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Encabezado de trabajo
Clasificación:
Audiencias generales
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Categoría:
M/M
Aficionado:
9-1-1: Estrella solitaria (TV 2020)
Relación:
Carlos Reyes/Terreno TK
Caracteres:
hebra de conocimientos tradicionalesCarlos Reyes (9-1-1 Estrella Solitaria)Paul Strickland (9-1-1 Estrella Solitaria)Nancy Gillian (9-1-1 Estrella Solitaria)
Etiquetas adicionales:
Dolor/ConsueloDolor/Consuelo EmocionalangustiaAngustia con final felizHilo TK dañadoProtector Carlos Reyes (9-1-1 Lone Star)51 cosasRelación establecidaEstablecido Carlos Reyes/ TK Strandcompartir ropaPelusaPelusa doméstica
Idioma:
Inglés
Estadísticas:
Publicado:2021-06-18Palabras:5,146Capítulos:1/1Comentarios:19Prestigio:677Marcadores:136Golpes:7,181
He oído hablar de un amor que llega una vez en la vida y estoy bastante seguro de que tú eres ese amor mío.
lydiamxrtin
Resumen:
51: Cinco veces TK tomó prestada la ropa de Carlos y una vez Carlos tomó prestada la de TK
Notas:
Para Ravens_Words .
EL MÁS FELIZ DE LOS CUMPLEAÑOS para mi mejor amigo, EJ, este fic es una amalgama de nuestras bromas internas, cánones de cabeza y angustia porque sabes, ¡tiene que haber angustia! ¡Espero que disfruten, los amo mucho!
(Ver el final del trabajo para más notas ).
Texto de trabajo:
1.
TK corrió hacia la estación de bomberos, maldiciendo cuando levantó la vista y vio la hora. Dobló la esquina hacia la cocina, respirando con dificultad como el plomo en la isla.
Paul se puso de pie, sorbiendo su café mirando por encima del borde a TK. El hombre hizo un punto de comprobar el reloj en su muñeca, levantando las cejas en TK
"Había tráfico", mintió TK, pasándose la mano por el cabello.
Paul asintió, colocando su taza en la isla. "Entonces, uh, ¿cuándo nos ibas a dar la noticia?", Preguntó.
TK frunció el ceño, "¿La noticia de qué?" dijo, sacando una botella de agua de la nevera.
"Tu cambio de carrera", dijo Paul, TK se dio la vuelta y sacudió la cabeza hacia Paul.
"¿De qué estás hablando?" Preguntó.
Paul frunció los labios, "Bueno, estoy bastante seguro de que cuando te mudaste aquí por primera vez, trabajabas para Austin Fire, no para el Departamento de Policía de Austin".
TK miró hacia abajo, una placa del Departamento de Policía de Austin mirándolo.
Mierda.
"¿Quieres explicar de dónde sacaste eso o?" preguntó Paul, con una sonrisa mientras tomaba otro sorbo de su café.
TK hizo varias formas con su boca mientras trataba de pensar en una excusa razonable, "Puede pertenecer a un oficial de policía que conozco", ofreció, comenzando a sacar la etiqueta de la botella de agua.
"No digas", dijo Paul, su voz goteando con una falsa sorpresa, "Y ese oficial sería Carlos Reyes por casualidad", preguntó.
TK giró la cabeza, mirando a Paul, "Está bien, todo esto de Sherlock Holmes que haces, realmente entrometido, lo sabes", dijo, esperando que desviar fuera suficiente para que Paul olvidara de qué estaban hablando.
Paul se rió, "Los vi en el bar cuando todos íbamos a bailar, no crean que sería necesario que Sherlock Holmes se diera cuenta de que algo estaba pasando", Paul se inclinó hacia adelante sobre los codos, "Entonces", dijo.
TK bebió su agua, "¿Y qué?" murmuró entre sorbos.
Paul puso los ojos en blanco, "¿Qué está pasando con ustedes dos?" Preguntó.
TK se mordió el labio, sacudiendo la cabeza mientras volvía a meter el agua en el refrigerador, "Nada fue solo... divirtiéndonos", dijo, incluso notando lo inseguro que sonaba.
"Mmm,"
TK giró sobre sus talones, "Hm, qué fue eso hm", preguntó.
