—¿Y cómo iba a darme cuenta? —protesta también riéndose y le hace cariñitos en la nuca—. Eres como el peor marido que pudiera tener algui... —se le muere la frase en la boca al notar lo que ha dicho.

Vale... fulminada. Aziraphale también. Deja de reírse DE INMEDIATO.

Sandalphon parpadea porque eso ha sido brusco y la verdad, no ha notado lo que ha dicho. Es que Aziraphale hasta palidece, sin atreverse a moverse.

—Eh... S-Si... Si acaso lo... o sea... de... ehmm... c-cualquiera. EH-uhm... uhm. Yo... no... mmm... quiero decir que no... que... lo seas, era en sentido figurado.

Patada por debajo de la mesa. Inmediata. Crowley se calla.

—Ehm... Hello —Aziraphale mira a Sandalphon... y sonríe.

—¿Qué acaba de pasar? —le pregunta este.

—E-Ehm... Nothing!

—Mmmm...

—¿Q-Qué... crees que haya pasado?

—No lo sé, no he entendido nada.

—¿N-Nada de nada? —Aziraphale mira a Crowley de reojo

This... is called flirt —responde Crowley.

—Tienes que c-conseguirte tu propio demonio para hacerlo.

—¿Flirtear? What?

—No te creas que es flirtear tanto.

—Claro que sí lo es, pero le da vergüenza admitirlo —replica Crowley—. Yo conozco a algunos demonios. Podría presentarte a alguno para hacerlo.

—¡No quiero hacer nada con ningún demonio!

—¡No me da vergüenza! Y... no sabes de lo que te pierdes.

—Sí, porque además para los demonios es súper desagradable —sigue Crowley.

W-What?

Aziraphale mira a Crowley, que le guiña un ojo.

—Un sacrificada eres tú... —susurra.

—Mucho. Se lo he dicho a todo el mundo, esto es asqueroso y yo hago todo un sacrificio. Una mártir es lo que soy.

—Asqueroso...

—Desagradable y antinatural.

—Quizás pueda hacerte un favor y no volverte a besar.

—Eso sería de mucha ayuda...

—Bien.

—Espera, ¿de verdad esto les molesta a los demonios? Estás... ¿estás haciendo el bien? —pregunta Sandalphon.

—Desde luego.

—Quiero decir, yo ya se lo he explicado a Lord Belcebú y... —Crowley se detiene con ese asunto.

—Hmmm ¿qué?

—No hay nada que un demonio pueda sufrir más que un beso de un ángel —decide la demonio—. Es lógico, es una declaración de amor pura y los demonios no soportamos el amor es todo lo contrario a nosotros.

—¡Tú le estabas besando antes!

—Sacrificadamente... en realidad fue un intento de asesinato —Crowley le tiende la mano a Aziraphale para encajársela—. Tengo que felicitarte, has estado a punto esta vez.

—L-Lo no he... sí —le toma la mano.

Crowley se la aprieta como si le saludara y luego se la lleva a los labios para darle un beso en los nudillos porque es que mira cómo se enfadaaaa y las cosas horribles que tiene que decirleee e igual es una cínica

Aziraphale gira la mano y le toca la cara después de ese besito en los nudillos.

—Has aguantado bastante esta vez... toda una campeona. Estoy seguro de que morirás a la próxima...

—Desde luego tú me lo pones cada vez más difícil.

—Cada vez te quiero más... —se sonroja y desvía la mirada.

Ella se sonroja también y Sandalphon levanta una ceja, porque ahora sí le ha parecido sentir que... el amor también viene de ella.

Aziraphale le acaricia más la cara con suavidad, volviendo a mirarla y tocándole un poco los labios negros. Crowley le sostiene la mirada en uno se esos silencios en los que no hace falta decir nada y entreabre los labios capturándole un poco el dedo, haciendo que Aziraphale sonría un poquito.

Algo tenía Crowley que aún en circunstancias complicadas, en medio de momentos claramente peores que este, siempre hacía que Aziraphale se sintiera tranquilo y en paz. Como si su mera presencia lo neutralizara todo.

