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Rating:
Mature
Archive Warning:
No Archive Warnings Apply
Category:
M/M
Fandom:
9-1-1: Lone Star (TV 2020)
Relationships:
Carlos Reyes/TK StrandJudd Ryder & TK Strand
Characters:
TK StrandCarlos Reyes (9-1-1 Lone Star)Tommy Vega (9-1-1 Lone Star)Judd Ryder (9-1-1 Lone Star)Owen StrandGwyneth MorganAlex (9-1-1 Lone Star)Nancy Gillian (9-1-1 Lone Star)Tripulación original 126Michelle Blake (9-1-1 Estrella Solitaria)
Etiquetas adicionales:
Hilo TK dañadoRelación en desarrolloDesarrollar amistadesliteralmente soloDesarrollo de personajeTK Strand necesita un abrazoPelusa y humorLínea TK paramédicoMal padre Owen StrandAdicción a las drogas implícita/referenciadaTerapiaUniverso Alterno - Divergencia CanonBailando en línea borracho muy vergonzosoeso lleva asexo semipúblicobesándosetrabajos manualespero es todoSexo suaveBuen Otro significativo Carlos Reyes (9-1-1 Lone Star)Trastorno de ansiedadFinal felizCentrado en TK StrandNarrador inconfliable
Idioma:
Inglés
Serie:
Parte 1 de Todas mis sudaderas con capucha huelen a Texas Next Work
Estadísticas:
Publicado:2023-01-27Terminado:2023-03-31Palabras:91,215Capítulos:29/29Comentarios:720Prestigio:1,042Marcadores:262Golpes:40,068
Encontrarán otro hijo a quien amar
Karaxuno
Capítulo 11
Resumen:
TK dice algunas cosas que no ha podido decir en voz alta en mucho tiempo y Carlos escucha.
Notas:
(Consulte el final del capítulo para ver las notas ).
Texto del capítulo
TK abre la puerta principal con su llave y lleva a Carlos adentro. No holgazanean por mucho tiempo en el pasillo, solo se detienen para cerrar la puerta detrás de ellos antes de cruzar a su habitación en la parte trasera de la casa. No es una habitación grande de ninguna manera, pero igualmente es lo suficientemente grande para una cama, un armario, una cómoda, un espejo, un escritorio y los dos sin que se sienta terriblemente apretado.
TK se alegra por un poco de distancia entre ellos. Se ocupa ansiosamente vaciando sus bolsillos en la mesa de al lado. Llaves, cartera, teléfono, no había olvidado nada en el campo de golf.
Se está bien aquí. Carlos comenta detrás de él, su voz ligera y casual.
TK se da la vuelta justo cuando Carlos da otro paso dentro de la habitación, sus dedos apenas quitan el polvo de la parte superior de la cómoda donde TK había abandonado todas sus chucherías. Observa la leve vacilación de Carlos mientras se detiene en una foto tomada en la estación de bomberos al lado de la ambulancia. Michelle lo tiene a él ya Nancy debajo de cada brazo y todos sonríen alegremente.
"Está bien." TK dice, todavía un poco incómodo por tener a alguien nuevo en su espacio, separándolo, analizándolo.
"Más barato que conseguir mi propio lugar." Continúa, encogiéndose de hombros.
Carlos asiente, sus ojos recorren el resto de la habitación. Su pila de ropa sucia, su pila de camisas desechadas de antes, la pila de cargadores de teléfonos y auriculares al azar.
Satisfecho, Carlos se vuelve completamente hacia él y asiente como si relatara: "El alquiler es una locura". Él está de acuerdo: "Es genial que ella quisiera ayudarte".
Hay algo en la forma en que lo dice, algo que pica en la parte posterior del cerebro de TK, y frunce el ceño: "Sabes que nunca nos habíamos conocido antes de que viniera a Austin, ¿verdad?"
Las cejas de Carlos se elevan, con una sorpresa genuina coloreando su rostro, "¿Pensé que dijiste que ella era de la familia?" Pregunta, la sorpresa se desvanece en unos momentos y regresa a una sonrisa pasiva.
"Ella sí que actúa así". Él pone los ojos en blanco, porque ella realmente lo hace a veces. "Encontré su anuncio mientras estaba en el aeropuerto. Estaba desesperado." Ofrece otro medio encogimiento de hombros, "Um..."
