Miguel tose y se limpia la ropa un poco, sacudiéndosela. Aziraphale está teniendo un síncope.
—Ugh, esta forma de moverse por el mundo —protesta Miguel mirando alrededor.
—Estabais haciendo mucho drama —sentencia Belcebú igualmente limpiándose la ropa también.
Aamón les pone los ojos en blanco con las quejas, la verdad, mirando que Raguel esté bien.
Raguel le mira y le sonríe un poquitín, tosiendo igual un poco porque se le ha metido tierra a la nariz.
—¿Qué es este sitio? —pregunta Sariel.
—Es la biblioteca de Aziraphale... —explica Belcebú.
Aamón le sonríe de vuelta porque este lugar, acaba de caer donde es y es... un buen lugar y él es amigo del ángel, dentro de lo que alguien puede ser amigo del señor de la Ira, claro
Ya, ya… bueno pero el señor de la ira si puede ser amigo de quien sea.
—La biblioteca… es una biblioteca muy pequeña —Azrael mira alrededor.
—Es un lugar de mala muerte —Uriel arruga la nariz, pero ahí va a la puerta la primera, metiendo la cabeza y queriendo gritar "Eh, ¡friki!"
¡No es un lugar de mala muerte!
Asmodeo sonríe de lado, guardándose las manos en los bolsillos
No tengo idea de que estará haciendo Aziraphale… ¿Alguna idea? ¿Está Crowley ahí?
Quizás están bebiendo e intentando relajarse.
Tan triste la vida… Pues estarán bebiendo. Sentados en el sillón, probablemente esta vez Aziraphale… esté medio echado en Crowley.
La verdad, se sobresaltan un poco con todo el ruidajal de diez personas intentando entrar en un espacio donde solo caben como seis, quizás siete si se llevan bien.
Es que además es su librería. Ahí no suele entrar nadie! Ugh!
—Who on earth… —empieza Aziraphale, levantándose y yendo dos pasos hacia la puerta
—Que te apartes, te digo —protesta Lucifer para Azrael, empujándole un poco, mientras Aamón aprovecha para abrazar un poco a Raguel
Aziraphale termina dando un paso atrás, abriendo mucho los ojos cuando teme… es que ni siquiera tiene que verlos pero TEME.
Raguel le sonríe y le abraza de vuelta, apretándole un poquito y deseando escaparse… como todo el tiempo.
Miguel mira a todo con cara de asco, arrugando un poco la nariz y pensando que debió venir en armadura. Claro, Miguel, porque todo parece muy amenazante.
—Aziraphale? —llama Belcebú.
Uriel se mueve hacia un pasillo para que no le empujen, mirando alrededor con asquito también porque todo esta tan oscuro y lleno de polvo.
—Eh-Ehm… —Aziraphale vacila, mirando a Crowley de reojo que se lleva las manos a la cara porque ni puto cinco minutos pueden dejarles en puto paz con alguna mierda rara. Y es que es la voz de Belcebú.
—Aziraphale? ¿Estás ahí? Soy Gabriel —sigue, buscándole. Alguien tira una pila de libros y hay algunas protestas más porque sigue habiendo demasiada gente aquí.
Aziraphale… entra en pánico porque es que no… suena a Gabriel.
—E-Estoy aquí… —susurra.
—Vamos —les hace señas a los demás para ir hacia donde se oye la voz y van entrando todos
Hasta Crowley se incorpora a ver, flipando un poco con la cantidad de gente… ¡y quienes son!
Aziraphale da varios pasos hacia atrás y aprieta los ojos porque… que hace. Todos ellos mezclados aquí.
—¿Qué está pasando?
—Tenemos que hablar —explica Belcebú, como si no fuera obvio.
Crowley se levanta acercándose a Aziraphale porque Belcebú...
—¿Ha-Hablar? ¿¡Conmigo?! —¿otra vez? Esta… no debería hacerse costumbre, piensa Aziraphale para sí. La verdad, que Belcebú en persona le hable no es lo más común y no suele traer nada bueno.
—Sí. El cielo... hemos tenido algunos problemas. Para resumir, necesitamos que subas.
—Ehm… Disculpe, ehm… ma'am, pero… no creo que…—Aziraphale mira a Miguel que a falta de Gabriel parece ser la siguiente. Vamos, es que… o sea la loca es un demonio.
