Crowley hace los ojos en blanco en el lado oscurito de su misma celda con tanto grito.

Es que los niveles de indignación.

Algunos estamos intentando dormir, angel. Que alguien le traiga un libro o algo.

Ni siquiera se ha dado cuenta que le han puesto en la misma celda que a Crowley, no es por nada.

Crowley se pregunta si acaso pueden cambiarle el compañero por uno que haga menos ruido.

Aziraphale sigue gritando, probablemente como nunca ha gritado en la vida, sobre Dios y la inmoralidad de estas acciones, el horror de todo esto y la falta de decencia de sus compañeros ángeles. Hasta que prácticamente se queda afónico y termina por sentarse... ¿hay algo más? ¿Cómo es la celda?

Pues blanca y acolchada, como estar en una nubecita. De todos modos no tarda en oírse el tintineo metálico de los grilletes.

Haciendo saltar un poquito a Aziraphale, sin esperárselo. ¿Ahora qué? Le habían puesto una presencia divina ahí dentro para espantarle. ¡ÉL ERA UN MALDITO PRINCIPADO! Se gira al tintineo.

Una presencia divina.

Pues la verdad, es una presencia divina cuando se da cuenta de quién es.

—Crowley! —chasquea los dedos para quitarle el grillete.

Esta ahí panza arriba haciendo drama "memueroooo"

¿Sirve el chasquido de dedos o no?

Sí, pero igual.

Igualmente Aziraphale abraza a la serpiente dramática. La levanta del suelo y la aprieta contra sí. Crowley se le enrolla.

—Lo siento, lo siento... ¡No debí traerte!

Le aprieeeeeta.

—No sé qué hacer, no sé cómo sacarte, no sé qué te va a hacer... —lloriquea.

Crowley se desenrolla y le mira.

—Por qué no... cambiémonos. Gabriel va a dejarme ir tarde o temprano, ya has oído que yo no le sirvo.

Inclina la cabeza.

—Es perfectamente capaz de matarte.

Movimiento un poco pendulante de la cola.

—O yo que sé, algo peor —le pasa un dedo por la cabeza. A medida que se lo pasa la echa un poco atrás—. ¿Qué hacemos entonces? No pensé... cielos, no pensé que estuviéramos así otra vez. Cada tres minutos acabamos en un calabozo últimamente.

Suspira.

—Estaba de especial mal humor desde el principio. Debí irme en cuanto pude... —aprieta los ojos.

Crowley se vuelve humano con Aziraphale cargándole en los brazos y la verdad casi tirándole porque no se lo esperaba. Quedando... todo lo cerca que puede.

Aziraphale le aprieta contra si para que no se caiga... y para abrazarle, la verdad, porque ahora que ha gritado y se ha descargado la adrenalina que tiene, está mucho más preocupado y blandito ya.

—No puedo creer que me hayas traído al cielo dormido y me hayas entregado a Gabriel...

—No te... no era mi intención. Te juro, Crowley, te JURO que no era mi intención —es que llora, literalmente llora desconsoladito y asustado, porque todo esto le pasa por maldito inocente como blanca palomita. O blanco angelito.

—Será que no pero...

—Ni siquiera sé cómo lo supo... ¡estabas escondido! Perdóname. Cámbiame... cámbiame.

—¿Cambiarte? ¡No te voy a dejar aquí con ellos creyendo que eres yo!

—Sí, si me vas a dejar aquí con ellos creyendo que soy tú.

—¿Para qué te maten a ti?

—Si van a matar a alguien, sí. Esto es el cielo. Y lo que pasa en el cielo es mi culpa. O mi responsabilidad. Venga, anda... dame la mano.

Angel... —las echa atrás.

—No puedo dejarte aquí. No voy a dejarte aquí. Si Gabriel no me deja llevarte, tu si deja que te saque.

—¡No voy a dejarte yo a ti aquí!

—Es el cielo, Crowley. He sobrevivido aquí desde el principio del tiempo, puedo sobrevivir aquí un poco más. Dame la mano.

—Basta, esto no está abierto a discusión. Si Gabriel no me ha matado es que algo quiere. Mientras le sea útil estoy a salvo.

—No voy a irme del cielo sin ti —se limpia los ojos todo frustrado.

Crowley aprieta los ojos porque esto... El ángel le pasa una mano por la cara.

—¿Has escuchado lo que pasó con Belcebú? —pregunta porque si va a enfrentar a Gabriel, quizás eso tenga algo que ver.

—¿De qué?

—Belcebú le subió al cielo... volando —se limpia los ojos otra vez, porque sigue lloraaaando un poco, silenciosillamente. El demonio levanta una ceja, mirándole—. No sé qué ha pasado... estaban esperando que Belcebú subiera en la tarde. Pensé que podría... hasta esperarles... ¿cómo puedo ser tan tonto?

Suspira otra vez porque no quiere decirle que LE DIJO QUE NO SUBIERA. Pero es que SE LO DIJO.

—Me había dado tres días de vacaciones. Con milagros ilimitados. Me había dicho que fuera contigo... yo quería ir a un lugar bonito —se tapa la cara con una mano... ahí está otra vez el sollocito ahogado de macho alfa lomo plateado.

—Le... creíste. Sí, claro que le creíste —suspira.

—Claro que le creí... deberíamos estar en la playa —le recarga un poco la frente encima.

—No, deberíamos estar en mi bloody casa DURMIENDO.