TK se mueve un poco, se sienta en el borde de la cama y se mira las manos. La tranquilidad y el afecto en el que se había deleitado la cita se han ido, ahora, y el aire de la habitación recuerda extrañamente a esa noche hace un mes o más en el camaro, donde apenas podía mirar a Carlos, y mucho menos hablar. a él.
Pero esto es importante, razona consigo mismo. Carlos merece autonomía para elegir si quiere TK, con defectos y todo.
"¿Podemos-?" TK comienza de nuevo, pero se apaga rápidamente cuando se da cuenta de que ni siquiera sabe lo que quiere preguntar.
¿Quiere que Carlos se quede allí, donde la distancia lo ayuda a fingir que esto no sucede? ¿Quiere a Carlos a su lado, sosteniendo su mano mientras se desahoga? Él realmente no lo sabe.
Eventualmente, TK toma un respiro. Dentro por cinco, fuera por cinco, como siempre lo hace, y mira a Carlos a través de sus pestañas, todavía sin estar del todo seguro de cómo pedir exactamente lo que quiere.
Afortunadamente, Carlos es observador. Tiene los ojos fijos en TK, ya no se distrae con el resto de la habitación, y se une a él en el borde de la cama, con el cuerpo inclinado hacia TK, lo suficientemente cerca como para tocarlo pero sin perder ni el último centímetro.
"Necesito hablar." TK dice, de una vez por todas: "Y necesito que me escuches, ¿de acuerdo?"
Los ojos de Carlos recorren todo su rostro. Su preocupación está tan arraigada en su expresión que TK comienza a sentir un atisbo de culpa. Su estómago da una serie de volteretas rebeldes y, brevemente, cree que se va a enfermar.
Pasa un latido, y cuando en realidad no vomita, TK sabe que tiene que empezar.
"Viniendo aquí, a Austin, sucedió como un impulso".
Ese bit es fácil. Mucha gente se muda por el país por todo tipo de razones.
Desafía otra mirada a Carlos, la más breve de las miradas, pero su rostro es completamente neutral, solo escucha. Dejando que TK hable.
Y Dios, se siente realmente muy bien ser finalmente capaz de hablar.
Toma otra respiración profunda, recordando tomar esto lentamente. Su voz tiembla, pero está decidido a continuar.
"Soy un adicto."
Eso cuenta la segunda vez que lo dice en voz alta, y el efecto que tiene sobre él es igual de fuerte. Cierra los ojos y baja la cabeza. La peor parte es no decir la verdad. Lo peor es que no está seguro de lo que hará si Carlos lo odia después.
Se muerde el labio con tanta fuerza que duele, obligando a todos los pensamientos ansiosos a alejarse.
"Opioides". Él admite: "Estaba... estaba tratando de estar sobrio, pero recurrí al alcohol, como si fuera algo mejor".
Está ahí afuera, ahora. Toda la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Sí, él sabe que suena amargado, molesto y cansado, pero está bien.
La inhalación aguda de Carlos es lo único que TK puede escuchar alrededor de su corazón latiendo en su cabeza, cada latido es un significado aterrador de que el tiempo pasa a su alrededor, y la noche se vuelve más oscura y sus palabras se desvanecen. , y Carlos todavía no ha dicho nada.
No sabe qué hacer con el silencio, así que continúa llenándolo.
"Me quedé sin oportunidades con mis padres". Él dice, las palabras simplemente salen de él, tortuosas por lo duras que solían ser pero lo fáciles que son ahora, "Se dieron por vencidos tratando de ayudarme. Mientras les enviara mensajes de texto cada pocos días y fingiera que estaba bien durante la cena, podría drogarme tanto como quisiera".
Todavía puede escuchar la amargura en su voz, y odia recordar a sus padres así. Odia que Carlos no se haya ido furioso o le haya dicho que es demasiado todavía. Odia que todo esté resultando tan... tan...
TK traga, "Mi mamá estaba embarazada, me fui. Iban a tener otro bebé e iban a tener una nueva oportunidad".
"TK, estoy seguro-"
No deja que Carlos termine. Pobre y dulce Carlos que no creía que nadie pudiera reemplazar a TK.
"Voy a ser padre, TK".
Su corazón duele de nuevo, fresco como el día en que dejó todo este desastre atrás, y está en carne viva por todo eso.
Sin embargo, a diferencia del día en que dejó todo esto atrás, se conoce mejor a sí mismo. Sabe que es fuerte y capaz, y tiene personas que lo sostienen, con él en las buenas y en las malas. Quiere que Carlos sea una de esas personas. Desesperadamente.
