—Tendríamos que devolverle el libro, Angel —asegura Crowley un poco desinteresadamente.
—Igual y ni siquiera sabe que está perdido —Azirapahle hace un mohín.
—¿Y dónde crees que ha apuntado los diecisiete pastelitos que te has zampado en la merienda? ¿En un post-it?
—¡No me comí diecisiete pastelitos! —protesta... y se sonroja. Seguro se comió dieciséis.
—Los he contado.
—Pues quizás no esté anotando mis pastelitos ya, debe estar lo bastante ocupado con Aamón para estar haciendo esto...
—Pero una cosa no quitaba la otra, ¿no? Por lo que leímos, todo el tiempo que estuvo con Aamón estuvo apuntando como todo el mundo tenía pensamientos impuros de todo tipo menos tú, que solo pensabas en putas ostras.
Aziraphale se ríe con eso un poco, sin poder evitarlo.
¡No te rías que era pasivo agresivo!
Igualmente le hace gracia.
—Pero es que... es un incunable y no sabe que lo tengo... Sería la pieza más valiosa de mi colección
—¿Y qué vas a hacer? ¿Esperar a que te pregunte A TI DIRECTAMENTE?
—Pero aún no acabo de leerlo TODO... —le hace un cariñito en la nuca. Ya, claro, como has estado de sibarita en general, resulta que no te ha dado tiempo de leerlo entero.
—Pues... Mira, a mí me da igual, pero cuando se entere que lo tienes tú y que no lo has devuelto... los pastelitos y las ostras parecerán pequeñas travesuras en comparación a esto. Como si no los conociéramos.
—Vale, vale... ugh... vale. No. Debí habérselo devuelto ya... pero quisiera acabar de leerlo —Aziraphale aprieta los ojos.
—Haz. Una. Bloody. Copia.
—Hmmm... ¿Crees que se pueda copiar con un milagro? —pregunta... mirándolo de reojo.
Crowley lo hace. Aziraphale sonríe, porque así el pecadillo es suyo.
—Gracias, my darling...ohhh... ¡lo has hecho incluso más bonito!
Ojos en blanco porque ya sabíamos que lo que quería era que lo hiciera él.
—Deberían de darnos una recompensa por tenerlo... —se le echa un poco encima y le da un besito en la mejilla
—Sí, sí, ñañaña. ¿Cómo qué?
—Inmunidad diplomática.
—Se la has pedido a tanta gente en vano que creo que a estas alturas nadie más que tú sabe qué significa eso.
Aziraphale le sonríe... y se estira por otro pastelito.
—Buff... es un buen punto. Quizás podría yo preguntarle a Raguel cuál era tu nombre de ángel...
—No se va a acordar —traga saliva.
—No pierdo nada... me parece un buen trato.
—No se va a acordar porque ni me acuerdo yo.
—Lo de que no te acuerdes tú me parece que se explica más.
—¿Por?
—Porque caíste, es lógico que no se acuerden de lo que ocurría en el cielo.
—Ni ganas.
—Eso sería lo peor de caer... no acordarme de ti.
—Si te acordarías.
—¿Por qué estás tan seguro?
—Porque sí me acuerdo de algunas cosas. Vagamente.
—Como de las estrellas... pintadas a mano. Tú brillas más que una estrella —taaaaaan cursi.
Crowley parpadea, se sonroja y luego pone los ojos en blanco. Todo casi a la vez.
—Anda ya, ¡los ojos en blanco han sido gratuitos!
—Tu cursi... nez ha sido gratuita
—Eso me pasa por decirte cosas bonitas... —el ángel protesta un poco, porque ha roto un poco el encanto—. Vale, voy a llamar a Aamón...
—¿Cursinez? ¿Cursidad?
—Cursilería.
—Ah, sí, eso. Eso he dicho.
—Has dicho cursinez.
—Has oído mal.
—Los insultos los escucho especialmente bien.
—Siempre he sabido de tu oído selectivo.
—Aun así, te has sonrojado —Aziraphale le sonríe.
—Que va —vuelve a sonrojarse, sin mirarle.
—Así que en el fondo mi cursi... nez, te halaga
—Era por vergüenza ajena.
Aziraphale aprieta un segundo los labios con esa respuesta, mirándole de reojo.
—Vale, vale... no brillas. De hecho eres como un hoyo negro.
—Menos mal que por fin lo entiendes.
Es el turno de Aziraphale de hacer los ojos en blanco.
—Y yo soy la flamita que te enciende el corazón...
Ooootra vez sonrojo y ojos en blanco
—Ni intentes convencerme de la vergüenza ajena, te GUSTA que te diga estas cosas mucho más incluso de lo que a mí me gusta decirlas —le acusa.
—Tal vez lo hubieras sido, pero regalaste tu espada llameante así que... —replica encogiéndose de hombros e ignorando el asunto de si le gusta o no que lo diga.
Aziraphale abre la boca indignado como cada vez que la menciona alguien, sonrojándose.
—¡Deja de echarme en cara tú también lo de la espada! ¡La requerían! Era indispensable dárselas, fue un acto de caridad. Ella estaba embarazada, ¡y había leones!
Sonríe porque esa frase acababa, honestamente, con "así que en vez de ser una flamita fuiste un puto incendio desbocado. De la hostia. Sí. Eso. Al nivel del gran incendio de Londres. Yo que sé cuál, cualquiera. Esta ciudad se prende fuego cada puto cinco minutos."
—E igualmente era solo un símil, no una flamita literal.
—Un... símil. Claro.
—Una especie de metáfora... pero menos elaborada.
—Así que ni siquiera merezco una metáfora elaborada.
