Lo siento, es todo lo que diré por el momento, ya he dado explicaciones de que el tiempo no me alcanza, para nada, así que no repetiré lo mismo, simplemente he añadido tantas cosas a mi vida diaria que escribir se ha convertido en un reto, como sea les dejaré el capítulo, discúlpenme si soy breve pero tengo que prepararme para mañana que tengo que ir a trabajad *risas* De hecho trabajo horario español así que tengo que levantarme a la 1:00 am (si me corrieron el horario una hora más arriba)
Sin más, les dejo el capítulo.
CAPITULO 12 — CERCA —
Estaba molesta… o más bien incómoda mientras observaba al hombre que casualmente había irrumpido en la habitación, mostrándose aparentemente indiferente, pero manteniendo un brillo de suspicacia en su único ojo visible. Itachi a mi lado había vuelto a su expresión imperturbable y aunque aún mantenía una mano sobre mi cintura, se había reposicionado a mi lado izquierdo, asegurando una distancia prudente y respetable frente a la actual situación. Por mi parte, mantenía mi entrecejo fruncido, junto a mis brazos cruzados frente a mi pecho, tratando de desviar la atención del color rosado que ahora pintaba mis mejillas.
— Bueno… dicen que el amor puede surgir en muchas partes, pero no me lo esperaba de ambos en una torre como esta y en medio de una misión, casi parecía una de las escenas de Icha...
— ¡Kakashi-sensei! — Proferí en medio de un grito de protesta.
— Es bueno verlo aquí Kakashi-san —soltó Itachi sin problemas, pareciendo ignorar el comentario anterior, aunque cuando habló mantuvo un pequeño tono de advertencia tras sus palabras.
— Bien, no diré nada, aunque realmente no tengo que hacerlo, después de todo no eres mi estudiante. — Vacías, sus palabras sonaban a una completa farsa, ya que era evidente que si deseaba decir algo al respecto; no obstante, este no fue el dato más relevante tras su oración, ya que su acotación de que no era su estudiante, trajo a mi memoria el dato respecto a que nunca le había dicho que tanto Itachi como Shisui estaban enterados de las circunstancias. No me había dado a la tarea de contarle de aquella misión, debido al poco tiempo que hubo realmente para hablar del tema, mientras estuve con el equipo 7, y en las últimas semanas, el verlo había sido prácticamente imposible.
— Oh… yo…
—Olvidaste decirle —afirmó mi amigo ahora lanzándome una mirada de reojo.
— Sí… No hubo tiempo antes y como Kakashi-sensei estaba enterado de todo desde el principio, por algún motivo sentí como si ya lo supiera. — Inflé mis mejillas en un puchero y miré al pelinegro a los ojos, pidiendo disculpas por mis acciones descuidadas.
— No es común en ti dejar pasar ese tipo de cosas, pero creo que puedo entenderlo —dijo mi amigo, ahora volviendo a posar su atención sobre el albino, quien nos observaba con curiosidad.
—Lo siento Kakashi-sensei, había olvidado decirle que desde hace algún tiempo Shisui e Itachi-kun se enteraron de la verdad. — Bajo la mirada tranquila de mi viejo maestro, conté los detalles relevantes de la misión que había tenido con los dos Uchiha, además de la forma en que se habían hecho con la verdad. No hubo muchos cambios en el semblante del hombre, aunque eso era evidente, ya que la única forma en que consiguiera saber si de algún modo lo que decía le afectaba, era mirando a su único ojo visible, el cual solo se había estrechado un par de veces en el relato.
— Entiendo, así que al final se han enterado. — Kakashi cerró su ojo un par de segundos cuando termine de hablar y luego soltó un suspiro, — creo que puedo decir que esto es verdaderamente conveniente en este caso. Eso quiere decir que puedo confiar en que cuidaran aún más de Sakura… ¿No es así?
— Nuestra intención siempre será apoyarla, somos un equipo después de todo —respondió el Uchiha, inicialmente tranquilo, pero luego su mirada se tornó más seria y añadió — Kakashi-san creo que lo sabe mejor que nadie, no vamos a dejar a Sakura sola y menos luego de todo lo que ha hecho por nosotros.
El albino se quedó un momento meditando las palabras del heredero Uchiha, tal parecía que estaba trazando una línea, sin embargo, eso era algo que no podía saberse con certeza, lo único que en esos momentos percibía y de lo que estaba segura era que ambos estaban analizando al otro, tratando de descifrar lo que estaban pensando.
Finalmente, luego de lo que me pareció una eternidad, Kakashi se giró hacia la salida y dijo —: Confío en ti Itachi. Luego nos veremos Sakura. — Con estas últimas palabras el hombre se marchó, dejándome curiosa por saber qué tipo de entendimiento habían tenido y por qué repentinamente yo me había vuelto objeto de una discusión que sonaba demasiado seria.
— Incluso ahora Kakashi-san se preocupa por su equipo —comentó Itachi repentinamente, atrayendo inmediatamente mi atención — No importa que haya cambiado el tiempo, él te sigue considerando un miembro del equipo siente, incluso si no lo admite en voz alta.
No parecía muy contento con decirlo, pero había aceptación en su mirada. — El equipo siete es… difícil —murmuré con una débil sonrisa cruzando mi rostro — No hay como colocar en palabras la extraña relación que mantenemos. Operamos mucho tiempo separados, pero creo que de algún modo sabemos que siempre seremos un equipo, uno correrá hacia otro para salvarlo. Les dije una vez que Kakashi nos enseñó esa filosofía, de no abandonar a un amigo, y esa es la forma en que siempre operamos, incluso ahora…
— Creo que puedo entenderlo. — El Uchiha se cruzó de brazos y permaneció unos momentos mirando hacia la puerta por la que el albino había desaparecido. — Incluso Shisui sabe que hay una pared y algo que te conecta de vuelta a ellos; es lo mismo que siente Kakashi-san, aún tiene la noción y el sentido de que debe protegerlos, asegurarse de que estén bien.
— Creo que es más conmigo —dije — Ya sabes, antes no era tan fuerte y siempre sufría porque Naruto y Sasuke-kun peleaban demasiado. En ese entonces no podía hacer nada, así Kakashi-sensei solía tratar de tranquilizarme diciéndome que todo iba a ir bien, creo que hoy… luego de escuchar lo del bosque de la muerte intuyo que me afectaría de algún modo y…
Un suave toque en mi mejilla me hizo detener mis palabras y volver a enfocarme en mi compañero. El dorso de su mano aún permanecía suavemente puesto sobre el lado derecho de mi rostro mientras que me observaba con una expresión firme y al mismo tiempo amable. — No es eso, él sabe que ya no eres la misma de antes, pero quería estar seguro que estuvieras bien y al mismo tiempo, quería estar seguro de que estabas en buenas manos, de hecho… creo que la presencia constante que tenemos con Shisui le pone inquieto, sin embargo, no es algo que vayamos a abandonar, después de todo… — esta vez se acercó a mi rostro quedando a solo unos centímetros, donde me mostró una de sus raras pero hermosas sonrisas — Ahora estas con nosotros y no es como si fuéramos a permitir que regresaras.
Mi rostro se incendió y permaneció de esta forma incluso luego de que el Uchiha hubiera retrocedido. ¿Acaso había hecho un comentario posesivo? Lo había esperado de Shisui, pero nunca de mi amigo presente, no obstante, por su forma tan natural para decirlo, por primera vez pude ver que era algo inherente en él, no había esfuerzo ni tensión en su postura, sus palabras se habían deslizado sin dificultad y sus ojos mostraban firmeza aristocrática; simples comandos, una base característica de su clan.
— I-Itachi-kun…
— Será mejor que vayamos a descansar ahora, de lo contrario mañana no podremos rendir como deberíamos. — Con pasos tranquilos el pelinegro se dirigió a la salida, pareciendo fingir que no me había interrumpido momentos antes y había mostrado una nueva faceta.
Confundida por lo que acababa de ocurrir le seguí rápidamente, esperando ver si podía encontrar más pistas en su postura, sin embargo, al llegar a su lado, su semblante había vuelto al siempre tranquilo y controlado. El pequeño sonrojo se mantuvo en mis mejillas, miré hacia el suelo y me pregunté porque me sentía inquieta, ¿estaba feliz solo porque mi acompañante hubiera expresado levemente su posesividad? No debería, incluso ahora ilusionarme no serviría de nada, pero… con todo lo que acababa de pasar entre nosotros, sus ambiguas palabras y promesas, solo me hacía sentir expectación, deseo y esperanza; sentimientos que solo me distraerían si no los mantenía abajo.
— Espera al final del camino, todo se sabrá entonces —me dije internamente justo en el momento en que llegábamos a las habitaciones de descanso, donde Shisui estaba esperando con una somnolienta sonrisa en los labios.
-0-
La vista hermosa del jardín era algo que pocas personas podían apreciar, y allí, sobre uno de los altos árboles, una figura encapuchada reposaba tranquilamente en una de las gruesas ramas. Apoyada contra el grueso tronco, mantenía una pierna flexionada hacia su cuerpo, mientras que la otra colgaba despreocupadamente en el vacío; sus brazos compartían una función similar al de los demás miembros, estando uno reposando sobre su rodilla próxima y el otro cómodamente suspendido a un lateral, el único detalle que diferenciaba este último, era que cargaba en su mano una hermosa manzana roja ya marcada con dos mordidas. Cualquiera que le viera allí sabría de antemano que desentonaba completamente con el lugar, encontrándole sospechoso.
— Sé que está en todo su derecho de venir aquí, pero… ¿Está bien que no haga nada? —dijo una joven voz a su lado.
No hubo respuesta inmediata por parte del encapuchado, contrario a eso el sonido crujiente y el suave desliz de la manzana al ser perforada fue lo único que resonó en el claro. Jugosa, así estaba la fruta y lo demostró al dejar caer sus líquidos por la corteza ya profanada, y por el rededor de los labios del desconocido, que sin ningún decoro, limpió su boca con el dorso enguantado de su mano libre, antes de finalmente dirigir su atención al joven en cuclillas frente a él,
— ¿Te preocupa Malka? —Un tono suave y desinteresado salió del ser oculto bajo la capa.
— Por usted, en un principio parece que está jugando ¿Por qué le dejó entrar al jardín? Usted me dijo que jamás dejaría que ese sujeto pisara ese lugar —profirió el rubio molesto, pero sin llegar a levantar la voz y siempre procurando dejar el suficiente respeto en su tono.
— No le dejé entrar —respondió tranquilamente la figura — le dejé entrar a ella.
— Es lo mismo, ellos son uno.
— Malka, creo que no comprendes mi intención y tampoco mis acciones, de hecho, parece que olvidas mi capacidad. — Incluso si no había molestia en su voz o reproche, el joven se tensó en su lugar y agachó la cabeza, avergonzado.
— Solo me preocupa que se lo tome con tanta calma, ¿Acaso no había mencionado que ese hombre es peligroso?
— Depende de la perspectiva en que lo veas. Sin embargo, eso no importa ya, estamos avanzando en un punto sin retorno y como van las cosas, parece ser que tendré que involucrarme de nuevo. — La manzana giró en su mano enguantada pocos momentos antes de desaparecer en medio de un destello de plata, que dejó tras de sí un polvillo blanco, que se desvaneció luego de unos segundos.
— Pensé que ya lo había hecho —murmuró el joven cruzándose de brazos y presentando un mohín de molestia.
Una risa suave y relajada brotó sin problemas del interior del encapuchado, trayendo automáticamente la atención del joven, — Eso no es involucrarme, solo he estado observando y apareciendo aquí y allá, realmente no he actuado a profundidad, no obstante, como van las cosas me temo que el tiempo de estar bajo las sombras ha terminado — La atención de la entidad misteriosa se posó en el centro del jardín, justo donde la fuente se erguía como un foco de luz para todo el lugar, — Me pregunto si será lo correcto o simplemente debería silenciar el asunto.
— Dígamelo usted, en un principio usted dejó todo ese montón de pistas sin sentido, así que si usted no sabe cuál es el siguiente paso a dar, dudo mucho que alguien lo sepa. — Malka se relajó un poco más en su lugar, observando la reacción de la figura misteriosa.
Nuevamente la risa salió bajo la capucha, llenado el lugar de un reconfortante y cálido sonido. — El aislamiento con ese montón de viejos no ayuda en lo absoluto a mi cordura —dijo la persona, ahora poniéndose en pie y mirando al cielo, — Habrá que retomar los viejos hábitos. Malka, quizás pronto vuelvas a tener invitados, solo asegúrate de mantener todo bajo la superficie mientras resuelvo el resto de pormenores, y también se amable, se aproximan tiempos oscuros.
— Para usted el tiempo esta denigrado… algo que dices que puede ser "cerca" realmente puede estar a años de pasar, pero si es una orden… solo queda cumplirla —respondió el rubio, ahora mirando con preocupación — Sé que no debo decirlo, pero tenga cuidado.
— Con armar más problemas… lo tendré en cuenta.
Malka puso los ojos en blanco uno segundos. Esta era la razón por la que su amo era en ocasiones inmanejable, no obstante, era esa misma frescura lo que hacía que fuera fácil llevarse con él, sin presiones y siempre confiados de que serían escuchados sin problema. Lanzó una última mirada sobre él, justo antes de que una ráfaga de viento pasara, levantando parcialmente la capucha y revelando un par de ojos azules violáceos que miraban divertidos al chico antes de desaparecer junto con su portador en un destello de luz plateada. El rubio sonrió antes de ponerse de pie y bajar del alto lugar de un salto, cayendo exitosamente de pie sobre el suave césped. — Aún queda mucho por hacer antes de que nuevamente regrese. — sin más preámbulos de por medio el chico corrió de regreso a la residencia, dispuesto a terminar los pendientes del día.
-0-
Con la fortuna contando de nuestro lado, no hubo más incidentes que ameritaran una atención especializada por parte de los altos mandos ni nosotros. La segunda fase del examen se desarrolló tan tranquilamente que fue casi alarmante, solo hubo unos cuantos heridos y descalificados más, pero nada que fuera grave. Incluso para mi sorpresa el equipo siete había conseguido pasar la prueba con mejor tiempo que la última vez, llegando un día antes del plazo límite. Tal parecía que el fuego de competitividad se había encendido luego de nuestro encuentro en el bosque, porque a pesar de que habían pasado por una horrible experiencia se habían logrado levantar, o al menos eso era lo que mostraban Naruto y Sasuke, quienes desde que habían puesto un pie en la torre habían mostrado una seguridad que no tenía nada que ver con sus estados anteriores a los exámenes.
— Te vez ridículamente orgullosa —dijo Shisui en son de burla a través del intercomunicador.
— Lo estoy, no solo porque lograron llegar hasta aquí solos, sino que Sasuke-kun no tiene el sello maldito que lo aflija; aunque… —ahora mi mirada cayó sobre la femenina del grupo quien en la formación seguía sin mover un músculo, su mirada estaba perdida en algún punto inconcreto del suelo y parecía abstraída en otra realidad.
— Sí, también lo noté, ella no parece muy estable desde su enfrentamiento con Orochimaru —afirmó Shisui seriamente.
— Aun tiene oportunidad de retirarse —intervino Itachi, aunque sabía que los tres dudabamos que fuera a hacerlo.