TK abre los ojos, casi olvidándose de que estaban cerrados, y mira furtivamente a Carlos.
Él se ha detenido. Literalmente. TK no recuerda haberlo oído moverse, pero su mano está a medio camino en el aire para tocarlo, equilibrada, tensa.
Cuando Carlos ve que lo está mirando, lo refrena contra su costado y parece que le duele físicamente hacerlo. Pero él había prometido escuchar.
TK sonríe de una manera que espera sea alentadora, pero probablemente sea un fantasma de su sonrisa habitual.
"Yo no era suficiente para ellos. Estaba tan, tan enojado, y mi primer instinto fue usar-" Se estremece ante el siguiente pensamiento, "-siempre será usar. Estuve tan jodidamente cerca, Carlos.
Finalmente, TK cree que ha terminado. Hay más que decir, mucho más, pero hay lágrimas en sus ojos y dolor en su voz, y tiene que saber. Tiene que ver qué piensa Carlos de él.
Todo lo que encuentra en los ojos de Carlos es su propio dolor reflejado en él.
Pero no lo hiciste.
No son los gritos y la ira que TK había acumulado esperando. Lejos de ahi. Su voz está llena de tranquilidad, probablemente para los dos.
TK asiente, el alivio lo hace estar a un paso de ser errático, haciéndolo sentir mareado y haciendo que se le ponga la piel de gallina en todos los brazos, "No lo hice, lo juro. Yo... bueno... —se ríe, aunque es una risa vacía—, compré un billete de avión a Austin.
Hay otro breve momento de silencio antes de que Carlos responda.
Nuevamente, no es lo que TK espera. Está listo para las preguntas, la intromisión, la rutina pobre-frágil-tk. Él no recibe nada de eso. En su lugar, simplemente elige no decir nada. Simplemente abre los brazos y envuelve a TK en ellos.
TK se vuelve maleable, dejándose llevar a un lado.
Carlos es cálido y tan sólido como parece cuando lo miras de arriba abajo. Y da buenos abrazos. TK aprende eso, en ese momento. Los brazos de Carlos se envuelven completamente alrededor de su torso, y aprieta demasiado fuerte del lado derecho. Él huele bien, también. Dulce, pero no abrumador. Un toque de algo como cedro, una loción para después del afeitado, probablemente.
Antes de que se dé cuenta, en contra de su buen juicio, TK se está relajando en el abrazo, metiendo su cabeza en el hueco del cuello de Carlos y enrollando sus propios brazos alrededor del torso del hombre, permitiéndose la comodidad. Sube las piernas a la cama y Carlos las coloca sobre su regazo, de modo que quedan completamente envueltas una en la otra.
No está seguro de cuánto tiempo se abrazan. Tal vez diez minutos, tal vez una hora, pero de cualquier manera está un poco más que decepcionado cuando tiene que terminar.
Sin embargo, Carlos no irá muy lejos. Se inclina hacia atrás para pasar una mano por el costado de la cara de TK, ahuecando su mejilla, más gentil que nunca, "Estás cansado". Comenta, con el pulgar recorriendo las bolsas. TK sabe que podría empacar maletas debajo de sus ojos.
Nunca dice lo que TK espera que diga.
No, siempre dice algo mejor. Justo cuando ha puesto el listón inalcanzablemente alto, lo empuja aún más con su próximo gesto perfecto.
TK asiente, pero se encuentra agarrando la camisa de Carlos, sus dedos apretados alrededor de la tela suave, "Quédate". Él dice.
Es más una demanda, en realidad.
A pesar de eso, la vacilación es clara en el rostro de Carlos.
TK no cree que pueda sobrevivir a un rechazo en este momento, tan crudo como está su corazón, así que empuja. Él traga, con la boca seca, "Por favor". Él pregunta de nuevo.
Carlos realmente debe escuchar la desesperación en su voz esta vez, porque está de acuerdo.
Él asiente una vez, con firmeza, "Está bien".
Después de eso, TK no está seguro de qué hacer. No quiere separarse de su abrazo, pero sabe que no pueden quedarse así para siempre.
Una vez más, se siente como si estuviera en aguas desconocidas. Tiene un chico en su habitación, que lo tomó de la mano y lo acompañó hasta la puerta y escuchó sus secretos, y no quiso dejarlo después.
