Primero que todo tengo que decir que si me he tardado pero espero que disfruten del capítulo

Les aburriré con las debidas notas al final así que por el momento disfruten tranquilos del capítulo.


CAPITULO 2 — PRODIGIO —

Respiré profundo y miré mis objetivos, cinco en total, ubicados estratégicamente en los árboles que me rodeaban, dos de ellos más lejos y parcialmente ocultos por los otros. Ya enfocada en los blancos moví un poco mis piernas, quedando estas alineadas con mis hombros, luego retraje mis brazos hacia adentro y entonces lancé las kunai que tenía en mis manos; no paso mucho tiempo para que se escuchara el sonido del acero clavándose en la madera, y con ello mi resultado fue dado — Cuatro de cinco en el centro — Murmuré soltando un suspiro, para luego sonreír satisfecha. Había pasado más de un año desde el ataque del zorro, ya con cinco años y en espera para la ceremonia de entrada a la academia, podía decir con seguridad que mis progresos eran considerables, incluso si aún no llegaba a mi nivel real, para la edad que tenía mi destreza estaba arriba del promedio, y no lo decía por los conocimientos previos, sino porque en ese tiempo había educado bien a mi pequeño cuerpo, de tal forma que ahora tenía una buena resistencia, manejo motriz y mi chakra había aumentado de forma considerable en comparación a cuando había despertado en esa realidad.

Me estiré en mi lugar y volví a observar el sitio; antes de llegar allí nunca había ido a esa zona de la aldea, principalmente porque quedaba en los dominios del clan Uchiha, donde la mayoría no se acercaba, por respeto a la tragedia que ocurrió en esa época. Quizás el encontrarme parada en los campos de entrenamiento privados del clan Uchiha, era un indicativo de todo lo que había cambiado mi vida; si excluía las extrañas circunstancias del retroceso y alteración del tiempo, y dejaba solo los hechos de ese mundo, podía iniciar hablando con el día en que mis padres, luego de que nuestra casa fuera destruida, decidieran trasladarse lejos del centro de la hoja, siendo según ellos las afueras el mejor lugar, donde irónicamente a unas calles quedaba el distrito Uchiha. No puedo negar que me extrañó la extraña decisión, pero siendo la niña que no escucharían, decidí ignorarlo y adaptarme a las circunstancias, que para mí resultaron ser favorables al final, puesto que luego de pensarlo un par de días, me decidí a hablar con Fugaku-san, a quien le solicité amablemente que me hiciera el favor de permitirme usar los campos de entrenamiento; en un principio me esperé una negativa, pero ese día me llevé dos sorpresas, siendo la primera una expresión de asombro en el rostro del hombre ante mi petición, y luego el permiso que buscaba. Desde ese día comencé a darme cuenta que la relación con los Uchiha se había vuelto… cercana, de hecho me gustaba pasearme por el distrito y comprar allí las cosas que mi madre me pedía, era por esto que ahora era reconocida por algunos de ellos como "la amable niña de cabellos rosa que solo viene a comprar y saluda a todos", aunque eso solo se aplicaba entre formalidades, ya que a diferencia de mis padres que se hablaban en muy buenos términos con varios miembros del clan Uchiha — Principalmente con Fugaku-san y su esposa —, yo solo entablé una relación de amistad con uno.

— En comparación a la semana pasada es un avance de pasos agigantados — La voz despreocupada y tranquila de mi amigo llego a mis oídos, así que me giré para encarar al pelinegro.

— Cuando no estás viendo avanzo rápido — Sonreí mientras le veía bajar del árbol sin apartar su mirada de las dianas — A este paso te alcanzare en unos años Shisui-san — Bromeé sin mucha intención de hacerlo, ya que realmente quería algún día poder alcanzarlo.

— Hm… puede ser — El chico me sonrió y luego añadió — aún te falta mucho pero no dudo que lo lograrás — Me sonrojé suavemente ante su cumplido y le devolví la sonrisa.

— Gracias por el voto de confianza — Comenté.

— Mi concejo de hoy es que dobles un poco más la muñeca, estas doblando más los brazos, pero la muñeca es la que direcciona las Kunai, además de darles el impulso final a las armas — Tomé otra ronda de Kunai y me volví a posicionar frente a los blancos.

— ¿Algo así? — Siguiendo las indicaciones previas doble ambas muñecas hacia adentro y luego de unos momentos ejecuté la acción de lanzamiento; el resultado fue mucho mejor, quedando esta vez el kunai faltante entre la línea central y la zona blanca.

Shisui soltó un pequeño silbido y luego sonrió complacido — Nada mal, aprendes rápido — Yo negué ante sus palabras y luego comenté — Solo es práctica, ya me he acostumbrado al entrenamiento, así que puedo adaptarme mejor a ciertas cosas.

Mi amigo rio suavemente pero decidió no contradecirme, en cambio de ello miró nuevamente a los blancos y después dijo — ¿Alguna vez has probado que el shurikenjutsu que manejas, sea no solo para un ataque menor? — Yo ladeé mi cabeza y entonces el recuerdo de Sasuke manejando las shuriken me vino a la mente, en ese tiempo él siempre se caracterizó por tener un buen manejo de las armas, logrando que estas combinaran entre sí para conseguir combos que se adaptaran con su tipo de lucha.

— ¿Te refieres a usarlo como complemento de mis técnicas? — él asintió para luego levantar su mano, donde inicialmente no se encontraba nada, pero luego de un movimiento, en ella aparecieron cuatro kunai.

— Inicialmente en la academia enseñan sobre el lanzamiento básico de shuriken, y eso es lo que aplican la mayoría a la hora de usar sus armas, toman las kunai y solo las lanzan hacia un objetivo, pero lo cierto es que estas armas se pueden usar mucho mejor — Él se detuvo en su explicación, y cuando confirmo que yo le seguía sin problemas continuó hablando — Si logras combinar tu ninjutsu con ellas, puedes crear aperturas más grades en el oponente, para ello se usan simples cálculos, desde la posición, viento y objetivo.

— Pero hay que tener en cuenta que tu objetivo muchas veces está en movimiento — Complementé.

— Eso es cierto, por ello debes ser veloz a la hora de evaluar tu situación — El hizo girar una de las armas que tenía en la mano — Aunque hay otro factor que ayuda en el proceso y eso es la experiencia, entre más practiques en diversas situaciones mejor serán tus cálculos y puntería.

— Eso puedo entenderlo fácilmente — Dije— ¿Vas a enseñarme a usarlo?

Shisui se encogió de hombros y me sonrió con burla — ¿No que puedes entenderlo perfectamente? — Hice un puchero ante su comentario.

— ¡Sabes que no me refiero a eso! — él soltó una carcajada ante mis palabras y luego colocó su mano en mi cabeza, revolviendo mis cabellos.

— Estoy bromeando Sakura — Shisui me miró amablemente — Te enseñaré las bases, así que deja de colocar esa mirada, como si estuviera cometiendo un delito.

Solté un suspiro antes de relajar mi semblante y mirarle nuevamente con una sonrisa — Te lo agradezco —. Estaba emocionada por aprender algo nuevo, era algo bueno que hubiera conocido al chico frente a mí, no solo porque cada encuentro era bastante fructífero en cuanto a mi entrenamiento, sino que al mismo tiempo la compañía de él había reducido el dolor de la soledad.

El pelinegro se posicionó frente a mí y tomó en cada mano cuatro kunai — bien… ¿Ves esos blancos? — Me señaló los que estaban ocultos entre los árboles, inaccesibles a lanzamientos directos.

— Sí — Confirmé esperando a lo siguiente que él diría.

— Observa con cuidado lo que haré — Dicho esto se colocó en el centro del campo, luego saltó quedando suspendido por breves segundos, que usó para arrojar las kunai pero no al mismo tiempo, inició con cuatro de ocho y luego las restantes las usó para que un segundo más tarde chocaran con las primeras, re direccionando su trayectoria y haciendo que estas al instante se clavaran en el centro de los blancos, por último cayó con gracia en el suelo.

En mis años de genin había visto a Sasuke usar esa técnica en varias ocasiones, pero nunca con el nivel de fluidez que manejaba Shisui, se veía más refinado en sus movimientos, supuse que era la experiencia lo que hacía que se viera más sublime a la hora de usar las armas, pero aun así era algo de admirar — Sorprendente — Murmuré antes de acercarme hacia el pelinegro, quien aún estaba de espaldas a mí, pero cuando me escuchó acercarme se giró en mi dirección para verme.

— Bien ¿Entonces que puedes decir aparte de sorprendente? — Se refería a los tecnicismos del Jutsu.

Bufé ante su pequeña burla, y luego contesté — bueno si no considero que estás familiarizado con la técnica, tomaste primero advertencia de la posición de los blancos, luego calculaste la dirección en que deberías lanzar las kunai para que al chocar dieran el ángulo que faltaba, oh pero antes de eso tuviste que estar pendiente de la dirección del viento, con esto en mente solo faltaba ejecutar las acciones correspondientes, con la fuerza suficiente — Él me estaba escuchando atentamente, en toda mi explicación y cuando finalicé sonrió para correrse a un lado.

— Bueno, tienes la teoría, ahora ponlo en práctica — Un leve escalofrío de nerviosismo me recorrió, entonces miré hacia los objetivos que acababan de ser atravesados por las kunai de mi acompañante — Vamos, que no te intimiden, son inofensivos — Fruncí el entrecejo por la broma de Shisui y le miré molesta, a lo cual él solo soltó una suave risa — Vamos Sakura, tienes talento, confía un poco en tus habilidades.

Era más fácil decirlo que hacerlo, pero luego de un momento respiré profundo y me quité de encima el pesimismo, estaba allí para mejorar, no para impresionar al gran Uchiha Shisui, quien ya tenía una reputación armada y que en circunstancias diferentes me intimidaría, pero ahora éramos solo dos niños en un campo de entrenamiento, y él se estaba tomando el tiempo para enseñarme algo nuevo. — Bien — Murmuré sacando ocho Kunai, cuatro en cada mano, luego observé los blancos a los que quería darle; considerando mi estatura y fuerza actual tendría que estar más cerca de lo que el pelinegro había estado, así que me aleje tres metros del punto en el que anteriormente mi acompañante se había ubicado, entonces mentalmente trace la trayectoria en que debería lanzar las armas con respecto a mi posición y el viento. Una vez terminé con estos cálculos, tomé una última respiración profunda antes de saltar y ejecutar consecutivamente las acciones de lanzamiento.

Caí doblando levemente mis rodillas, y con menos gracia que el Uchiha, pero eso era lo que menos importaba en el momento, el verdadero interés de todo eso era el resultado del lanzamiento, así que me enderecé y dirigí mi atención a los blancos. — Bueno, no es perfecto pero para ser tu primer intento es impresionante — Me alagó Shisui luego de ver que había acertado seis de Ocho en el centro, quedando las otras dos a dos centímetros del círculo central.

Una amplia sonrisa se cruzó en mis facciones y entonces miré entusiasmada al Uchiha, quien me devolvía la sonrisa, — No pensé que lo hiciera tan bien — Admití acercándome a mi amigo, que se cruzó de brazos y ladeó la cabeza hacia la derecha, antes de comentar — ¿Por qué lo pensabas? Te dije que tienes talento —. Mi sonrisa vaciló levemente y me pregunté cómo responder a aquello, no podía simplemente decirle que antes había visto como mis dos antiguos compañeros de equipo avanzaban, desarrollando técnicas impresionantes, mientras que yo me quedaba atrás mirando sus espaldas, sintiéndome peor al ver que cuando yo daba un paso ellos daban diez más.

— Hm Bueno… — La mirada oscura de Shisui parecía evaluar mi comportamiento, lo cual me hizo ponerme más nerviosa, — He tenido algunos problemas antes…

— ¿Los niños te molestaban en el pasado? — Me cuestionó, esta vez más serio.

— No precisamente, es… — Suspiré y continué — Antes me he sentido débil, incapaz de hacer mucho, así que muchas veces siento que mi habilidad no alcanza, sé que soy buena en algunas cosas, pero simplemente no siento que llegue a ser suficiente.

Shisui me observó un momento, luego se acercó la poca distancia que faltaba entre nosotros, colocó su mano en mi cabeza y se arrodilló hasta quedar a mi altura, — Sakura, creo que te estas exigiendo más de lo que deberías, tanto que realmente no te das cuenta de tu fuerza. No eres débil, de hecho puedo asegurarte que no hay muchos niños de tu edad con el talento que tienes —, era grato que él tratara de animarme, pero como él no sabía que realmente yo era una chica de 16 años atrapada en un cuerpo de 5, siendo perseguida por los recuerdos del pasado que no había existido en ese mundo. Notando que mi humor seguía siendo bajo Shisui dijo — Si sigues sintiéndose así solo tienes que plantarle cara al problema.

Le miré confundida — ¿Qué quieres decir con enfrentar el problema? ¿Cómo…? — el pelinegro me hizo callar revolviendo mis cabellos, y entonces dijo — Busca retos — mi cara de perplejidad debió animarle a continuar explicando, así que continuó — entre más retos pongas a tu fuerza adquirirás confianza, llegará el día en que te des cuenta que te estas limitando al pensar como lo haces actualmente, y entonces podrás ver que realmente tienes más talento del que reconoces.

Mis lágrimas se asomaron en mis ojos, pero las detuve antes de que salieran y entonces le regalé una gran sonrisa a Shisui — Lo haré, gracias Shisui-san — Él retiró su mano de mi cabeza y se enderezó.

— Deja de llamarme con el honorifico, con que me digas solo por mi nombre está bien — Asentí de acuerdo.

— Por cierto — Dije cambiando el tema — ¿No habías estado en una misión?

— Lo estaba, de hecho llegué anoche — Shisui se alejó para sentarse en las raíces de uno de los arboles circundantes.

— ¿Qué tal te fue? — Pregunté acercándome e imitando su acción posterior.

— Fue sencilla — Le miré seriamente por su respuesta.

— Escoltar a un señor feudal hasta otras tierras de ida y vuelta, con amenaza de ninjas renegados y probabilidades de que la misión pase a ser rango A, no creo que pueda clasificarse como "sencilla" — Él enarcó una ceja y luego rio.

— Bueno puede que no lo pareciera, pero realmente fue sencilla, los ninjas enemigos se marcharon poco después de que nos vieron pelear — Hice un mohín al escucharlo, principalmente porque a veces olvidaba que trataba con el afamado Shisui del cuerpo parpadeante.

— Si tú lo dices — Miré hacia mis piernas, pensando en que ya me era natural estar junto al Uchiha, principalmente porque gracias a su intervención aquellos días en que me di cuenta de mi soledad, él fue quien a través de su compañía, comentarios y concejos, me había aligerado el peso que cargaba.

