© Descargo de responsabilidad: The Chosen es propiedad de Dallas Jenkins.
«The Chosen es la primera serie multitemporada sobre la vida de Jesús, vista a través de los ojos de quienes lo conocieron.»
Llamada por nombre
Hacía mucho que había olvidado cuando comenzó a ser "Lillith". De hecho, a veces sentía que había sido Lillith toda su vida.
Pero había tenido un nombre. Había tenido un hogar, un padre amoroso... y fe. Pero ahora, lo había perdido todo. Ahora era solo un cascarón vacío y roto, despojado de todo aquello que la definió alguna vez.
La mayoría del tiempo sentía que ya no se conocía a sí misma. Era como intentar verse en un trozo de obsidiana oxidado, solo para encontrarse con un reflejo distorsionado y borroso, apenas reconocible. Por otro lado, estaban los flashbacks que la engullían. ¡Cuán terribles eran! La dejaban temblando y sin aliento, empeorando cada día.
—Estoy en el infierno.
Todos alrededor se quedaron en un silencio sepulcral, mirándola con censura. Solo Sol le dedicó una mirada llena de compasión y preocupación. La había visto en sus peores momentos, y en el fondo tenía alguna idea lo que quería decir. Quería hacer algo para ayudarla, pero no sabía cómo. Sol temía que un día simplemente saliera por la puerta y no volviera jamás.
Y ella tenía todas las intenciones de hacer precisamente eso.
Se sentía rota, sin esperanza, y más allá de la redención. Incluso aquel hombre santo, quien había venido desde la mismísima Jerusalén, no había podido liberarla de sus demonios. Y aunque no podía recordar mucho de lo que había sucedido, sabía bien que las voces en su cabeza habían espantado al hombre, siseándole desde el interior de su boca. Odiaba esa sensación, odiaba el sentirse desconectada y sin poder recordar nada. Se sentía usada, manipulada como una marioneta, sin control de su propia mente y cuerpo.
Y ya no podía soportarlo más.
Se halló caminando distraídamente hacia un risco cercano que la había estado tentando desde hacía algún tiempo. Una suave brisa la envolvió, trayendo el olor del mar salado a sus sentidos. Con un nudo en la garganta y sintiendo el pecho oprimido, dio un vistazo al fondo del precipicio. El brillante sol de la tarde arrancaba diminutos destellos al agua, que en otra ocasión le hubieran parecido hermosos. Era una gran vista. Pero tenía un solo pensamiento en mente, y ese era acabar con todo. Dio un último vistazo a las piezas arrugadas de papiro entre sus manos, el legado de su padre. Las dejó arrastrar por el viento, llevándose con ellas las últimas palabras a las que se había aferrado en un intento de seguir luchando.
Pero estaba cansada de luchar.
Dudó por un momento, y luego tomó su decisión. Apretó los puños, pero antes de siquiera dar un paso al frente, una paloma captó su atención. Quiso ignorarla y dar aquel paso final, pero el ave aleteó de nuevo, y la curiosidad terminó por ganarle, siguiendo a la paloma y alejándose del risco. La siguió con la vista, ajena a todo lo demás, olvidándose del risco y las tranquilas aguas a su pie. El ave, extrañamente, nunca se alejó demasiado, y antes de que se diera cuenta, se encontraba de vuelta ante la puerta de Sol.
Entró a la taberna y se sentó en el mismo banquito que había abandona en silencio horas atrás. El rostro noble del eunuco se contrajo de preocupación ante su aspecto angustiado.
—¿Funcionó?
Sacudió la cabeza en respuesta, un gesto apenas perceptible.
—No sé qué más hacer para ayudarte —admitió el hombre en señal de derrota.
—Dame de eso —apuntó con voz quebrada—. Mucho de eso...
—Eso no resolverá tus problemas —alegó—. Es para distraerte de ellos.
—No me prediques —siseó—. Solo dámelo.
Su voz se oscureció sutilmente, pero Sol no se retractó. En su lugar, intentó apelar una vez más, en vano.
—Por favor.
Su voz se quebró con sus últimas palabras , y Sol aceptó renuentemente. La mujer se limpió una lágrima de los ojos mientras el eunuco le servía. Estiró la mano, pero antes de siquiera tomar el vaso, un hombre que Sol nunca había visto la detuvo. Ella le observó en silencio por unos segundos, insegura de qué estaba sucediendo. Sol contempló el intercambio, receloso del extraño, listo para intervenir si hacía falta.
De repente, el semblante de ella cambió, se encogió en su asiento, presa de lo que parecía ser un repentino dolor de cabeza, y Sol comenzó a preocuparse.
—Lillith.. ¿estás bien?
—Yo... tengo... tengo que irme.
La mujer se marchó abruptamente.
El extraño la siguió.
Quería correr. No entendía el por qué, pero todo el intercambio la puso intranquila. Se sentía incómoda y expuesta, como si hubiera estado encerrada en un cuarto oscuro mucho tiempo, y de pronto, alguien corriera las cortinas dejando que la luz brillante entrara y lastimara sus ojos. Era una sensación extraña, que despertaba en ella aquellas voces chirriantes, y quiso adormercerla con un largo trago de la amarga bebida.
—¡María!
Su corazón se saltó un latido.
—María de Magdala.
El vaso cayó al suelo, haciéndose pedazos, pero ella no lo oyó.
—Así dice el Señor que te creó...
Sintió que el aire dejaba sus pulmones.
—Y quien te formó...
Estocada.
—No temas.
Estocada.
—Por cuanto te he redimido.
Estocada.
—Te he llamado por tu nombre.
Estocada.
—Tú eres mía.
Fue como si le hubieran arrancado el aire de golpe, cada palabra una espada directo a su pecho, perforando su corazón. (Años más tardes alguien lo describiría exactamente así). Se encontró jadeando y sollozando, hasta sentir que dejaría de respirar, y antes de que lo notara, las lágrimas habían bañado su rostro. Sentía que podría estar así y llorar por siempre. Sintió su cuerpo doblarse sin fuerza, encontrando apoyo solo en aquel extraño que la había llamado por su verdadero nombre, y citado palabra por palabra aquel único legado que su padre le había dejado.
No supo cuánto tiempo había pasado así, sollozando hasta no poder más, lo único que sabía es que ya nunca más sería Lillith, y que finalmente, era verdaderamente libre.
Era María ahora. Y lo sería para siempre.
¡Estrenando fandom nuevo por segunda vez! The Chosen se ha convertido rápidamente en mi serie favorita, y espero poder escribir más sobre ella.
Si no lo sabían, The Chosen es la primera serie multitemporada sobre la vida de Jesús. Sus historias lo retratan desde el punto de vista de quienes lo conocieron. Pueden verlo gratuitamente en watch [punto] the chosen [punto] tv
Esta historia está inspirada en el primer capítulo, el cual es uno de mis favoritos por distintas razones. En el fandom decimos de ciertas escenas que "nos derritió la cara", y creo que esa expresión encaja muy bien con mi reacción la primera vez que lo vi jaja
En fin, espero que se animen a verla, es totalmente gratis, o si lo prefieren, pueden encontrarla en Netflix.