El pecho de Carlos sube y baja mientras están sentados allí, juntos, sin esperar nada, y después de un puñado de respiraciones, se inclina, presionando un suave, casi reverente beso en la frente de TK, dado con tanta emoción detrás que realmente debería asustarlos. ambos.
"¿Cama, entonces?" Su voz es baja y apenas presente, no se dirige a la habitación sino solo a ellos, a la franja de espacio entre sus cuerpos.
TK asiente, inclinándose aún más en el abrazo, "Mhm". Él murmura.
Sin embargo, Carlos debe pensar que es divertido, porque se ríe, y el sonido familiar calma los nervios de TK.
"Bueno." Carlos suspira: "Vamos". Aprieta sus brazos alrededor de TK levemente mientras se paran para que no se caiga. También es algo bueno, porque las piernas de TK son débiles en las rodillas y casi se dobla bajo su propio peso.
Se sacude a sí mismo, "Um, tengo un cepillo de dientes de repuesto. Esperar." Él dice, poniendo en marcha su cerebro de nuevo en acción. El cepillo de dientes está escondido detrás del jabón debajo del fregadero, y sonríe cuando lo saca, blandiendolo hacia Carlos, quien ronda a un paso de la puerta, como si tuviera miedo de encerrarlo.
Obedientemente ignorando el hecho de que está siendo tratado como un animal asustado, TK le entrega el cepillo de dientes, parpadeando hacia Carlos, "Toma. ¿Quieres unos chándales también?
El otro hombre niega con la cabeza pero le agradece cortésmente de todos modos, TK saca el par de pantalones cortos de pijama que guarda debajo de la almohada y la camiseta gris de bomberos, antes de volver al baño para cambiarse y orinar con cierta apariencia de privacidad. .
Deja su ropa desechada en un montón cansado junto a la ducha. Ese es un problema para los conocimientos tradicionales futuros.
Se empuja rápidamente para salir del baño, no queriendo impedir que Carlos lo use, pero lo encuentra todavía desnudándose. Ya se ha quitado la camisa y está cuidadosamente doblada a su lado. Está haciendo lo mismo con su camiseta.
Descaradamente, TK observa.
Lo ha visto todo antes, aunque generalmente a través de una neblina de lujuria, por lo que lo golpea de manera diferente en la suave luz de su habitación, cuando sabe que ninguno de los dos tiene intenciones sexuales.
Carlos simplemente… ocupa espacio. De una manera que hace que la vista de él rodeado por las cosas de TK encaje.
Él pertenece, no hay vuelta de hoja al respecto, y TK está bastante seguro de que la habitación se sentirá dolorosamente vacía cuando se vaya mañana.
Pero esas emociones son profundas y complicadas y demasiado intensas para la relación que tienen.
"¿Excusa para presumir?" TK mueve las cejas, intentando aligerar el ambiente. Carlos salta y gira hacia él.
TK simplemente sonríe, señalando ampliamente el pecho de Carlos, lo que, por una vez, hace que Carlos se sonroje muy levemente.
"Puedo-" Él comienza a ofrecer, ya mirando hacia abajo en busca de su camiseta, pero TK vuelve a poner los ojos en blanco, tan exagerado que toda su cabeza se mueve con él.
"Está bien." Él le asegura con un movimiento despreocupado de su mano: "He visto mucho más que tus hombros, Carlos". Él le recuerda.
Es casi como si se olvidara de su primer puñado de lugares de reunión. Es realmente increíblemente dulce.
"Está bien." Carlos dice, todavía inquietantemente tranquilo después de la historia que acaba de caer sobre él sin previo aviso. TK todavía medio espera un arrebato, pero Carlos simplemente se quita los jeans, los dobla y desaparece en el baño.
La puerta cierra pero no bloquea.
TK lo mira tan intensamente como si esperara que alguien más saliera cuando se abriera de nuevo, en lugar de Carlos. Álex, tal vez. Alex con sus chistes malos y sus botellas de cerveza.
Sin embargo, vivir constantemente al límite es agotador, y TK no sabe cómo solía hacerlo todos los días. Se obliga a sí mismo a apartar la mirada y se dirige hacia su lado habitual de la cama, deslizándose debajo de las sábanas.
TK los tiene abrigados en su regazo y enredados entre sus muslos tal como le gusta cuando Carlos regresa. Está jugueteando con su crucifijo, enderezándolo mientras sube por el otro lado.
"Gracias." Él dice, antes de agregar, casi en el último momento, "Para el cepillo de dientes".
Ambos saben que no está hablando del cepillo de dientes.
