Aunque como Crowley no está haciendo milagros, a Belcebú le cuesta un rato encontrarle.
Ah, no, está en ikea poniendo los ojos en blanco.
—¡Mira eseeeee! —Aziraphale da saltitos señalando... algo feo por lo visto. Seguro unos almohadones.
—¡No! ¿Qué te pasa?
—¿¡Por qué no?! ¡No puedes vetar todo lo que pido!
—No puedes elegir todo lo que... TODO. Nada de todo esto combina, es como un estúpido bazar chino. O un árbol de navidad.
—Pero es que tú no puedes querer todo lo negro que es aburrido. Ya te señalé TODOS los que no son lisos y a TODOS dijiste que no.
—¡Porque no podemos tener un sofá con un tapizado estampado y cojines estampados también!
—¿Por qué no? De verdad que... ¡tú lo que quieres es tener todo como una funeraria!
—No, puede ser... blanco, de acuerdo, pero liso. Y no puedes poner más rayas a nada solo porque es una casa en la playa y se te hacen marineras.
—¡Pues es que las rayas son marineras!
—Y no están mal en un detalle... en tu cuarto.
Aziraphale hace los ojos en blanco.
—Todo lo quieres en mi cuarto
—Es que solo veníamos a por un par de cosas y te quieres llevar la tienda entera.
—¡Pues es que son cosas bonitas que no tenemos y que son útiles! Por qué no quieres comprarnos ese cobertor tan bonito para nuestra cama tan linda... es que no quieres una cama conmigo, ¿verdad? —protesta DRAMATICAMENTE.
Crowley mira al techo clamando por paciencia dramáticamente también.
—Lo que quiero es estrangularte.
—Ay, como si tú fueras tan simple.
—Pues qué problema hay con querer que la casa tenga un poco de estilo, ya te he concedido que sea en blanco, ¿qué más quieres?
—Estilo tiene, ¡mi librería tenía estilo!
—"Ecléctico" no es un estilo al que aspiremos, angel.
—Tú solo aspiras al estilo "no tengo nada".
—Es una casa y quiero que sea bonita. No necesitamos ninguna de las cosas que estás diciendo que te gustan
—¡Pero si bonita va a ser!
—Insisto en la mala idea de esto.
—¿De qué? ¿De tener una casa?
—De intentar decorarla entre los dos —se deja caer en un sofá de por ahí
—En general es pésima idea intentar... ser amigos. Ya no digas más.
—En general es pésima idea intentar... hablarnos.
Aziraphale le mira con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
—Pues ojalá dejaras de hablarme, tendría unos minutos de silencio. Sin quejas, ni reproches por las rayas.
—Bien.
—Que sepas que voy a comprar rayas y flores.
—Disculpa, ¿me estás hablando a mí?
—Of course!
—Creía que no querías que te hablara —saca su teléfono para ponerse a jugar.
—Yo creía que podía hablar contigo.
Juega sin mirarle ni responderle. Aziraphale frunce el ceño.
—¿Crees que no sé cómo capturar tu atención? Vale... —empieza a poner el carrito las cosas más FEAS qué hay.
Crowley sigue jugando sin mirarle, de hecho, se tumba en el sofá levantando los pies y poniéndolos encima.
Pues Aziraphale se LARGA DE AHÍ y... Ugh! Vale, pone un montón de cosas que vale, cree que quizás Crowley podría querer.
Crowley le mira irse de reojo y se muerde un poco el labio.
Puede que Aziraphale saque un par de esas cosas de rayas... que quizás no requiera
Vale, vale... pero es que ese oso... para el bebé.
No, no, Crowley, tienes que ser fuerte, no puedes ir tras ella solo porque se ha ido un poco. Volverá.
No, no va a volver. NUNCA. Lo que sí puedo hacer es cambiar un poco el... vale, vale... ha dicho que... quizás pueda... esa funda de la nórdica que ha elegido en colores pastel, quizás pueda cambiarla por la que es blanca y negra.
¿Pero y si no vuelve? Se incorpora un poco porque... es que mira que luego el ángel es obstinado, ¡que una vez lo dejó dormir por cien años! A lo mejor podría... ir y ponerse... casualmente... en su camino de vuelta. Eso. Que no ir tras ella. No.