—Estaba en eso con el asunto de lo mucho que brillabas más que una estrella cuando has dicho que te doy vergüenza, así que no, no mereces una metáfora complicada. De hecho ni siquiera merecías un símil.
—Pues vaya con el escritor que no sabe hacer metáforas... ni diptongos... ni metanfetaminas...
—Metanfetaminas sí que se hacer... aunque esas no se escriben. Y yo NO soy un escritor.
—Ya, ya, eso es más que evidente
—Solo lo dices para molestarme —Aziraphale frunce el ceño.
—Y para picarte —porque quiero más.
—Pues aunque no sea escritor al menos sé qué es un diptongo.
—Yo también.
—Que vas a saber.
—Claro que sí, es... una de esas... cosas. Retóricas.
—"Cosas retóricas"...
—Exacto. Como las preguntas.
—Preguntas retóricas... ¿erotemas?
—Eso.
—No es nada sexual. Eso es erógeno —Aziraphale sonríe de lado.
—Y-Ya lo sé —no, no lo sabe y se sonroja porque sí lo ha pensado.
—Tú lo eres —el sonrojo hace reír a Aziraphale.
—¿Qué? —le mira.
—Really? —Sonríe un poco más, sin mirarle.
—Really, what?
—Lascivo —a todos nos parece que tú lo eres tres veces más que él.
Crowley parpadea completamente perdido en esta conversación. ¿Le está diciendo guarradas el ángel? Porque como le esté diciendo guarradas y sea tan bruto de no estar enterándose por no saber qué significa diptongo ¡por sus muertos que se va a leer wordreference entero!
Sí, no estaba diciéndote guarradas pero ahora lo está un poco debido a los erotemas.
—Espera un momento —va a sacar su teléfono y va a buscar diptongo en wordreference.
Aziraphale se ríe.
—What the fuck? —protesta cuando lee lo de las vocales, aún más perdido.
—¿Qué? ¿Has tenido que buscar "Lascivo"?
—Sé lo que significa lascivo —igual lo busca por si acaso.
—No parece. Aun así me estás intentando seducir con tus palabras complicadas.
—Lascivo, que expresa o denota lascivia, porque los que escribimos diccionarios a veces nos merecemos una hostia con la mano abierta —lee—. Sinónimos: Libidinoso, lúdico, lujurioso, vicioso, obsceno, carnal, sica... si... psica... si-ca-lip-ti-co, cachondo, liviano... ¿liviano? ¿Eso no es como que no pesa?
Es que Aziraphale se muere de risa, porque le caes tremendamente bien. Crowley le mira, sonriendo también.
—Sí, sí... como tú. Que si pesaras menos estarías en negativo.
—¿Perdona? ¡Pero si yo peso un montón!
—Más lascivo que una de mis plumas.
—¿Qué es lo que haces con tus plumas, Angel?
—Nunca lo sabrás, por lo visto
—Pues muéstrame.
—¿Mis plumas?
—¡Lo que haces!
—¿Vas acicalármelas? ¿O lo que hago de qué? ¿Para que pesen más que tú?
—Si quieres... pero decía... ¡que sea lascivo!
—Desnúdate.
Parpadeo... parpadeo... parpadeo. Se sonroja. Aziraphale le mira como si le hubiera pedido cualquier cosa simple.
Crowley vacila un poco pero chasquea los dedos, vale. Nervioso. Sí, pero no es ningún cobarde.
Anda ya... ¿completamente desnudo?
Sí.
Aziraphale sonríe y se levanta. El demonio se pasa una mano por el pelo y por eso es que nunca van a devolver el libro, a este paso.
Aziraphale se quita la chaqueta doblándola y poniéndola en una silla.
—Recuéstate en el sillón.
—Mírame —igual hace lo que le pide
Lo hace, abriéndose los botones de las mangas de la camisa y empezando a doblarlas.
—Me miras como si fuera yo un pastelito de esos —la verdad, ahora se acuerda de Sharon llamando a Ozzy Osbourne pastelito y reza porque no empiece él también. Aziraphale sonríe un poco.
—Te miro como al único pastelito de tu tipo existente en todo el universo... a los pastelitos les miro como si hubiera otros diecisiete —termina doblándose las mangas hasta los antebrazos.
Se humedece los labios porque tanto ritual con las mangas ¡le pone de los nervios!
El ángel se lleva una mano a la pajarita y está a punto de desatarla. Le mira.
Parpadea y se sonroja un poco. Humedeciéndose los labios.
Se la organiza con la otra mano sin desanudarla.
Crowley traga saliva.
—Vas a... elegir tú la pluma.
—¿C-Cómo? Si no sé lo que vas a... hacer.
—Lo que has pedido —saca las alas.
—He pedido que me muestres, pero no sé qué me vas a... —es que mira las alas y se le acelera el pulso.
—Elige una —se le acerca, sonriendo un poco. Tan controladamente.
Crowley se relame un segundo y se incorpora
—Una larga, por favor.
—¿Larga? —le mira
—¿O quieres una cortita y gruesa mejor?
El demonio se vuelve al ala que tiene más cerca y le pasa los dedos por encima de las plumas causándole un escalofrío.
—Esto sería más fácil si me dijeras lo que vas a hacer —y no estaría yo imaginándome quien sabe qué cantidad de cosas que me ponen nervioso.
—¿Qué quieres que haga?
—Pues que me... m-muestres.
—¿Ya elegiste la pluma?
—Esta —señala una.
Aziraphale chasquea los dedos y la pluma se afloja, desprendiéndose. Crowley la sujeta con las dos manos antes de que caiga al suelo
—¿La tienes?
Sonríe y se la muestra. Aziraphale sonríe también, girándose a él y guardando las alas.
—Acuéstate.