— Espero que lo haga —dije, consciente de que en su estado era peligroso que luchara, no solo para ella misma sino también para su oponente, sin embargo, sin pruebas que demostraran aquello no podría intervenir en sus decisiones.
El silencio en la línea fue más que todo incómodo, expectantes a los hechos que seguirían en las ahora preliminares, y pendientes de cualquier tipo de acción precipitada que pudiera revelarnos que algo se encontrara fuera de lugar. Mi memoria me superponía las imágenes de mis recuerdos junto a las nuevas escenas que presenciaba desde mi escondite, observando desde la distancia lo diferente que se veía todo, sintiendo a aquellos niños como inexpertos, evasores de la realidad en la que finalmente se estaban imbuyendo por voluntad propia.
Una de las sorpresas que me mantenía a la expectativa era un equipo en particular, formado exclusivamente por tres jóvenes desconocidas de aparentemente entre diez y doce años. La que iba a la cabeza aparentaba los doce, tenía el cabello negro, que caía en cascada hasta el final de su espalda baja, sus ojos estaban ocultos bajo un flequillo rebelde que cubría hasta el inicio de sus pómulos; su ropa era un yukata de color negro con bordeados en rojo, y unas botas del mismo color que llegaban hasta la mitad de sus gemelos.
La segunda chica también figuraba entre el mismo rango de edad, pero difería bastante de su compañera, iniciando por el cabello, que era más corto cayendo hasta la cintura y siendo recogido por la mitad en una trenza que caía sobre el resto del cabello, su rostro estaba completamente descubierto, aunque sus ojos permanecían parcialmente cerrados como en un constante aburrimiento, así que solo podía verse un pequeño destello dorado en aquellos dos orbes; Sus ropas eran más casuales y poco atractivas, hallándose vestida con la parte superior de un kimono sin mangas de color rojo con destellos grises, unos pantalones cortos de color azul oscuro y botas ninja del mismo color.
Por último, la que era la menor de las tres y por ende la última en la línea, con aparente diez años mostraba una expresión inocente y entusiasta, completamente opuesta al ambiente a su alrededor. Sus cabellos eran de color gris claro, un intermedio donde parecía que se volvería negro con el pasar de los años o que terminaría completamente blanco en el mismo periodo de tiempo. Sus ojos eran de un color café claro que parecía cursar el mismo destino de su cabello, aparentando que podrían llegar a oscurecerse o aclararse. Sus ropas eran igualmente diferentes a la de sus compañeras, siendo de su elección llevar un chaleco con capucha de color blanco, pantalones azul claro que terminaban justo dos centímetros debajo de sus rodillas y por último sus sandalias completaban el conjunto siendo de color azul oscuro. No parecía que fuera a durar mucho en la prueba, no obstante, esas serían las primeras impresiones ya que realmente por su mirada entusiasta y mejillas sonrojadas podría también decirse que estaba confiada en pasar la prueba.
Aparte de aquel nuevo e inusual grupo, el resto seguía siendo igual, Estaban entre los equipos de la hoja El equipo 3 comandado por Guy, El equipo 7 comandado por Kakashi, el equipo 8 comandado por Kurenai y el equipo 10 comandado por Asuma. Entre los del Sonido había dos equipos, uno de ellos disfrazados de ninja de la hoja, siendo este el equipo de Kabuto, acompañado de Yoroi y Mizumi; el segundo equipo y siendo el único oficial en sus líneas era el equipo de Dosu, que para mi sorpresa contaban con heridas similares a las que Sasuke les había infligido con el sello de maldición. Por último, estaba el equipo de la aldea de la Arena, contando con Gaara y sus hermanos entre sus filas, tal y como la última vez.
Había un total de 24 personas, lo que significaría que si ninguno se retiraba serían un total de 12 combates. — Hay algo extraño en la sala —dijo repentinamente Itachi por el intercomunicador, atrayendo rápidamente la atención tanto de Shisui como la mía.
— ¿A qué te refieres? — Cuestioné tratando de ver lo que él también había visto, sin embargo, aparte de los maestros abajo, los examinadores y el Hokage hablando no pude percibir nada.
— Hay una presión de chakra, demasiado sutil para ser percibida con facilidad, pero se nota ansiosa, muy similar a lo que experimentamos en el bosque de la muerte.
Nuevamente el silencio nos precedió, al menos por unos momentos antes de que Shisui hablara —: Dices que Orochimaru está entre los presentes. — No era una pregunta y por la inquietud de su voz parecía que compartía su opinión.
— Sí, aunque es admirable cómo consigue camuflarse incluso en estos momentos y en medio de tantos ninjas de alto nivel —comentó Itachi en respuesta.
— Tenemos que localizarlo antes de que esto se vuelva un problema, dejarle tantos detalles para observar es demasiado arriesgado. — No había impaciencia en la voz del mayor, pero eso no quería decir que no hubiera comenzado a buscar entre los presentes.
— Tengo la corazonada de creer que alguien sabe quién es. — Levanté mi mirada y la dirigí hacia Itachi quien estaba oculto al otro lado de la sala. Su Sharingan me devolvió la mirada y en mudas palabras me transmitió su sospecha.
— Kakashi-sensei… mencionó algo una vez y recuerdo que en ese entonces luego de que selló la marca de Sasuke-kun regresó fingiendo tranquilidad, pero algo le inquietaba. — Terminadas mis palabras los tres buscamos al albino entre los maestros y le encontramos fingiendo indiferencia ante las circunstancias, aunque su atención sutilmente recaía sobre el hombre que parecía ser el maestro de los del sonido.
— Viéndolo bien se parece demasiado —confirmó Shisui, quien poco después añadió —: Sakura cuando todos se separen ve junto al equipo siete, vamos a jugar nuestras cartas contigo como médico a cargo, nosotros lo vigilaremos desde las sombras si intenta algo o si sale de la sala ¿De acuerdo?
— Entendido.
Esperamos un poco más, hasta que dieron la posibilidad de retirarse, sorprendentemente Kabuto esta vez no anunció su dimisión, contrario a eso fueron las dos chicas nuevas de doce años quienes anunciaron al tiempo que se retiraban de las preliminares. Un sentimiento de incertidumbre me llenó y comencé a preguntarme qué sería lo que cambiaría ahora ¿Por qué el albino no se había marchado? ¿Por qué había optado por permanecer en la lucha? ¿Tenía algo que ver con Orochimaru? Como fuera el percibir que el hombre estaba dentro del juego no me era algo agradable, eso solo quería decir problemas.
Los primeros nombres para el combate aparecieron en la pantalla y con ello el resto de los participantes comenzaron a abandonar la arena. — Uchiha Sasuke vs Yoroi, al frente y prepárense para la lucha. — Los nombrados no esperaron y se posicionaron justo en medio de la arena, mirándose fijamente a los ojos.
Primer combate, parecía que no habría cambio en la formación, claro que eso no quería decir que no lo haría en el desarrollo de la batalla. Con todos posicionados, de un salto bajé hasta la zona de no combate, quedando justo al lado de Kakashi y detrás de sus dos estudiantes. El albino me dedicó una mirada aburrida pero que escondía una pequeña emoción de euforia — ¿Lo han notado? — Susurró solo para mí.
— Itachi-kun, aunque creo que debería ser evidente —comenté cruzando mis manos frente a mí y viendo hacia Sasuke que aun esperaba a que dieran inicio a su batalla. — Luego de que irrumpimos en el bosque debe estar deseoso de recaudar más información.
— Y ahora que hay cambios aún más. — La atención de mi viejo maestro se dirigió a Kabuto que observaba el combate con atención y poco después voló en la otra dirección, donde la niña de cabellos grises se reclinaba sobre la baranda y miraba con expectación la batalla. — Ni siquiera sé quién es ella, pero parece ser que con su equipo igualaron la velocidad de Gaara por llegar a la torre, el tercero tampoco me brindó detalles de a qué aldea pertenece, aunque dijo algo del norte del país.
— Es un cambio drástico en la línea temporal… lo que me lleva a pensar que puede ser un enemigo si está aquí ¿Qué más podría ser si ni siquiera tenemos datos de su aldea? Tampoco recuerdo que estuviera en los archivos que revisamos. — Kakashi permaneció un momento en silencio, parecía sopesar mis palabras y las consecuencias de estas en nuestra línea temporal, claro que si le alarmaba la posibilidad no lo demostró.
— Ya veremos sus intenciones, por el momento solo podremos esperar a que se presente en la prueba. — Terminado su diálogo, su atención se fue directamente hacia Sasuke.
Finalmente, el combate iba a iniciar, así que imité sus acciones y me preparé para ver cómo se desarrollaría la lucha, aunque interiormente gritaba para que el pequeño Uchiha consiguiera superar la prueba con todas las expectativas, tal y como la última vez lo había conseguido.
-0-
Su oponente se levantaba justo enfrente de él, pero eso no era lo más importante en su cabeza en esos momentos, de hecho, por algún motivo tenía la sensación de que todo estaba controlado, pero al mismo tiempo la ansiedad y deseo de lucha lo embriagaban con fuerza. Él ganaría esa batalla, él demostraría a Sakura y su hermano que estaba listo para convertirse en chunin, que él también tenía la fuerza para seguir adelante y alcanzarlos.
Con la frente en alto y sin perder de vista a su oponente, el joven Uchiha espero el segundo en que dio inicio al combate, entonces con la gracia de un felino se movió en un salto hacia atrás, a tiempo para conseguir esquivar el primer ataque enemigo lanzado directamente en un golpe frontal y contraatacar lanzando algunas Kunai en su contra. Yoroi viendo a través del intento del joven pelinegro, desvió las armas con facilidad con su propia indumentaria, asegurándose de apartarlas sin perder de vista al muchacho.
Era evidente que el propósito del espía del sonido era acercarse lo suficiente al chico, los motivos aún eran desconocidos para la gran mayoría de los presentes, incluso para el Uchiha, sin embargo, Sasuke tenía el presentimiento corriendo por su mente de que no debía permitir que el hombre le tocara a voluntad, tenía que permanecer a una distancia prudente y atacar en los momentos precisos, eso era lo único que importaba en esos momentos para conseguir su victoria.
Yoroi se lanzó con rapidez contra el joven Uchiha, acortando la distancia en solo un par de segundos y comenzando un ataque sucesivo con sus manos ahora infundidas de chakra. Sasuke sin bajar su guardia esquivó hábilmente los embates, retrocediendo paso a paso y girando su cuerpo justo a tiempo para verse olvidado por el chakra del sujeto, por unos centímetros. Evidentemente no podía esquivar para siempre, entre más tiempo estuviera a la defensiva, era más probable cometer un error al acostumbrarse a los bruscos movimientos del ninja enemigo, fue por esto que en su último movimiento para esquivar, en vez de volver a moverse hacia los lados, se dejó caer hacia abajo, volteando su cuerpo hacia la derecha y apoyando su mano derecha en el suelo, lo que le sirvió como soporte antes de impulsarse hacia su enemigo y atravesar su posición al cruzar entre sus piernas, quedando posicionado justo detrás de él.
Aprovechando su posición y sin detenerse en sus movimientos Sasuke deslizó en su mano izquierda, una Kunai oculta que se había alojado en el protector de su antebrazo. Luego se lanzó hacia adelante, justo en el momento en que Yoroi se giraba para tratar de confrontar al niño, sin embargo, fue tarde, ya que Sasuke ya estaba justo debajo de él, lanzando hacia el abdomen una estocada con el filo de la hoja. El Espía apenas si tuvo tiempo de moverse hacia atrás para evitar un daño severo, no obstante, la kunai le alcanzó en el lateral, consiguiendo rasgar la carne hasta el otro lado en una fina cortada que sobresalió notablemente, gracias a la rápida respuesta de la sangre al empapar la ropa del hombre y parte de las manos de Sasuke.
— Mocoso —gruñó Yoroi, que contrario a rendirse o a maldecir su suerte, en un ataque de rabia al verse superado en un movimiento básico, descendió sobre él, sin importarle que el kunai se clavara un poco más en su carne.
No esperando la acción impulsiva y vengativa del hombre, Sasuke apenas si consiguió girar hacia la derecha para evitar la mayor parte del daño, pero su pierna quedó atrapada en la línea por unos segundos, que fueron suficientes para hacerle sentir como una pequeña fracción de su chakra salía repentinamente de su cuerpo y era inevitablemente robado por su enemigo. Con un chasquido de lengua y un quejido el joven pelinegro se separó de su oponente antes de tambalearse un par de pasos y jadear ante la desagradable sensación.
— Se siente mal ¿No es así? Esta herida no será nada comparada con lo que mis manos pueden provocar en tu red de chakra. — Un paso amenazador del hombre hizo temblar ligeramente a Sasuke, pero no era necesariamente miedo, contrario a eso podía sentir una fuerte agitación de euforia; un oponente para probar su fuerza, alguien que podía derrotarlo si lo atacaba descuidadamente.
No era tan difícil como el hombre en el bosque de la muerte, pero luego de haber fallado en proteger a sus amigos y a él mismo, se había dispuesto a superar sin ayuda las siguientes pruebas, él mismo se probaría que tenía la capacidad para superar dificultades con su poder actual. Con la confianza creciendo en su interior, sintió otro arrebato, uno más salvaje que anidaba en su pecho y que parecía guiar su resolución, casi diciéndole lo que tenía que hacer y gritando que tenía la fuerza como para acabar con esa batalla con relativa facilidad.
— Ya he sentido esto antes —pensó mientras se enderezaba y lanzaba una sonrisa burlona a su oponente, — Es como aquella vez contra Yashiro, esa inexplicable confianza en mí fuerza… como si supiera a donde ir.
— Prepárate para sentir la frustración y demostrar que tu clan no es más que habladurías en cuestión de fuerza.
Yoroi se lanzó nuevamente en un arranque rápido, apareciendo justo frente a Sasuke y lanzando su embate directamente al pecho del niño. El pelinegro vio todo demasiado rápido, y aunque usualmente estaría sorprendido por el movimiento, su interior permaneció apacible, consiguiendo darle la oportunidad para lanzar su brazo justo por debajo del que lo amenazaba, y así en un brusco movimiento desviar el embate hacia arriba; a continuación percibió el otro ataque por su derecha, así que se agacho y en un juego de pies paso por el lado de su oponente, justo por debajo de su brazo izquierdo y a tiempo para solo sentir el aire mover los cabellos que se alojaban en su coronilla.
Con un movimiento fluido giró sobre su eje en un barrido por el suelo que busco tratar de golpear las piernas de su enemigo y romper su postura, pero Yoroi consiguió saltar antes de que el ataque del pelinegro conectara; así que al no encontrar un enlace Sasuke volvió a saltar lejos de él, solo que esta vez al caer en vez de esperar un ataque directo, el chico movió sus manos formando los sellos de su próxima técnica.
— Katon, Housenka no Jutsu. — Llamas diminutas salieron de sus labios y en ellas sutilmente lanzó Shuriken ocultas, algo que Yoroi extraño al esquivar las llamaradas, por ello cuando se decidió a esquivar la tanda de shuriken que el niño le lanzó, no alcanzó a percatarse que el objetivo de Sasuke en su segundo ataque nunca fue golpearlo directamente, contrario a eso, sus armas chocaron contra las llamas y desviaron las pequeñas estrellas ardientes, que pronto rodearon al espía.