Sandalphon vuelve a parpadear porque todo este ambiente... es imposible que no lo sienta.

Aziraphale sube la otra mano hasta sus ojos... y le levanta con suavidad las gafas de sol, porque es que... siempre se pierde de sus ojos y le gustan mucho.

Ella los cierra dejándole que se las quite. Las pone en la mesa con suavidad sin dejar de mirarla a ella.

—Ojalá hubiera podido quitártelas siempre que he querido hacerlo...

Y ella le lame un poquito la punta del dedo con uno de esos movimientos... propinándole un escalofrío intenso.

Se ríe un poquito y Aziraphale piensa repentinamente que Sandalphon le reñiría por lo que acaba de pensar después de esa lamida.

Sandalphon se está tomando su Coca-Cola sin casi ni darse cuenta de lo que hace por estar pendiente de esto raro que hacen ellos dos.

Aziraphale se estira un poco hacia ella y le da un besito en la mejilla.

No va a ser en la mejilla a no ser que se esfuerce mucho.

MUCHO.

MUCHO.

Que se va a esforzar, si era un pretexto para estar más cerca y poder darle el siguiente en los labios. El ángel sonríe en el beso, cerrando los ojos y capturando un poco el labio de abajo de Crowley con los suyos.

Vale, lo siguiente es una mano en la cara de cada uno y Sandalphon separándoles.

Dios mío, ¿¡se puede ser más pesado?!

Crowley lucha por qué no le aparte. Aziraphale lucha para no arrancarle los brazos a mordidas.

¿Cuánto puto tiempo tardan en actuar los putos somníferos?

Aziraphale gira la cara hacia Sandalphon... con unos niveles de fulminación jamás vistos antes.

—¡Tienes que parar de hacer esto! —protesta Sandalphon. (Pero todos podrían protestarlo) Aziraphale aprieta los dientes.

—¿Por qué habría de dejar de hacerlo?

—¿Es que no lo sientes? Es... como un hechizo. En todo el ambiente. ¡Algo está haciendo!

FACEPALM del principado.

Fuck —protesta Crowley.

—¿Lo ves? ¡Ahora protesta porque le he detenido!

—Si que lo siento... —Y ahora mismo te odia.

—¡No es bueno para ti!

Es que Aziraphale no tiene palabras para responder eso. ¿Cómo no va a ser bueno para él que le quieran de esa forma?

—No tienes ni idea.

—Sí que la tengo y tú estás completamente cegado...

Crowley levanta las cejas con eso y mira a Sandalphon, asustándose... porque si Sandalphon le dice a Gabriel que Aziraphale no piensa correctamente y que esto es un peligro... sí que se lo van a llevar a trabajar al cielo para alejarlo de él.

—Vale, sí, estoy completamente cegado —responde Aziraphale que lo único que quiere es quitárselo de encima.

—¡No! —chilla Crowley. Respuestas inesperadas parte 617.

—¿No? ¿Pues qué más cegado quieres que esté, demonio?

Parpadeo, parpadeo, parpadeo de Aziraphale.

—Oh, tú no has visto a los humanos. Esto no es nada... apenas lo normal entre... conocidos. Colegas de profesión.

Ok... ¡parpadeo!

—E-Exacto —asiente Aziraphale solo por seguirle la corriente al notar que... suena histérico.

—Parece que no, porque... bueno, es un ángel y emana... —vacila un poco y hace un gesto con las manos—. Bueno. Whatever. Todo eso. Pero...

Sandalphon inclina la cabeza y Crowley mira a Azirapahle de reojo que se relame un poco el beso... y toma aire profundamente, intentando pensar con claridad.

—Veo, Sandalphon, que vas a echar a perder todos los planes que tengo... haciéndolo todo evidente.

—¿Estás... intentando...? —vacila Sandalphon sin entender mirando a Crowley y luego a Aziraphale, completamente perdido.

—Lo que digo es que obviamente no podría estar peor —cambia la línea Crowley otra vez.

La comedia de los absurdos. Aziraphale mira a Crowley de reojo, en realidad sin saber de qué habla ella del todo

What? —Sandalphon vuelve a mirarlos a uno y otro completamente descolocado.

