Apenas, apenas, apenas... e íbamos a... De pie en la cornisa de la ventana, mirándoles con una sonrisa pervertida, está una figura alta y espigada... Asmodeo. El enviado de Belcebú.

WTF ¿es que ahora hasta un timbre es demasiado tecnológicamente avanzado?

Por lo visto lo es, pero les deja hacer sin interrumpir, solo observando.

Pues nada, más vale que tome asiento porque sabemos hacer esto por horas y horas. Si hubieras tocado el timbre igual te hubieran dado una cerveza.

¿Y vas a hacerle eso por horas y horas así? Arruga la nariz, y toma nota.

Claro que va a hacerle eso por horas y horas y no solo así, asa, isi y usu. Y hasta de ese otro modo.

Suspiro... después de un rato va a irse a Beber tu alcohol y a leer un libro de Aziraphale.

Tienes donde elegir. Maldita sea, de ambas cosas.

Va a ponerse bastante cómodo, la verdad, vaso de whiskey en la mano, va a revisar lo que se ve y probablemente a encontrar algo de lo que no se ve. Él seguro si encuentra alguna cosa de las que no se ven, casa minimalista. Aunque con tanta mierda de Aziraphale, creo que revisa un buen rato antes de... desesperarse y abrir la puerta del cuarto para unirse.

Espera, ¿¡unirse!? Bloody hell, va a pegar las instrucciones de uso de la puta tele en la pared para que la gente sepa como entretenerse cuando esté ahí.

Pues... sí. De hecho seguramente cuando abre la puerta ya va desnudo.

No es como que nadie le haga caso de todos modos.

No, de hecho el más mínimo caso, pero... Él se sube a la cama igual.

No sé ni cómo deben estar puestos, igual como capullito con las alas de fuera para los ojos en blanco de Asmodeo.

La verdad, ya bastante cansados los dos, no creo ni que se estén moviendo. De hecho no creo que a esto se le pueda llamar... o sea...

Están inventando el amor, insiste Aziraphale.

Deben estar pegados uno sobre el otro y Crowley de tanto en tanto suelta un impulso, cada vez más espaciados, pero más que algunos gemidos no creo que haya mucha reacción. Aunque creo que el beso si persiste.

Debe además ser bastante flojo el beso, cero intenso, solo infinitamente suave, cercano y laaaaaaanguido.

Asmodeo, que está acostumbrado a separar matrimonios y tentar a la gente a las peores desviaciones, vacila un poco, teniendo que revisar las instrucciones que le han dado que dicen no muy claramente "Ayudar al demonio Crowley a seducir al Ángel Aziraphale" y no "Separar al demonio Crowley del Ángel Aziraphale" ni "Seducir al Ángel Aziraphale" ni "Seducir al Demonio Crowley para destruir al Ángel Aziraphale". Se rasca la barbilla, porque esto no tiene la pinta de una seducción normal... y aun así mueve un poco el ala de Crowley para mirar dentro del capullito.

Desde luego, no podrías tener trabajo más fácil que este... solo tienes, básicamente que... NO HACER NADA.

Pues... uno no sabe. Por algo le pidió Belcebú que bajara.

—Ehm... ¿hola?

No creo que haya respuesta. Así o más desesperantes.

El suspiro absoluto de Asmodeo que está empezando a pensar que quizás va a ir a buscarse a alguien más. La vecina, siempre puede ir a seducir a la vecina.

Sandalphon necesitaba marcha.

¡Es una pena que no esté! Sinceramente creo que se conocen de Sodoma y Gomorra.

Old friends.

No sé si se describirían así mutuamente, pero sí. Les mete una poca de mano a ambos más o menos donde los ve.

Bueno, el caso es que... cielos, no los vamos a sacar de ahí si no.

Asmodeo les mete a ambos un buen impulso sexual y saca las manos de donde las ha puesto.

Vale vale... se separaaaaaa.

Anda, la verdad no pensaba que ese fuera el resultado. Él les iba a dejar ahí

Pues es que... si no le hacen caso no vamos a salir de ahí nunca

Puede volver más tarde. Eventualmente van a separarse solitos asumo.

Eeeeh... sí, claro O sea, viendo la mierda de sistemas de seguridad que hay en este bloody apartamento de mierda...