—Yo quería decirle que tu misión no era matarme... me ha dicho que ya lo sabía —agrega sintiéndose aúuuun más tooooonto si eso se pueeeeeede.

—¿Lo sabía?

—Eso me ha dicho. Y que me iba a cambiar la misión. A saber Dios qué es lo que me va a poner ahora a hacer.

—Es que... ugh, ¿cómo hemos podido acabar aquí?

—Te has resbalado de mis piernas... y Gabriel lo ha notado —ni siquiera le mira a la cara, sintiéndose terriblemente culpable.

—¿Estaba en tus piernas? —no seas idiota, Crowley

—Estabas dentro de mi pantalón, no quería que Gabriel te viera.

Sonríe... No. Seas. Idiota. Crowley.

—Y es que pensé que podría entrar... y hablar con el contigo durmiendo ahí y luego salir... e irnos de vacaciones. Quizás sorprenderte cuando despertaras en un paraíso... no pensé que literalmente te despertarías en el paraíso.

—Pues por lo visto me desperté tarde para eso —tú, síguele... que vas bien.

—¿Tarde para qué? —Aziraphale, para variar, ni enterado de los dobles sentidos del mundo. Le mira, ojos rojos.

—Ugh —ojos en blanco...

—¡Yo asumí que te habías despertado antes!

—¿Dejarás de llorar si nos cambiamos?

El ángel traga saliva, porque le da miedo igual, la verdad, no va a negarlo. Pero están en este lío por su culpa. Asiente.

—Ugh, ¿y por qué no paras si no...?

Aziraphale baja un poco la cabeza, regañado, sin decir nada.

—Es que esto es un desastre...

—Tienes un marido idiota —susurra—. Deja que tu marido lo arregle todo

—¿Cómo?

—No lo sé...

—Ni siquiera tenemos un plan... ¿Tienes tú teléfono?

—Supongo que estará por aquí... —se rebusca

—Puedo llamar a mi casa, podemos salir por el contestador.

—¿Salir por el contestador? ¿Y después?

—Pues... ya no estaremos aquí dentro.

—¿Se puede hacer eso? ¿De verdad? —pregunta Aziraphale algo sorprendido, limpiándose los ojos otra vez y pensando que ahora será un fugitivo del cielo. O no, ¡al final Gabriel le dio vacaciones! Se rebusca encima un poco más. No sé porque ibas a llevarlo, si no lo llevas nunca.

—Sí, claro que se puede.

Pues porque debe estar petrificado en su saco. Claro que... se lo ha cambiado. Vamos, es que no tiene idea de donde está.

—No tengo nada, Crowley... —susurra tan agobiado.

—Ugh... vale, vale, pensaremos otra cosa.

—Lo siento... no hago nada bien.

Crowley suspira otra vez porque esto no va de buscar culpables y él es un hombre de acción. Menos mal.

—No puedo creer que vaya a permitirte esto.

Los ojos azules le miran desconsoladamente, Crowley le tiende la mano apretando los ojos y él suspira un poco y se la da, acariciándole con suavidad

I love you.

—Yo ahora mismo no.

—Ya lo sé... —se muerde el labio con eso y se le llenan los ojos de lágrimas.

El demonio le mira de reojo y hace gestos con la otra mano de "uuugh" porque ni siquiera le puede decir nada, que se lo cree.

—Venga, hagamos esto.

Le intenta soltar la mano otra vez porque está tardando mucho y vacilando y se siente culpable, ¡cómo lo va a dejar aquí!

—No, no. Vamos.

—No, encontraremos otro modo.

—No. Haremos esto. Cámbiate, Crowley, please.

—No, es que... déjame pensar. ¿Y si "desaparezco" de nuevo?

—No se lo va a tragar. Vamos, venga... prometo no suplicar ni nada así si es lo que te preocupa.

Crowley se gira a mirarle con cara de "no puedo creer que digas eso" y es que además estás llorando ya y sabe que vas a llorar aún más.

—De verdad, puedo hacerlo. Lo hice la vez pasada —le aprieta la mano.

—Era diferente.

—¡Has dicho que lo harías!

—He cambiado de opinión.

—Crowley, please! No me hagas suplicarte a ti también.

—Esta es una mala idea.

—Todo esto es una mala idea... pero puedes salir de aquí.

—¿Y tú? Vas a quedarte aquí, como si fueras yo... y van a descubrir que hemos intercambiado y deducirán que así fue con el... juicio. Y te echarán al fuego con mi cuerpo.

—No van a deducirlo, ¿por qué habrían de hacerlo?

—Tarde o temprano vas a... decir recorcholis o cualquier otra mierda de esas tuyas.

—No confías en mí... —lloriquea igual porque hay que lloriquear por algo.

—Mira a donde me ha llevado hacerlo.

Le mira con esa declaración, y otra vez se le llenan los ojos de lágrimas porque es duroooo.

Angeeeel —protesta porque ¡ni quejarse puede!

—Es que... —se limpia los ojos—. Esto ha sido muy tonto y no quiero que te maten... y Gabriel...

—No me van a matar, ¿por qué iban a matarme? —intenta asirse a esa estupidez.

—Iban a matarme a mí, me mandaron matarte a ti... ¿por qué no matarte? Cámbiate de cuerpo... no van a matarte por mi culpa.

—Esta es una mala idea.

—Peor idea es que te maten —le acaricia la cara—. Si fuera absolutamente indispensable, preferiría que me matara a mí.