—Aziraphale —Belcebú frunce el ceño, porque le está hablando ella.
Miguel asiente igual y se acerca a ellos.
—Ehm… perdone, pero… —Aziraphale sigue vacilando, mirando a Belcebú solo de reojo.
La verdad, Crowley esta super tenso porque... o sea, qué... Lucifer, Aamón, Asmodeo... ¿Ese es Leviatán?
—Escúchame. Tienes que subir al cielo con un demonio.
Aziraphale les mira a todos y luego otra vez a Miguel. Crowley se tensa aún más con esa última parte.
—Permítame… confirmar. ¿El príncipe del infierno me está ordenando que suba al cielo con un demonio…? —repite para Miguel, ahora pensando que quizás no es ella, sino un demonio disfrazado.
—Soy Gabriel, Aziraphale.
—Anda, no me jo... —suelta Crowley y decide mejor no meterse. Se tapa la boca con las manos.
—Y no cualquier demonio —añade Lucifer, ya que estamos.
—Ehm, disculpe, madame, pero… —Aziraphale es que vuelve a mirar a los demás, porque esto debe ser broma. Ojos en blanco de Belcebú—. Es decir, si la ven ustedes… como yo, ¿verdad? Ehh… ¿quieren tomar asiento?
—Lo que están intentando decirte, es que ha habido un alzamiento en el cielo —interviene Aamón. Aziraphale PARPADEA.
—Un… alzamiento en el… cielo… —es que suena de lo más ABSURDO.
—¿A caso Gabriel ya ha perdido del todo la chaveta? —pregunta Crowley. Belcebú frunce más el ceño con eso.
—¿Gabriel, por? —pregunta Remiel.
—Bueno, ¿quién más podría haber organizado un alzamiento en el cielo?
—Dalquiel —explica Remiel.
—Who? —Crowley mira a Aziraphale.
—Porque Dalquiel… —Aziraphale se interrumpe, cerrando los ojos—. ¿Por qué un ángel se atrevería a alzarse en el cielo? La última vez no salió bien…
—Sí que lo hizo —ojos en blanco de Lucifer.
—Ha dicho que... han dicho que el cielo se estaba llenando de demonios últimamente y que hasta que no arregláramos nuestros asuntos, no nos permitiría volver —sigue Remiel, ignorando a Lucifer.
—Ohh… es decir, ha… ¿a quién no le va a permitir volver? —sigue Aziraphale.
—¡A los Arcángeles! —exclama Uriel, indignada.
—¿Y queréis meterlo a... él con un demonio? —pregunta Crowley sarcásticamente, señalando a Aziraphale.
—Es que necesitamos a un... demonio en el cielo —explica Remiel, incómodo.
—Aziraphale, no necesitas tantas explicaciones —Miguel absolutamente impaciente con esto.
—Bueno, hay que contarle lo que tiene que hacer —se defiende Remiel.
Aziraphale la mira pensando que sí que necesita explicaciones. Gracias, Remiel.
—¿Qué tiene que hacer? —pregunta Crowley.
—¿Y por qué yo…? —agrega Aziraphale a la pregunta de Crowley.
—Liberar a Belcebú —suelta Belcebú.
—Porque nadie más va a querer subir al cielo con un demonio y a nosotros no nos dejan entrar. Pero tú no le vas a importar a nadie —asegura Uriel.
—¿Por qué está Belcebú...? —empieza Crowley y es que la mirade que le echa Belcebú...
—Le han hecho eso —Aamón señala a Leviatán que sigue abrazado de Azrael.
—Ehm... —Crowley vacila porque no entiende del todo qué le pasa a Leviatán —. W-Who?
—Pues ¿quién va a ser? Miss Paz y Armonía —suelta Lucifer.
—No le hice nada, ¡son todos unos débiles! —protesta Miguel.
—Belcebú… ¿hay otra Belcebú? —Aziraphale… es que tiene diez mil preguntas.
—Igualmente todo esto no es importante ahora —asegura Belcebú.
—Bueno, lo es un poco —valora Aamón.
—¿Pero no eres tú Belcebú… —pregunta Aziraphale… porque Belcebú está ahí enfrente suyo, ¿que no la ven? Y no es un disfraz. A menos que… —. O es el cuerpo de Gabriel el que… ohhhhh.
—¿Por? —sigue Belcebú, ignorando a Aziraphale.
