Crowley se gira a mirar lo que queda de la librería por la ventanilla y aprieta un poco los ojos.
—¡No! ¡Debías parar antes! —Aziraphale ni la ha visto.
—Ugh... ¿Parar?
—¡Para prepararme!
—Pues... ehm... mírame a mí y prepárate. Venga, no esta tan mal...
—¿N-No?
—Pues... —mira de reojo otra vez.
—¡Dime! Está fatal, ¿verdad?
—Hay... paredes de pie. La fachada se ve entera... han reventado la puerta y alguna ventana...
Aziraphale se descubre un ojo un poquito, Crowley le toma de las mejillas para que gire a él en vez de mirarla.
—La verdad, la imaginaba peor...
—¿S-Sí? ¿Crees que pueda solo restaurarla? —traga saliva mirándole a él y de hecho, descubriéndose el otro ojo también.
—N-Ngk... ¿qué tanto podemos estirar el concepto restaurar? O sea, es que yo esperar un par de piedras y... un bonito terreno.
Aprieta los ojos aunque él imaginaba lo mismo pero Crowley le ha dado esperanzas. El demonio se acerca y le da un besito cuando le ve apretar los ojos.
—S-Solo es u... —susurra y se calla con el besito, entreabriéndolas los labios y echándose al frente casi demasiado de golpe para evitar que sea solo un besito.
Vale... pues... nada, Azirphale el tren que se lo lleva todo por delante.
Solo denle... diez segundos. De hecho se COME a Crowley demasiado vorazmente en solo diez segundos y luego se con bastante suavidad y cara de inocencia. Como si solo se hubieran dado un besito
Ah, no pasa nada, Crowley le responde lo mejor que puede.
—P-Perdona... —susurra.
—¿Por?
—S-Solo necesitaba u-un poco de...
—¿Mi? —sonríe.
—¿B-Bajamos? —Se sonroja un poco pero asiente y la verdad es que querría más beso y más abrazo y más tú... pero ya llegará el momento.
Crowley asiente. Aziraphale le pone una mano en la mejilla y recarga su frente en la de Crowley unos segundos.
El demonio cierra los ojos, dejándole hacer y él le acaricia la mejilla con suavidad y sonríe un poco.
—Ehm... E-Espera —vacila.
—¿Mmmm?
Le mira y traga saliva, separándose un poquito, el ángel le vuelve a acariciar un poquito la mejilla y él se separa un poco más yendo a salir del coche.
Los ojos azules le miran hacer, sin estar seguro de si lo que quiere es que espere sentado en el coche... pero espera instrucciones. Crowley levanta un dedo para que quede ahí y... le da la vuelta al coche para ir a abrirle la puerta... porque pensó que hoy... lo requería.
Le hace sonreír un poquito, y sonrojarse otro poquito... Le tiende la mano para sujetarle cuando salga y vea... y VEA (a diferencia del cabrón de Aziraphale cuando explota el Bentley...) (Bueno, todos sabemos quién es nice at heart y quién enough of a bastard)
El ángel le toma de la mano y se la aprieta, saliendo del coche y levantando la cara a la librería y él se aparta un poco, tomándole del codo con la otra mano y vigilando el tráfico a sabiendas de que Aziraphale no va a ni acordarse de eso... pero mejor que nadie lo atropelle.
Gracias, porque casi se cae cuando la ve, dando un paso atrás y en vez de poniéndose ahí a que le atropellen, repegándose a Crowley.
—Dios mío de mi santa vida... pero qué le han hecho.
Crowley le toma de la cintura, apartándole un poco para cerrar la puerta del coche.
—Ehm... al menos hay paredes en pie.
—Virgen Santa... si está toda rota... ¡y quemada! —camina un poco hacia ella con pasitos vacilantes, agradeciendo enormemente que Crowley le esté deteniendo, la verdad. Él le sigue, mirandola un poco de reojo, cruzando la calle con él.
—Vamos a... entrar.
—Ni siquiera tiene puerta entera... —susurra abriendo la boca al ver casi todos los vidrios rotos de alguna forma y... es que... ay ay... vale, que la imaginaba peor, pero igualmente se ve FATAL.
—Deben haberla reventado para entrar.
—Pero... pero qué necesidad de... pero... ohhh... —lloriquea asomándose por la puerta.
Crowley le pone la mano a la espalda, mirando un poco fuera, medio asustado que aun esten ahí.
—El balcón... y las columnas. Está todo... por Dios, ¡pero qué malditos BESTIAS son!
Crowley cierra la puerta a su espalda y cuando nota el interior... aprieta un poco los ojos, porque aunque él la vio en llamas, esta vez está aquí Aziraphale, lo que lo hace todo mil veces peor.
—Por lo menos le han quitado lo consagrado...
—Está destruida —concluye Aziraphale recargándose de todo en por qué... tiene partes quemadas, tiene esculturas rotas en el suelo, tiene escalones rotos, tiene un grafiti enorme en la pared que quizás ni siquiera hizo un demonio sino algún chico de la zona. Crowley le abraza contra sí al notarlo.
—Calma, calma... era lo que tenía que pasar. La reconstruiremos.
—Al menos ahora puedes entrar... sí. Pasaron muchas cosas aquí adentro —suspira. El demonio le aprieta contra sí y apoya la barbilla en su hombro, mirando alrededor—. Y tantas memorias de tantas personas... Jane Austen estaba de pie ahí el día que abrí... Walter Scott vino dos semanas más tarde... jugamos ajedrez toda la tarde...
Crowley le mira de reojo, escuchándole.
—Elizabeth Watts... ¿te acuerdas de su padre? Isaac Watts. Ella venía aquí a ensayar el coro de la iglesia... y Michael... y... Oscar... mis amigos, Crowley.
—Bueno, en unos meses esto solo será otra historia dentro de la historia de este establecimiento.
—Quizás solo debería... cortar por lo sano. Dejarla ir. Chasquear los dedos y desaparecerlo todo y... empezar de cero.
—¿Con qué?
—No sé... con otra librería si es el caso. Pero una nueva y distinta a esta —le pone una mano sobre la suya y recarga su cabeza contra la de Crowley.