—Es obvio, Angel, no intentes disimularlo ahora —mira a Aziraphale haciendo un gesto con las cejas, porque tiene que ser él quien se defienda... Sandalphon no va a confiar en Crowley.

—¡Eres absolutamente inútil para entender las... sutilezas! ¡Así no puedo trabajar! —Aziraphale sigue reclamando a Sandalphon y luego se gira a Crowley—. ¡Y no veo ninguna obviedad aquí! ¡Claramente estás... equivocado!

—¿Q-Qué sutileza? —pregunta Sandalphon, nervioso porque quizás si hay un plan que él no está viendo.

Crowley se echa para atrás y bufa poniendo los ojos en blanco, dejándose caer sobre su silla con un brazo por encima del respaldo

—Es que haznos a todos un favor y deja de meterte en mis asuntos, ¡que todo lo haces peor! —se queja el Ángel hacia Sandalphon y mira otra vez a Crowley—. ¡Y tu deja de protestar!

—Es que es imposible hablar contigo cuando te pones en este plan. Me desesperas —protesta Crowley. Sandalphom se humedece los labios porque igual está Aziraphale haciendo realmente algo que él no ha entendido.

—Ah, ¡ahora es imposible hablar conmigo! Pues... No hables conmigo y ya. Quizás deberíamos irnos, Sandalphon, antes de que lo eches todo a perder de manera irremediable.

—No, no, no... ¡venga ya! —sigue protestando Crowley.

—L-Lo siento —vacila Sandalphon en un susurro hacia Aziraphale, que bufa igual y mira a Crowley sin saber muy bien qué hacer ahora.

—Os... Os cuento lo que ha pasado en el infierno y lo que ha dicho Lord Belcebú, anda... ¡es una buena información! —negocia Crowley como si temiera que realmente se fueran.

—A ver...

Sandalphon levanta las cejas con eso porque esto es... ¡Espionaje del infierno! Y Aziraphale le fulmina antes de que se le ocurra abrir la boca

—¡Pero es confidencial! —les advierte Crowley echándose adelante otra vez y mirando uno y otro, haciendo un gesto para que se acerquen.

Aziraphale se humedece los labios, le pone una mano en la pierna... y se acerca. Sabdalphon también se acerca un poco más temeroso, pero igual. La verdad ganarías bastantes puntos en el infierno si alguien te viera encandilando a dos ángeles a la vez.

—Vale... pongo la mano al fuego... al agua bendita... a... dónde sea, que no me haría daño a que Lord Belcebú besa a Gabriel.

—¿¡Que le... que.. qué?! —El doble parpadeo de Aziraphale. No, bueno... Sadalphon no procesa esa información—. ¿Habitualmente o... que va a hacerlo?

—Pronto. No sé cuándo.

—P-Pero... le has dicho que... —Aziraphale le mira... y luego mira a Sandalphon de reojo.

—Le he dicho cómo se hace —explica.

—¿No sabía hacerlo? ¿O hablas de... como besarle a él específicamente?

—De la mecánica, no empieces con los celos.

—Nadie dijo nada de los celos —protesta sonrojándose un poquito.

—Ya, bueno —sonríe un poco—. Casi lo hago, pero al final no hizo falta. Menos mal.

—¿Casi... la besas a ella? —protesta un poco más

—Pero no.

—¿Hacéis esas cosas comúnmente en el infierno? —pregunta Sandalphon. Aziraphale mira a Crowley esperando respuesta

—Eh... sí, claro, hay orgías y bacanales cada jueves por la tarde. Después del té.

Ojos en blanco, y sonríe de lado solo de imaginarse a Crowley en una orgía con... Hastur.

—De hecho, lo hacemos tan a menudo que ya es hasta aburrido.

—Claro, claro.

—Toda la escena es siempre... como de esa época en la que los humanos... hacían cosas así en esas... cosas que ponen en... en esos sitios —te explicas como un libro abierto—. Los cuadros. Unas escenas oscuras de cuerpos frotándose unos con otros en una enorme melé de fluidos y contracturas.

