello que le da poder...- Comentó Bridgette severa- La atención.

-Eso no será un problema.- Habló Gabriel sin titubeos mirando a Nathalie.- Comenzaremos con sacarla de la agencia lo más pronto posible y remover su imágen de todas las campañas de la marca.

Sabía lo vanidosa que era Lila, y si acababa con su carrera como modelo también acababa con su conexión directa a su agencia y a su familia.

Y con su ridícula falacia de creerse la Musa de Gabriel.

-Excelente.

Ya la primera fase de su plan estaba por cumplirse, conociendo bien a esa chica, ella no tardará en hacer de todo eso un escándalo y verse como la víctima afectada por la circunstancia pero ya estaba prevenida al respecto. Una pequeña parte de su mente se sentía culpable por idear tales artimañas contra una niña, pero de solo pensar en todas las atrocidades que ella cometió contra Marinette, veía cada acción válida.

-Tengo una pregunta. Etteila.- Habló Amélie rompiendo el silencio.

-De que se trata, Madame?- Respondió saliendo de sus pensamientos.

-Si cumplimos esas peticiones y logramos acabar con esa niña. Que obtendremos a cambio?- Puede que la señora Amélie tuviera el aspecto de una Bimbo extranjera, pero sabía que aparte de los entes, habían otras dos personas quienes tenían el mayor poder dentro del mazo. Etteila y el portador del Mazo. Y el último era el que más le interesaba.

-Lo que cualquier portador o persona interesada en los Arcanos podría pedir. Un deseo...- Fue su respuesta.- Mi prima sería incapaz de quedarse con esos deseos, sabiendo los intereses de quienes la rodean. Sin embargo, yo no soy la más apropiada para tratar ese tema. Yo soy Etteila, no la portadora del Mazo.

-Entonces. Lo primordial sería contactar con la señorita Dupain-Cheng.- Aseguró Gabriel serio- Después de encargarnos de la portadora de La Sombra.

Ahora es que comenzaría su verdadera ofensiva contra Lila.


Panadería Dupain-Cheng...


La invitación a la residencia de los Costellos había subido su ánimo de forma casi automática. Hacía tanto que no pasaba un rato agradable con sus amigos.

Amigos...

Esa palabra caló con fuerza en su mente y su semblante cambio por un momento. Por su mente pasaron todos aquellos buenos momentos que pasó con sus compañeros de clase antes de que Lila llegará a ser tan significativa para ellos al punto de venerarla como una santa y verla y tratarla a ella como la peor escoria de todas. La mayoría ya no era así con ella como antes, y había algunos cuyo concepto de su persona había cambiado por completo después de varios altercados.

Si, puede que Lila tuviera toda esa influencia gracias a la Sombra pero... Y si todo seguía igual después de acabar con la Sombra?

Temía que eso fuera así...

-Tikki...

-Si, Marinette...?

La ente se manifestó delante de ella con porte elegante y delicado, expectante ante lo que su portadora fuera a pedirle.

-Si acabamos con la Sombra... Todo volverá a la normalidad?

Esperó una respuesta pero Tikki permaneció callada y eso preocupó a la azabache. Tikki solía responder sus preguntas casi al instante, pero esta vez no era así.

-Tikki...?

-No puedo dar una respuesta a esa pregunta, Marinette...- Fue la r apuesta de la ente

-A que te refieres, Tikki? Acaso no hay forma de acabar con la Sombra?

-No lo sé...- Su semblante lucía incierto, como el solo hecho de pensar en eso le hiciera sentir mal.- Todos estos eones hemos advertido a nuestros portadores sobre la existencia de La Sombra, pero nunca nos tomaban en serio... Aún si teníamos portadores dignos y puros, estos jamás se interesaron en detener a La Sombra. Todo el asunto siempre era olvidado o ignorado y justo cuando estábamos a nada de acabar con ella, algo pasaba...

-Algo?- No deseaba indagar más en el tema, pero necesitaba saberlo cuánto antes aún si el semblante de su ente le preocupara.- Que era ese algo, Tikki?

-Los deseos...- Marinette no dijo nada, instando a la ente a continuar- Los deseos son los que motivan a las personas a buscarnos, y estos siempre revelan el lado más oscuro de quienes portan un Arcano... Salvo por ella... Marianne...

-La esposa del Señor Fu?- Conocía a la adorable dama que atendía a la tienda donde Nino ayudaba de vez en cuando; por su mente jamás se pasó la idea de que esa dulce viejecita fuera una antigua portadora Arcana.

-Si, se ve que la conoces...

-Digamos que de vez en cuando la veo.- No iba a mencionar las veces en las que ella iba a entregarles su insana dotación de panecillos casi mensual, pero eso ya se lo comentaría en otro momento.- Acaso ella pidió los deseos?

-Solo uno...- Habló recordando la noche en la que todos pensaron haberse desecho de esa Sombra, la misma noche en la que pensaron que por fin podrían estar lejos de las ambiciosas garras de la sociedad que codiciaban sus poderes.- Estar con su amado para toda la eternidad. Para cuando ese deseo se cumplió pensamos que todo había acabado... Pero no fue así...

-La Sombra regresó... Y con Hereje peor que cualquiera...- Concluyó ella ante el silencio de Tikki.

Aprovechando la situación fue directo a su pequeña libreta y se la extendió a la ente, quien dudosa miró su contenido.

Futuros Deseos Arcanos.

1. Cumplir el deseo de la Sra. Barbot. Otorgarle a ella y a su esposo hijos propios.

-Marinette... Que tengo que ver aquí?

-Empezaré a anotar los deseos de los demás portadores. No permitiré que se repita el mismo error.- Dijo ella decidida. Tomando su lápiz y anotando algo sobre el deseo de la Sra. Barbot.

0. Erradicar a La Sombra y sesar su existencia para siempre.

-En serio, Marinette?- La azabache asintió

-Si queremos evitar que todo esto se repita, debemos acabar con el problema de raíz. Y que mejor forma que usando los deseos?

Tikki sonrió ante la idea. En sus eones de vida jamás había visto tanta decisión en resolver el dilema del cual nacían la mayoría de sus problemas. Y si acababan con La Sombra de una vez por todas, significaba una nueva era de paz para Los Arcanos.

-Si... Tienes razón...

No lo sabía. Pero una parte de ella le decía que ese plan podría funcionar...


Apartamentos frente al L'ouvre...


-Ugh! No puedo creer que hayas venido hasta aquí solo para eso!

Frente al gigantesco espejo de su tocador Claudia arrojaba mil y un maldiciones al pelirrojo que yacía en su desordenada cama bien campante y desaliñado despues de su tan activa y fogosa conversación.

-No te hagas. Se nota que lo disfrutaste...- Musito el pelirrojo socarrón desplegado perezosamente en la cama con una fina sabana cubriéndolo, mirando como la pelinaranja le insultaba por lo bajo mientras se miraba en el espejo.- Es mas... Por que no vienes aquí y seguimos donde nos quedamos?- Propuso este pícaro.

-Y dejar que me marques como si fuera una vaca de corral!? Ni loca! Mira nada mas como me dejaste!- Señaló su cuello y clavículas repletas de mordiscos y chupetones.- Y no me hagas hablar de mi trasero! Me costó horas de gimnasio!

-Oh~ Vamos~ Si hace un rato estabas pidiéndome que fuera más duro contigo...- Se acerco detrás de ella pegando su vigorosa erección a su trasero, sorprendiéndola mientras enrollaba uno de sus brazos en su cintura y el otro se dirigía a uno de su senos por debajo de su delicada bata de seda.- O debo recordarte exactamente como gritabas de placer de lo bien que te estaba haciendo sentir... Como me rogabas que siguiera... Que no me detuviera por nada del mundo...

Murmuraba todas esas cosas en su cuello mientras sus manos tocaban libremente a la pelinaranja. Una de sus manos apretó con fuerza uno de sus senos y la otra lentamente descendía por su vientre.

Y justo cuando pensó que la modelo finalmente caería nuevamente en su trampa, unos toques en la puerta interrumpieron sus avances.

-Merda!- Maldijo este en voz baja y Claudia aprovechó para zafarse de su agarre y arreglarse lo mejor pudo.

-Ahem...! Adelante.

La puerta se abrió dejando a ver a cierta castaña que miraba a la pareja con una mezcla entre asco y disgusto.

-Ugh! Genial! Lo que faltaba, una niña en MI Suite!- Reclamó esta mirando a Lila con desagrado- Donde estan mis asistentes?

-No te preocupes por ellas, estan en la cafeteria de la esquina.- Informó Lila a la modelo pasando de largo en como Antonio de forma rapida se ponía sus pantalones.

-Y que hacen ellas allí?

-Los gritos las ahuyentaron. Yo tengo más de media hora aquí soportando como gemías como una golfa en celo.- Ignoró como el bochorno inundaba el rostro de Claudia pero si noto la sonrisa socarrona de Antonio.- Veo que es cierto lo que dicen sobre los Italianos.

-Somos los mejores amantes del mundo... En todos los sentidos.- Comentó este como nada, restándole poco a la carente vestimenta de ambos.

-Si. Lo noté. En fin... Ignorare por completo su actual condición.- Entró de lleno a la habitacion omitiendo las prendas desperdigadas en el suelo y ese desagradable olor que no comentaría, por ahora.- Vengo aquí para darles mi propuesta.

-Que clase de propuesta podría tener una niña cono tu?- Señaló Claudia cruzándose de brazos por debajo de su busto, no notando la hambrienta mirada de Antonio sobre estos.

-Una que de seguro mantendrá alejados a esas dos pequeñas plagas...- Habló La Sombra por primera vez, tomando la forma de un elegante felino de aspecto caprichoso. Con su frondosa cola señalo una esquina de la Suite y los presentes siguieron la mirada hasta toparse con dos extrañas siluetas que lucian como sombras.

Una era una pequeña niña con ojos afilados cual serpiente y un recto corte bob como cabello. A su lado, reposaba una silueta similar a la de un joven de cabello corto con frondosas orejas de conejo y unos brillantes ojos cian. Ambos miraban con intensidad a los tres presentes, pero dicha intensidad incrementaba al mirar a la castaña.

-Mhm... Con que han estado ahí todo este tiempo...- Musitó Antonio, pero lejos de sentirse incomodo, se sentía misteriosamente exitado.

-Y esas cosas que son?- Inquirió Claudia intrigada.

-Una es la manifestación del Viento Arcano.- Señalo Lila a la niña- Y el otro es la personificacion de una maldición.- Se viró a Antonio.- Que hiciste para recibir la maldición del Bufón?

Pudo ver cómo el pelirrojo se tensaba en su sitio pero rápidamente se recompuso volviendo a su máscara de absoluta y coqueta indiferencia.

-Eso es algo que una mocosa como tu debería importarle.

-Debe importarle por qué puede que ella se deshaga de esas cosas cuánto antes...- Murmuró La Sombra en un ronroneo llamando la atención de los presentes.

A Claudia le interesaba deshacerse aquella niña, cada que intentaba acercarse a Félix o a su madre esa pequeña y disturbante mocosa se lo impedía con aquel doloroso agarre constrictor que le sacaba el aire de los pulmones y el simple hecho de pensar en Félix, una fuerte y dolorosa sensación se esparcía por su cuerpo como si fuera el veneno más letal jamás inyectado.

Antonio, por otro lado, se había acostumbrado a la presencia de ese niño desde que el ente del Bufón lo maldijo por haber matado a su patética portadora y por haber hecho sufrir a sus vástagos y ahora tenía encima a esa criatura que literalmente lo hacía revivir los mismos escenarios pero de una forma retorcida, bizarra y perfida... Todo lo que él era...

-Bien... Y cuál es esa propuesta que nos tienes?- Saltó Claudia impaciente.- No tengo todo el día.

-Solo escuchen y luego podrán volver a fornicar como conejos en celo...- Musitó Lila con una sonrisa cínica.

Ahora comenzaría su verdadera ofensiva.


Al día siguiente...


Su reloj marcaba las 7:14 a.m, pero el estaba despierto desde hace media hora. Terminándose de alistar en el uniforme de esgrima del Françoise Dupont (Hecho a petición de sus madres) salió con su bolso en su hombro encontrándose con la imagen de sus dos madres alistando todo para el gran día de hoy.