Paul se encogió de hombros, "Quiero decir, compartir ropa parece un poco más que solo divertirse-"
TK levantó las manos, "Esto fue un accidente; Llegué tarde al trabajo esta mañana, así que lo agarré del suelo y pensé que era mío", TK cerró los ojos por un momento, preguntándose si Carlos había usado su Austin FD one para ir a trabajar.
Paul se echó hacia atrás, con las cejas levantadas, "Así que te quedaste en el suyo", TK dejó escapar un profundo suspiro.
"Él vive más cerca y era tarde", dijo, ignorando el hecho de que Carlos solo vivía unos 5 minutos más cerca y que las 9 de la noche no era exactamente tarde.
Paul le guiñó un ojo a TK, "Cierto, por supuesto", dijo.
TK se rió, inclinándose hacia adelante en la isla frente a Paul, "Honestamente", dijo, "No tengo idea de lo que somos, pero..." TK se detuvo, mirando sus manos inquietas, "Me gusta", confesó.
No solo como un cuerpo cálido, o alguien con quien pasar el tiempo.
Carlos lo hizo sonreír, lo hizo feliz, lo hizo sentir seguro.
"Oh, mírate sonrojarte", bromeó Paul, TK arrojó una toalla a su lado a la cara de Paul. "Si te gusta tanto, lo cual claramente te gusta, entonces ¿por qué no lo haces oficial?", preguntó.
TK sintió que la sonrisa caía ligeramente de sus labios, "No sé si estoy listo", admitió.
A TK le habían roto el corazón de una manera que no creía posible este año, y estaba seguro de que perder a Carlos desbloquearía otro nivel de dolor.
"Bueno, si está destinado a ser, lo será", ofreció Paul.
TK esperaba que Paul tuviera razón, esperaba que no arruinara esto, que no perdiera a Carlos aunque ni siquiera fuera suyo. "Me alegro por ti, hombre", dijo Paul, palmeando a TK en la espalda mientras pasaba, "Ah, y es posible que quieras cambiar ese suéter antes de que Nancy lo vea, si crees que soy Sherlock Homles, espera a que lo descubra". tienes un hombre que ella no conoce", bromeó, dándole a TK una última palmadita en la espalda mientras salía de la habitación.
TK debería quitarse el puente; él sabía eso. Pero, en cambio, envolvió sus brazos alrededor de sí mismo, el olor y el calor de Carlos lo envolvieron.
2.
Hubo un golpe en la puerta, y Carlos corrió escaleras abajo y abrió la puerta.
"Oye", susurró TK, colocando un beso en los labios de Carlos mientras entraba a la casa.
"Oye", dijo Carlos, cerrando la puerta detrás de él.
"¿Tienes una camisa que me preste?" preguntó TK.
Carlos frunció el ceño, "¿Qué?" Preguntó, dándose la vuelta para mirar al hombre.
TK se pasó la mano por el cabello, revelando una gran mancha en su camisa rosa, "Llegué a la mitad de la tuya antes de darme cuenta de que había una mancha en esta camisa", gimió TK, lanzando sus manos a un lado.
Carlos levantó las cejas, acercándose a TK.
Conocía a TK y sabía que no había manera de que este hombre saliera de la casa sin mirarse en el espejo y cambiarse la camisa al menos un puñado de veces. Carlos entrecerró los ojos hacia TK, acercándose de nuevo.
TK gimió de nuevo, mirando hacia el techo, "Ugh, está bien, me dieron un bobba en el camino y lo partí", Carlos soltó una pequeña risa, sacudiendo la cabeza.
Solo TK obtendría un bobba a las 8 de la noche antes de salir. "¿Entonces?" preguntó TK, girándose para subir las escaleras. Carlos asintió levemente a pesar de que TK ya estaba a mitad de las escaleras.
El hombre era un enigma, uno que a Carlos le gustaba resolver.
Después del desastre de la cena, Carlos estaba seguro de que él y TK habían terminado, sin importar cuánto le doliera ese pensamiento en el corazón. Luego se encontraron en la estación y, por primera vez, Carlos pudo ver el verdadero TK. Un hombre que estaba herido y asustado de abrirse. Además de eso, accedió a una cita de dardos, ya partir de ahí empezaron a construir algo, Carlos no estaba seguro de que estuvieran construyendo, pero era algo. A veces parecía que TK quería una relación; se quedaba a dormir noches enteras, cenaba con Carlos y caminaba por su casa como si fuera su hogar. Carlos observó cómo TK entraba en la habitación de Carlos, se dirigía al armario y lo abría.