Es que por la cara de Sandalphon que vale la pena seguir explicando esto. Aziraphale vuelve a reírse un poco.

Sandalphon parpadea y mira a Aziraphale de reojo sin entender de que se ríe, sudando un poco, no sé si por la historia, las drogas o todo junto. Si duerme hoy por las drogas va a tener "pesadillas" toda la noche con este asunto. O sueños húmedos. O las dos. Seguramente las dos.

—Todo de cuerpos sudorosos y excitados exhumando fluidos y lujuria frotándose unos con otros con todas las partes sexuales expuestas a los demás. Nadie sabe quién hace qué con quien, todos es a la vez unos con otros.

—Cielos, Crowley... Sandalphon va a pensar que el infierno es un sitio hermoso

—¡C-Claro que no! —chilla el arcángel.

—Vamos, por la cara que estás poniendo, Sandalphon...

—¡No estoy poniendo ninguna cara!

—Claro que sí...

—Sí que la estás poniendo, pero es normal —ahí va la mano de Crowley a hacerle un cariñito en la cara a Sandalphon, que mete un empujón a la mesa para alejarse, del susto.

Aziraphale levanta las cejas con ese movimiento de Crowley. Los ceeeeelos.

Crowley se ríe con ese susto del arcángel recogiendo la mano otra vez sin haberle ni tocado y Azpraphale frunce un poco el ceño. LA miradita de reojo. Ella carraspea un poco.

—Bueno, el caso es que hablé con Lord Belcebú y estoy segura que va a hacerlo pronto, así que deberíais estar pendientes de Gabriel.

—Pero no crees que... o sea besarle es un gran paso.

—Pero estaba absolutamente centrada en preguntarme de eso.

—Yo no sé si a Gabriel le haga la más mínima gracia...

—Ya lo sé, justo ese es el problema...

—Esperad, esperad... esperad —les detiene Sandalphon intentando entender—. ¿Qué Gabriel? ¿Qué Belcebú? ¿Hay más de un Belcebú? ¿Los humanos ponen a sus hijos el nombre del príncipe del infierno o... habláis de otro demonio que se llama Belcebú también? No conozco a nadie en el cielo...

—¡Claro que no! ¡Estoy hablando del príncipe del infierno!

—¿Belcebú... Belcebú? ¿Belcebú Belcebú Belcebú? ¿Belcebú el... ese Belcebú?

—Si dices Belcebú una vez más lo vas a invocar.

—Ehh... es que Crowley tiene una teoría... —explica Aziraphale antes de que haya invocaciones.

Sandalphon se calla con esa amenaza, que en realidad solo era una broma, pero bueno y mira a Aziraphale.

—Que es que a Belcebú le gusta Gabriel y... le pide que haga cosas conmigo para saber cómo funcionan y poder hacerlas con Gabriel.

—¿Qué Gabriel?

Ojos en blanco de Crowley desde ya.

—El Arcángel Gabriel. ¿Qué otro Gabriel iba a ser?

Sabdalphon mira a Aziraphale unos segundos... y luego estalla de la risa. Mira, este chiste sí que le hace gracia.

—No es... o sea, sí es una teoría, pero es lo que explicaría todo su comportamiento —se defiende Crowley con Aziraphale mientras Sandalphon hasta da golpes en la mesa con el puño de la risa.

—Les ha visto a ambos...

Ahora sí que Sandalphon no le escucha, es hasta incómodo como se ríe solo. Aziraphale suspira y toma de la mano a Crowley.

—Yo sí te creo, my love —pat, pat.

Crowley se sonroja un poco con el my love y Sabdalphon sigue y sigue, creo que tiene que ver con el alcohol.

Aziraphale le mira... y la verdad, es que... mira a Crowley, le toma de la barbilla con cuidado y le besa en los labios.

Crowley se siente un poco mejor con eso. Pues Aziraphale va a aprovechar que el todo este está riéndose idiotamente sin hacerles caso.

Pasa un rato más antes de que Sandalphon se calme y vuelve a hacer lo de las manos, separándoles.

Va a arrancarle el brazo. O sea, maldita sea, ¿no tiene otra cosa mejor que hace rque separarles?