-Buenos días, mijo!- Saludo su madre, Hermes, besando sonoramente su mejilla.

-Dormiste bien?- Preguntó su otra madre, Jolly, tirando con fuerza sus mejillas.

-Apenas y pude, hoy es el torneo.- Respondió este tomando asiento en la silla del comedor mientras su madre Hermes servía el desayuno y su madre Jolly le dejaba un vaso de jugo de naranja.

-Si! Hoy nuestro bellaco se llevará el oro por los cuernos!- Exclamó Hermes eufórica mientras tomaba asiento.- Con sus compañeros, claro está.

-Sí. Te sientes preparado, hijo?- Habló Jolly

-Si. El señor D'argentcourt se encargó de alistarnos para este día.- Y no mentía, su profesor de esgrima se había esmerado en inspirarnos lo suficiente para que al momento del primer enfrentamiento, estuvieran con la frente en alto.- No siento nervios, al contrario, me siento capaz de todo el día de hoy.

-Ese es nuestro hijo!- Exclamó Jolly orgullosa.

Su desayuno transcurrió sin contratiempos acompañado de las ocurrencias de sus madres, típico de todas las mañanas. Sin embargo, no podía evitar sentir una extraña sensación llenar su pecho. No era anticipación y tampoco eran los nervios, pero misteriosamente se sentía inquieto.

-Ya tienes todas tus cosas, hijo?- La voz de su madre Hermes lo saco de sus pensamientos.

-Eh? Ah! Si! Ya voy!

Salió por la puerta mientras su madre cerraba la puerta. Desde su lugar en el techo, Stompp miraba con silenciosa intriga a la familia Costello, ella ya sabía de qué venía ese presentimiento.

-Ya se habían tardado...

Se levantó de su sitio y se posicionó sobre el auto, que conducía con rumbo a la Corte de la FFE.

Ya estando en la sede, la familia Costello estacionó el vehículo y tras bajar de el, se dirigieron a la entrada de la sede en dónde el torneo se llevaría a cabo.

-Ernest!

Nino se aproximó a la familia luciendo una camiseta con el mismo patrón de la chaqueta del moreno.

-Nino! Que gusto verte... Y tan temprano...- Musitó Ernest a modo de saludo.- El torneo inicia a las nueve.

-Lo se. Pero ya conoces al Señor D'argentcourt. Me pidió que viniera temprano para así probar más de cerca la cámara.

-Ah... Ya veo. Están los demás contigo?

-Si. A decir verdad, te estábamos esperando. Solo faltas tú para la revisión del equipo de espadas.

-Ok. Ya voy.- Se giró hacía sus madres- Las veré desde la corte.

-Esta bien. Mucha suerte hijo.- Cada una besó sus mejillas y partieron a las gradas, en tanto Ernest seguía a Nino hacía los vestidores destinados al Françoise Dupont.

No se sorprendió de ver a todos alistándose para la competencia, pero si le sorprendió el no ver a los soquetes de las clases particulares del Señor D'argentcourt, actuar de forma molesta. La amenaza del otro día si había funcionado.

-Llegas a tiempo, el señor D'argentcourt quiere hablar con todo el equipo.- Informó Nino.

-Ok.- Ubicó un casillero vacío y dejó sus cosas ahí, para después ir donde se hallaban los demás arremolinados.

-Buenos días a todos! Espero que hayan descansado bien, por qué el día de hoy será uno que marcará historia para el Françoise Dupont.- Habló el profesor con voz potente y audible.- Habrán oponentes dignos y otros que no, pero recordemos el por qué hacemos esto... Por honor al noble deporte de caballeros! Por eso quiero que todos ustedes estén al 100% el día de hoy. No solo para alzar el nombre de nuestro instituto, sino también para honrar a su majestad!

No era un secreto para muchos que la reina de Prusia se presentaría a la competencia, pero la mayoría no le tomaba importancia a eso, no, sino al privilegio que podría traerles el simple hecho de llamar la atención de dicha monarca.

Ya finalizado su envalentonado discurso, dejo que los demás se alistaran para el torneo, el cual daría inicio dentro de unas muy pocas horas. Ernest regresó al casillero que guardaba sus cosas y de a poco comenzó a cambiarse en su atuendo de esgrima, el típico traje blanco con la diferencia de unas pequeñas franjas color añil alrededor de sus muñecas y una careta del mismo color. Era personalizado? Si. En contra de las reglas? No, si Kagami podía usar un traje rojo entonces el podía usar franjas en el suyo.

-Te dije que las franjas se te verían bien.

A su lado llegó Claude en similares condiciones pero su careta era púrpura y habían pequeñas motas sobre sus hombros.

-Obvio. A mí todo se me ve bien.- Vió el semblante del castaño desaparecer.

-Uno viene a darte un cumplido y tú lo arruinas.- Rió ante su queja.

-Sabes que en el fondo bromeó... Solo un poco.- Pasó su brazo por sobre los hombros del castaño y ambos se encaminaron dónde Kagami, Nino y Adrien, quienes tranquilamente hablaban sobre las posibles estrategias para el torneo.- Que onda?

-Buenos días, Ernest.- Saludo Adrien cordial mientras que Kagami solo cabeceó en señal de saludo y Nino chocó su puños con los de ellos.- Listos para el día de hoy?

-Tal vez demasiado, no pude dormir en toda la noche de solo pensar en el torneo.- Informó el moreno.

-A mi me pasó todo lo contrario. Mi mamá se emocionó al saber que volvería a ver a la reina que despertó a todos.- Habló Claude con tono cansino y los demás solo atinaron a reír.

-Ese va a ser el mejor despertador que vas a encontrar.- Comento Kagami con aires graciosos.

-Si tu lo dices. Está allá afuera sosteniendo el cartel más abominable jamás visto.

Y como si la curiosidad fuera algo contagioso, los cuatro abrieron la puerta del vestidor e intentaron ubicar a la madre del castaño, la cual, fiel a la palabras de Claude cargaba consigo un escandaloso letrero lleno de brillantina que leía en mayúsculas "TU PUEDES CLAUDE!"

-Viejo! Eso es demasiado brillo!- Se burló Nino reacomodando sus anteojos.

-Bueno, al menos vinieron a apoyarlo.- Comentó Adrien afable para sorpresa de los presentes.

-No vinieron tus padres?- Preguntó Ernest

-No, pero se aseguraron de darme la mejor de las suertes antes de venir, además, no vine solo.- A la distancia señaló a su tía Émilie hablar alegremente con los padres de Rose y a Wayhem, tan entusiasta como siempre traía un cartel y una camiseta a juego que decía "AGRESTE POWER".- Mi tía insistió en venir, hubiera venido Félix pero tenía asuntos que atender, asi que invité a Wayhem en su lugar. Además, el torneo será televisado, así que mi madre podrá verlo desde casa.

-Espera. Es en serio?

-Si! Mira.

A la distancia, dentro de la corte en dónde se ejecutaría la competencia habían varias cámaras rodeándo la Corte seguido de Alec, Mireille y Aurore hablando con el que parecía ser el director de la asociación.

-Eso no me lo esperaba... Se verá en todo el mundo?- Preguntó Ernest interesado.

-No, solo a nivel nacional. Fue una iniciativa de los organizadores para participantes cuyas familias no pueden venir.- Informó Kagami a los presentes.

-Y hablando de ellos... Miren quienes llegaron...

Siguiendo la mirada de Nino, todos se encontraron con la entrada campante de los esgrimistas de Lycée Janson de Sailly, luciendo regios y arrogantes en sus trajes de esgrima negros y dorados.

-Y nos llaman presumidos por tener uniformes personalizados.- Murmuró Claude para Ernest al ver sus escandalosos trajes.

Junto a ellos pasó una chica usando su versión del uniforme pero a modo de animadora, batiendo con fuerza su alta coleta. Miró por unos instantes a Claude y a Ernest para después fruncir el seño y voltear la mirada de forma brusca. Aquel gesto no pasó desapercibido para ambos.

-Que le dió?

-Ni idea, amigo.

Justo cuando Adrien iba a dar su punto de vista, la chillona voz de Chloé se escuchó a la distancia, seguida de la misma chocando su cuerpo contra el suyo en un asfixiante abrazo.

-Adrichoo~! Ya salieron! Ya salieron!- Exclamaba la rubia abrazándolo con fuerza.

-Tambien me da gusto verte, Chloé...- Soltó este a duras penas.

-Oye. Chloé. Me lo asfixias y lo necesitamos para el equipo.- Intervino Nino separando los pero buscando no molestar a la rubia.

-A que se debe tanto alboroto? Acaso Venezuela ganó el Miss Universo?- Preguntó Ernest con ingenuidad.

-No. Algo mucho mejor!

Chloé sacó su teléfono y mostró una foto de una chica rubia con un mechón rosa posando felizmente junto a un anuncio con la imagen de Chloé luciendo Body blanco tejido de punto sin mangas junto a unos pantalones frescos color azul cielo con franjas blancas hasta las pantorrillas atado en la cintura y unas sandalias de tacón de vinilo color Nude, todo acompañado con un pequeño bolso hecho de líber, lentes con forma de ojo de gato color dorado y aretes de aros. La imagen había sido tomada en la Place de la Bastille con en sol ocultándose de fondo y Chloé posando como si estuviera a punto de dar un fabuloso paseo en plena Hora Dorada.

-Wow. Chloé ! Luces fabulosa!- Alabó Adrien y Kagami asintió de acuerdo.

-Eso lo se, pero lo mejor de todo es que mi imagen está en todo el mundo!- Mostró nuevamente la imagen de la chica.- Mi belleza será conocida!

-Querrás decir, nuestra belleza.- Interrumpió Ernest mostrando su imagen y Chloé solo rodó los ojos.

-Lo que digas, Costello.

En los vestidores asignados al Jason de Sailly, la misma chica que había visto con recelo a Ernest y Claude miraba con absoluta impotencia las mismas imágenes publicadas en el sitio oficial de Bree-C. Los celos bullían en su interior como un caldero ardiente que empeoraba cada que veía las imágenes de tan fabulosas prendas en personas que, según ella, no les lucían en lo absoluto. Pero lo que mas le enojaba era la imagen de cierta chica.

-Abby, te necesitamos aquí!- Llamó el que parecía ser el capitán del equipo de esgrima. Pero al no obtener respuestas fue donde la pelinaranja y le arrebato el teléfono de golpe.

-Oye! Es mío!

-Se que es tuyo, pero tenemos trabajo que hacer y como nuestra manager debes estar ayudándonos, no ahogándote en tus rencores.

-Es que no lo entiendes, Paul! Míralos! Que tienen esos cualquiera que yo no? Soy mucho más escultural y tengo más porte de modelo ellos!- Reclamó está como excusa.

-Aubergine Teresa Grind, ya hablamos de esto.- Usó su nombre completo a modo de regaño. No era secreto para todos en el Lycée que muchos quedaron con un amargo sabor de boca después del casting de Bree-C, siendo la más afectada su hermanastra.- Tuvieron sus razones para no tomarte como una opción.

-Pero si escogieron a... A esa nerd con nombre de vegetal!- El rubio solo rodó los ojos ante el pésimo mecanismo de defensa que su hermanastra estaba usando, mientras más insultos y apodos que ella le arrojará a la única joven que fue escogida, disminuiría su pesar.

-No es una nerd y su nombre es Momo, y no es un vegetal.- Interpuso este con no cansado- Deberás superarlo uno de estos días, Abby.

La aludida solo se cruzó de brazos y se enfurruñó aún más en su asiento. El rubio solo rodó los ojos exasperado ante la inmadurez de la pelinaranja.

-Madame Elizabeth nos quiere a todos, asi que te recomiendo superar eso de una vez o me veré obligado a reportarte, Abby.- Está solo se quedó en silencio por unos minutos para después resoplar de forma obstinada, se levantó de su asiento y caminó con dirección a su entrenadora.

Pero en su mente aún eran presentes sus amargos pensamiento con respecto al casting.


-Vaya... Si que está lleno!

-Nunca pensé que estos eventos llenarán tanto...