Sí, lo de dejarle dormir cien años es...
Ugh. Bloody hell, a saber dónde va ahora para ponerse en su estúpido camino. Se incorpora yendo a seguirle un poco, medio escondido. Detrás de una pila de cojines azul celeste con una vaca con una aureola y alitas que dice "Holy cow". Los ve y sonríe un poco. Pone los ojos en blanco y se vuelve hacia el techo.
—You can't be serious... —protesta. Toma uno y se va detrás de la idiota a ver cómo puede adelantarla hasta la zona de las camas y tumbarse en una como quien no quiere la cosa. (N.T: "Holy cow" es una expresión que se utiliza igual que "Bloody hell" o "¡Santo cristo!" en español, si eres un poco como Ned Flanders).
Aziraphale resopla un poco sacando UNA cosa del carrito... y metiendo tres. Negras, eso sí.
Echa el cojín al carrito mientras ella está mirando no sé qué al otro lado y pasa adelantándola por supuesto sin que ella se de en lo absoluto cuenta. De hecho ella tararea... Mr. Crowley.
La mira de reojo un poco al hacer eso y luego sigue andando hasta echarse en una cama.
La verdad... tarda un poquito en notarlo, pero cuando lo hace levanta las cejas genuinamente sorprendida.
—Oh! —se calla, dejando de cantar de golpe. Él está ahí jugando con el teléfono—. Vaya... como si no bastara con UN demonio fastidioso... ahora hay uno en cada sillón/cama.
Crowley levanta un poco la barbilla pero no la mira ni responde.
—Un molesto, irritante, imposible demonio que solo quiere llamar la atención.
Cambia de postura, pero nada, teléfono.
—Tan agradable... —sigue caminando.
Baja el teléfono un poco incrédulo. ¡Pero si ha sido ella la que le ha dicho que no le hable! Y no le ha dicho nada del tonto cojín.
Ni siquiera lo ha notado aún... Aziraphale es LEN. TO. Da unos pasos más adelante y... se detiene mirándole de reojo.
—¿Vas a ignorarme todo el día?
Se sonroja porque le ha pillado, volviendo a mirar al teléfono.
—O sea, prefieres al teléfono que a mí —el chantaje, a ver si funciona.
La MIRADA.
—Aunque me mires así y me hagas la ley de la congelación.
—Tú eres quien ha dicho que no te hable.
—¿¡Y desde cuándo eres obediente?!
—¿Ahora resulta que no quieres que lo sea?
—¡Selo en las cosas correctas!
—Pues pídemelo en las cosas correctas, pero tú todo lo arreglas igual. O me dejas de hablar o me pides que yo lo haga.
—Ñañaña —hace los ojos en blanco mirando el carrito—. Tú todo lo resuelves siendo un aburrido y riñéndome de todo lo que elijo —toma lo primero que tiene al alcance que es la vaca con alitas y parpadea porque eso no lo ha puesto ella.
Crowley se sonroja al notar lo que ha elegido.
—No es aburrido querer que la casa sea confortable y agradable.
—Aww... ! Miraaaaa
—E-Exacto, como eso, que es feo y no pega con nada.
—¿Es todo lo que puedes decir de esto?
El demonio traga saliva. Aziraphale pone el cojín frente a su propia cara.
—"I am THE holy cow, y cada vez que hablan de mí me invooooocaaaaan" —lo mueve como si fuera un Títere.
—Pfff —se le escapa un poco la risa aunque intenta aguantar.
—"Voy a ir a tu cama a cuidar tus sueñooooos" —sigue, haciendo voces raras.
—Eso NO se va a meter en mi cama —intenta sonar serio pero no lo consigue.
—"Hablas de mi o del otro ángel en la habitaciooooón?"
—A este paso, de los dos —mano sobre el cojín, pero sonríe.
—"Somos dos contra uuuunooooo"
—Pero yo puedo con los dos...
—"Que vas a podeeeeer!"
Se acerca más y en un revuelo la toma de la corva de las rodillas y de la espalda levantándola como princesa y echándola a ella dentro del carrito.
—Waaaah! No! Crowley! —protesta riéndose igual.