Vale, Aziraphale también se separa porque esto ha sido raro y distinto a lo que ha estado pasando desde hace un buen rato. Igualmente tiene una sonrisa de absoluta estupidez.

—¿Qué has hecho? —Sí, Crowley cree que lo ha hecho el ángel. No lo culpo.

—¿Y-Yo? Nada... tú has... —pega la frente contra la suya y es que de verdad que está cansado ya como para... otra vez. Seguramente podría reponerse, pero... lo que cree es que Crowley repentinamente está un poco en plan dramático de... no quiero que te separes ni te vayas—. Aquí estoy, no voy a irme, pero no sé si pueda o-otra vez...

—No... No, qué has hecho... Me has hecho algo.

—¿Yo? —es que con trabajos sabe dónde tiene cada parte del cuerpo, hasta un poco adormecido todo ya—. No he hecho nada que...

—He sido yo... —asegura una tercera voz.

Crowley se tensa en automático ahora sí oyéndole. Aziraphale levanta las cejas y mira a Crowley a los ojos, apretando un poco las alas para protegerles.

Crowley se humedece los labios mirando a Aziraphale sin moverse. Claro, si no te mueves no te va a ver. ¿Qué te crees que es? ¿Un tiranosaurio?

—¿Quién habla? —mueve los labios Aziraphale para Crowley sin hacer sonido alguno, tenso y en bastante pánico.

El caso es que ella no tiene ni idea con una frase tan corta, así que ahí va a intentar mirar.

Ahí está Asmodeo, es un demonio rubio, lleva el pelo ondulado en media melena y una barbita rala. No parecería un demonio si no fuera por toda el aura de sensualidad que emana, uno podría denunciarle por acoso sexual solo por estar sentado leyendo en el cuarto de al lado. Está sentado en la butaca del cuarto... si es que hay una butaca en el cuarto. Si no, en la butaca que ahora está en el cuarto, con una bata negra abierta puesta, la pierna cruzada, dando un trago a un vasito.

—Ehm... creo que ha llegado el momento en el que reconozcan mi existencia en el cuarto... —comenta haciendo unos pequeños gorgoritos al pronunciar las erres—. Vamos, que pueden tomarse un buen rato más rezumando amor si quieren... me entretiene mirarles.

—A-Asmodeo... —Crowley se echa atrás quedándose sentada entre/encima de las piernas de Aziraphale y guardando las alas casi de golpe.

Asmodeo entrecierra los ojos porque no está seguro de haber visto a este demonio alguna vez, pero... igual sonríe.

—Crowley. ¡Qué gusto verte de nuevo!

Aziraphale vacila... y la verdad es que no quiere guardar sus alas. Pero Crowley ha guardado las suyas. Pero están desnudos. Pero...

—Ehm... S-Sí, claro —mira a Aziraphale de reojo—. Como no has... ehm... no sé, dicho que venias. O... llamado... O usado el timbre.

—He visto que estabas aquí... —sonríe de lado—. Con buena compañía. Me pareció interesante la situación.

—Ah... Ah, sí, bueno... —vuelve a mirar a Aziraphale de reojo y se revuelve un poco—. Un... pasatiempo como cualquier otro, la vida aquí en la tierra no es tan entretenida como puede parecer... —carraspea y se levanta—. Pero habérmelo dicho y te hubiera ofrecido algo. Una bebida.

Aziraphale... vacila un poco antes de dejar que se levante del todo. Mirando a Crowley y tragando saliva... y luego mirando a Asmodeo por primera vez de lleno desde que está aquí, dado que antes Crowley le tapaba la vista. Levanta las cejas a sorprendiéndose un poco porque... casi todos los demonios son feos y raros y este... no parece del todo un demonio.

—Ya tengo una bebida, me la he servido yo mismo... —Asmodeo no mira a Crowley levantarse, sino sigue mirando al ángel desnudo en la cama.

—Sí, ya lo sé —se humedece los labios porque eso era un poco una queja y se le acerca—. Igualmente, porque no me acompañas a que me sirva una yo y me cuentas... qué te trae por aquí.

—Belcebú. ¿No vas a presentarnos? —ahora si le mira de arriba a abajo.

—Mmmm... Nah. La verdad es que cuanto menos sepa mejor. ¡Belcebú! —se ríe un poco, falsamente—. ¿Qué le pasa ese rufián ahora?