En las gradas, Marinette sé hallaba reunida con su pequeño círculo de amigos, apreciando como de a poco todos iban a sus respectivos lugares para dar inicio al torneo. Desde su lugar podía apreciar como todos se ubicaban en sus respectivas gradas, incluso logró divisar una que otra pancarta colorida con el nombre de cierto moreno.

En una de las esquinas divisó a Aurore y a Mireille entrevistando a los debidos entrenadores de cada secundaria, siendo uno de esos el señor D'argentcourt.

-Parece que el señor D'argentcourt está disfrutando de la atención.- Musitó Juliette jocosa.

-Creo que esta gozando el presumir sobre los esgrimistas.- Añadió Marinette de igual forma.

-Cuando empezará esto?- Insistió Iván

-Dentro de poco, le están dando tiempo a los esgrimistas de alistarse.- Intervino Marc al más grande.

-Alguno tiene idea de cómo son estas cosas?- Preguntó Juliette algo incrédula.

-Yo si.- Habló una voz a sus espaldas.

Juliette se giró de lleno encontrándose con una versión mucho más alta y musculada de Marinette, estando a nada de preguntar quién era, cierta Franco-China se le adelantó.

-Socqueline!

-Marinette!

Ambas peliazulinas se fundieron en un gigantesco abrazo, dejando perplejos a los presentes.

-Tanto tiempo sin verte. Mírate cómo estás. Luces hermosa.- Habló la más alta separándose un poco de ella.

-Yo? Que hay de ti, pentacampeona del Gran Prix de Gimnasia. Las artes marciales sin duda te han hecho bien.- Alabó Marinette.

Mientras ellas platicaban alegremente, los demás parecieron quedar en segundo plano tratando de razonar la aparente existencia de una segunda copia de Marinette.

-Parece gemelas...- Susurró Ivan levemente consternado.

-El parecido es aterrador...- Le siguió Mylène

-Y si es un sosías de Marinette?- Salió Marc tembloroso

-Yo diría Doppelgänger...- Soltó Juliette casi al borde de la histeria.

Las que parecían estar completamente normales con la situación eran Rose y Juleka, quienes al parecer veían a la chica con cierta familiaridad pero había un deje de vergüenza en sus posturas.

-Marinette.- Le llamó Marc casi tímido.- No es por interrumpir su reunión pero...

-Oh! Cierto! Lo siento!- Se disculpó esta- Ella es Socqueline, estudió en el Françoise Dupont un año por delante del nuestro.

-Un gusto.

-Socqueline, ellos son Marc y Juliette.- Señaló a los aludidos- Y estoy segura de que recuerdas a Mylène, Ivan, Juleka y Rose.

-Si, aún los recuerdo perfectamente.- Por un momento una especie de brillo amenazante cruzó por sus ojos al verlos, pero desapareció tan pronto como apareció y sonrió como si nada.

-Que haces en el torneo? Pensé que el Claude Monet no tenía equipo de esgrima.- Cuestionó Marinette curiosa.

-Y no lo tiene, estoy aquí por alguien más.- Justamente al mencionar eso, un rubio pasó junto a las gradas ofreciéndole una radiante sonrisa seguida de un guiño un tanto coqueto.

-Oh~ Ya veo~.- Arrastró está de forma jocosa haciendo sonrojar a la más alta.

-Basta!- Repuso esta sonrojada.- Volviendo al tema. Que ha sido del Françoise Dupont? Sigue siendo lo que me comentaste?

-Algo así...

Con su debida calma, Marinette comenzó a explicarle todo su calvario (omitiendo ciertos detalles para no incomodar a ciertos presentes) a Socqueline, viendo cómo de a poco su semblante se endurecía.

-Wow... Parece que las cosas empeoraron desde que pasó el incidente de la señora Gardner.

-Como no tienes idea...

-Y que hay de Chloé? Ya no te molesta como antes?

-Chloé? Para nada, bueno, sigue siendo la Chloé que conocemos pero más amistosa.- Reveló está para sorpresa de Socqueline.

-En serio?- Marinette asintió- Se me hace difícil poner las palabras Chloé y amistosa en la misma oración.

-Bueno... Es más agradable que antes y trata mejor a Sabrina.- Mencionó Juliette señalando a las aludidas a la distancia hablar animadamente con Aurore.

-Rayos... Jamás pensé que este día llegaría...- Susurró ella casi con temor- El fin se acerca...

-No exageres!

-Es en serio! No me puedo hacer la idea de Chloé... Siendo buena!- Exclamó está y por un momento los presentes pensaron que se trataba de Marinette sufriendo un ataque de histeria.

-Los años le cayeron pero para mal...- Susurró Juleka

-Oh! Yo creo que es divertido.- Agregó Rose divertida viendo como Marinette intentaba calmar a Socqueline.

-Si tu lo dices...

Una de las bocinas del complejo comenzó a sonar con un ruido extraño, seguido de la voz de un señor mayor.

-A los equipos de esgrima, por favor ir alistándose, daremos inicio a la competencia.

Y como si fuera una especie de orden directa, todos en el complejo comenzaron a dirigirse a sus respectivos lugares, los fanáticos a las gradas, los presentadores a la Corte y los pocos esgrimistas presentes fueron corriendo hacia los vestidores.

De a poco las gradas comenzaron a llenarse de estudiantes como de adultos allegados al deporte, desde su sitio Marinette saludo a las madres de Ernest y a los padres de Claude, notando el escandaloso cartel que la madre traía consigo y no muy lejos de ellos, aun muy emocionado Wayhem en condiciones muy similares.

-Eso brilla más que el libro de recortes de Rose.- Señaló Marc

-Oye! Son bonitos!- Hizo un puchero la aludida.

-No lo digo en el mal sentido.- Salió este no queriendo hacer enojar a la mas pequeña.

Por el rabillo del ojo, Juliette divisó a varios hombres uniformados andar por una de las esquinas del complejo y juró haber visto una cabellera negra que le parecía muy familiar. Fue Mylène quien notó eso.

-Pasa algo, Juliette ?

-Creo que ví a los hombres de negro pasar por un costado.- Señaló está el lugar por donde los vio pasar.

-Que?

-No serán vigilantes?- Cuestionó Ivan

-Seran los guardaespaldas de alguien?- Salió Socqueline igual de intrigada.

-Pues claro que lo son!- Habló una chillona voz a sus espaldas. Se trataba de Chloé.

-Oh... Hola, Chloé...- Soltó Socqueline casi con dolor.

-Tiempo sin verte, Wang...- La miro e arriba a abajo- Veo que el deporte te a hecho bien...

-Eh... Gracias. Creo...- Respondió con incomodidad.

-Como sea... A qué no adivinan que acaba de pasar!- Exclamó está cambiando de semblante de forma automática.

-Los hombres de negro van a atacarnos?- Soltó Marc ingenuamente a lo que Chloé solo gruñó exasperada.

-Ugh! No, tonto!

-Los hombres en uniforme son la escolta real prusiana.- Avisó Sabrina

-Hellene está aquí?- Cuestionó Marinette interesada.

-Si, la reina de Prusia es una activa practicante de esgrima y estará en la competencia.- Señaló uno de los palcos que se veía finamente decorado y con varios adornos representativos de dicha nación.

-Wow... Cool!- Exclamó Socqueline.

Las bocinas nuevamente comenzaron a sonar, seguida de la misma voz del presentador avisando el pronto inicio de la competencia, sin embargo, o prestaron suficiente atención al notar a cierta castaña moverse de forma campante y altanera por la gradas, específicamente por dónde se ubicaban los estudiantes del Janson de Sailly.

-Que hace ella aquí?- Escupió Chloé con asco.

-Pense que estaba suspendida.- Salió Rose confundida.

-Suspendida de clases, no de los eventos escolares.- Razonó Sabrina para desgracia de todos.

-Ah...Genial...- Sopesó Juliette.

-Quien sabe que mentiras le habrá dicho.- Marinette miró fijamente a la castaña gesticular de forma modesta, seguramente hablando de algún evento o historia para ganar simpatía.

-Con que esa es la infame Lila de la que me habías hablado..- Susurró Socqueline; nuevamente ese brillo aterrador regresó a sus ojos pero desapareció casi al instante.

-Si, no te fíes de ella, miente a la par que respira...- Avisó Marinette.

-Aja...

-Y tambien se viste horrible! Quien demonios se viste así !? Parece una profesora retirada! Ugh! Y no ma hagan hablar de su labial. Ese color ya pasó de moda!- Chilló Chloe de fondo al ver su atuendo.

Usaba una camiseta morada sobre unos pantalones similares a los de Alya combinados con una chaqueta negra y botas del mismo color, todo enfatizado con un brillo labial color rosa bermellón claro. Pero sin duda lo que más llamó a atención de su ultrajosa ofensa a la moda en perspectivas de Chloé, eran los anteojos de marco negro y gruesos muy similares a los de Lena.

-A que se deberá tan repentino cambio de vestuario?- Habló Marinette en voz alta. Se le hacía muy sospechoso esa imagen. Miró de forma disimulada los palcos en donde se hallaban vatios de sus compañeros de clase, notando la obvia ausencia de Lila, pero a estos no parecía importarles.

-Seguramente trama algo...- Pensó Marinette para si misma.

-Damas y caballeros, estamos a punto de dar inicio a la competencia, por favor dirigirse a sus respectivos lugares.

-Oh! Ya va a comenzar!- Soltó Rose emocionada desviando la atención de Lila.

-Si!

Justo cuando los esgrimistas comenzaron a caminar hasta la corte, Juliette sintió unos toques en su hombro seguida de una voz. Curiosa por saber de quién se trataba se giró encontrándose con una rubia con sus cabellos arreglados en un moño y decorado con una cofia blanca con el escudo de la familiar real prusiana, ataviada con el clásico uniforme de Maid.

-Disculpe, es usted la señorita Decroix?- Preguntó está.

-Si... Soy yo. Necesita algo?- Los demás desviaron la atención de la presentación para fijarse en la extraña recién llegada.

-Asi es.- Asintió de forma cortes- Su alteza. El príncipe Damian solicita su presencia en el palco real. Desea disfrutar la competencia justo a su persona.- Señaló dicho palco en dónde se podían ver a la reina, Hellene y por supuesto, el aludido Principe.

-Ah?- Soltó está incrédula, mientras que las presentes del fondo solo alcanzaron a chillonear.- Qu-Que?

-Los que escucho, señorita.

-Eh... Yo...- Antes de que ella pudiera decir algo más, la boca de Rose se poso sobre la suya, callándola en el acto.

-Ella dice que si!

-Solo está muy consternada para responder!- Salió Mylène

-Juliette! Más te vale aceptar o no te volveremos a dirigir la palabra nunca más!- Salió Chloé.

Aún con la mano de Rose en la boca, ella asintió algo queda.

-Excelente, por favor, sígame.

-Espere...- La dama se giró a verla nuevamente.

-Si?

-Pueden mis amigos venir conmigo?- Señaló a todos detrás de ella. La dama los escrutinio uno a uno, hasta que la mirada se poso en Marinette.

Según su alteza real, la princesa había adquirido una confianza totalmente atipica en la franco-china y según habia oído de Johan, aquella chica habia mejorado con creces la personalidad ermitaña de la princesa.

No se molestarían en lo absoluto si venían con la predilecta del príncipe.

-Por supuesto.- Apremio ella con un cabeceo- A su alteza le haría sentir mal si usted se encuentra en el palco sin su compañía. Además, a la princesa le agradará ver a la señorita Dupain-Cheng.

Y como si se tratara de la mejor noticia jamás escuchada, todos dejaron salir un alarido de felicidad. Se levantaron de sus asientos y comenzaron a seguir a la dama con rumbo al palco real bajo la atenta mirada de cierta mentirosa.

-A dónde van?- Pensó para si.

-Miren nada más.- Habló una chica a su lado.- Seguramente los están escoltando fuera del evento.

-Ja! Seguro su presencia es un insulto no solo al deporte, sino también a la reina!- Se burló otro

-Tienes razón.

Sin embargo, las burlas murieron cuando vieron como todos tomaban asiento en los palcos por debajo de donde se ubicaban la reina, mientras que Juliette tomaba asiento junto al príncipe y Marinette junto a la princesa.

-Pero que!?- Soltó uno.

-Eso sin duda a de ser algo inaudito!- Chilló la misma chica.