Aziraphale se gira con Crowley porque las posesiones demoniacas… y angelicales.
—La verdad, si ella está como Leviatán, deberíais esperar a que se serene para aseguraros que no va perder la cabeza en cuanto la soltéis —asegura Aamón.
—Pero no hay manera de saber cuándo va a serenarse, tío listo —suelta Uriel, sarcástica.
—Tampoco tenemos tanta prisa —recuerda Raguel.
—¿A caso no tienes justamente aquí a Leviatán para verlo? Ella no puede ser mucho más lenta—replica Aamón.
—Bueno, alguna prisa sí tenemos —interviene Remiel—. Es cuestión de tiempo que alguien note que Gabriel está ahí y puedan deshacer las cadenas demoniacas ellos mismos.
—¿Qué le hicieron? —pregunta Aziraphale.
—Anda, cuéntale... —Belcebú insta a Miguel, mientras Crowley se debate entre acercarse o no a verle porque le da curiosidad, pero...
—Belcebú es mucho más fuerte que Leviatán —les recuerda igualmente Belcebú, pensando que solos falta que uno de los demonios presentes... o no presentes, quiera hacerse con el infierno ahora también aprovechando el caos.
La verdad, Aamón y Lucifer ponen los ojos en blanco con eso, porque... claro, claro, como tú digas, Gabrielito.
—Pues la dejamos fuera de combate, con bastante facilidad –explica Miguel y
Belcebú la fulmina—. Como dejaríamos a cualquier demonio.
—¿Eso... lo hiciste tu? —pregunta Asmodeo a Miguel, señalando a Leviatán.
—Lo hizo Azrael. No son muy hábiles para defenderse.
Lucifer levanta las cejas y mira a Azrael con curiosidad, porque que Miguel sea una bestia es algo habitual, pero los demás es raro.
—Bueno, volviendo al asunto —pide Belcebú.
—¿Vencieron entonces a Belcebú en el cuerpo de Gabriel? —pregunta Aziraphale sin terminar de entender.
—Necesitamos infiltrar un demonio en el cielo que libere a Belcebú para que ella nos devuelva el control del cielo —le explica ella.
—¿Belcebú en el cuerpo de Gabriel? —sigue.
—Eso mismo —asiente Uriel.
—Y están seguros de que este es… Gabriel
—Es difícil de creer, pero hay que tener fe —le explica Remiel.
—Bueno, y… ¿por qué me dejarían entrar a mí con un demonio?
—No eres un Arcángel. Obviamente —replica Uriel.
—Pero si lo que no quieren en el cielo son demonios, todo el mundo sabe que no es muy buena idea dejarle entrar a él —asegura Crowley.
—Y además voy a llevar a un demonio —asiente Aziraphale—. Es que… ¿por qué iban a dejarme entrar?
—Lo que significa, además que van a tener buenos motivos para no dejarle entrar —añade Crowley para darle fuerza a su argumento.
—Porque eres un principado, quizás ni saben del todo bien quién eres —explica Uriel como si la palabra "principado" fuera sinónimo de "Don nadie".
—¿Cómo no van a saber quién es? Como si no hubierais anunciado todo esto a bombo y platillo —protesta Crowley recordando como estaban todos con él de esquivos en navidad.
—Si ¿No nos han puesto como ejemplo de lo que no se tiene que hacer todo el rato en los últimos tiempos?
Belcebú mira Miguel y al resto de ángeles.
—Aun así, pareces nuestra mejor opción, ya que no eres un Arcángel y no tendrían porque no dejarte entrar a ti —asegura Remiel.
—Además, aún hay que decidir que demonio va a ser el que sube —comenta Belcebú.
A lo que Crowley se tensa automáticamente y no que quiera subir al cielo, pero... por supuesto no va a dejar que nadie más posea a Aziraphale así por las buenas. Así que se le mete dentro solo tres segundos antes de que Lucifer note lo que pretende e intente poseerle también, porque él quiere subir.
WTF. Aziraphale se va a caer. ¿¡Lo han poseído los dos a la vez?!
No, Crowley entra antes y no deja a Lucifer entrar a base de pánico como ya hizo una vez con Belcebú.
Aziraphale… tiene un orgasmo. Gracias. Se sostiene más o menos bien de uno de sus libreros y pues el cuerpo de Crowley cae como plomo al estar vacío.