—¿Ves cómo sí? —se pone tras el carrito y empieza a empujarlo
—¡Bájame de aquí, no puedes... !—patalea un poco.
—¿No puedo qué?
—¡Llevarme aquí arriba!
—¿Por qué no? Ahí... hay carteles que dicen que ponga en el carro todo lo que me gusta.
Aziraphale se sonroja, vale.
—Y así no llegas a alcanzar casi nada.
De golpe, el carro se detiene y, de hecho, no puede avanzar más. Crowley se tropieza un poco porque seguía empujándolo.
—Eso es completamente injusto... ¡voy a bajarme yo!
El piso empieza a moverse un poquito y ahí viene, aparentemente de la ultratumba... nuestra bien amada...
—Espera, que se ha enganchado con algo... —mira las ruedas a ver porque no se mueve y palidece de golpe—. Fuckfuckfuckfuckfuckfuck
O la bien... bueno, poseedora de afecto de Gabriel...
—What? ¿Se ha roto?
—Fuckfuckfuckfuckfuckfuck —sigue Crowley.
Ahí la tienes... sonriente y de genuino buen humor.
No sé qué le da más miedo, se agarra de la barra del carro con tanta fuerza que se le ponen blancos los nudillos
—Bloody hell... ¡esto ha costado! —le mira, mira a Aziraphale... le mira de hecho las piernas al aire a Aziraphale. Levanta una ceja—. Oh... esto es... ¿un fetiche sexual?
—Eh... sí. Jugamos a que esto es un mercado de esclavos y la voy a comprar a ella.
Aziraphale protesta débilmente... queriendo salir. Más aun cuando Belcebú le pone una mano en la pierna
—¿Le tienes aquí para que no escape?
—Uhm... seeh, claro. O sea... algo así —movimientos vagos con los hombros.
—Really? ¿Y no puede chasquear los dedos e irse?
—Sí, pero... es un juego. No es como que la esté reteniendo REALMENTE.
—Ohh... oh. Ugh. Necesito que me digas...
Crowley traga saliva, nervioso y mira a Aziraphale de reojo. Belcebú mira alrededor hasta encontrar un lugar donde pueda parecer bien y normal sentarse. Tira de la pierna de Aziraphale para arrastrarla allá. Ahí va Crowley detrás agarrado del carrito, claro.
—Si alguno repite algo de lo que voy a decir, lo mato... ¿entienden?
—Una perfecta actividad de sábado por la mañana como cualquier otra...
—¿Entienden o no?
—¿Podemos decir que no? —en serio, Crowleeeey. La MIRADA de Lord Belcebú. Carraspeo, carraspeo.
—Podemos pero sí entendemos —asegura Aziraphale rápidamente
—E-Eso.
—Bien. I fucked him —sonríe y se sonroja—. Y se sintió culpable. Y se hizo daño con un látigo.
Crowley sigue pensando que esto en más de lo que quiere saber, apretando los ojos.
—Uhm... congratulations?
—Y nos vimos hoy y conseguí hacerlo otra vez, pero ha costado mucho y... se siente culpable. No sé qué mierdas de perder la santidad.
Crowley mira a Aziraphale otra vez.
—Ehm... bueno, eso es bueno, ¿no? Hacer caer a un ángel. ¡Y que ángel!
—Pfff... No va a caer —asegura ella.
—¡Oh! ¿Hay algún... pacto?
—¿Pacto? No. Pero si este no ha caído —señala a Aziraphale.
—Ah, ella... sí. Claro.
—¿Te sientes culpable? —se gira a Aziraphale y esta se sonroja porque... aunque Belcebú no lo crea, esa es una pregunta REALMENTE difícil.
Crowley aprieta los ojos porque... no le preguntes esas cosas joder, ¡bastante ha costado que se olvide!
—C-Claro que se siente culpable, pero no indaguemos mucho en eso... ¿eh?
—Ehm... —empieza el ángel.
—No, no, no. Quiero saber exactamente cuánto para ver si es como Gabriel. ¿Tú también vas a la iglesia a confesarte cada vez que lo haces con él? ¿Y te azotas? A ver... quítate la ropa.