-Pero como es posible? Si el príncipe está saliendo con Iris, que hace con esa Nerd?- Salió una chica en defensa de Iris viendo como el aludido tomaba la mano de Juliette y besaba su dorso con delicadeza.

-Quien lo diría? Hasta los de la realeza son infieles!

-Pobre Iris. No deberías de ver esto.- La consoló una pelirroja de ojos verdes.

-No, descuida, Autumn. Nadie puede saber que estamos saliendo, ya se los dije, sería muy mal visto.- Soltó está lastimera. La pelirroja nuevamente la volvió a abrazar e Iris escondió su rostro en su cuello y comenzó a temblar como si estuviera llorando.

-Oh! No llores, Iris. Ese sujeto se arrepentirá, eso es seguro.

Lo que la joven no notó era la risilla perversa que está soltaba mientras disimulaba su llanto.

Su plan estaba marchando a la perfección.


Palco Real...


-Me alegra verte de nuevo, Fraunette.- Habló Hellene a la Franco-China.

-A mi también Hellene. Nunca pensé que fueras fan de estos eventos.- Mencionó está.

-No lo soy. Pero mi madre es una practicante activa de esgrima. Y no quiso desperdiciar la oportunidad de venir.- Dicha dama se hallaba muy inmersa en el actual combate como para prestar atención a su actual conversación.

-Vaya...- Fué lo unico que atinó a decir.

-Punto para el Jason de Sailly!- Anunció la comentarista por el parlante.

Eso llamo la atención de Marinette, quien al divisar de lleno la corte vio a un joven del Jason de Sailly salir victorioso de su duelo contra uno de los esgrimistas del señor D'argentcourt, que a pesar de haber perdido mantenía su cabeza en alto.

-Que noble. Aun con la derrota aun mantiene su cabeza en alto.- Comentó la reina maravillada. Sorprendiendo un poco a la franco-china.

-Tu mamá no le va a un equipo, cierto?- Susurró esta a Hellene.

-Mi madre jamas apoya a ningún equipo que no sea el suyo.- Susurro ella de regreso.- Tiende a ser neutral en esta clase de eventos, pero la nobleza y actitud deportiva suelen impresionarla.

-Creo que entonces apoyará a mi secundaria.- Musito viendo como el joven que perdió era felicitado por sus demas compañeros, viendo como Ernest lo fundía en un fraternal abrazo.

-Pero no e visto a los portadores Arcanos en combate.

-Por que aun no les toca.- Habló Sabrina desde su puesto por debajo de ellas.- Adrien y los demás están en la categoria de Espada. Justo ahora están presentando la competencia con la categoria de Florete.

-Y que diferencia hay? Si una te toca, pierdes, Sabrina.- Soltó Chloe mas confundida que desinteresada.

-Bueno... No en ese sentido. La zona de marcaje del Florete es solamente el torso, el Sable es de la cintura para arriba y la Espada es básicamente todo el cuerpo.- Explicó lo mas breve posible para no enredar a la rubia.

-Ahora todo tiene sentido.- Remarcó Marinette recordando aquel fiero enfrentamiento entre Adrien y Kagami por todo el Françoise Dupont en el que ella, a su pesar, fue quien dio el resultado definitivo de tan salvaje encuentro.

-Los combates con espadas son los más allegados a un verdadero duelo de espadas.- Habló Marc.

-Y tambien son los mas peligrosos.- Resaltó Mylène.

-Pero nadie a salido herido.- Soltó Rose

-Hasta ahora...

-Uh?

Juleka señalo directamente a la corte, en donde se podía ver a un joven de otra secundaria sosteniendo su costado con fuerza mientras que el esgrimista causante de dicha lesion le miraba con completo desinterés.

-Pobre. Que le habra pasado?

-Alguien del Jason de Sailly. Eso pasó...- Dijo Ivan molesto viendo como el aludido hacia como si nada paso mientras que el pobre joven contenia las ganas de no llorar frente a su adversario.


Corte de Esgrima...


No había una palabra especifica para describir lo que sentía al ver a ese chico ser fuertemente embestido por el florete del esgrimista del Janson de Sailly.

Apretó con fuerza su espada buscando serenarse para no ir y poner el florete de ese tipo como collar.

Fue una mano en su hombro lo que logro calmarlo.

-Relajate, hermano. Respira profundo.- Lo instó Claude buscando calmarlo.

-No esperes a que me calme despues de ver lo que ví.- Aquello solo le traía de vuelta esos horribles recuerdos que intentaba reprimir a cada tanto.

-Sabes que ellos ya no pueden hacerte nada, Ernest. Él se encargo de dejarles eso en claro y de la peor forma posible.- Comentó este.- Además, que intenten acercarse, no podrán pasar a Roarr.- Ernest rio ante la mención del ente de Claude.

-Ya. Esta bien.

A la distancia vio como dicho esgrimista regresaba donde su equipo, siendo recibido por palmadas de animo y sonrisas socarronas ante su acción, salvo por el rubio oji-castaño que tenía como capitán, quien le dedicó una mirada severa y varios cabeceos de desaprobación.

-Tu tranquilo, hermano. Solo recuerda lo que él te dijo.

-Concentrar todo y liberarlo como solo yo se.

-Exacto. Y como vas a hacer eso?

-Enfrentándome a ellos frente a frente.

-Ese es el Ernest que conozco!- Claude palmeó con fuerza sus hombros.

-Ya... Iré a entrenar un poco, siguen los combates de Sable y esos terminan más rapido que mi madre comiendo.

-Cual de las dos?

-Ambas.- Ambos rieron ante su ocurrencia. Y haciendo caso a lo que dijo, se dirigió a una de la esquinas recluidas del plantel en donde las cámaras no llegaban. Se ubicó frente al muñeco de entrenamiento y ubicándose en su postura comenzó sus estocadas.

Casi sin quererlo, aquellos recuerdos de sus años en el Janson de Sailly aparecieron en su cabeza. Recordando todos aquellos horribles momentos que pasó en dicha secundaria, especialmente con su equipo de esgrima.


Flashback


-Cuando vas a aprender!? Maldito Esclavo!- Un puño fue directo a su cara haciéndolo caer junto con sus cosas de lleno en el pasto del campus.

Su día había empezado como si nada, sus clases pasaron sin problemas, almorzó tranquilo en la biblioteca lejos del bullicio y asistió a su practica de esgrima como si nada...

Claro...

Hasta que sucedio lo que sucedio...

-Cuantas veces debo decirte que no toques mis cosas!?- Escupió el joven de forma violenta en su cara.

-Yo no toque tus cosas, Taglianni.- Una mano lo tomó bruscamente el cuello de su camisa y lo zarandeó.

-Claro que hicistes! Y sabes como lo sé? Ah!? Sabes como!?- Lo zarandeó nuevamente.

-Cómo?

-Por que tenía tu asqueroso olor a negro!- Arremetió este y lo arrojó nuevamente al suelo.- Ese asqueroso olor a estiercol y basura!

-Ah... Entonces creo que te estas oliendo a ti mismo...

-Que fue lo que dijiste, escoria?- Volvió a tomarlo de la camisa y trato de alzarlo del suelo, pero el peso del mismo no se lo permitía.

-Lo que oíste. Dudo que seas sordo. Ademas, la escoria siempre reconoce a sus pares...

El ruido de un golpe seco fue escuchado seguido de un fuerte azote que dejó a Ernest en el suelo junto a un moreton en su ojo y su nariz sangrando.

-Voy a enseñarte tu lugar, maldito esclavo!- Comenzó a patearlo fuertemente en el estómago soltando horribles insultos hacia su persona.- Esto pasa cuando la servidumbre no conoce su lugar! Se creen igual a uno! Pero ya verás, negro! Nadie se mete con Matías Taglianni y vive para contarlo!

De repente, el pie que lo pateaba pareció haberse multiplicado en muchos mas, siendo completamente pateado por su propio equipo de esgrima.

Abrió los ojos de entre su paliza notando como nadie se acercaba a ayudarlo, al contrario, vio como la manager del equipo se reía fuertemente de su estado actual mientras grababa todo con su teléfono siendo seguida por varios más.

Lentamente comenzó a perder la consciencia, sintiendo como las patadas de a poco comenzaban a dejar un feo sentimiento de escozor en su piel.

El joven que aún seguía pateándolo sintió una especie de placer morbido al ver a Ernest tan indefenso y fragil; una expresión macabra se expandió por su rostro ante la idea que se le habia ocurrido.

-Sigan asi, muchachos! Le enseñaré a este negro a no meterse conmigo!

Se alejó del moreno y fue directamente a su bolso de esgrima, especificamente la funda en donde resguardaba su Sable. Sonrió perverso nuevamente y se dirigió hasta Ernest.

-Pónganlo boca abajo.- Ordenó a los otros.

Obedeciendo la orden de Matías, entre todos colocaron a Ernest boca abajo. Con la mirada le ordenó a su seguidor mas cercano que bajara los pantalones de Ernest, encontrándose con su típica ropa interior negra.

-E visto que tus madres son dos maricas... Era de esperarse que su hijo saliera igual.- Comentó este socarrón viéndolo batallar para librarse del peso de quienes lo sometían- Seguramente no te dolera si hago lo mismo... No? Digo, te la pasas mucho tiempo con el Capitán.

-Y a solas...- Añadió el otro de forma maliciosa.

-Hay que darle una pequeña probada de la verdad...

La risas incrementaron y sintió como las manos de alguno de ellos intentaban quitarle la unica prenda que protegía su dignidad. Pequeñas lágrimas de impotencia se acumularon en as esquinas de sus ojos e imploró mentalmente que ese calvario terminara cuanto antes.


Fin del Flashback...


El ruido de su espada atravesando algo solido lo saco de sus amargos recuerdos, se reincorporó lo mejor que pudo y vió su espada de esgrima enterrada hasta el puñal en el muñeco de practica.

No se había dado cuenta de la fuerza con la cual había arremetido contra el objeto.

-Menos mal te detuve antes de que fuera muy tarde...

-Que..?

Fue ahí que notó su muñeca ser envuelta por la gigantesca mano de Stompp.

-Me enorgullezco el saber que posees una gran fuerza, pero me entristece el saber que son esos horribles recuerdos los que lo potencian...- Susurró de forma dulce para buscar calmarlo al sentirlo temblar de impotencia.

-Stompp... No lo entiendes...

-Claro que te entiendo, Ernest... Esos chicos hicieron algo innombrable contigo...

-Y nadie hizo nada al respecto... Solo se quedaron ahí, riéndose y grabando todo lo que podían... Mientras que él hundía eso en mi...- Tartamudeó la ultima parte y Stompp lo instó a callarse antes de que empeorara.

-Pero sabes que eso no pasó a mayores, hijo... Él no lo permitió...- Habiendo visto sus amargos recuerdos, visualizó una figura masculina de rubia cabellera y ojos castaños que logro detener ese circo y le dió una mas que merecida lección a los culpables antes de que pasará a mayores.

-Y él fue la razon por la cual ya no estoy en el Janson de Sailly...- Sopesó con tristeza al recordar a la unica persona en defenderlo de aquellos terribles alacranes en su anterior instituto.

Aquello aun era algo vívido en su cabeza. El incidente, las risas de Matías y sus seguidores, algo romperse en la cabeza de alguien, varios golpes e insultos, un grito de histeria y finalmente, unos brazos rodeándolo con fuerza y susurrando palabras de disculpa.

Perdón! No pude llegar a tiempo! Perdón! Te fallé, amigo!

-Y lo odias por eso?

-Jamás podré odiarlo, pero eso no significa que lo seguiré llamando amigo...

-Y que hay de nosotros, Ernest?- Una voz femenina se interpuso en sus pensamientos. Al darse la vuelta se encontró con Kagami, quién se hallaba con su típico porte severo pero en su mirada había algo completamente opuesto a lo que Ernest esperaba ver.

No era lastima...

-Nos consideras tus amigos?

-Cuanto tiempo tienes ahí? - Soltó esquivando la pregunta.

-Lo suficiente... Y no esquives mi pregunta, Costello.- Insistió esta.

Sabiendo que no podría librarse tan fácilmente de la japonesa, suspiró derrotado y la encaró.