Se humedece los labios y... ahí va. El sillón, milagrosamente, parece más amplio, casi permitiendo que Crowley se acueste por completo sin desparramarse.
Aziraphale se acerca una silla y tiene el descaro de ponerse los lentecitos de leer que no necesita pero le dan aún más ese aire de...
—What the hell?
—¿Qué?
—¿Para qué necesitas las gafas? ¡No te vas a poner a leer!
—Para verte bien
Se sonroja un poco, ya está visiblemente nervioso así que.. Aziraphale toma además una libreta y su pluma fuente y se sienta a su lado con su carita de profesor decente activada.
—¿Planeas... escribir?
—Tomar nota, sí. Dame la pluma.
—Mmm... —la mira y... se la tiende.
—¿Qué? —pregunta sacando la lengua y dándole una lamidita a la pluma.
—Parecía más interesante que me dibujaras —parpadea.
—¿Que te dibujara encima o que te dibujara todo sexy y al borde del orgasmo en mi libreta?
Se sonroja por cualquiera de las dos suena... O-O sea... Aziraphale le sonríe.
—No te muevas y dime que sientes...
Primero una y luego la otra, pero no ¡eso no se lo va a decir!
—¿Y algo más difícil no me puedes pedir?
—Trata de no excitarte muy pronto y tener paciencia
—Joder.
Aziraphale le sonríe, pasándole la pluma por el esternón.
Se revuelve cambiando de posición.
—Sin moverte, o voy a tener que inmovilizarte. ¿Que sientes?
—Eeeh... —de verdad, si hay algo que se le dé mal es estarse quieto y decir qué siente. Aziraphale lo sabe.
—¿Te gusta?
—Pues... ehm... sí, supongo.
—Hmm... —hace una nota en el cuaderno
—¿Qué apuntas?
—Que supones —mueve un poco más la pluma sobre él, hacia sus hombros. Sonríe—. Pecas.
—Yo qué sé —se incorpora a mirar.
Aziraphale se ríe bajito y le deja mirar y es que lo único que ha apuntado es "Crowley" y ha hecho un corazoncito al lado.
—Que idiota eres.
—Yo también te quiero... ahora acuéstate y déjame disfrutarte.
Se acuesta refunfuñando un poco así de... finjo que estoy muy enfadado y no se nota que me pones de los nervios.
—Puedo dibujarte —ofrece pasándole más la pluma por el pecho y el abdomen esperando que se relaje un poquito.
No se va a relajar, si le vas a hacer cosquillas. El ángel sonríe de lado y más se sonroja con esa sonrisa.
Es que es como pedirle... a una salchicha que está en una sartén con aceite que se relaje. No para de revolverse. Que si un brazo, que si un pie, que si el culo, que si la cabeza, que si el otro brazo, que si de este lado, que si la pierna.
Es que además le hace mucha gracia a Aziraphale, aunque esto... no, no está yendo como esperaba.
—¿Te gusta? ¿Esto te gusta?
—Mmm... sí.
—¿Te excita de alguna forma?
—Sí, pero... sí
—¿Pero qué? —pasa la pluma por su cadera y muslo.
—Eres tú. Eres muy dulce y suave
—Y tú preferirías algo más... —le quita la pluma de encima.
—No.
—Has dicho que es un pero.
—No es sexual. Es amoroso. Me acaricias, me haces el amor. Siempre es más lento llegar al clima de ese modo.
Y ahí está el quid del asunto, Aziraphale esperaba que esto fuera más sexual, Crowley excitado, al borde y contenido. Y no... No está logrando eso como esperaba. Sonríe igual.
—Eso solo te sale cuando no piensas en ello
Se ríe, bajito, sonrojándose igual y es que le fastidia un poco que no le salga cuando quiere. Le pone la pluma en el pecho y la deja ahí.
—Te... dibujo. Como querías.
Crowley se ríe.
—¿Qué?
—No, espera —sonríe.
El ángel se humedece los labios, un poco incómodo aún, sobre-pensando en cómo es que siempre quiere hacer cosas que no son propias de ángel y acaban siempre saliéndole algo incómodas para todo mundo.
—¿Qué sientes tú?
—Ehh... —Ahora mismo, vergüenza. Sinceramente. Se sonroja, desviando la mirada.
—¿Te excita?
—L-Lo haría, si me saliera bien...
—Hazme cosas que te excitarían a ti, no cosas que sabes que me gustan.
Aziraphale se humedece los labios.
—Es que ya asumía yo que quedarte quieto y decirme lo que sientes no era algo que te iba a gustar del todo. P-Pero a mí me... hacía gracia tenerte así, para mí. Lo que pasa es que... para que funcionara... —le sonríe y suspira
—¿Tendrías que quererme menos? —Le mira, escuchándole.
—Quizás.
Se ríe y abre los brazos para que se acerque y abrazarle. Suspira y lo hace, haciendo morritos porque no le ha salidooooo bieeeeeeen.
—I'm soft.
—Lo eres —se ríiiie más.
—No estaba tan lejos, cuando te he dicho "desnúdate" así, ¡todo iba bien!
—Ha ido todo bien hasta que me has mostrado la libreta.
—Ugh... no quería que te sintieras juzgado.
—Bueno —sonríe.
—Puedes quedarte con la pluma si quieres.
—A lo mejor puedo hacértelo yo a ti.
—Seguro podrías y te saldría mejor... Ugh... —suspira otra vez—. Quizás otro día lo intente de nuevo.
—Me pones nervioso solo con esas amenazas —traga saliva con eso.
—Que vas a ponerte nervioso —le mira de reojito sin creerle del todo esta vez—. Vamos mejor a llamar a Aamón y a hacer lo que deberíamos —se levanta, desdoblándose las mangas de la camisa y yendo por su saco.