Aamón pone los ojos en blanco con esto y Lucifer frunce el ceño volviendo a su cuerpo.
—Esto se veía venir —comenta a Raguel en un susurrito.
—Pues… es que yo no querría subir con alguien que no fueras tú —asegura de vuelta el ángel de la paciencia.
—¿Que ha pasado? ¿Esto sirve si sube adentro del otro? —pregunta Miguel.
—Una posesión demoníaca —le explica Aamón a Miguel.
—¿Cómo esperabas que esto fuera? ¿Andando? —le pregunta Lucifer un poco ardido.
—Pues… desde luego. Esto de ir dentro del otro es…
—La única manera en que los ángeles no notéis que hay un demonio ahí.
"¿Estas bien?" Pregunta Crowley a Aziraphale.
"Esto es un poco humillante… yo también pensé que subirías a pie" confiesa Aziraphale.
"Con lo mucho que te respetan pensé que algún otro haría esto y no estaba equivocado."
"¿No? ¡¿En serio?!"
"Le he echado mientras te corrías"
"¿¡A quién?!" Todo escandalizado. Chasquea los dedos, igual, limpiando todo lo limpiable.
"Lucifer"
"Cielos… ¿y le has echado? Menos mal." El AMOR hacia Crowley, le hace acomodarse un poco más al sentirlo. "No me molesta que estés aquí dentro… solo creo que estoy un poco alcoholizado. Y me preocupa tu cuerpo. ¿Lo mando al cuarto?"
Crowley manda su cuerpo él mismo al cuarto haciendo a Aziraphale chasquear los dedos.
—Bueno, entonces ya tenemos un plan —sentencia Belcebú.
—Si me dejan de rehén en el cielo o algo así, ¿alguien vendrá a sacarme? —pregunta Aziraphale.
—Tal vez Miguel podría subir al cielo con Aziraphale a ver si puede convencer a Dalquiel —propone Remiel.
—Ugh —protesta Aziraphale suavecito. Crowley opina lo mismo.
—Bien, entonces... —empieza Belcebú—. Miguel y Aziraphale subirán al cielo a intentar infiltrarse. Azrael se quedará con Leviatán para controlar cuando se siente mejor y avisarnos cuando es que es momento de soltar a Belcebú. Yo voy a volver al infierno con Uriel y Asmodeo para no generar el caos y que alguien intente atacarnos ahora que estamos en esta situación vulnerable... y porque no sé si sigue en marcha la orgía —y sinceramente me da miedo que así sea—. Remiel y Sariel van a ir a rezar y a pedir ayuda y guía a nuestra señora...
—¿No sería mejor buscar al demonio que le corresponde al ángel este... como se llame? —propone Crowley a través de Aziraphale.
—¿A rezar? —pregunta sin pensar, porque piensa que con todo y todo esa actividad es sumamente inútil. Aprieta los labios al oírse a sí mismo.
—Dalquiel —corrige Aziraphale
—Rezar es lo más importante que podemos hacer en este momento —asegura Belcebú.
—¿Para qué quieres buscar al demonio de Dalquiel? —pregunta Aamón.
—Supongo que... ¿no sería lo más fácil? Si él mismo entiende porque estáis todos haciendo esto... —además de porque sois unos cínicos de mierda añade Crowley para él y Aziraphale.
—Seguramente el demonio de Dalquiel podría… calmarle —añade Aziraphale.
—Es una buena idea, si no fuera porque no hay forma de saber quién es el demonio de Dalquiel —replica Lucifer, sarcástico.
—Raguel tiene su libro… —comenta Aziraphale.
—¿Y eso qué?
—Ahí pueden saberlo, por el pecado… bueno, más o menos porque los demás demonios….
—Bien, entonces que Raguel busque cual es el demonio de Dalquiel —sentencia Belcebú.
—¿De verdad creéis que va a querer recibir a un demonio, sea el que sea, si no quiere recibiros ni a vosotros? —sigue Lucifer.
—No van ni a saberlo si va adentro del principado —alega Miguel —. Los ángeles no sabemos eso ni tenemos como descubrirlo, tú mismo lo has dicho.
—No me refería a eso — Lucifer se humedece los labios con eso.
—¿Entonces? —Miguel se gira y le mira a los ojos.