-Algo así... Después de lo sucedido en el Janson de Sailly, la palabra amigo se hizo algo extraña en mi vida.- Explicó este.- Mi antiguo equipo de esgrima se encargo de hacerme entender eso por las malas...

La escoria como tú no merece nada! Solo vives por la lástima de los otros!

-Sería muy tonto de tu parte el creer todo lo que ellos te dicen.- Replicó esta.- No eres una escoria como piensas, eres mas que eso.

Se sorprendió al oírla decir eso, sin embargo, antes de que este pudiera decir algo, Longg se manifestó detras de ella con gesto solemne.

-Lo vi todo, Ernest...- Fue su respuesta.- Y antes de que digas algo, dejame decirte que si me toca enfrentarme a uno de esos sujetos, van a conocer la razón del porqué los Tsurugi siempre salimos victoriosos en el esgrima.

La figura de Kagami se acercó a el y le dió un cálido abrazo, de esos que solo se dan cuando buscas reconfortar a alguien.

-Adrien, Claude y los demás les daremos su merecido, te lo aseguro, Ernest.

Aun sin palabras, el moreno regresó el abrazo de Kagami, sintiendo otro peso alzarse de sus hombros.

-Desde cuando eres tan cursi? Yo te creía alguien indestructible y sin sentimientos.- Habló este rompiendo el silencio.

-No arruines el momento, Costello. No tienes idea de lo extraño que es hacer esto.

Estaba a punto de dar una retórica tonta pero decidió callar. No todos los días se podía apreciar a una Kagami así.


Corte de Esgrima...


-Escuchenme bien! Ya lo difícil pasó.

El puntaje de la tabla sin duda no era muy favorable para muchos. El Janson de Sailly había arrasado con fuerza en la categoría de Florete y Sable, dejando a varios competidores lastimados, sin embargo el Françoise Dupont les habia pisado los talones en marcar los puntos suficientes para pasar a la ultima y mas esperada de las rondas. La ronda de Espadas.

-Nuestro puntaje no es el mejor pero tampoco el peor! Si logramos un puntaje mayor a 15 en la categoría faltante, tendremos el trofeo en nuestras manos!

A pesar de su relativa ventaja, el Janson de Sailly había sido penalizado en dos ocasiones por los arbitros a causa de sus bruscas jugadas, lo cual dejaba el marcador a un puntaje similar al suyo osea, con una ligera probabilidad de victoria.

-Para eso tenemos a los mejores!- Alegó Nino pasando su brazo por los hombros de Adrien.- La velocidad de Claude, la agilidad de Adrien, la fuerza de Ernest y por supuesto, a Kagami. Ella sola es un arma de destrucción total.

-Y ahora que lo mencionas. En donde estan?- Inquirió el rubio

-Ernest fue a calentar un poco y Kagami fue a los vestidores.- Habló Claude.- Creo haberla oído decir algo sobre una especie de Ritual o algo por el estilo.

-Ok...

-Atentos, esgrimistas! Ya es la hora!- Habló el señor D'Argentcourt.- El torneo es nuestro!

Las bocinas nuevamente comenzaron a sonar y la voz de la presentadora se hizo escuchar en toda la corte.

-Esgrimistas, por favor presentarse en la corte. Se dará inicio a la ultima categoria.

-Muy bien! Demuestren lo que nuestro arduo entrenamiento a hecho!- Habló el señor D'argentcourt cual capitan a su ejercito.- Este es el último desafio, el dragón al que hay que derrotar, la cima que debemos alcanzar para triunfar!

Desde el otro lado de la corte, la entrenadora del Janson de Sailly veía aquella acalorada motivación con una ceja alzada y gesto completamente desinteresado.

Madame Elizabeth se jactaba de ser una instructora severa y con un fuerte rubro disciplinario; adoraba la perfección y la obediencia y siempre expectaba lo mejor y nada mas que lo mejor de sus esgrimistas. Siendo ella una esgrimista retirada de la academia inglesa, tenía un riguroso sistema de entrenamiento, uno completamente opuesto al de Armand o como ella llamaba, "Intento de Caballero".

-Que barbara forma de motivarlos.- Soltó con disgusto, frunciendo el ceño y alzando su nariz en una mueca altiva.

Aun con sus ojos entrecerrados observó a sus esgrimistas; pulcros, impolutos y regios en sus uniformes monocromáticos, algo completamente diferente a la extrema gama de colores que habían en los uniformes de sus oponentes. Le parecía un completo insulto el ver eso.

-Escuchenme bien.- Llamó a su equipo.- No voy a decirles lo que siempre escuchan, pero espero ver el nombre de nuestro Lycée en ese trofeo.- Miró a sus cuatro esgrimistas, aquellos que destacaban por sus poderosas cualidades y habilidades con la espada.- Mannox. Pent. Taglianni. Brighton. No me fallen.

-Si, Madame!- Tres de sus esgrimistas respondieron con entusiasmo a sus palabras, salvo por aquel que destacaba entre los otros como su imbatible Capitán.

-No fui clara, Brighton?- Miró a aquel rubio que sostenía el título de capitán

-Si, Madame...- Siseó casi con rabia, como si el simple hecho de hablarle le provocara ira.

Alejó su mirada y se enfocó en la gran pantalla de la corte que mostraba la distribucion de los combates.

Henrie Mannox VS Kagami Tsurugi

Mason Pent VS Claude Le Blanc

Paul Brighton VS Adrien Agreste

Matías Taglianni VS Ernest Costello

Sus ojos se ampliaron por un momento al leer el nombre de la cuarta fila. Por su mente jamas se pasó la idea de volver a encontrarse con aquel esgrimista.

-Asi que ahora estas con ellos...- Un sentimiento similar a la traición comenzó a burbujear en su interior. Recordaba perfectamente al dueño de ese apellido, aquel que a pesar de ser un fuerte esgrimista, siempre tenía algún tipo de inconveniente con los demás.

Decidió restarle importancia y se fijó nuevamente en sus esgrimistas. Necesitaban alistarse para el combate.

-Aubergine! Ven en este instante!- Llamó a la manager del equipo, quien perezosamente obedeció con una mueca de fastidio absoluto en su rostro.

-Madame. No use mi nombre completo, quedamos en llamarme Abby.- Reclamó esta con gesto cansino.

-Aubergine es tu nombre y punto final.- Decretó

-Que necesita?

-Busca las botellas de agua. Necesito que todos esten bien hidratados para el combate.- La joven asintió y fue a lo ordenado; mientras tomaba las botellas divisó por el rabillo del ojo una cabellera negra que le resultaba muy familiar.

-No puede ser... Que hace ella aquí?

El mismo peinado sin gracia, esos ojos rasgados y el desagradable color de sus ojos que le hizo odiar las avellanas de un día para otro.

Era Ella.

-Que cree que hace aquí!? No le bastó con quitarme mi puesto en el Casting, sino que tambien es esgrimista?- Pensaba para si confundiendo gravemente la imagen de Kagami con la de la única chica en su secundaria que fue electa para el Casting.

Desde las gradas, aun codeándose de la atención de su otro séquito particular, Lila o Iris, podía sentir de lleno aquel caldero de emociones de la manager.

-Vaya... Al parecer algo bueno salió de ese Casting...- Pensó para si misma. Soltando un suspiro disimulado, una pequeña e invisible bruma salió disparada de su boca y levitó hasta posarse en la banda que sostenía su altísima coleta.

Uno de los esgrimistas, Mannox, notó la repentina parálisis de su manager y no tardó en ir directamente con el Capitán.

-Brighton. Es normal que su hermana este así?- Señaló a la pelinaranja, quién miraba ensimismada a los esgrimistas del Françoise Dupont.

El aludido miró a su hermanastra y siguió su mirada hasta que cayó en la prodigio extranjera. Rodó los ojos internamente y meneó la cabeza.

-Déjala. Ya se le pasara. Termina de alistarte, no te toca una fácil.- Aconsejó este, tratando de restarle importancia al asunto. Si conocia bien a su hermanastra se le pasaría apenas viera la proxima tendencia en Internet. Sin embargo, algo pareció haberlo alterado del aspecto de su hermana...

Hasta donde él recordaba, los ojos de su hermana no eran violetas...


En otro lado...


-Esto no puede estar pasando...- Pensó la pelimiel para sí en uno de los cubículos del baño.

-Si necesita algo, no dude en decírmelo, señorita.- La voz de la servil personal del Príncipe, cuyo nombre era Claire, se escuchó del otro lado.

-Eh... Gracias, Claire.

No había una explicación logica para lo que estaba sucediendo. Empezando por el hecho de que estaban en el palco real con la reina, la princesa heredera (quién tambien era una portadora Arcana), y por supuesto el príncipe, el cual según las palabras de Rose (Portadora del Arcano de los Amantes) estaba "interesado" en ella.

En su vida jamás pensó en llamar la atención de alguien de tan alto rango en su vida. En lo personal ella no se consideraba TAN atractiva para esa clase de estándares y sin embargo, uno de los hombres mas deseados de la actualidad y de la realeza parecía querer algo más con ella que una simple amistad.

En el rato en el que conversaron tocaron diversos temas de interés para ambos. Sobre su reciente colaboración y apoyo con ese jóven neerlandés para limpiar los oceanos y reciclar el plástico que recolectaba para un uso mas inteligente, su idea de expandir sus refugios para animales abandonados o en peligro de extinción y sobre visitar la veterinaria de su abuela.

Eran demasiadas cosas para ser procesadas en un solo día.

-Señorita Juliet?- La voz de la servil la despertó de sus pensamientos.

-Ah! Si?

-Esta todo bien ahí adentro? Siento que está tardando demasiado.- Se oyó preocupada.

-Ya salgo!- Tiró de la cadena y salió del cubículo. La joven se hallaba erguida frente a los lavabos mirándola con preocupación.- Lamento haberla hecho esperar!

-No se preocupe. Es lo de menos.- Hizo un gesto con su mano restándole importancia.- Ya esta lista para volver? No sería agradable hacer esperar a su majestad.

Ugh! Casi olvidaba ese detalle.

-Uh... Si!- Soltó con fingido interés

-Me alegra saber que tambien le interesa su majestad!- Exclamó la rubia con felicidad.- Usted parece una joven adorable y con gustos muy similares a su alteza, estoy segura de seran muy felices!

Juliet pensó si eso de verdad le estaba sucediendo. La servil personal del príncipe al parecer le estaba dando su bendición.

Cuando menos se lo esperó, la rubia tomó sus manos entre las suyas y la miró con un sentimiento similar a la felicidad pero con un leve deje de resignación.

-Puede que esto suene muy extraño de parte de una sirvienta.- Pausó un momento para después proseguir.- Pero si decide compartir su vida con su alteza, hágalo feliz... Se ve que lo hace muy bien.

Si, le estaba dando su bendición...

Y si lo estaba haciendo, por que la sentía tan triste?

-'Es por que ella también lo ama.'- La voz de Ziggy resonó en su mente.

-'Como estas tan segura? Pensé que Rose y Los Amantes podían saber eso.'

-'Cuando vives lo suficiente como yo, no necesitas ser un Arcano o portador específico para saberlo.'- Explicó con certeza.- 'Ella lo ama tal y como tú amas a otra persona.'

Pensó en eso y no mentía; el príncipe a los estándares de cualquiera era perfecto pero no para ella.

-Claire... De veras aprecio estas palabras pero...- Vió el semblante de la aludida flaquear- Creo que deberías ser tú quien lo haga.

-Que dice? Señorita...- Juliet la interrumpió sutilmente.

-Es muy dulce lo que haces pero yo no soy esa persona para él. Podrá ser lo que muchas sueñan en su vida, pero yo no... A mi, me gusta otra persona...- Reveló para sorpresa de la servil.- A diferencia de ti, a mi me lleva conociendo desde la Gala, a ti te conoce de toda la vida. Tu conoces sus gustos y disgustos, las cosas que suele hacer y demás... Yo apenas y sé que su primer nombre es Damian!- Exclamó eso último con una risa siendo correspondida por la rubia.- Podré ser lo que él quiera en estos momentos, pero tú eres lo que él necesita para toda la vida.

-Señorita Juliet...- Unas diminutas lágrimas descendieron por sus mejillas y Juliet por un momento se preocupó hasta que la escuchó hablar.- Usted cree eso? Cree que alguien cómo yo tenga oportunidad con su alteza?