—La verdad, aunque ya sabes que no estoy en contra de los cambios yo también le tenía... le tengo cierto aprecio a este lugar.
—Cierto aprecio... —repite —. Te gustaba mucho.
—Nah, era bastante nido de mierda. Llena de cosas por todos lados y polvo y desorden, pero bueno, supongo que pasaron un par de cosas aquí...
Ojos en blancoooo, pero no se le separa. Crowley sonríe un poco.
—No pasaron un par de cosas aquí, pasaron miles de cosas aquí, contigo incluido.
—¿Cómo qué?
—Recientemente sobra decir un par de... cosas.
—Nah, no sobra, dilo —le hunde la cara detrás de la oreja para darle un besito y le da un escalofrío con ese beso.
—A-Actividades... í-intimas... —susurra cerrando los ojos—. E-Esa vez e-en la tina.
—No hablaba de eso...
—¿Mmm? ¿E-Entonces?
—Aunque no lo creas —le gira un poco y le señala—. Ahí antes había un segundo piso con un cuarto y una cama... Y fue... un evento bastante irrelevante e improvisado, ni siquiera de todo real, pero... Una vez, yo... contraje matrimonio con el amor de mi vida en esa cama.
(Please, don't die).
Vale, requiere un sobre esfuerzo para no descorporizarse de manera espontánea en ese momento. Lo crean o no, ha dejado de funcionar. Crowley está un poco nervioso con la falta de reacción, así que lo va a estropear en 3... 2...
—C-Crowley... —es que se le desmorona en las manos. Va a tirar lo que queda de este sitio con el MAREMOTO de amor.
—Sin quitarle importancia a tu partida de ajedrez con... whoever que... — es que no creo que pueda ni acabar la frase, sujetándole.
Es que se gira a besarle.
Cielos.
Pues no sé qué esperas cuando dices esas cosas
No, no, si no es queja...
Le besa y le abraza con los brazos y una pierna porque desde hace rato se siente fatal con que le ha hecho llorar y ha sido un tonto y horrible con él.
Le sostiene del culo.
Y el viene a decirle que pese es el amor de su vida. Es queeeeee.
Pues él ha sido un poco malo también dándole la culpa de todo...
Qué va a ser malo, si es un pastelito.
Y la librería... se siente un poco culpable, él mandó a los demonios.
Va a estar bien... todo, incluyendo la librería. Por ahora... Su pelo largo ya no está ya recogido. Ni hay lentes que estorben. Ahora tienes bonito pelo de Ricardo III dando vueltas por todos lados. Y un ángel bastante ansioso aún en los labios.
Vale, vale... lo va a tirar al suelo.
Al... suelo. Ahí en una de sus alfombras persas semi quemadas y llenas de polvo.
Tal vez haya algún cojín, milagrosamente. O el colchón de mierda que ha acabado ahí quien sabe cómo.
Milagros, querido, milagros.
Todo muy conveniente.
En algún punto termina... separándose un poco del beso y... yendo a su cuello. Al bendito cuello que sabe tan bien cómo le gusta. Le suelta un... susurrito al oído de repente. Vamos, que claramente parece que... Quiere decirle algo. Él susurra "Aziraphale".
—E-Excuse me... darling. ¿P-Podrías en esta ocasión colocar tú, tu miembro dentro de mí?
—W-What?
Por Dios, con lo que le ha costado pensar en eso así. Ya... pero es que... ejem.
—Me... gustaría que e-en esta ocasión fueras tú el a-activo —mira que para ser tan inocente, Aziraphale...
Crowley traga saliva con eso y el ángel le mira sin estar seguro ahora de haberse dado a entender.
—¿E-Estás... seguro? —Le mira... nerviosito.
Aziraphale le mira a los ojos. Y asiente.
—Ehm...
—Si quieres.
—Y si... ehm... E-Es que...
—Oh... —vacila porque... a él le parecía una instrucción simple y... directa. Y por alguna razón no parece estar muy feliz con ella. Se muerde el labio.
—No, no... es que... ugh.
—No... quieres.
—No... puedo —corrije apretando los ojos. Aziraphale frunce el ceño.
—¿Cómo es que no vas a poder?
La demonio toma su mano y la lleva al... lugar de autos donde va a notar que... no es exactamente un hombre.
Todos parpadeamos en conjunto. Es... ¿qué es?
Una mujer.
Aziraphale le mira a los ojos por un momento, notándolo y pensando en... un par de razones por las cuales Crowley no es exactamente un hombre en estos momentos.
Ella se sonroja porque... sabía que esto iba a pasar pero no pensaba que sería tan pronto.
Las dos razones en las que piensa, le parecen lo bastante válidas como para sonreír un poco, sinceramente... y darle un besito en los labios.
—Bien.
—N-No es...
Si es por si acaso funciona en alguna otra ocasión... o por si acaso sí tiene un huevo y se ha equivocado al no sentirlo... y haciéndose hombre lo mataría. Ambas posibilidades le parecen buenas. Le da un besito en los labios.
Es la segunda. Le devuelve el beso, nerviosa. No ha sido capaz de DE VERDAD poner en peligro la integridad, aunque solo fuera una pequeñísima posibilidad. Pero quería que Anathema y Newton pensaran que sí, por si Asmodeo o quien fuera...
Ya le parecía a Aziraphale que... zanjaba demasiado el asunto DEMASIADO.
Ya... ya.
Bien que te conoce ¡No podía creerlo!
Ugh.
Igualmente Aziraphale piensa que... quizás si no ha funcionado, aún pueda funcionar.
¡No se supone que tengan que hacerlo funcionar!
Says who?
¡Él/la!
¡Pero sería bonito!
¡No!
Pues... él va a intentarlo. Puede que incluso... haga un milagrito para intentarlo. Es decir... yo que sé, un milagrito angelical para ver si se embaraza.
WHAT THE FUCK?
No va a decirle.
Menos mal, porque lo mata. Una cosa es que pase por error y no vaya a dejar que se muera y otra es BUSCARLO.
Aziraphale... va a buscarlo... un poquito.
Ya, ya...
Y en secreto a frustrarse con ello.