—¿Qué? ¡No! —frunce el ceño
Aziraphale le mira de reojo y es que está ahí todo desnudito, pero... la verdad, no sabe cómo reaccionar. Quizás si se pusiera diecisiete capas de ropa una encima de la otra y luego Crowley le abrazara y comieran helado. Solo... tiene un poco de vergüenza.
—Yo aún quiero marcha, ¡no te vas a ir y dejarme así!
—¿Q-Quieres?
—¡Sí!
—¿Y-Y qué quieres hacer? —Eso le relaja un poquitín.
—¡Pero si te lo he dicho!
Traga saliva porque eso implica ÉL estar desnudo y ahora mismo le ha dado un ataque de... vergüenza.
—Vamos al cuarto.
Crowley se levanta. El ángel se pone el saco, solo por si acaso, nerviosito. Vas a tener que deshojarlo como lechuga.
—¿Qué me vas a hacer?
Le mira de reojo pensando en hacerle el amor con la luz apagada, debajo de las cobijas y con la mitad de la ropa puesta. Incluyendo calcetines. Seguro lo mata como le proponga eso.
Le sonríe.
Sonríe un poquito, porque... Crowley es dulce. MUY dulce. También, probablemente, cuando no se da cuenta.
—Voy a... hacer lo que sí se hacer bien. Y seguro será desesperantemente lento.
—Nooo —lloriquea.
El ángel se ríe un poco, subiendo las escaleras delante de Crowley.
—Voy a amarrarte en una de esas cruces que he puesto en el cuarto y a azotarte... —bromea
Se detiene en las escaleras.
—¿Eso quisieras? —le mira de reojo.
—Ehm... no.
—¿Eso es un... no... NO. O un... no, pero sería sexy?
—Los azotes no...
—Ya estaba empezando a pensar que debíamos traer a Gabriel para eso...
—¡Ugh!
Extiende las manos hacia el para que siga subiendo y Crowley se acerca para tomarle las manos.
—Yo no soy del modelo azotes, my dear. Ya lo sabes. A mí me gustan los baños hasta tener la piel arrugada y el... hacer cariñitos. Pero aun así hay otras muchas cosas que podemos hacer.
—Menos mal.
—M-Me dio un poco de vergüenza ahí abajo...
—Eso he visto —le acaricia las manos.
—No suelo tenerla. Y menos contigo.
—¿Entonces?
—Uno no controla esas cosas. Estaba... e-estaba pensando en... dejar la luz apagada y... solo... meternos en las cobijas. Quizás no tenga que desnudarme del todo y...
—¿Eso te pone?
—No.
—Pues no.
—Pero no sé si...
—P-Prefiero que me... ates
Levanta las cejas y le mira… Crowley no le mira.
—Eso podría hacerlo.
—Y vuelvas a hacer eso con la pluma.
Sonríe de lado, mira que rápido se te ha quitado la vergüenza
—Solo... intenta excitarte tú, no solo gustarme.
Aziraphale se sonroja un poco, maldita sea, deja de leerle tan bien
—Y... Y probablemente yo me excitaré como un imbécil porque tú aguantes mucho más que yo
Aziraphale se ríe bajito con eso.
—No creas que aguanto tanto —qué va... —, solo con que estés aquí, desnudo para mí... ya estamos teniendo problemas.
—Hace como una hora que estoy desnudo y ni siquiera me estás mirando... o sea, ya sé que no es del todo esto lo que a ti te va pero... —se sonroja.
El ángel se le acerca y le abraza. Y de golpe, ya que le tiene cerca, le levanta en brazos. Le abraza del cuello
—No quería ver como no estabas TÚ excitado conmigo... por eso no te estoy viendo, Crowley... tengo que hacer un sobreesfuerzo por no mirarte AHÍ.
Aprieta los ojos.
—Pero no temas... así tenga que esforzarme al doble y comerte centímetro a centímetro de eso que tienes ahí, vas a estar todo lo excitado posible y... no vas a poderte mover —sentencia poniéndole en la cama y yendo a buscar unos pañuelos para amarrarle y la verdad, es que yo le tendría un poquito de temor ya tan empeñado.
Crowley traga saliva e intenta relajarse un poco porque no creas que a él no le ha jodido haberle destruido el rollo, esperando hacerlo mejor esta vez
Y es que ahí está con sus pañuelos de tartán amarrándoselos a mano en las muñecas, antes de estirarle hacia una esquina de la cama y luego hacia la otra y... haciendo lo mismo con los pies. En cruz. Tal como lo prometió.
Traga otra vez, dejándose y pensando en si no debería poner un poco de resistencia.
Ya has puesto la bastante, my dear... por ahora saca más y más pañuelos y le amarra las manos de manera tal que... es humanamente imposible chasquear los dedos.
Uf... eso le pone más nervioso, la verdad. Así tan tranquilito, tan mono... y tan inocente.
—Bien, ahora voy a ir a buscar algo de beber... —con dos cojones.
—W-What?
—¿Quieres que te traiga algo para ti? —pregunta sonriendo un poco.
—Sí. ¡No! ¡No quiero que vayas! —se mueve intentando desamarrarse. Suerte con eso.
—Voy a ir además por mi teléfono —decide. Con otros dos cojones—. Porque no tengo bastantes fotos tuyas.
—¿Q-Qué? ¡No! —se revuelve más.
—Has dicho que me diera gusto e hiciera las cosas que me excitan a mí...
Se humedece los labios
—Voy a lamentar esto, pero... por lo menos déjame a medias primero —pide apretando los ojos.
—Por lo menos... —repite acercándosele a la cama.
—Hombre, si me dejas terminar del todo...
—Voy a volver y vas a estar dormido —le sonríe, sentándose junto a él.