— Escuché que entrarás pronto a la academia — Sus palabras me hicieron volver a enfocarme en él.

— Sí, mañana es la ceremonia de ingreso — Estaba emocionada, a pesar de que ya había pasado por eso antes, tenía la pequeña sensación de alegría que se filtraba por mis venas, estando a la expectativa de ver que me deparaba ese nuevo mundo.

— ¿Tan pronto? Cielos — Shisui sonrió — Te deseo suerte, aunque probablemente no la necesites.

— Gracias — Reí y entonces mi puse nuevamente en pie — Bien, tengo que aprovechar todo el tiempo que pueda, así que retomaré el entrenamiento.

— Que niña tan aplicada — Se burló para seguirme la corriente — Pues bien, si ese es el caso, entonces te ayudaré un rato más.

Asentí aún más motivada, y con ello empezamos una tarde de arduo trabajo, en el cual mis habilidades poco a poco se iban perfeccionando, aunque los avances se veían a futuro, puesto que nos concentramos más que nada en practicar, todo para que me lograra acostumbrar más rápido a hacer los debidos cálculos que requería la técnica en pleno combate. Shisui tenía una forma de entrenamiento bastante dura, aunque no me sobre exigía, más bien me daba indicaciones y dejaba que me tomara cierto tiempo para adaptarme a las instrucciones y cambios que presentaba en mi entorno, claro que siempre exigiéndome un poco más con forme pasaban los ejercicios, hasta el punto que pronto me encontré lanzando kunai en la mitad del tiempo en que inicie, y acertando esta vez siete de ocho, claro que la octava terminaba fuera del blanco.

— Suficiente — Me dijo cuándo el cielo comenzaba a tornarse naranja.

Yo caí de rodillas, jadeando y sudorosa, pero satisfecha por el momento — Creo que ya le estoy cogiendo el truco — Comenté tratando de recuperar el aliento.

— Bueno, si sigues practicando, no dudo que en menos de lo que te des cuenta estarás acertando ya no solo siete, probablemente sean ocho o incluso más — Miré a mi acompañante y no me extrañó que no estuviera ni un poco fatigado, más bien pareciera como si no se hubiera movido en todo el tiempo en que estábamos ahí, a pesar de que era él quien me mostró una y otra vez el cómo se ejecutaba la técnica desde diferentes posiciones.

— Tomaré tus palabras y trataré de lograrlo — Dije poniéndome en pie, aunque las rodillas me temblaban por el esfuerzo.

— Sé que lo harás — Él se estiró y entonces comenzó a caminar — Vamos te llevaré hasta tu casa.

Sonreí como lo había hecho en toda la tarde desde que él había llegado, y luego en un par de pasos le alcancé para caminar junto a él. Aunque usualmente Shisui era un buen conversador, en ese momento permanecimos en un agradable silencio, siendo solo interrumpido por los sonidos del bosque, donde los árboles se movían acompasados, y los pájaros de la tarde silbaban. — Shisui — Estar en ese relajante ambiente me hizo preguntarme algo, una pregunta básica que todos deberíamos hacernos antes de emprender el camino del ninja.

— ¿Hm? ¿Qué pasa? — Me cuestionó.

— Quería preguntarte… ¿Por qué decidiste ser un ninja? — Si lo pensaba desde la personalidad de él, se veía como una persona demasiado amable y que evitaba conflictos directos, alguien que pareciera no hubiera pasado por una guerra sanguinaria como lo fue la tercera.

— Una pregunta bastante profunda — Esta vez el pelinegro no mostró una expresión tranquila, en vez de eso se tornó pensativa y seria, algo que llamó mi atención enormemente, ya que nunca había visto que algo lo inquietara de esa manera — Dentro del clan Uchiha no hay mucho que decidir en cuanto a volverse ninja, eres criado en uno de los clanes más antiguos, así que si tienes el mínimo talento, sobre ti recae el tener que ser un miembro activo y valioso, claro que esa no fue mi motivación principal.

— ¿Cuál fue? — Insistí interesada en la respuesta, aunque con lo que acababa de decir las preguntas comenzaban a rondarme con mayor fuerza.

— Bueno… es irónico — Soltó un suspiro y continuó — No me gusta la lucha, pero para defender todo lo que te importa tienes que aprender a luchar, así que decidí volverme ninja para proteger a todas esas personas indefensas, y todos aquellos quienes me importan.

Era igual, o casi igual a lo que en ese momento pensaba, puesto que comenzaba a darme cuenta de que siempre me regí por unos estándares bastante bajos, pero ahora que tenía cosas que proteger, personas que me importaban, quería hacerme aún más fuerte de lo que había sido — Ya veo… — Mi mirada se dirigió al frente — Eso quiere decir que también quieres encontrar la manera de que la paz se mantenga — Naruto, aunque no inició queriéndolo, con el tiempo pude ver que no deseaba que el odio avanzara entre el mundo ninja, puesto que eso solo traía tragedia, tal y como se había visto reflejado en Sasuke.

— Sería perfecto que encontráramos la respuesta, pero hasta ese día seguiremos en el mismo ciclo — Entendía que quería decir, y aunque en el pasado yo había visto parte de la respuesta, no creía que en esos momentos sirviera, yo no era quien para lograr tal hazaña, pero si sabía que persona podría lograrlo algún día.

El resto del camino fue en silenció, hasta que finalmente llegamos a mi casa, donde el pelinegro se despidió con una sonrisa antes de ir directamente hacia el complejo Uchiha. Al entrar el aroma a comida llenó mis fosas nasales y pronto provocó que mi estómago rugiera, exigiendo alimento en ese preciso instante — Estoy en casa — Pronuncie mientras me descalzaba y me apresuraba a ir hacia la cocina, donde mi madre parecía estarle dando los últimos toques a la cena.

— Bienvenida Sakura — Me saludó la rubia, sin despegar sus ojos de la olla — ¿Qué tal te fue?

— Excelente — Respondí viendo como ella le apagaba al fogón — Shisui apareció en medio del entrenamiento y me enseñó un nuevo jutsu.

— Oh, eso es increíble, debemos agradecerle por siempre ser tan amable — Mi padre apareció en la puerta, con su típica sonrisa juguetona, algo que me indicaba que quería decir algún comentario listillo.

— No está fuera de la realidad — Dijo mi madre — Sakura ¿Puedes ayudarme a colocar los palillos en la mesa?

— Claro — Rauda me apresuré a cumplir con la petición, y luego me senté en mi lugar, esperando a que mi madre finalmente colocara los platillos que había preparado.

— Bueno, me alegro que tengas un amigo que te ayude con tus entrenamientos — Mencionó mi madre mientras colocaba los platos en la mesa, donde poco después estuvimos los tres sentados — Por cierto, mañana es el ingreso a la academia ¿verdad?

— Por supuesto — Mencioné tomando un bocado de la comida y esperando a que continuaran con ello.

— Oh nuestra pequeña niña dará su primer paso a la vida de un ninja, o sus primeros pasos en… — Mi padre dejo su frase a la mitad al recibir una mirada de mi madre, algo que me desconcertó, puesto que usualmente mi madre esperaría a que él terminara su comentario para reír con él.

— Sakura, en realidad queríamos decirte que estamos muy orgullosos de este paso que vas a dar — Mencionó la rubia, mirándome con ternura — Y por supuesto que esperamos que disfrutes mucho de tu estadía allí, oh… sabrás allí conocí a tu padre…

Mi menté se desconectó al ella comenzar a hablar del pasado y los eventos románticos entorno a su relación con mi padre, quien le siguió la idea poco después, argumentando maravillas sobre esos tiempos y todas las cosas que había visto en mi madre. Realmente en el momento esta información no me importaba, puesto que solo pensaba en lo que haría con ese tiempo, y lo cierto era que no creía que me fuera a enamorar entrando a la academia, había tenido suficiente con Sasuke, y aún no estaba segura que le hubiera olvidado, incluso si sabía que en esos momento solo era un niño pequeño de un año largo de edad — En fin, no era eso lo que quería decirte —, esa última frase me trajo de regreso de mis cavilaciones, así que preste atención a lo siguiente que dirían.

— Sakura — Dijo mi padre — Pase lo que pase en la academia, te apoyamos, es por eso que puedes florecer tranquila en esta y siguientes primaveras.

Paré de comer y me quedé viéndolos a ambos, sus sonrisas alegres, sus ojos brillantes y aquella aura que irradiaba confianza, todo eso me hizo sentirme repentinamente nostálgica, puesto que antes no había notado que esas dos personas, con todas sus excentricidades y palabras molestas, estaban ahí para mí, tratando de cuidarme a su modo, mostrándose alegres cada vez que yo cumplía una meta, acompañándome en los momentos más importantes de mi vida. — Mamá, Papá… — Murmuré antes de ponerme en pie y rodear la mesa para abrazarlos, mientras las lágrimas caían de mis ojos — Gracias.

— Oh Sakura… no hay porque llorar — Sentí sus brazos rodearme y yo agradecí, porque a pesar de que toda mi vida se había perdido y había vuelto a iniciar, esas dos personas seguían vivas, acompañándome, mostrándome que podía tener miles de preguntas, incomodidades y pesos en mi corazón que no podía contarles, pero que si podía superar lentamente porque ellos permanecían conmigo.


El suave calor del sol caía sobre mí, la brisa de primavera revoloteaba mis cabellos y movía las copas de los altos árboles, al mismo tiempo los pájaros cantaban entre las ramas, inundado el lugar de una extraña calma, una que me envolvía y embriagaba lentamente, haciéndome desear quedarme allí por siempre, por ello tenía mis ojos cerrados, disfrutando de las sensaciones que se me permitían tener en ese momento. — Sakura-chan — Una voz muy familiar llegó a mis oídos, haciéndome abrir los ojos y observar a mi alrededor en busca de la persona que me había llamado, hasta que la localicé unos metros más allá, observándome con una sonrisa de oreja a oreja, tal y como siempre lo hacía.

— Naruto… — Pronuncié despacio, pero para cuando salió la última letra de mis labios, el sopor fue remplazado por la ansiedad y seguido a esto mis ojos se abrieron — Naruto — Repetí sin creerme que frente a mí estuviera el mismo rubio de 16 años que había visto por última vez en aquella misión.

— Parece que hubieras visto a un fantasma Sakura-chan — Ignoré su comentario y me lancé en una carrera hacia a él, entonces rodeé mis brazos a su alrededor de su cuello y coloqué mi cabeza en su hombro, mientras unas gruesas lágrimas se derramaban por mi rostro.

— Estas aquí — Pronuncie con voz ahogada.

Mi amigo pareció estremecerse bajo mi abrazo, y luego con una voz que estaba cargada con burla y amargura pronunció — Yo siempre he estado aquí Sakura-chan, no es como si pudiera irme de todos modos —, No entendí la totalidad de sus palabras, pero me hizo comprender que esto no era la realidad, a pesar de que la calidez de su cuerpo se sintiera… real.

Mi corazón se encogió al descubrir que despertaría, y no le vería de nuevo — No… no sé qué pasó Naruto… — Murmuré tratando de aferrarme más a él — Lo siento.

— Tú no tienes que pedir disculpas Sakura-chan — Dijo mi amigo con tristeza — Hiciste lo que pudiste, incluso me salvaste de morir… yo debí detener a Sasuke — Levanté mi rostro y me encontré con su expresión afligida.

— Eso… — Me mordí el labio inferior y me aparté un poco, dejando mis manos en sus hombros y ahora mirando hacia el suelo, como si hubiera algo interesante allí, pero solo estaba el pasto, siendo cubierto por nuestras sombras — No sé cómo enfrentar esto, son demasiados cambios, me siento sola, y… — nuevamente posé mi mirada sobre la zafiro de él — Ya no seremos miembros del mismo equipo.

Él parecía tan abatido como yo, pero un momento después me dirigió una brillante sonrisa, haciéndome sentir levemente reconfortada — Equipo… quizás no formalmente Sakura-chan, pero siempre seremos amigos ¿No es así? Siempre nos apoyaremos sin importar nada, además ¿Cómo puedes decir que estás sola? ¿Recuerdas la filosofía del equipo siete? Nosotros no dejamos a un compañero atrás, así que… piensa que todo estará bien, llegará el día en que… — Sus palabras se apagaron, y su expresión fue un poco dudosa pero mantuvo parte de la firmeza que lo caracterizaba — Nos volveremos a ver, además sé que eres fuerte Sakura-chan, no puedes dejar que esto te derribe.

— ¿Cómo puedes ser tan fuerte? Yo estoy tratando, pero es duro no poder decir lo que pasa, el saber que todo está muy extraño, el haber perdido todo en menos de una tarde — Apreté mi agarré sobre sus hombros. — Es doloroso.

— Sakura-chan… hasta ahora hemos enfrentado muchas situaciones, míralo como una misión de larga duración, por eso mantente tranquila, todo estará bien, sé que puedes superar esto, ¡después de todo eres asombrosa! No tienes idea de lo mucho que me sorprendí los días que nos volvimos a ver, llegaste a hacer tantas cosas en el tiempo en que estuvimos separados, aunque también fue un poco doloroso — Se rio de sus palabras y luego me volvió a sonreír — Así como paso el tiempo cuando estuvimos entrenando, así pasará este, y cuando menos te des cuenta nos volveremos a ver.

Naruto tomó mis manos y las apartó de su cuerpo — ¿Naruto? — Cuestioné al ver como él daba tres pasos hacia atrás y mantenía la sonrisa en su rostro, pero lentamente todo comenzaba a desvanecerse ante mi vista — No te vayas — Pedí con un hilo de voz que luego se transformó en un desgarrador grito — ¡Por favor!

— Sakura-chan, estoy siempre cerca, además como te dije… no estás sola, así que espera hasta que nos volvamos a ver — Fue solo un instante, en el cual di un paso hacia adelante y estiré mi mano tratando de alcanzarlo, mientras todo nuestro entorno desapareció y su sonrisa fue lo último que vi antes de que yo despertara abruptamente.

