Gabriel le escribe a Belcebú "Estás completamente loca" y luego se va a por Aziraphale.

Belcebú sonríe un poquito cuando lee su mensaje y los castigados en el infierno disminuyen en un sesenta por ciento.

"Mañana a las nueve... mismo sitio"

"Ni hablar"

"Necesitamos hablar... voy a ir a buscarte al cielo otra vez si no"

"No. Ni se te ocurra"

"Entonces mañana a las nueve. No para... eso" Esa es una GRAN mentira.

"No voy a bajar al infierno a por ti después de todo... esto. Olvídalo"

"A las nueve en la tierra entonces. En nuestro cementerio"

Lee ese mensaje y no lo responde, yendo a aparecerse otra vez a la nevera o a la tele o al espejo del cuarto de la casa, donde quiera que estén Aziraphale y Crowley.

Sighhhh. Todos opinan sigh.

Ya, ya...

Están... en la tina.

Oh, mira tú (Opina Crowley) Good to know.

¿No quiere?

Como si acaso esa fuera una opción.

Ahora resulta que no quiere... Pues si no quiere puede él no estar en la tina. Aziraphale lo está. Jum.

Tan enfadada.

Sí, ahora resulta que después de chillonear seis mil años ahora naaaaada le hace ilusión.

¡No ha chilloneado seis mil años!

Pues si no quiere que se vaya a ver la tele, ella puede leer a Oscar si es necesario. Y sí ha chilloneado que quiere justo esto, ¡hasta que lo tiene y ahora no lo quiere!

¡Ala! ¡Luego dirá que no lo ocupa para eso! ¡No ha chilloneado nada!

Vale... vale. Pues nada. Mejor para todos. Aziraphale está sola en latina porque su marido no quiere ir a la tina con ella, porque meh.

No podemos creer que se esté inventando... ¡No ha dicho meh! ¡Y si lo hubiera dicho no lo hubiera dicho así seguro!

Sí que ha dicho... "Meh, bloody tina, voy porque me arrastran, yo ni quiero."

Ojos en blanco

¿Qué hay de esas épocas en las que le insistía que si se conocían y se indignaba por llamarle a esto confraternizar? Ahora es "meh, tonto ángel, tonta tina"

Lo dice como si hubiera dejdo de indignarse cuando llama a esto confraternizar.

Pues ahora ni confraternizar en la tina quiere. Ahora todo es meeeeh.

¡NUNCA DIJO MEH!

¡Pero lo pensó! Le dejará ir con una copita de vino y le dará muchos besos porque extraña el sabor. O eso haría si Crowley quisiera entrar a la tina.

O sea... ¿disculpa? A caso está intentando pelear con él solo para...

¿Que le de besos con sabor a vino? No, porque no quiere entrar a la tina con ella.

No, no, claro, acaba de ser todo muy obvio.

¿Todo qué?

Sus intenciones.

¿Las de bañarse con su marido? Sí. Si su marido quisiera

No, no de bañarse. Lo que quiere es sexo de reconciliación.

¡No! De donde ha... ¡No!

Lo quiere, se está inventando una bronca solo porque lo quiere. Bastard.

Oh. Come on!

We know it.

Con todo lo que está pasando... Y ustedes inventándole falsos y llamándole bastard. Sniff. Sonrisita de lado.

Y sigue... Ojos en blanco

¿Bueno va a estar en la bloody tina con ella o no? A esto se reduce todo.

Mmmmm...

Ojos en puto blanco. Vale, ya, entendido.

Que noooo que siiiiií

No, no... si puede estar sola en la tina. Lleva seis mil años sola en la tina y no le ha pasado nada nunca.

El drama.

Pues es que miren como cada vez que pregunta es cómo... Ugh. Aziraphale se estira en la tina, concentrado al cien por ciento en su libro. Jum!

Se le va a meter una serpiente...

Oh. Se le va a mojar el libro como se le meta...

Upssssss. Esperamos que alguna cosa más que el libro.

Eso ya desde hace rato con el pleito.

¡Ja!

Esto es de lo más inapropiado, ella sólo quería estar abrazados en la tina, va a reñirle Gabriel. Otra vez.

A lo mejor no lo ve, mientras le hace cositas por ahí.

