Belcebú va a... tardarse al menos un día entero en escribirle a Gabriel, no por falta de ganas, la verdad, más bien... es que el desastre que hay ahí abajo.

Sí, por eso. De todos modos Gabriel está ocupado con Miguel... y Crowley sigue sin salir de ahí.

¿De verdad? Bueno... Aziraphale va a avanzar con la librería entonces y va a quedar bastante tétrica y terrorífica con el humor que se carga.

Aunque Crowley le escribe al cabo de un BUEN RATO.

Vale, tú querías que estuviera atenta al teléfono, ¿verdad? Pues probablemente de ahora en adelante se convierta en una obsesiva del teléfono.

"Me han atrapado como rehén para un bando, no me dejan irme..."

"¿QUÉ?"

"Que me tienen retenido, creen que Lord Belcebú va a rendirse a cambio de mi rescate porque alguien les ha dicho que soy un bloody ángel disfrazado y NO ME CREEN"

No saben cuánto odia Azirapahle a Gabriel. No tienen una idea ni siquiera remota.

Aunque va a llegar a oídos de Belcebú que han atrapado a un ángel disfrazado de Crowley.

Belcebú PALIDECE. Además pensando que seguramente sí que... debe ser Gabriel, obviamente confirmar que sea un ángel sería lo primero que harían.

Por lo visto son todos idiotas. No va a rendirse, pero va a tener que ir a rescatarle.

Al menos eso piensa, mientras Aziraphale da vueltas sobre sí misma pensando qué hacer... y decide... MUY a su pesar, subir al cielo otra vez.

Uy... Que mal te va a salir esto.

¿Alguien tiene alguna otra idea de cómo ayudar a Crowley? No, ¿verdad? Va a subir con su reporte... arrastrando los pies y odiando, ODIANDO tener que pedirle ayuda a Gabriel

"Si Belcebú cree que eres Gabriel... hará algo para salvarte. Voy a ir con Gabriel"

"¡Gabriel la avisara de que no es él!"

"No, si le pido que no lo haga para salvarte"

"¿Y te fías de él? ¡La avisará para que ella no se arriesgue!"

Aziraphale mira ese mensaje, haciéndose pequeñita en el sillón esperando su turno para hablar con Gabriel y cerrando los ojos.

Era... imposible. Crowley estaba en esa posición por culpa de Gabriel. Era Gabriel el que se había disfrazado de él, podía haberse disfrazado de cualquier otro... ¡TENÍA que ayudarle a rescatarlo!

"De hecho, es posible que ella ya le haya preguntado si es él quien está ahí abajo... ojalá no le haya contestado."

Aziraphale aprieta los ojos. Maldita sea, TODO lo que... le importaba, dependía de un tipo al que ella no le importaba absolutamente nada. Alguien que no le iba a ayudar y que era quien directamente le había metido en el problema. Aun así, espera sentada, pensando.

Debería robarle el teléfono. No quiere confesarlo, pero... Vamos, ya sabe que todos creen que no es la mejor mago del mundo y quizás no lo es, pero sí tiene alguna habilidad con las manos.

Aprieta los ojos y pide perdón anticipadamente, recordándole a Dios que es por una buena causa y que si no lo hace... nadie va a salvar a Crowley.

Solo espera tener la oportunidad y estar lo suficientemente cerca de Gabriel para hacerlo. Sería todo tan simple con... que Gabriel le ayudara. Una sola vez, que le ayudara a ALGO.

Bajar al infierno "por ella" no vale cuando él se ha ido el primero, eso no es ayudar, eso es... hacer lo que habían acordado, lo mínimo indispensable después de portarse TAN MAL en el infierno. También se portó mal en el puto cielo, pero PEOR en el infierno.

No tiene que justificarse contigo.

No tiene, pero debería cuando le estás metiendo en tantos problemas. Sigue rezando con los ojos cerrados y explicándole a Dios hasta que le hagan pasar.

Venga, que pase, todo estresado e irritado.

Absolutamente. Ahí pasa, con las hojas del reporte en la mano, que ha intentado sea lo más claro posible en cuanto a que cuando ella se fue del infierno fue porque le dijeron que Belcebú le había desaparecido. Y que subió al cielo a intentar que le localizaran... ¡y que ella se ofreció a bajar sola! ¡y salvó a Daniel! Les odia, de verdad que les odia. Intenta relajarse un poco en el pasillo y toca la puerta.