Carlos sonrió mientras observaba a TK mirar a través de su ropa; se veía tan a gusto, tan cómodo. Después de un momento, TK sacó una camisa burdeos del fondo del armario. TK hizo un trabajo rápido, demasiado rápido para el gusto de Carlos, quitándose la camisa manchada y arrojándola sobre la cama. TK se encogió de hombros y se subió las mangas hasta los codos y se las metió dentro de los pantalones.
No era tan ajustado como el anterior, y probablemente un poco más grande, pero de alguna manera todavía se veía bien, realmente bien. TK se revolvió el cabello, se dio la vuelta y le mostró una sonrisa a Carlos, "Gracias", TK miró su reloj, "Pauls nos va a matar si llegamos tarde otra vez", suspiró TK, desabrochando algunos botones en la parte superior de su camisa.
Carlos caminó hacia TK, envolvió sus manos alrededor de la cintura de TK, colocando besos a lo largo de la mandíbula y la garganta de TK, "Creo que Paul tendrá que esperar un poco más", bromeó, ganándose una risa juguetona de TK.
TK se retorció en el agarre de Carlos, girando hasta que estuvieron cara a cara. TK acercó su labio al de Carlos, flotando justo encima de ellos, "Vamos", respiró, tomando la mano de TK y sacándolo de la habitación. Carlos gime por la falta de contacto, recogiendo la camisa manchada de TK mientras bajaba las escaleras.
Carlos estaba a punto de colocar la camisa en el contenedor cuando TK habló: "¿Qué estás haciendo?" Preguntó desde la puerta.
Carlos se encogió de hombros, "Está manchado", dijo.
TK caminó hacia adelante, "Saldrá", dijo.
Carlos miró entre la camisa y la papelera. Cuando volvió a mirar a TK, tenía los ojos entrecerrados y la cabeza inclinada hacia un lado. "Odias esa camisa, ¿no?", dijo, más como una declaración que como una pregunta.
Carlos echó un vistazo a la camisa rosa, las flores y los tigres la cubrían, "Yo no dije eso", dijo, "Pero los tigres, ¿en serio?" Carlos dijo.
TK se adelantó, tomando la camisa de la mano de Carlos. Se acercó a la lavadora, tiró la camisa y la encendió, "La camisa y yo somos un paquete", dijo TK, volviendo a envolver sus brazos alrededor del hombro de Carlos, "Si me quieres, entonces yo me temo que tienes que vivir con ellos; tigres, flores y todo —bromeó, de nuevo con los labios cerrándose peligrosamente cerca de los suyos.
"Hmmm", ronroneó Carlos, finalmente inclinándose hacia adelante para colocar un beso en los labios de TK, "¿Puedo responderte sobre eso?", dijo, sintiendo a TK sonreír debajo de sus labios. La mano de TK se deslizó alrededor de los hombros de Carlos y bajó por el pecho de Carlos mientras se inclinaba hacia adelante para salpicar besos en su mandíbula.
Oh, Paul definitivamente iba a tener que esperar.
3.
TK se movió en la cama, sintiendo que la vía intravenosa se le clavaba en la mano. Los ojos de TK se sentían pesados; quería acurrucarse de lado y desmayarse, a pesar de que aparentemente había estado en coma durante una semana. Tan pronto como TK trató de moverse, sus puntos tiraron y tiraron, haciendo que TK se desplomara contra la cama, sin poder hacer nada más que mirar hacia el techo.
"Hola", dijo Owen, con una suave sonrisa mientras entraba en la habitación del hospital de TK y se sentaba al final de la cama. "Así que agarré este suéter y esta camiseta; hace frío afuera, así que pensé que las capas serían mejores para no temblar y molestar las puntadas ", divagó Owen, sacando una camiseta de Austin FD y un suéter gris suave.
TK le dio a su padre una sonrisa de agradecimiento, "Gracias, papá", dijo.
"Y luego agarré estos; Pensé que sería mejor que los jeans", sacó un par de joggers negros y se los pasó a TK.
Antes de que llegaran a sus manos, TK sabía quiénes eran los corredores. Pasó el dedo por la tela de los pantalones deportivos y los abrió para revelar una insignia del Departamento de Policía de Austin en la parte superior, las palabras Departamento de Policía de Austin escritas en la pierna izquierda. TK acarició con los dedos la placa, "Supongo que pertenecen a..." Owen no terminó la oración, sabiendo que TK entendería lo que quería decir.