¿¡Cómo no lo va a ver!?

Es una serpiente de un tamaño... considerablemente óptimo.

¡Casi mata a su mujer! ¡Esta conversación debe ser seria! Wtf, ¿¡literal como serpiente?!

Pues... why not?

No, no... ¿Podrían dejar de llevarle a transgredir todas las reglas?

Nah, ¿dónde está el problema?

En todos los aspectos.

Nah.

¡Sí! ¡No va a toquetear sus partes siendo una serpiente! Además se va a ahogar en la tina.

Eso vas a tener que lograrlo con sudor y esfuerzo.

¿¡Qué va a tener que lograr con sudor y esfuerzo!?

No ahogarse mientras la toquetea.

Cielos. Además va a llegar Gabriel y ella va a estar muerta de risita tonta/gemiditos medio "peleando" con Crowley en forma de serpiente?!

Desnuda y en la tina.

Grabriel opina que podrían dejar de hacer eso todo el tiempo por todos lados. Por favor y gracias.

¡No se iban a ver hasta mañana!

No debería ser una cuestión solo de que él no les ve.

Es su marido y están buscando un hijo. No hay nada más apropiado que esto. Además es que la veo, mueeeerta de risa, sonrojadita y protestando. Nerviosita con este asunto de que Crowley este de serpiente pero... no, pero... más risitas.

Así no va a embarazarse. Créenos.

Bueno, esto... Es una... solo se está intentando relajar, ¿vale?

Ya... ya, ahora vemos por donde va el asunto.

Pues eso intenta, ¡está muy tensa!

Ya, ya.

Casi la mata hoy el príncipe del infierno... ¡y luego casi mata al príncipe del infierno! Dado que no puede beber alcohol, lo mínimo es... Poder relajarse. En fin... ¿aparece entonces en el espejo del baño?

Demasiados problemas tenemos todos últimamente con el bloody príncipe del infierno.

Ni te creas, el de los problemas reales eres tú, Gabriel. Los demás son problemillas que Aziraphale ESPERA sean pasajeros. O sea eventualmente tiene que olvidarse de ellos el bloody príncipe del infierno.

Tal vez, por ahora el que no te olvida es Gabriel.

Mierda. O más bien, en palabras de Aziraphale... ¡Chispas! ¡Chispas chispas chispas chispas chispas! Como no le venga a decir que mató a su mujer... Es que el salto que va a pegar es casi como para salirse de la tina.

¡Cáspita! ¡Recorcholis! ¡Rayos y centellas, Tintín! ¡Carámbanos! ¡Repámpanos! ¡Diantre! ¡Retruécano! ¡Canastos! ¡Carambolas! Vale, va a decir todas esas seguidas.

Crowley se pregunta si acaso le ha hecho daño o algo.

No, no. No. Es que ha visto a Gabriel, que le está mirando con esa cara de... nunca entiendo nada de lo que haces.

A Aziraphale se le corta el todo la sonrisita tonta que tenía hasta hace un segundo, sonrojandose un montón.

—¿Aziraphale?

—G-G-G-G-G... Ga-Gabriel... —susurra con TERROR... Y cuando recuerda el asunto de Belcebú, pasa del sonrojo a la absoluta palidez.

—Sé que te dije que vinieras mañana, pero has fracasado en lo que te pedí sobre Azrael.

—No... No. ¿Por qué fracasado? —pregunta agobiado—. Has dicho que le retuviera en la tierra y eso hice hasta que Belcebú apareció

—Y... ¿Qué?

—No sé qué habrá hecho Azrael, Gabriel... —¡es que no puede creer que además le acuse de fallar en su misión! Se incorpora un poco en la tina y la verdad está terriblemente tentada a salirse y vestirse y tener esta conversación de manera infinitamente más digna—. Y no lo sé, porque estaba yo siendo una vez más golpeado y lanzado por los aires por el príncipe del infierno.

—¿Ella... ha ido ahí?

Es que todo iba bien hasta que... le ha dicho que ha fracasado en lo que le pidió.

—Sí, ha venido a la librería con fuego infernal. Me ha ahorcado, quemado y... pensé que me mataría. Y todo ha sido en defensa propia.