—L-Lord Belcebú...
—No, es que Gabriel se siente DE VERDAD culpable y pone esta cara que...
—Ehm... sí, eso es normal.
—Y es que... se detiene en seco cada vez que se acuerda... estoy segura de que ha ido a azotarse ahora y... —chasquea los dedos, y desnuda a Aziraphale de golpe. Joder, ¡chica!
Aziraphale grita y chasquea los dedos también, vistiéndose otra vez. Crowley también chilla un poco.
—¡Que quiero ver si tienes marcas!
—¡No las tiene! —chilla Crowley porque los corazones... además
—¡Yo no me azoto! My God... —protesta Aziraphale.
—Ohh... —Mira a Crowley—. ¿Cómo lo has hecho?
—¿Hacer?
—¿Cómo haces que ella no se sienta culpable y te detenga?
Aziraphale aprieta los ojos pensando en... es que le ha visto, le ha visto intentar detenerla y... sabe que él ni siquiera lo intenta.
—Ehm... con... uhm... —mira a Aziraphale de reojo porque cualquier cosa que diga se siente peligrosa.
—¡No puedes no ayudarme ahora tampoco con esto! —Belcebú protesta.
Aziraphale está, por una vez, intentando de verdad salir del carro. Crowley se acerca a ella y la toma de debajo del codo y la espalda, ayudándola.
—¡¿Qué haces para que ella sea feliz y no ponga cara de drama cada vez!?
—Esa es... una pregunta un poco difícil.
Aziraphale agradece la ayuda, apretándole la mano a Crowley pero es que... Ugh.
—¿Difícil por qué? ¿Es difícil hacerlo? —pregunta Belcebú
Aziraphale la mira con cara de circunstancias... porque una vez más, es SU integridad la que es cuestionada. Desde luego, ahora si no aparentaba sentirse culpable...
—Sí. Implica muchos sacrificios y aun así uno nunca puede estar del todo seguro
—¿Sacrificios? ¿De quién?
Aziraphale mira a Crowley de reojo.
—Míos —sentencia él.
—¿Tuyos? ¿Por? —Belcebú sigue mirándole con intensidad—. ¿Qué sacrificios?
—Ehm... bueno, no es tan sencillo —se humedece los labios porque... no quiere decírselo.
—Aunque no lo sea, quiero saberlo.
—Bueno, he tenido que... hacer concesiones y... relajarla y... convencerla y esperar. Mucho.
—¿¡Esperar?!
—Oh, sí. Muchísimo
Belcebú hace los ojos en blanco y Aziraphale mira a Crowley de reojo.
—Ehm... I-I...
—La espera es la clave.
—Quizás debería ir a ver esos muebles de allá —comenta Aziraphale pensando quién Crowley... no quiere hablar con ella ahí.
—Sí, yo también —decide Crowley porque lo que no quiere es hablar con ella. Punto.
—No, no... Crowley. ¡Tienes que decirme que hacer!
—Es que... vale. Vale. Qué tal que... bajo mañana y...
—No, ahora está ella aquí. Puedes mostrarme.
—No vamos a...
—¿Ahora resulta que no me quieres ayudar? —frunce el ceño
—No, no, todo lo contrario, pero no voy a volver a acostarme con ella con fines educativos.
—No, no... Para eso ya no tengo ningún problema —sonríe.
—Ugh, más información de la requerida.
—Igualmente es que... ¿ella participa activamente? —señala a Aziraphale.
—Sí, claro.
—¿¡Y cómo lo haces?!
—Es que... no hago nada.
—What?!
—Pues no... No la violo realmente. Ella... quiere.
—No, no, no... Yo tampoco le... violo. Pensé que sí, pero realmente no.
—Eso es mucho —se humedece los labios.
—¿¡Lo es?!
—Pues no todos los ángeles se dejarían.
—Él quiere pero es pecado.
—Entonces es que es su conflicto
—¿¡Y como se lo quitas?!
—Con mucha paciencia.
—Ugh. ¿Pero paciencia para hacer qué? ¿Qué tengo que hacer?
—Pues que note que no... pasa nada y se relaje
—Hmmm... Porque no pasa nada —reflexiona Belcebú.