TK asintió, sus manos aún envueltas alrededor de los joggers, "Sí", respiró, con una sonrisa cariñosa arrastrándose en sus labios, "Los tomé prestados hace un tiempo después de que nos atrapara una tormenta", habían regresado caminando de la cena. cuando una tormenta eléctrica se había abierto sobre ellos. Los chicos habían tratado de dejarlo atrás por un momento antes de detenerse, riéndose mientras se empapaban.
Cuando regresaron a casa de Carlos, TK se puso los joggers y ambos se acurrucaron en su sofá.
"Cuando me dispararon", comenzó TK, "Por un momento, todo lo que pude pensar fue en no volver a verlo, cuál fue nuestra última conversación". En los últimos días, el recuerdo del evento de TK había comenzado a volver. a él; la sensación de miedo, pavor, pánico. "Seguía pensando que nunca le dije…" Nunca le dije lo que significaba para TK, cuánto se preocupaba por él, qué tan seguro era para TK. Cómo TK estaba seguro de que ya se estaba enamorando del hombre.
¿Por qué no me hablaste de él? preguntó Owen.
La misma razón por la que no le había dicho a Carlos todas las cosas que deseaba haberle dicho; él estaba asustado.
¿Qué pasa si lo estropeo? —susurró TK.
Su papá colocó una mano en la rodilla de TK, inclinándose hacia adelante, "La noche en que te dispararon, se sentó junto a tu cama toda la noche", dijo Owen, "No pude lograr que se fuera, ni tampoco el equipo, estoy bastante seguro de que ha estado enviando mensajes de texto a Paul para obtener actualizaciones todos los días", el rostro de su padre se volvió borroso cuando las lágrimas se acumularon en los ojos de TK, "Lo que sea que tengan, él se preocupa mucho por ustedes", TK sabía que él sabía que, por cierto, Carlos era paciente con él, nunca presionarlo y dejar que TK decida el ritmo de la relación. "¿Te preocupas por él?" preguntó Owen.
"Sí, realmente lo creo," TK ni siquiera necesitó pensar en su respuesta; era una verdad innegable.
Owen sonrió, palmeando la rodilla de TK, "Entonces estás a mitad de camino, solo habla con él", dijo.
TK asintió y miró fijamente a los corredores. Había estado postergando la definición de su relación, pensando que eso lo protegería de lastimarse. Pero TK ya no estaba seguro de querer eso porque protegerse a sí mismo, construir muros altos significaba mantener alejado a Carlos, y TK no quería eso, sin importar el riesgo de que le rompieran el corazón.
4.
TK se rió mientras observaba a Paul tratando de enseñarle a Nancy a lanzar dardos, el paramédico insistió en que ella sabía lo que estaba haciendo antes de que el dardo aterrizara en la pared al lado del tablero.
"Maldita sea, y coses heridas con ese objetivo", bromeó Paul, ganándose un empujón juguetón de Nancy, que estaba haciendo fila para intentarlo de nuevo. TK se apoyó en el pilar cerca de ellos, sacudiendo la cabeza ante la escena que se desarrollaba. El teléfono de TK cobró vida en su bolsillo; lo sacó y sonrió al ver el identificador de llamadas. "Oye", dijo TK.
"Oye", respondió Carlos, "¿Qué tal las bebidas?". Preguntó cuando otro dardo aterrizó en la pared, esta vez de Paul mientras Nancy le cubría los ojos con las manos.
"Va bien", se rió.
"Bien", dijo Carlos, "Escucha, ¿recuerdas dónde puse mi sudadera con capucha verde?", Preguntó, y TK pudo escuchar el sonido de los cajones abriéndose en el otro extremo.
TK frunció los labios, "¿El verde oscuro?" preguntó.
"Sí", dijo Carlos, su voz sonaba emocionada.
TK respiró hondo entre dientes, "Sí, sé dónde está eso", dijo, sacando las palabras mientras miraba el jersey verde oscuro que colgaba de su cuerpo.
Después de un momento, Carlos gimió y Tk pudo imaginar al hombre echando la cabeza hacia atrás, "¿En serio, TK?" Preguntó.
"Hacía frío esta mañana, y no traje uno a tu casa anoche", divagó TK. Cuando se despertó esta mañana y sintió el frío en el aire, TK había agarrado el jersey de canalé verde del suelo sin pensarlo dos veces.