—¿Podéis parar? —protesta Sandalphon.

—¡Ugh! ¡Eres imposible!

—En serio, tío, como sigas haciendo eso... —protesta Crowley. Aziraphale se relame los labios...

—El caso es que... debes estar teniendo alucinaciones, demonio.

—¡Desde luego que no!

—Yo les he visto muchas veces. Belce... el príncipe del infierno sube a menudo a reunirse con Gabriel —asegura Sandalphon.

—¡Ahí lo tienes! —exclama Crowley.

—Vamos, pero parece ser que tienen algo un poco más...

—Solo dices eso porque tú... pero Gabriel no es un desviado —replica Sandalphon para Aziraphale.

—Yo tampoco soy un desviado —replica Aziraphale

—Desde luego que sí, estabas besándole hace menos de un minuto.

—Eso no es ser desviado —frunce el ceño, sonrojándose un poco

—Desviado y condenado.

—Vale, vale, vale... —interviene Crowley—. Qué tal si nos olvidamos de ese tema un poquito. ¿En serio nunca te ha parecido que Gabriel... nada?

Aziraphale se cruza de brazos un poco harto de que cada tres minutos le llamen desviado y condenado. Sí, por eso. Así que agradece sinceramente el comentario de Crowley, mirando a Sandalphon.

—¡No! ¡Gabriel es recto y perfecto y nunca haría esa clase de cosas!

Crowley le echa una mirada a Aziraphale porque desde cuándo todo este salseo en el cielo.

—Recto y perfecto...

—Lo es.

—Recto quizás, pero es tan perfecto como lo somos los demás

—Es cualquier cosa menos bloody perfecto —replica Crowley. Sandalphon pone los ojos en blanco con todo eso y bosteza—. El caso es que ojalá pudierais fijaros en eso, pero ahora que estáis en la tierra...

—Quiero hablar con él aún —asegura Aziraphale.

—De todos modos, ¿Cómo sabes tú eso de Bel... de ella? —le pregunta Sabdalphon a Crowley.

—Ya te lo he dicho, me ha preguntado por los besos mil veces y hoy he hecho una presentación sobre los... eh... eventos.

—¿No ibas a entregar un informe? —pregunta Aziraphale.

—Seh, pero... bueno. Ya sabes que... yo soy más de... bueno, espectáculo —se mueve echándose para atrás.

—¿Y qué le has dicho?

—Pues le... expliqué que funciona y que... reaccionas bien.

Aziraphale aprieta los ojos porque... Dios mío es que TODO mundo. Crowley se tensa con eso y a Sandalphon empieza a caérsele la cabeza.

—E-Era importante para que... creyera que...

—Sí, si. Lo imagino. Solo es que todos... todos.

—¿Pero porque le cuentas esas cosas... a Bel... Belece... Blece... bú? —Sandalphom deja caer la cabeza sobre la mesa, cerrando los ojos.

—Vamos a casa —Aziraphale levanta las cejas con esto... y sonríe. Crowley se lleva un dedo a los labios sonriéndole

—Es porque mi misión no es matar a Aziraphale —susurra. Desgraciadamente no va a acordarse, pero igualmente Crowley sonríe.

— ¿No es... matarle? —pregunta de vuelta, ojos cerrados. Aziraphale le mira.

—No. No lo es —Crowley le sonríe. Aziraphale le sonríe de vuelta sonrojándose un poco.

—De eso quería hablar con Gabriel

Sandalphon bosteza otra vez intentando luchar contra su sueño, se incorpora, pero es que no sabe ni lo que le está pasando ni le da el cerebro para entrar en pánico siquiera.

—Creo que deberíamos decirle, Sandalphon —le mete aún más la idea en la cabeza

—¿Mmmm?

—¿Va a durarle esto toda la noche? —pregunta Aziraphale a Crowley en un susurro, sonriendo de lado.

Crowley se encoge de hombros.

—Libertad! —Junta las manos, encantado.