Ugh. Es que tiene más posibilidades de lograrlo si Aziraphale lo busca que si lo hace Crowley. O sea, me parece que en esto un milagro de Aziraphale es más potente o tiene más posibilidades de lograrlo que uno de Crowley.
Aziraphale cree que puede lograrlo. Le parece que es una de esas cosas que él... podría conseguir.
Exacto.
Pero tampoco quiere decirle a Crowley que cree que realmente puede conseguirlo porque... ¿y si no lo consigue? Así que a pesar de ser una cosa que no debería hacer... como lo de la espada, va a hacerlo, aunque si no lo consigue seguramente va a romperle el corazón a Crowley.
Cielos.
Razon por la cual no va a decirle. Veo que... en un acuerdo tácito además y silencioso... seguirán de abstemios
O-Ok...
Pues suponemos. Vamos, que si te has quedado medio chica... ahora no vas a beber.
Ah, no, sí, sí. No, ahora volverá a ser chica del todo... ¿por qué no iba a verse como chica si va a ser una chica? O sea podría verse como chico pero... también le gusta ser una mujer, así que qué necesidad de no combinar arriba con abajo.
Pues ella empezó. No pero vale, entendemos... tanto que se haya hecho aparentemente hombre como que si va a tener mix and match... que mejor sea chica. La verdad... a... Aziraphale le gusta de chica y de chico. (y a mí me hace gracia que esté de chica y la gente haga cara de... ¿pero este no era THE southern pansy?)
(A mí me hace gracia que use pintalabios y siempre se los pinte a él)
O sea, es que... bueno, si quiere puede hacerse hombre con genitales de chica, no creo que eso fuera un problema tampoco. Lo que le da vergüenza es haberlo hecho por tener esperanza cuando no debería querer esto según ella por ser un demonio, nasty y todo eso.
No, de verdad no le importa en lo absoluto que sea chica y no es nada malo haberlo hecho por la esperanza pero no va a decirle nada, ni siquiera le ha dicho las razones por las que él cree que o haya hecho porque sabe que le dan vergüenza así que... solo es un... vale, está bien. No pasa nada. Ahora bésame y vamos a terminar con esto que sigo queriendo marcha, pero que sepa Crowley que es TODO menos un demonio nasty.
¡Sí lo es! No, si marcha va a haber, ahora ya... O sea, seis mil años sin tocaros y ahora no podéis parar de estar así por todos lados ni veinte minutos.
Ugh. De hecho... estábamos pensando que Crowley DEBERIA pararle si quiere ir con Asmodeo y que funcione todo. Es decir, podría... dejarle perfectamente "needy" para la cena
Ya... gracias pero no, gracias.
Aziraphale agradece y Asmodeo hace los ojos en blanco. Estás jodido, Crowley, jodido.
Si Asmodeo se ha ido es problema de Asmodeo.
¡Han quedado en el Ritz! ¡Tenían un plan!
Nunca dijo que no se lo iba a tirar hasta entonces.
No, pero... se sobreentendía que le tenía que seducir en el restaurante no seducirle 253816 veces antes y que no funcione en el restaurante, pero vale, vale... aquí el auditado es él, no Asmodeo.
(Sinceramente, como ahora mismo le diga a Aziraphale que nanaís y que se tiene que esperar al restaurante, le mata).
Ah, ¿ahora sí es una bloody auditoria?
Pues es él el que le llama así.
Y el otro el que lo niega una y otra vez.
La verdad, eeees un pooooooco unnnnnnna auditoríiiiiiiiiia.
Ugh. Bueno, el caso es que puede que no funcione en el restaurante porque al ángel no le va el rollo exhibicionista y no por esto.
Ahora resulta.
Pues podría ser, era una posibilidad.
Para que no le vaya el rollo exhibicionista, están ahí a mitad de una librería que no tiene casi ni ventanas.
Pero ha cerrado la puerta ¿y quién va a entrar a las ruinas?
¿El que hizo el grafiti? O alguien más... uno nunca sabe.
Que entre y le escriba a Aziraphale en el culo "no puedes pasar"
¿No les parece que Crowley ya le ha tatuado suficientes corazoncitos a Aziraphale en el cuerpo como para que alguien le escriba algo en el culo?!
No se ha quejado de eso.
¿Aziraphale? Aún no lo nota... ¡Oh! ¡Debía haberlo notado cuando estaban desnudos! Vamos, puede... que aún no lo note, con la situación estando como está y los nervios... ahora lo notarán porque es que... le ha desnudado así, boom, frente a todo mundo.
No estaba desnudo, tenía la pajarita.
¡Que sí estaba desnudo! ¡La pajarita no cuenta!
Sí que cuenta.
A ver, espera, vamos a establecer algo ¿Cuántos corazones le ha tatuado y de qué tamaño?
Pues como del tamaño de una huella de un dedo
¿Y cuántos tiene?
Y... BASTANTES. Como más de veinte. O sea es que le ha puesto uno a cada lugar en el que le gustaba. Le ha LLENADO de corazones.
Tal vez la huella del dedo meñique.
Después de, como cada vez, un buen rato de absoluta complacencia física... Aziraphale se estira un poco sobre Crowley hundiéndole la nariz al cuello y preguntándose, sinceramente, cómo es que no descubrió este placer antes en su vida en la tierra.
No nos hagas esas preguntas, angel...
¡Shush! El absolutamente hedonista Aziraphale... bueno, nunca es tarde para descubrirlo. Aunque, la verdad, es que... esto es mucho mejor en la cómoda cama de Crowley. Sonríe como el idiota que es, por un momento considerando... que toda esta cercanía con Crowley compensa bastante el desastre de la librería.
—No traes el anillo...
—¿Eh? —Crowley le mira porque estaba mirando el cielo a través del agujero del techo y pensando que quiere hacer una claraboya en el cuarto nuevo que van a construir para ver las... nubes del cielo de Londres. Y alguna vez alguna estrellita. Alguna vez RARA alguna estrellita que se les escape a las nubes.
—El anillo —le acaricia la mano. Ni siquiera es un reclamo propiamente, solo es algo que ha notado.
—Ehm... Asmodeo estaba siendo un poco intenso.