—Pero entonces puedes irte todo lo que quieras —sonríe tan listillo.
—Mira tú... qué bonita forma de resolverlo todo. No.
—¿No?
Mano directamente a las regiones vitales. Con suavidad, desde luego. Igual salta.
—Bien, me gusta esta actividad...
Vas a... llevarte tú también un buen impulso, porque si planeas dejarlo ahí excitado mientras vas por la casa a hacer quien sabe qué, ni te creas que no vas a irte tú también un poco frustradillo.
¡Demonio! Y espérate, que se agacha y va a... Ehm... ayudarte con la boca.
Alaaaa.
Te ha dicho que se iba a empeñar.
Intenta con malas mañas que no se note cuando está a punto para... poder terminar.
No, no... Si te conoce. Se separa.
El suspiro de frustración.
—¿Qué quieres beber?
—Lo que te sale del pene cuando te excitas, ¡ven aquí!
—Ahora vengo, ahora vengo... —Aziraphale se ríe, sonrojándose con ello.
—Nooo —patalea
—Solo voy por la botella.
—¡No la necesitas para nada!
—Paciencia, paciencia my darling —es que el mismo tiene poca paciencia cuando a Crowley se pone así.
—Que espere la botellaaaa
—La gracia es que esperes tú...
—¡Eso no tiene ninguna gracia!
—Te ves tremendamente guapo así... desesperado y excitado.
—Pues quédate aquiiií.
Le acaricia un poco las piernas, la verdad sin irse muy lejos.
—Me quedo entonces... si me dices cosas bonitas —sonrisita malévola.
—¿Qué tal un beso? —sonrisa. Es una sonrisa peligrosa, hay que decir
—Primero las cosas bonitas.
—Cosas bonitas.
Aziraphale parpadea.
—No!
—Mariposas, arcoíris y atardeceres.
Aziraphale entrecierra los ojos.
—Raindrops on roses, whiskers on kittens —SI QUISIERAS VER DE UNA VEZ ESA BLOODY PELICULA.
—Vale, voy por bebida.
—Nooooo.
—Te lo ganaste... por malo.
—¡Pero si he hecho todo lo que me has pedido!
—¡No eran ESAS cosas bonitas!
—¿Qué cosas bonitas entonces?
—¡De mí!
—Esto sería más fácil si tuvieras buen gusto al vestir o al decorar.
—Eres incapaz de decirme cosas bonitas.
—Entonces podrí decirte, "me gustan tus botas nuevas" o "te queda bien ese abrigo" o "pues sí que se ve bien esa lámpara"... bueno, también podría decirte todo eso si estuviéramos en los años cincuenta.
Aziraphale hace los ojos en blanco, acariciándole las pantorrillas. Crowley se revuelve, pero sonríe.
—No es eso lo que te he pedido.
—¿Lo que quieres es que te diga que te quiero?
—Lo que quiero es un trago... —se sonroja—. Como sé bien que no eres capaz de decir esas cosas, te lo he pedido.
—Puedes tomar lo que quieras cuando acabes esto, venga, no va a tomarte nada de rato.
—Y quiero también tomar una foto.
—¿Por qué? —Aprieta los ojos con eso.
—Porque te ves espectacular.
—No la... hagas con el móvil.
—¿Por? —Le imagino enseñándosela al barbero, la verdad "mira que guapo mi novio" boom.
—Porque eres un desastre y podría alguien engañarte y hackearte y robártela.
—Nadie me la va a robar, ¡es mía!
—Mejor si está en un aparato sin conexión a internet.
—¿Y de dónde saco eso? Deja de liarme... —se levanta y se va.
—¡Pues con una cámara normal! ¡NO TE VAYAS!
Se detiene en la puerta porque... es que los gritos... sirven.
—Una cámara normal...
—¿Y mi beso?
Se le acerca otra vez.
—Tu beso... —y es que le mira de arriba a abajo con una cara... tan ridículamente obvia Como si fuera THE ULTIMATE CREPE.
—Siiii... mi beso... —sonrisita de lado, se mueve un poco.
Se humedece los labios, porque... es que él quiere darle un beso y acostarse ahí y de hecho quiere... querría quizás montar a Crowley estando amarrado. Se sonroja de pensarlo y es que debe hasta notársele lo que quiere, le pasa una mano por el abdomen planito que tiene, moviéndose hacia abajo del ombligo, deteniéndose antes de la zona de peligro.
Le da un escalofrío tremendo.
Sonríe, levantándose y... desabotonándosela el pantalón.
—No sirve que te levantes para un besoooo
Le da la espalda y se baja los pantalones, el demonio se humedece los labios.
Se quita los zapatos y los pantalones con cuidado y ahí se ven sus blancos calzones largos. Se gira a él.
—¿Cuánto quieres un beso?
Le silba y el ángel se sonroja un poco.
—N-No seas pueril.
Se ríe y Aziraphale se acerca de vuelta, subiéndose a la cama con una rodilla y montándosele encima.
—¿No querías que te dijera cosas bonitas?
—Eso no es decir... —sonríe, pensando que quien necesita fotografías pudiendo ver esto—. ¿Quieres un beso?
Crowley mueve el culo para... restregársele un poco. Eso sí que puede hacerlo.
—Impaciente... —se acerca a besarle.
Arquea la espalda para ir a por el beso y el ángel le besa, porque él bien que quiere.
Y le pasa más... electricidad de esa con el beso a ver si así está también él más ansioso.
Oh, cielos.
Sí, por eso quería un beso.
Vale, cuando se separa un poquito ya no trae la ropa interior. Si trae TODO lo demás.
Todo lo demás?
Pues... Aziraphale traía todo lo demás.
Ah. Bueno, da igual, ¡no es eso lo importante ahora!