Era de madrugada cuando abrí los ojos, el sol estaba saliendo y comenzaba a caer lentamente sobre la aldea, iluminando las calles y senderos, siendo el anuncio de la nueva jornada que pronto la mayoría de los habitantes empezarían y que otros ya habían comenzado. Mirando al techo parpadeaba casi como si estuviera ausente de la realidad, perdida en los recuerdos del sueño que acababa de tener, sintiendo como mi corazón dolía y las lágrimas caían por mi rostro — Naruto — Pronuncie en un sollozó ahogado, justo antes de apretar mis ojos y contorsionar mi rostro en una mueca de dolor, mientras lloraba y dejaba salir toda la tristeza que sentía. Mi amigo había mencionado que nos volveríamos a ver, pero no sabía realmente a que se refería, puesto que en esos momentos él era solo un pequeño bebé al cuidado del Hokage, mientras tomaba consciencia de su existencia, además no sabría si le ocurriría lo mismo que me había pasado a mí, ¿Era posible que pudiera tener sus recuerdos? No creía que realmente fuera el caso, o entonces mis padres o alguien sabrían también algo.

Pasé un tiempo más allí descargando mi dolor, hasta que lentamente las lágrimas ya no salieron y comencé a sentirme un poco más ligera, fue entonces que me senté en mi cama y con el dorso de mi brazo limpie mi rostro. — Tengo que ser fuerte — Me dije recordando que Naruto me había mencionado que tenía que evitar desfallecer, así que tenía que comenzar a dejar de compadecerme y seguir moviéndome hacia adelante, después de todo ya tenía una meta, así que no era el momento de retroceder en mis pasos; con esto en mente y mucho más tranquila, me puse de pie y comencé a prepararme para ese día en que oficialmente sería un estudiante de la academia. Luego de asearme en el cuarto de baño y segura que no quedaban rastros de lágrimas en mi rostro, regresé a mi habitación, donde me coloqué unos pantalones cortos de color blanco y una camisa larga de color rojo, por último peiné y até mi cabello con una cinta roja, muy parecida a la que alguna vez Ino me había obsequiado.

Ya lista baje al comedor, donde mi madre estaba colocando la mesa — Buenos días Mamá — Saludé con una pequeña sonrisa, para luego sentarme en mi lugar correspondiente. Los ojos verdes de la mujer cayeron sobre mi figura y atentos me observaron, luego con vos preocupada me pregunto — ¿Estás bien Sakura?

Me había impresionado que ella hubiera notado mi malestar interno, pero como no podía decirle la verdad de todo aquello, con una mirada suave dije — Estoy bien, solo tuve una pesadilla, pero todo está bien — Parecía no creerme, pero yo no estaba mintiendo del todo, así que luego de mantenerme la mirada por un momento ella pareció aceptar mi explicación y no preguntó más al respecto, en cambio fue a la cocina para traer el desayuno.

Miré hacia a silla de enfrente y comencé a reflexionar sobre mis emociones, sabía que siempre había sido una chica sensible, incapaz de mantener mi carácter para mí misma, pero desde que me había encontrado en esa situación parecía como si simplemente fueran más fuertes las sensaciones que me embargaban, los pequeños caprichos volvían y pronto me encontraba preguntándome que tanto era una niña y que tanto una adolecente atrapada en un cuerpo tan pequeño; todo era muy confuso y aunque la información previa me ayudaba con mis decisiones, podía afirmar que sin mis recuerdos no tendría ningún tipo de razonamiento adulto. — Buenos días mi pequeña flor de primavera — La voz de mi padre me sacó de mis confusos pensamientos, así que le miré mientras se sentaba.

— Buenos días Papá — él me sonrió.

— ¿Lista para la ceremonia? Porque si no lo estas deberías celebrar una para… — Sus comentarios terminaron en intentos de juegos de palabras, que me hicieron sonreír; al menos mis padres no habían cambiado.

— Estoy lista Papá — Respondí — Deberías ser tú el que se preparé, porque cuando menos lo pienses ya seré un ninja.

Mi madre iba colocando los platos en el comedor mientras yo soltaba ese comentario, el cual hizo reír a la mujer y mostrarse sorprendido a mi padre, pero alegre de mi respuesta — ¿He? Mebuki ¿Escuchaste? El pequeño brote quiere florecer antes de tiempo — Mi madre se sentó en su lugar y nos sonrió a ambos.

— Oh, lo escuché, parece que ella tiene muchas expectativas.

— O puede que sepa que tengo los nutrientes suficientes para crecer pronto — Dije entusiasmada.

Nuestra conversación se tornó bastante amena, con el intercambio de analogías y propuestas futuras, lo cual hizo que continuara luego de haber terminado el desayuno y haber emprendido la marcha en dirección a la academia. Lentamente mis malestares fueron olvidados y la seguridad de estar entre aquellas dos personas, me hizo sentir a gusto con mi entorno, dándome los ánimos que no había pedido pero que tanto necesitaba para continuar avanzando, por ello cuando llegamos a nuestro destino, la incomodidad y tristeza se habían ido, dando paso a la emoción de lo que pudiera venir de ahí en adelante. — Los nuevos estudiantes favor formarse por aquí — Uno de los chunin a cargo de la organización comenzó a llamarnos a todos los menores, así que dándole una última mirada a mis padres junto con una sonrisa solté sus manos y me acerqué al lugar donde todos los que serían mis compañeros de clase se estaban reuniendo.

Nos separaron en las tres diferentes clases que había, ordenándonos en hileras y filas desde el más pequeño hasta el más grande. Antes de que oficialmente iniciara la ceremonia, observé con sutileza a las personas que me rodeaban, siendo el primero en mi línea de visión el sensei que nos correspondía como líder de grupo, era un hombre corpulento, de ojos pequeños y mirada afable, vistiendo el uniforme regular de chunin; seguí mirando a mi alrededor, enfocándome especialmente en los que serían mis compañeros de clases, entre ellos reconocí a dos, siendo la primera persona la hermana mayor de Kiba, y el segundo, para mi sorpresa era Itachi. Una leve emoción me embargo al saber que estaría en su misma clase, sería realmente interesante ver al pequeño Itachi en una clase regular, aunque eso probablemente solo durará un año, porque según recordaba en sus registros decía que se había graduado a los siete años. Aparté mi mirada del chico, quien seguía enfocado hacia el frente, donde en ese momento apareció el tercer Hokage, así que me dediqué a concentrar mi atención en el hombre mayor, el cual estaba mucho más joven de lo que yo le recordaba, pero seguía siendo el mismo señor de mirada amable y palabras cálidas, quien nos invitaba a estar orgullosos de ese paso que dábamos, pero de igual manera tomarnos todo ese proceso con seriedad, buscando ser unos buenos ninja en el futuro, que lucharan y protegieran la aldea.

La ceremonia duró cerca de una hora, donde luego de las palabras del tercero, nos entregaron los respectivos horarios que cumpliríamos y nos informaron de las normas de la academia, luego nos permitieron dispersarnos para ir con nuestras familias, y con ello poder tomarnos una foto de conmemoración. Comencé a caminar entre las personas, buscando a mis padres entre la multitud, entonces, luego de un rato les vi un poco más allá conversando animadamente con Fugaku-san, y su esposa, quien llevaba al pequeño Sasuke en brazos. Me acerqué rápidamente hacia a ellos y entonces con una amable sonrisa les saludé — Buenos días Fugaku-san, Mikoto-san.

Los cuatro adultos se giraron a verme — Buenos días Sakura — Me dijo con simpleza el comandante de la policía, aunque su mirada se había suavizado ligeramente, como tratando de no verse tan amenazador.

— Sakura, parece ser que el hijo mayor de Fugaku y tú estarán en la misma clase ¿No es genial? — Asentí ante las palabras de mi madre, quien se veía realmente emocionada, incluso más que yo.

— Espero que ambos se puedan llevar bien — Dijo el Uchiha con seriedad.

— Yo igualmente lo espero — Realmente no sabía si Itachi y yo lográramos tener una buena relación, pero al menos esperaba no molestarle como había hecho con Sasuke.

— Bueno, nosotros nos iremos a tomar una foto conmemorativa. Fugaku, Mikoto, esperamos verlos pronto — Mis padres se comenzaron a despedir con sonrisas amigables.

— De acuerdo — Dijo Fugaku en respuesta.

— Que tengan un buen día — Les dije haciendo una reverencia.

— Tu igual — Fue la respuesta de Mikoto, quien me sonrió con amabilidad.

Antes de marcharme miré por última vez a Sasuke, quien se aferraba con recelo a su madre, mientras me dirigía una mirada seria, casi como si temiera que iba a quitarle a su mamá; no pude negarme a sentir gracia de este hecho, puesto que esa reacción en el infante me indicaba que realmente era un consentido de mami. Quizás no le agradaba aún, pero me consolaba saber que era amado y cuidado con esmero, puesto que verlo rodeado de su familia me dio una visión más amable del solitario y amargado Sasuke que conocí, solo esperaba que ese pequeño niño no se torciera de nuevo.


Desde el primer día en la academia, todo fue muy tranquilo, de hecho las semanas pasaban sin que ocurriera nada interesante, las clases eran algo que conocía de memoria, así que para compensar el tiempo que pasaba allí, me llevaba otro tipo de libros ocultos en mi mochila, los cuales camuflaba tras los libros de texto de la academia, de esa manera podía leerlos sin problema en el transcurso de las clases teóricas. También me encontré siendo con Itachi uno de los dos niños solitarios de la clase; las razones por las que no tenía amigos, fueron, que aunque pudiera intercambiar con ellos palabras, no había conexión en lo absoluto, los temas de los que hablaban me parecían banales, normales en niños de su edad, por lo cual no les juzgaba, pero no lograba interesarme ni adaptarme a su compañía, por lo cual mis horas de descanso las pasaba en solitario en un árbol que quedaba en la parte trasera de la academia. Itachi por lo que podía ver tenía un problema similar, pero era principalmente dado porque no interactuaba con los demás, de hecho, aunque su actitud era tranquila y seria, parecía que con esto colocaba un muro entre él y el resto de los niños ¿Sería de todos los Uchiha hacer eso? Me había preguntado, ya que recordaba que Sasuke hacía algo similar cuando éramos niños, pero él, era porque deseaba ser más fuerte para ir en busca de su hermano y matarlo, entonces siendo este el caso ¿Cuál era la excusa de Itachi? Realmente el chico era un enigma para mí, pero al mismo tiempo, recordando nuestra breve charla hace ya un año, podía decir que me entendía mejor con él, claro que eso no hizo que actualmente entabláramos una charla, de hecho solo nos saludábamos cuando nos cruzábamos, pero más allá de aquello, no intercambiábamos palabra.

En un mes que estuvimos en la academia, aprendí que el terminó de genio en Itachi era algo que se quedaba corto al describirlo, puesto que incluso cuando yo sabía tantas cosas sobre el ser ninja, él podía igualar estos conocimientos con facilidad, la teoría era como un pedazo de pastel para él, siempre respondiendo sin dificultad alguna, incluso cuando podía parecer que estaba distraído. Comencé a preguntarme un día si las actitudes de él eran inherentes, después de todo a diferencia de otros niños, él no jugaba, él no reía con los demás, pero claro esa actitud de indiferente parecía que siempre atraía la atención de las chicas; en lo personal, no estaba de esa forma interesada en el Uchiha, solo me llamaba la atención su curiosa personalidad, pero por lo demás mis otros pensamientos eran ocupados por el entrenamiento, hasta que un día vi algo que despertó en mí varios sentimientos, entre ellos el asombro y el respeto, pero sobre todo, algo que me ayudaría a impulsarme más hacia adelante.

Una tarde mientras esperaba con el resto de las chicas a la maestra de conocimiento básico de las kunoichi, estaba leyendo un libro de tipos de ninjutsu y su mejor forma de ejecución, entonces varios gritos emocionados rompieron mi momento de concentración y paz, haciendo que mi mirada cayera de lleno en las alborotadoras, que estaban arremolinadas en la ventana mirando seguramente el entrenamiento de shuriken que tenían los chicos — Oigan ¿No es Itachi-kun genial? Mírenlo es… — Las palabras ni siquiera continuaron porque al instante soltaron otro grito ensordecedor, que hizo que automáticamente yo me tapara los oídos. — Dios esto es peor que en la época de Sasuke — Pensé rodando los ojos, aunque no me extrañaba que si el menor había sido tan popular, por lógica el mayor sería igualmente admirado por el género femenino.

Con tanta emoción, fui picada por la curiosidad, pero automáticamente deseché los pensamientos ridículos y tomé mi libro, dispuesta a marcharme a un lugar donde pudiera leer con mayor calma; por el momento no me importaba mucho saltarme una clase de un tema que ya sabía, así que en cambio aprovecharía el tiempo en cosas que pudieran ayudarme a pulirme mejor. Salí del aula y me encaminé hacia la parte de atrás, pensando en los conceptos que había estado leyendo, era algo muy conveniente el tener buena memoria para guardar los conocimientos que había adquirido a través de libros, probablemente mi aprendizaje para médico hubiera sido más difícil si no tuviera esa habilidad. Una sonrisa nostálgica cruzo mi rostro mientras salía por la parte de atrás de la academia y tomaba el atajo por los campos de entrenamiento de Shuriken hacia mi zona favorita para leer; mis pensamientos eran abordados por Tsunade-sama, quien me había instruido con puño de hierro, pero que al mismo tiempo me ayudó a perfeccionarme en mi elemento.

El sonido de las exclamaciones de asombro y las shuriken clavándose en las dianas, me hicieron salir de mis pensamientos y ver en dirección al campo de tiro, allí en filas de cinco estaban entrenando, pero la mayoría al igual que yo dijo su atención en Itachi, quien me sorprendió cuando de un movimiento lanzó una ráfaga de kunai que se clavaron en el centro del centro de las dianas, era como si allí hubiera habido otro blanco más pequeño. La voz impresionada del maestro llegó a mis oídos y yo no pude evitar pensar — Así que… después de todo este es el significado de ser un verdadero prodigio —, mordí mi labio inferior y un sentimiento de inseguridad se levantó en mi pecho, combinado con la admiración, puesto que el ver su demostración había hecho que en mi despertara el deseo de no perder, algo que en el pasado solo adquirí luego de verme siempre protegida por Naruto y Sasuke. Me giré y seguí mi camino, ahora con una sonrisa de motivación, dispuesta a seguir caminando hacia adelante, y si eso no servía pues entonces correría con todas mis fuerzas.


Casi un año paso desde mi ingreso en la academia, y aunque no habían más novedades dentro de la misma, lo cierto era que fuera de ella me enorgullecía el ver que había mejorado mucho en mis habilidades, especialmente en las que alguna vez me quedé oxidada, como lo era el tema del lanzamiento de Shuriken, cosa que ahora manejaba bastante bien, con una precisión y fluidez que antes no tenía. En las tardes había aumentado a mi repertorio de entrenamiento la meditación, algo que me había ayudado a aumentar mucho más mi chakra y que en combinación con mis entrenamientos físicos, podía decir que estaba en un nivel completamente diferente a los de mis compañeros, exceptuando a Itachi. Muchos cambios considerables prevalecían en esa línea de tiempo, pero parecía que todo seguía su curso como si nada hubiera sido alterado; un ejemplo de todo esto fue la noticia que me habían dado mis padres la noche anterior en la cena, donde habían hecho mención sobre que tenían una misión importante, así que al día siguiente a primera hora partirían.