—UGh. Olvídate de él —le besa la mano... y se gira un poco, bajándose de encima de ella y poniéndose boca arriba a su lado—. ¿Qué mirabas?
—Las nubes.
—¿Alguna en forma de angelito?
—All of them.
—Cuando llueva, todo va a mojarse... —comenta, riéndose un poco de esa respuesta.
Crowley chasquea los dedos y ahí tienes unaaaa looooona. Sonríe de lado.
—Thank you... —se pasa la mano por el pecho y le mira de reojo, doblando un poco las piernas.
—Tan llorón... hay que llamar a alguien para que se pongan a trabajar aquí.
—¡Nadie está llorando! Ugh... ¿llamar a quién?
—Pues no lo sé, ¿a un arquitecto?
—¿Conoces a alguno capaz de recrear la librería... y hacerla mejor?
—No... —se lo piensa porque es que no suele hacer nada con arquitectos—. A lo mejor podrías pasar el reporte al cielo para que te la reconstruyan con milagros.
—Hmmm... No sé si quieran o si decidan que no la requiero.
—Algo deberían darte... por las molestias. Aunque no creo que ellos quieran hacerte una cava, un baño con jacuzzi y un cuarto para el único propósito de confraternizar con el enemigo.
—¡No es para eso! Es para que... ¡duermas!
—Ya... ya. Aunque ahora que se supone que tú también duermes...
—Exactamente. Nada de confraternizar —se sonroja un poco y se gira a ella, poniéndole una mano en el abdomen—. Creo que voy a hacer lo mismo que la primera vez...
—¿Eh?
—Pedirle a alguien que haga el cascarón y luego, bueno en este caso también con tu ayuda... —No mueve la mano de su abdomen, solo le da un besito en la mejilla—, mejorar los detalles.
—Ah... Eso puede estar bien.
—Pero es importante que haga el sótano... y amplíe el baño y la habitación. Todo lo demás podemos irlo modificando —quita la mano después de unos segundos, sonrojado y un poco nervioso.
Crowley sonríe y le acaricia la cara porque le parece que esa es una muy buena actitud.
—E igualmente los humanos de la zona deben ver que se construya aaaalgo —se deja llevar por el cariñito.
—Sí... eso sí —le hace más.
—Eso va a tomar tiempo, por más bien que pague.
—Ya... ya... —se humedece los labios.
—Puedes decir que no —le mira a los ojos.
—No he dicho que no.
—Solo digo que puedes.
—Ya lo sé.
—Y es mucho estar ahí días y días en tu casa con todos los libros y las cosas... —le mira de reojito y le sonríe, porque la verdad lo que quiere es que le diga que no importa y que le pida que se queeeeede.
—Ugh...
—Puedo conseguir otro sitio...
—No me lo digas muchas veces... —responde porque le gusta jugar al "odio hacer esto porque eres súper inconveniente y no te aguanto pero no me queda más remedioooo"
—Ya veo que basta con darle al otro nuestra flor para que todo romanticismo y "you can stay at my place if you want" desaparezca... —hace una mueca.
—What the fuck!?
—Eso mismo pensaría yo si usaras un mejor vocabulario —sonríe de lado y le mira de reojo porque en realidad, está jugando.
—Ahora te das cuenta de que solo te quería por tu... flor —podrías sonar un poco menos burlona.
—Por lo visto.
—Está claro que no me casé contigo por tu inteligencia...
Aziraphale le mira a los ojos con eso... y es que le pones suavecito otra vez. ¡Esto es injusto!
—Está claro que te casaste conmigo. Aunque hayas dicho una y mil veces que no era una boda real. Sí que lo fue.
Ugh! Ese no era el efecto esperado de esa frase. Le sonríe y le acaricia la mejilla con suavidad.
—Ese no es el punto que estamos discutiendo.
—Estamos discutiendo cómo te casaste conmigo por mi flor.
—Estamos discutiendo como eres un grano en el culo.
—No soy un grano en el culo.
—¿No?
—Tú siempre me haces pésima fama de todo y yo soy un angelito
—Bueno, tú siempre me dices que soy tan bueno y tan suave y soy una demonio.
—Pero tú si eres buena y suave —le sonríe.
—Entonces tú eres un grano en el culo.
Aziraphale se ríe un poco porque está de buenas a pesar de estar en las RUINAS de su librería. Se levanta un poquitín... para verla mejor... y ahí es que nota que tiene... unas manchas.
Crowley mira también alrededor y chasquea los dedos haciendo desaparecer el polvo.
—¿Q-Que es esto?
Le mira de reojo. Y es que el ángel las tiene por todos lados... ¿unos... puntitos?
—What?
—Tengo... son... —parpadea porque parecen... corazones.
—Ah... —sonríe un poquito al notar lo que mira, intentando esconder que lo hace.
—Pero esto... ¡son corazoncitos!
—Tendrás una... enfermedad rara.
—¿Rara? ¿¡Qué enfermedad es esa?!
—Una de... los ángeles cuando hacen...
—W-What?!
—Pues... como de... ¿transmisión sexual?
—Wh-What? What?!
—A lo mejor, una afección de los ángeles.
—¿P-Por... acostarme contigo? —es que hasta se le separa, muerto de la vergüenza.
—Pues no sé, tú sabrás si te has acostado con mucha más gente...
—What?! ¡No me he acostado con nadie más!
—Entonces será por acostarte con un demonio... a ver —se acerca, haciéndose la inocente. Aziraphale se hace para atrás, porque aunque no lo creas, sí se está asustando un poco—. Anda...
Se talla un poco uno a ver si se le quita.
—¿Te pica o te duele? —le mira hacer.
—N-No —Se moja el dedo con babita y se intenta quitar a ver si así.
—Tal vez solo son pecas rojas.
—¿¡En forma de corazón?!
—Oh... son bonitas.
—S-Son... son... ¿en dónde más tengo? —levanta los brazos y se intenta mirar otras zonas.
—Por... todos lados... bueno, en las piernas y los brazos no muchos.
—¿En la espalda tengo? ¿O en el culo? —ahí está dando vueltecitas para que le veas.
—Sí.