Para cuando el hombre se dio cuenta del peligro fue tarde, por eso no consiguió esquivar las afiladas estrellas que se ensartaron en la carne de sus brazos y una de sus piernas, añadiendo a las heridas el escozor ardiente del acero expuesto al calor; él definitivamente quería acabar con ese niño, pero parecía que desde el principio él había llevado muy bien sus pensamientos, manteniendo una distancia prudente y observando lo que haría. Sus opciones se reducían a manipular su confianza en la batalla, por ello se permitió apoyar su rodilla en el suelo y soltar un quejido, llamado así al inocente y confiado Uchiha.
Sasuke estaba al frente del hombre, listo para tratar de golpearlo y lanzarlo hacia arriba, cuando Yoroi se movió, tomándolo esta vez desprevenido al lograr agarrarlo por la pierna y lanzarlo sobre su cabeza, directamente hacia el suelo, mientras que al tiempo robaba su chakra, sacándole un quejido al pelinegro.
Un sonido de sorpresa retumbó en la audiencia que observaba el partido, sin embargo, hubo dos personas que permanecieron impasibles y con toda la concentración puesta en el hijo menor de Fugaku; Sakura e Itachi estaban pendientes de la siguiente jugada de Sasuke y de hecho confiaban en que el chico sabría cómo resolver el asunto y ganar la batalla.
Sasuke se reprendió por bajar su guardia mientras sentía como su chakra era drenado y su enemigo aprovechaba su cubierta para posicionarse completamente sobre él e inmovilizarlo por los hombros. Retorciéndose bajo su peso trató de pensar en algo para zafarse del agarre y asegurar un poco de su energía que ahora sentía que se le escapaba como si hubieran dejado un grifo abierto. Su mente comenzaba a sentirse nublada y sus miembros estaban perdiendo movilidad y fuerza. — Esto es malo —pensó con frustración mientras sentía su respiración menguar y sus sentidos convertirse en un torbellino inconcluso, haciéndole perder parte de su conciencia y orientación sobre el lugar en el que se encontraba. Estaba tan imbuido en las sensaciones, sintiendo las náuseas y asfixia ante la falta de chakra que sus esfuerzos comenzaron a menguar, junto con las voces de los presentes a su alrededor.
Casi cuando repentinamente creía que estaba perdido escucho algo dentro de sí, casi como una reprimenda y frustración de su estado patético. Al mismo tiempo creyó escuchar la voz de Naruto reprendiendolo por pensar en acabar con su enemigo, parecía decir que no tenía nada que ver ¿Por qué pensaría aquello? Era ridículo, considerando que esa era su pelea, él la iba a ganar, no dejaría que lo vieran como un niño inútil que se escondía bajo las faldas de su clan, él le demostraría a ella que no podía ignorarlo. Como si una bobina en su pecho se hubiera encendido, el chakra repentinamente se disparó en un estallido y las emociones de ira, frustración y venganza le llenaron internamente, casi dominándolo por completo y dándole fuerzas renovadas .
Su mente rugía en una sensación tan familiar, calmante y en control que, sin realmente planearlo, permitió que su cuerpo se moviera solo, consiguiendo en un movimiento liberar sus piernas al juntarlas hacia el centro de su cuerpo, lo que le permitió en un arrebato violento golpear con todas sus fuerzas al hombre en el abdomen. Yoroi había sentido el desgarrón embravecido de chakra que había embargado al Uchiha momentos antes de sentir como el aire escapaba de sus pulmones y el dolor se disparaba en su centro, junto con la fuerza que lo empujó hacia atrás, haciéndolo rodar por el piso.
¿Qué mierda había sido eso? Se preguntó el ninja del sonido, el chakra del chico había cambiado, fluctuando ahora en una masa inconstante, abrumadora, errática y agresiva, casi podía decir que era maligna, como si repentinamente estuviera al borde de que sus instintos básicos de masacre se despertaran. El niño provocó en él un estremecimiento interno, llevándolo al miedo primario y haciéndole retroceder un paso, incluso si aún no pudiera ver su expresión al estar su rostro cubierto por sus oscuros mechones, debido al ángulo de inclinación en el que estaba su cuerpo, ahora encogido y arrodillado.
Sasuke jadeaba mientras sentía la adrenalina y euforia correr por sus venas, era extraño, era como si repentinamente se hubiera inyectado en su sistema una fuerza arrolladora que se ocultaba en su ser. Una sonrisa pequeña apareció en su rostro justo momentos antes de limpiar con el dorso de su mano el sudor que se escurría por su rostro y enfocar su mirada ahora carmesí sobre su oponente; Era hora de acabar con esa batalla.
Como si su cuerpo también hubiera sido llenado con un nuevo tipo de fuerza extraña, su velocidad aumentó en un parpadeo, ahora quedando frente a Yoroi, que esta vez no tuvo tiempo de reaccionar ante la patada que vino desde abajo, levantándolo por los aires y dejándolo vulnerable. Se sentía de tal manera que casi juraba que ya había vivido ese momento antes, por eso el Uchiha sin dudarlo se posicionó detrás de su víctima y a continuación ejecutó un ataque consecutivo de golpes. Inició apoyándose con su mano derecha en un costado para luego girar la mitad de su cuerpo y atacar con su pierna izquierda el flanco de su oponente, que al instante bloqueó su iniciativa en un desesperado intento de no recibir más daño, no obstante, esto no sirvió de mucho porque al instante Sasuke maniobró en el aire, girando por detrás de él y aprovechando su movimiento para conectar un golpe con el dorso de su brazo izquierdo que lanzó a Yoroi hacia abajo y dejó al pelinegro sobre él, dándole la facilidad de seguir con dos ultimos golpes que le asegurarían su victoria. El primero fue una conexión directa con su brazo derecho que volvió a darle el impulso para girar sobre su eje y rematarle finalmente en su abdomen con el talón de su pierna izquierda, lo que terminó por estrellar al hombre contra el suelo de la arena.
— Shishi rendan —pronunció Sasuke al terminar su ataque de forma limpia y segura, ganando sonidos sorprendidos de los que le rodeaban.
Finalmente, Sasuke se impulsó hacia atrás, derrapando levemente antes de detenerse y quedarse mirando a su oponente ahora derrotado. Su explosión de chakra había retrocedido y ahora su flujo de energía normal volvía haciéndole sentir levemente mareado y agotado por la repentina retirada. A pesar de que no sabía que había ocurrido, poco podía importarle ahora ya que en esos momentos podía escuchar con claridad cómo el examinador anunciaba su victoria, lo que provocó el grito eufórico de Naruto desde las gradas y uno que otro comentario de sus antiguos compañeros de academia. Su estado feliz era lo único que sentía ahora, ya no había rastros de sus turbulentos sentimientos de antes, y también descubrió que poco le importaba en esos momentos.
Solo cuatro personas le observaban ligeramente inquietas al haber notado su repentino cambio de humor, sin embargo, al examinar ahora al agotado chico y no encontrar nada sospechoso en su estado agotado, decidieron guardarse sus conjeturas para más tarde, por el momento se encargarían de prestar la debida atención al resto de los exámenes.
-0-
Me había inquietado al sentir el pico tan familiar de chakra, de hecho, casi esperaba que repentinamente de la nada el joven Uchiha se transformara en su versión adolescente enloquecida y matara de un movimiento a su oponente. Fue un alivio ver que mis impresiones fueron erróneas y que aparte del movimiento austero y demasiado refinado que usó al final para acercarse a Yoroi, hubiera salido muy similar a su enfrentamiento primario, terminando de hecho con el mismo combo magnífico que se había inventado sobre la marcha, pero que había sido inspirado en algún momento por Lee.
— ¡Bien hecho Sasuke! —gritó Naruto con entusiasmo desde su lugar, justo en el momento en que el joven era proclamado vencedor.
— Eso fue realmente extraño —dijo Shisui con seriedad — ¿Pasó lo mismo antes?
— Casi —murmuré —solo que… ese arrebato de chakra nunca ocurrió originalmente.
El silencio en la línea me hizo entender que mis compañeros pensaban igual, estaban originalmente preocupados, pero al mismo tiempo mantenían la calma sin llegar a mostrar su turbación, algo que agradecí; ya me era suficiente con mi propia ansiedad por el momento, saber que ellos podrían llegar a estar igualmente ansiosos solo podía significar que era un problema serio.
Esta vez sin ayuda de Kakashi, Sasuke volvió al lado de sus compañeros de equipo en pasos simples y confiados por su victoria, no obstante, cuando estaba a solo unos metros de ellos se detuvo abruptamente al notar mi presencia silenciosa detrás del equipo siente y justo al lado de Kakashi. — ¿Qué estás haciendo aquí Sakura? — soltó casi sin ningún tipo de delicadeza, trayendo con sus palabras los ojos curiosos de los genin que aún no se habían percatado de mi presencia silenciosa.
Con una sonrisa amable y amplia me retiré de mi cómoda postura contra la pared para a continuación acercarme a su figura. — Buen trabajo allá abajo Sasuke-kun, fue realmente impresionante ver tu combate y con creces superaste las expectativas. Por otro lado, el motivo por el que me encuentro aquí es simple, soy el médico principal a cargo, así que estoy supervisando el examen. — El niño parecía casi reacio a creer mis palabras, por ello se quedó observandome un largo rato, pero al yo no regalar nada más en mi expresión que mi felicidad por su victoria, se relajó y sonrió con suficiencia.
— Te dije que puedo cuidarme bien.
— Nadie dijo lo contrario. Ahora ven, restableceré tus energías. — Con una mueca de disgusto el chico se acercó a mí, permitiendome colocar mis manos sobre su pecho y comenzar mi trabajo, asegurandome al mismo tiempo que no tuviera lesiones internas.
— Sakura-chan, ¿Hace cuánto tiempo has estado aquí? — Soltó Naruto mientras se acercaba a nosotros con una mirada brillante.
— Todo el tiempo —respondí para finalmente apartarme del Uchiha y darle una amplia sonrisa — Listo, con lo que he hecho podrás ver el resto de los combates sin problemas.
Sasuke se giró y me dio una mirada en blanco antes de proclamar en un susurro —: gracias, Sakura. — Luego se dirigió hasta el borde de la zona de espectadores y allí se recostó contra el barandal, esperando a que se anunciara el segundo combate.
Desviando mi atención del joven pelinegro me dispuse ahora a observar a los otros dos menores. Naruto luego de un rato me había dado una amable sonrisa y había ido directamente a reunirse con su amigo, contrario a Midori, que solo se había quedado observandolos con inseguridad, mientras trataba de controlar los pequeños espasmos que su cuerpo estaba teniendo.
Estaba preocupada por ella, pero no podía hacer otra cosa más que esperar a ver qué ocurría, aunque deseaba que pudiera reponerse de su lamentable estado. — Kakashi… —murmuré cuando me reuní nuevamente con él, esperando a que comprendiera mi preocupación.
— Sí, lo sé. — El hombre de cabellos plata mostró con su único ojo la cruda expresión de nostalgia y lastima — No todos pueden superar un evento como aquel. Orochimaru consiguió quebrar su voluntad, ahora parece que está con un pie aquí y otro en el mundo en que la introdujo Orochimaru, aquel donde ve una y otra vez su muerte.
— Pero yo…
— Midori no eres tú Sakura, ella posee una voluntad más voluble. ¿Recuerdas que te impulsó a enfrentar ese miedo? ¿Qué te hizo reaccionar? — Mi mirada se desvió hacia los dos niños del equipo siete, antes de que comprendiera por completo qué era lo que él quería decir. — Exacto, tu aunque no conocías la profundidad de los sentimientos y sufrimiento de Naruto y Sasuke tenías una profunda conexión con ellos, tu valentía se generó a raíz de que deseabas complementar su trabajo de equipo, querías protegerlos cuando se lastimaron y no pudieron luchar más. Midori no tiene esa convicción, aunque quiera ser fuerte para ayudarles lo cierto es que no puede hacerlo, ella no cree que pueda hacerlo y tampoco tiene la iniciativa de alcanzarles.
— ¿Quieres decir que se estancara? Ella debería poder crecer como el resto —dije casi con un tono de reproche, sin embargo, esto no afecto al hombre de cabellos plata.
— Sabes que se necesita algo más que haber nacido en una familia ninja para poder avanzar, hay cosas que son inherentes en las personas. No todos pueden enfrentar el mundo ninja con la misma fuerza y no todos tienen las agallas para crecer ¿no lo aprendiste con Tsunade-sama?
Mordí mi labio inferior cuando por mi mente pasaron los compañeros de Itachi; Luego de la muerte de su compañero, su grupo se disolvió, su única compañera femenina terminó tan traumatizada luego de aquella misión que se retiró por completo de la vida Shinobi y decidió empezar a trabajar en un restaurante de mesera. Kakashi tenía razón, no todos conseguían superar las pruebas de aquella vida y los que lo conseguimos adquirimos cicatrices permanentes. — Siempre pensé que la única que podía ayudar a esos dos eras tú, incluso ahora que no estás tan cerca procuras velar por su bienestar, apartando de su camino las preocupaciones que puedan molestarlos.
— Quería que alguien pudiera ayudarles, aunque sea que fuera su apoyo en el equipo. — Cerré mis manos en dos puños cuando sentí la frustración y dolor al pensar en el daño que nuevamente había provocado aquella serpiente viperina.
— ¡El ganador es Aburame Shino! — Nuestra concentración en el tema se vio interrumpido por la declaración del examinador trayendome a la realidad y en donde finalmente me percate que la figura de Orochimaru había desaparecido completamente de la arena, pero, no solo había sido él, la presencia de Itachi también se había esfumado en el tiempo en que había estado dialogando con Kakashi.
Mi instinto de alarma se levantó, así que automáticamente revisé los alrededores mientras volvía a abrir la línea de comunicación con mi amigo mayor. — Shisui —susurré tratando de conseguir la información que me faltaba.
— Orochimaru se movilizó, así que Itachi fue tras él.
Un escalofrío me recorrió y mis sentimientos de protección se elevaron con rapidez. Si esa estúpida serpiente se atrevía hacerle algo al pelinegro me aseguraría de que sus días estuvieran contados, aunque lo más probable es que Shisui pensara lo mismo. Por el momento solo nos quedaba confiar en nuestro amigo y que diera pronta solución al problema que se desarrollaba en sus manos.
Siguió el tercer combate, que al igual que el anterior tuvo el mismo desarrollo, quedando Kankuro como vencedor contra su oponente. Fue una batalla rápida y que me recordó los viejos tiempos; se suponía que a continuación vendría mi batalla con Ino, pero… ahora que yo no estaba participando de forma activa, me preguntaba quién sería el que finalmente sería el oponente de Ino.
— Eso es evidente. — La voz de Shin casi me hizo pegar un brinco en mi lugar, pero al encontrarme rodeada de tantas personas conseguí controlar mi reacción lo suficiente como para que mi respiración se viera entrecortada solo un instante.