—Ugh, such a dramatic crap is that. ¿Vamos a estar perdiendo el bloody tiempo discutiendo sobre a quién deberían matar y quien quiere más a quien mientras podríamos estar solo montando un fucking plan de huida para ambos?

—Vale, vale. ¡Es que me siento mal!

Welcome to my life. Cuando estemos fuera te enseñaré como ayuda el alcohol a eso —se vuelve a las paredes intentando buscar... algo.

—¿Tú te sientes mal de qué? —pregunta mirándole hacer—. No es fácil salir de aquí...

—Piensa el desorden mental más raro que se te ocurra. Sí, también lo padezco —le mira de reojo y se inclina un poco adelante y atrás, penduleando.

—Oh, venga ya, que va. Lo único por lo que podrías sentirte culpable es por ser bueno —le sigue con los ojos

—No soy bueno —Ooooojos en blanco.

—¿Y si... intentas usar fuego infernal o algo así?! Seguramente alguien sería muy inocente de pensar que no requieren hacer las celdas anti fuego infernal —se humedece los labios.

—No puedo usarlo contigo aquí, hay muy poco espacio para que sea seguro

—Ugh—aprieta los ojos—. ¡Ni siquiera sé por qué el cielo podría tener estas celdas!

—Pues para retener demonios.

—No creo que esto pase muy a menudo... tampoco sé si solo Gabriel pueda abrir la puerta o el carcelero.

—¿El carcelero?

—Pues los ángeles que nos metieron aquí... ¡es el colmo! ¡Mira que encarcelar a un ángel en el cielo!

—Tú lo pediste, en su favor.

—Lo que dije fue que no te iba a dejar aquí... no que me detuviera como a un criminal —frunce el ceño porque no puede creer que esté defendiendo a Gabriel.

—Ya, pero ya sabes... es que debiste... cómo pudiste decirle que no te ibas.

—¡No te iba a dejar aquí y largarme, Crowley!

—No, pero admite que hubieras sido más útil estando de fuera... —suspira porque no quiere pelear con él pero es que está muy tenso.

Aziraphale aprieta los labios porque... es que lo sabe. Lo sabe, pero no ha tenido corazón para dejarle ahí. Pareciera que eso no cuenta últimamente en el cielo para nada... el corazón.

—Vale, Crowley, admito que hay un millón de cosas que debí hacer de otra forma...

—Es que hay que ser... inocente—protesta y no dice tonto porque se contiene. El ángel vuelve a bajar la cabeza, regañado.

—Gabriel estaba de pésimo humor y la ha tomado conmigo sin necesidad. Ni siquiera sé cómo noto que estabas ahí.

—¡Pues porque me llevaste ahí!

—Escondido...

—Sí, bueno... —ojos en blanco

—Me sentía mejor contigo ahí. Quería decirle a Gabriel muchas cosas... que estaba enfadado, que no pensaba matarte, que no me parecía lo que estaba pasando y que DE VERDAD merecía unas vacaciones. Y contigo ahí me sentía más valiente... —suspira—. Y ni fui valiente ni le dije nada porque estaba enfadado... me dio tres días de vacaciones que no voy a poder usar y todo me ha salido mal.

—Ugh, y ahora vas a culparme a mí.

—Claro, ¡eso es justo lo que estoy haciendo!

—¡Pues parecería! Solo quieres intercambiar para eso.

—Quiero intercambiar porque tengo miedo de lo que te vaya a hacer, ¡y prefiero que me lo hagan a mí! Oh, y porque ya me acusaste de haberlo hecho a propósito... ¡y no es así!

Crowley se humedece los labios porque es que NO QUIERE CAMBIAR pero... y si... y si deciden... meterlo en agua bendita o algo así, esto es el cielo, no les costaría ni un pelo.

—Y porque aunque aún lo duden, sigo siendo un ángel y con el disfraz correcto podría seguramente... sobrevivir a más cosas que tú. En concreto cosas de las que me hagan aquí en el cielo.

—¿C-Crees que... Crees vayan a hacernos... algo de eso? —se humedece los labios.

—Algo de... ¿matarnos? ¿O de... las cosas en la línea de... lo que iba a hacer el infierno?

—No tengo ni idea.

—La verdad, por su cara... parecía —se humedece los labios—. Tenía la misma mirada que Hastur. Y me dijo varias veces que yo no le servía por no ser un demonio, así que temo que quiera probar cosas diversas contigo. Así muy del estilo campo de concentración nazi.

—Ugh! —es que le da miedo.

—Dame la mano —esta vez no es una pregunta, y esta vez no suena tan lloroso y lastimero, de hecho. Se la tiende suspirando—. Quizás descubramos que tú le gustas a Gabriel...

—¿Yo?

—Pues yo que sé... quizás quiera probar a hacerte cosas para ver si puede hacérselas a Belcebú luego.

—Eso quieres ahora, hacer cosas con Gabriel —aparta la mano. Aziraphale le mira con absoluta incredulidad.

—No seas idiota.

—¡Pues eso estás diciendo!

—Lo que estoy diciendo es que quizás él quiera hacer eso CONTIGO... y como te toque lo mato.

—Así que quieres ir a que te lo haga a ti

—¡Quiero irnos para hacértelo yo a ti, tonto!

—Sí, claro...

Es que la cara de absoluta incredulidad... y un poco de horror, solo de pensar en Gabriel haciéndole algo sexual.

—¿Ya te has aburrido de mí? ¡Mira quién está yendo súper rápido ahora! —sigue protestando porque está en pánico.