Gabriel está estresado también, porque lo de Miguel ha sido un desastre que ha tenido que explicar... y Azrael esta haciéndose LA VICTIMA cuando en realidad ya se encuentra bien y obviamente él y Uriel le culpan de todo a él porque al final Aziraphale es su responsabilidad y también los odia a todos. Ha tenido que explicar que hacían en el infierno para empezar. Y además cargarse todo el trabajo de Miguel para Navidad.

Ya, ya... no lloriquees, que nadie que conozcas está en peligro ya o que te importe.

Eso lo dices tú, mira quien es la puta líder de la resistencia.

Líder de la resistencia vs rehén.

Sí, exacto. Uno en una celda protegido y la otra corriendo por ahí mientras TODOS la quieren matar.

Ojos en blanco. Ella es libre de largarse o rendirse o whatever.

No en esta vida, si quiere seguir siendo alguien en el infierno.

¿Y de quien es culpa todo? ¿Le pide que pase o no?

Sí, sí... con desgana.

—Ehm... hello? —Aziraphale abre la puerta.

Hello... —bufa de mal humor.

—Traigo el reporte que me has pedido.

—Ah, sí. Uf... déjalo ahí en la bandeja de pendientes, por favor —le señala y ella se acerca para ponerlo ahí.

—¿Sabes... algo del infierno?

—No —le mira—. No me responden los mensajes y Miguel no está para ayudarme.

—Si quieres puedo ayudarte yo —responde tragando saliva con eso de que no le responden los mensajes.

—¿Ayudarme?

Aziraphale se encoge de hombros acercándose a donde está sentado.

—Bueno, yo también estoy preocupado... y... si no está Miguel, quizás pueda ayudarte de alguna forma.

—Ella es la que tenía los contactos. Ni siquiera yo sé del todo con quienes hablaba.

—Y... ehm... Belcebú.

What? —la fulminación.

—No me mires así, please. Estoy preocupado. Crowley sigue ahí abajo, no me contesta tampoco —se pone de pie junto a él.

—No sé nada de ellos. Temo que alguien haya quemado algo relativo a la electricidad o algo parecido.

—Y bajar otra vez es impensable con lo que haya pasado, solo nos queda esperar —le pone una mano en el hombro e intenta, de verdad que intenta... transmitirle algún tipo de afecto.

—¿Insinúas que querrías bajar otra vez? —le mira de reojo, tenso. Aunque agradece el afecto, internamente.

—Lo que quiero es que... Crowley salga de ahí vivo —se mueve un poco haciendo como que se tropieza y medio cayéndose encima de Gabriel.

—Sí, todos queremos que las cosas salgan bien y... —le sostiene un poco cuando se cae.

Ahí Aziraphale aprovecha para... sacar lo que sea que encuentra en su bolsillo interior del saco, no con la ligereza de manos de un italiano, pero... no tan mal como pensaría el resto del mundo.

—Ay, perdona, perdona... —se medio recompone—. Ya lo sé, es... estoy asustado. ¿Hay algo que pueda hacer para... ayudarte?

—Sabes... sí —vas a cargarte tú el trabajo de Navidad. Ya, ya se imaginaba que esto iba a tener un precio. UGH.

—Bueno, ehm... me parece... voy a... revisar los contactos de Miguel, entonces —se separa de Gabriel.

—No, quiero que hagas esto —empieza a explicarle las cosas de Navidad. Aziraphale le mira de reojo... y le odia un poco más, pero vale. Vale. A hacer trabajo a cambio del teléfono.

—No tengo una oficina en el cielo para hacer todo eso.

—Usa la mesa de Miguel. O sea, el despacho.

—Vaaaale... —ahí se va, tomando los papeles.

—Avísame cuando acabes con eso, no te lo he dado todo.

Aziraphale le fulmina un poco pero igual ahí se va, metiéndose al despacho y cerrando la puerta tras ella, yendo a sentarse al escritorio y sacando el contenido del bolsillo de Gabriel con cuidado.

Y ahí está el teléfono y algunos papelitos.

Le tiemblan las manos, la verdad

No sé ni si lo vas a poder abrir y más desde que... tiene este asunto medio secreto a voces con Belcebú que él insiste en esconder.

"Lo robé. Robé su teléfono."

"¿A quién?"

"A Gabriel."

"¿Es en serio? Lee sus mensajes, ¡mira a ver si le ha dicho algo!"

"No puedo abrirlo... pero él me ha dicho que ella no le contesta" Vamos a aclarar que ni siquiera ha intentado abrirlo más que... solo... hecho lo mismo que hace con el suyo

"No puedes... ugh. Bueno, veremos si viene... me va a matar cuando lo haga y vea que soy yo."

