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Encabezado de trabajo
Clasificación:
Maduro
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Categoría:
M/M
Aficionado:
9-1-1: Estrella solitaria (TV 2020)
Relaciones:
Carlos Reyes/Terreno TKJudd Ryder y TK Strand
Caracteres:
hebra de conocimientos tradicionalesCarlos Reyes (9-1-1 Estrella Solitaria)Tommy Vega (9-1-1 Estrella Solitaria)Judd Ryder (9-1-1 estrella solitaria)hebra de owenGwyneth MorganAlex (9-1-1 Estrella Solitaria)Nancy Gillian (9-1-1 Estrella Solitaria)Tripulación original 126Michelle Blake (9-1-1 Estrella Solitaria)
Etiquetas adicionales:
Hilo TK dañadoRelación en desarrolloDesarrollar amistadesliteralmente soloDesarrollo de personajeTK Strand necesita un abrazoPelusa y humorLínea TK paramédicoMal padre Owen StrandAdicción a las drogas implícita/referenciadaTerapiaUniverso Alterno - Divergencia CanonBailando en línea borracho muy vergonzosoeso lleva asexo semipúblicobesándosetrabajos manualespero es todoSexo suaveBuen Otro significativo Carlos Reyes (9-1-1 Lone Star)Trastorno de ansiedadFinal felizCentrado en TK StrandNarrador inconfliable
Idioma:
Inglés
Serie:
Parte 1 de Todas mis sudaderas con capucha huelen a Texas Next Work
Estadísticas:
Publicado:2023-01-27Terminado:2023-03-31Palabras:91,215Capítulos:29/29Comentarios:720Prestigio:1,042Marcadores:262Golpes:40,068
Encontrarán otro hijo a quien amar
Karaxuno
Capítulo 10
Resumen:
TK saca la cabeza de su culo y tiene una cita.
Notas:
(Consulte el final del capítulo para ver las notas ).
Texto del capítulo
Se supone que la frase "se necesita un pueblo" se trata de criar niños, pero TK cree que también lo siente en Austin. TK cree que nunca antes había tenido un pueblo, y es un sentimiento nuevo. Una nueva sensación que le gusta mucho. Se siente menos distante y forzado. Se abre más, habla más y se divierte más, sobre todo con Carlos.
Juegan a los dardos unas cuantas veces más (ver, conexión ), se siguen encontrando en las llamadas y, finalmente, es un viernes por la noche y TK se está vistiendo para tener una cita real.
("¿Una cita?", pregunta TK, sabiendo que la confusión se refleja en su rostro cuando mira a Carlos, que se está abrochando los botones superiores de la camisa del uniforme).
Carlos asiente, "Sí. Ya sabes, un compromiso o una cita social o romántica . Repite como un loro, moviéndose y agarrando su arma del estante superior, donde la había guardado de forma segura durante su improvisada sesión de besos.
TK observa cómo el oficial se organiza con tanta facilidad, mientras que su cerebro aún se demora en ponerse al día: "No... ¿Por qué conoce la definición de fecha del diccionario?"
La sonrisa de Carlos solo se amplía más, "Ven a una cita conmigo y te contaré todo sobre lo nerd que era en la escuela secundaria").
-lo que parece mucho más serio de lo que TK había pensado inicialmente que iban a ser hace tantos meses cuando se conocieron, pero cuando usa lo que Maxine le ha enseñado y comprueba sus sentimientos, también parece mucho más feliz por eso que pensó que lo sería.
Carlos es agradable. Entonces, increíblemente amable, paciente y amable... TK podría volverse poético sobre él durante horas. Aunque no es que lo admitiera.
Está de pie frente al espejo de su dormitorio, con la cara recién afeitada, el cabello peinado y una bonita camisa, y se siente más como él mismo de lo que creía. Había pasado mucho tiempo desde que había hecho esto, todo lo de la primera cita, y lo dejó un poco inestable.
Hay un golpe suave en la puerta y, cuando grita que está abierta, la cara de Tommy aparece en el hueco. Ella tiene una pequeña arruga entre sus cejas, "Hay un carro- oh".