— ¿Shin? ¿Cómo…? ¿Dónde…? — Sutilmente observé a mi alrededor, esperando ver al albino, pero para mí sorpresa parecía que esta vez su comunicación era completamente mental, clara como el agua, algo que nunca antes había ocurrido. Usualmente cuando contactaba de esa forma su voz se escuchaba entrecortada, como un radio mal sintonizado, pero en esos momentos parecía como si me estuviera hablando directamente al oído.
— Una sincronización perfecta, pero eso ahora no importa, te recomendaría que estuvieras atenta a lo que viene. — Confundida dirigí mi mirada a la pantalla que había comenzado a moverse buscando los próximos nombres para la batalla. — El flujo del tiempo, aunque cambie trata de mantener ciertos patrones, entre ellos, el orden de los espacios temporales que se han dejado, así que a no ser que una entidad más fuerte alterara el orden, estos no cambiarán.
— Dices eso, pero el tiempo ya se ha alterado…
— Si, estas en lo cierto, pero para cubrir tu espacio en la línea temporal se colocó un señuelo, un reemplazo que tenía que cumplir con darle sentido a ciertos eventos. — El entendimiento comenzó a aparecer en mi justo cuando la pantalla de enfrentamiento se detuvo, dejándome con una sensación abrasadora en mi garganta y el escozor de la preocupación en mis entrañas. — Incluso ahora tú debes saber que este enfrentamiento tiene que terminar sin ningún tipo de ganador, Entonces ¿qué será lo que cambiará?
— Tienes que estar bromeando —salió de mis labios, mientras observaba las brillantes palabras escritas en la pantalla "Yamanaka Ino vs Dasoyo Midori".
Las dos niñas se dirigieron a la arena de combate, cada una con una actitud, postura, convicción y emociones completamente diferentes. Ino lucía feliz, dispuesta a arrollar en el examen y se notaba confiada, lista para enfrentar el desafío; ella era todo lo contrario a lo que Midori era en esos momentos, solo una muñeca que parecía moverse porque alguna fuerza externa la impulsaba a caminar, pero que se encontraba completamente ausente de su alrededor. — Será mejor que te prepares por si eres necesaria —mencionó el albino justo al mismo tiempo que dio inicio la batalla.
No habían intercambiado palabras, pero tampoco ninguna se movió de inmediato; Ino estaba observando a su joven rival que aún seguía sin responderle a sus miradas, contrario a eso permaneció con la mirada perdida en algún punto muerto en el suelo. — Eso no se ve muy bien. — Nuevamente fui sorprendida por una voz cercana, solo que esta vez tenía forma para que pudiera posar mi mirada sobre la dueña de la voz.
Mi sorpresa fue encontrarme con la joven niña de 10 años a solo unos metros del lugar donde me encontraba. Sus ojos parecían aburridos y casi tristes mientras observaba a las dos niñas abajo. — Esta batalla parece que no durará mucho más tiempo que un par de minutos. — Mi estado de aturdimiento fue reemplazado por confusión y preocupación ¿Qué era lo que quería decir esa niña? ¿Por qué se veía tan segura de sus palabras cuando no conocía el alcance de la fuerza de esas dos?
Mis preguntas parecía que serían respondidas visualmente, porque antes de siquiera conseguir preguntar el examinador dio comienzo al encuentro, inmediatamente mi mirada se dirigió a la arena y allí a los acontecimientos que se desataron.
Ino se veía fuerte y orgullosa, manteniendo la frente en alto, su cuerpo ligeramente inclinado en una posición de espera, ya sea para atacar o defender y los ojos clavados en Midori. Ante la falta de iniciativa de la joven miembro del equipo 7 la rubia comenzó a moverse, iniciando por un ataque frontal, que su oponente apenas si esquivo entre torpes pasos mientras obligaba a su pequeño cuerpo a tratar de posicionarse en una postura defensiva, que tenía tantas aberturas que hasta un niño de academia podría pasar a través de ellas.
— ¡Vamos Midori! ¿qué pasa? — Naruto contra todo pronóstico estaba animando a su compañera que parecía no oírlo, porque en ningún momento su expresión o movimientos cambiaron, de hecho, con cada segundo que pasaba esquivando los intentos de embates de la rubia, su cuerpo parecía volverse más errático
— Ha cedido a la presión —pronunció Kakashi con un tono lánguido que pronto tomó una seriedad implacable al añadir—: Este combate… debe ser detenido.
— ¿De qué habla Sensei? Midori puede ganar —refutó Naruto, quien como siempre levantó la mirada con fiereza y confianza absoluta en el miembro de su equipo.
— Él habla de lo evidente, el problema no es que gane si no si está calificada para hacerlo —dijo la niña, que mostró evidentemente que había escuchado la conversación, — Solo mira el desarrollo y verás.
Los cuatro miramos a la pequeña que tenía las mejillas hinchadas en un puchero lamentable y con ojos tristes observaba el combate, mostrando así un comportamiento más adecuado a su edad. Volviendo nuestra atención a la arena, vimos justo el momento en que finalmente Ino, luego de lanzar una patada de barrido por debajo de las piernas de Midori, logró asestar un golpe en el pecho de su oponente, quien salió disparada hacia atrás y cayó de espaldas a solo un metro de su posición original.
El impacto había herido sus miembros con pequeñas raspaduras que sangraron solo lo suficiente para escurrir una delgada línea de sangre a través de su piel. Solo fue necesario este pequeño estímulo visual para que repentinamente la niña rompiera en incontrolables espasmos que pronto se volvieron un agudo grito y en un deliberado ataque asesino contra la joven heredera Yamanaka. Con sus ojos desorbitados, los embates de renovada y desesperada fuerza de Midori, tomaron por sorpresa a Ino, quien había conseguido esquivar la primera parte de los ataques, que pronto dejaron de lado de ser simple taijutsu para ahora verse reforzados por el ataque a mano armada con kunai.
Para protegerse Ino tuvo que verse obligada a sacar su propia arma y chocar acero con acero mientras forcejeaban en una danza mortal. Fácilmente se podía ver la confusión de la rubia, que no comprendía lo que estaba pasando con la que había sido su compañera de academia, que ahora desprendía fácilmente un aura mortal y casi demente mientras luchaba contra ella.
Apoyé mis manos en la baranda y apreté el hierro, doblandolo bajo mi agarre en un intento de controlar mi agitación interna y mis deseos de saltar en medio de la arena y detener el combate, el problema es que hasta que el examinador no lo demandara no podía hacer nada más que observar. Podía sentir a Kakashi igual de tenso a mi lado, como esperando también la señal que lo llevaría a intervenir.
En un movimiento brusco por parte de Ino, al repeler el ataque con kunai de su oponente, consiguió herir superficialmente a Midori, cortando en un rasguño largo el dorso de su mano y parte de su antebrazo. Esto llevó prácticamente al final de la pelea, ya que al sentir nuevamente la herida abierta, la joven profirió un desgarrador y gutural sonido antes de dejar que su chakra saliera en una masiva técnica de tierra, que removió los cimientos del lugar. Picos afilados se levantaron desde el suelo y buscaron conectar con la rubia, quien en un intento desesperado por escapar no se percató de que Midori ya había empleado otra técnica de tierra justo detrás de ella, así que fue tarde cuando sintió el peligro de la mano rocosa que la golpeó por la espalda y la llevó al suelo.
Era evidente lo que planeaba la mente obnubilada de Midori, que a pesar de haber dejado a Ino fuera de combate con el ataque furtivo parecía decidida a acabar con su vida, al continuar controlado el ahora puño de tierra que descendía sobre el joven cuerpo de la Yamanaka. Esta vez no hubo nada que me detuviera para saltar, era evidente el desequilibrio emocional y el peligro que representaba la chica.
Había sentido el movimiento de algunos Jonin más, pero habiendo sido entrenada junto a Shisui mi respuesta al problema había sido más rápida, por ello con el jutsu de cuerpo parpadeante no tarde en aparecer justo encima de Ino y debajo del puño de tierra, con el que me enfrenté de inmediato al contrarrestarlo con uno de mis golpes mejorados de chakra. — ¡Shannaro! — Proferí en el instante en que el montón de tierra estalló en una explosión masiva de rocas voladoras que cayeron a nuestro alrededor. Sin siquiera mirar a la joven miembro del equipo siete supe que había vuelto atacar, esta vez volviendo a usar su técnica terrestre de picos masivos, que se dirigían peligrosamente hacia nosotras, pero que antes de que llegaran a nosotras, neutralice al volver a estrellar mi puño, esta vez contra el suelo que temblando derribó todos los peligrosos picos que amenazaban nuestras vidas y le hizo perder el equilibrio a la joven atacante.
Mi posición de defensa no se rompió e iba a lanzarme a detener a la chica descontrolada, cuando para mi sorpresa la sombra del Uchiha mayor se ciñó sobre ella, neutralizandola con uno de sus genjutsu más fuertes, que finalmente la llevó a desmayarse. Antes de caer al suelo mi amigo consiguió atraparla entre sus brazos; poco después me miró para que diera el anuncio oficial. — Como supervisor médico del examen en progreso y miembro activo también dentro de los examinadores, declaro que Midori no es psicológicamente apta para continuar, ni este examen ni en su carrera como ninja. — Una ola de exclamaciones y murmullos resonaron alrededor, pero lo que valió fue la mirada de aceptación que me brindó el Hokage y el examinador de la prueba.
— Como ninguna de las dos puede continuar declaro que es un doble KO, por lo cual ninguna de las dos pasará a las preliminares.
Con el anuncio oficial, me encargue de ver por las heridas de mi vieja amiga, asegurandome de escanear cada parte donde podía tener una seria contusión; mientras tanto Shisui se dirigió hasta los médicos que venían a atender a los heridos y les entregó a Midori para que pudieran disponer de ella. — ¿cómo está? — Preguntó Asuma llegando a mi lado.
— Sólo algunas contusiones y una costilla fraccionada que ya casi termino por arreglar, pero por lo demás todo está bien, sin problemas que le impidan ver el resto de los encuentros si despierta —respondí mientras mis manos terminaban de sanar a la chica, entonces, cuando estuve segura de que su vida no correría riesgo me aparte para que el hombre pudiera recogerla.
Casi al instante sentí la presencia reconfortante de Shisui a mi lado — Menuda faena —murmuró él — No sé quién hizo peor daño, si ella con sus técnicas o tu respuesta a ellas.
— Si lo deseas puedo dejarte en medio de los escombros para que les hagas compañía, eso en caso de que quieras seguir con ese hilo de palabras. — Al instante que terminé mis palabras le dirigí una sonrisa amenazante a mi amigo, que me devolvió la sonrisa con una más suave y burlona.
— Eso sería un inconveniente para la misión y creo que costaría más tiempo del pensado arreglar el campo —respondió mientras se giraba para ahora acompañarme a las gradas, donde nos esperaba el resto del equipo siete.
Entre cerré mis ojos y le lancé una mirada mordaz a mi amigo, pero no hice nada más, ya era lo suficientemente mala la escena protagonizada por las dos genin, como para que nosotros mostráramos una de nuestras tantas riñas de niños, eso se limitaba exclusivamente a nuestros ratos libres. Llegados a nuestro lugar fui abordada por un rubio molesto que incluso antes de abrir la boca, transmitía muy bien lo que quería decir con su próxima rabieta. — ¡¿Por qué Sakura-chan?! Ella…
— Basta Naruto, Sakura solo hizo lo que fue correcto —interrumpió Kakashi al tiempo que colocaba una mano sobre el hombro del niño, — Puede que no lo hayas notado, pero Midori no podía continuar.
Nuevamente el rubio quiso refutar, pero en esta ocasión fue Shisui quien intervino mostrando en esta ocasión una expresión grave. — Antes de que intentes objetar la decisión de Sakura, te pido que pienses un momento si en algún instante en el bosque de la muerte pensaste en observar el comportamiento de tu compañera. — La mirada azul de Naruto vaciló al igual que su intento de pelear, entonces fue el momento de Shisui para continuar hablando —: Si lo hubieran notado con Sasuke podrían haber evitado que participara en la prueba, ella ha estado perdida en su mundo desde ese día en el bosque, su mismo cuerpo estaba mostrando signos de agotamiento mental y su desequilibrio emocional. Rasgos como aquellos en un ninja solo llevan eventualmente a la muerte.
— Lo que Shisui quiere expresar es que médicamente Midori no es estable —agregué tratando de suavizar un poco el tono que estaba empleando el mayor — El trauma que sufrió la hace vulnerable, así que para evitar futuras bajas o problemas es mejor que ella sea retirada de las filas para que pueda recuperarse, aunque es probable que luego de aquello no desee volver a ser ninja.
Naruto frunció nuevamente el entrecejo y enfurruñado murmuró — Eso no lo sabes, puede que eso no es lo que ella quiera, le estás negando la posibilidad de regresar, puede que ella…
— Calla perdedor —interrumpió Sasuke, colocándose frente nosotros y lanzando una mirada seria a su amigo — Sakura sabe lo que hace, ella es médico y un Jonin, su experiencia le da el derecho de intervenir y dar un diagnóstico, si ella dice que Midori no debe seguir, eso significa que es por su propio bien ¿O acaso quieres que muera? O peor ¿que en una misión nos maten a los tres por protegerla?
— Yo no dije que deseo eso… pero ella debería ser capaz de decidir por sí misma —gruñó el rubio con una expresión triste.
— Naruto —Intervino Kakashi, colocando una mano sobre el hombro del menor — Midori desde el bosque no estaba bien, ella no es psicológicamente tan fuerte como otras Kunoichi, esto no es necesariamente malo, simplemente no está hecha para la vida ninja; no es a la primera persona que le pasa y tampoco será la última.
Me rompía el corazón ver la expresión decepcionada y abatida de mi amigo. No me era ajeno su sentimiento de no rendirse y especialmente como siempre contaba con que sus camaradas no se rompieran, sin embargo, en esta ocasión era inevitable. Miré a Shisui de reojo y vi el entendimiento en su mirada, él podía ver lo que estaba pensando y compartía mi opinión al respecto, pero, tal y como lo imaginaba no era momento de añadir nada más.
Con la situación dejada de lado por el momento, con Shisui permanecimos cerca de la arena junto a los demás genin de Konoha. El siguiente combate que resultó ser Temari contra Tenten transcurrió sin mayores novedades, siguiendo el mismo patrón, donde la hermana mayor de Gaara triunfó sin mayores complicaciones y con una enorme sonrisa de arrogancia, dejando atrás no solo el apaleado cuerpo de Temari, sino que al mismo tiempo un par de insultos contra las kunoichi de la hoja, que hasta ese momento no estaban demostrado ser gran cosa. Nuevamente, mientras la rubia abandonaba la arena, yo me acerqué a brindar los primeros auxilios a la castaña y luego permití el cuerpo médico se la llevara a la sala de recuperación.
— ¿Cómo se atreve? —gruñía Naruto desde su lugar cuando regresé al lado de ellos y mi amigo mayor.
— No ha dicho nada que no pueda Naruto —soltó Sasuke, aunque su tono no iba de acuerdo a sus palabras, el desagrado ante las circunstancias era palpable — Hasta ahora no se ha demostrado gran cosa en las batallas y la pelea de Midori solo hizo pensar que mentalmente también hay un déficit en las líneas de batalla de los miembros femeninos de nuestra promoción.