Aziraphale se asoma por atrás de Crowley frunciendo un poco el ceño

—Me ha mandado aquí para ayudarte —le sonríe a él, mirando a Aziraphale de reojito.

—A... Ayudarme —repite ella y traga saliva.

—Sí. Soy tu nuevo compañero... y me parece que voy a vivir aquí. Creo que haya cama compartiremos porque no he visto otro cuarto —se levanta.

—Ah, ¿que tú también duermes?

—No hablaba de dormir —le sonríe.

—¡Por Dios! —protesta un poco Aziraphale a eso, levantándose de la cama.

—Ah. No. Claro. Nos lo vamos a pasar de puto miedo los tres... —protesta sarcásticamente.

—¿Los tres? Vale, vale. No sabía que quisieras invitar a tu... amigo. Es un buen comienzo. ¡Oh! ¡Y sabe hablar!

—Sí, pero no muy bien —Crowley mira a Aziraphale otra vez y sonríe bastante embobada aun con él—. Ni siquiera sabe qué significa restribanante.

—Es del inglés antiguo y viene de la raíz sajona... ¡Ya me has inventado esa palabra antes, serpiente!

Ella sonríe más sin poder evitarlo, casi riéndose. Aziraphale hace una mueca para Crowley, como protesta.

Asmodeo mira a uno y luego al otro... y es que puede sentir la tensión de las bromitas entre ellos... aún después de pasarse todo el rato que se han pasado en la cama. Asiente. Toma nota mental...

—Ehm... de todos modos no te preocupes, ya se iba —intenta llevarse a Asmodeo a otro cuarto—. En serio quisiera saber qué te ha pedido Lord Belcebú.

—Oh, no se puede ir, ¡si apenas nos conocemos! —asegura Asmodeo mirando a Crowley—. Vamos, quédate un poquitín más... Me presento...

—De verdad... —aprieta los ojos interrumpiéndole—. Esto no es necesario, solo vamos aquí al cuarto de fuera. Ni siquiera le des más importancia.

—Pero no seas grosero, no es como que el ángel sea una prostituta.

—Solo quiero hablar contigo un instante, no se va a ofender por eso —toma aire profundamente.

Aziraphale abre la boca con ese comentario y... decide vestirse con un chasquido de dedos. Ropa de siempre. Todas las capas posibles y unas cuantas más. ¿Le acaba de decir que Crowley le trata como una... mujer de la vida alegre?

La verdad, Crowley solo quiere llevarse de ahí a Asmodeo, así que...

—No soy una... pero ¡¿cómo?! —protesta Aziraphale—. Soy Aziraphale.

Angel! —protesta Crowley.

—Deja hablar al ángel, deja hablar al ángel... en serio, Crowley...modales —le riñe un poquito. Aziraphale aprieta los ojos con el regaño de Crowley sin saber bien que hacer. Se sienta en la cama poniéndose de espaldas a ellos.

—Créeme, si yo pudiera hacer que se callara en modo alguno... —masculla ella cruzándose de brazos.

—Pues hace rato parecías estarlo haciendo con bastante éxito.

Aziraphale se sonroja con todo ese comentario, tanto el de Crowley como la respuesta de Asmodeo.

—Sí, bueno, pero es un poco anticlimático ahora ese método —gesto con la mano.

—Ya, ya, nadie dice que no. Solo me estás diciendo... aunque yo podría intentarlo.

La boca abierta de Aziraphale... saca las alas y se envuelve en ellas hasta la cabeza.

—Sí, claro, por qué no —masculla y mira lo que hace Aziraphale de reojo—. Aun así...

Asmodeo la mira, esperando que acabe la frase

—Quisiera hablar contigo primero.

—Vale, vale, hablemos —levanta una mano en señal de rendición.

Ella hace un gesto para que salga.

Asmodeo mira a Aziraphale, un instante más, y sigue a Crowley. Aziraphale va a tardarse una centésima de segundo de que salen a intentar seguirles para espiarles, desde luego.

Crowley se para un instante antes de seguir a Asmodeo haciéndole a Aziraphale cara de "No sé qué hace aquí, esto es un desastre, ¡lárgate!"

Aziraphale frunce un poco el ceño... y asiente un poco, pero no... no se va a largar. Al menos no tan rápidamente. Lo siento, él también es un ángel curioso.