Wait, wait, ¡no lo estropees! —protesta en un susurrito, porque no está seguro que Sandalphon no se vaya a dar cuenta y se vaya a poner sobrio a sí mismo. Aziraphale se tapa la boca con las manos de golpe.

—¿Cómo le llevamos?

—¿Llevarle? Que se quede aquí, es su problema.

—Lo dejamos en la librería... y vamos a tu casa —se muerde el labio, preocupado.

—¿En serio? —ooooojos en blanco.

—Venga... es feo dejarle aquí.

—Ya. Y es feo llamarte desviado y decir que yo no soy confiable y no se ha cortado ni un pelo.

—Lo es. Pero creo que va a hacer un DRAMA si le dejo aquí. Y si amanece en la librería... bueno.

—Y claro, no queremos que haga un drama porque...

—Yo lo tengo que soportar 24 horas al día.

—¿Así que puede ser insufrible sin... literalmente ninguna consecuencia?

—Si le dejo aquí va a acusarme...

—¿De qué? Diles que no quisiste intervenir en su libre albedrío —sonríe

—En vez de decirles que mi esposa le drogó... Si has sido tú, ¿verdad?

—El que le compró la bebida fuiste tú.

—Pero yo no le puse nada más que un poquito de ron.

—Eres tan sospechoso como yo...

—Vamos a casa —le sonríe y se le recarga un poco encima.

—¡Eh! ¡Eh! ¡Eh! ¡No uses ese tono conmigo! ¡No va a pasar otra vez!

—Shh! Venga... solo quiero estar solos.

—¡Y sigue! —protesta apretando los ojos, pero se le escapa la sonrisa.

—Tengo condones además... —suelta tan cínicamente haciendo para llamar al mesero y que les cobre lo que sea que han de cobrarles.

—Jo-der —se ríe un poquito mirándole fijamente.

—Bueno no digo que vaya a pasar nada... puedo hacer animalitos con ellos. Quizás un delfín para ti —mueve las manos como si estuviera inflando un globo

—No, no, es que... frases que no esperaba oírte decir nunca.

—Bueno han sido tu idea, no la mía —ojos en blanco, pero se sonroja.

—Ah, claro, claro... —asiente tan sarcástica.

—No me hagas "claro, claro" así. Pensé que sería una frase que podría... aliviarte.

Crowley le sonríe de ladito de una forma un poco molestita porque esto NO es para nada ella queriendo y medio forzándole medio empujándole. Aziraphale se sonroja más pero no se calla, con cierto empeño.

—Por considerar el asunto... satisfactorio... —insiste y desde luego que esto no es para nada ella queriendo y empujándole, esto es Aziraphale en modo te tiento porque te tiento.

—Satisfactorio... —repite.

—El saber que es con el cuidado apropiado, sí, pensé que lo sería —asiente

—Así que supongo que voy a tener que dejarme tentar con tantas consideraciones que has tenido.

—Yo no te tiento en lo absoluto, es al revés —le mira de reojo.

—Pfffff

—A mí lo que me... bueno, me gusta son los besos —carraspea un poco.

—Imprescindibles los condones para esa actividad.

—Esos los traje por ti, porque luego te pones pesada.

—Porque tú acabas queriendo lo que no son besos ¡y lo que yo no quiero es poner un huevo!

—He estado pensando y el huevo sería la más equitativa de las opciones.

—¿Por?

—Tú lo pones y yo me siento sobre él. Eso es una buena división del trabajo. Como siempre. Un pacto.

—Sí, claro... Tan bien que iba a salir eso. Tú sentado sobre un huevo lloriqueándole a este sobre porque esa no es una actividad condenatoria.

—Ni siquiera tendría por qué enterarme qué hay un huevo debajo de mi

—No, claro, sentarse en cuclillas sobre un huevo es una actividad completamente normal y disimulable, nadie iba a tener porque pensar que lo que haces es... raro de cojones.

—Así que no me vas a dejar empollar al huevo.

—No. Voy a comprar una de esas lámparas que son para empollar huevos. Como las que salen en las películas.

—Y vas a empollarle tú solo, manteniéndolo lejos de su padre...