Cuando me habían dicho sobre aquello pensé que sería la primera vez que me quedaría sola, y aunque no me incomodaba del todo, tampoco me agradaba la idea, así que les expresé lo que pensaba, pero para mi sorpresa, ellos solo soltaron una sonora carcajada que me desconcertó bastante, solo cuando se calmaron mi madre me expresó que no me dejarían sola, de hecho habían pedido a alguien que me cuidara mientras ellos no estaban.

Un suspiro escapó de mis labios mientras caminaba hacia mi lugar de almuerzo — De hecho debería ya estar acostumbrada a las sorpresas — Me dije, pensando en las últimas palabras de mis padres antes de marcharse esa mañana, — Debería haberlo imaginado cuando lo mencionaron.

— Sakura — Llamaron a mis espaldas, así que me giré para encontrarme cara a cara con Itachi, quien se acercaba a paso tranquilo.

— Itachi-kun — Pronuncie algo sorprendida de que me buscara — ¿Qué sucede? — Él se detuvo a unos metros y me observó con su mirada tranquila, pero que parecía siempre analizarme a profundidad.

— Mi padre me pidió que te dijera algo sobre hoy — Giré levemente mi cabeza, pero esperé a que continuara — Pidió que una vez salgamos de la academia vayas a tu casa y recojas todo lo necesario para quedarte y luego vengas a la nuestra.

¿Podría ser todo más extraño? Aunque ya sabía que me quedaría en su casa esos días, escucharlo por los labios de él me hizo sentir que era real, no era ningún tipo de sueño ni tampoco una broma de mis padres — De acuerdo — Pronuncie para luego sonreírle — Gracias por venir a decírmelo Itachi-kun —, él solo asintió y luego se dio la vuelta para marcharse, claro que poco después me hizo un leve gesto con la mano, en señal de despedida.

Con todo esto aclarado y ya habiendo perdido al chico de vista, retomé mi andar hacia mi árbol preferido, donde me senté a comer y planear mi tarde — Debería llevar algo — Murmuré luego de un rato — Después de todo me hospedarán un tiempo en su casa… ¿Pero qué podría llevar? —. Mientras pensaba en todas las posibilidades, llego el tiempo de regresar hacia el salón, así que seguí con mis divagaciones dentro de las clases, hasta que solo faltaron unos minutos para el fin de la jornada, entonces llegué a la conclusión que comprar algunos aperitivos para la tarde estaría bien, por lo cual cuando sonó la campana de fin de clases, lo primero que hice fue marcharme directamente a casa.

Al llegar empaqué todo lo necesario, desde algunos respaldos de ropa, como implementos de aseo, dinero, los libros de la academia y un par de armas para el entrenamiento de las tardes — Bien — Me dije con una sonrisa, luego tomé mi bolsa con el equipaje y salí de mi hogar. Solo fueron cinco minutos de camino antes de que llegara frente a las puertas que daban la entrada al barrio Uchiha.

Al ingresar me dirigí a una de las tiendas de comestibles y dulces que solía frecuentar cuando me daba un paseo por allí, lo bueno era que me quedaba de camino hacia mi destino principal, — ¡Buenas tardes! — Dije al ingresar al lugar, donde una joven mujer se encontraba organizando las estanterías, pero al escuchar mi saludo se giró para verme.

— ¡Sakura-chan! — Exclamó con una sonrisa — es bueno verte ¿Vienes por algún recado? ¿O es algo más personal? — Me guiñó un ojo, quizás en referencia a los dulces que me gustaba comprar de vez en cuando.

— De hecho vengo por algunos aperitivos — Miré alrededor pensando que sería bueno para llevar, o mejor dicho algo que les gustara a todos.

— ¿Aperitivos? — Ella pareció meditar un momento para pasarse entre los estantes — ¿Son para alguien en específico? — Pensé un poco al respecto de la familia, sinceramente no conocía los gustos en general de ellos, no sabía si a Mikoto le gustaban los dulces, aunque siendo una chica era probable, por otro lado estaba Fugaku-san ¿A él que le gustaría? Sinceramente no me lo imaginaba comiendo un pastel de crema batida y fresas, o al menos no con una expresión de gusto plasmada en su rostro, por último estaba Itachi a quien no había falta decir que no conocía más allá de unas simples palabras, en las cuales solo había descubierto que amaba a su hermano… ¿Y si envolvía a Sasuke para regalo y se los daba? Negué y rechacé el pensamiento tonto que se me había ocurrido, aunque me daba algo de gracia pensarlo; Reflexionando al único que conocía de allí era al pequeño niño, quien era aficionado a los tomates y Oniguiri, no le gustaban los dulces, pero por lo demás no era tan quisquilloso.

— ¿Sakura-chan? — Levanté mi mirada y vi que la mujer me observaba con cierta sonrisa divertida.

— ¿Qué sucede? — Pregunté nerviosa por su mirada.

— Parece ser que tienes problemas con saber el tipo de comida que necesitas llevar — Me sonrojé un poco y ella rio suavemente — En ese caso te digo que unos pastelillos de arroz están bien, puedo empacarte de diversos sabores.

Mis ojos brillaron al ver que la mujer había encontrado la solución a mis problemas — ¡Eso me parece genial! — Dije sonriendo ampliamente.

Una vez tomé mi decisión, la mujer fue por una caja donde empacó diez tipos diferentes de pastelillos, entonces me explicó el contenido de cada uno y como los había organizado para que así la elección fuera más fácil entre los que íbamos a consumir los aperitivos. — ¿Has entendido sin problemas? — Me cuestionó al finalizar, y yo en respuesta asentí con una sonrisa.

— Muchas gracias por todo — Dije tomando el paquete y pagando lo correspondiente — Nos veremos pronto.

— Cuídate mucho Sakura-chan — Yo asentí y con un gesto de despedida salí de la tienda, para luego retomar mi camino hacia la casa de Sasuke.

Sin detenerme en el camino, pronto llegué a mi destino, donde me quedé de pie mirando la puerta que estaba frente a mí, parecía alzarse imponente, poniéndome nerviosa — Vamos, no es nada de lo que debas estar intimidada — Me dije para infundirme valor, así que con una respiración profunda me acerqué hasta la madera fina y llamé; Unos segundos más tarde la puerta se abrió y me reveló a Mikoto, quien al verme me sonrió amablemente — Bienvenida Sakura-chan, te estábamos esperando—, ella se hizo a un lado para permitirme la entrada.

— Gracias — Murmuré mientras avanzaba y cruzaba el umbral de la puerta — Disculpen la intromisión.

— Descuida — Ella cerró detrás de mí y avanzó hasta quedar enfrente mío, como esperando a que me quitara las sandalias, pero antes de eso, yo le ofrecí lo que había comprado — ¿Y esto? —, me interrogó tomando el paquete.

— Son algunos aperitivos, no sabía que les gustaría así que… bueno… — Me sonrojé y entonces me sentí cohibida ¿Por qué? No tenía una idea clara, pero por algún motivo el estar allí me era un tanto incómodo, quizás porque no sabía que hacer o cómo comportarme realmente.

— Muchas gracias Sakura-chan — Pronunció con una mirada amable — ¿Qué son?

— Pastelillos de arroz — Vi los ojos de la mujer brillar por una fracción de segundo.

— Es realmente muy amable de tu parte, apuesto a que a todos les gustarán, estarán bien para acompañar el té de la tarde — Yo asentí y entonces ella retomó la palabra, esta vez mirando hacia el pasillo — ¡Itachi! — Llamó ella y yo me tensé ligeramente.

No pasó mucho tiempo para que el nombrado se hiciera presente en el recibidor — Sakura-chan, Itachi te mostrara el camino hasta tu habitación, nuevamente gracias por el obsequio y espero estés a gusto.

— Gracias por hospedarme aquí — Hice una reverencia y le sonreí a la mujer quien asintió antes de girarse y desaparecer entre los pasillos, supuse yo a terminar algún tipo de trabajo.

Mi mirada recayó brevemente sobre mi silencioso acompañante, quien me estaba esperando, así que rápidamente me retiré las sandalias y me acerqué a él — Por aquí — Pronunció girándose y comenzando a caminar, así que acatando su orden le seguí unos pasos por detrás. Con lo poco que pude observar, llegué a sorprenderme de lo grande que era la casa, ya que por fuera no lo parecía, pero su interior tenía un amplio jardín interior, con un estanque incluido, además de varias habitaciones, y aún me faltaba saber dónde quedaría la cocina, baño y el comedor, además estaba segura que había un estudio, propiedad del patriarca de la familia. Doblando hacia la derecha, luego de atravesar el jardín y un par de puertas correderas más, finalmente nos detuvimos — Esta será tu habitación — Dijo mientras abría la entrada del que sería mi cuarto, revelando una espacio amplio, que en su interior poseía un armario y una pequeña mesita donde reposaba un jarrón con flores frescas, — El futon está en el armario, el baño es dos cuartos más hacia allá, y la cocina queda hacia la otra dirección de por dónde llegamos.

— Gracias Itachi-kun — Le sonreí en agradecimiento, pero él no respondió verbalmente, solo asintió y luego se giró para permitirme desempacar tranquila.

Entré en la instancia y dejé mi mochila en una esquina, luego me estiré en mi sitio y observé nuevamente mi espacio. La verdad no tenía nada que hacer en esos momentos, con excepción de la tarea de la academia, pero eso podría hacerse luego, por lo cual me decidí que era mejor salir a entrenar. — No puedo desperdiciar el tiempo — Me dije de forma decisiva, así que tomada mi decisión, me dispuse a salir de allí y buscar a Mikoto para avisarle de que iba a ir a entrenar.

Estaba dando un paso a fuera cuando me crucé con un pequeño niño que venía caminando por el pasillo, pero al verme se detuvo en seco y me miró con recelo — Konbanwa Sasuke-kun — Pronuncie poniendo mi mejor sonrisa. Él me miró haciendo un puchero bastante adorable, pero que indicaba su malestar.

—Tú… ¿Qué haces aquí? — Aunque mi expresión era una sonrisa, no pude evitar no sentir una punzada dolorosa en mi pecho.

— Me hospedaré aquí unos días mientras mis padres están de misión, lamento si incomodo un poco — Pronuncié lo más amable que pude.

El no respondió, por lo cual un silencio incomodo nos cubrió mientras nos mirábamos, así que unos segundos más tarde me dije mentalmente que no valía la pena quedarse allí, — Con tu permiso — Pronuncie antes de cerrar la puerta corredera y comenzar a caminar por el pasillo, en dirección a la cocina, donde probablemente estaría Mikoto, claro que si no la encontraba allí, siempre podría intentar en otros lugares; para mi sorpresa y desconcierto Sasuke me siguió de cerca todo el camino, como quien vigila a alguien en quien no confía en lo absoluto, esto me hizo preguntarme ¿Qué era lo que había hecho yo para ganarme la desconfianza del menor? No tenía idea, de hecho comenzaba a cuestionarme si tenía que ver con sentimientos pasados, unos que solo estaban presentes pero no había recuerdos del porque se tenían esos sentimientos, aunque no era como si en el pasado hubiera hecho algo como para generar tal desconfianza.

Cuando llegué a mi destino, la pelinegra que buscaba se encontraba levantando algunos trastes, — Mikoto-san — le llamé y ella giró levemente la cabeza para verme.

— ¿Qué sucede Sakura-chan? — Preguntó con un tono amable.

— Bueno… venía a decirle que saldré a entrenar — Ella me miró primero con una expresión en blanco, pero pocos segundos después me sonrió.

— De acuerdo, ten cuidado y no llegues tarde para la cena — Yo asentí y curve mis labios hacia arriba, formando una tímida sonrisa.

— Me marcho — Pronuncie, luego me giré y comencé a caminar, pero me tuve que detener abruptamente antes de que arrollara a chibi Sasuke, quien seguía mirándome, esta vez con la mirada entornada sobre mis ojos, la imagen era adorable, mientras mantenía sus cachete derecho ligeramente inflado y su labio inferior torcido hacia un lado; instintivamente levante mi mano y la coloqué sobre su cabeza, acariciando un momento sus cabellos, antes de regalarle una sonrisa y marcharme.

Si hubo reclamo por parte del menor, no logré escucharlo, puesto que no tardé en llegar a la puerta, donde me calcé en un solo unos segundos las sandalias y luego salí con paso rápido hacia el campo de entrenamiento, sin detenerme ni por un segundo. Cuando finalmente llegué, me apresuré en comenzar mi rutina de siempre, corriendo, haciendo sentadillas, abdominales, flexiones… siempre aumentando una más que el día anterior.


Dos horas habían pasado, y en ese momento estaba practicando el Jutsu de Shuriken, siempre cambiando de lugar y apuntando desde diversas direcciones hacia mis objetivos, dando como resultado que ocho de diez lanzamientos, quedaran con todos los objetivos siendo atravesados en el medio. Shisui había tenido razón cuando había mencionado que toda esa práctica me ayudaría a tomar experiencia y mayor velocidad de análisis con respecto a la dirección que debía dar a mis armas, lo que no había anticipado era que en conjunto con los otros entrenamientos había conseguido sentir que mi chakra había llegado a tomar casi la misma cantidad de cuando era genin, haciéndome más fácil el poder desempeñar la mayoría de mis técnicas previas sin sentir que iba a desfallecer.

Caí con suavidad luego de haber hecho mi último lanzamiento y sonreí al ver mis resultados — Bien, quizás si cambio un poco el ángulo de… — Me detuve en mis palabras, tomé uno de mis Kunai y lo lancé hacia los árboles — ¿Quién anda ahí? — No hubo respuesta, pero yo sabía que había alguien cerca, ya que no solo me sentía observada, sino que de igual forma podía reconocer que había un chakra cerca, oculto entre los arbustos.

Había tomado posición defensiva, esperando a ver qué era lo que aparecería, aunque de ser un ninja renegado lo más probable es que me encontrara en un serio aprieto, debido a que mi chakra estaba a la mitad de lo que debería; Apreté mi puño y cargué chakra mientras me dije que algo se me ocurriría de ser el caso el tener que enfrentarme al peligro, después de todo si algo tenía era experiencia acumulada. Se produjo un movimiento en el lugar en que había lanzado el kunai, y segundos más tarde este salió disparado, clavándose en uno de los blancos, como una señal de que no era un enemigo, así que baje levemente mi guardia y esperé a que apareciera la persona que había estado oculta, la cual se hizo presente dos segundos más tarde.