—Espero que no le estés haciendo gestos de que se largue, Crowley... le necesitamos —advierte Asmodeo sin mirarle.

Crowley sale del cuarto y cierra la puerta giratoria a su espalda.

—Le estaba mandando un beso —miente y se pasa una mano por el pelo y se cruza de brazos porque sigue desnuda y aunque Asmodeo también lo medio está la verdad es que no es muy bueno que los comparen a nivel físico.

—Qué bonito...

—Sí, bueno —ojos en blanco—. Ahora en serio, ¿qué haces aquí?

—¿Tu no eras un chico? —le pregunta volviendo a mirarle de arriba a abajo.

—A lo único a lo que he sido fiel en mi vida es al coche. No veo porque esto iba a ser una excepción.

—No, no... Solo digo que te recuerdo como un... chico.

Whatever...

—Bueno... Belcebú de verdad me mando aquí. Misión especial. La he cambiado por vacaciones —Asmodeo le sonríe un poco.

—Mira que bien —tan sarcástica—. ¿Y?

—Bueno. Estoy aquí. Y te estoy viendo seducir al Ángel, eh... —se ríe un poco—. ¿Qué tal lo hace?

—O sea, has venido a ver... Siempre quise tener una auditoría del infierno...

—No, he venido a enseñarte cómo hacerlo. O eso me ha dicho... creo que esas son mis instrucciones. Ahora no estoy seguro, sinceramente, si tengo que... separarles. O seducirle a él. O seducirte a ti.

—¿En qué universo enseñarme a seducirle es separarnos? —parpadea un poco.

—No, solo... —da un trago a su vaso—. Vamos, he leído el informe del ángel y no se parece en NADA a lo que acabo de ver.

—¿Lo has leído? —levanta las cejas porque ¡todo el mundo lo ha leído menos ella! ¿Qué tan injusto es eso?

—Sí, es... —se humedece los labios y se acaricia la punta del colmillo con una mueca bastante obscena—. Un poco bestia, vamos a decirlo así. Entiendo que a Belcebú le interesa el ángel y está preocupada por ese comportamiento, no cree que puedas mantenerle.

Crowley abre un poco la boca y luego la cierra, arruga un poco la nariz negando con la cabeza y hace un sonidito indescifrable.

—Así que por qué no me cuentas tú tu versión de los hechos.

—Eh... uh... mira. La verdad, ese era un informe que el ángel tenía que presentar al cielo, no tengo ni idea de cómo llegó a tus manos, pero es obvio que él iba a escribir lo que más le convenía.

—Bueno ¿y qué es lo qué pasó?

—Lo que... Lo que digo es que está todo bajo control. Ya se lo dije a Lord Belcebú, esta es una misión compleja y delicada y no creo que la presencia de un tercero vaya a ayudar.

—Mmmm... Eso no me explica que es lo que paso y si algo, te hace ver aún más culpable.

—¿Culpable?

—De violación.

Crowley aprieta los ojos

—Es lo que escribió el ángel, que dices que por alguna razón es lo que le conviene. Aunque dicen por ahí que... está enamorado.

—De verdad, el ángel está encantado... esto es un poco complicado porque él no puede obviamente admitirlo al cielo, pero una cosa no quita la otra. Esto solo es asqueroso para mí.

—¿Asqueroso?

—Pues es un ángel...

—¿Y qué es exactamente lo asqueroso? —pregunta Asmodeo.

—Que nosotros ya no lo somos. Es decir... todos ellos son repugnantes con sus bendiciones y todo lo demás.

Aziraphale le mira con unos ojotes desde la entreabierta puerta giratoria.

—Bueno... sí, un poco sí. Ese asunto —Asmodeo hace un gesto con la mano, así no muy interesado.

—Él cree que no lo pienso y no nos interesa sacarle de ese error.

—Me estás diciendo que él GENUINAMENTE piensa que... bueno, vamos, es que yo también lo pienso después de mirarles.

—Soy una buena actriz y me tomo en serio mi trabajo —sentencia lo más taxativa que es capaz—. Lo que digo es que... pases con nosotros el día, no sé qué me dijo que quería hacer, algo de... Well, who knows, le escribas a Lord Belcebú que todo está bien, que no tiene de que preocuparse más que de su propio caso y ya. Si te he visto no me acuerdo que aquí tres son multitud y temo que puedas malinterpretar algo de mi actuación o me puedas comprometer sacándome de personaje.