—Queréis que el demonio de Dalquiel le… enseñe porque estáis todos desquiciados —sigue Lucifer que iba a decir seduzca en vez de enseñe, pero se ha puesto nervioso.
—Para eso, Dalquiel va a tener que... hablar al menos con su demonio —Aamón comenta, asintiendo.
—Pero eso no funciona así de automático —asegura Sariel a la que esto la pone súper nerviosa porque no a ni visto a su demonio.
—No he dicho que vaya a ser rápido, he dicho que podría funcionar... —replica Crowley a través de Aziraphale.
—Igualmente es peligroso, que tal que el demonio no quiere… ser bueno con ella.
—Ningún demonio quiere ser bueno con nadie, Sariel, empieza a hacerte a la idea —asegura Lucifer.
—Ugh —Sariel se calla y se sonroja un poco.
—Bien... tenemos un plan, entonces. Cada uno sabe lo que tiene que hacer y tenéis todos vuestros teléfonos, ante cualquier cambio o novedad, nos encontramos todos aquí otra vez —les comanda Belcebú.
—Hay que procurar que no haya más demonios sabiendo esto —amenaza Uriel mirando a los demonios presentes.
—¿Cada ángel de hará responsable de su demonio si es que su demonio sabe? —propone Sariel.
Uriel mira a Asmodeo, nerviosa, este le guiña el ojo haciéndola sonrojarse y apartar la mirada.
—Ugh… —protesta Miguel aun mirando a Lucifer, que la mira de reojo cuando nota que le mira
—Nosotros nos ocuparemos de ellos, Uriel —asegura Belcebú.
—¿Tú… también? —pregunta Sariel a Miguel, que sigue mirando a Lucifer con cierta intensidad.
Lucifer le sonríe de ladito, retándola a que diga que sí se va a hacer responsable de él.
—Pues cuidarles les cuidaremos, pero ya les conoces —replica Miguel, sonrojándose.
—Pff —se burla Lucifer por lo bajini.
—¡¿Algo que tengas que decir? —protesta ella no tan bajini más bien histeriquini.
—¿Buena suerte?
—¡Es absurdo suponer que me haré responsable de ti con esa actitud!
—Pobre víctima.
—¿Vas a hacerte tu responsable de mí?
—Nadie me lo está pidiendo, así que no.
—Nadie te lo va a pedir porque no es necesario.
—Entonces la pregunta en si es absurda.
—Igualmente a estas alturas es difícil responsabilizarse… pero…
—Ehm… voy a suponer que no hay manera de decir que no a esto, ¿verdad? —pregunta Aziraphale.
—Bueno, ya basta de divagaciones, cuanto más tardemos en empezar más organizados van a estar en el cielo y más difícil va a ser infiltrarse. Quizás hasta noten ellos mismos a Belcebú y acaben por liberarla y mandarla aquí —Belcebú intentando arrear a la gente.
—¿Por qué tienen a Belcebú retenida? —pregunta Aziraphale.
—Yo la encadené.
—Ahh… y… ahh
"Quizás deberíamos… ponernos sobrios. Tengo mucho alcohol en el cuerpo"
"Aun tengo la esperanza de que esto lo esté haciendo el alcohol"
"Oh… ojalá fuera así. Ahora lo sabremos". Aziraphale se sienta. Ahí en medio de todos se sienta y chasquea los dedos.
—Aziraphale, que hemos dicho de los milagros absurdos —le riñe Belcebú.
"Y que hemos dicho de invadir mi librería…? Ugh"
"Fuck" protesta Crowley con eso porque siempre le deja una sensación rara que le quiten todo el alcohol.
—Bueno, vamos entonces, tenemos trabajo —Belcebú se levanta. Aziraphale mira a Miguel.
Remiel también se levanta, siguiéndole y Uriel mira a Asmodeo, que… es que volver al infierno…
—Quizás Uriel y yo deberíamos quedarnos en la tierra….
—No. Necesito ayuda en el infierno y ya he dicho que no estoy seguro que la orgía haya acabado. Vamos —sigue Belcebú.
Remiel le tiende la mano a Sariel para que vaya con él.
—Haya alguna iglesia aquí cerca? —pregunta a Aziraphale.
Ahí va Sariel tras él, sonriéndole un poquito por la mano y ayudándose de ella para levantarse
Azrael mira a Leviatán de reojo a ver si ahora que se vayan todos hablan un poquito.