Escuchó la risa de Carlos desde el otro lado, "Sabes, cuando te convertiste en mi novio, no me di cuenta de que eso significaría que tendría que empezar a comprar dos de todos mis suéteres", bromeó.
Habían estado juntos oficialmente durante un mes, y TK había escuchado la palabra novio cientos de veces, pero aun así hizo que su corazón latiera un poco más rápido y sus mejillas se pusieran un poco más cálidas.
TK apoyó la cabeza contra el pilar, "Te lo compensaré", dijo TK con voz tímida.
"Oh, sí, ¿cómo?" Carlos preguntó.
Una de las comisuras del labio de TK se torció hacia arriba, "Te dejaré quitármelo cuando llegue a casa", dijo TK, frunciendo los labios después de terminar.
"Eres un idiota", se rió Carlos, y TK pudo ver a su novio sacudiendo la cabeza y poniendo los ojos en blanco.
"¿Eso es un no?" preguntó TK.
Hubo una pausa, "Te veré en casa", dijo Carlos finalmente, su voz era tan tímida como la de TK.
"Te amo", dijo TK, una sonrisa nunca abandonó sus labios mientras hablaba.
"Yo también te amo", dijo Carlos, "Aunque me robes los suéteres",
"Te refieres a nuestros saltadores", corrigió TK.
"Ve a disfrutar tu noche; Te veré luego", dijo Carlos.
"Está bien, te amo", dijo TK, sonriendo a su teléfono mientras terminaba la llamada.
Continuó sonriendo a su teléfono por un momento antes de mirar hacia atrás, notando que Nancy y Paul lo estaban mirando.
"¿No son lindos?", bromeó Nancy, tirando juguetonamente su brazo sobre el hombro de Paul.
"Son, ¿no es así?, tan dulces", agregó Paul, "Oye, mejor que sea mi padrino en la boda", dijo.
"Ah, y yo escopeteé a la dama de honor", dijo Nancy.
TK se empujó del pilar, sacudiendo la cabeza mientras arrebataba el dardo de la mano de Nancy, "Ustedes dos son idiotas", dijo, alineando el dardo contra el tablero, fallando el tablero por completo mientras pensaba en Carlos esperándolo.
5.
Carlos caminó por el camino a su casa, girando la llave en su mano mientras giraba su hombro. Había sido un día largo, y Carlos no podía esperar para acurrucarse con TK y ver una película a la que ninguno de los dos prestaría atención mientras cenaban. Metió la llave en la cerradura y abrió la puerta.
Estaba oscuro.
Y tranquila.
Carlos redujo la velocidad al entrar, la puerta se cerró lentamente detrás de él. Extendió la mano, encendiendo las luces.
TK estaba acurrucado en la esquina del sofá, con las rodillas apretadas contra el pecho. Llevaba puesto el jersey rojo de Carlos, la sudadera con capucha levantada y apoyada contra su cabello desordenado. Las manos de TK estaban envueltas alrededor de sus piernas; él era la imagen perfecta de la miseria.
Dejó caer su bolso al suelo, caminando hacia TK.
Carlos se agachó frente a TK. Agachó la cabeza para intentar mirar a TK a los ojos y, aunque podía verlos, no había nada más que una sombra de oscuridad cubriéndolos.
Carlos pudo ver a TK retorciendo algo en su mano, algo brillante apareciendo cada pocos segundos. Carlos extendió la mano, colocando sus manos sobre las de TK; suavemente, abrió la mano de TK para revelar el chip de sobriedad de 1 año en sus manos.
Carlos volvió a mirar a TK; estaban concentrados en Carlos y envueltos en lágrimas.
"TK-"
"¿De qué sirve ser paramédico si no puedo salvar a nadie?" TK se atragantó, sus palabras atrapando cada otra palabra.
Carlos retrocedió por un momento, sorprendido por las palabras de TK, "Woah, ¿de qué estás hablando-"
"No pude salvar al conductor del autobús cuando era bombero, y no pude salvarnos cuando estábamos atrapados y-"
Carlos mantuvo una mano sobre la de TK y extendió la otra, ahuecando su mejilla, "TK, te habían disparado, y ella estaba inmovilizada con un sólido metal, la mantuviste con vida hasta que llegaron los 126, la salvaste, y nosotros" Carlos aseguró, pero parecía no hacer ninguna diferencia para TK. Se empujó más hacia atrás en el sofá como si quisiera desaparecer por completo.