—Si me hubiera aburrido de ti, dejaría que Gabriel te quitara de mi camino, de una buena y santa vez... Lo que quiero es sacarte a ti de aquí. Para empezar —le pone las dos manos en las mejillas

—¡Pues traerme aquí dormido parece un jodido buen comienzo!

—Lo siento muchísimo... no debía nadie enterarse de que estabas aquí —se muerde el labio otra vez y le mira a los ojos. Crowley aprieta los ojos—. Por favor, vete en cuanto puedas y deja que yo sea el que... se las arregle para salir de aquí —le acaricia las mejillas con los pulgares.

—No seas... No te voy a dejar aquí acostándote con Gabriel, si quieres hacer eso... tendrás que buscar otro estúpido modo, aunque admito que ha sido un buen intento.

—No quiero acostarme con Gabriel, ni siquiera remotamente —le da un besito en la mejilla—

Lo que quiero es salir de aquí, e irnos de malditas vacaciones... y que él no te ponga un dedo encima —otro besito, otro besito —. Quiero que me perdones por haberte traido...

Suspira, abrazándole.

—Soy muy tonto a veces —le aprieta también contra sí cerrando los ojos—. Y no aprendo... ni siquiera debí venir. No debería volver nunca.

—Te dije que no vinieras.

—Quería dejar de tener que matarte... Lo que no debí, fue traerte, pero... te veías tan mono y cómodo enrollado en mi cuello y tenías tanto frío solito en la cama que...

—¡Lo hice para que no vinieras!

—Pero ya vine, my love... y ya estamos aquí. En cuanto abran esa puerta te dejarán salir... dame la mano.

Aprieta los ojos y se la vuelve a dar por como decimosexta vez.

I love you —asegura entrelazando sus dedos dispuesto a hacer el cambio esta vez sí.

—Ugh —protesta haciendo también lo necesario. Y ahí van... una vez más. Pronto van a pasar más tiempo en el cuerpo del otro que en el propio...

Ñañaña

—Ehm... ya está...

Aziraphale toma aire profundamente y Crowley le mira, ajustándose un poco una vez más a la forma de ver de este cuerpo y estirando un poco el cuello. Los ojos azules le miran un poco con cara de "esto va a salir tan mal..."

—No me mires así...

—Pues es que...

—¿Qué? Ya te dije que tienes razón.

—Es que a saber qué van a hacerte, ni siquiera deberíamos estar aquí.

—¿Y qué propones que haga ahora más allá de aguantarlo?

—Oh, of course, play the victim... eso se te da de miedo.

—No me estoy... o sea es que ¿te das cuenta que nada te parece? Si te digo que tienes razón, insistes en que lo he hecho mal, pues vale... Te vuelvo a decir que es verdad y que no tengo otra idea... y me dices que me hago la víctima. ¿Qué es lo que quieres? ¿Que vuelva atrás en el tiempo y no venga?

—Y qué quieres que haga yo, ¿eh? ¿Dar saltos de alegría y decirte la maravillosa idea que has tenido? Eres taaaaan avispado y sagaz...

—No creo que haga falta machacarme más con eso, ya me has dicho que soy un idiota, ya me has dicho que lo he hecho mal, ya me has dicho que me lo dijiste... vamos, que ya está, ¿no?

—Vale, pues nada, ya lo sabes todo como habitualmente.

—Lo sé porque me lo has repetido hasta que me sangran los oídos. Seguro te parece que no me siento solo lo bastante mal y que necesito que me lo repitas hasta que tú estés en paz.

—Y de nuevo... esto va de ti sintiéndote mal. Anda, corre a brazos de Gabriel a ver si te consuela él, ya que tienes tantas ganas que te haga cosas.

—Eso es absolutamente gratuito —le mira con el ceño fruncido.

—No después de lo que has dicho.

—Lo que has imaginado que he dicho y te has hecho una historia.

—Claro, hacerme la historia de que si te pido que nos quedemos en mi casa nos quedaremos.

—¡Ya te he pedido perdón por eso! Ya te he dado trescientas explicaciones y aun así no te valen, ¡pues lo siento! es lo que es y ya.

—¡Lo que es que ahora quieres acostarte con Gabriel!

—¡No me quiero acostar con él! ¡Le odio! ¡Me parece el colmo que estés acusándome de eso!

—Oh, ahora lo odias. Sí, claro.

—Pues sí, claro. Si no te parece lo bastante obvio quizás es que no estas mirando con la suficiente atención.

—O a lo mejor estoy mirando con más atención que tú.

—Pues necesitas un par de lentes si crees que después de todo esto, lo que quiero es acostarme con Gabriel.

—Sí, claro, que raro que el señorito considere que soy yo quien se equivoca.

—Te he dado una lista larga de cosas en as que me he equivocado yo hoy, pero en esta en concreto desde luego que eres tú el que se equivoca. ¿Y sabes? Me duele bastante que sea justamente en esto.

—Sí, claro, ojalá no lo hiciera.

—¿De qué vas, Crowley? ¿ES lo que quieres? ¿Qué me acueste con Gabriel y quitarte tú el problema de encima? Quizás más bien es eso lo que quieres, buscarte un pretexto.

—¡No me vas a voltear la tortilla ahora cuando sé bien lo que he oído!

—¡Te la voy a voltear ya que es lo único que hace sentido!

—¿¡Que bloody sentido va a hacer por todos los infiernos!? —chilla Aziraphale.