—Ha ido ahí antes... ¿Por qué? —se pregunta más a si mismo que a Aziraphale, humedeciéndose los labios. Aziraphale se revuelve un poco en la tina, nerviosa.

—¿A-Antes? ¿L-La has visto?

—Ha subido al cielo después. No importa.

—¿A-Al... c-cielo? ¿E-Está bien?

—Ahora sí.

—¿La has curado? —levanta las cejas y la verdad pone bastante cara de alivio.

—Sí.

—Gracias a Dios... —susurra cerrando los ojos.

—Ese no es el asunto.

No tienes una idea de la magnitud de asunto que es para Aziraphale, creo que hasta se le humedecen los ojos.

—Aunque podrías haberlo hecho tú si fue ahí primero —ahí vienen los reproches. Noledigasquefuistetunoledigasquefuistetú.

—E-Ella se hirió a sí misma.

—Igualmente.

—No quería que yo la curara, quería que la hiriera, Gabriel... y me estaba ahorcando y quemando en el proceso —protesta un poco descorazonada porque... nunca parece hacer nada bien para Gabriel. Ni siquiera le ha preguntado si está bien cuando le ha dicho que le ha golpeado y lanzado...

—Vale, vale, vale... todo eso no importa ahora. Tienes que venir aquí.

Aziraphale suspira. Eres tan desmotivante, Gabriel.

—¿Mañana?

—Ahora.

—B-But... ¿Es de verdad urgente? Intentaba recuperarme un poco... y tengo que terminar la librería...

—Si estuvieras terminando la librería no te lo pediría con urgencia.

—Si no estuvieran a punto de matarme cada cinco minutos, ya habría terminado la librería... —refunfuña—. Me visto y subo.

—Aziraphale...

—Te estoy diciendo que solo me visto y subo... ¿quieres que suba ahora? Vale... —frunce el ceño buscando levantarse con todo y Crowley.

—Lo que quiero es que no te entretengas con tonterías —levanta las cejas al ver a Crowley medio enrollado en su muslo.

—No voy a entretenerme con nada —protesta enfadada, chasqueando los dedos y vistiéndose con su atuendo de siempre—. ¿Puedo despedirme o tampoco?

Ojos en blanco.

Con cuidado, se desenrolla a Crowley del muslo, ahora con ropa, tocándole la cabeza.

I love you —dice a buen volumen esta vez—. Ya has oído. Volveré.

Crowley se paraliza un poco con eso y acaba cayendo al suelo y medio yendo a esconderse.

Azirpahale aprieta los ojos con eso, suspirando.

—¿Vas a... abrirme un portal para que vaya o... tengo que ir a unas escaleras?

Ojos en blanco y se lo abre. Ahí va Aziraphale a través del portal, juntando las manos y tratando de calmarse. Gabriel le espera al otro lado para cerrar una vez entra.

—¿Va todo bien? Es decir... tú y... Belcebú... ¿todo en orden? No he terminado aún ese reporte.

—Me lo vas a dar de viva voz, ese reporte —decide sin contestar. El suspiro de Aziraphale, buscando donde sentarse.

—Necesito... saber si puedo ser perfectamente sincero contigo sin riesgo a que mañana venga ella y vuelva a intentar matarme.

—No es como que yo pueda controlar lo que ella hace.

—Pero puedes controlar lo que le dices...

—¿Y?

—Que no puedo decirte a ti algo que escuché y luego tu ir a decirle que te dije yo... ella vino a reclamar que Crowley y yo te habíamos dicho cosas.

—Mira, no voy a entrar en el juego de yo le dije vosotros dijisteis, Aziraphale. Espero un poco más de madurez por vuestra parte.

—No tengo problema en espiar para ti, Gabriel... pero necesito asegurar mi propia seguridad y la de Crowley.

—Mira, me alegra que saques este tema.

Le mira ya preparándose para el siguiente regaño, cualquiera que este sea.

—La nueva misión para la que te necesito, es de espionaje.

—¿Espiar a quién? —Aziraphale levanta las cejas con eso.

—Al infierno, desde luego.

—En general o...

—Es una misión específica. De infiltración.

—¿A-Al infierno? —Aziraphale se humedece los labios.

—Sí —junta las manos sobre su escritorio, tan profesional—. En Halloween.