Ella se detiene en seco. Toda su cara se ilumina, y TK reprime el impulso de echar la cabeza hacia atrás y gemir, porque definitivamente no va a dejar que se escape en silencio, ahora.
"Tienes una cita." Ella se da cuenta, abriendo la puerta el resto del camino para dejarlo entrar. Sus ojos recorren su atuendo de arriba abajo, y asiente con la cabeza, aprobándolo.
TK se sonroja, mira hacia abajo y se endereza la camisa de nuevo, "Sí. ¿Es eso... yo sólo...? Tropieza con sus palabras, apretando y aflojando las manos a los costados.
No había pedido permiso exactamente, pero pensó que estaba bien que Carlos lo recogiera en su casa. Se había estado quedando con ella y los gemelos durante meses, estaba bastante seguro de que Tommy sabía que no era un asesino en serie, ni era probable que saliera con ninguno. Incluso pensó que Tommy lo consideraba una especie de hijo sustituto en un buen día, especialmente después de que ella confió en él para cuidar de las niñas sin pensarlo dos veces cuando Julius resultó herido.
Sin embargo, él tiene razón, a ella no le importa, y en lugar de regañarlo, se adentra más en la habitación con una gran sonrisa en su rostro, "Aww, TK, está bien, ven aquí". Ella arrulla, un poco más del lado del amor que de la burla, lo que hace que sus hombros se relajen un poco más.
Él no la culpa por burlarse. Está siendo ridículo y lo sabe muy bien. Tiene veinticuatro. No ha tenido una cita en mucho tiempo, pero está lejos de ser la primera. No necesita haber cambiado su camisa tres veces.
La evidencia de su ansiedad se encuentra amontonada sobre la cama, pero Tommy la ignora. Ella lo mueve con manos firmes por los hombros y organiza su cuello, antes de inclinarse hacia atrás y hacer una pausa, observándolo por segunda vez. Ella hace una mueca, sonriendo mientras levanta una mano y alborota un poco la parte delantera de su cabello.
TK levanta una ceja, "¿En serio?" Él murmura. Ya lo había diseñado cuatro veces.
Ella simplemente le devuelve la mirada, completamente imperturbable por su molestia, "Sí, en serio. Ahora ve a divertirte por una vez. Ella casi ordena.
TK hace una mueca amarga, "¡Me divierto!" Se queja en voz alta, justo cuando hay un golpe firme en la puerta principal. Resuena en la casa, y Tommy le lanza una mirada de incredulidad en silencio antes de que ella literalmente lo empuje para contestar.
Cualquiera habría pensado que ella era la que estaba ansiosa por tener una cita con Carlos.
TK le sigue los talones, mirando por encima de su hombro ansioso por echar un primer vistazo.
Tommy abre la gran puerta de roble con poca o ninguna fanfarria y no se molesta en ocultar su desvergonzada disección de Carlos, mirándolo de arriba abajo con el ceño fruncido, tal como lo hizo con TK hace solo un minuto. Excepto que esta vez fue dolorosamente maternal, evaluándolo para decidir si es lo suficientemente bueno para TK, sin mencionar dolorosamente vergonzoso.
"Mmm". Tommy tararea suavemente, apoyado en el marco de la puerta, mirando a Carlos. Carlos, por su parte, le devuelve la mirada obedientemente, igual de imperturbable.
TK está bastante seguro de que si los papeles se hubieran invertido, se habría marchitado como una delicada flor bajo su dura mirada.
Rápidamente palpa sus bolsillos para comprobar que tiene tanto su billetera como su teléfono. Le da un último segundo para respirar.
"¡Lo siento!" TK irrumpe de repente, pasando a Tommy con el hombro para llenar la entrada, "Buenas noches, Tommy". Dice, apresurado y un poco severo, antes de salir rápidamente al porche y cerrarle la puerta.
Carlos retrocede unos pasos y ambos esperan pacientemente a que la luz del pasillo finalmente se apague una eternidad después, antes de dejar escapar un suspiro colectivo de alivio. TK ni siquiera sabía que lo había estado sosteniendo, pero está un poco contento de que ambos estuvieran nerviosos. Al menos sabe que están en el mismo barco.
