Disclaimer:

La saga de Harry Potter, libros y películas, es propiedad de la señora JK Rowling. Tome prestado a sus personajes para recrearlos en el siguiente One Shot.

Pareja: Harry y Hermione

Universo Alterno

La caza fortunas y el seductor.

"Hermione, eres tan bella como una rosa que abre su fragancia en primavera."

Hermione Granger quiso rodar los ojos al escuchar el intento de poesía de su candidato.

-Oh, Cedric, es tan hermoso... Me haces sonrojar.

Su mirada vagó por el restaurante donde el candidato número 7 le citó.

Con un rápido vistazo pudo vislumbrar cuán caro era el restaurante y ni hablar de las bebidas: el más caro vino y champán. Ella sonrió para sus adentros. Si todo salía bien, pronto tendría el dinero suficiente para pagar los estudios de su hermana. Luna aún estudiaba en Hogwarts; la escuela de magia y hechicería era demasiado cara en colegiaturas, ni hablar de los uniformes o útiles. Reprimió un suspiro. Si todo salía bien, Luna podría comprarse una nueva varita.

-Querida Hermione, ¿puedes dejarme besarte?—

Los ojos castaños de Hermione miraron el atractivo rostro varonil, las cejas pobladas, una nariz demasiado fina, pómulos estrechos, boca fina, ojos aguamarina. Era el candidato más guapo que había tenido hasta ahora, sin embargo muy poco interesante. Parecía que solo sabía hablar de dos temas: negocios y deportes. Eso sí, su poesía era más barata que el bolso de piel de imitación que tenía la comensal de enfrente.

Reprimió un bostezo. Era guapo el candidato, tenía suficiente dinero como para alimentar a un pueblo... pero era muy aburrido.

-Cedric, cariño, yo…— Bajó la vista tratando de aparentar vergüenza y un poco de inocencia... Sabía qué armas utilizar contra los hombres; ellos se volvían locos cuando una mujer aparentaba fragilidad. No importaba cuán rico o pobre era, el instinto de protección se activaba.

-Oh, mi Hermione... mi dulce Hermione... no te preocupes; no haré nada que te ofenda.—

La castaña suspiró con alivio... Odiaría besar a ese hombre que momentos antes se había comido una cebolla y ajo.

Puaj

Pero la ventaja era que lo tenía rendido a sus pies.

-Cedric, no quiero terminar la velada pero ya es tarde, mi hermana se preocupará y sabes bien que ella se enfada con facilidad...

Nada más lejos de la verdad, Luna era tan cariñosa como un cachorro y tan sentimental como un conejito, pero si quería terminar una velada con frutos debía evitar momentos de soledad con el candidato hasta la tercera cita... Mas ahora podría sacarle un poco de provecho.

La mirada decepcionada del hombre le auguró una cosecha segura.

Ella se levantó a prisa cuando por el rabillo del ojo vislumbró el camarero acercarse con bandeja en mano. A tal acto hecho a propósito, chocó con el pobre chico que en un intento de no tirar la bandeja, derramo una copa en la carísima prenda de Hermione, un hermoso Chanel.

El vino mojó el rostro de Hermione, Cedric al ver esto se enfureció, armando un revoltijo en el elegante lugar, mientras una apenada Hermione trataba de disuadir a su candidato de no ejercer una demanda contra el culpable.

Tres mesas detrás de la pelea, unos seductores ojos verdes la miraban con intensidad. Hermione sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Volteo la cabeza en dirección hacia los ojos verdes... La intensidad de la mirada le aturdió unos segundos hasta que escuchó las palabras de Cedric muy a lo lejos.

El hombre, que estaba parcialmente oculto por las sombras, levantó su copa en dirección a ella y sin más bebió de la misma sin quitarle la mirada.

Hermione abrió la boca en incredulidad y levantando el mentón se enfrentó a ese hombre que tan solo sonrió de medio lado. Hermione le devolvió la sonrisa, más la mirada verde se oscureció cuando recorrió con descaro su cuerpo que seguía empapado por el vino, ocasionando que el vestido se le pegara como una segunda piel al cuerpo.

Un ligero tirón de sus hombros le saco de su enfrentamiento con el descarado arrogante. Cedric al parecer, se fijó en que ella no le prestaba atención. Llego a un acuerdo con el gerente, quien aceptó un poco reticente por lo que el candidato pedía y sin más tomó a Hermione de su mano llevándola a la salida.

Los ojos verdes nunca dejaron de mirarla.

Harry Potter sonrió para sus adentros, aún sorprendido que esa hermosa y escultural castaña sea Hermione Granger, la caza fortunas.

Sin embargo, ahora estaba seguro que esa mujer caería en sus trampas y terminaría refundida en la cárcel por robo, chantaje y falsificación de documentos.