—Mucho más sentido que el que me digas que lo que quiero es acostarme con Gabriel... o sea es que entiendo que estés enfadado, ¡pero además de eso pareces haber perdido tú la cabeza!

—¡Pues obviamente no soy yo el que quiere que le haga cosas!

—Nadie quiere que le haga nada, ¡Lo que queremos todos, idiota, es salir!

—Salvo tú, que no has parado de clamar al cielo para ENTRAR.

—¡Ta te he dado las razones!

—Y han quedado muy claras —Aziraphale se cruza de brazos.

—No, por lo visto, tú te has imaginado la tontería absoluta que implica que yo quiera acostarme con alguien más. Como si no me acostara ya bastante contigo.

—Y ahora que ya es un hecho te has cansado.

—¡No me he cansado! Cielos, de verdad que a veces eres DENSO como pocas cosas.

—¿Que YO soy den... —empieza a protestar y se abre la puerta.

Crowley no se levanta cuando abren la puerta, aunque se tensa por el miedo. Pero está tan enfadado con Aziraphale por lo obtuso de su cabeza y por acusarle de querer ACOSTARSE CON EL ARCÁNGEL GABRIEL, que solo bufa, en alguna medida deseando que le saquen del cuarto y le lleven lejos.

Aziraphale se tensa en automático sentado en su rincón del cuarto porque ni siquiera ha podido practicar un poco su nuevo papel. Caléndula, microscopio, hermafrodita, anticonstitucional ... eso. Esa clase de palabras. Ejem.

Caléndula.

Pues son las que él sabe, ni sabe de qué le suena "Is ini plinti, Criwly"

A Crowley ya le viene bien que se auto regañe en la cabeza... es lo mínimo que puede hacer.

What the hell quiere el BLOODY Arcángel FUCKING Gabriel ahora? —protesta Crowley.

Ñañaña. Se paraliza un poco con los insultos

La verdad ni siquiera lo está haciendo en el papel de Crowley.

Sí, sí, pero no deja de ser...

Pues cruza los brazos y sinceramente no sé qué tan conveniente sea que esté en este estado para enfrentar a Gabriel, pero al menos puedes estarte seguro de que no va a estar llorando dramáticamente.

Aziraphale vacila, a lo mejor debería estar llorando él. No. No va a estar llorando tampoco. Frunce el ceño a Gabriel que les mira desde la puerta.

Crowley traga saliva, vale, porque la cara de Gabriel. Se pone de pie.

—¿Estáis... cómodos, chicos? ¿Lo estáis pasando bien?

Crowley bufa mirándole un poco desafiante. La verdad, quisiera girarle la cara de un puñetazo. Aziraphale no se mueve ni responde.

—No realmente. No —responde Crowley, conteniéndose del golpe.

—Ya me imagino que los estándares del infierno son bastante altos.

—No tienes idea.

—A lo mejor podrías explicarme.

—No, thank you.

—Oh... ¿no? —levanta las cejas y se finge un poco decepcionado Crowley suspira, aun queriendo darle un golpe—. A lo mejor podemos convencerte.

Crowley traga saliva con eso

—Aziraphale —llama Gabriel, este levanta las cejas. Al menos le iba a dejar ir ahora, piensa Crowley—. Convéncele o te culparemos a ti —sonríe como un tiburón.

Aziraphale parpadea y mira a Crowley de reojo. Crowley bufa un poquito

—¿Q-Que le... convenza? ¿Convencerle a qué?

—A que hable. Tú eres el que le conoce. Supongo que no querrá que te pase nada...

Crowley frunce el ceño con esa idea de Gabriel ¿Qué clase de mente enferma le pedía eso?

—Si yo pudiera convencerlo de algo... —empieza Aziraphale en un susurrito, enfadado. Ojos en blanco de Crowley.

Really, Aziraphale?

—Es la verdad.

—Solo porque esta vez...

—Esta vez, claro —levanta las cejas.

—Esta vez, sí.

—Será por una cuestión... personal.

Crowley le mira, frunciendo el ceño y luego mira a Gabriel.

—Vale, me convenció. ¿Qué quieres que te diga?

Ojos en blanco de Aziraphale. Gabriel les mira de uno a otro sin entender qué acaba de pasar, pero... en fin, a saber quién entiende a ese par de perturbados.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Mi trabajo.

—¿Qué trabajo?

Mira a Aziraphale de reojo que le levanta las cejas.

—Irritarle y tentarle.

—Es muy bueno en ello, sobre todo en lo primero —apunta Aziraphale. Los ojos en blanco de Crowley otra vez

—Por lo visto se le da bien también meterle en problemas.

—Eso es indiscutible —sigue el ángel.

—Vale. Vale. Basta —protesta Gabriel con una mirada de advertencia a Aziraphale. Crowley bufa otra vez.

—Lo que me estás diciendo, demonio, es que tu jefe te ha ordenado "irritar y tentar" a uno de mis hombres.

—Eso es casi parte de la descripción de puesto

—Y aun así no veo el cielo lleno de demonios.

—Por lo visto el único ángel estúpido que se deja tentar es él —Crowley se encoge de hombros.

—Ah, ¿ahora resulta que si no es a alguien estúpido, no puedes tentar a nadie? —protesta Aziraphale.

—No es tan divertido cuando el estúpido no soy yo, ¿verdad?

—A lo mejor si te aplicaras el cuento.

—Porque no basta con decir treinta veces las cosas hoy...

—Por lo visto solo para unos, porque los otros tenemos que callarnos porque como ya está todo dicho, pues ala, quédate ahí. Que calladito estás más guapo.