"Lo siento." Se disculpa de nuevo, solo porque siente que debería hacerlo: "Ella descubrió que íbamos a tener una cita y probablemente estaba incluso más interesada que yo".
Carlos resopla, aún sin molestarse, "Ella es una buena amiga". Él dice.
Y no se equivoca.
Si no fuera por ella, él habría estado sin hogar, por lo menos durante unos días hasta que encontrara a alguien más dispuesto a acogerlo. Tampoco habría conseguido su trabajo en el 126, sin saber que Radford estaba la persona a llamar. Definitivamente no estaría en su cita en ese momento.
Tal vez realmente debería agradecerle más a menudo.
"Sí." TK sonríe, guardando sus pensamientos para reflexionar más tarde. En este momento, solo quiere concentrarse en Carlos.
"¿Listo para ir?" Lo incita y Carlos asiente, llevándolo hasta un automóvil familiar estacionado al costado de la carretera.
Conducen hacia el centro acompañados de un cómodo silencio, y no pasan ni diez minutos hasta que giran a la izquierda en un estacionamiento junto a una gran entrada que dice en negrita, con letras pintadas de arcoíris:
"¿Mini golf?" TK voltea la cabeza para mirar a Carlos con incredulidad.
Carlos se ríe, "Pensé que deberíamos intentar ganarnos en algo que no fuera dardos". Se muerde el labio, mirando a TK con más honestidad, "¿Está bien?"
TK no puede comenzar a explicar cuánto más que bien está esto. Cuán infantil, tonta y completamente perfecta había sido esta idea, y cuánto se siente como un niño por ello de la mejor manera posible. Se ríe casi incontrolablemente y le sonríe: "Solo si estás preparado para perder, Reyes".
"¡Oh, está encendido!"
Se bajan del auto al unísono y no pierden el tiempo en conseguir sus palitos y una ronda de tragos, y por supuesto, como Carlos es un completo caballero, solo se burla un poco de él cuando le pide el tamaño más grande de granizado de frambuesa azul, así que pueden empezar lo antes posible.
Les toma alrededor de dos horas terminar el recorrido más pequeño que se propusieron completar usando el mapa que les dan en el mostrador de boletos, y TK fuma por completo a Carlos en cada hoyo. No ha jugado desde que era un niño, pero claramente, no ha perdido su toque.
Pero se ríen tanto que les duelen las costillas, y su segunda ronda de bebidas les da aún más azúcar para hacer algunos de los mejores hoyos dos veces, y cuando terminan del todo, deambulan por el camino ventoso hacia la entrada en busca de de un camión de comida.
"Sabes, habría elegido un juego diferente si hubiera sabido que eras tan bueno". Carlos bromea.
TK se ríe, balanceando su bastón sobre su hombro, "¿Cómo qué?" Pregunta, girando el mango a través de su palma. Resulta que le gusta ganar. Incluso en cosas tontas, como minigolf. Sin embargo, piensa, viendo a Carlos pasar por las cinco etapas del duelo por lo terrible que es en el golf, le gusta hacer cosas tontas con él.
Carlos se encoge de hombros, mirando a su alrededor como si estuviera buscando ideas, como si una fuera a saltarle encima. Agita su mano libre, "Patinaje sobre hielo". El decide.
TK resopla, ahogando el ruido impío en su mano, porque definitivamente no ha pensado en eso por completo. TK inclina la cabeza, "¿Alguna vez has oído hablar de Rockefeller, nena?"
El gemido de Carlos está tan molesto que TK casi comienza a sentir simpatía.
"Eres un inútil." Carlos dice, pero sonríe mientras lo dice: "Vamos, estoy eligiendo la cena para ese". Él decide, mientras regresan a la entrada del campo. Hay un grupo de adolescentes y padres que parecen agotados que pasan, y Carlos lanza su brazo sobre los hombros de TK, acercándolo a él, evitando por poco un golpe rebelde en la cara.
"¡Lo siento!" La persona grita detrás de ellos, aunque igualmente, no suenan muy arrepentidos.
Sin embargo, a TK casi le costaría obtener un ojo morado con ese palo cada vez, si eso significaba que cada vez podría estar tan cerca acurrucado contra el costado de Carlos. Su mano se desliza por el otro lado de su cuello, y TK podría inclinar su cabeza ligeramente hacia un lado y descansar contra su hombro.