Va a serlo un poco... porque se yergue, mano en su pecho... y la otra mano desaparece de su vista hasta que la sienta Crowley... ahí.
Crowley mueve las rodillas. Sí, las como quince que tiene, de un lado a otro un poco desesperadamente.
No tarda mucho en guiarle... al lugar correcto, levantándose un poco y colocándole en el punto exacto apropiado antes de... dejarse caer, carita angelical. Ojos cerrados.
Es que se te va a acabar la fiesta antes de empezar con la de ganas que traía. Milagrosamente hoy te vas a convertir en el tipo más a punto de terminar qué hay que no termina por hacerlo hasta que un ángel regordete no acaba de... quedar satisfecho encima tuyo.
What the fuck? ¿Cómo?
La verdad, no lo sé. Pero Aziraphale parece estar disfrutando esto aún más que un postre del Ritz y mira que ni siquiera mueve tanto las caderas, pero parece tener un perfecto control de cómo apretar... y además se está tocando a sí mismo, y relamiéndose cada dos por tres, echándote oleaditas de amor.
¡Joder! Es que Crowley grita y se mueve desesperado y debe estar echándole todo lo que sabe, puede, tiene, con toda la fuerza.
Y sirve, todo lo que le echa sirve y Aziraphale reacciona con intensidad pero... de la manera en la que reacciona él. Con gemiditos, soniditos, movimientos suaves y profundos, con darlings y loves
Pero porque él no acabaaaaaa. Esto es un INFIERNOOO.
Solo lo estas esperando.
Pues siiiií
Y espera que te deje terminar.
¿Disculpa?
Como vas a terminar una vez que... milagrosamente termines. Verás que va a ser como si terminaras diez veces.
Milagrosamente. No, bueno, eso seguro, pero yaaaaaa
Ahí va, ahí va... ¡has dicho que lo hiciera como Él quería!
Sí, Angel, pero eso no justifica volverle loco de desesperación hasta que te suplique.
Pero... ¡si lo está pasando bien el también! Puede preguntarle directamente... sonriendo un poco tan feliz, acariciándole el pelo y... moviéndose. Creo que ni siquiera ha notado que está milagrosamente haciendo que le espere.
Que va a notar, está gritando y suplicando.
Aziraphale se muerde el labio Porque Crowley parece estar de verdad desesperado y él lo está pasando tan... bien. Quizás... debería apresurarse un poco.
—¿E-Estás bien?
—¡No! ¿Y si estoy enfermo? ¿Y si nunca más puedo...?
Aziraphale parpadea y deja de moverse, absolutamente engolosinado con todo esto. Del TODO descolocado de que Crowley en lo que esté pensando ahora mismo es en sí está enfermo.
—¿Q-Qué?
Es que no sabe que lo estás haciendo tú, díselo y cambiará el registro.
—S-Solo quería... a-acabar... —se muerde el labio un poco culpable—. T-Tú estás c-cerca también, ¿no?
—¡Llevo cerca como cinco años! ¡Nada sirve!
—O-Oh... puede que sea un poquito mi culpa...—confiesa con la boca pequeña
—¿Q-Qué?
—B-Bueno, es que si t-terminabas yo no... —vacila y se mueve un poquitín, porque no crean que esto no es incómodo... y que él no está a punto.
Crowley parpadea unas cuantas veces.
—¿Q-Quieres...? p-p-puedo soltarte, pensé que... e-estabas pasándolo bien.
Echa la cabeza atrás y se ríe, un poco derrotado y casi sin aire. Aziraphale vacila un poco con esa risa, preocupado con una sola cosa.
—Eres el MAYOR CABRÓN de toda la historia de la humanidad.
—¡¿Q-Qué?!
—Y si eso no te parece algo bonito, no sé qué esperas de mí —se ríe aun un poco.
El ángel sonríe un poco, de lado... y cierra los ojos con un escalofrío, porque la risa y Crowley se está moviendo un poco.
—¿Podríamos discutir esto... en un momento más a-apropiado? T-Tengo un orgasmo que terminar.
—Ah, mira quien tiene puta prisa de repente.
—Los dos... ya podrías ayudar en algo—tiene el morro de reclamar
—¿Que yo no estoy ayudando? ¿Que YO no estoy ayudando?
—Te gusta que sea un cabrón... ahora shhht... que me desconcentras —se mueve otra vez.
Vuelve a gritar y a moverse. Y en cuanto él... esté listo, muy muy en el borde, va a soltarte de GOLPE.
¡Ahora sin que se lo espere! Creo que hasta se va a salir de su cuerpo sin querer, es como un exorcismo Probablemente volverá enseguida.
Ojalá, va a quedarse muy agobiado de matarte si no.
Nah
Menos mal. Él está tremendamente satisfecho.
Ah, no, Crowley también.
Además de sudado, porque sigue con casi toda la ropa puesta. Pajarita incluida.
—No puedo creer...
Se le echa encima soltándole brazos y piernas. Crowley le abraza, desentumeciéndose un poco
—¿Qué no puedes creer?
—Que hayas sido capaz de esto.
—Estoy de acuerdo... esta camisa no está ya para estos trotes.
Se lo quita todo de un chasquido.
—Ugh... no la arrugues —medio protesta, la verdad, un poco agradecido.
—No se va arrugar a donde ha ido.
—¿A dónde ha ido?
—Nadie lo sabe.
Aprieta los ojos pero está tan... satisfecho ahora mismo que no va a preocuparle. Le abraza.
—¿Lo has pasado bien?
—No.
—Mentiroso.
Se ríe.
—Puede que lo hayas pasado demasiado bien y que de ahí vengan las quejas.
—Va a ser eso.
—Sí que lo es —le da un besito en los labios—. Te veías muy guapo.