—Pues tanto así como calladito... —protesta sarcásticamente.

—Mira, ¿sabes qué? OK —hace un gesto para mostrar que cierra la boca como si fuera una cremallera.

—Pues si solo vas a recriminarme, me parece perfecto. Ni creas que voy a quejarme.

Abre la boca para decir algo y levanta las manos volviendo a cerrarla. Ceño fruncido.

—En serio... no sé cuál de los dos es más infantil —protesta Gabriel.

—Él, sin duda —Crowley señala a Aziraphale.

—Muy maduro de tu parte —replica el señalado.

—No más inmaduro que tú con tu candado en la boca.

—¡Ya basta los dos!

Crowley pone una vez más los ojos en blanco, brazos cruzados. Aziraphale fulmina un poco a Crowley.

—Quiero que hagáis lo que ibais a hacer ayer en el infierno —suelta Gabriel.

W-What?! —es Crowley el primero en mirar a Gabriel, incrédulo. Aziraphale deja de fruncir el ceño mirando ahora a Gabriel incrédulo también.

—Ahora. Aquí. Quiero saber qué interesa tanto ahí abajo —chasquea los dedos y hace aparecer una silla, sentándose en ella y subiendo un pie a la rodilla contraria. El parpadeo múltiple de Crowley.

—¿¡Q-Que hagamos... qué?!

—Menos preguntar, demonio.

—Ehm... G-Gabriel... —vacila Aziraphale.

Crowley mira a Gabriel y luego a Aziraphale... y aprieta los ojos. ¿¡Qué tenía el mundo entero con este asunto?!

—¿Sí?

—Esto... ¿no crees que no es muy propio del cielo?

—Es el colmo que ahora el cielo... —suelta Crowley a la vez. Aziraphale fulmina a Crowley porque así le quita credibilidad

¡Joder!

—¿Por qué no iba a ser muy propio del cielo querer saber lo que traman nuestros enemigos?

—Esto no es... —empieza Crowley... y se calla.

—¿No es qué?

—T-Tan simple. Tendríamos que...

—¿Aja?

—P-Prepararnos un poco.

Gabriel hace un gesto con la mano de "adelante".

—No sería mejor si... ¿Qué tal si nos preguntas lo que quieras saber y te lo contamos? —propone Aziraphale.

—E-Es que... no es precisamente la mejor idea la de... mostrarte.

—¿Por qué no?

—Porque es algo íntimo y... personal.

Gabriel levanta una ceja.

—Para él —Crowley agrega señalando a Aziraphale.

—Estás intentando evitar esto, ¿no es eso? —pregunta Gabriel

—Pues claro que estoy intentando evitar acostarme con... Ehm… un ángel.

—Más motivos aun entonces.

—¿Nos das cinco minutos a solas?

—No.

Crowley pone otra vez los ojos en blanco, mira a Aziraphale... y es que lo último que quiere es convivir con él ahora mismo. Menos aún besarle. Menos aún besarse a sí mismo.

—Gabriel... por favor, esto es... es un poco... —pide Aziraphale intentando sonar razonable.

—¿Qué?

—Absurdo —completa Crowley.

—Sí, ya supongo que a un demonio se lo parece. Y ya imagino lo que más a decir tú, Aziraphale, pero sé que no habéis estado tan reticentes en otras ocasiones.

Crowley se sonroja un poco y gira la cara. Claro, otras veces, el demonio no pensaba que el fuera un completo imbécil que le había traído aquí a propósito... por eso no estaban tan reticentes.

Aziraphale abre la boca como idiota y piensa que quizás...

—Las otras veces él me violó, Gabriel.

Wh-What?! —chilla el demonio.

Le echa una MIRADA a Crowley. Porque eso escribió en el reporte. Crowley se aclara un poco la garganta.

—Yo tenía que hacer mi trabajo y lo que me pidieron en el infierno... Si no lo disfrutaste, mala tarde para ti.

—Parece que tenemos versiones diferentes de lo que pasó aquí —comenta Gabriel.

—Yo decididamente NO lo disfruté —agrega Crowley un poco nervioso. Aziraphale le mira intensamente y en silencio durante más tiempo del que es cómodo haciendo que Crowley se sonroje.

—No era eso lo que tenía yo entendido —responde Gabriel mirándoles, tan entretenido.

—¿Y qué ostras era lo que tenías entendido? —protesta Crowley.

—Significa eso que a mí... me mentiste —pregunta Aziraphale.

Crowley aprieta los ojos porque ahora mismo no tiene ni idea de a qué están jugando, ni qué es lo que tiene que responder.

—No, no te mentí. Bloody hell.

—¿Entonces?

You... know!

—No, creo que no.

—¿Ahora lo que quieres es que te confiese cosas frente a... él? —Crowley aprieta los labios y le mira intensamente. Aziraphale le sostiene la mirada levantando las cejas.

—No, sigue diciendo cosas contradictorias, mejor.

—¡Es que no puedo creer que seas tan cínico como para querer ahora que te diga cosas bonitas!

—No es que quiera que digas cosas bonitas.

—Vaya, menos mal.

—Claro, ponerte en actitud sarcástica es lo que va a ayudar.

—En contraste con tu actitud, para nada sarcástica y del todo cooperadora.

—¡Pues más que la tuya!

Gabriel se pellizca el puente de la nariz.

—¿Más cooperadora cómo? ¿Quieres que te diga ahora que disfruté... violarte?