Mas era grato para él ese trabajo pues una vez finalizado obtendría una cuantiosa fortuna. No le pagarían por su carita bonita sino por su trabajo como el seductor y arrogante detective Potter.

Hermione, dio pequeños masajes a sus pies hinchados y doloridos, pero en su bolso de Valentino, tenía el dinero para Luna. Tomó su varita, con la misma encendió las velas aromáticas y desvistiéndose decidió darse un relajante baño.

Desnuda por completo prendió la radio mágica escuchando una canción que le encantaba.

"No me preguntes más por mí

si ya sabes cuál es la respuesta.

Desde el momento en que te vi

sé a lo que voy

Yo me propongo ser de ti

una víctima casi perfecta.

Yo me propongo ser de ti

un volcano hoy.

El amor tal vez es un mal común

Y así como ves estoy viva

Será cuestión de suerte.

Creo que empieza a entender

(Despacio, despacio, comienzas a caer)

Nos deseábamos desde antes de nacer

(Te siento, te siento, desde antes de nacer)

Tengo el presentimiento de que empieza la acción

(Adentro, adentro, te vas quedando)

Y las mujeres somos las de la intuición

(Asi, estoy dispuesta a todo amor)

Yo te propongo un desliz

Un error convertido en acierto

Yo me propongo ser de ti

Un volcano y…

El amor tal vez es un mal común

Y así como ves estoy viva

Será cuestión de suerte

Ella entendía que en un mundo gobernado por hombres, las mujeres tenían que ejercer sus armas para que ellos cayeran a sus pies, por eso esa canción le encantaba.

Cerró los ojos disfrutando del baño burbujeando y recordó su vida.

Ella siempre fue la mejor de le clase en Beauxbatons, un internado de magia para señoritas. Hermione era huérfana, no tenía familiares vivos. De hecho, sus padres fueron muggles o gente sin magia, según la directora Madame Máxime, pero cuando Hermione había cumplido 15 años un hombre rubio, de mirada cálida y ligeramente gordito, la adoptó para hacerle compañía a su hija de 5 años. Xenophilius, o solo Phil como le gustaba llamarle, la cuidó como una hija. Su educación en la escuela francesa siguió su curso y ella trataba de ser siempre la mejor en agradecimiento a ese hombre.

Su hija Luna era una ternura de la cual se enamoró, cuidándola como a su hermana menor. Granger culminó su educación con honores; tenía un diploma y 3 referencias de diplomáticos que admiraron su trabajo cuando propuso una ley a favor de los elfos domésticos. Ella ansiaba ser abogada en el Ministerio de Magia, pero Phil le dijo que tenían que cambiar de residencia por su trabajo. Reticente, Granger acepto; sin embargo fue un error ya que en Escocia y Londres no aceptan que en su Ministerio Mágico hubiera personas extranjeras en rangos importantes... Lo peor de todo fue que por más que tuviera recomendaciones había sido rechazada millones de veces.

Phil le daba consuelo y ánimos, mas un accidente mágico le arrebato la figura paterna que representaba. La pequeña Luna se quedo huérfana mientras cursaba su segundo año en Hogwarts. El dinero escaseó y Hermione, sin empleo y viendo a Luna vestir ropas de segunda mano, decidió entregarse al trabajo más viejo del planeta.

Un ángel salvador le rescató de cometer ese grave error. Ahora ese ángel seleccionaba sus candidatos para ella con la intención de ser dama de compañía de hombres ricos a cambio de un fuerte ingreso… No se confundan, ella no era prostituta, solo dama de compañía. Nunca se había acostado con los candidatos, solo besos se le estaba permitido.

Sin embargo en sus recuerdos, unos ojos verdes enigmáticos aparecieron... Otra vez un escalofrío le recorrió.

Hermione no supo porque, pero tenía el ligero presentimiento o la intuición de que al toparse con esos ojos no sería la última vez.

Dos semanas después.

Hermione volteó a ver a sus espaldas

-No de nuevo— gruñó exasperada.

Otra vez ese hombre tras ella. Llevaba dos semanas que un hombre vestido de cachemir, ropa elegante, un sombrero y lentes cubriendo su cabeza y rostro respectivamente, le seguía los pasos.

Por más que trataba de alejarse, él buscaba la manera de siempre seguirla. Y por si fuera poco, era el hombre del restaurante. Lo supo en el instante que él sin querer se sacó las gafas oscuras, mientras sus ojos verdes se topaban con su mirada marrón.

No sabía si sentirse ofendida o halagada, ya que en su pequeño apartamento flores y regalos aparecían todos los días desde hacía dos semanas.