"Hasta que se dé cuenta que no tiene el teléfono al menos, no podrá escribirle que no es él... Ugh, ni siquiera se usar esto, es transparente y no tiene ningún botón."

"Tendrá reconocimiento facial o algo así... ¿y si lo abres con un milagro?"

Aziraphale se muerde el labio ¡porque usar milagros para abrir el teléfono de tu jefe y espiar lo que hace no está bien! Pero...

"No, no... lo verá en los registros. UGH!"

"No creo que tenga tiempo de verlos... por lo pronto."

"Pero como se entere..."

"Quizás me eche del cielo... a estas alturas no se si sería lo mejor."

"No voy a ser yo quien discuta eso."

"Me ha puesto todo el trabajo de Miguel..."

"¿Y ella?"

"¡Ella está aún descorporizada!"

Crowley no le contesta, la verdad, no sé si le han quitado el teléfono.

Claro, claro... porque Aziraphale aguanta toda clase de tensiones y nervios. A nadie le importa nada. Ahora está encerrada aquí y no ha servido de una mierda... y tiene cincuenta toneladas de trabajo.

Los lloros.

¡Pues sí! Mierda de cosa, nada le sale bien, por el amor de Dios. Gabriel parece un héroe salvador de sus ángeles y ella ni siquiera puede salvar a Crowley una maldita vez. Quizás podría bajar ahí vestido de Gabriel y dejarse atrapar, es lo que mejor le sale...

No estoy segura que Belcebú vaya a salvar a tantos Gabrieles.

Quizás podría ir ahí abajo disfrazado del Diablo, con lo enfadada que está, se sentiría apropiadamente vestida. En fin... que se pone a hacer el trabajo de Miguel ya que ninguna de sus ideas funciona.

Por lo pronto lo de robar el teléfono ha funcionado. Porque además, lo que no tarda en pasar más que unas cuantas horas, es que... Belcebú le llame a Gabriel.

Gabriel siente una perturbación en el universo, levanta la mirada de lo que está haciendo un segundo y al no ver nada, se encoge de hombros y vuelve a lo suyo.

Belcebú traga saliva. Porque si no le contesta... le manda un mensaje "estás bien?" Haciendo que Aziraphale salte hasta el cielo con la vibración. Mira el teléfono y lo guarda. Al menos Belcebú parece estar preguntando... si está bien.

Como no le hable al teléfono de su despacho... ¿Aún tiene uno? Buff... Belcebú igual pasea de un lado a otro, histérica. En cualquier otro punto habría ido personalmente al cielo a preguntar por él.

Puede... y seguramente... tiene el de algunos ángeles más, el de Miguel.

Ugh, quizás Aziraphale pudiera... mandarle un mensaje a Belcebú.

A lo mejor el de Miguel sí puede abrirlo Aziraphale. O a lo mejor tiene abierto whatsapp en el ordenador y no hace falta que use el teléfono.

Miguel la niña tecnológica... y Aziraphale el inútil es una mezcla pésima.

Lo digo porque seguro Gabriel le ha dado a Aziraphale la contraseña del ordenador de Miguel y así no tiene problemas para abrir el teléfono.

Aziraphale pega un SALTO cuando la computadora hace un sonido de mensaje y busca por ahí cual es la ventanita titilante. Debía haberle prestado más atención a Crowley cuando le explicó esto.

Siempre llegas a la misma conclusión.

Sí... demonios.

"Hola. Soy Belcebú" dice el mensaje que ve en la pantalla... y no puede creerlo Aziraphale. ¿Será para Gabriel? ¿Será para Miguel? Vacila un poco haciéndose bolas porque él tiene el teléfono de Gabriel y seguramente es para él, pero la computadora es de Miguel. Estas cosas que... confunden a las personas que no ponen atención con estos temas.

Entra un poco en pánico a punto de decirle que está preso, en el infierno, luego... se detiene en el último segundo al ver que está por ahí la foto de Miguel.

Da vueltas de un lado a otro, apretando los ojos antes de responder con un...

"Hola"

"Estaba buscando a Gabriel... es una cuestión de trabajo, pero no me contesta el teléfono."

"Gabriel no está en el cielo. No lo he visto hace días" decide responder, súper nerviosa y de repente entra Gabriel al despacho con unos papeles.

—Aziraphale...