—¿E-En Halloween... no es su... reunión anual? —tiene un escalofrío.

—Como nuestra navidad, sí.

—D-Debo... debo decirte que... hay varios demonios del infierno que no me aprecian, Gabriel... necesito...

—Como a todos.

—No, de manera más personal. En fin... la idea es que vaya ahí y... Espíe a quien o...

—La idea es infiltrarnos ahí durante su junta anual y descubrir sus planes.

Aziraphale parpadea con el plural.

—Vendrás tú conmigo...

—Creo que es necesario.

—Necesario...

—No me fío de que uno solo pueda salir de ahí en caso que haya problemas.

Sonríe un poco porque pensaba que le iba a decir que no se fiaba de ella.

—Bien... creo que puedo hacerlo.

—Bien —asiente. Aziraphale le sonríe un poco.

—Sé que no vas a querer, pero igualmente... si necesitas hablar con alguien, puedes hablar conmigo.

—¿De qué? —le mira levantando una ceja.

—Pues... no lo sé, a veces uno necesita un amigo —se encoge de hombros y es que... siempre intenta conseguir algún tipo de... conexión con Gabriel, que frunce un poco el ceño con cara de "no te entiendo"—. Me refiero a que... si algo te preocupa y quieres hablar con alguien... Como... un amigo. Seguramente... bueno, seguramente lo haces con Miguel o con Azrael o algo así, pero...

Gabriel inclina un poco la cabeza.

—Es decir, luego estas... cuestiones con los demonios pueden ser... bueno, no lo sé... si ha pasado algo con ella...

—¿Pasar?

—E-Ella está enamorada de ti... —Aziraphale, vete, en serio, esta conversación no te va a servir de mucho.

—¿Te lo ha dicho?

—No... pero lo he sentido. Tenía el corazón roto.

—Roto...

—Herido. Y no hablo físicamente. Parecía... herida. Lo bastante como para... bueno... No sé. Ehm... quizás debería irme.

—No.

—¿N-No?

—No, te he dicho que me darías ahora el reporte.

—Me pone nervioso... —Aziraphale se revuelve

—¿El qué?

—Hablar contigo...

—Ya, bueno, eres un adulto. Sobreponte.

—¡Es que todo lo que te digo te enoja! —protesta sonrojándose porque sí que es un adulto—. Vale, qué es lo que quieres saber.

—Todo lo que pasó.

—Han pasado muchas cosas...

—Por suerte tenemos tiempo, quedan como... ¿qué? ¿Dos días? ¿Tres? Para Halloween.

—Tres. Pero no voy a quedarme tres aquí.

—No vas a bajar antes, hay que prepararlo todo y no voy a dejar que le cuentes a ese demonio mis planes para que se los cuente a todo el mundo, como ya hemos visto que es capaz de hacer.

—¿Vas a dejarme aquí arriba tres días? Va a buscarme...

—No le pasará nada. Le mandaremos un mensaje.

—¡No puede no saber que voy a ir al infierno!

—Desde luego, no puede saber que vamos.

Aziraphale le mira... y suspira pensando que va a buscar cómo decirle.

—Y más vale que te esfuerces porque así sea. Ya te hemos pasado bastante... Además, ¿no quieres oír lo que de verdad dice de ti cuando no sabe que estás ahí?

Aziraphale se sonroja un poco con eso, pensando que Crowley debe decir horrores de él en el infierno, no va a decir que le ama.

—Sí, sí... me esfuerzo —asiente.

Gabriel asiente otra vez conforme con la actitud.

—Belcebú nos ha pedido consejo.

—¿Sobre qué?

—Sobre... como conseguir lo que tiene Crowley conmigo... para tenerlo contigo.

—¿Y qué cree ella que tiene Crowley contigo? —traga saliva.

—Pues... una pareja.

—Mmm... ¿y qué le has dicho que tiene que hacer?

—P-Pues...

Gabriel le mira intensamente y ella traga saliva.

—Que lo que funciona conmigo no tiene por qué funcionar contigo, básicamente.

—Ya.

—En su mayoría es Crowley el que... habla con ella. Pero que te llevara a un lugar bonito y limpio.

—Bonito... y limpio.