—A lo mejor quieres que sea yo el que diga que lo disfrutó.

—¿Lo hiciste?

—Tú dirás, por lo visto lo sabes todo, así que...

Crowley bufa y mira a Gabriel que les mira con muy poca paciencia.

—Maldita sea. Sí que lo disfruté —sentencia el demonio, sonrojándose. Aziraphale también se sonroja sin esperarse eso ahora—. ¿Contento? —protesta Crowley, sin mirarle.

—No...

—El día de hoy no se le puede dar gusto a nadie —murmura entre dientes haciendo los ojos en blanco.

—Eso ya lo hemos dejado claro desde que hablamos de quien le disfrutó y quién no.

—¡Bueno y ya he dicho abiertamente que lo he disfrutado! Que es mucho más de lo que has dicho tú, ¡que hoy solo te quejas!

—¿Y qué quieres? ¿Que diga que lo disfruté también? —la MIRADA de circunstancias otra vez.

—Pues si tan enamorado estuvieras, probablemente lo dirías dadas las bloody circunstancias.

—Claro, porque soy celebre justo por eso, por admitirlo todo abiertamente y no tener ninguna clase de conflicto con mis sentimientos.

—Pues que sepas que entiendo tus malditos conflictos —Crowley le FULMINA.

—Está bien. Ya hay suficiente —sentencia Gabriel—. Aziraphale. Sal de aquí.

Crowley traga saliva y Aziraphale se paraliza

—¿No he sido lo bastante claro? —pregunta el arcángel mirandole.

—E-Espera. Haremos l-lo que... haremos lo que pides —balbucea Crowley

Gabriel le mira ahora a él. Aziraphale mira al suelo.

La verdad, es que a Crowley le da terror quedarse a solas con él en el cuerpo de Crowley... y prefiere, toda la vida hacer con Aziraphale cualquier cosa que le pida Gabriel, que hacerla... con Gabriel. Crowley se gira a Aziraphale.

—¿V-Verdad?

Aziraphale asiente sin mirarle ni decir nada. Crowley se humedece los labios

—E-Esto sería mucho mejor si no dieras un par de minutos a solas... —susurra Crowley.

—No os voy a dar ningún minuto a solas ni nada parecido.

A veces, Crowley quisiera matar a Gabriel. Aziraphale constantemente.

—Bueno... ¿y...? —pregunta sin saber cómo hacer esto.

Aziraphale le mira intensamente otra vez en silencio unos instantes, se humedece los labios y luego sonríe un poco con complicidad, seguridad... y cierta malicia, en una de esas sonrisas que al ángel no le saldrían ni en un millón de años... porque va a empezar él y está pensando cómo.

Crowley traga saliva con esa sonrisa.

Haces bien. Hasta Gabriel creo que lo hace un poco. Vamos, que al final... hay un solo demonio aquí.

Y desde luego será todo lo nice que sea o se verá cómo se vea, pero eso no se lo quita nadie. Chasquea los dedos, lo primero de todo y se convierte en LA SEÑORA Aziraphale Z. Fell-Crowley y no hay ninguna duda que lo es.

Hala. Ha la.

—O-Oh... —lo que Aziraphale nunca ha sido.

Se pasa una mano por el pelo y con la misma determinación se le acerca, sin vacilar un pelo, porque ahora vas a llevar tú el huevo, querida.

Bueno técnicamente... vale, sí.

—E-Ehm... —tiene tiempo aún de vacilar Crowley solo un segundito antes que ella se ponga de puntillas y le meta la lengua hasta las amígdalas, cerrando los ojos y tomándole de las mejillas y haciendo a Gabriel levantar las cejas hasta ja-ja el cielo. Hay que decir que es un poco hate-kiss.

Y Haciendo que Crowley suelte un sonidito gutural, porque... sigue enfadado y en efecto, esto es un poco invasivo. Lo bastante como para que le ponga las manos en la cintura e intente ser él el que le invada ahora de alguna forma, empujándole un poco, no para separarle, sino contra la pared de la celda.

Enseguida esto se vuelve súper pasional, si bien no es del todo una lucha

"Maldita sea Gabriel" refunfuña Belcebú que ¡quería ver esto!

Porque aunque Aziraphale también estaba enfadado... en un instante de lucidez recuerda que le quiere y que TRAS SEIS MIL AÑOS por fin están haciendo esto y... acaba de inventar el sexo de reconciliación.

Crowley le aprieta contra sí, intentando comerse a Aziraphale, la verdad, cerrando del todo los ojos, dejándose llevar por la pasión por completo y aún un poco por el enfado, la verdad. A este Crowley las cosas no se le pasan tan rápido. Pero es que... la verdad el otro le sorbe el cerebro lo bastante y lo bastante rápido...

Y aunque ahora no tiene las... manos mágicas pero sí que va inundarlo todo de amor como lo inundaría si nunca hubiera caído, hasta hacer sentir incómodo a Gabriel incluso. Hasta Sandalphon va a sentirlo.

Poco a poco, es que Crowley va cediendo. Y va olvidándose de que estaba enfadado hace un minuto.

Lograr eso parece fácil pero ¡no lo es!

Y estos... pequeños tirones hacia sí, medio exagerados y bestias que le estaba dando hace unos momentos, empiezan a ser mucho más dulces, aunque aún firmes, buscando meterle la mano por algún sitio para tocarle un poco la piel de la espalda. Hemos de aclarar que habitualmente tocar la piel desnuda de Crowley y tocar la de Aziraphale, implica distintos grados de dificultad.