—AHH! —De hecho lanza el mouse de la computadora al techo. Gabriel parpadea con eso—. Ay, no te... no pensaba yo que... hola.

—¿Estás bien?

—Estoy preocupado.

—Concéntrate en el trabajo, te pasará el tiempo más rápido.

—E-Eso intento...

—Se me ha olvidado darte estas listas, que no sabía dónde había dejado, te las he impreso... —le tiende los papeles.

Thank you... —las toma.

—¿Vas bien con todo? Sé que trabajar con el ordenador de Miguel a veces es un poco abrumador.

—Hace... muchos sonidos —pica todo en la pantalla tratando de esconder la conversación. Por el amor de Dios.

—Ah, serán las notificaciones, déjame —ahí va.

El pánico para cerrarla... le pone encima otra cosa, abre una ventana del explorador y el paint, sin quererlo... ah. Y música. Gabriel parpadea porque lo que está sonando es... Black metal satánico.

—Ehm... hablaremos de tus gustos musicales luego —Ejem, o de los de Miguel.

—¡No sé qué es eso! —lloriquea desesperada.

—Calma, calma, debe ser de Miguel —bromea un poco cerrando programas, pero dejándole la música. Aziraphale parpadea porque ni siquiera Crowley pone esto.

—Ehh... ¿cómo cambio la música?

—¿Quieres que la apague? —pregunta y abre la aplicación de mensajes sin mirar del todo.

—No. no. No... yo lo... yo intentaré.

—Vale —se vuelve igual a la pantalla y escribe un par de cosas a algunos grupos que hay por ahí sin fijarse realmente en la última conversación—. Si alguien te escribe cuéntales lo que le ha pasado a Miguel, ¿eh?

Aziraphale está a punto de caerse de la silla. Asiente.

—¿Q-Qué les digo?

—Pues que la han descorporizado y volverá en unos días, que estamos en trámite ya y lo vamos a acelerar todo lo posible —escribe un poco más a un grupo llamado "Serafines" y a otro llamado "Querubines" porque todos los Arcángeles ya lo saben.

Ojos en blanco de Aziraphale que al menos ha vuelto a respirar cuando ve que la conversación con Belcebú ya no está hasta adelante.

—¿Qué más...? —se desconcentra un poco pensando en lo que tenía que hacer.

—Ehm... ¿Azrael cómo está?

Lloriqueando como un imbécil cuando no le pasa ya ABSOLUTAMENTE NADA... piensa para si.

—Bien, bien... mejorando, dicen que probablemente hoy o mañana ya esté del todo recuperado.

Debe estar con un cabestrillo, cojeando y haciendo drama.

—Bien... me alegro. Así que todo en orden, ¿no? Hmm... Bueno, esperemos a que el infierno se normalice.

—Eso me recuerda... tengo una reunión ahora. Probablemente se alargue así que si necesitas algo escríbeme y te contestaré cuando salga.

Aziraphale abre la boca... y luego la cierra. Luego la abre.

—Vale, yo te escribo si necesito algo.

Gabriel asiente y le tiende el ordenador otra vez hacia él.

—Que... tengas una buena, ehm... junta. Si sabes algo, me dices.

—Sí, sí, claro... —se va hacia la puerta.

Ella le sonríe relajándose un poco ... porque se está yendo. Antes de salir, Gabriel se detiene y le mira. Ella traga saliva, tensándose otra vez.

—Tú no sabrás nada, ¿no?

Aziraphale suspira.

—La verdad, Gabriel... si Crowley ya hubiera subido no estaría aquí intentando averiguar.

—Estará luchando en algún bando. Esperemos que sea el correcto.

—Está del lado de Belcebú, si es lo que te preguntas... —responde sabiendo que Crowley no está en ningún bando más que en el suyo propio y personal, pero... esto es lo que Gabriel quiere oír y lo sabe.

—Bien por él, parecían ir ganando.

—Si le han capturado o algo... yo... —Aziraphale se muerde el labio y le mira.

Yes?

—Necesito salvarle, Gabriel. Es... él es muy importante. MUY.

—¿Cómo sabes que le han capturado?

—Porque no me contesta al teléfono.

—¿Y eso qué? Ya te he dicho que deben haber roto las conexiones.

—Estoy preocupado, esto no me lo suele hacer. Siempre encuentra la forma... —lloriquea un poco, ahora agobiada de que Gabriel esté sospechando algo. Maldito.

—Si vas a volver a bajar va a ser a tu cuenta y riesgo. No pienso ir por ti ni mandar a nadie contigo.