El rubio iba a replicar, pero para sorpresa de nosotros fue el Uchiha mayor quien se adelantó —: No hay derecho ¿Cómo se atreve? — Miré con sorpresa a mi amigo, hallando la ira en sus rasgos.
— Shisui… Creo que sabes que eso no es cierto, todas las kunoichi aquí pueden avanzar aún más y lo más seguro es que ella termine llevándose una sorpresa de ellas cuando lo menos lo espere —dije en un intento de apaciguar su molestia.
Los ojos oscuros del mayor se posaron sobre los míos justo cuando decía —: No es necesario esperar tanto tiempo, después de todo ella generalizó. Es evidente que es una ignorante si nunca ha oído de ti, pero eso es lo que más me molesta.
Parpadeé sorprendida por su lógica, pero no fui la única, podía percibir las miradas del equipo siete y Kakashi sobre nosotros. — ¿Estas molesto en mi nombre? —Murmuré aún incrédula de sus palabras.
— Evidentemente —bufó para luego añadir —Te has esforzado tanto por mostrar tus propias habilidades, hacerte un nombre, que el permitir que te subestimen de tal forma es inaceptable. Además, eres un miembro de nuestro equipo, mi amiga… no soy lo suficientemente tolerante como para dejar pasar un insulto así.
Una sonrisa apareció en mis rasgos y dije —: Gracias, pero me basta con tu reconocimiento y el de Itachi-kun. Mis habilidades hablaran por sí solas cuando sea necesario, por eso permite que esta vez sea subestimada. — Suavemente le di un pequeño empujón con mi codo y me acerqué un poco más a su persona.
Naruto y Sasuke no habían dicho nada más, pero sus miradas sobre nosotros parecían un poco conflictivas, casi eran pucheros inconclusos, que pronto se ocultaron tras el aparente interés tras la nueva pelea que estaba por ser anunciada. Fue cuando apareció el nombre de Shikamaru contra Kin que el Chakra de Itachi se hizo presente, aunque fue tan sutil que de no ser porque lo conocía bien, no lo hubiera notado.
La emoción me embargó, pero al igual que nuestro capitán no moví ni un músculo, en cambio esperamos pacientemente a que él mismo se reportara. — Orochimaru se escapó. — No era el inicio que esperaba, pero por su tono de voz podía inferir que había algo más para contar en esa historia — Tuvimos un pequeño enfrentamiento, que terminó con un brazo de él cortado, sin embargo… antes de finalizar la tarea hubo quien nos interrumpió y le ayudó a escapar.
Mirando alrededor Shisui retrocedió sutilmente y se aisló en la parte posterior, donde se aseguró que su voz saliera en un murmullo tan suave que de no ser por el intercomunicador que tenía en mi oído, no me hubiera enterado de lo que hablaba. — Eso suena a inesperado, ¿Es alguien de la sala? — Silencio por un momento, hasta que poco después un suspiro sonó del otro lado.
— Kabuto, usa una técnica para mover cuerpos muertos, lo ha hecho para ayudarle a Orochimaru en su escape. Algo me dice que no se rendirá tan fácilmente, aunque su herida retrasará cualquier plan que tenga.
— Tenemos que mantener un ojo sobre él, no podemos bajar la guardia, por el momento esperemos el enfrentamiento de Kabuto, me gustará ver lo que puede hacer, aunque… con tantos ojos sobre él dudo que se arriesgue a mostrar demasiado.
Yo también creía que Kabuto no iba a ser tan idiota como para mostrar sus habilidades en medio de tantas personas, de hecho, era seguro que él específicamente buscara retirarse en el encuentro o fingir que se inhabilitaba en medio del combate. La pregunta real que me formulaba entorno al albino era sus razones para no haber desistido en esta ocasión ¿Qué era lo que le había hecho quedarse en el combate si esto solo le haría mostrar parte del arsenal de estrategias que tenía bajo la manga?
— El combate de Shikamaru ha terminado —soltó repentinamente Naruto, acción que provocó que saliera de mis pensamientos y me enfocara en el resultado, no sorprendida realmente de ver nuevamente que el vencedor era el Nara.
— Fue más rápido de lo que pensaría, aunque siendo el hijo de Shikaku Nara debería ser normal. — Shisui sonrió a mi lado y luego añadió —: los genin de este año tienen algo… interesante.
— Ciertamente —concordó Itachi.
— Son una promoción llena de sorpresas —dije mirando con cariño a los que fueron mis compañeros en alguna ocasión hace tiempo. — Solo acaban de empezar con su camino.
Lo sabía, conocía la fuerza de cada uno y su corazón dispuesto, solo faltaba el empuje para que siguieran avanzando. Nuevamente el tablero volvió a cambiar, y para cuando finalmente se anunciaron los nombres del siguiente encuentro, un grito de júbilo se escuchó en la arena.
— ¡Al fin en es mi turno! — Declaró Naruto mientras comenzaba a moverse hacia la arena.
— Más te vale no perder idiota —dijo Sasuke con una sonrisa arrogante.
— Por supuesto que no lo haré.
Antes de continuar su camino se detuvo en su camino y me dirigió una mirada llena de determinación — Definitivamente ganaré, solo mírame Sakura-chan. — Con dichas palabras retomó su marcha con más apremio.
— Lo sé —murmuré.
Por algún extraño motivo, aunque sabía que el resultado era más probable que se repitiera, tenía deseos de ver que tanto había avanzado mi rubio amigo, quería poder presenciar nuevamente su encuentro, mezclarme con la emocionante sensación de euforia por verle dejar a todos con la boca abierta. Era un sentimiento que pude ver que mi amigo a mi lado parecía compartir conmigo, estaba deseoso de ver si mis historias eran tan ciertas como las pintaba, quería comprobar la motivación del pequeño rubio.
-0-
No era una opción perder en ese lugar, tampoco estaba pensado retroceder en su palabra o desviarse del camino como le pasó a su compañera; ya era suficientemente malo los hechos presentados en ese examen como para que, además decepcionara a una de sus personas más importantes. Tampoco iba a dejar que Sasuke terminara haciendo una sátira de su batalla, no, él llegaría al final, lucharía con todo lo que tenía y vencería demostrando que el equipo siete estaba más vivo y funcional que nunca. Lo que pasó con Midori era algo que no esperó y también era frustrante, pero tenía que confiar en el criterio de Sakura y Shisui, ellos sabían de lo que hablaban, ellos podían ver algo que él no, incluso si sintiera que no era lo correcto.
Kiba estaba de pie delante de él junto a su fiel compañero Akamaru, su sonrisa socarrona no le sorprendía, pero si irritaba sus nervios, consiguiendo que su impaciencia y deseos de lucha aumentaran considerablemente. — ¡Mas te vale no perder Idiota! —escuchó que Sasuke le decía desde la tribuna con un tono de reto, donde casi podía saborear un trasfondo de sus intenciones donde ponía "atrévete a perder esta ronda y no tendré piedad para humillarte".
Su arrogancia era desesperante, aunque, no es como si planeara permitir tal cosa, después de todo, ellos tenían pensado llegar juntos a las finales para poder enfrentarse y ver de una vez por todas quién era el más fuerte de los dos.
— Keh, Parece que Sasuke tiene demasiadas esperanzas, o quizás simplemente no quiere quedar mal frente al otro Uchiha, ya sabes debe ser frustrante mostrar que sus compañeros de equipo no están a su nivel.
La burla del Inuzuka logró turbarlo un poco más ¿Acaso se estaba burlando de la pelea de Midori? Si era así, era un comentario demasiado excesivo, considerando que los hechos que la llevaron a quedar de tal forma fueron… inevitables. — Sasuke no se deja amedrentar por tonterías, y podría importarle menos que Shisui-nii-chan viera nuestro combate, porque sabe que yo ganaré. — Mientras terminaba sus palabras golpeó su puño derecho contra su palma, y sonrió con confianza.
— No creas que será tan fácil Naruto, no estamos en la academia —dijo Kiba dándole una mirada de molestia, — eres demasiado impertinente para tu nivel.
Antes de que el rubio pudiera responder, Hayate, el supervisor del combate interrumpió su charla dando el primer aviso para que se prepararan antes de iniciar. Con pasos lentos y controlados ante su euforia, Naruto se colocó frente a su oponente, ambos dándose miradas de desafío. — ¡Comiencen!
— Akamaru, mantente atrás yo puedo acabar con esto de un golpe. — Ahí iba nuevamente aquella sonrisa socarrona del Inuzuka mientras se inclinaba hacia adelante y colocaba las manos sobre el suelo, justo luego de reunir una parte de su chakra alrededor de él.
— Si quieres venir con Akamaru, puedo luchar contra ambos al tiempo. — No sabía que lo impulsaba a hablar así, pero sentía una fuerte confianza en sus palabras, un impulso que lo llevaba hacia adelante — ¿O tienes miedo que Akamaru se lastime?
Las palabras de Naruto provocaron un gruñido en conjunto entre el cachorro y su domador, había tocado un punto sensible que internamente le hizo sonreír. Oh… eso sería un buen truco para molestarlo. — "Desequilibra a tu enemigo y mostrará sus puntos débiles, sus pensamientos se entorpecerán y sus acciones serán más erráticas y desesperadas" — Una vez había escuchado a Sakura decir aquello cuando estaban de misión hace algún tiempo, y la verdad no comprendía bien su significado, pero por algún motivo, en ese momento sentía como si estuviera cerca de comprenderlo.
—Di lo que quieras, pero luego no estés llorando cuando estés derrotado en el suelo, además Akamaru no necesita mancharse las patas con un tonto como tú.
— Eso veremos —respondió Naruto.
— ¡Te lo mostraré! — En medio de un grito, Kiba finalmente se lanzó hacia Naruto, en un movimiento tan rápido que lo llevó frente al rubio en segundos, e impidió que cualquier genin normal pudiera realmente verlo en su trayecto hasta su destino.
Confiados en el segundo en que vieron el movimiento, la mayoría de los espectadores dieron por terminada la batalla, no obstante, este no fue el caso de cierto joven Uchiha que sonrió de medio lado justo en ese momento. —Perdedor —murmuró justo en el instante en que el codo de Kiba impactó en el centro del pecho de Naruto.
— Esta batalla sí que fue veloz, aunque de todas formas Naruto no tenía posibilidad de ganar —soltó Chouji al aire.
— Bueno… siempre ha sido un poco… sin talento. —La que respondió en esta ocasión fue Ino quien acababa de despertar, aunque su expresión era adolorida y frustrada.
— Realmente no están viendo nada —contradijo Sasuke llamado la atención de los presentes, — no hay forma que el idiota pierda.
La sorpresa en los que le rodeaban era algo que esperaba, pero no era como si le importara, él sabía de lo que hablaba, después de todo ese imbécil de cabellos dorados era su rival y su mejor amigo desde hacía años, sabía el alcance de la testarudez que podía tener y también conocía su nivel actual, por eso no le sorprendió cuando, en vez de él ser arrojado hacia atrás, fue Kiba el que salió volando por donde vino, trayendo las atenciones y murmullos de incredulidad en la audiencia. Esa sería definitivamente una batalla interesante de presenciar.
Abajo Naruto sentía una sensación extraña de confianza recorriendo su joven cuerpo. Él había podido ver perfectamente el ataque de su oponente, había conseguido anticipar su movimiento y detenerlo para luego desviarlo y contraatacar. — Bien… esta vez no dejaré que tome la delantera, yo seré quien dirija el combate —dijo aquello y al instante se lanzó hacia adelante, haciendo alarde de su problemática impulsividad.
El joven Inuzuka quien no se había recuperado del todo miró a Akamaru, y este dando un paso al frente interceptó a Naruto con un fuerte cabezazo en el estómago que le hizo retroceder. El cachorro ladró en defensa de Kiba y se posicionó para atacar, inclinándose hacia adelante y soltando furiosos gruñidos.
— Pensé que Akamaru no intervendría. — Naruto sonrió mientras se frotaba el lugar afectado.
— Cállate, tú dijiste que podías con los dos, así que vas a tener lo que pediste.
Un segundo después Kiba había tomado algunas bombas de humo y las había lanzado en dirección al rubio, cubriéndolo por completo. — Ve Akamaru —ordenó el joven.
El pequeño perro blanco en un arranque de velocidad se internó en el humo y dejó a la audiencia con solo pequeños sonidos de golpes y quejidos. Nuevamente parecía que el rubio había hablado de más, o al menos eso parecía. Finalmente, luego de unos momentos el sonido se detuvo y la nube comenzó a disiparse, dejando ver a Naruto en el suelo y al cachorro sentado a su lado, moviendo la cola de un lado a otro con alegría. — Bien hecho Akamaru —felicitó Kiba haciéndole un gesto para que fuera hacia él.
La pequeña bola de pelos nuevamente hizo lo que le pedía, pero justo cuando estaba a su lado el can le mordió en el antebrazo, sorprendiendo nuevamente a los presentes. Kiba estaba tan aturdido que no notó a tiempo el ataque por su espalda, solo cuando el dolor explotó y fue arrojado hacia donde estaba Naruto, cayó en cuenta del ataque fortuito — ¿Quién es el tonto ahora?
El Uzumaki estaba de pie donde él había estado, el que supuestamente era Akamaru había desaparecido en una bola de humo cuando le golpearon y ahora sobre su cabeza aparecía otro Naruto con su pequeño compañero peludo siendo sostenido por sus patas delanteras. ¿Desde cuándo el inútil de la academia se había hecho tan perspicaz? Realmente no parecía él, pero al mismo tiempo sus jugadas eran demasiado… aleatorias como para decir que no era realmente el rubio. — Naruto, vas a pagar eso — gruñó Kiba con frustración, al tiempo que le lanzaba una píldora de soldado al cachorro, el cual se la tragó en un solo mordisco.
— No lo creo —la réplica soltó al perro antes de que terminara su transformación y se alejó, aún no era momento de desaparecer, aún quedaban cosas que hacer.
Algo le impulsaba hacia adelante, sabía que lo que venía sería doloroso si no lo paraba, por eso rápidamente Naruto convocó otra pequeña Horda de clones que se lanzaron hacia adelante, empuñando sus propias bombas de humo. Tendría que deshacerse de Akamaru primero, pero para eso tenía que jugar bien sus cartas, de lo contrario no podría pillar desprevenido a Kiba.
Entrenar con un bastardo con el ego hinchado traía sus ventajas, después de todo se había acostumbrado a movimientos violentos. Que Sakura fuera una de sus principales amigas y además que le ayudara a entrenar también había dado su fruto, ella era una chica brillante y fuerte, además… huir de sus monstruosos golpes era siempre un tipo de logro único que sabía que ninguno de sus compañeros de academia había tenido el privilegio de disfrutar. Ella tenía una velocidad endemoniada cuando se lo proponía y su taijutsu era tan bestial que erizaba incluso a Shisui, que de no ser por ser un maldito dios en el uso del jutsu del cuerpo parpadeante, seguramente hacía mucho tiempo se encontraría bajo tierra.
Tener que pensar en cosas complicadas no era su fuerte, pero de alguna manera en sus entrenamientos había conseguido salir con vida y en una pieza, así que una batalla con un novato como él no debería siquiera significarle miedo. Quizás fuera por esto que estaba tan tranquilo y podía prever los movimientos como si ya los hubiera vivido… porque ¿De qué otra manera podía explicar esa sensación de familiaridad? Como dijo él no era de pensar cosas complicadas y por ello solo se enfocaría en lo que podía hacer en esos momentos.