—Pues por ahora nada ha pasado
—¿Y no tiene miedo ella de caer o de la ira de Dios o de Whatever the fuck pueda pasarles?
—No— porque estamos casado y hacemos esto con fines reproductores bajo la ley de Dios... y además Aziraphale es su favorita.
—Why?
—No tengo ni idea... a lo mejor le ha pedido permiso a Dios.
—Gabriel podría pedirle permiso a Dios. Él es más importante que el tuyo. Entonces... ¿no hay nada que tú le digas para calmarle?
Crowley se sonroja y Belcebú levanta una ceja.
—¡Tienes que decirme!
—Es... no creo que sea algo que le sirva.
—Why?
—Es... Ehm... a ella le gusta que... le diga que la quiero.
—What?! —Belcebú se sonroja.
—La hace sentir segura.
—Hmmm no sé si Gabriel necesite más seguridad.
—Ya le he dicho que no le serviría.
—Ha dicho que... —piensa en eso que ha dicho de que no vale la pena y vacila un poco. Él la mira, escuchándola—. ¿Cómo le has convencido de que vale la pena?
—Por qué le gusta, espero.
—A Gabriel le gusta, me lo ha dicho. Pero no es lo mismo que le guste a que valga la pena. Es demasiado el problema para el... su nombre parece ser muy importante
—Bueno, él es un Arcángel.
—No, él no es UN arcángel. Él es EL bloody Arcángel.
—Creía que había como siete o así.
—Él es el más importante —¡MI NOVIO ES EL MÁS IMPORTANTE!
Crowley se humedece los labios pensando que no recuerda que hubiera puertas al Norte, Oeste o Sur del Edén, pero vale.
—Y entiendo que su nombre sea... digno de cuidarse, yo no digo que todos se enteren.
—¿Aja?
—Pero... una cosa es que nadie lo sepa y otra diferente es que... No pueda hacerlo. Y que cada vez qué pasa algo se arrepienta y se lastime. Ehm... no que me importe que se lastime, ejem, pero...
—Oh... Oh —levanta las cejas con eso.
—No puede pasar eso cada vez que... algo.
—Entiendo...
—Pero creo que no puedes ayudarme, para variar.
—A lo mejor podría intentar... pedir permiso a Dios.
—Eso puedo sugerírselo —asiente—. Aunque...
—Yes?
—No sé si realmente él hable con Dios y Dios le responda.
—Ya imagino que no.
—Pero quizás le haga sentir mejor... de verdad... le he intentado convencer de que me hace a mí menos mala y creo que no me lo cree.
Crowley vacila, porque... no le quiere mal tampoco, preferiría no tener que ayudarla pero... si esto sale bien...
—Porque no... Hay normas. Incluso con esto. Los humanos las usan todo el tiempo. No se prohíbe el sexo en todos los aspectos o los humanos se habrían extinguido.
Ella le mira frunciendo un poco el ceño y pensando a que puede referirse exactamente.
—¿Hay reglas de cuándo es que un... Arcángel puede tener sexo con el príncipe del infierno? Si... más o menos nunca.
—No, cuando pueden los humanos, es decir, en qué circunstancias el acto está permitido. Sea entre quienes sea.
—Hmmm... No sé si estoy segura de entender lo que dices...
—Es... Bueno, es como... Hay cosas que no están prohibidas. La penetración lo está, pero el sexo es más que... eso.
—Ah! ¿Cómo que cosas?
—Pues... no lo sé, casi todo lo otro.
—¿Pero cuáles? Él no sabe hacer nada. De hecho es bastante malo para todo eso.
Crowley levanta las cejas y se humedece los labios evitando a toda costa soltar un ¡JA!
—Pero... pueden aprender.
—¿El tuyo lo hace bien?
—Sí... bueno, bastante. Sí.
—¿Cómo le enseñaste a que se moviera para ti?
—Es un poco... instintivo, ¿no?
—Sí pero no, él instintivamente para antes de tiempo.
—¿Para?
—Se detiene repentinamente y sin avisar
—¿Por qué?
—¿Pues porque acaba o se acuerda o...?
—Bueno, si acaba solo tiene que hacer que vuelva a empezar.