-Claro que si! Por amor a los cielos!- Soltó esta- El Gran Duque Denzel se casó con una compañera de la universidad y el Archiduque se casó con una chef de la familia real española. Que te hace creer que no tienes oportunidades? Tienes más que yo.

Si se ponía a ver las cosas desde otra perspectiva, la familia real prusiana no contaban con consortes de linaje importante o de sangre real. No sería tan difícil para Claire el ganarse el corazón del príncipe.

-Vaya... Nunca lo había visto de esa forma...- Musitó la servil sonrojada por las palabras de Julieta. Aquella chispa de resignación pareció haberse esfumado por completo.- Muchas gracias, señorita Juliet.

-No es nada de que agradecer.

Se sentía bien consigo misma, nunca antes había ayudado a alguien con sus problemas amorosos pero ahora entendía el por que muchos se insmicuían en esos temas.

-Creo que deberíamos volver.

-Si, tiene razón.

Estando a punto de abrir la puerta del baño, un fuerte temblor se hizo presente, sorprendiendo a ambas jóvenes.

-Que es esto!? Un terremoto!?

-No, es algo mucho peor.

Claire logró abrir la puerta del baño y sacar a Juliet de ahí, sin embargo, una fuerte onda expansiva repleta de espectros se aproximaban directamente hacía ellas.

-Permanezca detrás de mi, señorita Juliet!- Instó esta en una pose defensiva.

-Espera! No puedes contra ellos tú sola!- Exclamó Juliet preocupada recordando lo que sucedería si uno de esos espectros llegaba a tocar a alguien que no tuviera la protección de los Arcanos.

-Mi deber como servil es servir y proteger! Permanezca detrás de mi!- Ordenó severa.

Los espectros se aproximaron con velocidad hacia ellas, temiendo lo peor para la servil y para ella, invocó a Ziggy.

-Ziggy!

En un parpadeo todos los espectro desaparecieron ante el veloz ataque de las sogas de Ziggy. Claire sorprendida se dió la vuelta encontrándose con una lustrosa y delicada dama de cabeza levitando cerca de Juliet.

-Asi que usted tambien tiene una...- Musitó la servil anonadada

-Una?

-La princesa. Ella tambien posée una entidad como la suya.- Reveló para asombro de la pelimiel.- Es una reliquia familiar.

-Wow...

-Me encantaría poder continuar con esta conversación, pero tengo el presentimiento de que hay un duelo en proceso.- Habló la ente con seriedad.

-Un duelo?

-Eso parece, y seguramente Lila tiene algo que ver... Ziggy! Llevanos a la zona del duelo!- Ordenó a su ente.

-De inmediato!


Corte de Esgrima...


En que momento las cosas se habían salido de control? No lo sabía. Todo había sucedido demasiado rápido como para ser debidamente procesado pero sabía que había una sola culpable.

Lila...

O mejor dicho, Iris...

En solo cuestión de segundos, una simple queja entre contrincantes pasó de amenazas e insultos insignificantes a un llamado de duelo tan poderoso que termino de volar el techo de la sede por completo.

-Esto no puede estar pasando...- Musitó Claude en voz baja.

-Que? El estar en un duelo?- Comentó Kagami a su costado.

-No! Esto!- Señalo todo a su alrededor.

La obvia ausencia del techo, escombros flotando sin precedentes, varias partes de las gradas hechas trizas y lo mejor de todo, los gritos despavoridos de los civiles.

-Esta sin duda es la razón mas estúpida para iniciar un duelo!- Reclamó Claude al segundo causante de los problemas. Matías.- Por que simplemente no actuaste como el hombre que supuestamente decías ser y te enfrentabas a Ernest? Ah! Tenías que destruir el techo con tu rara escencia de racista tercermundista para cumplir tu maldito capricho!?

-Viejo, relajate...- Intentó calmarlo Ernest pero aquello pareció enfurecer aun mas a Claude.

-No pienso relajarme, viejo! Ese ridiculo mimado de quinta no puede salirse así con la suya.

-Oye! A Matías no se le habla de esa forma!- Intervino Mason en defensa del aludido.- El merece respeto!

-Y Ernest también! Que te hace pensar que el no merece el mismo respeto?- Indagó este molesto.

-Es obvio, es negro.- Soltó Matías como si nada.- Alguien como yo no puede esta a la par de un plebeyo, el debería estar arreando las vacas en una de las haciendas de mi papá, no creerse un esgrimista de clase.

Sus palabras generaron suspiros de asombro y decepción, el descaro con el cual había dicho todo eso no pasó desapercibido en los absoluto, varios murmullos comenzaron a oírse en las gradas siendo los mas resaltantes los de las madres de Ernest, quienes reconocieron de inmediato a Matías.

-Le recomiendo abstenerse de insultar al portador de la Fuerza, joven.

-Quien dijo eso?

El Oráculo se manifestó entre ellos, su rostro se veía apacible pero los pequeños rayos rodando su vaporosa figura denotaban una muy notoria molestia.

-Que es eso? Un fantasma?- Señaló Mason

-Yo soy El Oráculo, el juez y mediador definitivo de los duelos. Cada que se hace un llamado a Duelo me manifiesto.- Expresó el espectro solemne- Alguien aquí desafío a un portador Arcano y yo acudí al llamado.

Escrutinó todo el panorama, los portadores con sus debidos entes camuflados se hallaban no tan lejos del escombro central, varios civiles miraban expectantes cada detalle y los principales retadores aun parecían intentar procesar su presencia.

-Debe de haber un error, Oráculo.- Habló Kagami rompiendo el silencio.- Nadie aquí a hecho un llamado a Duelo.

-No hay error, El Mundo. De no haber un llamado a un Duelo yo no estaría aquí. Alguien desafío a uno de ustedes.

-Oráculo! Ellos dicen la verdad!- El aludido se giro a ver a la interlocutora, La Emperatriz.- Tenemos horas aquí y nadie a desafiado a nadie.

-Disculpeme sinceramente, Emperatriz. Pero de no haber un Duelo, explíqueme que hago yo aquí?- Razonó el ente sabiamente mirando a cada portador.- Alguien hizo un llamado a un Duelo y desafío a los Sacros portadores de La Fuerza, La Justicia y El Mundo.

Una risa mal disimulada se escuchó de fondo, se trataba de Matías quien intentaba no estallar de risa ante lo que escuchaba.

-Que tonto! En serio te estas dirigiendo a ese negro como Sacro Portador?- Se burlo Matías- Ja! Sacro Portador de Ébola suena mejor!

-Que acaba de decir?

-Hablan de él como si fuera la gran cosa, por favor! Solo es un sucio negro que no pertenece aquí! Mírenlo! Se cree importante por que tiene un uniforme y un apellido "digno"- Hizo enfasis con sus dedos.- En el fondo todos sabemos que eres un triste esclavo de pacotilla hijo de dos maricas!- Gritó encolarizado- Por que no le haces caso a tu linaje de negro y vas a arar el terreno, a fin de cuentas para eso sirves! Mi papá siempre dijo que hay que imponerse sobre ustedes esclavos o terminaran creyéndose uno de nosotros! Conozcan su lugar de una maldita vez!

La multitud exclamó horrorizada al escuchar dichas palabras de alguien tan joven, la forma tan cruel en la que degradaba a Ernest solo por su color de piel. Las madres del mencionado no podían contener la ira al oír y ver al mismo chico que le hizo la vida imposible a su hijo en el Janson de Sailly.

Alya desde su lugar no perdía ni un solo segundo de lo sucedido, captando todo en su teléfono en tiempo real para su blog, recibiendo varios comentarios negativos contra Matías y unos que otros comentando el estado actual del estadio de esgrima y del por qué habían escombros flotando.

-Ugh! Por favor! Quien te crees que eres?- Para sorpresa de todos, la voz de Chloé resonó con fuerza entre el mar de exclamaciones.- Esas cosas ya pasaron de moda, tonto! En que siglo vives?

-No me hables así, conoce tu lugar, rubia.- Demandó Matías.

-Por eso te habló asi! Que no sabes quien soy? Yo soy la hija del Alcalde André Bourgeous, el jefe de tus patéticos y apedigrados padres que trabajan para la embajada española.- La cejas de Matías se alzaron al reconocerla pero su expresión nunca cambió. Chloe por otro lado sabia quien era el chico, lo había visto en esas fiestas mediáticas a las que asistía su padre; sabía que él y sus padres se creían la gran cosa solo por ser embajadores condecorados por la realeza española, creyéndose con el derecho de tratar a todos como quisieran.- Que no te das cuenta del ridículo que estas haciendo? Tú y tu secundaria están pasando la mayor verguenza de su vida no solo frente a Moi, sino también frente a la reina de Prusia.

-La Reina no me interesa, es solo otra mujer con un título. Lo que tiene se lo debe a su esposo.- Dijo como si nada, pasando por alto las miradas asesinas que ambos serviles, el príncipe y Hellene arrojaban a su dirección. La reina por su parte se mostraba totalmente inafectada, sonrió con dulzura a Matías y habló.

-La hija del Alcalde tiene razón.- Dijo para sorpresa de muchos.

-En serio?- Soltó la rubia.

- Asi es, jovencita... No estas pasando la verguenza de tu vida frente a mi... Sino frente a toda Francia.

-Que?

La reina simplemente señaló a un rincón de la corte, el cual se encontraban Alec junto al camarógrafo y Aurore y Mireille sosteniendo sus debidos telefonos...

Nino y Wayhem estaban en iguales condiciones, grabando todo lo que podían en tiempo real.

-Sonríe a la camara, Taglianni! Estas en vivo a nivel nacional!- Exclamó Nino para desgracia del oji-verde.

-Los seguidores de mi blog les encantará esta noticia!- Le siguió Wayhem jocoso.

Cada portador se regocijó al ver como Matías palideció ante las noticias, miró frenético a la cámara para después virarse hacia Nino.

-Les ordeno que suelten esos teléfonos en este instante!

-Quien te crees, viejo? No eres nadie para ordenarme.- Se burló el portador del Hierofante.

-Claro que lo soy! Soy tu superior, y tu deber es obedecerme!- Exclamó colérico.

-Uy! Que miedo!- Se burló Wayhem.

Cada berrinche de Matías era televisado a nivel nacional, todos aquellos que lo veían sentían la repulsión a flor de piel al ver lo desagradable que era el chico.

En la embajada, los padres de Matias no sabían en donde esconderse, las miradas inquisidoras de todos los escrutinaban con asco y desprecio incapaces de creer que a tales fechas aun existiera gente así.

Ya esas alturas, nadie podría ayudarlo a esconder esa horrible faceta suya.

-Basta! Apaguen todo! Es una orden!- Gritaba este en vano mientras que Mason solo permanecía en silencio, mirando nerviosamente a todos.

Desde uno de los pasillos que daba camino a la corte, escondida del público, Iris veía todo con gesto complacido, puede que haya sacrificado una de sus muchas minas de oro pero para su plan era necesario.

-Fue una buena idea el hacer el llamado al duelo.- Le habló a la Sombra.

-Claro que lo fue... Mientras estan distraídos con el duelo, podrás esparcir hordas de Espectros a todas partes...

-No podrán ser testigos del duelo y evitar que los Espectros contagien mas gente al mismo tiempo.- Musitó Lila con su típica mueca zorruna.- Pronto París estará bajo mi control.

-Ahora solo falta la mejor parte... Hacer notar la existencia de Los Arcanos.

-Eso no será difícil, las cámaras lo captarán todo.- La sombra río por lo bajo ante su ingenuidad.- Que?

-Ingenua. Los aparatos no pueden captar la presencia de los Arcanos.- Disfrutó ver el rostro de Lila contorsionarse en una mueca.- Pero descuida, me encargaré de eso. Francia por fin verá la verdad de Los Arcanos.

-Y luego estaré yo como la pobre víctima pidiendo a los ciudadanos de Paris el regreso mi mazo y mi título de Emperatriz de Los Arcanos.

-Pronto, todos nuestros deseos se haran realidad...- Siseo la Sombra con deleite mientras escuchaba a Lila reír de forma perversa.