—Manteniéndolo lejos de su padre que pretende empollarlo porque cree que la actividad implica solo sentarse en una silla a leer con la perfecta excusa para no moverse y que SEGURO acabaría aplastándolo por estar demasiado enfrascado en la lectura y luego se iba a sentir culpable para siempre jamás.

Aziraphale le mira con la boca algo abierta

—Fijo además es mientras lees de nuevo "The importance of being earnest" o algo así.

—Ugh... es la actividad perfecta para mi empollar un huevo, no puedo creer que vayas a quitármela solo porque crees que voy a aplastarlo, así como así por estar pensando en Oscar.

—Parece que crees que te conocí ayer.

—¡Y tú parece que crees que no podría cuidar ni un huevo entre mis piernas! Bueno ¿y aquí no cobran?

—¿No has pagado antes? —igual aprieta los ojos porque... ¡es que no quiere poner un huevo!

—Pues pague por cosas, sí, pero... ¿ya nos podemos ir? —pregunta y le mira... y le acaricia un poco el pelo cuando ve que aprieta los ojos.

—Pues ya está. Carga a tu amigo, anda.

Le mira... mira a Crowley.

—No es mi amigo. ¿Y no puedes meterlo a tu coche de un chasquido?

—Puedo hasta dejarlo sobrio de un chasquido. Me ha parecido que antes insinuaba algo sobre mi siendo un demonio, me encantaría oírle ahondar en el tema un poco más.

—Ehh... ¿quieres que les deje solos?

—Oh, sí, por favor... no sabía cómo pedírtelo... —se ríe.

—Vámonos.

—Levántate y anda, Lázaro —susurra. ¿No quieres ser más sacrilegio? Nah, así está bien.

Aziraphale, la verdad, espera que Crowley se encargue, caminando a la puerta tan sonriente.

Crowley chasquea los dedos sin siquiera darse cuenta de que ella NO QUERÍA siquiera llevarse a Sandalphon de ahí, pero de algún modo, no solo se lo están llevando, sino que además lo está haciendo ella.

El cuerpo de Sandalphon anda por su propio pie junto a ellos, inconsciente aún.

Gracias, dear. No lo muevas fuerte que se despierta. Ni siquiera se pregunta cómo ha acabado ella haciendo esto si era Aziraphale el que no quería dejarle

—¿Dónde está el coche? —pregunta Aziraphale saliendo y notando que hace bastante más frío del que esperaba, girándose preocupadamente hacia Crowley.

—Pues aquí en frente, dónde va a estar.

—Yo qué sé... —se quita la chaqueta está rara que trae porque ya le conoce, niña de sangre helada. Se la echa en los hombros. Crowley parpadea y le mira de reojo.

—Hace frío.

Sonríe un poquito y él le sonríe de vuelta, sonrojándose un poco.

Abre el coche de un chasquido de dedos haciendo a Sandalphon entrar y desplomarse en el asiento de atrás.

—¿Tienes sueño? —le mira, subiéndose al coche

—Nah, me he despertado hace como... dos horas —se sienta a su lado encendiendo el motor.

Aziraphale sonríe, acomodándose derechito y sintiéndose algo incómodo con esta ropa.

—¿Tú? Con eso de que ahora duermes...

—Ehm... un poco. Para fines... de reporte. Muchísimo. Dormiré mañana hasta el mediodía —sonríe más y niega con la cabeza.

—Oh, así que YO voy a tener que estar en silencio ahora...

—Verás que no es tan fácil —le mira de reojo y sonríe un poco más.

—Y verás tú porque es importante...

—Eso es lo que tú quisieras. A mí me encanta que me hables toda la noche —se gira un poco hacia ella.

Just talk. Of course. Ha quedado muy claro con la conversación previa sobre condones.

—Es increíble que te quejes de eso. No tenemos prisa, ¿sabes?

—Nadie dijo que fuera una queja —sonríe de lado—. Y no la tendrás tú.

El ángel se sonroja un poco con eso, nerviosito

—Yo tengo una propuesta indecente a la que atender.

—No es indecente.

—No, claro.

—¿Qué tiene de indecente?

—¿Se la compartirías a tu barbero? Así... explicándole. Y ayer por la noche...