Sus ojos estaban rojos, el espacio debajo de ellos hinchado. Líneas de lágrimas secas marcaron el rostro de TK, que estaba pálido contra el jersey vibrante. Carlos estaba acostumbrado a que TK usara sus suéteres, pero esto era diferente; la capucha estaba tirada hacia adelante como si estuviera tratando de esconderse dentro de ella.
Algo andaba mal.
Muy mal.
Carlos continuó rozando su pulgar contra la mejilla de TK, "¿Qué pasó hoy?" susurró en voz baja.
TK respiró hondo, su labio temblando. Volvió a mirar la moneda que tenía en la mano, sacudiendo la cabeza y apretando los ojos con fuerza. "Oye, háblame", lo tranquilizó Carlos, moviendo su pulgar para acariciar suavemente las arrugas en el rabillo del ojo de TK. Finalmente los abrió, mirando a Carlos.
TK apretó la mandíbula, otro suspiro tembloroso salió de sus labios. "Nos llamaron para un caso de sobredosis", dijo TK en voz baja, apretando la mano con tanta fuerza alrededor del chip que empezó a temblar. "El niño tenía alrededor de 20 años", dijo.
TK se mordió el labio, las lágrimas aún se aferraban a la línea de agua de sus ojos, sin caer todavía. "Su mamá lo había encontrado, e intentamos RCP, Narcan todo menos-" TK se atragantó, sus ojos parpadearon rápidamente, "No fue suficiente". "No éramos suficientes", dijo, sacudiendo la cabeza.
Carlos sintió que su propia visión se nublaba. Llevó la mano temblorosa de TK a sus labios y los besó. "Ella seguía gritándonos para que lo ayudáramos y lo salváramos", las palabras eran una mezcla de sollozos y llantos mientras TK sacudía la cabeza incluso con fuerza como si estuviera tratando de descartar los recuerdos de su mente, "y lo intenté, realmente lo hice". Lo intenté, pero… Un sollozo estalló a través de TK, quien se inclinó sobre sí mismo, sus brazos se apretaron alrededor de él.
"Oye, oye, ven aquí", lo tranquilizó Carlos, moviéndose rápidamente del piso al lado de TK, atrayéndolo en un abrazo de costado, sus brazos envolviendo a TK.
Las manos de TK se extendieron, agarrando la parte delantera de la camisa de Carlos mientras lloraba en el pecho del hombre. Después de un momento, Carlos se echó hacia atrás un poco, usando sus manos para cubrir ambos lados de la cara de TK, limpiando las lágrimas que aún caían en cascada por su mejilla. "TK, hiciste todo lo que pudiste por ese niño"
"Y no fue suficiente", gritó, con las manos todavía agarrando la parte delantera de la camisa de Carlos.
"Y a veces no lo será", era una verdad dura e implacable, una que nunca parecía justa. "No podemos salvar a todos, TK", dijo Carlos.
TK se echó hacia atrás, su espalda golpeó el brazo del sofá, "Se merecía vivir", lloró, "Era solo un niño que cometió un error; fue su primera sobredosis", Carlos sintió su corazón roto aún más cuando vio a TK desmoronarse ante él, "No es justo, no es justo que muera y yo-" TK se detuvo, apretando los labios para mantener las palabras en .
Pero fue demasiado tarde; se le había escapado bastante que Carlos sabía lo que iba a decir TK.
"TK", comenzó Carlos, pero TK lo interrumpió.
"La cagué tantas veces, y todavía estoy aquí, pero este niño-" Extendió los brazos hacia un lado, "¿Por qué tuve una segunda oportunidad y él no?" se lamentó.
"Sabes que no funciona así, TK, no siempre hay una razón por la que suceden cosas malas", se acercó a TK, con la mano apoyada en su rodilla, "No puedo darte una razón por la que murió ese niño". , pero puedo decirte que sé que hiciste todo lo que pudiste", Carlos extendió la mano, inclinando la cabeza de TK ligeramente hacia arriba, para que lo mirara, necesitando que TK escuchara sus palabras, "Y-TK, por favor nunca Creo que no mereces estar aquí, porque tú", aseguró. Carlos usó su otro ventilador para tomar con cuidado el chip de un año del agarre de TK, sosteniéndolo frente a él, "Has trabajado muy duro para estar aquí y estoy muy orgulloso de ti", dijo.