— Itachi-kun — Pronuncie sorprendida de verlo, tenía una expresión de incomodidad, quizás por ser descubierto — ¿Hace cuánto estas allí?

— No hace mucho — Admitió — Venía a entrenar, pero me disculpo si te he interrumpido.

Negué con rapidez y proclamé — No hay problema, solo me has pegado un susto, pero supongo que puedo decir que también ha sido una ventaja — Enarcó una ceja y me observó confundido, así que proseguí — Bueno… pude detectarte, eso quiere decir que puedo detectar las presencias. Oh, ya que estamos aquí los dos ¿Por qué no entrenamos juntos? — No supe bien porque decidí invitarle a entrenar tan sorpresivamente, pero luego de reflexionarlo un segundo, me dije que no podría ser tan malo, después de todo Shisui había dicho que buscara retos, y enfrentarme en un mano a mano con el pelinegro frente a mí era una buena oportunidad para medir mi fuerza contra un prodigio como él.

Itachi apartó su mirada, indicándome que realmente no quería, algo que me pareció normal, pero realmente sentía deseos de enfrentarme a él, así que decidí apelar a su orgullo, para presionar un poco — Oh vamos ¿O tienes miedo que te gane? — El reto siempre fue una buena arma contra los Uchiha.

— No lo creo — Respondió rápidamente, sin pensarlo demasiado.

Fruncí el entrecejo puesto que su falta de reacción a mis palabras y su pronta respuesta, era una clara forma de decir sutilmente "Soy demasiado para ti", como dicen las acciones hablan más que las palabras, por lo cual no pude evitar sentirme ofendida y enfadada — Puede que no tenga un talento innato Itachi-kun, pero me esfuerzo mucho, por eso no puedes juzgarme sin siquiera probar que no puedo enfrentarme a ti — Su oscura mirada volvió a caer sobre mí, y yo mantuve mi mirada seria, diciéndole claramente con ella "Qué seas un genio no quiere decir que el esfuerzo no llegue a alcanzarte".

Pareció meditar mis palabras un momento y luego dio un suspiro — Bien — Esbocé una sonrisa y di un salto hacia atrás, dejando una distancia prudente para el combate.

— No te contengas por favor — Él pareció sorprenderse por mi comentario, pero luego volvió a su expresión neutra. Si algo sabía de ese chico era que no subestimaba a sus oponentes, lo cual era bastante agradable en ese caso, ya que eso quería decir que esta sería una pelea bastante productiva.

— Hn — Soltó antes de posicionar su mano frente a él y hacer el sello de lucha, lo cual yo imité.

Pasaron unos tres segundos antes de que bajáramos nuestras manos y yo comenzara lanzándome a la batalla, iniciando con un embate de mi puño derecho, el cual él esquivo con facilidad, inclinándose hacia atrás, pero yo no me detuve allí, puesto que giré sobre mi eje y esta vez le ataque con el talón de mi pierna izquierda, nuevamente él esquivo, esta vez agachándose y lanzando un contrataque, siendo un barrido por el suelo con su pierna derecha; el objetivo era romper mi equilibrio, pero yo anticipándome salté justo para esquivarlo y volverme a posicionar sobre mis dos pies.

Itachi dio un salto hacia atrás y yo me moví para comenzar con un combo de puños, los cuales él volvió a esquivar, y bloquear, pero a cada momento que pasaba yo aumentaba la velocidad con la que atacaba por lo cual él comenzó a tener ligeras dificultades, pero nada que lo pusiera en un aprieto. Tal y como lo pensaba sería un oponente difícil, no solo era ágil y rápido, también tenía un juicio rápido para ver a través de mis ataques, era paciente y observaba minuciosamente, en definitiva el chico era un hueso duro de roer, por lo cual si quería conseguir algo en la lucha contra él, tenía que tratar de superar su criterio y conseguir una buena estrategia que funcionara bien contra él, para ello tenía que aprovechar mis talentos ocultos por el momento. Nos separamos en un salto y nos miramos por un par de segundos, antes de volver lanzarme hacia a él, esta vez empuñando una Kunai, pero esta fue detenida por la propia de él, la cual había sacado en un fluido movimiento segundos antes de que yo llegara, así que presioné con mayor fuerza, haciéndole retroceder un poco, luego lancé una patada a su rostro, que él esquivo agachándose, pero yo ya estaba en movimiento, nuevamente, y antes de que él pudiera moverse yo ya le había golpeado con mi puño izquierdo. A pesar de haberle dado, supe casi al instante que ese no era Itachi, y pude comprobarlo al desaparecer su cuerpo en una nube de humo y ser remplazado por un tronco.

Es rápido con las posiciones de manos — Me dije antes de sentirlo a mis espaldas, así que rápidamente hice sellos y le devolví el jutsu, quedando en mi lugar un tronco y yo a un lateral, donde aproveché y lancé algunas shuriken, las cuales él se apresuró a desviar en su gran mayoría, pero una de ellas logró atravesar su defensa y lastimarle un hombro, aunque solo fue superficial.

Tomando ventaja de su momento de distracción salté en el aire para luego caer en picada en su posición, con mi puño bañado en chakra — ¡Shannaro! — Grité antes de caer, pero él me esquivó, evitando así que lograra tocarlo. En el instante en que mi puño tocó el suelo una pequeña grieta se formó, haciendo temblar un poco y solo por unos dos segundos la tierra, algo que me hizo recordar que aún no conseguía toda mi vieja fuerza, pero eso era un comienzo bastante aceptable, considerando que no había empleado mucho chakra.

Fijé rápidamente mi atención en Itachi, pero segundos luego de hacerlo noté que había algo raro, puesto que este parecía no tener sustancia — Bunshin — Descubrí sorprendida, y tarde para lograr evadir por completo el ataque del original, quien me hirió en mi brazo izquierdo, al menos cinco centímetros arriba del codo. Salté hacia atrás y soporté el dolor mientras me enfocaba en no perder de vista a mi oponente — Si quieres jugar con clones — Pensé antes de lanzarme y hacer rápidamente sellos, sacando dos clones a mis laterales; la técnica de ataque que empleé fue la misma que había usado con Ino en los exámenes chunin, dándome velocidad en la planta de mis pies para ir más rápido, la única diferencia era que yo lancé mi puño en el movimiento número dos, pero él lo detuvo y contraataco con su propio puño derecho, obligándome a mí a inclinarme hacia atrás para esquivarlo y luego inclinarme hacia la izquierda para tratar de golpearle con una patada; él me soltó y retrocedió rápidamente, permitiéndome la brecha para poder re posicionarme unos metros más lejos.

Jadeé sin apartar mi vista de mi contrincante, quien también se veía un poco agitado, pero no tanto como yo lo estaba, quizás porque yo había estado anteriormente realizando algunos ejercicios, lo cual me dejó en mi estado actual, con mi chakra ya abajo y con solo la posibilidad de un par más de ataques. Le vi moverse, así que de igual modo yo entre en acción, pero no sin dejar de observar sus movimientos, lo cual me ayudo a ver su ataque antes de que lo ejecutara, así que pensando rápidamente una contramedida para evitarlo, desvié chakra hacia mi pie derecho, luego salté para esquivar su ataque, al caer golpeé el suelo con el talón, lo cual provoco esta vez que la tierra temblara con mayor fuerza y el suelo alrededor del impacto cediera, por último giré sobre mi talón y use mi otra pierna para tratar de golpearlo, pero nuevamente él se apartó, aunque con algunas dificultades.

— Suficiente — Proclamó, entonces yo detuve mi siguiente movimiento para mirarlo confundida; Él pareció entender claramente la pregunta que me formulaba interiormente, puesto que luego añadió — Has agotado todo tu chakra, si continuamos podría ser peligroso.

Inflé mis cachetes haciendo un puchero de inconformidad, no me gustaba pensar que estaba en un aprieto, pero él tenía razón, no era conveniente seguir, de hecho en una situación de peligro, estar en ese estado solo me supondría una muerte segura, si no a manos de mi oponente, sería por escases de chakra. Suspiré resignada y me acerqué a él, luego extendí mi mano y le presenté mi dedo índice y corazón, él los acepto con sus propios dos dedos, y así hicimos el sello de reconciliación — Me debes una revancha — Dije.

Su semblante se relajó y me ofreció una corta sonrisa — De acuerdo —, sus palabras y expresión eran sinónimo de reconocimiento, él me admitía como alguien digno para enfrentar. Mi corazón latió con fuerza y la alegría me embargo, junto con una gran satisfacción, al ver que realmente mis esfuerzos estaban dando frutos, claro que al mismo tiempo todo esto me hacía pensar que tenía que esforzarme el doble si quería poder alcanzar al pelinegro frente a mí. — Es hora de regresar — dijo para darse vuelta y mirarme, diciéndome con esto que estaba esperando a que le siguiera.

— Sí — Pronuncié acercándome a su lado y comenzando a caminar de regreso.

El trayecto de los campos de entrenamiento hasta la entrada del clan Uchiha fue en un relajante silencio, hasta que él comenzó una corta charla con respecto a nuestro resiente encuentro — Tu control de chakra es de un nivel bastante alto —, le observé un momento antes de responder.

— Bueno… siempre he tenido facilidad para controlarlo, lo cual me es muy útil ya que no tengo una gran cantidad. Como se dice, si se controla bien el chakra, tus posibilidades de mantenerte en el combate por largas temporadas de tiempo aumentan —. Itachi asintió de acuerdo con mis palabras, entonces yo desvié un poco el tema en su dirección. — Hm sobre ti tengo que decir que eres bastante difícil.

— ¿a qué te refieres? — Me cuestionó.

— Bueno, me refiero a que eres difícil de enfrentar. Tu análisis de la situación es bastante bueno, lo cual te da mejores oportunidades para contraatacar y planear estrategias, incluso si estas siendo presionado, por ello es difícil encontrar aperturas en tu estilo de combate — Su expresión se ensombreció levemente y entonces pude ver a través de él, aunque solo fue por unos momentos. Siendo un prodigio, él cargaba con muchas cosas, con las expectativas de varias personas, nadie le veía como era, nadie pensaba en lo que él realmente sentía, solo veían al Uchiha Itachi fuerte y listo, aquel que podía enfrentarse a diversos eventos sin problema; Descubrir este pequeño lado del pelinegro me hizo sentir un poco triste, ¿Realmente qué pensaba él? ¿Qué era lo que quería? Quizás no podía responder eso ahora, pero me gustaría en un futuro poder hacerlo.

— Qué diga todo esto, no significa que perderé Itachi-kun — Él levantó su mirada para observarme con una expresión ilegible, que me inspiró a seguir hablando — No creas que por ser tan bueno puedes hacer las cosas solo — Ahora su expresión me reveló un poco de confusión por mis palabras, — A lo que me refiero es que no debes ser arrogante y pensar que puedes hacer de todo, incluso los más fuertes tienen debilidades, por eso es que los ninja trabajamos en equipos, ya que ellos suelen cubrir nuestras falencias y nos ayudan a mejorar.

— Eso lo sé — Pronunció con calma.

— Si lo supieras no colocarías esa cara, tu expresión es un claro indicio de que no estas contento con ser reconocido como un prodigio, quizás es por eso que alejas a la mayoría, porque no sabes cómo actuar con ellos, porque hasta cierto punto te consideras especial, aunque no de una forma que realmente te agrade — Su sorpresa paso por su rostro por unos momentos, pero luego simplemente volvió a su estado de serenidad, mientras parecía meditar mis palabras.

— Estas en la misma posición que yo — Dijo pasado un rato, pero esto no me sorprendió, lo que sí lo hizo fueron sus palabras.

— ¿De qué hablas? — Pregunté.

— Incluso si afirmas que no tienes mi nivel, tu comprendes el mundo ninja mejor que cualquier niño de nuestras edades, eres igual de buena en el análisis, ninjutsu y taijutsu, tu nivel sobresale del promedio, y al mismo tiempo no interactúas con los demás — Sus palabras eran hasta cierto punto ciertas, yo me parecía a él, pero no era porque realmente tuviera sus mismas cualidades, sino porque yo ya había pasado por eso antes.

— En parte tienes razón, pero te equivocas con decir que soy algo como un prodigio, yo me esfuerzo mucho para subir mi nivel de fuerza y pulir mis falencias, lo he hecho por casi dos años, y en cuanto a lo de interactuar… no sé cómo entablar conversación con nuestros compañeros de clase — Sonreí observando a mi acompañante — Pero contigo puedo hacerlo sin problemas, y es bastante agradable.

Nuevamente había hecho que su expresión se alterará por breves instantes, esta vez con una mirada un tanto avergonzada, — Hm. Bueno… —, ese niño era bastante curioso, ya que parecía tener más reacciones de adulto que de un infante, pero cuando pasaban ese tipo de cosas siempre podía ver expresiones interesantes ¿O sería que simplemente estaba muy acostumbrada a los rostros sin emoción que había visto en él y su hermano antes? Tal vez ese fuera el caso.

— Como sea, sin importar nada yo seguiré esforzándome, sin olvidar que mis falencias existen y que no puedo cargar con todo sola, puesto que eso solo me llevará a la arrogancia y con ello a la soledad, y no es el mejor camino ¿No lo crees? — Sus ojos se abrieron unos milímetros más, mostrándome un brillo intraducible para mí.

— Nii-san — Escuchamos, así que los dos miramos hacia al frente y vimos a Sasuke de pie en frente de la entrada a la casa, entonces cuando tuvo la atención del nombrado se lanzó corriendo hacia él y lo recibió con un fuerte abrazo — Juguemos.

Si bien podía reírme de ver que el pequeño Uchiha recibía a su hermano con las palabras "juguemos" antes de darle la bienvenida, preferí sonreír ampliamente y mantenerme mis pensamientos como "adorables" para mí misma. — Sasuke, tu hermano tiene que hacer los deberes de la academia, así que no puede jugar contigo ahora — Mikoto-san apareció cruzando el pasillo con una pila de ropa y manteniendo una expresión severa, cosa que hizo que el niño hiciera un puchero junto a una mirada triste.

— Lo siento Sasuke, será la próxima vez — Itachi golpeó suavemente la frente de su hermano, y le regaló una mirada suave, tratando de aliviar el malestar del menor.

— Sakura-chan también tienes tarea ¿no? — Me sobresalté en mi lugar y miré a la mujer.

— Sí señora — Ella sonrió.

— ¿Por qué no la hacen juntos? Después de todo están en la misma clase, y siendo los dos quizás las terminen más deprisa — Sasuke clavó su mirada sobre mí y frunció el entrecejo.