—Será en los lugares que... me has... —se sonroja bastante—. Oh, por Dios. ¿Serán marcas de la vergüenza? ¡No habían salido antes!
—¿Marcas de la vergüenza?
—No lo sé... o... algo que va a dolerme después como un... ¿cicilio? ¿¡Un castigo?!
Le mira con cara de "wtf es un cicilio?"
—Los... picos que se ponen en la piernas para castigarse.
—¿Eso tiene un nombre? Vale, vale, da igual... No te duele, ¿no? Pues cálmate.
—¡Pues yo qué sé! ¡Nadie los puede ver!
—Entonces no vayas por ahí desnudándote.
—¡No voy por ahí desnudándome!
—¿No? —sonríe de lado y mira alrededor.
Chasquea los dedos y se viste de golpe. Crowley se ríe con eso.
Aziraphale está pensando en si esto será algo que el provocó, si es del amor por Crowley... el amor físico. Quizás eran marcas que dejaba el tener sexo con él.
—¿Y qué? Van a salirme más cada vez que...
—Quizás te salgan hasta que... todo tú te vuelvas rojo y te salgan cuernos —sonríe, ella sí desnuda, apoyada sobre su codo. El ángel se SONROJA abrazándose a sí mismo un poco.
—¡No me pueden salir cuernos!
—Y una colita —hace el gesto de dibujarla con un dedo.
—Y las alas negras ¡y de una vez caigo!
Crowley se ríe.
—¡No te rías! ¿Tengo en la cara? ¡Como si no lo supieran ya TODOS! ¿¡Y tú por qué no tienes?!
—No, no tienes en la cara.
—¿¡Y tú porque no tienes?! Deberían salirte unos... ¡algo!
—A lo mejor solo les pasa a los ángeles.
—Pero... e-es... ¡eso es injusto! No puedo tener más... ¿¡qué tal que Gabriel me revisa?! ¿Qué tal que tengo en otras partes? ¡Como en las alas!
—¿Por qué iba a revisarte... así de a fondo?
—Pues yo qué sé, ¡porque tengo mala suerte! ¡Quizás la próxima vez si me sale en la cara! No podemos... N-No... Quizás sea mejor no volverlo a hacer hasta que no averigüemos qué es.
Crowley levanta una ceja.
—P-Pues...
—Ahora resulta.
—Pues imagina que... me sale un corazón en el cuello o en... espera, ¿tengo en el cuello?
—Sí, tienes. Pero el caso es que... yo puedo poner un huevo y no pasa nada, pero que no le salgan unas manchitas de nada al señor que entonces...
—¿Tengo en el cuello? —se lo toca con las manos y se sonroja más—. ¡Y no es lo mismo!
—No, ¡claro! Es tremendamente cínico de tu parte.
—¡El huevo es otro asunto! ¡Es algo de ambos! ¡Esto solo me pasa a mí! ¿Qué tal que es algo mortal? —vale, admitimos todos los demás que en efecto es súper cínico de su parte
—Mortal es tu tontería.
—Vale, el huevo es algo complicado también. Si pudiera yo poner el huevo... —Se sonroja un poco más aún y le mira de reojo con eso.
—Ya, ya... claro. Pues podrías haberlo hecho.
—P-Pues solo digo que…
Crowley se viste, chasqueando los dedos y se levanta. El ángel aprieta los ojos y... le detiene de la pierna.
—Espera. Crowley... espera —pide sintiéndose otra vez en la montaña rusa emocional. Ella le mira—. Vale, vale... Ugh —se recarga en su pierna para levantarse o más bien se ayuda de su pierna para levantarse—. Te... yo... puede que... pudiera ser un poco injusto esto.
—Puede —repite, cruzándose de brazos. Él le mira, porque le cuesta, ¡aunque no lo crean!
—No, no puede —gira la cara—. Es injusto y ya —susurra mirando el suelo. Ella suspira y se acerca para abrazarle—. A este paso vas a empezar a acostumbrarte a tener la razón todo el rato —deja que le abrace, de hecho, abrazándole de vuelta.
—Ah, me alegra que empieces a notarlo.
—Esto solo es por hoy... y porque has tenido suerte. Y has dado en el clavo con cómo jugar tus cartas,
La demonio sonríe igualmente.
—Pero no creas que en momento cualquiera cada vez que te enfades y... te vayas voy a darte la razón solo porque ahora eres mi esposa.
—Me parece que ese sí es JUSTO tu obligación como esposo.
—Desde luego que no. De hecho... Es INCREÍBLE lo mucho que llevas controlándome hoy... solo con las emociones.
—Excuse me? ¿Controlándote YO con las emociones?
—¡Totalmente! Por Dios, desde cuando sabes hacer chantaje emocional tan bien como para ponerme a mí a temblar solo por... afecto —frunce un poco el ceño, notándolo.
—What? —Parpadea con eso soltándole un poco.
—Y lo estás haciendo así tan tranquila... —le mira de arriba a abajo bastante impresionadito.
—B-But... —Es que... ella abre y cierra la boca sin saber de qué demonios habla.
—Y yo estoy ahí, además, de inocente —le señala con un dedo, Crowley levanta las cejas y las manos—. No me pongas esa carita.
—Es que no sé de qué me hablas...
Aziraphale parpadea.
—De todos esos... movimientos que has hecho hoy con... "me enfado y voy a dejar de quererte si no vienes tras de mí"
Crowley vuelve a parpadear y sonríe un poco de ladito, el ángel frunce el ceño con esa sonrisita.
—¿Tienes miedo de que deje de quererte?
—En caso de que te lo hayas perdido, soy YO el que juega a eso y no al revés —se estira el chaleco y se arregla la pajarita tan cínico, sonrojándose porque no propiamente... pero.
—Oh... vaya —hasta da un pasito atrás.
—No creas, Crowley, que el entrenamiento de seis mil años no ha servido de nada —le mira de reojo y... es que desde que "no tiene un bando", ha caído más y más en la cuenta de que tú eres exactamente TODO lo que tiene. Todo su mundo. Y aunque sabe bien que es recíproco... es... no es algo menor. Carraspea un poco.