Justo cuando Kiba había empezado ejecutar su jutsu de clon de hombre bestia, donde Akamaru tomó su forma exacta. Las bombas de humo cayeron a su alrededor cubriendo a los dos compañeros. El pequeño lapsus de tiempo Naruto lo uso para mezclarse con sus clones y preparar su pequeña técnica suprema, presentía… lo sabía incluso antes de que lo pudiera ver, por eso no le costó esquivar el famoso colmillo sobre colmillo del clan Inuzuka.
En un torbellino, el peli café y su réplica se lanzaron contra todos los clones, destruyendo uno a uno en el proceso, sin embargo, parecía ser que no habían anticipado que con cada uno de los clones destruidos la nube de humo aumentaba, haciendo que pronto la arena fuera solo un mar blanco y gris. El sonido de la explosión de las réplicas se detuvo justo unos segundos después, y momentos antes de que la visibilidad volverá con la dispersión del humo.
Tres Kiba estaban de pie en un triángulo perfecto mientras se miraban. El de cabellos café sonrió — Me estas subestimando Naruto, mi olfato no puede ser engañado — Al instante, llevó un ataque directo con su puño hacia la réplica que estaba a la derecha. En un estallido el pequeño Akamaru salió despedido hacia atrás luego de que su transformación cayera y con él. La confusión en todo el lugar fue inmediata, y la reacción agresiva de Kiba ante la visión le hizo girar y atacar a su otra copia, no obstante, si posteriormente estaba sorprendido ahora la confusión pasó a ser parte fundamental de su rostro en esos momentos.
Nuevamente un Akamaru había salido despedido por el golpe. Casi nadie parecía comprender lo que había ocurrido, los novatos estaban tan absortos con la vista que nadie noto que el supuesto primer Akamaru que había sido golpeado, había desaparecido en una nube de humo.
Fue tarde cuando Kiba sintió el ataque por debajo de él. Cuatro copias de Naruto le golpearon y levantaron con sus piernas preparándolo para ser rematado por el original que estaba arriba. — ¡Toma esto! — Con un grito el rubio impacto el cuerpo del joven Inuzuka con su pierna derecha, lanzándolo contra el suelo donde nuevamente sus copias lo recibieron con un combo de golpes, iniciando con cuatro puños que se ensartaron en su estómago y un par de patadas que finalmente lo arrojaron junto a su compañero peludo.
Los cuatro clones desaparecieron al instante en que Naruto Aterrizó, y con ello el silencio que se tomó la arena fue tan denso que por un momento nadie se movió. ¿Por qué el último de la lista de novatos había ganado con tanta facilidad? Ninguno de sus viejos compañeros de clase lo comprendía qué era lo que había ocurrido, la única certeza que había era respecto era que el chico de cabellos rubio había ganado, y sin tener muchas dificultades. — ¡Ganador Naruto Uzumaki! — El silencio finalmente fue roto por Hayate y aunque la mayoría estaba absorto con el resultado, otra voz rasgó el silencio.
— ¡Bien hecho Naruto! — Sakura le vitoreó sin poder controlarse, dándole una hermosa sonrisa.
A su lado Shisui también mantuvo una sonrisa, aunque principalmente esta era de complacencia e iba dirigida hacia su escandalosa amiga. Le gustaba que fuera feliz y además tenía que admitir que él también había sido uno de los sorprendidos, en realidad no esperaba que Naruto pudiera manejar la situación con tanta fluidez, casi era como si supiera que vendría en cada momento, lo que le ayudó a anticiparse bastante a los ataques. Era un poco… extraño considerando la personalidad del rubio, aunque por su actitud no podría decir con certeza que realmente hubiera algo extraño en él.
-0-
Casi toda la batalla había sido como la última vez, pero la velocidad en la creación de clones de Naruto había aumentado, también su capacidad de reacción era algo para tener en cuenta, realmente estaba muy orgullosa de él, fue por eso que no me detuve en lanzarle un vitoreo bien merecido cuando anunciaron su victoria, tampoco me contuve al revolver sus cabellos cuando finalmente llegó a nuestro lado, mostrando una brillante sonrisa. Podía decir que Sasuke también estaba satisfecho con el resultado, porque sus palabras hacia al joven rubio cuando regresó, aunque fueron burlonas cargaban mucho sentimiento por sí mismo y no sonaban amargadas, contrario a eso estaban dándole una amistosa y oculta felicitación.
— Lo ha hecho bien — pronunció Itachi, aunque su tono guardaba cierto halo de misterio.
— ¿Pareces sospechar de algo? — La acotación de Shisui me hizo estremecer ¿Qué querían decir con ello?
— Me pregunto que tanto sus instintos reaccionan. Parecía conocer bien los movimientos enemigos y aunque Naruto no sea tonto, es más del tipo de recibir golpes antes de saber cómo responder. Pero en esta batalla parecía más… consciente, instintivo.
Por unos momentos me senté a pensar en sus palabras y traté de ver su lógica frente a esto. En realidad, ambos chicos, tanto Naruto como Sasuke habían conseguido llevar sus batallas a una rápida resolución, mostrando una capacidad de intuición amplia que usualmente, en circunstancias nuevas pocas veces demostraban. — Shin… —traté de contactarlo como hacía un momento, pero solo hubo silencio en respuesta. Tal parecía que el hombre se había vuelto a marchar.
Shisui parecía que había notado cual había sido mis intenciones, puesto que colocó mi mano en mi cabeza y me dirigió una mirada de comprensión.
— Sigue Hinata, Sakura —dijo Kakashi casi con aburrimiento, sin embargo, bajó su tono era fácilmente detectable la preocupación por el enfrentamiento. Ya sabíamos cómo había acabado la última vez por ello era mejor mantener un ojo en la mira de los dos hyuga.
— Entendido.
Nuestra mirada cayó sobre la pareja de Hyuga que ahora estaban ingresando a la arena. La extraña sensación de vacío apretó mis entrañas y mi concentración en la batalla aumentó; necesitaba estar alerta para intervenir en caso de una lesión seria, de esa manera podría neutralizar cualquier daño que podría llevarse en el encuentro.
-0-
No había nada más que aportar o decir. Las batallas parecían continuar el mismo punto que el original, independientemente de mi estadía y participación externa que solo podía rasgar y alterar parcialmente la situación incómoda que varias batallas dejaban a su paso. Nuevamente las peleas posteriores terminaron con desastre para los jóvenes genin de la hoja. Los único positivo que se podía aportar a todo aquello era que podía brindarles soporte médico antes de que las heridas sobrepasaran la gravedad que inicialmente habían llevado. Solo Lee fue imposible para tratar en esos momentos, pero sabía que podía hacerse algo al respecto para que su carrera como ninja no quedara en el olvido. Tsunade-sama lo había logrado y yo como su vieja discípula sabía que podía darle una solución por mi propia mano, pero para ello tendría que tener tiempo para estudiar con cuidado su caso.
Chouji no resultó realmente herido, pero el sentido del equilibrio fue afectado lo suficiente como para que su batalla no continuara; nuevamente nada diferente al hilo original del tiempo. Lo único por lo que en esos momentos habíamos permanecido en la arena era el combate que se desarrollaba frente a nuestros ojos, el evento exclusivo que no se había dado en la primera línea y del cual desconocía completamente el resultado.
— Lo hizo de nuevo —murmuró Shisui a mi lado, inclinándose sobre el borde para ver claramente el desarrollo.
— Honestamente no entiendo esto —respondí a cambio, igual de confundida y estupefacta ¿era realmente necesario? No sabía si catalogar la pelea como una de las más tontas que estaba visualizando o también la más conveniente.
-0-
Kabuto parecía estar realmente en problemas con la pequeña niña de cabellos grises, que hasta el momento solo se había dispuesto a esquivar, tropezar e impartir uno que otro golpe a su oponente, sin embargo, no es como si permaneciera ilesa, tenía un par de rasguños aquí y allá, y además, por alguna razón que aun no lograba comprender, había conseguido que el joven médico mostrara su habilidad con la creación del bisturí de chakra, lo cual había dado nuevos datos a todo aquel que no supiera las habilidades de combate de Kabuto y le había provocado a la niña que su brazo izquierdo fuera inmovilizado.
— Hay algo raro en los movimientos de ella, es casi como si jugara. — Itachi al otro lado de la línea parecía ligeramente sorprendido, sin embargo, el control sobre su tono podía ser engañoso.
— No se tu, pero parece todo menos un juego —gruñó Shisui — Habrá que ver como ambos parecen exhaustos y el dolor en sus rostros.
— ¿Pero porque Kabuto? — Murmuré sin comprender realmente — Los golpes que ha recibido son… básicos nada que ver con los que le ha dado a ella.
— De hecho parece molesto —acotó Shisui.
Tenía razón, Kabuto desde que inició la pelea había estado más concentrado de lo usual, tratando de terminarla rápido, no obstante, cada vez que parecía que iba a dar un golpe contundente, milagrosamente la niña conseguía evitarlo o en su defecto tropezarse. todo era un constante círculo vicioso que desembocó en una partida… absurda.
Abajo la joven de cabellos plata miraba con una sonrisa jadeante a su contrincante mientras se tomaba el brazo, sus ojos brillaban con muda diversión y reto, detalles que ningúno en la arena podría realmente notar desde la distancia desde donde observaban. Una capa de sudor cubría su cuerpo y los cabellos se pegaban a su frente — ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo de que sepan que hay un ratón entre las filas? — el murmullo salió tan suave que nadie en si podría escucharla, sin embargo, por extraño que pareciera Kabuto podía oírla claramente, como si estuviera justamente a su lado susurrando a su oído.
— ¿Quieres terminar peor de lo que ya estas? — Amenazó el muchacho mientras se lanzaba hacia adelante y hacía un corte horizontal con su mano bañada en chakra, hacia la cabeza de la niña, que cuando vio el ataque se agacho y lanzó adelante, saltando por un lateral del chico para traspasarlo y evitar la patada que había tratado de suministrarle al tomar esa dirección.
Cayendo con dureza la niña dio dos vueltas antes de usar su brazo funcional, para impulsarse nuevamente hacia arriba y quedar en cuclillas detrás del joven. Automáticamente efectuó otro movimiento hacia la derecha, evadiendo una estocada del albino, que al instante volvió a emitir un movimiento de corte horizontal, obligando a la niña a reiniciar sus movimientos. — Miedosito, gatito asustadizo —se burlaba la niña mientras torpemente esquivaba a Kabuto — Eres demasiado evidente, demasiado… manipulable.
Con el último comentario, en un arrebato violento, el joven efectuó con sus brazos un combo consecutivo de golpes veloces, que dejaron un silbido de sonido con cada embate. Para el cuarto intento de conexión, la niña se había colado justo debajo del brazo del albino, y automáticamente contraatacó con su pequeño puño en el hombro de Kabuto. Un chasquido crudo se escuchó momentos antes de que el brazo del muchacho cayera inerte a su lado. Sorprendido, el muchacho apenas consiguió esquivar la patada a dirigida a su barbilla. Dando un paso hacia atrás se impulsó lo suficiente para guardar una distancia prudente con la niña, que nuevamente luego de su ataque había perdido el equilibrio y había caído al suelo con un golpe seco. ¿Qué había sido aquello? Por unos instantes ella había sido más veloz y había podido dejar de percibirla incluso si estaba frente a ella.
Iba a dirigir su mano hacia su hombro incapacitado para curarlo, pero ante la mirada burlona que le dedicó la pequeña desde el suelo se detuvo ¿Le estaba retando a curarse? ¿Quién diablos era esa mocosa? Desde el principio había recibido sus golpes y había esquivado otros tantos, de hecho sus movimientos lentos hacian que sus evasiones fueran por pura suerte, toda esa batalla había sido un absurdo que solo empeoró cuando comenzó a provocarlo con sus comentarios, donde ponía en evidencia su conocimiento de quién era él. Tenía que Matarla, un "accidente" en ese tipo de pruebas era fácil de provocar, sólo tenía que tocar el lugar exacto y la testigo sería eliminada.
— Oh… que miedo tu mirada —nuevamente la niña se levantó con dificultad, pero sin borrar esa sonrisa de sus labios. —Pero… no lograras nada si no peleas enserio Kabuto-chan.
Nuevamente el albino apretó los dientes y dedicó a la niña una feroz mirada, con promesas ocultas que prometían dolor. — Pareces muy confiada para alguien que está casi al borde del colapso —el joven se irguió para a continuación enderezar sus lentes.
— ¿Realmente lo estoy? — ella pareció evaluarse un momento, contando su herida en el brazo, no obstante, luego de unos segundos se encogió de hombros y volvió su atención a su oponente; entonces dijo con displicencia — Sacrificios vienen y van, de todas formas creo que iba a retirarse desde el principio y yo solo estoy… aprovechando el tiempo… ¿Por cierto porque se quedó? Ya no había acabado…
La pequeña no acabo de hablar cuando tuvo que volver a esquivar, esta vez una kunai lanzada por el albino. — Tienes una lengua muy… fácil ¿no? Parece que necesitas que te enseñe a guardar silencio.
Los ojos café de la niña perdieron por un momento su brillo y su sonrisa se ensombreció gradualmente. — Pienso que… es todo lo contrario, aquí el entrometido es otro. Quien tiene una mano fuera de lugar no soy yo. — La imagen pequeña y frágil de la menor no parecía lo suficientemente intimidante como para provocar algún tipo de sensación de peligro, y en esos momentos menos que estaba completamente apaleada, sin embargo, los instintos de supervivencia de Kabuto se dispararon, tomando la amenaza silenciosa con cuidado.
— ¿Quién eres? — Gruñó él, tomando un kunai con su mano — ¿Qué sabes tú?
La niña imitó al albino al erguirse, solo que su presencia frente a los demás no cambió en lo absoluto, no hubo sombra de amenaza en su expresión y lo único que delataba el cambio en su presencia era su mirada confiada. — ¿Yo? ¿No leíste la pantalla? —la infante soltó una suave risa y señaló el enorme tablón detrás de él — Hikari-chan… asi me llaman.
— No es lo que pregunto.
No esperando realmente una respuesta el albino se acercó a la pequeña con toda intención de enterrar la cuchilla en su tierna carne, pero antes de llegar el objeto fue repelido por el arma propia de la joven, que aprovechando el acercamiento se impulsó hacia al frente y golpeó con la coronilla el pecho del muchacho; rápidamente se dejó caer de cabeza, asegurándose de arquear su cuerpo a tiempo, para que fuera su espalda la que recibiera el impacto de la caída, mientras que con sus piernas buscaba golpear la ingle de Kabuto. Dándose cuenta a tiempo, entre traspiés el muchacho se retiró a tiempo para que el borde del talón apenas si consiguiera rozar parte de su ropa.
La nombrada Hikari permaneció en el suelo con los brazos y piernas extendidos mientras miraba con curiosidad el techo. — Me pregunto si él tuvo tantos problemas en una batalla. Es tan problemático, no tengo la edad para esto. —el bufido de la menor fue mínimo, ya que al instante fue intercambiado por una risilla divertida.