Miré a Itachi y él a mí — Será más rápido — Dijo con calma, apoyando el concejo que había dado su madre.

— Sí — Le sonreí y me apresuré a entrar a la casa — Iré por mis libros.

— De acuerdo, nos veremos en mi habitación — Comentó él, y yo asentí para luego ir directamente hacia mi habitación.

No tarde mucho en conseguir lo que necesitaba y caminar hasta el que supuse era el cuarto de Itachi, el cual quedaba un par de puertas antes que el mío — Disculpa la intrusión — Dije luego de tocar y abrir la puerta. Él ya me esperaba sentado en medio de la habitación, al frente de una mesita, donde ordenadamente estaban puestos sus libros, — Descuida — Pronunció para luego hacerme una indicación de que tomara asiento, así que cerré la puerta y caminé hasta donde él se encontraba, sentándome justo en frente.

Una vez acomodados ambos, escogimos una de las asignaturas y comenzamos a resolver cada uno de los problemas presentados. No nos tomó mucho tiempo concretar las respuestas, ya que eran cosas que un niño genio y una niña con conocimientos previos, podían solucionar sin esfuerzo alguno, por lo cual seguimos pronto con la siguiente asignación, la cual tuvo el mismo resultado que la anterior, así que contando una hora a partir del momento en que habíamos iniciado, quedamos libres de las responsabilidades de la academia. — Bien… eso es todo — Pronuncie estirándome en mi lugar con una amplia sonrisa dirigida a mi acompañante — Eso te da el tiempo justo para que puedas ir a jugar con Sasuke-kun — Dicho esto comencé a recoger mis cosas para marcharme.

— ¿No quieres venir? — Preguntó quizás por decencia, pero de igual modo yo me negué.

— No quiero incomodar a Sasuke-kun — Mi sonrisa se convirtió en una risilla nerviosa — Ya sabes… yo… bueno no le agrado mucho — Su mirada se tornó un momento pensativa y entonces dijo — Entre más mejor.

Me era un tanto extraño que él insistiera, pero luego pensé que de igual modo yo no era del tipo de persona que buscaba siempre una batalla, pero aun así esa tarde lo había hecho, — B-bueno… si insistes —, él se levantó de su lugar y comenzó a caminar hacia la entrada.

— Cuando termines de dejar tus cosas ven a reunirte con nosotros en la entrada — Yo asentí y entonces ambos tomamos hacia lugares opuestos, o al menos por el momento.

Aún pensativa sobre la reciente oferta a ir a jugar con los varones Uchiha, llegué a mi habitación y dejé mis libros sobre la mesita, entonces me dispuse a salir directamente a la entrada, cuando sentí un leve dolor en mi brazo, así que dirigí mi mirada allí, se trataba del corte que había recibido en el entrenamiento — Necesito sanar eso — Me dije dirigiendo mi mano hacia allí, pero me detuve a medio camino cuando recordé que no tendría explicación para el repentino desvanecimiento de la cortada, así que solo me quedaba usar los métodos tradicionales. Dirigiéndome a mi mochila saque un par de vendas, gasa, una pomada y un desinfectante, los cuales use para rápidamente limpiar y vendar mi herida — Bien, ahora debo darme prisa, han de estarme esperando — Me iba a poner en pie cuando pensé en Itachi, él también había adquirido una herida en nuestra breve lucha, — Creo que las llevaré para darle tratamiento también a él —, tomando los materiales que me habían sobrado, los metí en una pequeña bolsa que acomodé en mi espalda y luego salí corriendo hacia la puerta, donde ya estaban Sasuke e Itachi esperando.

— Lamento la demora — Dije con una sonrisa de disculpa — Tuve que hacer algo antes.

— Hm — Sasuke gruñó mirándome mal — Por tu culpa nuestro tiempo se ha reducido — Dijo haciendo un puchero.

— Realmente lo siento Sasuke-kun — Coloqué mis manos al frente y volví a tratar de disculparme, pero él parecía ensañado en estar molesto.

— Descuida — La voz de Itachi nos sacó de nuestra breve discusión, — Mejor aprovechemos el tiempo que tenemos.

— Sí — Respondí.

Sasuke no discutió más, pero automáticamente agarró la mano de su hermano y me sacó la lengua, para después girarse y darme la espalda — Vamos Nii-san — Le afanó el chico tirando de su mano, entonces el aludido comenzó a andar detrás de él y yo les seguí a sus espaldas, preguntándome si eso sería realmente una buena idea.


— ¡Hiciste trampa! — Era la doceava vez que escuchaba a aquello, y sinceramente aún no me podía creer que saliera de los labios de Sasuke.

— No lo hice — Negué soltando un suspiro y buscando a Itachi en busca de ayuda, pero él hacía mucho se había desentendido del asunto, ahora mismo, era mi deber hallarlo y terminar con el juego.

— Lo hiciste — Sasuke frunció aún más el entrecejo — Mi escondite era perfecto, no había modo que pudieras hallarme, así que debiste espiar.

— No lo hice — Repetí mirando por los árboles, y tratando de concentrarme en el movimiento en vez de los reclamos de la pequeña dulzura que alguna vez fue mi compañero de equipo, pero que en esos momentos me costaba relacionar — No es mi culpa que dejaste a la vista un pie.

Mala elección de palabras, eso hirió su orgullo y se enfureció aún más — ¡Yo no soy así de torpe! — tapé mis oídos y enfoqué mi atención en el mini Sasuke, quien aún me miraba enfurruñado y con el entrecejo bien fruncido, sinceramente él tenía un rostro adorable, pero en esos momentos solo me estaba provocando un tremendo dolor de cabeza, realmente en el pasado me hizo falta conocer el lado caprichoso del Uchiha, aunque en la edad no era nada raro.

— Nadie dijo que lo fueras Sasuke-kun, todos pueden cometer… imprudencias — Suspiré tras mis palabras y automáticamente pensé para mí misma — Por lo menos mi error fue el encontrarte en primer lugar… ¿Dónde rayos te metiste Itachi? ¡Shannaro!

— Eso es lo mismo que decir que soy torpe — Se cruzó de brazos e inflo más los cachetes — Sakura es una tramposa.

Si bien me sorprendía que no usara honoríficos, no le di mucha importancia, después de todo acostumbraba a que me llamara de esa forma en el pasado — Eres un mal perdedor Sasuke-kun ¿O solo es conmigo? — Coloqué mis manos en las caderas y le miré con seriedad — Antes no he visto que le dijeras nada a Itachi-kun.

— Nii-san es perfecto y asombroso, así que es imposible que pierda — Su comentario me dejó en claro que sufría de la enfermedad de "hermano mayor", aunque no era raro, con alguien como Itachi quien le consentía en varias cosas y siempre estaba pendiente de él… además le miraba como su adoración ¿Cómo no iba a tener esa fijación? Bueno había olvidado lo de señor perfecto en todo.

— ¡Oh vamos! Eso no es excusa Sasuke-kun — Esta vez fui yo la que inflé mis cachetes en un puchero, ese niño estaba despertando mi espíritu de lucha.

— Tramposa — Insistió dejando de lado mi comentario.

Iba a responder cuando sentí movimiento a mi izquierda, así que rápidamente me giré y entorné mi mirada, tratando de ver si había algo allí, fue en esos momentos que recordé que el Uchiha mayor no sería así de descuidado, por lo cual el sonido había sido intencional para distraerme — Atrás — Dije a tiempo para ver como él había salido justo hacia el centro, donde estaba Sasuke esperándolo sentado, — Oh no lo harás — Dije ahora corriendo detrás de él, en un intento de evitar que llegara hasta donde su hermano menor, quien lo observaba con ojos brillantes, esperando el rescate y con ello mi derrota; Itachi era veloz, de eso no había duda, por ello tuve que emplear todas mis fuerzas para lograr reducir nuestra distancia a solo medio metro, entonces extendí mi mano para tratar de tocarlo.

— ¡Nii-san! — Gritó Sasuke estirando las manos, en consecuencia el mayor también estiro su brazo derecho.

Fue solo un segundo, así que no me queda claro lo que ocurrió, solo supe que cuando menos lo pensé, me sentí tropezar y seguido a esto los tres nos encontrábamos en el suelo, habiendo caído yo en medio de los dos hermanos, quedando yo boca abajo, Itachi de lado y Sasuke boca arriba — Auch — Pronunciamos Sasuke y yo al mismo tiempo, pero automáticamente ambos nos sentamos, entonces nos miramos a los ojos — ¿Quién ganó? — volvimos a hablar.

— Por supuesto que Nii-san y yo — Sasuke se puso en pie de inmediato, como si hacía un segundo no hubiera sido involucrado en un choque.

— ¡Eso no podemos saberlo! Puede que yo tocara a Itachi-kun antes de caer, como puede que no — Me senté lentamente y traté de ser lógica.

— No, por supuesto que ganamos — Sasuke era imposible, su terquedad era cosa que no se iba sin importar el tiempo.

— Sasuke-kun… — dije — No seas caprichoso.

— Que seas torpe no quiere decir que nosotros también ¿Quién se tropieza jugando a las escondidas? — Una venita apareció en mi frente.

— Fue un accidente — Refuté — A ti se te vio el pie hace un rato.

— Tramposa — Dijo en su defensa.

— Es un empate — Me detuve en mis palabras y ambos giramos a ver a Itachi, quien se estaba limpiando la tierra de la ropa — Sakura alcanzó a tocarme justo cuando yo lo hice contigo.

El niño hizo un puchero y parecía a punto de reclamar, pero yo dije — Admito mi derrota — Ambos chicos me miraron y yo me puse en pie — Incluso si te toque ya estabas en el rango para sacar a Sasuke y ganar el juego, lo último fue un accidente, pero no creas que esto se quedará así, otro día conseguiré la revancha.

— No creo que sea tan necesario, pero será agradable volver a jugar juntos — Una amable sonrisa cruzó las facciones de Itachi y luego miró a Sasuke, quien parecía un tanto feliz pero del mismo modo inconforme con el resultado — Es hora de regresar, la cena estará lista y supongo que mamá querrá que no lleguemos tarde.

— Sí — Sasuke asintió.

— Oh espera Itachi-kun — Él me observó curioso y yo proseguí rápidamente — Antes de eso ¿Podrías mostrarme tu hombro? Ya sabes el que te lastime.

— Ya está bien, además tenemos que llegar a casa — Hice una mueca de disgusto.

— No tardaré mucho lo prometo — Él suspiró, pero no me contradijo, tal parecía que sabía que insistiría, así que tomó su camisa por los extremos y se la quitó dejando al descubierto su torso y con ello el objeto de mis preocupaciones.

Me acerqué rápidamente y examiné el corte, no era profundo pero era mejor desinfectarlo pronto, así que saqué mis implementos de trabajo y comencé a tratar la herida, sin prestar mucha atención a las miradas de los dos chicos, siendo la de Sasuke un tanto curiosa y la de Itachi de pura observación. Como prometí, no tardé en desinfectar y vendar la herida, por lo cual en menos de tres minutos ya estaba guardando todo — Listo, con esto ya está bien — Dije con una sonrisa.

El Uchiha mayor volvió a colocar su ropa en su lugar y luego exclamó — Gracias — entonces me dirigió una mirada ilegible — Parece que estas llena de sorpresas — Dicho esto se dirigió hacia su hermano, dejándome con un leve sonrojo y el sentimiento de emoción por ser alagada de esa manera.


La cena resultó ser un tanto incómoda para mi gusto, quizás la razón era porque no estaba acostumbrada a ese tipo de silencio serio, o porque sencillamente me sentía intimidada en la presencia de Fugaku, quien tal parecía que no cambiaba ni en su casa su expresión estoica. Por otro lado todo ese asunto me hacía pensar que jamás en todos mis años de vida me pude imaginar encontrarme sentada en medio de la familia de mi primer amor, — Principalmente porque todos estaban muertos en mí tiempo regular — pero como sea era un ambiente no sano para mis nervios, claro que lo extrañé un poco cuando la "charla" finalmente se hizo presente en la mesa, siendo iniciada por el patriarca del clan.

— ¿Cómo te ha ido en la academia Itachi? — Esta parte era normal ¿Qué padre no le preguntaba a su hijo como le había ido? Sinceramente me extrañaría si no le cuestionaran aquello a mi compañero de clases.

— Todo en orden Padre, de hecho son bastante blandos — No tenía que mencionarlo, de hecho sabía que lo de la academia no se comparaba a la vida real de un ninja, pero no era para decirlo de esa manera.

— Es porque Nii-san es el mejor — La mirada de Sasuke era feliz hasta que cayó sobre mí, tal parecía que no superaría lo de la tarde.

— Por eso quería pedirte que me enseñaras algunos Jutsu — La mención me hizo sentir una punzada de ansiedad y un poco de molestia ¿Se iba a adelantar? O eso no lo permitiría, si el avanzaba un paso yo trataría de dar dos, pero definitivamente no dejaría que me dejaran atrás; el pensamiento me hizo detenerme un momento ¿Acaso estaba viendo a Itachi como mi rival? Sabía que Shisui dijo que me pusiera retos, pero lo que estaba haciendo era excesivo.

— Se nota que eres mi hijo, por supuesto que te enseñaré — Proclamó el comandante con orgullo impreso en su tono, entonces me miró a mí y dijo — Y Sakura ¿Qué tal estas en la academia? — No podía decir que sus palabras no me desconcertaron, de hecho casi me atraganto por la pregunta.

— Todo en orden, no he tenido problemas — Traté de sonreír con normalidad, pero creo que se notaba un poco que me sentía nerviosa con las pregunta.

— Bien — Fue la respuesta de mi interrogador.

— No puedes ser mejor que Nii-san — Maldije internamente y miré a Sasuke, comenzaba a entender que eran puro y exclusivo deseo de sobreprotección con su familia.

— Sakura es fuerte — Itachi habló en mi defensa y eso me asombró, claro que al mismo tiempo me causó mucha alegría.

— Es por eso que no perderé — Comenté en un reto amistoso, que fueron recibidas con agrado por él, y para el resto de la mesa fue un intercambio bastante curioso, ya que pude ver que Fugaku había abierto ligeramente los ojos, Mikoto sonrió casi con picardía y Sasuke parecía no creerlo. El resto de la cena transcurrió en silencio, y una vez finalizó, todos nos dirigimos a nuestras habitaciones. Yo me tendí en el futon una vez lo saqué y me quedé mirando a un punto indefinido de la pared, estaba exhausta física y mentalmente, así que rápidamente caí en un profundo sueño.