—Espera... —mira alrededor buscando algo, lo que sea. Encuentra un tintero destruido, lo arregla con chasquido de dedos y se lo tiende—. Aquí tienes, el premio a la persona más cínica. Con todo ese despliegue no podías quedarte sin reconocimiento.
—W-What? ¿¡Cínica!?
—Pero hay que reconocer tu valor también, no es fácil... para nada fácil.
—¿¡De qué demonios me estás hablando!?
—¿Te estás escuchando a ti mismo?
—¡Sí! ¡Y no veo el cinismo!
—¿Disculpa? ¿Qué hay de todo eso de... "No puedes enfadarte conmigo para que haga cosas porque así que como consigo que tú las hagas"? Ni siquiera me he enfadado ni sé qué cosas se supone que he conseguido que hagas, pero en sí la postura no tiene desperdicio.
—Pues... es que como yo te diga que te tiento a unas ostras tú me miras con cara de... "tentar es MY thing". Pues bueno, esto es my thing! —estás siendo MUY cínico Aziraphale, hasta para ti.
—So... Manipular y hacer chantaje emocional is your thing. Por lo menos lo admites.
—¡No! Enfadarme cuando haces las cosas mal...
—Enfadarte cuando no hago lo que quieres.
—Bueno, ¿hoy es el día de "listemos todas las cosas que Aziraphale hace mal" o qué?
Crowley se ríe.
—Porque si eso decidimos, cada seis mil años me parece que un día, está bien. A la próxima vez procuraré estar MUY ocupado este día.
—Todos los días son el día de listar todo lo que Aziraphale hace mal, pero hoy me estas escuchando porque he dicho la palabra matrimonio como tres veces —a ser cínicos sabemos jugar todos.
—¡La has dicho porque has querido!
—¡Y ha funcionado!
—Manipuladora.
—He aprendido del mejor —se ríe.
—¡No has ocupado eso solo para manipularme! ¿O-O sí?
Más risas, porque la verdad es que no, pero ahora le hace quedar de súper nasty decir que sí.
—Oh... —le mira con ojitos—. Eso es tan... bueno...
—¿Eh? ¿Bueno? —se le cortan las risas.
—¡No! ¡Es feo!
Vuelve a sonreír porque además le ha hecho también lo de los corazones y le ha hecho creer que tiene una horrible enfermedad incurable de la vergüenza. ¡Ja! El día de hoy está siendo un éxito de maldades. ¡Y todas a un ángel! Deberían darle una medalla por estas cosas, no por el Brexit.
Aziraphale hace los ojos en blanco con esa sonrisa malévola.
—Jum —resopla esquivándole y yendo a ver un poco por ahí.
—Es fácil descubrir tus debilidades —se va tras él.
—Eso piensa todo mundo últimamente.
—Será que están saliendo a la luz...
—Será que debo ser más cuidadoso contigo.
—Ugh... esas conclusiones.
—Perfectamente válidas a la luz de las debilidades —recoge un querubín descabezado del suelo.
—Aburridas y repetitivas. Y me lo vas a hacer el día de la auditoría.
—Mira, un par de cosas las para la lista interminable que estás haciendo hoy —le mira.
—Angeeeel...
—Yes, darling? —no recuerda la última vez que se podía ver entre estantes y de lado a lado como ahora.
—Estás haciendo un bloody drama.
—Oh, ¡una cosa más! Cielos, ¡hoy estoy que nadie me para!
—Ugh...
—Aunque seguro hay alguna pequeña cosita que debo estar haciendo bien.
—¿Cuál?
—Oh, no lo sé. Pensé que serías objetiva y podrías encontrar ALGO.
—Angel —cambia el tono y sonríe, llamándole para que la mire y deje de rebuscar entre ruinas. Él lo hace, ahora con medio gatito de porcelana en la mano—. I love you.
Se le suaviza la mirada y se sonroja un poco, quedándose a así con los labios medio abiertos por unos segundos. Crowley sonríe mirándole unos segundos y luego se gira desinteresada.
Aziraphale sale de la estupefacción en cuanto se gira, sonriendo un poco y teniendo que reñir a su corazón por latir tan rápido y tan fuerte.
Crowley empieza a buscar también entre las piedras más grandes. Decide sacar una alfombra y hacer que se enrolle.
Aziraphale le espía un poquito entre los estantes, sonriendo y suspirando un poco, tomando un par de libros medio quemados de uno de los estantes y pensando que... seguramente, Crowley le mataría de saber que ha intentado hacer el milagro de la reproducción después de acostarse hace un rato. Pero es que... era algo que no sabía que quería, hasta que supuso que no tendrían jamás.
Maldita sea con los demonios esos súper bestias. Mira este perchero... ¡y este sombrero era suyo! Y ahora está hecho mierda. Lo heredó de ese tipo de las gafas y la barba blanca, no recuerda su nombre, pero le caía muy bien.
No había vuelto a pensar en él porque no ha sido nunca muy de su estilo, pero alguna vez le ha servido con la lluvia y le hacía ilusión que se lo hubiera dado, siempre decía que era Uno De Sus Sombreros De Autor Como Dios Manda.
Debe oír gruñir a Aziraphale por ahí porque... cada tres pasos hay ALGO, pero nos gusta que tenga el sombrero de Terry.
Creo que necesitan un montón de arreglar y un montón de tirar. Crowley con la Esperanza de mucho tirar... Bueno, no tiene que ser una GRAN pila pero algunas cosas seguro se van. O sea, el gato de porcelana feo y decapitado no hace falta restaurarlo.
¡Pero si no es feo!
Horroroso, perdón.
¡No! Se lo regaló... alguien, no se acuerda quien a estas alturas ¡pero alguien!
Alguien que evidentemente le odiaba.
¡Está exagerando!
Para nada, es obvio.
No es feo en lo absoluto.
Demonios, no puede decir esas cosas.
Sí que puede,... de hecho es precioso.
¿Cómo puede tener tan buen gusto para unas cosas y tan mal gusto para otras?
¿Se refiere acaso a... ella?
Pues claro.
Ojos en blanco. El gatito es mucho más bonito que ella.
Jo. Der.
Vamos, vamos... en algunas cosas sí que lo es, no tiene la lengua viperina del demonio.