—No me has hecho la foto al final.
Cierra los ojos y chasquea los dedos. Una foto impresa aparece en su mano.
—Anda. Puto. Ya.
Se estira y la pone en la mesita de noche. Crowley la mira de reojo. Está obviamente desde la perspectiva de Aziraphale, cuando estaba de pie junto a la cámara, habiendo terminado de... ehm... juguetear con él con su boca. Vamos. Crowley perfectamente excitado y gritoneando.
Le sonríe y le da otro beso, este un poco más guarro que el anterior. El demonio se sonroja un poco pero se centra en el beso.
—Has estado espléndido, my darling. Me has dejado del todo satisfecho —se separa un poco, y le mira. Crowley le fulmina, sonriendo—. Esto habrá que repetirlo.
—Sí, al revés.
—No funcionaría.
—¿Por?
—Porque tú siempre quieres terminar rápido.
—Puedo terminar varias veces.
—Así le hacemos siempre —sonríe.
—No es verdad que yo acabo más veces que tú.
—¿No? —sonríe, porque esa última pregunta solo fue para picarle.
—¡No! —frunce el ceño.
—Lo qué haces es hacerme terminar a mi muchas veces —le da un besito rápido en los labios otra vez.
—¡Exacto!
—Y por eso no funcionaría —sonríe.
—¡Puedo terminar yo muchas veces sin hacerte terminar a ti!
—Hmmm... voy a terminar una vez.
—Exacto.
—¿Y luego qué?
—Pues luego ya, igual que ahora.
—Yo no voy a aguantar a que tú te vengas varias veces.
—¿Cómo que no?
—Pues no... Puede que aguante cinco...
—Puede hacer que aguantes diez. Que me VEAS terminar diez veces sin que ni te toque
Aziraphale se humedece los labios
—¡Ja!
—Bueno, eso... ¿por qué querías terminar diez veces sin mí? Yo lo que no quería era que terminaras sin mí ni una.
—Pues por... desesperarte.
—Ah, ahora quieres una especie de venganza por algo que hice yo solo para satisfacernos a ambos...
—¡No es venganza!
—Es TOTALMENTE venganza
Ojos en blanco.
—Pero podemos intentarlo cuando te recuperes de lo que acaba de pasar.
—¿Yo o tú?
—Tu... yo estoy listo en cuanto digas —la verdad no es cierto, porque se acurruca contra él y le aprieta contra sí, cerrando los ojos.
—Mira que como haga que eso sea cierto...
—Nunca he dicho que no a estas propuestas —se ríe.
—Pero no te va a gustar.
—¿No? —levanta las cejas y la cabeza un poco, mirándole con sus ojotes azules.
—¿Que te vuelva a poner ansioso e insatisfecho? No.
—¿Entonces por qué quieres ponerme algo que no va a gustarme? —besito en el hombro.
—Para demostrar que mientes.
—¿En qué miento?
—En que ya estás y podrías ir por otra tan fácil.
—Aún te siento en... todos lados —Se ríe un poquito otra vez y Crowley sonríe—. En TODOS lados —se esconde en su cuello—. I love you.
Le abraza hacia sí y le da un beso en la cabeza.
—Creo que hoy ha quedado demostrado que en el fondo... aun cuando sea un angelito tranquilito... sí que te gusta.
—Ni de coña eres un angelito tranquilito.
—Qué va... claro que lo soy.
—Ni de coña.
—¿Dónde está mi maldad intrínseca?
—¡Aquí! ¡Eres un cabrón!
—¿Yo? Qué va, ¿qué tengo de cabrón?
—¡Y aun me pregunta!
—Pues sí, es una acusación muy seria.
—Es lo mínimo que mereces
—¿Pero por qué? ¿Qué te hice? Darte placer prolongado... no es eso que dices.
—Eso fue... Sí que fue una cabronada, te pongas como te pongas.
—Una que te ha gustado mucho.
—Eso... no es el punto aquí.
—Es el punto más importante de todos, darling —el ángel se ríe.
—¡Claro que no!
—Si te ha gustado mucho no veo el porqué de las quejas.
—¡Tú eres el que se está quejando!
—¿Yo? No, he dicho que fue maravilloso —sonríe.
—Y te has quejado amargamente porque yo he dicho que fue una cabronada.
—I love you —risita.
—Ya, ya, claro. Ahora intenta arreglarlo.
Se ríe un poco más.
—Ñañaña.
—Creo que... por más sexy que sea todo esto, no me vendría mal limpiarme un poco
Chasquea los dedos. Puede que haya mandado los restos de todo a la mesa de Hastur en el infierno.
Sonríe, porque no quería moverse. Ugh. Guarro
Con Amor. ¡Oh! No, no, espera. No, a Hastur no, ¿dónde tienen las almas de los condenados por sodomía?
Sótano tres, pasillos nueve mil al trece mil
O sea, es que Wilde debe estar ahí abajo. Con amor, ahora sí.
NO le digas eso a Aziraphale que te va a hacer bajar.
Pues no se lo decimos pero como que es OBVIO.
¡No! No le digas que le has mandado... nada, que está ahí... trata de no pensarlo porque tiene todo un debate en... que ahora ya no es pecado como tal.
Seguro está por más cosas.
¡Aun así! Ugh, Deja de hablar de Oscar Wilde cuando Aziraphale te está mirando así.
De hecho, puede que esté con los asesinos o los pederastas porque alguien ALGUIEN mezclo los papeles. Ups.
Cabrón.
Seguro Freddy esta en algo así como mucho más leve y algo parecido hará por Ozzy cuando sea el momento.
Eres horrible. No le cuentes eso si pretendes algún día hablar con Aziraphale de otro tema.