Al día siguiente desperté de un sobresalto, temblando, sudando y completamente asustada, — Solo fue un sueño — Me dije, tratando de borrar las horribles imágenes, en las cuales había visto a Sasuke enloquecido, matando a todos y cada uno de mis amigos, justo antes de mirarme a los ojos y atravesarme con su espada, haciéndome sentir débil, impotente y miserable — Solo fue una pesadilla… un sueño — Me repetí tapando mi rostro con mis manos y tratando de evitar llorar. Pasé un buen rato así, intentado encontrar consuelo mientras respiraba profundo, y diciéndome una y otra vez que no había que temer, que eso no pasaría. Una pequeña brisa me acarició, y sacó levemente de mis aterradores pensamientos, haciendo que comenzara a buscar alrededor de la habitación el origen de ella, hasta que finalmente di con la ventana, entonces lentamente me puse en pie y con pasos temblorosos me acerqué hasta ella, y la abrí, permitiendo que el viento entrara como una suave ráfaga que revolvió mis cabellos y acarició mi rostro; mis pensamientos pronto empezaron a enfriarse y el temor se fue desvaneciendo, permitiéndome pensar con mayor claridad.

— Necesito hacerme más fuerte — Murmuré pasados unos minutos, entonces mi mirada se volvió firme y tomé una decisión un poco arriesgada, pero que sabía que con el chakra que tenía en ese momento podía lograr.

Con el amanecer a mis espaldas, me dirigí al centro de la habitación, donde me senté en flor de loto, luego junté mis manos, colocando una sobre la otra y dejando una pequeña abertura, como un ovalo entre los dos pulgares y las palmas hacia arriba, seguido a esto cerré mis ojos y visualice dos puntos en mi mente — Dos contenedores — Me dije para comenzar a abrir dos espacios detrás de mí frente, uno más grande que otro, siendo el más grande para comenzar a almacenar el chakra del byakugou y el segundo sería una pequeña reserva para el tiempo en que tardara en completar el sello, de esa forma no importaba la circunstancia no estaría indefensa. Conocía bien los riesgos de hacer esa técnica a una edad tan tierna como la que tenía en esos momentos, pero evaluando mis reservas actuales de chakra, no era una idea tan descabellada, claro para realizarla tenía que tener total confianza en mis habilidades de control de chakra, algo que por fortuna tenía, además de práctica, puesto que ese procedimiento lo había estado haciendo mucho antes de que el tiempo se alterara; lo único que me frustraba de todo eso era que tenía que comenzar de ceros, claro ahora no habían misiones o pacientes en el hospital que me impidieran reunir día a día el chakra necesario.

Pasé las próximas tres horas en esa posición, almacenando pequeñas gotas de chakra, hasta que mi concentración se rompió levemente al escuchar suaves pasos que se dirigían hasta mi posición, así que con un suspiró abrí los ojos y reduje el flujo con el que guardaba chakra, pero siempre manteniendo un constante goteo, de ahí hasta finalizar serían como unos dos años sino más, todo dependía de mis reservas y el tiempo que dedicara en ese ejercicio. La puerta corredera se abrió, y yo dirigí mi mirada hacia allí — Oh Sakura-chan, me alegro que ya estés despierta — Mikoto-san me dirigió una amable sonrisa — El desayuno está casi listo, así que venía a informarte, y también a decirte que te prepares para la academia antes de ir a desayunar, sino se te hará tarde.

— Si señora — Respondí devolviéndole la sonrisa — Estaré lista en un momento.

Ella asintió y luego se marchó, dejándome sola, así que comencé a ponerme en pie suavemente, porque comenzaba a sentir los efectos secundarios de mi entrenamiento, siendo estas unas leves nauseas, desequilibrio y debilidad, claro que estas se irían luego de un rato, pero era mejor no forzarme demasiado, puesto que esto podría hacerme desmayar. Una vez estuve completamente en pie y segura de que no perdería la consciencia por algún movimiento, fui hasta mi mochila, donde saque una muda de ropa y mis correspondientes elementos de aseo, luego me dirigí al baño y comencé mi rutina diaria, desde darme un rápido baño, cepillar mis dientes y cabello, para luego colocarme la ropa de ese día junto con mi listón rojo; terminado esto volví a mi habitación, donde tomé la mochila de la escuela y guarde todo lo necesario, añadiendo mis libros extra, siendo el de genjutsu el que no había acabado y uno de psicología de la batalla.

Finalizados los preparativos, me dirigí al comedor con mi mochila, donde Itachi ya se encontraba sentado — Buenos días Itachi-kun — Le saludé de forma amigable para luego tomar asiento frente a él. — Buenos días Sakura — me respondió con una amable y tranquila expresión. No dijimos más, especialmente porque Mikoto-san colocó en frente de nosotros el desayuno, así que nos dedicamos a comer en silencio, o al menos así fue hasta que pasos apresurados retumbaron por el pasillo, para luego ser precedidos de la entrada agitada de Sasuke, quien se detuvo brevemente en la puerta para quedarse mirando a Itachi con una expresión de angustia. — Nii-san — Pronunció en un hilo de voz, para a continuación lanzarse hacia los brazos del nombrado, quien como Mikoto y yo estaba sorprendido de la acción repentina del niño.

— Sasuke — Escuché que pronunció Mikoto cuando escuchamos que el pequeño había comenzado a llorar mientras temblaba de miedo — ¿Qué pasa Sasuke? — Le secundó Itachi a su madre, mientras acariciaba los cabellos del niño, tratando de calmarlo.

— No… — Fue el murmullo casi inaudible del Uchiha menor, que se aferró con más fuerza a su hermano.

La mujer se arrodillo al lado de su hijo mayor y acarició la espalda del pequeño — Vamos Sasuke ¿Tuviste un mal sueño? — La voz de ella salió suave, parecida a la brisa de esa mañana, pero incluso de esa forma el menor no se calmó, solo dejó salir unas palabras tan débiles como las primeras, — H-había s-sangre por t-todas partes… T-todos estaban m-muertos —. Mis ojos se abrieron un poco y me pregunté si habría tenido un recuerdo del pasado, sobre la suerte de su clan.

— Solo fue un sueño — Dijeron en un infructuoso intento de calmar su miedo, pero nada de lo que hicieran o dijeran lograba sacarlo de su estado de shock; la escena me provocaba dolor, ver tan vulnerable a Sasuke solo me hacía recordar cada momento en que le vi sufrir, cada día en que inevitablemente se hundió en la oscuridad, sus expresiones llenas de odio, sus ojos apagados por el interminable sufrimiento por el que había pasado y que revivía cada vez que lo recordaba. Por puro instinto me puse en pie y me coloqué al otro lado de Itachi, entonces coloqué mi mano en su hombro y bajo la atenta mirada de los otros dos pelinegros me incliné hasta que mi frente tocó la coronilla de su pequeña cabeza — Sasuke-kun — Inicié suavemente — No es tas solo, siente… aquí está tu querido hermano mayor, igualmente tu mamá está aquí contigo, y… yo también, así que no tienes nada que temer, todos están bien, levanta el rostro y míralos — Los temblores comenzaron a reducirse y yo aparté mi cabeza de la de él para permitirle levantar la propia.

Sasuke tardó unos segundos, pero entre sollozos hizo lo que le había pedido y al instante clavó la mirada sobre sus familiares — Okaa-san — pronuncio con voz ronca y con las lágrimas aun saliendo de sus oscuros ojos — Nii-san.

— Sakura-chan tiene razón Sasuke, aquí estamos, no nos hemos ido a ningún lado — Mikoto le tendió los brazos a su hijo menor, quien lentamente se separó de su hermano y se introdujo entre los de ella, siendo abrazado inmediatamente — Eso es… buen chico, todo está bien ¿Lo ves? — Ella levantó a Sasuke y lo acunó mientras le seguía hablando con palabras suaves, logrando que él dejara de llorar.

Miré a Itachi y pude ver en su mirada una gran agitación, tal parecía que el estado de su hermano le había angustiado bastante, así que igual que hice con el pequeño coloqué mi mano en su hombro, ganándome su atención, así que le di una sonrisa tranquilizadora, tratando con esto de infundirle la calma que había perdido por el evento tan extraño de ese día; Él me observó atento, pero luego de unos momentos comenzó a relajarse, y con un leve asentimiento me dio a entender que ya todo estaba bien, así que con esto me aparté y fui hacia mi lado para terminar mi desayuno.


Gruñí mirando al cielo mientras comía un poco del delicioso almuerzo que había preparado Mikoto-san — Lo hice de nuevo — Murmuré recordando los acontecimientos de la primera clase — No puedo quedarme con la boca cerrada como se debe ¿Cierto? — Suspiré y negué, no había sido mi culpa, solo había respondido una pregunta sencilla sobre el chakra, el problema fue que exageré al detallar la respuesta, llegando a profundizar de tal forma que ahora creerían que era una engreída sabelotodo.

— ¿se puede? — Me sobresalté cuando escuché en frente de mí esas palabras, después de todo no había sentido a nadie acercarse, así que posé mi mirada sobre la persona.

— Itachi-kun — Pronuncie mirando el rostro tranquilo del chico — Por supuesto que puedes — Le sonreí y le dejé un espacio para que se sentara en la base del árbol, el cual el aprovechó casi al instante, dejando al menos quince centímetros de distancia entre nosotros — ¿Huyendo de tus admiradoras?

Un leve ceño fruncido fue su respuesta, el cual confirmaba mis palabras — Sí que tienes una vida difícil — Le di otra probada a la comida y sonreí con un leve rubor en mis mejillas, definitivamente la comida de Mikoto-san era muy deliciosa.

— Es sofocante — Me sorprendió la admisión tan honesta de Itachi, nunca me habría esperado que decidiera decirme aquello, pero tal parecía que podía siempre encontrar sorpresas al hablar con él. — Por cierto… gracias por lo de esta mañana —, Mi sorpresa fue remplazada por confusión.

— ¿Lo de esta mañana? — Él asintió a mi pregunta y contestó — Tus palabras… ayudaron a calmar a Sasuke.

— Realmente no fue así, lo único que hice fue decirle que les viera, no creo que haya sido mucho — Itachi negó a mis palabras y luego dijo — Tu voz hizo que escuchara.

Realmente no sabía que había ocurrido, pero quizás todo se debiera a que mi voz era diferente a las que solía escuchar, por ese motivo me había oído. — Hm… realmente no tienes que agradecerme, pero lo aprecio — Le sonreí — La verdad me pareció muy tierno de tu parte el preocuparte de esa manera por Sasuke-kun, eres una lindura de hermano mayor — Le vi sonrojarse y ponerse incómodo con mi comentario, cosa que me hizo soltar una suave risa.

— Hm — Gruñó un poco molesto, supuse fue por mi risa.

— Lo siento, es que… es raro verte sonrojado — Mantuve mi sonrisa — En realidad quiero decir con esto que eres un buen hermano mayor, no muchos hacen lo que tú haces por Sasuke-kun.

No me respondió, pero por su mirada pude saber que nuevamente estaba relajado, así que evitando romper el ambiente agradable, permanecí en silencio, terminando la comida en el tiempo que nos quedaba antes de que sonara la campana y nos viéramos obligados a regresar. Caminando de regreso al salón sentí que nos observaban, así que disimuladamente observé a nuestro alrededor, notando que los que nos miraban eran nuestros compañeros de clase, y cada una de las miradas describía una emoción diferente, unas que por el momento no me puse a descifrar, pero supuse luego sabría de qué iban.


Cuatro meses habían pasado desde que me quedé en casa de los Uchiha, y desde entonces mi relación con Itachi se había vuelto muy cercana a la amistad, compartíamos el campo de entrenamiento de vez en cuando, también hacíamos los trabajos juntos y compartíamos los almuerzos, charlando de trivialidades en la mayoría de casos y otras más sobre puntos de vista sobre la vida y los Ninja; por todo lo anterior era que en esos momentos, luego de terminar la academia, me encontraba rodeada de un grupito de niñas que me miraban con molestia. — Aléjate de Itachi — Dijo la que parecía la líder del grupo, quien trataba de mostrarse intimidante con la barbilla levantada y una mueca "amenazante", acompañada de las otras cuatro chiquillas, quienes estaban de brazos cruzados y con el entrecejo fruncido.

— No lo haré — Respondí con aburrimiento y un tanto irritada.

— Mira ¿Quién te crees que eres para hablar con él? ¡Mírate eres una niña fea, con esos cabellos rosa chicle y esa enorme frente! ¿Qué te hace pensar que puedes estar al lado de Itachi-kun? No estás a su nivel — Una risa escapo de los labios de ellas, y por mi parte la venita de mi sien comenzó a palpitar ante mi creciente molestia, pero decidí ignorarla por el momento, recordando que esas niñas eran tan solo unas mocosas inconscientes.

— ¿Y a ustedes que les hace pensar que están a la altura de alguien como él? — Ellas pararon de reír y me observaron con molestia — Cierto que tengo el cabello rosa y quizás mi frente sea un poco grande, pero eso no hace que sea menos habilidosa, lo que me importa a mí es convertirme en una gran kunoichi, capaz de protegerse y proteger a los demás, por eso no me importan juegos como estos. En vez de andar buscando pleitos innecesarios deberías estar entrenando tus jutsu, quizás así tu cabeza se llene los huecos que tienes — Dicho esto y no esperando una respuesta comencé a caminar para marcharme.

— ¿Cómo te atreves? — Sentí el ataque sin siquiera verlo, así que en un movimiento detuve su mano, la cual estaba empleando para tratar de darme un puñetazo por detrás, entonces la miré con seriedad, — Deja de perder tu tiempo, con tu nivel solo saldrás lastimada — Las otras cuatro se lanzaron a golpearme, pero fácilmente las evadí y me ubiqué tras ellas, dejándolas sorprendidas — No voy a pelear con ustedes, es una pérdida de tiempo — terminadas mis palabras desaparecí del lugar, y aparecí en el bosque cercando.

Con un suspiro seguí mi camino, directamente hacia mi campo de entrenamiento favorito, pero cuando iba a llegar sentí a alguien justo detrás de mí, así que rápidamente me giré lanzando un golpe con mi puño derecho, pero fui esquivada — Nada mal Sakura-chan — La sonrisa amplia de mi amigo más grande me recibió, y yo hice un puchero con una mirada seria.

— Preguntaría si acostumbras a seguir a las personas de esa forma, pero la respuesta es clara… — Me enderecé — Eres un ninja así que si lo haces.

— No siempre lo hago, y yo ya estaba aquí, solo que cuando te vi me dije que quería sorprenderte — Sus ojos brillaron con picardía y yo no pude evitar pensar que esa era su manera de ser un niño.