— ¿De qué hablas?
La niña no respondió, solo hizo un puchero antes de volver a ponerse en pie con las rodillas temblorosas y prepararse para el ataque. — Nada Kabuto-chan, solo… prepárate para una caída doble. — Empuñando su arma, esta vez fue la niña la que se lanzó hacia adelante.
-0-
— No entiendo qué ha ocurrido allá atrás.— Finalmente la fase de preliminares había terminado con el empate entre el médico de Orochimaru y la joven niña. Un hecho desconcertante en más de un sentido; no sabíamos si Kabuto había perdido a propósito o si realmente la niña había hecho suficiente presión en él, después de todo en medio de la batalla se mostró tensó y también recibió golpes severos en su cuerpo que a cualquiera lo dejaría fuera de combate.
— Ella salió muy lastimada, pero en todo momento en la batalla no demostró fragilidad alguna — murmuré recordando su expresión adolorida luego de que el combate finalizara — al final del combate fue el único momento que pensé que iba a llorar por sus heridas.
— Fue increíblemente valiente, ¿Y cómo logró irritar a un ninja como Kabuto? Parecía como si él llevara la ventaja física de la pelea pero ella llevaba la psicológica. — Shisui se cruzó de brazos mientras recorríamos los pasillos olvidados de la torre dispuestos a ir a la salida.
— Si hay alguna deficiencia física se puede compensar con lo mental, probablemente esa niña sea muy buena para percatarse de las debilidades psicológicas de sus oponentes. — Itachi se volvió hacia nosotros — quizás un Jutsu como el clan Yamanaka, si vimos en toda la batalla ella solo empleó shuriken y taijutsu, no hubo ningún otro tipo de ataque, ni ninjutsu ni genjutsu, sin embargo Kabuto permaneció todo el tiempo nervioso, como si le hubiera leído la mente.
—No necesita otras técnicas si puede romper a su oponente.. así que mejora su estilo de lucha física —dije recordando sus movimientos —Sería un oponente de temer en ese caso.
— Mi pregunta es ¿Por qué participó? No teníamos mucha idea de esas tres kunoichi, no estaban en los registros, pero el tercero autorizó su participación ¿No es extraño? — Aportó Shisui.
— Pregunté sobre eso… parece ser que son de una pequeña aldea al norte de aquí. El líder de esa aldea pidió autorización de última emergencia y el tercero accedió ya que parece que en la tercera guerra brindó apoyo económico a Konoha y suministros. Posiblemente sea un ajuste temporal…
— Cierto… Shin dijo eso, el tiempo trata de acoplarse a su hilo original de acontecimientos. Exceptuando los cambios completamente reescritos, los hilos sueltos y que no fueron tocados, se tratan de adaptar tomando los cambios y siguiendo un hilo regular. Si Kabuto desde el principio iba a participar, el tiempo brindó alguien que le impidiera quedar en las finales, eso tiene más sentido. — Con mi pequeño complemento de hipótesis, Shisui me observó incrédulo antes de suspirar y tomar su cabeza con una mano.
— Dame un respiro, esta cosa del tiempo es demasiado compleja para entender por completo, pero de lo que estoy seguro es que eventualmente esto podría llamar la atención. —Ahora fue el turno de Itachi y mió de dirigir una mirada curiosa a nuestro amigo, quien leyendo bien nuestra expresión procedió a explicarse —: Una ruptura temporal… si antes Shin tuvo problemas con alguien que lo limitó ¿Por qué ahora mismo no hay alguien que modere este cambio? Debe estar enterado y debe haber una razón por lo que no se ha hecho nada. Shin también mencionó que era mejor no rascar demasiado hondo.
— Quizás… sea porque sabe que nuevamente está en la mira. — Los tres nos detuvimos cuando el bosque apareció tras la puerta e intercambiamos miradas de comprensión.
— Si eso es de esa manera tendremos que tener cuidado, no sabemos qué tipo de carácter tiene el ser que selló a Shin, así que no sabemos qué hará, si intervendrá y volverá a dejar el flujo de tiempo igual o… peor aún se enfocará en volver a sellarlo, lo que te involucraría a ti en todo esto.
La advertencia de Shisui me picó en lo profundo, consciente de que tenía razón, cualquier posibilidad era demasiado peligrosa, especialmente en esos momentos de incertidumbre. — Por el momento no bajemos la guardia y enfoquemos nuestra energía en el problema que tenemos enfrente. No podemos descuidarnos de los problemas actuales sin conocer los detalles de un futuro incierto —dijo Itachi dándonos una mirada de seriedad — Tenemos que estar preparados para las finales, tenemos mucho trabajo que hacer.
— Eso no lo discuto, hay diferentes planes que armar y establecer las bases suficientes como para proteger la aldea. Imagino que Sakura también estarás planeando algo con respecto a los chicos heridos en las preliminares.
— Sí. —respondí.
Los tres nos manteníamos una sonrisa de decisión y comprensión mutua. Siempre había sido así desde que éramos niños, incluso cuando tuvimos nuestra peor temporada buscamos mantenernos unidos.
Finalmente, luego de horas podía recostarme contra la incómoda pero reconfortante silla de mi propio despacho en el hospital. El sudor se pegaba a mí como una segunda piel mientras mis miembros se sentían como gelatina. Con toda la preparación e investigación que había realizado antes de lanzarme a ejecutar ese tipo de cirugía, había entendido que no solo sería arriesgado sino también agotador, por eso mi falta de chakra en esos momentos no me era una sorpresa, tampoco que mi cuerpo se sintiera entumido o que desesperadamente me aferraba a la conciencia. No obstante, nadie podría borrar de mi rostro la sonrisa de éxito que surcaba mis labios, ni siquiera el cansancio o el horrible dolor de estómago que tenía debido a la falta de comida.
Mi mente una vez repasó todo el procedimiento que había llevado a cabo junto con las heridas principales que habían dejado al niño en una precaria situación. La fractura en los huesos había sido a nivel micro, quedando pedazos de los huesos incrustados como pequeñas astillas en los nervios de su espalda. Un solo error al eliminarlos mientras se regeneraba el tejido y los huesos, era causal de muerte o parálisis; como fuera en ambos casos su vida como ninja era historia si no se encontraba una forma de aumentar las probabilidades de la operación. Fue por ese motivo que en mis tiempos libres estudie cada tomo de medicina que pude encontrar en la aldea, tomé apuntes, hice simulaciones de la operación, todo para conseguir que esta fuera un éxito rotundo y garantizar la tranquilidad del joven maestro de Taijutsu.
Había costado convencer al niño para que se quedara en cama, pero cuando le dije que encontraría el método de ayudarle, sus impulsos de entrenamiento disminuyeron parcialmente, permitiendo que consiguiera concentrarme en los preparativos no solo de su cura, sino también en las finales de los exámenes chunin por venir. Todo eso se resumió en tres agotadoras semanas que finalmente daban sus frutos.
Con una probabilidad del 65% de éxito, me había imbuido junto a cuatro asistentes en una operación de 6 horas continuas, en las que mi chakra fue la fuente constante de trabajo, modulando gradualmente el proceso de localización, extracción y eliminación de cada astilla del hueso incrustado; luego tuve que estimular el proceso de creación de células para aumentar la regeneración hasta un estado estable donde el cuerpo pudiera continuar sanando sin problemas hasta su estado original.
— Sakura-sensei —dijo una enfermera que entraba a mi despacho con una taza caliente de té verde que colocó en mi escritorio mientras me dedicaba una sonrisa.— Felicitaciones por la operación y gracias por su trabajo.
— No hay problema —respondí con voz ronca, reseca ante la falta de hidratación.
Tomé la bebida y le di un sorbo largo, disfrutando de la sensación punzante y cálida que se extendía por toda mi garganta, calmando el dolor que previamente la había abordado. — ¿Hay algo más que quieras informarme? —pregunté tratando de corregir mi postura descuidada.
— Sí, Guy-sensei está esperando afuera, quiere saber cómo ha ido la operación. Le he dicho que estaba agotada y necesitaba descansar, pero ha insistido en querer verla… ¿Le digo que…?
— Haz que pase, seguramente estará preocupado por Lee, y conociendo su carácter lo más seguro es que intente adquirir la información sin importar nada. — Con una sonrisa debilitada despedí a la mujer que una vez recibidas mi instrucción, salió a buscar al maestro del taijutsu.
Suspirando, reuní las pocas energías que me quedaban y pensé minuciosamente lo que diría, abarcando datos puntuales para asegurar que la curiosidad del hombre fuera saciada y pudiera recobrar un poco de mi tiempo libre. Al mismo tiempo tomé los documentos del reporte médico que aún me esperaba, y el expediente de Lee donde tenía que actualizar los datos y añadir los cuidados que debe mantener mientras se recuperaba. Mientras estaba repasando los datos y añadiendo los apuntes iniciales, la puerta volvió a abrirse y el hombre vestido con mallas de color verde entró.
— ¡Sensei! ¿Cómo está Lee?
Omitiendo la forma tan extraña como sonaba el título en boca del hombre, le dediqué una sonrisa reconfortante para apaciguar sus nervios desatados. — La operación fue un éxito, Lee se recuperará y podrá volver a entrenar una vez haya finalizado su tiempo de rehabilitación —hice una pausa para esperar si el hombre tenía algo que decir, sin embargo, al ver que esperaba a que continuara, añadí — Su camino ninja puede ponerse nuevamente en marcha, podrá cumplir su sueño…
Fue en un instante que mi cansado cerebro no registró a la misma velocidad que acostumbraba. En un momento había estado sentada explicando la situación y al siguiente estaba siendo abrazada en el aire entre los fuertes brazos de Guy, que lloraba como un niño pequeño sobre mi hombro. —¡Gracias! ¡Muchas Gracias! Por apoyar a Lee… pensar que pudo… —sus palabras quedaron ahogadas por un aullido lastimero que se desprendió detrás de su garganta.
Notablemente incómoda pero de algún modo conmovida traté de zafarme del abrazo, no obstante, en mi estado debilitado apenas si pude moverme un poco dentro de ese abrazo de Oso, por eso al final opté por tratar de razonar con él. — Guy-san… me está aplastando, podría… soltarme.
Aunque mis palabras parecieron tardar en registrarse en su memoria, al final lentamente me volvió a dejar sobre mis pies. Tambaleante volví a sentarme en mi silla y observé cómo el hombre trataba de recobrar la compostura. — P-por favor… vaya a visitar a Lee cuando despierte, a-apuesto que también deseará darle las gracias. Y por supuesto si necesita algo sabe que puede pedirlo, estaré dispuesto a ayudarle en todo lo que requiera.
— Descuide… y por supuesto que iré a ver a Lee cuando despierte.
Finalmente con una sonrisa Guy abandonó el despacho. Sentía como si mi energía restante hubiera sido drenada con esa visita, a pesar de que solo duró un par de minutos. Sin embargo, a pesar de mi cansancio el papeleo aún aguardaba por mí, por ello reuniendo la suficiente voluntad, me concentré en rellenar los reportes.
El tiempo se escurrió entre mis dedos como el agua, la noche ya había caído cuando terminé de escribir y la sensación abrupta de cansancio se había multiplicado exponencialmente, haciendo sentir mi cuerpo de plomo. No tenía idea de cómo conseguiría regresar a casa, y tenderme en mi cama, de hecho aún tenía que cenar algo si quería que el agotamiento no me provocara un severo dolor de cabeza en la mañana. Aún estaba debatiendo mentalmente el asunto cuando una voz profunda y familiar se hizo presente en el lugar — ¿Has terminado?
En un sobresalto al no haber percibido que alguien más estaba allí, me erguí en mi silla y posé mi atención en la persona que había ingresado. Allí tranquilamente recostado contra el marco de la puerta, Itachi se encontraba mirándome con una expresión mayoritariamente serena, pero ligeramente divertida. Con una parcial pérdida de palabras y aún aturdida por la repentina aparición, lentamente recobré el dominio de mis pensamientos y logré balbucear una torpe respuesta —: Si… creo… yo… hm. Sí he terminado.
Itachi asintió y se acercó a mi escritorio con pasos tranquilos, manteniendo su semblante tranquilo. — Supongo que te has perdido la hora de la cena —comentó cuando estuvo frente a mí.
Iba a contestar cuando mi estómago se impuso en la conversación con un gruñido de queja. Mis labios quedaron a medio camino de soltar palabra y mi rostro se tornó rojo en ese preciso momento. Avergonzada por el sonido tan poco femenino y de la expresión divertida de Itachi, agaché la mirada y use mis manos para ocultar mi expresión. — No te burles —murmuré.
— Tu propio cuerpo reclama tu falta de cuidado. — Su reprimenda fue dada con comprensión, usando un tono suave que solo me hizo sentir peor.
— Ya sé… lo siento no quería...
— Esta bien Sakura. De todas formas venía a llevarte a cenar. — Con más velocidad de la que me hubiera gustado reaccionar, levanté mi rostro. Estaba sorprendida por su declaración, y al mismo tiempo la emoción me embargó por unos instantes, antes de reconsiderar sus palabras. Solo se preocupaba por mí, él sabía lo poco cuidadosa que en ocasiones era con respecto a mi propia salud, en especial cuando era luego de atender el caso de algún paciente. Pareciendo notar mi debate interno Itachi dijo —: Aunque también me preocupo por tu estado, el motivo de invitarte a cenar a casa no es solo ese.
— ¿He? — perpleja por su declaración y sus crípticas palabras, me llené de preguntas infinitas de los mil motivos por los cuales había declarado aquello, sin embargo, antes de que se me ocurriera preguntar, Itachi me tendió la mano y dijo —: Vamos mi madre tiene lista la cena desde hace un rato.
Cohibida, acepté su ofrecimiento, dejando mi silla atrás y apoyándome en mis temblorosas piernas. Con su repentina visita había olvidado completamente que mi energía seguía abajo, por ello, el movimiento me sentó como un balde de ladrillos sobre mi cuerpo. No fue de extrañar que terminara apoyándome más tiempo del requerido sobre mi amigo, que pacientemente me envolvió con sus brazos para ayudarme a estabilizar. — Gracias, Itachi-kun —murmuré con una pequeña sonrisa cruzando mi rostro.
— Descuida, pero creo que es mejor que evitemos que camines en estos momentos. — Terminadas sus palabras me dio la espalda, ofreciendo cargarme en ella.
— N-no creo que sea necesario… ya sabes si vamos a un paso moderado puede que…
La mirada que me dirigió hizo morir el resto de la oración en mis labios, y así con la sangre corriendo nuevamente hacia mi rostro, acerqué mi cuerpo al suyo y le abracé por el cuello. Un segundo más tarde había sido levantada desde mis rodillas y estaba recostada contra él. Aunque pensé inicialmente que iba a terminar cargándome por los pasillos del hospital de tal forma, fue una sorpresa agradable descubrir que estaba equivocada; el Uchiha me ahorro la vergüenza al decidir salir por medio de la ventana y usando el Jutsu de cuerpo parpadeante que pronto nos puso en la ruta exterior a la aldea.