Los ojos de TK rebotaron entre el chip y Carlos.
Un momento después, se derrumbó de nuevo. Carlos lo atrapó en un abrazo, frotando círculos relajantes en su espalda. "Estás bien", repitió Carlos, "Estarás bien", TK continuó sollozando en la camisa de Carlos hasta que los sollozos se convirtieron en llantos suaves.
Después de un momento de silencio, TK habló, "Te amo", murmuró contra el cuerpo de Carlos. Carlos depositó un beso en la frente de TK.
"Yo también te amo", aseguró, y la pareja se quedó allí hasta que se durmieron juntos en su casa.
1
La casa estaba vacía.
Sin luz, sin sonido, ni siquiera calor.
Carlos nos arrastró los pies por las escaleras, deslizándose en su dormitorio.
Su dormitorio.
Sin embargo, TK no estaba aquí y no lo había estado durante una semana.
En cambio, estaba inconsciente en una cama de hospital, una máquina lo ayudaba a respirar y le proporcionaba líquidos; apenas estaba vivo.
Carlos miró alrededor de la habitación; no había vuelto allí desde el accidente, ya que había pasado todas las noches junto a la cama de TK.
Hoy, TK había comenzado a respirar por sí mismo nuevamente, pero aún no estaba despierto y los médicos no sabían cuándo lo haría o si lo haría.
Estaba destinado a ser un trabajo regular, un golpe y una fuga reportados. Tommy, Nancy y TK respondieron y trataron a los pasajeros y estaban a punto de irse.
Entonces alguien se saltó un semáforo en rojo.
Y otro auto se desvió.
TK había gastado los últimos segundos que tenía para salir del camino para empujar a Nancy a un lugar seguro antes de recibir el golpe.
Costillas rotas, conmoción cerebral, hemorragia interna, la lista continuaba, y cada diagnóstico era otra daga en el pecho de Carlos. Se dejó caer en la cama, pasándose las manos por la cara.
Su padre lo había convencido de ir a casa, comer y ducharse ya que TK respiraba de forma independiente. Carlos no quería; no quería poner un pie en la casa hasta que TK estuviera con él a su lado. Después de un momento, se levantó de la cama y se dirigió al armario.
No se iba a duchar ni a comer, pero se cambiaba de ropa, dándoles la ilusión que tenía. Abrió la puerta, alcanzando la primera camisa que pudo ver, sin importarle lo que era. Falló y la camisa cayó al suelo del armario.
La frustración estalló en su pecho cuando se inclinó para recogerlo.
Se congeló.
En el suelo había una sudadera con capucha extragrande de color rosa suave.
Sudadera con capucha de TK.
Extendió una mano temblorosa, recogiendo el jersey.
TK entró en la habitación, bebiendo su café, "¿Es ese mi suéter?" preguntó Carlos, asintiendo con la cabeza hacia la sudadera rosa que llevaba TK.
TK inclinó la cabeza hacia un lado, "No, es mío", dijo, Carlos levantó una ceja ante eso, "Es demasiado grande, está bien", dijo, colocando el café en la mesita de noche al lado de donde Carlos yacía en la cama.
"Entonces eso significa que puedo robarlo entonces", sonrió Carlos.
TK se burló, sacudiendo la cabeza, "No", dijo, devolviéndole la sonrisa a Carlos.
"Pero-"
TK se giró, balanceando sus piernas sobre la cama para estar a horcajadas sobre Carlos, sus brazos envolviendo los hombros del hombre, "¿Quieres pasar la hora que tenemos antes de nuestro turno hablando de jumpers o?" Carlos lo interrumpió con un fuerte beso, sus manos serpenteando alrededor de su cintura, tirando de la sudadera con capucha de TK y cruzando la habitación.
Carlos tragó saliva; unos días después de ese momento, todo había cambiado. Las piernas de Carlos cedieron y se desplomó en el suelo, apretando el jersey contra su pecho como si fuera TK.
Olía a él, pero no lo era.
Sostuvo el jersey contra su cara, sofocando un sollozo que se escapó de sus labios.
No estaba seguro de cuánto tiempo estuvo allí sentado; unos minutos, una hora, el tiempo o cualquier cosa, no tenía sentido sin TK.
Oyó que la puerta se abría abajo y el corazón de Carlos se destrozó un poco más, sabiendo que no era TK y que tal vez nunca lo fuera. Se levantó del suelo y caminó por el pasillo hasta la parte superior de las escaleras.