—No suena mala la propuesta... —Asmodeo sonríe de lado. Crowley sonríe un poco—. Aun así… sí sabes que ellos sienten el amor, ¿verdad?

—Solo recuerda que yo le conozco y sé por qué hago las cosas que hago, así que no te olvides... este es un personaje y una pantomima que hay que mantener. Por favor, no lo estropees —pide y luego suspira con eso—. Sí, sí... lo sé. Pero no pueden diferenciar cuando es real que cuando es fingido, como es obvio.

—Mmmm... —se encoge de hombros—. Lo mejor será verlo. Me da curiosidad.

Crowley vacila mirando de reojo hacia la obertura de la puerta, humedeciéndose los labios.

Aziraphale da un paso atrás, cerrando un poco más la puerta para que no le mire.

—Él es... un poco inestable, pero muy inocente —vuelve a mirar a Asmodeo—. Así que... bueno. Ve con cuidado y si te pido hablar de algo a solas es porque me estás comprometiendo, ¿vale?

—Vale, vale... —levanta las manos—. Casi hasta parece que tienes miedo, Crowley.

—Eh... Sí, bueno, todos conocemos la ira de Lord Belcebú.

—Quizás deba advertirte una cosa... —Asmodeo se ríe un poco, ella le mira, escuchándole—. Si todo sale mal tengo permiso para... Hacer algunas cosas.

Parpadea varias veces y él le sonríe, tan tranquilo.

—¿E-Eh? ¿Cuáles cosas?

—Supongo que en alguna medida, fuera de tu orgullo de demonio, te vendría bien quitarte este milenario problema de encima.

Ella frunce un poco el ceño sin acabar de entender.

—No quiero interferir, pareciera que no lo estás haciendo TAN mal con todo este asunto del romance y el capullito. Solo... solo si es necesario tengo permiso de intervenir directamente. Mira, piénsalo así, si todo lo demás falla quizás tendrás que dejar de hacer cosas asquerosas y repugnantes con él.

—No va a fallar —sisea.

—Esa es la actitud —le guiña un ojo—. Ahora ve por él antes de que se vaya.

Ella le mira sin moverse, ceño fruncido, tan rebelde.

—¿Qué?

Y lo que hace es chasquear los dedos para vestirse e ir en dirección contraria a hacerse un café. Asmodeo mira hacia la puerta de reojo y suspira un poco al notar como se cierra del todo.

Crowley se lleva a la cocina a una plantita cualquiera que toma por el camino y le hace ñañaña con el tono de Asmodeo una vez está peleando con la cafetera.

Aziraphale se vuelve del todo a la habitación haciéndose bolita en la cama de Crowley.

¿Y si de verdad... es muy buen actor? ¿Y si de verdad le parece asqueroso? Quizás se está aguantando las náuseas todo el rato y por eso no le gustan tanto los besos como a él.

Crowley sigue alegándole a la planta porque todo esto es estúpido y odia a Lord Belcebú y ojalá a Gabriel no se le levante ¿y de qué va Asmodeo con ese acentito francés y esas insinuaciones de tomarle el relevo?

Ya podría decirle... si los besos le parecen tan horribles. Ya no digamos la posibilidad que existe de que le esté tomando el pelo en general dado que TODOS parecen considerarle un imbécil. Quizás lo es y no se ha dado cuenta. ¿Qué imbécil nota que es un imbécil? Ninguno.

La demonio se toma su café, mientras se caga en todo el mundo y se cambia de ropa veinte veces antes de decidirse por algo, dándose cuenta de que... otra vez ayer. Y otra vez sin condón. Ugh. Es que no va a tener suerte TANTAS VECES.

No ha sido además "otra vez", han sido otras MIL veces.

¡Pues aun peor!

Asmodeo se levanta y... es que va a ir al cuarto con Aziraphale. Deberías detenerlo Crowley.

Está muy ocupada criticándole con la planta.

Pues ahí se recarga en la puerta ver al ángel sufrir... y sonríe un poco pensando que es bastante mono.