—Que se vistiera bien y... te llevara a una cita. Es lo que me gustaría a mi.

Abre la boca para decir algo... y se arrepiente.

—¿Algo más? —pregunta finalmente.

—Y que pareciera una chica... Ehm, tengo entendido que lo hizo. E-Es decir, llevarte a una cita, digamos, bastante exitosa.

—¿Disculpa?

Aziraphale le mira con cara de circunstancias

—No lo hizo.

Le sostiene la mirada, porque ella lo VIO con sus propios ojos.

—Hmmm... supongo que dependerá de lo que llames "exitosa"...

—No, directamente no sucedió. Si te dijo lo contrario te mintió, Aziraphale. Es completamente absurdo.

La principado le mira a los ojos otra vez sin estar segura de si decirle que los vio o no, traga saliva.

—La siguiente vez vino a preguntar si yo me sentía culpable y si me castigaba físicamente

Gabriel se humedece los labios aguantándose para no... sentir nada otra vez.

—Estaba de buen humor esa vez, aunque intentó desnudarme para ver si tenía yo marcas.

Crowley le explicó que tenía que hacer sacrificios para que no te sintieras culpable, ella confirmó que no te viola cuando... lo hacen. Crowley le indicó que había otras formas... de intimidad.

—Te ha mentido en todo, por supuesto —aprieta los ojos conteniéndose de sentir nada, está enfocándolo a la indignación para cubrir cualquier rastro.

—Sí, porque lo sé, que es difícil y atemorizante estar en tu situación...

—No estoy en niguna situación, todo esto es problema suyo.

—Toda tu moral, tu fe, tu integridad... viendo lo que he pasado yo y entendiendo que tú crees qu yo estoy arruinado... Pero de verdad... ¿No sientes nada por ella? ¿Ni siquiera cuando sientes lo que ella siente por ti?

—No seas ridículo, Aziraphale —la mira.

Aziraphale le mira... y la verdad se siente un poquito mal por Belcebú.

—Deja de preguntarme y de intuir cosas, esto consiste en que me cuentes sobre ella. No que llegues a conclusiones.

—Claro, porque conmigo nunca nadie llega a conclusiones cuando sienten o preguntan... —refunfuña entre dientes.

—¿Cómo dices?

Nothing... —murmura suspirando y volviendo a mirarle, aun bastante incrédula de que... de verdad, de verdad... no sienta nada. De hecho, casi puede decir que está un poco decepcionada de Gabriel, en general, como ser celestial y como ejemplo de todos los ángeles, siendo tan absolutamente frío como Crowley le ha descrito siempre.

—Bien. Entonces... ¿qué más?

—En sí me parece que Crowley le recomendó ser paciente contigo.

—¿Paciente?

—No desanimarse con una negativa, sino seguirlo intentando. La perspectiva de Crowley es que si se es lo bastante paciente y persistente, eventualmente puede ocurrir y eso es lo que le ha transmitido. Por lo visto no es el caso.

—Desde luego que no lo es. Y veremos si también le dice eso cuando tú no estás.

—¿Qué piensas que va a decirle cuando yo no esté?

—Cosas diferentes.

—Pues probablemente le diga algunas cosas feas para convencerla, es su jefa.

—Exacto.

—Cosas que no diría frente a mí para no lastimarme... sí. Eso lo esperaría yo también.

—De eso no estoy tan seguro.

—Yo sí —se pasa una mano por las mejillas, suspirando. Ojos en blanco del Arcángel—. Como esa, ella volvió después de esta última conversación y no volvió precisamente para conversar

—¿Y a qué volvió?

—A reclamarnos... supongo que porque los consejos no funcionaron. Estaba... fuera de sí.

—No la tomes tan en serio.

—¿Que no me tome tan en serio al príncipe del infierno cuando me estampa contra la pared, me amenaza con apuñalarme, me ahorca y me quema? —le mira.

—Exacto.

—Creo que no entiendes la actitud del príncipe del infierno ante los demás... que es definitivamente distinta a la actitud que tiene contigo que te ama.

Esta vez si toma por sorpresa a Gabriel esa declaración.

—Quizás es dulce contigo. Suave, amable, cariñosa... no lo sé. Seguramente es una persona contigo muy distinta a lo que nosotros vemos hasta el punto en que no le temas ni un poco. Es más, quizás en el fondo sea buena... pero no es lo que aparenta ser con los demás.