—¿Tuve intimidad con mi esposa?

—Es increíble como le quitas la gracia a todo.

—¿¡Eso es quitarle la gracia?! ¿¡Cómo lo describirías tu?!

Crowley le mira de reojo por más tiempo del que debería mientras conduce y sonríe de lado.

Aziraphale se sonroja, deteniéndose del tablero un poco, esperando.

La demonio se vuelve al frente y luego busca otras gafas en la guantera, porque en realidad no sabe cómo describirlo y todo suena súper cursi. No va a decir "hacer el amor" pero es que tampoco puede decir "sexo salvaje".

—¿Ajá? —se mueve para que pueda abrir la guantera.

Whatever, ni siquiera voy a hablarle a tu barbero.

Hace morritos.

—No quiero que se ponga celoso.

—Pero si tuvieras que... decir algo sobre ello...

—A saber qué otras cosas horribles se le podría ocurrir hacerte en el pelo...

—¿Cortarlo un poco más corto?

—En vista de la situación actual, yo no me arriesgaría.

—¿A qué te refieres?

Hace una mirada a su cabeza y luego un gesto como... "no es obvio"

—¿No te gustaría mi pelo más corto?

—Ehm... U-Uh —vacila porque estaba intentando molestarle—. C-Creo que... Hum...

—Mmmm. Yo diría... inventar el amor.

—Inven... —empieza a repetir y es que se sonroja—. ¡No! ¿Cómo puedes decir eso?

—En unos términos desconocidos para ambos. Porque eso hacemos.

Le mira de reojo y para el coche frente a la librería.

—Aunque me mires así porque te suena ridiculísimo... —le sonríe.

—Voy a huir —responde francamente, abriendo la puerta del Bentley.

—Eso sería horrible —asegura tan tranquilo esperando que baje a Sandalphon—. Dime desde donde está consagrado el suelo.

Ella chasquea los dedos haciendo que Sandalphon se baje del coche con la cabeza colgando en una postura un poco rara porque sigue inconsciente en realidad. Aziraphale se baja yendo a abrir la puerta de la librería.

Ahí va Crowley con Sandalphon andando tras ella. El suspiro de nuevo al ver la librería vacía y sin ilusiones.

Ella le mira de reojo haciendo un gesto para que Sandalphon entre solo.

—Desde el umbral. ¿Quieres mandar hoy a los demonios?

—¿A que maten a Sandalphon mientras duerme? Estoy tentado

—O lo secuestren... o lo asusten y lo hagan huir... o lo que sea. Cualquier cosa que pase me parece bien.

—Mi librería... —lloriquea.

Chasquea los dedos otra vez y Sandalphon se desploma en el centro del cuarto en el suelo, habiéndole quitado el milagro de golpe y sin miramientos. Crowley vuelve a mirar a Aziraphale.

—Es un poco injusto mandar al infierno estando él así de... perdido.

—Ese no es mi problema, él sabía a lo que se atenía bebiendo con un demonio.

—Y vas a demostrarle además que tiene toda la razón en no confiar en ti.

—No es como que necesite ninguna confirmación, así que...—se encoge de hombros.

—Vámonos. Lo único que realmente quiero es eso... —le toma de la mano.

Crowley asiente y se da la vuelta yendo para el coche. Aziraphale cierra la puerta tras él

—¿Qué tan complejo sería mandar a los demonios?

Como es evidente, hay muchos tipos diferentes de demonios en el infierno, con variopintos talentos dedicados a todas las ocasiones. Algunos son de los que te invitan a tomar una copa y más te vale no ser muy escrupuloso al respecto de cuál es la de quién y, si puedes, ser bastante resistente al veneno... y luego hay otros que son más de callejones oscuros y palos gordos. Crowley contacta a un par de estos últimos para un trabajito rápido en el Soho, sin muchas preguntas. El ángel sigue dentro.

—No va a perdonármelo —Aziraphale se muerde el labio.

—Bueno, yo no le voy a perdonar a él un par de cosas tampoco.

El ángel sonríe porque le gusta cuando se pone en plan así medio bestia.