—¿Hacer que vuelva a empezar cómo?
—Pues con... uhm... un... impulso.
Belcebú levanta un poco la mano hacia él.
—¿De estos? —pregunta haciéndolo. Lo siento.
Crowley da un salto porque lo último que quiere es que ella le haga... eso.
—Sí. Sí.
Menos mal... (Asegura Aziraphale XD) Quizás quisiera el set de ineffable bureaucracy.
No, thank you.
—Hmmmm ¿y con eso no intenta detenerse? ¡Sino sigue!
—Con eso, vuelve a tener ganas, así que sigue, sí. Aunque si lo hace mucho, acaba.
—Él acaba siempre Con un líquido viscoso y dorado y dulce. Como... bunny o... —La verdad se refiere a Honey.
—¿Bunny?
—Eso de las abejas.
—Eso es su...ehm... sí —no creo que pudiera estar más incómodo.
—¿El tuyo hace lo mismo?
Asiente.
—Bien —asiente tranquilizándole un poco—. Lo probaré.
—V-Vale.
—Thank you —Le sonríe. Ya, ya... no digan nada.
Crowley se pasa una mano por el pelo y se paraliza a la mitad con eso, mirándola de reojo.
—Sigue... comprando con tu ángel —le hace un gesto con la mano y ahí va para abajo de golpe.
Él se sonroja y así como apareció... estás solo otra vez. Busca a Aziraphale con la mirada, que le está mirando con cara de ciertas circunstancias y se va con ella casi corriendo.
—¿Todo bien? —le pregunta preocupada.
—In love.
—In love? —levanta las cejas.
—Yes!
—¿Ella?
—YES.
—Come on, Crowley! ¡No!
—¡En serio!
—Pero es Lord Belcebú... y Gabriel!
—I know!
—¿Cómo va a estar enamorada de...? ¡No!
—Está preocupada porque él va a azotarse después de tirársela.
Aziraphale paaaaarpadea
—Ehm... but... Es Belcebú, como va a estar preocupada porque... Gabriel... Ugh, detesto esos castigos —aprieta los ojos.
—Sé quién es. Y sé lo que he oído.
—Ya, ya... ya. No es que no te crea, es que me impresiona... —se muerde el labio—. Cielos... Gabriel es...
—¿Aja?
—No sé si él este... para nada... "in love". Debería de... vamos, todos los corazones se pueden ablandar, ¿no? Pero...
—Ya... ya. Ese hombre no tiene corazón.
—Y no sé si quiera uno que se lo rompa a Belcebú... que siempre pensé tampoco tenía.
—Pues resulta que ella sí lo tiene.
—Y resulta que él va a destrozárselo... creo.
—Es como hasta irónico, ¿no?
—Es... Ugh. Parece que nos dedicáramos a eso en el cielo. ¿Cómo puede estar enamorada de él tan pronto?
—Supongo que tiene que ver con su influencia —ejem, la estrellita. Aziraphale hace los ojos en blanco.
—Claro, claro... tu amado Gabrielito.
Ooooojos en blanco
—Rats —protesta sonrojándose un poquito.
—What?
—Pues anda, pon una casa con él si es lo que quieres... quizás estés más feliz con sus gustos que con los míos —se va al carrito tan... indignada.
—¿Esto es en serio?
—¡Por supuesto que no es en serio!
—Vaya, creía que podría irme.
—¡Ven acá!
Crowley se ríe y se acerca.
—Si no me besas... Te juro que...
—¿Qué?
—Voy a comprar todo rosa.
El demonio se ríe otra vez.
—¿No me crees?
—En tu casa que vas a compartir con...
—Tigo.
—¿No que yo me podía ir?
—¿Vas a seguir discutiendo?
Crowley vuelve a reírse y la rodea de la cintura con un brazo.
—Si no quieres besarme no lo hagas
—Con esas amenazas...
—Solo por las amenazas —le mira de reojito pero no se quita ni le empuja, desde luego.
—Llorona —se acerca más para besarla.
Ella se echa un poco atrás y levanta las cejas, él parpadea deteniéndose.
—¿Llorona me has llamado? —susurra.
—Sí.
—Llorona... —se le acerca ella.