-Asi es, pero antes...- Acarició la joya de su gargantilla, la cual era totalmente invisible a plena vista, una pequeña sombra similar a una avispa aparecido y se posó delicadamente sobre su dedo índice.- Démosles una verdadera razón para comenzar un duelo.

Dejó que la oscura avispa volara hacía Matías, el susodicho aun se hallaba muy ocupado reclamando y ordenando a todos que dejaran de grabarlo que no sintió como la avispa rapidamente lo picaba en el cuello para después moverse hacia su espada y fundirse en ella.

De un momento a otro, este calló por completo para intriga de muchos pero repentinamente comenzó a reírse de forma frenética.

-Que demonios le pico?- Habló Chloé intrigada por su erratica risa.

-No lo se...- Sopesó Sabrina a su lado.

Rose, cuidadosamente estudió la figura de Matías, quien aun carcajeaba erráticamente, podía ver una especie de piquete a un lado de su cuello y una extensa aura oscura rodear su espada de esgrima.

Conectó rapidamente los puntos y alarmada avisó a los demás portadores.

-La Sombra! La Sombra lo esta manipulando!

Eso puso alerta a todos, casi de inmediato abandonaron su instancia burlona hacia Matías para adoptar una defensiva. Aquello no pasó desapercibido por el castaño, quien sonrió socarrón al malinterpretar su repentino cambio de instancia.

-Ja! Con que ahora me temen, no? Era de esperarse.

-Aja si, créetelo si quieres!- Resopló Ernest.

-Me lo creo por que es cierto!- Regresó confiado.- Soy imbatible!

-Pff! Si, claro! Dizque imbatible y no has vencido al capitán en todo este tiempo!- Recalcó Ernest recordando a cierto rubio oji castaño que solía llamar amigo.- Recuerdo lo rápido que te derrotaba en la corte... No durabas ni dos minutos.

-No hables, esclavo! Yo soy mejor que ese imbécil del capitán! Soy mejor que todos en mi equipo de esgrima! Soy mejor que tú!- Grito a todo pulmón en un desesperado intento por hacer realidad su decreto.

-En serio? No me digas.- Le siguió Ernest la corriente, se sentía misteriosamente motivado al ver a Matías perder de alguna forma su cordura y mostrar sus verdaderos colores, aún poseído por La Sombra y bajo el control de Lila, estaba seguro de que todo el país estaba al tanto de la persona marginal que era Matias Taglianni.- Solo hay una forma de creer lo que dices.

-Cómo?

-Así... Taglianni, te desafío a un duelo!

El decreto de Ernest sin duda confundió a todos los portadores, en su interior Marinette temía que algo malo llegara a suceder, no era comun el ver a un portador desafiar a alguien.

-Que cree que hace?

-Se enfrenta a sus miedos...

-Uh?

-No necesito socavar aun más en sus recuerdos para saberlo, La Fuerza le esta haciendo frente a su mayor temor.

-Ernes le teme a ese sujeto?- Le parecía imposible creerlo, Ernest, el chico que literalmente amenazó a toda la secundaria con una paliza épica, le temía a ese arrogante?

-Hasta los más fuertes tienes derecho a sentir miedo. No te preocupes, tienes muchas cartas sobre la mesa.- Señaló a los portadores.- La Sombra no se atreverá a hacer algo tan riesgoso si estamos aquí.

-Tienes razón.

Matías ante el desafío sonrió confiado, era hora de dejar las cosas bien en claro.

-Como tu digas, negro. No me vengas rogando por piedad cuando te gane.

-Eso lo veremos...

El Oráculo, listo para dar inicio a las condiciones de duelo fue detenido abruptamente por la intervención de Claude.

-Alto! Yo tambien deseo intervenir en este duelo!

-Me temo que no puedo permitirlo, La Justicia. El duelo debe ser equitativo.- Condicionó el Oráculo severo.

-Déjalo así, fantasma! Yo puedo con ambos!- Salio Matías confiado.

-El duelo no dará inicio hasta que haya un cuarto retador.

-Bien.- Gruñó Matías a lo bajo.- Mason, ven aquí.

El aludido se tensó en su lugar y miró a Matías con miedo.

-Oye... Matías, creo que esto a llegado muy lejos.- Balbuceó temeroso ante la amenazante mirada de Matías.

-E dicho que vengas aquí, es una orden!

-Pero yo... Argh!

Sus palabras fueron cortadas de lleno al sentir un fuerte agarre en su cuello, Matías había extendido su brazo hacía el, desprendiendo una fuerte energía oscura que lentamente iba consumiendo a Mason.

-Oye! Es no es justo! Lo lastimas!- Gritó Wayhem horrorizado al ver como los colores desaparecían de la cara de Mason.

-El fantasma dijo que no iniciaría el duelo si no hay un cuarto retador. No hice nada malo.- El aspecto de Mason dejó de verse adolorido y acongojado para pasar a uno tétrico y perverso.

-Que me dices ahora, Mason? Te unes al duelo?- Volvió a pregunta Matías

-Claro que si, hay que darles una lección a estos raros.- Giró su espada en su mano desprendiendo la misma energía oscura.

Claude y Ernest miraron horrorizados al Oráculo, practicamente había sido testigos de un acto de manipulación a la fuerza que pudo haber afectado severamente a Mason... Y este no hizo nada al respecto.

-No puedes dejar que se enfrente así al duelo! Míralo, esta hipato!- Exclamó Ernest

-De que hablas, negro? Él esta perfecto.

-Si! Dejen de decir ridiculeces y empecemos esto de una vez!

-Bien, como ahora ambas partes están enteras, podemos dar inicio al...

-Alto!

-Argh! Y ahora que?!- Resopló Matías al verse interrumpido nuevamente.

A la escena llegó la manager del Janson de Sailly, luciendo completamente desaliñada y con rastros de suciedad en todo su uniforme pero lo que más destacaba de ella era su melena que parecía moverse con vida propia y sus chispeantes ojos violetas.

-Como llegó ella hasta aqui?- Susurró Nino incrédulo a Adrien

-Ni idea, amigo.

-Que demonios quieres, Abby? No ves que estamos ocupados?

-Cállate, Mason!- El aludido calló de golpe mientras la chica avanzaba a pasos agigantados con dirección a Claude y a Ernest. - Exijo saber, que hace ella aquí?

Incrédulos, ambos señalaron a Kagami detrás de ellos para después verse la cara confundidos.

-Eh... Estás bien, linda?- Le preguntó el moreno intrigado- Creo que todo esto te sacudió un poco las neuronas.

-No te atrevas a llamarme loca, tonto! Que hace ella aquí?- Exigió saber nuevamente.

-Ella es parte del equipo de esgrima del Françoise Dupont, creo que es bastante obvio.- Señaló Claude.

-Ah! Ahora resulta que juegas para el bando contrario, no?- Rezongó amargamente.- No te bastó con quitarme mi puesto como modelo de Bree-C!? Cuál es tu obsesión conmigo!? Vas a quitarle el premio a TU secundaria del mejor equipo de esgrima! Cuál es tu problema, Momo!?

Kagami, totalmente indiferente a la ira de la pelinaranja, le arrojó su mejor mirada gélida para después hablar.

-Disculpa, pero quién eres tú?- Su pregunta solo descolocó aún más a la pelinaranja, quien apretó sus puños en señal de impotencia al igual que su mandíbula.

-No te hagas la tonta! Yo soy Abby Grind! La mejor modelo del Janson de Sailly!- Replicó furiosa.

Los presentes, por su parte la veían como si un tornillo se le hubiera zafado; claramente estaba confundiendo a Kagami con alguien más y parecía no querer darse cuenta de eso.

-Acaso todos los estudiantes de ese instituto son así de inestables?- Preguntó Hellène mientras se oía de fondo como Abby intentaba dar sentido a sus palabras.

-Algo me dice que si, su alteza.- Respondió su servil.

-Desde cuando Kagami tiene un segundo nombre?- Susurró Claude y Ernest solo alcanzó a encogerse de hombro.

-Pensé que los japoneses no seguían eso de un segundo nombre o apellido.- Razonó Juliette y Marc a su lado asintió de acuerdo.

Por otro lado, Rose, Juleka y Chloé trataban de refrescar la memoria con respecto a esa chica, sabían que la habían visto en algún lado, hasta que Juleka finalmente cayó en cuenta de quién era.

-Es esa chica...- Susurró esta.

-Cual?- Preguntó Rose a su lado.

-Es la cual los jueces no dejaban de hablar...

-Ah si! Esa chica!- Exclamó Chloé al recordar quién era.- En la sesión los jueces no dejaron de hablar de la terrible impresión que les distes en el casting.

-De que hablas?

-Te cuento, la señorita Ollen mencionó a una chica muy desagradable, una que echó en cara de los jueces lo importante e influyente que era en la industria.- El tono de voz de Chloé era burlón y socarrón, disfrutando la mueca ofendida de Abby.- Que estuvo en la portada de tal revista, fue invitada "especial" en el desfile de tal, tiene quien sabe cuántos seguidores, fue ganadora de no se qué... Y la lista sigue... Dijeron que fuiste una de las peores participantes, bueno, después de Lila tu eres la segunda peor participante.

-Mientes!

-Disculpa? Me estás acusando a mí de mentir?- Ahora sonaba ofendida.- Veo que no conoces tu lugar, Grind. Hasta donde se ve, es mi imágen la que le está dando la vuelta al mundo con los diseños de Bree-C, al igual que la de ellos. La tuya ni siquiera la conocen. Es más, esa chica Momo tiene más futuro que tú...

-Y el hecho de que la confundas con alguien que no es, demuestra lo equivocada que estás!- Salió Marinette dispuesta a defender a Kagami.- Quien es la de la obsesión ahora?

-Tontos! Que no lo ven? Ella es Momo! Hirai Momo!

-Suficiente! Claramente me está confundiendo con quién no es.- Kagami caminó Serena hasta posarse frente a una histérica Abby quien parecía mirarla como si tuviera la peste.- La chica con la que me confundes se llama Hayai Momo, es la hija del secretario de mi madre. Una joven talentosa y dedicada en las artes del Kárate y el baile. Desafortunadamente estudia en esa secundaria, grave error, está llena de gente desagradable como tú. Si ella fue electa sobre tí para ser modelo de Bree-C es muy entendible. Se dedicó semanas a eso y no dejó de practicar su pasarela y su actitud frente a la cámara. Se dedicó de llego aún con los ridículos mensajes de amenaza que le enviabas, eso no la detuvo.

-Debió obedecer!

-Al contrario. Se esforzó más y los resultados florecieron. Fue una de las muy pocas en tu secundaria en ser escogida.- Algo en su interior se regocijó al ver cómo Abby lentamente parecía perder la cordura anta cada palabra que ella decía.- Dices ser tú la mejor modelo del Janson de Sailly...

-Y lo soy!- Intervino neciamente

-Y si es así, que hace el rostro de ella dándole la vuelta al mundo en vez del tuyo?- Escuchó a Ernest mascullar una burla por lo bajo.- Tu solo eres una celebridad local, ella ya es famosa a nivel global!

El bochorno en estos momentos para Abby sin duda era abominable, para empeorarlos todo Ernest y Claude se burlaban de ella con extraños gritos, Chloé se reía abiertamente y sin pena al igual que Socqueline, Juliette, Rose, Juleka y Mylène se contenían para no estallar al igual que la rubia, Marc e Iván trataban de mantenerse a raya, Nino, Sabrina y Wayhem grababan todo lo que podían, Adrien, cual caballero disimulaba muy bien su risa pero sus comisuras se alzaban un poco pero las cubría con su mano, Hellène por su parte lucía indiferente pero al igual que Adrien la comisura derecha de sus labios estaba levemente alzada, dando a entender que ella estaba disfrutando esto.

Marinette miraba orgullosa a Kagami, quien a su vez se notaba entretenida al haber puesto a su lugar esa chica.

-Ah! Tontos, cierren la boca!- Exigió.- Dejen de reírse!

Se giró hacía Matías y Masón en busca de apoyo.

-Hagan algo, idiotas! Se están metiendo con mi reputación!- Chilló a los dos jóvenes.

-Estábamos en eso Abby, pero...- Habló Mason para después ser interrumpido por Matías.

-Llegaste de la nada en medio de nuestro duelo. Y que demonios te pasó?