Sin embargo, se ha ido antes de que realmente tenga tiempo de apreciarlo, porque Carlos se aleja para devolverle su palo, y TK tiene que hacer lo mismo.
Después, simplemente caminan uno al lado del otro hacia los camiones de comida. Hay diez opciones diferentes para elegir, desde conos de algodón de azúcar tan grandes como su cabeza hasta deslizadores clásicos y grasientos.
A pesar de su amenaza anterior, Carlos lo mira inquisitivamente. TK sonríe, "Papas fritas, por favor".
——
Entonces, ¿qué te inspiró a elegir el minigolf? TK pregunta cuando Carlos toma asiento frente a él, dejando una canasta de papas fritas. Están dorados y crujientes y su estómago gruñe en agradecimiento. ¿Quién sabía que el mini golf era tanto trabajo?
Carlos se encoge de hombros, agarra una patata frita y moja el extremo en ketchup, "Supongo... no eran citas, pero ya hemos estado en bares juntos, y no sé, los restaurantes pueden ser un poco incómodos para la primera cita". ." Él ofrece, y TK se inclina a estar de acuerdo, asintiendo.
Él tararea en voz baja, dejando caer el tema mientras avanzan lentamente en su cena.
TK está tomando otro largo sorbo de su granizado cuando Carlos sonríe y comienza a quitarse el polvo de las manos con la grasa frita: "Vamos, entonces, dejemos de lado las preguntas tontas".
TK se rasca un lado de la cabeza, "¿Qué?"
"Ya sabes, las preguntas 'dónde creciste' y 'cuál es tu color favorito'. Fuego rápido.
TK pone los ojos en blanco, porque Carlos había prometido estupidez, y ciertamente estaba cumpliendo. Sin embargo, no se quejaba. De nada.
"Ya sabes que crecí en Nueva York y mi color favorito es el amarillo. Como amarillo mostaza. Se encoge de hombros, dejando su bebida, "Tu turno".
Carlos inclina ligeramente la cabeza hacia atrás, como si estuviera considerando la respuesta de TK, antes de inhalar con fuerza: "Crecí en el rancho de mi familia en las afueras de Austin, y el mío es verde. Bosque verde." Carlos ladea la cabeza hacia un lado, sin dejar de pensar: "¿Por qué amarillo?"
TK ya sabe la respuesta a eso. Porque es feliz. Porque es cálido y agradable a la vista y lo único que se ha llevado de casa. Cuando está triste y cierra los ojos y trata de recordar las mejores cosas de su vida, se siente como el color del amor. Recuerda a su mamá y es el color que la rodea. Recuerda mudarse a su primer departamento y es el color que se filtraba a través de las cortinas. Recuerda el día en que se convirtió en bombero por primera vez y es del color de las llamas.
Sin embargo, aún no es lo suficientemente valiente para decir la verdad, así que se permite mentir: "Es brillante. Alegre. ¿Por qué verde? Él devuelve el golpe.
Carlos se muerde el labio, la mirada fija en TK de una manera que hace que su pecho se apriete, "Es hermoso". Él dice.
Luego, parpadea, apartando los ojos de su rostro, "¿Por qué la abeja? ¿Porque es amarillo? pregunta, señalando el tatuaje en su bíceps. La manga de su camisa es lo suficientemente corta como para revelar el extremo de la misma, la tinta oscura contrasta con su piel pálida, pero no tanto desde que comenzó a broncearse un poco con el sol del sur.
TK se sienta en su silla, sintiendo repentinamente una oleada de defensa, "Ellos polinizan más de un tercio de nuestro suministro de alimentos. ¿Tienes algún tatuaje?"
"No. ¿Tienes más?"
"¿Por qué, no te fijaste bien la última vez que me quitaste la camisa?"
La cabeza de Carlos se inclina hacia un lado y se miran a los ojos. Ninguno de los dos se mueve, y ninguno quiere admitir que pierden cualquier juego que estén jugando ahora.
Carlos se ha enderezado, fuerte y sólido, mirándolo con atención embelesada y una mirada tan intensa que escuece.