Cuando Crowley se ha tomado su café, se ha decidido por un atuendo y se ha calmado un poco es que se va a buscarles a ver si se van o qué.

Y encuentra a Asmodeo recargado en la puerta, ya vestido, hablando con Aziraphale que está aún sentado en la cama, abrazándose las piernas... y quien se tensa un poco en cuanto parece Crowley.

—Vale, demasiada gente en mi casa. Todo el mundo largo de aquí.

De hecho no lleva hablando con Aziraphale más de veinte segundos. Aziraphale le mira... y se sonroja un poco desviando la cara... levantándose de la cama. Porque... Crowley era diametralmente distinto cada vez que aparecía alguien del infierno.

Crowley frunce un poco el ceño sin entender del todo la actitud de Aziraphale ahora.

—Ehm... b-Bueno... me voy entonces —¡Y es que acaba de echarle!

—Ah... ¿en serio? Qué lástima. Bueno, qué se le va a hacer —responde ella porque... tampoco es culpa suya que justo el día que Asmodeo se iba a quedar a hacerle una auditoría el ángel tenga otras cosas que hacer. Qué infortunio, que desdicha.

—Oh, venga Aziraphale, no te vayas... Ha dicho Crowley que quiere pasar el día contigo, ¿no es así?

—Si tiene cosas que hacer...

—Como acompañarnos.

Aziraphale mira a Crowley por un momento con ojitos de cachorro ¡Y es que ha dicho que es asqueroso! ¡Y ha sonado muy en serio! Ha dicho además que buen actor.

—P-Podría... bueno... —Aziraphale vacila un poco—. ¿No íbamos a ir con Anathema, Crowley?

—Ah... E-Eso... Ehm, yes. Pero pensaba que preferirías ir solo.

—Ya... bueno —vacila, mirándole a los ojos antes de sonrojarse y desviar la mirada—. Pero yo... estoy estúpidamente enamorado de ti. Claro que no quiero ir solo.

Crowley vacila un instante con ese tono y luego aprieta los ojos deduciendo que... le ha oído. Joder. ¡Se ha ido a hablar fuera por algo!

—De hecho creo que me moriría de pensar que... tengo que ir solo. Aunque sufras, estoy seguro de que podrás concederme esto... mi amor.

Ojos en blanco. Así que este es plan, pasivo-agresividad todo el día... especialmente el día en que hay alguien aquí viendo si lo está haciendo bien o no y que además ha dicho que si lo hace mal tiene permiso de intervenir. Muy agudo, angel.

Aziraphale frunce el ceño con esos ojos en blanco. O sea ¡además va a hacer los ojos en blanco!

—Ehm... ¿quieren que les deje solos un par de minutos? —pregunta Asmodeo.

Crowley mira a Aziraphale con cara de... anda, respóndele tú.

—Oh, no sé si Crowley quiera arriesgarse ¿Para qué? Para que le bese y se... —aprieta los labios tragándose un "muera del asco".

Really? —ojos en blanco otra vez.

—Pues... no lo sé. Dímelo tú —Aziraphale se cruza de brazos y Asmodeo sonríe de lado

—En serio vas a elegir ESTE momento para esto.

—No querría en lo absoluto, pero dado que soy taaaan idiota.

—Pues dudaba, pero cada vez empiezo a estar más segura que lo eres.

—¡Quizás podrías ayudar!

—¡Quizás podrías entender, por una vez, que no todo se trata de ti!

—No es que se trate de mí, es que... tú has... Ugh!

Asmodeo se ríe un poquito de ambos. Crowley mira a Asmodeo de reojo, nerviosa y luego le echa una mirada de circunstancias a Aziraphale

—¿Qué plan tenían hoy? —pregunta Asmodeo conciliador.

Aziraphale aprieta los labios pensando en... pasear relajadamente por la calle de la mano, ir a ver a Anathema, ir a comer e ir a ver los restos de su librería... si es que quedaba algo pero deja que Crowley sea el que decida... ya que no todo se trata de él.

—Yo qué sé —Crowley suspira.

—Hmm... ¿No tenían un plan? —Insiste Asmodeo—. Puedo adaptarme a lo que tengan ustedes, de verdad, no se corten por mí.

—Sí, bueno, él tenía uno. Creo.

—Necesito ir a la farmacia y... a ver a una amiga que tiene unas cosas que son mías —complementa Aziraphale.