Pero TK realmente está bastante cansado, así que solo le sonríe y asiente una vez.
Carlos le devuelve la sonrisa por un segundo antes de inclinarse, presionando un beso superficial en la mejilla de TK. No está cargado de la fuerte emoción de los otros que habían compartido esta noche, es simplemente suave. Doméstico, incluso.
TK sin pronunciar palabra alcanza el interruptor de la luz sobre la cabecera y lo apaga. Sumerge toda la habitación en la oscuridad.
"Buenas noches, Carlos." Dice, recostándose contra su almohada.
No le resulta familiar tener a una persona cálida acostada a su lado, ocupando la mitad de sus sábanas y desplazando el peso del colchón, pero descubre que, como muchas cosas de Carlos, no lo odia.
La cama se mueve un poco cuando ambos se ponen cómodos, "Buenas noches, TK".
La cama se mueve una última vez desde que Carlos se acomoda, y TK deja que sus ojos se cierren, hundiéndose en lo cansado que realmente está. Es realmente imposible de explicar cuántas emociones pueden sacar de una persona, y había experimentado tantas durante su breve conversación, la mayoría lejos de ser positivas.
Sin embargo, justo cuando está al borde del sueño, la cama se mueve un poco más y él abre un ojo. No puede ver nada en la oscuridad, así que después de que Carlos no dice nada y parece estar quieto de nuevo, lo cierra.
Luego vuelve a suceder, y abre ambos ojos a regañadientes, esperando.
Luego vuelve a pasar, y- "Carlos, ¿qué estás haciendo?" Él chasquea.
El silencio culpable es todo lo que TK necesita saber.
Se estira y vuelve a encender la luz para poder evaluar la situación, y se resiste cuando encuentra a Carlos justo en el borde de la cama con un océano de espacio entre ellos. Para agregar a la ridiculez de este hombre, TK incluso ve una pierna tambaleándose en el borde del colchón.
"¡Ay dios mío!" TK gruñe, golpeando su hombro, aunque no hay calor en el golpe. Pura exasperación.
"Ven aquí." Ordena, deslizando físicamente sus brazos debajo de los de Carlos y empujándolo hacia el centro de la cama, justo hacia su espacio personal.
Más satisfecho, TK apaga la luz una vez más y vuelve a meterse en su lugar favorito, esta vez lo suficientemente cerca como para sentir a Carlos a su lado, como si realmente estuvieran durmiendo uno al lado del otro, a menos de un metro y medio de distancia porque tienen dieciséis y miedo de que sus padres irrumpan en ellos.
"Lo siento." Carlos dice, sonando genuino.
TK se inclina hacia adelante, las puntas de sus dedos rozan el bíceps de Carlos en la oscuridad. Él los cepilla de arriba abajo en un movimiento que espera sea reconfortante: "Puedes tocarme. No me voy a romper".
"No quería asumir". Carlos murmura, pero mientras lo dice, estira un brazo hacia TK. Se desliza sobre la cintura de TK y los acerca a los dos por las caderas, justo en el medio de la cama.
TK gira la cabeza hacia abajo para organizarse en su almohada y encuentra su frente apoyada contra el pecho de Carlos. Sube y baja al mismo ritmo que antes.
"¿Esta bien?"
Lo único que TK usa para responder es su pierna mientras la balancea sobre el muslo de Carlos y se entierra aún más cerca de él. Después de un minuto, su cuerpo deja escapar un suspiro de satisfacción y lo último de la tensión se desvanece, satisfecho.
Carlos no hace más preguntas sinceras pero tontas después de eso. No dice nada, en realidad, y por el sonido de su respiración y sus propios músculos se relajan, se queda dormido antes que TK.
No es que TK tarde mucho más. Nunca ha dormido bien, pero tal vez no sea eso. Tal vez nunca se sintió lo suficientemente seguro como para dormir. ¿Pero con Carlos? En sus brazos, sale antes de que termine la hora.
Notas:
Cuando tenga algo de tiempo voy a regresar y rehacer partes de los Capítulos 2-4... la trama/escritura no cambiará pero el formato sí. Sólo un FYI. También modifiqué un poco el resumen, nada importante.
De todos modos, espero que este haya sido un buen final para la primera cita. No estoy seguro si estoy 100% feliz con él, pero estoy muy emocionado por el próximo capítulo. Nancy, Judd y Billy están de vuelta con sus travesuras, así que :)
Comportamiento
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Comenta como jonahhhh
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