—Eres una llorona.
—No soy una llorona —insiste, obstinadamente
—Lo eres.
—No lo soy. Para ser llorón hay que quejarse de algo sin fundamento y tú eres... el ejemplo OBVIO de mayor fundamento.
—Ah, así que yo soy el ejemplo con mayor fundamento.
—Es que no me lo puedo creer...
Una chica les pide paso porque están delante de una estantería de algo que quiere, haciendo que Aziraphale se sonroja un poco, la verdad.
—Disculpa... es que mi marido no me besa cuando se lo pido.
Crowley la suelta un poco.
—Disculpa, es que mi mujer es una histérica llorona.
—Violencia intrafamiliar...
—Machista.
La chica mira a una y a otro.
—¿¡Machista?!
—La violencia.
—Tuya.
—Exacto.
—Aún no puedo creerlo... que se necesita aquí para obtener Un beso. Parece más fácil que me lo de ella. Darling ¿Crees que pudieras?
La chica parpadea con eso y Aziraphale le sonríe, aunque... mira a Crowley de reojo porque... Esto EVIDENTEMENTE va para él. Ejem. Se humedece los labios.
Crowley la mira porque a lo que ha sonado es a que quiere besar a la chica.
Aziraphale parpadea.
—Crowley! —protesta porque aún no la besa!
—Pues veremos que dice tu nueva amiga.
—What on earth!
—Eh... yo solo quería unos vasos —responde ella disculpándose y marchándose.
—¿¡Por qué me haces hacer estas cosas?!
—¿Yo? Tú eres quien quería besar ahora a esa chica.
—¡No! Pero si he dicho ya veinte veces que lo que... ¿sabes? Esto lo estás haciendo a propósito. Ya lo sé.
—¡A propósito!
—¡Sí! ¡Porque si me das un beso tú habrás perdido, según tú!
—¿Perdido?
Le mira a los ojos, se le acerca y le besa. Él la abraza besándola de vuelta.
Alguien tiene MUCHA menos paciencia que tú cuando se le da la gana.
Como... todo el mundo.
Sí. Es parte de la gracia de Crowley. Pero Aziraphale tiene cero, CERO paciencia cuando quiere algo como... un beso.
—Yo he ganado.
—No sé qué has ganado, pero vale.
—He ganado otro beso —Sonríe de lado (Y le mira esperanzada pero eso no lo quiere escribir).
—O lo he ganado yo.
—O... no. ¡Por lo visto, no! You snake.
—¿Cómo qué no?
—¡Pues no veo que me lo des!
—Por eso lo he ganado yo.
—Ya te lo pedí y ya te he dado uno. No más besos hasta que me des uno tú a mi.
Crowley se lo da y la ángel sonríe con ello, cerrando los ojos.
—¿Un querubín? —susurra.
—¿Qué?
—Negociación a besos.
—No.
Ella le da un beso y él sonríe.
—¿Uno? —pregunta a aún con los labios sobre los suyos.
—No —susurra yendo a por otro.
—Mmmmm... —se ríe, abrazándole del cuello.
Pues nada, ahí nos vamos a quedar...
Ugh, ¡no! ¡Estábamos eligiendo cosas para la casa!
Hasta la negociacion con besos. Que ha sido una mala idea.
Esto es trampa de Crowley.
Sí ha sido una trampa, le va a decir que no para que le dé más besos, por eso ha sido una mala idea.
Ya, ya... Y el otro inocente. Ejem. Labios hinchados y seguirá dándole besos a ver si ahora sí.
"Seguro, seguro" beso. "No" beso. "Pero de verdad de la buena" beso. "No" beso.
Ugh
"Ni uno pequeñito" beso "No" beso.
Hasta que les cierren IKEA y no hayan comprado un solo querubín. Ni cosa que Crowley no quiera. Mierda.
Ni nada de lo que sí. Ni nada en lo absoluto.
Nada que no se resuelva con un chasquido. La verdad... es que los besos si deberían estar un poco prohibidos si alguien desea ser productivo.
I told you.
Porque Aziraphale... es que se emboba del todo.
Ah, no, el otro no, perfecto como una rosa.
Mentira. Además a medio IKEA.