—Si, está Nuestra Señora de la Asunción y san Gregorio hacia allá y St. Patrick's para el otro lado.
—¿Tú quieres ir a casa a mirar esto del libro? —Aamón le hace un "cejas, cejas" a Raguel sin planear mirar nada en ningún libro, desde luego.
—Ahh… si, si, buena idea —Raguel se sonroja un poquito. Él si va a ir por el libro, que lo sepas.
Bueno, a lo mejor tienen un rato para mirar el libro. Aamón le toma de la cintura y le acerca hacia si, sonriéndole en un claro gesto de... llévanos.
Raguel se aclara la garganta a modo de despedida, mirando a Aamón con ojitos de amor. Deben sentirlo todos los capaces.
Remiel asiente, agradecido con Aziraphale y toma la mano de Sariel yendo hacia la puerta.
—Id todos con cuidado —pide Belcebú tomando a Uriel y Asmodeo de los hombros para llevarlos hacia abajo a lo apocalipsis zombie.
Uuugh
Lucifer pone los ojos en blanco con todo esto y... desaparece también.
Ohh. Miguel que… esperaba que se fueran todos para decirle algo se queda un poco… con la palabra en la boca.
Crowley carraspea un poco viendo a Azrael y Leviatán porque igual estaría bien que se fueran de la librería a hacer lo que sea que hacen a otro sitio.
—Ehm… bueno, tengo que cerrar la librería —explica Aziraphale —. Quizás puedan irse a una cafetería o algo, es una zona bonita y concurrida.
Leviatán se acurruca más sobre Azrael sin decir nada, solo chupando amor
—Creo que no, nos quedaremos aquí—responde Azrael viendo eso. Crowley hace a Aziraphale torcer el morro y mira a Miguel de reojo.
—Bien, nos vamos —Miguel frunce el ceño igual aún pensando en Lucifer y en sí podría haber subido al cielo junto con ella dentro de ella. Y decide que definitivamente N.O.
—Bueno, quedaos si queréis, espero que no os moleste el mal olor. Ni las chinches. O sea, probablemente os piquen, pero tú puedes curarte fácilmente. Íbamos a hacer una de esas... fulmigaciones o como se llame. ¿Sabéis? —asegura Crowley a través de Aziraphale para Leviatán y Azrael.
Aziraphale levanta las cejas dentro de su propio cuerpo al escucharse a sí mismo pero no dice nada.
—Hay chinches aquí?! —protesta Azrael, haciendo cara de asco.
—Ni a milagros hemos podido sacarlas, no sabemos dónde están, solo salen una y otra y otra vez... pero son inofensivas... Salvo por las picaduras —sigue Crowley a través del principado.
—NUNCA son inofensivas las chinches! —Azrael se levanta con Leviatán colgando de él.
—Ugh! —Miguel hace cara de horror.
"Yo nunca he visto una sola chinche aquí!" Hasta Aziraphale está un poco escandalizado, creyéndole a Crowley inocentemente…
—Hay una plaga enorme en todo el Soho —continua, el demonio, ignorándole. Es que la cara de incredulidad de Aziraphale otra vez.
—¡Vámonos! —Miguel le pone una mano en el hombro a Aziraphale.
—Claro, claro, enseguida. ¿Te quedas, entonces? —pregunta Crowley a través de Aziraphale, haciendo que Azrael sienta algún pinchacito en el culo y la espalda.
"Cálmate Angel, esto es un farol"
—Ahh! —Azrael pega un SALTO —. Ugh, quizás sea mejor irnos a otro sitio! —se levanta casi como accionado como un resorte.
Crowley hace sonreír a Aziraphale, esperando que salgan. Claro, Leviatán va pegado de Azrael brazos y piernas. Ahí se va casi corriendo a la puerta. Cielos con este demonio, nunca va a… arregl… ups! Le da un BUEN golpe en la cabeza con una esquina de la puerta al salir de manera accidental, prácticamente sin notarlo y le hace un tajo.
Crowley se vuelve a Miguel.
—¿Las damas primero?
—Yo no soy una dama —medio protesta Miguel haciendo que suban al cielo casi de manera instantánea y bastante violenta, poniéndose su armadura en el proceso.
Ojos en blanco de Crowley.
¡Nada les gusta!
A ella, que "ni is ini dimi"