Cuando el camino que nos llevaba a su casa se hizo presente, sus pasos fueron suaves, manteniendo un ritmo tranquilo pero constante, casi como si estuviéramos dando un paseo. Aunque al principio fui reacia a aceptar que me llevara, lentamente la comodidad me embargó, siendo obnubilada por la ola de cansancio y el silencioso ambiente nocturno que nos rodeaba, mi cuerpo se relajó y me recosté más cómodamente en su espalda, cerrando lentamente los ojos como si escuchara una canción de cuna.
— ¿Cómo ha ido la cirugía? —En medio del sopor escuché su pregunta, formulada con un tenor suave y casi arrullador.
— Fue un éxito, Lee… podrá volver a entrenar en algunas semanas. — Una alegre sonrisa cruzó mi rostro.
— Buen trabajo. Sabíamos que lo conseguirías.
Había un rezago de orgullo en la profundidad del tono que empleó mi amigo que calentó mi corazón. Inevitablemente la emoción que explotó en mi pecho me dio una pequeña carga de energía que tuve que suprimir antes de terminar abrazando fuertemente a mi amigo. — Aunque tenía fé en que lo lograría, saber que lo logré es… asombroso. Gracias por creer en mí.
No hubo más respuesta de su parte, pero por el pequeño apretón en su agarre, pude entender que me había escuchado fuerte y claro. Cuando íbamos llegando al barrio Uchiha me tomó por sorpresa el movimiento repentino que realizó, cruzando todo el barrio en un parpadeo, para al final solo detenerse frente a su hogar, donde sin dudar ingresó luego de un segundo.
Tardé en registrar en mi memoria los acontecimientos siguientes, por ello cuando regresé en mí misma, apenas si reconocía que estaba de pie en frente del lavabo del baño de invitados de la casa, con Itachi esperando afuera con una sonrisa divertida. ¿Cómo había llegado ahí? mi cansada mente trataba de recordar qué había pasado luego de que pasaramos por la puerta. Recordaba brevemente que el pelinegro anunció nuestra llegada, luego Mikoto había hecho su aparición, su mirada había sido brillante con un pequeño destello de complacencia que pocas veces había visto, pero que ese día parecía albergar más de lo que aparentaba, su sonrisa cordial había sido transformada, casi como si mostrara su participación en alguna travesura que picó mis nervios. Su voz, siempre suave tenía una nota cantarína cuando declaró que la cena estaba lista y su comando amable para que fuéramos a lavarnos, justo antes de desaparecer, ocultaba una emoción similar al estado de alegría cuando veía algo particularmente interesante en el mercado o tiendas. Aún confundida y sin haber podido pasar más allá de los saludos formales, fui llevada a cuestas hasta el actual baño, donde pestañeaba confundida mientras veía el jabón en mis manos.
— ¿Estás bien? Te ves confundida —comentó Itachi girando el rostro hacia la derecha.
— Yo… creo que me he perdido de algo. Itachi-kun… tu madre estaba muy… como decirlo...
— Feliz —afirmó él con simpleza — Casi eufórica. Lo sé.
Juague mis manos y me giré a ver su expresión, esperando a que continuara, — Recibió una noticia… de su agrado, algo que esperaba con ansias desde hace mucho tiempo, eso es todo. — Por algún motivo intuía que no era la única razón, no obstante, no le cuestioné al respecto, contrario a eso me acerque con pasos sencillos y sonreí.
— No se que pensar de su expresión, me hace recordar un poco aquella vez que me drogó… puede ser engañosa. — Mis palabras causaron que mi acompañante riera con suavidad al tiempo en que me ofrecía su brazo como apoyo, lo cual me provocó otro sonrojo de sorpresa. — Itachi… no es necesario que…
— Preferible dirigir un descanso bien efectuado que ser obligado a tomarlo ¿No crees? — Sus ojos mostraron la referencia que él no había expresado, una advertencia que me recordó que él siendo hijo de Mikoto era imposible que no hubiera sacado algo referente a su madre.
— Bien… —murmuré a regañadientes, enredando mi brazo alrededor del suyo y apoyándome contra él.
Una vez se aseguró que estuviera segura sobre mis propios pies, inició una marcha tranquila hasta el comedor, donde los alimentos calientes nos esperaban ya servidos junto a Mikoto que acababa de terminar de colocar el último plato sobre la mesa. Me sorprendió percatarme que solo habían sido preparados sólo dos lugares en el comedor, ¿Qué pasaba con el resto? — Han estado todo el día trabajando así que será mejor que coman bien, iré a preparar la habitación de invitados mientras terminan de cenar. Ligeramente alarmada ante la declaración abrí los labios para cuestionar sus palabras, sin embargo, la mujer fue más rápida en responder a las preguntas no formuladas — Fugaku aún está en la estación, Sasuke está entrenando con Kakashi, yo ya cené y ni siquiera se te ocurra pensar que te dejaremos ir a casa en ese estado vulnerable.
— S-si, entiendo Mikoto-san… gracias por su amabilidad. — Presintiendo que si presentaba cualquier réplica sería noqueada sin dudar, decidí tomar el camino que no me provocara una jaqueca más tarde, suficiente tenía con el agotamiento de chakra.
Complacida por la respuesta la mujer se giró dejándonos solos en medio del lugar. Una vez estuve segura de que no podría escucharnos solté un suspiro de alivio. Mientras tomaba asiento junto a mi acompañante. — Tu madre puede ser aterradora sin necesidad de proponérselo ¿no es así? — Nuevamente Itachi sonrió mientras tomaba los palillos.
— Sueles ser una de sus preocupaciones, y en su defensa no puedes culparla tiendes a ser un poco descuidada con tu propia salud, siempre exigiendote de más — Su mirada se suavizó.
— Lo siento… supongo que aún tiendo a pensar que me hace falta dar más de mí, pero también soy feliz cuando puedo ver que tu familia se preocupa tanto por mí. Ni siquiera pertenezco al clan, pero siempre he podido contar con su apoyo, a veces siento como si todo fuera algo… irreal.
— No eres alguien ajeno al clan Sakura — Itachi se había detenido en sus movimientos y ahora parecía estar medianamente perdido en sus pensamientos, como si un recuerdo lo hubiera tomado en esos instantes — Todo el tiempo estuviste consciente de nuestro pasado y aun así buscaste acercarte, la mayoría del clan te reconoce y aprecia, esto ya te hace alguien cercano, así que es natural que nos preocupemos por ti.
— Nunca pensé que pasaría… —murmuré recordando mi primera vida — no me malentiendas, pero cuando todo era diferente, el pensar que podría interactuar con todos ustedes era como… un sueño fantástico. Apenas conocía a Sasuke, no me podía imaginar cómo era su vida antes de quedar solo, por eso… cuando me detengo un momento a pensar en ello esta realidad se vuelve casi como un espejismo y me provoca temor pensar que repentinamente pueda desaparecer. Aquí he podido hacer cosas que antes no pude, he podido conocerlos, ayudar a Naruto, he mejorado como ninja… no me puedo imaginar si de repente me despertara un día y viera que todo fue un sueño.
— Puedo asegurarte que no lo es, pero creo que comprendo lo que sientes.
El silencio se instauró entre nosotros brevemente mientras tomábamos pequeños bocados de nuestros alimentos. Aunque el tema era demasiado denso el impacto que provocó en nosotros fue menor del que se podía esperar, quizás por el hecho de que la compañía era agradable o quizás nos habíamos acostumbrado demasiado a la situación, no podía decirlo con certeza, pero de algún modo lo sentía así. Pronto los alimentos fueron desapareciendo hasta que solo quedaron los platos casi completamente vacíos, solo un par de granos de arroz se mantuvieron reposando en el fondo de las tazas.
Con un suspiro de agrado me estiré en mi lugar y proclamé —: Oh tu madre cocina como los ángeles. — Sentía como si una pequeña parte de energía hubiera sido agregada a mis fuerzas, sin embargo, también el sopor del sueño me golpeó con dureza, provocando en mí un bostezo que pronto cubrí con mi mano derecha.
— Bien, es hora de dormir —dijo Mikoto repentinamente desde la entrada.
Por tercera vez ese día fui sorprendida, ¿En qué momento había llegado? ¿Mis sentidos estaban tan mal? Quizás ellos tuvieran razón, no era conveniente quedarme sola esa noche y menos con la amenaza de Orochimaru rondando por la aldea, debería agradecer aún más poder contar con el apoyo de la familia, pero no sabía qué hacer para poder expresar mi gratitud, al menos no en esos momentos. — Con la operación que realizaste hoy necesitarás todo el descanso que puedas si quieres recuperar tu chakra para mañana. — La mujer se acercó y me extendió un juego de ropa limpia para que usara esa noche. En esta ocasión, su préstamo fue un Yukata de color azul oscuro.
— ¿Cómo…? —Iba a cuestionar cómo sabía aquello, pero a mitad de mis palabras me detuve y me giré y clavé mi atención en Itachi.
De manera extraordinaria y pocas veces vistas, Itachi estaba aparentando dirigir su atención a un punto inexacto en la cocina, y aunque su expresión permaneció neutral fue evidente que estaba buscando evitar mi mirada. Omitiendo mis palabras iniciales y buscando ocultar la sonrisa que deseaba aparecer en mis labios volví a dirigirme a Mikoto —: Lo aprecio mucho Mikoto-san, trataré de descansar todo lo que pueda.
Satisfecha con la respuesta la mujer sonrió abiertamente y luego se dirigió a su hijo mayor —: Asegurate de escoltarla hasta su habitación, y dejen ahí los platos, ya me encargo yo, ustedes dos han estado trabajando demasiado duro.
—De acuerdo. — Con la respuesta rápida, el pelinegro se incorporó y me tendió la mano para ayudarme.
Con una última despedida de buenas noches seguí a mi acompañante por los pasillos. Estaba feliz, demasiado feliz mientras caminaba junto a mi persona preferida, que casi había olvidado mi condición, sin embargo, mi cuerpo no lo había hecho; entonces al estar tan concentrada en el momento no distinguí a tiempo el instante en que me desvanecí por breves segundos. Cuando recobré el control sobre mis sentidos me sentí en el suelo en una posición extraña, la mitad superior de mi cuerpo se hallaba parcialmente elevado y siendo envuelto bajo un abrazo cálido, mientras que mis piernas se encontraban apoyadas sobre una superficie fría y dura. — Sakura… — La voz preocupada de Itachi sonaba justo sobre mi cabeza, tan cerca que avivó aún más mis adormilados pensamientos.
Abriendo los ojos me hallé recostada contra el pecho de Itachi, siendo sostenida alrededor de mi cintura por su brazo izquierdo, mientras que el derecho estaba apoyado contra el suelo, justo detrás de su espalda; sus piernas estaban dobladas a los costados de mi cintura, sirviendo como una pared inamovible para evitar que mi cuerpo terminará cayendo a algún costado. Abrumada, busqué incorporarme, apoyando mis manos contra los costados de él, sin embargo, su brazo se apretó con más fuerza alrededor de mi cintura, así que, levantando mi rostro enrojecido por la vergüenza dirigí mi atención a su mirada oscura.
Su mirada suavizada por la preocupación me examinaba con cuidado, su corazón agitado confirmaba esta verdad, lo único que me confundía era su agarre, que aunque no me hacía daño parecía ser un abrazo casi posesivo. — L-lo siento Itachi-kun, no esperaba encontrarme tan cansada —murmuré insegura, incapaz de determinar qué acción tomar a continuación, no tenía la fuerza o la energía para romper su agarre e internamente tampoco lo deseaba.
Inesperadamente se movió hacia adelante, sentándose por completo y casi dejando inexistente la distancia entre nosotros. Podía sentir claramente su respiración sobre mi rostro, cálida suave, manteniendo un ritmo constante y pausado; no podía creer que él no mostrara reacción alguna por la cercanía que manteníamos. — ¿Estas bien? — Su mano derecha, que antes había estado manteniendo nuestro peso se posó sobre mi mejilla, acariciando suavemente la zona, lo que ocasionó que mi corazón comenzara a golpear frenéticamente mi caja toráxica, robándome el aliento, de hecho podría jurar que él también podía sentir el palpitar de mi corazón desbocado.
— Y-yo… si, tu… esto… yo no estoy… — La lengua se enredaba en mi paladar, no conseguía enhebrar un solo pensamiento coherente y formular la oración que quería decir, ante la nueva posición mis manos habían terminado aferradas fuertemente a los costados de su camisa, no obstante, el agarre era contrarrestado por el temblor que empezaba a atacarme. Jamás, en mis dos vidas había pasado por tal situación, no sabía qué hacer, cómo reaccionar, y aunque la sensación era en parte agradable, en su mayoría era aterradora.
Estaba tan imbuida en la espiral de emociones que no me había percatado de la sonrisa que se extendió por el rostro del moreno. — Es bueno que no te hayas lastimado. — Luego de murmurar aquellas palabras Itachi junto nuestras frentes y cerró los ojos.
El tiempo a mi parecer pareció congelarse, mi respiración se detuvo y de no ser porque seguía viva diría que mi corazón había corrido la misma suerte, sin embargo, esta vez no fueron los nervios lo que me había provocado tal reacción, al contrario el sentimiento que surgió fue diferente, suave y conmovedor. Por algún motivo que aun no comprendía, sólo con ese simple gesto mi agitación anterior había desaparecido, era cierto que mi corazón seguía latiendo por fuerza, pero las ganas de sonreír y disfrutar solo de ese instante fueron más intensas, por ello lentamente cerré los ojos y me relajé en su abrazo. No se cuanto tiempo pasó para nosotros, solo supe que así como repentinamente habíamos sidos absorbidos por el ambiente, así mismo todo se rompió en pedazos.
La tranquilidad a nuestro alrededor fue abruptamente interrumpida por los pasos que se habían detenido en seco una vez la presencia del propietario había llegado a nuestra posición. Nuevamente alarmada busque moverme para ver de quien se trataba, pero esta acción había sido nuevamente interrumpida por la mano en mi cintura, que no me permitió el movimiento brusco. Itachi se había separado lo suficiente como para erguirse y mirar a la persona que había entrado, su expresión ahora completamente en blanco era la máscara que siempre usaba para ocultar sus intenciones, la defensa perfecta para protegerse y responder a cualquier situación. Con movimientos más suaves y cuando finalmente sentí que el abrazo de Itachi se suavizaba, me giré a ver a la persona que recientemente había llegado.
Ahí completamente inmóvil, con la mirada clavada sobre nosotros y una expresión impávida, estaba Sasuke. Por algún motivo, la sensación de peligro apareció en mi pecho, en conjunto con el cambio en nuestro entorno que quedó completamente en silencio, cayendo en una presión anormal que incluso pareció silenciar los animales nocturnos. Algo estaba muy mal allí, no sabía qué cosa, pero lo que fuera había cortado cualquier palabra que pudiera salir de mis labios, un hecho contrario al del Uchiha mayor, que con un tono de voz completamente controlado y parejo finalmente pronunció el nombre que dio paso al inicio de la tormenta —: Sasuke…
Me disculpo por no contestar los comentarios esta vez pero en estos momentos es hora de dormir para mí, pero quería dejar esto subido antes de ir a dormir para ir a trabajar mañana.
Les contestaré eventualmente, lo prometo, quizás a la mayoría por PM y a quienes están en cuenta de invitado pues… en el siguiente capítulo espero.