El mismo TK estaba sentado lo más derecho que podía, la ansiedad latía en sus venas junto con su sangre.
Una bocina suena en la distancia, probablemente uno de los adolescentes jugando con todos los accesorios en el campo, y desaparece. Desvían la mirada y, de repente, la brisa es demasiado fría, la comida demasiado fría y las bebidas demasiado dulces.
"¿Estás listo para salir?" Carlos pregunta, antes de que TK tenga que pensarlo.
Él asiente con entusiasmo, "Sí".
Trabajan en conjunto para limpiar después de ellos mismos. TK se deshace de su taza de bebidas y las últimas papas fritas, mientras que Carlos toma sus servilletas y su propia taza sin decir palabra.
Luego se giran para regresar al auto, chocando levemente los hombros mientras avanzan a través de las filas de bancos. Cuando Carlos tiene que pasar al frente para que vayan en fila india a medida que el camino se estrecha, ofrece su mano hacia atrás, los dedos de TK se deslizan sin esfuerzo entre los suyos. TK ni siquiera se detiene a pensar, solo ve la mano frente a él y la acepta, su muñeca desnuda choca contra el reloj de Carlos.
El metal del reloj es frío, pero en contraste la mano de Carlos es mucho más cálida. Es grande y cálido y se siente bien sostenerlo.
Incluso cuando salen al estacionamiento y TK puede caminar sobre su hombro nuevamente, no bajan las manos. El pulgar de Carlos roza el de TK con movimientos suaves y el gesto se siente demasiado suave.
Cuando Carlos le abre la puerta del auto y se desliza dentro, sabe muy bien que está tan sonrojado como un tomate, pero no le importa en lo más mínimo.
Carlos los lleva a casa, como ya lo han hecho muchas veces, y detiene su Camero en el camino de entrada al lado del auto de Tommy.
Todas las luces están apagadas dentro de la casa, por lo que sus rostros solo están iluminados por el tablero de instrumentos. Carlos apaga el motor y antes de que TK pueda moverse para abrir su propia puerta y salir, Carlos está allí, abriéndola para él. Él sonríe suavemente y TK apenas puede verlo ahora en la oscuridad, pero puede sentir la mano de Carlos mientras descansa suavemente en su cadera.
En la puerta, el toque se desliza y él apenas contiene su decepción por segunda vez. Cada toque termina un siglo demasiado pronto.
TK se aclara la garganta, "Gracias. Por esta noche." Dice, de repente no muy seguro de cómo excusarse. Nunca antes lo habían llevado a casa, y ciertamente nunca lo habían acompañado hasta la puerta.
Sin embargo, probablemente fue lo correcto porque Carlos le da una breve sonrisa: "Gracias . Fue muy agradable verte, TK". Sus labios tiran un poco más y su sonrisa se convierte en dientes, "Fuiste una buena cita".
Riéndose, TK pone los ojos en blanco, "No estás tan mal, Reyes". Antes de decir, en el silencio que se extiende, un poco más bajo, "¿Te gustaría entrar?"
Mirando hacia atrás a la casa a oscuras, Carlos se muerde el labio, "¿Le importará a Tommy? Con las chicas y todo…"
"Emm, ¿no? Yo... realmente no lo he hecho. Se detiene, respirando, "Eres el primero".
"Primero- ¡oh!" La sorpresa de Carlos se desvanece en una sonrisa almibarada: "Me encantaría ser el primer chico que traes a casa, TK".
No está realmente seguro de lo que esperaba, pero TK no estaba listo para que él dijera que sí.
"Fresco. Bien. Vamos."
Notas:
Entonces... ¿¿el cambio de amigos con beneficios a citas????
Espero que esto haya sido lo suficientemente esponjoso y digno para la primera cita de Tarlos... primera parte, de todos modos. El próximo capítulo continúa exactamente donde lo dejamos, ¡así que aún quedan más Tarlos por venir! Se hizo demasiado largo para un capítulo :(
Sé que esperamos un tiempo, pero ahora que están saliendo, apuesto a que Carlos estará mucho más cerca 3
Otro temprano porque estoy ocupado más tarde, fecha la parte 2 en dos días como siempre :)
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Prestigio
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