Sí, sí, claro, ahora intenta arreglarlo
El gatito no está haciendo una lista LARGA de problemas tampoco
¡No lo vas a poner celoso de un gato de porcelana feo! Que además está decapitado y que no sabe quién se lo regaló, no sería tan importante.
Pues por las exclamaciones... Igualmente va a arreglar al precioso gatito.
No si sufre un accidente peor.
Oh... ¿cuál accidente peor puede sufrir?
Uno desafortunado y personal.
Quizás se lo regaló Oscar.
Quizís si li riguilí Isquir.
—Tengo hambre... —suelta Aziraphale un rato más tarde, un poco harto ya de tanto trabajo.
—Mmm... ¿merienda-cena?
—Has quedado además con Asmodeo, ¿no?
—Ah... sí, claro.
—¿Qué te ha dicho de mí, por cierto?
—No hemos hablado de ti.
—Una vez más, esa no te la crees ni tú —Hace los ojos en blanco.
—Ah, no, no... No por nada, solo... no salió el tema —se ríe.
—Crowley... es obvio. Vamos, que ha venido a eso. Cielos contigo hoy que hay que sacarte la información con tirabuzón.
—Solo juego contigo... dice que eres muy sexy y que quiere contigo.
—Oh, come on! —le protesta.
—What?
—¡Solo me tomas el pelo! —medio protesta.
—¿No crees que pueda querer contigo?
—Bueno, me parece que él puede querer algo con cualquier cosa que se mueva —asegura volviendo a ponerse el saco que se ha quitado hace un rato para limpiar—. ¿Nos vamos?
—¿Y eso?
—Pues es Asmodeo. Es famoso por eso propiamente. Seguramente incluso nos ha influido a que... pase esto más de lo que pasaría sin su presencia.
—¿Por eso todos esos besos en el baño de Anathema? —hace un falso gesto de pucherito.
—Probablemente... —Se sonroja un poco mirándose el dedo con el anillo de serpiente y poniéndoselo bien.
—Y luego en el colchón...
—Sin duda es culpa de Asmodeo —responde aclarándose la garganta, sonrojándose y arreglándose otra vez la pajarita.
—Y otra vez luego puesto que viene a cenar.
—Wh-What? Oh, bueno, eso... no sé. Siempre podemos resistirnos —se sonroja más, mirándola de reojo. Lo que más le gustaba de esa actividad, además del obvio placer físico que sí implicaba algo aún mejor que comer crepes varias veces al día... eran los besos y la cercanía. Y no parecía cansarse aún de tenerle solo para sí, sin distracciones y perfectamente enfocado. Pero hablar con él y picarle y reírse de tonterías le causaba igual un placer inmenso.
—Ah, sí, claro... teniendo en cuenta que viene a ver si estoy haciendo esto bien o no...
—Claro, como has sido tú tan... bien portada con Sandalphon que venía aquí a ver si yo lo estaba haciendo bien o no... —se muerde el labio recordando a Sandalphon... y es que no hay rastro de él.
—Pues estuve siendo paciente y tranquila a pesar de todos sus rezos y bendiciones.
Aziraphale se ríe un poco porque no le pareció ni muy paciente ni muy tranquila, la verdad
¿Cómo qué no? ¿Qué más querías?
—Para ser vosotros seres de luz y paz y amor, no paró de atacarme. No recuerdo a Asmodeo atacándote propiamente.
—Asmodeo me ataca a través de ti... Mira los besos en todos lados y... ahora hasta tengo corazones en todos lados —aprieta los ojos volviendo a mortificarse un poco.
—¿Perdona? ¡No vas a otorgarle esa a él! —tan indignada. El ángel sonríe de lado porque le esa picando—. Aunque claro, no es que yo hiciera nada, fue un accidente. O sea, una enfermedad. Ajem.
—Espera... —parpadea—. Ohhh... espera. ¿¡Ahora es algo que hiciste tú?!
—N-No...
—Eso no es lo que has dicho. Has dicho que no debía otorgársela a él...
—Pues porque claramente no ha sido él.
—Anthony J. Crowley.
—Principality Aziraphale —hace un gesto como si llevara un sombrero.
—No, no. ¡Te estoy riñendo! ¿¡Qué me hiciste con los corazones!?
—Nada de lo que debas preocuparte —Se ríe porque lo sabe.
—¿Los pusiste tú?
—Mmnnnnm... nnn.. uhm... nnnn... —hace haciendo como que ni afirma ni niega.
Aziraphale le toma de la solapa de la chaqueta de cuero con cierta fuerza y la atrae hacia sí con el ceño fruncido.
Crowley levanta las cejas con eso y la verdad, es que le tiemblan las piernas y no sé si acaba de mojar las bragas de miedo o de otra cosa. O de las dos.
—Crowley? —pregunta muy, muy cerca de ella, mirándole a los ojos.
Ella se humedece los labios y le toca con la lengua los suyos. No creo que expresamente, pero a lo mejor y cuela como que sí.
Oh, por Dios, ¡no puedes hacer eso!
Sí que puede.
Se echa un poco para atrás sin esperárselo, sorprendido y ella traga saliva y sonríe.
El ángel se sonroja. Vamos, es que no acabas de... tirártelo en el colchón y eres capaz de tentarle de ESTA manera.
Tira de ella otra vez, acercándosele al oído y susurrándole con esa voz dulce que tiene cuando se le da la gana.
—Vas a pagar por esto... —no sé si es una advertencia, o una promesa. La suelta y a ella le da un escalofrío que no sabe ni qué responder—. Nos vamos.
—C-Claro —al mismísimo infierno, te seguiría ahora mismo... cosa que también haría en circunstancias normales, bastante preocupada, así que tal vez deberíamos decir al cielo. Aunque bueno, no es como que eso sea especialmente... o sea, son las escaleras de al lado, tal vez te seguiría a... ehm... ¿un estúpido show de magia?
Ahí también le sueles seguir aún sin tentaciones, pero... Entendemos el sentir. Aziraphale camina hasta la puerta, abriéndola y sosteniéndola para dejarla pasar adelante.