¿Por? Ahora tiene tetas. GRANDES.

Pues Crowley levanta el brazo y aunque traiga capas ya se le está viendo el abdomen. Aziraphale tiene capas de tela. Cielos... las tetas. Ni siquiera está muy seguro de qué hacer con ellas. Si... estuviera pensando, estaría ligeramente admirado y curioso de mirarse a sí mismo como mujer.

Tendrás tiempo de hacer eso durante todo el embarazo.

Deja de disfrutarlo, demonio.

Nooooo. Ha sido una idea maravillosa. Puede que Aziraphale chasquee más los dedos y desnude a todo el mundo en un kilómetro a la redonda

Van a tener que hablar de ese tema pero claramente no será en este momento. Aun así la verdad, la idea de medio cielo desnudo, incluyendo a Gabriel medio excitado, nos hace bastante gracia

Es incómodo para todos. Aunque Gabriel está tomando notas. Yo qué sé qué notas debe estar tomando, pero lo hace.

Notas... O...k. Igualmente la vida es más fácil cuando están desnudos... aunque mira que esto en concreto no lo habían hecho con los cuerpos intercambiados. Cielos. Si bien lo han hecho muchas veces en poco tiempo, lo han hecho pocas veces en general como para ser unos expertos en posiciones y sitios. (Opina Crowley)

Ni habían tenido tanta cantidad de pechos en la mezcla. Aziraphale poquitín obsesionado con eso.

El demonio, sinceramente, está echando sus buenas cantidades de amor a estas alturas yendo a comerle el cuello a Aziraphale a la primera oportunidad, en el lugar donde suele gustarle a Crowley.. y a ponerle directamente una mano en medio de los pechos... y a flipar un montonazo al notarlos tan... abundantes ahí.

Además los corazones no se han ido, así que todo guay.

Cielos. Gracias por crearle una buena imagen en el cielo.

¡Pues quien estaba diciendo que no lo había disfrutado!

Por el amor de Dios ¿Desde cuándo te tomas tan en serio lo que dice?

¡Pues desde que están discutiendo!

¡Pues no debería! Por el amor de Dios, no vayas a decir su nombre... por cierto.

Ah, sí, eso va a ser raro de cojones pero VA A PASAR. Sobre todo si le está besando el cuello.

Vale al primer lejano indicio de que diga su nombre deja de besarle el cuello y va a buscarle un beso porque joder, Gabriel está hoy todo lo avispado que puede estar

Pues seguro acaba eso en una nota "los ángeles hablan consigo mismos mientras hacen esto"

Claro que... a Gabriel podría parecerle medio normal. Él podría decir Gabriel. "Oh, Gabriel, eres fan genial" Así que puede que no le parezca una cosa tan incriminatoria pero pone a Crowley muy nervioso, tanto que va a besar a Aziraphale otra vez.

Vale, vale, nadie se está quejando.

Y creo que va a intentar acostarle en el suelo.

No hay problema con eso.

Además alguien nos prometió que esto era como una nube así que... todo un poquito torpe, la verdad, pero distrayéndose lo bastante y olvidándose casi del todo de Gabriel.

Sí, típico cuarto acolchado de manicomio súper romántico.

Manicomio romántico. En algún punto... va a ir a besuquearle los pechos. Maldita sea, es que son grandes y prominentes.

Pues a lo mejor le va ese rollo, ahora que Asmodeo quería investigar, quien sabe. Y reactivos. Puede que vuelva a decir "Aziraphale"

Puede que Crowley esté demasiado... literalmente embebido en sus pechos como para enterarse esta vez. Aunque la verdad... la verdad de las cosas, Aziraphale me alega no ha tenido tanta oportunidad de jugar con los órganos sexuales masculinos de Crowley que... le gustan más que las tetas (THE SOUTHERN PANSY...)

Ya podrás hacer eso cuando vuelvas a tu sitio (A Crowley le da igual)

Ya lo sabemos, al señor genero fluido. Asumo que le da tanto igual el suyo como el del otro

Sí, de hecho. Pansexual.

Pero igualmente, al menos, Crowley ahora tiene una idea más clara de cómo hacer esto con una chica de la que lo tenía antes... ejem, no que supiera como hacerlo con un chico cero experiencia ni nada... pero intentará poner A en B

Tiene más idea sobre cómo hacerlo con una chica que con un chico. La verdad, Aziraphale gime bastante más como ángel que como demonio.

Sospecho que en general el cuerpo de Aziraphale gime bastante más que el de Crowley. Sea quien sea que esté ahí.

Crowley me parece que es más del modelo de... medio gruñir y hacer soniditos

Sisear. No gruñe. Sisea.

Sisear y hacer soniditos. Eso es.

Gabriel seguirá flipando. Bueno, la tuya va a zumbar así que ni vengas diciendo.

So cute.

Pues... Si le parece a él cute, está bien.

Aziraphale ayuda todo lo que puede a esta actividad y está claro no solo que está siendo mucho más expresiva en su disfrute, si no que además no es una violación en modo alguno.

Ya, ya... ya. Nadie aquí está siendo violado en lo absoluto. Eso nos queda sumamente claro.

Y en mitad de todo el espectáculo, es que Gabriel se les acerca y hace PARAR a Crowley porque no ve bien lo que están haciendo y porque esto... no puede ser que sea esto, seguro algo están haciendo mal.

Joder. Se ha vuelto a vestir, espero.

Ah, sí, no se va a meter ahí, créeme.