No se lo está contando.
Ya, ya... por eso le está mirando así ojitos de corazón y por eso Crowley sonríe en paz con el universo.
—Thank you —para colmo.
—De nada.
—¿Estás cansado?
—Un poco.
—¿Tienes hambre?
—Nah, pero podemos comer.
—¿Cómo puedes no tener hambre después de todo eso...? —se ríe—. Oh, y tengo que...
—Pues... ¿qué?
—Hablar con Ragueeeel —lloriquea.
—Ah, sí.
—Ugh... vale, vaaaaaale... ya me quiero quitar eso de encima.
Crowley se estiiiiira y luego le sonríe. Aziraphale le mira, un poco embobado, porque es laaaargo, sonríe también, pasándole una mano por el abdomen y él se pasa una mano por el pelo, dejándole.
—Eres demasiado guapo.
—¿Demasiado?
—Sí, demasiado.
—Imagina si fuera feo.
—No. Gracias. Prefiero que seas Crowley... y que puedan intentar robarte cualquier día —le da otro beso y se levanta, buscando su bata.
Crowley le mira y sonríe de lado, pensando más bien en lo que le ha costado... esto. Se pone la bata esa que tiene blanca de batik bordada toda vaporosa. Parece vestido de novia.
—Ven, te daré algo de beber... algo especial — TODO lo que le das siempre es especial.
Chasquea los dedos haciendo que la raja trasera de la bata le llegue hasta la cintura, de manera que según como se mueve, se le ve el culo. Sonríe de ladito y se levanta.
Aziraphale, que es inocente en eso como todos los de su especie, no piensa que ha hecho eso... claro. El demonio se le acerca esperando a que le diga.
—¿Quieres una bata?
—¿Crees que necesito una?
—Vamos abajo —Se sonroja un poco.
Sonríe y en cuanto se da la vuelta para abrir la puerta, le mete la mano por la raja trasera de la bata y Aziraphale pega UN SALTO.
Crowley quita la mano y sonríe. El ángel se da una vuelta sobre sí mismo porque no sabe cómo es que... ha conseguido...
El demonio toma otra bata de detrás de la puerta, poniéndosela él como si nada.
—Jum... foul fiend —medio protesta girándose de nuevo hacia las escaleras y mostrando TODO EL CULO.
Crowley inclina la cabeza mirándole... pues menea el culo mientras baja las escaleras. Baja tras él con la cabeza inclinada, a ver si no se va a caer.
Lo estoy viendo, todo piernas y brazos rodar todos los escalones, por estar mirando lo que no debe.
Y haciendo un escándalo al caer, por cierto, así como de cómic viejo de Batman, pero luego al aterrizar hace una postura como si acabara de hacer eso expresamente. Carraspeando.
—¿Te has... hecho daño?
—N-No.
—V-Vale... vale —sonríe de lado—. Vale. ¿Así bajas tú las escaleras ahora?
—Exacto. Era un movimiento de baile.
—Grácil.
—De nada.
—Dije grácil, no gracias —se ríe. Gesto vago, se encoge de hombros—. ¿Puedes pedir algo de cenar? Voy a... servir vino y a llamarle a Raguel
—Claro.
Y se toma su tieeeeeeeempo pero sirve una cooooopa y ahí se vaaaaa. Crowley va a por su teléfono y luego vuelve con él.
Ah, sí, que necesitamos teléfonos, cierto... Aziraphale va a su teléfono de disco y le pide a Crowley el número de Aamón.
—¿No ibas a llamar a Raguel? —se le acerca por la espalda y le aprisiona un poco contra la mesita.
Aziraphale traga saliva y le mira por encima del hombro.
—Y-Ya, bueno... deben estar juntos ¿no?
—Quién sabe —apoya la barbilla en su hombro.
—Te irrita más Aamón de lo que debería —le susurra.
—Es un demonio, claro que me irrita —le mete la nariz detrás de la oreja.
—Pero que no fuera Raguelito porque a él le darías besitos —le da un escalofrío y sonríe, idiotizado.
—¿Besitos? —le da uno.
—Sí, besitos... —estira el cuello para que le dé más—. Te gusta Raguel.
—Ah ¿sí? Así que a Raguel le daría besitos así —le da más—. No como a ti, que te doy celitos.
—Sí... ni siquiera sé por qué —cierra los ojos—. Ugh. Celitos.
—Pues dímelo tú —le abre la bata por atras y mete la mano por ahí dentro.
—Mmmm... p-pues me lo dan —da un saltito, dejándole hacer—. P-Porque es un á-ángel y...
—¿No que la envidia es un pecado también? —más besitos y se le repega—. Ya verás que cara pone cuando se entere que tiene que escribir eso en su libro.
—N-No. No le hagas... escribir eso en su libro —levanta la mano y le acaricia un poco el pelo con ella.
—Va a tener que escribir sobre la lujuria y sobre los celos a la vez —sigue moviendo la mano, acariciándole dentro de la bata
Aziraphale echa la cabeza un poco atrás, sin entender cómo es que... acaban de hacer esto... y-y...
—Tienes que girar el dial del teléfono —susurra sin detenerse.
—N-no sé ni qué tengo que... m-marcar...—medio rebusca por ahí a ver si... encuentra el teléfono de alguien... Milagrosamente podría encontrarlo.
Venga... aunque Crowley no le suelta. Y mete el deeeeeedo... y suelta un gemidito, y una risita y... da la vueeeeeeeelta. S va a tardar media hora en marcar
Además Crowley le distrae y le hace equivocarse riéndose también. Raguel hace los ojos en blanco, goddamnit.
—Mira lo que me hiciste hacer...—risitas, risitas... más risitas. jijiji jojojo... eres tan tonto... jiji