—No voy a bajar.

—Bien —asiente y sale, dando una palmada y haciendo que empiece a sonar el INFERNAL hilo musical de villancicos en el cielo, porque... ya ha pasado Halloween, así que ya podemos poner esas cosas.

Joder. Pero acaba de pasar... Aun así Aziraphale no es enemigo (aun) de esta playlist así que sonríe un poquito.

En serio, dile a él, a mí que me cuentas, lleva torturándome con esto desde setiembre.

Igualmente ahí va a ver si Belcebú le ha respondido algo, tarareando el villancico. No ha respondido, empezando a idear un plan de rescate.

xoOox

De hecho, quienes van a encontrar primero a Crowley, son las moscas... yay.

Crowley ve las moscas y traga saliva, porque... tiene que comportarse como Gabriel a partir de ahora, como si fuera Gabriel disfrazado de él, vamos... al menos hasta que ella le saque y luego... Ups, craso error. Vaya, que desafortunado. Ejem. Pero no tiene NI IDEA... o sea, la idea general de ser súper gilipollas está clara pero... tiene que... o sea... ¿Debe ser así de gilipollas con ella también?

Sacudirse a las moscas sería un buen plan. Y no, no es así de gilipollas con ella.

No está seguro que el haga eso, a lo mejor se las mete por el culo porque eso le da placer.

¿A-A las moscas? Joder.

Pues... quién sabe.

Ya... ya. Cada quien con sus interpretaciones del otro, pero si te portas así... va a ser raro. Y las moscas no le van a decir dónde estás si las tienes metidas en el culo.

¡No va a hacer eso! ¡Era una hipotenusa!

Hipótesis. A Dios gracias, dice Aziraphale.

Eso es lo que ha dicho. Pero piensa que quizás a él le guste hacer eso. De hecho no hace mucho con las moscas más que apretar los ojos e intentar ignorarlas... y ojalá eso sirva.

Va a tener que vencer a la rebelión para sacarle. Ugh, eso va a tomar más tiempo. Ahora piensa que ha sido IDIOTA al escribirle a Miguel porque si se tarda una semana en sacarle van a sospechar de ella y buscarle.

UnA SeMaNa?!#$ ¿?

Pues... quizás.

WTH?

¡Pues no es tan fácil quitarles a todos! Igualmente manda a las moscas a protegerle.

Mira que bien. Los rebeldes que han puesto a vigilarle y estaban un poco aburridos tendrán algo que ir matando.

Bonitos se van a ver papando moscas.

Pues no es que sean muy listos, como es obvio.

Igualmente, vale... vale. Una semana puede que sea mucho. Pero si puede tardar... así que es esa misma tarde que las moscas se le arremolinan alrededor a Crowley, en una bonita y asquerosa nube.

Crowley se tapa la cara sin en realidad espantarlas porque cree que Gabriel no lo hace. Aaaay, querido. Gabriel estaría quejándose, debo decir.

De todo, seguramente. Incluido de las moscas. Haciéndoles a todos la vida bastante más molesta.

—¿Ezzztázzz bien? —pregunta un zumbido absolutamente reconocible en su oído.

—O-Oh my... uhm... G-God.

—¿Te han hecho daño? ¿Ezzztázzz herido? ¿Puedezzz curarte?

—Estoy... no. Ehm. Sí. N-Necesito que... V-Venga...s. Vengas, tú. Eso. Uhm... rápido, por favor.

—Zzzzhhh... Ezzzo hago... ¿puedezzz hazzzer milagrozzz?

—Másoooo... no. No mucho. Ehm... —responde porque Aziraphale no podía.

—¿Bendezzzir agua?

—N-No... no.

—Zzzhit... —zumba a su alrededor, claramente irritada —. Las mozzzcazzz te cuidan. Llegaré ahí lo antezzz que pueda.

Se humedece los labios, vacilando.

—G-Gracias... uhm... I love you —carraspeo, carraspeo.

Las moscas se mueven de manera extraña e histérica de repente y se dispersan. WAAAAH!

Oh... igual no debió decir eso. Ejem. Bueno, primero que lo saque de aquí, luego ya daremos explicaciones...

Puede... que sea un bonito incentivo.

O que luego lo mate por eso. Sin término medio.

O sea va a rescatarte más rápido... y luego a matarte. Sí.

Sí... eso. ¡Qué demonios! ¡Hemos venido a jugar!

Pues ahí se va con redoblado interés, la buena de Belcebú a sacarle de ahí.