En el fondo estaba Nancy, mirándolo fijamente, "Paul mencionó que ibas a volver aquí, aunque había venido a ver cómo estabas", preguntó ella.
Carlos bajó las escaleras con pasos pesados, sentándose en el último escalón, "Este no es el hogar sin él", susurró, Nancy se sentó a su lado.
"Lo sé", respiró ella, "la estación está tan tranquila sin él", dijo.
"Tiene que despertarse", dijo Carlos, "Tiene que despertarse",
fue sencillo
TK tenía que estar bien.
No había otra opción, no había otro futuro que Carlos viera.
"Lo hará", dijo Nancy.
"¿Cómo lo sabes?" Preguntó.
Esbozó una suave sonrisa, "Porque es TK", parpadeó para quitarse las lágrimas que se habían acumulado en sus propios ojos, "Es la persona más terca que he conocido, y es imposible que no se despierte; él nunca te dejaría, Carlos", dijo.
Carlos lo sabía, pero no estaba seguro de que TK tuviera elección en el asunto.
Se levantó del escalón, con un dolor en el pecho que le decía que había estado lejos de TK durante demasiado tiempo. Miró el jersey que tenía en las manos y se lo pasó por la cabeza. Nancy se levantó, sonriéndole, "Probablemente se despertará solo para gritarte por usar su suéter", bromeó; el fantasma de una sonrisa cruzó los labios de Carlos.
Nancy y Carlos caminaron por el pasillo del hospital, las paredes blancas y limpias se sentían más como su hogar que su casa. Dieron la vuelta a la esquina y vieron a Owen y Gwen hablando con un médico, con lágrimas rodando por sus mejillas.
Carlos se congeló, una fuerza invisible agarró sus piernas.
El aire fue arrancado de sus pulmones, y sus piernas se sintieron huecas cuando se tambaleó en el tope.
No, no, no, no Carlos sintió miedo; el miedo puro que todo lo consume comienza a ahogarlo.
Todo el equipo estaba allí, y Paul notó que Carlos se acercaba a él.
"Está despierto", dijo, con una amplia sonrisa en los labios.
Carlos jadeó, el aire finalmente regresó a sus pulmones. Carlos le dio a Paul un rápido abrazo antes de caminar hacia la habitación del hospital que había sido su hogar durante la última semana. Se metió dentro.
Lo que lo recibió fue el sitio más hermoso que Carlos había visto en su vida. TK estaba despierto, sentado en la cama, su cabello desordenado y su piel pálida pero viva.
Carlos corrió hacia la cama y se sentó junto a TK, extendiendo la mano para tomar su mano entre las suyas, "Oye, estás despierto", dijo Carlos, incapaz de detener las lágrimas que escapaban de sus ojos.
TK giró la cabeza hacia un lado; parecía cansado y medio dormido. Le dedicó una cálida sonrisa a Carlos, apartando su mano de la de Carlos para limpiar las lágrimas de su mejilla. Su mano se cernió sobre la mejilla de Carlos por un momento antes de aterrizar en su hombro, su pulgar rozó pequeños círculos, "¿Es ese mi suéter?" Preguntó, con la voz arrastrando las palabras.
Una risa húmeda y llena de emoción brotó de los labios de Carlos; por supuesto, eso es lo que diría TK. Carlos no creía que fuera posible, pero juró que se sentía un poco más enamorado de TK, "En tus palabras, es nuestro saltador", sonrió.
TK negó suavemente con la cabeza, "No funciona de esa manera", suspiró, volviendo la mano a la de Carlos.
Carlos extendió la mano, apartando un mechón de cabello de la frente de TK, ahuecando su rostro magullado, "Pensé que te había perdido", graznó.
TK colocó su mano sobre la de Carlos, "Nunca te vas a deshacer de mí, Reyes", aseguró TK, "Estás atrapado conmigo", dijo, girando la cabeza hacia un lado para colocar un beso en el interior. de la mano de Carlos, "Y mis camisas", terminó, otra risa escapándose de los labios de Carlos.
"Me gustaría eso", dijo Carlos.
Ningún futuro era mejor que aquel en el que TK estaba a su lado; sus vidas unidas para siempre como una sola.
Notas:
GRACIAS POR LEER, cualquier comentario/felicitación es realmente apreciado
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