Carraspea un poco y ahí va, volviendo en sí. Cuando pasa, le da una palmadita en el culo y ella da un salto.
Aziraphale sale detrás de ella y cierra la puerta, con cara de... aquí no ha pasado nada. Le mira con una ceja levantada poniéndose las gafas de sol.
Pasa a su lado tan derechito yendo al coche después de cerrar la puerta tras de sí con todo y llave, como si no pudieran meterse de cualquier otra forma.
Le mira unos instantes... y le sigue. Él abre la puerta del coche y se sube, ella se sube a su lado.
—Jum! Picasso te voy a llamar ahora.
—Mmm... ¿y eso?
—Ahora que te gusta el... arte abstracto con corazones.
—¡Anda ya!
—Picasso será... ¿o prefieres otro nombre?
"Yo creo que teniendo en cuenta el asunto de parecer puntos es más tipo Seurat" eso es lo que Crowley diría si supiera lo más mínimo de arte. Eso sería lo que Crowley quisiera decir. Soñaría con decir. Para dejarle embelesado con sus conocimientos anchos y bastos y su retórica de cínico coneisseur. Por desgracia, ni sabe de arte ni se acuerda del nombre del mayor exponente del puntillismo. Ni siquiera sabe qué es el puntillismo, así que nos deleita con un "A-Ah... ¿sí? Pues... Pues whatever."
Aziraphale se ríe un poquito, echando la cabeza un poquito atrás y mirándole.
—Whatever será, entonces.
—Pues te pondré yo a ti un nombre estúpido también —ojos en blanco.
—Tan enfadada... a mí me gusta Angel —levanta una mano y le hace un cariñito en la oreja.
—Ese no es un... mote.
—Ah, ¿no?
—Es lo que... eres.
—Un nombre genérico y aburrido entonces...
—Bueno, es porque... ya sabes —gesto vago con la mano de no me importa mucho.
—Siempre te cuesta recordar los nombres... whatever.
—Especialmente los de la gente que no importa mucho.
—Menos mal que soy un ángel y no gente —sonríe un poco... dejando de acariciarle. Gracias al cielo, ¡DEJA DE TOCARLE TODO EL RATO!
—Lo de gente es genérico, ya sabes...
—En realidad es un bonito sobrenombre de cariño...
—¿Gente?
—Angel... whatever —le sonríe igual, a pesar de lo tonto del chiste.
—S-sí quieres pensarlo así, solo te engañas a ti mismo.
—Por lo visto yo me engaño a mí mismo todo el tiempo.
—Sí.
—¿Estamos ensayando esto para ahora que veamos a Asmodeo? —se sostiene un poco de la manijita porque, por Dios, no puede manejar alguna vez como si no les estuvieran persiguiendo?
—No, por lo visto tengo que ser dulce, suave y delicada contigo cuando esté él.
—No te equivoques, my darling... tienes que ser dulce, suave y delicada conmigo SIEMPRE. No sé en qué momento decidiste dejar de seguir esa regla básica, pero es un error.
—Except because I'm a demon and I'm not nice.
—Veo que ustedes no se conocen... Whatever, te presento a Crowley, mi esposa... ella es nice, dulce, suave y delicada. Crowley, te presento a Whatever... su gemela maldita que solo sale en el día de quejarse de Aziraphale, una vez cada seis mil años.
—Poor unfortunated soul que tienes que lidiar conmigo.
—Ves, cuando dices esas cosas bonitas puedo llamarte Crowley.
—Eso era sarcástico.
—Nada sarcástico que requiera una explicación, es realmente sarcástico.
—En tu caso sí, la mitad de las veces no entiendes el tono.
—Será que no lo dices bien.
—Oh, ahora resulta que después de seis mil años no sé ser sarcástica.
—Dado que por lo visto después de seis mil años no se reconocer el sarcasmo... no.
—A lo mejor tú eres demasiado inocente.
—Ñañaña...
—Touché —para por fin fuera del hotel, donde vienen a pedirle las llaves del coche para aparcarlo. Y les saludan por su nombre.
Aziraphale ni le responde, bajándose del coche y sonriéndole a Pablo, que es quien le abre la puerta, saludándole igualmente... por su nombre.
Mira que a Crowley no le gusta dar sus llaves a nadie y la primera vez que el aparcacoches le obligó y notó que el Bentley ni siquiera tenía gasolina, ya aprendieron, que este cliente se aparca su propio coche. Siempre. Pero esta es una... chica. Sinceramente, todos miran a Aziraphale flipando un montón
Para que vean que El Southern Pansy es multifacético y le preguntan por su... ¿marido? ¿Novio? ¿Amante? Ejem... ese amigo que siempre da buenas propinas cuando nadie le mira.
Y es que además... Él ni siquiera nota la diferencia entre uno y otro, desde luego, así que se baja tan feliz.
—Mi... marido. Oh. Es... ella —les sonríe.
Crowley pelea un poco con el aparca coches todavía hasta que le dejan entrar el coche a si misma.
—No sabíamos que... oh. Ehm... Vale.
—Ehm... es... Bueno, entiendo la confusión. Vamos, que no hay tal, solo... en realidad... bueno...
—Está bien, no hay problema —asegura Crowley
—Si trae hasta el mismo coche... cree que hubiera dejado que alguien más lo condujera. Es... —suspira porque luego hablan mal de él a sus espaldas con absoluta y justa razón con estas cosas—. Bueno, hay días que le gusta ser chica.
El personal del Ritz le mira con cara de circunstancias porque... eso no es que... le guste.
—Vestirse como... chica —Ehm... hoy no está vestida como chica.
Eso no es solo vestirse. Igual le llevan a su mesa dejándole dar todas las explicaciones que quiera.
Él sigue "blablabla" dándoles toda clase de explicaciones pero yendo exactamente a su mesa de siempre, que no es como que sea la mesa de lado además, es la del bloody CENTRO de todo.
Le acomodan y unos segundos más tarde es que llega Crowley volviendo del aparcamiento... pero está vez se ha acordado de Asmodeo y que quizás llegue más pronto de lo que le ha dicho y lo joda todo así que debería estar preparada. Aziraphale se queda con la boca abierta.