—Eso. Y yo tenía que... ¿electrocutarte hoy? ¿Envenenarte?

—No sabía que tenías ganas de descorporizarme —Aziraphale parpadea.

—Es mi trabajo, ¿te acuerdas? —le mira con cara de circunstancias y luego a Asmodeo.

—Ahh... desde luego. Solo... ugh, perdona, es que me he quedado atontado con las cosas que estábamos haciendo —Aziraphale trata de sonreír y le sale un poco falso.

Crowley se humedece los labios porque jugar al Asmodeo cree que Aziraphale cree que él tiene que matarle pero sabe que no y Aziraphale sabe que no pero tiene que fingir que cree que sí para que Asmodeo crea que cree que sí aunque sabe que no le está mareando un poco.

Aziraphale le mira unos segundos, con atención, pensando que lo que tiene que hacer es... convencer a Asmodeo de que está estúpidamente enamorado de Crowley... que lo está y que imagina que Crowley lo está de él... que también lo está y que además le ha seducido muy bien... que lo ha hecho un poco ejem.

Por lo menos ya se le ha pasado lo pasivo agresivo.

¡Pues está intentando ayudar! Solo... que... Ugh. Pero no es tan fácil cuando Crowley está siendo un... idiota tratándole así. Jum!

OK, falsa alarma.

Asmodeo les mira y sonríe de lado, pensando que todo este juego de miradas y silencios cargados de sentido es el juego habitual de una pareja... cercana.

My dear... ¿te has enfadado? —le pregunta de repente Aziraphale a Crowley, acercándose a él y tomándole de la mano.

Ella fulmina porque es evidente que el que se ha enfadado es él. Y no solo eso, tiene que fingir que no.

—Sí, claro. YO me he enfadado... —suspira. Aziraphale le fulmina porque ¡no le sigue el juego!

—Pues con esta actitud horrenda lo parece.

—Supongo que soy un poco irracional y me dejo llevar demasiado por las emociones aunque te conozco hace miles de años... y sé que no estás en la mejor situación. Ya se me pasará.

Ojos en blanco del ángel, ¿quién es el pasivo agresivo ahora? Le suelta la mano.

—Irracional. Claro, irracional y emotivo. Ya dejarás de comportarte como un asqueroso idiota egoísta. Entendido.

—O tal vez no... Anda, vámonos mejor...

—Divertidísimo paseo... —refunfuña Aziraphale yendo a la puerta. Asmodeo se le acerca a Crowley.

—Quizás deberías ser un poco más suave con él...

Crowley hace un gesto de desesperación mezclada con "no me jodas" y niega con la cabeza dejando salir a Asmodeo. Luego chasquea los dedos.

Aziraphale SIGUE refunfuñando en el pasillo, porque todos le creen idiota y además tiene que actuar como el más idiota los idiotas aún al que la esposa le maltrata pero él aún la quiere.

Una bolsa con las sobras de Ritz del montón de comida que pidió el otro día y que estaba en la cocina de Crowley aparece en las idiotas manos del idiota ángel.

Que levanta las cejas pensando... anda, claro, ahora le intenta comprar con comida vieja, con las sobras, como si fuera el perro. Se asoma a ver qué incluyen esas sobras...

Pues lo que no sirviera él mismo la otra noche.

Saca una papita de ahí dentro y se la mete a la boca, esperando a que venga Crowley mientras mastica... y refunfuña.

Ella viene detrás de Asmodeo, esperando que este no se haya dado cuenta que eso lo ha hecho él.

—Oh, ¿Qué tienes ahí? ¿Comida? —Asmodeo sonríe un poco. Crowley le mira de reojo sin decir nada, subiéndose al ascensor.

—Sobras de comida... sobras —protesta Aziraphale.

Ojos en blanco de Crowley, porque no iba a aparecer comida con un milagro, si luego siempre se queja de que sale de vete a saber dónde y sabe mal. Además son sobras del RITZ y de algo que ÉL PIDIÓ. Pero no comenta para no delatarse. Y luego aprieta los ojos porque además se las va a comer EN EL COCHE.

Claro que se las va a comer en el coche, y va a querer además que las calientes. ¿O ya están calientitas con el milagro que hiciste?

Sí, ya lo están, como si no le conociera.

Tan considerada.