—Te he dicho que no saques conclusiones —carraspea guardando la compostura y volviendo a esconder sus sentimientos, ¡pero no crean que Aziraphale no lo ha sentido! ¡HA! De hecho, le mira, porque lo ha sentido, lo ha sentido bastante intenso de repente.

Gabriel carraspea.

Aziraphale sonríe de lado un poquiiiiiiito, la verdad, agradeciendo un poco que no sea el cabrón frío que aparentaba ser.

—¿Qué más?

—Sí sabes que estoy sacando las conclusiones igual, solo no te las comparto, ¿verdad?

—Espero que seas lo bastante sensato, entonces.

—Me ha dicho... que si ella no podía estar contigo yo tampoco podría estar con Crowley, lo cual me hace insistir en decir que necesitamos protección.

Gabriel levanta una ceja con eso.

—Luego me ha torturado terriblemente hasta... que le produje una daga de hierro.

—Terriblemente.

—Sí, terriblemente.

—Hay una cantidad de veces que puedes quejarte de las torturas del infierno antes de que empiece a pensar que exageras.

—¿Me estás diciendo que debo acostumbrarme a las torturas del infierno? —es que le mira incrédula. Ahora no puede ni quejarse...

—Lo que digo es que creo que esas cosas no te están pasando debido a tu trabajo.

—No solo es por mi asunto personal, esto es por... otras cosas —suspira.

—Por lo que sea.

—Bueno, igualmente tampoco me gusta mucho que me torturen una vez a la semana...

—Entonces más vale que cooperes con esto.

—Siempre coopero.

Gabriel hace un gesto para que empiece.

—¿Qué?

—Pues... —insiste.

—¿Quieres que te diga más cosas?

—¿Hay más cosas?

—No.

—Entonces vamos a hablar de la misión.

—Bien, ¿cuál es el plan entonces?

—No lo sé, tú eres el que conoce el infiermo, por eso te he elegido.

—Nunca he entrado al infierno como has entrado tú.

—Por eso, pero has entrado muchos sitios que yo no.

—Sí, eso puede ser cierto... Espero que no entres. Tenemos que disfrazarnos.

—Sí, de demonios. Eso será difícil —pero implica ir a comprar ropa negra cosa que siempre le ha llamado la atención pero nunca se ha atrevido a hacerlo, así que sonríe de tener una excusa para hacerlo.

—No, tenemos que elegir un disfraz de algo que parezca un disfraz que usaría un demonio en el infierno.

—Pues de demonio.

—No podemos disfrazarnos solo de demonio, porque iríamos como ellos sin disfraz.

—Ellos se disfrazan, nosotros también, como demonios.

—Pero Gabriel, no. Si vamos como demonios, ellos van a vernos, como... demonios sin disfraz. Necesitamos parecer demonios y luego, ya que parezcamos demonios, necesitamos disfrazarnos de otra cosa distinta... como de... demonio disfrazado de payaso o de demonio disfrazado de... diablo.

—Pues de demonios, es suficiente. Tienes que elegir una alimaña.

—No, no Gabriel... no es suficiente. Además de elegir una alimaña y lo que quieras, necesitamos un disfraz extra. Vamos a decir que en Halloween el disfraz debe ser de demonio disfrazado, no de demonio solo... eso serviría para cualquier otro día.

—No entiendo.

—En Halloween ELLOS se disfrazan. Así que ellos son demonios disfrazados ese día. Nosotros tenemos que ir ahí de demonios disfrazados.

—Pero iremos disfrazados.

—Pero no somos demonios. Si vas disfrazado de demonio, ¿Cómo crees que vayan a verte ellos?

—Pues como demonios. Como uno de ellos.

—Van a verte como uno de ellos sin disfraz... ¿cómo les vas a explicar eso?

—Pero llevaré un disfraz.

—No es el concepto de llevar el disfraz, es el concepto de... como te vean ellos

—Entiendo... creo que podría dejarme barba —se lo piensa.

—¿Para disfrazarte de qué? Podrías... disfrazarte de...

—¿De qué?