Ahora estaba harta. Siguió su caminata sin importarle si le seguía o no. Divisó el edificio de su apartamento, suspirando aliviada. Creyó que él se alejaría pero, craso error, él siguió tras ella.

-"¿Qué rayos quiere?"— se preguntó internamente, mitad curiosa mitad molesta.

Fue hacia el ascensor, sacó con disimulo su varita y enfrentándose al hombre le tiro un Desmaius que esquivó con un ligero movimiento de varita para sorpresa de Granger.

-"Oh, ahora resulta que es mago"—ironizó en sus pensamientos, mas no se esperaba la contestación de él.

-En realidad soy un mago nivel 5—respondió orgulloso el hombre, sin bajar la varita.

Hermione estaba con la boca abierta cuando señaló el ascensor, indicándole que entrara. Ella así lo hizo. Cuando quiso cerrar la puerta, una mano se lo impidió.

El hombre sonrió ladinamente, tomó su sombrero quitándoselo y dejó al descubierto su cabellera negra como una noche sin nubes.

Hermione ignoró a la persona y siguió su mirada centrada en los pequeños números del elevador.

-Por cierto, si quieres saber mi nombre soy Harry. No soy "el misterioso ojos verdes"

La voz ronca de Harry se escuchó claramente, Granger se sobresaltó pero lo ignoró

Siguieron en silencio hasta que el elevador se detuvo en el pasillo de Hermione.

Ella pensó que al fin se alejaría de él, más grande fue su sorpresa cuando la siguió e ingresó a su apartamento como "pedro por su casa" sintiéndose dueño. Hermione simplemente estaba furiosa—Óigame, ¿quién se cree que es?

Harry alzó su vista aún con las gafas negras y sonrió. –Tú peor pesadilla... Miss Granger.

Harry le miro, Esa muchacha sería pan comido para él; unas cuantas palabras seductoras, ligeras caricias y ¡bam! Cuando menos se lo esperara ella estaría presa, atrapada entre sus brazos y rendida a él.

Sin embargo la mujer tenía uñas. Era una gata, pero él era un león.

-No me mires así, Granger. Sé que tienes, ¿cuánto? ¿26 años? ¿Soltera? ¿Sin hijos?...Bueno, tu silencio afirma todas mis preguntas y si tú tienes algunas, con gusto te escucharé, pero antes...

El ojiverde se levantó del sofá donde estaba momentos antes. Tomó a Granger de los hombros y acercándola a él, besó con delicadeza esos labios. Esperaba escuchar un suspiro, más lo que vio fue furia en esos pozos oscuros.

Harry sonrió... Ella se resistiría, más después estaría rendida.

Hermione alzó su mano con intención de abofetearlo. Potter velozmente tomó la mano de dónde provenía el golpe, deteniéndolo.

Ella quiso tomar su varita, pero de igual manera él la detuvo.

-Tsk tsk— chasqueó Potter.—Soy un mago, ¿recuerdas? Sé Legeremancia, sé hechizos no verbales y sé que tú no me despreciarías

Acto seguido atacó sus labios de nuevo... Hermione se resistió al principio pero después, tal como Harry lo había predicho, se rindió. Este aprovechó para ingresar a su mente. Tenía que sacar parte de la información para culparla. Sin embargó se topó con una vida intachable. Eso le confundió; quiso creer que ella se defendida mas no era así.

La soltó cuando sintió la respiración pesada y no vio rastro alguno de lo que le acusaban. La miró ligeramente sorprendido, pero Granger esta vez sí lo abofeteó.

-Canalla... Insolente... Hijo de p…—La mano de Harry impidió que insulte a su madre, pero ella se defendió, mordiéndole su mano.

-¡Auch!—gimió dolorido.

-Vete de mi casa ahora mismo, antes de que te lancé un Avada.

Potter, por supuesto, no creyó dicha amenaza, mas Granger le miraba furiosa... Tal vez sí lo haría, sabía de su capacidad de magia. Era una bruja nivel 4. Y por lo visto cuando revisó su mente, era una bruja muy buena.

-Me voy belleza. –sonrió.— Pero no porque me lo pidas. Solo te diré que esta no es la última vez que nos veremos.

Potter giro entre sí, desapareciendo en el acto. Granger rugió disgustada.

-Maldito embustero.

Sin embargo, la promesa de Harry no fue vacía. Este siguió en su vida atormentándola y atosigándola... Tal vez demasiado tarde, Hermione se dio cuenta de que ambos eran el uno para el otro.

¿FIN?

La verdad, hasta aquí llega la historia, ya que tiempo atrás lo tengo escrito. Por lo tanto aunque quisiera darle una continuación, no se puede, pues ya no recuerdo muy del todo partes de la historia. sin embargo no quería quedarme con las ganas de publicarlo y que no viera la luz. Gracias por leer.