— Algún día eso podría terminar en que te lastime con un buen puñetazo — El rio por mis palabras.

— No dudo que si uno de tus puños me da me lastimarías… un poco — Solté una risa sarcástica ante su comentario.

— Muy gracioso — Me cruce de brazos y le observé bien, tal parecía que desde la última vez había pegado un estirón, lo cual me recordaba que habían pasado más o menos dos meses desde la última vez que le vi — ¿Cómo te fue en tu misión?

— Todo en orden, sin novedades que reportar pequeña Hokage — Volvió a reír y yo rodé los ojos, — ¿Venías a entrenar no es así?

— Evidentemente ¿Hace cuánto me conoces y aún lo preguntas? — Le saqué la lengua y luego le sonreí — Sinceramente la academia no me ayuda mucho, y si quiero alcanzar a cierto genio tengo que esforzarme mucho.

— Oh… ¿Es eso una declaración de rivalidad contra Itachi? — Lo miré un momento con un sonrojo en mi rostro.

— No es lo que quiero decir, lo que en realidad deseo es ser una buena kunoichi capaz de ser también la que pueda proteger en vez de ser la que protejan, quiero no solo poder caminar al lado de Itachi-kun como su compañera, sino de igual modo contigo, que en vez de ser una carga puedan confiar en mí para que les cubra las espaldas — Mi amigo me observó sorprendido brevemente, pero luego su expresión se suavizo.

— Te he dicho que serás muy fuerte, y tal parece que me estas tomando la palabra poco a poco — Miré la profundidad de aquellos ojos oscuros — Bien, en ese caso te ayudaré a entrenar hoy.

Mis ojos brillaron ante la declaración— Gracias Shisui — él solo hizo un pequeño gesto con la mano por mis palabras y luego fue hacia el centro del campo, entonces habló — Hoy te enseñaré genjutsu — La emoción me embargó al tratar algo conocido, algo en lo que sabía tenía talento para deshacer, así que rápidamente dejé mi mochila de lado y me coloqué justo frente a él, — Tengo que advertirte que esto será muy duro en cuestiones mentales, así que tienes que estar preparada — Yo asentí y esperé — En ese caso… comencemos.


Mis rodillas y manos tocaron la tierra con dureza, mi respiración era agitada y estaba sudando bastante — Debí imaginarme que tenías naturaleza tipo genjutsu — La voz de Shisui me llegaba lejana, mi cerebro no lograba procesarla por completo, aparte de ello estaba viendo borroso y mi conciencia parecía desvanecerse — Creo que la próxima vez te enseñaré a crearlos — Asentí débilmente sintiéndome comenzar a caer y con ello, perdiendo por completo la consciencia.

La oscuridad se ceñía sobre mí, pero extrañamente no sentía miedo, solo me dejaba llevar como si estuviera siendo arrastrada por una corriente invisible, era una sensación tan familiar. — "Sakura… gracias" — las palabras llegaron a mis oídos en un murmullo casi inaudible, completamente reconocibles para mí y haciéndome sentir un profundo dolor en el pecho.

— "Todo estará bien" — Otra voz, esta vez la identifique como la de mi viejo maestro, me recordaba el día de la pelea de Naruto y Sasuke en el tejado del hospital, él me había tratado de calmar con esas palabras.

— "Es una promesa, traeré de regreso a Sasuke" — ¿Por qué? ¿Por qué recordaba esto? ¿Acaso era una forma en que mi mente quería provocarme dolor? Sea como fuere, sentía ganas de llorar, sintiéndome impotente.

Naruto… Kakashi-sensei… Sasuke-kun — Pensé sin abrir los ojos, solo divisando borrosamente la imagen de la fotografía donde aparecíamos los cuatro, solo que esta vez el espacio del medio estaba vacío.

— "Lo siento Naruto, tendrás que esperar un poco, pero la próxima vez iremos juntos" — La frustración me embargo al escuchar mis propias palabras, ¿De qué había servido? Al final no pude alcanzarlos, al final solo pude ver como todo… terminaba y yo iniciaba en un momento completamente ajeno.

— Sin embargo no te rendiste — Una voz profunda y seca fue la última en sonar, pero apenas la oí, sentí como era jalada, y poco después mis ojos se abrieron casi por su propia voluntad; Lo primero que vi fue un hermoso cielo azul, con el sol en lo alto, iluminando todo el lugar y regalándome cálidas caricias en mi piel, o al menos en la parte superior, porque la parte inferior, la sentía fría, pero no parecía estar recostada contra ningún tipo de superficie sólida, todo lo contrario, me sentía flotar.

Parpadeé dos veces antes de comenzar levantarme y observar el resto de mí alrededor, llegando a estar sorprendida de descubrir no solo que toda la zona hasta estaba inundada, eran las ruinas donde todo había comenzado, solo que parecía como si jamás hubiera habido alguna batalla allí, estando casi tan impecable como la había visto por primera vez. — ¿Qué hago aquí? — Me pregunté dando un paso, en dirección a la enorme construcción que se alzaba frente a mí, haciéndome sentir cierto encanto por su arquitectura bien hecha y pulida.

— Esto es tu interior en estos momentos, digamos como tú alma — La voz que anteriormente había escuchado sonó a mis espaldas y casi al instante me giré, encontrándome a un muchacho de unos 25, de cabellos blancos y ojos zafiro, el cual estaba sentado sobre una piedra un poco más allá, con su pierna derecha recogida y sobre la rodilla de esta descansaba su brazo, dándole un aire tranquilo, despreocupado y misterioso.

— ¿Quién eres? — Cuestioné observando mejor su apariencia, su cabello era liso y llegaba sobre los hombros, en la parte delantera caía sobre la frente de forma desordenada y a su lado derecho llevaba trenzado un solo mechón, su rostro, bien marcado y con rasgos aristocráticos le daban cierto aire de fuerza y arrogancia, incluso si en ese momento solo llevaba una expresión tranquila y casi sin interés, sus ojos estaban levemente estrechados, profundizando su mirada sobre mí; Sus ropas consistían en una chaqueta azul oscuro de cuello alto, que tenía tres correas desbrochadas al frente y el zíper abierto, revelando en el interior una camisa de color negro, sus pantalones eran del mismo color que su chaqueta y se amoldaban los suficiente a su figura, sin dejar pliegues muy grandes y al mismo tiempo eran atrapados por las botas, que llegaban a la mitad de los gemelos.

— ¿Quién sabrá? — Me respondió encogiéndose de hombros, a lo cual yo fruncí el entrecejo, haciendo que él sonriera de medio lado, y continuara — Si quieres saber, puedo decirte que soy quien vivía en esas ruinas que tienes a tus espaldas.

Mis ojos se abrieron por la sorpresa y observé nuevamente la imponente estructura — ¿Tú casa? ¿Nosotros… irrumpimos en tu casa? Pero parecía abandonado — Volví mi mirada nuevamente hacia el albino, quien veía sin mucho interés el lugar. — No lo estaba del todo, pero tampoco estaba habitado — Me confundieron sus palabras — Yo viví ahí hace siglos, cuando aún este lugar era habitado por muchas personas, pero eso fue hace tanto…

— ¿Eres un fantasma? Espera ¿qué…? — El soltó una risa burlona, interrumpiendo mis palabras. — No soy un fantasma, aunque tampoco puedo decir que sea un habitante del mundo, no estoy muerto pero no tengo una forma física ¿Extraño no? — Me encontraba más confusa y eso él lo entendió.

— Si es de ese modo ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué este lugar es mi interior? — Sonrió arrogante por unos breves instantes, luego de escuchar mi pregunta.

— Hay varios motivos, uno en especial es porque tu recuerdas este lugar como el sitio que cambió tu vida — Estrechó su mirada y añadió suavemente — Lo tomas como el lugar de tu infortunio en vez de lo contrario.

— ¿Dices que debería ser el lugar de mi fortuna? — Fruncí el entrecejo molesta ¿Acaso debería estar feliz por perder todo?

— Ese pensamiento que tienes, donde todo fue borrado, es lo único que vez, pero en realidad no te estás dando cuenta de que tienes una nueva vida, con nuevas oportunidades, cosas que muchos en tu posición desearían.

— ¡Yo no pedí esto! Es más ni siquiera sé… — Me volvió a interrumpir. — Tienes razón, tú no lo pediste — Mi mirada se centró especialmente en la azul que él que parecía decirme con anticipación la razón… la verdad tras todos esos cambios — Otra persona lo hizo.

— Otra persona… — Repetí lentamente.

— Sí, para ganar algo mayor tiene que haber sacrificios, eso es lo que conlleva usar un gran poder, esa persona sabía los riesgos cuando pidió su deseo — Pase saliva, pero aun así sentí mi boca y garganta secas, la información me daba un sentimiento de temor — Como sea, estar sola, sin tus amigos es la situación que tú debes enfrentar si quieres ganar algo mayor.

— Yo no… — me hizo una indicación para que mirara hacia abajo, y aunque estaba un poco confundida e inquieta, hice lo que me pidió, entonces mi mirada se cruzó con mi reflejo, siendo este mi versión pequeña, solo que está en sus ojos tenía una mirada mucho más fuerte y segura — ¿Qué es? — Me refería a la emoción que reflejaba en aquellos ojos.

— La seguridad que estas forjando — Volví a enfocarme en el sujeto, quien sonreía tranquilo — Puede que no llegues a cambiar del todo, pero los cambios que tendrás significaran algo muy importante en tu vida si los aprecias. Tus esfuerzos te llevaran más lejos de lo que antes lograste, y lentamente dejaras atrás lo que te atormentaba; finalmente aquel que no valora lo que tiene en un principio no tiene derecho a buscarlo cuando ya ha sido cobrado —. Sus palabras se me hacían extrañas, puesto que parecía hablar en acertijos, pero entonces, bruscamente cambió el indicativo de estas, hablándome directamente — Descubrirás que tienes el potencial y el poder para avanzar todo lo que desees sin cambiar quien eres — Quise preguntar a qué se refería, pero entones, como si con las últimas letras hubieran evocado algo más, todo desapareció y yo volví a caer en la oscuridad, que solo desapareció momentos después al escuchar unas dulces palabras.

— Cariño — Me moví un poco antes de abrir los ojos, los cuales los sentía pesados, al igual que mi cabeza y cuerpo. — Mamá — Pronuncie viéndola frente a mí con una mirada un tanto preocupada — ¿Qué pasa? — Pregunté luego de bostezar y comenzar a sentarme, para luego frotar suavemente mis ojos. — ¿Te encuentras bien? ¿Puedes pararte? — Parpadeé y la miré confundida.

— Si puedo — Mencioné estirándome y tratando de sacarme de encima todos los residuos de sueño, entonces miré el reloj sobre la mesilla, dándome cuenta que tenía el tiempo exacto para arreglarme y desayunar, antes de ir a la academia — ¿Por qué lo preguntas?

— ¿Cómo que porque? — Ella frunció un poco el entrecejo — Si no recuerdas, ayer no regresaste caminando como de costumbre — Me reprendió — Shisui tuvo que traerte cargando luego de que te excedieras con el entrenamiento.

Recordé los acontecimientos del día anterior y una pequeña sonrisa se formó en mis labios — Fue un buen entrenamiento, además estoy bien, no hay de qué preocuparse — Mi madre me miro con severidad, pero cuando comprobó que no estaba flaqueando en mi respuesta, ella solo se resignó y me dijo — No te sobre exijas —, Finalizadas sus palabras me dio un beso en la frente y se marchó, dejándome al fin para pensar en el sueño que había tenido.

No había entendido casi nada de lo que había hablado con el sujeto, de hecho podía decir que había hecho que en mi cabeza se formularan aún más preguntas, iniciando con el ¿Quién era él y que hacía allí? No sabía nada y todo me confundía, pero al menos había conseguido la mitad de una respuesta a mis dudas y eso era que al menos ya sabía que todo ese asunto había derivado de un "deseo", ahora la cuestión era saber los de talles del como ocurrió y si de alguna manera podía deshacerse; el último pensamiento me causó malestar, y entonces entré en un conflicto, puesto que al pensar en lo último me di cuenta que en realidad no quería que las cosas que tenía desaparecieran, ¿Qué pasaría con Shisui e Itachi? El recordar sus destinos en el otro mundo me provocaba un nudo en el estómago y me confirmó que en realidad quería poder hacer algo por ellos; Así que apartando las dudas iniciales retomé al pensamiento de volverme más fuerte, después de todo no sabía en realidad que pasaría de ahí en adelante, pero llegado el momento quería poder proteger a todos los que me importaban.


Para los que saben... pues ya saben porque me tardé para los que no, pues les digo, he estado enferma y bueno... emm muy ocupada, pero no quería irme a dormir sin subir capítulo (de hecho dije así lo suba a media noche).

Por otro lado el rework me ha llevado tiempo, sinceramente no pensé que de 18 páginas iniciales (que anteriormente era el capítulo en sí) terminaran en 37! con más de 19.000 palabras, es sinceramente el capítulo más largo que he escrito en toda mi vida.

Bueno ahora entrando en temas importantes, ejem osea del contexto en sí del capítulo, los que ya lo han leído antes pues notaran varios cambios evidentes en las conversaciones, también en un par de hechos, como sea agregué y quité unas cosas, como la caminata que tienen Sakura e Itachi luego del desayuno, la conversación que tuvieron entonces la cambié para la hora del almuerzo, de esa manera los saltos que se dan en la historia no quedan en momentos cortos.

La escena final, luego de que Sakura habla con nuestro desconocido peli blanco (conocido por algunos pero shhh saben que no tolero el spoiler), y despierta acompañada de su madre, tengo que decir que, no, no agregué esta escena, de hecho inicialmente el capítulo iba hasta allí, pero en ese fragmento y la conversación total de "el sueño" fue reducida, por lo cual bueno... anteriormente tuve que hacerle unas modificaciones; ahora si piensan que no es relevante, pues en parte están en lo cierto, no lo es, pero quería colocarla puesto que originalmente lo había escrito. En esta parte cambié la conversación total y puse los sentimientos en conflicto de Sakura sobre el cambio de realidades, juzguen ustedes al respecto.

(Me estoy dando un poquito de garra con las notas)

Ahora lo último antes de ir a dormir, la escena de Sasuke y el juego, sí es nueva, en realidad quería darle un momento ameno, aunque esto no afecta casi nada de lo que continuara, como sea Sasuke sigue con su aversión hacia Sakura, aunque eso es algo que luego explicaré con mejor detalle, por el momento solo diré esto.

Nuevamente me excuso por la tardanza, espero la proxima vez subir más rápido, pero claro todo depende de mi tiempo xD haré todo lo posible.

Shirorina fuera!