Aziraphale le mira de arriba a abajo... y es que la verdad no está muy seguro de qué cosas se disfrazan en el infierno, pero seguro es de cosas un poco cutres, con la poca imaginación que tienen.

—Seguro ellos se disfrazan de cosas asquerosas... o todos llegan disfrazados de lo mismo además.

—Mmmm... ¿De qué?

—Me imagino a una legión de demonios disfrazada de... vampiro.

—Mmmm...

—Quizás yo podría ir de vampiro —sonríe de lado. O de asesino serial...

—Tienes que ir de demonio

—Gabriel, entiende... no podemos ir de demonio solo, tenemos que ir de demonio disfrazado. Podría ir de demonio disfrazado de vampiro o de demonio disfrazado de asesino serial, pero no de demonio solo.

—Lo que dices es que todos los demonios se disfrazan también.

Aziraphale parpadea porque lleva seis horas diciéndole eso

—Sí. Es una fiesta de disfraces.

—¿Y de qué se disfrazan?

—Pues eso sería útil preguntarlo, pero me parece que de diversas cosas afines a ellos. O eso creo. Dudo que alguno se disfrace de flor. Se disfrazarán seguramente de cosas lúgubres y misteriosas.

—No podemos preguntar, eso levantaría demasiadas sospechas.

—Pues entonces vayamos a lo seguro... Un disfraz de una estrella de rock, o algo así... que no sea comprometedor por ser algo demasiado bueno. ¿De qué te gustaría?

—No sé qué es una estrella de las rocas. ¿Es un pez? —levanta una ceja.

—Hablo de... Ugh. Vale, podemos ir de algún personaje bíblico o religioso. ¿Quieres ir de Caín?

Gabriel arruga la nariz.

—No puedes ir de Abel. Piensa que eres un demonio que se quiere disfrazar.

—No voy a ir de Caín.

—Vale, ¿de qué personaje bíblico que sea demoniaco querrías ir?

—¡De ninguno!

—Gabriel... si vamos a disfrazarnos de demonios... disfrazados y vamos a ir al infierno, hay que empezar a pensar cómo demonios.

Gabriel le mira y se lo piensa un segundo y es que...

Aziraphale tiene trescientas ideas de personajes de libros, personajes fantásticos, seres de otras religiones... Vamos, que no será por falta de ideas lo suyo.

Es que su personaje bíblico demoníaco favorito ahora mismo es Belcebú.

Awwww... aunque no sé si sea la mejor de las ideas ir de Belcebú.

Exacto. Pero puede ir de Crowley.

NO.

Le da más la altura.

No. Sí, pero no. Él es mucho más fornido. No. No va a ir de Crowlely.

¿Quiere ir él de Crowley? ¿No está un poco... entradito en carnes para eso?

—No. ¡No! Yo puedo ir de Baco.

—Eso es como súper pagano —mirada desaprobatoria.

—Podrías ir de Incubo...

—Creo que el personaje bíblico demoníaco que mejor podría hacer es Belcebú, a ella la conozco mu... bas... moderadamente.

Aziraphale parpadea con eso.

—De... Belcebú —repite pensando que es lo más CÍNICO que hay en el mundo

—Aunque ella siempre se viste tan... —suspiro en protesta, ahora resulta que ese es el problema

—¿Se viste tan... qué? —inclina la cabeza—. Varonil. Es lo que se viste. ¿Te gustó el vestido?

—No, aburrido. ¿Qué vestido?

—Ehh... ¿No fue contigo de vestido?

—Ah, sí —a esa cita a la que se supone que no fuiste—. No sé qué le pasó.

—¿Te gustó?

—Espera, ¿qué? —frunce el ceño cayendo en la cuenta.

—Crowley le dijo que te gustaría más mejor vestida —se encoge de hombros.

—Ese no es el asunto de esto

—Lo sé, solo... bueno, ya que estábamos hablando de ella. ¿Vas a hacerte mujer?

—Hacerme... no, no lo creo.

Aunque sería una forma absolutamente certera de que no te... viole. O sea... si no hay con que... bueno... Belcebú está por matar a Aziraphale por siquiera pensarlo.

—Bueno, entonces... ¿te quieres disfrazar de ella?