-Un duelo?- Procesó lentamente lo que había oído- Me uno. No voy a dejar que esa amarilla se meta conmigo!- Dijo de forma atropellada ignorando la pregunta de Matías.

-Aja si. Lo que digas. -Salió Mason burlón

-No te metas en esto, Abby! Esto es solo para hombres... Argh!- Sintió el fuerte agarre de Abby en su cuello, clavando perversamente sus manicuradas uñas en la piel de su cuello.

-Lo dice el que no tuvo los testículos para enfrentarse a un negro...- Habló con tono sombrío.- Te diré algo, Matías. Entre los tres, yo soy el más hombre de todos ustedes... Así que lo diré una sola vez... Me uno...

El aludido tragó grueso y asintió temeroso. La pelinaranja lo soltó de forma brusca y se giró encarando al trío de los Arcanos y al Oráculo, quién la miraba expectante de su resolución.

-Oye! Fantasma!- El Oráculo miró a Matías.- Ella se une al duelo.- Señaló a Abby.

-Esta usted segura, señorita?

-Claro que sí, esa amarilla no me va a humillar!

-Humillarla más de lo que ya a hecho.- Susurró Claude y Ernest asintió

-Esta usted de acuerdo, El Mundo?- Se dirigió a Kagami.

-Por supuesto. Terminemos con este circo de una vez.- Soltó decidida desenvainando su espada.

El Oráculo al presentir que no habrían más interrupciones alzó aún más la dorada barrera y separó el escombro Central en tres partes, separando a los Arcanos con sus debidos adversarios.

-Conocen las reglas, Arcanos. Liberen el Maná de sus Joyas y que los entes se hagan presentes.- Los presentes obedecieron sin excepción al mandato del fantasma pero los Arcanos aún seguían camuflados.- Presentes aquí, en este duelo de tres. La Fuerza, La Justicia y El Mundo contra Matías Taglianni, Mason Pent y Aubergine Grind.

-Es Abby!- Chilló la mencionada pero nadie le prestó atención.

-Al ser un duelo de tres, deben haber tres vencedores, y dichos vencedores podrán reclamar lo que deseen de los derrotados.- Explicó el Oráculo solemne.- Que obtendrán ustedes, Los Arcanos si ganan los duelos?

-Si claro, si es que logran hacerlo.- Se burló Matías pero el Oráculo lo ignoró.

-Bien, ahora que lo mencionas Oráculo. Si yo gano... Tú y toda tu familia se irán de Francia y no volverán a poner un pie aquí y no volverás a meterte con nadie... Además, te disculparas con todos aquellos a los que has dañado, maltratado y abusado, incluyéndome.- Aseveró Ernest serio mirando de lleno a Matías sin ningún tipo de titubeó.

-Pff... Claro que no, negro. No haré nada de lo que digas.- Se burló este.- Yo solo le enseñé a esos plebeyos su lugar.

-No está en posición de negarse, joven. Si aceptó el dueño también está aceptando todo lo que está por llevarse a cabo.- Le regañó el Oráculo y Matías rodó los ojos aburrido.

-Ugh! Bien!

-La Justicia?- Miró a Claude

-Bueno, no tengo la mas mínima idea de quién eres.- Señaló a Masón.- Pero dime con quién te juntas y te diré quién eres. Si yo gano no volverás a molestar a nadie en tu vida y buscarás ayuda, está claro que no sabes valerte por tu cuenta.- Mason rió burlón ante la condición del castaño.

-Uy! Que patético!

-Silencio... Queda usted, El Mundo.- Se dirigió a Kagami.

-Si yo gano, dejarás en paz a Momo y no seguirás enviándole esos horribles mensajes de amenazas.- Reveló está.- Pero no solo con Momo, sino con todas las otras personas a las que rebajas, las dejarás en paz y no volverás a mostrar tu verdadero rostro al público hasta que estés verdaderamente arrepentida por todas las cosas horribles que has hecho.

Abby rió con fuerza como si lo que Kagami hubiera dicho fuera el chiste del siglo, los presentes la miraban con desagrado al ver cómo se reponía después de tan sonora carcajada.

-Que gracioso, como si yo fuera a hacer eso. Yo solo les enseñó su lugar es todo.- Se excusó como si eso fuera lo más obvio del mundo.- Y Momo se lo merece por robarme lo que es mío.

Kagami rodó los ojos nuevamente, exasperada por su comportamiento infantil y su resentimiento.

-Los Arcanos ya dieron a entender sus condiciones... Cuáles son las suyas, retadores?- Se giró de lleno al trío adversario.

-Por fin!- Masculló Mason

-Ya era hora!- Siguió Abby

-Bien. Si nosotros ganamos, obviamente no haremos nada de lo que dijeron.- Rió entretenido por la situación.- Osea, se oye ridículo.

-Que esperabas, Matías?

-Cierto. Además, si yo gano tú y esas dos maricas que llamas madres dejarán todo lo que tienen a nombre de los Tagliannis y se volverán en lo que siempre fueron... Unos esclavos.- Remarcó Matías a lo que Ernest de forma disimulada tragó con fuerza.- Personas como ustedes no tienen derecho a eso no a nada más.

-Cierto!- Le siguió Mason.- Puedo pedir lo que sea, no?- Llevó su mano a su mentón en una pose pensativa.- Bueno, como eres el hijo del doctor más importante de París, el dinero no será un problema para ti, verdad?

-Explicate, viejo...

-Ah! Que lento eres! Quiero Dinero!- Gritó codicioso.- Tu papá gana cerca de 60.000 cada semana, eso es mucho dinero para un simple doctor.

-Ve al punto, Pent!- Se hartó Claude al verlo cavilar tanto en el tema.

-Si gano, tu papi me dará una jugosa pensión, pero no anual, ni mensual o semanal... Diario! Quiero 3000 por día... y también la quiero a ella!- Señaló a Juliette en uno de los escombros.

-Espera, que!?

-Crees que soy idiota? Ella es la hija de una de las investigadoras de los laboratorios CERN y la favorita de ese príncipe.- Señaló al susodicho con desinterés.- No me molestaría recibir la misma cantidad de los laboratorios más prestigiosos y de la monarquía más ricas de todas.- Miró con dirección a la princesa con una mueca desagradable que dejaba ver su codiciosa ambición.

Claude nervioso miró con dirección a Juliette, se notaba en idénticas condiciones a las de él pero no lo demostraba; no muy lejos de ella se hallaba el dichoso príncipe, ambas miradas se encontraron en una especie de plática muda, azúl contra verde cerúleo que gritaba una sola cosa.

Ni se te ocurra perder!

Alejó la mirada del principe y encaró a Mason.

-Bien, como digas.

-Excelente, ya dejaré mi número de cuenta cuando gane.

-Suficiente...- Le calló el Oráculo.- Queda usted, señorita.

-Obvio. Lo mejor para el final...

-Di lo que sea que quieras y terminemos con esto.- Le interrumpió Kagami hastiada del dramatismo de sus retadores.

-Ugh! Bien! Si yo gano, le ordenarás a esa plebeya de Momo que abandone su puesto como modelo de Bree-C y me ceda el puesto a mi. Está claro que yo soy la mejor opción para ser modelo de la marca.- Se vanaglorió así misma.

-Claro! Y si lo eres, que haces aquí?- Se burló Socqueline recibiendo una felicitación por parte de Chloé.

-Cállate, amarilla!

-Aja... Eso es todo? Te enfrentarás a mi por un puesto en una marca? Que ridículo.- Sopesó la japonesa masajeando el puente de su nariz.

-No, no lo es! Hay algo más!- Miró de lleno a Marinette y la señaló con desprecio.- Quiero el mazo de esa de por allá.

-El mazo?- Ahora los ojos de todos estaban sobre Marinette.

-Claro que el mazo, que más? Mi Bestie, Iris, me comentó sobre eso, una reliquia invaluable que le pertenecía a su amiga Lila, pero que una abusiva mestiza se lo robó en un arranque de celos!- Soltó colérica para sorpresa de todos.- Ese mazo si está completo puede cumplir toda clase de deseos...

-Deseos? Ahora sí me interesa...- Susurró Mason interesado

-Imaginense lo que podríamos hacer con esos deseos...- Musitó Matías con una mueca perversa.

-Asi es! Iris me comentó que Lila iba a repartir los deseos pero el mazo le fue robado! Y ahora, nosotros lo recuperaremos!- Reveló la chica desprendiendo un aura que lentamente alborotaba sus ya desaliñados cabellos.

-Fabuloso! Ahora estos soquetes saben del mazo!- Lamentó Nino con impotencia.

-Descuida, Nino. No sé saldrán con la suya.- Le animó Adrien confiado aunque en el interior tenía el presentimiento de que algo malo sucedería.

El Oráculo al presentir que nadie pediría más nada, alzó su mano e hizo más sólida las barreras.

-Al ver qué ya se dejaron en claro lo que cada uno desea, procederé a custodiar lo pedido.

Las esferas doradas aparecieron y dentro de una de ellas apareció un pequeño objeto similar a una estatuilla con forma de doncella griega sosteniendo entre sus manos alzadas algo similar a una estrella, en otra había una pequeña olla dorada con pequeñas chispas saliendo de el, en otra se podía ver un pequeño libro plateado y en la otra esfera no se hallaba nada.

-Oiga... Esa esfera está vacía.- Señaló Wayhem.

-Eso es por qué ahí, irá el mazo.- Miró a Marinette.- El mazo es necesario, Mi Emperatriz.

-Lamento decepcionarte, Oráculo. Pero el mazo no está conmigo, está en un lugar seguro lejos de todos ustedes.

-Que!? No es posible!- Remilgó Abby.

-Te ordeno que busques ese mazo e inmediato!- Ordenó Matías.

-A Marinette no le hables así!- Chilló Rose molesta

-Silencio todos!- Habló el Oráculo con voz potente.- Absténgase de insultar a la santa dama de los Arcanos, Taglianni...- Siseó malicioso hacia Matías.- Dado que el mazo no se haya presente, Mi Emperatriz,me veré en la obligación de pedirle la llave que cuelga de su cuello.

-De acuerdo.- Con sumo cuidado removió su collar y lo extendió hacia el Oráculo, quién de forma inmediata encerró dicho collar en la última esfera restante.- Si logran ganar el duelo, le diré en dónde está el mazo.

-Entonces ve alistandote, amarilla! Por qué ya tenemos este duelo ganado.- Confiado, Matías desenvainó su espada y la apuntó hacia Ernest.

-Ah si, cabrón... Eso ya lo veremos...- Imitando sus postura, Ernest puso en posición su espada, teniendo a Claude y a Kagami imitando su acción.

-Teniendo a los testigos, las condiciones y lo estipulado a ganar... Este duelo de tres, puede comenzar...


Continuará...


POR FIN! POR FIN! POR FIIIIIIN!

Después de quién sabe cuánto tiempo, por fin lo publiqué!

Si, lo admito... Me tardé. La salud de una de mis manos no es la mejor, así que con algo de esfuerzo terminé este capítulo.

Literalmente tuve que investigar cómo no tienen idea. Incluso me ví varios vídeos en Youtube sobre esgrima y esas mondas.

Con respecto a esos personajes racistas, siento que lo hice bien, aunque también pude haberlo hecho un poco más dramático pero entonces ya les traumaría por completo.

Varias cositas pasaron aquí... Por fin Los Agreste y Bridgette van a colaborar, vimos un poco del abusivo pasado de Ernest, Los Couffaine y los Ginniani finalmente se conocieron y bueno... *Procede a auto cringea por la pequeña escena 14* No soy muy frecuente en escribir esa clase de cosas pero haré mi mejor esfuerzo, de cualquier forma, las opiniones y correcciones siempre son bienvenidas.

Solo queda esperar aquellos fabulosos duelos... Y posiblemente la peor era para nuestros Arcanos. *Inserta diablillo*

En fin, hasta aquí llego. Me despido de ustedes.

Hasta el próximo capítulo.

Se les quiere, se me cuidan. Beban agua, duerman bien. Y ajá...

Volveré a manifestar me... La próxima Cuaresma o cuando mi mano deje de doler ;

Bye!

P.D. Los revises siempre son bienvenidos, también las ideas, opiniones, críticas, dudas preguntas. Todo es bienvenido. 3