Seguramente entonces ella se haría... compatible sin problema

—No, creo que llamaría demasiado la atención.

—Entonces hay que pensar en otra cosa.

—Podría ir de ese demonio tuyo... Crowley.

Aziraphale frunce el ceño.

—No creo que sea una buena idea.

—¿Por qué no?

—Llamarás rápidamente su atención.

—¿De quién?

—De Crowley.

—Mmm...

—No quieres que venga corriendo y me descubra, ¿o sí? —hace los ojos en blanco, tensita, porque además piensa que... ya basta con el fanboying de Crowley hacia la ropa de Gabriel, como para que Gabriel empiece con lo mismo.

—¿Entonces? Alguien tenemos que decir que somos.

—En serio, podrías ir... yo qué sé, de Thor. De Sherlock Holmes.

—No sé de qué me hablas.

Aziraphale suspira porque este hombre es como una pared.

—¿Qué le gusta a Belcebú?

No, no puedes responder "yo".

Sí pueeeeede...

—Las abejas —sonríe de lado.

—¿Las... abejas? Really? Ehm... quizás puedas ir disfrazado de... —es que piensa en decirle de abeja y es tan ridículo que...—Apicultor.

—¿De qué?

Aziraphale pensó siempre que era Crowley el que no se sabía palabras, pero Gabriel parece no saber ni siquiera los conceptos.

Bueno, es que él no está en la tierra y Crowley es mejor que él.

—Sabes, las personas que se dedican a la crianza de abejas.

—Mmm... tal vez las abejas deberían ser mi alimaña.

—Alimaña... bueno, podría ser. De hecho el disfraz no es malo, no se te vería la cara. Aunque yo hubiera pensado que te gustaban más las moscas... —añade en un susurrito.

El problema es que no es una alimaña demoníaca, al menos dijeras una avispa, pero una abeja... te estás imaginando todo mucho más dorado de lo que deberías.

—Aunque considerando que las abejas son el ser vivo más importante del planeta no se si... sospechen.

Gabriel le mira porque a veces tiene unas ideas que... eso tiene que ser un chiste.

—¿Qué? Sin abejas no hay nada.

—Claro, claro, claro —más risas.

—¡Es en serio, polinizan!

—Ah, que es en serio.

—¡Lo es! ¡Las abejas son buenas!

—En fin, ¿qué importa eso? —¿podrías sonar un poco menos "las abejas me van bien entonces porque yo soy el bloody ángel más importante del cielo"?

—Pues una alimaña es... una peste, algo malo.

—Es solo un animalito. Tú puedes ser un cordero.

—¿Así me ves? ¿Cómo un cordero? —le fulmina.

—O puedes ser otra cosa, no voy a impedírtelo

—Hmm... Podría ser una rata blanca.

—No puedes ser nada blanco, ellos no son cosas blancas.

La principado suspira porque... es que también le cuesta.

—Un gato.

—Un gato... —se encoge de hombros.

—¿De qué vas a disfrazarte?

—Pues de demonio de las abejas —de flytrap debería ir...

—Gabriel... eso no es un disfraz.

—Claro que sí.

—A ver, anda, quiero verlo.

—Tendremos que bajar a la tierra a comprar ropa —ahí llegamos al quid. Aziraphale levanta una ceja y sonríe de lado.

—Comprar ropa. Vale. Solo si me acompañas a comer.

—No necesitas comer —arruga la nariz.

—Ni tú comprar ropa.

—¿Cómo pretendes disfrazarte? No tengo ropa negra.

—Puedes hacerla negra con un chasquido. Vamos por ropa y a comer.

—No sirve mi ropa normal para ir disfrazado de demonio.

—Vale, vale... vamos a comprar ropa un ratito y a comer —le mira sin poderse creer todo lo que dice. Gabriel pone los ojos en blanco—. Llevo seis mil años viviendo en la tierra. Créeme. Necesito comer.

—Ya estamos con las quejas otra vez

—No, si no me estoy quejando.

Ojos en blanco de nuevo y se levanta. Aziraphale se levanta también, suspirando porque todo se lo toma a mal este hombre.

Gabriel se acerca a él y les baja a la tierra con el rayo. Aziraphale pega un buen grito, sin esperárselo, creo que le gustan mucho más las escaleras.